miércoles, 22 de julio de 2020

¡¡ ,... CAPITALISMO INTERPLANETARIO, SU GENESIS Y CONSOLIDACION;... Y, EL PUEBLO UNIVERSAL QUÉ ????¡¡¡¡¡-


¡¡ ,... CAPITALISMO INTERPLANETARIO, SU GENESIS Y CONSOLIDACION;... Y, EL PUEBLO UNIVERSAL QUÉ ????¡¡¡¡¡-


Lee apunta que lo que se destinó para llegar a la Luna fue el equivalente al gasto en defensa en un año de la época. Ahora se gastan 400.000 millones de dólares al año en defensa. Afirma que por esa lógica éste sería el coste de ir a Marte: 400.000 millones de dólares, 367.160 millones de euros.  

¡¡ ,... CAPITALISMO INTERPLANETARIO, SU GENESIS Y CONSOLIDACION Y EL PUEBLO UNIVERSAL QUÉ ????¡¡¡¡¡-

ABAJO DEL TODO, SE DICE DE QUE FUERON 6 POR LOS EE.UU. DEL N.; QUE SUPONDRÍA, MAS DE DOS BILLONES DE DOLARES,...A DÍA DE HOY,...MAS LO QUE EXPLOTARON, FALLARON, EXPERIMENTOS,...COMO EL DOBLE, : CUATRO BILLONES DE DOLARES,...

POR OTRO LADO, LOS GASTOS MILITARES ANUALES, USA, SON DE UNOS 400.000 MILL/DÓL COMO DICE Lee,...

    https://www.lavanguardia.com/economia/20170509/422414099961/marte-coste-viaje-ir.html




Organización Internacional del Trabajo, base de datos de Indicadores principales sobre el mercado laboral.
ETIQUETA

199019952000200520102015Millón130140150160170180ESTADOS UNIDOSAMÉRICA DEL NORTE
América del Norte (2004)
167.764.855

1990 - 2019


Países y economías seleccionados


Nombre del país
Año Más Reciente
Valor Más Reciente
Estados Unidos
2019
165.890.069
América del Norte
2019
186.473.916

América del Norte


Nombre del país
Año Más Reciente
Valor Más Reciente
Bermudas

Canadá
2019
20.583.847
Estados Unidos
2019
165.890.069



Estados Unidos   

https://datosmacro.expansion.com/mercado-laboral/salario-medio/usa



El salario médio en Estados Unidos en 2019 ha sido de 50.965€ al año, es decir 4.247 euros al mes, si hacemos el cálculo suponiendo 12 pagas anuales.
Esto supone que el salario medio ha subido un 9,32% respecto al año anterior, es decir, 4345 euros. Este incremento es mayor que el del IPC de 2018 que fue del 2,3%, por lo tanto los trabajadores han ganado poder adquisitivo.
Si miramos el ranking de salario medio que publicamos, Estados Unidos se encuentra en el puesto 9 de los 41 de la lista.
El salario medio es la cuantía retributiva que recibe un trabajador por la jornada legal de trabajo, independientemente del tipo de contrato que tenga.
En la tabla que hay a continuación puede ver la evolución el salario medio en Estados Unidos. Puedes ver el salario medio en otros países en salario medio y ver toda la información sobre Estados Unidos en Economía de Estados Unidos




Tony Pasero ha compartido una publicación.
Sputnik Mundo ha añadido una foto nueva al álbum Caricaturas - Julio 2020.
✏️El dominio del dólar hunde la recuperación económica en tiempos convulsos
Ver más en: https://sptnkne.ws/DdXR )))....

EL PIB DEL 2.019 EN USA-EE.UU. N. FUE DE 19,14 BILLONES DE DÓL. Y LAS RENTAS DE LA POBLACIÓN ACTIVA, DE 166 MILLONES DE EMPLEADOS-TRABAJADORES, FUE : 8,466 BILL/DÓL. ( 166 MILL. DE EMPLEADOSX51.000 DOL. SUELDO MEDIO ANUAL, 12  PAGAS. ); RESULTA QUE SOLO ES EL 44,4 POR CIENTO,...???¡¡¡¡. ME QUEDO SORPRENDIDO,...(( QUIZÁS HAYA QUE CALCULAR DE OTRA MANERA,...¡¡¡¡, Y COMPROBAR RESULTADOS,...¡¡¡. SE COMPRUEBA, Y ESTÁ BIEN,...EN ESPAÑA, ES MÀS-MENOS IGUAL, SOBRE UN 44-45 %.-- SOBRE LA BASE DE  UNOS DATOS OFICIALES, DE HACE UNOS MESES,...¡¡. --PERO ENTRO EN LA MÁQUINA Y DICE ESTO : El declive de las rentas del trabajo frente a las del capital es más acusado de lo estimado hasta ahora y se ha prolongado durante los años de recuperación económica. Esta es una de las principales conclusiones del informe anual de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre tendencias del empleo, publicado este lunes por la noche.
Según sus nuevos cálculos, que a diferencia de otras estadísticas tiene en cuenta también la remuneración de los autónomos, el peso de los salarios ha disminuido considerablemente desde el inicio de la crisis económica. En el caso de España, si en el 2009 alcanzó el 66,6% del PIB, ocho años más tarde supone poco más del 61%. 

https://www.lavanguardia.com/economia/20200121/473013888161/salarios-espana-informe-oit-pib-datos.html  )).


EL CAPITAL INTERPLANETARIO,....SU GÉNESIS Y HASTA NUESTROS DÍAS CON LANZAMIENTOS CASI ANUALES, HACIA MARTE, HACIA EL ESPACIO ULTRAEXTERIOR Y POSTERIOR AL SISTEMA SOLAR,... 


(( la conquista del espacio


"Aquí, unos hombres procedentes del planeta Tierra pisaron por primera vez la Luna en julio de 1969, A.D. Vinimos en son de paz en nombre de toda la humanidad." 

