lunes, 30 de noviembre de 2020

LA CONSIGNA DEL HIJO DEL OBRERO A LA UNIVERSDAD,...DEL SINDICATOS DE ESTUDIANTES,...Y OTROS COLECTIVOS,...POR AHORA,....ES UN FRACASO IDEOLÓGICO,....YA QUE NO IBA NI HA ID DE UN AUMENTO DEL NIVEL DE CONCIENCIA,....SINO AL VERÉS,...HA HABIDO UN ARRIBISMO, UN DESCLASAMIENTO, HACIAEL SOCIALCHOUVISMO-SOCIALIPERIALISTA,....¡¡¡¡.

LA CONSIGNA DEL HIJO DEL OBRERO A LA UNIVERSDAD,...DEL SINDICATOS DE ESTUDIANTES,...Y OTROS COLECTIVOS,...POR AHOA,....ES UN FRACASO IDEOLÓGICO,....YA QUE NO IBA NI HA ID DE UN AUMENTO DEL NIVEL DE CONCIENCIA,....SINO AL VERÉS,...HA HABIDO UN ARRIBISMO, UN DESCLASAMIENTO, HACIAEL SOCIALCHOUVISMO-SOCIALIPERIALISTA,....¡¡¡¡. LOS ERASMUS Y LOS EMPRENDEDORES""", VETERANOS DE LAS UNIVERSIDADES QUE VIVEN DE LASPACHANGAS, SUBVENCIONES, CIERTOS TRAPICHEOS,....Y ESOS SON A LA VEZ LOS LÍDERES DEL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL DE LOS SINDICATOS ESTUDIANTILES,....¡¡¡¡¡. Y SOLO SE PREPARAN PARA ASALTA REL APARATO DE EESTADO,...Y GRANDES MULTICORPORACIONES,....¡¡¡¡.



VIERNES, 27 DE JUNIO DE 2014 // REVOLUCIÓN DE LA HUMANIDAD.

IDEALISMO, ESPONTANEISMO, EN LAS FUERZAS DEL COMUNISMO


EL ESPONTANEISMO POLÍTICO-PROLETARIO,...ES NO TENER NINGÚN PLAN, PORQUE NO HAY NINGÚN ANÁLISIS, PORQUE NO SE SABE LA EXISTENCIA Y LAS FORMAS ACTUALES DE LA LUCHA DE CLASES,...- EL ESPONTANEÍSMO NO SE REFIERE PRINCIPALMENTE DE QUE SE VA DETRÁS DE LAS MASAS OBRERAS-POPULARES OLVIDÁNDOSE EL PAPEL DE REALIZACIÓN DE LA VANGUARDIA COMUNISTA, DE LA VANGUARDIA REVOLUCIONARIA PROLETARIA-POPULAR EN GENERAL,...

LA POLÍTICA ES PURO IDEALISMO,...SE ESTÁ ENAMORADO DE LA REVOLUCIÓN, E INCLUSO DEL PROLETARIADO,...PERO SOLO ESO,...NO SE PREPARAN REALMENTE PARA PARTICIPAR, CREAR, ARROPAR, CONSTRUIR LA REVOLUCIÓN PROLETARIA MUNDIAL,...ES PURO IDEALISMO,...PERO CON APARIENCIA PRACTICA YA QUE SE ACTÚA EN LOS MOVIMIENTOS SOCIALES, EN DETERMINADAS LUCHAS, ACCIONES, REUNIONES, DEBATES,...E INCLUSO ESCRITOS Y COMUNICADOS,...PERO ESO SOLO ES UNA EFÍMERA HUMAREDA,...NI ES REFLEJO PRACTICO DE NADA,...NO REPRESENTA NADA MATERIAL EN LA DERROTA DEL CAPIIMPERIALISMO,...QUE FUERTE NO, NOS DIRÁN LOS BRAVUCONES Y OTRAS ENTIDADES COMO LOS INDIGNADOS, LOS PIN PAM, PUM, GOMA DOS,...


LAS TEORÍAS, LAS PROPUESTAS DE LUCHA,...LA LINEA POLÍTICA Y LA REAL Y MATERIAL LUCHA DE CLASES.


LA LINEA COMUNISTA, DEL COMUNISMO ACTUAL,...DEL CONJUNTO DE LAS FUERZAS COMUNISTAS SON MÁS QUE IDEALISTAS,...NO SABEMOS EN GENERAL DE QUÉ VA LA COSA,...


ENTRE OTRAS COSAS DEBEN PREGUNTARSE LOS PORQUÉ NO CUADRAN, NO SE CONSOLIDAN, NO SE CONSOLIDARON,...Y SE EXTENDIERON LOS SISTEMAS SOCIALISTAS IMPLANTADOS,...RUSIA, CHINA,...- PENSAMOS ENTRE OTROS MOTIVOS EL CARÁCTER NACIONAL DE LAS MISMAS,...Y UNA VEZ EN EL PODER DE ESTADO TRABAJAR PARA QUE TODO EL PERSONAL LOS ARROPARA EJERCIENDO DE ARROGANTES, E IMPERIALISTAS CAPITALISTAS, AL-DESDE, CASI AL PRINCIPIO Y AL FINAL,...¡¡. ( perdonen las formas léxicas,...)


LAS FUERZAS COMUNISTAS NO VAN REALMENTE POR LA DERROTA DEL MULTIIMPERIALISMO,...POR EL PODER POLÍTICO DE LA HUMANIDAD, DE LA CLASE OBRERA Y POPULAR MUNDIAL,.../...




IMAGENES DE LA MANIFESTACIÓN CONVOCADA POR EL COLECTIVO 25S EL DIA 28 S #JAQUE AL REY
. Las consignas contra la monarquía son constantes,
sobre todo aquellas que recuerdan los vínculos del rey con la dictadura del general Franco:
"¡Juan Carlos I de Franco es heredero!".
Hoy es el Dia..... "Jaque a la Monarquia"

Arriba , Arriba, Arriba

con la Goma 2
EN LOS BARRIOS SE PREPARA ...
PIN, PAN,PUM ..... " .... LA REVOLUCIÓN "

Que no, Que no,

Que no queremos la Monarquía , queremos su abolición

Jaque , Jaque, Jaque

hemos venido a derrotarte , la policía nos da igual

Madrid será la tumba del Fascismo

No, No , No Pasarán

No estamos todxs

Faltan los Presos
Que viva la lucha de la clase obrera//.

.../...LA FORMACIÓN POLÍTICA ECONÓMICA DE LOS COMPONENTES LIBERTARIOS, SE AUTOCALIFICAN ASÍ,...ES NEFASTA,...SE SIENTEN AUTOSUFICIENTES,...NO LES PREOCUPAN LA FORMACIÓN, NI EL DEBATE,...AUNQUE SE HAN CELEBRADO MUCHAS REUNIONES, ASAMBLEAS, DEBATES, PAPELES, ESCRITOS, MANIFESTACIONES, CRITICA A DECRETOS LEYES,...PERO LA FORMACIÓN POLÍTICA ECONÓMICA FILOSÓFICA,...QUE ACTUALMENTE HACE FALTA -QUE ES LAS MISMAS, CUALES SON ESTAS MATERIAS DE FORMACIÓN Y CONOCIMIENTOS PARA DIRIGIR Y ESTAR EN PLENITUD DE VANGUARDIA,...?,...-

VAN DÍA A DÍA COMO A LO QUE SURJA, A LO QUE SE VAYA APRENDIENDO CON EL MOVIMIENTO SOCIAL,...EL MOVIMIENTO ES TODO,...LEEMOS Y APRENDEMOS COSAS, APRENDEMOS DE LOS DEMÁS,...CASI CON ESO NOS BASTAMOS, COMENTAN MUCHAS DE ELLOS,...

OTRAS FUERZAS QUE ACTÚAN EN ESOS MOVIMIENTOS ESTÁN BIEN ENCUADRADAS,...SON LOS JÓVENES Y NO TAN JÓVENES COMUNISTAS,...DE TODO EL ABANICO COMUNISTA, DESDE PCPE,...HASTA IZQUIERDA ANTICAPITALISTA,...LOS VARIADOS PIM, PAM, PUM, GOMA DOS,...HASTA LLEGANDO O PASANDO POR ODIODECLASE, ASALTARLOSCIELOS, REVOLUCIONOBARBARIE.ORG,...Y MUCHOS ML, MUCHOS MLM,...ETC....¡¡.../...





