sábado, 27 de junio de 2020

PCR US : ESRATEGIA,...¡¡. La estrategia… para una revolución real ¡¡.


SALUD DESDE MÁLAGA, ESPAÑA DE LUKYRH.COM -- Lmm --.
UNA PURA LÓGICA MARXISTA,...¿¿¡¡ SI HAY UNAS RR.SS. DE PRODUCCIÓN IMPERIALISTA CAPITALISTA GLOBALES-MUNDIAL, -- MULTICAPITALISTA -- Y MULTIIMPERIALISTA,...UNA SOCIEDAD IMPERIALISTA MUNDIAL,...UNA LUCHA DE CLASES UNIVERSALES, LATENTES Y EN IMPLEMENTACIÓN,...ACTUANDO YA,...CASI A NIVEL INTERNACIONAL,...USA, FRANCIA, REINO UNIDO,...HONG KONG,...ETC,...Y NO HAY OTRO MARCO DE LUCHA DE CLASES,...SE IMPONE DESDE YA,...DESDE ANTES DE AYER,...Y UN ESTADO MUNDIAL IMPERIALISTA MULTICAPITALISTA INTERPLANETARIO, COLONIZADOR DEL SISTEMA SOLAR Y DEL ESPACIO EXTERIOR,...EL MODO DE PRODUCCIÓN ES IMPERIALISTA UNIVERSALMENTE,...¡¡.; SI SE COMPRENDIERA BIEN ESTAS CUESTIONES,...SEGUIRÍA CON LA LÍNEA DE UNA REPÚBLICA SOCIALISTA EN AMÉRICA DEL NORTE,...????¡¡¡¡¡. O QUIZÁS SERÍA POR LÓGICA PLANTEAR UNA REVOLUCIÓN SOCIAL UNIVERSAL OBRERA Y POPULAR DE LA HUMANA HUMANIDAD,...????¡¡¡¡. LAS TÁCTICAS Y ESTRATEGIAS CASI ESTÁN ELABORADAS Y EN LA CABEZA, LAS LÍNEAS APROXIMADAS,...¡¡. BUENO ESPERO TU RESPUESTA Y DEL PCR US, DE VERDAD,...¡¡. ESCRIBE ESTAS LÍNEAS EL CREADOR DEL GRUPO COMUNISTA PROLETARIO INTERNACIONALISTA DE MÁLAGA, ESPAÑA. Y EDITOR DEL BLOG LUKYRH.BLOGSPOT.COM ESPERANDO NOTICIAS O RESPUESTAS HASTA LA PRÓXIMA,...¡¡. Lmm.
REVCOM.US
Raymond Lotta es un intelectual revolucionario. Se basa en la nueva síntesis de Bob Avakian y ha escrito mucho sobre la China de durante y después de la Revolución Cultural y desempeñado un papel importante en aclarar las verdaderas ideas de Mao y de sus defensores, la llamada “Banda de los Cu...

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Bob Avakian refutación, déjeme ofrecer algo para reflexionar. 


Las formas particulares de la materia, en movimiento, tienen un principio y un fin, pero si la materia en sí tuviera un principio, eso requeriría que existiera algo “antes” de la materia, algo “externo” a la materia, algo (un dios) que hizo surgir la materia (la creación). La existencia infinita de la materia, sin principio ni fin, es algo que a una mente humana (incluida una mente que en buena parte no carga con las trabas y las confusiones del idealismo y prejuicios burgueses) le cuesta mucho trabajo concebir o incluso contemplar (¡pues, hace que nos duela la cabeza!). Pero es la única conclusión que se puede sacar aplicando un método y enfoque materialista dialéctico, científico. Es la única conclusión que se deriva de (corresponde a) lo que de hecho cuenta con extensa evidencia —la existencia de la materia— y de lo que no cuenta con ninguna evidencia objetiva — la existencia de unas fuerzas no materiales y específicamente unas fuerzas sobrenaturales (entre ellas un dios o unos dioses). Y si la materia existe infinitamente (entendida como algo que tenga una existencia material, en la forma que sea, como por ejemplo la energía), y existe continua e infinitamente como materia en movimiento, la que experimenta repetidas transformaciones —y al tomar en cuenta que existen distintos niveles y formas de la materia en movimiento, que tienen una existencia relativamente discreta y se caracterizan por las contradicciones específicas que las definen, en cualquier momento dado—, de todo esto se concluye que no existe, y no puede existir, una sola “cadena ininterrumpida de causalidad”. Así que, en la realidad material existe causalidad, pero también existe accidente. En cuanto a la otra parte de esta declaración, sobre la relación entre las fuerzas materiales subyacentes y la actividad y lucha de los seres humanos, esto vuelve a la declaración de Marx de que las personas hacen la historia pero no de la manera que quisieran. La hacen en el contexto de la sociedad tal como la han heredado, en particular la base económica de la sociedad, las fuerzas productivas de la sociedad que existan en ese momento y las relaciones de producción correspondientes. Y la hacen mediante saltos radicales, revoluciones en la sociedad humana, que transforman esas condiciones subyacentes. Pero la hacen sobre la base de lo que existe, y no al inventar alguna especie de cambio en su imaginación. Esto vuelve a la analogía que se hace en Pájaros y cocodrilos — la analogía con la evolución en el mundo natural. La evolución natural produce cambios constantes y transformaciones cualitativas, como la emergencia de nuevas especies, pero lo hace sobre la base del material que ya existe, y no mediante algo que alguna fuerza externa inyecte en el proceso — una fuerza la que, una vez más, sería un dios, o un “diseñador inteligente” (o cómo quiera se le quiera llamar). Lo mismo ocurre para el desarrollo histórico y la transformación de la sociedad humana. Las personas sí hacen la historia, pero la hacen actuando para incidir en la realidad material que enfrentan, transformando esa realidad material, y no inventando en su imaginación una idea de cómo quisieran que fuera la sociedad y luego imponiendo eso a la realidad. En El comunismo y la democracia jeffersoniana, examino la manera en que una corriente clara en la teoría política burguesa en esencia considera la libertad negativa —la libertad de no tener que subordinarse a algo, como a la coacción del estado— como la única libertad positiva (¡disculpen el juego de palabras, pues no podía resistir!). Tal teoría burguesa considera los esfuerzos por alcanzar la libertad positiva —que las personas se motiven para actuar a favor de ciertos objetivos— como inherentemente, o al menos fundamentalmente, coercitivos, y que tienden hacia el totalitarismo. Esto es un entendimiento fundamentalmente erróneo, desprovisto de (y en conflicto con) un enfoque materialista dialéctico, científico de la realidad, incluidas las relaciones sociales humanas. Sin examinar esto más a fondo aquí, es correcto e importante enfatizar que puede haber —y que con la sociedad socialista, y aún más con la sociedad comunista, definitivamente habrá— una libertad positiva muy positiva. Esto, una vez más, está muy ligado a la relación entre la necesidad y la libertad — de entender correctamente y de actuar de acuerdo con un entendimiento correcto de esta relación. Lo siguiente de El comunismo y la democracia jeffersoniana examina algunos aspectos de esto: Para tener una valoración correcta de esto, lo fundamental es entender que nunca ha habido, y nunca podrá haber, una sociedad o un mundo —no podría existir la humanidad— sin la necesidad y, si vamos al caso, sin una u otra forma de coacción. La pregunta es: ¿Cuál es la relación entre, por una parte, la necesidad y la coacción y, por la otra, la libertad, y entre la emancipación consciente propia por una parte y las condiciones materiales subyacentes por la otra?... Junto con esto, está la realidad de que, en cualquier momento dado y de una u otra forma, “se van a establecer los términos”. Esto es otra forma de hablar de la existencia y el papel de la necesidad. En el sentido más amplio, la realidad objetiva “establecerá los términos” y, sí, éstos se establecerán por medio de las acciones conscientes de los seres humanos — como individuos, pero, en lo más esencial y con mayor impacto, como fuerzas sociales. Esto se expresa de muchas formas en la sociedad capitalista. Existe la necesidad, en un nivel básico, de que la gente encuentre trabajo para poder vivir…. Para dar una mayor ilustración de esto, tomemos algunas de las mejores aspiraciones de algunas de las personas que son generalmente progresistas. No les gustan —de hecho se consternan, y quizás se consternen profundamente— por las muchas desigualdades sociales que existen: entre el hombre y la mujer, la opresión a las nacionalidades minoritarias, y de otras maneras. Pero se han establecido estos términos, se han establecido e implementado estas relaciones, como resultado de la propia naturaleza y mediante las dinámicas de este sistema, y la gente no tiene el derecho de simplemente “elegir” abolirlas porque las odian, aunque sí las odian. La gente se ve obligada a responder a las condiciones y términos que las fuerzas que están por encima y más allá de la gente como individuos establecen e imponen. De hecho, esto siempre será 46 Bob Avakian cierto para los seres humanos en cualquier sociedad. La diferencia está en que en la sociedad comunista, se habrán eliminado las divisiones de clase y otras relaciones sociales opresivas; estas relaciones, y la perspectiva que acompaña esto, ya no serán un obstáculo y ya no interferirán con los esfuerzos de los seres humanos —ya sea de forma individual, y sobre todo, de forma colectiva y cooperativa— por responder a la necesidad que enfrenten en cualquier momento dado. Pero en la actualidad aún estamos en la era de la historia humana en que los intentos de cualquier individuo o de cualquier grupo de responder a la necesidad no sólo deben enfrentarse a esa necesidad en un sentido general, sino que al intentar hacerlo, enfrentan obstáculos impuestos por las divisiones sociales y de clase y las correspondientes ideas y perspectivas. La diferencia esencial con respecto a la sociedad comunista no es que ya no enfrentaríamos la necesidad, o que no se establecerían los términos — no solo por la naturaleza sino también de manera social— sino que los seres humanos, de forma individual y sobre todo de forma colectiva, podrían enfrentar y abordar la transformación de esta necesidad sin la traba de las divisiones de clase y otras relaciones sociales opresivas y las ideas correspondientes, lo que incluye las formas en que se distorsiona el conocimiento de la realidad por el prisma de estas relaciones antagónicas sociales y de clase, y las ideas y perspectivas que les corresponden. A manera de conclusión sobre este punto, el comunismo no simple ni más esencialmente, concibe y abarca la “libertad negativa” —es decir, las formas en las que las personas, en la sociedad socialista así como en la sociedad comunista, podrán proseguir sus inclinaciones individuales particulares sin interferencia de las instituciones de la sociedad, siempre y cuando esto no perjudique a otros, o a la sociedad en general, en una forma que se ha determinado socialmente que es inaceptable— sino que, más allá de eso, el comunismo concibe y encarnará toda una nueva dimensión de la libertad positiva: las personas proseguirán, y realizarán, de forma individual pero sobre todo en común y por medio de sus interacciones mutuas —lo que incluirá mediante la lucha no antagónica— la continua transformación de la sociedad y la naturaleza (y la relación entre ambas) para realzar continuamente la vida material e intelectual y cultural de la sociedad en su conjunto así como de los individuos que componen la sociedad. [negritas y cursivas en el original].



