jueves, 17 de septiembre de 2020

V.I. LENIN GOBERNANDO CON LOS COMISARIOS DEL PUEBLO,...EL PAPEL DEL .P. BOLCHEVIQUE. ¡¡¡¡.

EPRODUCIMOS,...CON TIEMPO,LE ENTRAREMOS ALGO A LAS IDEAS ¡¡??¡¡ 

ANIVERSARIO MUERTE LENIN  

La nota biográfica de Trotsky sobre Lenin

 https://www.laizquierdadiario.cl/La-nota-biografica-de-Trotsky-sobre-Lenin 

En un nuevo aniversario de la muerte de Lenin, traemos una nota biográfica que el revolucionario ruso León Trotsky escribió para la Enciclopedia Británica 14° edición de 1929. Nota publicada en español por el Instituto del Pensamiento Socialista Karl Marx en el Libro "Lenin" de León Trotsky.   

Domingo 21 de enero de 2018 



 
LENIN, Vladimir Ilich Ulianov (1870-1924), fundador y espíritu guiador de las Repúblicas Soviéticas y la Internacional Comunista,

Escrito por: León Trotsky (1)  (ver notas al pie al final del artículo) LENIN, Vladimir Ilich Ulianov (1870-1924), fundador y espíritu guiador de las Repúblicas Soviéticas y la Internacional Comunista, el discípulo de Marx, el líder Partido Bolchevique y el organizador de la Revolución de Octubre en Rusia, nació el 9 de abril de 1870, en la ciudad de Simbirsk, en la actualidad Ulianovsk. Su padre, Ilya Nikolaievich, era maestro de escuela. Su madre, María Alexandrovna, era hija de un doctor llamado Berg (2). Su hermano mayor se unió a la “Narodovoltze” (una sociedad terrorista revolucionaria) (3) y participó en el fallido atentado contra la vida de Alejandro III, fue ejecutado (en 1891); éste fue un factor determinante en la vida de Lenin.  

Primeros años: El tercero de una familia de seis, Lenin completó su curso en el gimnasio [liceo] de Simbirsk en 1887 y obtuvo la medalla de oro. Ingresó a la Universidad de Kazán para estudiar Derecho, pero en diciembre del mismo año fue expulsado por haber participado en una reunión de estudiantes y desterrado de su región. No fue sino hasta el otoño de 1889 que se le permitió regresar a Kazán, donde empezó a hacer un estudio sistemático de Marx y conoció a los miembros del círculo marxista local. En 1891 Lenin aprobó los exámenes de derecho de la universidad de San Petersburgo (4), y en 1892 empezó a ejercer como abogado en Samara, compareciendo por la defensa en varios juicios. Su vida, sin embargo, estuvo principalmente dedicada al estudio del marxismo y su aplicación al desarrollo económico y político de Rusia y, subsecuentemente, de todo el mundo.  

En 1894, se mudó a San Petersburgo, y empezó su trabajo de propaganda. A este período corresponden los primeros escritos polémicos de Lenin dirigidos contra el partido popular y pasaron de mano en mano en forma de manuscrito.  

Inmediatamente después, Lenin empezó una lucha teórica en la prensa contra los falsificadores de Marx. En abril de 1895 primero viajó al exterior a reunirse con Plejanov, Zasulich, Axelrod y el Grupo Marxista conocido como el Osvobojdenie Truda (Emancipación del Trabajo). A su regreso a San Petersburgo, organizó el ilegal “Sindicato para la liberación de la Clase Trabajadora”, el cual rápidamente se transformó en una importante organización que llevaba adelante tareas de propaganda entre los trabajadores. En diciembre de 1895 Lenin y sus colaboradores más cercanos fueron arrestados. El año 1896 lo pasó en prisión y, en febrero de 1897 estuvo exiliado por tres años en la provincia de Yenisei en el este de Siberia. En 1898 se casó con N.K. Krupskaia, una camarada del Sindicato de San Petersburgo y su fiel compañera por los restantes 26 años de su vida.  

Durante su exilio finalizó sus trabajos económicos más importantes, El desarrollo del capitalismo en Rusia, basado en un enorme corpus de material estadístico (1899). En 1900 Lenin fue a Suiza con el objetivo de organizar, con el Grupo Emancipación del Trabajo, la publicación de un periódico revolucionario dirigido a Rusia. A final del mismo año apareció en Munich el primer ejemplar de Iskra (La Chispa), con el lema: “De esta chispa arderá la llama”. Su objetivo era dar una interpretación marxista de los problemas de la revolución, junto a las consignas políticas de la lucha, y formar un partido revolucionario centralizado “ilegal” de socialdemócratas, el cual, ubicándose a la cabeza del proletariado iniciaría la lucha contra el zarismo. La idea de un partido organizado que lidere la lucha del proletariado en todas sus formas y manifestaciones, una de las ideas centrales del leninismo, está íntimamente ligada a la idea de la hegemonía de la clase obrera dentro del movimiento democrático del país. Esta idea encontró una expresión directa en el programa de la dictadura del proletariado cuando el desarrollo del movimiento revolucionario preparó las condiciones para la Revolución de Octubre.  

Bolcheviques y mencheviques: el II Congreso del RSDRP [POSDR] (Bruselas, Londres), en julio y agosto de 1903 (5) aceptó el programa elaborado por Plejanov y Lenin, pero terminó con la histórica ruptura del partido en bolcheviques y mencheviques. Acto seguido Lenin empezó su camino separado como líder de la sección Bolchevique, más tarde el Partido Bolchevique. Las diferencias en cuestión eran sobre tácticas y finalmente sobre el programa del partido. Los mencheviques trataron de alinear la política del proletariado ruso a la de la burguesía liberal. Lenin vio en el campesinado el aliado más cercano al proletariado. Acuerdos ocasionales y relaciones más cercanas con los mencheviques no pudieron detener la constante brecha entre las dos líneas la revolucionaria y la oportunista–, la proletaria y la burguesa. La lucha con los mencheviques forjó la política que llevó a la ruptura con la II Internacional (1914), a la Revolución de Octubre (1917) y al cambio del nombre del partido de Socialdemócrata a Comunista (1918).  

En el país se abrió una situación revolucionaria debido a la derrota del ejército y la armada en la Guerra ruso-japonesa, el asesinato de los trabajadores el 9 de enero en 1905 (6), los disturbios del campo y las huelgas políticas. El programa de Lenin fue la preparación de un levantamiento armado de las masas contra el zarismo, y la creación de un gobierno provisional que organizara la dictadura revolucionaria democrática de los trabajadores y campesinos para la liberación del país del zarismo y la servidumbre.  

El III Congreso del Partido, que estaba constituido exclusivamente por bolcheviques (mayo de 1905), aprobó un nuevo programa agrario que incluía la confiscación de los dominios de los terratenientes. En octubre de 1905 empezó la huelga en toda Rusia. El día 17 del mes el Zar emitió su manifiesto sobre la “Constitución”. A principios de noviembre Lenin regresó a Rusia desde Ginebra e hizo un llamamiento a los bolcheviques para que atraigan al partido a círculos de trabajadores, pero que retengan su aparato ilegal previendo futuros golpes contrarrevolucionarios.  

En los hechos de 1905 Lenin distinguió tres rasgos principales: (1) la toma [en sus manos] temporaria del pueblo de su verdadera libertad política; (2) la creación de un nuevo, aunque fuera potencial, poder político en la forma de diputados de trabajadores, soldados y campesinos del soviet; (3) el uso de la fuerza por el pueblo en contra de quienes la habían usado contra ellos. Estas conclusiones, de los eventos de 1905, se volvieron los principios rectores de la política de Lenin en 1917 y llevaron a la dictadura del proletariado en la forma del Estado Soviético.  

El levantamiento en Moscú a fines de diciembre, dada la falta de apoyo del ejército, sin levantamientos simultáneos en otras ciudades y carente de una respuesta suficiente en los distritos del país, fue rápidamente reprimido. La burguesía liberal retomó la ofensiva. La época de las dos primeras Dumas empezó. En este momento, Lenin formula los principios de la utilización revolucionaria de los métodos parlamentarios como medios para un nuevo ataque.  

En diciembre de 1907 Lenin se fue de Rusia y regresó recién en 1917. Fue la época del comienzo de la victoria de la contrarrevolución, las persecuciones, el exilio, las ejecuciones y emigraciones. Lenin lideró la lucha contra los mencheviques, los defensores de la liquidación del partido “ilegal” –de aquí en adelante conocidos como los “liquidacionistas”– y del cambio de sus métodos por otros legales dentro del marco del régimen existente; contra los “conciliadores” que trataron de tomar una posición intermedia entre el bolchevismo y el menchevismo –contra los social-revolucionarios [SR] que trataron de compensar la inercia de las masas con el terrorismo individual; y finalmente, contra aquellos bolcheviques, los llamados “boicoteadores” que demandaban el retiro de los diputados socialdemócratas de la Duma en nombre de la inmediata actividad revolucionaria.  

Al mismo tiempo, Lenin llevó adelante una extensiva campaña contra los intentos de revisar las bases teóricas del marxismo sobre la cual se fundaba toda su política. En 1908 escribió un importante tratado dirigido contra la filosofía esencialmente idealista de Mach, Avenarius y sus seguidores rusos, quienes trataron de unir el criticismo empírico con el marxismo (7). Lenin probó que los métodos del materialismo dialéctico tal como estaban formulados por Marx y Engels estaban confirmados por el desarrollo del pensamiento científico en general y la ciencia natural en particular. De este modo la lucha revolucionaria constante de Lenin iba de la mano de sus polémicas teóricas.  