  1. Linea Política - pcree

    pcree.net/Linea%20Politica/Linea%20Politica.htm

    Documentos sobre los fundamentos de la táctica Comunista. 1. Acerca del sindicalismo, sus limitaciones y cómo superarlas · 2. El feminismo que viene.

El escenario actual y el combate contra el revisionismo

Restablecer el análisis marxista de clase

Hace tiempo que el análisis de clase ha caído en desuso. El dominio absoluto del pensamiento burgués objetiviza el afianzamiento de este comportamiento. Tal es su fuerza y tal la debilidad del marxismo predominante, que pasa por análisis de clase las meras descripciones sociopolíticas que difunden repetidamente en sus órganos de expresión las distintas agrupaciones y corrientes que aún se reclaman del marxismo.

La ideología burguesa marca el paso, indica las claves a utilizar después de haberlas popularizado y haber conseguido retirar del campo de batalla las claves denostadas y, por ello, políticamente incorrectas, esto es, las marxistas. La mayoría de las organizaciones revolucionarias se afanan en difundir supuestos discursos alternativos y originales sin ausentarse, ni por un instante, del libro de estilo del pensamiento dominante, sin realizar el esfuerzo de detenerse y pensar sobre el verdadero discurso que difunden. Algunos, apercibiéndose despistadamente de ello, como si de una apreciación extrasensorial se tratara, introducen a veces, con calzador, conceptos, frases, modos marxistas de manera suelta, aislada, creyendo con ello que mantienen su conexión con el origen del que probablemente provienen, pero del que su lento y continuado divorcio durante décadas les ha incapacitado para reconocer en qué momento saltaron del tren de la revolución para volver marcha atrás, hasta ser engullidos por la abigarrada charca enfangada del revisionismo, avanzadilla burguesa dentro de las filas proletarias.

La realización de un análisis de clase permanente, permite una comprensión radical de los movimientos políticos que sirven a los intereses de clase subyacentes. Y sólo esta visión de raíz de la situación objetiva de los posicionamientos de clase faculta para poder intervenir, con un discurso revolucionario, en el superficial juego de los lineamientos de los distintos intereses de clase y sus fracciones.

El desaprendizaje del análisis marxista de la lucha de clases consigue que los discursos revolucionarios no superen el comentario descriptivo general sobre una realidad política en la que la clase obrera está completamente ausente, en la que se mantiene como mero espectador a la espera de que las otras clases decidan sobre su suerte. En esta situación, el proletariado, carente de liderazgo propio, sólo responde resistencialmente de manera puntual y aislada y en forma de escaramuzas o, masivamente, cuando, en la arena de la decisión política, alguno de los contendientes de las clases dominantes consigue sentimentalmente movilizarlo. Prueba de lo primero, del residuo de vitalidad que le queda, son las protestas, empresa por empresa, frente a las deslocalizaciones, y prueba de lo segundo, son las movilizaciones contra la guerra, contra el proceso de paz en Euskal Herria o por el derecho de autodeterminación de las naciones sin Estado.

La contradicción principal en la actualidad 


La situación de la clase obrera es, actualmente, pésima y se corresponde con el general estado de postración y anquilosamiento de la mayor parte del movimiento comunista internacional. El movimiento de resistencia económico sólo retrasa el proceso degenerativo y acentúa el desánimo y el descrédito comunista en la clase. Éste es el balance de las últimas décadas, y no puede suplirse con el fantástico autoengaño, en el que incurren gran parte de los destacamentos comunistas, de extender el movimiento revolucionario mundial desde los populismos antimarxistas bolivarianos y sus asociados latinoamericanos, hasta los ultrarreaccionarios integristas islámicos, y menos, incluir en él al movimiento obrero esporádico y resistencial que no se resigna a perder su cuota de poder y prosperidad social alcanzado en las sociedades imperialistas que moldea el Estado del bienestar, esto es, a la a veces muy radical y combativa aristocracia obrera. Cuando se ha firmado recientemente un nuevo acuerdo de reforma laboral entre los agentes sociales de la burguesía, la CEOE y los sindicatos, bajo el amparo del Estado burgués, por el que los derechos, antaño limados, son nueva y sustancialmente arrancados, no se ha producido contestación alguna de relevancia por parte de ese movimiento obrero dependiente y domesticado, ni espontánea ni organizadamente. Hace tiempo que la aristocracia obrera, representada directamente por los sindicatos, forma parte indispensablemente del bloque hegemónico. Las masas proletarias, por el contrario, no faltan a la cita que se les tiene dispuesta y para la que son preparadas ideológicamente a diario: el consumo a plazos, la Fórmula 1, los golden boys machotes hispánicos del baloncesto, el fútbol y sus entrañas de telenovela... Hace tiempo que no es consistente el principio de esperar un resurgir espontáneo de las masas. No existe un movimiento de masas neutro, como explicábamos en la Declaración Política del 1º de Mayo de 2004 (publicada en LA FORJA, nº 29, con el título, Guerra y elecciones). En el momento actual, la lucha de clases en el Estado español, entre la burguesía y el proletariado, está aletargada. Por ello, entre otras razones, la contradicción principal reside actualmente en el interior del bloque hegemónico, y a su lucha interna son arrastrados el resto de sectores sociales que acaban sirviendo los dictados de alguna de las dos principales fracciones de clase enfrentadas. Una prueba de ello fue, en pleno mandato del PP, el pacto alcanzado con la aristocracia obrera con el acuerdo sobre las pensiones para cerrar momentáneamente un frente abierto con los sindicatos y poder combatir el gobierno, con todas sus fuerzas, la propuesta nacionalista vasca del Plan Ibarretxe.

La fisura en el interior del bloque hegemónico 


         Durante el gobierno del Partido Popular, el pacto constitucional, alcanzado durante la Transición por las distintas fracciones de la clase dominante, fue roto por una de las facciones que este partido dirige. El análisis de clase permite comprender el porqué de esta ruptura. A partir de los años ochenta se va reconvirtiendo todo un sector de la burguesía a raíz del cambio que se produce en la estructura productiva. Se recorta el sector estatal y se procede a la privatización masiva de amplios sectores económicos que antes estaban incluidos en él. La reconversión económica e industrial, que es fruto de la derrota aplastante del movimiento obrero después de la liquidación de las organizaciones políticas revolucionarias -empezando por el PCE, que hacía mucho tiempo ya que se había convertido en garante, usurpando el nombre del proletariado, de la conciliación nacional, y continuando con la desaparición de prácticamente todas las organizaciones a su izquierda-, deja libre el campo a la derogación, recorte y mutilación de leyes y derechos conquistados, con lo que aumenta considerablemente la explotación del proletariado, que ya no está en condiciones de oponerse con éxito, produciéndose una acumulación de capital en nuevas manos que va propiciando la aparición de una nueva fracción emergente dentro de la clase capitalista, que se sostiene sobre la acumulación rápida y fácil, sobre todo a partir del sector de la construcción, del que se cuelgan otras ramas de la economía, como el turismo, permitiendo una dinámica muy activa regida por la especulación y, todo ello, sin interferencias por conflictos de clase ni social ni políticamente importantes. Las modificaciones legislativas, liberalización de alquileres, contratos basura, cambios en la ley del suelo, y las sucesivas reformas laborales pactadas con los sindicatos, ahora correas de transmisión de los intereses de la burguesía en lugar de serlo de las organizaciones comunistas revolucionarias, alimenta la pujanza de este nuevo sector de la clase burguesa que buscará la expresión política de sus intereses fundamentalmente entre las corrientes del PP, cuya dirección tratará de integrar la incorporación del modelo económico americano con el resurgir de una doctrina nacionalista españolista como bandera ideológica y aglutinante de masas. Para este resurgir ideológico y para otorgar un espacio político a estos nuevos sectores económicos emergentes de la burguesía, el PP terminará poniendo en cuestión el pacto constitucional. El Estado de monarquía parlamentaria que surge de la Constitución de 1978 se sostiene sobre la alianza de tres clases principalmente, que son las que conforman desde entonces el bloque hegemónico: la oligarquía financiera (fusión de bancos y monopolios), la aristocracia obrera y las burguesías nacionales periféricas. Los nuevos sectores emergentes de la burguesía, formados y enriquecidos rápidamente en pocos lustros, consiguen ejercer su influencia en el partido del gobierno y, desde aquí, iniciar una ofensiva para reclamar un lugar dentro del bloque dominante, lo cual implica la reorganización de la relaciones de clase en su seno. Los giros del Gobierno Aznar en casi todos los ámbitos de la política persiguen ese objetivo, destacando los criterios en política económica, que descaradamente primaban los intereses de los nuevos ricos en detrimento de otros sectores económicos (destaca el asunto del Plan Hidrológico Nacional, auténtico expolio de los agricultores de las riberas del río Ebro para favorecer el boom turístico-inmobiliario del sureste levantino). Pero será la presión ejercida sobre las burguesías de las naciones periféricas del Estado, con el fin de desplazarlas de su posición de codominio dentro del bloque hegemónico, cuando el liderazgo del PP empieza a ser contestado por elementos importantes de la poderosa oligarquía financiera, cuyos intereses estratégicos, que habían configurado la política del Estado durante décadas, también empezaban a ser lesionados por la ruptura del consenso, los giros de 180 grados en política y la actitud de apisonadora practicados por la mayoría absoluta del gobierno. 

