viernes, 17 de abril de 2020

DINERO OCIOSO, CRISIS ECONÓMICA Y CAPACIDAD PRODUCTIVA EN ACCIÓN,...¡¡.

YA LO DECÍAN MUCHOS REVOLUCIONARIOS: EL CAPITALISMO CONTRA MÁS ABUNDANTE, MÁS MISERIA EN LA HUMANIDAD; Y GENOCIDA SE CONVIERTE,...¡¡., Y YO APORTO ALGO, PORQUE NO ?. LA OPULENCIA, CUNDE LA MAYOR MISERIA,...Y ESO QUE LA ONU DEL CAPIIMPERIALISMO HABLA QUE TE HABLA DE DESARROLLAR PLANES LOCALES, REGIONALES PARA IR ELIMINANDO LAS MISERIAS; SÍ, LAS QUE CREA LA MISMA Y SUS ESTADOS MAFIOSOS Y GENOCIDAS, BENDECIDOS POR TODO TIPOS DE PODERES ECLESIÁSTICOS, CENTENARES DE ESTRUCTURAS DE LAS PARTITOCRACIAS,...Y MILES DE ONGS FRAUDULENTAS AL SERVICIO CONSCIENTE, LA MAYORÍA, DEL SISTEMA Y PODER TECNOPLUTOCRÁTICO, DE LAS PLUTOCRACIAS ESTATALES,...ORGANIZADAS EN CENTENARES DE INSTITUCIONES REGLADAS Y CLANDESTINAS,...¡¡.
ESTOS SON LOS CAPITALES OFICIALES,...PERO ADEMÁS HAY QUE CONTABILIZAR LOS DINEROS-CAPITALES EN PARAÍSOS FISCALES, Y OTROS MENESTERES COMO LOS DIVERSOS TRÁFICOS DE DROGAS, ARMAMENTOS, TRATA DE BLANCA, PORNOGRAFÍA,..." VAYA EL CAPITAL NO REGLADO ",...NOS QUEDAMOS PERPLEJOS,...CON LO CUIDADOSO QUE SON LOS GOBIERNOS, EL SEÑOR DRAGHI, EL B.C.E.,...EL B.M., EL F.M.I.,...CON ESTOS CAPITALES OCIOSOS, LOS NO REGLADOS,...SOLO HABLAN ALGO, Y NO A LAS CLARAS DE LOS CAPITALES GUBERNAMENTALES-ESTATALES, EN DEPÓSITOS, EN INVERSIÓN,...ES MUY POSIBLE DE QUE EL CAPITAL-DINERO OCIOSO EN EL MUNDO SEAN MÁS DE 60 BILLONES DE EUROS,...( CONTABILIDAD EUROPEA ¡¡ ) INCLUSO ME QUEDO CORTO YA QUE NO HAY DATOS OFICIALES SOBRE LOS DINEROS EN PARAÍSOS FISCALES, DINEROS NEGRO DE DROGAS, TRATA DE BLANCAS, MERCADO NEGRO DE ARMAMENTOS Y OTRAS MERCANCÍAS DIGAMOS ILEGALES, E IRREGULARES,...¡¡. SÍ, ME QUEDO CORTÍSIMO,...¡¡, ( podría ser unos cien billones de euros en todo el Planeta ¡¡ ). Y CASI LA MITAD DE LA HUMANIDAD MURIENDO DE HAMBRE, FALTA DE SANIDAD, AGUA POTABLE, EMPLEO, VIVIENDA, HIGIENE,...¡¡. ESTA ES LA SOCIEDAD DE LAS TRES POTENCIAS, QUE SEGÚN PARECE DIRIGIRÁN EL MUNDO DE AQUÍ EN ADELANTE: USA, RUSIA Y CHINA NEOCAPI-IMPERIALISTA. Además damos otro dato, y es que la capacidad productiva puesta en acción ( las fuerzas productivas, capital-trabajo ), será algo más de la mitad,...y encima entramos en recesión,...y sobre la cual había proyectos oficiales de inyectar capital, para aguantarla,...y a continuación llega la Pandemia,...con la economía a cuarto ralentín ( como dicen los capitanes de máquina-barcos-naviera,...más o menos ) de sus posibilidades,...millones de desempleados,...etc,...que todos sabemos ¡¡.
Reproduzco algnos artículos,...en principio es para estudiarlo, contastar algo en algunos,...pero lo principal es por si el lector de este blog, los quiere utilizar para su formación y cultura de crítica a la economía capiimperialista del siglo XXI,...el imperialismo interplanetario; no olvidemos de que ya entre C. Marx y F. Engels, crearon la Crítica a la economía política, EL CAPITAL,...La tareas de todos los militantes, intelectuales, interesados,...creemos entre todos el nuevo capital,...que sería utilizando el texto de Lenin, sobre "El imperialismo fase superior del capitalismo", y otros trabajos suyos,...y de otros autores en estas décadas pasadas,...¡¡.
Sí, mucho hablar pero qué propongo, qué medidas, qué línea de acción, discursiva, es poca cosa,...: formación política económica y filosófica, sobre todo filosofía de la naturaleza, marxista del siglo XXI; divulgación,...blogs de intercambio intelectual, empatía comunitaria,...crear grupos formados de combate cultural proletario-revolucionario,...la realidad cual es,...como está organizado las clases capitalistas, imperialistas y las subordinadas de segunda y tercera división: la pequeña, mediana burguesía y los autónomos,...las contradicciones de clases, las contradicciones y antagonismos del capitalismo global,...sus proyectos e incompatibilidades con la Humanidad,...o no?,...¡¡. Cómo está organizado y nivel de conciencia de la clase obrera-popular, local, regional y a nivel global,...los antagonismos globales dentro de la sociedad universal,...sus resoluciones posibles,...dictadura mundial o liberación social de la Humanidad,...Bueno ahí dejo, esas pequeños pinceladas,...Y además podría decir de que ese capital ocioso se obligase a los gobiernos en ponerlo en acción,...pero si es que la capacidad productiva está por cerca del 50 por ciento,...y miren crisis, miserias, pandemias asesinas,...pero vaya hay que seguir dando "la buya,..."; hay que seguir insistiendo,...¡¡; y a los inmigrantes les queman hasta sus chabolas de plásticos, en pueblos de Huelva,...regularización de inmigrantes, trabajo y vida digna,...ningún ser humano es ilegal,...todos somos iguales,...toda la Humanidad es la misma,...por lo tanto solidaridad universal de los trabajadores sean de donde sean,...del Planeta somos todos,...no al racismo,...¡¡ Nota: se ha mandado este artículo, recortado, a la Marea y lo han publicado.Lmm.



LA FACILIDAD DE DEPÓSITO RECIBE 28.454 MILLONES

El 'dinero ocioso' de los bancos vuelve a los niveles previos a los tipos negativos. 

El efecto persuasorio de los tipos negativos no intimida a la banca. 

Pese a la penalización, ayer llevaron más de 160.000 millones al BCE.

El presidente del BCE, Mario Draghi 

AUTOR PEDRO CALVO

19/06/2014 12:11 - 


El estímulo está servido... pero la respuesta esperada no llega. 
La entrada en vigor de los tipos de interés negativos en la actividad 
bancaria de la Eurozona no está persuadiendo lo suficiente a los 
bancos para que muevan su dinero ocioso. Según los datos 
conocidos hoy, ayer el exceso de liquidez en la Eurozona 
alcanzó los 160.493 millones de euros, por encima de los 125.246 millones 
registrados el martes 10 de junio, última jornada en la que los tipos 
aún no eran negativos. Esta penalización entró en vigor el 11 de junio
Desde entonces, los bancos tienen que pagar una penalización del 0,1% 
por el dinero que aparquen en la facilidad de depósito y por las 
reservas que superen los niveles establecidos por el BCE. Sin embargo, 
esta multa parece no intimidarles. Ayer, el volumen de la facilidad de 
depósito engordó hasta los 28.454 millones de euros, prácticamente 
el doble de la media diaria que se venía registrando desde el 11 de junio. 
Además, los bancos superaron las reservas exigidas en 
más de 132.000 millones de euros.///// 


BLOG EBN BANCO

¿Por qué hay casi 900.000 millones de euros en cuentas corrientes y que podemos hacer para invertir ese dinero?

https://www.rankia.com/bancos/ebn-banco/blog/4403575-por-que-hay-casi-900-000-millones-euros-cuentas-corrientes-podemos-hacer-para-invertir-dinero

El dato del volumen depositado en cuentas corrientes en los bancos de las familias españolas se acerca a los 900.000 millones de euros a fecha del pasado agosto, en concreto, la cifra ronda los 835.000 millones, 49.000 millones más que hace un año según datos del Banco de España. ( EBN_Banco
Esta cifra, no sería la mayor alcanzada ya que en el pasado mes de junio, se llegaron a los 843.200 millones de euros, máximo de la serie histórica del Banco de España desde 1989.
Con estos datos cabría pensar que ese volumen de dinero que atesoran los bancos en España, está siendo remunerado suficientemente bien como para que la mayoría de los clientes estén tranquilos, cómodos y contentos obteniendo una rentabilidad atractiva y sin ningún tipo de riesgo.