La estrategia… para una revolución real

El objetivo del comunismo, el proceso necesario que lleva a él —la revolución y la transformación profunda de la sociedad y, en última instancia, del mundo en su conjunto, para realizar las “4 Todas”— y la posibilidad (no la inevitabilidad sino la posibilidad) de esta revolución: no se establece todo esto mediante algún tipo de fantasía subjetiva y utópica, sino que se establece sobre una base científica, mediante el análisis de las contradicciones básicas del sistema existente del capitalismo-imperialismo, al ver esto en el contexto, y al examinar su lugar, en el desarrollo más amplio de la sociedad humana y de las fuerzas motrices de tal desarrollo, y de este modo al reconocer la base y las fuerzas potenciales para dar un salto radical más allá de esto y de todos los sistemas y relaciones de explotación y opresión anteriores. Aquí, como se indica en la observación que contrasta la posibilidad con la inevitabilidad, entra una distinción crucial y una cuestión profunda de metodología. En la historia del movimiento comunista, desde el momento de su fundación, ha habido una tendencia al “inevitabilismo” —la creencia errónea de que el desarrollo histórico conducirá inevitablemente al triunfo del comunismo— que ha sido más o menos pronunciada en diversos momentos y en diversas expresiones, pero que en cualquiera de sus expresiones ha ido en contra del método y enfoque fundamentalmente científico del comunismo, desde su fundación en el trabajo de Marx (y Engels). En este sentido, así como en otras dimensiones esenciales, el nuevo comunismo “representa y encarna una resolución cualitativa de una contradicción crítica que ha existido en el comunismo y en su desarrollo hasta este momento, entre su método y enfoque fundamentalmente científicos, y los aspectos del comunismo que han ido en contra de eso” 35 . [negritas y cursivas en el original] El enfoque científico del nuevo comunismo enfatiza que la base para esta revolución no se encuentra en el pensamiento y modo de pensar de las masas de personas en cualquier momento dado, sino en las contradicciones que definen este sistema las que causan una continua miseria para las masas de la humanidad mientras que, a su vez, estas contradicciones están integradas en las propias estructuras y dinámicas de este sistema y no es posible resolverlas ni eliminarlas dentro de sus límites. Esto se expresa de manera concentrada en los “5 ALTOS”: ¡ALTO a la genocida persecución, encarcelación en masa, brutalidad y asesinato policial de negros, latinos y otra gente de color! ¡ALTO a la patriarcal denigración, deshumanización y subyugación de todas las mujeres por todos lados y toda la opresión por razones de género u orientación sexual! ¡ALTO a las guerras de imperio, ejércitos de ocupación y los crímenes contra la humanidad! 48 Bob Avakian ¡ALTO a la satanización, criminalización y deportación de los inmigrantes y a la militarización de la frontera! ¡ALTO a la destrucción del planeta por parte del capitalismo-imperialismo! Se puede ver qué tan relevantes y qué tan inmediatamente urgentes lo son estos “5 ALTOS” y las contradicciones a las que se refieren. Así que, ¿y qué de la cuestión de una revolución real en un país como Estados Unidos, y cómo se basa, una vez más, en estas contradicciones que definen pero las que no es posible resolver, que están integradas en este sistema y sus estructuras, funcionamiento y dinámicas básicos? En “Sobre la posibilidad de la revolución” y CÓMO PODEMOS GANAR — Cómo en concreto podemos hacer una revolución36 (otro documento muy importante del Partido Comunista Revolucionario), se habla no solo de la necesidad de esta revolución sino también de la estrategia para realmente construir un movimiento hacia el derrocamiento de este sistema y luego llevar a cabo ese derrocamiento, cuando se hayan cuajado las condiciones para ello. Ahora, no voy a hablar de esto de manera extensa y exhaustiva — ya lo he hecho en Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución37 , en particular, la Segunda parte, que habla de la estrategia para la revolución —que detalla lo que se presenta, de manera concentrada, en “CÓMO PODEMOS GANAR”— al hablar de lo que debemos hacer ahora para acelerar mientras se aguarda el surgimiento de una situación revolucionaria y de un pueblo revolucionario que cuente con millones de personas, para preparar el terreno, preparar al pueblo y preparar a la vanguardia para esa situación, cuando sea posible, y necesario, luchar con todo para ganar — para derrocar a este sistema opresivo, desmantelar sus fuerzas de supresión violenta y las demás instituciones de su dominio, y establecer un sistema político y económico radicalmente diferente, con el objetivo de la abolición total y definitiva de todas las relaciones de explotación y opresión. Pero sí quisiera enfatizar fuertemente la importancia de hacer realidad lo que se presenta, de manera concentrada, en CÓMO PODEMOS GANAR, y que se explica más completamente en Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución (y, a este respecto, Los pájaros no pueden dar a luz cocodrilos, pero la humanidad puede volar más allá del horizonte, en particular la Segunda parte, también es muy relevante, incluida la discusión ahí sobre las maneras en que los principios discutidos en “Sobre la posibilidad de la revolución” pueden ser de una aplicación más general en el proceso revolucionario en diferentes tipos de países). En lugar de detallar ampliamente los diversos aspectos de la estrategia revolucionaria que se han desarrollado con el nuevo comunismo, incluidas las maneras significativas en que este nuevo comunismo representa una ruptura con lo que ha sido “lo que todos saben” en el movimiento comunista, quiero ofrecer, una vez más, un resumen básico de aspectos esenciales de esto. BREAKTHROUGHS (ABRIENDO BRECHAS) 49 En primer lugar, está la cuestión decisiva del internacionalismo. Además de remitir a la gente a la polémica “¿Comunismo o nacionalismo?”38 de la Organización Comunista Revolucionaria (OCR), México, en Demarcations #4, invierno de 2015, y a la discusión sobre el internacionalismo en EL NUEVO COMUNISMO, Segunda parte, quiero hablar brevemente aquí sobre la base filosófica y material para el internacionalismo comunista y la mayor síntesis de esto en el nuevo comunismo. La base material se halla en que el capitalismo se ha desarrollado más plenamente y se ha convertido en un sistema internacional de imperialismo capitalista y las diversas características de eso, incluidas sus inversiones y explotación mucho más generalizadas a escala internacional (a diferencia de las etapas anteriores del capitalismo en las que se realizó la producción principalmente en los países de base y se llevó a cabo una búsqueda de los mercados de esos productos a escala internacional). Se ha internacionalizado mucho más el proceso de producción, cada vez más en las últimas décadas. Este es un solo sistema general con muchos componentes y dinámicas diferentes para cada uno de esos componentes dentro de este sistema general. La dinámica de este sistema en su conjunto a nivel mundial —no única, sino principalmente y en relación dialéctica con la situación en partes específicas del mundo y en países específicos— es el factor principal que establezca el escenario objetivo de la lucha revolucionaria en países específicos. Y cuando, mediante este proceso dialéctico, las contradicciones se expresen de una forma particularmente aguda en determinados países, eso puede conducir al surgimiento de una situación revolucionaria ahí. Así que existen dinámicas en países específicos, pero de eso no solo, y ni siquiera esencialmente, surgen las condiciones materiales que afectan el desarrollo de la lucha revolucionaria y que en última instancia pueden conducir al surgimiento de una situación revolucionaria en esos países específicos. Captar eso también se interpenetra con el entendimiento filosófico que se requiere para un enfoque correcto y una aplicación correcta del internacionalismo. Como también se comenta en la polémica “¿Comunismo o nacionalismo?” de la OCR, México, esto tiene que ver con los diferentes niveles de organización de la materia en movimiento. Hay niveles relativamente discretos en todos los diferentes tipos de materia (en movimiento): hay diferentes órganos en el cuerpo humano, y además está el cuerpo humano como un todo, que abarca todos esos órganos, y existen las dinámicas en ellos y entre ellos; hay regiones particulares en un país, hay países particulares, y además está el mundo en su conjunto. Y así sucesivamente. Cada uno de estos niveles diferentes y relativamente discretos —subrayo relativamente— de la materia en movimiento tiene su propia dinámica, sus propias contradicciones internas; pero, a su vez, son parte de un sistema más grande, al igual que los órganos de un cuerpo son parte del cuerpo más grande, y es ese cuerpo más grande en sí y a su vez su interacción con el entorno más amplio que, en última instancia y fundamentalmente, establece los términos para lo que ocurre en ese cuerpo, inclusive en los diferentes órganos del cuerpo — aunque a veces lo que ocurre en un órgano en particular puede tener una influencia, o hasta puede ser determinante, en lo 50 Bob Avakian que le pasa al cuerpo en su conjunto, lo cual es obvio si uno sufre un ataque al corazón, por ejemplo. Así que eso es el materialismo y la dialéctica de todo esto. Y lo mismo se aplica a la relación entre los países y el mundo y el sistema mundial en su conjunto. Hay niveles discretos de materia en movimiento que constituyen países, al igual que hay niveles discretos de materia en movimiento que constituyen diferentes regiones dentro de un país. Pero, a su vez, esos países, pese a su identidad relativa y carácter discreto y las contradicciones que son propias dentro de eso, existen dentro de una dinámica más amplia que (como he señalado anteriormente) es diferente a algo como la relación entre la Tierra y todas las galaxias en el universo. En otras palabras, sí, la Tierra es parte de un sistema solar, el que es parte de una galaxia, la que es parte de miles de millones de galaxias, y así sucesivamente; pero esa relación no tiene el mismo significado operativo, en términos de transformación social, que lo que en esta era, tiene la relación entre los países y las dinámicas del sistema imperialista, como sistema mundial. Son las dinámicas fundamentales de este sistema mundial en su conjunto las que, para citar un fenómeno profundo, han sido responsables de las dos guerras mundiales. Como se señala en la polémica de la OCR, la Primera Guerra Mundial no fue causada simple, o esencialmente, por las dinámicas internas en cada país, que luego, de alguna manera, se extendieron a otros países. Obviamente, las dinámicas internas en los diferentes países jugaron un papel en eso, pero fue el escenario mundial más amplio y las contradicciones a ese nivel los que condujeron a esa guerra. Y es por eso que, por ejemplo, en una de sus declaraciones más acertadas, Stalin dijo que la razón por la que lograron triunfar en la revolución en Rusia —o por qué las condiciones eran más favorables para la revolución ahí que en otros lugares— fue porque las contradicciones del sistema imperialista mundial llegaron a concentrarse y centrarse en Rusia en una gran medida en ese momento. Ese es otro ejemplo de la comprensión correcta de la relación entre los países y la situación mundial en su conjunto. Si no se entiende correctamente esa relación, si se invierte esa relación —tal como hacen las personas que se proclaman comunistas, pero las que en realidad defienden el nacionalismo en nombre del comunismo y se convierten, en el mejor de los casos, en nacionalistas radicales, lo que en última instancia se convierte en nacionalismo burgués— eso lisa y llanamente es actuar sobre la base de las dinámicas internas del país y de ver eso como el escenario más importante en el que se opera. Y eso puede llegar a contraponerse a otro país con sus propias dinámicas internas. El internacionalismo de uno se convierte en una forma de “interseccionalidad” internacional, para usar el lenguaje de los tiempos, que puede convertirse fácilmente en antagonismos entre diferentes “sectores” que se están “intersecando”. En Mao había tendencias a proceder “a partir de la nación hacia el mundo”, incluso en su defensa y práctica del internacionalismo —unas tendencias a combinar eclécticamente el nacionalismo con el internacionalismo— aunque esto definitivamente ocupaba un lugar BREAKTHROUGHS (ABRIENDO BRECHAS) 51 secundario a la orientación fundamentalmente internacionalista de Mao. Pero ciertos “maoístas” (entre ellos alguien como Ajith) han convertido en un principio estas tendencias secundarias de Mao, y, al hacerlo, efectivamente han reemplazado al internacionalismo con el nacionalismo. Por lo tanto, tiene una importancia fundamental comprender la base material y filosófica para un enfoque correcto del internacionalismo: ver que el escenario mundial es fundamentalmente decisivo al mismo tiempo que entender y tratar correctamente las relaciones en movimiento entre las contradicciones y las dinámicas dentro de un país específico y otros países — y todo ello en relación con el sistema capitalista-imperialista como un sistema mundial. Esto