viernes, 19 de junio de 2020

LOS PAÍSES NORTEAFRICANOS Y LA ACCION DEL 4 DE SEPTIEMBRE, EN EL MEDITERRÁNEO Y UNIVERSALMENTE,...¡¡



LA PRIMAVERA ÁRABE: DEL FRACASO DE UN MOVIMIENTO ANTISISTEMA A LA CONSOLIDACIÓN DE UN NUEVO ORDEN REGIONAL. 

Dias, Rodrigo Javier 

Resumen :

file:///C:/Users/usuario/Downloads/LA_PRIMAVERA_ARABE_DEL_FRACASO_DE_UN_MOV.pdf

Tras la finalización de la Segunda Guerra Mundial, a mediados del siglo XX, las relaciones internacionales y la manera de concebir los múltiples intercambios socio-económicos adoptarían novedosas formas de manifestarse a lo largo y ancho del planeta, con una creciente e inusitada celeridad que empezó a apreciarse en las últimas décadas del siglo. 

Este proceso, identificado bajo el nombre de globalización y con un claro corte capitalista-neoliberal provocaría en el corto plazo con la expansión y el arraigo de sus políticas la profundización de las desigualdades entre centro y periferia, con impactos directos sobre las sociedades de estos últimos. 

Más de medio siglo después, insertos ya en el siglo XXI, las consecuencias de la aplicación de este sistema capitalista neoliberal se manifestarán a través de múltiples resistencias provenientes de la sociedad en su conjunto. 

En 2011, y con el empuje de los coletazos de la -por ahora- última crisis global capitalista en 2008, en los países árabes del norte africano y el oeste asiático tendremos el último y más trascendente ejemplo de estas resistencias con el surgimiento de la Primavera Árabe. 

Comenzando como una revuelta social que inestabilizó rápidamente una región crucial para las necesidades de Estados Unidos, el presente trabajo abordará el análisis de sus causas, su desarrollo y su situación actual, partiendo del supuesto que indica que la desarticulación de este campo de protesta se ha transformado en el corto plazo en territorio fértil para la introducción efectiva de prácticas y políticas funcionales a los designios del hegemón norteamericano, estado constituído como líder global en el último tercio del siglo XX; 

al generar una situación aprovechada por el país del norte americano y sus aliados europeos mediante intervenciones territoriales específicas. Palabras clave: 

Globalización Neoliberal – Hegemonía – Primavera Árabe - Geoestrategia Introducción Tras la finalización de la Segunda Guerra Mundial y en las décadas subsiguientes, el cuadro de situación que caracterizaba a las relaciones internacionales iba a manifestar una serie de modificaciones que configurarían definitivamente el desarrollo del planeta en su conjunto. A través de un proceso de globalización comandado por un capitalismo neoliberal que vehiculizó y afirmó su expansión mediante este proceso, a partir del último tercio del siglo XX los países periféricos y sus sociedades serían partícipes necesarios de la nueva versión de este proceso de acumulación. En este contexto, podría afirmarse que a lo largo del siglo XX, mientras los imperios coloniales europeos se desmoronaban, 

“los Estados Unidos construyeron (…) un ´imperio informal´, fundado en su poder económico y asegurado por su fuerza militar” (AAVV, 2007:39-40). Constituyéndose como una de las principales potencias durante el denominado mundo bipolar, tras la caída de la Unión Soviética se estableció como líder indiscutido a nivel global. 

No obstante, esta expansión del capitalismo liderada fundamentalmente por las potencias occidentales y en mayor medida Estados Unidos desde la década de los setenta, renovada y potenciada en la década actual por economías en pleno auge como la de China; y el arraigo en el conjunto social de un tipo de subjetividad inherente a éste, promovió la generación de un tipo de cultura diferente que se establecería como parámetro de civilización: 

al decir de Ortiz (1995),”una cultura mundializada configura por tanto un «patrón» civilizatorio”. Este patrón se encontraría con no pocas manifestaciones de disconformidad. 

Una de ellas, la más reciente y de mayor trascendencia, es la Primavera Árabe. 

Iniciado en 2011, este movimiento social consistió en una serie de protestas de toda la sociedad tunecina como consecuencia directa de las políticas implementadas por sus gobernantes que promovieron a través de años de funcionamiento –y al igual que en la mayoría de los países subdesarrollados- procesos de polarización social derivados de la aplicación acrítica del recetario elaborado por el Consenso de Washington. 

La revolución, rápidamente replicada en todos los países del norte africano (principalmente Túnez, Argelia, Libia y Egipto, y con menor influencia Marruecos, Mauritania y Sudán) y el oeste asiático (fundamentalmente Yemen, Irak y Siria; en menor medida Omán, Qatar, Bahrein, Jordania, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos), tuvo disímiles resultados pero una constante: 

la continuidad de las protestas. En virtud de ello, es que se desarrolla el presente trabajo, teniendo en cuenta para el análisis dos vertientes principales. 

Por un lado, un abordaje sobre causas de la Primavera Árabe, contemplando allí la injerencia de las políticas desarrolladas por el neoliberalismo en las sociedades árabes como un factor fundamental en la emergencia de los conflictos sociales. 

Para ello, es preciso comprender en primera instancia que “la globalización neoliberal capitalista no es sólo destructora de derechos, es también productora de cierto tipo de manera de vivir (…) de marcar, en definitiva, una subjetividad determinada.”(Díez Gutiérrez, 2015:1) 

Como tal, ese desmembramiento social e institucional y el establecimiento teórico de unos estándares de vida distantes de la realidad local -inaccesibles para el creciente contingente de población joven en los países árabes- abonarían el terreno para que, con los primeros coletazos locales de la crisis capitalista del 2008, la situación de esta región colapsara y se manifestara conformando un campo de protesta1 de enormes dimensiones. 

Por otro lado, aparece Estados Unidos y sus políticas en materia de relaciones internacionales. Con una clara tradición intervencionista-expansionista –hacia 1962 el Secretario de Estado Norteamericano, Dean Rusk, enumera para el período 1798/1945 un mínimo aproximado de “ciento tres intervenciones estadounidenses bajo el pretexto de la defensa de intereses y de los ciudadanos. 

Todas ellas consistieron en la práctica en conquistas territoriales” (AAVV, 2007:34-35)- el desarrollo y trascendencia de las revoluciones en el norte africano y oeste asiático puso en jaque la seguridad de un área clave en materia de recursos hidrocarburíferos estratégicos, fundamentales para el sostenimiento de la maquinaria productiva del hegemón norteamericano, hegemón contemporáneo “…constituído por el Estado y la gran burguesía de Estados Unidos…” cuyas estrategias “…revelan las tendencias de la construcción y del ejercicio de dicha hegemonía.” (Ornelas, 2003:118) En virtud de ello, la intervención norteamericana no se hizo esperar. 

