SALUD DESDE MÁLAGA, ESPAÑA DE LUKYRH.COM -- Lmm --.
UNA PURA LÓGICA MARXISTA,...¿¿¡¡ SI HAY UNAS RR.SS. DE PRODUCCIÓN IMPERIALISTA CAPITALISTA GLOBALES-MUNDIAL, -- MULTICAPITALISTA -- Y MULTIIMPERIALISTA,...UNA SOCIEDAD IMPERIALISTA MUNDIAL,...UNA LUCHA DE CLASES UNIVERSALES, LATENTES Y EN IMPLEMENTACIÓN,...ACTUANDO YA,...CASI A NIVEL INTERNACIONAL,...USA, FRANCIA, REINO UNIDO,...HONG KONG,...ETC,...Y NO HAY OTRO MARCO DE LUCHA DE CLASES,...SE IMPONE DESDE YA,...DESDE ANTES DE AYER,...Y UN ESTADO MUNDIAL IMPERIALISTA MULTICAPITALISTA INTERPLANETARIO, COLONIZADOR DEL SISTEMA SOLAR Y DEL ESPACIO EXTERIOR,...EL MODO DE PRODUCCIÓN ES IMPERIALISTA UNIVERSALMENTE,...¡¡.; SI SE COMPRENDIERA BIEN ESTAS CUESTIONES,...SEGUIRÍA CON LA LÍNEA DE UNA REPÚBLICA SOCIALISTA EN AMÉRICA DEL NORTE,...????¡¡¡¡¡. O QUIZÁS SERÍA POR LÓGICA PLANTEAR UNA REVOLUCIÓN SOCIAL UNIVERSAL OBRERA Y POPULAR DE LA HUMANA HUMANIDAD,...????¡¡¡¡. LAS TÁCTICAS Y ESTRATEGIAS CASI ESTÁN ELABORADAS Y EN LA CABEZA, LAS LÍNEAS APROXIMADAS,...¡¡. BUENO ESPERO TU RESPUESTA Y DEL PCR US, DE VERDAD,...¡¡. ESCRIBE ESTAS LÍNEAS EL CREADOR DEL GRUPO COMUNISTA PROLETARIO INTERNACIONALISTA DE MÁLAGA, ESPAÑA. Y EDITOR DEL BLOG LUKYRH.BLOGSPOT.COM ESPERANDO NOTICIAS O RESPUESTAS HASTA LA PRÓXIMA,...¡¡. Lmm.
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Bob Avakian refutación, déjeme ofrecer algo para reflexionar.
Las formas particulares de la materia,
en movimiento, tienen un principio y un fin, pero si la materia en sí tuviera un principio,
eso requeriría que existiera algo “antes” de la materia, algo “externo” a la materia, algo
(un dios) que hizo surgir la materia (la creación). La existencia infinita de la materia, sin
principio ni fin, es algo que a una mente humana (incluida una mente que en buena parte
no carga con las trabas y las confusiones del idealismo y prejuicios burgueses) le cuesta
mucho trabajo concebir o incluso contemplar (¡pues, hace que nos duela la cabeza!). Pero
es la única conclusión que se puede sacar aplicando un método y enfoque materialista
dialéctico, científico. Es la única conclusión que se deriva de (corresponde a) lo que de
hecho cuenta con extensa evidencia —la existencia de la materia— y de lo que no cuenta
con ninguna evidencia objetiva — la existencia de unas fuerzas no materiales y
específicamente unas fuerzas sobrenaturales (entre ellas un dios o unos dioses). Y si la
materia existe infinitamente (entendida como algo que tenga una existencia material, en
la forma que sea, como por ejemplo la energía), y existe continua e infinitamente como
materia en movimiento, la que experimenta repetidas transformaciones —y al tomar en
cuenta que existen distintos niveles y formas de la materia en movimiento, que tienen una
existencia relativamente discreta y se caracterizan por las contradicciones específicas que
las definen, en cualquier momento dado—, de todo esto se concluye que no existe, y no
puede existir, una sola “cadena ininterrumpida de causalidad”. Así que, en la realidad
material existe causalidad, pero también existe accidente.
En cuanto a la otra parte de esta declaración, sobre la relación entre las fuerzas materiales
subyacentes y la actividad y lucha de los seres humanos, esto vuelve a la declaración de
Marx de que las personas hacen la historia pero no de la manera que quisieran. La hacen
en el contexto de la sociedad tal como la han heredado, en particular la base económica
de la sociedad, las fuerzas productivas de la sociedad que existan en ese momento y las
relaciones de producción correspondientes. Y la hacen mediante saltos radicales,
revoluciones en la sociedad humana, que transforman esas condiciones subyacentes. Pero
la hacen sobre la base de lo que existe, y no al inventar alguna especie de cambio en su
imaginación. Esto vuelve a la analogía que se hace en Pájaros y cocodrilos — la analogía
con la evolución en el mundo natural. La evolución natural produce cambios constantes y
transformaciones cualitativas, como la emergencia de nuevas especies, pero lo hace sobre
la base del material que ya existe, y no mediante algo que alguna fuerza externa inyecte
en el proceso — una fuerza la que, una vez más, sería un dios, o un “diseñador
inteligente” (o cómo quiera se le quiera llamar). Lo mismo ocurre para el desarrollo
histórico y la transformación de la sociedad humana. Las personas sí hacen la historia,
pero la hacen actuando para incidir en la realidad material que enfrentan, transformando
esa realidad material, y no inventando en su imaginación una idea de cómo quisieran que
fuera la sociedad y luego imponiendo eso a la realidad.
En El comunismo y la democracia jeffersoniana, examino la manera en que una
corriente clara en la teoría política burguesa en esencia considera la libertad negativa —la
libertad de no tener que subordinarse a algo, como a la coacción del estado— como la única libertad positiva (¡disculpen el juego de palabras, pues no podía resistir!). Tal teoría
burguesa considera los esfuerzos por alcanzar la libertad positiva —que las personas se
motiven para actuar a favor de ciertos objetivos— como inherentemente, o al menos
fundamentalmente, coercitivos, y que tienden hacia el totalitarismo. Esto es un
entendimiento fundamentalmente erróneo, desprovisto de (y en conflicto con) un enfoque
materialista dialéctico, científico de la realidad, incluidas las relaciones sociales humanas.
Sin examinar esto más a fondo aquí, es correcto e importante enfatizar que puede haber
—y que con la sociedad socialista, y aún más con la sociedad comunista, definitivamente
habrá— una libertad positiva muy positiva. Esto, una vez más, está muy ligado a la
relación entre la necesidad y la libertad — de entender correctamente y de actuar de
acuerdo con un entendimiento correcto de esta relación.
Lo siguiente de El comunismo y la democracia jeffersoniana examina algunos aspectos
de esto:
Para tener una valoración correcta de esto, lo fundamental es entender que
nunca ha habido, y nunca podrá haber, una sociedad o un mundo —no podría
existir la humanidad— sin la necesidad y, si vamos al caso, sin una u otra
forma de coacción. La pregunta es: ¿Cuál es la relación entre, por una parte, la
necesidad y la coacción y, por la otra, la libertad, y entre la emancipación
consciente propia por una parte y las condiciones materiales subyacentes por
la otra?...
Junto con esto, está la realidad de que, en cualquier momento dado y de una u
otra forma, “se van a establecer los términos”. Esto es otra forma de hablar de
la existencia y el papel de la necesidad. En el sentido más amplio, la realidad
objetiva “establecerá los términos” y, sí, éstos se establecerán por medio de las
acciones conscientes de los seres humanos — como individuos, pero, en lo
más esencial y con mayor impacto, como fuerzas sociales. Esto se expresa de
muchas formas en la sociedad capitalista. Existe la necesidad, en un nivel
básico, de que la gente encuentre trabajo para poder vivir….
Para dar una mayor ilustración de esto, tomemos algunas de las mejores
aspiraciones de algunas de las personas que son generalmente progresistas. No
les gustan —de hecho se consternan, y quizás se consternen profundamente—
por las muchas desigualdades sociales que existen: entre el hombre y la mujer,
la opresión a las nacionalidades minoritarias, y de otras maneras. Pero se han
establecido estos términos, se han establecido e implementado estas
relaciones, como resultado de la propia naturaleza y mediante las dinámicas de
este sistema, y la gente no tiene el derecho de simplemente “elegir” abolirlas
porque las odian, aunque sí las odian. La gente se ve obligada a responder a las
condiciones y términos que las fuerzas que están por encima y más allá de la
gente como individuos establecen e imponen. De hecho, esto siempre será
46 Bob Avakian
cierto para los seres humanos en cualquier sociedad. La diferencia está en que
en la sociedad comunista, se habrán eliminado las divisiones de clase y otras
relaciones sociales opresivas; estas relaciones, y la perspectiva que acompaña
esto, ya no serán un obstáculo y ya no interferirán con los esfuerzos de los
seres humanos —ya sea de forma individual, y sobre todo, de forma colectiva
y cooperativa— por responder a la necesidad que enfrenten en cualquier
momento dado. Pero en la actualidad aún estamos en la era de la historia
humana en que los intentos de cualquier individuo o de cualquier grupo de
responder a la necesidad no sólo deben enfrentarse a esa necesidad en un
sentido general, sino que al intentar hacerlo, enfrentan obstáculos impuestos
por las divisiones sociales y de clase y las correspondientes ideas y
perspectivas.
La diferencia esencial con respecto a la sociedad comunista no es que ya
no enfrentaríamos la necesidad, o que no se establecerían los términos —
no solo por la naturaleza sino también de manera social— sino que los
seres humanos, de forma individual y sobre todo de forma colectiva,
podrían enfrentar y abordar la transformación de esta necesidad sin la
traba de las divisiones de clase y otras relaciones sociales opresivas y las
ideas correspondientes, lo que incluye las formas en que se distorsiona el
conocimiento de la realidad por el prisma de estas relaciones antagónicas
sociales y de clase, y las ideas y perspectivas que les corresponden.
A manera de conclusión sobre este punto, el comunismo no simple ni más
esencialmente, concibe y abarca la “libertad negativa” —es decir, las formas
en las que las personas, en la sociedad socialista así como en la sociedad
comunista, podrán proseguir sus inclinaciones individuales particulares sin
interferencia de las instituciones de la sociedad, siempre y cuando esto no
perjudique a otros, o a la sociedad en general, en una forma que se ha
determinado socialmente que es inaceptable— sino que, más allá de eso, el
comunismo concibe y encarnará toda una nueva dimensión de la libertad
positiva: las personas proseguirán, y realizarán, de forma individual pero sobre
todo en común y por medio de sus interacciones mutuas —lo que incluirá
mediante la lucha no antagónica— la continua transformación de la sociedad y
la naturaleza (y la relación entre ambas) para realzar continuamente la vida
material e intelectual y cultural de la sociedad en su conjunto así como de los
individuos que componen la sociedad. [negritas y cursivas en el original].
La estrategia… para una revolución real
El objetivo del comunismo, el proceso necesario que lleva a él —la revolución y la
transformación profunda de la sociedad y, en última instancia, del mundo en su conjunto,
para realizar las “4 Todas”— y la posibilidad (no la inevitabilidad sino la posibilidad) de
esta revolución: no se establece todo esto mediante algún tipo de fantasía subjetiva y
utópica, sino que se establece sobre una base científica, mediante el análisis de las
contradicciones básicas del sistema existente del capitalismo-imperialismo, al ver esto en
el contexto, y al examinar su lugar, en el desarrollo más amplio de la sociedad humana y
de las fuerzas motrices de tal desarrollo, y de este modo al reconocer la base y las fuerzas
potenciales para dar un salto radical más allá de esto y de todos los sistemas y relaciones
de explotación y opresión anteriores. Aquí, como se indica en la observación que
contrasta la posibilidad con la inevitabilidad, entra una distinción crucial y una cuestión
profunda de metodología. En la historia del movimiento comunista, desde el momento de
su fundación, ha habido una tendencia al “inevitabilismo” —la creencia errónea de que el
desarrollo histórico conducirá inevitablemente al triunfo del comunismo— que ha sido
más o menos pronunciada en diversos momentos y en diversas expresiones, pero que en
cualquiera de sus expresiones ha ido en contra del método y enfoque fundamentalmente
científico del comunismo, desde su fundación en el trabajo de Marx (y Engels). En este
sentido, así como en otras dimensiones esenciales, el nuevo comunismo “representa y
encarna una resolución cualitativa de una contradicción crítica que ha existido en el
comunismo y en su desarrollo hasta este momento, entre su método y enfoque
fundamentalmente científicos, y los aspectos del comunismo que han ido en contra de
eso”
35
. [negritas y cursivas en el original]
El enfoque científico del nuevo comunismo enfatiza que la base para esta revolución no
se encuentra en el pensamiento y modo de pensar de las masas de personas en cualquier
momento dado, sino en las contradicciones que definen este sistema las que causan una
continua miseria para las masas de la humanidad mientras que, a su vez, estas
contradicciones están integradas en las propias estructuras y dinámicas de este sistema y
no es posible resolverlas ni eliminarlas dentro de sus límites.
