martes, 14 de julio de 2020

maoísmo - Maoism China en África. Alternativa a los 50 años de descolonización 9 Iraxis Bello,

DÍA 19 DE JULIO 2.020,

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reproduzco,...lo oficial,...¡¡.
                                 

maoísmo - https://es.qwe.wiki/wiki/Maoism


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maoísmo
Chino tradicional毛澤東 思想
chino simplificado毛泽东 思想
Significado literal"Pensamiento de Mao Zedong"
Presidente Mao Zedong
Maoísmo , conocido en China, como pensamiento de Mao Zedong ( chino : 毛泽东思想 ; pinyin : Mao Zedong Sīxiǎng ), es un comunista teoría política derivada de las enseñanzas del líder político chino Mao Zedong , cuyos seguidores son conocidos como maoístas. Desarrollado a partir de la década de 1950 hasta Deng Xiaoping reformas en la década de 1970 , se aplica extensamente como el rector ideología política y militar del Partido Comunista de China y como la teoría de guiar los movimientos revolucionarios de todo el mundo. Una diferencia clave entre el maoísmo y otras formas de marxismo-leninismo es que Mao dijo que los campesinos deben ser el fundamento de la energía revolucionaria, dirigida por la clase obrera en China.

La tradición intelectual moderna de China

La moderna tradición intelectual chino de la vuelta del siglo XX se define por dos conceptos centrales: iconoclastia y el nacionalismo .

revolución iconoclasta y anti-confucianismo

Por la vuelta del siglo 20, una sección transversal todavía socialmente significativa proporción pequeña de la élite tradicional de China (es decir, los propietarios y los burócratas) se vieron cada vez más escépticos de la eficacia e incluso la validez moral del confucianismo . Estos escépticos iconoclastas formaron un nuevo segmento de la sociedad china, una intelectualidad moderna cuya llegada-o como historiador de China, Maurice Meisner se etiquetarlo, su defección-anunció el principio de la destrucción de la nobleza como clase social en China.
La caída de la última dinastía imperial china en 1911 marcó el fracaso final del orden moral confuciana y lo hizo mucho para hacer que el confucianismo sinónimo de política y el conservadurismo social en la mente de los intelectuales chinos. Fue esta asociación de conservadurismo y el confucianismo, que prestó a la naturaleza iconoclasta de pensamiento intelectual chino durante las primeras décadas del siglo 20.
Iconoclastia chino se expresó más claramente y ruidosamente por Chen Duxiu durante el Movimiento de la Nueva Cultura que tuvo lugar entre 1915 y 1919. El proponer la "destrucción total de las tradiciones y valores del pasado", el Movimiento de la Nueva Cultura fue encabezado por la Nueva Juventud , una periódica que fue publicado por Chen Duxiu y era profundamente influyente en el joven Mao Zedong , cuyo primer trabajo publicado aparecido en las páginas de la revista.

El nacionalismo y el atractivo del marxismo

Junto con la iconoclastia, radical antiimperialismo dominado la tradición intelectual chino y evolucionó lentamente en una exaltación nacionalista feroz que influyó en la filosofía de Mao enormemente y fue crucial en la adaptación del marxismo al modelo chino. Vital para entender los sentimientos nacionalistas chinos de la época es el Tratado de Versalles , que se firmó en 1919. El Tratado despertado una ola de resentimiento nacionalista amargo en los intelectuales chinos como tierras anteriormente cedidas a Alemania en Shandong fueron, sin consultar con el chino-transferido al control japonés en lugar de regresar a la soberanía china.
La reacción negativa culminó en la posición 4 de mayo de incidente que ocurrió en ese día en 1919. La protesta comenzó con 3.000 estudiantes en Pekín mostrando su enojo por el anuncio de concesiones del Tratado de Versalles a Japón, sin embargo, rápidamente tomó un giro violento cuando los manifestantes comenzaron a atacar la casas y oficinas de los ministros que fueron vistos como cooperar con, o en el pago directo de los japoneses. El 4 de mayo de incidentes y movimiento que siguió "catalizadas el despertar político de una sociedad que durante mucho tiempo había parecido inerte y en estado latente".
Sin embargo, otro evento internacional tendría un gran impacto no sólo en Mao, sino también de la intelectualidad china: la revolución bolchevique de 1917. A pesar de la revolución han suscitado interés entre los intelectuales chinos, la revolución socialista en China no se considera una opción viable hasta después de la mayo 4 de incidentes. Posteriormente, "[e] n convertido en un marxista fue una manera para que un intelectual chino para rechazar tanto las tradiciones del pasado chino y la dominación occidental de la presente chino".

El período de Yan'an (noviembre 1935-marzo 1947)

Durante el período inmediatamente posterior a la Gran Marcha , Mao y el Partido Comunista de China (PCCh) tenían su sede en Yan'an , que es una ciudad-prefectura en Shaanxi provincia. Durante este período, Mao estableció claramente a sí mismo como un teórico marxista y que produce la mayor parte de las obras que más tarde sería canonizado en el "pensamiento de Mao Zedong". La base filosófica rudimentaria de la ideología comunista chino se establece en numerosos tratados dialécticos de Mao y se transmitió a los miembros del partido de nuevo ingreso. Este período verdaderamente estableció la independencia ideológica de Moscú de Mao y la CPC.
Aunque el período de Yan'an hizo responder algunas de las preguntas, tanto ideológicas y teóricas, que fueron criados por la Revolución Comunista de China, dejó muchas de las cuestiones cruciales sin resolver; incluyendo cómo se suponía que el Partido Comunista de China para lanzar una revolución socialista, mientras completamente separado del ámbito urbano.

el desarrollo intelectual marxista de Mao

el desarrollo intelectual marxista de Mao se puede dividir en cinco grandes períodos: (1) el período marxista inicial a partir de 1920-1926; (2) el período maoísta formativa 1927 a 1935; (3) el período maoísta madura desde 1935-1940; (4) el período de la guerra civil de 1940-1949; y (5) el período posterior a 1949, después de la victoria revolucionaria.
  1. El Período marxista iniciales de 1920-1926: el pensamiento marxista emplea explicaciones socioeconómicas inminentes y razones de Mao eran declaraciones de su entusiasmo. Mao no creía que la educación por sí sola llevar a cabo la transición del capitalismo al comunismo debido a tres razones principales. (1) Psicológicamente: los capitalistas no se arrepienten y gire hacia el comunismo por su propia cuenta; (2) los gobernantes deben ser derrocados por el pueblo; (3) "los proletarios están descontentos, y una demanda por el comunismo ha surgido y se habían convertido en un hecho". Estas razones no proporcionan explicaciones socioeconómicas, que generalmente forman el núcleo de la ideología marxista.
  2. El período de formación maoístas 1927-1935: en este período, Mao evitó todas las implicaciones teóricas en su literatura y empleó un mínimo de categoría pensamiento marxista. Sus escritos en este periodo no pudieron elaborar lo que quería decir con el "método marxista de análisis político y de clase". Antes de este período, Mao se refiere a la dicotomía entre el conocimiento y la acción. Él estaba más preocupado por la dicotomía entre la ideología revolucionaria y condiciones objetivas contrarrevolucionarias. Había más de correlación establecida entre China y el modelo soviético.
  3. El Periodo de Maoísta maduras a partir de 1935-1940: intelectualmente, este era el momento más fructífero de Mao. El cambio de la orientación era evidente en su folleto Problemas estratégicos de la guerra revolucionaria de China (diciembre de 1936). "Este folleto trató de proporcionar un barniz teórico por su preocupación por la práctica revolucionaria". Mao comenzó a separarse del modelo soviético ya que no era aplicable automáticamente a China. Conjunto único de China de las circunstancias históricas exigió una aplicación correspondientemente única de la teoría marxista, una aplicación que tendría que divergen desde el enfoque soviético.
  4. El Periodo Civil-guerra de 1940-1949: a diferencia del periodo maduro, este período fue intelectualmente estéril. Mao se centró más en la práctica revolucionaria y presta menos atención a la teoría marxista. "Él siguió haciendo hincapié en la teoría como el conocimiento orientado a la práctica". El mayor tema de la teoría que profundizó en estaba en relación con el Cheng Feng movimiento de 1942. Fue aquí donde Mao resume la correlación entre la teoría marxista y la práctica china; "El objetivo es la revolución china, la flecha es el marxismo-leninismo. Los comunistas chinos buscamos esta flecha para ningún otro propósito que el de dar en el blanco de la revolución china y la revolución del este". El único nuevo énfasis fue la preocupación de Mao con dos tipos de desviación subjetivista: (1) el dogmatismo, la dependencia excesiva en la teoría abstracta; (2) el empirismo, la excesiva dependencia de la experiencia.
  5. El período posterior a 1949 después de la victoria revolucionaria: la victoria de 1949 fue a Mao una confirmación de la teoría y la práctica. "El optimismo es la clave para la orientación intelectual de Mao en el período posterior a 1949". Mao revisado asertivamente la teoría de relacionarlo con la nueva práctica de la construcción socialista. Estas revisiones son evidentes en la versión 1951 de Sobre la contradicción . "En la década de 1930, cuando Mao habló de la contradicción, se refería a la contradicción entre el pensamiento subjetivo y la realidad objetiva. En dialectal materialismo de 1940, vio el idealismo y el materialismo como dos posibles correlaciones entre el pensamiento subjetivo y la realidad objetiva. En la década de 1940, introdujo no hay nuevos elementos en su comprensión de la contradicción entre sujeto y objeto. en la versión 1951 de sobre la contradicción , vio contradicción como principio universal que subyace en todos los procesos de desarrollo, sin embargo, con cada una contradicción poseían de su propia particularidad". )).....


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China en África Alternativa a los 50 años de descolonización

 Editorial SODePAZ C/ La Palma, 69, Bajo. 28015 Madrid, España. Tel.: 91 522 80 91 y 616 404 444 Fax: 91 532 30 29 E-mail: sodepaz@sodepaz.org www.sodepaz.es Atribución 2.0. Usted es libre de copiar, distribuir y comunicar públicamente la obra y hacer obras derivadas bajo las condiciones siguientes: Reconocimiento – Debe reconocer los créditos de la obra de la manera especificada por el autor o el licenciador (pero no de una manera que sugiera que tiene su apoyo o apoyan el uso que hace de su obra) No comercial – No puede utilizar esta obra para fines comerciales. Al reutilizar o distribuir la obra, tiene que dejar bien claro los términos de la licencia de esta obra. Alguna de estas condiciones puede no aplicarse si se obtiene el permiso del titular de los derechos de autor Los derechos derivados de usos legítimos u otras limitaciones no se ven afectados por lo anterior. © de la edición © los coeditores de los textos © los autores y las autoras. Director Mbuyi Kabunda Jefe de Redacción Miguel Manzanera Salavert Editor Francisco Calderón Sánchez de Rojas Responsable de Documentación Federica Carraro Otros miembros del Consejo de Redacción Eladio José Verdú, Clotilde Routier, Alain Helies Han colaborado en este número ALAI, Mbuyi Kabunda, Analilia Huitrón Morales, Iraxis Bello Alzuate, Germain Ngoie Tshibambe, Kevin Edmonds, Wooldy Edson Louidor, Sinay Céspedes Moreno, Marc-Arthur Fils-Aimé, Sandra Quintela, Leslie Péan, José Luis Patrola, Halles Gomes, Gotson Pierre. I,S,B,N,: I,S,S,N,: 1130-2569 La maquetación de esta revista se ha realizado íntegramente con software libre. 

China en África. Alternativa a los 50 años de descolonización .............................................3 
Índice de contenido CHINA EN ÁFRICA................................................................................5 
Presentación. China y África: ¿Colonialismo o Alternativa?.............................................................................................................................7 .Mbuyi Kabunda Desarrollo en los Países Africanos a Partir de la Relación con China, ¿es Posible?.................................................................................................................................11 
Analilia Huitrón Morales La Política Africana de China: Alcance y Retos......................33 Iraxis Bello Alzuate Las Relaciones Chino-Africanas: Entre Esperanza y Controversias........................................................................................................................61 Germain Ngoie Tshibambe La respuesta de Occidente al desafío chino en África............81 Mario Santacruz Garrido NOTA DE ACTUALIDAD......................................................................................................................101 África y el compromiso internacional: retos y alternativas. ...............................................103 
Marta Ramos Miguel China en África Alternativa a los 50 años de descolonización 

China En Africa De Alden, Chris FUND. INTERMON OXFAM 137 pags Año de edición:2008 “China se ha convertido en un gran poderoso frente a las débiles potencias occidentales” Entrevista a Chris Alden Sol Ortega / Intermón Oxfam Chris Alden es profesor adjunto del Departamento de Relaciones Internacionales de la London School of Economics y lleva más de quince años investigando y publicando trabajos sobre las relaciones entre China y África. Autor del libro 'China en África' afirma que en ninguna parte del mundo ha sido tan evidente la fulgurante ascensión de China a gran potencia, como en África. En su libro asegura que para comprender la implicación del país asiático en el continente es preciso reconocer el abanico de motivos económicos, diplomáticos y de seguridad que hay detrás de la política africana de Pekín, así como la respuesta de las élites africanas a los requiebros de China. 

China en África. Alternativa a los 50 años de descolonización 7 

Presentación. China y África: ¿Colonialismo o Alternativa? Mbuyi Kabunda* 

China suscita admiración y al mismo tiempo preocupa. Su nuevo protagonismo en África genera muchas polémicas, por ser tachado por unos como una nueva colonización oriental y por otro como una nueva oportunidad para el continente negro de diversificar sus relaciones externas y conseguir su independencia económica ¿Al fin y al cabo esta presencia o cooperación del imperio medio es provechosa para África? ¿El modelo chino es el más adecuado para el desarrollo de África y el futuro de sus economías? La pertinencia es tal que SODePAZ ha decidido dedicar este Boletín a los trabajos de algunos analistas interesados en este tema para intentar aclarar a la opinión a menudo confundida sobre dicha cooperación, contestando a estas preguntas, en este momento en el que África se prepara a celebrar su medio siglo de independencia y la República Popular de China sus 60 años de revolución. Lo que se viene llamando la “Chináfrica” entusiasma e intriga a la vez como queda subrayado. China tiene la mayor reserva de dólares del mundo (1.600 mil millones de dólares), convirtiéndose en la tercera potencia económica del mundo (con la posibilidad de ocupar el segundo rango en 2010), es lo que necesita precisamente África carente de inversiones y capitales o divisas financieras. Por lo tanto, China orienta sus excedentes de capitales a África, y otras regiones del Sur, mediante unos préstamos al margen de las condicionalidades económicas y políticas impuestas por los países occidentales y las instituciones financieras internacionales, al tiempo que asegura sus aprovisionamientos en materias primas y amplia los mercados para sus productos. China con su extraordinario crecimiento nacido de una eficiente política orientada hacia las exportaciones, y que apuesta claramente ─ por el G2 (“Chinamérica”) en sustitución del G8 y de la bipolaridad Este/Oeste, e incluso la apuesta por el BRIC (Brasil, Rusia, India y China), dando un impulso a la cooperación Sur-Sur se da con objetivo conseguir un orden mundial multipolar y la diversificación del sistema monetario. Los autores, en sus análisis, buscan un equilibrio entre los aspectos positivos y negativos, las esperanzas y las controversias, las ventajas y las desventajas, las oportunidades y los peligros, de la cooperación * 

Profesor de Relaciones Internacionales y Estudios Africanos 8 Revista África- América Latina: Cuaderno nº 48 o presencia de China en África. 