¿Esto es así?

Nada más lejos de la realidad. El hecho es que actualmente la mayoría del volumen depositado en cuenta corriente, no está siendo remunerado o es ínfimo en el mejor de los casos.
Entonces, si la mayoría de ese capital no genera rentabilidad, ¿por qué no hacemos nada con los ahorros que vamos generando y se quedan estancados en la cuenta?
La respuesta quizá no sea tan sencilla y desde luego no se debe solo a una razón. Sabemos que los tipos de interés van a permanecer bajos durante varios años, como destaca el equipo de análisis de Bankinter:
Es decir que los expertos prevén que hasta 2021 no va a haber subidas de tipos y pasada esa fecha ya veremos. Es más, hay que sumar a la ecuación otro riesgo añadido que es la posibilidad de que las entidades bancarias nos penalicen por tener dinero ocioso en la cuenta corriente.
Por lo tanto si la remuneración sobre los ahorros es nula, los tipos no van a subir en el corto o medio plazo y encima existe la posibilidad de que nos cobren por tener el dinero en la cuenta, ¿cuál es la razón de que exista esa ingente cantidad de dinero en manos de los bancos sin remunerar?
A continuación destacamos algunas de las principales causas.

Falta de información /conocimiento

Para muchas personas, el tener que gestionar sus ahorros es un verdadero quebradero de cabeza, el no tener la suficiente información, falta de formación o no tener tiempo suficiente en el día a día para realizar una tarea de investigación al comparar entre distintos productos que sean óptimos según mi perfil de riesgo, hace que al final tengamos los ahorros sin atender adecuadamente.

Falta de interés por nuestra parte

Muchas veces no caemos en la cuenta de que entre las cosas que más nos conviene atender, es la de intentar maximizar nuestros ahorros. En muchos casos el tener que dedicar tiempo a ir a una sucursal para que nuestro comercial nos bombardeé con una lista de productos que suenan a chino pues hace que en muchos casos obviemos dicho movimiento.
Por el contrario, esperamos en muchas ocasiones que sea dicho comercial el que se ponga en contacto con nosotros para ofrecernos este o aquel producto, a lo que contestamos que ya nos pasaremos por dicha sucursal cuando tengamos tiempo. Pero al final seguimos en el mismo punto, es decir, sin realizar una simple planificación patrimonial de nuestros ahorros.

Situación económica poco clara / incertidumbre

Directamente relacionado con nuestra aversión al riesgo, si soy una persona de perfil conservador o estoy disfrutando de la jubilación, es muy compresible que a priori no dé el paso de movilizar mis ahorros y esperar a que la situación económica mejore. El  hecho de que nos atosiguen continuamente con noticias en los medios de comunicación relacionadas con los mercados financieros, incertidumbre ante el Brexit, conflicto entre EEUU y China en sus relaciones comerciales,  posible recesión económica etc etc. Muchas veces estas noticias nos impiden actuar y posponemos nuestras decisiones de inversión en el corto plazo.

Ante estos factores, ¿Qué podemos hacer para rentabilizar nuestros ahorros?

Lo que tenemos que tener claro es que somos los dueños y responsables de nuestro ahorro, por tanto debemos ser nosotros los que nos preocupemos del mismo. No hay una pócima secreta que sin un poco de esfuerzo por nuestra parte, nos vaya a garantizar un mejor futuro.
Si cuando vamos a comprar un coche, nos recorremos varios concesionarios y nos sabemos de memoria lo que cada uno nos ofrece y realizamos una comparativa de todos ellos para al final obtener el mejor precio, con nuestros ahorros deberíamos hacer lo mismo, al fin y al cabo hemos o estamos trabajando muy duro hoy para tener un mejor futuro mañana. No sabemos a qué tipo de pensión podremos optar en unos años, pero lo que es seguro es que tendremos que completarla con ahorro privado.   
Por lo tanto cuanto antes empecemos a rentabilizar el ahorro, mejores rendimientos obtendremos en el largo plazo gracias a ese poderoso aliado que es el interés compuesto.
Hay una gran variedad de productos que se adecuarán a nuestro perfil de riesgo y que con una buena planificación y asesorados por un experto financiero  hará que logremos nuestros objetivos inicialmente marcados. No tenemos que recurrir sólo a la bolsa de valores para maximizar nuestros ahorros, existen fondos de inversión con distintos niveles de riesgo que pueden ser una muy buena opción para aquellas personas de perfil más conservador. En EBN destacamos la gama de fondos perfilados de Allianz en función de la rentabilidad esperada y el riesgo que se desea asumir.
Lo que si nos gustaría transmitir desde aquí, es que parece una aberración a priori (siempre hay que ver cada caso individualmente) tener nuestros ahorros “olvidados” en nuestra cuenta corriente sin generar rentabilidad y con el peligro de que nos penalicen por tenerlo.
Debemos entre todos hacer hincapié y transmitir la idea de que tenemos casi por “obligación” que empezar cuanto antes a generar ahorro cada persona según lo que pueda. Nadie lo va a hacer por nosotros y lamentablemente con la natalidad tan baja que tenemos en España, no podemos confiar en que cuando nos jubilemos, vayamos a obtener una gran suma por nuestra pensión. 
Por lo tanto completar dicha pensión con el ahorro generado será vital, nuestro futuro va en ello.
Los Fondos de Inversión pueden ser nuestro gran aliado. Podrá encontrar la gama más completa de clases limpias de Fondos de Inversión en el supermercado de Fondos de EBN.//// 


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¿Por qué hay casi 900.000 millones de euros en cuentas corrientes y que podemos hacer para invertir ese dinero?






Dinero ocioso y delincuente

MANOLO SACO https://blogs.publico.es/manolosaco/836/dinero-ocioso-y-delincuente/



"Cuando baja la marea es precisamente cuando se ve al que lleva o no bañador". La frase es de Warren Buffett uno de los mayores inversores del mundo. Javier Megias (Valencia, 1975) echa mano de ella y la tiene muy presente en su día a día, porque su trabajo consiste precisamente en eso, en que nadie se quede desnudo ante lo imprevisto. Desde que en febrero de 2014 puso en marcha Startupxplore, una comunidad de inversión en start up, no ha parado. Esta plataforma pone en contacto a inversores con emprendedores y, además, se encarga de impulsar rondas de financiación a través de equity crowdfunding. En la actualidad 4.509 inversores, 7.526 start up y 753 aceleradoras forman parte de esta comunidad, unos números que avanzan como un cuentakilómetros en la página web, lo que significa que todo marcha según lo previsto.

Un bloguero con gancho

Ingeniero informático, Megias tuvo sus primeros contactos con el mundo start up en 2000. En pleno boom puntocom dejó su trabajo en una pyme y se embarcó en Hyphop.com, un outlet online. "El sector cayó y nos dimos el batacazo.Volví al mundo corporativo y ayudaba a emprendedores de manera altruista. Acudían a mí en busca de asesoramiento". Y Megias empezó a escribir un blog en el que contar su experiencia como emprendedor y... funcionó. En 2011, cinco años después de su nacimiento, consiguió el galardón al mejor blog de negocios en castellano.
"El negocio de las plataformas de inversión debería ser invertir bien y pensar a largo plazo en el retorno de lo invertido"
Pero Megias se cansó de ver los toros desde la barrera y decidió montar su propio negocio: "El ecosistema emprendedor era como una discoteca con las luces apagadas y queríamos encenderlas". Así nació Startupxplore, un proyecto que inició junto a su socio Nacho Ormeño, y con el apoyo de François Derbaix (Indexa Capital), Iñaki Arrola (Coches.com), Pedro Serrahima (Pepephone), Álvaro Ortiz (cofundador de Mumumio y Actuable, socio de SinDelantal) y Francisco Gimeno (Business angel Valenciano) y Plug & Play Spain. "Todos ellos nos ayudaron en el lanzamiento de la plataforma". Recuerda además que nacieron con la intención de democratizar el mundo de la inversión: "Si quieres que tu start up tenga liquidez hay que activar el capital y hacerlo más inteligente. Creo que en España hay mucho dinero ocioso que necesita ser educado". Startupxplore prevé cerrar 2017 con una facturación de 300.000 euros.