Cuando la tradicional vocación europeísta en política exterior del Estado imperialista español es también subvertida por el gobierno, involucrándose directamente en la Guerra de Irak como aliado de EE. UU., se da la señal para el contraataque de la poderosa clase dominante tradicional, que acepta el reto de la confrontación política que habían estado provocando los sectores que ahora representaba el gobierno y que moviliza a las masas y pone en cabeza de esta maniobra al otro gran partido del sistema. El 11-M y la pésima gestión de la crisis por parte del Ministerio del Interior terminaron de resquebrajar las posiciones sociales y políticas representadas por el aznarismo. Sin embargo, no ha sido derrotado del todo. La estrategia de desgaste y confrontación que aplica el PP desde la oposición dan cuenta de que la fisura entre las fracciones de la clase dominante sigue abierta y puede dirigirse hacia la fractura. La vanguardia del proletariado debería reflexionar sobre esto y optar por planes políticos que favoreciesen esta tendencia a la profundización de las contradicciones entre los enemigos del proletariado, en lugar de levantar banderas, como la de la III República, que o bien las amortiguan, o bien ponen al proletariado del lado y al servicio de uno de los contrincantes. 

Las tendencias hacia la III República 


            Durante este periodo de tiempo, los últimos 6 años transcurridos entre la mayoría absoluta del PP y el actual gobierno de Zapatero, se van produciendo acontecimientos que muestran las tendencias convergentes a favorecer una recomposición de la izquierda radical bajo la bandera estratégica de la III República.

1ª tendencia. El estado descrito de las contradicciones de clase en el Estado español refleja una situación peculiar dentro del contexto europeo. Así, mientras en Alemania toda la burguesía puede ponerse de acuerdo en una gran coalición, formando un gobierno de concentración para explotar al proletariado, ir desmontando el Estado del bienestar y recuperar el papel de liderazgo en la reactivación europea, demostrando que la contradicción principal es la que define la confrontación entre burguesía y proletariado, en el Estado español, a más de dos años de las últimas elecciones, la contradicción principal sigue situándose en el seno de la burguesía: la fisura en el seno de la clase dominante se va abriendo en todos los temas de importancia, llegando incluso a involucrar al Parlamento europeo en el caso del proceso de paz vasco. Es previsible que el enconamiento prosiga y se acreciente ante el próximo proceso electoral. También es previsible y probable una fomentada polarización de las masas en la calle por los temas más sensibles y sensibleros: terrorismo, nacionalismo, memoria histórica, corrupción… Pero quien levantará la bandera del pueblo, de la izquierda, del antitotalitarismo, del talante y el diálogo, será el PSOE, que volverá a atizar el peligro fascista representado por el PP. El análisis superficial de esta tendencia provoca un lógico pero primario anhelo de regeneración democrática, cuya representación edulcorada vendría dada por el reclamo de una III República. Se trataría de una bandera lo suficientemente flexible bajo la que se puedan cobijar todo tipo de descontentos, desde los parciales y sectoriales a los de miras más generales. Esta tendencia, aparentemente espontánea, está consiguiendo enganchar a todo un sector que, aunque pequeño numéricamente, es siempre activo y está representado por una legión de pequeñas organizaciones que se convertirían en las fuerzas de choque contra una derecha que mantiene su radicalización, al igual que ya ocurrió en las movilizaciones contra la guerra.

2ª tendencia. La aceptación de la quiebra del pacto de silencio acordado en la Transición ha abierto el baúl de las contradicciones desde el seno de la clase dominante a la sociedad civil. Unas contradicciones que no superan el marco establecido dentro de los esquemas de pensamiento que recorren el bloque hegemónico. Esta ruptura, provocada por el PP con la recuperación ideológica del españolismo más rancio, basado en la popularización de los principios vigentes durante la dictadura franquista, libera al PSOE para generar un nuevo discurso ideológico que contrarreste al anterior. Se provoca, así, la apertura del régimen de silencio a la voz de los vencidos, que ya pueden volver a expresarse, al amparo institucional, sobre la República, la Guerra Civil y la Dictadura. De ahí el resurgir de la llamada memoria histórica, del recuerdo democrático y socialmente positivo de la II República y el rescate del olvido de las victimas de la guerra y la represión, amparado por primera vez en treinta años por el discurso institucional del partido en el gobierno y concretado en hechos determinados, incluso de carácter legislativo. En esta tarea, el gobierno ha obtenido el apoyo de los representantes políticos de las burguesías de las naciones periféricas que conforman la parte del bloque hegemónico que ha sido agredida por el PP. A destacar es el caso de ERC y del BNG, por paradigmático e ilustrativo de la fuerza y dominio del bloque hegemónico a pesar del enfrentamiento interno que sufre. Tratándose de partidos que se declaran independentistas y republicanos, han empleado su éxito electoral entregándose al gobierno autonómico, institución del Estado español, junto a partidos que apuntalan al régimen desde la Transición, contribuyendo a la estabilidad del panorama político en el resto del Estado, y su reiterada predilección por el pragmatismo frente a los principios les ha llevado a sustentar la intervención imperialista internacional en el Líbano, donde se dirime un conflicto de autodeterminación histórico y de los más candentes del momento en el mundo, con lo que han quedado al descubierto sus intereses de clase hegemónica, europeísta e imperialista, prevaleciendo sobre su programa nacional supuestamente liberador, y sentando un precedente que los invalida como partidos capaces de liderar cualquier deseo rupturista del Estado desde el punto de vista independentista. ERC y BNG quieren entrar a formar parte, así, de la coalición de clase del imperialismo español y, en la práctica, están justificando el dominio del Estado español sobre las propias Catalunya y Galiza.

La domesticación de ERC y BNG es precisamente uno de los componentes que suponen hasta el momento el mayor éxito del gobierno de Zapatero: la reincorporación de las burguesías nacionales al bloque político y económico dominante en el Estado. El gobierno ha conseguido arrastrar a CiU al pacto de descafeinamiento del Estatut rompiendo el consenso entre las fuerzas parlamentarias catalanas y relegando a futuros lejanos la cuestión nacional, incorpora al Bloque al gobierno de Galiza y logra abrir un proceso de paz en Euskal Herria empujando a los nacionalistas vascos, radicales o no, a un escenario en el que les ha arrebatado la iniciativa democrática.

3ª tendencia. El continuo e imparable deterioro del PCE y su coalición IU deja todo un sector a su izquierda que, ante la peligrosa posibilidad de radicalización, debe ser encauzado por la vía institucional y parlamentaria. La escisión de Corriente Roja en el año 2005, se hace precisamente bajo la consigna de la recomposición de la izquierda ante la cada vez más evidente liquidación del PCE como mero apéndice del PSOE y enarbolando el objetivo estratégico de la III República. El PCE, que no quiere perder este posible tirón, está atrapado entre proseguir con su posibilismo de asistente del PSOE o entregarse al oportunismo republicanista. Se ha apuntado decidida y oportunistamente al carro sentimental del republicanismo, manteniendo la histórica contradicción de no cuestionar en absoluto el régimen burgués.

