lunes, 1 de junio de 2020

HABLAN SOBRE MARINALEDA,...¡¡ AYER, HOY, MAÑANA,...??.

DIJE QUE HABLARÍA DE MARINALEDA Y LA VISITARÍA MAS A MENUDO,...¿¿--Yo digo, -luky- que venden igual que el capital convencional,...hace como un año estuve por allí con otros compañeros, y vendían la botella de aceite de 5 litros, a 15 euros,...hoy lo tienen a 21 euros,...ponen precio medio de mercado,...de esto se un poco,...pueden venderlo como mucho a 16 euros y siguen ganando dinero,...--: Los productos ecológicos solo pueden consumirlo el personal con gran capacidad adquisitiva,...medianos empresarios, profesionales altos,...aristocracia obrera funcionarial,..y poco más,...los obreros y obrera en activo o desempleado,...etc,...no pueden consumir esos productos ecológicos, sea aceite, pimientos,...tienen precios no al alcance de cualquiera,...es un problema a resolver por el sat, marinaleda, las poblaciones en general,...¡¡.


 os años y finalmente lo consigon los vuier

A primera vista, Marinaleda, con sus casas blancas y sus naranjos, parece un pueblo andaluz cualquiera. Pero un enorme retrato del Che Guevara en el polideportivo, una calle con el nombre del revolucionario y la ausencia de carteles publicitarios dan las pistas de que esta no es, ni por asomo, la típica localidad española.
“Una utopia hacia la paz” es el lema de esta población de 2.700 habitantes, donde el alcalde comunista, Juan Manuel Sánchez Gordillo, reelegido con mayoría absoluta hasta diez veces, lleva ya 36 años gobernando. La mayoría de los habitantes trabaja para la cooperativa, en la que todos, independientemente de su puesto, ganan lo mismo: 47,50 euros por una jornada de seis horas y media de trabajo. Al mes, unos 1.200 euros, cerca del doble del salario mínimo. Y si alguien no tiene trabajo, puede vivir sin apenas estrecheces con el paro, ya que una vivienda no cuesta más que 15 euros al mes, y ciertos servicios sociales que en otros lugares son muy caros, como por ejemplo la guardería, son casi gratuitos.
Muchos vecinos trabajan para la cooperativa, en la que todos, sea cual sea su puesto, ganan lo mismo (47,50 euros) por una jornada de seis horas y media de trabajo, unos 1.200 € al mes. Alquilar una casa vale 15 euros al mes
La clave del éxito de Marinaleda está en el fértil terreno agrícola de 1.200 héctareas que rodea al pueblo. “Este cortijo es para los jornaleros en paro de Marinaleda”, es la frase que figura en el muro que da entrada a la finca conocida como El Humoso. Hoy en día el terreno es propiedad de la cooperativa del pueblo, pero hace 25 años pertenecía al duque del Infantado, que, según los habitantes, lo dejaba sin cultivar. Entonces, Marinaleda era un pueblo de jornaleros muy pobres, donde más del 60% no tenía ni empleo ni ningún tipo de ingresos. Debido a la falta de trabajo, gran parte de la población tuvo que emigrar.
A principios de los ochenta, los habitan­tes empezaron una lucha, dirigida por el entonces recién elegido Sánchez Gordillo, para reclamar El Humoso. La lucha duraría 12 años, durante los cuales Gordillo organizaba huelgas de hambre y ocupaciones de tierra que duraban semanas. Finalmente las protestas dieron su fruto, y en 1991 los habitantes obtuvieron los derechos de explotación de la finca. Poco después se fundó la cooperativa y, más tarde, la conservera y la almazara. Hoy en día tanto el trabajo en el campo como el trabajo en la fábrica y en la almazara se reparten entre los habitantes del pueblo. Las ganancias de la cooperativa se invierten en nuevos empleos. El alcalde y los ediles no reciben sueldo por sus tareas en el Ayuntamiento.
La conservera se halla en un pequeño polígono. En la fachada principal hay grandes dibujos de las verduras que se cultivan; habas, alcachofas, pimientos del piquillo y pimientos morrones. En la fábrica se procesan y enlatan las verduras que se producen en El Humoso. Al lado de la cinta continua, hay unas 30 mujeres con chalecos de color verde menta y cofias blancas que les cubren el pelo. Con gran velocidad y destreza quitan los rabillos a la enorme cantidad de pimientos que pasan cada minuto. Ascensión Torres, de 48 años, trabaja allí todas las mañanas desde las seis hasta las dos y media. “Ahora vivo bien
–cuenta–, pero de niña pasaba mucha hambre. Mi padre trabajaba de vez en cuando para el duque del Infantado, pero apenas le pagaba. Siempre nos faltaba de comer. Aquí no tener trabajo era lo normal”.