Ya no mediante conflictos directos, sino bajo otros formatos que adoptan la figura de “conflictos asimétricos” (Ornelas, 2003:119) a través del financiamiento y preparación de milicias, guerrillas u otras variables de colaboración más afines al gobierno de turno y arrastrando a sus aliados de Europa Occidental como principales armas ofensivas. En el caso de la Primavera Árabe, el abordaje se efectúa contemplando los efectos de las intervenciones norteamericanas bajo el supuesto de que estas acciones geopolíticas y geoestratégicas colaboraron en simultáneo tanto con las revueltas como con los gobiernos de la región, buscando asegurar sus intereses y aprovechando la oportunidad para establecer un nuevo orden –completamente funcional a sus designios- en desmedro de los reclamos sociales legítimos que originaron el conflicto. 

Pasemos entonces al desarrollo del mismo. Territorio de protestas “Los jóvenes que tomaron la plaza Tahrir no son diferentes de los que rompen vidrieras y saquean negocios en Londres… cobran todas las garantías de un futuro que previamente les está siendo negado. Quieren probar las bondades de un Estado de Bienestar que de a poco va siendo dilapidado en los países del norte; quieren acceso al conocimiento para hombres y mujeres indiscriminadamente; quieren libertad para hablar, ir y venir, trabajo con un salario que no sirva sólo para comer… quieren derecho al consumo. 

Quieren, en otras palabras, la porción de la torta que cotidianamente desfila ante los ojos de todos, pero que no todos saborean. Quieren el siglo XXI…”2 1 Nota del autor: En palabras de Fernando Aiziczon (2005), el concepto es utilizado por Javier Auyero para “referir a una manera de abordar la protesta social en Argentina en los años noventa, evitando explicaciones simplistas que sobredeterminen el peso de algún macro factor como puede ser la desocupación, la globalización...”. 

También, para ampliar esta concepción, Aiziczon se remite a Bourdieu, quien plantea la noción de campo como “un conjunto de relaciones históricas objetivas en donde los agentes ocupan posiciones de poder”. 2 AAVV (2012), pág. 157. Para poder comprender la Primavera Árabe es necesario remitirnos primeramente a sus causas. En función de ello, y a partir de lo elaborado por Ramonet (2011), se pueden reconocer cinco factores principales para la emergencia de las revueltas. 

excepción de uno de estos factores, representado por el agravamiento de las condiciones climáticas en la región desde el 2008 (trayendo como consecuencia sequías y pérdida de cosechas y el aumento de precios sobre los alimentos básicos), los otros factores se encuentran relacionados con las modificaciones emprendidas desde la segunda mitad del siglo XX, en la posguerra, y con mayor relevancia lo acontecido en el último tercio del mismo siglo a la par de la expansión del capitalismo neoliberal a través del proceso de globalización. 

Sobre los cuatro restantes, tomemos en primer lugar, los factores histórico y político: relacionados ambos con los intereses de la coalición triunfadora en la posguerra, estos responden a los designios norteamericanos y en menor medida a las próximas necesidades de sus aliados europeos en esta área. 

La instauración de gobiernos dictatoriales afines que les aseguraran la provisión de hidrocarburos, el tránsito por las rutas comerciales, el control efectivo de la región a través de negociaciones y el evitar los conflictos (principalmente contra Israel) han sido una constante a lo largo del tiempo (Ramonet, 2011), lo cual consolidó las tensiones dentro de cada uno de los países de la región. 

En segundo lugar, el otro factor a destacar es el económico. En este aspecto es donde se evidencia aún más el peso de las medidas implementadas por los países derivadas del recetario neoliberal. 

En simultáneo con la llegada de la crisis capitalista de 2008, en los principales países de la región (Túnez, Egipto y Libia) se impusieron desde el FMI “programas de privatización de los servicios públicos, reducciones drásticas de los presupuestos del Estado, disminución del número de funcionarios... 

Unos severos planes de ajuste que empeoraron, si cabe, la vida de los pobres y sobre todo amenazaron con socavar la situación de las clases medias urbanas (...) arrojándolas a la pobreza.” (Ramonet, 2011) Esta confluencia de factores terminó repercutiendo directamente sobre el conjunto de las sociedades árabes, cuya característica particular conforma el quinto y último factor: la población de los países se encuentra mayoritariamente dentro de las franjas etarias más jóvenes, y en ellas es donde peor impacta esta sumatoria de reveses. 

Como indica Ruiz (2012), “la presencia de grandes bolsas de población joven, cada vez mejor educada pero sin perspectivas de futuro debido a la apropiación de la riqueza nacional por la élite dirigente y la falta de oportunidades laborales”. 

Como vemos, todos los factores están relacionados, y todos confluyen en un aspecto. 

Los jóvenes árabes se encuentran en 2010 con una serie de variables precedentes y un cuadro de situación espacio-temporal que les impide toda posibilidad de progreso. 

Vemos entonces que el valor geoestratégico de esta región ha sido puesto por encima de su mismo desarrollo. 

La globalización neoliberal ha vuelto a torcer los destinos de estos países al reconvertirlos voluntaria y forzosamente en meros proveedores de hidrocarburos cooptando y favoreciendo gobernantes, mientras que las distintas capas de la sociedad se consumen en la pobreza. Los gobiernos, frente a esta sumatoria de factores previamente identificados, y más allá de una realidad incuestionable, se colocaron en el ojo de la tormenta convirtiéndose -parafraseando a Díez Gutiérrez (2015)- en los principales responsables del freno de la prosperidad y del derroche, estando en concordancia con la “guerra ideológica” (Díez Gutiérrez) de cuestionamiento gubernamental que el mismo neoliberalismo propone como base para su legitimidad. 

Estos gobiernos de larga data y sus políticas comenzarán a ser problematizados y resistidos abiertamente por las sociedades, algo poco característico debido al fuerte sesgo militar y represivo que los mismos poseen tradicionalmente, y las masivas réplicas de las protestas a lo largo del norte africano y el próximo oriente no se harían esperar. 

Para 2011, toda esta región estaría bajo enormes movilizaciones sociales en reclamo de mejores condiciones de vida, principalmente en cuestiones económicas y de derechos. 