Esto se expresa de manera concentrada en los “5 ALTOS”:
¡ALTO a la genocida persecución, encarcelación en masa, brutalidad y
asesinato policial de negros, latinos y otra gente de color!
¡ALTO a la patriarcal denigración, deshumanización y subyugación de todas
las mujeres por todos lados y toda la opresión por razones de género u
orientación sexual!
¡ALTO a las guerras de imperio, ejércitos de ocupación y los crímenes contra
la humanidad!
48 Bob Avakian
¡ALTO a la satanización, criminalización y deportación de los inmigrantes y a
la militarización de la frontera!
¡ALTO a la destrucción del planeta por parte del capitalismo-imperialismo!
Se puede ver qué tan relevantes y qué tan inmediatamente urgentes lo son estos “5
ALTOS” y las contradicciones a las que se refieren.
Así que, ¿y qué de la cuestión de una revolución real en un país como Estados Unidos, y
cómo se basa, una vez más, en estas contradicciones que definen pero las que no es
posible resolver, que están integradas en este sistema y sus estructuras, funcionamiento y
dinámicas básicos?
En “Sobre la posibilidad de la revolución” y CÓMO PODEMOS GANAR — Cómo en
concreto podemos hacer una revolución36 (otro documento muy importante del Partido
Comunista Revolucionario), se habla no solo de la necesidad de esta revolución sino
también de la estrategia para realmente construir un movimiento hacia el derrocamiento
de este sistema y luego llevar a cabo ese derrocamiento, cuando se hayan cuajado las
condiciones para ello. Ahora, no voy a hablar de esto de manera extensa y exhaustiva —
ya lo he hecho en Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente
podemos hacer la revolución37
, en particular, la Segunda parte, que habla de la estrategia
para la revolución —que detalla lo que se presenta, de manera concentrada, en “CÓMO
PODEMOS GANAR”— al hablar de lo que debemos hacer ahora para acelerar mientras
se aguarda el surgimiento de una situación revolucionaria y de un pueblo revolucionario
que cuente con millones de personas, para preparar el terreno, preparar al pueblo y
preparar a la vanguardia para esa situación, cuando sea posible, y necesario, luchar con
todo para ganar — para derrocar a este sistema opresivo, desmantelar sus fuerzas de
supresión violenta y las demás instituciones de su dominio, y establecer un sistema
político y económico radicalmente diferente, con el objetivo de la abolición total y
definitiva de todas las relaciones de explotación y opresión. Pero sí quisiera enfatizar
fuertemente la importancia de hacer realidad lo que se presenta, de manera concentrada,
en CÓMO PODEMOS GANAR, y que se explica más completamente en Por qué nos
hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución (y, a
este respecto, Los pájaros no pueden dar a luz cocodrilos, pero la humanidad puede
volar más allá del horizonte, en particular la Segunda parte, también es muy relevante,
incluida la discusión ahí sobre las maneras en que los principios discutidos en “Sobre la
posibilidad de la revolución” pueden ser de una aplicación más general en el proceso
revolucionario en diferentes tipos de países).
En lugar de detallar ampliamente los diversos aspectos de la estrategia revolucionaria que
se han desarrollado con el nuevo comunismo, incluidas las maneras significativas en que
este nuevo comunismo representa una ruptura con lo que ha sido “lo que todos saben” en
el movimiento comunista, quiero ofrecer, una vez más, un resumen básico de aspectos
esenciales de esto.
BREAKTHROUGHS (ABRIENDO BRECHAS) 49
En primer lugar, está la cuestión decisiva del internacionalismo. Además de remitir a la
gente a la polémica “¿Comunismo o nacionalismo?”38 de la Organización Comunista
Revolucionaria (OCR), México, en Demarcations #4, invierno de 2015, y a la discusión
sobre el internacionalismo en EL NUEVO COMUNISMO, Segunda parte, quiero hablar
brevemente aquí sobre la base filosófica y material para el internacionalismo comunista y
la mayor síntesis de esto en el nuevo comunismo.
La base material se halla en que el capitalismo se ha desarrollado más plenamente y se ha
convertido en un sistema internacional de imperialismo capitalista y las diversas
características de eso, incluidas sus inversiones y explotación mucho más generalizadas a
escala internacional (a diferencia de las etapas anteriores del capitalismo en las que se
realizó la producción principalmente en los países de base y se llevó a cabo una búsqueda
de los mercados de esos productos a escala internacional). Se ha internacionalizado
mucho más el proceso de producción, cada vez más en las últimas décadas. Este es un
solo sistema general con muchos componentes y dinámicas diferentes para cada uno de
esos componentes dentro de este sistema general. La dinámica de este sistema en su
conjunto a nivel mundial —no única, sino principalmente y en relación dialéctica con la
situación en partes específicas del mundo y en países específicos— es el factor principal
que establezca el escenario objetivo de la lucha revolucionaria en países específicos. Y
cuando, mediante este proceso dialéctico, las contradicciones se expresen de una forma
particularmente aguda en determinados países, eso puede conducir al surgimiento de una
situación revolucionaria ahí. Así que existen dinámicas en países específicos, pero de eso
no solo, y ni siquiera esencialmente, surgen las condiciones materiales que afectan el
desarrollo de la lucha revolucionaria y que en última instancia pueden conducir al
surgimiento de una situación revolucionaria en esos países específicos.
Captar eso también se interpenetra con el entendimiento filosófico que se requiere para
un enfoque correcto y una aplicación correcta del internacionalismo. Como también se
comenta en la polémica “¿Comunismo o nacionalismo?” de la OCR, México, esto tiene
que ver con los diferentes niveles de organización de la materia en movimiento. Hay
niveles relativamente discretos en todos los diferentes tipos de materia (en movimiento):
hay diferentes órganos en el cuerpo humano, y además está el cuerpo humano como un
todo, que abarca todos esos órganos, y existen las dinámicas en ellos y entre ellos; hay
regiones particulares en un país, hay países particulares, y además está el mundo en su
conjunto. Y así sucesivamente. Cada uno de estos niveles diferentes y relativamente
discretos —subrayo relativamente— de la materia en movimiento tiene su propia
dinámica, sus propias contradicciones internas; pero, a su vez, son parte de un sistema
más grande, al igual que los órganos de un cuerpo son parte del cuerpo más grande, y es
ese cuerpo más grande en sí y a su vez su interacción con el entorno más amplio que, en
última instancia y fundamentalmente, establece los términos para lo que ocurre en ese
cuerpo, inclusive en los diferentes órganos del cuerpo — aunque a veces lo que ocurre en
un órgano en particular puede tener una influencia, o hasta puede ser determinante, en lo
50 Bob Avakian
que le pasa al cuerpo en su conjunto, lo cual es obvio si uno sufre un ataque al corazón,
por ejemplo. Así que eso es el materialismo y la dialéctica de todo esto.
Y lo mismo se aplica a la relación entre los países y el mundo y el sistema mundial en su
conjunto. Hay niveles discretos de materia en movimiento que constituyen países, al igual
que hay niveles discretos de materia en movimiento que constituyen diferentes regiones
dentro de un país. Pero, a su vez, esos países, pese a su identidad relativa y carácter
discreto y las contradicciones que son propias dentro de eso, existen dentro de una
dinámica más amplia que (como he señalado anteriormente) es diferente a algo como la
relación entre la Tierra y todas las galaxias en el universo. En otras palabras, sí, la Tierra
es parte de un sistema solar, el que es parte de una galaxia, la que es parte de miles de
millones de galaxias, y así sucesivamente; pero esa relación no tiene el mismo significado
operativo, en términos de transformación social, que lo que en esta era, tiene la relación
entre los países y las dinámicas del sistema imperialista, como sistema mundial.
Son las dinámicas fundamentales de este sistema mundial en su conjunto las que, para
citar un fenómeno profundo, han sido responsables de las dos guerras mundiales. Como
se señala en la polémica de la OCR, la Primera Guerra Mundial no fue causada simple, o
esencialmente, por las dinámicas internas en cada país, que luego, de alguna manera, se
extendieron a otros países. Obviamente, las dinámicas internas en los diferentes países
jugaron un papel en eso, pero fue el escenario mundial más amplio y las contradicciones
a ese nivel los que condujeron a esa guerra. Y es por eso que, por ejemplo, en una de sus
declaraciones más acertadas, Stalin dijo que la razón por la que lograron triunfar en la
revolución en Rusia —o por qué las condiciones eran más favorables para la revolución
ahí que en otros lugares— fue porque las contradicciones del sistema imperialista
mundial llegaron a concentrarse y centrarse en Rusia en una gran medida en ese
momento. Ese es otro ejemplo de la comprensión correcta de la relación entre los países y
la situación mundial en su conjunto.
Si no se entiende correctamente esa relación, si se invierte esa relación —tal como hacen
las personas que se proclaman comunistas, pero las que en realidad defienden el
nacionalismo en nombre del comunismo y se convierten, en el mejor de los casos, en
nacionalistas radicales, lo que en última instancia se convierte en nacionalismo burgués—
eso lisa y llanamente es actuar sobre la base de las dinámicas internas del país y de ver
eso como el escenario más importante en el que se opera. Y eso puede llegar a
contraponerse a otro país con sus propias dinámicas internas. El internacionalismo de uno
se convierte en una forma de “interseccionalidad” internacional, para usar el lenguaje de
los tiempos, que puede convertirse fácilmente en antagonismos entre diferentes
“sectores” que se están “intersecando”.
En Mao había tendencias a proceder “a partir de la nación hacia el mundo”, incluso en su
defensa y práctica del internacionalismo —unas tendencias a combinar eclécticamente el
nacionalismo con el internacionalismo— aunque esto definitivamente ocupaba un lugar
BREAKTHROUGHS (ABRIENDO BRECHAS) 51
secundario a la orientación fundamentalmente internacionalista de Mao. Pero ciertos
“maoístas” (entre ellos alguien como Ajith) han convertido en un principio estas
tendencias secundarias de Mao, y, al hacerlo, efectivamente han reemplazado al
internacionalismo con el nacionalismo.
Por lo tanto, tiene una importancia fundamental comprender la base material y filosófica
para un enfoque correcto del internacionalismo: ver que el escenario mundial es
fundamentalmente decisivo al mismo tiempo que entender y tratar correctamente las
relaciones en movimiento entre las contradicciones y las dinámicas dentro de un país
específico y otros países — y todo ello en relación con el sistema capitalista-imperialista
como un sistema mundial.
Esto tiene claras implicaciones prácticas, como mencioné en EL NUEVO COMUNISMO,
entre ellas, que hay que tratar a todos los países socialistas que existan en cualquier
momento dado como, sobre todo —no únicamente, sino sobre todo— como bases de
apoyo para hacer avanzar la revolución mundial, o de lo contrario, en última instancia se
encontrarán contrapuestas al avance de la revolución comunista en el mundo en su
conjunto; y, de hecho, se fortalecerá la base para derrocar y revocar la revolución en el
país socialista específico. No se trata de proclamar un principio glorioso —“Que el
internacionalismo signifique, ante todo, forjar una base de apoyo para la revolución
mundial”— en algún sentido abstracto o casi religioso. Esto encierra muchísima
complejidad porque, más de lo que se ha reconocido anteriormente en la historia del
movimiento comunista, pueden existir contradicciones muy agudas, que tienen el
potencial de convertirse en antagonismos, entre un país socialista que existe y las masas
revolucionarias y las luchas revolucionarias en otros países. Hay muchas maneras en que
los estados y las fuerzas imperialistas y reaccionarios en el mundo intentarán hacer que el
país socialista tenga que adoptar ciertas políticas y acciones, en un esfuerzo por
preservarse a sí mismo, las cuales vayan en contra del interés fundamental de hacer
avanzar la revolución hacia el comunismo a escala mundial. Y si la revolución no
continúa avanzando hacia el comunismo en un sentido general, saldrá en marcha atrás en
general, incluso donde se han creado inicialmente países socialistas.