Los años 1912-14 estuvieron marcados en Rusia por un renovado accionar en el movimiento obrero. Aparecieron las brechas en el régimen contrarrevolucionario. A principios de 1912 Lenin convocó una conferencia secreta de la organización bolchevique rusa en Praga. Los “liquidacionistas” fueron declarados fuera del partido. La ruptura con los mencheviques resultó inapelable. Se eligió un nuevo Comité Central. Lenin organizó desde el exterior la publicación en San Petersburgo de un periódico legal, Pravda, que en su constante conflicto con la censura y la policía ejerció una influencia rectora en la vanguardia de la clase obrera. En julio de 1912 Lenin, junto con sus colegas más allegados, se trasladó de París a Cracovia [Polonia] para poder mantener un contacto más cercano.  

El movimiento revolucionario en Rusia crecía, y de este modo los bolcheviques iban ganando preponderancia. Lenin enviaba artículos bajo diferentes seudónimos (8) casi todos los días para los periódicos bolcheviques legales, extrayendo las inevitables conclusiones en la prensa “ilegal”. En este momento, como también antes y después, N.K. Krupskaia era el centro organizacional del trabajo. Recibió a los camaradas de Rusia, dio instrucciones a otros en su tránsito hacia ahí, estableció conexiones “clandestinas”, escribió, codificó y decodificó cartas. Fue en la pequeña ciudad de Poronin en Galicia donde Lenin se enteró de la declaración de guerra (9). La policía austríaca sospechaba que era un espía ruso y lo arrestó, y a las dos semanas fue expulsado de Suiza.  

Internacionalismo: Se abría una nueva fase internacional en el trabajo de Lenin. Su manifiesto publicado en nombre del partido el 1º de noviembre de 1914, denunció el carácter imperialista de la guerra y a ésta como resultado de la culpabilidad de todas las potencias que durante tanto tiempo habían estado preparando una lucha sanguinaria con el fin de ampliar sus mercados y destruir sus rivales. La agitación patriótica de la burguesía de ambos bandos, quienes se echaban la culpa unos a otros, demostró ser una maniobra para engañar a los trabajadores.  

El manifiesto señala que la mayoría de los líderes socialdemócratas estaban del lado de la burguesía de su propio país, violando de esta manera las resoluciones de los congresos de la Internacional Socialista y provocando la bancarrota de la II Internacional. La derrota de sus “propios” gobiernos debería ser la consigna de los socialdemócratas de todos los países. Lenin somete a un criticismo despiadado no sólo al patriotismo socialdemócrata sino al pacifismo que, mientras se ocupa de protestas platónicas, se retira de la lucha revolucionaria contra el imperialismo. La lucha con el pacifismo se desarrolla en una gran lucha contra aquellos elementos del movimiento de la clase obrera que están a mitad de camino entre los socialdemócratas y los comunistas, apoyando en los hechos a los primeros.  

Los teóricos y políticos de la II Internacional redoblaron las acusaciones de anarquismo que ya antes habían utilizado contra Lenin. De hecho, todos los trabajos de Lenin fueron caracterizados como una lucha en dos planos: por un lado, contra el reformismo, que desde los inicios de la guerra dio su apoyo a la política imperialista de las clases propietarias y, por el otro, contra el anarquismo y las diferentes variedades de aventurerismo revolucionario.  

El 1º de noviembre de 1914 Lenin promulgó un programa para la creación de una nueva Internacional “para llevar adelante la tarea de organizar las fuerzas del proletariado para el ataque revolucionario a los gobiernos capitalistas, para la guerra civil contra la burguesía de todos los países, para la conquista del poder político y la victoria del socialismo”.  

En septiembre de 1915 (el 5 y 8 de septiembre) se celebró en Zimmerwald, en Suiza, la primera conferencia de los europeos socialistas que se oponían a la guerra imperialista. Había presente treinta y un delegados. El ala izquierda de la Conferencia de Zimmerwald y de la posterior realizada en Kienthal, adoptó la demanda de Lenin que planteaba la transformación de la guerra imperialista en una guerra civil, y se transformó en el núcleo de la futura Internacional Comunista. Ésta elaboró su programa, tácticas y organización bajo la orientación de Lenin, y fue él quien inspiró directamente las decisiones de los primeros cuatro congresos de la Internacional Comunista.  

Lenin estaba preparado para su lucha a escala internacional no sólo por su profundo conocimiento del marxismo y su experiencia en la organización del partido revolucionario en Rusia, sino también por su profundo conocimiento con el movimiento obrero del mundo entero. Dominaba las lenguas inglesa, alemana y francesa, y podía leer italiano, sueco y polaco. Se oponía enérgicamente a la aplicación mecánica de los métodos de un país en otro, e investigaba y decidía cuestiones que involucraban a los movimientos revolucionarios, no sólo en sus reacciones internacionales, sino también en sus formas concretas nacionales.  

La Revolución de 1917: La Revolución de Febrero de 1917 encontró a Lenin en Suiza. Sus intentos de llegar a Rusia se toparon con la oposición del gobierno británico y decidió viajar a través de Alemania. El éxito de su plan le dio a los enemigos de Lenin la ocasión para una feroz campaña de calumnias, las cuales, no obstante, fueron impotentes para impedirle asumir la dirección de su partido y, al corto tiempo, de la revolución.   

En la noche del 4 de abril, al bajarse del tren, Lenin dio un discurso en la estación Finlandia en Petrogrado. Repitió y desarrolló las ideas principales que mantendría los días siguientes. El derrocamiento del zarismo, dijo Lenin, era sólo la primera etapa en la revolución. La revolución burguesa ya no podría satisfacer a las masas. La tarea del proletariado era armarse, fortalecer el poder de los soviets, despertar a los distritos del país y prepararse para la conquista del poder supremo en el nombre de la reconstrucción de la sociedad sobre bases socialistas.  

El programa de cambios sociales no era sólo mal visto por aquellos que participaban en la propaganda del socialismo patriótico, sino que incluso fue causante de una oposición dentro de los mismos bolcheviques. Plejanov calificó el programa de Lenin de “loco”. Lenin, sin embargo, previó que la desconfianza en la burguesía y en el Gobierno provisional crecería con más fuerza cada día, que el partido bolchevique obtendría una mayoría en los soviets y que el poder supremo pasaría a sus manos. El pequeño diario Pravda se transformó repentinamente, al estar en sus manos, en un poderoso instrumento para el derrocamiento de la sociedad burguesa.  

La política de coalición con la burguesía perseguida por los social-patriotas y el desesperado ataque con el cual los aliados forzaron al ejército ruso a asumir el frente, provocaron a las masas y llevaron a las manifestaciones armadas en Petrogrado en los primeros días de julio. La lucha contra el bolchevismo se volvió intensa. El 5 de julio, falsos “documentos” fueron publicados por los servicios secretos contrarrevolucionarios, pretendiendo probar que Lenin estaba actuando bajo las órdenes del Estado mayor alemán. Al anochecer, destacamentos “confiables” convocados desde el frente por Kerensky y oficiales Cadetes [miembros del Partido Demócrata Constitucionalista] de los distritos de los alrededores de Petrogrado ocuparon la ciudad. El movimiento popular fue aplastado.  

La persecución de Lenin llegó a su punto más alto. Ahora empezó a trabajar “clandestinamente”, ocultándose primero en Petrogrado con una familia de trabajadores y luego en Finlandia.  

Los días de julio y las represalias que siguieron provocaron una explosión de energía en las masas. Los bolcheviques obtuvieron la mayoría en los Soviets de Petrogrado y Moscú. Lenin demandó una acción decisiva para tomar el poder supremo. “¡Ahora o nunca!” repetía en vehementes artículos, cartas y entrevistas.  

Los comisarios de los Soviets del Pueblo: El levantamiento contra el gobierno provisional coincidió con la apertura del II Congreso de los Soviets el 25 de octubre. Lenin, luego de esconderse durante tres meses y medio, apareció en el Instituto Smolny y dirigió la lucha. En una sesión que duró toda la noche del 27 de octubre propuso un borrador de decreto sobre la paz que fue aprobado por unanimidad, y otro sobre la tierra, que fue aprobado con un voto en disconformidad y ocho abstenciones 10. La mayoría bolchevique, apoyada por el ala izquierda de los social-revolucionarios, declaró que el poder supremo le había sido ahora conferido a los soviets. Se nombraron los comisarios de los Soviets del Pueblo con Lenin como su dirección.  

Habiendo obtenido las tierras de los terratenientes, los campesinos apoyaron a los bolcheviques. Los soviets se volvieron los señores de la situación. La Asamblea Constituyente, elegida en noviembre y reunida el 5 de enero, era un anacronismo. El conflicto entre las dos etapas de la revolución era palpable. Lenin no lo dudó por un instante. En la noche del 7 de enero el Comité Ejecutivo Central de toda Rusia, frente a una moción de Lenin, aprobó un decreto por el cual se disolvía la asamblea constituyente. La dictadura del proletariado, dijo Lenin, representaba el nivel de democracia más alto posible para la mayoría trabajadora del pueblo, poniendo en manos de los trabajadores todos los bienes materiales (edificios para las reuniones, imprentas de periódicos, y demás) sin los cuales la “libertad” sigue siendo una ilusión. La dictadura del proletariado en la opinión de Lenin era una etapa necesaria para la abolición de la división de clases en la sociedad.  