El dinero no es todo

El modelo de negocio es sencillo: Startupxplore se queda el 5% del volumen de negocio conseguido por las start up. "Llevamos invertidos 3 millones de euros en 13 operaciones. Batimos el récord hace un par de semanas con Glassy -wearable para surfistas-. En menos de una hora había superado el 100% de la cantidad buscada (280.000 euros), y a las dos horas se cerró sobresuscrita al 125% (un poco menos de 350.000), lo máximo que legalmente podemos cerrar".
Sin embargo, Megias es consciente de que no se trata sólo de dinero: "El negocio de las plataformas de inversión debería ser invertir bien y pensar a largo plazo. La mayoría habla del número de operaciones pero no del retorno". Por esa razón han incorporado un par de novedades en su modus operandi: "Todas las inversiones parten de un inversor de referencia, que invierte su dinero en las mismas condiciones que el resto. Startupxplore también participa aportando entre 3.000 y 5.000 euros en cada inversión que lanza. Lo hemos hecho en las tres últimas operaciones. Cambia el modelo de ingresos y las reglas del juego: la intención es que las empresas en las que invierto generen plusvalía".
"Para invertir bien hacen falta grandes dosis de sentido común, paciencia y diversificación"
Megias echa de menos buenos inversores: "Su mayor defecto es que intentan tener patrones. Si coges la ola cuando crece hay buenos proyectos, pero luego los múltiplos no son tan buenos". Añade que no hay grandes secretos para invertir, pero hay que ser muy sensato y no calentarse, "no hemos conseguido hackear el código de los grandes retornos. Nuestra forma de hacerlo es de la mano de un gran inversor". ¿Y cuáles son los buenos? "Su recorrido es tan importante como su conocimiento del sector".
Este emprendedor cree que a la hora de invertir es importante la diversificación, y sitúa en 10 el número mínimo de start up para conseguir cierto retorno. "La mayoría de los inversores pierden mucho dinero por no aplicar esta estrategia. En el ecosistema emprendedor español hace falta más gente que apoye los negocios en la fase semilla. Si queremos más exit, esa es la estrategia".
Pese a todo, Megias se siente orgulloso de un ecosistema que ha madurado, "en el que hay buenas y malas compañías", y lamenta que sea tan difícil acceder a las mejores: "Esas no buscan el capital más cercano, se van a grandes inversores y muchas veces lo que llega son los restos".

La CNMV, el broche de oro para avanzar

Hace poco más de un mes Javier Megias no se atrevía a abrir la boca, una rareza en este emprendedor al que cuesta hacerle callar cuando se trata de hablar de emprendedores. Sus abogados le recomendaron andar con pies de plomo hasta que llegara la autorización de la Comisión Nacional del Mercado de Valores y... llegó. El pasado 21 de abril la CNMV autorizó a Startupxplore como plataforma de financiación participativa, conforme a lo establecido en la Ley 5/2015, de 27 de abril, de fomento empresarial. Esta ley establece, como condiciones de autorización, obligaciones estrictas de transparencia, de gestión de conflictos de intereses y normas para la protección del inversor. Megias no puede ocultar su orgullo: "Estamos muy satisfechos, porque esta autorización supone un reconocimiento de que Startupxplore cumple con los exigentes estándares legales y ofrece a nuestros usuarios inversores la garantía que la supervisión de la CNMV implica acerca de la forma en que desarrollamos nuestro trabajo". Una declaración que rezuma seriedad y rigor, las mismas con las que este emprendedor asume su trabajo y el lugar que ocupa, porque aunque es poco amigo de hacerse notar, Megias es un referente. ¿Cuál es el secreto?: "Creo que la mejor forma de hacerlo es no preocuparse demasiado de ello. Soy de los que creen que las propias acciones son las que mejor hablan por uno mismo... así que trabaja duro, ayuda en la medida de las posibilidades a los demás (¿quizás a través de un blog?) y piensa a largo plazo. El resto viene solo".

Cuadernos del Cendes

versión On-line ISSN 2443-468X

CDC v.26 n.72 Caracas dic. 2009 http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1012-25082009000300006

 


Entrevista
Carlota Pérez: Ventana de oportunidades después de la crisis financiera
La presente entrevista fue realizada por Consuelo Iranzo, directora de la Revista Cuadernos del Cendes, en septiembre de 2009.

Carlota Pérez es una de las más reconocidas intelectuales venezolanas en la actualidad. Investigadora senior visitante en el Centro de Análisis y Políticas del Área Financiera de la Escuela de Negocios Judge de la Universidad de Cambridge, Inglaterra; catedrática de Tecnología y Desarrollo Socioeconómico de la Universidad Tecnológica de Talín, Estonia e investigadora honorífica del Centro de Investigación sobre Política Científica y Tecnológica (SPRU) de la Universidad de Sussex, Inglaterra. 

Como consultora y conferencista trabaja para varias organizaciones públicas y privadas, grandes corporaciones y Gobiernos, entre ellos la Unión Europea, la OCDE, Naciones Unidas y varios organismos multilaterales. A raíz de su libro Revoluciones tecnológicas y capital financiero: la dinámica de las burbujas financieras y las épocas de bonanza [Siglo XXI, 2004] ha sido reconocida internacionalmente como una de las principales expertas en las relaciones entre el cambio técnico y el cambio institucional, entre el mundo financiero y la difusión tecnológica y entre la tecnología y el desarrollo económico. Ese reconocimiento la hizo merecedora de la publicación de un libro en su honor, en el cual escribieron sobre su teoría veinticinco investigadores reconocidos del campo de la teoría económica evolucionista de Europa y América Latina: 

W. Drechsler, R. Kattel y E.S. Reinert, eds., Techno-Economic Paradigms: Essays in Honour of Carlota Perez, Londres, Anthem Press, The other Canon Series, 429 pp.


Consuelo Iranzo: Carlota, quisiera que nos paseáramos por los temas de la crisis financiera internacional y las respuestas que requeriría en el mediano y el largo plazo y, si es posible, terminar abordando las posibles vías de desarrollo con que cuenta América Latina en este momento; pero me parece necesario para comenzar, pensando en aquellos que no están familiarizados con tu teoría, que nos expliques cómo se inserta dicha crisis en el marco de las revoluciones tecnológicas y cuáles son los patrones recurrentes en cada una de ellas.


Carlota Pérez: Se han producido cinco grandes oleadas tecnológicas desde la «revolución industrial» en Inglaterra y cada una de ellas ha vivido un gran auge financiero que termina en un estrepitoso colapso. Y ese fenómeno corta el proceso de difusión de cada oleada en dos períodos fundamentalmente distintos. La primera mitad de la oleada –el período que llamo de «instalación»– es el mundo del libre mercado, cuando el capital financiero toma el control de la inversión, apoya a los nuevos empresarios y las nuevas tecnologías, en un contexto de intensa competencia, y termina montando una gran burbuja que al final estalla. En el proceso se forman los nuevos gigantes que servirán de motor de la economía –los Microsoft, Intel y Cisco ahora, y los Ford, General Electric o RCA antes– y también se logra una amplia cobertura con la nueva red de infraestructura que siempre ha formado parte de cada una de estas revoluciones (los canales de la revolución industrial y los ferrocarriles de la siguiente fueron «la Internet» de esas oleadas). Por supuesto que el colapso, además de grandes pérdidas para una parte de los inversionistas, crea una gran catástrofe en la economía real. La recesión que sigue y la indignación de la gente, traen al Estado de nuevo al ruedo a controlar al mundo financiero, a favorecer al capital productivo y a revertir en lo posible la polarización del ingreso que caracteriza los períodos de instalación.