De esta forma se aprecia sobre este recorte espacio-temporal la convergencia de dos vertientes con un mismo origen -el sostenimiento de las necesidades de las potencias occidentales, sobre las cuales Estados Unidos se convierte en líder indiscutible hacia finales del siglo XX- pero con diferentes tiempos de gestación conformando un mismo y único campo de protesta. Respecto a esta diferencia temporal, Gaussens (2011), refiere que 

“...la movilización de dichos actores obedece a ciclos de protesta diferenciados, que pueden inscribirse tanto en el largo tiempo como en la inmediatez espontánea...”. 

Esto se traduce , por un lado, en la explosión de las tensiones de larga data, promovida por las modificaciones que sobre la región se vienen manifestando con mayor fuerza desde la segunda mitad del siglo XX. 

Por el otro, el quiebre y emergencia de cuestionamientos derivados de medidas recientemente implementadas, perjudiciales para el conjunto de la sociedad, cuyas características fundamentales fueron la vertiginosidad de los acontecimientos, la gran variedad de actores sociales involucrados en los movimientos, y la diversidad de reclamos que los nucleaba (Rabbia, 2012). 

Los aspectos principales de la protesta 

Procesos de larga data; procesos espontáneos...la conformación de un campo de protesta (retomando el concepto desarrollado por Aiziczon en 2005), de un movimiento social multifacético en la región, ratifica tres aspectos esenciales que caracterizarán la protesta. El primero, colocar en el centro de los reclamos una crítica frontal a las imposiciones efectuadas por los gobiernos en virtud de las recomendaciones de los organismos financieros internacionales y las potencias occidentales interesadas. 

La necesidad de alternativas, esa búsqueda de -tal como ilustra la cita que abre el presente capítulo- un futuro que les está siendo negado anticipadamente, un derecho a saborear esa porción de “torta” que les pasa por delante pero no pueden saborear. 

En pocas palabras, un reclamo generalizado hacia el modo de producción y acumulación dominante que lleva más de medio siglo imponiéndose. 

En segundo lugar, la característica particular que, contraria a los efectos producidos por el neoliberalismo en las sociedades en general, en lugar de observar esa destrucción “de la dimensión colectiva de la existencia” (Díez Gutiérrez, 2015:9), ese individualismo negativo trabajado por Robert Castel; se observa en cambio una serie de revueltas sociales caracterizadas por un objetivo común: la búsqueda de un cambio de rumbo. 

Sin importar religión, edad, trabajo u origen, la Primavera Árabe conformó una masa sólida de protesta frente al statu quo. 

Incluso las fuerzas del orden se volcaron en poco tiempo del lado de los manifestantes (como en el caso de Egipto), algo inédito para la región. 

Esta particularidad puede apreciarse a lo largo del documental del año 2013 llamado “The square / La plaza”. 

Por último, el reconocimiento global definitivo de los movimientos sociales como “como actores protagónicos de las relaciones internacionales.” (Gaussens, 2011:57). 

La consolidación de estas acciones de base territorial que ganarán en fuerza y reconocimiento, forzando en el corto plazo los cambios de gobierno, como el caso de Libia; conformando espacios de lucha antisistema permanente, como en Egipto o en caso más extremo de todas las revueltas árabes, el conflicto sostenido que se desarrolla en Siria. 

El surgimiento de un nuevo actor social colectivo capaz de enfrentar, al menos en teoría al orden imperante, canalizó las tensiones existentes y puso en la mira la estabilidad regional en el corto plazo, despertando a otros actores cuyos intereses se habían puesto en juego. 

El interrogante que se abre entonces es, ¿cuál fue la reacción de Estados Unidos y sus aliados occidentales en la región? Territorio de conflictos “We practice selective annihilation of Mayors and Government officials, for example to create a vacuum; then we fill that vacuum, as popular war advances, peace is closer”3 

Una vez desarrolladas las revueltas sociales el objetivo expuesto estaba instalado. Ahora la pregunta se centraba sobre el accionar que desarrollarían aquellos cuyos intereses estaban puestos en juego. 

La segunda pregunta que surge, en función de como se masificó y expandió la Primavera Árabe, va dirigida específicamente al hegemón dominante, Estados Unidos. ¿Estaba contemplada la posibilidad de una serie de movimientos sociales de semejante tenor en los países de habla árabe? No, no se esperaba un quiebre en el férreo control de los gobiernos dictatoriales. 

Ahora bien, desde el año 2004, tras el giro de ciento ochenta grados dado tras los atentados en territorio estadounidense ocurridos el 11 de septiembre de 2001, la política exterior norteamericana sí alentaba la posibilidad del estallido de una guerra en la región que remodelara a su gusto el norte africano y el próximo oriente, “desde Mauritania a Pakistán” (AAVV, 2007:30-31), en palabras de Michael Ledeen, consejero de la administración Bush, la llegada de “una guerra para rehacer el mundo”. ¿Se esperaba esta oportunidad? Con los brazos abiertos. 3 

“Nosotros practicamos la aniquilación selectiva de alcaldes y oficiales de gobierno, por ejemplo para crear un vacío, entonces llenamos ese vacío. En tanto avance la lucha popular, la paz estará más cerca” Atribuido a un General de la guerrilla peruana conocida como “Sendero Luminoso”, en la década de los 80´s. Puede escucharse en la canción del grupo de rock norteamericano Guns n´Roses, “Civil War”. 

Aprovechando las oportunidades: las variables de la intervención norteamericana. Estados Unidos iba a capitalizar esta situación de inestabilidad, arrastrando a sus aliados para intervenir en la región a efectos de traer a la población la ansiada seguridad para sus habitantes. Hemos visto anteriormente esta misma frase funcionar como encubridora de procesos de conquista. ¿Cómo iba a manifestarse esta intervención en los distintos países? A través de una serie de variables tangibles que se complementarían en la práctica para establecer en el territorio un nuevo orden. 

1 – El control de los recursos En primer lugar, para estabilizar un pilar fundamental de la política exterior norteamericana. La intervención en la Primavera Árabe estuvo dirigida a garantizar la continuidad en el control de los recursos del subsuelo. Tal como indica Gaussens (2011), “la política exterior estadounidense en el Medio Oriente tampoco puede entenderse sin relacionarla con la cuestión de los hidrocarburos...”. El interés reside en ello, y por lo tanto, la inseguridad resultante de las revueltas derivó en una intervención rápida y dirigida estratégicamente a su control. Ejemplo claro es el de Egipto, en donde las primeras avanzadas norteamericanas se dirigieron al Canal de Suez y al oleoducto Suez- Mediterráneo, SUMED (Moreno y Romero, 2011). 