En los primeros aspectos, destacan la construcción de infraestructuras dando al Continente una nueva fisionomía; el fortalecimiento de la cooperación Sur-Sur buscando ambos protagonistas la instauración de un nuevo orden político y económico internacional, basado en la igualdad y los intereses mutuos; la cancelación de la deuda de los países africanos pobres y la contribución a la formación del capital humano en el Continente. En los segundos, la consagración de la impunidad de los regímenes no respetuosos de derechos humanos (los “déspotas oscuros”) por el principio de la no injerencia en los asuntos internos y el suministro de armas a algunos de ellos; la asfixia de las pequeñas industrias africanas, en particular el sector textil, por la competencia desleal de los baratos productos chinos bloqueando el núcleo de industrialización del Continente; la sobreexplotación de recursos naturales africanos con irreversibles consecuencias medioambientales por la masiva deforestación; la no transmisión por las empresas chinas a los africanos del saber-hacer, los conocimientos y las tecnologías fortaleciendo el asistencialismo y los intercambios desiguales, etc. Se abre así la polémica sobre el carácter bueno o malo de la presencia china en África. En su artículo, Analilia Huitrón Morales, que se dedica al impacto de la cooperación china en el desarrollo de los países africanos, enfatiza que África debe aprovecharse de este interés chino para fomentar su crecimiento económico, la integración regional y el enfoque de desarrollo endógeno, mediante la financiación del empleo y la erradicación de la miseria. 

En suma un modelo, basado en el enfoque liberal (el crecimiento económico para conseguir el desarrollo económico), que han venido experimentando los países africanos décadas anteriores sin conseguir los resultados programados, en particular el desarrollo endógeno y la mejora del bienestar social de la población que se sugiere en el texto, al acompañarse el crecimiento con importantes desigualdades sociales y la extroversión cultural de las élites. Aquel crecimiento favoreció más a las élites que a los pueblos. Por eso, la autora reconoce el peligro de estancamiento del crecimiento actual de las economías africanas, debido al auge de la demanda y del precio de las materias primas, cuando se produzca un cambio en estos aspectos. 

China en África. Alternativa a los 50 años de descolonización 9 Iraxis Bello, 

cuyo análisis se centra en la política africana de China, considera que aunque sea pronto sacar conclusiones sobre la cooperación del país asiático en el continente negro, denuncia la “diplomacia petrolera” de China que, con sus actividades extractivas, fortalece el modelo rentista de las economías africanas reproduciendo las prácticas coloniales al respecto con la consiguiente profundización de las dependencias tecnológicas y financieras, sin resolver los problemas estructurales a los que están enfrentadas las economías africanas (diversificación de las exportaciones y fortalecimiento de las capacidades productivas). Por ello, recomienda a ambos protagonistas un modelo de desarrollo basado en lo humano, o el crecimiento desde la calidad, corrigiendo el enfoque planteado en el artículo anterior. En el mismo sentido, Germain Ngoie Tshibambe, pone de manifiesto la exportación del modelo económico y político chino, iniciado por ─ Deng Xiaoping y basado en las “recetas endógenas”, hacia los países africanos a la búsqueda de un modelo de desarrollo , el llamado ─ “consenso de Pekín” con tres ejes: el aprovisionamiento en petróleo, las relaciones comerciales y los intereses políticos mutuos. Según este autor, la ayuda china ampliamente distribuida a casi todos los países africanos, oculta la cooperación militar y sigue considerando a África como un granero de materias primas. En esta relación en la que China es la principal ganadora, -además de favorecer la corrupción, las prácticas ilícitas y los “elefantes blancos”-, se denuncia las reacciones anti-chinas desde abajo o los movimientos sociales, en particular en Sudáfrica, Zambia y la RDC (con la que China acaba de firmar acuerdos de inversiones en infraestructuras estimados en unos ...

10 Revista África- América Latina: Cuaderno nº 48 

....12.000 millones de dólares1 ), favoreciendo, en este último caso, la economía rentista denunciada en el artículo anterior. El autor advierte, en la línea del primer artículo, la revisión a la baja del protagonismo chino en África como consecuencia de la crisis económica, o en el crecimiento económico. En definitiva, siguiendo los peligros para África puestos de manifiesto por los autores del Boletín, los más importantes proceden de las diversidades culturales, geográficas y lingüísticas de China (con las tendencias separatistas de las minorías), junto a la recesión económica y las rivalidades internas en la sucesión política del régimen. Estos aspectos, y algunas incoherencias de China, no pueden asegurar a los africanos seguir beneficiándose eternamente del maná del imperio medio, por la inestabilidad política y económica que amenaza constantemente a este país, que no es un Estado-nación a pesar de fundamentarse en el comunismo y el nacionalismo como instrumentos de integración. De todo lo que antecede, y para evitar sorpresas desagradables, los africanos han de dotarse con una estrategia coherente y claramente definida, y no con improvisaciones y oportunismos, para tener con China relaciones sólidas, positivas y equilibradas. Lo tienen todo a su favor, para cambiar de socio: el fracaso de las políticas de desarrollo impuestas décadas anteriores por Occidente y las IFIs, su abandono por muchos países occidentales después de la Guerra Fría (suscitando el interés sólo en la lucha contra el terrorismo), el fracaso de la democratización liberal impuesta al no conseguir el desarrollo económico prometido, las dificultades en las relaciones con Europa a raíz de la cumbre África-Europa de Lisboa en diciembre de 20072 y donde se cuestionaron los acuerdos de paternariado económicos (APEs), las torpes políticas europeas hacia la inmigración africana, la insaciable sed china de recursos naturales y minerales, y que considera a África como un verdadero socio y una oportunidad comercial, etc., Todo ello, sin perder de vista que el desarrollo nacerá de sus propios esfuerzos. 

1 mientras que los 15.000 millones de dólares, previstos por los acuerdos de Cotonú para los países ACP, nunca fueron honrados. 

2 Convocada precisamente en reacción al Foro de Cooperación China-África de 2006. China en África. Alternativa a los 50 años de descolonización 11 

Desarrollo en los Países Africanos a Partir de la Relación con China, ¿es Posible? Analilia Huitrón Morales* 

Introducción 

El continente africano tiene una extensión territorial de 30 millones de kilómetros cuadrados y está constituido por 53 países que albergan en su conjunto a 900 millones de habitantes aproximadamente, lo que representa el 12% del total de la población mundial. En cuanto a recursos naturales, África alberga los bosques ecuatoriales más extensos y conservados del planeta, así como 200 millones de hectáreas cultivables, de las cuales sólo la cuarta parte se utiliza1 . Nigeria y Argelia son los países con mayor producción petrolera: 

2.5 y 2 millones de barriles de petróleo al día respectivamente; Gabón cuenta con agua de alta calidad y en gran cantida y Angola es el principal productor de diamantes. Por todo lo anterior y más, el continente africano es una región que reúne “intereses estratégicos diversos [...] lo que condiciona peligrosamente la voluntad de las grandes potencias en el sentido de asegurar su influencia.”4 Durante el período precolonial, la relación entre espacios y grupos étnicos respondía a una lógica funcional dentro de las organizaciones socio-políticas africanas. Sin embargo, la etapa colonial al desestabilizar los sistemas originales trajo consigo problemas estructurales como la división artificial del territorio mediante el trazado de fronteras conforme a los intereses coloniales en la conferencia de Berlín en 1885, la desigualdad económica, la apropiación de recursos por parte de los poderes coloniales y la imposición de sistemas socio-políticos ajenos a las realidades africanas. Estos factores han contribuido al surgimiento de conflictos....// 

* Licenciada en Relaciones Internacionales, Universidad Nacional Autónoma de México. Estudiante de Máster en Relaciones Internacionales y Estudios Africanos, Universidad Autónoma de Madrid. 1 Ríos, X., “La huerta africana de China”, El Correo, 19 de enero de 2007, en http://www.igadi.org/index.html 2 British Petroleum 2007www.bp.com 3 Centeno, T., “Entre las guerras y el expolio”, Pueblos, 1 de junio de 2005, en http://www.revistapueblos.org/article.php3?id_article=210 4 Zoctizoum, Y., África. Problemas y perspectivas, El Colegio de México, México, 1992, p. 107 12 


//...y a su permanencia, constituyendo grandes desafíos para el desarrollo a nivel continental. Aunado a lo anterior, la poca vinculación entre las necesidades de la población africana y las políticas aplicadas por los gobiernos locales que se encuentran, en su mayoría, ligados a las antiguas potencias coloniales, hace que varios países sigan siendo susceptibles a la penetración de estrategias políticas y económicas de países extranjeros, que sólo buscan sacar provecho político y económico sin proporcionar algún beneficio real a las comunidades africanas. Particularmente la necesidad de China por consolidar un proceso de industrialización y modernización, que dio inicio a finales de la década de los setenta con las reformas económicas del presidente Deng Xioaping, ha contribuido a transformar sus motivos para estrechar relaciones con los países africanos, de ser meramente ideológicos en el contexto de la Guerra Fría a una motivación pragmática en la búsqueda de acceso a materias primas, mercados para la inversión e influencia política. Es de llamar la atención el acelerado aumento que registra el comercio entre China y el continente africano a partir del año 2000. En 2006 el comercio entre China y los países africanos registró un incremento del 39% respecto al 2005, lo que equivale a 55.500 millones de dólares de intercambios comerciales en ese año, cifra cinco veces superior a la de 2001.5 

 En 2007, aproximadamente, el comercio chino-africano alcanzó la cifra de 74.000 millones de dólares y se pretende que en 2010 ascienda a 100.000 millones.6 El objetivo general de este trabajo es vislumbrar si es posible que los países africanos alcancen un desarrollo a partir de la relación comercial con China. Es decir que las sociedades africanas no solo obtengan un beneficio económico, sino que este se vea reflejado en mejoras para la población elevando con ello su nivel de vida. El presente trabajo propone que, a partir de la relación comercial con China, los países africanos pueden conseguir beneficios, sin embargo es imperante por parte de los gobiernos africanos actuar de una manera consciente de las necesidades internas, y endógena, en conjunto con la iniciativa de realizar políticas activas de redistribución 5 

En el 2004 el volumen de los intercambios entre China y África fueron de 30 000 millones de dólares, en 2005 pasó a 39 700 millones. Pan Xiaotao, “China una potencia neo-colonial en África”, Yazhou Shibao Zaixian, mayo de 2006, en http://www.oozebap.org/text/china-africa.htm 6 Taylor, I., China’s new role in Africa, Lynne Rienner Publisher, Londres, 2009, p. 1 China en África. Alternativa a los 50 años de descolonización 13 de la riqueza7 , 

con el objetivo de evitar caer en una dependencia hacia China. Este breve ensayo es resultado del interés por conocer si existe la posibilidad de que las sociedades africanas puedan alcanzar un beneficio en términos de desarrollo al frente de la actual relación comercial que la mayoría de los países africanos sostienen con China. Relación Comercial Sino-africana El acelerado incremento en el comercio bilateral empieza en 2000, al registrarse un aumento de las exportaciones de África hacia China en un promedio del 40% anual entre 2000 y 2006, lo que equivale al aumento de 4.800 a 28.800 millones de dólares en un lapso de seis años, mientras que las importaciones de África provenientes de China se quintuplicaron para alcanzar la cifra de 26.700 millones de dólares en el mismo periodo, de acuerdo a información oficial del gobierno chino, como se muestra en el 

Cuadro 1. En total el comercio entre China y África registró un aumento cinco veces mayor en 2006 respecto al 2000, es decir, en cifras netas el incremento pasó de 10.600 a 55.500 millones de dólares de intercambios comerciales. Para China la relación comercial con los países africanos resulta todavía más importante en términos cualitativos que cuantitativos, pues los flujos comerciales entre ambas partes representan el 3% del comercio exterior de China8 ; sin embargo su crecimiento nos alerta para conocer el impacto que tiene en las economías africanas y cómo se colocan éstas en el escenario internacional. 

Entre los principales países proveedores de las materias primas que demanda China se encuentran: Gabón (madera), Marruecos (fosfato), Benín (algodón), Sudáfrica (aluminio y diamantes), Zambia (cobre), RD Congo (cobalto y uranio), Zimbabue (oro) y Etiopía (carbón). El petróleo es otro recurso esencial en el comercio entre China y los países africanos, por lo que el 30% de las importaciones chinas de este producto energético se divide entre Angola, el Congo7 “...son indispensables políticas activas de redistribución de la riqueza, a través de los salarios, pero, sobre todo, a través del suministro barato de alimentos de consumo popular, y de la oferta de equipamientos y servicios públicos universales de salud pública, educación, saneamiento, energía, transportes y comunicación.” 