4ª Tendencia. En esta supuesta atmósfera de recuperación republicanista, se produce una euforia, en muchos grupos que abanderan el proyecto republicano, que está basada en la propia voluntad de confundir la situación política objetiva con los deseos tantos años reivindicados y reprimidos. Para otros grupos, por el contrario, lo que los mueve hacia la III es el más puro oportunismo político, después de su renuncia decidida y continuada del marxismo-leninismo. Renuncia debida a su incapacidad para comprender las tareas necesarias para reconstituir ideológica y políticamente el comunismo y abrir la vía revolucionaria en el Estado español. El tirón mediático y la generación de una corriente sentimental sociopolítica, despierta sueños de posibilidades de éxito electoral. Se constituye así una tendencia objetiva en la que van desembocando todos los colectivos revisionistas del movimiento comunista en el Estado español. 

La verdad de la apuesta republicana 


Mientras la mayoría de estos colectivos, desde los trotskistas a los marxistas de todo tipo, abrazan la solución republicana como supervivencia colectiva, vendiéndola como solución de los problemas sociales y políticos en el Estado español, otro grupo de organizaciones se encuadra bajo la estela de sus respectivas pequeñas burguesías nacionales y optan por anteponer la nación a la clase, rechazan la República del Estado español pero abrazan una república para su nación, convirtiéndose en revolucionarios chovinistas. Están cayendo, unos y otros, de lleno en la trampa que les está tendiendo uno de los sectores en pugna del bloque hegemónico. El programa abertzalepara la solución del conflicto vasco, por ejemplo, no pone en cuestión en ningún momento la correlación de clases y se basa en el reconocimiento de los derechos democráticos básicos del pueblo vasco en un mundo donde los derechos de autodeterminación son pisoteados más que nunca desde la última gran guerra.

Con diferentes argumentaciones, basadas en distintos análisis de la realidad objetiva, los propagadores de la III, pretenden difundir la idea de la República como la panacea capaz de resolver todos los problemas de orden democrático que aquejan a la sociedad. Identifican democracia con justicia social. La adjetiven como República popular, federativa, confederal o de trabajadores, no son más que diferentes apelativos con un denominador común: establecer, en aras de un aglutinamiento masivo, un proyecto de programa democrático mínimo para la unidad de acción y la participación electoral. Para que este programa sea asumible por un amplio espectro de organizaciones de la izquierda es necesario rebajarlo al máximo para convertirlo en un programa de mínimos, y esto es lo que en primer lugar acordaron unos cuantos de estos grupos en un encuentro estatal, allá por octubre de 2003, los llamados Ocho puntos, donde no sólo no se cuestiona el carácter de clase del Estado, que sólo se democratiza, sino que se deja a la decisión de una contienda electoral la elección entre monarquía y república.

El llamado déficit democrático, característica de las sociedades capitalistas avanzadas, es fruto directo de la derrota del proletariado en la aguda lucha de clases que sostuvo contra la burguesía durante el primer Ciclo revolucionario. La incorporación de un sector de ese proletariado al bloque hegemónico a cambio de parte de los beneficios de la explotación imperialista, permite socavar los derechos democráticos más básicos en nombre de consensos que permiten mantener la estabilidad del propio régimen democrático burgués y de cada uno de los distintos sectores que de él se benefician. Se está demostrando que en las actuales sociedades de democracia burguesa, el capital no necesita recurrir al fascismo para reprimir con igual dureza y efectividad al proletariado.

Con el inicio de la época del imperialismo, la etapa progresista de las sociedades democrático burguesas toca a su fin. La burguesía, otrora revolucionaria, ahora es reaccionaria. El proletariado medio ha sido absorbido por el sistema y, a cambio de una parte del pastel, ha asumido el papel de gendarme entre los sectores más conscientes y apartados del festín. Esto indica que el Estado español es ya una sociedad capitalista madura, en la que la democracia burguesa ya tuvo su gran época de máxima expresión durante la II República. En ese periodo, la democracia republicana mostró sus enormes contradicciones y desembocó, debido a la presión popular y al grado de libertad alcanzado, en el fascismo como recurso de salvación de la burguesía más reaccionaria, cuando ya el proletariado reclamaba extender la democracia a todos los ámbitos de la sociedad y no sólo a las formas de expresión institucionalizadas y se aprestaba a realizar la revolución. Después de la II Guerra Mundial, el proletariado europeo es mayoritariamente incorporado al bloque dirigente por lo que, después de la dictadura franquista, la transición nació en un momento en que los principios democrático burgueses más puros estaban en franco retroceso en todo el entorno europeo, con Estados represores, una clase obrera débil y mayoritariamente sumisa y la mayoría de sus organizaciones domesticadas. También en el Estado español la correlación de fuerzas era desfavorable a las revolucionarias. La mayoría de la población no movió un dedo para hacer caer la Dictadura y, aunque muy activa, la minoría revolucionaria no supo romper el clima dominante del que la sociedad estaba impregnada. Franco dejó todo atado y bien atado. Es por todo ello que fue imposible la ruptura. La Transición representa ese acuerdo deleznable por traer una democracia cercenada a lo burgués y basada, no en principios elevados -libertad, igualdad, fraternidad- sino en las inviolables leyes de mercado y del capital, a cambio de participar en la gestión de parte de los beneficios como miembro del club de los países imperialistas. La lógica de la democracia bajo el dominio del capital es la lógica capitalista.


Por la democracia, luchar por la Dictadura del Proletariado



Primero deberíamos saber, como marxistas revolucionarios, que el sistema democrático, tome éste el aspecto de monarquía parlamentaria o el de república, no es más que el modo en como la burguesía establece su sistema de explotación. Deberíamos también aceptar la teoría marxista del Estado y saber que en una sociedad dividida en clases, la democracia la disfrutan las clases dominantes en contra de las oprimidas. No explicar esto a las masas y, en cambio, identificar la forma supersetructural del régimen con su base estructural clasista, es engañarlas.

Así pues, desde el punto de vista de los principios marxistas sobre el Estado, llamar a la democratización es llamar actualmente a la derrota del movimiento de masas, es llamar a la continuación del modelo escogido por la burguesía de subyugación del proletariado, es renegar en los hechos, en la práctica, de la lucha por la transformación social, por el salto cualitativo que supone la revolución comunista. No es posible luchar por la democracia sin luchar por acabar con el capitalismo. Lucha por la Dictadura del Proletariado es el único camino de las masas hacia la democracia. Democracia para el pueblo trabajador y dictadura contra las clases reaccionarias. En una sociedad de capitalismo imperialista no existe etapa de transición al socialismo, el único camino es la revolución comunista.

La república es una cuestión secundaria que manipula a su antojo la clase dominante al servicio de la lucha entablada en su seno. La alternativa republicana es la única que el régimen burgués va a permitir al proletariado radicalizado. Ésta será su alternativa para recomponer su dominio en caso necesario y conseguir derrotar y defraudar de nuevo las esperanzas populares. Sólo existe democracia para la clase obrera imponiendo la Dictadura del Proletariado.

Los seguidores de la causa republicana son seguidores de una causa ajena al proletariado, ya fracasada, y que hoy, como en su día, es generada por intereses de la burguesía. Los seguidores de la causa republicana caen en esta trampa porque hace mucho que ya no son independientes del dominio ideológico de la burguesía, hace mucho que llevan renegando del marxismo y, por ello, convertidos en revisionistas y oportunistas, están acostumbrados a depender de los giros políticos que les marca la burguesía, a acudir allí donde la burguesía les genera un conflicto que indefectiblemente perderán una y otra vez, están acostumbrados a no llevar la iniciativa revolucionaria a las masas, están acostumbrados a resistir donde las masas quieren resistir y a huir donde las masas huyen, están acostumbrados a su estilo de vida dependiente y a las migajas que reciben de su compromisos con el poder. Están acostumbrados a ir, en definitiva, a remolque de los acontecimientos. Viven de gestas del pasado que ni tan siquiera han protagonizado o confunden sus mediocres currículos con grandes luchas heroicas que otros libraron por ellos. Se reclaman de ideologías y políticas que más desconocen cuanto más las citan. Se emboscan para autojustificar sus fracasos en una visión idealizada del obrero medio. Ensalzan al proletario como individuo de una clase económica que defiende sus intereses burgueses para mantenerse en un puesto de trabajo del cual no es dueño, sin darse cuenta de que al elogiarle, muestran su amor por su condición de esclavo asalariado. Son los que idolatran esta esclavitud asalariada del obrero medio pero temen al obrero comunista revolucionario, que odia su condición de clase, que lucha por romper la cadena de producción y con ella las cadenas que le atan a su dependencia, para liberarse en su integración consciente en la lucha revolucionaria.