2 – Poder de decisión unilateral Por otro lado, en la toma de decisiones en cuanto a la resolución de los conflictos en la región. Parece inverosímil, pero por detrás de los primeros cambios de gobierno resultantes de la Primavera Árabe se extendía el brazo del hegemón sosteniendo o empujando según necesidad a los gobiernos de turno. De esta forma, “el derrocamiento del autócrata (…) no constituye la norma, sino una excepción a los desenlaces políticos de la región.” (Gaussens, 2011:59) Como breves ejemplos, sugirieron la salida de Mubarak de Egipto (vía telefónica Barack Obama en la noche previa), respaldaron a los gobiernos de Túnez, Argelia y Marruecos; y financiaron a las guerrillas opositoras en Libia (Moreno y Romero, 2011). No esta de más recordar que en la mayor parte de los países árabes del norte africano el 50% del presupuesto militar es aportado por Estados Unidos. (Moreno y Romero, 2011:166) El poder de decisión y acción es indiscutido, de enorme alcance y terminante. Así fue también en los territorios de protesta. 

3 – Los aliados a la ofensiva Como tercer variable, el acompañamiento en las intervenciones que el hegemón norteamericano sugiere a sus aliados de la OTAN. Si bien desde 2001 Estados Unidos se autoadjudicó el derecho de emprender guerras preventivas contra quien desee (Ornelas, 2003), para estos conflictos asimétricos promueve el apoyo -con intereses compartidos- de sus aliados occidentales. 

El apoyo de Francia, España o Inglaterra no responde tanto a los dominios coloniales tradicionales y sus cuentas pendientes, sino a una necesidad de mantenerse como un “amigo” del imperio. A este respecto, se observa en “El imperio de la Guerra Permanente” (2007) que el poder absoluto que ejerce Estados Unidos sobre sus aliados se hace efectivo por la intimidación que efectúa a propios y ajenos, estableciendo casi voluntariamente esta consideración de ser una potencia imperial. 

De esta forma, no es extraño que los países antes mencionados con incursiones aéreas, operativos de fuerzas especiales o bien económicamente para lograr los resultados deseados en la región. Resultante de estas tres variables fue la desarticulación de gran parte de las revueltas sociales en el plazo de un año. 

La entrada en vigencia de nuevos gobernantes, la instauración de democracias “vacías” (Ornelas, 2003), y la represión de los territorios de protesta remanentes sosegaron rápidamente la Primavera Árabe, haciendo parecer a Occidente que los cambios se habían logrado. Al mismo tiempo, y al igual que otras planificaciones norteamericanas para América Latina, una vez desarticuladas las principales amenazas y asegurados los principales intereses, la llegada del nuevo orden, de este reordenamiento territorial vendría de la mano de algunos “dispositivos institucionales de ´integración´ que abaten los obstáculos a la acción de los capitales estadounidenses y (…) la construcción paulatina de una zona homogénea en términos económicos y políticos” (Ornelas, 2003:121) adquiriendo este proceso la característica desarrollada por Naomí Klein, denominada por la misma autora como la “doctrina del shock”. Esperar o facilitar las crisis, contribuir en su profundización y ofrecer luego la reconstrucción, sin importar que el país afectado esté de acuerdo. Bajo este cuadro de situación, poco cambió para los intereses de aquellos que iniciaron las revueltas sociales. La intervención de un cúmulo de países de occidente implícitamente liderados por Estados Unidos arribó a la región para asegurar sus propios intereses, postergando una vez más los reclamos legítimos de los habitantes de los países en conflicto. Su accionar, por el contrario, facilitó la profundización de las desigualdades e incluso contribuyó -sin ninguna ingenuidad- en el desmantelamiento de ese colectivo social que se había hecho escuchar globalmente y de las frágiles instituciones que los amparaban. De esta manera, se abre un último interrogante: ¿qué resultó de la Primavera Árabe? Territorio del capital globalizado. “A medida que se globaliza, el capitalismo no solo abre nuevas fronteras de expansión, sino que rearma los espacios en los que ya estaba presente.”4 Revueltas sociales, intervenciones extranjeras con dudosos intereses…un territorio geográficamente estratégico y económicamente imprescindible puesto en jaque por un modelo de producción dominante, brazo ejecutor de los designios de una potencia mundial. Tras varios años de disputas, ¿cuáles son las consecuencias de la Primavera Árabe? Para dar respuesta debemos considerar un concepto principal, desde el cual se desprenden los efectos tangibles de este reordenamiento territorial generado por las intervenciones de norteamericanas. Según Badiou (2016), tras varios años de avanzadas estadounidenses en la región, estamos en presencia de un conjunto de acciones de base territorial que el autor denomina como “nuevas prácticas imperialistas”. (Badiou 2016). Este nuevo imperialismo posee un modelo de producción y acumulación en particular, representado por el capitalismo neoliberal. A través del proceso de globalización, proceso considerado como “un proceso de dominación y apropiación del mundo” (Monedero, 2008:118), esta entidad encarnada en el hegemón norteamericano ejerce un dominio que se extiende a todo el globo. ¿que formas adoptó este dominio en los países árabes? El de las mencionadas “nuevas prácticas imperialistas”. Estas prácticas consisten, según lo propuesto por Badiou (2016:35-43), en una serie de medidas emprendidas estratégicamente para favorecer el control económico de una región. Lo que anteriormente se solucionaba a través de conquistas territoriales y/o intervenciones militares derivadas en tutelajes con la potencial creación de pseudo estados, hoy se desarrolla a través de tres etapas: el debilitamiento de los estados, la conformación de zonas de saqueo no estatizadas y la introducción de empresas transnacionales que se encarguen de su explotación. ¿Qué ocurrió en los países árabes? En los países donde se desarrolló la Primavera Árabe, la consecución de estas prácticas se logró en menos de una década: un primer paso con los ajustes estructurales impuestos en simultáneo con la crisis del 2008 y la revuelta social del 2011. Una segunda etapa con las intervenciones estratégicas, directas e indirectas, orientadas a asegurar los recursos estratégicos y ya no a sostener a los gobiernos dictatoriales; y una última etapa en donde sobre un territorio fragmentado se introducen las grandes transnacionales para llevar adelante el saqueo. Es ver materializadas las principales políticas del neoliberalismo trabajadas por Monedero (2008:139-142) con una característica más: “un proceso, en curso, de extinción capitalista de los estados” (Badiou, 2016) No hubo negociación ni sutilezas. No fue necesario -como en Latinoamérica entre los 70´s y la actualidad, salvo breves interrupciones- la instauración de “democracias vacias” (Ornelas 2003), puesto que “...el objetivo de los EEUU y de sus aliados subalternos de la OTAN con respecto al Gran Oriente Medio no es en realidad la democracia, sino la garantía de continuar sometiendo a los países involucrados a las exigencias del despliegue de la mundialización tal como es...” (Amin, 2015). Esto es algo que está inscripto dentro de la planificación estratégica norteamericana. En este sentido, Ornelas (2003) aporta que como principio de la estrategia de seguridad nacional estadounidense para el nuevo siglo figuran el “impedir la formacion y el desarrollo de rivales hostiles” y “garantizar la libre circulación en los mares, rutas aéreas y espaciales...” (Ornelas, 2003:119). La geopolítica norteamericana, entendiendo a la misma como todo aquello relacionado con “las rivalidades por el poder o la influencia sobre determinados territorios y sus poblaciones” (Lacoste, 2009), moldeó a través de sus intervenciones este territorio, transformando una oportunidad de cambio en un área desarticulada, aún más funcional al capital globalizado y al arraigo del nuevo orden mundial. 4 Ianni, Octavio. “La era del globalismo”. Consideraciones finales. Ganancia de pocos. El sueño neoliberal, cuando acontece, se convierte en la pesadilla de los pueblos con menos defensas. Su ofensiva es tan brutal que termina, parafraseando a Marx, con la victoria total de uno de los dos bandos o la destrucción de todos los contendientes. Generaciones enteras en África, Asia y América forman parte de los devastados...