-- (Placa dejada por el Apolo 11) -- )).   https://historia.nationalgeographic.com.es/a/conquista-espacio_303/12

YA LA FRASESITA, SE LAS TRAE,...PERO EN CIERTO SENTIDO,...SÍ, TIENE SENTIDO PARA SUS FORMAS IDEOLÓGICAS Y DE DOMINIO POLÍTICO QUE TIENEN SOBRE TODA LA HUMANIDAD,....SOMOS SUS SÚBDITOS, Y LES PERTENECEMOS, CON DEMOS O CON MISSILES AIRE-AIRE,...A ELEGIR POR EL PERSONAL SERVIL-ASALARIADO, REGULARES, IRREGULARES, DE ECONOMÍA FORMAL E INFORMAL,...INCLUÍDOS LOS HARAPIENTOS OCCIDENTALES Y LOS INTOCABLES INDÚES,...¡¡¡¡¡.




CAPITAL ACUMULADO, OCIOSOS Y PRODUCTIVO MULTICAPITALISTA PARA CONQUISTA INTERPLANETARIA, TELECOMUNICACIÓN,...Y LOS RESIDUOS CÓSMICOS DE ARTEFACTOS CREADOS POR EL CAPITAL MULTIIMPERIALISTA,...LOS MEDIOS DICEN RESIDUOS CREADOS POR EL HOMBRE,..YO NO HE VISTO AÚN ALGÚN REFERÉNDUM DONDE EL HOMBRE, LAS MUJERES Y LOS HOMBRES SE HAYAN MANIFESTADO ANTE LA LUCHA DE LAS POTENCIAS HACIA EL SISTEMA SOLAR,..¡¡¡¡¡.







la conquista del espacio

"Aquí, unos hombres procedentes del planeta Tierra pisaron por primera vez la Luna en julio de 1969, A.D. Vinimos en son de paz en nombre de toda la humanidad." (Placa dejada por el Apolo 11)




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Buzz Aldrin durante la misión Apolo 11

Neil Armstrong, el primer hombre que pisó la Luna, hizo esta legendaria fotografía de su compañero Edwin «Buzz» Aldrin en julio de 1969. La bandera de nylon costó 5,50 dólares, y los tubos para sostenerla, unos 75. Los astronautas no lograron extender la varilla horizontal, por lo que la tela parece ondear en una brisa sin aire.




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Cohete auxiliar Falcon 1

En los albores del siglo XXI las compañías privadas han puesto en marcha ambiciosos proyectos relacionados con la investigación, el transporte y el turismo espaciales. SpaceX ofrece lanzamientos y vehículos de transporte simples, fiables y «económicos» para vuelos suborbitales. 



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Reparaciones en la Estación Espacial Internacional

Scott Parazynski, astronauta, médico y «manitas espacial», inspecciona un panel solar de la ISS que él mismo reparó en 2007. Para ello usó tiras de aluminio, una perforadora, un perno conector y 20 metros de alambre, con las herramientas envueltas en cinta aislante para evitar las descargas eléctricas.



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Laboratorios en órbita

Cuatro astronautas japoneses han formado parte de la tripulación de la ISS, pero la mayor contribución material del país nipón a la estación ha sido el laboratorio Kibo para la realización de experimentos de medicina, biología y biotecnología espaciales, y de observaciones de la Tierra e investigación en materia de telecomunicaciones. El Kibo es tan grande que sus componentes caben a duras penas en el compartimento de carga de un transbordador espacial. Está compuesto de dos cilindros perpendiculares entre sí y de un brazo manipulador parcialmente plegado semejante a un cascanueces gigante, y está situado debajo del brazo largo horizontal, a la derecha del eje vertical de los otros módulos. El cilindro grande de la izquierda es el laboratorio europeo Columbus.




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Soyuz TMA-5

La Soyuz TMA-5, uno de los pilares del programa espacial tripulado soviético y ruso, es transportada hacia la rampa de lanzamiento. Dos rusos y un estadounidense viajaron en esta nave en octubre de 2004 para acoplarla a la Estación Espacial Internacional (ISS). Cuando se suspendió el programa de los transbordadores estadounidenses a raíz del desastre del Columbia, las misiones Soyuz pasaron a ser el único modo de llegar a la estación. Las naves Soyuz eran y continúan siendo el único «bote salvavidas» disponible. Una de ellas está acoplada de forma permanente a la ISS.




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La estación espacial rusa Mir

La estación espacial rusa Mir estuvo ocupada de forma prácticamente ininterrumpida de 1986 hasta 1999. En 1995, el transbordador espacial Atlantis le hizo una visita. Poco después de que el Atlantis se separara para iniciar el viaje de regreso, la Soyuz se desacopló brevemente, voló alrededor de la Mir y tomó esta fotografía. En marzo de 2001, cumplido su cometido, la Mir fue sacada de órbita. La mayoría de las partes que la componían ardieron en la atmósfera terrestre. El resto cayó al océano Pacífico, entre Nueva Zelanda y Chile, sin causar daños.



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La penúltima visita

En diciembre de 1972, durante la última de las seis misiones Apolo con alunizaje, el astronauta Harrison H. «Jack» Schmitt, doctor en geología, recoge muestras de roca en un vehículo todoterreno. Desde entonces, nadie ha vuelto a salir de la órbita terrestre baja, aunque tanto Estados Unidos como China tienen planes para futuras misiones lunares.




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Inventiva china

China, el primer país en inventar los cohetes hace mil años, fue el tercero en poner seres humanos en órbita terrestre. El vehículo Shenzhou, capaz de transportar a tres «taikonautas», debe mucho al diseño de las Soyuz rusas, mientras que la estructura de ensamblaje que lo rodea está inspirada en una instalación similar del Centro Espacial Kennedy de la NASA. El propulsor es un cohete auxiliar CZ-2F, desarrollado a partir de los misiles balísticos Larga Marcha de los años setenta. Entre los objetivos a largo plazo de China podría figurar la construcción de una estación espacial y un posible viaje a la Luna.