Así que se trata de contradicciones muy complejas y, en ciertos momentos, muy agudas.
Y sin el enfoque correcto de entender la base material y la base filosófica para el
internacionalismo comunista, ni siquiera habrá una oportunidad de tratar correctamente,
ni hablar de lidiar en el mundo real, con estas contradicciones muy profundas, y en
ciertos momentos muy agudos, de una manera que realmente haga avanzar la revolución
mundial general. En una ocasión, alguien dijo con poca seriedad, acerca de la pérdida del
socialismo en China: “Bueno, todo llega, todo pasa”. Millones de personas sufrieron y
murieron para que se creara el socialismo en China, y millones de personas en todo el
mundo apoyaron eso y en una medida muy grande, y en gran parte sobre una base
legítima, cifraron muchas esperanzas en el socialismo en ese país. Fue un terrible revés
cuando se derrocó el socialismo y se restauró el capitalismo ahí. Es muy importante
52 Bob Avakian
conservar, y de hecho hacer avanzar, el socialismo dondequiera que se arrebate el poder a
las manos de los imperialistas. Al mismo tiempo, sin embargo, si no se maneja
correctamente el proceso de conservar y hacer avanzar un estado socialista en un país
específico en relación con el desarrollo de la revolución mundial en su conjunto —y
especialmente si ese proceso de hecho socava ese desarrollo de alguna manera
esencial — , pues la cosa también va por el camino de salir revocada.
Se trata de toda la cuestión de que el comunismo realmente sea comunismo, y esto se ha
enfatizado más con el nuevo comunismo — que el comunismo realmente sea el
comunismo y, por lo tanto, realmente sea internacionalista en la forma en que he venido
hablando, en oposición al nacionalismo en nombre del comunismo, o en una combinación
ecléctica con el comunismo.
Ahora, quiero hablar de la orientación básica para construir el movimiento para la
revolución, que se sintetiza en la formulación “Qué hacerismo enriquecido”. Aquí cabe
señalar y mencionar, aunque sea brevemente, el hecho de que mientras que Stalin en
general dirigió a la recién nacida Unión Soviética en el camino del socialismo y
contribuyó en algunos sentidos importantes al desarrollo del movimiento comunista
internacional, al mismo tiempo, de hecho “revocó el veredicto” del leninismo respecto a
una serie de cuestiones importantes. Sobre el internacionalismo, por ejemplo — y esto
fue marcadamente así durante el período inmediatamente previo a la Segunda Guerra
Mundial y durante la misma, cuando, sobre una base muy descaradamente nacionalista,
antepusieron los intereses de la Unión Soviética como estado, al avance general de la
revolución mundial, en lo que fueron circunstancias muy agudas e intensamente
contradictorias, para que quede claro. Lenin había enfatizado que el proletariado en los
diferentes países, en particular en los países imperialistas, no tenía “patria” que defender
(y aunque el capitalismo aún no se había desarrollado para convertirse en imperialismo
capitalista como lo había hecho en la época de Lenin, esta posición básica se remonta a
Marx y Engels en El Manifiesto Comunista, en el que decían que los trabajadores del
mundo no tienen país y llamaban a los trabajadores del mundo a que se unieran, lo cual
era una posición y declaración internacionalista muy importante para el mundo). Pero,
bajo la dirección de Stalin en la Unión Soviética en los años 1930 y 1940, cuando
palpaban que se avecinaba una guerra de manera inminente —y luego, como parte central
de esa guerra, se dio un ataque masivo contra la Unión Soviética por Alemania, la que se
había convertido en la Alemania nazi— explícitamente se revisaba la idea de que los
trabajadores no tienen patria ni base ni interés en apoyar a la “patria” imperialista. De
hecho, los comunistas decían cosas como: “Eso fue cierto por allá en los tiempos en que
los trabajadores no tenían nada, pero ahora tienen sindicatos, escaños en el parlamento,
etc., así que ahora tienen algo que conservar en la patria”.
Ello fue una revocación muy grotesca de la posición correcta por la que Lenin,
especialmente en el contexto de la Primera Guerra Mundial, había luchado de manera
muy enérgica e intensa, en oposición a los llamados “socialistas” que se movilizaban en apoyo a sus diversas “patrias” una vez que se iniciara la Primera Guerra Mundial. Así
que, al aproximarse la Segunda Guerra Mundial y luego durante la misma, con Stalin se
dio una revocación directa, explícita y muy burda de un principio básico y aplicación del
internacionalismo. Se enfrentaban a circunstancias muy agudas, pero no se puede
descartar los principios simplemente porque existen circunstancias agudas. Esto se
relaciona de maneras importantes con la afirmación de que todo lo que es verdad es
bueno para el proletariado.
Lenin le dio gran énfasis en su importante obra ¿Qué hacer? a no seguir a la cola de la
espontaneidad de las masas, a no rendir pleitesía al trasero de las masas, sino al contrario,
a llevarles la conciencia comunista desde “fuera” de sus propias experiencias y luchas
cotidianas.
Lenin enfatizó que la clase obrera y las masas de personas no podían
desarrollar espontáneamente una conciencia comunista — que quizá gravitaran hacia ella,
pero existían fuerzas más poderosas en la sociedad que las presionaban e influenciaban
para volver (como él decía) a hacer esfuerzos por cobijarse bajo el ala de la burguesía.
Pero Stalin, ya en la década de 1920, también revocó algo de esto. Me acuerdo de los días
de antaño en los que alguien trajo un ensayo de Stalin a una de nuestras reuniones en la
Unión Revolucionaria, aun antes de que se formara el Partido Comunista Revolucionario.
Este fue un momento en el que estábamos tratando de definir nuestra orientación para ir a
la clase obrera —para llevar la revolución a la clase obrera— y alguien trajo este ensayo
en el que Stalin dijo, deberíamos ir entre los trabajadores y ser los mejores luchadores por
sus intereses inmediatos, y luego ellos verán que somos buenos tipos y querrán
escucharnos hablar sobre nuestras convicciones socialistas y comunistas.
Eso fue extremadamente burdo y definitivamente fue una receta para el economismo
contra el cual Lenin había polemizado —la idea general de reducir la lucha por el
socialismo a algo que supuestamente evolucionó de las luchas cotidianas de los
trabajadores en torno a sus condiciones económicas— y que concordaba de manera más
general a la orientación revisionista de que “El objetivo final no es nada; el movimiento
lo es todo”.
Así que se dio una revocación de algunos principios cruciales por los que Lenin había
luchado en ¿Qué hacer? y otras obras.
Un comentario irónico que revela qué tanta
importancia tiene el ¿Qué hacer? de Lenin, salió de la boca de Donald Rumsfeld en el
curso de la guerra de Irak de 2003; él hizo una analogía, una analogía muy perversa —
hablaba de las fuerzas fundamentalistas islámicas reaccionarias y de cómo “nosotros”
(los imperialistas) debimos haberlos aplastado en el acto, e hizo esta analogía: en los
tiempos en que Lenin publicó ese pequeño panfleto ¿Qué hacer?, si en ese entonces
hubiésemos sabido a qué nos hubiera llevado, lo habríamos aplastado en ese mero
momento. Así que, de una manera perversa, eso muestra la importancia de “este pequeño
panfleto” de Lenin y qué tan serio es el que fuera socavado en una medida importante Bob Avakian
después de la muerte de Lenin, incluso en las cosas que Stalin directamente hizo y
dirigió.
Una de las cosas centrales de ¿Qué hacer? y una de las cosas centrales por las que Lenin
estaba luchando en general —una de las líneas centrales en torno a las cuales fue atacado
repetidamente— es el concepto de que, en lugar de reaccionar pasivamente a las
condiciones objetivas, hay que estar “empujándolas” enérgicamente, intentando
activamente transformarlas (“empujarlas” es frase mía, y no la de Lenin, pero sí
corresponde a lo que él enfatizó fuertemente). Se hace la acusación de que los horrores de
todo tipo se iniciaron bajo Lenin porque, en lugar de simplemente dejar que las
condiciones materiales se cuajaran más o menos por sí mismas y de permitir que la gente
llegara espontáneamente a saber qué hacer respecto a esas condiciones, Lenin insistió en
que se necesita una vanguardia para dirigir a las masas, y una vanguardia necesita
llevarles las ideas comunistas desde “fuera” de la experiencia y el pensar espontáneo de
las masas — que no simplemente se podía esperar a que las masas, por su cuenta,
llegaran a tener una conciencia comunista, con la idea de que tal vez se pudiera alcanzar
el socialismo de manera pacífica porque con el paso del tiempo tantas personas hubieran
llegado a estar a favor de él que la burguesía simplemente se hubiera puesto a un lado
debido a la presión de la voluntad popular. Este es un ataque intenso contra Lenin, y en
particular ¿Qué hacer? de Lenin, el cual hacen pseudo y autoproclamados “socialistas”
de todo tipo, así como las fuerzas burguesas comunes. Pero Lenin fue absolutamente
correcto: es necesario “empujar” las condiciones objetivas para hacer avanzar las cosas
hacia el punto en que sea posible hacer una revolución comunista real, para derrocar a la
dictadura de la burguesía; sí se necesita la organización de una fuerza de vanguardia que
les lleve el entendimiento de la necesidad de hacer eso a las masas de personas y que
luche con ellas para que asuman eso.
Y, en un sentido real, en el nuevo comunismo se ha “rescatado” y “enriquecido” el “Qué
hacerismo”. Aquí va, una vez más, la cuestión a la que me referí anteriormente, de
acelerar mientras se aguarda el surgimiento de una situación revolucionaria. En este
sentido, quiero hacer referencia a los primeros seis párrafos de la Segunda parte de Hacer
la revolución y emancipar a la humanidad39
, que habla de aspectos importantes de
acelerar mientras se aguarda, incluida una discusión importante sobre la relación, la
relación dialéctica, entre el factor objetivo y el factor subjetivo — el factor objetivo es
cualesquiera que sean las condiciones objetivas en un momento dado, entre ellas su
carácter cambiante, y el factor subjetivo, el que no se refiere a las personas que son
subjetivas, en el sentido de ser emocionales o medio descabelladas o algo por el estilo,
sino en el sentido de los sujetos conscientes, las fuerzas conscientes, que actúan para
incidir en las condiciones objetivas. Ahí, en esos primeros seis párrafos de la Segunda
parte de Hacer la revolución y emancipar a la humanidad, se encuentra una discusión
importante no solo de la relación dialéctica entre los factores objetivos y subjetivos en un
sentido general, sino también, más particularmente, la forma en que pueden transformarse
los unos en los otros.
BREAKTHROUGHS (ABRIENDO BRECHAS) 55
¿Qué quiere decir eso? Significa que lo que existe allá en el mundo, especialmente
cuando se refleja correctamente en la mente de las personas, puede llegar a ser parte de la
conciencia del factor subjetivo, las fuerzas conscientes, quienes pueden actuar sobre la
base de esa conciencia para hacer avanzar la revolución. En ese sentido, lo objetivo se
transforma en lo subjetivo. Y lo subjetivo puede transformarse en lo objetivo en el
sentido de que, sobre la base de un reflejo esencialmente correcto de la realidad, uno
puede salir en la sociedad para cambiar las condiciones objetivas y, por lo tanto, lo que
era subjetivo (lo que era parte de su conciencia) interactúa con las condiciones objetivas y
las cambia, y en ese sentido se convierte en parte de ellas. Así que, en lugar de decir,
“Existen condiciones objetivas allá en la sociedad y lo único que podemos hacer es
responder pasivamente a ellas”, más bien se trata de ponerse de manera consciente a
transformar continuamente esas condiciones objetivas por el camino hacia la revolución,
sobre la base de un método y enfoque científico.