tiene claras implicaciones prácticas, como mencioné en EL NUEVO COMUNISMO, entre ellas, que hay que tratar a todos los países socialistas que existan en cualquier momento dado como, sobre todo —no únicamente, sino sobre todo— como bases de apoyo para hacer avanzar la revolución mundial, o de lo contrario, en última instancia se encontrarán contrapuestas al avance de la revolución comunista en el mundo en su conjunto; y, de hecho, se fortalecerá la base para derrocar y revocar la revolución en el país socialista específico. No se trata de proclamar un principio glorioso —“Que el internacionalismo signifique, ante todo, forjar una base de apoyo para la revolución mundial”— en algún sentido abstracto o casi religioso. Esto encierra muchísima complejidad porque, más de lo que se ha reconocido anteriormente en la historia del movimiento comunista, pueden existir contradicciones muy agudas, que tienen el potencial de convertirse en antagonismos, entre un país socialista que existe y las masas revolucionarias y las luchas revolucionarias en otros países. Hay muchas maneras en que los estados y las fuerzas imperialistas y reaccionarios en el mundo intentarán hacer que el país socialista tenga que adoptar ciertas políticas y acciones, en un esfuerzo por preservarse a sí mismo, las cuales vayan en contra del interés fundamental de hacer avanzar la revolución hacia el comunismo a escala mundial. Y si la revolución no continúa avanzando hacia el comunismo en un sentido general, saldrá en marcha atrás en general, incluso donde se han creado inicialmente países socialistas. Así que se trata de contradicciones muy complejas y, en ciertos momentos, muy agudas. Y sin el enfoque correcto de entender la base material y la base filosófica para el internacionalismo comunista, ni siquiera habrá una oportunidad de tratar correctamente, ni hablar de lidiar en el mundo real, con estas contradicciones muy profundas, y en ciertos momentos muy agudos, de una manera que realmente haga avanzar la revolución mundial general. En una ocasión, alguien dijo con poca seriedad, acerca de la pérdida del socialismo en China: “Bueno, todo llega, todo pasa”. Millones de personas sufrieron y murieron para que se creara el socialismo en China, y millones de personas en todo el mundo apoyaron eso y en una medida muy grande, y en gran parte sobre una base legítima, cifraron muchas esperanzas en el socialismo en ese país. Fue un terrible revés cuando se derrocó el socialismo y se restauró el capitalismo ahí. Es muy importante 52 Bob Avakian conservar, y de hecho hacer avanzar, el socialismo dondequiera que se arrebate el poder a las manos de los imperialistas. Al mismo tiempo, sin embargo, si no se maneja correctamente el proceso de conservar y hacer avanzar un estado socialista en un país específico en relación con el desarrollo de la revolución mundial en su conjunto —y especialmente si ese proceso de hecho socava ese desarrollo de alguna manera esencial — , pues la cosa también va por el camino de salir revocada. Se trata de toda la cuestión de que el comunismo realmente sea comunismo, y esto se ha enfatizado más con el nuevo comunismo — que el comunismo realmente sea el comunismo y, por lo tanto, realmente sea internacionalista en la forma en que he venido hablando, en oposición al nacionalismo en nombre del comunismo, o en una combinación ecléctica con el comunismo. Ahora, quiero hablar de la orientación básica para construir el movimiento para la revolución, que se sintetiza en la formulación “Qué hacerismo enriquecido”. Aquí cabe señalar y mencionar, aunque sea brevemente, el hecho de que mientras que Stalin en general dirigió a la recién nacida Unión Soviética en el camino del socialismo y contribuyó en algunos sentidos importantes al desarrollo del movimiento comunista internacional, al mismo tiempo, de hecho “revocó el veredicto” del leninismo respecto a una serie de cuestiones importantes. Sobre el internacionalismo, por ejemplo — y esto fue marcadamente así durante el período inmediatamente previo a la Segunda Guerra Mundial y durante la misma, cuando, sobre una base muy descaradamente nacionalista, antepusieron los intereses de la Unión Soviética como estado, al avance general de la revolución mundial, en lo que fueron circunstancias muy agudas e intensamente contradictorias, para que quede claro. Lenin había enfatizado que el proletariado en los diferentes países, en particular en los países imperialistas, no tenía “patria” que defender (y aunque el capitalismo aún no se había desarrollado para convertirse en imperialismo capitalista como lo había hecho en la época de Lenin, esta posición básica se remonta a Marx y Engels en El Manifiesto Comunista, en el que decían que los trabajadores del mundo no tienen país y llamaban a los trabajadores del mundo a que se unieran, lo cual era una posición y declaración internacionalista muy importante para el mundo). Pero, bajo la dirección de Stalin en la Unión Soviética en los años 1930 y 1940, cuando palpaban que se avecinaba una guerra de manera inminente —y luego, como parte central de esa guerra, se dio un ataque masivo contra la Unión Soviética por Alemania, la que se había convertido en la Alemania nazi— explícitamente se revisaba la idea de que los trabajadores no tienen patria ni base ni interés en apoyar a la “patria” imperialista. De hecho, los comunistas decían cosas como: “Eso fue cierto por allá en los tiempos en que los trabajadores no tenían nada, pero ahora tienen sindicatos, escaños en el parlamento, etc., así que ahora tienen algo que conservar en la patria”. Ello fue una revocación muy grotesca de la posición correcta por la que Lenin, especialmente en el contexto de la Primera Guerra Mundial, había luchado de manera muy enérgica e intensa, en oposición a los llamados “socialistas” que se movilizaban en apoyo a sus diversas “patrias” una vez que se iniciara la Primera Guerra Mundial. Así que, al aproximarse la Segunda Guerra Mundial y luego durante la misma, con Stalin se dio una revocación directa, explícita y muy burda de un principio básico y aplicación del internacionalismo. Se enfrentaban a circunstancias muy agudas, pero no se puede descartar los principios simplemente porque existen circunstancias agudas. Esto se relaciona de maneras importantes con la afirmación de que todo lo que es verdad es bueno para el proletariado. Lenin le dio gran énfasis en su importante obra ¿Qué hacer? a no seguir a la cola de la espontaneidad de las masas, a no rendir pleitesía al trasero de las masas, sino al contrario, a llevarles la conciencia comunista desde “fuera” de sus propias experiencias y luchas cotidianas. 

Lenin enfatizó que la clase obrera y las masas de personas no podían desarrollar espontáneamente una conciencia comunista — que quizá gravitaran hacia ella, pero existían fuerzas más poderosas en la sociedad que las presionaban e influenciaban para volver (como él decía) a hacer esfuerzos por cobijarse bajo el ala de la burguesía. 

Pero Stalin, ya en la década de 1920, también revocó algo de esto. Me acuerdo de los días de antaño en los que alguien trajo un ensayo de Stalin a una de nuestras reuniones en la Unión Revolucionaria, aun antes de que se formara el Partido Comunista Revolucionario. Este fue un momento en el que estábamos tratando de definir nuestra orientación para ir a la clase obrera —para llevar la revolución a la clase obrera— y alguien trajo este ensayo en el que Stalin dijo, deberíamos ir entre los trabajadores y ser los mejores luchadores por sus intereses inmediatos, y luego ellos verán que somos buenos tipos y querrán escucharnos hablar sobre nuestras convicciones socialistas y comunistas. 

Eso fue extremadamente burdo y definitivamente fue una receta para el economismo contra el cual Lenin había polemizado —la idea general de reducir la lucha por el socialismo a algo que supuestamente evolucionó de las luchas cotidianas de los trabajadores en torno a sus condiciones económicas— y que concordaba de manera más general a la orientación revisionista de que “El objetivo final no es nada; el movimiento lo es todo”. Así que se dio una revocación de algunos principios cruciales por los que Lenin había luchado en ¿Qué hacer? y otras obras. 

Un comentario irónico que revela qué tanta importancia tiene el ¿Qué hacer? de Lenin, salió de la boca de Donald Rumsfeld en el curso de la guerra de Irak de 2003; él hizo una analogía, una analogía muy perversa — hablaba de las fuerzas fundamentalistas islámicas reaccionarias y de cómo “nosotros” (los imperialistas) debimos haberlos aplastado en el acto, e hizo esta analogía: en los tiempos en que Lenin publicó ese pequeño panfleto ¿Qué hacer?, si en ese entonces hubiésemos sabido a qué nos hubiera llevado, lo habríamos aplastado en ese mero momento. Así que, de una manera perversa, eso muestra la importancia de “este pequeño panfleto” de Lenin y qué tan serio es el que fuera socavado en una medida importante Bob Avakian después de la muerte de Lenin, incluso en las cosas que Stalin directamente hizo y dirigió. Una de las cosas centrales de ¿Qué hacer? y una de las cosas centrales por las que Lenin estaba luchando en general —una de las líneas centrales en torno a las cuales fue atacado repetidamente— es el concepto de que, en lugar de reaccionar pasivamente a las condiciones objetivas, hay que estar “empujándolas” enérgicamente, intentando activamente transformarlas (“empujarlas” es frase mía, y no la de Lenin, pero sí corresponde a lo que él enfatizó fuertemente). Se hace la acusación de que los horrores de todo tipo se iniciaron bajo Lenin porque, en lugar de simplemente dejar que las condiciones materiales se cuajaran más o menos por sí mismas y de permitir que la gente llegara espontáneamente a saber qué hacer respecto a esas condiciones, Lenin insistió en que se necesita una vanguardia para dirigir a las masas, y una vanguardia necesita llevarles las ideas comunistas desde “fuera” de la experiencia y el pensar espontáneo de las masas — que no simplemente se podía esperar a que las masas, por su cuenta, llegaran a tener una conciencia comunista, con la idea de que tal vez se pudiera alcanzar el socialismo de manera pacífica porque con el paso del tiempo tantas personas hubieran llegado a estar a favor de él que la burguesía simplemente se hubiera puesto a un lado debido a la presión de la voluntad popular. Este es un ataque intenso contra Lenin, y en particular ¿Qué hacer? de Lenin, el cual hacen pseudo y autoproclamados “socialistas” de todo tipo, así como las fuerzas burguesas comunes. Pero Lenin fue absolutamente correcto: es necesario “empujar” las condiciones objetivas para hacer avanzar las cosas hacia el punto en que sea posible hacer una revolución comunista real, para derrocar a la dictadura de la burguesía; sí se necesita la organización de una fuerza de vanguardia que les lleve el entendimiento de la necesidad de hacer eso a las masas de personas y que luche con ellas para que asuman eso. Y, en un sentido real, en el nuevo comunismo se ha “rescatado” y “enriquecido” el “Qué hacerismo”. Aquí va, una vez más, la cuestión a la que me referí anteriormente, de acelerar mientras se aguarda el surgimiento de una situación revolucionaria. En este sentido, quiero hacer referencia a los primeros seis párrafos de la Segunda parte de Hacer la revolución y emancipar a la humanidad39 , que habla de aspectos importantes de acelerar mientras se aguarda, incluida una discusión importante sobre la relación, la relación dialéctica, entre el factor objetivo y el factor subjetivo — el factor objetivo es cualesquiera que sean las condiciones objetivas en un momento dado, entre ellas su carácter cambiante, y el factor subjetivo, el que no se refiere a las personas que son subjetivas, en el sentido de ser emocionales o medio descabelladas o algo por el estilo, sino en el sentido de los sujetos conscientes, las fuerzas conscientes, que actúan para incidir en las condiciones objetivas. Ahí, en esos primeros seis párrafos de la Segunda parte de Hacer la revolución y emancipar a la humanidad, se encuentra una discusión importante no solo de la relación dialéctica entre los factores objetivos y subjetivos en un sentido general, sino también, más particularmente, la forma en que pueden transformarse los unos en los otros. BREAKTHROUGHS (ABRIENDO BRECHAS) 55 ¿Qué quiere decir eso? Significa que lo que existe allá en el mundo, especialmente cuando se refleja correctamente en la mente de las personas, puede llegar a ser parte de la conciencia del factor subjetivo, las fuerzas conscientes, quienes pueden actuar sobre la base de esa conciencia para hacer avanzar la revolución. En ese sentido, lo objetivo se transforma en lo subjetivo. Y lo subjetivo puede transformarse en lo objetivo en el sentido de que, sobre la base de un reflejo esencialmente correcto de la realidad, uno puede salir en la sociedad para cambiar las condiciones objetivas y, por lo tanto, lo que era subjetivo (lo que era parte de su conciencia) interactúa con las condiciones objetivas y las cambia, y en ese sentido se convierte en parte de ellas. Así que, en lugar de decir, “Existen condiciones objetivas allá en la sociedad y lo único que podemos hacer es responder pasivamente a ellas”, más bien se trata de ponerse de manera consciente a transformar continuamente