“América debe asumir una responsabilidad acorde con su poder. Debemos dirigir el mundo. Es la cita con nuestro destino...”6 

El conflicto trabajado pone sobre la mesa el panorama actual de las relaciones de poder dictadas por la globalización y sus consecuencias socioterritoriales. Contrario a las expectativas de mediados del siglo XX, 

“la globalización no es el fin del imperialismo, sino un salto cualitativo” (Martins y Salgado, 2015). Este salto cualitativo se traduce en la profundización continua de las políticas neoliberales, las cuales refuerzan las desigualdades y la polarización económica, y ponen en tela de juicio al rol de Estado como tal, frente al enorme peso político que hoy poseen las corporaciones. 

Tras casi siete años de comenzadas las revueltas, y en función de los resultados apreciados en la actualidad, se desprenden del análisis dos aspectos concluyentes principales no complementarios. Por un lado, desde la geopolítica, 

“la hegemonía unilateral sin precedente de EEUU sustenta una voluntad de reconfiguración política para la región del Medio Oriente, considerada por Zbigniew Brzezinski, en El gran tablero mundial, como la zona estratégica del heartland de cuyo control depende la reproducción hegemónica” (Gaussens 2011). 

Por el otro, desde los aspectos sociales, el hecho de que en el origen y la permanencia de las revueltas árabes “resulta indudable que la movilización de las masas populares busca construir una configuración endógena de las relaciones de fuerzas políticas en la región, dentro de un movimiento común que contrarreste ante la penetración de los intereses de las potencias capitalistas” (Gaussens 2011). 

No obstante lo expuesto, la conclusión definitiva que se extrae del trabajo indica que el triunfo del primer factor por sobre el segundo se ha hecho manifiesto. El debilitamiento de los estados, la conformación de esas zonas de saqueo no estatizadas, esas nuevas prácticas imperialistas han echado raíces en la región. 

Las revueltas árabes han sido desmanteladas o debilitadas, pasando a quedar en un segundo plano, lo cual reafirma lo anterior. Tanto en el África Árabe como en el Oeste asiático -particularidad la cual se puede aplicar al resto del planeta-, se aprecia en los hechos que “...a pesar de los avances en la reorganización de la protesta social, pocos han sido los avances concretos en la lucha contra el neoliberalismo” (Ornelas, 2003). 

La permanencia de este dominio construido por el hegemón norteamericano no hace más que postergar -tal como anteriormente se mencionó- el desarrollo de otras áreas del globo. En el caso de esta región, “el acceso del mundo árabe a la era industrial es una condición necesaria para lograr su liberación, no sólo en términos económicos, sino también en el sentido político y social...” (Hadjar, 2015). En su situación actual, este objetivo se ha transformado en algo utópico. 

5 Monedero, J (2008), pág. 138. 

6 Frase extraída de una conferencia de prensa de Colin Powell en 1992, cuando desempeñaba el cargo de Jefe de Estado Mayor de EEUU. 

Bibliografía 

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● Ramonet, Ignacio (2011) “Cinco causas de la insurrección árabe”, en Revista Le Monde Diplomatique n°185. 

● Ruiz Gonzalez, Francisco (2012) “De la Primavera Árabe al Invierno Islamista. ¿Está actuando Occidente conforme a sus intereses?”, Fundación Ciudadanía y Valores. En línea en http://slideflix.net





VIERNES, 27 DE JUNIO DE 2014           BLOG  REVOLUCIÓN DE LA HUMANIDAD,...¡¡.


LUCHA DE CLASES GLOBAL,...Y EL PORQUÉ DE LA GUERRA PERMANENTE,...?


ESCRITOS SOBRE EL ASUNTO: 

" CREANDO CAOS-CAÓTICO, EL PODER GLOBAL IMPERIALISTA,...CASI CONSIGUEN DESCONTROL EN LA LUCHA OBRERA MUNDIAL,...PERO LAS REALIDADES DE LAS CONTRADICCIONES DE CLASES DIGAMOS QUE SE MANTIENEN,...SE REACONDICIONAN LOS ESPACIOS Y FRENTES ANTAGÓNICOS,..."

En la década del 2.000, se observaba un movimiento social en los países del mediterráneo, tanto africanos,...como europeos,...Actuando activamente en los asuntos de foros sociales, luchas contra el paro, contra los organismos internacionales imperialistas,...valoramos de potenciar-difundir llamadas a huelgas generales estratégicas del mediterráneo,...Había movida por parte de imperialismo, utilizando a sus medios de organismos en los foros sociales, en las dos orilllas, ( norte-sur, este-oeste ) del mediterráneo,...en las llamadas al pacto de civilizaciones,...política propia del imperialismo socialdemócrata, del vaticano y otros poderes de variadas iglesias; se concretó la movida impericapitalista en fomentar con doble y triple banderas acciones de rebeliones, convulsiones e incluso guerras civiles e intervenciones directas e indirectas por medio de la OTAN, ejércitos mercenarios variados,...EN LÍNEA DE SAQUEO,..Y SOBRE TODO EN PROYECTO DE CREAR CAOS CAÓTICO PARA ATURDIR A LAS POBLACIONES Y ORGANIZACIONES REALMENTE REVOLUCIONARIAS,...¡¡.