Fiori J. L., “Nueva Geopolítica: China, India, Brasil y África del Sur (sic)”, La nueva geopolítica de las naciones, marzo de 2007, en barcelona.indymedia.org/newswire/display/295475/index.php 8 Iranzo Gutiérrez, S. y Herrero Bescós, I., “La estrategia económica de China en África”, Boletín Económico de ICE, 16 al 30 de abril de 2007, Madrid, p. 16, en www.revistasice.com/cmsrevistasICE/pdfs/ BICE_2909_1534__C21C4625A887A29E8399F0B957FFE60B.pdf 14 Revista África- América Latina: Cuaderno nº 48 Brazzaville y Sudán principalmente, seguidos de Nigeria, Guinea Ecuatorial, Gabón, Chad, Libia y Argelia.9 CUADRO1. INCREMENTO DEL COMERCIO 2000-2007 (MILES DE MILLONES DE DÓLARES US) 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 de África a China Naciones Unidas 6.2 5.4 6.0 9.0 16.4 21.8 29.4 36.3 China Customs Statistics 5.6 4.8 5.4 8.4 15.6 21.1 28.8 s/d de China a África Naciones Unidas 6.4 7.1 7.7 10.9 14.5 19.0 26.8 37.1 China Customs Statistics 5.0 6.0 7.0 10.2 13.8 18.7 26.7 s/d Comercio Total Naciones Unidas 12.8 12.5 13.7 19.9 30.9 40.8 56.0 73.4 China Customs Statistics 10.6 10.8 12.4 18.6 29.3 39.8 55.5 s/d Fuente: UNCOMTARDE www.comtrade.un.org National Bureau of Statistics of China www.stats.gov.cn/english 9 Rico, C., “China en África: de la ideología al negocio”, 

Periódico Diagonal nº 51, 29 de marzo al 11 abril de 2007, en http://www.diagonalperiodico.net/spip.php?article3444 

China en África. Alternativa a los 50 años de descolonización 15 Fuente: United Nations Commodity Trade Statistics Database www.comtrade.un.org Exportaciones africanas a China 62% 13% 8% 17% c ombus tible ma te ria prima produc to s manufac - turado s otros Importaciones africanas de China 31% 45% 24% maquinaria y equipo de transporte productos manuf acturados otros 16 