La cuestión de la guerra y la paz provocó una nueva crisis. Una considerable proporción del partido demandó una “guerra revolucionaria” contra los Hohenzollern, sin darle importancia a la cuestión de la situación económica en Rusia y el estado de ánimo de los campesinos. Lenin sentía que era necesario a fines propagandísticos alargar las negociaciones con Alemania, todo lo que fuera posible. Pero demandaba que, en el caso de un ultimátum por parte de Alemania, la paz fuera firmada incluso al precio de una pérdida de territorio o el pago de una indemnización. La revolución que despertaba en el oeste tarde o temprano iba a deshacer los severos términos de la paz.  

El realismo político de Lenin se manifestó en toda su fuerza en lo que respecta a esta cuestión. La mayoría del Comité Central en oposición a Lenin hizo otro intento para evitar ceder al imperialismo alemán declarando que había finalizado el estado de guerra, pero rehusando al mismo tiempo firmar una paz imperialista. Esto llevó a un renovado ataque de parte de los alemanes. Luego de acalorados debates en la sesión del Comité Central del 18 de febrero, Lenin ganó una mayoría para su propuesta de que se reanudaran las negociaciones inmediatamente, y que los términos alemanes, que ahora eran todavía más desfavorables, fueran firmados.  El gobierno soviético por iniciativa de Lenin se transfirió a Moscú. Una vez obtenida la paz, Lenin presentó entonces ante el partido y el país la cuestión de su organización económica y cultural de conjunto.  

Las grandes pruebas, sin embargo, estaban aún por venir. Para finales del verano de 1918 Rusia Central se encontraba cercada por un círculo de fuego. Junto a la contrarrevolución rusa llegó el levantamiento de los checoslovacos en el Volga; en el norte y el sur llegó la intervención británica (en Arcángel el 2 de agosto y en Bakú el 14 de agosto). Las provisiones de comida se cortaron. Lenin nunca dejó de dirigir su partido y el gobierno. Llevó adelante un trabajo de propaganda, levantó a las masas, organizó la distribución del trigo; siguió los movimientos del enemigo, estaba en comunicación directa con el Ejército Rojo. Seguía la situación internacional, profundizando su comprensión de los eventos observando los desacuerdos en los campos imperialistas. Se hizo tiempo para entrevistarse con revolucionarios del exterior y con ingenieros y economistas soviéticos.  

El 30 de agosto el social-revolucionario Kaplan le apuntó dos tiros a Lenin mientras éste se dirigía a una reunión de trabajadores. Sus ataques intensificaron la guerra civil. La contextura fuerte de Lenin le permitió recuperarse rápidamente de los efectos de las heridas. Durante su convalecencia escribió un panfleto, La revolución proletaria y el renegado Kautsky, dirigido contra el teórico más prominente de la II Internacional. Para el 22 de octubre ya estaba hablando en público.  

La Nueva Política Económica: La guerra en el frente interno seguía siendo su preocupación principal. Los problemas económicos y administrativos tenían que tomar necesariamente un lugar subordinado. La guerra civil alimentada desde el exterior estaba en su punto más álgido. La lucha terminó a principios de 1921 con la derrota total de la contrarrevolución y el gobierno se fortaleció. El hecho de que la guerra no condujo inmediatamente a una revolución proletaria en Europa aumentó enormemente las dificultades de la reconstrucción socialista, lo que era imposible sin el acuerdo entre el proletariado y la burguesía. El sistema de requisar la sobreabundancia de los campesinos debió ser reemplazado por un impuesto correctamente evaluado. Debió permitirse el intercambio privado de commodities.  

Estas medidas dieron inicio a una nueva fase en el desarrollo de la Revolución de Octubre (Noviembre), que se conoce como la “Nueva Política Económica”.  

En cuanto a su política dentro de la Federación Soviética (Rusa) Lenin trató, en todas las formas posibles, crear para las nacionalidades que habían sido oprimidas bajo el zarismo, condiciones para un desarrollo nacional libre. Luchó implacablemente contra todas las tendencias imperialistas especialmente dentro del partido mismo –ideas cuya pureza defendía con sumo recelo. Las acusaciones de las nacionalidades opresoras hechas contra Lenin y su partido con referencia a Georgia, etc., fueron producto de una aguda lucha de clases dentro de la nación.  

Lenin insistía en la aplicación completa de los principios de la autodeterminación nacional en los pueblos coloniales. Su doctrina era que el proletariado de Europa Occidental debería abstenerse de hacer sólo meras declaraciones de simpatía con las nacionalidades oprimidas y, en su lugar, debería sumarse a la lucha contra el imperialismo.  

En el VIII Congreso de los Soviets (1920) Lenin hizo un informe sobre el trabajo llevado adelante en cuanto a su iniciativa de la elaboración de un plan para la electrificación del país. El esfuerzo gradual hacia un alto nivel de desarrollo técnico es la marca de la exitosa transformación del sistema de economía campesina de pequeña escala, con su falta de coordinación, al sistema de larga escala de producción socialista, basado en un plan único e integral. “El socialismo es un gobierno soviético más electrificación”.  

Muerte: El agotamiento, como resultado de un excesivo y duro esfuerzo a lo largo de varios años, arruinó la salud de Lenin. La esclerosis afectó sus arterias cerebrales. A principios de 1922 sus doctores le prohibieron realizar tareas diarias. De junio a agosto la enfermedad avanzó rápidamente y, por primera vez, empezó a perder la capacidad de habla, y en diciembre su mano y pierna derechas quedaron paralizadas.  

Murió el 21 de enero de 1924 a las 6.30 de la mañana en Gorki, cerca de Moscú. Su funeral fue de una muestra de amor y dolor ejemplar de parte de millones. 

El aspecto exterior de Lenin se distinguía por su simplicidad y fortaleza. Era más bajo que la talla común, con los rasgos comunes de un rostro eslavo, iluminados por una mirada penetrante; su poderosa frente y su aún más poderosa cabeza le otorgaban un rasgo distintivo. Era un trabajador incansable sin par. Puso la misma escrupulosidad ejemplar en los círculos de lectura en un pequeño club de trabajadores en Zurich que en la organización del Primer Estado Socialista del Mundo. Supo apreciar y amar a pleno la ciencia, el arte y la cultura, pero nunca se olvidó que las mismas todavía estaban en manos de una pequeña minoría. Su estilo de vida en el Kremlin era algo diferente al de su vida como exiliado en el exterior. La simplicidad de sus hábitos diarios se debía al hecho de que el trabajo intelectual y la intensa lucha no sólo absorbían sus intereses y pasiones sino que también le dieron una intensa satisfacción. Sus pensamientos nunca dejaron de concentrarse en la tarea de liberar a los trabajadores.  

Sus trabajos incluyen: El contenido económico del partido popular y la crítica de Struve al mismo, 1895. El desarrollo del capitalismo en Rusia, 1899. ¿Qué hacer? Problemas candentes de nuestro movimiento, 1902. Dos tácticas de la socialdemocracia en la revolución democrática, 1905; El programa agrario de los socialdemócratas en la primera Revolución Rusa (1905-07), 1907. Dos tendencias en el marxismo ruso y la socialdemocracia rusa; Materialismo y empirocriticismo, 1909. La bancarrota de la II Internacional, 1915. El Socialismo y la Guerra, 1915. En colaboración con Zinoviev. El Imperialismo, fase superior del capitalismo, 1916. Cartas desde lejos, 1917; El Estado y la revolución, La doctrina marxista sobre el Estado y las tareas del proletariado en la revolución, 1917. La catástrofe que nos amenaza y cómo combatirla, 1917. ¿Se mantendrán los bolcheviques en el poder?, 1917. La revolución proletaria y el renegado Kautsky, 1918. La dictadura del proletariado y las elecciones de la Asamblea Constituyente, 1919. El “izquierdismo”, enfermedad infantil del comunismo, 1920. La crisis en el partido, 1921. Sobre la cooperación, 1923. Testamento de Lenin, 1923.

...NOTAS  1. Traducción especial del inglés para edición del libro "Lenin" del Instituto del Pensamiento Socialista Karl Marx, de la versión publicada en http://www.marxists.org/archive/trotsky/1939/xx/lenin02.html. Según consta allí, Trotsky escribió esta nota biográfica para la Enciclopedia Británica, 14° edición la que fue aparentemente impresa por primera vez en 1929 y reimpresa en 1932, 1936, 1937, 1938, y 1939. En ésta última edición se encuentra en su vol. 13 (de 24), pp. 911-914.  

2. No conocemos la proveniencia de este nombre. Según consta en otros escritos de Trotsky y posteriores biógrafos, el abuelo materno de Lenin se apellidaba Blank.  

3. Se refiere a la organización Narodnaia Volia.  

4. La ciudad de San Petersburgo fue fundada por Pedro el Grande en 1703, convirtiéndola en la capital del imperio ruso hasta la Revolución de Octubre cuando el gobierno soviético trasladó la capital a Moscú. Desde 1914 hasta 1924 pasó a llamarse Petrogrado y desde la muerte de Lenin en 1924 hasta 1991 se convirtió en Leningrado. En 1991 retomó su antiguo nombre: San Petersburgo.  

5. El II Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (POSDR) tuvo lugar entre el 30 de julio y el 23 de agosto de 1903. Las primeras sesiones (hasta el 6 de agosto) se celebraron en Bruselas, pero ante la inminencia de la interferencia de la policía, los delegados se trasladaron a Londres.  