Torres recuerda que de niña iba todos los días con su madre al campo para ocupar la tierra. “¿Qué hacíamos allí? Nada, sentarnos. Hasta que venía la policía y nos echaba. Pero siempre volvíamos al día siguiente, como si no hubiese pasado nada”.
“Ahora vivo bien, pero de niña pasaba hambre; mi padre trabajaba de vez en cuando para el duque del Infantado, apenas le pagaba, siempre nos faltaba de comer, aquí no trabajar era normal”, Ascensión Torres (48 años)
La compañera de Ascensión, María Isabel Montesinos, de 47 años, lleva ­desde los 29 trabajando en la fábrica, por lo que se siente agradecida cada día. “Estoy muy contenta con este trabajo. Trabajar en el campo, como hacía antes, es mucho más duro”. María Isabel fue una de las ­primeras en instalarse en una de las viviendas promovidas por el Ayuntamiento. Ahora el pueblo cuenta con 250. El mecanismo para obtener una es el siguiente: el Ayuntamiento proporciona los terrenos, los albañiles y el arquitecto; la Junta de Andalucía, los materiales, y los futuros inquilinos, su propia mano de obra. El ­precio que pagar, 15 euros al mes. Aunque es una hipoteca, en la práctica es un alqui­ler, pues nadie llega a pagar el precio completo de la casa y nunca llegan a tener las escrituras. Y el Ayuntamiento lo prefiere, pues no quiere que se vendan a terceros. Así, dicen, se evita la especulación. María Isabel presume: “Tengo mi propia casa y dos coches. No se puede desear mucho más, ¿verdad? Todo esto se lo debo al alcalde”.
Virginia Sánchez, de 32 años, está sentada en la barra de uno de los tres únicos bares del pueblo. No ha tenido que pasar por las penurias de María Isabel para estar segura de no querer cambiar su pueblo por ningún otro sitio del mundo. “Aquí simplemente vivimos mejor que en el resto de Andalucía”, cuenta. “Mis amigos de los pueblos de alrededor me tienen muchísima envidia”. Virginia no tiene apenas gastos. Vive con su marido y sus dos hijos pequeños en una casa de 15 euros al mes. La guardería de su hijo menor es muy barata, y a su hijo mayor en la escuela le dan tres comidas diarias gratis. Virginia trabaja todas las mañanas de ocho a tres y media como jornalera en El Humoso. “Dejé de estudiar cuando tenía 16 años para ponerme a trabajar en la fábrica”. Es la norma habitual. Prácticamente todo el mundo abandona los estudios al terminar la ESO. “Si quieres estudiar bachillerato, tienes que irte a Estepa, el pueblo más cercano que cuenta con instituto”, cuentan María José Bermúdez y Yamira Prieta, dos jóvenes trabajadoras de la conservera. Como ellas, sus amigos tampoco han seguido estudiando después de la ESO. “Todo el mundo que conocemos se ha puesto a trabajar”.
Indira García, de 22 años, es la excepción que confirma la regla. Estudia Ciencia y Tecnología de los Alimentos en la Universidad de Granada, pero este mes ha vuelto a Marinaleda para trabajar en la conservera como técnico de control de calidad. No le importa faltar a clase. “Me gusta ayudar en la fábrica”, explica. Toda la familia de Indira trabaja allí. “Aquella es mi madre”, dice señalando a una mujer que está trabajando en la cadena de producción. Su padre trabaja en El Humoso. Indira habla abiertamente, pero al preguntarle su opinión sobre si criarse en un pueblo comunista es muy diferente de hacerlo en cualquier otro municipio español, responde nerviosa que le parece una pregunta demasiado política. A partir de ese momento empieza a hablar con cautela. Cuando se le pregunta si en un futuro le gustaría trabajar en Marinaleda responde nerviosa con un “claro”. Nos dice que lleva cinco años en la lista de espera para una casa municipal y que le gustaría tener un trabajo fijo en la fábrica en el control de los productos. “Es decir, si hubiera trabajo”, añade vacilante.
Porque aunque en teoría todo el mundo en Marinaleda tiene empleo, la realidad es algo más complicada. Indira finalmente reconoce que suele pasar que entre temporadas de cosecha no haya trabajo, y que esta situación puede durar un mes o mes y medio. “En estos periodos no ganas nada y dependes de los subsidios”, revela. Además, para gente con estudios, como ella misma, hay pocas posibilidades laborales aparte del empleo en la cooperativa, entre otras razones porque las empresas grandes que podrían ofrecer puestos cualificados tienen vetada la entrada al municipio.
“Quien dice algo negativo sobre la gestión del alcalde Gordillo acaba en una lista negra de gente a la que no se le da trabajo. (...) Si el alcalde se entera de lo que he dicho, apaga y vámonos”, dice un vecino que prefiere dar un nombre falso
En la calle se ven varios grupos pequeños de hombres. Pasan horas sentados charlando en las terrazas de los bares del municipio. Parecen aburridos. Al preguntarles si no trabajan contestan secamente: “Hoy no”. Da la sensación de que no tienen muchas ganas de hablar. Parecen tener miedo a decir algo que pueda jugar en su contra. Después de unas horas en el pueblo, se hace evidente que hay muy pocas personas como Virginia e Indira que estén dispuestas a ser entrevistadas. “Ahí no me meto”, contesta la camarera de uno de los bares al preguntarle qué le parece la gestión del alcalde. La chica que atiende en la farmacia del pueblo tampoco quiere abrir la boca, ni siquiera se atreve a explicar por qué no quiere responder a las preguntas.
Aunque se muestra reacio al principio, Miguel Gómez, de 29 años, finalmente accede a hablar y cuenta que trabaja en la ganadería de su suegro. Los seis amigos que están sentados junto a él en la terraza de uno de los bares observan en silencio la conversación, pues prefieren estar callados. Gómez recuerda que antes de la crisis trabajaba como electricista en los pueblos de alrededor. Pero desde hace siete años no encuentra faena de lo suyo. Al preguntarle por qué no trabaja para la cooperativa, vacila y se calla. La conversación con Miguel se ve interrumpida porque ve a lo lejos a una persona que se acerca al bar. “Es de los suyos”, aclara después.
Visita al alcalde. Sánchez Gordillo recibe a Magazine en su casa. Vive en la calle de enfrente del Ayuntamiento, en una de las viviendas de promoción municipal que él mismo ayudó a construir con sus propias manos hace diez años. Sánchez Gordillo está envejecido y parece enfermo. Cuesta creer que se trata de la misma persona que hace tan sólo tres años y medio asaltó un supermercado del pueblo vecino para dar de comer con los alimentos sustraídos a familias sin recursos. Sigue ejerciendo la función de alcalde, pero admite que por razones de salud ha tenido que solicitar la baja como profesor de Historia en el instituto de Marinaleda y sobrevive con un subsidio de 400 euros que paga la Junta de Andalucía. Según Gordillo, de los empleos públicos ofertados en Marinaleda, la mayoría están en la cooperativa. El resto son plazas de profesor, en la guardería o en servicios sociales. Así que, según el alcalde, existen posibilidades laborales de sobra. Y para aquellos que no se sientan atraídos por esta clase de ocupaciones siempre existe la posibilidad de montar una empresa propia. En el pueblo hay un total de 20 negocios, entre ellos tres bares, dos farmacias y un salón de bodas. Al ser preguntado sobre la ausencia de grandes empresas, el alcalde reconoce que este tipo de negocios, como Carrefour, no son bienvenidos por, aduce, los bajos salarios que pagan y por su cultura de la especulación. Pero dice no poner traba alguna a aquellos habitantes con voluntad de emprender, siempre que el negocio que quieran montar no sea excesivamente grande. Pero cuando se le pregunta dónde está exactamente ese el límite, no sabe responder. Tampoco es capaz de recordar la cantidad de permisos para abrir un negocio que se han dado en Marinaleda en los últimos años.
Antonio Saavedra, vecino de 27 años, es camarero en un restaurante situado a la salida del pueblo. Trabaja allí media jornada y gana unos mil euros al mes. El resto del tiempo ayuda a su padre en la empresa familiar, una granja avícola. Antonio no quiere ni oír hablar sobre trabajar en la cooperativa. “¿No has visto a estos chicos que están todo el día en la calle? Se dice de este pueblo que hay trabajo para todos, pero desde que empezó la crisis ya nadie encuentra fuera, todos se quedan. Y como el trabajo se reparte, tienes suerte si te toca faena para más de seis días al mes”.
Desde hace tres años Antonio y su padre quieren ampliar el negocio familiar, fundado antes de que Gordillo fuera alcalde por primera vez. Sin embargo, se dan constantemente de bruces con la negativa municipal, pues no les dan la licencia y los permisos que necesitan. Quizás el modelo de negocio que plantean es demasiado ambicioso y excede esos límites inciertos marcados por el Ayuntamiento. “El alcalde simplemente no quiere que los habitantes emprendan. Llevamos tres años tratando de hablar con él, pero se niega a recibirnos”, dice frustrado. “Me encantaría salir de Marinaleda y montar un negocio, pero no puedo hacerlo porque mi padre está enfermo y soy el único que puede cuidarle”.
La dueña de una pequeña tienda en el pueblo dice saber por qué la gente de Marinaleda es tan reacia a hablar. “Quien dice algo negativo sobre la gestión de Gordillo acaba en una lista negra de gente a la que no se le da trabajo”, explica. Cuenta lo que le pasó hace poco a una trabajadora social. “Esta chica criticaba abiertamente a Gordillo. Ahora lleva ya un año sin trabajar”. Según la tendera, han sido muchos los habitantes que han tratado de hallar empleo en otros pueblos de Sevilla. Pero para alguien de Marinaleda no es fácil tener trabajo fuera. “En la mayoría de los casos los empresarios ni siquiera se molestan en echar un vistazo al currículum de alguien de Marinaleda. Piensan que aquí sólo viven revolucionarios y agitadores. Y eso les asusta”.
En una segunda visita al restaurante donde trabaja Antonio preguntamos por él y nos llevamos una gran sorpresa al recibir como contestación que no conocen a nadie con ese nombre. Resulta que Antonio Saavedra no es su verdadero nombre. “Si el alcalde se entera de lo que he dicho, pues, apaga y vámonos”, explica. “Aquí en Marinaleda es mejor callarte sobre las cosas que no te gustan”, añade. Nos pide que respetemos su anonimato en el artículo y declina dar más explicaciones.
Tanto en el Ayuntamiento como en el polideportivo y en la escuela figura el eslogan del pueblo: “Marinaleda, una utopía hacia la paz”. Pero parece a veces que hablamos más de una distopía. A los habitantes de Marinaleda se les da trabajo, sí, pero a la vez, se está comprando su silencio.///.

Marinaleda - Wikipedia, la enciclopedia libre

https://es.wikipedia.org/wiki/Marinaleda

Ir a Historia - Historia[editar] ... Marinaleda pasó al señorío a la Orden de Santiago. ...que cobraban dos reales de sueldo por una jornada de sol a sol.

Juan Manuel Sánchez Gordillo - Wikipedia, la enciclopedia ...

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Juan Manuel Sánchez Gordillo (Marinaleda, 5 de febrero de 1952) es un político, profesor de Historia, y sindicalista español. Desde 1979 es alcalde de  ...

Andalucía entera como Marinaleda - La Haine

www.lahaine.org/espana/andalucia_marinaleda.htm

Juan Manuel Sánchez Gordillo (alcalde de Marinaleda). ... En la nave central del cortijo, un compañero del S.O.C. explicó la historia de la finca y de la  ...

Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) | un sindicato a ...

www.sindicatoandaluz.org/

Por eso, hoy como ayer, haciendo honor a nuestra historia, exigimos Pan, Trabajo y ... fue elegido secretario general del SOC en 1984 también era muy joven.
Has visitado esta página muchas veces. Fecha de la última visita: 26/02/16

Andalucía entera como Marinaleda - Rebelión

www.rebelion.org/hemeroteca/otromundo/040116marinaleda.htm

16 ene. 2004 - En la nave central del cortijo, un compañero del S.O.C. explicó lahistoria de la finca y de la cooperativa, así como del proyecto social por el  ...

Marinaleda, el pueblo que escuchó a Blas Infante

larepublica.es/2013/06/.../marinaleda-el-pueblo-que-escucho-a-blas-infa...

28 jun. 2013 - Un pueblo sin el que la historia de la no tan utópica Marinaleda ... En 1976 fue creado el Sindicato de Obreros del Campo (SOC) como una  ...

Marinaleda, la utopía al alcance de la mano - Revista de ...

www.alandar.org/spip-alandar/?Marinaleda-la-utopia-al-alcance-de

5 ene. 2010 - Fue la primera vez en la historia de Andalucía que se ocupaba una finca durante ... En 1984 los vecinos de Marinaleda, de la mano del SOC,  ...

Sindicato de Obreros del Campo: la sal de la tierra ...

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13 oct. 2001 - La historia del SOC corre paralela a la de la democracia: nacen en 1976... En este camino de 25 años que hoy conmemoran en Marinaleda,  ...

La Historia de Andalucía: a debate

https://books.google.es/books?isbn=8476585861
Manuel González de Molina Navarro - 2000 - ‎Social Science
... en Marinaleda han destacado tanto las espectaculares huelgas de hambre de sus ...la historia del SOC es una pugna constante entre las zonas que querían,  ...

Marinaleda no se rinde - YouTube

https://www.youtube.com/watch?v=PpicoWLva9c
2 dic. 2013 - Subido por HispanTV
Este documental nos habla de la extraordinaria historia deMarinaleda, ... Sindicato de Obreros del Campo (SOC) y Alcalde de Marinaleda,  ... ///...---

// Podemos gana en Marinaleda y se impone a Unidad Popular

Con el 100% escrutado, la formación de Iglesias logra el 37,4% de los votos
Unidad Popular, la marca de IU, se queda en el 32%, menos de la mitad respecto al 66,7% de 2011
Sánchez Gordillo vuelve a aspirar a la Alcaldía de Marinaleda en una lista CUT-IU
Sánchez Gordillo, alcalde de Marinaleda.
Podemos ha puesto fin a la histórica hegemonía de Izquierda Unida en Marinaleda (Sevilla). Con el 100% de los votos escrutados, la formación morada se ha hecho con el 37,44% de los sufragios (653 votos) en este municipio, por delante de Unidad Popular, que ha cosechado el 32,57% de los votos.
El ascenso de Podemos en esta localidad de larga tradición izquierdista se produce tras el amago de su alcalde desde las primeras elecciones municipales tras el franquismo (1979), Juan Manuel Sánchez Gordillo, de concurrir a las generales en las listas de la formación de Pablo Iglesias.
Sánchez Gordillo, que ha sido diputado regional de IU en Andalucía hasta el mes pasado, renunció a figurar en las listas de Podemos para las generales junto al también dirigente del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) Diego Cañamero, con el que concurrió por la candidatura alternativa Utopía y Dignidad, que fue la segunda lista más votada en las primarias de la formación.
En estas elecciones, Unidad Popular ha logrado menos de la mitad del resultado que IU consiguió en las elecciones de 2011, cuando alcanzó el 66,7% de los sufragios. La formación llevaba siendo la primera fuerza en las generales en esta localidad desde las elecciones de 1986. Tras Podemos y Unidad Popular, según el recuento facilitado por el Ministerio del Interior, figuran PSOE (17,37%), PP (8,89%) y Ciudadanos (3,1%).

Marinaleda - Wikipedia, la enciclopedia libre

https://es.wikipedia.org/wiki/Marinaleda



Ir a Economía - Economía[editar]. La economía está basada en la actividad de la "Cooperativa Humar - Marinaleda S.C.A" y la fábrica de conservas,  ...

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La economía según Sánchez Gordillo | Diario Público

www.publico.es/espana/economia-segun-sanchez-gordillo.html



11 ago. 2012 - Marinaleda, gobernada por el Colectivo Unidad de los Trabajadores- Bloque Andaluz de Izquierdas desde 1979, ha apostado por un modelo  ...

Marinaleda, la utopía comunista de Sánchez Gordillo

www.huffingtonpost.es/.../marinaleda-la-utopia-comunista-sanchez-gordi...



8 ago. 2012 - Este es el lema que esgrime el escudo de Marinaleda. ... A su vez, se cuestiona la focalización de toda la economía en el campo, un sector  ...

Podemos gana en Marinaleda y se impone a Unidad Popular

www.eldiario.es/economia/Podemos-Marinaleda-impone-Unidad-Popula...



20 dic. 2015 - Inicio /; Economía ... Sánchez Gordillo vuelve a aspirar a la Alcaldía deMarinaleda en una lista ... Sánchez Gordillo, alcalde de Marinaleda.

Marinaleda, el pueblo 'comunista' que subsiste por obra y ...

www.arndigital.com/.../marinaleda-el-pueblo-comunista-que-subsiste-por...



10 ago. 2012 - economía. Noticias · Opinión · Blogs ... En 2011, Marinaleda contó con un presupuesto de 4,3 millones de euros. De ellos, casi el 80% (3,33  ...

¿Es exportable el modelo Marinaleda? - El Blog Salmón

www.elblogsalmon.com/entorno/es-exportable-el-modelo-marinaleda



28 jul. 2012 - Marinaleda se ha convertido en una suerte de Arcadia feliz, de ... dinero esta disponible para crear economía real y no financiera que es hacer  ...

Si España fuera Marinaleda. Historia de una mentira. Blogs ...

blogs.elconfidencial.com/.../si-espana-fuera-marinaleda-historia-de-una-...



10 ago. 2012 - Si España fuera Marinaleda, qué bonito sería. ... sustento a todo el pueblo, la finca 'Los Humosos', sobre la que gravita toda la economía local.

Sánchez Gordillo deja la alcaldía de Marinaleda pero ...

www.elmundo.es › España › Andalucía › Sevilla



11 nov. 2014 - Sánchez Gordillo ha sido alcalde de Marinaleda durante 35 años. .... por la Acción Estratégica de Economía y Sociedad Digital 2/2014. Nº.

Noticias sobre Marinaleda | EL PAÍS

elpais.com › Más temas



La presión de los concejales de Marinaleda impide que deje la alcaldía. El nuevo diputado de Izquierda Unida es contrario al pacto con el Partido Socialista.

Los comunistas de Marinaleda echan a los extranjeros del ...

www.libertaddigital.com/economia/los-comunistas-de-marinaleda-echan-...



28 oct. 2009 - El alcalde comunista de Marinaleda, que mantiene en este ... Economía... Los comunistas de Marinaleda echan a los extranjeros del campo ...///....