esas condiciones objetivas por el camino hacia la revolución, sobre la base de un método y enfoque científico. Otro punto importante que hay que mencionar brevemente aquí, en esos primeros seis párrafos de la Segunda parte de Hacer la revolución y emancipar a la humanidad, es que las fuerzas conscientes —el factor subjetivo en ese sentido— no simplemente reaccionan sobre la situación objetiva en algún sentido abstracto e inalterable, y metafísico. Existen factores objetivos que están cambiando constantemente en el mundo natural —por ejemplo, veamos algo como Puerto Rico y lo que pasó ahí con el huracán y las secuelas (éstas son condiciones objetivas que están cambiando constantemente en ese sentido)— y por otro lado, tal como se enfatiza en esos seis párrafos, existe una interacción constante de otras fuerzas sociales con la situación objetiva, fuerzas que en última instancia representan diferentes intereses de clase, todas las cuales intentan incidir y transformar a la situación objetiva de acuerdo con la forma en que perciben los intereses que representan. Y pueden darse “consecuencias imprevistas” en lo que hacen otras fuerzas de clase que quizá realmente podrían llevar a que las cosas se volvieran más favorables para la revolución SIEMPRE Y CUANDO las fuerzas comunistas respondan correctamente a eso. Así que, no simplemente se trata de “Vale, tenemos las condiciones objetivas en algún sentido estático e inalterable, y podemos ignorar las demás fuerzas sociales en la sociedad que están trabajando para incidir en esas condiciones y la manera en que eso está afectando las cosas”. Se señala, en oposición a eso, que todo lo que está pasando con todas estas fuerzas diferentes —no solo las “fuerzas de la naturaleza” están cambiando la situación objetiva, lo que sí hacen en formas importantes que interactúen con las fuerzas sociales, sino que también existen todas estas fuerzas diferentes en la sociedad que representan intereses de clase diferentes, en última instancia y fundamentalmente, que actúan para incidir en la situación objetiva— en cierto momento, todo esto puede conducir a una situación la que tal vez uno no hubiese podido anticipar hacía dos meses (o quizás incluso hacía dos semanas), que empiece a encaminarse hacia una crisis revolucionaria — SIEMPRE Y CUANDO, una vez más, los revolucionarios, las fuerzas comunistas conscientes, con una base constante y de una manera consecuentemente científica, han venido transformando la situación objetiva al máximo 56 Bob Avakian grado posible en concordancia con el rumbo que las cosas tienen que asumir a fin de hacer posible el derrocamiento de este sistema. Esto no es algo que va sin rumbo, o algo en sí y de por sí. Tiene que estar en marcha todo un proceso de transformar continuamente la situación objetiva hacia la meta de la revolución y de acumular más fuerzas revolucionarias en cada momento de ese proceso, de modo que aceleremos mientras se aguarda, lo que significa que realmente estamos cambiando las condiciones objetivas. De manera central en todo esto, estamos cambiando la manera de pensar de las personas, en respuesta a esos cambios y en un sentido general: estamos luchando con las personas —no solo de a uno y de a dos, por aquí o por allá, sino con masas de personas— para transformar su manera de pensar. Por ahí va la importancia de la consigna: Luchar contra el poder, y transformar al pueblo, para la revolución. En este proceso, la transformación de la manera de pensar de las personas es fundamental y es el eslabón clave en general. Así que, a la vez que nos estamos uniendo con la gente para luchar contra los atropellos y abusos de este sistema, en una situación en que muchas personas aún no ven la necesidad de una revolución, estamos luchando por transformar su manera de pensar en concordancia con la necesidad objetiva para una revolución. Y una vez más, este proceso no es algo que va sin rumbo (según la noción revisionista de que “El objetivo final no es nada; el movimiento lo es todo”). No. Es un proceso cuyo propósito y la meta de sus preparativos, es algo muy específico: la revolución. Hay que presentar y popularizar esto en cada punto de este proceso. Y luego, como una parte importante del “Qué hacerismo enriquecido”, entra el principio de poner los problemas de la revolución ante las masas, y a la vez, luchar con ellas para asumir la perspectiva, los métodos, los principios y el programa de esta revolución. ¿Por qué es que esto tiene importancia? No se debe a que, según una orientación seguidista, pensamos que espontáneamente las masas vayan a tener la respuesta a estos problemas. Si ya la tuvieran, pues sería mucho más fácil para nosotros, ni siquiera necesitaríamos una vanguardia, las masas simplemente podrían hacer la revolución. Así que, ¿qué es lo que hay que entender aquí? Activar la participación de las masas, con dirección y con lucha, en el proceso de identificar y solucionar los problemas de la revolución, en lugar de una especie de enfoque oportunista de tratar de ocultar a las masas los problemas de la revolución o, con una “verdad política”, tratar de convencerlas: “Todo va realmente bien; lo único que ustedes tienen que hacer es participar” — y en tal caso es probable que ellos digan: “Bueno, si todo va bien, ¿por qué deberíamos participar? Pues eso requiere de mucha lucha y sacrificio. Ustedes ya van muy bien, adelante, avísenme cuando tengan todo listo y en tal momento tal vez le entro”. Un principio muy importante, entendido y aplicado correctamente, es que, en un sentido fundamental y esencial, las masas hacen la revolución. Eso no es y no debe tomarse como una receta para seguir a la cola de las masas y su espontaneidad. Pero éstas sí son las personas que tienen que hacer esta revolución y deben llegar a participar, en cada etapa, en bregar con el proceso y contribuir al proceso de determinar las formas para luchar y resolver y transformar las contradicciones que se enfrentan, los problemas de la revolución, con el fin de abrir BREAKTHROUGHS (ABRIENDO BRECHAS) 57 importantes brechas y avanzar. Este es un principio muy importante y es algo que no debe igualarse a seguir a la cola de las masas y a pensar que, en un sentido reificado, todo el conocimiento está ubicado en las masas y que lo único que hay que hacer es decirles cuál es el problema y de inmediato ellas encontrarán una solución. Se trata de conseguir que participen, que se active un número cada vez mayor de ellas, sobre una base con dirección científica, en el proceso de luchar por enfrentar y transformar las contradicciones las cuales hay que resolver por medio de lucha en el camino hacia la realización de la revolución. En conexión con todo esto, quiero hablar brevemente de la separación entre el movimiento comunista y el movimiento laboral. Mencioné la lucha de Lenin con los economistas de su tiempo y el énfasis en ¿Qué hacer? de que no se llevaría a cabo el socialismo como una extensión de la lucha económica de los trabajadores, y reducir a eso la lucha por el socialismo y el comunismo llevaría a la continuación de la situación en la que las masas están encadenadas en el sistema existente — el entendimiento, recalcado por Lenin, de que las masas populares, los proletarios y otras personas oprimidas, nunca obtendrán una conciencia comunista simplemente como producto de la lucha inmediata con sus patrones y con la lucha general por sus necesidades inmediatas, por importantes que esas sean. Y, para retomar lo que ya dije sobre el desarrollo del capitalismo y su transformación en el imperialismo capitalista y el cambio de la configuración de clases en los países imperialistas, Lenin hizo el importante análisis de que, con el desarrollo del capitalismo y su transformación en el imperialismo capitalista, se dio lo que él llamó una escisión en la clase obrera, entre ciertos sectores que se habían aburguesado más — sobornados, como él dijo, con el botín del imperialismo y la depredación colonial en lo que ahora llamamos el tercer mundo— y los sectores a los que se refería como los sectores más abajo y más a lo hondo del proletariado que aún eran objeto de una explotación intensa y eran la base para un movimiento revolucionario real. Esto representó una ruptura inicial del movimiento comunista con el movimiento laboral — la lucha de Lenin contra el economismo y su reconocimiento de una escisión en la clase obrera en los países imperialistas. Y luego, a medida que la lucha comunista se desplazaba cada vez más hacia el tercer mundo por un período de tiempo, particularmente después de la Primera Guerra Mundial, en China Mao desarrolló un modelo de una guerra popular basada en el campesinado, que obviamente no se basaba en el movimiento laboral. En las luchas tempranas en China, en la década de 1920, intentaron basar el movimiento comunista en las luchas laborales en las ciudades — y las fuerzas gobernantes y su despiadada represión las destrozaron y masacraron. Así que, obviamente, con esta guerra popular basada en el campesinado se incrementó la separación entre el movimiento comunista y el movimiento laboral. Para continuar esto, en términos de cómo se ha desarrollado con el nuevo comunismo, quiero repetir una formulación que utilicé en una ocasión para recalcar este punto sobre la separación entre el movimiento comunista y el movimiento laboral. Dije, nos estamos 58 Bob Avakian proponiendo hacer “¡una revolución proletaria con un proletariado el cual no existe!” Ahora bien, hablaba de una manera deliberadamente provocadora a fin de recalcar algo esencial: no se trata de que, en realidad, no exista un proletariado, sino de que esto era una manera provocadora de decir que este movimiento no va a ser una extensión del movimiento laboral, no se va a hacer con la visión economista de que la clase obrera lucha contra sus patrones como mecanismo central para avanzar hacia el socialismo, y además que ni siquiera se va a hacer simplemente yendo a los sectores más abajo y más a lo hondo del proletariado en un país como Estados Unidos y tratando de basar el movimiento revolucionario en su inmensa mayoría ahí, aunque las masas populares en esa posición en la sociedad obviamente tienen que participar y jugar un papel importante en esta revolución. Claramente, en realidad existe un proletariado, incluso en países como Estados Unidos — existen masas de trabajadores asalariados duramente explotados, en el propio Estados Unidos y a una escala internacional aún más amplia. Pero a lo que voy, y lo que intentaba explicar con esta afirmación deliberadamente provocadora, es lo siguiente: la revolución proletaria no llegará a darse, ni podrá darse, como una extensión de la lucha entre los trabajadores asalariados y sus patrones; la abolición del dominio del capitalismo no se logrará mediante algún tipo de huelga general de los trabajadores; ni es necesario, ni siquiera probable, que las principales fuerzas de combate en la batalla para derrocar la fuerza represiva armada del estado capitalista (la dictadura burguesa) provengan principalmente de los trabajadores asalariados con empleo, y ciertamente no provendrán de entre las capas mejor pagadas y más aburguesadas de la clase obrera. Así que, ¿cuáles son las fuerzas vertebrales, o las potenciales fuerzas vertebrales, para la revolución, en particular en un país como Estados Unidos? Bueno, son las masas empobrecidas y duramente oprimidas y reprimidas que cuentan con decenas de millones de personas en Estados Unidos; y esto se interpenetra en una gran medida con las personas de las nacionalidades oprimidas, aunque no se limita a eso. Sí tenemos que reconocer, a su vez, que entre muchas de estas masas se manifiesta un fenómeno que se podría llamar la “desproletarización” — las personas que anteriormente fueron explotadas como trabajadores asalariados (o las anteriores generaciones de ellas que fueron explotadas de esta manera) pero las que ahora ni siquiera se encuentran en esa posición (en términos sencillos, no pueden encontrar trabajo). Ha acompañado esto lo que se podría llamar mucho “pequeño aburguesamiento”, así como “lumpen aburguesamiento”, entre sectores de las masas oprimidas — las personas que participan en actividades en pequeña escala, lo que es esencialmente pequeño burgués en el sentido de abarcar la propiedad y el comercio en pequeña escala y cosas por el estilo, y las personas que participan en la vida del crimen, entre ellas aquellas que lleguen a tener posiciones bastante poderosas y acaudaladas en eso, aunque a menudo y en general su situación es muy precaria. BREAKTHROUGHS (ABRIENDO BRECHAS) 59 Existen estos fenómenos, y existe el fenómeno de que en la esfera de la cultura, por ejemplo, cierto sector relativamente pequeño pero influyente de personas ha logrado subir de entre estas masas a una posición básicamente burguesa. Hago referencia al “lumpen aburguesamiento” porque abarca a las personas que no solo han utilizado la esfera de la cultura sino también en algunos casos el ámbito del crimen para forjar una posición en la que lleguen a ser muy ricas, y luego invierten en líneas de cosméticos y ropa y cosas por el estilo — se convierten en verdaderos burgueses, aunque al mismo tiempo son parte de una nación o pueblo oprimido. Y en una medida muy importante, sostienen la perspectiva correspondiente. ¡Ni hablaré