Otro punto importante que hay que mencionar brevemente aquí, en esos primeros seis
párrafos de la Segunda parte de Hacer la revolución y emancipar a la humanidad, es que
las fuerzas conscientes —el factor subjetivo en ese sentido— no simplemente reaccionan
sobre la situación objetiva en algún sentido abstracto e inalterable, y metafísico. Existen
factores objetivos que están cambiando constantemente en el mundo natural —por
ejemplo, veamos algo como Puerto Rico y lo que pasó ahí con el huracán y las secuelas
(éstas son condiciones objetivas que están cambiando constantemente en ese sentido)— y
por otro lado, tal como se enfatiza en esos seis párrafos, existe una interacción constante
de otras fuerzas sociales con la situación objetiva, fuerzas que en última instancia
representan diferentes intereses de clase, todas las cuales intentan incidir y transformar a
la situación objetiva de acuerdo con la forma en que perciben los intereses que
representan. Y pueden darse “consecuencias imprevistas” en lo que hacen otras fuerzas
de clase que quizá realmente podrían llevar a que las cosas se volvieran más favorables
para la revolución SIEMPRE Y CUANDO las fuerzas comunistas respondan
correctamente a eso. Así que, no simplemente se trata de “Vale, tenemos las condiciones
objetivas en algún sentido estático e inalterable, y podemos ignorar las demás fuerzas
sociales en la sociedad que están trabajando para incidir en esas condiciones y la manera
en que eso está afectando las cosas”. Se señala, en oposición a eso, que todo lo que está
pasando con todas estas fuerzas diferentes —no solo las “fuerzas de la naturaleza” están
cambiando la situación objetiva, lo que sí hacen en formas importantes que interactúen
con las fuerzas sociales, sino que también existen todas estas fuerzas diferentes en la
sociedad que representan intereses de clase diferentes, en última instancia y
fundamentalmente, que actúan para incidir en la situación objetiva— en cierto momento,
todo esto puede conducir a una situación la que tal vez uno no hubiese podido anticipar
hacía dos meses (o quizás incluso hacía dos semanas), que empiece a encaminarse hacia
una crisis revolucionaria — SIEMPRE Y CUANDO, una vez más, los revolucionarios,
las fuerzas comunistas conscientes, con una base constante y de una manera
consecuentemente científica, han venido transformando la situación objetiva al máximo
56 Bob Avakian
grado posible en concordancia con el rumbo que las cosas tienen que asumir a fin de
hacer posible el derrocamiento de este sistema.
Esto no es algo que va sin rumbo, o algo en sí y de por sí. Tiene que estar en marcha todo
un proceso de transformar continuamente la situación objetiva hacia la meta de la
revolución y de acumular más fuerzas revolucionarias en cada momento de ese proceso,
de modo que aceleremos mientras se aguarda, lo que significa que realmente estamos
cambiando las condiciones objetivas. De manera central en todo esto, estamos cambiando
la manera de pensar de las personas, en respuesta a esos cambios y en un sentido general:
estamos luchando con las personas —no solo de a uno y de a dos, por aquí o por allá,
sino con masas de personas— para transformar su manera de pensar. Por ahí va la
importancia de la consigna: Luchar contra el poder, y transformar al pueblo, para la
revolución. En este proceso, la transformación de la manera de pensar de las personas es
fundamental y es el eslabón clave en general. Así que, a la vez que nos estamos uniendo
con la gente para luchar contra los atropellos y abusos de este sistema, en una situación
en que muchas personas aún no ven la necesidad de una revolución, estamos luchando
por transformar su manera de pensar en concordancia con la necesidad objetiva para una
revolución. Y una vez más, este proceso no es algo que va sin rumbo (según la noción
revisionista de que “El objetivo final no es nada; el movimiento lo es todo”). No. Es un
proceso cuyo propósito y la meta de sus preparativos, es algo muy específico: la
revolución. Hay que presentar y popularizar esto en cada punto de este proceso.
Y luego, como una parte importante del “Qué hacerismo enriquecido”, entra el principio
de poner los problemas de la revolución ante las masas, y a la vez, luchar con ellas para
asumir la perspectiva, los métodos, los principios y el programa de esta revolución. ¿Por
qué es que esto tiene importancia? No se debe a que, según una orientación seguidista,
pensamos que espontáneamente las masas vayan a tener la respuesta a estos problemas.
Si ya la tuvieran, pues sería mucho más fácil para nosotros, ni siquiera necesitaríamos
una vanguardia, las masas simplemente podrían hacer la revolución. Así que, ¿qué es lo
que hay que entender aquí? Activar la participación de las masas, con dirección y con
lucha, en el proceso de identificar y solucionar los problemas de la revolución, en lugar
de una especie de enfoque oportunista de tratar de ocultar a las masas los problemas de la
revolución o, con una “verdad política”, tratar de convencerlas: “Todo va realmente bien;
lo único que ustedes tienen que hacer es participar” — y en tal caso es probable que ellos
digan: “Bueno, si todo va bien, ¿por qué deberíamos participar? Pues eso requiere de
mucha lucha y sacrificio. Ustedes ya van muy bien, adelante, avísenme cuando tengan
todo listo y en tal momento tal vez le entro”. Un principio muy importante, entendido y
aplicado correctamente, es que, en un sentido fundamental y esencial, las masas hacen la
revolución. Eso no es y no debe tomarse como una receta para seguir a la cola de las
masas y su espontaneidad. Pero éstas sí son las personas que tienen que hacer esta
revolución y deben llegar a participar, en cada etapa, en bregar con el proceso y
contribuir al proceso de determinar las formas para luchar y resolver y transformar las
contradicciones que se enfrentan, los problemas de la revolución, con el fin de abrir
BREAKTHROUGHS (ABRIENDO BRECHAS) 57
importantes brechas y avanzar. Este es un principio muy importante y es algo que no
debe igualarse a seguir a la cola de las masas y a pensar que, en un sentido reificado, todo
el conocimiento está ubicado en las masas y que lo único que hay que hacer es decirles
cuál es el problema y de inmediato ellas encontrarán una solución. Se trata de conseguir
que participen, que se active un número cada vez mayor de ellas, sobre una base con
dirección científica, en el proceso de luchar por enfrentar y transformar las
contradicciones las cuales hay que resolver por medio de lucha en el camino hacia la
realización de la revolución.
En conexión con todo esto, quiero hablar brevemente de la separación entre el
movimiento comunista y el movimiento laboral. Mencioné la lucha de Lenin con los
economistas de su tiempo y el énfasis en ¿Qué hacer? de que no se llevaría a cabo el
socialismo como una extensión de la lucha económica de los trabajadores, y reducir a eso
la lucha por el socialismo y el comunismo llevaría a la continuación de la situación en la
que las masas están encadenadas en el sistema existente — el entendimiento, recalcado
por Lenin, de que las masas populares, los proletarios y otras personas oprimidas, nunca
obtendrán una conciencia comunista simplemente como producto de la lucha inmediata
con sus patrones y con la lucha general por sus necesidades inmediatas, por importantes
que esas sean. Y, para retomar lo que ya dije sobre el desarrollo del capitalismo y su
transformación en el imperialismo capitalista y el cambio de la configuración de clases en
los países imperialistas, Lenin hizo el importante análisis de que, con el desarrollo del
capitalismo y su transformación en el imperialismo capitalista, se dio lo que él llamó una
escisión en la clase obrera, entre ciertos sectores que se habían aburguesado más —
sobornados, como él dijo, con el botín del imperialismo y la depredación colonial en lo
que ahora llamamos el tercer mundo— y los sectores a los que se refería como los
sectores más abajo y más a lo hondo del proletariado que aún eran objeto de una
explotación intensa y eran la base para un movimiento revolucionario real. Esto
representó una ruptura inicial del movimiento comunista con el movimiento laboral — la
lucha de Lenin contra el economismo y su reconocimiento de una escisión en la clase
obrera en los países imperialistas.
Y luego, a medida que la lucha comunista se desplazaba cada vez más hacia el tercer
mundo por un período de tiempo, particularmente después de la Primera Guerra Mundial,
en China Mao desarrolló un modelo de una guerra popular basada en el campesinado, que
obviamente no se basaba en el movimiento laboral. En las luchas tempranas en China, en
la década de 1920, intentaron basar el movimiento comunista en las luchas laborales en
las ciudades — y las fuerzas gobernantes y su despiadada represión las destrozaron y
masacraron. Así que, obviamente, con esta guerra popular basada en el campesinado se
incrementó la separación entre el movimiento comunista y el movimiento laboral.
Para continuar esto, en términos de cómo se ha desarrollado con el nuevo comunismo,
quiero repetir una formulación que utilicé en una ocasión para recalcar este punto sobre la
separación entre el movimiento comunista y el movimiento laboral. Dije, nos estamos
58 Bob Avakian
proponiendo hacer “¡una revolución proletaria con un proletariado el cual no existe!”
Ahora bien, hablaba de una manera deliberadamente provocadora a fin de recalcar algo
esencial: no se trata de que, en realidad, no exista un proletariado, sino de que esto era
una manera provocadora de decir que este movimiento no va a ser una extensión del
movimiento laboral, no se va a hacer con la visión economista de que la clase obrera
lucha contra sus patrones como mecanismo central para avanzar hacia el socialismo, y
además que ni siquiera se va a hacer simplemente yendo a los sectores más abajo y más a
lo hondo del proletariado en un país como Estados Unidos y tratando de basar el
movimiento revolucionario en su inmensa mayoría ahí, aunque las masas populares en
esa posición en la sociedad obviamente tienen que participar y jugar un papel importante
en esta revolución.
Claramente, en realidad existe un proletariado, incluso en países como Estados Unidos —
existen masas de trabajadores asalariados duramente explotados, en el propio Estados
Unidos y a una escala internacional aún más amplia. Pero a lo que voy, y lo que intentaba
explicar con esta afirmación deliberadamente provocadora, es lo siguiente: la revolución
proletaria no llegará a darse, ni podrá darse, como una extensión de la lucha entre los
trabajadores asalariados y sus patrones; la abolición del dominio del capitalismo no se
logrará mediante algún tipo de huelga general de los trabajadores; ni es necesario, ni
siquiera probable, que las principales fuerzas de combate en la batalla para derrocar la
fuerza represiva armada del estado capitalista (la dictadura burguesa) provengan
principalmente de los trabajadores asalariados con empleo, y ciertamente no provendrán
de entre las capas mejor pagadas y más aburguesadas de la clase obrera.
Así que, ¿cuáles son las fuerzas vertebrales, o las potenciales fuerzas vertebrales, para la
revolución, en particular en un país como Estados Unidos? Bueno, son las masas
empobrecidas y duramente oprimidas y reprimidas que cuentan con decenas de millones
de personas en Estados Unidos; y esto se interpenetra en una gran medida con las
personas de las nacionalidades oprimidas, aunque no se limita a eso. Sí tenemos que
reconocer, a su vez, que entre muchas de estas masas se manifiesta un fenómeno que se
podría llamar la “desproletarización” — las personas que anteriormente fueron
explotadas como trabajadores asalariados (o las anteriores generaciones de ellas que
fueron explotadas de esta manera) pero las que ahora ni siquiera se encuentran en esa
posición (en términos sencillos, no pueden encontrar trabajo). Ha acompañado esto lo que
se podría llamar mucho “pequeño aburguesamiento”, así como “lumpen
aburguesamiento”, entre sectores de las masas oprimidas — las personas que participan
en actividades en pequeña escala, lo que es esencialmente pequeño burgués en el sentido
de abarcar la propiedad y el comercio en pequeña escala y cosas por el estilo, y las
personas que participan en la vida del crimen, entre ellas aquellas que lleguen a tener
posiciones bastante poderosas y acaudaladas en eso, aunque a menudo y en general su
situación es muy precaria.
BREAKTHROUGHS (ABRIENDO BRECHAS) 59
Existen estos fenómenos, y existe el fenómeno de que en la esfera de la cultura, por
ejemplo, cierto sector relativamente pequeño pero influyente de personas ha logrado subir
de entre estas masas a una posición básicamente burguesa. Hago referencia al “lumpen
aburguesamiento” porque abarca a las personas que no solo han utilizado la esfera de la
cultura sino también en algunos casos el ámbito del crimen para forjar una posición en la
que lleguen a ser muy ricas, y luego invierten en líneas de cosméticos y ropa y cosas por
el estilo — se convierten en verdaderos burgueses, aunque al mismo tiempo son parte de
una nación o pueblo oprimido. Y en una medida muy importante, sostienen la perspectiva
correspondiente. ¡Ni hablaré en este momento de Kanye West! Pero más en general,
existe el fenómeno de que presenciamos un profundo silencio de parte de muchas de estas
figuras culturales y otras personas sobre algunos de los problemas candentes para las
masas de hoy. Algunos de ellos quizá tuiteen sobre una que otra cosa, pero no alzan la
voz y no responden con una posición firme contra los notorios actos de opresión e
injusticia contra las masas populares. Y eso se debe a que su posición ha cambiado. No
sólo se ha dado un “pequeño aburguesamiento” relativamente importante entre las masas
oprimidas sino que también se ha dado el “lumpen aburguesamiento” al que hice
referencia — y existe una cultura que refleja el carácter extremadamente individualista y
adquisitivo de la cultura imperante en su conjunto.