6. Se refiere al “Domingo sangriento” con el que se inauguró la Revolución de 1905.  

7. Se refiere a V. I. Lenin, Materialismo y empiriocriticismo, 1908, varias ediciones.  

8. Según Jean-Jacques Marie en su Lénine (Paris, Ed. Balland, 2004), éste llegó a usar 148 seudónimos en su vida. La primera vez que firmó como Lenin fue en Iskra, en un artículo de 1901.  

9. Se refiere a la declaración de la Primera Guerra Mundial.  

10. El decreto sobre la paz llamaba a iniciar negociaciones para “una paz inmediata, sin anexiones ni indemnizaciones”, negociar sin condiciones, la suspensión de las negociaciones diplomáticas secretas y la publicación de los tratados secretos entre las potencias imperialistas. El decreto sobre la tierra abolía el derecho de propiedad de los terratenientes sin compensación; sus tierras, así como las de la iglesia, se pusieron a la disposición de los comités de tierra (compuestos de campesinos) en el campo. Estos dos decretos en particular eran esenciales para forjar unidad obrero-campesina.  ))....


PC de Grecia, Declaración conjunta de los partidos comunista y obrero en el 150 aniversario del nacimiento de VI Lenin

22/4/20 2:44 p.m.
  •  Grecia, Partido Comunista de Grecia  En el 150 aniversario del nacimiento de VI Lenin  Arkansas  En  Es  Ru

Honramos al gran líder revolucionario VI Lenin, ¡estamos comprometidos a continuar con su trabajo!

El Partes de los trabajadores comunistas y, que co-firmar esta declaración conjunta, les gustaría también de esta manera en honor a un gran revolucionario y teórico del socialismo científico, Vladimir Ilich Lenin , como 22 de abril se celebra el 150 ° aniversario de su nacimiento .

Especialmente en las condiciones actuales, y mientras se propaga la pandemia de CoVID-19, demostrando trágicamente la gran escasez de sistemas de salud en los países capitalistas así como el carácter antisocial y parasitario del sistema capitalista, ante la nueva crisis. , cuya carga recaerá nuevamente sobre los hombros de los trabajadores, el carácter agresivo del capitalismo y la escalada de las competencias imperialistas, que plantean nuevos peligros para la paz y los pueblos, sentimos una necesidad aún mayor de referirnos a la fisonomía histórica de VI Lenin. Un personaje que dedicó su vida a la causa de la clase obrera y otros estratos populares, a la lucha por la abolición de la explotación y la construcción de la sociedad socialista.

Honramos a VI Lenin como fundador del partido obrero contemporáneo , el "partido de un nuevo tipo", que estaba firmemente separado del oportunismo y la apostasía de los viejos partidos socialdemócratas. Así era el Partido Bolchevique, que estaba a la vanguardia de la lucha de clases del proletariado y los demás estratos oprimidos de Rusia. El partido de Lenin llevó a la clase obrera rusa a la victoria derrocando a las clases explotadoras y estableciendo la dictadura del proletariado, el gobierno obrero y campesino, al servicio de los intereses de la mayoría, los explotados y los oprimidos. VI Lenin definió y fundamentó el papel rector del Partido Comunista, no solo en el establecimiento del poder de los trabajadores sino también en la construcción del socialismo.

Honramos a VI Lenin como el teórico que, teniendo en cuenta la realidad particular, desarrolló aún más las partes constituyentes del marxismo, es decir, la filosofía, la economía política y el comunismo científico. Como opositor a cualquier distorsión oportunista y revisionista de la teoría y la práctica revolucionarias, el dogmatismo, el sectarismo y las ilusiones parlamentarias, sin negar la intervención a través del parlamento.

Sus obras, como "Qué son los amigos del pueblo y cómo luchan contra los socialdemócratas", "El desarrollo del capitalismo en Rusia", "Qué hacer", "Dos tácticas de la socialdemocracia en la democracia Revolución "," Materialismo y empiriocriticismo "," Marxismo y revisionismo "," El colapso de la Segunda Internacional "," Socialismo y guerra "," Sobre el lema de los Estados Unidos de Europa "," El imperialismo, la etapa superior del capitalismo "," El Estado y la revolución "," Las tesis de abril "," El comunismo de izquierda: un desorden infantil "," Las tareas inmediatas del gobierno soviético "y" La gran iniciativa "son hitos en la propagación y desarrollo del marxismo y lucha revolucionaria. ¿¿¡¡ La valiosa obra teórica de Lenin es aún actual y sirve de faro para la educación y acción ideológico-política de cada nueva generación de revolucionarios. ¡¡??.

Honramos a VI Lenin como líder de la Gran Revolución Socialista de Octubre , que hace aproximadamente un siglo sacudió al mundo. La revolución victoriosa iluminó el poder de la lucha de clases, el poder de los explotados y oprimidos -cuando toman el caso de sus intereses en sus propias manos y hacen avanzar la rueda de la historia- en dirección a la liberación social. La llama de octubre lideró y aceleró el establecimiento de varios partidos obreros comunistas y revolucionarios. Lenin tenía una habilidad estratégica perspicaz y manejaba hábilmente las alianzas, habilidades que dedicó a la causa de la revolución socialista.

Honramos a VI Lenin como líder del primer estado socialista del mundo, que por primera vez estableció el poder obrero basado en nuevas instituciones revolucionarias, como los soviéticos, buscó el funcionamiento económico de la sociedad sobre una nueva base, la base de la satisfacción. de las necesidades de la gente contemporánea y el libre desarrollo multifacético de todas las personas, no la rentabilidad de unos pocos. La URSS, el primer estado socialista en el mundo, que se realizó con la contribución especial de VI Lenin, puso en primer plano nuevos logros económicos, sociales, políticos y culturales sin precedentes para la clase trabajadora y los estratos populares más amplios que tenían un profundo impacto. efecto sobre los desarrollos históricos progresivos en todo el mundo. Fue un apoyo a los pueblos en la lucha por el socialismo y la paz.

Honramos a VI Lenin como el gran internacionalista , el líder que izó la bandera del internacionalismo proletario contra la actitud traidora de la Segunda Internacional durante la Primera Guerra Mundial imperialista, se opuso al nacionalismo burgués y otras visiones burguesas como el cosmopolitismo del capital, y lideró el establecimiento de la Tercera Internacional Comunista, que hizo una importante contribución al movimiento obrero y comunista internacional y hoy es una fuente básica para extraer lecciones útiles de la experiencia acumulada a través de su acción. Las posiciones de Lenin sobre el colonialismo llevaron a los comunistas a comprender el tema de las colonias y los inspiraron a liderar las luchas anticoloniales, tanto en los países coloniales como en las colonias.

Honramos a VI Lenin como el incansable y constante oponente de la guerra imperialista , el defensor de la lucha de los pueblos por la liberación nacional y social, la justicia social, la paz y el socialismo.

La contrarrevolución y la restauración capitalista no pueden ocultar los logros del socialismo. Los desastres y la injusticia que estamos experimentando, los problemas agudos y el sufrimiento de la clase trabajadora, los estratos medianos pequeños, el campesinado y los pueblos en general causados ​​por la explotación y la opresión capitalistas, enfatizan la necesidad y actualidad del socialismo en todo el mundo.

Los Partidos Comunista y Obrero denuncian la ola de silencio así como la distorsión reaccionaria y anticomunista que se ha desatado en todo el mundo por las fuerzas políticas que sirven a los intereses de la capital contra VI Lenin a los trabajadores y la juventud. Luchamos por la continuidad de su obra, estamos comprometidos a seguir defendiendo y difundiendo su legado y hacemos un llamado a los trabajadores y al pueblo para que aprendan de él.

 

22/04/2020

 

Partes de SolidNet que firman la Declaración conjunta

 

  1. Partido Comunista de Albania
  2. PADS, Argelia
  3. Partido Comunista de Argentina
  4. Partido Comunista de Armenia
  5. Partido Comunista de Australia
  6. Partido del Trabajo de Austria
  7. Partido Comunista de Azerbaiyán
  8. Tribuna Democrática Progresista de Bahrein
  9. Partido Comunista de Bangladesh
  10. Partido Comunista de Bielorrusia
  11. Partido Comunista de Bélgica
  12. Partido Comunista Brasileño
  13. Partido Comunista de Brasil
  14. Partido Comunista de Gran Bretaña
  15. Nuevo Partido Comunista de Gran Bretaña
  16. Partido Comunista de Bulgaria
  17. Partido de los comunistas búlgaros
  18. Partido Comunista de Canadá
  19. Partido Comunista de Chile
  20. Partido Socialista de los Trabajadores de Croacia
  21. AKEL, Chipre
  22. Partido Comunista de Bohemia-Moravia
  23. Partido Comunista de Dinamarca
  24. Partido Comunista de Dinamarca
  25. Fuerza de la Revolución, República Dominicana
  26. Partido Comunista de Ecuador
  27. Partido Comunista Egipcio
  28. Partido Comunista de El Salvador
  29. Partido Comunista de Finlandia
  30. Partido Comunista Unido de Georgia
  31. Partido comunista alemán
  32. Partido Comunista de Grecia
  33. Partido de los Trabajadores Húngaros
  34. Partido Comunista de la India
  35. Partido Comunista de la India (marxista)
  36. Partido Comunista de Kurdistán - Irak
  37. Partido Tudeh de Irán
  38. Partido de los Trabajadores de Irlanda
  39. Partido Comunista de Irlanda
  40. Partido Comunista de Israel
  41. Partido Comunista, Italia
  42. Partido comunista italiano
  43. Partido Comunista de Jordania
  44. Movimiento Socialista de Kazajstán
  45. Partido de los Trabajadores de Corea
  46. Partido de los Comunistas de Kirguistán
  47. Partido Comunista Libanés
  48. Partido Socialista de Letonia
  49. Partido Socialista, Lituania
  50. Partido Comunista de Luxemburgo
  51. Partido Comunista de Malta
  52. Partido Comunista de México
  53. Partido Socialista Popular- Asociación Política Nacional, México
  54. Partido Comunista de Noruega
  55. Nuevo Partido Comunista de los Países Bajos
  56. Partido Comunista de Pakistán
  57. Partido Comunista Palestino
  58. Partido del Pueblo Palestino
  59. Partido Comunista Paraguayo
  60. Partido Comunista Peruano
  61. Partido Comunista de Polonia
  62. Partido Comunista Portugués
  63. Partido Comunista de Filipinas (PKP-1930)
  64. Partido Comunista de Ucrania
  65. Unión de Comunistas de Ucrania
  66. Partido Comunista de la Federación de Rusia
  67. Partido Comunista de los Trabajadores de Rusia
  68. Partido Comunista de la Unión Soviética
  69. Unión de Partidos Comunistas - PCUS
  70. Nuevo Partido Comunista de Yugoslavia
  71. Comunistas de Serbia
  72. Partido Comunista de Eslovaquia
  73. Partido Comunista Sudafricano
  74. Partido Comunista de España
  75. Partido Comunista de los Trabajadores de España
  76. Partido Comunista de los Pueblos de España
  77. Comunistas de Cataluña
  78. Partido Comunista de Sri Lanka
  79. Partido Comunista de Swazilandia
  80. Partido Comunista de Suecia
  81. Partido Comunista de Sudán
  82. Partido comunista sirio
  83. Partido Comunista de Turquía
  84. Partido Comunista de Venezuela