//  Publicado: 11.08.2012 08:30 |Actualizado: 11.08.2012 08:30


La economía según Sánchez Gordillo

http://www.publico.es/espana/economia-segun-sanchez-gordillo.html

Marinaleda, gobernada por el Colectivo Unidad de los Trabajadores- Bloque Andaluz de Izquierdas desde 1979, ha apostado por un modelo económico alternativo que le ha permitido capear el temporal de la crisis 
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Juan Manuel Sánchez Gordillo, quien ha acaparado las portadas de los últimos días tras haber liderado una "expropiación forzosa" de alimentos en varios supermercados junto a sus compañeros del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) para entregárselos a los más necesitados, es sin duda un dirigente singular dentro de la clase política española. Heterodoxo entre los heterodoxos, sus últimas acciones han recibido críticas incluso desde sus propias filas en Izquierda Unida, donde su organización, el Colectivo Unidad de los Trabajadores- Bloque Andaluz de Izquierdas, está integrado desde 1986. 
Junto a su eterno compañero de lucha jornalera, Diego Cañamero, Sánchez Gordillo ha sido un histórico dirigente del Sindicato de Obreros del Campo (SOC), columna vertebral del actual SAT. Además, desde 1979 es alcalde de Marinaleda, una pequeña localidad sevillana donde durante los últimos 40 años la izquierda ha tenido una hegemonía absoluta. El apoyo y compromiso de los vecinos del pueblo ha permitido poner en marcha un verdadero experimento político y económico, una suerte de isla socialista en mitad del campo andaluz.
Enemiga eterna de los terratenientes y la derecha, la Marinaleda roja ha caminado por la historia de España desde la Transición, pasando por la entrada en Europa y el fin del referente del comunismo con la caída de la Unión Soviética, hasta el siglo XXI. Finalmente, llegó la crisis económica y esta población andaluza ha tenido la oportunidad de probar si su particular utopía en 25 kilómetros cuadrados es realmente una alternativa frente a los mercados. Su tasa de paro actual es del 0%.
Una buena parte de los habitantes están empleados en la Cooperativa Humar - Marinaleda S.C.A, creada por los propios jornaleros tras años de lucha. Durante mucho, los campesinos estuvieron ocupando las tierras de Humoso, donde hoy está la cooperativa, y cada vez que lo hacían eran desalojados por la Guardia Civil. Finalmente, en 1992 consiguieron su objetivo: "la tierra para el que la trabaja" y la finca pasó a su propiedad. En su web aclaran que su "objetivo no es el beneficio privado, sino la creación de empleo mediante la venta de productos hortícolas saludables y de calidad".
Todos los sueldos en la cooperativa son iguales: unos 1.200 euros al mes  En sus campos se producen habas, alcachofas, pimientos del piquillo, pimientos morrones y aceite de oliva virgen extra, controlados por los mismos trabajadores en todas las fases de producción. Las tierras, situadas en la Vega del Genil, son propiedad de "toda la comunidad" y además cuentan con una fábrica de conservas, una almazara, invernaderos, instalaciones de ganadería y una tienda. El salario de todos los trabajadores, sin importar cuál sea su puesto, es de 47 euros por jornada, seis días por semana, a razón de 1.128 euros al mes por 35 horas semanales.
En las temporadas altas, en la cooperativa llegan a trabajar alrededor de 400 personas y como mínimo hay unas cien. Pero cada puesto de trabajo no es propiedad de un vecino en concreto, sino que se van rotando para que todos puedan cobrar algo, siguiendo la máxima de "trabajar menos para trabajar todos". Además, también hay gente que trabaja en pequeñas parcelas de su propiedad. El resto de la economía la ocupan sectores básicos del medio rural, como tiendas, servicios básicos y deportes. Prácticamente todos en el pueblo cobran lo mismo que un jornalero, alrededor de 1.200 euros al mes.
En una entrevista concedida a Público el mes pasado, el propio Gordillo explicaba cómo está afectando la crisis a Marinaleda. "Se nota un poco en los precios de los productos agrícolas y en la financiación. Tenemos problemas de liquidez pero estamos vendiendo bien los productos". De esta forma, "en términos generales, en la agricultura y en la alimentación se ha notado menos en la crisis. Lo que ocurre es que la gente que se había ido del campo para trabajar en la construcción está volviendo en demanda del empleo. Así que no sólo hay que mantener el empleo que existe sino que hay que incrementarlo. La agricultura ecológica da más empleo que la tradicional, eso es cierto. Claro que para salvarla de la situación de la crisis y del encarecimiento de los productos agrarios, estamos intentado un comercio horizontal, con un diálogo de cooperativa a cooperativa y estableciendo relaciones con otros países donde haya experiencias de este tipo".
Los vecinos ayudan en la construcción de los bloques y luego pagan 15 euros al mes por una casa
Frente al ‘boom inmobiliario' y la especulación que se apoderó del ladrillo español durante las últimas décadas, Marinaleda decidió tirar precisamente por la dirección contraria. Allí es posible tener una casa en buenas condiciones, de 90 metros cuadrados y con terraza, por 15 euros al mes. La única condición es que, siguiendo la filosofía asamblearia y horizontal por la que guía todas sus actividades, cada persona debe ayudar a la construcción de su vivienda. Con un suelo que ha conseguido alternando compra y expropiación, el Ayuntamiento ofrece un terreno y proporciona los materiales necesarios para la construcción de la vivienda, que realizan los propios inquilinos o bien éstos pagan a alguien que les reemplace. De esta forma, paga a albañiles profesionales para que asesoren a los vecinos y lleven a cabo las labores más complicadas. Además, como medida para fomentar la colaboración, los futuros vecinos no saben cuál de las viviendas que se edifican va a ser la suya en el futuro.
"Cuando trabajas construyendo la casa te pagan 800 euros al mes y la mitad del sueldo se reserva para ir pagando la casa", relata Juan José Sancho, un vecino de Marinaleda que, pese a sus 21 años, forma parte del ‘grupo de acción' del Ayuntamiento que se encarga, a través de la asamblea, de gestionar los asuntos públicos de la localidad. Según él, "esta medida se ha tomado para que no se pueda especular con la vivienda".
"Tenemos todas las necesidades cubiertas y la gente se acomoda un poco" Donde antes una gran parte de los jornaleros apenas sabían escribir, hoy hay una guardería, una escuela y un instituto que tiene hasta cuarto de la ESO. Tanto la guardería como el colegio cuentan con un servicio de comedor que cuesta sólo 15 euros al mes. Sin embargo, según relata Sancho, "la tasa de fracaso escolar es un poco alta, porque la gente ve que tiene casa y trabajo asegurados y muchos no ven la necesidad de esforzarse en los estudios. Es uno de los puntos que tenemos que mejorar".
El compromiso y la conciencia política entre los habitantes de Marinaleda es superior a la cualquier otro pueblo de la zona, y "es algo que también está muy presente entre los jóvenes", según Sancho. "Aquí todos los jóvenes tienen ideas políticas. Sin embargo, nuestro compromiso queda muy lejos que el que tuvieron nuestros padres en su época, que lo dieron todo por tener esto". A día de hoy "tenemos todas las necesidades cubiertas y la gente se acomoda un poco".
Los pilares fundamentales sobre los que se sustenta el modelo económico de Marinaleda son la igualdad y la participación del pueblo. Y estos principios se expanden a todos los ámbitos de la vida, también la política. Allí no existe la Policía y las decisiones políticas se toman en una asamblea en la que todos los vecinos están llamados a participar.
"La asamblea decide y el partido y el sindicato hacen suya esa decisión y la aplican en el Ayuntamiento"
Por otra parte, "está el ‘grupo de acción', que trata los temas urgentes más del día adía. No es un grupo de elegidos, son las personas que quieren unirse voluntariamente para repartirse tareas que son necesarias hacer por el pueblo", explica Sancho. "Es un espacio muy heterogéneo, en el que estoy desde yo, que tengo 21 años, hasta el Sánchez Gordillo. Somos más o menos el mismo número de hombres y mujeres". Sin embargo, una cosa tienen en común todos los que participan en él. Todos pertenecen "al movimiento" y, en su sitio como Marinaleda, "el partido (IU), el sindicato (SAT) y el Ayuntamiento son parte de un mismo todo. La asamblea decide y el partido y el sindicato hacen suya esa decisión y la aplican en el Ayuntamiento".
En cuanto a los impuestos, "son muy bajos, los más bajos de toda la comarca", según Sancho. Los presupuestos se eligen en plenos públicos y la gente en asamblea va aprobando cada partida que se realiza. Luego, se va haciendo barrio por barrio, pues cada uno cuenta con su propia asamblea de vecinos, y es ésta la que se decide en qué se invierte cada euro proveniente de la partido que ha destinado el ayuntamiento.
Siguiendo la doctrina de la coordinadora internacional Vía Campesina, en la cual está integrada el SAT, allí se trabaja la tierra "respetando el medio ambiente, practicando una agricultura 100% ecológica", como anuncia la cooperativa en su web.
"En la cooperativa siempre se ha tratado de fomentar la agricultura manual, para crear más puestos de trabajo y ser más respetuosos con el ecosistema", explica Sancho. Además, relata, "se han eliminado los vertederos y todos los desperdicios se llevan a plantas de reciclaje". El Ayuntamiento pretende ahora instalar su propio Punto Verde en el pueblo. ////----.
Andalucía entera como Marinaleda

http://www.lahaine.org/espana/andalucia_marinaleda.htm

"La dialéctica hoy se hace clara entre quienes militan por la paz y entre quienes militan por la guerra. Entre quienes militan por la abolición de todos los abusos y desigualdades y quienes militan por la explotación y las hambres..En definitiva, entre quienes militan en y para la vida y quienes militan en y para la muerte. No hay neutralidad posible. Los hombres y los pueblos han de optar por una u otra alternativa"
Juan Manuel Sánchez Gordillo (alcalde de Marinaleda).