POR ESTO SOMOS TAN PESADOS ANALIZANDO Y EDITANDO ASUNTOS Y ARTÍCULOS SOBRE LAS MOVIDAS DE LAS PRIMAVERAS ÁRABES,...MOVIDAS SUR EUROPEAS, MARCHAS DIGNIDAD ESPAÑOLAS, LOS MOVIMIENTOS DE INDIGNADOS,...EN FIN MUCHAS COSAS POLÍTICAS QUE VALORAMOS CON CONTENIDO QUE NO ESTÁN AL USO,...¡¡SEREMOS UNOS LUNÁTICOS,...POSIBLEMENTE,...?,...¡¡. ))).....


(( TODO APUNTA A QUE ESTA LA REVOLUCIÓN
LA NUEVA SOCIEDAD EN LA ESQUINA.
http://lukyrh.blogspot.com/2013/07/prueba.html

            No solo es porque al oponernos a la guerra imperialista actual tengamos que derrocar al capiimperialismo, es que los problemas de la inmigración, la inmigración en si y la materialidad real del capitalismo mundial, nos lleva a una Nueva Sociedad, sin fronteras de forma real para la Humanidad. Para que no existan fronteras el modelo social corresponde a otras formas, maneras y contenidos. Ese modelo es el de la Autosocialización y de lo Comunal, total, integral y global. Sí, global en todo el Planeta. Esta es una de las razones principales por las cuales las consignas y las miras del Movimiento Antiglobalización las consideramos cortas, no realistas ni enmarca un proceso social para otra Sociedad, la Sociedad del Futuro.

            Al considerar de que el Sistema actual no da soluciones a la Humanidad, nos estamos pronunciando en que hace falta otro, que está en camino, por ello se plantea de que la revolución nueva está en proceso y que aquí en Europa también se está desarrollando. Lo único que falta es la ligazón y la inteligencia entre la población de Occidente y las poblaciones de las periferias, de forma más estrecha, colaborando en la solidaridad, y el apoyo mutuo en la construcción del nuevo sistema y en las acciones para dejar en la estacada al actual, que está moribundo, pero que puede hacer aún mucho daño a la Humanidad.

            Cuando se critica a las izquierdas institucionales y sociales o alternativas no es por capricho, es por motivos estratégicos y políticos. Consideramos de que si la revolución está en marcha en muchos lugares del Planeta, lo social organizado en Europa, en toda Europa, debe dar un salto cualitativo y ponerse en onda revolucionaria; para ello lo primero es dejar de colaborar con las clases dominantes y pasar de sus normas, imposiciones y roles. En segundo lugar, cambiando de prácticas abordarán otros discursos más racionales, revolucionarios, más vivos y más frescos. Al abordar estos discursos nuevos la potencialidad de la Revolución en Occidente será muy potente e imparable ya que se potenciará a la vez lo revolucionario en las periferias.
           
            Por ello, los actos de Sevilla, la Huelga de Junio, las manifestaciones, encierros, cortes de carreteras, debates y acciones diversas, deben estar inmersos en el sentir, la sensibilidad y el espíritu de la acción global anticapitalista con proyección de Nueva Sociedad. Abordando las causas del pueblo palestino, el boliviano, el surcoreano, el chino, el americano; comprendiendo el porque hay más de 200 millones de niñas y niños explotados y oprimidos en el Mundo, con abusos diversos y múltiples asesinatos. Tenemos que pensar que esta lucha en Andalucía, en Italia, en Grecia, en Francia, en Gibraltar, en el País Vasco, es parte de esa lucha y acción mundial de los pueblos contra la Plutocracia Imperialista Militarizada Mundial. Es de recordar luchas digamos pequeña, como la de los compañeros de Renfe, la de los mineros, la de los agricultores, la de los jornaleros, la de los estudiantes, la de los maños aragoneses y otros más, ya que son parte de esa lucha global, humana de pueblo trabajador contra el capital y sus aparatos estatales y guardias pretorianas. Y por no olvidar las luchas de las mujeres contra los asesinatos y las locuras de los hombres y de las burocracias estamentales. Tampoco la lucha por el campamento Benítez, para Málaga, y esas movidas, marchas y acciones contra el paro y las indigencias. También recordar a esos jóvenes que luchan contra las coacciones y explotaciones por parte de empresarios sin escrúpulos y de las ETTs. y muchas cosas más.

            Por todo ello, por tantas injusticias, porque las clases dominantes y sus sistemas están agotados y nos pretenden agotar a todos, por tantos embustes y gastos militares, con sus guerras y sus generales capitalistas; sí, por tantas mafias y tantos guarreos sexuales con niñas y niños y con mujeres y jóvenes sin ingresos; sí, por tanta chulería y presuntuosidad burguesa y aristocrática; si por tantas barbaridades cometidas con la naturaleza que es nuestra madre y nuestro soporte humano. Sí, por tantas cosas, no olvidemos de que estamos en revolución; algunos no se están dando cuenta de la importancia de sus actos de cara al futuro; algunos están en unas nubes, que cuando se asienten y vean otras formas y opciones se alegrarán de lo que han hecho de cara a la Nueva Sociedad.

            Sí, estamos en revolución y por eso los más sanguinarios, sean capitalistas o lacayos, vividores o agradecidos sin escrúpulos, SE ESTÁN PREPARANDO DE MlL MANERAS HACIENDO MIL TAREAS PARA QUE ESO NO OCURRA, pero aunque lo están haciendo han llegado tarde. La revolución de la Humanidad está en marcha, es imparable. Decían muchos, hay que resistir, no sabían que resistir es hacer revolución; pero muchos tenían como prisas, no hay que tener prisas, la revolución la estamos haciendo. No hay que ponerse más nervioso de la cuenta, ya que ese nerviosismo nos despista de la realidad; ahora hay que estar serenos, leer las palabras del pueblo, hay que leer entre líneas, tanto los labios como el corazón del pueblo, de los pueblos. También hay que entreleer las ideas como escondidas que lanza el capital, sus gobiernos y sus apologistas; también hay que saber comprender lo que dicen los dirigentes de izquierdas y de los sindicatos; hay que estar atentos, muchas veces dicen cosas en beneficio del capital, los militantes y las bases no se enteran y siempre piensan que su dirigentes son muy buenos e infalibles; cuando el personal se da cuenta de los engaños, casi siempre es tarde. Los líderes institucionales del sistema siempre aducen, que lo dijeron por televisión o en la prensa y que todo el mundo se enteró, así que nadie nos puede decir nada. En este sentido hay que ampliar el cuerpo político del pueblo, de la juventud, de la clase trabajadora, del campesinado y el pescador, del comercial y del peón, del ingeniero y el traductor, del maestro y el alumno; de las jóvenes de los barrios, de los pueblos y de las que vienen del exterior.