Mientras el revisionismo de toda laya se encamina hacia la nueva charca republicana, el proletariado consciente, revolucionario, sólo puede seguir el camino de la revolución comunista.

Para seguir esta senda es imprescindible cumplir los requisitos previos de reconstitución ideológica y política del comunismo. De ello, en LA FORJA venimos hablando sin descanso.

¡Por la independencia del proletariado!
¡Por la Dictadura del Proletariado!
¡Combatir la consigna de III República!//.




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  • .../...LAS LÍNEAS POLÍTICAS EN GENERAL SON REPETICIONES DE PRÁCTICAS PASADAS, DE MÁS DE UN SIGLO,...CUANDO TODO HA CAMBIADO BASTANTE, NO SE PUEDE PLANTEAR LO QUE DECÍAN LOS REVOLUCIONARIOS BOLCHEVIQUES, MAOISTAS,...ADEMÁS DE ENTRAR EN VALORACIONES Y CRITICAS A CUESTIONES ESPECIFICAS DE ESAS LÍNEAS PRACTICADAS,...ES HORA DE LINEAS POLITICAS CONTEMPORÁNEAS,...LA REALIDAD GLOBAL,...REQUIERE UNA LÍNEA POLÍTICA PROLETARIA-POPULAR GLOBAL,...ESTAMOS DE ACUERDO O NO ?,...¡¡. ¿ SE ACUERDA, O SE ACUERDAN ALGUIEN DEL ANÁLISIS CONCRETO DE LA REALIDAD CONCRETA,...?; PARECE QUE NO,...SIN EMBARGO ES BÁSICO SI SE QUIERE HACER ALGUNA REVOLUCIÓN SOCIAL,...Y NO CUALQUIERA NI EN CUALQUIER MOMENTO,...

    SE HABLA DEL MARXISMO, DE SER MARXISTA EN LOS ANÁLISIS Y EN LAS LUCHAS,...EN LA PRACTICA. TODO EL PERSONAL ORGANIZADO SIGUE HABLANDO DE REVOLUCIÓN PROLETARIA EN SU RESPECTIVO ESTADO-PAÍS,...O REALIDAD NACIONAL,...¡¡.PARECE QUE NADA HA CAMBIADO EN ESTE MÁS DE UN SIGLO,...DESDE QUE SE FORMULARAN ESTAS CUESTIONES,...Y SE LLEVARAN A CABO,...EN ALGUNOS PAÍSES, RUSIA, CHINA,...

    PERO LA REVOLUCIÓN NO SE VE, NO AVANZA POR NINGÚN LADO,...SIN EMBARGO EL PODER BURGUÉS SE HA INTERNACIONALIZADO,...CON LAS FORMAS Y MANERAS IMPERICAPITALISTAS,...HOY EN GENERAL SE PODRÍA DECIR QUE LA MITAD DE LOS ESTADOS FUNCIONAN A NIELES GLOBALES CON SUS EMPRESAS MULTINACIONALES,...MULTICORPORACIONES,...Y MANCOMUNADAMENTE CON MEGACORPORACIONES,...¡¡.


    SI FUÉSEMOS FIELES EN TODO AL MARXISMO,...CREEMOS QUE HOY SE PLANTEARÍA REVOLUCIÓN GLOBAL PROLETARIA-GLOBAL,...YA QUE LAS RELACIONES SOCIALES DE PRODUCCIÓN, LA LUCHA DE CLASE,...HAN ADQUIRIDO UN CARÁCTER GLOBAL, UNIVERSAL,...EN CONSECUENCIA, EN CONSONANCIA, SE DEBERÍA FORMULAR LINEAS Y PROCLAMAS DE LUCHA GLOBAL-UNIVERSAL,...¿ PERO PORQUE NO SE HACE,...?; PORQUE REALMENTE SE SABE POCO DE MARXISMO,...ESO CREEMOS NOSOTROS,...POR ELLO CENSURAMOS Y HABLAMOS DE ACTITUDES BRAVUCONAS EN CASI TODOS LOS GRUPOS COMUNISTAS,...AL MENOS EN LOS QUE MÁS CONOCEMOS,...PORQUE SE LEEN,...SALEN EN EL INTERNET,...Y VALORAMOS,PERO ESTO NOS LLEVA A ANALIZAR Y VALORAR LO QUE OCURRE CON GRUPOS Y FUERZAS COMUNISTAS, MLM QUE ESTÁN EN REVOLUCIÓN PROLETARIA-POPULAR,...COMO POR EJEMPLO EN INDIA, INDONESIA,...TAMBIÉN SE ESTUVO EN NEPAL, EN PERÚ,...SE ESTÁ EN FILIPINAS Y OTROS LUGARES,...¡¡.../...




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    " Bases teóricas y políticas para una línea política revolucionaria en el Estado Español "; DE-POR: UNIÓN COMUNISTA CONSTRUCCIÓN DEL PARTIDO- UCCP.ORG