Existe el fenómeno de lo que se podría llamar “el reaganismo entre las masas populares”,
todo el “etos” que surgió con [el presidente estadounidense Ronald] Reagan en la década
de 1980, ese individualismo extremo — y no solo el individualismo en abstracto, sino el
individualismo que se expresa en términos de los antagonismos hacia los demás: “No
puedes confiar en ninguna otra persona; nadie se preocupa por ti; tienes que aventajarte a
otras personas antes de que se te aventajen a ti”. En una medida importante, esto se ha
convertido en un modelo para las masas, aunque (una vez más, para volver a la
declaración de Marx y los Grundrisse) las masas de ellas son totalmente incapaces de
seguir este camino, únicamente unas cuantas de ellas lo pueden hacer. De hecho, en los
deportes, las artes y demás, hay millones de personas talentosas, pero solamente una
minúscula minoría de ellas siquiera pueden llegar a ocupar una posición con riqueza y
prominencia. No obstante, esto se promueve como modelo. No sólo se promueve como
una salida para la gente sino más en general se promueve como un modelo a seguir para
la gente y una manera en que la gente debería pensar y comportarse. Esto sí representa un
verdadero problema — y, más que eso, es una manifestación aguda de un problema
mucho más grande en cuanto a la cultura imperante contra la que hay que luchar. Es
necesario transformar radicalmente la manera de pensar de la gente al respecto.
Al mismo tiempo, con todo esto, está la pobreza y depauperización, y la implacable
injusticia y opresión, a las que las masas están sometidas continuamente y de las que,
para volver una vez más a Marx en los Grundrisse, no tienen ninguna salida salvo
derrocar el sistema. Inclusive sin hacer una revolución, todo esto al que están sometidas
continuamente causa que las personas se levanten contra el sistema y sus atropellos, y
sienta una parte poderosa de la base objetiva para ganar a las masas, en particular (si bien
60 Bob Avakian
no exclusivamente) a las personas que viven el peor infierno bajo este sistema, y para que
jueguen un papel decisivo en la revolución que se requiere para satisfacer lo que de hecho
son sus necesidades e intereses fundamentales. Pero esto requerirá muchísima lucha
ideológica, transformar el pensamiento y modo de pensar de las masas de personas, a la
vez que nos unimos con ellas en la lucha contra los opresores de arriba, las ganamos a
transformarse en emancipadores de la humanidad y a dejar de ser personas que quieren
vengarse y ocuparse de lo suyo, y así actuar como fuerzas vertebrales para la revolución
comunista-proletaria.
Como señalé, esto está estrechamente relacionado con la lucha para abolir la opresión del
pueblo negro y de otras nacionalidades oprimidas en Estados Unidos y toda la cuestión de
la relación entre la liberación nacional y la revolución proletaria, en particular en un país
como Estados Unidos, lo que se menciona en EL NUEVO COMUNISMO y al que se
trata, concretamente y en un sentido estratégico general, en la Constitución para la Nueva
República Socialista en América del Norte40
.
Si bien hay que ganar a esta revolución, por medio de muchísima lucha, a estas fuerzas
básicas que sufren de esta manera, una lucha en la que lo fundamental es transformar su
pensamiento y modo de pensar, se necesita un frente unido más amplio, con la dirección
del proletariado — no en el sentido reificado de que unos proletarios individuales
representen la esencia de esta dirección, sino en el sentido de cuáles son los intereses
fundamentales del proletariado como clase y, volviendo a Marx, la realidad de que el
proletariado sólo puede emanciparse a sí mismo emancipando a toda la humanidad,
eliminando la opresión y la explotación en todo el mundo con la realización del
comunismo. La dirección del proletariado se refiere a basarse en ese entendimiento, y a
proceder de esa manera. Y lo que corresponde a los intereses fundamentales del
proletariado, y lo que se requiere para que la revolución realice esos intereses
fundamentales, es integrar en el proceso revolucionario a tantas fuerzas como sea posible
provenientes de los sectores más amplios de la sociedad, y luchar continuamente para
ganar gente a la posición comunista revolucionaria. Se trata de atraer e incorporar a
aquellos que viven el peor infierno bajo este sistema, pero además —y fundamentalmente
al atraer e incorporarlos— se trata de trabajar al mismo tiempo para atraer e incorporar a
muchas capas diferentes de la población, entre ellas en particular los jóvenes y los
estudiantes, que constituyen una fuerza crucial que tiene un papel importante en este
proceso revolucionario.
Esto requiere aplicar una orientación materialista dialéctica, científica a la situación y a
los sentimientos e inclinaciones espontáneos, no sólo de las masas básicas las que es
posible y necesario atraer e incorporar como la fuerza vertebral e impulsora de este
proceso revolucionario, sino también de la clase media en Estados Unidos, y las
diferentes capas en esta clase media, cuya situación es muy distinta a la de hacía 50, o
incluso 20, años. Esto requiere un entendimiento dinámico y cada vez más profundo de la
posición material y la perspectiva —las condiciones de la vida y el modo de pensar
BREAKTHROUGHS (ABRIENDO BRECHAS) 61
espontáneo— de estos diferentes sectores de la gente y cómo llevar a cabo la lucha
necesaria para producir un cambio profundo en la perspectiva y los valores de un número
grande y creciente de ellos, ganarlos a que participen de manera activa y cada vez más
consciente en el proceso revolucionario, cuyo objetivo final es la abolición de todas las
relaciones de explotación y opresión, todas las relaciones antagónicas entre los seres
humanos en todas partes, y toda la agonía y la angustia que acompañan esas relaciones.
Todo esto —todo el conjunto del “Qué hacerismo enriquecido”— implica una ruptura
fundamental con el economismo en todas las diferentes dimensiones en las que he
hablado de esto. Y una de las formas en que esto se expresa de manera crucial es con
respecto a la opresión de las mujeres y la lucha por la emancipación de las mujeres. En el
movimiento comunista, se ha dado una tendencia a reducir esto, una vez más, a una mera
cuestión económica — a reducir la lucha contra la opresión de las mujeres a simplemente
cambiar el sistema económico. Y en cierto sentido también se ha planteado esto en
relación antagónica con la lucha contra la opresión nacional. Por ejemplo, en la década de
1960 una línea muy influyente, en un sentido negativo, insistía en que, con respecto al
pueblo negro, no se podía hablar de la opresión de las mujeres, porque los hombres
negros han sido tan brutalmente oprimidos, algo que, por cierto, es cierto. Pero, en primer
lugar, ¿y qué de las mujeres negras y todas las formas horrendas en que han sido
oprimidas a lo largo de la historia de Estados Unidos hasta el presente? Y aún más
fundamentalmente, ¿y qué de la emancipación de la humanidad en su conjunto? ¿Y qué
de la transformación de todas esas “4 Todas”, entre ellas la profunda relación social que
se ha entretejido en la sociedad de clases, se ha interconectado con la opresión de clases
desde el principio mismo de la división de la sociedad en opresores y oprimidos, a saber,
el estado oprimido de las mujeres?
Han surgido tendencias economistas y nacionalistas, incluso a veces en nombre del
comunismo, que le han restado importancia a la lucha por la emancipación de las
mujeres. Y con el nuevo comunismo, uno de sus pilares centrales es reconocer el papel
fundamental y esencial de la lucha por emancipar a las mujeres y su interconexión y su
papel decisivo en el proceso general de abolir toda opresión y explotación. En estrecha
interconexión con esto está la ruptura radical que el nuevo comunismo ha hecho con la
historia anterior del movimiento comunista en lo que respecta a la orientación sexual y
las relaciones de género tradicionales. Mientras que, por un lado, y principalmente, el
movimiento comunista históricamente hizo avances cruciales al analizar de manera
científica los orígenes de la opresión de las mujeres, la base para su abolición definitiva y
la relación de eso con el desarrollo general de la sociedad humana y la lucha para abolir
todas las relaciones de explotación y opresión —especialmente en la obra esencial de
Engels El origen de la familia, la propiedad privada y el estado—, al mismo tiempo ha
surgido una influencia secundaria, pero importante, del patriarcado en el comunismo que,
entre otras cosas, se ha manifestado en una orientación negativa hacia la orientación
sexual y las relaciones de género que están en conflicto con las relaciones de género
tradicionales — algo que nosotros, los que llegamos a ser comunistas revolucionarios a
62 Bob Avakian
raíz del auge de lucha de la década de 1960 “heredamos” del movimiento y tradiciones
comunistas existentes y que continuamos defendiendo durante un tiempo —un tiempo
demasiado largo— y con lo cual por fin se rompió como una dimensión importante del
desarrollo del nuevo comunismo. Al romper con esto, el nuevo comunismo no asumió la
orientación de seguir a la cola de la política de identidad y de los métodos y enfoques
relativistas acompañantes y otros métodos y enfoques no científicos, entre ellos la
epistemología populista, sino que se aplicó un método y enfoque científico al estudio de
la sexualidad humana y las relaciones de género a lo largo de la historia así como en la
sociedad contemporánea, lo que incluye al aprender y sacar lecciones del trabajo de otras
personas cuya perspectiva y enfoque no son comunistas, pero que, sin embargo, han
realizado un trabajo importante con respecto a estas cuestiones cruciales y cuya posición
sobre esto ha estado más en concordancia con la realidad que lo que ha estado la posición
tradicional del movimiento comunista. El resultado de todo esto es una síntesis científica
que se presenta de manera concentrada en la Constitución para la Nueva República
Socialista en América del Norte, que subraya que el objetivo no es solamente la igualdad
entre hombres y mujeres, sino también:
superar todas “las cadenas de la tradición” encarnadas en los papeles y
divisiones tradicionales de género y en todas las relaciones opresivas
correspondientes, en toda esfera de la sociedad, y de facilitar que las mujeres
participen y contribuyan, tan plenamente como los hombres, a todo aspecto de
la lucha para transformar la sociedad y el mundo con el fin de arrancar de raíz
y abolir todas las relaciones de opresión y explotación y emancipar a toda la
humanidad41
.
Es necesario entender en relación con la emancipación de las mujeres y la superación de
toda opresión ligada a las relaciones tradicionales de género, así como en un sentido
general, que únicamente al basarse en el punto de vista comunista, con el reconocimiento
científicamente establecido de la necesidad de realizar las “4 Todas” — que únicamente
así se podrá superar las divisiones y los antagonismos potenciales en diferentes sectores
de la población y entre ellos, y únicamente así se podrá hacer incidir todos los elementos
variados de la necesaria lucha para hacer la revolución, tales como se expresan en un
grado importante en los “5 ALTOS”. Nada menos que eso hará posible que se superen
completamente las divisiones que existen espontáneamente y las que el funcionamiento
del sistema y las acciones conscientes de sus representantes de diversos tipos
constantemente fomentan de manera objetiva. La clase dominante repetidamente pretende
oponer unos sectores de la población a otros y, a diferencia de las ilusiones de la
“interseccionalidad”, la clase dominante cuenta con muchas formas poderosas de hacerlo
si no actuamos según el punto de vista de la emancipación de la humanidad en su
conjunto.
Hay toda una historia de oponer unos sectores de la población a otros. Está el ejemplo
atroz de los Soldados Búfalo después de la Guerra Civil —los soldados negros que
BREAKTHROUGHS (ABRIENDO BRECHAS) 63
combatieron para reprimir y matar a los indígenas y robar sus tierras— mientras que en la
Guerra Civil, entre los diferentes pueblos indígenas, algunos de ellos se aliaron con la
Unión del Norte, mientras que otros se aliaron con la Confederación del Sur, sobre la
base de una estrecha percepción de sus intereses inmediatos. Únicamente con el punto de
vista del comunismo será posible unificar a las masas de personas para superar toda
manifestación de opresión y realizar las “4 Todas”. Esto es crucial en un sentido general
y se vuelve particularmente agudo en torno a la cuestión de la mujer, porque continúa una
tendencia, incluso en el movimiento comunista, a subordinar esto, o a no darle plena
expresión, pretextando los intereses percibidos del momento, y con la perspectiva
economista y estrecha de lo que debería constituir el movimiento de la clase obrera o el
movimiento comunista. Así que, un componente muy importante del nuevo comunismo
es reconocer la necesidad de darle plena expresión a la lucha por la emancipación de las
mujeres y su papel crítico y esencial en relación con la lucha general por las “4 Todas”.