Revista África- América Latina: Cuaderno nº 48 

Una de las principales preocupaciones que se presentan en la relación comercial chino-africana es el intercambio desigual y sus implicaciones socioeconómicas para la población africana. Al respecto, los gráficos siguientes muestran los porcentajes de los productos que se comercializan entre ambas partes y podemos observar que la importación africana se enfoca en productos manufacturados con un porcentaje del 45% del total, mientras que las exportaciones dirigidas hacia China son en su mayoría materias primas, pero principalmente el combustible ocupa el 62% del total.Tal situación puede desembocar en una dependencia económica hacia China por parte de los países africanos, sin embargo el escenario se torna complicado debido a que es una relación con miras a mantenerse por varios años y en continuo crecimiento. Mientras tanto, China pone en marcha, como una más de sus estrategias económicas para acelerar el comercio con los países africanos, la inversión en proyectos de infraestructura tales como telecomunicaciones, ferrocarriles, carreteras, aeropuertos y construcción de edificios empresariales, oficinas, estadios y escuelas. Por ejemplo, en el sector de la salud, el gobierno chino invierte en personal capacitado para atención de la población africana. La asistencia médica tiene un volumen aproximado de 16.000 personas entre doctores y personal médico de nacionalidad china que operan en 47 países de África, lo que se traduce en 180 millones de pacientes africanos atendidos por personal chino.10 En este mismo año, la asistencia en el área de recursos humanos se vio alentada con la formación y educación de población africana. Más de 6.000 personas fueron formadas en áreas estratégicas y 1.500 estudiantes viajaron a China en programas de intercambio académico.11 De igual modo, la cancelación de la deuda por parte de China a más de 33 países africanos ha representado un móvil estratégico para estrechar lazos. En un periodo de dos años, 2000-2002, canceló obligaciones vencidas por un monto total de 1.300 millones de dólares, y en 2006, el gobierno chino anunció la cancelación de otros 1.300 millones de dólares de la deuda de los países más endeudados 10 Oficina del Consejero Económico-Comercial de la Embajada de la república Popular China en la República de Cuba. “China es crucial para crecimiento económico de África”, Xinuahnet, 15 de mayo de 2007, en http://cu2.mofcom.gov.cn/aarticle/chinanews/200705/20070504670090.ht ml 11 Van de Looy, J., “Africa and China: A Strategic Partnership?”, African Studies Centre, Leiden, The Netherlands, 2006, p. 8, en www.ascleiden.nl/Pdf/wp67.pdf China en África. Alternativa a los 50 años de descolonización 17 y menos adelantados (PMA) con los que mantiene lazos diplomáticos.12 Objetivos e Intereses de los Gobiernos Africanos en la Construcción de la Relación China-África Ante este escenario de altibajos, la pregunta es: ¿Cuál es el interés de los países africanos para estrechar relaciones con una de las economías más sobresaliente en la última década? En primer lugar, como fruto de un discurso pragmático del gobierno chino, los líderes africanos encuentran en el modelo chino una inspiración para lograr un desarrollo. Buscan en la relación comercial con China una alternativa a las políticas económicas y comerciales de las potencias europeas y de Estados Unidos.13 Además, privilegian el comercio con China ante países europeos o instituciones internacionales debido a la ausencia de condicionalidades de tipo político y/o económico para realizar los intercambios, a diferencia de la mayoría de los acreedores estadounidenses o europeos a nivel bilateral o multilateral. 12 Wang J.-Y., y Bio-Tchané, A., “África estrecha sus lazos con China: cómo aprovechar al máximo la creciente presencia económica de China en África”, en Finanzas y desarrollo, FMI y BM, vol. 45, nº 1, 2008 , p. 45 13 Dawes, N., “China, petróleo y democracia”, Mail y Guardián, Sudáfrica, 2006, en http://www.oozebap.org/text/china-africa.htm 18 Revista África- América Latina: Cuaderno nº 48 Otro interés por parte de los gobiernos africanos, gira en torno a la inversión masiva y a al gran volumen de importaciones que realiza China, las cuales favorecen directamente a las clases políticas africanas. Esto coloca a China en el tercer socio comercial de África, con miras a suplantar a la UE como principal proveedor del continente africano y superar en 2010 a Estados Unidos, para entonces convertirse en su principal socio. De acuerdo con los Indicadores del Desarrollo Mundial 2006, 20 países del África subsahariana crecieron más del 5% en 2004, debido al reciente auge de las exportaciones de petróleo que impulsaron el avance de países productores, como Angola, Chad, Nigeria y Sudán, sin embargo África sigue siendo la región que concentra mayor pobreza y, según algunas proyecciones, en 2015 la tasa de pobreza continuará siendo superior al 38%, muy por encima del 22,3% fijado como uno de los objetivos del milenio.14 Si bien es cierto que el comercio con China ha favorecido un incremento en las economías africanas, no existe un resultado real cualitativo, ya que la calidad de vida en África no se ha incrementado, lo que alerta a la necesidad de implementar nuevas políticas públicas de distribución de la riqueza obtenida por la comercialización de los recursos locales. La cautela por parte de los gobiernos africanos para determinar sus intereses y objetivos es indispensable en la toma de decisiones en su política exterior respecto a China. Ventajas y Desventajas Es indudable lo positivo de la relación en términos financieros y comerciales, sin embargo existe el riesgo latente de que el continente africano se limite a ser productor de materias primas sin salir de la pobreza. Por lo tanto, el identificar las ventajas y desventajas para los países africanos en relación con China nos permitirá conocer si resulta favorable para estos países mantener una apertura comercial con el país asiático, o bien cómo se podría lograr maximizar las ventajas. Ventajas 1) Sería un aseveración peligrosa decir que la relación chino-africana sólo representa aspectos negativos para los países 14 Banco Mundial. “Datos del Banco Mundial señalan convergencia entre las tasas de crecimiento de las regiones en desarrollo”, Noticias del Banco Mundial, comunicado de prensa n°: 2006/363/DEC, 22 de abril de 2006, en http://web.worldbank.org/WBSITE/EXTERNAL/BANCOMUNDIAL/NEWSSPANISH/0,contentMDK:20897825~pagePK:64257043~piPK:437376~theSitePK:1074568,00.html China en África. Alternativa a los 50 años de descolonización 19 africanos, ya que el hecho de que el gobierno chino, así como sus empresas, realicen acuerdos económicos con los gobiernos africanos, les permite a estos últimos tener la oportunidad de diversificar el espacio y los actores con quienes establecer sus relaciones internacionales en beneficio de su población. Es aquí donde radica la primera ventaja para los países africanos en la relación con China, pues el país asiático puede representar una alternativa económica a la imposición de modelos económicos y de desarrollo europeos, así como a los dictámenes de las instituciones financieras internacionales. La presencia de China en África representa la oportunidad de elegir entre diversos socios quienes pueden ser los más ventajosos, por tanto la relación con el gobierno chino puede ser provechosa para los países africanos en el ámbito más amplio, siempre y cuando se privilegie tanto la situación interna como los intereses de las sociedades africanas plasmados en un plan de desarrollo endógeno, en el cual se limitará la influencia china en el continente africano. 2) La ventaja de forma y no de fondo, es la aportación financiera que lleva a cabo el gobierno chino en los territorios africanos para la reconstrucción o construcción de infraestructuras útiles en el desarrollo de esas poblaciones. La inversión de capital chino para construcción de escuelas, carreteras y puentes, hospitales, ferrocarriles y centros de investigación en países del continente africano, como es en el caso de Angola, brinda un beneficio a las sociedades locales, cuyo gobierno no podría brindárselo de manera inmediata. No obstante el trasfondo de la inversión en estos proyectos no debe opacarse por el bienestar instantáneo que refleja, ya que la inversión es parte de la estrategia político-económica del gobierno chino para estrechar lazos, asimismo es un negocio sustancial para la economía china que poco a poco reduce la oportunidad a las empresas locales de conseguir ganar licitaciones y con ello la posibilidad de su crecimiento. 3) La inversión directa extranjera (IDE) en África, en el periodo de 2000-2006, fue de 6.600 millones de dólares.15 La IDE es necesaria para que exista un crecimiento económico y con ello lograr un desarrollo socio-económico; sin embargo, es con cautela y por medio de políticas económicas nacionales que se podría obtener un beneficio real. 15 Wang, J.-Y. y Bio-Tchané, A., op cit. pp-45-46 20 Revista África- América Latina: Cuaderno nº 48 En la relación chino-africana, la inversión extranjera china que entra a las economías africanas trae un beneficio que se observa en el aumento macroeconómico tanto nacional como a nivel regional16 , pero compete a las autoridades africanas canalizar esa inversión para beneficio de sus poblaciones. Desventajas 1) El comercio entre China y África, que responde esencialmente a una demanda china de materias primas, ha colocado a las economías africanas en una disyuntiva. Por un lado el aumento del comercio chino-africano ha generado un crecimiento neto en las economías africanas y, por el otro, el comercio se ha desarrollado desigualmente, ya que mientras los Estados africanos exportan materias primas China les vende mercancías manufacturadas, lo que representa un balance económico desfavorable para las sociedades africanas. En el mismo orden de ideas, el crecimiento económico que tiene África en su conjunto se debe al auge de la demanda de materias primas; sin embargo hay que encontrar otras maneras de mantener ese crecimiento para que el Continente no se estanque cuando el ciclo de las materias primas cambie. En otras palabras, es indispensable evitar que el bienestar macroeconómico que vive la región se reduzca a la dinámica comercial chino-africana y, por tanto es necesario construir sistemas productivos locales o regionales capaces de contrarrestar la dependencia. 2) La inversión china que llega con mayor fuerza a los países africanos ha traído a la población descontento y menores oportunidades de lograr una mayor capacidad económica, y con ello un desarrollo real. Las 800 empresas chinas que, impulsadas por su gobierno, están instaladas en territorio africano con el propósito de desarrollar proyectos de construcción, educación, salud y explotación de los recursos naturales, operan con mano de obra china y prohíben la contratación de personal africano. La estrategia china de no contratar mano de obra local se debe principalmente a una política gubernamental de utilizar la extensa mano de obra nacional, ya que los costos de manutención del personal chino son inferiores17 . 16 África registró en el 2005 un crecimiento del 5.2%, una de las tasas más altas de su historia. Véase García Encina, C., “La política africana de Pekín: ¿Oportunidad o amenaza?”, en Análisis del Real Instituto Elcano (ARI), nº 27/2006, 1 de marzo de 2006, p. 7. http://www.realinstitutoelcano.org/wps/portal/rielcano/contenido? WCM_GLOBAL_CONTEXT=/elcano/Elcano_es/Zonas_es/ARI%2027-2006 17 Son 80 000 los obreros chinos que trabajan en África, especialmente en Argelia, Senegal, Sudán, Gabón, República Democrática del Congo, Zambia, China en África. Alternativa a los 50 años de descolonización 21 Chris Alden menciona al respecto que la principal razón para sustituir trabajadores chinos por africanos, radica en el bajo coste que los primeros representa, pues, por ejemplo, un trabajador chino en Angola cobra un dólar al día frente a los 75 céntimos que pagan las empresas no chinas a los trabajadores angoleños, mientras que a los ingenieros chinos se les paga una sexta parte de lo que cobran sus homólogos de otras nacionalidades. 18 Tal situación desemboca en la alta tasa de desempleo que se observa en los países africanos, pues no poseen la oportunidad de un empleo en las empresas chinas, lo que merma el desarrollo de los países al ser el empleo un factor de suma importancia para la mejora en la calidad de vida de la población. Sumado a lo anterior, las malas condiciones laborales, en las que se desempeñan los trabajadores en los proyectos con inversión china, han creado un sentimiento hostil hacia los chinos en algunas fracciones de la población africana. Por ejemplo en Zambia, país en el que la presencia China se encuentra tanto en la minería como en la agricultura, el descuido de las condiciones económicas y de seguridad en las explotaciones mineras gestionadas por inversores chinos llevó a que la población externara su postura en contra de la presencia china, mediante manifestaciones durante las visitas de los funcionarios chinos. Es preciso subrayar que estas manifestaciones de desacuerdo fueron reprimidas por el gobierno local. 19 3) La apertura de los mercados africanos a los productos de origen chino tiene implicaciones negativas para las economías africanas, ya que el gobierno chino vende sus productos a precios bajos generando una competencia desleal con los productos locales. Tanto en Sudáfrica como en Zambia estas acciones injustas se están llevando a cabo. En el caso de Sudáfrica, la Federación Sindicalista de Sudáfrica (COSATU), ha pedido al gobierno la restricción de las importaciones chinas y ha instado a los comerciantes a mantener un mínimo del 75% de productos nacionales. En Zambia la situación se torna peligrosa, pues sólo quedan 20 fábricas textiles nacionales, de las 250 que había hace 20 años y se culpa de ello a la competencia china. Ante tales circunstancias, el presidente del Congreso Nacional de Sindicatos de Zambia, Leonard Hkaumba, denuncia el dumping de productos textiles y electrodomésticos baratos que exporta China, y Angola y Sudáfrica. Ver Ríos, X., op. cit. 18 Alden, C., China en África, Intermón Oxfam, Barcelona, 2008, p. 53. 19 En abril de 2005 tuvieron lugar manifestaciones de protesta contra los propietarios chinos de la empresa de explosivos NFC Mining Africa, tras una explosión en la que murieron 46 trabajadores. En julio de 2006, seis trabajadores de la minería de cobre Chambishi recibieron un tiro, tras unas protestas salariales. Véase a Iranzo Gutierrez, S., op cit., p. 25 22 Revista África- América Latina: Cuaderno nº 48 declara que “los beneficiarios de esto son los exportadores, no nosotros”.20 4) Más allá de darles crédito a las normas internacionales que han impuesto los países europeos o Estados Unidos, tales como el respeto a los derechos humanos, la lucha anticorrupción, la falta de un “buen gobierno” y los descuidos medioambientales, es innegable que la relación entre China y los países africanos pone en riesgo la salud ambiental de la región africana. Organizaciones medioambientales, por su parte, han denunciado la deforestación desenfrenada debida en gran parte a la explotación forestal (sic) ilegal llevada a cabo por China, [...]. Se estima que entre el 70% y el 80% de las concesiones madereras que explota se llevan a cabo de manera ilegal.21 África es un continente rico por sus recursos naturales, por lo que es necesario brindarle una protección ambiental. Por su parte las empresas chinas, adjudicadas a proyectos de desarrollo de infraestructura o de exploración y producción de materia primas, no toman en cuenta lo que puede tener un impacto negativo a la sustentabilidad del desarrollo económico y a la calidad de vida de la población africana. 5) La transferencia de armas que realiza el gobierno chino a países africanos, especialmente al gobierno de Sudán, impacta en una mayor vulnerabilidad de los conflictos que aquejan a la población. En el caso de Sudán, país que se coloca como uno de los principales proveedores de crudo de China, la transferencia de armas se ha incrementado por motivos económicos y políticos, repercutiendo en la continuación del conflicto que se desencadenó desde el 2003 en la región de Darfur. En la relación bilateral entre China y Sudán, la venta de armas ha proliferado debido a los beneficios comerciales que trae esta actividad para el gobierno chino, así como para la protección de los yacimientos petroleros y de la infraestructura donde las compañías chinas tienen intereses económicos. 6) La producción de materias primas en los países africanos representa la principal fuente de riqueza; sin embargo ésta no logra beneficios directos para la población, pues más del 50% del recurso, sea madera, cobre, petróleo, diamantes, entre otros, está dirigido a las exportaciones, lo que impide 20 Marks, S., “China en África, ¿El nuevo imperialismo? II”, 20 marzo de 2006, p. 3, en www.eurosur.org/acc/html/revista/r65/65chin.pdf 21 Carlota García Encina, op cit. p.7 China en África. Alternativa a los 50 años de descolonización 23 un abastecimiento interno para el control de los procesos productivos. En el marco de la relación chino-africana, las exportaciones son una de las principales generadoras del crecimiento económico en África, ya que China se ha colocado como el tercer socio comercial para el Continente. Este fenómeno implica una dependencia económica de los países africanos hacia el país asiático. De acuerdo con informes de las Naciones Unidas, la dependencia excesiva a la exportación de productos primarios ocasiona que un gran número de países en desarrollo sea altamente vulnerable a las fluctuaciones de los precios del mercado a corto plazo, mientras que a largo plazo, estos países podrían enfrentarse a que los precios de sus exportaciones, principal soporte de sus economías, muestren un declive con relación a los precios de los bienes manufacturados que importan.22 La amenaza china en los países africanos se dirige a: 1. La pérdida de control de proceso de exploración, explotación y producción de los recursos energéticos; 2. El dominio del mercado africano con mercancías chinas de bajo coste que compiten con los productos locales; 3. La promoción de su modelo de economía mixta; 4. El peligro de una dependencia; 5. La creación de conflictos socio-políticos e ideológicos en función de la fuerte presencia de China en territorio africano. ¿Qué Desarrollo para África? África desde su independencia y como consecuencia de la colonización, ha sido considerado por algunas instancias internacionales, incluyendo las instituciones financieras internacionales que surgieron en la Conferencia de Bretton Woods, como un continente atrasado, subdesarrollado, “que se muere, una catástrofe permanente, el continente de todas las calamidades, a la deriva; en suma, un apocalipsis en cámara lenta”23 siguiendo una postura 22 Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo, “Cambiar la pobreza por prosperidad”, Organización de las Naciones Unidas, Monterrey, México, del 18 al 22 de marzo de 2002, en www.un.org/spanish/conferences/ffd/trade.pdf 23 Adonon Djogbénou, F., “Actualidad de los países africanos en el contexto internacional”, en ¿África hoy?, Antología de Estudios africanos, vol. 3, FCP y S, UNAM, México, 2003, p. 191. 