 

Otras Partes que firman la Declaración Conjunta

 

  1. Unión de Comunistas en Bulgaria
  2. Partido Comunista Revolucionario de Francia
  3. Polo del avivamiento comunista en Francia
  4. Shiso-Undo, Japón
  5. Partido Comunista de Puerto Rico
  6. JVP Sri Lanka
  7. Unión Popular de Galicia
  8. Partido Comunista, Suiza
  9. Partido de los Comunistas, Estados Unidos
  10.  ))))....




5G
 Llamamiento frente a China

EEUU amenaza con dejar de compartir inteligencia con España si se abre a Huawei      https://www.elmundo.es/economia/2020/02/20/5e4eb85c21efa0f0068b4635.html

Actualizado 

"No podemos poner nuestra información importante en riesgo de ser accedida por el Partido Comunista chino", afirma el responsable político de ciberseguridad de EEUU, Robert L. Strayer, que cree que esos proveedores deben ser excluidos por completo de las redes.

Robert L. Strayer, secretario de estado adjunto de EEUU.
Robert L. Strayer, secretario de estado adjunto de EEUU. EFE

EEUU avisa a España al respecto de abrir sus redes de 5G a fabricantes chinos como Huawei y ZTE, pues se pondría en peligro la compartición de datos de seguridad e inteligencia, según ha indicado Robert L. Strayer, secretario de Estado adjunto de EEUU y responsable de política de información y comunicaciones cibernéticas e internacionales. Esta advertencia desde la Embajada norteamericana en Madrid, en una mesa redonda en la que participó EL MUNDO, llega un día después de conocerse que la Administración de Donald Trump contempla medidas en respuesta a la aprobación por parte del Gobierno de Pedro Sánchez de un proyecto de ley para la imposición de la llamada tasa Google.

Strayer, que la pasada semana participó en la conferencia internacional de seguridad celebrada en Munich y que se ha pronunciado en el mismo sentido en Lisboa a principios de esta misma semana, está inmerso en un tour con autoridades públicas y compañías privadas europeas para que el Viejo Continente marque distancias con la tecnología 5G procedente de China. No hay anuncio de represalias, pero sí un criterio claro para que Europa se dé por enterada: EEUU quiere a Huawei "totalmente excluida" de las redes. La tecnológica china está asentada entre los operadores españoles, aunque en Orange no la han introducido en el core de su despliegue 5G y tanto Telefónica como Vodafone han puesto en marcha planes para reducir la relevancia en sus redes de esa compañía china, iniciativas que se han iniciado en los últimos meses.

"No podemos poner nuestra información importante en riesgo de ser accedida por el Partido Comunista chino", ha dicho Strayer, para el que "Huawei está realmente operando en nombre del Partido Comunista Chino". Consultados por este diario, en la firma de Shenzhen prefieren no hacer declaraciones al respecto.

"No deberían ser las operadoras de telecomunicaciones las que tomen estas decisiones importantes de seguridad nacional, deberían ser los gobiernos", ha lanzado Strayer a Moncloa, a pesar de que los operadores de telecomunicaciones norteamericanos habrían "decidido voluntariamente no usar Huawei o ZTE". Según el adjunto a la Secretaría de Estado, se ha reunido con representantes del Ministerio de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación que lidera Arancha González Laya, así como con el equipo de la Vicepresidencia tercera y Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño.

Strayer admite que se pone "en riesgo la compartición de información" con los países que tengan en sus redes de telecomunicaciones componentes de compañías como Huawei o ZTE. Movilización de tropas, control de potenciales terroristas, puesta en común de información sobre criminales internacionales... Ésa es la relación estratégica que EEUU está poniendo sobre la mesa.

El representante de EEUU ha defendido en repetidas ocasiones durante esta charla que la marca sueca Ericsson, la finlandesa Nokia y la surcoreana Samsung están al menos tan avanzadas en 5G como Huawei -"las únicas fuentes originales para asegurar [que están por delante] vienen de China"-. Por ello, invita a las autoridades europeas a decantarse por esas alternativas a China. "En EEUU usamos tres proveedores para desplegar 5G por docenas de ciudades norteamericanas", ha recordado el representante del Gobierno de Trump: "Estamos deseosos de trabajar con compañías europeas". Mike Pompeo, secretario de Estado norteamericano, hizo precisamente un alegato en Munich para forjar una alianza occidental frente a China.

"EN CHINA NO HAY ESTADO DE DERECHO"

Strayer pone el foco en un apartado del documento consensuado por la Unión Europea (UE) a finales de enero para la seguridad en la implantación del 5G, en concreto a la referencia a los riesgos que conlleva la incorporación a las redes de proveedores procedentes de países que adolezcan de una falta de sistemas de control e equilibrio democráticos. Para el diplomático estadounidense, este apartado invalidaría a marcas como Huawei, aunque no se mencione a ésta ex profeso. "En China no hay Estado de Derecho", ha recalcado: "Por lo tanto, el Partido Comunista controla a proveedores como Huawei o ZTE para que tomen medidas que no responden a los intereses de los ciudadanos españoles o de los de todo el mundo".

COLABORACIÓN "SECRETA" DE HUAWEI Y EL COMUNISMO

"Hay una ley china que dice explícitamente que todas las entidades deben cumplir los mandatos de los servicios de inteligencia y de seguridad en China y de mantener esa colaboración en secreto", ha recalcado Strayer. Esa normativa implicaría, según la versión norteamericana, que empresas como Huawei ocultaran sus vínculos con el Gobierno de su país de origen. Esa compañía ha sido vetada en EEUU, al quedar incluida en una lista negra que impide a las empresas norteamericanas mantener relaciones comerciales con Huawei,rupturas tan importantes como la de Google, que sirve el sistema operativo Android a smartphones como los de las grandes marcas asiáticas.

El despliegue del 5G, el nuevo estándar de la telefonía móvil, acelera las conexiones y minimiza los retardos de las mismas, un salto tecnológico relevante que servirá para desarrollar la denominada internet de las cosas (IoT), por la que miles de millones de dispositivos formarán parte de un mismo tejido de telecomunicaciones. Este avance tiene consecuencias inevitables en el sector de Defensa, tal y como Trump ha subrayado en distintas ocasiones, por ejemplo durante sus reuniones en la última cumbre de Davos (Suiza). En febrero del año pasado, Strayer estuvo en Barcelona para trasladar las inquietudes de su Gobierno en el Mobile World Congress (MWC), que ha tenido que cancelar esta edición a causa del coronavirus. El máximo representante político estadounidense en ciberseguridad ha mantenido su visita a España de este año, pese a la anulación del Mobile.

De momento, los esfuerzos entre las compañías y los países europeos se han concentrado en apartar a Huawei o ZTE del llamado core de las redes, la tecnología nuclear desde la que se gestionan los datos, pero EEUU no lo considera suficiente y señala "potenciales vulnerabilidades" por alojar tecnología china en cualquier punto de este despliegue.

"Hace dos semanas, EEUU presentó cargos contra oficiales del Ejército chino por robar datos de millones de 143 millones de estadounidenses, la mitad de la población, por el Gobierno comunista. Harán lo mismo en Europa si les da la opción de hacerlo", ha apuntado Strayer. )))....



LA POLÍTICA EXTERIOR DE LA URSS

(Noviembre-diciembre 1967)   

file:///C:/Users/PC/Downloads/Dialnet-LaPoliticaExteriorDeLaURSS-2495275.pdf 


SUMARIO :

 I. Balance del postcincuenlenario.—

II. Nacimiento de la diplomacia soviética.-

III. Problemas de Derecho Internacional.

I

BALANCE DEL POSTCINCUENTENARIO

La conmemoración del cincuentenario del régimen soviético hizo que se desplazaran al segundo plano los problemas tan importantes como son los relacionados con el desarrollo económico y con la vida internacional.