La segunda mitad de la oleada –lo que he denominado «el despliegue»– es entonces un período muy distinto. Es un auge que aprovecha las nuevas tecnologías para innovar y crecer a todo lo ancho del aparato productivo, con tendencia al pleno empleo y a una mejor distribución de los beneficios del crecimiento.


Históricamente son esas las «épocas de bonanza» o «edades de oro» (aunque a veces puedan ser sólo «doradas» por encima). Al pánico de los canales en 1797 le sigue el gran salto inglés; el pánico de los ferrocarriles precede al boom victoriano; la crisis de Baring, entre otros grandes colapsos, precede a La Belle Époque; el crash de 1929 antecede al auge de la posguerra (después de un lapso de trece años, el más largo que haya ocurrido entre instalación y despliegue). La crisis actual puede dar lugar a una época de bonanza global y sustentable como forma de despliegue de la sociedad del conocimiento. Pero eso requiere un reacomodo institucional importante a nivel mundial y en cada país, para controlar el casino financiero y reorientar la inversión hacia las actividades productivas. Por supuesto que nada está escrito de antemano y la resistencia del poderosísimo mundo financiero de hoy puede impedir que se dé la mejor de las opciones.

CI: ¿En qué se sustentaría esa época de bonanza que ves posible?


CP: En el paradigma tecnoeconómico ya instalado. Cada revolución tecnológica merece ese nombre porque, junto con los nuevos productos, industrias e infraestructuras, trae aparejado un conjunto de tecnologías genéricas aplicables a todo lo largo y ancho del aparato productivo y formas radicalmente nuevas de organizarse, además de un cambio en la estructura general de precios que orienta la dirección de la innovación. Es precisamente ese conjunto de nuevas posibilidades técnicas y principios organizativos lo que transforma todos los otros sectores productivos y es lo que he denominado el paradigma tecnoeconómico de cada gran oleada. Es un nuevo sentido común para la máxima eficiencia. Su aplicación ofrece un salto cuántico en productividad y amplios espacios para la innovación en todas las actividades. De hecho, cada paradigma cambia los modos de producir y los estilos de vida y abre nuevas posibilidades en productos y servicios. Basta ver el amplísimo espectro de productos y servicios nuevos traídos por las tecnologías de la informática y las telecomunicaciones (TIC) y los que se vislumbran para enfrentar los retos ambientales.

Lo que ocurre durante los largos años de instalación de cada oleada es que el uso de las nuevas tecnologías va exigiendo abandonar los viejos modos de hacer las cosas y desarrollar otros más adecuados. Es así como se va construyendo el paradigma como un conjunto de principios de óptima práctica, conscientes en los inicios e inconscientes a medida que se generalizan. Por ejemplo, uno de los rasgos del paradigma de las TIC es el favorecer las organizaciones participativas en red en lugar de las pirámides de control vertical típicas del viejo paradigma de la producción en masa. Las redes fueron una gran novedad en los años ochenta y ahora son absolutamente obvias para quienes están incorporados al mundo moderno.

CI: ¿En qué otros aspectos es distinto el paradigma que comienza a imponerse a principios de los setenta del anterior y cuáles son sus potencialidades?

CP: La lista de diferencias es muy larga, claro. Pero quizás vale la pena discutir uno de los aspectos cuya importancia e implicaciones es enorme para entender el nuevo potencial y vislumbrar el futuro.

La producción en masa, ejemplarizada por Ford con su modelo-T en 1908, se basaba en maximizar el volumen de productos idénticos. Lo que garantizaba el bajo costo era precisamente la homogeneidad. Cuando Henry Ford ofreció «el color que usted quiera… ¡con tal de que sea negro!» estaba enunciando un principio fundamental de ese paradigma. Fue el mismo que utilizó Mao-Tse Tung cuando decidió vestir a toda la población –hombres, mujeres, adultos y niños– con el mismo traje azul, especie de liqui-liqui oriental. El «modo de vida americano» propagado por el cine y la televisión a lo largo y ancho del mundo logró homogeneizar los patrones de consumo casi universalmente y redujo muchísimo la variedad que antes había prevalecido. Así fue como lograron hacer consumidores a los trabajadores: los altos y crecientes niveles de productividad alcanzables con grandes volúmenes de productos idénticos permitían precios relativamente bajos y sueldos relativamente altos en los países desarrollados.


El paradigma de producción flexible de las TIC permite producir volúmenes aún mayores, pero con gran variedad. De hecho, la rentabilidad es mucho mayor cuando se logra un perfil variado de productos y cuando se les somete a la mejora continua tanto en productividad como en adaptación a los requisitos de la demanda. Eso ha modificado las formas de organización del trabajo enriqueciendo las tareas y ha elevado la variedad de la oferta con consecuencias inesperadas. Los alimentos «orgánicos», por ejemplo, defendidos por los hippies en los años sesenta en contra de la agricultura masiva con uso masivo de químicos, se han convertido en el segmento «premium» en los supermercados. Y el hecho de que se les incorporase en los anaqueles de los principales comercios facilitó la aparición de sistemas de transporte y distribución de productos en cantidades pequeñas. Eso, no sólo abre mercados para pequeños productores de alimentos cultivados con métodos tradicionales, sino que también puede permitir rescatar los antiguos sabores maravillosos de nuestras frutas y vegetales y valorarlos en los mercados mundiales. Eso va a requerir ciencia y tecnología para conservación y empaque, pero antes los volúmenes requeridos por el mercado eran inalcanzables incluso para productores medianos que aspiraran a exportar ese tipo de productos.


En esencia, se está dando un intenso proceso de segmentación de mercados, desde los más estandarizados, pasando por los adaptables y llegando hasta un amplísimo universo de nichos especializados. Esto se aplica a todos los sectores, sean materias primas brutas o procesadas, sean manufacturas o servicios. El espectro de posibilidades que esto abre para empresas y países de diferentes ubicaciones, tamaños y estadios de desarrollo es enorme.

Otro cambio fundamental es el abandono de la compartimentación y rutinización de funciones de las estructuras organizativas viejas a favor de la integración de tareas en equipos de trabajo con prácticas creativas de mejora continua. Eso puede llevar a elevar la calidad de vida en el trabajo. Esa forma de organización de la empresa global ha permitido subcontratar cada vez más funciones hacia empresas de países en desarrollo, desde las más sencillas como los centros telefónicos hasta actividades de alta tecnología, llegando hasta la investigación y desarrollo. Esto ha abierto oportunidades que no eran posibles cuando las estructuras centralizadas mantenían toda la cadena de valor dentro de la empresa internacional y todas las actividades importantes en los países de origen.

Y así podríamos seguir analizando diferencias y recorrer el camino de sus posibles consecuencias –buenas y malas– o simplemente distintas. Cada paradigma trae la apertura de un campo inédito de posibilidades y cierra otros por obsoletos; trae un conjunto de ventajas aprovechables y un conjunto de riesgos a enfrentar y tratar de evitar o superar. Lo que sí es importante es empeñarse en comprender esas diferencias para no quedarse atrapado en las condiciones del mundo del pasado y no perder la posibilidad de construir el mejor de los futuros viables.


CI: En las fases de instalación-despliegue-maduración y crisis de un paradigma, es decir, dentro de la lógica recurrente del proceso, ¿cuál es el margen de libertad con que cuentan los actores sociales para modificar el derrotero de los acontecimientos? Me gustaría si pudieses vincular tu respuesta con la crítica que te han hecho algunos estudiosos sobre el determinismo tecnológico que trasluce tu pensamiento.


CP: Es muy sencillo. Lo que brinda cada revolución tecnológica es un inmenso potencial de generación de riqueza que puede ser orientado de mil maneras dentro del amplísimo campo de lo posible. Son las fuerzas sociales las que determinan la dirección en la cual se va a aprovechar ese potencial. Para darte un ejemplo extremo, la revolución de la producción en masa sirvió para montar cuatro sistemas profundamente distintos: la democracia keynesiana, el sistema soviético, el nazi-fascismo y el desarrollismo estatista del tercer mundo. Y cada uno de esos sistemas presentó múltiples variantes. Baste recordar las diferencias entre la democracia en Suecia y en Estados Unidos o entre el socialismo soviético y el chino.