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Cápsula Dragon

La empresa estadounidense tiene previsto desarrollar un cohete más potente, el Falcon 9, para poner en órbita la cápsula Dragon  y hacer que se acople a la Estación Espacial Internacional.



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El primer hotel en órbita

Bigelow Aerospace, perteneciente al magnate inmobiliario Robert Bigelow, tiene dos naves no tripuladas actualmente en funcionamiento, Genesis I y Genesis II. Bigelow se propone enviar un módulo a la ISS que se hinchará en el espacio y se acoplará a la estación para acomodar a la tripulación en una suerte de hotel orbital



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Goddard

Blue Origin ha experimentado con su vehículo Goddard al menos una vez, sin tripulación



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SpaceShipTwo

En 2008, Virgin Galactic presentó el avión nodriza WhiteKnightTwo, diseñado para transportar la nave SpaceShipTwo (aquí, en una simulación por ordenador, suspendida bajo el avión), dos pilotos y seis pasajeros hasta un punto de lanzamiento a unos 15 kilómetros de altura. Una vez suelta, la nave ascenderá impulsada por sus propios motores hasta una altitud de 110 kilómetros. Los pasajeros verán la Tierra como la ven los astronautas, y durante unos minutos flotarán libremente experimentando la sensación de ingravidez.

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La Carrera Espacial paso a paso

La llegada a la Luna fue solo la meta final de una trepidante carrera tecnológica entre los Estados Unidos y la URSS. Repasamos en esta galería fotográfica los hitos más relevantes de la encarnizada competición que ambos países mantuvieron por la conquista del espacio exterior