24 Revista África- América Latina: Cuaderno nº 48 eurocentrista. Al respecto, la comunidad internacional se ha autodictado la necesidad de dirigirla hacia el progreso y la modernización, mediante normas impuestas, poco adecuadas a las necesidades locales. El desarrollo en el paradigma dominante impuesto por países capitalistas, se asocia con la riqueza económica, la modernización y la industrialización, y con base en él se han planeado estrategias e intervenciones político-económicas para modificar sociedades ajenas consideradas como “anomalías” históricas.24 África, desde esta perspectiva, es una de las “anomalías” que hay que modernizar; sin embargo, ¿por qué no pensar en un desarrollo para África desde una perspectiva endógena?, es decir, permitirle al ingenio africano la creación de su propio desarrollo. Para ello y por ello, es necesario plantear ¿qué desarrollo se quiere en África? y posteriormente identificar si la relación comercial que tienen los países africanos les brinda la posibilidad de un desarrollo, mediante la pregunta: ¿cómo lograr un desarrollo en y desde África a partir de la relación con China? En el contexto de la realidad europea y estadounidense surgió el término desarrollo en su sentido simplista y económico que está destinado a la mejora económica de las áreas subdesarrolladas del “Tercer Mundo”. Pero la historia ha demostrado que el sueño europeo del progreso de la humanidad no se logra aún, su estrategia de desarrollo no ha producido las consecuencias deseadas, y por el contrario se han creado efectos opuestos como el masivo subdesarrollo y la pobreza traducida en hambrunas, desnutrición y violencia, signos del fracaso de “modelos ideales de desarrollo”. Tal situación negativa en el alcance del desarrollo para la humanidad radica en dos cosas: en la incapacidad para entender el concepto de desarrollo en conjunto con la cultura25, y en la terquedad de adaptar métodos o modelos a problemas cuyas características los diferencian unos de otros. De erradicarse esto se les brindaría a los modelos de desarrollo mayor libertad y autonomía. 24 Víctor Breton, V., García, F. y Roca, A. ( eds)., Los límites del desarrollo. Modelos “rotos” y modelos “por construir” en América Latina y África, Icaria editorial, Barcelona, España, 1999, p. 25. 25 Un conjunto de investigadores reunidos por la UNESCO para la creación del Informe de la Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo “Nuestra Diversidad Creativa” define el desarrollo como “el proceso que aumenta la libertad afectiva de quienes se benefician de él para llevar acabo aquello que, por una razón u otra, tienen motivos para valorar”, así mismo el informe confiere que el desarrollo es parte esencial de la cultura y viceversa, por lo que define a la cultura como “un fin en sí mismo y no un medio, y que todo aquellos (sic.) a lo que le otorgamos valor forma parte de la cultura”. Véase a Pérez de Cuellar, J. (coord.), Nuestra Diversidad Creativa, (Informe de la Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo), UNESCO, México, 1997, p. 3. China en África. Alternativa a los 50 años de descolonización 25 La misma Organización de Naciones Unidas, por medio de la UNESCO, reconoció que el fracaso de las políticas de desarrollo impuestas tanto por los países europeos como por Estados Unidos y las instituciones financieras internacionales, se debieron precisamente al hecho de no tomar en cuenta los diferentes valores culturales de los países en los que se trataron de aplicar, al decir que los modelos aceptados de desarrollo no han dado la importancia suficiente a la diversidad cultural. “Es por ello que es necesario promover el principio de pluralismo, tanto en las relaciones entre países como en las relaciones entre diferentes grupos étnicos dentro de una misma nación”.26 Desarrollarse, entonces, se dirige a una concepción endógena del término desarrollo. Endógeno es un enfoque del desarrollo que enfatiza contemplar los modos y estilos de vida, los valores, las formas de organización social, los rasgos simbólicos, entre otros factores para satisfacer las necesidades y aspiraciones reales del pueblo en cuestión. Asimismo, Mervyn Claxton afirma que no existen reglas establecidas que permitan el logro del desarrollo, por lo que “las políticas y estrategias que deberán adoptarse serán necesariamente diferentes de un país a otro y de una situación a otra.”27 Un desarrollo endógeno no limita los vínculos con lo exógeno, ya que es indispensable la apertura a otras sociedades que permita un autoconocimiento y un conocimiento de las realidades que se forjan paralelamente. El profesor Joseph Ki-Zerbo precisa que no hay organismo sin intercambio con el exterior. Todos los sistemas vivos son abiertos y no autárticos.28 Las sociedades deben ser complementarias, no reductibles. Asimismo, Ki-Zerbo explica que lo endógeno no es un concepto cerrado, ni pertenece a un espacio geopolítico exclusivo, sino que lo endógeno está situado en el corazón del dinamismo múltiple, lo que lo hace un concepto abierto. Por lo tanto, el enfoque endógeno no exige un aislamiento, sino que es el eje que logrará el éxito del desarrollo inherente al estímulo o influencias de fuerzas externas. Es en las raíces culturales que los países africanos deben encontrar la base para soportar las fuerzas externas y no repetir el despojo de sus realidades, tal como fue en el proceso de colonización que impidió un desarrollo en la región africana. Es pues necesario dar prioridad a lo endógeno. 26 Ibíd. p. 4. 27 Marvyn, C., “Cultura y Desarrollo. Estudio”, UNESCO, Paris, noviembre de 1994, p. 5, en unesdoc.unesco.org/images/0009/000970/097070S.pdf 28 Ki-Zerbo, J., “Le Développement clés en tête”, en Fabien Adonon (coord.) op. Cit., p.202. 26 Revista África- América Latina: Cuaderno nº 48 El progreso económico y los avances tecnológicos son parte de un desarrollo económico que se logra mediante la exaltación de los valores humanos, pues sin ellos el valor material carece de sentido. No obstante, los países extranjeros que ven en África una fuente de recursos, ignoran tal hecho y confunden el bienestar socio-cultural con el avance económico. Es pues, en el caso de la relación chinoafricana que mediante una “cooperación” comercial China pretende alcanzar el desarrollo para África. El intercambio no desigual es la única forma para no empobrecer a una de las partes, así como el respeto a la riqueza cultural de las naciones implicadas, lo cual no es sinónimo de la no injerencia, discurso que utiliza el gobierno chino para negar su tendencia a exportar ideas, valores y modelos de desarrollo al pueblo africano. El discurso del desarrollo en el contexto globalizador de las relaciones internacionales ha manipulado el significado real del concepto, así como su implicación social; es en los últimos años que se ha utilizado por algunos países poderosos, como en el caso de China, como una forma impositiva de modelos sociales, económicos y culturales específicos aplicados a realidades ajenas, más que como un medio para procurar una mejora en el nivel de vida encaminado a la consecución de recursos suficientes para una existencia digna. Por otro lado, las sociedades africanas deben recurrir a sus principios y actitudes culturales y restablecer la confianza en ellos mismos para contrarrestar el efecto de adopción de valores externos. Ahora bien, desde el punto de vista económico, el alcanzar un crecimiento macroeconómico es un factor importante para que se genere un desarrollo, pues sin la riqueza no existiría un bienestar. Es decir, al tener altas tasas de crecimiento y aplicar políticas de redistribución de la riqueza generadas con el fin de poder erradicar la marginación y la miseria, la desigualdad, los problemas de infraestructura y la polarización de la riqueza, es posible un desarrollo social. Lo anterior es responsabilidad de los gobiernos de cada país; a pesar del “apoyo” de los organismos internacionales y así como de los países extranjeros, cada clase política debe garantizar a su población la atención de sus necesidades básicas: salud, energía y alimentación; para ello es indispensable llevar a cabo políticas públicas activas de redistribución de la riqueza, traducidas en empleo (salarios), educación, transporte y comunicaciones, suministro barato de alimentos y salud pública. Es mediante un plan de desarrollo económico, sin perder como punto central la cultura, como se podrán superar las políticas China en África. Alternativa a los 50 años de descolonización 27 asistencialistas de tipo transitorio para transformarlas en un bienestar perdurable de las sociedades. ¿Existe una Estrategia Africana para Alcanzar una Favorecedora Relación con China? Se ha planteado la idea de que es imperativo que cada sociedad establezca estrategias propias con base en el respeto a sus intereses y a sus convicciones, que les permita llevar sus relaciones político-económicas con otros países sin faltar al compromiso con el bienestar de sus sociedades. Este último apartado nos permitirá conocer si existe una estrategia planificada por los propios africanos para maximizar los beneficios que trae dicha relación, así como contrarrestar los aspectos negativos que perjudican a las sociedades africanas. La perspectiva de los pensadores africanos y algunos africanistas permite identificar la existencia de una estrategia por parte de las sociedades africanas respecto a la presencia de China en sus territorios. Michelle Chan-Fishel, desde la perspectiva del cuidado ambiental para alcanzar un proceso de desarrollo sustentable, asegura que una relación basada en la extracción ilimitada de recursos, en la exportación de productos a bajo coste que ponen en riesgo las mercancías locales y la fabricación de bajos salarios, es parte de un paradigma globalizado fomentado por países europeos, instituciones financieras internacionales y por Estados Unidos, totalmente insostenible para países subdesarrollados y particularmente para los países africanos.29 Por lo tanto, propone que los líderes africanos conciban cuidadosamente los proyectos de extracción de recursos naturales que realiza China en sus territorios para contrarrestar la sobreexplotación de los recursos naturales, indispensables para un desarrollo sustentable. Por otro lado, Ndubisi Obiorah, argumenta que la presencia de China en África puede consolidarse como una oportunidad para los africanos con la cual se podría alcanzar un crecimiento económico importante; sin embargo, alerta que es menester que la sociedad africana preserve y promueva los intereses propios.30 Por ello confía en que la sociedad civil africana actuará conforme a sus necesidades 29 Chan-Fishel, M., “Environmental Impact: More of the Same?”, en African perspectives on China in Africa (eds: Manji, Firozen y Stephen Marks), Fahamu, 2007, pp. 148-149. 30 Obiorah, Nd., “Who´s Afraid of China in Africa? Towards an African Civil Society Perspectives on China-Africa relations”, en Firozen Manji y Stephen Marks (eds.), ibíd., p. 51 28 Revista África- América Latina: Cuaderno nº 48 para presionar a los líderes políticos africanos a construir una relación con China que sea más justa y benéfica para todos. Una de las estrategias que propone Obiorah es el acercamiento por parte de la sociedad civil con la sociedad china para identificar sus verdaderos intereses en el continente africano, y con ello desarrollar una agenda factible que responda a los desafíos y a las oportunidades que se presentan en dicha relación.31 Es pues mediante el conocimiento del otro y el reconocimiento de uno mismo que se logra un proceso real de intercambio que no perpetúe esquemas de imposición o explotación. Por otro lado, a pesar de los intentos aún no consolidados de integración en África, la sociedad africana no pierde la esperanza de que sus líderes políticos le apuesten a la unión regional como la base para hacer frente a las amenazas extranjeras. Es en este contexto que Moreblessings Chidaushe precisa que es imperante desarrollar un “cuerpo continental” basado en la Unión Africana con la colaboración de todos los integrantes de cada sociedad africana, alimentando así los bloques regionales como la Comunidad para el Desarrollo del África Austral (SADC, por sus siglas en inglés), la Comunidad del África Oriental (EAC, por sus siglas en inglés) y la Comunidad Económica para los Estados del África Occidental (ECOWAS, por sus siglas en inglés). Tal iniciativa, comenta el autor, aumentaría la seguridad de los países africanos y haría más fácil el trato con superpotencias que de manera individual.32 El proceso de integración en África, como lo muestran los bloques regionales mencionados anteriormente, está en construcción y depende de los esfuerzos y el entusiasmo de la sociedad africana para que se logre constituir un bloque continental basado en las realidades y necesidades locales, sin mirar ya a modelos y esquemas que han resultado exitosos para otras sociedades. Es bajo el enfoque endógeno que se llegará en África a un desarrollo auténticamente regional. En este mismo orden de ideas, la integración regional en África es de suma relevancia en el actual contexto internacional, pues mediante el logro de la unidad africana será más fácil para los países africanos hacer frente a la competencia mundial entre China y los grandes inversionistas extranjeros. Hemos visto hasta aquí, de acuerdo a diversos autores, que la estrategia existe y es necesaria su aplicación conforme a la creación 31 Ibíd, p. 53 32 Chidaushe, M., “China´s Grand Re-Entrance into Africa- Mirage or Oasis”, en Firozen Manji y Stephen Marks (eds.), op. cit. p. 111 China en África. Alternativa a los 50 años de descolonización 29 de un esquema que responda a la realidad africana; que se constituya con la participación de todos los actores de la sociedad y que esté cimentada sobre intereses y objetivos propios. Tal dinámica regional e integral le permitirá a África vincularse con otras dinámicas regionales y/o globales con la finalidad de compartir y obtener beneficios mutuos. Conclusiones Las relaciones comerciales que ha iniciado China con los países africanos puede, no obstante, contribuir al desarrollo económico de las poblaciones de África dado el impulso que las exportaciones están generando, así como las posibilidades que brindan las empresas chinas para contribuir al crecimiento económico. Sin embargo, es responsabilidad de la comunidad africana canalizar esta relación para beneficiarse de las importaciones chinas, los proyectos de inversión y todo lo que imlica relacionarse con un país como China. En un nivel macro, después del 2002 la economía africana, en su conjunto, resurgió para insertarse en la nueva lógica de la economía internacional, pues su crecimiento medio que era de 2.4% en 1990, paso a 4.5% entre 2000 y 2005, para finalmente en el año 2007 alcanzar tasas de 5.3%.33 No obstante, para casos particulares de países productores de petróleo y otras materias primas estratégicas como Angola y Sudán, las cifras económicas alcanzaron niveles superiores. Con base a lo expuesto en el presente trabajo, se puede afirmar que existe una opción distinta para los países africanos, esto con base en el apego a los intereses y necesidades propias, así como al ingenio africano para generar las soluciones especiales a los problemas específicos que aquejan aquellas sociedades. Es posible crear y defender un esquema auténtico que surja desde la base africana, con la finalidad de compartir experiencias con otras sociedades y conseguir un enriquecimiento mutuo. Por lo tanto, la existencia de una estrategia pensada por los africanos desde la perspectiva de los problemas y de la realidad africana, permite encontrar caminos distintos a la “ayuda” exterior para lograr los objetivos propios; solo es cuestión de actuar y dejar actuar. 33 Fiori, J. L., “Probablemente, Dios no es africano”, Rebelión, 27 de abril de 2008, en www.rebelion.org/seccion.php?id=8 30 Revista África- América Latina: Cuaderno nº 48 Bibliografía • ADONON DJOGBÉNOU, F., “Actualidad de los países africanos en el contexto internacional”, en ¿África hoy?, Antología de Estudios africanos, vol. 3, FCP y S, UNAM, México, noviembre 2003. • ALDEN, C., China en África, Intermón Oxfam, Barcelona, 2008. • BANCO MUNDIAL, “Datos del Banco Mundial señalan convergencia entre las tasas de crecimiento de las regiones en desarrollo”, Noticias del Banco Mundial, comunicado de prensa n°: 2006/363/DEC, 22 de abril de 2006, en http://web.worldbank.org/WBSITE/EXTERNAL/BANCOMUNDIAL/ NEWSSPANISH/0,contentMDK:20897825~pagePK:64257043~pi PK:437376~theSitePK:1074568,00.html • BRETON, V. y otros (eds.), Los límites del desarrollo. 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Y es que la China post maoísta ha adoptado una nueva doctrina que dicta toda su política exterior a través de la adhesión a los principios de respeto a la soberanía de los estados y su integridad territorial. En el mismo sentido, no está muy a favor del uso de la fuerza contra terceros estados insistiendo, en el marco de las Operaciones de Mantenimiento de la Paz (OPs) de las Naciones Unidas, en el uso de dicha fuerza sólo en caso de defensa legítima. En cuanto a los derechos humanos y la democracia, los considera como demasiado occidentales e individualistas1 . A ello es preciso sumar la persistencia de la defensa de los intereses del Tercer Mundo. En este último aspecto, según puntualiza José Frèches2 , la ofensiva económica y diplomática china hacia África persigue dos principales objetivos: la conversión de este Continente en un gigante económico sacando provecho de sus ventajas comparativas (importante peso demográfico, abundantes recursos naturales y enorme potencial * Doctorando. Máster en Relaciones Internacionales y Estudios Africanos (UAM) La primera versión de este texto fue publicado en la página Web de la revista de RRII del departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales (Industrias extractivas y Relaciones Internacionales) nº 11, Junio de 2009. 1 Según Robert Kagan, para el gobierno chino, “la autocracia es mejor que la democracia y esencial para prevenir el caos y el colapso”. Por lo tanto, según el autor mencionado, “los dirigentes chinos serán siempre reticentes a imponer sanciones a autócratas cuando ellos mismos siguen sujetos a sanciones por su comportamiento autocrático”. Cf. Ortega, A., “Impotencia mundial”, en Foreign Policy (edición española), FRIDE, Madrid, diciembre-enero de 2008, p. 3. 2 Frèches, J., Quand les Chinois cesseront de rire le monde pleurera, XO Éditions, Mayenne (Francia), 2007, p. 195. 