en este momento de Kanye West! Pero más en general, existe el fenómeno de que presenciamos un profundo silencio de parte de muchas de estas figuras culturales y otras personas sobre algunos de los problemas candentes para las masas de hoy. Algunos de ellos quizá tuiteen sobre una que otra cosa, pero no alzan la voz y no responden con una posición firme contra los notorios actos de opresión e injusticia contra las masas populares. Y eso se debe a que su posición ha cambiado. No sólo se ha dado un “pequeño aburguesamiento” relativamente importante entre las masas oprimidas sino que también se ha dado el “lumpen aburguesamiento” al que hice referencia — y existe una cultura que refleja el carácter extremadamente individualista y adquisitivo de la cultura imperante en su conjunto. Existe el fenómeno de lo que se podría llamar “el reaganismo entre las masas populares”, todo el “etos” que surgió con [el presidente estadounidense Ronald] Reagan en la década de 1980, ese individualismo extremo — y no solo el individualismo en abstracto, sino el individualismo que se expresa en términos de los antagonismos hacia los demás: “No puedes confiar en ninguna otra persona; nadie se preocupa por ti; tienes que aventajarte a otras personas antes de que se te aventajen a ti”. En una medida importante, esto se ha convertido en un modelo para las masas, aunque (una vez más, para volver a la declaración de Marx y los Grundrisse) las masas de ellas son totalmente incapaces de seguir este camino, únicamente unas cuantas de ellas lo pueden hacer. De hecho, en los deportes, las artes y demás, hay millones de personas talentosas, pero solamente una minúscula minoría de ellas siquiera pueden llegar a ocupar una posición con riqueza y prominencia. No obstante, esto se promueve como modelo. No sólo se promueve como una salida para la gente sino más en general se promueve como un modelo a seguir para la gente y una manera en que la gente debería pensar y comportarse. Esto sí representa un verdadero problema — y, más que eso, es una manifestación aguda de un problema mucho más grande en cuanto a la cultura imperante contra la que hay que luchar. Es necesario transformar radicalmente la manera de pensar de la gente al respecto. Al mismo tiempo, con todo esto, está la pobreza y depauperización, y la implacable injusticia y opresión, a las que las masas están sometidas continuamente y de las que, para volver una vez más a Marx en los Grundrisse, no tienen ninguna salida salvo derrocar el sistema. Inclusive sin hacer una revolución, todo esto al que están sometidas continuamente causa que las personas se levanten contra el sistema y sus atropellos, y sienta una parte poderosa de la base objetiva para ganar a las masas, en particular (si bien 60 Bob Avakian no exclusivamente) a las personas que viven el peor infierno bajo este sistema, y para que jueguen un papel decisivo en la revolución que se requiere para satisfacer lo que de hecho son sus necesidades e intereses fundamentales. Pero esto requerirá muchísima lucha ideológica, transformar el pensamiento y modo de pensar de las masas de personas, a la vez que nos unimos con ellas en la lucha contra los opresores de arriba, las ganamos a transformarse en emancipadores de la humanidad y a dejar de ser personas que quieren vengarse y ocuparse de lo suyo, y así actuar como fuerzas vertebrales para la revolución comunista-proletaria. Como señalé, esto está estrechamente relacionado con la lucha para abolir la opresión del pueblo negro y de otras nacionalidades oprimidas en Estados Unidos y toda la cuestión de la relación entre la liberación nacional y la revolución proletaria, en particular en un país como Estados Unidos, lo que se menciona en EL NUEVO COMUNISMO y al que se trata, concretamente y en un sentido estratégico general, en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte40 . Si bien hay que ganar a esta revolución, por medio de muchísima lucha, a estas fuerzas básicas que sufren de esta manera, una lucha en la que lo fundamental es transformar su pensamiento y modo de pensar, se necesita un frente unido más amplio, con la dirección del proletariado — no en el sentido reificado de que unos proletarios individuales representen la esencia de esta dirección, sino en el sentido de cuáles son los intereses fundamentales del proletariado como clase y, volviendo a Marx, la realidad de que el proletariado sólo puede emanciparse a sí mismo emancipando a toda la humanidad, eliminando la opresión y la explotación en todo el mundo con la realización del comunismo. La dirección del proletariado se refiere a basarse en ese entendimiento, y a proceder de esa manera. Y lo que corresponde a los intereses fundamentales del proletariado, y lo que se requiere para que la revolución realice esos intereses fundamentales, es integrar en el proceso revolucionario a tantas fuerzas como sea posible provenientes de los sectores más amplios de la sociedad, y luchar continuamente para ganar gente a la posición comunista revolucionaria. Se trata de atraer e incorporar a aquellos que viven el peor infierno bajo este sistema, pero además —y fundamentalmente al atraer e incorporarlos— se trata de trabajar al mismo tiempo para atraer e incorporar a muchas capas diferentes de la población, entre ellas en particular los jóvenes y los estudiantes, que constituyen una fuerza crucial que tiene un papel importante en este proceso revolucionario. Esto requiere aplicar una orientación materialista dialéctica, científica a la situación y a los sentimientos e inclinaciones espontáneos, no sólo de las masas básicas las que es posible y necesario atraer e incorporar como la fuerza vertebral e impulsora de este proceso revolucionario, sino también de la clase media en Estados Unidos, y las diferentes capas en esta clase media, cuya situación es muy distinta a la de hacía 50, o incluso 20, años. Esto requiere un entendimiento dinámico y cada vez más profundo de la posición material y la perspectiva —las condiciones de la vida y el modo de pensar BREAKTHROUGHS (ABRIENDO BRECHAS) 61 espontáneo— de estos diferentes sectores de la gente y cómo llevar a cabo la lucha necesaria para producir un cambio profundo en la perspectiva y los valores de un número grande y creciente de ellos, ganarlos a que participen de manera activa y cada vez más consciente en el proceso revolucionario, cuyo objetivo final es la abolición de todas las relaciones de explotación y opresión, todas las relaciones antagónicas entre los seres humanos en todas partes, y toda la agonía y la angustia que acompañan esas relaciones. Todo esto —todo el conjunto del “Qué hacerismo enriquecido”— implica una ruptura fundamental con el economismo en todas las diferentes dimensiones en las que he hablado de esto. Y una de las formas en que esto se expresa de manera crucial es con respecto a la opresión de las mujeres y la lucha por la emancipación de las mujeres. En el movimiento comunista, se ha dado una tendencia a reducir esto, una vez más, a una mera cuestión económica — a reducir la lucha contra la opresión de las mujeres a simplemente cambiar el sistema económico. Y en cierto sentido también se ha planteado esto en relación antagónica con la lucha contra la opresión nacional. Por ejemplo, en la década de 1960 una línea muy influyente, en un sentido negativo, insistía en que, con respecto al pueblo negro, no se podía hablar de la opresión de las mujeres, porque los hombres negros han sido tan brutalmente oprimidos, algo que, por cierto, es cierto. Pero, en primer lugar, ¿y qué de las mujeres negras y todas las formas horrendas en que han sido oprimidas a lo largo de la historia de Estados Unidos hasta el presente? Y aún más fundamentalmente, ¿y qué de la emancipación de la humanidad en su conjunto? ¿Y qué de la transformación de todas esas “4 Todas”, entre ellas la profunda relación social que se ha entretejido en la sociedad de clases, se ha interconectado con la opresión de clases desde el principio mismo de la división de la sociedad en opresores y oprimidos, a saber, el estado oprimido de las mujeres? Han surgido tendencias economistas y nacionalistas, incluso a veces en nombre del comunismo, que le han restado importancia a la lucha por la emancipación de las mujeres. Y con el nuevo comunismo, uno de sus pilares centrales es reconocer el papel fundamental y esencial de la lucha por emancipar a las mujeres y su interconexión y su papel decisivo en el proceso general de abolir toda opresión y explotación. En estrecha interconexión con esto está la ruptura radical que el nuevo comunismo ha hecho con la historia anterior del movimiento comunista en lo que respecta a la orientación sexual y las relaciones de género tradicionales. Mientras que, por un lado, y principalmente, el movimiento comunista históricamente hizo avances cruciales al analizar de manera científica los orígenes de la opresión de las mujeres, la base para su abolición definitiva y la relación de eso con el desarrollo general de la sociedad humana y la lucha para abolir todas las relaciones de explotación y opresión —especialmente en la obra esencial de Engels El origen de la familia, la propiedad privada y el estado—, al mismo tiempo ha surgido una influencia secundaria, pero importante, del patriarcado en el comunismo que, entre otras cosas, se ha manifestado en una orientación negativa hacia la orientación sexual y las relaciones de género que están en conflicto con las relaciones de género tradicionales — algo que nosotros, los que llegamos a ser comunistas revolucionarios a 62 Bob Avakian raíz del auge de lucha de la década de 1960 “heredamos” del movimiento y tradiciones comunistas existentes y que continuamos defendiendo durante un tiempo —un tiempo demasiado largo— y con lo cual por fin se rompió como una dimensión importante del desarrollo del nuevo comunismo. Al romper con esto, el nuevo comunismo no asumió la orientación de seguir a la cola de la política de identidad y de los métodos y enfoques relativistas acompañantes y otros métodos y enfoques no científicos, entre ellos la epistemología populista, sino que se aplicó un método y enfoque científico al estudio de la sexualidad humana y las relaciones de género a lo largo de la historia así como en la sociedad contemporánea, lo que incluye al aprender y sacar lecciones del trabajo de otras personas cuya perspectiva y enfoque no son comunistas, pero que, sin embargo, han realizado un trabajo importante con respecto a estas cuestiones cruciales y cuya posición sobre esto ha estado más en concordancia con la realidad que lo que ha estado la posición tradicional del movimiento comunista. El resultado de todo esto es una síntesis científica que se presenta de manera concentrada en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, que subraya que el objetivo no es solamente la igualdad entre hombres y mujeres, sino también: superar todas “las cadenas de la tradición” encarnadas en los papeles y divisiones tradicionales de género y en todas las relaciones opresivas correspondientes, en toda esfera de la sociedad, y de facilitar que las mujeres participen y contribuyan, tan plenamente como los hombres, a todo aspecto de la lucha para transformar la sociedad y el mundo con el fin de arrancar de raíz y abolir todas las relaciones de opresión y explotación y emancipar a toda la humanidad41 . Es necesario entender en relación con la emancipación de las mujeres y la superación de toda opresión ligada a las relaciones tradicionales de género, así como en un sentido general, que únicamente al basarse en el punto de vista comunista, con el reconocimiento científicamente establecido de la necesidad de realizar las “4 Todas” — que únicamente así se podrá superar las divisiones y los antagonismos potenciales en diferentes sectores de la población y entre ellos, y únicamente así se podrá hacer incidir todos los elementos variados de la necesaria lucha para hacer la revolución, tales como se expresan en un grado importante en los “5 ALTOS”. Nada menos que eso hará posible que se superen completamente las divisiones que existen espontáneamente y las que el funcionamiento del sistema y las acciones conscientes de sus representantes de diversos tipos constantemente fomentan de manera objetiva. La clase dominante repetidamente pretende oponer unos sectores de la población a otros y, a diferencia de las ilusiones de la “interseccionalidad”, la clase dominante cuenta con muchas formas poderosas de hacerlo si no actuamos según el punto de vista de la emancipación de la humanidad en su conjunto. Hay toda una historia de oponer unos sectores de la población a otros. Está el ejemplo atroz de los Soldados Búfalo después de la Guerra Civil —los soldados negros que BREAKTHROUGHS (ABRIENDO BRECHAS) 63 combatieron para reprimir y matar a los indígenas y robar sus tierras— mientras que en la Guerra Civil, entre los diferentes pueblos indígenas, algunos de ellos se aliaron con la Unión del Norte, mientras que otros se aliaron con la Confederación del Sur, sobre la base de una estrecha percepción de sus intereses inmediatos. Únicamente con el punto de vista del comunismo será posible unificar a las masas de personas para superar toda manifestación de opresión y realizar las “4 Todas”. Esto es crucial en un sentido general y se vuelve particularmente agudo en