aún hoy resulta increíble. ¡El hombre en la Luna! Al lado de ese titular, cualquier otra noticia sigue pareciéndonos trivial, provinciana. Desde aquel 21 de julio (20 de julio en Estados Unidos) de 1969 los grandes acontecimientos han estado relacionados con guerras, escándalos, terrorismo y catástrofes. Aunque algunas honrosas excepciones, como la invención de Internet o el desciframiento del genoma humano, nos pueden llevar a pensar, al menos, que no hemos estado del todo estancados durante los últimos 40 años de nuestra historia. Pero nada ha superado el programa Apolo. Los viajes a la Luna fueron hazañas tan impactantes que, todavía hoy, hay gente que se niega a creer que ocurrieron realmente. El proyecto Apolo requirió una excepcional combinación de creatividad tecnológica, coraje, genio administrativo, voluntad nacional (es decir, un montón de dinero de los contribuyentes estadounidenses) y un exquisito sentido de la oportunidad política.
Puesto que conocemos el desenlace de la historia, nos cuesta recordar lo atrevido que fue el proyecto lunar y cuánta incertidumbre y peligro entrañaba. A diferencia de los programas Mercury y Gemini que lo precedieron, el Apolo iba a utilizar un enorme cohete nuevo, el Saturn V, que medía 110 metros de altura y llevaba a bordo más de 2.700 toneladas de oxígeno líquido inflamable y otros combustibles altamente explosivos. Cualquier persona sensata se habría mantenido a muchos kilómetros de distancia de la rampa de lanzamiento, pero tres astronautas iban a sentarse encima. Después, el artefacto se encendería y los astronautas (es imposible evitar aquí los signos de exclamación) ¡saldrían disparados del planeta en dirección al espacio exterior!
Viajarían a otro mundo, un lugar sin atmósfera y tan alejado de la Tierra que nuestro planeta acabaría por convertirse en una canica azul. Tan pequeña que se podía ocultar con el dedo pulgar extendido. Luego, de algún modo, tendrían que descender a la superficie lunar: en un mundo sin aire, los paracaídas no sirven.
Nadie sabía con absoluta certeza si la superficie de la Luna soportaría el peso de un astronauta, y mucho menos el de una nave espacial. También hubo quien afirmó que el módulo lunar (el pequeño vehículo con cohetes propulsores que descendería a la superficie) simplemente se hundiría en el suelo en cuanto alunizara, o que el polvo lunar ardería en llamas al entrar en contacto con el oxígeno del interior del módulo lunar.
Los entusiastas de la exploración espacial veían en el viaje a la Luna la primera de una serie de misiones fuera de la Tierra
Los astronautas tenían que encontrar un lugar llano para posarse en esa extensión cubierta de cráteres, porque si el módulo volcaba, ya no po­­drían volver. Lo más difícil de la misión no era llegar a la Luna, sino regresar. Había que despegar, acoplarse en órbita lunar con el módulo de mando y luego encender de nuevo los motores para volver a la Tierra, en cuya atmósfera había que reingresar (más signos de exclamación) ¡a más de 11 kilómetros por segundo! La nave quedaría envuelta en una enorme bola de fuego y finalmente caería en paracaídas en medio del océano Pacífico, donde los astronautas esperaban que alguien tuviera la gentileza de ir a buscarlos.
En aquella época, los entusiastas de la exploración espacial veían en el viaje a la Luna la primera de una larga serie de audaces misiones fuera de la Tierra. Pero las predicciones a menudo son erróneas. Resultó que la llegada del hombre a la Luna no fue el inicio de una inexorable y paulatina conquista del espacio, pero marcó el final de una era. El Apolo 11 electrizó al público estadounidense y mundial, pero el Apolo 12, curiosamente, lo aburrió. El dramático fracaso del Apolo 13 (cuya misión pudo haber llevado a la NASA a su momento más álgido) contribuyó a recordar al mundo que ir a la Luna no era tan sencillo como lanzar un boomerang. Incluso mientras Neil Armstrong y Buzz Aldrin caminaban por la Luna, el proyecto Apolo estaba sufriendo recortes: ante las presiones de unos congresistas preocupados por el presupuesto, la NASA canceló varias de las misiones lunares que tenía preparadas. Llegamos, vimos, vencimos… y luego recortamos el presupuesto.
La era post-Apolo ha tenido sus momentos gloriosos, como cuando los astronautas a bordo del transbordador espacial repararon el Telescopio Espacial Hubble. Se han culminado grandes hazañas de la ingeniería, como la construcción de la Estación Espacial Internacional (ISS). Pero, de algún modo, el objetivo primordial de la exploración se ha perdido entre los pliegues de la burocracia del programa espacial. La meta oficial del transbordador, convertir los vuelos espaciales en algo rutinario, resultó por un lado extremadamente ambiciosa y arriesgada (dos tripulaciones perdieron la vida) y por otro, poco justificable desde el punto de vista político (porque el ciudadano medio se hartó).
En el momento de escribir estas líneas, ningún ser humano ha vuelto a ir más allá de la órbita terrestre baja desde la última misión a la Luna en 1972. EuropaChina y Japón disponen de sólidos programas espaciales. Empresarios multimillonarios esperan vender viajes espaciales en un futuro próximo a otros pocos millonarios. Y el programa espacial civil de Estados Unidos ya tiene planes avanzados para un nuevo regreso a la Luna, y quizá para una misión tripulada a Marte. Pero cabe preguntarse cuándo y de dónde aparecerá el dinero para otra misión lunar, si realmente acaba apareciendo.
Enviar seres humanos a la Luna sería, otra vez, un gran logro de la ingeniería, y podría dar pie a innovaciones que ahora ni siquiera podemos imaginar; pero la hazaña de llevar allí a los as­­tronautas y devolverlos a casa sanos y salvos se ba­­saría fundamentalmente en la forma de proceder de las misiones Apolo. Volveremos a ha­­cerlo en la década de 2020 más o menos como ya se hizo en la de 1960.
El espacio fue, como Corea y Vietnam, un campo de batalla donde se disputó un sucedáneo del combate directo entre las superpotencias.
El programa Apolo fue posible gracias a la Guerra Fría. Había que llevar a cabo aquella complicada misión antes de que acabara 1969, porque el presidente Kennedy había prometido que Estados Unidos pondría un hombre en la Luna y lo devolvería sano y salvo a la Tierra «antes de que finalice esta década». Era, después de todo, un pulso con la Unión Soviética, que también tenía sus propias ambiciones lunares.
Los soviéticos inauguraron la era espacial en 1957 con el lanzamiento del diminuto satélite Sputnik, y proclamaron que iban por delante en tecnología de misiles. Los cohetes y los misiles iban de la mano, por lo que la historia del Apolo está indisolublemente ligada a la carrera de las armas nucleares. El espacio fue, como Corea y Vietnam, un campo de batalla donde se disputó un sucedáneo del combate directo entre las superpotencias.
Durante los primeros años los soviéticos tenían los cohetes más potentes, y el programa espacial mejor organizado. Su superioridad quedó patente ante el mundo en 1961, cuando el cosmonauta ruso Yuri Gagarin se convirtió en el primer ser humano en salir al espacio y completar una órbita alrededor de la Tierra. Alan Shepard, uno de los siete famosos astro­nautas del programa Mercury, logró salir al espacio un mes después, y aunque el suyo fue solamente un vuelo suborbital, demostró que Estados Unidos estaba en la carrera.
Los dos programas espaciales cosecharon fiascos y tragedias. El segundo vuelo espacial estadounidense acabó mal: la cápsula se hundió en el mar a su regreso y el astronauta Gus Grissom salvó la vida por poco. El propio Grissom, Roger Chaffee Ed White murieron a principios de 1967, cuando su cápsula Apolo 1 se incendió durante un ejercicio de entrenamiento en Cabo Cañaveral. La tragedia retrasó casi dos años el desarrollo del programa. También los soviéticos tuvieron bajas, pero las ocultaron, amparados por el secretismo habitual del régimen de Moscú.
El programa lunar soviético se estancó tras la repentina muerte de su director, Serguéi Korolev, y tras varios fracasos en las pruebas de su gigantesco cohete lunar, el N-1. Puede que fallara, en parte, porque la planificación soviética centralizada era buena para construir grandes cosas, como redes de metro, carros de combate y cohetes, pero no tanto para la investigación espacial, que resultó estar llena de pequeños detalles, soluciones rápidas, coincidencias y azares. Para que funcionara, a menudo había que improvisar sobre la marcha.
Todos recordamos (los que tenemos edad suficiente) dónde estábamos cuando Armstrong bajó por la escalerilla. Pero pocos sospechamos en aquel momento lo arriesgado que fue el descenso del módulo lunar Eagle. Justo cuando Armstrong y Aldrin se estaban aproximando a la superficie lunar, saltó una alarma. El ordenador mostraba el código 1202, cuyo significado ignoraban los dos astronautas. De hecho, era un anuncio de que el ordenador estaba sobrecargado de datos. En el centro de control de Houston, los expertos no le dieron importancia y permitieron que el Eagle continuara su descenso.
El mundo entero estaba mirando, pero no podía imaginar lo cerca que estuvieron los astronautas del desastre
Armstrong, al mando del módulo de aluni­zaje, vio que iban directos a un cráter lleno de rocas. Tuvo que sobrevolar el cráter, mientras buscaba otro lugar donde descender, a varios kilómetros de distancia del punto previsto. Y se estaban quedando sin combustible.
«Sesenta segundos», dijo el centro de control. Sólo les quedaba un minuto de combustible.
Armstrong prácticamente no veía nada. Los cohetes levantaban una densa polvareda. Era como volar dentro de una nube.
«Treinta segundos.»
Hubo infartos en Houston. El mundo entero estaba mirando, pero no podía imaginar lo cerca que estuvieron los astronautas del desastre. Ellos mismos, por carácter y entrenamiento, no se dejaron llevar por las emociones. Aun así, Armstrong, paradigma del astronauta sereno, casi robótico, llegó a tener 156 pulsaciones por minuto mientras se esforzaba por alunizar.
«¡Luz de contacto!», gritó Aldrin. Una luz indicaba que una púa en el extremo de una de las patas del módulo había tocado terreno sólido.
El ser humano es una especie imperfecta, y por eso no resulta extraño que hubiera un error en las primeras palabras pronunciadas por un hombre al pisar la superficie de la Luna. «Es un pequeño paso para el hombre, pero un salto de gigante para la humanidad», dijo Armstrong. En realidad, quiso decir «un pequeño paso para un hombre». Hay quien insiste todavía en que el artículo se perdió en la transmisión.
En definitiva, ¿qué mas da? Aunque somos imperfectos al hablar, hemos aprendido a adivinar el sentido de lo que la gente quiere decir. Entendimos lo que quiso decir. Y nos gustó.
¿De verdad fue tan importante el Apolo? Algunos dirán que no. Es cierto que hizo posible muchos adelantos tecnológicos, pero nadie puede creer que sin el programa Apolo todavía hoy estaríamos usando máquinas de sumar del tamaño de tostadoras. El Apolo no derrotó al régimen soviético, que se las arregló para durar un par de décadas más. A los críticos del programa les gusta decir que sólo sirvió para dejar un montón de «huellas y banderas». Se ha dicho que fue un número de circo.
Si eso es lo que fue, fue el mejor número de todos los tiempos.
Sencillamente, teníamos que ir. Llevamos la exploración en nuestros genes. ¿Y cómo poner precio a esas sensacionales imágenes del hombre en la Luna? Están, por ejemplo, aquellas maravillosas escenas del vehículo todoterreno dando brincos por los valles y las colinas de un mundo extraño, un recordatorio de que a los humanos no nos gusta viajar a ningún sitio sin coche. Hace 400 años Galileo miró a través de un telescopio y vio por primera vez montañas en la Luna. ¡Teníamos que verlas de cerca!
Es muy posible que la exploración espacial cambie de forma radical. Probablemente los humanos acabarán explorando Marte, Europa, Titán, asteroides y uno o dos cometas de la forma en que lo hacen todo hoy día: por Internet. Con un miniordenador portátil. Y harán clic en «Ignorar» si reciben una llamada justo cuando estén conduciendo su todoterreno por Mercurio con el joystick.
La vida en el siglo XXI es cada vez más electrónica y virtual. Hoy no hace falta estar personalmente en ningún sitio. Pero en 1969, estar ahí era lo más importante. Nadie se acuerda de la sonda no tripulada que los soviéticos intentaron enviar a la Luna al mismo tiempo que el Apolo 11 (la sonda soviética se estrelló). La del Apolo 11 fue una historia de ingenio humano, valor, riesgo y heroicidad. Y estar allí en persona era el 100 % de la apuesta.