La economía puede influir considerablemente en la segunda cuestión, y en este caso aún más, ya que toca directamente el aspecto ideológico. Los principios del marxismo-leninismo constituyen la base para la economía. Los fracasos repercuten políticamente dentro y fuera del bloque soviético, según se pudo comprobar algunos meses más tarde con la crisis de los países de Checoslovaquia.

Liberman, el más conocido de entre los protagonistas de reformas económicas en la URSS, escribe en la revista americana Foreign Affairs1 que en una pacífica competición internacional económica los viejos métodos burocráticos no conducen a nada. Las reformas propuestas! por él, continúa Liberman, encuentran la dificultad de que las autoridades centrales se oponen a la idea de renunciar a su competencia y su poder. Una descentralización pudiera provocar el nacimiento de fuerzas difícil de controlar. En efecto, algunos directores piden cada vez más libertad de acción con el fin de librarse de la dictadura de la administración central. Los burócratas deberían ser sustituidos por los tecnócratas; un paso peligroso desde el punto de vista político, puesto que con ello el partido comunista perdería no solamente sus prerrogativas de control, sino incluso el poder político e ideológico. La iniciativa privada no comulga con preceptos dogmáticos.

En la política exterior surgen problemas como consecuencia de la difícil coexistencia entre la Revolución y el status de gran potencia, entre el nacionalismo y la ideología\ Octubre de 1967.137 STEFAN GLEJDURA


Los principios1del internacionalismo proletario figuraban, desde la muerte de Lenin, en el segundo lugar, cediendo paso a los intereses puramente nacionales. La creación de un cordón sanitaire en forma de Estados satélites en el centro y en el este de Europa permite a los soviets salvaguardar sus propios intereses, aunque este hecho siempre constituye un grave riesgo de desintegración del bloque socialista promoviendo tendencias nacionalistas en la política exterior en algún que otro caso: Yugoslavia, Polonia, Hungría o Checoslovaquia. Pekín intenta aprovecharse de esas tendencias centrífugas en su propio beneficio persiguiendo el camino de otra gran potencia. Los intentos de celebrar una conferencia mundial comunista tienen la finalidad de conseguir la unidad del comunismo bajo el mando soviético, o al menos que los comunistas extranjeros dejen de mirar con tanto interés hacia Pekín.

Las mismas contradicciones entre ideología e intereses nacionales se manifiestan en el fondo del conflicto Moscú-La Habana, según se desprende de los últimos acontecimientos. En realidad, ninguna destacada personalidad del régimen de Fidel Castro participó en los actos conmemorativos del cincuentenario en Moscú. La posición de Cuba puede consolidarse sólo extendiendo su revolución a otros países iberoamericanos. Los guerrilleros castristas representan un enorme obstáculo para las relaciones económicas con Iberoamérica. Sencillamente, las exportaciones soviéticas —y si es posible, aumentarlas— son más importantes para el Kremlin que la exportación de la revolución cubana a aquella parte del mundo.


Los aliados del Oriente Medio se ven decepcionados de su amistad con la URSS por los resultados de la guerra de los Seis Días. También en esta relación los soviéticos intentan reorientar su política. El Oriente Medio está demasiado lejos como para poder entrar en una acción bélica inmediata los tanques soviéticos al ejemplo de los países del cordón sanitaire de la Europa central.

II

NACIMIENTO DE LA DIPLOMACIA SOVIÉTICA

La diplomacia del Estado soviético se forma poco después de la creación del régimen comunista, y el proceso de su cristalización puede darse por concluido en julio de 1918. Según las fuentes históricas consideradas como oficiales de la URSS, el aparato diplomático soviético fue creado para la realización de los difíciles fines que a éste se planteaban en el ámbito de la política exterior. Se trataba de un problema muy complicado, de cuya resolución acertada dependía, en gran parte, el futuro del socialismo en las Rusias de los soviets.,...---NZZ, el j de diciembre de 1967, desde Moscú, por R. B. LA POLÍTICA EXTERIOR EN LA URSS ---.

Por cierto, la victoria de la Revolución bolchevique dio lugar a la división del mundo en dos campos opuestos, que culminaría en el antagonismo entre capitalismo y socialismo. En este hecho empieza la competición histórica entre los dos sistemas. Observando los primeros éxitos del régimen soviético —afirman los marxistas-leninistas— y viendo en el mismo hecho un riesgo peligroso que pudieran correr los Estados imperialistas, éstos no tardaron en declararle la guerra a vida o muerto en todos los campos.

Como de costumbre, el partido bolchevique había previsto todo. La creación de las fuerzas armadas regulares fue la respuesta a los preparativos militares de las potencias imperialistas. Además, el partido y el Gobierno prestarían gran atención al descubrimiento de caminos que abrieran ciertos canales de aplazar o de eliminar por completo un ataque armado contra la URSS.

La misión principal del partido y del Gobierno en la escena internacional consistiría, durante aquel período, en desenmascarar y quebrar los planes agresivos de la reacción mundial contra el primer país socialista, conquistando de este modo la paz interior y ampliar al máximo una pausa pacífica en favor de la construcción del socialismo. Veamos la versión soviética de estos hechos3

:

La política exterior del Estado soviético se construyó pensando en las contradicciones en el seno del mundo capitalista, en el aumento y consolidación de los vínculos internacionales de la clase obrera del país soviético con los trabajadores de los países capitalistas, así como en el aumento de

la influencia del movimiento obrero y de la lucha de liberación nacional en los países coloniales y dependientes, fuerzas y reservas poderosas de la Revolución socialista.

La lucha por la paz, penetrada por un espíritu de internacionalismo socialista, constituyó la tendencia general de toda la política exterior de este Estado. El primer Decreto del Gobierno socialista fue el famoso Decreto,...

Sovetskoe Gosudarstvo 1 Pravo, Moscú, núm. 12/1967: «El Decreto sobre la paz y la creación del aparato diplomático del Estado soviético».STEFAN GLEJDURA

,...leninista sobre la paz, aprobado por-unanimidad en el Congreso panruso de los soviets (8 de noviembre de 1917). La incesante lucha por la paz y por la coexistencia pacífica entre Estados con diferentes sistemas sociales constituye también hoy el contenido básico de toda la política exterior soviética.

En el discurso sobre la paz ante el II Congreso de los Soviets se refirió al problema de la paz V. I. Lenin, señalando que era el más candente de todos. El problema de la paz era en aquel entonces el problema del futuro de la Revolución socialista en Rusia, del destino de la patria socialista.

Con el fin de resolver rápidamente la cuestión de la paz en interés de toda la Humanidad, de la democracia y del socialismo, el Decreto leninista dirigido a todos los pueblos y Gobiernos beligerantes declaraba la renuncia total del Gobierno soviético a todos los tratados de pillaje y proponía la iniciación inmediata de conversaciones sobre una paz justa y democrática.

El Decreto sobre la paz contenía una definición científica del concepto de paz justa y democrática, completamente contraria a la paz imperialista, criminal o impuesta por la fuerza a los pueblos vencidos.

El Decreto no hablaba simplemente de la paz, sino de una paz inmediata; no de una paz cualquiera, sino de una paz justa y democrática, de una paz «sin anexiones ni contribuciones». En este sentido, proporcionaba una definición de la anexión, que ha seguido siendo el concepto clásico de la conquista imperialista.

En el Decreto se proclamaba el derecho de cada pueblo —grande o pequeño, y al margen de su nivel de desarrollo económico y cultural— a decidir por sí mismo su propio destino. El Decreto sobre la paz proclamó por vez primera el derecho de las naciones a la autodeterminación, incluida la secesión y el derecho a la formación de Estado independiente. Desde entonces, este principio se ha transformado en uno de los principios constitutivos sobre los que descansa el sistema político del Estado socialista soviético multinacional.

El Decreto sobre la paz proclamaba el cese de la diplomacia secreta y el firme propósito del Estado soviético de negociar públicamente, así como su decisión a publicar inmediatamente los tratados secretos firmados por los antiguos1

Gobiernos de Rusia en interés de los capitalistas y de los terratenientes y que tendían a la esclavización de otros países y pueblos. El Decreto calificaba a la guerra imperialista de gravísimo crimen contra la Humanidad y expresaba la disposición del Gobierno soviético a concluir inmediatamente una paz justa y democrática. Este precepto fue un acta de aplicación contra los belicistas.

El Decreto sobre la paz tiene también hoy una importancia histórica, política e internacional enorme, porque en él están formulados los principios de la política exterior soviética. Por primera vez en la Historia se expresaron en forma legal los nuevos principios democráticos de las relaciones internacionales: la igualdad de todos los países, grandes o pequeños; el respeto a la integridad territorial y a la soberanía nacional de todos los países y pueblos; el reconocimiento en favor de todasi las naciones del derecho a una existencia estatal independiente;' la prohibición de toda intervención en los asuntos internos de otros Estados y pueblos; la renuncia a la anexión de territorios extraños; la cooperación económica y cultural.

Los nuevos principios partían de una condena de la guerra como medio de resolución de litigios, y la idea de la paz era convertida en fundamento inconmovible de la política exterior del Estado soviético.