Marinaleda: Una utopía en marcha


El pasado 31 de marzo, un grupo de personas de diferentes colectivos políticos y sociales de Madrid, emprendimos un viaje hacia el sur con el objetivo de acercarnos y participar en un "domingo rojo" en uno de los proyectos de transformación social más enriquecedores que se desarrollan actualmente en el estado español: el pueblo andaluz de Marinaleda. Un pueblo simbólico en la memoria colectiva, evocador de marchas, ocupaciones y huelgas de hambre que durante décadas han desarrollado los jornaleros del campo reivindicando tierra, trabajo y libertad. Pero también un pueblo que, más allá de los símbolos, es una realidad palpable de lucha, socialismo y, sobre todo, de dignidad. Una dignidad que, de una forma sencilla pero tremendamente emotiva, puede sentirse apenas llegar el pueblo y caminar por calles que portan los nombres imborrables de "León Felipe", "Mariana Pineda", "Salvador Allende" o "Ernesto Ché Guevara". Una dignidad que se manifiesta tanto en las palabras como en los hechos, y que -trascendiendo la problemática propia- asume solidariamente las reivindicaciones populares de Brasil, Perú, Chiapas, Cuba ... La misma dignidad que identifica a los pueblos que luchan construyendo futuro, y que saben del valor incalculable de la solidaridad internacionalista. En el transcurso del fin de semana que duró el encuentro, pudimos conocer a través de militantes del Sindicato Obrero del Campo (S.O.C.) la historia de los diferentes logros que se han ido materializando en el pueblo. Así, el primer día visitamos la finca del Humoso, propiedad del Duque del Infantado, "tantas veces grande de España", y que después de muchos años de intensa lucha fue finalmente ocupada por los jornaleros de Marinaleda. Dos leyendas presiden la entrada del cortijo: una que exclama "Tierra y utopía", enmarcando un mural con la figura de dos campesin@s en marcha; y la otra, que reivindica -por si a algún noble o lacayo no le hubiese quedado claro- que "Este cortijo pertenece a los jornaleros en paro de Marinaleda".

En la nave central del cortijo, un compañero del S.O.C. explicó la historia de la finca y de la cooperativa, así como del proyecto social por el cual han luchado durante tantos años los jornaleros andaluces. Una historia colectiva de marchas y ocupaciones de tierra, de enfrentamientos con la guardia civil, de huelgas de hambre y encarcelamientos. Una historia en suma de lucha y resistencia, que trascendió por primera vez a la opinión pública el 14 de agosto de 1980, cuando 700 vecinos del pueblo estuvieron en huelga de hambre durante 13 días con el objetivo de denunciar las condiciones de explotación, paro y miseria del campo andaluz. Unas condiciones determinadas por la desproporcionada desigualdad en la distribución de la tierra, concentrada en grandes latifundios, propiedad de algunas nobles familias, y cuya explotación estaba asociada a unas relaciones de producción de carácter cuasi-feudal. Como muestra, señalar que -según datos publicados en el diario "El País" en noviembre de 1980- la concentración de la tierra en ese año en Andalucía era mucho más acusada que en la segunda República. 


El alcalde de Marinaleda, Juan Manuel Sánchez Gordillo, sintetiza así las causas políticas de aquella huelga:


"Nuestra lucha se plantea en un momento en que la situación socioeconómica llega a extremos insoportables. De una parte los fondos del Empleo Comunitario este año se han reducido al 50 por 100, no habiendo correspondido a más de 200 pesetas por jornalero y día, lo que ha empujado a familias enteras a mendigar casa por casa para poder vivir. Entonces, ante esto iniciamos varias acciones de protesta, principalmente cortes de carretera, que si bien no fueron de gran efectividad, trajeron como consecuencia la intervención de la guardia civil en repetidas ocasiones, y con ella la represión. Después de llevar a cabo estas acciones, en una asamblea de 1.500 vecinos se decide la huelga de hambre. ¿Qué es lo que hay detrás de la huelga de hambre? : en primer lugar, tapar el hambre, es decir, que con la huelga queríamos combatir precisamente el hambre física que padece nuestro pueblo, ello a pesar de ser nuestra comarca una zona rica, muy rica; en segundo lugar, con nuestra acción lo que hacemos es volver a poner el dedo en la llaga del problema de fondo que tiene Andalucía, esto es la TIERRA, la reforma agraria".

Una viñeta publicada en un periódico andaluz en esas fechas, sintetizaba expresivamente la diferencia entre quienes asumen resignadamente las condiciones de explotación y quienes plantean la lucha contra la misma: "Marinaleda: 800 vecinos en huelga de hambre. El resto, en hambre solamente". 


A esta acción, siguieron otras, profundizando la lucha por la reivindicación de la tierra, que cuajaron finalmente en la ocupación definitiva de la finca del Humoso, propiedad del duque del Infantado. 

Se organizó entonces, el trabajo colectivo mediante la creación de una cooperativa popular, y la explotación de una tierra que hasta entonces era en gran parte baldía. Actualmente, se cultivan 1.200 hectáreas, en las que se plantan mayoritariamente olivos, aunque también se destinan pequeñas parcelas a otros cultivos (ajo, algodón, pimientos, alcachofas...), cuya siembra, a pesar que económicamente no es rentable, está destinada fundamentalmente a mantener puestos de trabajo. Asimismo, tienen unas pocas cabezas de ganado (ovejas). Cabe resaltar que los jornaleros siguen sin tener la propiedad nominal de la tierra, pero sí la propiedad efectiva, sin pagar ninguna renta a los propietarios: "Esta tierra no es propiedad nuestra, es del duque, pero la trabajamos nosotros porque seguimos en ella. En un momento, ellos pensaron: ya que no se van ni a tiros, le damos la tierra, nos pagan la renta y a correr, pero nosotros no pagamos un duro, ni lo vamos a pagar".


La cooperativa la integran hoy en día unas 70 personas del municipio, pero además, trabajan jornaleros de otras partes en las épocas de mayor producción. En este sentido, se ha erradicado el sistema de las peonadas, eligiéndose de forma asamblearia a los jornaleros que son precisos. Otro aspecto a remarcar es que ninguno de los miembros originales de la cooperativa, tiene derecho a la propiedad individual de la tierra, ya que supondría erosionar el proyecto colectivo popular: "Nosotros vimos que si, una vez conseguida la tierra, la dividíamos, nos dividiríamos a nosotros mismos, dividiríamos el movimiento y cada uno sólo se ocuparía de lo suyo. Por eso, nadie tiene derecho a coger su pedazo de tierra".

Finalmente, a una pregunta sobre las razones que esta dinámica no se hubiese reproducido en otras partes del campo andaluz, con similares condiciones de miseria y explotación, la respuesta del responsable del S.O.C. es tan escueta como contundente: "Por la lucha, porque nosotros nos mantuvimos luchando cuando otros no siguieron". 


Después de la visita de la finca, y tras almorzar en la casa del pueblo del S.O.C., nos trasladamos a la televisión local, gestionada mediante trabajo voluntario y por los vecinos, mayoritariamente jóvenes. En un programa, "Línea directa", el que el alcalde del pueblo comenta habitualmente aquellos aspectos de interés para la comunidad (desde la siembra del ajo a las contradicciones del imperialismo y la posible tercera guerra mundial), participó un compañero del grupo visitante . 