Para desarrollar lo que se mencionó anteriormente con respecto a la democracia, y su
carácter y papel bajo diferentes sistemas y con la dictadura de diferentes clases, está la
necesidad (como lo he expresado en el título de un libro) de lograr algo “mejor” que la
democracia. Este es uno de los elementos centrales y también uno de los elementos más
controvertidos y frecuentemente atacados del nuevo comunismo, por razones que bien se
puede imaginar. Una vez más, Mao enfatizó de manera importante que la democracia es
parte de la superestructura. Con el nuevo comunismo, esto se ha desarrollado más para
sistematizar el entendimiento de que ir más allá de las divisiones de clase y el dominio de
clase (la dictadura de clase) también implica ir más allá de la “democracia”. (Hablaré de
esto en adelante, en particular en el contexto de tratar la cuestión de la dirección, y del
desarrollo del análisis comunista del carácter y el papel del partido de vanguardia, antes y
después de la toma del poder y el establecimiento de la dictadura revolucionaria del
proletariado.
La dirección
Esto me lleva al tema de la dirección — y en particular, el papel contradictorio de una
vanguardia comunista, antes y después de la toma del poder.
Aquí entra el papel de los intelectuales — las contradicciones relacionadas con esto, y
cómo esto se aplica en la revolución comunista, a diferencia de la revolución burguesa
(esto se trata en EL NUEVO COMUNISMO, y es importante retomar esto aquí al hablar
del carácter y los objetivos de la dictadura del proletariado y el papel de una vanguardia
comunista en relación con eso). EL NUEVO COMUNISMO señala, en términos muy
provocadores, que en la revolución burguesa las masas combaten y mueren, pero una
64 Bob Avakian
clase opuesta a sus intereses, la burguesía, pasa a primer plano y toma el poder para
luego gobernar de acuerdo con los intereses de la clase burguesa y el sistema
capitalista del cual es una expresión concentrada. En otras palabras, las masas
combaten y mueren, y otra clase ajena y opuesta obtiene los beneficios, por decirlo
en términos concisos y contundentes. Además, declaré de manera deliberadamente
provocadora en EL NUEVO COMUNISMO que en la revolución burguesa eso no
importa, pero sí importa en la revolución proletaria. Luego, inmediatamente pasé a
decir que por supuesto, sí importa muchísimo. El motivo de decir, de manera
provocadora, que no importa es que esto está en correspondencia con la naturaleza de
la revolución burguesa. Pero en la revolución proletaria algo radicalmente diferente
tiene que ocurrir: los intereses de las masas de personas, en el sentido más
fundamental —no en un sentido reificado sino un sentido fundamental— tienen que
pasar al primer plano como lo que se defiende y por lo que se lucha en la lucha para
transformar la sociedad. Pero esto no es algo automático ni fácil. Y sí, importa
profundamente que esto ocurra en realidad en la revolución proletaria — al no ser
así, la revolución proletaria se convertirá, en efecto, en una revolución burguesa.
Esto no tiene que ver con la famosa (o yo diría, infame) declaración del lord británico
Acton de que el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente. Tiene que
ver con la continuación de las contradicciones que existen objetivamente cuando la
revolución logre derrocar la dictadura de la burguesía y establezca el dominio, la
dictadura, del proletariado, y emprenda el camino socialista. Eso retoma la analogía con
la evolución en el mundo natural. No se hace la revolución inventando ideas de cómo
quisiéramos que fuera la sociedad y luego imponiendo eso por arte de magia al mundo
real; y no se hace con una tabula rasa. Se hace, para parafrasear a Lenin, con las
condiciones y las personas que quedan como herencia de la vieja sociedad, aunque las
masas de personas se habrán transformado, de manera importante pero todavía inicial, en
su modo de pensar —su punto de vista, valores, etc.— en el curso de esa revolución. Y
luego, tras embarcarnos en el camino socialista, todavía habrá necesidad de lidiar con
todas las condiciones y las contradicciones que, en un sentido real, se hayan heredado de
la vieja sociedad, las cuales hay que ponerse a transformar al mismo tiempo que se esté
desarrollando el estado socialista, en lo fundamental y ante todo, como una base de apoyo
para el avance de la revolución comunista en el mundo en su conjunto.
Así que, ¿por qué hay que hablar de esto en términos del papel de los
intelectuales? Porque, como he señalado anteriormente, en EL NUEVO
COMUNISMO y en otras obras, para hacer una revolución del tipo de la que
hablamos, que tiene por objetivo la emancipación de la humanidad, habría que
trabajar sistemáticamente con las ideas, ideas relacionadas con una realidad
compleja. Hay que lidiar —y de una manera concentrada la dirección de esa
revolución tiene que lidiar— con las contradicciones del mundo real que se
presentan repetidamente, con toda la complejidad de realmente hacer la
revolución, una complejidad que abarca, en primer lugar, realmente llegar al
BREAKTHROUGHS (ABRIENDO BRECHAS) 65
punto del derrocamiento del viejo sistema y de hecho derrocarlo, pero luego la
complejidad que se presenta de inmediato al tomar el poder y establecer un
nuevo sistema de dominio político y emprender el camino socialista. No sería
posible lidiar con toda esa complejidad de una manera que en realidad avanzara
hacia las “4 Todas” y la emancipación de la humanidad, sin trabajar en la esfera
de las ideas de una manera desarrollada, de una manera que aplica la ciencia para
investigar y interactuar con el mundo objetivo tal como existe en realidad, y
transformarlo, y tal como ese mundo objetivo está lleno de contradicciones,
movimiento y cambio. Sin hacer eso, nunca siquiera podremos reconocer en toda
su extensión cuáles son las contradicciones las que enfrentamos, cómo hay que
transformarlas, cómo hay que librar la lucha para hacer eso, y cómo evitar que se
desvíe del objetivo fundamental y final, al mismo tiempo que está lidiando con
las contradicciones inmediatas.
En cualquier revolución que tenga una oportunidad de triunfar, y ciertamente una
revolución que sí logre incluso dar el primer gran salto de derrocar al viejo
sistema opresivo del capitalismo, las personas que la dirigen tienen que ser
intelectuales en el sentido de ser personas capaces de trabajar con ideas de una
manera más o menos amplia y abarcadora. Por cierto, todos trabajan con las ideas
a cierto nivel, pero lo que se requiere es hacerlo a un nivel muy alto y de una
manera cabal y científica. Así que, el núcleo de la dirección se compondrá de
intelectuales. Estos intelectuales pueden haberse desarrollado en diferentes
maneras y tener origen en diferentes partes de la sociedad —incluidas no
solamente personas de origen más privilegiado y con una educación formal
extensa sino también, por ejemplo, personas de entre los prisioneros y otras
masas básicas que han superado grandes obstáculos para desarrollarse como
intelectuales— pero lo que tienen en común es una capacidad desarrollada de
trabajar con las ideas de una manera cabal y sistemática.
Y Marx señaló que, en una sociedad dividida en clases, los intelectuales son los
representantes políticos y literarios de una clase (aunque ellos no estén
totalmente conscientes de eso, y ciertamente si lo están). Sus ideas y modos de
pensar objetivamente reflejan los intereses y punto de vista de una clase u otra.
Además, debido a la particularidad de lo que significa ser un intelectual y trabajar
con las ideas, hay cierto tipo de movilidad social, en el sentido de que los
intelectuales pueden “pegarse” a una clase u otra, y pueden despegarse de una
clase y pegarse a otra, en una dirección positiva o negativa desde el punto de
vista de la revolución comunista y los intereses objetivos de la humanidad.
Todo esto es un reflejo de dónde nos encontramos, y dónde todavía no hemos
llegado a encontrarnos, en el proceso de transformar la sociedad y en última
instancia el mundo en el camino hacia la eliminación de toda explotación y
opresión y todo lo que eso conlleva, incluidas todas las ideas. Así que no se trata
66 Bob Avakian
de “el poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente”. Se trata de
lidiar con contradicciones complejas del mundo real, y se requiere un grupo de
intelectuales para dirigir este proceso; se está lidiando con todas estas
contradicciones que quedan como herencia, por decirlo así, de la vieja sociedad;
no es posible hacerlas desaparecer con una vara mágica, ni transformarlas todas
de un solo golpe o en un período breve de tiempo, incluso contando con una base
correcta. Diferentes personas pueden desarrollar diferentes enfoques y diferentes
programas para lidiar con estas contradicciones del mundo real. Y, debido a que
el mundo todavía se caracterizará y dominará en gran parte, durante un período
de tiempo, por las relaciones e ideas de un sistema explotador, la espontaneidad
siempre —o al menos por un período largo de tiempo— favorecerá el camino de
alinearse con esas relaciones explotadoras y opresivas, o de buscar atajos que
objetivamente lleven por ese camino.
Aquí la cuestión se vuelve muy aguda, por decirlo así — que durante mucho tiempo será
necesario tener a un grupo dirigente central, que objetivamente ocupe una posición la
cual es diferente a la de las masas a las cuales está dirigiendo. La pregunta decisiva es:
¿Cuáles métodos, que se derivan de qué tipo de perspectiva, qué tipo de enfoque
científico o anti-científico, se aplican para lidiar con estas contradicciones? Y para
decirlo en ciertos términos: ¿a qué es lo que “recurren” las personas que conforman este
núcleo dirigente cuando se topan con contradicciones muy agudas? ¿Reconocen la
necesidad, y actúan según la necesidad, de librar una feroz lucha contra la espontaneidad
al lidiar con las contradicciones del mundo real las cuales en sí pueden manifestarse de
manera muy aguda, al extremo de plantear la cuestión de la continuación o la no
continuación de la existencia de lo que se haya logrado hasta ahora, lo que, una vez más,
no es “algo que sin esfuerzo se gana, nada vale”?
Se está lidiando con esto en la transición de la vieja sociedad a un mundo comunista, la
que se inicia, en gran parte, con las condiciones y las personas tal como la vieja sociedad
las haya “legado” a la nueva sociedad, por así decirlo. Y esto guarda una estrecha
relación con las contradicciones de un partido de vanguardia. En EL NUEVO
COMUNISMO se expresa así, y es importante centrarse en eso: Las mismas
contradicciones que hacen que sea necesaria una vanguardia son también las
contradicciones que pueden conducir a esa vanguardia a volver al camino del
capitalismo.
Esta contradicción, una vez más, se expresa de manera muy concentrada en torno al papel
de los intelectuales. Muchos de los que hemos participado en la revolución desde hace un
tiempo hemos experimentado el fenómeno muy positivo de que todo un sector de los
intelectuales en cierto sentido “traicionaron” a su clase, y pasaron a tomar posición con
las masas de los oprimidos en el mundo. Pero no pocos han renunciado a esa posición —
eso es la otra cosa que puede ocurrir, la forma negativa en la que se puede resolver esta
contradicción. Esto asume una dimensión mucho más amplia y a veces mucho más aguda
BREAKTHROUGHS (ABRIENDO BRECHAS) 67
en una situación en la que la dictadura proletaria se haya establecido y el camino
socialista se haya emprendido. Y esto tiene que ver con toda la cuestión del carácter y
papel de la propia dictadura del proletariado, el análisis de la cual se ha desarrollado más
con el nuevo comunismo.
Planteemos la pregunta básica: ¿Por qué se necesita semejante dictadura? Me acuerdo
que hace años, se dio un debate con uno de esos tipos social-demócratas, quien dijo:
“¿Por qué ustedes quieren empezar por hablar de la dictadura? — que nada más se están
encaminando en ese camino de tener una dictadura. ¿Por qué no hablan de otra cosa, de
otra manera de hacer lo que hay que hacer?”. Esto vuelve una vez más a la analogía con
la evolución en el mundo natural, y a la profundidad de lo que Marx señaló de que las
personas hacen la historia, pero no la hacen de la manera que les parezca; la hacen
tomando en cuenta las condiciones materiales que la vieja sociedad les “ha legado” — las
condiciones que se habrán transformado a un grado importante, pero aún inicial, por
medio del proceso de derrocar al viejo orden. Así que se trata de una especie de noción
idealista: “¿Por qué no simplemente determinaran una manera de hacer esto sin una
dictadura?”. Pues, no. Hay que tener la dictadura del proletariado porque nuestro punto
de partida encierra todo lo que se concentra en las “4 Todas”, las que todavía no se
habrán transformado, porque estaremos lidiando con una situación en la que a un grado
importante las condiciones materiales, no sólo dentro de esa nueva sociedad socialista
sino en el mundo en su conjunto, estarán obrando en contra de tal transformación. Dentro
de esta nueva sociedad, y especialmente en los momentos en que las contradicciones se
expresan agudamente, la espontaneidad —no solamente de parte de una bola de
“arrebatadores del poder” en la cima sino de parte de sectores importantes de las
masas de personas, entre ellas algunas de las que sufrieron lo peor en la vieja
sociedad— va a llevar de vuelta hacia la vieja sociedad. Así que, es necesario tener
un sistema de gobierno que mantiene las cosas en marcha en el camino socialista en
medio de todos los vaivenes, curvas y giros y las contradicciones que se manifiestan
aguda y repetidamente.