            Esto es un frente obrero y popular, son las bases de la revolución del Pueblo. Aquí en realidad se siente, la sangre está caliente, se quiere nuevas cosas, nuevas vidas, convivencias y experiencias; lo caduco lo percibimos totalmente. No es un escrito sobre estrategia, la misma la define el pueblo, la está definiendo, es solo un recordatorio, como un balance, como unas opiniones más.
 
GRUPO COMUNISTA PROLETARIO
INTERNACIONALISTA.                                       Málaga, Junio 2.002.


www.project-syndicate.org ))))....(( Brahma Chellaney    

https://www.nuso.org/articulo/los-limites-del-capitalismo-con-caracteristicas-comunistas/

La visita de Obama a Cuba marca el fin de la política de aislamiento inapropiada de Estados Unidos. Sin embargo, sería equivocado pensar que la Isla modificará radicalmente su estructura política.

En momentos en que el presidente norteamericano, Barack Obama, se apronta para iniciar una visita histórica a Cuba, el futuro de la isla gobernada por un régimen comunista es objeto de una especulación generalizada. Algunos observadores esperan que el giro en curso hacia el capitalismo, que ha venido ocurriendo muy gradualmente durante cinco años bajo la conducción de Raúl Castro, conduzca naturalmente a Cuba hacia la democracia. La experiencia sugiere lo contrario.

En verdad, la liberalización económica está lejos de ser una ruta infalible hacia la democracia. Nada lo ilustra mejor que la mayor y más antigua autocracia del mundo, China, donde el Partido Comunista Chino (PCC) mantiene su monopolio en el poder, a pesar de que la implementación de reformas pro-mercado ha permitido que su economía creciera. (Un beneficiario clave de este proceso ha sido el ejército chino).

La convicción de que de la mano del capitalismo automáticamente llega la democracia implica una conexión ideológica entre ambos. Pero el dominio del PCC -que actualmente se jacta de tener 88 millones de miembros, más que la población total de Alemania- ya no está arraigado en la ideología. El Partido, representado por una oligarquía sin demasiado comunicación con el mundo exterior, sobrevive gracias a una variedad de instrumentos -coercitivos, organizacionales y remunerativos- destinados a evitar el surgimiento de una oposición organizada.

Una circular del partido de 2013 conocida como Documento Nro.9 enumeraba siete amenazas para el liderazgo del PCC que el presidente Xi Jinping pretende eliminar. Estas incluyen la adopción de la democracia constitucional occidental, la promoción de valores universales de derechos humanos, el estímulo de la sociedad civil, críticas del pasado del partido y el respaldo de valores noticiosos occidentales.

En resumen, el comunismo hoy no se centra tanto en lo que es -vale decir, su ideología- como en lo que no es. Sus representantes están comprometidos, por sobre todas las cosas, a aferrarse al poder político -un esfuerzo respaldado por la prosperidad económica generada por el capitalismo, que ayudó a mantener a raya las demandas populares de cambio.

La historia es similar en Vietnam y Laos. Ambos países empezaron a descentralizar el control económico y fomentar la empresa privada a fines de los años 1980, y ahora están entre las economías de más rápido crecimiento de Asia. Vietnam es, inclusive, uno de los miembros del incipiente Acuerdo Transpacífico integrado por 12 países. Pero el estado de partido único sigue arraigado y comprometido en una considerable represión política.

Las cosas no parecen encaminadas a cambiar en lo inmediato. En Vietnam, Nguyễn Tấn Dũng, el primer ministro de mentalidad reformista, recientemente fracasó en su apuesta de convertirse en el secretario general del Partido Comunista (el líder supremo del país); el Decimosegundo Congreso Nacional reeligió al titular actual, Nguyễn Phú Trọng.

Más allá de ofrecer suficientes réditos materiales como para mantener a la población satisfecha, el capitalismo fortalece la capacidad de un estado gobernado por un régimen comunista de aumentar la represión interna y controlar la información. Un ejemplo es el tristemente célebre Gran Contrafuegos de China, una operación del gobierno que examina y bloquea el contenido de Internet, creando un ámbito de información políticamente saneada para los ciudadanos. China es el único país importante en el mundo cuyo presupuesto oficial de seguridad interna es más grande que su presupuesto oficial de defensa nacional.

Frente a la agitación económica actual de China, el control de la información se ha tornado más importante que nunca. Para prevenir potenciales desafíos, las autoridades de China han amordazado cada vez más a la prensa, limitando, en especial, los informes o comentarios que pudieran afectar de manera adversa los precios de las acciones o la moneda. Xi les ha reclamado a los periodistas la promesa de una lealtad absoluta al PCC, y un compromiso a fondo con su liderazgo en pensamiento, política y acción. Un periódico estatal, bajo la advertencia de que la legitimidad del partido podría declinar", sostuvo que "los medios del país son esenciales para la estabilidad política

Claramente, donde mandan los comunistas, el desarrollo de un mercado libre de bienes y servicios no necesariamente lleva al surgimiento de un mercado de ideas. Inclusive Nepal, un país dominado por el comunismo que lleva a cabo elecciones, ha sido incapaz de traducir la liberalización económica en una transición democrática creíble. Por el contrario, la política del país sigue en un estado de incertidumbre, en el que las crisis políticas y constitucionales minan su reputación como un Shangri-La y amenazan con transformarlo en un estado fallido.

La democracia y el comunismo son, al parecer, mutuamente excluyentes. Pero el capitalismo y el comunismo claramente no lo son -y eso podría ser muy peligroso.

De hecho, el maridaje de capitalismo y comunismo, encabezado por China, ha engendrado un nuevo modelo político que representa el primer desafío directo para la democracia liberal desde el fascismo: el capitalismo autoritario. Con su espectacular ascenso hasta convertirse en una de las principales potencias globales en poco menos de una generación, China ha convencido a regímenes autocráticos en otras partes de que el capitalismo autoritario -o, como lo llaman los líderes chinos, socialismo con características chinas- es el camino más rápido y tranquilo hacia la prosperidad y la estabilidad, muy superior a la embrollada política electoral. Esto puede ayudar a explicar por qué la propagación de la democracia a nivel mundial últimamente se ha detenido.