A partir de entonces, y durante mucho tiempo, uno podía indicar el grado de competencia de algo comparándolo con el Apolo, que se convirtió en el paradigma de la supremacía tecnológica. Todo indicio de retraso social halló un nuevo referente: ¿Si fuimos capaces de poner un hombre en la Luna, cómo es posible que…?
Y una de las respuestas es ésta: en realidad, no éramos capaces de poner un hombre en la Luna, pero lo hicimos con un esfuerzo extraordinario y un enorme coraje en circunstancias extraordinarias. Todavía hoy, 40 años después, cuesta creer que lo hayamos conseguido.



En 1955, con motivo del Año Geofísico Internacional que se celebraría entre 1957 y 1958, y que aunaría los esfuerzos de más de 30.000 científicos de 66 países en la exploración de los alrededores cósmicos de la Tierra, tanto los Estados Unidos como la Unión Soviética declararon sus primeras intenciones de enviar satélites artificiales al espacio.



Tan solo dos años más tarde, el 4 de octubre de 1957, los soviéticos lograban la hazaña con el Sputnik 1. El lanzamiento del satélite artificial, el primero en la historia en alcanzar la órbita terrestre, daría lugar al comienzo de lo que se conoció como la Carrera Espacial, que en el contexto de la Guerra Fría puede entenderse como la carrera armamentística en la que americanos y soviéticos se disputaron el control estratégico del espacio exterior.
La competición, que concluyó en 1975 con el acople de la nave Apolo-Soyuz, se extendería durante más de dos décadas en las que se sucederían algunos de los logros tecnológicos más importantes jamás alcanzados por ambas potencias. En esta galería fotográfica os invitamos a dar un paseo por los momentos más cruciales que tuvieron lugar. 


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Sputnik I

El 4 de octubre de 1957 la Unión Soviética lanzaba al espacio el Sputnik 1, que con 83 kilogramos y del tamaño aproximado de una pelota de baloncesto, se convirtió en el primer satélite de fabricación humana en orbitar la Tierra.
Foto: NASA



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Laika, la perra astronauta

El 3 de noviembre de 1957, la perra Laika se convirtió en el primer animal en viajar al espacio abordo del Sputnik 2. Una semana después del lanzamiento la perra murió debido a la falta de oxígeno.
Foto: Cordon Press


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El primer satélite alimentado por energía solar

El 17 de mayo de 1958 la NASA ponía en órbita el Vanguard 1, el primer satélite alimentado por energía solar y una victoria importante para Estados Unidos en la carrera espacial. El primer ministro de la Unión Soviética en aquel momento, Nikita Jrushchov, lo despreció refiriéndose a él como «un pomelo». Sin embargo, los satélites Sputnik –considerablemente mayores– se salieron de su órbita y se calcinaron en su regreso a la Tierra en 1958, mientras que el Vanguard 1 todavía sigue en el espacio. A día de hoy sigue siendo el satélite artificial más antiguo presente en el espacio y se calcula que continuará en órbita alrededor de 240 años más.