Esencialmente, las tecnologías nuevas y su paradigma de óptima práctica son como el escenario sobre el cual se monta la obra político-social. Pero es importante entender dos cosas: uno, que al pasado no se vuelve y, dos, que lo que cambia no son los valores, los principios o los objetivos sociales, sino los métodos viables de alcanzarlos. Para darte sólo un ejemplo: la posición de izquierda en un mundo como el del «fordismo» buscaba la justicia mediante la homogenización de los modos de consumo y el estilo de vida (con formas como el igualitarismo o la homologación); la misma posición en este paradigma podría tener como meta la «satisfacción equivalente» respetando y valorando distintos modos de vida, distintas identidades y distintas formas de medir el logro.


CI: Hace varios años hablaste de una probable catástrofe bursátil y de una severa recesión mundial ¿desde cuándo comenzaron a presentarse los primeros síntomas?


CP: En verdad yo pensé que ya el desplome del Nasdaq en el 20001 era el gran colapso que obligaría al Estado a entrar en la economía y a cambiar el rumbo, reorientando las finanzas hacia la expansión productiva. Así lo dije en el epílogo de mi libro del 2002 y en otros artículos. Pero en ellos ya comentaba que las políticas utilizadas para salir de la recesión subsiguiente no iban en esa dirección y que quizás veríamos «una o dos grandes sacudidas más».

La intensa inyección de dinero y la baja de las tasas de interés con las que Greenspan2 decidió enfrentar la recesión (y superar el impacto económico del ataque a las torres gemelas) me hicieron sospechar que, en lugar de redireccionar las finanzas hacia la producción, se estaban creando las condiciones para un casino todavía más intenso que el de los noventa. Ya a partir de mediados del 2004 se observaba la inflación acelerada de las burbujas inmobiliarias en todas las ciudades importantes y el desmedido aumento de los llamados «derivativos» y otros instrumentos financieros «sintéticos». Y en el 2006 los síntomas de desacoplamiento entre la economía de papel y la economía real eran tan obvios que sólo el que no quisiera verlos se podía hacer ilusiones sobre la sostenibilidad de los valores de la bolsa y de los precios inmobiliarios.


CI: En aquél momento dijiste que esa catástrofe parecía ser inevitable para que el capital internacional y los Estados reaccionaran. Es decir que una crisis de estas dimensiones ¿pudo ser evitada?


CP: El problema es que el capitalismo no aprende de su propia historia porque sus mecanismos de acción basados en el mercado siempre caen en la falacia de agregación y siempre necesitan estrellarse contra la pared antes de encontrar el nuevo rumbo. Cuando un producto nuevo tiene éxito y da grandes beneficios, viene un enjambre de imitadores a buscar ganancias extraordinarias. El resultado es que los precios terminan bajando por el exceso de competencia y al final quedan unos pocos productores en el mercado. Pero cuando viene el siguiente producto exitoso, incluso en el mismo sector, el fenómeno se repite tal cual.

Algo similar pasa con estas grandes burbujas. En primer lugar, su desarrollo mismo es un típico proceso de imitación del éxito. Las rápidas ganancias bursátiles atraen a más y más inversionistas hasta que se llega a niveles tan absurdos que cualquier pequeño susto desata el pánico general. Y en esa atmósfera de euforia por la ganancia fácil se produce también un relajamiento de la moral y la prudencia, es un gran casino sin reglas ni control. Lo que trae la intervención del Estado para poner orden después de la catástrofe es la indignación que produce esa combinación de grandes pérdidas y de escandalosas revelaciones de fraude, irresponsabilidad e inmoralidad. Por eso, si las consecuencias no son suficientemente indignantes y devastadoras, si la recesión no es suficientemente profunda ni el sufrimiento suficientemente grande, no hay fuerza que obligue a los políticos a meter en cintura al poderosísimo mundo financiero, del cual se han vuelto económicamente dependientes. Es por eso que sólo una recesión o depresión de gran magnitud y una enorme indignación pública aseguran que se tomen las acciones necesarias para desatar la «época de bonanza».

Es así como el capitalismo asume esa forma pendular que he podido identificar como secuencia característica a lo largo de estos doscientos y tantos años. Dos o tres décadas turbulentas regidas por el libre mercado y marcadas por el individualismo, hasta darse contra el muro al colapsar las grandes burbujas bursátiles y, luego, dos o tres décadas de mayor bienestar general con crecimiento más ordenado hasta darse contra el muro de la madurez tecnológica, el agotamiento de los mercados y la impotencia de los mecanismos del Estado para impedir la declinación.

CI: ¿Cuáles son las pautas que deberían seguir en la actualidad los Estados-nación y las instancias supranacionales para sacar el mejor provecho de la crisis? Me refiero en términos tanto de política económica como social e institucional.


CP: Lo primero es, por supuesto, lograr poner al paciente en terapia intensiva y sacarlo vivo. La mayoría de las medidas que se están tomando ahora no son más que eso. Pero son indispensables para tratar de evitar caer en una depresión global. Cuando ya se sale de la fase crítica hay que rediseñar el marco regulatorio y la arquitectura financiera para cambiar la estructura de incentivos y riesgos, y modificar las condiciones del mercado. Eso significa dificultar y hacer poco rentables las inversiones tipo casino y facilitar y hacer muy beneficiosas las inversiones en la economía real. Esto incluye el perfil impositivo además de otras medidas. Pero en este caso hay dos elementos que son indispensables para que las finanzas cumplan su rol de facilitación del crecimiento: la transparencia y las reglas mínimas globales (con una institución idónea con poder coercitivo). Lo primero es obvio y no tan difícil de lograr tecnológicamente; lo segundo es indispensable para que no haya competencia hacia abajo en el terreno regulatorio, pero es sumamente difícil de lograr políticamente. Sin embargo, dada la infraestructura comunicacional global, ya las fronteras nacionales son irrelevantes para el mundo financiero. Solo una o varias instituciones globales pueden poner orden en esos mercados sin límites geográficos.

Pero el verdadero esfuerzo orientador tiene que ver con las medidas para traspasar el control de la inversión de manos del capital financiero a las del capital productivo. La época de bonanza depende de la expansión y la innovación ininterrumpidas y de la posibilidad de hacer inversiones a largo plazo sin temor a ser castigado por la bolsa en espera de ganancias inmediatas. Es un cambio del clima económico que sólo se logra con políticas que favorezcan la inversión «paciente». El principal instrumento para eso es la política impositiva.

No obstante lo que se pueda lograr con eso, considero que esta vez hay que ir mucho más allá. Hay que inventar un nuevo modo de hacer política industrial. El potencial que brinda el paradigma de las TIC abre universos de posibilidades a ser moldeadas por los agentes sociales. Creo que es evidente que una de las principales fuerzas enrumbadoras de ese potencial es la cuestión ambiental, tanto en lo que concierne al calentamiento global como en relación con todas las formas de contaminación y con los límites en la disponibilidad de materias primas. Regulación, impuestos y subsidios son los principales instrumentos para cambiar la rentabilidad de los viejos hábitos contaminantes y reducir los costos relativos de las nuevas tecnologías protectoras del ambiente. En esencia, hay que inclinar fuertemente el campo de juego en la dirección de la sustentabilidad. Las posibilidades de crear riqueza y empleo mediante la renovación de la base productiva y de la infraestructura son tan dinamizadoras como lo fue la necesidad de reconstruir a Europa después de la guerra. De hecho, yo diría que el ambientalismo no es sólo la solución para salvar el planeta, sino también la mejor manera de salvar la economía mundial.

La otra fuerza direccionadora es la globalización misma. La mejor garantía de crecimiento para los países avanzados es que haya desarrollo en todos los países y no sólo en los asiáticos. La globalización plena es la mayor fuerza acrecentadora del mercado para todos los países. Las formas de financiamiento que impulsen y faciliten la inversión en los países que han quedado marginados del crecimiento en estos últimos años son indispensables para ampliar las redes del comercio mundial y, de paso, reducir las tensiones, las migraciones y la violencia que han sido características del período de instalación.

Por supuesto que del lado de los países en desarrollo las decisiones estratégicas tienen que ser mucho más fuertes y definidas. En un mundo tan competitivo y creativo como el creado por el paradigma de las TIC eso significa identificar las oportunidades tecnológicas y empeñarse en aprovecharlas. Pero eso no se puede lograr con decisiones centrales de gobierno. Hay que aprender a construir consensos entre el sector privado, el sector público y la sociedad en su conjunto. Si no hay sinergias, si no hay convergencias hacia rumbos predefinidos y acordados en función de las oportunidades tecnológicas que puede aprovechar cada país, no se puede lograr un salto en el desarrollo. La creatividad bien orientada es indispensable para el éxito en este paradigma y la creatividad no se decreta.