La visita de Obama a Cuba debería ser recibida como una señal del fin de la política de aislamiento inapropiada de Estados Unidos -un acontecimiento que podría abrir el camino para levantar el embargo comercial de 55 años contra el país-. Pero sería un grave error suponer que la apertura económica de Cuba, fomentada por el reacercamiento iniciado por Obama, necesariamente marcaría el comienzo de una nueva era política en Cuba.
Copyright: Project Syndicate, 2016. )))).....



// Las revueltas en Siria no son ni fueron una rebelión popular ni pacífica./miércoles, 1 de mayo de 2013

bLOG/Es posible la paz? 


Un análisis de la situación del mundo, tratando de describir lo que realmente sucede, y un espacio para la reflexión.


DATOS PERSONALES

Mikel Itulain
Escritor nacido en el País Vasco español. Los textos que se exponen en los blogs son obra de este autor, salvo indicación expresa. Se permite su reproducción siempre que se cite la fuente y al autor. A basque writer from the Spanish Basque Country, interested in cultural, political, economical, historical, scientific, religious and other kind of affairs that happen around the world.
Las acciones de los "rebeldes" (crueles atentados terroristas) no suscitan la indignación de las organizaciones humanitarias ni de los medios corporativos occidentales: Enlace 1, Enlace 2


¿Cómo empezaron las revueltas en Siria? ¿Fue un movimiento espontáneo y popular lo que ocurrió?
Bien, veamos algunos hechos relevantes que deben ser tenidos en cuenta para entender lo que ha ocurrido.
En primer lugar, aunque  esto creo que ya lo  saben, en Oriente Medio el colonialismo occidental se ha apoyado históricamente, además de en Israel, en dos movimientos religiosos extremistas y bastante fanáticos para controlar aquellos países, estos son el wahabismo y los Hermanos Musulmanes. Estos movimientos implantaban e implantan un férreo control social, anulando las libertades, y así las familias que poseen las corporaciones en Estados Unidos o Europa hacen lucrativos negocios sin ningún contratiempo. Claro está, a costa del desarrollo y de la prosperidad de esos países y de esas gentes, debido a que anulan la soberanía nacional, el control propio de los recursos (la soberanía económica) y la libertad política. Los Hermanos Musulmanes lucharon con fiereza, financiados por occidente, contra uno de los mayores exponentes de la libertad y la emancipación de Oriente Medio, Nasser; también lo hicieron contra el padre del actual presidente de Siria y perdieron la partida. El wahabismo se instaló en Arabia Saudí y desde que la dinastía Saud se hizo con el poder a principios del siglo XX se anuló cualquier posibilidad de progreso e independencia del país, convirtiéndose en una dictadura títere al servicio británico primero y posteriormente de la élite económica estadounidense, tras la Segunda Guerra Mundial.
El modelo "ideal" de Arabia para el mundo de las corporaciones debía ser exportado a otros países, por ejemplo a Afganistán, o ahora a Libia o Siria.....////.....



....////......Las revueltas en Siria no son una rebelión popular, sino una guerra de agresión utilizando mercenarios, llevada a cabo por terroristas islámicos que actúan como legión de choque al servicio del poder económico occidental y de sus socios locales ya nombrados, para eliminar la libertad y la soberanía económica y política de un país, en este caso Siria, antes lo fueron Libia o Irak.
Visto todo esto vean la falsificación y el apoyo a estos extremistas islámicos y a la agresión militar externa que hacía el periódico corporativo El País en su editorial del 3 de agosto de 2012: La batalla por Alepo.

Las dimensiones de la guerra civil siria y su insoportable asimetría hacen inaplazable una intervención exterior que vaya más allá del envío de armas a los rebeldes por Turquía y Catar o de la ayuda menor de la CIA autorizada por un ambiguo Obama. Como toda fuerza de origen popular, los insurgentes sirios, pese a su arrojo, carecen del armamento y la disciplina necesarios para derrotar a un Ejército pertrechado y con licencia para aniquilar a sus compatriotas. La parálisis occidental, alimentada por los riesgos a corto plazo, ha acentuado las dimensiones del horror. Estados Unidos en particular, tras casi un año de estériles iniciativas diplomáticas, certificadas ayer con la renuncia de Kofi Annan, debe ponerse al frente de ese esfuerzo y establecer una cooperación formal con el Ejército Libre de Siria.

Notas:
(1) Phil Gasper. Afghanistan, the CIA, Bin Laden and The Taliban. International Socialist Review. November-December 2001.
(2) Fora.TV: Wesley Clark at the Commonwealth Club of California, October 3, 2007
(3) Interview du Général U.S Wesley Clark. Democracy Now! 2.3.2007.
(4) Axis of evil. Source Watch. Enlace
(5) Tony Cartalucci.  US, Israel, and Saudi Arabia have plotted bloodbath for years. Land Destroyer, 2.6.2012.
(6) Tony Cartalucci-Nile Bowie. War on Syria. Gateway to WWIII. 2012. p7. (libro muy recomendable).
(7) Mikel Itulain. Amnistía Internacional. Enlace
(8) Mikel Itulain. Cuando la izquierda se deja arrastrar por el poder económicoEnlace
(9) Michel Chossudovsky. Syria: Who is behind the protest movement? Global Research, 3.5.2011.
(10) Tony Cartalucci. UN designates "Free Syrian Army" affiliates as Al Qaeda. Land Destroyer. 12.8.2012.
(11) DEBKAfile, NATO to give rebels anti-tank weapons, August 14, 2011
(12) Michel Chossudovsky. The Pentagon´s "Salvador Option". Part II. Global Research.  16.8.2011.
(13) Tony Cartalucci. NATO Using Al Qaeda Rat Lines to Flood Syria With Foreign Terrorists. Land Destroyer. 25.10.2012.
(14) Al Qa´ida´s foreign fighters in Iraq. Harmony Project. Combating Terrorism Center at West Point. 2007. //.



ESCRIBIMOS EN LA MÁQUINA-INTERNET: HUELGA GENERAL ESTRATÉGICA DEL MEDITERRÁNEO,...Además añadiendo/lukyrh.com; Y SALEN ESTAS WEBS,...-- HAY DONDE ELEGIR Y DONDE DOCUMENTARSE,...¡¡ -- :

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