torno a la cuestión de la mujer, porque continúa una tendencia, incluso en el movimiento comunista, a subordinar esto, o a no darle plena expresión, pretextando los intereses percibidos del momento, y con la perspectiva economista y estrecha de lo que debería constituir el movimiento de la clase obrera o el movimiento comunista. Así que, un componente muy importante del nuevo comunismo es reconocer la necesidad de darle plena expresión a la lucha por la emancipación de las mujeres y su papel crítico y esencial en relación con la lucha general por las “4 Todas”. Para desarrollar lo que se mencionó anteriormente con respecto a la democracia, y su carácter y papel bajo diferentes sistemas y con la dictadura de diferentes clases, está la necesidad (como lo he expresado en el título de un libro) de lograr algo “mejor” que la democracia. Este es uno de los elementos centrales y también uno de los elementos más controvertidos y frecuentemente atacados del nuevo comunismo, por razones que bien se puede imaginar. Una vez más, Mao enfatizó de manera importante que la democracia es parte de la superestructura. Con el nuevo comunismo, esto se ha desarrollado más para sistematizar el entendimiento de que ir más allá de las divisiones de clase y el dominio de clase (la dictadura de clase) también implica ir más allá de la “democracia”. (Hablaré de esto en adelante, en particular en el contexto de tratar la cuestión de la dirección, y del desarrollo del análisis comunista del carácter y el papel del partido de vanguardia, antes y después de la toma del poder y el establecimiento de la dictadura revolucionaria del proletariado. La dirección Esto me lleva al tema de la dirección — y en particular, el papel contradictorio de una vanguardia comunista, antes y después de la toma del poder. Aquí entra el papel de los intelectuales — las contradicciones relacionadas con esto, y cómo esto se aplica en la revolución comunista, a diferencia de la revolución burguesa (esto se trata en EL NUEVO COMUNISMO, y es importante retomar esto aquí al hablar del carácter y los objetivos de la dictadura del proletariado y el papel de una vanguardia comunista en relación con eso). EL NUEVO COMUNISMO señala, en términos muy provocadores, que en la revolución burguesa las masas combaten y mueren, pero una 64 Bob Avakian clase opuesta a sus intereses, la burguesía, pasa a primer plano y toma el poder para luego gobernar de acuerdo con los intereses de la clase burguesa y el sistema capitalista del cual es una expresión concentrada. En otras palabras, las masas combaten y mueren, y otra clase ajena y opuesta obtiene los beneficios, por decirlo en términos concisos y contundentes. Además, declaré de manera deliberadamente provocadora en EL NUEVO COMUNISMO que en la revolución burguesa eso no importa, pero sí importa en la revolución proletaria. Luego, inmediatamente pasé a decir que por supuesto, sí importa muchísimo. El motivo de decir, de manera provocadora, que no importa es que esto está en correspondencia con la naturaleza de la revolución burguesa. Pero en la revolución proletaria algo radicalmente diferente tiene que ocurrir: los intereses de las masas de personas, en el sentido más fundamental —no en un sentido reificado sino un sentido fundamental— tienen que pasar al primer plano como lo que se defiende y por lo que se lucha en la lucha para transformar la sociedad. Pero esto no es algo automático ni fácil. Y sí, importa profundamente que esto ocurra en realidad en la revolución proletaria — al no ser así, la revolución proletaria se convertirá, en efecto, en una revolución burguesa. Esto no tiene que ver con la famosa (o yo diría, infame) declaración del lord británico Acton de que el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente. Tiene que ver con la continuación de las contradicciones que existen objetivamente cuando la revolución logre derrocar la dictadura de la burguesía y establezca el dominio, la dictadura, del proletariado, y emprenda el camino socialista. Eso retoma la analogía con la evolución en el mundo natural. No se hace la revolución inventando ideas de cómo quisiéramos que fuera la sociedad y luego imponiendo eso por arte de magia al mundo real; y no se hace con una tabula rasa. Se hace, para parafrasear a Lenin, con las condiciones y las personas que quedan como herencia de la vieja sociedad, aunque las masas de personas se habrán transformado, de manera importante pero todavía inicial, en su modo de pensar —su punto de vista, valores, etc.— en el curso de esa revolución. Y luego, tras embarcarnos en el camino socialista, todavía habrá necesidad de lidiar con todas las condiciones y las contradicciones que, en un sentido real, se hayan heredado de la vieja sociedad, las cuales hay que ponerse a transformar al mismo tiempo que se esté desarrollando el estado socialista, en lo fundamental y ante todo, como una base de apoyo para el avance de la revolución comunista en el mundo en su conjunto. Así que, ¿por qué hay que hablar de esto en términos del papel de los intelectuales? Porque, como he señalado anteriormente, en EL NUEVO COMUNISMO y en otras obras, para hacer una revolución del tipo de la que hablamos, que tiene por objetivo la emancipación de la humanidad, habría que trabajar sistemáticamente con las ideas, ideas relacionadas con una realidad compleja. Hay que lidiar —y de una manera concentrada la dirección de esa revolución tiene que lidiar— con las contradicciones del mundo real que se presentan repetidamente, con toda la complejidad de realmente hacer la revolución, una complejidad que abarca, en primer lugar, realmente llegar al BREAKTHROUGHS (ABRIENDO BRECHAS) 65 punto del derrocamiento del viejo sistema y de hecho derrocarlo, pero luego la complejidad que se presenta de inmediato al tomar el poder y establecer un nuevo sistema de dominio político y emprender el camino socialista. No sería posible lidiar con toda esa complejidad de una manera que en realidad avanzara hacia las “4 Todas” y la emancipación de la humanidad, sin trabajar en la esfera de las ideas de una manera desarrollada, de una manera que aplica la ciencia para investigar y interactuar con el mundo objetivo tal como existe en realidad, y transformarlo, y tal como ese mundo objetivo está lleno de contradicciones, movimiento y cambio. Sin hacer eso, nunca siquiera podremos reconocer en toda su extensión cuáles son las contradicciones las que enfrentamos, cómo hay que transformarlas, cómo hay que librar la lucha para hacer eso, y cómo evitar que se desvíe del objetivo fundamental y final, al mismo tiempo que está lidiando con las contradicciones inmediatas. En cualquier revolución que tenga una oportunidad de triunfar, y ciertamente una revolución que sí logre incluso dar el primer gran salto de derrocar al viejo sistema opresivo del capitalismo, las personas que la dirigen tienen que ser intelectuales en el sentido de ser personas capaces de trabajar con ideas de una manera más o menos amplia y abarcadora. Por cierto, todos trabajan con las ideas a cierto nivel, pero lo que se requiere es hacerlo a un nivel muy alto y de una manera cabal y científica. Así que, el núcleo de la dirección se compondrá de intelectuales. Estos intelectuales pueden haberse desarrollado en diferentes maneras y tener origen en diferentes partes de la sociedad —incluidas no solamente personas de origen más privilegiado y con una educación formal extensa sino también, por ejemplo, personas de entre los prisioneros y otras masas básicas que han superado grandes obstáculos para desarrollarse como intelectuales— pero lo que tienen en común es una capacidad desarrollada de trabajar con las ideas de una manera cabal y sistemática. Y Marx señaló que, en una sociedad dividida en clases, los intelectuales son los representantes políticos y literarios de una clase (aunque ellos no estén totalmente conscientes de eso, y ciertamente si lo están). Sus ideas y modos de pensar objetivamente reflejan los intereses y punto de vista de una clase u otra. Además, debido a la particularidad de lo que significa ser un intelectual y trabajar con las ideas, hay cierto tipo de movilidad social, en el sentido de que los intelectuales pueden “pegarse” a una clase u otra, y pueden despegarse de una clase y pegarse a otra, en una dirección positiva o negativa desde el punto de vista de la revolución comunista y los intereses objetivos de la humanidad. Todo esto es un reflejo de dónde nos encontramos, y dónde todavía no hemos llegado a encontrarnos, en el proceso de transformar la sociedad y en última instancia el mundo en el camino hacia la eliminación de toda explotación y opresión y todo lo que eso conlleva, incluidas todas las ideas. Así que no se trata 66 Bob Avakian de “el poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente”. Se trata de lidiar con contradicciones complejas del mundo real, y se requiere un grupo de intelectuales para dirigir este proceso; se está lidiando con todas estas contradicciones que quedan como herencia, por decirlo así, de la vieja sociedad; no es posible hacerlas desaparecer con una vara mágica, ni transformarlas todas de un solo golpe o en un período breve de tiempo, incluso contando con una base correcta. Diferentes personas pueden desarrollar diferentes enfoques y diferentes programas para lidiar con estas contradicciones del mundo real. Y, debido a que el mundo todavía se caracterizará y dominará en gran parte, durante un período de tiempo, por las relaciones e ideas de un sistema explotador, la espontaneidad siempre —o al menos por un período largo de tiempo— favorecerá el camino de alinearse con esas relaciones explotadoras y opresivas, o de buscar atajos que objetivamente lleven por ese camino. Aquí la cuestión se vuelve muy aguda, por decirlo así — que durante mucho tiempo será necesario tener a un grupo dirigente central, que objetivamente ocupe una posición la cual es diferente a la de las masas a las cuales está dirigiendo. La pregunta decisiva es: ¿Cuáles métodos, que se derivan de qué tipo de perspectiva, qué tipo de enfoque científico o anti-científico, se aplican para lidiar con estas contradicciones? Y para decirlo en ciertos términos: ¿a qué es lo que “recurren” las personas que conforman este núcleo dirigente cuando se topan con contradicciones muy agudas? ¿Reconocen la necesidad, y actúan según la necesidad, de librar una feroz lucha contra la espontaneidad al lidiar con las contradicciones del mundo real las cuales en sí pueden manifestarse de manera muy aguda, al extremo de plantear la cuestión de la continuación o la no continuación de la existencia de lo que se haya logrado hasta ahora, lo que, una vez más, no es “algo que sin esfuerzo se gana, nada vale”? Se está lidiando con esto en la transición de la vieja sociedad a un mundo comunista, la que se inicia, en gran parte, con las condiciones y las personas tal como la vieja sociedad las haya “legado” a la nueva sociedad, por así decirlo. Y esto guarda una estrecha relación con las contradicciones de un partido de vanguardia. En EL NUEVO COMUNISMO se expresa así, y es importante centrarse en eso: Las mismas contradicciones que hacen que sea necesaria una vanguardia son también las contradicciones que pueden conducir a esa vanguardia a volver al camino del capitalismo. Esta contradicción, una vez más, se expresa de manera muy concentrada en torno al papel de los intelectuales. Muchos de los que hemos participado en la revolución desde hace un tiempo hemos experimentado el fenómeno muy positivo de que todo un sector de los intelectuales en cierto sentido “traicionaron” a su clase, y pasaron a tomar posición con las masas de los oprimidos en el mundo. Pero no pocos han renunciado a esa posición — eso es la otra cosa que puede ocurrir, la forma negativa en la que se puede resolver esta contradicción. Esto asume una dimensión mucho más amplia y a veces mucho más aguda BREAKTHROUGHS (ABRIENDO BRECHAS) 67 en una situación en la que la dictadura proletaria se haya establecido y el camino socialista se haya emprendido. Y esto tiene que ver con toda la cuestión del carácter y papel de la propia dictadura del proletariado, el análisis de la cual se ha desarrollado más con el nuevo comunismo. Planteemos la pregunta básica: ¿Por qué se necesita semejante dictadura? Me acuerdo que hace años, se dio un debate con uno de esos tipos social-demócratas, quien dijo: “¿Por qué ustedes quieren empezar por hablar de la dictadura? — que nada más se están encaminando en ese camino de tener una dictadura. ¿Por qué no hablan de otra cosa, de otra manera de hacer lo que hay que hacer?”. Esto vuelve una vez más a la analogía con la evolución en el mundo natural, y a la profundidad de lo que Marx señaló de que las personas hacen la historia, pero no la hacen de la manera que les parezca; la hacen tomando en cuenta las condiciones materiales que la vieja sociedad les “ha legado” — las condiciones que se habrán transformado a un grado importante, pero aún inicial, por medio del proceso de derrocar al viejo orden. Así que se trata de una especie de noción idealista: “¿Por qué no simplemente determinaran una manera de hacer esto sin una dictadura?”