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El primer satélite de comunicaciones

El 18 de diciembre de 1958, la NASA se apuntaba su primer tanto real durante la Carrera Espacial al poner en órbita el primer satélite de telecomunicaciones: el SCORE. El satélite fue lanzado sobre el misil del tipo Atlas B que podemos observar en la fotografía.
Foto: U.S Air Force



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Luna 2

El 14 de septiembre de 1959 el Luna 2 de la URSS se convertía en el primer objeto terrestre en impactar en la Luna. En la imagen podemos observar a su predecesor, el Luna 1, el cual se convirtió en el primero en acercarse a las inmediaciones selenitas.
Foto: Cordon Press



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La primera imagen de la cara oculta de la Luna

El 7 de octubre de 1959 el satélite soviético Luna 3 tomaba las primeras imágenes de la cara oculta de la Luna.
Foto: NASA


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Ham el chimpancé

El 31 de enero de 1961 Ham el chimpancé se convertía en el primer homínido en viajar al espacio . Su vuelo duró 16 minutos y 39 segundos tras los que fue recatado en el océano Atlántico con solo una magulladura en la nariz.
Foto: NASA



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El primer hombre en el espacio

El 12 de abril de 1961, a bordo de la Vostok 1, Yuri Alekséyevich Gagarin se convirtió en el primer ser humano en viajar al espacio exterior.
Foto: Gtres


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La primera mujer en el espacio

El 16 de junio de 1963, a bordo de la Vostok 6, Valentina Tereshkova se convertía en la primera mujer en viajar a espacio en una misión que se prologaría durante 3 días y durante los cuales completó 48 vueltas alrededor de la Tierra.
Foto: Cordon Press


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El primer paseo espacial

El 18 de marzo de 1965 Alexei Arkhipovich Leonov, quien viajaba a bordo de la Voskhod 2, se convertía en el primer ser humano en realizar un paseo espacial permaneciendo fuera de la nave que compartía con el cosmonauta Pavel Belyayev durante 12 minutos.
Foto: Cordon press



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El Apolo 8 y la cara oculta de la Luna

El 21 de diciembre de 1968 se produce el primer vuelo espacial tripulado por humanos en torno a la Luna. Se trata también del primer vuelo espacial humano en entrar en la influencia gravitatoria de otro cuerpo celeste. Su tripulación fue la primera  en la historia en ver la cara oculta de la Luna, así como los primeros en observar la Tierra desde nuestro satélite.
Foto: NASA


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La llegada del hombre a la Luna

El 20 de Julio de 1969 Neil Armstrong y Buzz Aldrin se convertían en los dos primeros hombre en posarse en la Luna a bordo del modulo Lunar Eagle de la misión Apolo 11.
Foto: NASA


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Pioneer 10

El 3 de diciembre de 1973 la Pioneer 10 de la NASA se convierte en la primera sonda espacial en alcanzar la órbita de Júpiter.
Foto: NASA



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El primer viaje a Mercurio

El 29 de marzo de 1974 la sonda Mariner 10 de la NASA se convierte en la primera en realizar un vuelo sobre el planeta mercurio.
Foto: NASA

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El fin de la Guerra Fría

El 15 de julio de 1975 se producía en la órbita de la Tierra el acoplamiento de las naves Soyuz y Apolo 18. Se trato de la primera misión conjunta de las agencias espaciales de ambos países. Historiadores coinciden en que con este hecho se dio por finalizada la Guerra Fría.
Foto: CC

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En plena carrera por llevar turistas al espacio, aunque ni siquiera han comenzado los primeros vuelos, el ansia por llegar más lejos va en aumento. En concreto a Marte. Sin embargo, viajar hasta el planeta rojo supone el desarrollo de una tecnología de gran complejidad, que lleva aparejada un coste mucho mayor a los 22.000 millones de dólares que se invirtieron en 1965 –equivale a más de 100.000 millones de euros si se actualiza su valor a 2017- para llevar a la Luna la nave Apolo.
En concreto, realizar una misión tripulada hasta Marte multiplica la complejidad y puede provocar unos costes incluso superiores, señala Pascal Lee, director del Mars Institute, organización internacional destinada a la investigación y financiada por la NASA, y que estos días celebra la cumbre Humans to Mars en Washington, con invitados como el célebre astronauta Buzz Aldrin, segunda persona en pisar la Luna.

El presupuesto que se destina a la NASA es el 0,3% del PIB estadounidense


El programa lunar del Apolo tuvo un coste de 22.000 millones, el 4% del PIB estadounidense durante los años sesenta. No obstante, como reconoce Lee en una entrevista con Time, el presupuesto actual de la NASA es de 17.500 millones al año, apenas el 0,3% del PIB. Esto es más de diez veces menos de lo que era en la década de 1960.
Lee apunta que lo que se destinó para llegar a la Luna fue el equivalente al gasto en defensa en un año de la época. Ahora se gastan 400.000 millones de dólares al año en defensa. Afirma que por esa lógica éste sería el coste de ir a Marte: 400.000 millones de dólares367.160 millones de euros.

Desarrollar un nuevo traje espacial sería uno de los principales costes


Eso sí, Lee cree que aunque se tuviese el dinero hay mucho camino por recorrer antes de idear planes para habitar el planeta: “Marte es un ambiente increíblemente letal. Hay varias cosas que pueden matarte y resultaría en una muerte horrible si estás desprotegido, por lo que aún es pronto para hablar de niños creciendo allí”, explica.
Hay varios desafíos. El primero, diseñar un nuevo traje espacial que compense que en Marte la gravedad es un tercio de la de la Tierra. Sería bastante pesado: “Es más fácil decirlo que hacerlo”, señala Lee.
Otro coste importante sería el de desarrollar tecnología que pueda excavar bajo la superficie del planeta rojo para encontrar hielo o agua, así como desarrollar medios de transporte y sistemas informáticos que permitan a los astronautas explorar. )))).....

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¿Cuántas veces hemos llegado a la Luna?

Muchos creen que desde que Neil Armstrong dejó marcada su famosa huella sobre el regolito lunar, no hemos regresado a nuestro satélite natural. Sin embargo, en total han sido 6 las misiones que han vuelto a la Luna y un total de 12 astronautas también pisaron la superficie lunar tal y como hizo Armstrong en 1969.