34 Revista África- América Latina: Cuaderno nº 48 agrícola), y contrarrestar la tutela norteamericana sobre los países en desarrollo. Este artículo analizará la política africana de China desde la apertura económica del país asiático, a partir de 1978, cuando apostó por la globalización económica como estrategia de desarrollo definida por Deng Xiaoping, es decir, la adopción del uso de la lógica de mercado a través del estado centralizado. Esta estrategia le ha permitido a China sortear la actual situación financiera mundial, demostrando al sistema internacional la continuidad del comunismo chino como ideología sostenible pese a los cambios internos inherentes al proceso de apertura económica, rechazando así las condicionalidades del modelo occidental como única fórmula de crecimiento y desarrollo. Se trata de un modelo que desafía las existentes teorías de cambio social y supera la mayoría de los desequilibrios conocidos por los países en desarrollo. En la opinión de Fan Gang, en dicho modelo los agricultores o la mediana burguesía ru ─ ral enriquecida por la reforma a la que se sumará más tarde una clase media urbana dinámica─ constituyen la principal fuerza de modernización e industrialización (la industrialización rural o la reforma rural), conforme a la teoría de la “transición dual” o de “doble carril”, mediante la coexistencia del “carril viejo” con el “carril nuevo” que dan lugar a: la economía mixta (proliferación de las empresas mixtas o joint ventures), la descentralización combinada con la fuerte presencia estatal, la combinación del plan con el mercado, la protección de las industrias nacionales junto a la apertura al mercado internacional y la aplicación de las reglas internacionales, etc3 . Es decir, una estrategia propia que no puede confundirse con “un nuevo modelo de economía de mercado”4 o “el neoliberalismo chino”. Se trata de un modelo que obedece a la estrategia de Deng Xiaoping cuando dijo, al inicio de sus reformas hace 30 años, que la economía de mercado no es la propiedad exclusiva del capitalismo al igual que la planificación estatal no es el monopolio del socialismo, instaurando de hecho un “autoritarismo ilustrado” (según el término de Jean-Pierre Cabestan5 ): el monopolio del poder por el PCC, que fusiona el partido y el estado, y la apertura al mercado y al capitalismo mundial para conseguir un cierto grado de desarrollo económico. Sin embargo, China tiene una significativa dependencia de materias primas para mantener su proceso de industrialización, razón por la cual refuerza lazos con los estados africanos a través de 3 Gang, F., La inserción de China en la economía mundial, cuadernos del CERI nº 2, Madrid, octubre de 1998, pp. 16-40. 4 Xiao Zhou, K., El poder del pueblo (traducido del inglés por Joaquín Beltrán), Bellaterra, Barcelona, 2000, p. 354. 5 Cf. Cabestan, J-P., L´Administration chinoise après Mao, les réformes de l ´ère Deng Xiaoping et leurs limites, Editions du CNRS, París, 1992. China en África. Alternativa a los 50 años de descolonización 35 paternariados estratégicos que garantizan la presencia de sus extractivas. Entretanto, China satisface algunas necesidades africanas a través de fuertes inversiones, equipamiento de maquinarias, dotación de equipos electrónicos, tecnología, asistencia técnica, desarrollo de infraestructuras y la financiación de proyectos6 , cambiando en una cierta medida, la fisonomía del Continente. Para explicar la dependencia mutua entre China y África Subsahariana7 , dedicaremos dos apartados específicos a analizar las razones, estructurales y coyunturales, de cada uno de estos actores por separado, cuya asociación e impacto, en su conjunto, se expondrán en los apartados posteriores. La razón de este esquema de trabajo obedece al interés de evitar posturas netamente economicistas, así como otras deterministas y excluyentes, como sucede en una amplia bibliografía sobre la materia, en las cuales se analiza la situación de una manera instantánea, sin perspectivas históricas y causales. Fundamentos de la Política China Post Maoísta La política exterior de la china post maoísta rompe definitivamente “con la idea del autoabastecimiento como clave preservadora de la seguridad y soberanía nacional”8 , apostando por la globalización económica, en un orden internacional multipolar, como mecanismo para crear riqueza. A continuación esbozaremos las razones que explican el nuevo diseño de la estrategia diplomática china y su consecuente relación con otros actores internacionales como África. Las causas internas que explican el cambio en el modelo de producción chino luego de la muerte de Mao Zedong, giran en torno a la necesidad de solventar las deficiencias que ponen al estado chino en desventaja con respecto al resto de los actores internacionales. A partir de 1978, “crece en la cúpula china la consciencia de que la amenaza real para el desarrollo no viene del exterior sino que está en el atraso económico y en la distancia cada vez más marcada incluso con naciones vecinas, y que para China no hay salida mejor que crear riqueza poniendo al servicio de la economía los resortes internacionales en los momentos actuales de paz”9 . China deja de lado el discurso de confrontación directa, sobre todo con Estados 6 Spitaels, G., Chine-USA. La guerre aura-t-elle lieu ?, Éditions Luc Pire, Bruselas, 2007, p. 241. 7 Existe cada vez más una dependencia mutua, no sólo unilateral y en los aspectos petroleros, entre China o los países asiáticos y África, dependencia ilustrada por la presencia de las multinacionales y de las inversiones sudafricanas en China. Cf. Goldstein, A et alii, L´essor de la Chine et l´Inde. Quels enjeux pour l´Afrique ? Editions OCDE, París, 2006, p. 97. 8 Ríos, X., “la sed de las materias primas”, Vanguardia, nº 28 (Dossier sobre Los Juegos Olímpicos de China), Barcelona, julio-septiembre 2008. p.38 36 Revista África- América Latina: Cuaderno nº 48 Unidos, asumiendo un rol defensivo consecuencia de su dependencia tecnológica, de capital, mercado y sobre todo materias primas con el resto del mundo. Otra causa en el ámbito interno estriba en la necesidad de las autoridades chinas de buscar la armonía y la reunificación dentro de la heterogénea y controvertida nación en la que se están produciendo significativas desigualdades. La población china se calcula en 1.320 millones de ciudadanos, presión demográfica que constituye un doble reto para China: “transformar su poderío de nación en bienestar para sus habitantes”10, y mantener el control sobre esa cuantiosa población dentro de sus propios estándares de organización social. Boris Cambreleng11 destaca que existen entre 30 y 50 millones de chinos ricos capaces de consumir productos de lujo; entre 200 a 300 millones de ciudadanos pertenecientes a la clase media emergente con un promedio de ingreso mensual de 200 a 500 euros por adulto, y al menos un mil millones de personas están en situación de pobreza y están muy lejos de disfrutar las bondades del actual impacto económico chino. Esta desigualdad conduce, a su vez, al aumento de las presiones internas, políticas y sociales, entendidas por la dirigencia china como una eventual causa de vulnerabilidad de su sistema político, es decir, durante el período de Den Xiaoping (1979-89), se prevé que “está en peligro la supervivencia del régimen comunista (…) expresada en la formación de numerosas asociaciones políticas autónomas”12 , así como sociales pro defensa de los derechos humanos y reivindicaciones sociales. En el ámbito regional, China recorta distancia con las naciones vecinas a través de la concreción de paternariados estratégicos y una participación más proactiva en los foros regionales13. Las tesis más significativas sobre la estrategia china con sus vecinos tienen que ver con dos objetivos: la búsqueda de la hegemonía regional para competir después en la política internacional con EEUU14, actor con quien mantiene una política zigzagueante, y evitar la conformación 9 Enrui, E., “Mao Zedong y Deng Xiaoping: medio siglo de diplomacia china”, en Política Exterior de China. La diplomacia de una potencia emergente (ed: Xulio Ríos), Ediciones Bellaterra, Barcelona, 2005, p.35. 10 Allègre, C y Jeambar, D., Le Défi du monde, Fayard, París, 2006, p. 130. 11 Cambreleng, B., Faut-il avoir peur de la Chine?, Éditions Milan, Toulouse, 2006, p.23. 12 Gaspar, C., “La nueva diplomacia china después del 11-S”, en Política exterior de China…, op. cit, p. 45. 13 En este sentido, Pekín ha fortalecido su peso regional mediante la instauración de relaciones de coexistencia pacífica con los países de la Asociación de las Naciones del Sureste Asiático (ASEAN) y el arreglo de sus problemas fronterizos con 13 de sus vecinos. Es decir, la creación de condiciones favorables y de un entorno inmediato estable y de paz, para seguir con su crecimiento. Cf. Bulard, M., “La Chine s’invite au banquet des grands”, en Atlas du Monde diplomatique (Un monde à l’envers), París, 2009, p. 65. 14 Gaspar, C., op. cit., p. 59. China en África. Alternativa a los 50 años de descolonización 37 de alianzas regionales en su contra, es decir, China busca mantener la influencia sobre las zonas fronterizas de la región ante un eventual problema con la potencia norteamericana y como estrategia para proteger sus rutas comerciales, ya que al menos el 75% de sus importaciones de hidrocarburos pasan a través del Índico, donde persigue: “hacer frente a la multiplicación de actos de piratería marítima y a su extensión más allá del estrecho de Malaca, asegurar una vigilancia de sus buques, y en caso de crisis internacional, ser capaz de defender sus intereses”15, eventualmente amenazados por la significativa influencia norteamericana en la zona. Además, China ha pasado de la marginación en la dinámica económica asiática, de la época maoísta, a ser el epicentro de la región al hacer jugar sus ventajas comparativas de abundante y barata mano de obra y de polo de producción, haciendo frente a otros retos regionales como la competencia de los “dragones” y los “tigres” asiáticos, la persistencia de tensiones con Japón, el desigual nivel de desarrollo de los países de la zona y la integración vertical de la región a manos de la globalización. Por estas razones y en relación con África, los archipiélagos de Mauricio y Seychelles son importantes para China en su necesidad de controlar el Índico, no sólo desde el punto de vista económico y comercial sino estratégico militar. El interés por Mauricio se explica porque está ubicado en la ruta del Cabo de Buena Esperanza. “Esta 15 Lafargue, F., La guerre mondiale du pétrole. Etats-Unis, Chine et Inde à la conquête de l´or noir, París, 2008, p. 148. 38 Revista África- América Latina: Cuaderno nº 48 ruta, en la intersección entre Europa y Asia, no sólo es un eje esencial de los intercambios mundiales por el que transitan los hidrocarburos procedentes de Oriente Medio y destinados a EEUU, sino también los comprados por China en Angola, en el Golfo de Guinea y Venezuela”16. Además, y aunque sólo representa el 0,39% de las relaciones entre China y África, Mauricio se ha convertido en una de las plataformas portuarias, en el Índico, más importantes para las importaciones y exportaciones chinas en el continente negro. Mientras que en Seychelles se prevé la construcción de una base naval, como parte del “collar de perlas” como se pretende denominar la creación de bases a escalas chinas en el Índico. En el ámbito internacional, la apuesta de China, sin duda, es a la multipolaridad reforzando, de forma selectiva, su papel en el sistema internacional como única fórmula para “tratar las amenazas y desafíos mundiales y regionales, y garantizarse también un papel central en el debate en curso sobre la política mundial” 17, no sólo como aliado de las potencias occidentales sino como líder de los países emergentes ante la dominación del Norte. Esta representación como abanderada de los países en vías de desarrollo queda, de nuevo, en evidencia en extractos de un documento hecho público por la Oficina de Información del Consejo de Estado de la República Popular China, de diciembre de 2002, el cual revela que el país asiático se define como “firme defensor de la paz mundial y promotora del desarrollo mancomunado, practicará constante e incansablemente el nuevo concepto de seguridad, combatirá todas las formas de hegemonismo y la política de fuerza y junto con otros países del mundo creará un ambiente internacional de paz y de estabilidad duradero, seguro y confiable”18. Es una estrategia contra el unilateralismo norteamericano. China se limita a oponerse a la política de hegemonía del Norte y al mismo tiempo desarrolla unas relaciones pacíficas y de cooperación con Estados Unidos, usando al respecto la estrategia de Deng Xiaoping, en su objetivo de acabar con el legado maoísta (abandono del proselitismo revolucionario a favor del predominio de lo económico y de la fuerte presencia internacional de China), estrategia consistente en combinar la mano dura con la mano blanda19 en procura de salvaguardar sus intereses dependiendo de las circunstancias, en particular para aprender de algunos éxitos del capitalismo. 16 Ibid, p. 155. 17 Ríos, X., Política Exterior de China. La diplomacia de una potencia emergente, Ediciones Bellaterra, Barcelona, 2005, p. 15. 18 http://spanish.peopledaily.com.cn/LB_defensa.htm (Consultado el 18/03/2009) 19 Spitaels, G., op cit, p. 277. China en África. Alternativa a los 50 años de descolonización 39 No se puede obviar el nuevo rol protagónico de China en la actual crisis financiera internacional donde, además de llamar la atención pública sobre el riesgo de sus inversiones en la compra de bonos estadounidenses, resulta determinante en la búsqueda de soluciones a la crisis20. A propósito de la visita que recientemente hizo la secretaria de estado norteamericana, Hillary Clinton, a Pekín, Xulio Ríos comenta que “la nueva diplomacia que sugieren desde Washington abre oportunidades para que la influencia de China se haga sentir un poco más. Ambas partes han acordado la reanudación de los contactos militares paralizados desde octubre del pasado año”21, es decir, una diplomacia que coloca a China en un status superior reconocido, en los hechos, por EEUU. Ante la eventual creación de un sistema bipolar, resulta sensata la tesis de Eugenio Bregolat, para quien China “no tiene intención de jugar a la gran potencia”22, ni de figurar en la política internacional, sino que su estatus será consecuencia inevitable de su desarrollo económico. En su rol multipolar, China ha asumido ciertos compromisos de la agenda internacional, promovida por Occidente, como: la lucha global contra el terrorismo luego de los atentados del 11 de septiembre del 2001, en EEUU; y el acercamiento a la Organización de Naciones Unidas (ONU), durante la década de los 80 y 90, para rentabilizar su posición como miembro del Consejo de Seguridad con el fin de favorecer una gestión multipolar del sistema internacional. Esta respuesta estratégica después del 11-S “intenta consolidar una línea de adaptación ante la fuerza de EEUU, al tiempo que refuerza las relaciones con Rusia y, sobre todo, con Alemania, Francia, y la Unión Europea”23 . No obstante, la dualidad de la diplomacia china queda en evidencia cuando, en este mismo contexto, obvia las condicionalidades sobre la democracia, buen gobierno, la lucha contra el terrorismo y el control de las migraciones Sur-Norte impuestas por los países desarrollados en sus agendas de ayuda al desarrollo. 20 A pesar de abrirse a los capitales extranjeros para mejorar su aparato de producción y fomentar las exportaciones, China ha podido resistir, más o menos, a la crisis actual por mantener el control sobre su sistema bancario y por acumular importantes reservas financieras, estimadas en 2008 en unos 1.800 billones de dólares. Es decir, ante los déficits norteamericano y europeo, China destaca por importantes excedentes financieros. Cf. Bulard, M.,”Chine et Inde, ces géants qui bousculent la géopolitique”, en Atlas du Monde diplomatique (Un monde à l’envers), París, 2009, p. 52. 21 http://spanish.safe-democracy.org (Consultado el 02/04/2009) 22 Bregolat, E., “La nueva China: El reposicionamiento geopolítico chino en el contexto internacional”, en África la nueva frontera China, Casa Asia-Casa África, Barcelona, 2008, p. 15. 23 Gaspar, C., op. cit., p 63. 