. Pues, no. Hay que tener la dictadura del proletariado porque nuestro punto de partida encierra todo lo que se concentra en las “4 Todas”, las que todavía no se habrán transformado, porque estaremos lidiando con una situación en la que a un grado importante las condiciones materiales, no sólo dentro de esa nueva sociedad socialista sino en el mundo en su conjunto, estarán obrando en contra de tal transformación. Dentro de esta nueva sociedad, y especialmente en los momentos en que las contradicciones se expresan agudamente, la espontaneidad —no solamente de parte de una bola de “arrebatadores del poder” en la cima sino de parte de sectores importantes de las masas de personas, entre ellas algunas de las que sufrieron lo peor en la vieja sociedad— va a llevar de vuelta hacia la vieja sociedad. Así que, es necesario tener un sistema de gobierno que mantiene las cosas en marcha en el camino socialista en medio de todos los vaivenes, curvas y giros y las contradicciones que se manifiestan aguda y repetidamente. Obviamente, esto se encuentra en un conflicto fundamental con la idea de la democracia como la máxima meta — la democracia como la más elevada expresión política de la interacción humana y las relaciones sociales. Aquí es muy relevante citar tres frases que expresan de manera concentrada una dimensión muy importante del nuevo comunismo, y que se refieren directamente a esta idealización de la democracia: En un mundo de profundas divisiones de clase y grandes desigualdades sociales, hablar de la “democracia” sin señalar su carácter de clase y a qué clase beneficia no tiene sentido o tiene implicaciones peores. Mientras exista la sociedad dividida en clases no puede haber “democracia para todos”: dominará una clase u otra, y la clase que gobierna defenderá y promoverá el tipo de democracia que concuerde con sus intereses y metas. Por eso, debemos 68 Bob Avakian preguntar: ¿qué clase dominará y si su gobierno, y sistema de democracia, sirve para continuar las divisiones de clase, y las relaciones de explotación, opresión y desigualdad que corresponden a estas, o lleva a abolirlas? 42 Nótese lo que esto dice. No dice simplemente, “qué clase dominará y si su gobierno y sistema de democracia sirve para continuar, o abolir, las divisiones de clase”, etc. Dice, “sirve para continuar las divisiones… o lleva a abolirlas”. Ahí mismo hay un reconocimiento de que se requiere todo un proceso para realizar esas “4 Todas”. Al incluir la frase “lleva a”, subraya que esto es todo un proceso; y esto vuelve a algo que se señaló —a algo crucial que Mao desarrolló— de que, a lo largo de este proceso, existe la base para que se revoque esto, para que el socialismo sea derrocado y el capitalismo sea restaurado. Además, como recalqué anteriormente, con la abolición de las divisiones de clase y las correspondientes relaciones de explotación, opresión y desigualdad, a raíz de la realización del comunismo en todo el mundo, se abolirá la democracia — la sociedad humana avanzará más allá de las condiciones en las que la democracia tenga sentido, propósito o necesidad. Ahora bien, ¿por qué es así? ¿Significa que un grupo de dictadores benévolos acumularán cada vez más poder para sí mismos y así llegaremos al comunismo y, casi como los reyes filósofos de Platón, ellos servirán a la perfección, o servirán de la mejor manera posible, a los intereses de las masas de personas? No. Significa que las instituciones y los constructos sociales, por decirlo así, que son representativos de la democracia y son necesarios para proteger los intereses de una parte de la sociedad en contra de otra parte, ya no serán necesarios porque se habrá eliminado la base material para la explotación y la opresión y se habrá transformado el modo de pensar según el cual una parte de la sociedad consideraría que sirviera a sus intereses, y por lo tanto se esforzaría por, oprimir y explotar a otras partes de la sociedad. Definitivamente no significa que las personas no tendrán ningún papel en gobernar la sociedad, ni que de alguna manera no habrá necesidad de que la sociedad sea gobernada. Pero sí significa que ya no serán necesarios las instituciones, procesos y constructos formales de la democracia, como una expresión de la superestructura de una sociedad dividida en clases. Todavía habrá necesidad de tener un gobierno. Aún habrá instituciones. Pero ya no se requerirá la institucionalización de los mecanismos para proteger a una parte de la sociedad contra la otra —y de asegurar que se realice la voluntad del pueblo (por así decirlo)— y la democracia se extinguirá en ese sentido. Esto es muy importante en términos del desarrollo del entendimiento de lo que se supone realmente llegar al comunismo y lo que se supone cuando eso se haya logrado. En “A Scientific Approach to Maoism, A Scientific Approach to Science”43 (incluido en Observations on Art and Culture, Science and Philosophy), comenté que probablemente después de un trecho en el desarrollo de la sociedad comunista, la gente ya no hablaría del comunismo. Eso está relacionado con la cuestión de la extinción de la BREAKTHROUGHS (ABRIENDO BRECHAS) 69 democracia. Hice la analogía con la situación cuando uno está enfermo y por fin se alivia: por lo común no se da cuenta del momento en que logró aliviarse. Después de un rato, se da cuenta: “Ah, ya no me siento mal”. La analogía es que, una vez que hayamos entrado en el comunismo y eso es lo que existe, y en esa situación estaremos lidiando con otras contradicciones que surgirán cuando ya se hayan realizado las “4 Todas”, en ese momento se habrá aceptado tanto la idea del comunismo, que será algo de lo que la gente no hablará mucho. Eso es otra manera de abordar la cuestión de la extinción de la democracia. Así que ahí va algo más para reflexionar. Mao era el que sistematizó el entendimiento de la necesidad de la continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado. Esto se basa en su análisis y síntesis de lo que he venido comentando sobre las contradicciones restantes que existen en la sociedad socialista — y, en un sentido más amplio, en un mundo al que durante mucho tiempo los imperialistas y otras clases explotadoras todavía dominarán, y en el que las relaciones explotadoras y opresivas seguirán siendo las relaciones dominantes. La formulación de Mao de la necesidad de continuar la revolución bajo la dictadura del proletariado incluye el reconocimiento de que, en las condiciones del socialismo, especialmente después de avanzar más allá de las primeras etapas tempranas, el peligro y las fuerzas para la restauración del capitalismo ya no se encuentran principalmente en la clase burguesa derrocada y sus representantes abiertos, sino en los elementos burgueses nuevamente emergentes, y de manera concentrada al interior del partido comunista mismo, especialmente entre sus altos dirigentes. Éstos son las personas que tienen un papel desproporcionado en determinar el rumbo de la sociedad. El mayor y más concentrado peligro de la restauración capitalista se encuentra entre las personas que están en el ápice de esta sociedad, por decirlo así — y sí, la sociedad aún tendrá un ápice, será una sociedad que aún se caracterizará por divisiones sociales y de clase, aún no se habrán realizado las “4 Todas”, de hecho todavía estará en marcha todo un proceso prolongado de transformación para realizar eso, no sólo dentro del país específico sino a escala mundial. Mao declaró: Se está haciendo la revolución socialista, sin embargo, no se comprende dónde está la burguesía. Está justamente dentro del partido comunista, subrayó, sobre todo entre los altos dirigentes. Uno de los importantes discernimientos en relación con esto fue el reconocimiento de que diferentes fuerzas políticas, incluidas al interior del partido comunista, son representativas de diferentes relaciones de producción en la sociedad. No se trata de que los revisionistas —las personas que se dicen “comunistas” que en realidad están en el camino capitalista— sean capitalistas en el sentido crudo, o inmediatamente operativo, de que manejen una fábrica de acuerdo a principios capitalistas (aunque eso quizá ocurra). Pero la esencia de esto es que el punto de vista, método y enfoque de una persona, y las políticas que surgen de eso, representan —al menos objetivamente— relaciones de producción de un tipo u otro. Y durante la transición socialista, es posible ir por un 70 Bob Avakian camino u otro. Es posible adoptar un conjunto de relaciones de producción u otro; y, una vez más, la espontaneidad ejerce una fuerte presión para volver a las relaciones viejas, a las relaciones explotadoras y opresivas. Todo eso fue un descubrimiento muy importante que hizo Mao, y en el nuevo comunismo se ha retomado esto, y se ha sistematizado más y utilizado como base para el mayor avance. Como se señala en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, la dictadura del proletariado no se refiere a la dictadura de proletarios individuales ni de unas personas que hablan en nombre del proletariado, sino que se define, en esencia, por su contenido y papel. La siguiente declaración del Preámbulo de esa Constitución expresa esto muy claramente: la dictadura del proletariado…, en su carácter esencial y sus principios, estructuras, instituciones y procesos políticos básicos, debe expresar y servir a los intereses fundamentales del proletariado, una clase cuya explotación es el motor de la acumulación de riqueza capitalista y del funcionamiento de la sociedad capitalista y cuya emancipación de su condición explotada sólo se puede dar por medio de la revolución comunista, con su meta de abolir toda relación de explotación y opresión y de emancipar a toda la humanidad. En este sentido, los organismos gubernamentales y los procesos de este estado socialista a todos los niveles deben ser vehículos para el avance de la revolución comunista; y, como una dimensión clave de eso, deben proporcionar los medios a los anteriormente explotados y oprimidos en la vieja sociedad —los cuales en efecto estuvieron excluidos de ejercer el poder político y de gobernar la sociedad así como de las esferas de la actividad intelectual y de trabajar con las ideas en general— para que participen cada vez más en esas esferas, con el objetivo de transformar la sociedad continuamente en la dirección del comunismo44 . Ahora bien, en este caso, un anarquista diría que damos y quitamos —damos con una mano y quitamos con la otra— porque no se dice solamente que los anteriormente explotados y oprimidos en la vieja sociedad deben tener su derecho democrático de manejar la nueva sociedad. Se dice que tienen que tener el derecho de hacer eso —y de participar cada vez más en esas esferas de las cuales han estado excluidos, a fin de hacer eso— pero luego va un “otrosí”, el que en realidad es de máxima importancia: “con el objetivo de transformar la sociedad continuamente en la dirección del comunismo”. En otras palabras, esto tiene un propósito y una dirección. No se trata de alguna supuesta democracia pura sin contenido social — no puede existir nada por el estilo. Más bien, se da con cierto marco y con una definida dirección y propósito. Eso está relacionado con algo muy importante que se enfatiza en EL NUEVO BREAKTHROUGHS (ABRIENDO BRECHAS) 71 COMUNISMO: “Algo que es preciso entender firmemente acerca de esta Constitución para la Nueva República Socialista, en términos sumamente fundamentales, es que en esta Constitución se trata una contradicción muy profunda y muy difícil”. Nótese: “una contradicción muy profunda y muy difícil” — “la contradicción de que, por un lado, la humanidad sí de veras necesita la revolución y el comunismo; pero, por otro lado, no toda la humanidad quiere eso todo el tiempo, inclusive en la sociedad socialista”45. Y luego pasa a abundar sobre esto, a señalar la profunda importancia de que no se puede llegar al comunismo intimidando con fusiles a las masas de personas y diciéndoles, “Esto es para su propio bien, así que tienen que ir por este rumbo”, y luego obligarlas a participar a marchas forzadas sobre ese base. Por otro lado, cada vez que surja una presión espontánea para volver a la vieja sociedad, no se puede decir así no más: “Ah bueno, eso es lo que la gente quiere, así que emprendamos ese camino, y luego quizá veamos si de alguna manera podremos derrocar el sistema el cual acabamos de dejar que se restaurara, al que tardamos 50 años en derrocar en primer lugar”. No. No podemos hacer eso. Así que existen estos dos polos de lo que no podemos hacer, por decirlo así. Lo que esta Constitución está haciendo es proporcionar los mecanismos institucionales para lidiar con esta profunda contradicción, a lo largo de toda la complejidad y la repetida agudeza de esto, al abrir espacio para mucho disentimiento, efervescencia, etc., pero además, al hacer que sea muy difícil restaurar el viejo sistema: disponer de esa posibilidad en el caso de que, en su inmensa mayoría, las masas ya no quieran el sistema socialista — pero, por otro lado, hacerlo de modo que únicamente en raras circunstancias se podría realizar eso. Una vez más, quizá los anarquistas y distintos socialdemócratas y demás se pongan a reclamar que nosotros estamos dando gato por liebre — que fingimos ser democráticos, pero en realidad somos dictatoriales, de nuevo estamos dando con una mano y quitando con la otra. Pero, una vez más, el hecho es que no existe la democracia pura como tal, para todos, sin contenido social y de