Como podrás imaginar, todo esto dibuja un panorama de cambios profundos en el sector público, tanto en sus competencias como en sus modos de actuar. Las burocracias rutinizadas no sirven ahora, aunque hayan servido en el paradigma anterior. De hecho, esas estructuras que hoy tiene el sector público en la mayoría de los países son copiadas de lo que fueron las pirámides compartimentadas que fueron tan efectivas para las grandes empresas en el mundo de la producción en masa. Las empresas las han dejado atrás para adoptar redes flexibles, participativas, adaptables e innovativas. Una vez más al Estado le toca adoptar las mejores estructuras y modos de comportamiento disponibles para poder lograr sus objetivos.


CI: Por las tendencias observadas desde que se desató la crisis financiera, ¿consideras que se va en el camino correcto, que en las economías más desarrolladas se está produciendo el tránsito del dominio del capital financiero al del capital productivo?

CP: Desgraciadamente no. Por ahora se está celebrando el éxito de las medidas de terapia intensiva como si ya eso fuera el fin de la crisis. Me temo que bajar las tasas de interés e inyectar liquidez fue lo mismo que hizo Greenspan después del colapso del Nasdaq en el 2000 y lo que logró fue que se formara una burbuja aún mayor. Si se quedan en el espacio del mundo financiero estaremos entrando en una montaña rusa de auges y descalabros sucesivos.

CI: Y en el campo institucional, ¿se están produciendo en la actualidad los cambios en los organismos estatales en el sentido que tú consideras necesario?; es decir, ¿están pasando a adoptar modos más flexibles, dialogantes y creativos?

CP: Hay países como los escandinavos donde esos cambios se han ido produciendo. Pero en los más poderosos y centrales a la economía mundial el avance ha sido muy inconsistente y desigual. Hay muchos puntos de luz aquí y allá, pero falta mucho camino por recorrer. No obstante, para ser realista en el juicio, es importante recordar que montar las estructuras del Estado del Bienestar después de la Segunda Guerra Mundial tomó años e involucró numerosos procesos de ensayo y error y mucho aprendizaje.

CI: Pasemos ahora a América Latina: tú has catalogado como suma positiva la estrategia de sustitución de importaciones que tuvo lugar en América Latina, pero, ¿qué pasó que nuestro continente no pudo después transitar hacia una estrategia exitosa como sí lo hicieron los llamados tigres asiáticos? ¿Estás de acuerdo con Stiglitz cuando dice que fue determinante la subida de las tasas de interés en EE. UU. y de allí la crisis de la deuda a comienzos de los ochenta?


CP: Considero que dadas las limitantes del momento, la industrialización por sustitución de importaciones (ISI) alcanzó niveles de crecimiento económico mucho mayores que los que se han logrado desde la «década perdida» de los ochenta. Fue por supuesto un crecimiento desigual de un país a otro y de una región a otra y dejó a una parte sustancial de la población fuera de sus beneficios. A menudo se critica con razón que el haber hecho sólo las últimas fases del ensamblaje de los productos no permitió ni el aprendizaje tecnológico ni la innovación. Eso es cierto en lo que concierne a las industrias maduras de ensamblaje. Pero tener esas aparentes «industrias»en número significativo creó un conjunto de necesidades a su alrededor donde sí se logró aprendizaje: construcción (carreteras, puertos, estructuras, etc.); banca, comercio y distribución; gerencia de empresas grandes y pequeñas; servicios de infraestructura (agua, electricidad, teléfonos, transporte, etc.); industrias de procesos (alimentos, cerveza, cemento, papel, botellas, metalurgia, etc.). 

Además se continuó el aprendizaje previo (en algunos casos, intensificado) en producción de materias primas: minería, petróleo, agricultura, ganadería, pesca, etc. En ese sentido se puede decir que la ISI actuó como «motor de arranque» del aprendizaje del resto de la economía ¡y la estrategia funcionó mientras fue adecuada!

Lo que pasó en América Latina es que las capas sociales que se beneficiaron de esas políticas –los que montaron las industrias subsidiadas– y los que manejaban los recursos públicos desde el Gobierno y las empresas del Estado se acostumbraron a tener éxito y a beneficiarse sin necesidad de competir ni innovar. En el fondo, lo que financió la sustitución de importaciones fueron los fondos provenientes de los recursos naturales. Los surcoreanos, en cambio, al igual que otros asiáticos, tuvieron que financiar el proceso haciendo que el proceso mismo generara los fondos. De allí que iniciaran la promoción de exportaciones desde el inicio y que no pudieran darse el lujo de mantener la protección para siempre.

En cuanto a la hipótesis de Stiglitz, no la veo como causa sino como agravante. Crisis de la deuda ha habido en América Latina en cada período de instalación. Así lo demuestro en mi libro Revoluciones tecnológicas y capital financiero, utilizando los datos históricos de Marichal al respecto. Por supuesto que la Reserva Federal de EE. UU. subió las tasas de interés de manera desorbitada y eso aumentó la carga de la deuda, pero esa subida fue causada por el mismo fenómeno que hizo que los bancos vinieran a prestarnos dinero a borbotones, es decir, por el agotamiento del paradigma. Paul Volcker enfrentó la inflación resultante subiendo las tasas hasta niveles inusitados, mientras los bancos enfrentaban la falta de oportunidades de inversión con préstamos a empresas privadas y públicas del Tercer Mundo (dispuestas a pagar cualquier tasa, especialmente si eran funcionarios públicos y el dinero no saldría de su propio bolsillo). Lo otro que hizo el mundo financiero con el dinero ocioso fue invertir en microelectrónica. Y cuando la revolución informática despegó, se fueron a ocuparse de ella, a financiar la modernización de las industrias maduras y a apoyar la globalización financiera que culminó en el casino ya conocido. Entonces no les hacía falta dar préstamos por estos lados.

CI: Tú has planteado que América Latina tiene ahora una oportunidad para dar un salto en el desarrollo: ¿cuál es la estrategia económico-productiva que podría hacer eso posible?


CP: Cada período en la difusión de un paradigma abre oportunidades distintas. Como ya dijimos, América Latina aprovechó la madurez del paradigma de la producción en masa para montar la ISI juntando los intereses de las empresas maduras del mundo en desarrollo en busca de mercados y los Estados del tercer Mundo en busca de rutas de crecimiento. Uno de los principales resultados de ese período en el continente fue la creación de una amplia capa media educada; una de las principales fallas fue el mantenimiento de grandes porciones de la población en la pobreza.

La oportunidad siguiente vino con la revolución informática en los años ochenta y noventa. Esa fue la que aprovecharon los asiáticos, y varios han logrado ya procesos de desarrollo irreversibles. De hecho, ese tipo de saltos se han dado históricamente durante los períodos de instalación de cada oleada. Nosotros la desperdiciamos. Ello, en verdad, no sólo se debió al aspecto sociopolítico –y casi cultural– que te mencioné anteriormente, sino también a que las industrias que vinieron con la ISI fueron fundamentalmente las de automóviles, electrodomésticos, etc. y no las más directamente asociadas a la electrónica. 

Fueron los japoneses y los «cuatro tigres» los que se convirtieron en productores de transistores, resistencias y otros componentes electrónicos; los que exportaron desde los cincuenta los radiecitos y tocadiscos portátiles. De hecho, cuando en América Latina se ensamblaban televisores y radios, los componentes tendían a venir de esos países asiáticos y no de EE. UU. o de Europa. Es así como aquellos países adquirieron la experiencia temprana que les permitió dar el salto cuando vino la revolución tecnológica. No es por azar que Corea del Sur logra colocarse a la cabeza de la industria de memorias RAM, desplazando incluso a los norteamericanos, mediante calidad y bajo costo. Ese tipo de salto se basa en largos años de acumulación de experiencia y conocimiento.