Así, en el Decreto se proclamó la idea leninista de la coexistencia pacífica entre Estados con diferentes sistemas sociales. V. I. Leniñ señaló que la posibilidad de la coexistencia pacífica posee una base económica real: en el desarrollo de las relaciones económicas y del comercio están igualmente interesados los estados socialistas y capitalistas. «No veo ninguna razón —decía Lenin— para que nuestro Estado socialista no pueda tener relaciones comerciales ilimitadas con los países capitalistas. No nos oponemos a utilizar las locomotoras y la maquinaria agrícola del capitalismo, ¿por qué se opondrían a ellos a aprovechar nuestro trigo, lino y platino?»

La importancia especial del Decreto consiste en que fue aprobado en el momento en que a espaldas de nuestro pueblo se estaba realizando un complot secreto para firmar una paz de saqueo a costa de y contra la Rusia soviética.

El gran pueblo ruso, que había logrado su propia liberación, dos días después de la victoria histórica se convirtió en un esforzado luchador por la paz, la libertad, la independencia y la igualdad de los trabajadores de todo el mundo. La gran importancia histórica del Decreto sobre la paz reside en la enorme influencia ejercida sobre los pueblos de los países beligerantes.

La política pacífica proclamada en el II Congreso de los Soviets y expresada en el Decreto sobre la paz, constituyó el principal contenido y tendencia de toda la actividad de la joven diplomacia soviética y dio resultados valiosos desde los primeros meses de la existencia del poder soviético.

El realizador de la política exterior soviética fue el Gobierno y, más concretamente, un órgano especial, el Narkomindel.

El Narkomindel fue uno de los trece comisariados creados sobre la base de las resoluciones del II Congreso de los Soviets del 8 de noviembre de 1917.

En condiciones increíblemente difíciles, el Gobierno soviético logró organizar el trabajo del Narkomindel y del nuevo servicio diplomático exterior. La tarea de crear este órgano era mucho más difícil que la del resto de los comisariados. Las dificultades residían principalmente en que el aparato del antiguo Ministerio de Asuntos Exteriores no era susceptible de ser utilizado en las nuevas condiciones. La mayoría aplastante de los funcionarios antiguos se dedicaron al sabotaje contrarrevolucionario contra el poder soviético. Esto no tenía nada de extraño. El personal del Ministerio se reclutaba exclusivamente entre la alta aristocracia, dedicada al régimen monárquico. Todavía fue más difícil la organización del nuevo aparato diplomático soviético en el exterior. En la inmensa mayoría de los casos los representantes diplomáticos rusos en el extranjero eran hostiles al poder soviético.

Cómo respuesta a las acciones de sabotaje de los antiguos funcionarios diplomáticos, el Gobierno soviético expulsó a todos los participantes en las mismas. En vista de que no se recibía respuesta inmediata a la Circular del Gobierno soviético a todos los embajadores, enviados y miembros de las embajadas del antiguo Gobierno provisional, sobre su consentimiento a trabajar bajo la dirección del poder soviético sobre la base de las ideas expuestas en el II Congreso de los Soviets, en la Orden especial del Narkomindel de 9 de diciembre de 1917 casi todos ellos fueron retirados del servicio sin derecho a pensión y sin poder prestar ningún servicio en el Estado.

En lugar del antiguo aparato diplomático, el Estado soviético tuvo que crear otro nuevo. Sin experiencia, sin la ayuda de los viejos especialistas, con la falta más absoluta de preparación para este tipo de trabajo entre los obreros y los campesinos, el Gobierno soviético se lanzó de inmediato a la tarea de crear un Ministerio de Asuntos Exteriores. En primer término, requirió la ayuda de los comités regionales del partido de Petrogrado. Los comunistas de Petrogrado respondieron rápidamente a este llamamiento y prestaron la ayuda necesaria para la selección de los funcionarios diplomáticos y para la formación de los primeros departamentos del Narkomindel.

A fin de cuentas, el Narkomindel se completó con los bolcheviques más instruidos, más avanzados, con los guardias rojos y particularmente con los marineros del Báltico. A pesar de todo, gracias a la fuerza de voluntad del partido comunista, del Gobierno soviético y de V. I. Lenin, el Narkomindel fue organizado en breve plazo y comenzó a cumplir su misión.

Por su estructura, el aparato del Narkomindel no se distinguía por su abundancia de personal. A pesar de la importancia de este órgano, en un principio se componía de siete departamentos. Posteriormente, con el traslado del Gobierno soviético a Moscú los trabajos del Narkomindel obtuvieron mayor desarrollo.

En esta época, el Narkomindel constaba de diecisiete departamentos Oeste, Oriente, Rumania, Ucrania, Económico-Jurídico, Personal, Oficina para los Asuntos de Prisioneros de Guerra, Visados, Transferencias Monetarias y Préstamos, Correo Diplomático, Información, Prensa, Literatura Política Extranjera, Comisión Interministerial para la Aplicación del Tratado de Paz de Brest, Departamento de Cifra, Financiero, Económico. Además de estos departamentos se incluían también la Cancillería, los Archivos de Moscú y Petrogrado, la Biblioteca, la Academia de Investigaciones sobre el Oriente y la Cancillería de Petrogrado.

Los más importantes de todos eran los departamentos del Oeste, Oriente, Económico-Jurídico y la Comisión Interministerial para la Aplicación del Tratado de Brest. Cada uno de ellos tenía su régimen interno y adaptado a los problemas planteados se dividía, a su vez, en direcciones y secciones.

El departamento del Oeste estaba formado por ocho secciones: i) Finlandia, Suecia, Noruega y Dinamarca; 2) Alemania; 3) Austria; 4) Polonia; 5) Gran Bretaña y Holanda; 6) Francia y Bélgica; 7) Italia, España y Portugal; 8) Suiza, Luxemburgo y Monaco.

También el departamento del Oriente tenía ocho secciones: 

1) Servia, Montenegro, Croacia, Albania, Macedonia, Bulgaria y Grecia; 

2) Turquía, Egipto, Abisinia, Palestina y regiones africanas y musulmanas; 

3) Persia.. Armenia y Kurdistán; 

4) Bujara, Afganistán, India y Tíbet; 

5) China, Mongolia y Manchuria; 

6) Japón y Corea; 

7) colonias de los mares del Sur, colonias africanas, Australia, Filipinas y estrechos; 

8) América.

El departamento económico-jurídico estaba formado por seis secciones:

1) Administrativa; 2) Legislativa; 3) de Derecho Internacional; 4) Civil; 5) Extraterritorial; 6) Consular.

Al frente del Narkomindel estaban el comisario titular y el órgano colegiado auxiliar. En este período no existían todavía actos especiales que determinaran las obligaciones y tareas del Narkomindel, ni tampoco el ámbito de atribuciones de cada uno de sus departamentos. El primer reglamento del Narkomindel fue aprobado mucho más tarde, en julio de 1921. A pesar de ello, ya en 1918, a medida que se acumulaba la experiencia y se determinaban las tareas concretas del Estado soviético en la política exterior, se iban definiendo gradualmente la competencia del Narkomindel en general y las funciones de cada uno de sus departamentos.

Dentro de la competencia general del Narkomindel entraban: la defensa de los intereses políticos y económicos externos de la RSFSR; el cumplimiento de las leyes del Gobierno y la firma de tratados y acuerdos con Estados extranjeros; la dirección de su conclusión; ayuda a las instituciones de la Federación Rusa en el ejercicio de los derechos derivados de estos tratados y leyes, así como el cumplimiento por parte de los órganos inferiores del Estado soviético de las obligaciones impuestas por los mencionados tratados o acuerdos. Esta competencia general del Narkominde determinaba su régimen y también el ámbito de obligaciones y de competencia de cada sección de SOJ aparato.

Este ámbito de competencia y obligaciones era el siguiente: la realización directa de las relaciones diplomáticas con los Estados extranjeros; la observación y el estudio de la situación política y económica de estos Estados. El estudio de las relaciones económicas y de otra índole de estos mismos Estados con otras instituciones de la Federación Rusa; las relaciones con los representantes de estos Estados en territorio de la República Soviética. De acuerdo con esta competencia y obligaciones, los departamentos del Oeste y del Oriente se dividían en secciones con arreglo a grupos de países.

El tercer gran departamento del Narkomindel, departamento EconómicoJurídico, tenía el siguiente ámbito de competencia: preparar y confeccionar materiales para la firma de acuerdos y tratados con los Estados extranjeros; elaborar los proyectos de estos tratados y acuerdos, con las conclusiones sobre los mismos; velar por el cumplimiento práctico de los tratados ya concluidos; examinar las cuestiones relativas a las relaciones internacionales; dirigir los consulados de la RSFSR en el extranjero; resolver las cuestiones relativas a la situación, derechos y obligaciones de los ciudadanos soviéticos en el extranjero y de los extranjeros en territorio ruso.

Dentro de la competencia del departamento de Personal se incluía la selección, preparación y destino de los trabajadores del departamento Diplomático.

Las Oficinas de información y Prensa del Narkomindel confeccionaban materiales para boletines informativos sobre la situación económica de los Estados extranjeros; dirigían los correspondientes departamento de Prensa e Información de las primeras misiones soviéticas en el extranjero, informándolas sobre los más importantes aspectos de la vida en Rusia; redactaban las publicaciones del Narkomindel y llevaban las relaciones con la prensa extranjera. De la Oficina de Prensa dependían la Biblioteca y la sección de Prensa Extranjera. La Cancillería y los departamentos Financiero y Económico dirigían la actividad administrativa, financiera y económica del Narkomindel.