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Apolo 11

Lanzamiento: 16 de julio de 1969
Alunizaje: 20 de julio de 1969
Retorno a la Tierra: 24 de julio de 1969, océano Pacífico
Tripulación: Neil Armstrong, Edwin E. Aldrin Jr, Michael Collins
El objetivo principal de la misión Apolo 11 fue alcanzar la meta establecida por el presidente John F. Kennedy de realizar un aterrizaje lunar tripulado y regresar a la Tierra. 4 días después de su lanzamiento la tripulación llegó a su destino logrando una hazaña inédita para la humanidad. El hombre habia pisada la Luna por primera vez dando el que sería el paso más importante para la humanidad hasta la fecha.
Foto: NASA


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Huella sobre la superficie lunar

La imagen de la huella de la bota de Aldrin sobre la superficie lunar es una de las más famosas de la misión Apolo 11. Fue tomada con la cámara de 70 mm que llevaban los astronautas y con la que querían dejar constancia de su llegada a la Luna.
Foto: NASA

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Apolo 12

Lanzamiento: 14 de noviembre de 1969
Alunizaje: 19 de noviembre de 1969, Océano de las Tormentas
Retorno a Tierra: 24 de noviembre de 1969, Océano Pacífico
Tripulación: Charles Conrad Jr; Alan L. Bean; Richard F. Gordon Jr.
La Apolo 12, fue la segunda misión tripulada que se posó en la Luna. Fue planeada y ejecutada como una misión de aterrizaje de precisión. Los astronautas alunizaron Lunar a poca distancia de la nave espacial Surveyor III la cual llegó a la Luna en abril de 1967. Los astronautas trajeron de vuelta a la Tierra algunos de los instrumentos de la Surveyor III para examinar los efectos en los materiales de la nave de la exposición a largo plazo al entorno lunar.
Foto: NASA

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Módulo Lunar del Apolo 12, el Intrepid, sobrevolando nuestro satélite

La misión Apolo 12 aterrizó el 19 de noviembre de 1969 en un área del Océano de las Tormentas que había sido visitada anteriormente por varias misiones no tripuladas: la Luna 5, la Surveyor 3 y la Ranger 7. La Unión Astronómica Internacional, reconociendo este hecho, bautizó la región como Mare Cognitum (Mar Conocido). Este segundo aterrizaje lunar fue un ejercicio de precisión necesario para futuras misiones Apolo. La mayor parte del descenso fue automático, con el control manual asumido por Conrad durante los últimos cientos de metros del descenso. Se trató de la primera, y hasta la fecha, la única ocasión en la que los humanos han alcanzado una sonda enviada a aterrizar en otro mundo.
Foto: NASA


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Apolo 14

Lanzamiento: 31 de enero de 1971
Alunizaje: 5 de febrero de 1971, Cráter Fra Mauro
Retorno a Tierra: 9 de febrero de 1971, Océano Pacífico
Tripulación: Alan B. Shepard Jr.; Stuart A. Roosa; Edgar D. Mitchel
La misión Apolo 14 aterrizó en la región de Fra Mauro, el lugar de aterrizaje previsto de la abortada misión Apolo 13. Los astronautas usaron el Transportador de Equipo Modulado (MET) para transportar el equipo durante dos EVA´s -Actividades Extra Vehiculares- lunares (las misiones posteriores usarían el Vehículo Lunar Roving). Durante los mismos recolectaron muestras y tomaron fotografías del cono del cráter. Uno de los momentos más famosos llegó al final de la segunda EVA cuando el comandante del Apolo 14, Alan Shepard, golpeó 2 pelotas de golf en la Luna.
Foto: NASA


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Tripulación de la misión Apolo 14

De izquierda a derecha: el piloto del módulo de mando Stuart A. Roosa; el comandante de la misión Alan B. Shepard Jr y el piloto del módulo lunar Edgar D. Mitchell.
Foto: NASA

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Apolo 15

Lanzamiento: 26 de julio de 1971
Alunizaje: 30 de julio de 1971, Rima Hadley
Retorno a Tierra: 7 de agosto de 1971, Océano Pacífico
Tripulación: David R. Scott; James B. Irwin; Alfred M. Worden
La Apolo 15 fue la cuarta misión que llevó hombres a la Luna. Esta fue la primera en la que se utilizó el Rover Lunar -LRV- que los astronautas usaron para explorar la geología de la región de Rima Hadley. El LRV permitió a los astronautas de los Apolo 15, 16 y 17 aventurarse más lejos del Módulo Lunar que en misiones anteriores. La superficie total recorrida aumentó de cientos de metros en las a decenas de kilómetros .
Foto: NASA


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El Rover Lunar

El comandante de la misión Apolo 15, David Scott, conduce el Rover Lunar cerca de la Rima Hadley. Scott se convirtío en la primera persona en conducir un vehículo en la superficie de la Luna. 
Foto: NASA

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Apolo 16

Lanzamiento: 16 de abril de 1972
Alunizaje: 20 de abril de 1972, Cráter Descartes
Retorno a Tierra: 27 de abril de 1972, Océano Pacífico
Tripulación: John W. Young; Charles M. Duke Jr.; Thomas K. Mattingly II
El principal objetivo de la misión fue investigar la superficie lunar en el área de las tierras altas de Descartes, la cuál se consideraba representativa de gran parte de la superficie de la Luna. Fue la quinta misión que llevó hombres a la Luna y también la segunda en la que se empleó el  LRV. Los astronautas recolectaron muestras, tomaron fotografías y realizaron varios experimentos entre los que incluyó el uso por primera vez de una cámara / espectrógrafo ultravioleta en la Luna.
Foto: NASA

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A resguardo del Sol

El piloto del módulo lunar Charles Duke se para bajo la sombra de la bautizada como "Shadow Rock" durante el tercer paseo lunar de la misión Apolo 16.
Foto: NASA