Lo que se nos presenta hoy como oportunidad es especializarnos en las industrias de procesos alrededor de los recursos naturales. A estas alturas, ya los asiáticos, con China a la cabeza, se han convertido en la fábrica ensambladora del mundo. Aun con los bajísimos sueldos de nuestra población, no podemos competir con los de ellos. Nos toca más bien buscar un espacio complementario donde ubicarnos con ventaja. Ellos tienen mucha gente y pocos recursos naturales; nosotros, por el contrario tenemos abundancia de recurso y, en comparación, una baja densidad poblacional. América Latina puede combinar tecnología con recursos naturales y convertirse en un proveedor de energía, materiales e insumos (básicos y especiales, naturales y sintéticos, macro y nano) y de productos biológicos (tradicionales y de avanzada, ecológicos y biotecnológicos). Ello se haría según la dotación de cada país y aprovechando la segmentación de mercados en numerosísimos nichos de especialidad. Ello se haría estableciendo alianzas locales e internacionales en las industrias de base minera, energética y biológica y las transformadoras agroindustriales, químicas y metalúrgicas. En todas estas industrias hay mucho que mejorar con el nuevo paradigma y muchos espacios para innovar. Nuestra geografía y nuestra historia nos han colocado en posición de aprovechar esa oportunidad. Y lo más importante es que es altamente probable que la próxima revolución tecnológica sea alguna combinación de biotecnología, nanotecnología y materiales a pedido. 

Una estrategia basada en las ciencias de la vida y de materiales nos pondría precisamente en condiciones de dar el salto dentro de unas décadas, en el período de instalación de la próxima oleada tecnológica, después de haber logrado el crecimiento sostenido en el despliegue de la actual.


CI: Te he escuchado decir que esa estrategia haría viable el objetivo de superar la inaceptable pobreza y polarización social de nuestro continente. Pero las industrias de procesos son intensivas en capital y no en mano de obra. ¿Cómo se lograría entonces ese objetivo?

CP: En efecto, esas industrias, a diferencia de las de fabricación no utilizan mucha mano de obra y, en general, tienen un perfil alto de calificaciones. Eso obliga a que la estrategia tenga que perseguir dos metas distintas y complementarias. Una, crecimiento económico y posicionamiento global competitivo, la otra, pleno empleo y bienestar para todos. Habrá que adoptar para ello lo que he llamado una estrategia dual integrada con dos modos complementarios de abordar el desarrollo.


Por un lado, perseguiríamos la especialización estratégica en lo que serían los sectores «remolque» del crecimiento con base en los recursos naturales de cada país. En ellos se desarrollarían y aplicarían tecnologías competitivas en los mercados globales. Por otro lado, se llevaría a cabo el desarrollo diferenciado de cada rincón del territorio con base en la vocación productiva local, identificada o promovida (destinada a mercados locales o globales).

Se trata de una estrategia dual que requeriría políticas y redes de apoyo diferenciadas. Pero, tanto en un caso como en el otro, se aprovecharían las ventajas del paradigma de las TIC en términos de organización en clusters y en redes locales y globales, comunicaciones directas con los mercados donde quiera que estos se encuentren, mercados especializados de tipo nicho –desde los «orgánicos» y «fair trade» hasta los más sofisticados servicios de alta tecnología–.


CI: No parece una estrategia sencilla de montar, ¿de qué crees que depende que pueda ser puesta en práctica?

CP: Creo que sólo con una enorme voluntad política para construir consensos y una disposición nacional ambiciosa se pueden lograr los esfuerzos creativos, intensivos y convergentes, que una estrategia como esta requiere. Basta leer los estudios sobre el salto de Japón a segunda potencia mundial con sus ejercicios de «visión» apoyados por el legendario MITI, donde los sectores privado y público diseñaban el futuro conjuntamente; o la experiencia del salto de Corea, Singapur o Taiwan con procesos distintos pero esencialmente similares en la esencia colaborativa. Y todo eso requiere también la disposición a elevar significativamente la calidad, cobertura y densidad de la educación y el apoyo decidido a la ciencia, la tecnología y la innovación.

CI: ¿Cuáles son los países de América Latina mejor posicionados para montar exitosamente una estrategia como la que propones y por qué?


CP: Creo que el país mejor posicionado actualmente es Brasil. Tiene una gran abundancia y variedad de recursos naturales, un sector productivo emprendedor y ambicioso, una capacidad científica ya probada en asociación con la industria (dos casos conocidos son el desarrollo de variedades de eucalipto y el descubrimiento de petróleo a grandes profundidades submarinas), un Estado nacional dispuesto a construir grandes visiones y gobiernos estadales con disposición a experimentar nuevos modos de alcanzar el desarrollo. Ese poder descentralizado tiene la gran ventaja de permitir el equivalente de experiencias «piloto» que luego pueden ser imitadas y adaptadas en otras partes del país. El gran problema de Brasil es la extremada polarización del ingreso, creo que es la peor de América Latina exceptuando a Haití. Por ello es el país donde la estrategia propuesta tiene mayores posibilidades y donde tiene mayor urgencia.

Otro país con muy buenas condiciones es Chile. De hecho, casi se puede decir que su actual estrategia de desarrollo se corresponde con los lineamientos básicos de la propuesta y los coloca en posición de despegue, si quisieran aplicar el modelo completo.

Pero, en general, de una u otra manera todos los países latinoamericanos tienen las condiciones requeridas para aprovechar la oportunidad actual. Pienso además que la variedad favorece una mejor integración del continente. En el pasado, cuando se intentó armar el Pacto Andino o un área más amplia de libre comercio, descubrimos para nuestro horror que la ISI nos había puesto a producir lo mismo. Claro, todos consumíamos lo mismo y esas fueron las importaciones que sustituimos. Ahora, si logramos una diversificación alrededor de nuestros recursos, no sólo tendremos capacidad para intercambiar comercialmente, sino que los países más avanzados en cada sector pueden encabezar redes regionales de especialización y así llegar con mayor fortaleza a los mercados globales.


CI: Ya para finalizar, no puedo dejar de preguntarte sobre Venezuela, que es también tu país: ¿crees que hay algún indicio de que estamos aprovechando la ventana de oportunidad?

Lamentablemente no. Me temo que el enfrentamiento entre el sector público y el privado y la misma división de la sociedad en bandos irreconciliables imposibilita no sólo el consenso necesario sino también el espíritu emprendedor e innovativo requerido para aprovechar esta oportunidad. Lo mismo ocurre con la reversión del proceso descentralizador. El modelo centralizado del viejo paradigma está obsoleto y es impotente para despertar la iniciativa y la creatividad. Nadie es creativo por órdenes superiores. Es una lástima, porque Venezuela, desde el punto de vista de sus recursos, de su ubicación geográfica y del entusiasmo de su gente, sería un país ideal para aprovechar esta oportunidad.


Notas:

1 Se refiere a la caída de la bolsa de valores electrónica de Nueva York en la primavera del 2000.
2 Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal de EE. UU. entre 1987 y 2006.////










¿Qué es el exceso de liquidez y por qué es importante?


28 de diciembre de 2017 https://www.ecb.europa.eu/explainers/tell-me-more/html/excess_liquidity.es.html
El BCE y los bancos centrales nacionales de los países de la zona del euro, que juntos forman el Eurosistema, han prestado cantidades ilimitadas de dinero a los bancos comerciales en respuesta a la crisis financiera. También han comprado bonos de los participantes en el mercado. Como resultado, hay más dinero, o liquidez, en el conjunto del sistema bancario de lo que es estrictamente necesario. Es lo que se conoce como exceso de liquidez.
¿Pero qué es exactamente el exceso de liquidez? ¿Qué hacen los bancos con ella? ¿Simplemente se queda parada sin ayudar en modo alguno a la economía o a los ciudadanos como se dice a veces?

¿Qué es exactamente el exceso de liquidez?


En primer lugar, veamos qué se entiende por liquidez y cuál es la función del banco central al proporcionarla. Mientras que los bancos saneados pueden mantener activos a largo plazo, como préstamos hipotecarios, deben hacer frente a solicitudes de reembolso de pasivos a muy corto plazo, por ejemplo, el efectivo dispensado por los cajeros automáticos. Los bancos comerciales también necesitan liquidez para cubrir sus reservas mínimas obligatorias. Un lugar al que los bancos solventes pueden dirigirse para obtener dicha liquidez a corto plazo es el banco central. La liquidez disponible en el sistema bancario que exceda las necesidades de los bancos comerciales se denomina exceso de liquidez.

¿Qué hacen los bancos con el exceso de liquidez?