En el transcurso de la entrevista, tanto la presentadora del programa como el propio Sánchez Gordillo, se interesaron por el trabajo desarrollado por los distintos colectivos en Madrid, así como por la opinión del compañero sobre Marinaleda y otras cuestiones de interés político y social.

Posteriormente, el concejal de Obras Públicas, explicó y enseñó los diversos proyectos en marcha, particularmente el programa de autoconstrucción de viviendas, mediante el cual los vecinos que lo necesiten pueden acceder a una vivienda mediante su propio trabajo. La Junta de Andalucía realiza un préstamo al futuro propietario (pagadero en veinte años) para la realización de la obra, el ayuntamiento cede gratuitamente los terrenos, facilita los materiales y nombra a un arquitecto (quien propone un proyecto, que es discutido por los vecinos) y a un albañil cualificado, quienes serán los responsables de la construcción. 


De ahí en más, cada vecino sólo tiene que poner su trabajo. De esta forma, al tiempo que el auto-constructor va trabajando, se le descuenta el valor total de la vivienda, y así al parado se le proporciona trabajo y vivienda, al mismo tiempo que se le permite elegir cuanto puede pagar cada mes hasta que la vivienda sea de su propiedad . 

Un aspecto original del proyecto consiste en que, una vez terminadas todas las viviendas previstas, el derecho a elegir la casa se establece en función de las horas de trabajo contabilizadas. 

Es decir, aquel vecino que haya trabajado más, es el que tiene derecho a elegir en primer lugar su vivienda.


Otras obras que se están desarrollando en el pueblo son un parque de 55.000 metros cuadrados, y un anfiteatro con capacidad para 1.500 personas, lo que constituye en ambos casos indudablemente todo un logro, considerando que el municipio tiene 2.500 personas. Asimismo, pudimos visitar algunas obras ya acabadas, como las instalaciones deportivas: el gimnasio, las canchas de deporte, el estadio de fútbol -cuya limpieza después de cada partido corresponde al concejal de deportes- o la piscina, cuyo abono para los habitantes de Marinaleda tiene el precio de 300 ptas. para el conjunto de la temporada. 


Posteriormente en el ayuntamiento, se celebró una reunión de aproximadamente hora y media con Juan Manuel Sánchez Gordillo, quien explicó sintéticamente la historia de lucha del pueblo:

"Nosotros pertenecemos a un sindicato: el Sindicato de Obreros del Campo (S.O.C), que es el primer sindicato en el mundo rural andaluz por delante de Comisiones y UGT. En su origen, en un principio, había gente de diferentes tendencias: maoístas, anarquistas, socialistas. A partir de estas tendencias, el sindicato recoge un poco el espíritu de la asamblea". 


"Nosotros nos levantamos al grito de ¡la Tierra para quien la trabaja¡, y hemos hecho muchas ocupaciones. En el año 79, nos presentamos a las primeras elecciones democráticas. No nos gustaba ninguno de los partidos que había, no nos gustaba el partido comunista de entonces, y nos presentamos con una cosa que es la CUT, el Colectivo de Unidad de los Trabajadores. Y desde entonces seguimos acá". 
"¿Cómo empezamos a trabajar?. Alrededor del problema del paro, alrededor de problemas concretos. Nosotros nos reuníamos en asambleas, ocupábamos las oficinas del paro, nos movilizábamos y fuimos consiguiendo cosas con las movilizaciones. Y nos dimos cuenta de que la asamblea es un elemento muy importante: en las asambleas decidíamos las acciones, que hacíamos después, y luego reflexionábamos sobre lo hecho. Y en un momento dado, nos planteamos presentarnos al ayuntamiento. Porque nosotros pensábamos que el poder de la izquierda no podía ser igual al poder de la derecha , y es que en Andalucía, las clases sociales están muy claras, los terratenientes están clarísimos, todos esos duques como la duquesa de Alba y la madre que los trajo. Y así, ese poder asambleario que se había creado a través del sindicato y a través de las luchas del paro, lo trasladamos al ayuntamiento". 

"Y desde la fecha aquí estamos, con algunas condiciones: que los que ocuparan cargos serían los últimos en recibir beneficios y los primeros en la lucha, y que la asamblea es el órgano máximo de decisión a nivel político y sindical. Asamblea, no de afiliados, sino abierta a todo el que quiera participar en el pueblo. Entonces, así el sindicato se constituye conjuntamente con el ayuntamiento en una especie de poder del pueblo, en el que la asamblea es el poder legislativo y ejecutivo, y el que se moviliza al mismo tiempo. Y por eso es que, por ejemplo, cuando el sindicato ocupa una finca, es el ayuntamiento también ocupa la finca: nosotros hemos hecho plenos públicos en las ocupaciones con la guardia civil detrás de nosotros".


"Y así hemos hecho un recorrido de lucha, ¿por qué?, por la tierra, porque la única forma de conseguir de trabajo de forma continuada es con la tierra. Así que nos preguntamos, ¿quien tiene tierra? : el duque del Infantado, que tiene 17.000 hectáreas en Andalucía. Entonces fuimos a ocupar la finca, la estuvimos ocupando un montón de años: guardia civil, denuncias, problemas, hasta que conseguimos la tierra , que nos decían que era una utopía, pero luego con el tiempo y la lucha se vio que la utopía si se persigue se puede conseguir. Entonces, conseguimos la tierra mediante lucha, que es la primera vez en todos los años de historia de Andalucía que se consigue la tierra mediante lucha y además los trabajadores se quedan en esa tierra.

La tierra para el que la trabaja aquí se hizo realidad. Entonces es una pelea que hemos llevado como sindicato y como ayuntamiento, y mediante la asamblea como órgano de decisión. Y luego también hemos aprovechado el ayuntamiento para muchas otras cosas, aquí no se había hecho nunca vivienda pública, y ya han visto nuestro proyecto de vivienda. Así, hoy cualquier joven cualquier pareja que se quiera independiza, nos pide la vivienda, y la puede conseguir con su trabajo".

"La izquierda que nosotros representamos es una izquierda que aspira a la transformación de la sociedad, que aspira a la utopía, a una sociedad sin clases, pero esa utopía que pretendemos de algún modo la tenemos que hacer realidad aquí, intentar trasladar aquí en el sitio concreto, un poco -con todas las contradicciones que podemos tener- que se vislumbrara la sociedad que queremos tener. 


Si creemos que la vivienda es un derecho, que se haga realidad. ¿Puestos de trabajo?, conseguimos la tierra, estamos intentando desarrollar una industria para crear trabajo. Y que no haya diferencias entre los dirigentes y los dirigidos. Y que haya capacidad de respuesta colectiva ante cualquier reto de la vida. Y bueno, cuando tenemos un problema, se convoca una asamblea y decimos oye, que nos pasa esto, ¿qué hacemos?. Pues mira, vamos a juntarnos y nos vamos a movilizar".


"Así, hemos desarrollado un montón de acciones de lucha: nosotros hemos estado en la Moncloa con Felipe González dentro, y nos ha tenido que sacar la policía por la puerta de atrás. Hemos ocupado el banco de España; hemos ocupado el aeropuerto internacional de Sao Paulo durante un montón de horas; hemos parado el AVE dos o tres veces; nosotros hemos ocupado el INEM, la Presidencia de Andalucía, hemos hecho huelgas de hambre, hemos hecho huelgas generales, marchas andando, todo lo que se nos haya ocurrido. Nosotros decimos que cualquier método de lucha es válido si lo entiende el pueblo y sirve para algo. Hemos utilizado básicamente métodos no violentos, pero si la policía utiliza la violencia para reprimirnos, también tenemos derecho a utilizarla para defendernos, pero aunque nos hayan dado muchos palos, la lucha ha sido básicamente no violenta. Nos han hecho procesos judiciales, un montón". 


"Total que esa ha sido un poquito nuestra pelea. En esta etapa ¿en qué estamos?. Una vez conseguida la tierra, hemos intentado demostrar que cuando decíamos la tierra es para el que la trabaja era cierto, que cuando los trabajadores tienen la tierra son capaces de darle una utilidad, de intentar que tenga un carácter social, que la riqueza sea para todo el mundo. Y desde el ayuntamiento, intentar crear el máximo bienestar comunitario, tenemos una piscina que vale 300 ptas. toda la temporada; hacemos una feria donde los camareros somos nosotros, los cocineros, se hace un grupo de unas 200 personas que trabaja gratuitamente en la feria para que la gente tenga comida barata, actuaciones gratis, porque la alegría también es un derecho, no es un privilegio". 