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Apolo 17

Lanzamiento: 7 de diciembre de 1972
Alunizaje: 11 de diciembre de 1972, Taurus-Littrow
Retorno a Tierra: 19  de diciembre de 1972, Océano Pacífico
Tripulación: Eugene A. Cernan; Harrison H. Schmitt; Ronald E. Evans
La 17 fue la última de las misiones Apolo. Esta tendría la peculiaridad de alojar a bordo al único geólogo entrenado para caminar sobre la superficie lunar, el piloto del módulo lunar Harrison Schmitt. En comparación con las misiones anteriores, los astronautas del Apolo 17 recorrieron la mayor distancia jamás viajada en la Luna utilizando el Rover Lunar y devolvieron la mayor cantidad de muestras de roca y suelo. Eugene Cernan, comandante de la misión, todavía cuenta con la distinción de ser el último hombre en caminar sobre la Luna, ya que ningún humano ha vuelto a visitarla desde el 14 de diciembre de 1972.
Foto: NASA

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El último hombre en la Luna

En diciembre de 1972, los astronautas del Apolo 17 Eugene Cernan y Harrison Schmitt pasaron unas 75 horas en la Luna en el valle Tauro-Littrow. En su tercera y última excursión a través de la superficie lunar, Schmitt tomó esta fotografía de Cernan flanqueada por una bandera estadounidense y la antena de alta ganancia con forma de paraguas de su rover lunar. El reflejo de Schmitt se puede ver en el casco de Cernan.
Foto: NASA
"Zarpamos hacia este nuevo mar porque hay nuevos conocimientos que ganar, y nuevos derechos que ganar, y deben ser ganados y utilizados para el progreso de todas las personas. La ciencia espacial, como la ciencia nuclear y toda tecnología, no tiene conciencia propia. Que se convierta en una fuerza para el bien o para el mal depende del hombre, y solo si los Estados Unidos ocupan una posición de preeminencia, podemos ayudar a decidir si este nuevo océano será un mar de paz o un nuevo teatro de guerra aterrador.


No voy a decir que debemos o que estaremos desprotegidos contra el mal uso hostil del espacio, como tampoco lo haremos contra el uso hostil de la tierra o el mar, pero sí digo que el espacio puede ser explorado y dominado sin alimentar los fuegos de la guerra. Sin repetir los errores que el hombre ha cometido al extender su escrito alrededor de este mundo nuestro.
No hay contienda, ni prejuicios, ni conflictos nacionales en el espacio exterior todavía. Sus peligros son hostiles para todos nosotros. Su conquista merece lo mejor de toda la humanidad, y esta oportunidad para la cooperación pacífica nunca volverá a aparecer.
Pero, ¿por qué, dicen algunos, la Luna? ¿Por qué elegir esto como nuestro objetivo?... Y bien pudieron preguntar, ¿por qué escalar la montaña más alta? ¿Por qué, hace 35 años, volar sobre el Atlántico?¡Nosotros elegimos ir a la luna! Elegimos ir a la Luna ... Elegimos ir a la Luna en esta década y hacer además otras cosas. No porque sean fáciles, sino porque son difíciles; porque ese objetivo servirá para organizar y medir lo mejor de nuestras energías y habilidades, porque ese es el desafío que estamos dispuestos a aceptar, uno que no estamos dispuestos a posponer, y uno que intentaremos conquistar, como todos los demás,".
Son las palabras que John F.Kennedypronunció en su discurso del campo de fútbol americano de la Universidad de Rice ante más de 40.000 personas. El 12 de septiembre de 1962, el que fuera presidente de los Estados Unidos de América, se mostraba delante de su pueblo para decirles que su país sería el primero en enviar un hombre a la Luna, en traspasar esa frontera que, en uno de los puntos más cruciales del siglo XX, situaría en la cúspide de la pirámide tecnológica al país que lo consiguiera.
Siete años más tarde, el 16 de julio 1969, Neil Alden Armstrong, comandante de abordo de la misión Apolo 11, se convertía en el primer ser humano en poner un pie sobre nuestro satélite."Un pequeño paso para un hombre, pero un gran paso para la humanidad." El titánico esfuerzo de todo un país, tanto económico, como humano, permitió al astronauta pronunciar sus famosas palabras a la vez que cumplía un sueño tan antiguo como el hombre.

¿Por qué no hemos vuelto a la Luna en 45 años?
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¿POR QUÉ DESDE 1972 NO HEMOS VUELTO A LA LUNA?


No obstante, las metas del programa Apolo fueron más allá de hacer aterrizar a varios hombre en la Luna y devolverlos sanos y a salvo a la Tierra. Entre varios de sus objetivos, se encontraban el establecimiento de la tecnología para satisfacer otros intereses, como el logro la supremacía de los Estados Unidos en el espacio; la creación y puesta en práctica de un programa científico de exploración espacial; así como el desarrollo de la capacidad para trabajar en un entorno tan hostil como era la superficie lunar.
Fue precisamente para llevar a cabo tal empresa, que la NASA puso en marcha el que bautizó comoel Programa Apolo, que dio lugar a 11 misiones espaciales y que llevó a varios astronautas estadounidense a posar sus pies en la Luna.
En total 12 hombres han pisado la Luna en la historia de la Humanidad, el último de ellos en 1972
El primer vuelo de una misión Apolo tuvo lugar en 1968. De las 11 misiones que formaron parte del programa, las 4 primeras, las Apolo 7, 8, 9, y 10 probarían el equipo que la NASA estaba desarrollando. Tras la gesta de la misión Apolo 11 de lograr de llevar al primer hombre a la Luna en 1969, cinco de las seis misiones restantes repetirían la proeza, siendo la última vez que pisamos nuestro satélite en 1972. Durante estos 3 años frenéticos para la ciencia aeroespacial, un total de 12 astronautas caminaron sobre la Luna realizando una gran cantidad de estudios científicos de un valor incalculable. Desde entonces, desde 1972, sí es cierto que ningún hombre ha vuelto a tocar su superficie.

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