40 Revista África- América Latina: Cuaderno nº 48 China como Alternativa para África: El Fracaso de Occidente Las razones detrás de la aceptación de los estados africanos a la política china de los últimos 30 años obedecen, en buena medida, al fracaso del diálogo Norte-Sur y en consecuencia de los distintos modelos de desarrollo occidentales en el Continente como se demostrará más adelante. En el momento de su acceso a la independencia, a comienzos de la década de los 60, los países africanos se dieron como principales objetivos la creación de Estados-nación y la realización del desarrollo económico. Para conseguir estas metas, éstos adoptaron estrategias económicas basadas en la intervención del Estado en el proceso de industrialización, confundida con el desarrollo. Los resultados de esta política en los aspectos de desarrollo humano fueron generalmente buenos en la primera década: la mejora de la duración de vida, de la tasa de educación y de formación, junto a importantes inversiones en las infraestructuras y una tasa de crecimiento anual promedia del PIB del 3,4%. El buen precio de los productos básicos en los mercados internacionales, junto a las importantes inversiones conseguidas a partir de los ingresos de exportación y la ayuda al desarrollo, explican el importante crecimiento realizado por muchos países del Continente en aquel entonces. A partir de los 70, se inicia el proceso de deterioro y de estancamiento en relación con otros países en desarrollo, es decir, el agotamiento del modelo de economías rentistas adoptado en la década anterior, en particular la falta de la revolución agrícola, la competencia padecida por los cultivos comerciales o de exportación por parte de otros países en desarrollo, las calamidades naturales, la ineficiente política de sustitución de la mano de obra de empresas públicas mal gestionadas, el abandono de la agricultura y la instauración de sistemas de partido único. Además, influyó el fracaso de las políticas de diversificación con el consiguiente excesivo endeudamiento externo, pasando la deuda de 6.000 millones dólares en 1970 a 231.000 millones en 1990, o sea el 100% del PIB del Continente. Entre otras consecuencias, esto promovió el deterioro en los aspectos de desarrollo humano e imposibilitó la acumulación interna de capitales en el Continente. Se había escogido para el Continente el camino de un modelo equivocado de desarrollo basado en el mimetismo de la industrialización occidental, totalmente indiferente a su naturaleza agrícola de donde hubiese podido obtener importantes ventajas comparativas. China en África. Alternativa a los 50 años de descolonización 41 Desde finales de la década de los 70 y comienzos de los 80, se impone a estos países los programas de ajuste estructural (PAE), es decir, el reemplazo de las políticas intervencionistas del Estado por las políticas liberales de las instituciones financieras internacionales (IFIs), conocidas más tarde como el “Consenso de Washington”, siendo el objetivo declarado favorecer el crecimiento del PIB y reinstaurar los equilibrios macroeconómicos. Tras 20 años de estas políticas los resultados han sido: el aumento de la pobreza y del desempleo, la desindustrialización, el estancamiento de la producción agrícola. Este fracaso viene ilustrado por la sustitución de los PAE por los Programas Estratégicos de la Reducción de la Pobreza (DRSP), no menos ineficientes, pues han sido sustituidos por los Objetivos de Desarrollo del Mileno (ODM)24 . Tras renunciar a importantes aspectos de sus soberanías nacionales confiados a las IFIs y a las multinacionales, los países africanos no han conseguido mejorar su situación económica. Se necesita una tasa de crecimiento anual del 7% para reducir a la mitad la pobreza en el Continente de aquí al año 2015. La principal razón estriba en el hecho de que se desarrolló una sociedad de consumo en lugar de la de producción, en la débil acumulación interna del capital o del ahorro interno y la casi nula productividad global, consecuencia de la proliferación de las guerras. Ante el fracaso de al menos 20 planes de desarrollo impuestos desde el exterior en los últimos 40 años y la insuficiencia de la ayuda externa, coordinada y adecuada del Norte, los países africanos tienen cada vez más interés en desarrollar su cooperación con los países asiáticos, en particular China, que les ofrece otras alternativas y la posibilidad de eludir las improductivas condicionalidades políticas y económicas occidentales. De acuerdo con Mbuyi Kabunda, parte de las razones que explican el fracaso de los programas de desarrollo aplicados en África tienen que ver con: “la ausencia de un marco institucional adecuado, la falta de una dimensión panafricana y de voluntad política, y sobre todo por la exclusión de los pueblos en su concepción y ejecución. Éstos nunca fueron consultados para expresar sus necesidades y prioridades. Lejos de conducir a los países africanos en el camino del desarrollo, estas iniciativas profundizaron la crisis económica”25. De ahí la fuerte 24 Sobre el balance de las políticas de desarrollo, nacionales y regionales, realizadas en África, puede consultarse a Kabunda, M., “El desarrollo en África: del estancamiento a la crisis permanente”, en Revista Española de Desarrollo y Cooperación n° 16, IUDC, Madrid, primavera/verano de 2005, pp. 9- 29 25 Kabunda, M., “La Unión Africana y el NEPAD. Apuestas para la integración externa y para la integración interna”, en África-América Latina. Cuadernos n° 40-41, Sodepaz, Madrid, primer semestre de 2006, p. 25. 42 Revista África- América Latina: Cuaderno nº 48 tentación de orientarse hacia la cooperación Sur-Sur, en particular la de China, que les permite hacer frente a aquellos problemas a menos costo, sobre todo políticos, y con mayores inversiones. África presenta en la actualidad la triste imagen del único Continente en el que los indicadores económicos, sanitarios y sociales se deterioran sistemáticamente. 34 de los 49 países menos avanzados en el mundo son subsaharianos. A la crónica inestabilidad política de las cuatro o cinco últimas décadas hay que sumar “más de siete millones de muertos y más de 10 millones de refugiados y personas desplazadas en 32 conflictos armados, y el 70% de personas infectadas por el SIDA en el mundo”26 . La mayoría de los países más pobres del mundo se encuentran en esta región, como queda subrayado, y han aceptado la lógica del liberalismo económico, mediante la adopción del Nuevo Paternariado para el Desarrollo de África (NEPAD) que, aunque tiene su origen en el reconocimiento y la reflexión sobre el fracaso de las políticas aplicadas en la región, hasta entonces, ha derivado en polémica porque el plan —pese a que se considera la mejor iniciativa concebida para el Continente en los últimos años porque intenta comprometer al Norte en las políticas a seguir e insiste en los aspectos de desarrollo humano tales como las infraestructuras, la educación y la seguridad—, vuelve a poner a África en manos de los lineamientos del modelo clásico de desarrollo. “Se trata de una estrategia de las élites africanas que consiste en desafiar al Norte en su propio campo y a partir de sus propias reglas del juego, aceptando la liberalización, las privatizaciones y el carácter irreversible de la globalización”27 . Entre las razones para cuestionar el NEPAD están que la iniciativa peca de ingenuidad porque fundamenta el desarrollo del Continente africano en factores exógenos —las aportaciones de los organismos financieros como el Banco Mundial (BM) y la participación de actores internacionales como el G-8 y la UE, con las consecuentes políticas proteccionistas a la agricultura y otras medidas, condicionan la ayuda —, limita el potencial de la producción africana, y promueve el papel de las multinacionales en el Continente. Además, fue creado por países (sus promotores) que más inversiones extranjeras reciben, no fue producto de un debate público entre los africanos (la confianza no está en manos de los pueblos), está plagado de buenas intenciones democráticas y de Derechos Humanos en contradicción con la cruenta realidad de algunos países del Continente con 26 Kabunda, M., “De la OUA a la Unión Africana y del Plan de Acción de Lagos al NEPAD: Rupturas y permanencias”, en Ayuda Mercado y buen gobierno. Los lenguajes del desarrollo en África en el cambio de milenio (ed: Alicia Campos Serrano), Icaria, Barcelona, 2006, p.139. 27 Ibid, p. 142 . China en África. Alternativa a los 50 años de descolonización 43 intrínsecos vicios en sus estructuras de poder y reconocidas prácticas neopatrimoniales, lo que tampoco permite, de buenas a primera, crear y mantener un marco legal favorable para las medidas de cambio. África es una verdadera victima de la mundialización que la ha confinado al papel de granero de materias primas (economías rentistas) y donde el libre comercio y la apertura impuesta a las economías facilitan el saqueo oficial de los recursos naturales. Sin perder de vista la responsabilidad de las élites africanas, “agentes activos de este drama histórico”, Anne-Cécile Robert28 recalca también, y sobre todo, la de los factores externos (PAE, condicionalidades de la ayuda, reglas de las OMC, estafas de la mundialización, la injusticia del orden económico mundial, la competencia desleal etc.), que por la lógica de extraversión pasiva de las economías y de las sociedades africanas, ayer en el beneficio de los colonizadores y hoy de los acreedores de fondos externos, condenan el Continente al subdesarrollo permanente. Ya en 1960, denunciando el mimetismo del modelo occidental de desarrollo y Estado adoptado por los países africanos, René Dumont dio la voz de alarma con un pesimista diagnóstico sobre el desarrollo del Continente, diagnóstico que se ha confirmado en la actualidad: con el 12% de la población mundial, África apenas representa el 2% del PIB mundial, recibe el 5% de las IDE, 40 años de duración de vida en 32 países, el 50 al 60% vive bajo el umbral de pobreza y sólo el 46% de la población tiene acceso al agua potable.., y el colmo es que sus enormes recursos naturales en lugar de contribuir a la mejora de las condiciones de vida de la población alimentan las guerras civiles y los conflictos sangrientos29, la corrupción y el mal gobierno. Es lo que se viene llamando la “maldición de materias primas”. En el mismo sentido, la profesora Thérèse Delpech pone de manifiesto los siguientes problemas multidimensionales a los que se enfrenta África, casi imposibles de resolver desde el propio Continente: la necesidad de enormes inversiones concretas, las deficientes estructuras de educación y de salud, la urgencia de fuerzas de mantenimiento de la paz competentes, las involuciones políticas con consecuencias desastrosas para las poblaciones, la lacra de la corrupción y de enfermedades endémicas y la incapacidad de la mayoría de los gobiernos establecidos, etc. La autora termina sugeriendo el derecho y/o deber de injerencia “en un Continente en 28 Robert, A-C., “Afrique, miroir du monde”, en L’Atlas du Monde diplomatique, Édition Boris Séméniako, París, 2006, pp. 80-81. 29 Boniface, P., Les relations internationales. De 1945 à nos jours, Dalloz, París, 2005. pp. 189-190. 44 Revista África- América Latina: Cuaderno nº 48 el que los europeos tienen tantas responsabilidades que asumir e intereses que defender”30 . Sin embargo, lo que deja muy claro Edgar Morin31 es el fracaso de los métodos de desarrollo traídos por Europa en África. Lo que es cierto es que el colapso del desarrollo y del Estado en África se explica también por los factores históricos, externos y estructurales, tales como: la esclavitud, el colonialismo, el imperialismo, el neocolonialismo, la extroversión, la explotación económica y la globalización32 . En este contexto de desventaja, los africanos, activos en la economía popular, social o solidaria, cuyo dinamismo viene recalcado por muchos sociólogos y economistas, intentan experimentar una nueva vía para conseguir una mejora económica y social, reapropiándose de su historia y valores de solidaridad y reparto para no seguir siendo el objeto permanente de las reglas occidentales. Es decir, una economía de autodefensa que, según Bichara Khader33, asume el papel estructural en la estabilidad de unas sociedades destrozadas. O en la opinión de Kabunda34, quien abunda en el mismo sentido, esta economía, basada en la revalorización de las competencias locales, constituye la base del desarrollo a escala humana y social en el Continente. Bases de la Actual Relación China-África Los lineamientos de esta nueva etapa de la Relación entre China y África tienen su origen en los años 60 cuando Pekín se pronunció a favor de la igualdad entre chinos y africanos, el respeto a las soberanías, la no injerencia y la reciprocidad35, ganándose la simpatía de los dirigentes africanos, sobre todo, de aquellos más cuestionados. Además, China reivindica la relación desde hace siglos con el Continente, haber sido fuente de inspiración para algunos 30 Delpech, T., .L’ensauvagement. Le retour de la barbarie au XXI° siècle, Hachette, París, 2005., pp. 212-213. 31 Morin, E., «Au cœur de la crise planétaire », en Jean Braudrillard y Edgar Morin, La violence du monde, IMA-Éditions du Félin, París, 2003, p. 55. 32 Cf. Martin, G., Africa in World Politics. A Pan-African Perspective, AWP, Asmara, 2002, p. XXIV. 33 Khader, B., “La cooperación al desarrollo entre intereses geopolíticos y votos piadosos”, en Cooperación al Desarrollo, Universidad y Voluntariado (eds: Amparo Ferrer y José R. Jiménez), Editorial Universidad de Granada, Granada, 2005, p. 76. 34 Kabunda Badi, M., “La Deuda del Tercer Mundo y la Necesidad de Elaboración de Estrategias Alternativas de Desarrollo”, en Deuda Externa y Ecológica en el marco de la Globalización: de la Ilegitimidad a las Resistencias (coord.: Nacho Álvarez Lucena), Editorial Universidad de Granada, Granada, 2008, p. 78. 35 Harel, X., Afrique, pillage à huis clos, Fayard, París, 2006, p. 229 China en África. Alternativa a los 50 años de descolonización 45 movimientos de liberación africanos, como la UNITA en Angola, y su apoyo a otras iniciativas de carácter socialista. En aquella época, China se dio dos principales objetivos políticos: competir con la Unión Soviética tras su ayuda a la construcción de la presa de Asuán en Egipto, y proporcionar su apoyo a los gobiernos africanos, incluso conservadores, a cambio de su reconocimiento diplomático36 . Medio siglo después, en la primera edición del Foro China-África, celebrada en 2000, ambos socios se dieron como objetivos la “lucha común contra la hegemonía y la dominación occidental” y la “instauración de un nuevo orden mundial”37, principios que fueron ratificados en el FOCAC 2006 donde, bajo el slogan: “Amistad, Paz, Cooperación y Desarrollo”, se definió el nuevo paternariado estratégico entre las partes bajo la premisa “ganar-ganar”. La actual relación China-África quedó plasmada en la Declaración de la Cumbre de Beijing38, hace tres años, cuando el gobierno chino y 48 jefes de estado y de gobierno africanos, confirmaron al resto del mundo, que el desarrollo de sus relaciones amistosas y cooperación es conforme a los Cinco Principios de Coexistencia Pacífica, así como todos los principios que promueven el multipolarismo y la democracia en relaciones internacionales. Chinos y africanos prevén impulsar la diversidad, que todos los países en el mundo, grandes o pequeños, ricos o pobres, fuertes o débiles, se respeten, tratar el uno al otro como igual, vivir en la paz y la amistad, que civilizaciones diferentes y modos de desarrollo deberían utilizar la experiencia de cada uno, promoverla y coexistir en la armonía39, discurso que presenta a China como líder de los estados emergentes, es decir, estamos frente a un tipo de modelo de Relación Sur-Sur, por sustitución, en el que China suple la verticalidad que hacia con el Norte tienen los actores en vías de desarrollo. 36 Lowenthal, citado en Arnold, G., Africa. A Modern Story, Atlantic Book, Londres, 2005, p. 158. 37 Cf. Spitaels G., op. cit., p.241. 38 La Declaración de la Cumbre de Bejing, 2006, define los lineamientos de la asociación china-africana las cuales tienen como objetivo teórico la búsqueda del desarrollo común. Estos lineamientos se redefinirán en Etiopía en octubre de este año. Véase también el documento oficial “China 2004”, que fundamenta la política exterior de China en los principios y objetivos siguientes: la multipolarización mundial, la promoción de la globalización económica desplegando sus puntos positivos y evitando sus puntos desfavorables, la diversidad del mundo, la democratización de las relaciones internacionales, la defensa de los intereses de los países en desarrollo y la diversificación de los modelos de desarrollo. Cf. China 2004, Editorial Nueva Estrella, Beijing, 2004, pp. 74-75. 39 http://english.focacsummit.org/2006-11/16/content_6586.htm ( Consultado el 02/04/2009). 46 Revista África- América Latina: Cuaderno nº 48 Ventajas Comparativas de China en el Continente La estrategia africana de China está dirigida fundamentalmente a la conquista de los grandes y pequeños productores de hidrocarburos (la “diplomacia petrolera”) y otros recursos naturales, a través de millonarias inversiones para la adquisición de los derechos de exploración, extracción y distribución. El éxito de esta estrategia, según explica Lafargue40, consiste en la concreción de acuerdos en aquellos estados cuyos gobiernos están bajo la mirada crítica y consecuente exclusión de la comunidad internacional, la realización de exploraciones en lugares de alto riesgo para las compañías petroleras, ya sea por la complejidad del terreno o por la presencia de grupos insurgentes en contra de la presencia de transnacionales, lo que le garantiza la totalidad del proceso de extracción. Y por último, de acuerdo con la referida línea de Lafargue41, China ofrece y se garantiza para sí misma un apoyo diplomático de primer orden ante las distintas instancias internacionales. Esta solidaridad se ha cristalizado en el apoyo chino a la candidatura de África para ocupar dos sedes como miembros permanentes en el Consejo de Seguridad de la ONU, en consonancia con el apoyo que China recibió de los estados africanos para ser miembro permanente de dicho organismo, en 1971, cuando contó con una tercera parte de los votos africanos (27 de los 76 votos favorables), además del silencio de los estados africanos después de los acontecimientos de Tiananmen en 1989. Otras ventajas comparativas de China respecto a otros actores internacionales en África son: el discurso antiimperialista y hegemónico, lo que le ha permitido al país asiático tender puentes con un Continente marcado por una excesiva injerencia extranjera, sobre todo, por parte de las grandes potencias. En ese contexto, China capitaliza el hecho de no tener un pasado colonial en África, aspecto que genera confianza entre sus socios africanos, “sensibles a cualquier cosa que huela a neocolonialismo”42, y justifica su presencia en el Continente en términos de cooperación y asociación. Al respecto, Bregolat añade que, en el siglo XIII, “cuando (los chinos) tenían medios técnicos y económicos muy superiores a los de los europeos, ni conquistaron, ni colonizaron, ni explotaron”43, y esto se explica porque, para entonces, no hubo mayor interés en el Continente. 40 Lafargue. F., op. cit., pp. 35-42. 41 Lafargue, F, pp. 35-42. 42 Gill, B y Huang, C., “Las relaciones de China con África implicaciones para Europa”, Vanguardia, n° 26 (Dossier África), Barcelona, enero-marzo de 2008, p. 52. 43 Bregolat, E., op. cit., p. 19 China en África. Alternativa a los 50 años de descolonización 47 El abandono de África por parte de las potencias occidentales. Con el fin de la Guerra Fría, los jóvenes Estados africanos fueron dejados a su suerte. Este espacio fue, en buena medida, aprovechado por una China diplomática que necesita suplirse del mundo exterior. Lafargue detalla, como ejemplo de lo expuesto, que “la diplomacia China en el Continente ha sido facilitada por el deterioro de las relaciones francoafricanas (debido en particular a los debates sobre la inmigración y a algunas operaciones militares controvertidas). Una nueva política africana de Francia que ponga el desarrollo en el centro de sus prioridades podría permitir ver a China, no sólo como un rival, sino como un socio útil al servicio de un amigo común, África”44, lo que revela que la relación China-África más que un problema podría ser entendida como una oportunidad de los países desarrollados para redefinir su relación con los africanos. La identificación de China con el resto de los países del Sur con quien estrecha relaciones, con objetivos e intereses comunes y perfilándose como fuente de inspiración de aquellos estados renuentes a la retórica y a las recetas occidentales con sus nefastos resultados45, es decir, China no tiene sobre su espalda las responsabilidades generadas por los nefastos resultados de las políticas de desarrollo occidentales, lo que le genera instantáneamente un mayor clima de confianza para mantenerse en África. Desafíos de la Política Africana de China para Occidente La particularidad de la política china en África es que hace caso omiso de los Derechos Humanos y de principios democráticos, bajo la retórica de no injerencia y respeto de la soberanía de cada Estado. Esta actitud le lleva a apoyar a gobiernos cuestionados que, de este modo, eluden las sanciones y las reglas del sistema internacional. Prueba de lo expuesto, es la ayuda financiera y el apoyo diplomático al gobierno sudanés que reprime a su propia población en la región del Darfur, y compra el 25% de su petróleo. Al menos el 7,5 % del total de importaciones chinas provienen de Sudán. A ello es preciso añadir la construcción de un oleoducto de 1600 Km. entre la cuenca de Melut (yacimientos petroleros del centro-sur) y Port-Soudan (puerto a orillas del Mar Rojo) y de una refinería, fuente de importantes ingresos para el gobierno de Jartum, que puede así 44 Lafargue, F., op. cit., p. 84. 