"Por tanto, nosotros intentamos ser una izquierda anticapitalista, que trabaje en lo concreto, porque nosotros decimos que la izquierda o es revolucionaria (aunque esa palabra no se lleve), subversiva, transformadora, o esa izquierda no vale. Lo demás es nada. Frente a las desigualdades de clase, de territorios, de países, la respuesta nos lo da el trabajo en lo concreto. Y creemos que somos utópicos, y que no tenemos que abandonar de ninguna manera la utopía". 

"¿Lo que ha pasado ahora en las elecciones?, ¿pues qué se esperaban pactando con el PSOE?. Eso no vale, la izquierda tiene que ser alternativa, tiene que ser utópica, en un momento dado podrá tener más representación o menos, pero la izquierda tiene que tener base popular. Esa es la izquierda que queremos nosotros, una izquierda que transforma, que tiene en cuenta el territorio, en este caso Andalucía, una izquierda que cree en la utopía, y una izquierda que cree que la gente tiene que encarnar los valores que dice defender. Y a mayor responsabilidad, mayor coherencia en la defensa de esos valores. Yo no creo en los que, estando en la izquierda, viven en hoteles de cinco estrellas. No me creo eso, porque se trata de demostrar la solidaridad ahora, no cuando llegue esa sociedad de la que hablamos. Entonces, tratar de mantener esa coherencia, que es muy difícil en estos tiempos tan conservadores que estamos viviendo de mantener, extender y profundizar". 

"Y por eso, verles a ustedes aquí nos da alegría, porque muchas veces nos sentimos como predicadores en el desierto. Entonces, que venga gente, gente joven como ustedes, que están haciendo cosas, lo que significa que han tomado partido, y que vengan aquí porque somos un poquito diferentes, para nosotros nos viene muy bien. Porque vemos que la semilla que estamos plantando, en algunos lugares sale. Y que, bueno, nos ha gustado que hayan venido, y saber que en la ciudad, en unos momentos tan difíciles como este, también haya gente que esté intentando, con las herramientas que pueda, cambiar este desorden que hay. Y ahora, la palabra la tenéis vosotros, yo la suelto".


A partir de esta exposición, se desarrolló un vivo debate en el que se fueron planteando cuestiones de muy diversa índole. Así, sobre la extensión del proyecto de Marinaleda a otras partes de Andalucía, señala Sánchez Gordillo:

"Nosotros tenemos implantación en toda Andalucía, tenemos gente en varios ayuntamientos, y que intentan hacer más o menos lo que nosotros. Lo que pasa que hay una dificultad en la comunicación, en cómo convencer al del otro pueblo que está al lado y que tiene los mismos problemas, que hay fincas enormes, como es posible que a la gente no le dé por ocupar esas fincas. Tenemos que intentar comunicar nuestra experiencia y arroparnos unos a otros, porque los de enfrente son muy fuertes".

Otra cuestión que se planteó fue cómo se abordaba desde el ayuntamiento la cuestión de la criminalidad y el orden en el pueblo: "Nosotros no tenemos guardia civil, ni tenemos ahora tampoco municipal, porque el que teníamos se ha jubilado y no hemos puesto a otro.

Todo el mundo, el PP, el PSOE, protestan diciendo que aquí corresponden 4 o 5 municipales. Nosotros tenemos un municipal, que lo heredamos del antiguo régimen. Y lo primero que hicimos cuando entramos en el ayuntamiento fue decir: vamos a quitarle la pistola no sea que se equivoque. Entonces, se le quitó la pistola y quedó como alguacil: un municipal recadero, para llevar las cartas, para traer las cartas..porque los municipales también pueden ser peligrosos, porque también pegan palizas. Entonces, tendremos uno, pero no como policía, sino en la función de alguacil. ¿Y como se controla esto?. Porque la gente participa en la construcción del pueblo, en la plantación de árboles, en el cuidado de las calles, y por eso la gente respeta. 


Nosotros, desde que estamos en el ayuntamiento, no hemos puesto ni una multa a nadie, nunca. Igual la tendremos que poner con gente de fuera, pero bueno, los índices de criminalidad son muy escasos, y nosotros nos autocontrolamos en ese aspecto".


En relación a las contradicciones entre desarrollo económico y ecología: "Hay explotación de clase, económica y explotación de recursos. Este modelo de desarrollo se está tragando la tierra, y está convirtiendo la tierra en una mercancía que se compra y que se vende. Nos estamos cargando la nave tierra.

Así que yo digo que la izquierda tiene que ser ecologista, ahora bien, los ecologistas también tienen que ser de izquierdas, porque tienen que fijarse en el modelo de desarrollo. Esos ecologistas que se meten en el partido socialdemócrata alemán o estos ecologistas que se han metido en el PSOE, pues yo no me creo su ecología.

Ni al revés, tampoco. Porque este modelo actual no sólo es tremendamente agresivo con los seres humanos produciendo hambre, porque este es un sistema terrorista: no hay ninguna organización terrorista que haya matado más gente que el capitalismo. Este es un sistema terrorista, pero muy hipócrita, que destruye además la naturaleza. Esto hay que cambiarlo por otro modelo de desarrollo. Es como el tema de la paz: si eres pacifista, tienes que ser anticapitalista, porque el sistema capitalista es un sistema de guerra, de violencia en sus estructuras. Así que los ecologistas tienen que ser de izquierda, y la izquierda tiene que ser ecologista".

Un tema que se suscitó fue el reparto de trabajo entre hombres y mujeres, y la forma en que tenía el sindicato de abordar el papel en la sociedad. A esto, señalaba Sánchez Gordillo, respondiendo a la compañera que le preguntó sobre la cuestión: "Mañana en el domingo rojo verás más mujeres que hombres, y en las luchas que nosotros hemos hecho, ha habido más mujeres que hombres. En las ocupaciones, en las huelgas de hambre, como en la que hicimos en 1980 cuando estuvimos 700 personas en huelga de hambre durante 13 días, las que más aguantaron fueron mujeres. 


Y en todas las luchas nuevas, las mujeres ha cumplido un papel decisivo, ¿por qué?. Porque si un hombre participaba por una casa, participaba un hombre sólo y nadie más. Cuando la mujer participa, tenía más capacidad de arrastre y arrastraba a toda la familia a la pelea. 

Y luego, en la lucha concreta, la mujer ha sido como más constante que el hombre en las peleas, ha demostrado más firmeza, y aunque le ha tocado más trabajo meterse, cuando se ha metido ha sido más firme en la lucha concreta. 

Eso en la etapa que hemos recorrido hasta aquí.


Pero en la etapa siguiente, en la que ahora estamos, la mayoría de gente que tiene trabajo y va a tener trabajo, son más mujeres que hombres. 


Por supuesto, a igual trabajo, igual salario, eso no hace falta que lo explique. 

Pero, por ejemplo, este año pasado tuvimos la línea de alcachofas. Había, en la nave, 6 ó 7 hombres y unas 80 mujeres. En la nave que vamos ha hacer el año que viene de habas, tres cuartas de lo mismo. Así que en el trabajo que hay ahora mismo hay más mujeres que hombres, tanto en la industria que se está creando, como en el campo". 

Sobre otras cuestiones, como la situación de la sanidad. educación. medios de comunicación: "La sanidad está regular, no hay dominio municipal sobre la sanidad, es potestad de la Junta de Andalucía. Podemos reivindicar más médicos, pero no controlamos el hecho médico. Es como la educación, que ya nos gustaría poder tener potestad en esto. Bueno, pero al menos tenemos televisión propia, y si podemos echar alguna película sobre el Ché, sobre Zapata, un debate, al menos algo colamos. Aunque es tremendo con tanto canal. Por eso intentamos desarrollar medios de comunicación alternativos". 