Obviamente, esto se encuentra en un conflicto fundamental con la idea de la
democracia como la máxima meta — la democracia como la más elevada expresión
política de la interacción humana y las relaciones sociales. Aquí es muy relevante
citar tres frases que expresan de manera concentrada una dimensión muy importante
del nuevo comunismo, y que se refieren directamente a esta idealización de la
democracia:
En un mundo de profundas divisiones de clase y grandes desigualdades
sociales, hablar de la “democracia” sin señalar su carácter de clase y a qué
clase beneficia no tiene sentido o tiene implicaciones peores. Mientras exista
la sociedad dividida en clases no puede haber “democracia para todos”:
dominará una clase u otra, y la clase que gobierna defenderá y promoverá el
tipo de democracia que concuerde con sus intereses y metas. Por eso, debemos
68 Bob Avakian
preguntar: ¿qué clase dominará y si su gobierno, y sistema de democracia,
sirve para continuar las divisiones de clase, y las relaciones de explotación,
opresión y desigualdad que corresponden a estas, o lleva a abolirlas?
42
Nótese lo que esto dice. No dice simplemente, “qué clase dominará y si su gobierno
y sistema de democracia sirve para continuar, o abolir, las divisiones de clase”, etc.
Dice, “sirve para continuar las divisiones… o lleva a abolirlas”. Ahí mismo hay un
reconocimiento de que se requiere todo un proceso para realizar esas “4 Todas”. Al
incluir la frase “lleva a”, subraya que esto es todo un proceso; y esto vuelve a algo
que se señaló —a algo crucial que Mao desarrolló— de que, a lo largo de este
proceso, existe la base para que se revoque esto, para que el socialismo sea derrocado
y el capitalismo sea restaurado.
Además, como recalqué anteriormente, con la abolición de las divisiones de clase y
las correspondientes relaciones de explotación, opresión y desigualdad, a raíz de la
realización del comunismo en todo el mundo, se abolirá la democracia — la sociedad
humana avanzará más allá de las condiciones en las que la democracia tenga sentido,
propósito o necesidad. Ahora bien, ¿por qué es así? ¿Significa que un grupo de
dictadores benévolos acumularán cada vez más poder para sí mismos y así
llegaremos al comunismo y, casi como los reyes filósofos de Platón, ellos servirán a
la perfección, o servirán de la mejor manera posible, a los intereses de las masas de
personas? No. Significa que las instituciones y los constructos sociales, por decirlo
así, que son representativos de la democracia y son necesarios para proteger los
intereses de una parte de la sociedad en contra de otra parte, ya no serán necesarios
porque se habrá eliminado la base material para la explotación y la opresión y se
habrá transformado el modo de pensar según el cual una parte de la sociedad
consideraría que sirviera a sus intereses, y por lo tanto se esforzaría por, oprimir y
explotar a otras partes de la sociedad. Definitivamente no significa que las personas
no tendrán ningún papel en gobernar la sociedad, ni que de alguna manera no habrá
necesidad de que la sociedad sea gobernada. Pero sí significa que ya no serán
necesarios las instituciones, procesos y constructos formales de la democracia, como
una expresión de la superestructura de una sociedad dividida en clases. Todavía
habrá necesidad de tener un gobierno. Aún habrá instituciones. Pero ya no se
requerirá la institucionalización de los mecanismos para proteger a una parte de la
sociedad contra la otra —y de asegurar que se realice la voluntad del pueblo (por así
decirlo)— y la democracia se extinguirá en ese sentido. Esto es muy importante en
términos del desarrollo del entendimiento de lo que se supone realmente llegar al
comunismo y lo que se supone cuando eso se haya logrado.
En “A Scientific Approach to Maoism, A Scientific Approach to Science”43 (incluido en
Observations on Art and Culture, Science and Philosophy), comenté que probablemente
después de un trecho en el desarrollo de la sociedad comunista, la gente ya no
hablaría del comunismo. Eso está relacionado con la cuestión de la extinción de la
BREAKTHROUGHS (ABRIENDO BRECHAS) 69
democracia. Hice la analogía con la situación cuando uno está enfermo y por fin se
alivia: por lo común no se da cuenta del momento en que logró aliviarse. Después de
un rato, se da cuenta: “Ah, ya no me siento mal”. La analogía es que, una vez que
hayamos entrado en el comunismo y eso es lo que existe, y en esa situación
estaremos lidiando con otras contradicciones que surgirán cuando ya se hayan
realizado las “4 Todas”, en ese momento se habrá aceptado tanto la idea del
comunismo, que será algo de lo que la gente no hablará mucho. Eso es otra manera
de abordar la cuestión de la extinción de la democracia. Así que ahí va algo más para
reflexionar.
Mao era el que sistematizó el entendimiento de la necesidad de la continuación de la
revolución bajo la dictadura del proletariado. Esto se basa en su análisis y síntesis de
lo que he venido comentando sobre las contradicciones restantes que existen en la
sociedad socialista — y, en un sentido más amplio, en un mundo al que durante
mucho tiempo los imperialistas y otras clases explotadoras todavía dominarán, y en
el que las relaciones explotadoras y opresivas seguirán siendo las relaciones
dominantes. La formulación de Mao de la necesidad de continuar la revolución bajo
la dictadura del proletariado incluye el reconocimiento de que, en las condiciones del
socialismo, especialmente después de avanzar más allá de las primeras etapas
tempranas, el peligro y las fuerzas para la restauración del capitalismo ya no se
encuentran principalmente en la clase burguesa derrocada y sus representantes
abiertos, sino en los elementos burgueses nuevamente emergentes, y de manera
concentrada al interior del partido comunista mismo, especialmente entre sus altos
dirigentes. Éstos son las personas que tienen un papel desproporcionado en
determinar el rumbo de la sociedad. El mayor y más concentrado peligro de la
restauración capitalista se encuentra entre las personas que están en el ápice de esta
sociedad, por decirlo así — y sí, la sociedad aún tendrá un ápice, será una sociedad
que aún se caracterizará por divisiones sociales y de clase, aún no se habrán realizado
las “4 Todas”, de hecho todavía estará en marcha todo un proceso prolongado de
transformación para realizar eso, no sólo dentro del país específico sino a escala
mundial. Mao declaró: Se está haciendo la revolución socialista, sin embargo, no se
comprende dónde está la burguesía. Está justamente dentro del partido comunista,
subrayó, sobre todo entre los altos dirigentes.
Uno de los importantes discernimientos en relación con esto fue el reconocimiento de que
diferentes fuerzas políticas, incluidas al interior del partido comunista, son
representativas de diferentes relaciones de producción en la sociedad. No se trata de que
los revisionistas —las personas que se dicen “comunistas” que en realidad están en el
camino capitalista— sean capitalistas en el sentido crudo, o inmediatamente operativo, de
que manejen una fábrica de acuerdo a principios capitalistas (aunque eso quizá ocurra).
Pero la esencia de esto es que el punto de vista, método y enfoque de una persona, y las
políticas que surgen de eso, representan —al menos objetivamente— relaciones de
producción de un tipo u otro. Y durante la transición socialista, es posible ir por un
70 Bob Avakian
camino u otro. Es posible adoptar un conjunto de relaciones de producción u otro; y, una
vez más, la espontaneidad ejerce una fuerte presión para volver a las relaciones viejas, a
las relaciones explotadoras y opresivas.
Todo eso fue un descubrimiento muy importante que hizo Mao, y en el nuevo
comunismo se ha retomado esto, y se ha sistematizado más y utilizado como base para el
mayor avance. Como se señala en la Constitución para la Nueva República Socialista en
América del Norte, la dictadura del proletariado no se refiere a la dictadura de proletarios
individuales ni de unas personas que hablan en nombre del proletariado, sino que se
define, en esencia, por su contenido y papel. La siguiente declaración del Preámbulo de
esa Constitución expresa esto muy claramente:
la dictadura del proletariado…, en su carácter esencial y sus principios,
estructuras, instituciones y procesos políticos básicos, debe expresar y
servir a los intereses fundamentales del proletariado, una clase cuya
explotación es el motor de la acumulación de riqueza capitalista y del
funcionamiento de la sociedad capitalista y cuya emancipación de su
condición explotada sólo se puede dar por medio de la revolución
comunista, con su meta de abolir toda relación de explotación y
opresión y de emancipar a toda la humanidad. En este sentido, los
organismos gubernamentales y los procesos de este estado socialista a
todos los niveles deben ser vehículos para el avance de la revolución
comunista; y, como una dimensión clave de eso, deben proporcionar
los medios a los anteriormente explotados y oprimidos en la vieja
sociedad —los cuales en efecto estuvieron excluidos de ejercer el poder
político y de gobernar la sociedad así como de las esferas de la
actividad intelectual y de trabajar con las ideas en general— para que
participen cada vez más en esas esferas, con el objetivo de transformar
la sociedad continuamente en la dirección del comunismo44
.
Ahora bien, en este caso, un anarquista diría que damos y quitamos —damos con
una mano y quitamos con la otra— porque no se dice solamente que los
anteriormente explotados y oprimidos en la vieja sociedad deben tener su
derecho democrático de manejar la nueva sociedad. Se dice que tienen que tener
el derecho de hacer eso —y de participar cada vez más en esas esferas de las
cuales han estado excluidos, a fin de hacer eso— pero luego va un “otrosí”, el
que en realidad es de máxima importancia: “con el objetivo de transformar la
sociedad continuamente en la dirección del comunismo”. En otras palabras, esto
tiene un propósito y una dirección. No se trata de alguna supuesta democracia
pura sin contenido social — no puede existir nada por el estilo. Más bien, se da
con cierto marco y con una definida dirección y propósito.
Eso está relacionado con algo muy importante que se enfatiza en EL NUEVO
BREAKTHROUGHS (ABRIENDO BRECHAS) 71
COMUNISMO: “Algo que es preciso entender firmemente acerca de esta
Constitución para la Nueva República Socialista, en términos sumamente
fundamentales, es que en esta Constitución se trata una contradicción muy profunda
y muy difícil”. Nótese: “una contradicción muy profunda y muy difícil” — “la
contradicción de que, por un lado, la humanidad sí de veras necesita la revolución y
el comunismo; pero, por otro lado, no toda la humanidad quiere eso todo el tiempo,
inclusive en la sociedad socialista”45. Y luego pasa a abundar sobre esto, a señalar la
profunda importancia de que no se puede llegar al comunismo intimidando con fusiles
a las masas de personas y diciéndoles, “Esto es para su propio bien, así que tienen
que ir por este rumbo”, y luego obligarlas a participar a marchas forzadas sobre ese
base. Por otro lado, cada vez que surja una presión espontánea para volver a la vieja
sociedad, no se puede decir así no más: “Ah bueno, eso es lo que la gente quiere, así
que emprendamos ese camino, y luego quizá veamos si de alguna manera podremos
derrocar el sistema el cual acabamos de dejar que se restaurara, al que tardamos 50
años en derrocar en primer lugar”. No. No podemos hacer eso. Así que existen estos
dos polos de lo que no podemos hacer, por decirlo así.
Lo que esta Constitución está haciendo es proporcionar los mecanismos institucionales
para lidiar con esta profunda contradicción, a lo largo de toda la complejidad y la repetida
agudeza de esto, al abrir espacio para mucho disentimiento, efervescencia, etc., pero
además, al hacer que sea muy difícil restaurar el viejo sistema: disponer de esa
posibilidad en el caso de que, en su inmensa mayoría, las masas ya no quieran el sistema
socialista — pero, por otro lado, hacerlo de modo que únicamente en raras circunstancias
se podría realizar eso.