    Tema I:
    Nuestra estrategia es la revolución socialista
    1. El marxismo fundamenta su teoría en que la producción y el cambio (la estructura económica de la sociedad) constituyen la base de todo el orden social. Ello indica que las transformaciones sociales y su conocimiento no hay que buscarlo en la cabeza de los individuos, sino en los cambios introducidos en la forma de producción y el comercio.
    2.El régimen de producción capitalista surge y se desarrolla rompiendo con el orden social feudal al introducir cambios profundos en la producción, en el régimen de propiedad y posesión de los medios de producción.
    3La labor principal del capitalismo ha sido la de concentrar los medios de producción, antes diseminados entre multitud de productores directos, convirtiéndolos en poderosas palancas de producción. Con ello, se desarrollan las fuerzas productivas que van adoptando una nueva forma social, adecuada a las nuevas formas de producción y cambio: la cooperación, la manufactura y la gran industria es la forma en que el trabajo toma cuerpo social en el régimen de producción capitalista. La máquina herramienta y la fábrica organizan el trabajo bajo la dirección del capitalista como un todo articulado sometiendo el trabajo asalariado a los intereses de la burguesía.
    4En su labor incesante por desarrollar las relaciones de producción capitalista, la burguesía abarca y asimila todo el territorio disponible creando el mercado mundial, imponiendo un gigantesco impulso a la producción y al comercio. Revoluciona los instrumentos de producción y las relaciones sociales que se derivan del régimen de producción. Con el triunfo del capitalismo, los productores pierden el control sobre las condiciones de la producción estando supeditados a su desenvolvimiento.
    5La concentración y centralización económica y política es un producto del desarrollo del régimen de producción capitalista. Cada vez es más necesario una sóla ley, un sólo gobierno, un sólo interés de clase, tanto por parte de la burguesía como del proletariado.
    6El desarrollo del régimen de producción capitalista se hace sobre la base de agudizar la contradicción antagónica entre el carácter privado de la propiedad y el carácter social de la producción, lo que provoca la extensión constante e ilimitada de la producción y la limitación selectivo del consumo social.
    7Sobre esta contradicción señalada (fruto del antagonismo originario entre la separación de los productores con sus condiciones de producción, la existencia de la propiedad privada y el trabajo asalariado) gira las tranformaciones sociales, la tr5ansformación social que tiene que llevar a acabo el proletariado para preparar la producción bajo el dominio social de los productores.
    8Dado el grado de desarrollo alcanzado por las relaciones de producción capitalista en el estado español, integrada en la cadena imperialista, la revolución pendiente es la socialista. No cabe ninguna etapa intermedia dado la formación, desarrollo e intereses objetivos de las clases sociales en lucha.
    Por esta razón no compartimos la opinión de otras organizaciones comunistas que consideran la III República como parte necesaria de un período que prepare las condiciones para el tránsito al socialismo o, al menos, como marco favorable para ampliar las “libertades democráticas”.
    Dicha reivindicación forma parte de una concepción dogmática y no dialéctica de los principios de la teoría marxista, al no tener en cuenta la situación histórica actual (lo que determina la conjunción de la estrategia con la táctica), fundamentalmente el grado de desarrollo alcanzado por el capitalismo en el estado español.
    Por un lado, no se tiene en cuenta que el Estado, considerado como aparato de dominación, siempre tiene un carácter de clase (no es neutral), y que en el capitalismo es la forma general en que la burguesía ejerce su dominio sobre la clase obrera, aunque se ejerza por métodos distintos (dictatoriales o democráticos, monarquía o república). El Estado (el dominio de clase) no se puede confundir con las formas de gobierno (la forma concreta que adopta el dominio de clase), aunque los dos aspectos tienen la misma finalidad: servir al funcionamiento político-jurídico del poder de la clase dominante.
    Por otro lado, se recurre de manera mecánica a la reivindicación de la III República como una mera ampliación de la II, sin tener en cuenta los cambios sufridos desde entonces en el desarrollo histórico, que nada tenía que ver con la situación actual, ni en lo económico ni en lo político. Tenemos que recordar que la II República fue un proceso histórico que hunde sus raíces en las condiciones de retroceso relativo de las relaciones de producción capitalista en el estado español respecto a otros países europeos del entorno. Este proceso fue impulsado fundamentalmente por los sectores burgueses más dinámicos frente a la influencia de la aristocracia y la gran burguesía, del ejército y la iglesia. La clase obrera jugó en ese proceso un papel secundario en su dirección política, yendo a la saga de los intereses de estos sectores burgueses.
    El aparato del estado burgués estaba en manos de los sectores reaccionarios que taponaban todo intento de “modernizarse”, esto es, de impulsar el pacto social para recomponer el poder de clase y acomodarse a las necesidades de la producción capitalista. Un estado casi en descomposición, que no gobernaba (no conseguía formar gobierno) era un impedimento para la colaboración de clases que sacara adelante la necesaria acumulación capitalista, dominada por la baja productividad y la desobedicencia civil.
    9La burguesía basa su poder económico en las relaciones de producción imperantes y su poder político en la organización del estado actual, de donde ejerce su dominio como clase. Dicho estado vela por los intereses generales de la burguesía en la función general de crear las condiciones políticas de reproducción del capital. Ninguna fracción burguesa tiene intereses fuera del estado como maquinaria represiva de clase, ya que ninguna se plantea su destrucción. Sólo el proletariado, organizado políticamente, acomete esta tarea dado su interés de sacudirse el dominio de la burguesía y de independizarse de las condiciones de explotación del capital.
    10Con el desarrollo del capitalismo se pone de manifiesto su finitud histórica que toma cuerpo en la incapacidad de la burguesía para organizar la producción, anárquica desde su origen y su fundamento. El desarrollo de sus contradicciones internas se refleja en el antagonismo entre los intereses inmediatos y estratégicos de la burguesía y el proletariado: fruto de ello es el florecimiento y desarrollo de la conciencia comunista, es decir, de la comprensión del carácter, condiciones y fin histórico del régimen de producción capitalista y del papel de las clases en la lucha social.
    11El comunismo es el resultado final de lucha del proletariado contra la burguesía, que contiene diferentes etapas:
    • Constitución del proletariado en clase independiente. Su lucha no desborda el mar Se organiza en sindicatos y presenta batalla por objetivos de carácter inmediatos. Su lucha política tiene un contenido económico y se caracteriza por una conciencia en donde domina el instinto de clase.
    • Constitución del proletariado en clase independiente con perspectiva de convertirse en clase dominante. La lucha de una parte del proletariado tiene por objetivo el poder político en la forma de partido organizado con influencia en un sector de la clase obrera. Esta parte se ha elevado teórica y políticamente a la comprensión de la necesidad de la transformación social, sacudiéndose el dominio ideológico que ejerce la burguesía sobre el proletariado apoyándose  en las relaciones de producción capitalista y su influencia en la conciencia social. La preparación de las condiciones para el derrocamiento de la burguesía es la tarea principal de esta etapa.
    • Constitución del proletariado en clase dominante y dirigente del proceso social. La lucha por edificar el nuevo orden social, la etapa de la dictadura del proletariado. Esta etapa no consiste en expropiar jurídicamente a la burguesía, sino además de cambiar el conjunto de funciones, de relaciones sociales, de una práctica social basada en juna nueva forma de pensar y actuar según una nueva organización social, económica y política.
    Nos encontramos en la segunda fase, en la fase de construcción del partido comunista. El objetivo estratégico es la lucha por el derrocamiento de la burguesía en la perspectiva de la construcción del socialismo.
    La toma del poder político y la organización del Estado proletario no se producirá de forma democrática, a través de la vía parlamentaria, ya que hay que tener en cuenta que la revolución social proletaria no consiste en el reparto del poder entre las clases existentes, sino en la lucha por eliminar todo poder organizado de las clases dominantes en el capitalismo. Es una lucha político-militar contra el estado burgués.
    El instrumento político para conseguir dicho objetivo es el partido comunista, esto es, el aparato dirigente del proceso revolucionario en estrecha relación con el proletariado y las masas interesadas en la transformación social.
    Las líneas generales de la construcción del partido comunista están elaboradas puesto que están constituidas por las diferentes etapas de la revolución. Sin embargo, hay que ir elaborando las tareas concretas que dan contenido y forma a esas etapas, que son fruto del análisis concreto de la realidad concreta: análisis de la formación social española en el contexto del desarrollo internacional del capital.
    La etapa de la construcción del partido se caracteriza por su carácter todavía defensivo, dominado aún por la situación concreta del desarrollo capitalista, por los intereses de la burguesía. El contexto por el que debemos empezar está determinado por la situación actual del movimiento comunista español, muy debilitado por su fragmentación y el dominio del carácter revisionista y oportunista de la mayoría de la línea política de los núcleos que se reclaman comunista. Hay que empezar por crear las bases teóricas y políticas para la construcción del partido:
    * El análisis concreto de estos núcleos, lo que precisa de un previo conocimiento de ellos, sus raíces y su política, y la elaboración de una política concreta para establecer relaciones constructivas.
    * Las tareas para reagrupar a los núcleos que se sitúan en el campo del marxismo en una única dirección.
    El conocimiento de los procesos de formación y desarrollo de los partidos comunistas en las formaciones sociales en donde se han empezado a construir el socialismo es de vital importancia para comprender el proceso de transición al comunismo, aunque tan importe como ello es conocer la etapa del desarrollo del capitalismo en las condiciones políticas actuales, pues lo que queremos es construir el partido aquí y ahora. Debemos producir el concepto de la realidad actual, de las condiciones concretas en la que actuamos, esto es, el análisis de la formación social y el análisis político de las clases en lucha.