Finalmente, en relación al modelo de organización y funcionamiento del ayuntamiento:"El ayuntamiento se rige por lo que decide en la asamblea. Hasta ahora ninguno de los que estamos en el ayuntamiento hemos cobrado nada. Cada uno tiene su trabajo: el que es albañil trabaja de albañil, el que es maestro como maestro, cada uno en su cosa. Hasta ahora ninguno hemos cobrado por ejercer la política aquí, nadie. Y si en un momento alguien tiene que venir acá para desarrollar un trabajo concreto que precisa de todo el tiempo, hemos establecido que se cobra la media de lo que se cobra donde vive. Lo que no puede ser es que el que está aquí cobre cinco veces más que sus vecinos a los que tienen que resolver los problemas. Porque entonces la solidaridad es mentira. Si uno dice yo soy solidario, hay que preguntarle, ¿en qué casa vives tú?, ¿y en qué casa vive el que está aquí?, ¿Cuánto ganas tú y cuanto gana el que vive aquí?. Yo he sido diputado en el parlamento de Andalucía hasta las últimas elecciones; yo era presidente de una comisión del parlamento de Andalucía, y debería haber cobrado 450.000 ptas. o algo así. Yo he cobrado 137.000 ptas. al mes, porque yo quería, renunciaba a lo otro que iba a otras cosas, y los viajes me los pagaba yo. ¿Qué pasaba?, que me costaba llegar a final de mes. 

Pero era lo que tenía que hacer de acuerdo con mis principios, porque si no me iba a mi casa y me dedico a otras cosas, porque si no que fuerza tengo yo para explicarle las cosas a los que tengo al lado. Es muy difícil luchar contra la sociedad de consumo, cuando te dicen que la felicidad es tener muchas cosas, cuantas más cosas tienes más feliz eres. Y contra todo esto hay que luchar dentro de las organizaciones de izquierda, y a más responsabilidad, más compromiso. Porque los hechos son importantes. Y tenemos que ser vigilantes en la coherencia".


Particularmente, desde "Casa de los Pueblos de América", le planteamos a Sánchez Gordillo la participación del pueblo en la campaña que actualmente está desarrollando nuestro colectivo por la libertad de los presos políticos en Argentina, realizando una breve explicación de la misma y entregándole el dossier de la campaña. Sánchez Gordillo mostró su total solidaridad con los presos políticos, enfatizando una vez más el carácter solidario e internacionalista de su organización. Así, comentó que "cuando pasó la matanza de los compañeros de Perú a manos de Fujimori, primero mandamos un agente a ver cómo estaba la situación en la embajada de Madrid, y dado que no lo veía claro, decidimos ocupar a patadas el consulado de Perú por acá. Nosotros, naturalmente, somos internacionalistas, porque es algo que creemos inseparable de ser de izquierdas". A continuación Sánchez Gordillo, tras firmar él mismo los petitorios de libertad, se comprometió a difundir e implicar a los vecinos de Marinaleda y al S.O.C. en la campaña. 


Una vez finalizada la asamblea, se dio por terminado el primer día de encuentro, y tras pasar a asearnos por nuestra "casa" (el gimnasio cedido a tal efecto por el ayuntamiento), fuimos a cenar y confraternizar en la casa del pueblo del S.O.C. 

Al día siguiente, la cita era a las nueve de la mañana, con el compromiso de participar en el domingo rojo. El domingo rojo, como es conocido, consiste en que l@s vecin@s -en número variable según la disponibilidad- dedican parte de su tiempo de ocio a la realización de actividades colectivas que redundan en beneficio del pueblo: plantación de árboles, limpieza de las calles, construcción, etc. Estas jornadas de Marinaleda, que ineludiblemente suscitan la imagen de los domingos rojos en Cuba con la figura del Ché a la cabeza, se inician con una breve discusión en la casa del pueblo, donde se discute sobre la propuesta de actividad que el día anterior ha sido anunciada mediante altavoces. Una vez aprobada, se pone manos a la obra, y tras finalizar la actividad, se retorna a la casa del pueblo, y se realiza una pequeña asamblea donde se debaten temas concretos que planteen l@s vecin@s. 


En este sentido, un miembro del S.O.C., señaló que la finalidad de los domingos rojos no tiene que ver tanto con la economía como con el fortalecimiento de la conciencia colectiva: "que la gente del pueblo nos veamos unos a otros, nos hablemos unos a otros, trabajemos juntos y de este modo sentir que todo lo que se realiza en el pueblo es responsabilidad y compromiso de cada uno". Un planteamiento similar al que, más de treinta años atrás, expresaba el Ché en Cuba cuando señalaba que "nosotros decimos que el trabajo voluntario no debe mirarse por la importancia económica que signifique en el día de hoy para el Estado; el trabajo voluntario fundamentalmente es el factor que desarrolla la conciencia más que ningún otro. Y más todavía cuando esos trabajadores ejercen su trabajo en lugares que no les son habituales. El trabajo voluntario se convierte entonces en un vehículo de ligazón y comprensión entre nuestros trabajadores administrativos y los trabajadores manuales, para preparar el camino hacia una nueva etapa de la sociedad, una nueva etapa de la sociedad donde no existirán las clases y, por lo tanto, no podrá haber diferencia ninguna entre trabajador manual o trabajador intelectual, entre obrero o campesino". 


Este domingo en concreto, tras darnos la bienvenida al grupo, nos dispusimos a realizar con l@s vecin@s -en su gran mayoría, mujeres- la actividad prevista, consistente en la recogida de naranjas de los árboles plantados en la avenida principal del pueblo. Actividad que, lamentablemente, se malogró al poco de iniciarse cuando se desencadenó la lluvia, y l@s vecinos decidieron suspenderla, y regresamos a la casa del pueblo, para participar en la asamblea. Esta se desarrolló en la sala dispuesta a tal efecto, que está decorada con diversos carteles, entre ellos uno del Ché, y presidida por una pancarta con el siguiente lema: "Quien no tiene el valor de sacrificarse, debe al menos tener el pudor de callarse ante los que se sacrifican". 

La asamblea se inició con una breve alocución de uno de los compañeros del S.O.C., tras la que se inició el diálogo -tímido al principio, fluido después- con l@s vecin@s. Hablamos de nuestra visita y nuestras impresiones, nos expresaron su satisfacción que viniese gente de fuera a conocer la labor desarrollada en Marinaleda; nos comentaron algunos proyectos, sobre el trabajo voluntario, nos preguntaron sobre nuestros colectivos.., todo ello en un clima entrañable, desde la sencillez de los discursos, pero siempre impregnados de dignidad y coherencia. Particularmente emotiva, fue la intervención de una mujer joven quien, ante la pregunta de un compañero del grupo sobre como asumían los jóvenes del pueblo el testigo de la lucha de sus mayores, ofreció el siguiente testimonio:


"Yo era muy niña, como muchos de los que estamos aquí, y fuimos creciendo a medida que el proceso iba creciendo también. Y tal como está ahora la sociedad, creemos que más que nunca es necesario continuar con Marinaleda, porque el espíritu que aquí hay, que aquí se vive, es necesario. Porque si los de arriba nos están machacando, la clase obrera siempre ha sido la oprimida, creo que Marinaleda es un arma de liberación. Me siento orgullosa de haber nacido aquí y de estar en este proceso, y creo que la gente joven de aquí igual que yo va a tirar para adelante en el campo, porque lo que tenemos es muy grande. Y nos agrada y nos sentimos muy orgullosos de que gente como vosotros se sienta de alguna manera, no sé, hermanados con Marinaleda. Y nada más".

Finalizada la asamblea, y tras almorzar en la casa del Pueblo, emprendimos el viaje de regreso a Madrid, con la alegría común de haber compartido -desde la particularidad de cada individuo y colectivo, pero a partir de una misma motivación de solidaridad internacionalista- una experiencia única: la de haber conocido y vivido un proyecto de transformación social que ha logrado materializar la utopía en hechos concretos, mediante la lucha, la dignidad y la coherencia.

Sólo queda animar a tod@s los que puedan, a realizar este mismo viaje, para que comprueben por sí mismos, como se recoge en un poema escrito por la gente de este pueblo, que la utopía es la mejor canción/que pueden entonar los pobres/y el árbol que mejores frutos/y más imperecederos cosecha/porque traen dignidad y decencia/y fe para seguir luchando/y soñando en el gran espacio de los Derechos Humanos".

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