Una vez más, quizá los anarquistas y distintos socialdemócratas y demás se pongan a
reclamar que nosotros estamos dando gato por liebre — que fingimos ser
democráticos, pero en realidad somos dictatoriales, de nuevo estamos dando con una
mano y quitando con la otra. Pero, una vez más, el hecho es que no existe la
democracia pura como tal, para todos, sin contenido social y de clase. Y, sí, tenemos
el “atrevimiento”, y más al grano la ciencia, para decir que podemos determinar
objetivamente cuáles son los intereses fundamentales de las masas de personas, y que
vamos a dirigir a la sociedad en ese sentido, y sin embargo, no hacerlo de un modo
que obligue a todos a avanzar a marchas forzadas hacia eso, sino al disponer de
espacio para muchísima efervescencia, disentimiento y, como se dice en la
Constitución, que las personas exploren en muchas direcciones diferentes, y luego
trabajar —y aquí es donde entra lo que he llamado “ir al borde de ser
descuartizado”— para “estrechar nuestros brazos alrededor de todo eso,” para dirigir
todo eso, por un camino ancho, por medio de muchos caminos divergentes, hacia el
objetivo de tener el comunismo, pero sin estrechar nuestros brazos alrededor de él de
modo que se le exprima la vida. Esto va a lo que señala Ardea Skybreak en CIENCIA
Y REVOLUCIÓN46 sobre la analogía de montar un caballo y no apretar las riendas
con demasiada fuerza, por un lado, y por otro lado no apretarlas con tan poca fuerza
72 Bob Avakian
que las cosas se vayan de las manos sin rumbo, y en última instancia (o quizás no tan
en última instancia) las cosas se vuelvan al viejo camino.
Esto es un método clave que es una parte integral y recorre toda la Constitución para
la Nueva República Socialista: cómo manejar esta contradicción entre lo que se
puede determinar científicamente —sí, científicamente— que corresponda a los
intereses fundamentales de las amplias masas de personas (los anteriormente oprimidos
pero también, en última instancia, toda la humanidad) y por el otro lado, trabajar en torno
a las contradicciones y resolverlas sin apretar demasiado las riendas o simplemente
soltarlas y dejar que las cosas se vayan dondequiera que la espontaneidad las lleve, lo que
volverá derechito al capitalismo.
En términos del papel del partido en el estado socialista, como se pone en claro en la
Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, en esta visión y
plano para una sociedad radicalmente nueva, el estado no es la extensión directa del
partido y en efecto no es idéntico al partido — no es el “paradigma partido-estado” tal
como lo describen varias tesis anticomunistas. El papel dirigente del partido en relación
con este estado, y con la sociedad en general, no se puede reducir a que el partido ejerza
un predominio organizativo en las diversas instituciones del estado ni se puede expresar
principalmente en esos términos. Más bien, aunque hay específicas relaciones y
mecanismos de organización que son manifestaciones del papel dirigente del partido,
particularmente en relación con ciertas instituciones esenciales, tales como las fuerzas
armadas, este papel dirigente se expresa más esencial y primordialmente en términos de
influencia ideológica y política y de desarrollar la lucha para continuamente ganar a las
masas de personas a las metas de la revolución comunista. Además, como se dice en el
Preámbulo de esta Constitución:
Como ha demostrado la experiencia histórica, la sociedad socialista —
durante un período bastante largo— contendrá y de hecho regenerará
elementos de explotación, desigualdad social y opresión, heredados
inevitablemente de la antigua sociedad, los cuales no es posible arrancar de
raíz y abolir de golpe ni en el momento después del establecimiento del
estado socialista. Es más, es probable que durante un período prolongado
surjan los nuevos estados socialistas en una situación en que estarán
cercados en un grado u otro por estados imperialistas y reaccionarios, los
que continuarán ejerciendo una influencia y fuerza importante y hasta
podrán gozar de una posición dominante en el mundo durante algún
tiempo. Durante un tiempo largo, esos factores seguirán generando fuerzas
en la misma sociedad socialista así como en las partes del mundo aún
dominadas por el imperialismo y la reacción, los que intentarán derrocar
cualquier estado socialista que exista y restaurar el capitalismo ahí.
Además, la experiencia histórica demuestra que, debido a esas
contradicciones, surgirán fuerzas al interior del mismo partido de
BREAKTHROUGHS (ABRIENDO BRECHAS) 73
vanguardia, incluso en sus niveles más altos, las cuales lucharán por las
líneas y las políticas que de hecho conducirán a socavar el socialismo y
restaurar el capitalismo. Todo eso recalca la importancia de continuar la
revolución en la sociedad socialista y de hacerlo en el marco general de la
lucha revolucionaria por todo el mundo y con la orientación
internacionalista de darle prioridad fundamental al avance de esa lucha
mundial hacia la realización del comunismo, lo cual sólo se podría
alcanzar a escala mundial, y recalca la importancia de la lucha al interior
del propio partido así como en la sociedad en general a fin de mantener y
fortalecer el carácter y papel revolucionario del partido en concordancia
con sus responsabilidades de actuar como el liderazgo de la revolución en
marcha hacia el objetivo final del comunismo y derrotar las iniciativas de
transformar al partido en su contrario, en un instrumento para la
restauración de la vieja sociedad explotadora y opresora47
.
Antes de concluir, quiero hablar del partido antes de la toma de poder — los
problemas de mantener, bajo estas condiciones, su carácter y papel como una
verdadera vanguardia de la revolución, de llevar a cabo los preparativos necesarios
antes, y luego, con el desarrollo de las condiciones necesarios, llevar a cabo el
derrocamiento de la dictadura de la clase (o clases) explotadoras, con el fin de
establecer la dictadura del proletariado y llevar adelante la transformación de la
sociedad hacia el objetivo final de realizar las “4 Todas” a nivel mundial.
Además de lo que ha mostrado la experiencia de la sociedad socialista, la experiencia
también ha mostrado que bajo el dominio de las clases explotadoras —la dictadura de la
burguesía en términos esenciales— y en particular cuando hay un período prolongado en
que la burguesía sigue en el poder aún después de la formación de la vanguardia
comunista revolucionaria, tal como ha ocurrido en general, la influencia del sistema
existente en esas condiciones, no solamente dentro del país sino a nivel mundial, puede
tener un importante efecto para deteriorar el partido que ha venido realizando esfuerzos
encaminados a derrocar este sistema. Esto guarda una estrecha relación con por qué
muchísimos partidos terminan saliéndose del camino revolucionario y o bien se disuelven
en inutilices o bien se transforman en mezquinas sectas reformistas.
Así que esto es otro problema histórico con el que tenemos que bregar. En la historia
reciente de Estados Unidos, han ocurrido lo que he llamado “estas décadas terribles”,
cuando la burguesía no solamente ha estado en el poder, sino que el levantamiento
revolucionario de los años sesenta y principios de los setenta fue suprimido, disipado y
revertido a un grado importante. No es simplemente que la burguesía “se ha vengado”,
para usar esa frase, de los países socialistas donde hayan existido y han aprovechado la
restauración del capitalismo, en un país como China, para atacar y calumniar al
comunismo. Pero además, han tratado de vengarse, en un sentido más amplio, de todos
los levantamientos radicales positivos en Estados Unidos y en el mundo en general,
74 Bob Avakian
durante ese período de los años sesenta y principios de los setenta. Y, con el viraje de las
relaciones no solamente en Estados Unidos sino a nivel internacional y el retroceso del
auge revolucionario y los sentimientos revolucionarios que caracterizaban ese período,
como fenómeno de masas, hemos estado pagando desde ese entonces, en términos de las
masas populares y lo que se les ha infligido, en Estados Unidos y por todo el mundo,
hemos estado pagando en un sentido real porque en esos años, nosotros no logramos
llevar a cabo un intento real de hacer una revolución para derrocar el sistema existente y
hacer nacer un sistema radicalmente diferente y mejor. Hemos estado pagando por eso
desde ese entonces, tanto las masas populares como las fuerzas de vanguardia de la
revolución que se necesita.
Cuando digo “no logramos llevar a cabo”, no lo digo para que nos desquitemos de
nosotros mismos. El movimiento que emergió de ese tiempo era un fenómeno muy
positivo: contaba con corrientes revolucionarias muy positivas que se reflejaban en el
pensar y los sentimientos de millones de personas en Estados Unidos en el momento
álgido de ese auge; tenía fuerzas organizadas positivas, más que nada aquellas que
llevaron a la formación del Partido Comunista Revolucionario. Pero la organización, e
incluso el entendimiento, en ese entonces, eran muy primitivos. Ya para cuando
posiblemente pudiera haberse desarrollado una situación revolucionaria —si una
verdadera vanguardia hubiera emergido y hubiera trabajado para influenciar las
condiciones hacia ese fin— no se hubiera cuajado una fuerza de vanguardia que contara
con la base, en términos de enfoque científico y la línea y programa correspondientes, y
con el desarrollo de los vínculos entre las masas de personas, que pudiera haber dirigido
un esfuerzo real por hacer la revolución.
No quiero adoptar una posición determinista de decir: “Lo que se hizo en ese entonces
fue lo único que se pudo haber logrado, y lo que ocurrió tenía que ocurrir — las cosas en
el movimiento eran muy primitivos, así que no pudo haber una revolución”. La lección
es: Tenemos que aprender de esa experiencia y trabajar activamente para acelerar
mientras se aguarda, y no encontrarnos en una situación en que se desperdiciaría una
oportunidad si se creara y cuando se creara. Eso es lo que quiere decir que estamos
pagando por ese revés. No se trata de desquitarnos con nosotros mismos sino de
reconocer los factores que representaban obstáculos reales a que siquiera se esforzara en
serio por emprender una revolución, y las consecuencias de que eso no haya ocurrido. Y
desde ese entonces, el funcionamiento y las influencias del sistema opresivo y de la clase
dominante y su punto de vista han operado para influenciar a las personas que estaban
esforzándose por conseguir un mundo radicalmente diferente, entre ellas las filas de
aquellos que aún reclaman el estandarte de la revolución y del comunismo.
Por esto, había una necesidad profunda y apremiante de una Revolución Cultural al
interior del Partido Comunista Revolucionario, y por eso llamé a hacerla y me he
esforzado por dirigirla. Esta es una lucha que continúa, y hay una necesidad urgente de
atraer e incorporar a muchas fuerzas nuevas para forjar más la fuerza de vanguardia para
BREAKTHROUGHS (ABRIENDO BRECHAS) 75
la revolución que se necesita, sobre la base del nuevo comunismo, para realmente llevar a
cabo la estrategia para la revolución de la que he venido comentando.
Hay lecciones que hay que resumir más cabalmente sobre un partido de vanguardia y el
peligro de que ese partido sea sacado del camino revolucionario, no solamente cuando ya
esté en el poder sino también antes de que las cosas alcancen el momento de realmente
emprender los esfuerzos por tomar el poder, de modo que cuando llegue el momento
indicado cuando quizá sea posible trabajar para afectar las contradicciones objetivas para
realmente hacer avanzar las cosas hacia una situación revolucionaria, ya ni siquiera se
cuente con la fuerza de vanguardia para hacer eso. Esto es un problema objetivo. No creo
que sea inherente al carácter del partido de vanguardia en sí. Más bien, son las
contradicciones de la sociedad y mundo más amplios las que inciden muy
significativamente en las filas de ese partido; y tiene que haber un reconocimiento, quizás
más de lo que ha habido, al menos hasta hace poco, de las formas en que esto incide, en
un sentido negativo, en el carácter de ese partido, al ejercer una fuerte presión hacia
salirse del camino revolucionario. Más esencialmente, esto no es un problema
“institucional” en que, casi inevitablemente, la existencia y las dinámicas de una
institución organizada se conviertan en “algo en sí y de por sí”; pero puede darse el
fenómeno de que, a partir de realmente abandonar el objetivo de la revolución, en vez
que el partido sea un instrumento para hacer la revolución, la existencia y las dinámicas
de mantener un partido más bien lleguen a sustituir al proceso de hacerla. Y en ese caso,
una vez más, se plantea agudamente la pregunta decisiva: ¿A qué “recurre” un partido al
enfrentar las dificultades de la situación objetiva? — una pregunta que se le plantea de
manera concentrada al núcleo dirigente de tal partido. Por todas estas razones, es
necesario enfatizar aún más el proceso de continuamente reponer y ampliar y
fortalecer más las filas de la vanguardia revolucionaria al incorporar continuamente a
nuevas personas, una vez más sobre la base del nuevo comunismo, así como
continuar, de una u otra manera, las revoluciones culturales al interior de ese partido
a fin de mantenerlo en el camino revolucionario, de mantenerlo trabajando sobre
acelerar mientras se aguarda, llevando a cabo esos “tres a preparar”, trabajando
sistemáticamente para hacer surgir, junto con el desarrollo del factor objetivo, la
maduración de una situación revolucionaria, y sobre esa base aprovecharla, y hacer
algo bueno con ella.
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