    El aspecto principal en la construcción del partido es el teórico. Se ha evidenciado como el punto débil en la formación de los núcleos comunistas en el estado español, muy influenciados por la escasa tradición al estudio crítico de las obras de los teóricos marxistas y por la concepción revisionista y oportunista del marxismo que considera el socialismo como fruto del desarrollo general y espontáneo del capitalismo, que se apoya en la concepción democrática y economista de la lucha de clases.
    Esta condición histórica del desarrollo del movimiento comunista en el estado español ha alimentado la vía liquidacionista (dogmática) y fraccionista (sectaria) que caracteriza a este movimiento. La falta de rigor teórico ha favorecido que se fortalezca el culto a la personalidad y el dominio de los dirigentes sobre las bases de las distintos núcleos, lo que ha supuesto en la práctica el sometimiento del debate interno a los intereses de los jefes de turnos, que son los que determinan despóticamente la marcha de las organizaciones.
    La construcción de los diferentes partidos comunistas en donde se han logrado las revoluciones proletarias se han realizado en su contexto histórico, es decir, en el desarrollo de las contradicciones sociales (nacionales e internacionales). No se ha debído a la aplicación ciego de un patrón preestablecido que marcaba un modelo lineal, sino que se han tenido en cuenta las condiciones particulares en que se desarrollaba (teoría de la particularidad de la contradicción). Así ha ocurrido con el PCUS, PC de China, etc.
    Con respecto a esto, creemos que es necesario no sólo estudiar los procesos de formación de los partidos comunistas de los países socialistas, sino también las condiciones concretas de la situación actual, esto es, el análisis de la formación social española, las condiciones objetivas y políticas de la revolución proletaria. Sin ello es muy difícil, por no decir imposible, elaborar las condiciones de la formación del partido comunista hoy en el estado español. No es ni materialista, ni dialéctico.
    a) Imperialismo y desarrollo de la economía española
    • Análisis de los sectores económicos. Desarrollo individual e imbricación social.
    • Análisis del capital exterior con el interior y su influencia en el desarrollo del capitalismo en el estado español.
    • Análisis del desarrollo del capital financiero y su alianza con el resto del capital.
    • Análisis económico y político de la aristocracia obrera.
    • Burocratización estatal, impuestos y déficit público.
    • Cambio en los procesos de trabajo y relaciones de producción.
    • Economía sumergida y precarización del trabajo.
    • Análisis económico y político de la inmigración como elemento para la formación de la tasa de ganancia.
    b) Clases sociales y partidos políticos
    • Determinación económica y posición política en la formación del concepto de clase.
    • La burguesía, fracciones de clase y sus organizaciones políticas y patronales.
    • El proletariado, fracciones de clase y sus organizaciones políticas, sindicales y sociales.
    • Parados y lumpen.
    c) Crítica a la Economía política
    * La ley del valor.
    * La teoría de la plusvalía.
    * La reproducción del capital.
    * La ley de la tendencia decreciente  de la tasa de ganancia.
    * La teoría de la crisis económica capitalista.
    d) Ecología.
    e) Nacionalismo.
    Pero debemos partir de nuestras fuerzas actuales, que son muy débiles tanto en lo teórico como en lo político. El escaso desarrollo teórico del marxismo está pasando factura al movimiento de liberación del proletariado pues es incapaz de producir las categorías sociales que asuma la función de romper las representaciones mentales que dominan la lucha de clases desde el plano de su representación ideológica.
    Hay que iniciar un proceso político que tenga por finalidad elaborar una línea de actuación que se desarrolle en tres frentes:
    • Frente teórico, centrado en la actividad teórica para el desarrollo del marxismo en cuando al conocimiento de la formación social española (ya lo hemos expresado en las líneas anteriores)
    • Frente propagandístico, dedicado a la elaboración y difusión de la teoría marxista aplicada a la realidad concreta. Se constituirán círculos de estudios y órganos de propaganda que tendrán como objetivo conectar a la organización con la clase.
    • Frente político, dedicado al proselitismo, es decir, a la actuación directa en la lucha de clases con el objetivo de detectar, conocer y atraer a los elementos de la clase susceptibles de incorporarlos a los núcleos de apoyo de la construcción del partido.
    Para iniciar este proceso es preciso conseguir mínimamente reagrupar a los hipotéticos núcleos comunistas que estén dispuesto a formar parte y desarrollar el proceso de construcción del partido tal como lo planteamos. Para ello, deberíamos preparar una Conferencia Política que elabore las condiciones organizativas y tareas políticas para la constitución del futuro partido. A modo de propuesta, aportamos algunos temas interesantes para debatir en torno a ello:
    • Función del partido y papel de los militantes comunistas en la lucha de clases ¿Qué entendemos por militancia consciente?
    • Carácter y contenido de clase del Estado burgués
    • Papel de la democracia burguesa en la colaborción de clases y amortigüación de las contradicciones sociales.
    • El revisionismo, política burguesa en el seno de la clase obrera. La esencia del revisionismo es la concepción economicista de la lucha de clases.
    • El oportunismo, el tacticismo elevado a la enésima potencia. La esencia del oportunismo es su falta de principios revolucionarios.
    • La conciencia de clase no se adquiere con el activismo, pero tampoco con el estudio dogmático. Es la unidad de la teoría y la práctica. ¿Qué entendemos por ello?
    • ¿Cuales son los problemas actuales para el desarrollo de la teoría marxista? ¿Qué entendemos por crisis del marxismo?
    • ¿Cuál es el aspecto principal y secundarios de la línea de masas? ¿Qué entendemos por niveles de conciencia?
    La discusión de estos puntos nos puede ofrecer unas condiciones mínimas para trabajar por la identidad ideológica y política o, al menos, para hacerlo conjuntamente en la dirección señalada en este documento. Es cosa de debatirlo ampliamente.
    12La dictadura del proletariado es un proceso histórico que empieza con la toma del poder político por la clase obrera, obra de una acción concertada del partido comunista con otras fuerzas revolucionarias que le apoyan y las clases interesadas en la transformaciones sociales para la construcción del socialismo, que en cada país se desarrollará de una manera concreta, determinada por sus condiciones históricas y la situación de la lucha de clases a nivel internacional.
    La dictadura del proletariado se caracteriza a grandes rasgos por la destrucción del aparato estatal burgués y la constitución del proletariado como la clase dirigente de la revolución social con la finalidad de crear las bases materiales para la materialización de la sociedad comunista. El objetivo a corto y medio plazo es desposeer a la burguesía de sus privilegios económicos, políticos-jurídicos e ideológicos-culturales para desarticular su poder de clase asentado en la propiedad privada sobre los medios de producción y el control del poder político a través de los aparatos del estado. Este proceso se hará de una manera violenta o pacífica dependiendo de la oposición que ofrezcan las clases reaccionarias a las transformaciones sociales.
    Para que este proceso se consolide es necesario e imprescindible que el proletariado y las clases interesadas en el socialismo se incorporen a las tareas revolucionarias, tanto en sus aspectos económicos, políticos como ideológicos. Sin ello es imposible el triunfo de la revolución y la construcción del comunismo. La labor del partido comunista, vanguardia del proceso revolucionario, es incorporar a las masas a este proceso elevando su nivel de conciencia social, su compromiso con la revolución.
    Durante el proceso de dictadura del proletariado, el partido se encuentra con grandes dificultades de carácter económico que tiene que resolver, para ello es necesario que profundice en su conocimiento de la realidad objetiva y el análisis de la realidad concreta. También tiene que enfrentarse a un conjunto de problemas de carácter político e ideológico que tiene que dar respuesta. Nos referimos a desviaciones propias de la concepción burguesa del mundo: burocratismo, corrupción, autoritarismo, revisionismo, etc. que sólo se pueden combatir a través de la lucha de clases, de la incorporación y participación directa de las masas en la revolución.
    La destrucción del aparato estatal burgués implica:
    • Organización política y militar de la clase dirigente de la revolución. Disolución del poder militar burgués y requisamiento de las armas en su poder con la consiguiente instauración permanente del pueblo armado. Disolución del parlamento burgués y de sus órganos legislativos, ejecutivos y judicial con la consiguiente instauración del poder político según los criterios de la democracia socialista: elección de delegados en las unidades de producción, en los barrios, provinciales, estado, etc. y revocabilidad directa por los propios electores.
    • Organización jurídica. Disolución del aparato judicial bugués y anulación de la constitución burguesa, código penal, legislación laboral, etc. Creación de Jurados Populares legidos por las organizaciones obreras y populares.
    • Organización administrativa. Disolución del aparato administrativo burgués y anulación de las medidas con carácter administrativo (residencia, derechos electorales, encarcelamiento, manifestación, propaganda, etc.). Creación de nuevos órganos.
    Puesta en marcha de medidas para favorecer la incorporación de las masas al proceso revolucionario (mejora en sus condiciones generales de vida y trabajo) y el desarrollo del socialismo:
    • Expropiación sin indemnización de la propiedad de los medios de producción en manos de la burguesía.
    • Eliminación del derecho de herencia para la propiedad de los medios de producción.
    • Creación del sector socialista de la economía, propiedad del pueblo.
    • Nacionalización del suelo y de los sectores estratégicos de la producción.
    • Elevación del salario mínimo, adecuándose a las necesidades reales de las familias. Disminución de las desigualdades salariales, derivadas del capitalismo, con el fin de ir equiparando los salarios de los cargos políticos y de dirección de las unidades de producción con el conjunto de los trabajadores.