clase. Y, sí, tenemos el “atrevimiento”, y más al grano la ciencia, para decir que podemos determinar objetivamente cuáles son los intereses fundamentales de las masas de personas, y que vamos a dirigir a la sociedad en ese sentido, y sin embargo, no hacerlo de un modo que obligue a todos a avanzar a marchas forzadas hacia eso, sino al disponer de espacio para muchísima efervescencia, disentimiento y, como se dice en la Constitución, que las personas exploren en muchas direcciones diferentes, y luego trabajar —y aquí es donde entra lo que he llamado “ir al borde de ser descuartizado”— para “estrechar nuestros brazos alrededor de todo eso,” para dirigir todo eso, por un camino ancho, por medio de muchos caminos divergentes, hacia el objetivo de tener el comunismo, pero sin estrechar nuestros brazos alrededor de él de modo que se le exprima la vida. Esto va a lo que señala Ardea Skybreak en CIENCIA Y REVOLUCIÓN46 sobre la analogía de montar un caballo y no apretar las riendas con demasiada fuerza, por un lado, y por otro lado no apretarlas con tan poca fuerza 72 Bob Avakian que las cosas se vayan de las manos sin rumbo, y en última instancia (o quizás no tan en última instancia) las cosas se vuelvan al viejo camino. Esto es un método clave que es una parte integral y recorre toda la Constitución para la Nueva República Socialista: cómo manejar esta contradicción entre lo que se puede determinar científicamente —sí, científicamente— que corresponda a los intereses fundamentales de las amplias masas de personas (los anteriormente oprimidos pero también, en última instancia, toda la humanidad) y por el otro lado, trabajar en torno a las contradicciones y resolverlas sin apretar demasiado las riendas o simplemente soltarlas y dejar que las cosas se vayan dondequiera que la espontaneidad las lleve, lo que volverá derechito al capitalismo. En términos del papel del partido en el estado socialista, como se pone en claro en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, en esta visión y plano para una sociedad radicalmente nueva, el estado no es la extensión directa del partido y en efecto no es idéntico al partido — no es el “paradigma partido-estado” tal como lo describen varias tesis anticomunistas. El papel dirigente del partido en relación con este estado, y con la sociedad en general, no se puede reducir a que el partido ejerza un predominio organizativo en las diversas instituciones del estado ni se puede expresar principalmente en esos términos. Más bien, aunque hay específicas relaciones y mecanismos de organización que son manifestaciones del papel dirigente del partido, particularmente en relación con ciertas instituciones esenciales, tales como las fuerzas armadas, este papel dirigente se expresa más esencial y primordialmente en términos de influencia ideológica y política y de desarrollar la lucha para continuamente ganar a las masas de personas a las metas de la revolución comunista. Además, como se dice en el Preámbulo de esta Constitución: Como ha demostrado la experiencia histórica, la sociedad socialista — durante un período bastante largo— contendrá y de hecho regenerará elementos de explotación, desigualdad social y opresión, heredados inevitablemente de la antigua sociedad, los cuales no es posible arrancar de raíz y abolir de golpe ni en el momento después del establecimiento del estado socialista. Es más, es probable que durante un período prolongado surjan los nuevos estados socialistas en una situación en que estarán cercados en un grado u otro por estados imperialistas y reaccionarios, los que continuarán ejerciendo una influencia y fuerza importante y hasta podrán gozar de una posición dominante en el mundo durante algún tiempo. Durante un tiempo largo, esos factores seguirán generando fuerzas en la misma sociedad socialista así como en las partes del mundo aún dominadas por el imperialismo y la reacción, los que intentarán derrocar cualquier estado socialista que exista y restaurar el capitalismo ahí. Además, la experiencia histórica demuestra que, debido a esas contradicciones, surgirán fuerzas al interior del mismo partido de BREAKTHROUGHS (ABRIENDO BRECHAS) 73 vanguardia, incluso en sus niveles más altos, las cuales lucharán por las líneas y las políticas que de hecho conducirán a socavar el socialismo y restaurar el capitalismo. Todo eso recalca la importancia de continuar la revolución en la sociedad socialista y de hacerlo en el marco general de la lucha revolucionaria por todo el mundo y con la orientación internacionalista de darle prioridad fundamental al avance de esa lucha mundial hacia la realización del comunismo, lo cual sólo se podría alcanzar a escala mundial, y recalca la importancia de la lucha al interior del propio partido así como en la sociedad en general a fin de mantener y fortalecer el carácter y papel revolucionario del partido en concordancia con sus responsabilidades de actuar como el liderazgo de la revolución en marcha hacia el objetivo final del comunismo y derrotar las iniciativas de transformar al partido en su contrario, en un instrumento para la restauración de la vieja sociedad explotadora y opresora47 . Antes de concluir, quiero hablar del partido antes de la toma de poder — los problemas de mantener, bajo estas condiciones, su carácter y papel como una verdadera vanguardia de la revolución, de llevar a cabo los preparativos necesarios antes, y luego, con el desarrollo de las condiciones necesarios, llevar a cabo el derrocamiento de la dictadura de la clase (o clases) explotadoras, con el fin de establecer la dictadura del proletariado y llevar adelante la transformación de la sociedad hacia el objetivo final de realizar las “4 Todas” a nivel mundial. Además de lo que ha mostrado la experiencia de la sociedad socialista, la experiencia también ha mostrado que bajo el dominio de las clases explotadoras —la dictadura de la burguesía en términos esenciales— y en particular cuando hay un período prolongado en que la burguesía sigue en el poder aún después de la formación de la vanguardia comunista revolucionaria, tal como ha ocurrido en general, la influencia del sistema existente en esas condiciones, no solamente dentro del país sino a nivel mundial, puede tener un importante efecto para deteriorar el partido que ha venido realizando esfuerzos encaminados a derrocar este sistema. Esto guarda una estrecha relación con por qué muchísimos partidos terminan saliéndose del camino revolucionario y o bien se disuelven en inutilices o bien se transforman en mezquinas sectas reformistas. Así que esto es otro problema histórico con el que tenemos que bregar. En la historia reciente de Estados Unidos, han ocurrido lo que he llamado “estas décadas terribles”, cuando la burguesía no solamente ha estado en el poder, sino que el levantamiento revolucionario de los años sesenta y principios de los setenta fue suprimido, disipado y revertido a un grado importante. No es simplemente que la burguesía “se ha vengado”, para usar esa frase, de los países socialistas donde hayan existido y han aprovechado la restauración del capitalismo, en un país como China, para atacar y calumniar al comunismo. Pero además, han tratado de vengarse, en un sentido más amplio, de todos los levantamientos radicales positivos en Estados Unidos y en el mundo en general, 74 Bob Avakian durante ese período de los años sesenta y principios de los setenta. Y, con el viraje de las relaciones no solamente en Estados Unidos sino a nivel internacional y el retroceso del auge revolucionario y los sentimientos revolucionarios que caracterizaban ese período, como fenómeno de masas, hemos estado pagando desde ese entonces, en términos de las masas populares y lo que se les ha infligido, en Estados Unidos y por todo el mundo, hemos estado pagando en un sentido real porque en esos años, nosotros no logramos llevar a cabo un intento real de hacer una revolución para derrocar el sistema existente y hacer nacer un sistema radicalmente diferente y mejor. Hemos estado pagando por eso desde ese entonces, tanto las masas populares como las fuerzas de vanguardia de la revolución que se necesita. Cuando digo “no logramos llevar a cabo”, no lo digo para que nos desquitemos de nosotros mismos. El movimiento que emergió de ese tiempo era un fenómeno muy positivo: contaba con corrientes revolucionarias muy positivas que se reflejaban en el pensar y los sentimientos de millones de personas en Estados Unidos en el momento álgido de ese auge; tenía fuerzas organizadas positivas, más que nada aquellas que llevaron a la formación del Partido Comunista Revolucionario. Pero la organización, e incluso el entendimiento, en ese entonces, eran muy primitivos. Ya para cuando posiblemente pudiera haberse desarrollado una situación revolucionaria —si una verdadera vanguardia hubiera emergido y hubiera trabajado para influenciar las condiciones hacia ese fin— no se hubiera cuajado una fuerza de vanguardia que contara con la base, en términos de enfoque científico y la línea y programa correspondientes, y con el desarrollo de los vínculos entre las masas de personas, que pudiera haber dirigido un esfuerzo real por hacer la revolución. No quiero adoptar una posición determinista de decir: “Lo que se hizo en ese entonces fue lo único que se pudo haber logrado, y lo que ocurrió tenía que ocurrir — las cosas en el movimiento eran muy primitivos, así que no pudo haber una revolución”. La lección es: Tenemos que aprender de esa experiencia y trabajar activamente para acelerar mientras se aguarda, y no encontrarnos en una situación en que se desperdiciaría una oportunidad si se creara y cuando se creara. Eso es lo que quiere decir que estamos pagando por ese revés. No se trata de desquitarnos con nosotros mismos sino de reconocer los factores que representaban obstáculos reales a que siquiera se esforzara en serio por emprender una revolución, y las consecuencias de que eso no haya ocurrido. Y desde ese entonces, el funcionamiento y las influencias del sistema opresivo y de la clase dominante y su punto de vista han operado para influenciar a las personas que estaban esforzándose por conseguir un mundo radicalmente diferente, entre ellas las filas de aquellos que aún reclaman el estandarte de la revolución y del comunismo. Por esto, había una necesidad profunda y apremiante de una Revolución Cultural al interior del Partido Comunista Revolucionario, y por eso llamé a hacerla y me he esforzado por dirigirla. Esta es una lucha que continúa, y hay una necesidad urgente de atraer e incorporar a muchas fuerzas nuevas para forjar más la fuerza de vanguardia para BREAKTHROUGHS (ABRIENDO BRECHAS) 75 la revolución que se necesita, sobre la base del nuevo comunismo, para realmente llevar a cabo la estrategia para la revolución de la que he venido comentando. Hay lecciones que hay que resumir más cabalmente sobre un partido de vanguardia y el peligro de que ese partido sea sacado del camino revolucionario, no solamente cuando ya esté en el poder sino también antes de que las cosas alcancen el momento de realmente emprender los esfuerzos por tomar el poder, de modo que cuando llegue el momento indicado cuando quizá sea posible trabajar para afectar las contradicciones objetivas para realmente hacer avanzar las cosas hacia una situación revolucionaria, ya ni siquiera se cuente con la fuerza de vanguardia para hacer eso. Esto es un problema objetivo. No creo que sea inherente al carácter del partido de vanguardia en sí. Más bien, son las contradicciones de la sociedad y mundo más amplios las que inciden muy significativamente en las filas de ese partido; y tiene que haber un reconocimiento, quizás más de lo que ha habido, al menos hasta hace poco, de las formas en que esto incide, en un sentido negativo, en el carácter de ese partido, al ejercer una fuerte presión hacia salirse del camino revolucionario. Más esencialmente, esto no es un problema “institucional” en que, casi inevitablemente, la existencia y las dinámicas de una institución organizada se conviertan en “algo en sí y de por sí”; pero puede darse el fenómeno de que, a partir de realmente abandonar el objetivo de la revolución, en vez que el partido sea un instrumento para hacer la revolución, la existencia y las dinámicas de mantener un partido más bien lleguen a sustituir al proceso de hacerla. Y en ese caso, una vez más, se plantea agudamente la pregunta decisiva: ¿A qué “recurre” un partido al enfrentar las dificultades de la situación objetiva? — una pregunta que se le plantea de manera concentrada al núcleo dirigente de tal partido. Por todas estas razones, es necesario enfatizar aún más el proceso de continuamente reponer y ampliar y fortalecer más las filas de la vanguardia revolucionaria al incorporar continuamente a nuevas personas, una vez más sobre la base del nuevo comunismo, así como continuar, de una u otra manera, las revoluciones culturales al interior de ese partido a fin de mantenerlo en el camino revolucionario, de mantenerlo trabajando sobre acelerar mientras se aguarda, llevando a cabo esos “tres a preparar”, trabajando sistemáticamente para hacer surgir, junto con el desarrollo del factor objetivo, la maduración de una situación revolucionaria, y sobre esa base aprovecharla, y hacer algo bueno con ella.

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