Los bancos comerciales mantienen cuentas corrientes con los bancos centrales. Cualquier (exceso de) liquidez permanece en dichas cuentas con el banco central o en la facilidad de depósito. En otras palabras, el exceso de liquidez permanece, por definición, en el banco central. Un banco individual puede reducir su exceso de liquidez, por ejemplo, prestando a otros bancos, comprando activos o transfiriendo fondos por cuenta de sus clientes, pero el conjunto del sistema bancario no puede hacerlo, porque la liquidez siempre termina en otro banco y, en última instancia, en una cuenta con el banco central. Se trata de un sistema autónomo o, dicho de otro modo, cerrado. La liquidez no puede salir de la zona del euro, excepto físicamente en forma de billetes.
Si un inversor de la zona del euro desea comprar, por ejemplo, bonos de empresas de Estados Unidos, deberá, en primer lugar, convertir su dinero a dólares. Para ello, el inversor necesitará vender euros a cambio de dólares, posiblemente a la filial en la zona del euro de un banco estadounidense. Los dólares podrán utilizarse entonces para invertir en bonos de empresas de Estados Unidos, y los euros permanecerán en la cuenta de la filial europea del banco estadounidense, la cual también tiene una cuenta con el banco central nacional.

¿Por qué permite el BCE que exista exceso de liquidez?


Hasta el inicio de la crisis financiera, el BCE satisfacía más o menos exactamente las necesidades de liquidez del sistema bancario de la zona del euro. Realizaba una estimación semanal de dichas necesidades y suministraba esa cantidad de dinero mediante préstamos a los bancos. Estos pujaban por dichos préstamos en una subasta y el BCE se aseguraba de que cubrieran las necesidades del sector bancario en su conjunto. Una vez dentro del sistema, la liquidez se redistribuía entre los bancos, a través del préstamo interbancario, en función de las necesidades individuales.
En octubre de 2008, ante la grave crisis financiera derivada de la quiebra de Lehman Brothers, el BCE introdujo un procedimiento de subasta con adjudicación plena, por el cual los bancos pueden obtener tanta liquidez como deseen siempre que aporten activos de garantía admisibles suficientes. El motivo de este cambio es que los bancos ya no redistribuían la liquidez a través del préstamo interbancario como lo hacían antes de la crisis. La consiguiente falta de confianza en el mecanismo de redistribución habría llevado a una situación en la que los bancos competirían agresivamente en las subastas de liquidez, haciendo aumentar los tipos de interés de estos préstamos. El sistema de adjudicación plena aún está vigente y evita estos riesgos ya que cada banco puede obtener tanta liquidez como necesite.
Con el cambio al nuevo sistema de adjudicación plena, resultaba más conveniente para los bancos solicitar un poco más de liquidez, que un poco menos, y esto ha llevado al conjunto del sistema bancario a obtener más liquidez de la estrictamente necesaria para atender la demanda de efectivo de sus clientes y cumplir las exigencias de reservas mínimas. Ello se ha traducido en un exceso de liquidez en el sistema.
Como consecuencia de este exceso de liquidez, los tipos de interés de mercado se han mantenido bajos. Para las empresas y los ciudadanos, esto significa que pueden conseguir préstamos más baratos, lo que contribuye a que la economía se recupere de la crisis financiera y económica, y permite al sistema bancario acumular reservas de liquidez.
El exceso de liquidez ha aumentado aún más tras la puesta en marcha por el BCE de un programa de compras de activos, que ha incrementado el grado de acomodación monetaria en un momento en el que los tipos de interés no podían reducirse mucho más.

¿Entonces el dinero no se queda parado en el banco central?


El hecho de que el dinero (electrónico) y el exceso de liquidez terminen siempre en el banco central no significa que no se utilicen en la economía. Veamos el siguiente ejemplo:
Exceso de liquidez
La empresa 1 desea invertir en maquinaria nueva y solicita un préstamo a su banco (el banco 1), el cual tiene exceso de liquidez. La empresa 1 obtiene el dinero, pero este permanece en su cuenta con el banco 1 hasta que decide utilizarlo. El banco 1 tiene cuenta con el banco central, donde mantiene su exceso de liquidez. El préstamo no ha alterado el exceso de liquidez del banco 1. Ahora la empresa 1 decide comprar la maquinaria a la empresa 2 y ordena al banco 1 transferir el dinero al banco de la empresa 2 (el banco 2), que tiene exceso de liquidez. El banco 2 también tiene cuenta con el banco central, al que transfiere el dinero que recibe del banco 1. El pago de la maquinaria reduce el exceso de liquidez del banco 1 e incrementa el exceso de liquidez del banco 2. Como resultado, el préstamo y la compra de la maquinaria no alteran el exceso de liquidez en el sistema bancario. El préstamo se ha concedido y el dinero se ha destinado a una inversión en la economía.
La existencia de un exceso de liquidez no es un indicador del volumen de préstamo concedido en la economía. Son las cifras sobre préstamos bancarios y las tasas de crecimiento de los préstamos que el BCE publica mensualmente las que dan una indicación de la evolución del préstamo bancario.

¿Qué diferencia existe entre que un banco coloque su exceso de liquidez en la facilidad de depósito o en su cuenta corriente?


Actualmente, ninguna. En el pasado, los bancos recibían intereses por el dinero que mantenían en la facilidad de depósito. Desde que el BCE decidió introducir un tipo de interés negativo para la facilidad de depósito, los saldos en cuentas corrientes (que superen las reservas mínimas obligatorias) y la facilidad de depósito reciben el mismo tratamiento.////





BALANCE FINANCIERO

El ahorro en depósitos y efectivo supera por primera vez los 900.000 millones  m/Euros, en Junio 2.019; pese a los tipos cero;                                        EN 2.018 FUERON 883.017 M/Euros.

Las imposiciones a plazo se elevan en casi 69.000 millones en el último año y en 30.000 millones solo en el segundo trimestre


Los tipos de interés al cero y las ínfimas rentabilidades que ofrece por los depósitos no son obstáculo alguno para que continúe elevándose el volumen de ahorro de los españoles. La cuantía de las familias en depósitos y efectivo superó al cierre de junio por primera vez los 900.000 millones de euros, hasta alcanzar los 915.008 millones de euros. De esta cantidad, 688.995 millones de euros corresponden a depósitos a plazo, la cuantía más elevada según la serie histórica que publica el Banco de España.
La incertidumbre económica y política y las claras señales de desaceleración están impulsando el ahorro entre los españoles, sin que la buena marcha de la Bolsa en lo que va de año haya dirigido apenas la inversión hacia productos capaces de ofrecer más rentabilidad como los fondos. En el contexto actual, los españoles prefieren ahorrar, una tendencia que se refleja en el menor crecimiento económico observado en el segundo trimestre. El PIB español creció entre abril y junio el 0,4%, una décima menos que en el primer trimestre, y el consumo apenas se incrementó el 0,1%, dos décimas menos que entre enero y marzo.

La preferencia por dejar el dinero a buen recaudo en el banco, en depósitos a plazo, provocó además un descenso en el volumen de dinero en efectivo de las familias. Así, mientras la cifra en depósitos ha crecido en el último año en casi 69.000 millones de euros, la cuantía en efectivo se redujo en 7.340 millones de euros, hasta los 54.049 millones.
La aversión al riesgo de las familias españolas también se refleja en un ligero descenso del ahorro en fondos de inversión en el último año, hasta los 325.678 millones de euros. El volumen destinado a este vehículo sí crece en lo que va de año, en más de 18.000 millones desde el pasado diciembre. Y avanza en más de 4.000 millones durante el segundo trimestre, aunque en una cuantía muy inferior a la riqueza destinada entre abril y junio a los depósitos a plazo, por 30.301 millones de euros.
Los depósitos siguen acaparando la inversión financiera de las familias españolas, con el 39% del total de su ahorro en efectivo e imposiciones a plazo. Le siguen las participaciones en el capital, con el 27% del total, los seguros y fondos de pensiones, con el 16%, y las participaciones en fondos de inversión, con el 14% del total.
 Al menos, y a pesar del impacto de los tipos cero en el ahorro, la riqueza financiera neta de las familias españolas e instituciones sin fines de lucro al servicio de los hogares-que mide la diferencia entre sus ahorros y sus deudas- creció al cierre de junio el 5,2% interanual, hasta alcanzar un nuevo máximo histórico en 1,572 millones de euros. La disminución de la deuda y la revalorización de los activos financieros han permitido este nuevo récord.


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