    • Expropiación de inmuebles para acondicionarlos como viviendas populares.
    • Facilidad para alquilar pisos según la cuantía de los salarios.
    • Eliminación de la medicina como negocio.
    • Control de la enseñanza para adecuarla a las necesidades culturales de la revolución.
    • Incorporación de la mujer a las actividades productivas en igualdad de condiciones. Para ello es necesario socializar las tareas relacionadas con la reproducción de la fuerza de trabajo, lo que permitirá y facilitará a las mujeres su incorporación a las actividades productivas y participar en las tareas de la construcción socialista.
    • Control de los accidetnes laborales.
    • Revisión de las acgtividades productivas: ritmos y sistema de retribución, etc.
    • Obligación de trabajar.
    • Internacionalismo proletario, etc.
    13El revisionismo reniega formalmente de la dictadura del proletariado, aunque sostiene en su “ideario” el socialismo como etapa transitoria para la construcción de la sociedad comunista.
    En realidad, el revisionismo no entiende el socialismo como la destrucción del capitalismo sino su lógica evolución pacífica, que se transforma en otro régimen conservando lo que tiene de beneficioso. Su concepción del socialismo es el capitalismo de estado reformado, que hereda la propiedad privada transformándola en pública gestionándola según los intereses de las distintas clases, que no se extinguen sino que se retroalimentan mediante la negociación. El estado es concebido como la función reguladora de la negociación entre clases y distribuidora de la riqueza creada. Su papel es, por tanto, neutral.
    De hecho abandona la teoría marxista de la lucha de clases reemplazándola por la concepción burguesa de la democracia en general. Defiende la teoría de la reconciliación de clases como vía pacífica al socialismo y de respeto a la ley para salvar la economía y las relaciones internacionales.
    Tema II:
    La sociedad comunista
    1. La razón de existencia de los comunistas es la construcción de la sociedad comunista. Para ello es imprescindible tanto la construcción del partido que dirija dicho proceso como infundir en la clase obrera la conciencia de su emancipación como clase independiente del capital. Dicha tarea histórica no es fruto de un ideal ético o de la evolución natural de la sociedad, sino de un largo proceso determinado por las condiciones materiales de la producción y de la lucha de clases que de ello se deriva.
    2. La materialización de la sociedad comunista empieza con la derrota política de la burguesía y la consiguiente toma del poder del Estado por la clase obrera, desarrollándose con la instaruración de la dictadura del proletariado con la finalidad de transformar las relaciones sociales de producción en la dirección de abolir las clases sociales y extinguir el estado.
    3. En el terreno práctico la sociedad comunista persigue la satisfacción de las necesidades materiales de los individuos, así como el libre y completo desarrollo de sus capacidades físicas y espirituales.
    4. Hasta llegar a la sociedad comunista es necesario previamente que se desarrollen dos aspectos esenciales:
    La abolición de la propiedad privada capitalista a través de la expropiación de los medios de producción en manos de los capitalistas individuales y del Estado. Esto significa que se tienen que crear las condiciones materiales necesarias para el desarrollo progresivo de las fuerzas productivas (base para la consolidación de la nueva sociedad) sin las trabas de la apropiación privada, del pleno desenvolvimiento de la producción según una planificación colectiva y consciente, de acuerdo con las leyes que rige en la Naturaleza.
    Para que esta expropiación social y su desarrollo posterior sea una realidad es necesario, asímismo, que la clase obrera se organice como clase dominante, esto es, tome las riendas de las nuevas relaciones sociales de producción, tanto a nivel político, ideológico como militar, es decir, se organice como pueblo armado para la defensa de sus intereses y la reacción de los expropiados.
    5. Antes de terminar este punto se debe dejar claro dos aspectos:
    • La extinción del Estado sólo se logrará con la desaparición de las clases, sustituyéndose la imposición y represión organizada propio de todo estado por la administración de los asuntos sociales.
    • La eliminación de las clases no puede ser consecuencia de un mandato moral o jurídico, sino que sólo puede ser fruto del desarrollo económico basado en la libre asociación de los productores. Ello supone un largo proceso social en donde se superarán las desigualdades sociales basada en la división social del trabajo (manual/intelectual, dirección/ejecución, campo/ciudad, hombre/mujer, etc.) debido a la planificación social y al aumento consciente de las capacidades intelectuales de los individuos en los asuntos sociales.
    6. La construcción del socialismo es una tarea consciente y colectiva y , en donde tienen que participar tanto la vanguardia de la clase obrera, con su partido al frente, como las amplias masas de trabajadores con el objetivo de transformar las condiciones económicas, políticas y culturales heredadas del régimen de producción capitalista.
    7. En el terreno económico-jurídico significa desarrollar nuevas relaciones de producción al servicio de las necesidades sociales de las masas populares, lo que implica previamente la eliminación de la propiedad privada capitalista y el trabajo asalariado que lo complementa. Ello supone:
    Que la propiedad de los medios de producción pase a ser colectiva, en un principio como titularidad del nuevo estado proletario.
    Que la producción se planifique socialmente en el sentido de resolver las contradicciones entre las necesidades sociales de cada etapa histórica y la producción social, entre la dirección de las unidades de producción y la ejecución práctica de la producción, entre el sector socializado y los sectores no socializados, entre los gastos sociales y la acumulación socialista, entre el conocimiento de la sociedad y el desarrollo productivo, entre la producción y la naturaleza, etc.
    Que la inercia del desarrollo productivo tenga un control popular, una participación activa y consciente de las masas trabajadoras, en el sentido de ir eliminando las contradicciones señaladas anteriormente.
    Que se avance en el conocimiento científico de la sociedad y la naturaleza, teniendo como principio la unión de la teoría y la práctica y poniendo en el puesto de mando las decisiones políticas en lugar de las técnicas.
    8. En el terreno político-ideológico implica luchar con vehemencia y decisión contra las teorías burguesas que ensalzan la individualidad y el beneficio privado como motor del desarrollo social, así como contra el revisionismo y el oportunismo que consideran el democratismo como la esencia de la vida social humana, perdiendo de vista con ello el criterio marxista acertado de la lucha de clases como motor de las sociedades divididas en clases.
    9. La construcción de la fase superior del comunismo necesitará además de los aspectos que hemos señalado (desarrollo continuado de las fuerzas productivas en el contexto de la propuiedad colectiva de los medios de producción, la participación axtiva de los productores, tanto en su aspecto cuantitativo como cualitativo, y la elevación ininterrumpida del nivel de conciencia necesario a la nueva etapa), los cambios necesarios en el contexto internacional, es decir, del triunfo de la revolución proletaria a nivel mundial, la construcción del socialismo en el conjunto de países del planeta.
    10. La burguesía combate al comunismo desde el punto de vista ideológico proyectando en la cabeza de los individuos que es totalmente irrealizable, puesto que no es más que una construcción utópica ideada por individuos influidos por un idealismo dañino e irrealista sin ninguna base real. Sólo se reconoce la buena intención moral de querer acabar con la desigualdad social pero a costa de recortar y eliminar la libertad individual, lo que nos llevaría al estancamiento económico y a la globalización de la miseria.
    No comprenden y no quieren entender que el desarrollo de la historia no depende de las ideas que se hagan los individuos de su situación, sino del desarrollo de las condiciones de producción y de la lucha de clases enfrentadas por el lugar que ocupan en la producción y su distribución. Su propia régimen de producción era impensable en la esclavitud y el feudalismo. Se necesitó de cientos de años y miles de guerras para que aparecieran nuevas relaciones sociales de producción que hacían  necesaria la revolución burguesa. Se pasó de la pequeña producción, basada en la propiedad individual de los medios de producción, a la gran producción basada en el desarrollo de las fuerzas productivas y la concentración de la propiedad individual en grandes medios de producción colectivos aunque con un carácter privado.
    El comunismo ahora parece casi una profecía, pero no es fruto ni mucho menos de los sueños de unos profetas que predican un nuevo mundo al estilo del cristianismo antiguo o la llegada del Mesías de los judios. Es fruto, muy a pesar de los capitalistas, del desarrollo de la producción burguesa y de las contradicciones que se engendran a nivel mundial, poniendo en mano del proletariado la resolución de los antagonismos en que se desarrolla anarquicamente la vida social. El capitalismo ha cumplido su misión histórica, como se ha dicho anteriormente, señalando el camino de su desaparición y alumbrando un nuevo orden mundial a través de la construcción del socialismo en los países y situaciones históricas en que el proletariado esté preparado.
    11. Tenemos que reivindicar el nombre de comunista en toda nuestra propaganda, sin tener miedo a ocultarlo debido al bajo nivel de conciencia de las masas. Su utilización debe ir unido a la explicación de lo que queremos construir, aunque sea de manera escueta y sencilla, para hacerlo entendible entre nuestros compañeros de clase.
    Debemos establecer de una manera especial una lucha ideológica contra el revisionismo y el oportunismo en este tema pues utilizan la palabra quitándole su contenido científico camuflándolo bajo una alternativa burguesa. Así sucede cuando defienden el capitalismo de Estado con el que se identifica el revisionismo y el oportunismo, o la alternativa anarquista de la construcción de la sociedad igualitaria de pequeños productores individuales. El comunismo no es ni una cosa ni la otra, como bien conocen los estudiosos de la teoría marxista. Marx y Engels lo definen muy bien en sus textos, a ellos hay que recurrir para comprenderlo en toda su amplitud.

    BASES TEÓRICAS Y POLÍTICAS PARA UNA LÍNEA POLÍTICA REVOLUCIONARIA EN EL ESTADO ESPAÑOL (1)