45 En la opinión de Bichara, la liberalización total impuesta a los países africanos por las instituciones financieras internacionales y los gobiernos del Norte, países con economías débiles y monoproductoras, ha tenido como consecuencias: la agudización de la pobreza, la regresión de las tasas de escolarización, la expansión del SIDA y la profundización de las desigualdades. Cf. Khander, B., op. cit., p. 76. 48 Revista África- América Latina: Cuaderno nº 48 financiar su guerra de agresión en el Darfur con las armas compradas a China y Rusia, y poder sobrevivir a las sanciones impuestas por la comunidad internacional desde 198446. Dicho sea de paso que aquel oleoducto, financiado por China a razón de 15.000 millones de dólares, fue construido en un tiempo récord. Todos estos intereses explican el veto chino a la mayoría de iniciativas y sanciones occidentales contra Sudán en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. No cabe la menor duda de que es el potencial descubrimiento de petróleo en el Darfur que explica el drama actual de esta región47, donde el gobierno comete, desde febrero de 2003, crímenes de guerra contra las poblaciones pertenecientes a las etnias negroafricanas por las milicias yanyawids interpuestas48. Hoy, la única empresa petrolera en el Darfur es la China Nacional Petroleum Corporation (CNPC). Es preciso subrayar también, que son las armas chinas las que alimentaron la cruel guerra entre Etiopía y Eritrea, a finales de la década de los 90. La presencia China en Zimbabwe también despierta recelo en el resto de los actores internacionales occidentales quienes ven vulneradas las condicionalidades de la ayuda a los países emergentes. Pese a las críticas occidentales a las políticas del gobierno de Robert Mugabe49, China ha llevado a cabo millonarias transacciones las 46 Para Rossin quien abunda en el mismo sentido, el gobierno sudanés goza de la impunidad por el apoyo de Rusia, los miembros de la Liga Árabe, y sobre todo de China que recibe el petróleo sudanés a cambio de su cínica política de ayuda e inversiones. Cf. Rossin, R., “L´Éthique et l´Histoire”, en Urgence Darfour (dir : Morad El Hattab), Des Idées et des Hommes, París, 2007, p. 185. 47 Anthony Patey, L., “Khartoum s’offre la protection de Pékin”, en Courrier International n° 853, del 8 al 14 de marzo de 2007, París, p. 30. 48 Cf. Lèvy, B-H., « Choses vues au Darfour », Le Monde del 13 de marzo de 2007, p. 24. 49 Se le recrimina a Robert Mugabe, apoyado por una parte de la intelligentsia africana y tercermundista, el resucitar el discurso anticolonial agresivo y racista de la década de los 70, de la época de la guerra de liberación, para rehacerse la legitimidad histórica, y sobre todo la represión de la oposición y de la minoría blanca, manipulando el “populismo agrario” con fines electorales, para aferrarse al poder con el consiguiente caos económico generalizado por aniquilarse todos los avances sociales conseguidos décadas anteriores, en particular el condenar al 80% de la población activa al paro. Es China en África. Alternativa a los 50 años de descolonización 49 cuales incluyen la construcción de un palacio para el cuestionado gobernante africano (9 millones de dólares)50. No obstante, la impopularidad que para China ha costado las relaciones con estos regímenes, así como las presiones de ciertas redes internacionales le ha obligado a mantener, actualmente, una actitud ambigua. Muestra de ello es que Zimbabwe no fue incluida en la agenda de visitas de los dirigentes chinos de los últimos dos años pese a su participación en el FOCAC 2006, pero sigue latente el apoyo económico y político al gobierno de Mugabe. En contraparte, el país africano mantiene el monopolio de exportación de tabaco a China que también se surte de nickel y algodón. Alcance de la Inversión China en África China, gracias a la inyección de inversiones mil millonarias en África ha pasado a ser el segundo socio comercial “por delante de Francia, Italia, y Reino Unido”51. El comercio del gigante asiático en el Continente se ubicó en 70.000 millones de dólares el año pasado, lo que permite suponer que se alcanzarán las estimaciones del primer ministro chino, Wen Jiabao, quien propuso que el volumen comercial debe incrementarse en 100.000 millones antes del año 2010. Y es que con la retirada de la URSS a finales de la década de los 80, junto a la reducción a la mitad de la ayuda occidental, China, ya presente en el Continente en las décadas anteriores por razones ideológicas o en el marco de la ayuda entre dos continentes pertenecientes al Tercer Mundo y al espíritu de Bandung, fortalece dicha presencia consiguiendo aumentar en un 700% sus intercambios comerciales con África desde la década de los 90, con inversiones decir, una huída hacia adelante, basada en la violencia de Estado y las violaciones a gran escala de derechos humanos, a la manera de las matanzas y represiones militares inéditas realizadas en 1983-84 por el régimen en el Matabeleland y los Midlands contra los ndebele, situación que predispone este país a la guerra civil. Cf. Compagnon, D., “Zimbabwe: l´alternance ou le chaos”, en Politique africaine nº 81, París, marzo de 2001, pp. 7-17. Sin menospreciar las anteriores recriminaciones contra Mugabe, en particular las diatribas contra los blancos y el confiar las mejores tierras y fincas confiscadas a la burguesía negra allegada al poder, algunas voces cuestionan las críticas occidentales contra Mugabe por la descolonización aún no acabada en este país, el hundimiento de la economía por los PAE décadas anteriores, el embargo económico decretado contra este país por los gobiernos occidentales y la extorsión histórica de los campesinos negros por la colonización y la minoría blanca. Cf. Conchiglia, A., « Zimbabwe : pourquoi la descente aux enfers », Afrique Asie, París, enero de 2009, p. 11 ; Chassang, G., « Crépuscule d’un règne ? », en Afrique Enjeux, París, abril-mayo de 2005, p. 31. 50 Tamames, R., El siglo de China: De Mao a primera potencia mundial, Editorial Planeta, Barcelona, 2007, p.324. 51 Lafargue, F., op cit, p. 76. 50 Revista África- América Latina: Cuaderno nº 48 estimadas en unos 900 millones de dólares sobre los 15.000 millones de dólares de las IDE en este Continente en 2004, es decir, una ofensiva económica y comercial acompañada de una ofensiva diplomática52 . El país asiático es el segundo importador de crudo africano detrás de EEUU. Actualmente, un tercio del crudo que importa China viene del continente negro. “Tres cuartos del mismo proceden de Angola (47%) y Sudán (25%). Angola es ya el principal suministrador de petróleo para China por delante de Arabia Saudita”53. El país africano goza, a cambio, de una millonaria línea de crédito, por el orden de 2.000 millones de dólares, para el desarrollo de otras áreas en el marco de la cooperación. Los beneficios petroleros de Sudán le aportan 30.000 millones de dólares. Otros ejemplos que evidencian la presencia de las extractivas Chinas en África son: A principio del 2006, la petrolera estatal China National Offshore Oil Corporation (CNOOC) anunció la compra, por cerca de 2.300 millones de dólares, del 45% de un pozo en Nigeria, tras superar una segunda oferta procedente de India54 . Con ello, el país asiático se garantizó la primera opción al crudo a precio de mercado, a la vez que facilitó la construcción de una central hidráulica en Mambilla. Además, la CNOOC, en asociación con otras compañías extranjeras, cuenta con una participación por el orden del 45% en la reserva de Akpo. En 2004, “Sinopec y la nigeriana NNPC firmaron un contrato para desarrollar los pozos 64 y 66, situados en la convulsa región del Delta (…). Recientemente China y Nigeria firmaron un acuerdo por el que Pekín invertirá 4.000 mil millones de dólares en infraestructuras a cambio de tener la primera opción en los derechos de cuatro yacimientos”55 . Además, en Guinea Ecuatorial, el gigante asiático “firmó un acuerdo con Gepetrol para la explotación conjunta de un campo de 2.287 km2, acuerdo que le permite a China una mayor margen de maniobra frente a Estados Unidos y Francia”56, que ahora ven comprometido su campo de acción En el Congo-Brazzaville, las compañías petroleras chinas firmaron contratos para la producción off shore. En 2006, China National 52 Servant, J-C., «La Chine à l’assaut du commerce africain », Le Monde diplomatique, París, mayo de 2005, p.6. 53 Bregolat, E., op cit, p. 16. 54 Santiso, J., “China e India en América Latina y África”, en Economía Exterior n° 38, Madrid, otoño de 2006, p.65. 55 Chan-Fishel, M., “Impacto ecológico: Más de lo mismo”, en China en África ¿Ayuda o Arrasa? Oozebap, Barcelona, 2007. , p. 146. 56 Tamames, R., op cit, p.325 China en África. Alternativa a los 50 años de descolonización 51 Andquipment Corporation acordó exportar miles de toneladas de reservas, a la vez que se supone la construcción de una vía ferroviaria, de centenares de kilómetros, un puerto minero de agua profunda y la central eléctrica de Moukoukoulou57, y la participación en más del 85% en la construcción de la de Imboulou, de los edificios del Parlamento, del ministerio de Exteriores y de la Radio-Televisión. A ello es preciso añadir la cancelación, el 26 de julio de 2007, de 32 millones de los 62 millones de dólares de deuda que tiene este país para con China. El interés de China no sólo se basa en el petróleo. De la República Democrática del Congo (RDC) se importa el 85% de cobalto. Además Feza Mining, una empresa conjunta de la China Wambao Resources Corporation y de algunos hombres de negocios congoleños, está finalizando una planta metalúrgica en la que producirá mil toneladas de cobalto puro cada año58. La ayuda China se tradujo en la construcción del Palacio del Pueblo y fuertes inversiones en sectores como las telecomunicaciones y la construcción. China ha pasado a ser un fuerte competidor para las empresas belgas, o de la antigua metrópoli. En Zimbabwe, China ofreció un préstamo de “100 millones de dólares a la empresa nacional Zimbabwe Electricity Supli Authority con el fin de renovar la red eléctrica del país”59 y se comprometió con la ampliación de la red ferroviaria. Como retribución, y según ya se dijo, el país africano ofrece a China su tabaco, algodón y nickel. Zambia resulta un territorio codiciado por su reserva de cobre, así como otros recursos naturales. Como ejemplo de la presencia china en el lugar, podemos encontrar que la mina BGRIMM está en manos de la China Non Ferrous Metal Industries, controlando más de la mitad de la producción de la misma. Por otra parte, China es considerada actualmente la mayor importadora de madera del mundo. El valor de las mismas, entre 1996 y 2005, ascendió en aproximadamente en un 300%, es decir, de 186 millones de dólares a 513 millones de dólares60. Se estima que este monto podría ser significativamente superior debido a las denuncias de tala y exportación ilegal que, según Michelle ChanFishel61, está por el orden de 70% tan sólo en Gabón, donde además 57 Spitaels, G., op cit, p. 248. 58 Rocha, J., “Un paso más en la explotación de los recursos naturales en África: La irrupción de China”, en China en África…, op. cit., p. 165. 59 Lafargue, F., op. cit., p. 56. 60 Burke, C., “Lazos económicos emergentes entre China y África”, en África la nueva frontera China…, op cit, p. 52. 61 Chan-Fishel denuncia que tan sólo 5 empresas, de las aproximadamente 200 destinadas a la tala de madera en Gabón, cumplen con el dictamen gubernamental de presentar un plan de gestión que debe ser sometido a la 52 Revista África- América Latina: Cuaderno nº 48 China se ha hecho con los derechos de un ferrocarril para entrar en la selva. Estás denuncias son recurrentes en Guinea Ecuatorial, Camerún y Liberia. Narrativas sobre la Presencia China en África Son disímiles las tesis que intentan explicar la presencia china en África Subsahariana y el posible desenlace de la relación entre ambos actores. Las perspectivas sobre esta materia van desde que estamos en presencia de una práctica neocolonialista más en el Continente, hasta el hecho de que a través del modelo de desarrollo chino los africanos han encontrado una valiosa oportunidad en su intento de fortalecerse en lo interno e insertarse en la dinámica internacional. Chris Alden62 comenta sobre tres de las interpretaciones más recurrentes sobre lo que puede significar la presencia china en África. Anuncia lo que ha dado a llamar el desarrollo entre socios, la economía competidora y la acción colonizadora. La primera tesis sostiene que la presencia china es parte de una alianza estratégica a largo plazo en el Continente, conducido por sus propias necesidades económicas, el compromiso de transmitir su experiencia de desarrollo y el deseo de construir una cooperación eficaz. Este planteamiento reivindica el sentido de reciprocidad entre aprobación del gobierno. Cf Chan-Fishel, M., “Impacto ecológico: Más de lo mismo”, en China en África…, op. cit., p. 150. 62 Alden, C., China in Africa, Zed Books-David Philip, Londres-Cape Town, 2007, pp. 5-6. China en África. Alternativa a los 50 años de descolonización 53 las partes contenido en el discurso oficial chino, un manifiesto de buenas intenciones que obvia todos aquellos detalles que fortalecen y debilitan esta relación, tanto por parte de los chinos como de los mismos africanos. Entretanto, la tesis de la economía competidora ubica al país asiático como un buscador de recursos a corto plazo que, como algunos actores Occidentales, toma poca cuenta de necesidades locales y preocupaciones como los problemas ambientales y el respeto a los Derechos Humanos. Para Alden, este acercamiento sugiere que el desarrollo de África esté siendo desafiado. Ciertamente, concebir a África Subsahariana como un granero de materias primas poco o nada ayuda a insertar al Continente en el camino del desarrollo. Sin embargo, hay matices respecto a las lecturas sobre la injerencia o no en los asuntos internos, tanto chinos como africanos, dependiendo desde la óptica que se les mire y tomando en cuenta que esta misma injerencia en los asuntos internos africanos, por parte de las potencias occidentales, no necesariamente se ha traducido en una eventual solución a sus problemas. El tercer asunto comentado por Alden sugiere que este contrato con África es parte de una estrategia a largo plazo, desplazando la orientación tradicional occidental del Continente y forjando estrechas asociaciones con la élite africana, bajo la rúbrica de solidaridad del Sur con el consecuente riesgo de que se produzca alguna forma de control sobre el territorio africano. A estas tesis se añaden otras más optimistas que ven en China “un modelo alternativo a las prescripciones occidentales (…), como un eje de poder global bien recibido con la esperanza de lograr un giro hacia la multipolaridad global, donde África tendría un papel más decisivo que en la actualidad”63. Esta posibilidad no sólo depende de la mera existencia del modelo chino, sino de las disposiciones y capacidades internas africanas para sacar provecho de esta oportunidad, sobre todo, porque “China reclama en un actor como África un compañero de desarrollo clave”64 . La oportunidad estriba en el hecho de que el contrato chino es una fuente potencial de capital y ayuda para el desarrollo que fuentes Occidentales son indiferentes o están indispuestas de proporcionar. El hecho que China invierta en el Continente permite a los gobiernos africanos ensanchar la gama de opciones potenciales a favor65 . 63 Obiora, N., “¿Quién teme a China? Hacia un nuevo enfoque de la sociedad civil africana en las relaciones entre China y África” , en China en África ¿Ayuda o Arrasa?, op cit, p 40. 64 Alden, C., op. cit., p.135. 65 Alden, C., pp 135-136. 54 Revista África- América Latina: Cuaderno nº 48 Sin embargo, estos planteamientos positivos tienen sus detractores en aquellos que ven la presencia china en África como un proceso colonizador del nuevo siglo, que poco se diferencia de la acción dominadora ejercida por las potencias occidentales. Gill y Huang66 revelan que China es acusada de crear un nuevo colonialismo destinado a mantener el continente en el subdesarrollo. Es decir, África estaría siendo sometida a un nuevo saqueo de sus recursos y capitales sin que ello poco o nada se traduzca en un resultado favorable para el Continente. Existe una visión que desestima todo lo anteriormente expuesto y tilda como “paranoica” la preocupación de las potencias occidentales sobre lo que pudiera estar haciendo China en África Subsahariana. Esta vertiente da por sentado que la presencia del país asiático no constituye un elemento perturbador en sí mismo, ya que “hay evidencia substancial que sugiere que el comercio podría ser relativamente equilibrado y que China podría resultar ser un importante catalizador para el desarrollo en África (...). Los vínculos de China con África representan una compleja mezcla tanto de oportunidades como de peligros”67, por lo que quizá es muy pronto para tener una postura inflexible sobre el tema. Conclusión China repotenció la relación con África Subsahariana porque le interesa satisfacerse de sus materias primas, conquistar su mercado, ampliar su zona de influencia, ganar aliados políticos y resguardar sus intereses geoestratégicos como potencia emergente. Por su parte, África tras perder su interés geopolítico con el fin de la Guerra Fría, recupera la atención internacional tras los atentados terroristas del 11-S, no sólo por la amenaza que constituye su pauperización para el mundo desarrollado68, sino por su potencialidad en materias primas que necesitan las grandes potencias, y que dan al Continente una nueva renta geoestratégica y geopolítica: África tiene el 30% de reservas minerales mundiales, el 97% de reservas de cromo, el 80% de coltán, el 50% de cobalto, el 57,5% de oro, el 20% de hierro y de cobre, el 23% de uranio y de fosfatos, el 32,2% de manganeso, el 41% de vanadio, el 49% de platino, el 66% de diamantes, el 17,5% de bauxita y de zinc, el 14% de petróleo, materia prima estratégica…, además de importantes producciones de cacao, café, aceite de palma, algodón y madera de las selvas del África Central. 66 Gill, B y Huang, C-H., op. cit., p. 52. 67 Burke, C., op. cit., pp. 57-58. 68 Brunel, S., L’Afrique. Un continent en réserve du développement, Bréal, Rosny-sous-Bois, 2004, p. 207......////.......              Lmm.

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