Un apartado especial merece la Conferencia para la aplicación del Tratado de Brest, creada por el Decreto de 13 de abril de 1918. La Conferencia, como se desprende de su propia denominación, fue instituida para el examen de los problemas relativos a la aplicación del tratado de paz con

Alemania. Tenía un carácter interministerial y estaba compuesta de representantes del Comité Ejecutivo Central, de todos los comisariados y de una serie de expertos con voto consultivo. El presidente de la Conferencia era el comisario para Asuntos Exteriores. El ámbito de competencia de la misma fue también determinado por el Narkomindel. Al mismo tiempo, se estatuyó que todas las conversaciones con representantes extranjeros sobre la aplicación del Tratado de Brest deberían poseer siempre el previo acuerdo del Narkomindel.

Paralelamente a la formación del aparato del Narkomindel, a medida de la instauración de las primeras relaciones diplomáticas con los Estados burgueses, el Gobierno soviético fue creando en estos países su propio aparato diplomático, cuya actividad se efectuaba con arreglo a los nuevos principios de la política exterior soviética, plasmados en el decreto sobre la paz.

El primer acto legislativo para la organización de los órganos de las relaciones exteriores soviéticas fue el Decreto del Consejo de Comisarios del Pueblo «Sobre la abolición del rango de los representantes diplomáticos, quedando en lo sucesivo calificados de representantes plenipotenciarios de la RSFSR» de 4 de julio de 1918. Se trataba de una medida necesaria en esteperíodo: fue provocada por la exigencia del reconocimiento de la igualdad entre todas las naciones. Sobre esta base, las viejas denominaciones de embajador, enviado y otras categorías, fueron abolidas y todos los representantes soviéticos acreditados ante Estados extranjeros se convirtieron en representantes plenipotenciarios de la RSFSR. El Decreto señalaba también que «de acuerdo con la idea fundamental del Derecho Internacional como sociedad de Estados iguales» se consideraban igualmente representantes plenipotenciarios a todos los agentes diplomáticos extranjeros acreditados en la RSFSR.

Estos representantes plenipotenciarios eran nombrados y designados por el C1C. A ellos se encomendaba la defensa de los intereses soviéticos en el país en que estaban acreditados, así como la defensa de los intereses de los ciudadanos. Estaban llamados a llevar las negociaciones diplomáticas que afectaran a los intereses rusos. Las agencias soviéticas dependientes de cualquier ministerio estaban sometidas al representante plenipotenciario. Este precepto se extendía también a los consulados soviéticos.

Al mismo tiempo que se enviaba al extranjero a las primeras misiones diplomáticas, se fueron instituyendo los consulados. El Narkomindel se reservaba el derecho a determinar los países y las localidades en las que hubiera consulados permanentes. También dependía del mismo unificar en una sola persona la representación diplomática general, es decir, las funciones diplomáticas y consulares.

El derecho a designar los cónsules generales pertenecía al Narkomindel.

La designación de los vicecónsules, así como de ciudadanos aborígenes en aquellas localidades en las que no hubiera cónsules permanentes, pertenecía al cónsul general, ratificado por el Norkomindel. Igualmente era competencia del cónsul general la determinación del personal auxiliar del consulado, así como de los especialistas del mismo.

La práctica fue elaborando el orden de las relaciones entre los representantes diplomáticos y consulares soviéticos. El representante diplomático podía oponerse al nombramiento de un cónsul general o de un cónsul. Podía también pedir aclaraciones y explicaciones sobre la actividad de los cónsules, pudiéndoles dar toda clase de instrucciones.

Los consulados tenían como misión defender los intereses económicos y jurídicos de Rusia. Además representaban con exclusividad a todos los comisariados y otros órganos del Gobierno, con excepción sólo de los aspectos políticos del Narkomindel y del Ministerio de la Marina de Guerra, que incidían en el ámbito de los representantes diplomáticos1

. El Gobierno podía también atribuir a los consulados otras competencias, como la encomendación de funciones judiciales, etc.

La defensa de los intereses económicos y jurídicos de la República era realizada por los cónsules mediante la instauración de relaciones comerciales, financieras y de otra índole.

Los consulados cumplían también funciones notariales, llevaban los registros del Estado Civil, ocupándose de otras cuestiones, como, por ejempo, la tutela y la seguridad social.

El estatuto jurídico de los consulados soviéticos en el extranjero fue definido por un Decreto de 18 de octubre de 1918. Sobre la base de generalizar la práctica ya existente de los primeros consulados rusos, este Decreto vino a fijar legalmente la organización, competencia, derechos y obligaciones y las formas y métodos de la actividad del aparato consular soviético.

Los primeros representantes diplomáticos y consulares soviéticos' fueron nombrados al surgir el Estado soviético. Así fue nombrado representante en Inglaterra M. M. Litvinov, y en los países escandinavos, con residencia en Estocolmo, V. V. Vorovsky. Poco después de la firma del Tratado de Brest se abrieron representaciones soviéticas en Alemania y Suiza. Al mismo tiempo se abrieron los primeros consulados generales soviéticos en Berlín y Estocolmo. También, para la repatriación de los prisioneros de guerra rusos en Alemania y Austria-Hungría se abrieron en Berlín y Viena las oficinas correspondientes. A finales de 1918 se abrió una representación soviética en Afganistán y poco después en Persia.

Desde el principio, el Narkomindel- instituyó un comisariado nuevo, de tipo socialista, cuya actividad correspondía exactamente a los principios fundamentales de la política exterior del partido comunista y del Estado soviético.


La lucha por la realización del Decreto sobre la paz constituyó en esta época la actividad principal del Narkomindel, éste publicó los documentos diplomáticos • secretos y anuló los tratados desiguales concluidos por Rusia y otras potencias imperialistas para la desmembración de territorios ajenos y la esclavización de sus pueblos. Después, se produjo la salida de la guerra mundial y la conquista de una época de paz.

La historia del primer período del Narkomindel está llena de actos que han dejado una profunda huella y que desempeñaron un gran papel en el reforzamiento de la situación internacional soviética y en la conquista de las simpatías de los trabajadores de todo el mundo hacia el primer país socialista.

El primero de tales actos fue la preparación del mensaje del Gobierno soviético titulado: «A todos, a todos, a todos», en el que se desarrollaba y concretaba el Decreto sobre la paz. Entre este tipo de documentos estaban también la declaración de derechos de los pueblos de Rusia, el mensaje a lo» trabajadores musulmanes de Rusia y del Oriente, el mensaje a los trabajadores y a los pueblos oprimidos de Europa, etc.

Los éxitos de la joven diplomacia soviética fueron conseguidos principalmente porque el partido comunista, incluso en el período anterior a octubre, poseía ya su propio programa sobre las cuestiones fundamentales de la política exterior. El papel decisivo en la elaboración de este programa, en la creación de la nueva escuela de la diplomacia soviética y en la organización del trabajo del Narkomindel y de las primeras representaciones diplomáticas soviéticas es obra de V. I. Lenin.

Como consecuencia de la Gran Revolución de Octubre sería, según los internacionalistas soviéticos, un nuevo estilo de relaciones y Derecho Internacionales. Conforme a esta argumentación, en la política internacional nació un Estado diametralmente opuesto por su naturaleza social a los Estados explotadores. «El deseo de dominio sobre otros pueblos y su explotación era algo extraño para el Estado soviético tratándose de un Estado profunda,...

Sovetskoe Gosudarstvo 1 Pravo, Moscú, núm. u/1967: «La lucha de dos concepciones en el DI».LA POLÍTICA EXTERIOR EX LA URSS

,...mente internacional. Su política exterior tendía a la liquidación de cualquier clase de opresión tanto social como nacional»5

. La misma fuente analiza esta cuestión de la siguiente manera:

La política exterior soviética se había propuesto defender las conquistas de la Revolución bolchevique, luchar contra la agresión imperialista, por la coexistencia pacífica y apoyar la lucha de liberación de los pueblos. En el campo del Derecho Internacional apareció una nueva concepción del mismo, concepción socialista de DI, que encarnaba las ideas jurídico-internacionales de la Revolución de Octubre.

. El DI anterior a la Revolución rusa y su concepción burguesa se basarían en los restos de las> relaciones propias a diferentes formas de imperialismo. Era el derecho del más fuerte, porque recogió e incluyó la fuerza en el DI y las relaciones entre Estados. El derecho de la guerra, del vencedor o la validez de los tratados internacionales impuestos por la fuerza eran preceptos importantes del DI de aquella época. Entonces, los sujetos del DI disponen de un derecho individual que emana del carácter de la sociedad internacional a aniquilar total o parcialmente a los demás sujetos; de acuerdo con esta tesis, se pueden conquistar los territorios

a expensas> de otros países.

Los principios democráticos del DI, como son los de respeto a la soberanía, la igualdad, la no intervención, etc. , se hallaban en un segundo plano, ya que el contenido de esos principios era deformado para adaptarlo a las aspiraciones políticas de las potencias imperialistas. Sin embargo, en la escena internacional alzó su voz un Estado con un sistema social distinto. Según el Decreto de la paz, continuar esta guerra para repartir entre los Estados fuertes y potentes los pueblos débiles es considerado por el Gobierno como un grave crimen contra la Humanidad. Es decir, dicho Decreto es tomado como punto de partida de la concepción soviética del DI y una parte importante de la misma serían los principios de la coexistencia pacífica, la prohibición o ilegalidad de la guerra de agresión y la solución pacífica de los conflictos. Sería todo un programa para la reestructuración del DI, la transformación del mismo en un instrumento de la paz y el desarrollo de la coexistencia pacífica y de la independencia de los pueblos.

Siendo obra de Lenin, este Decreto constituiría un grandioso edificio de,...

Ciertamente, la creación del cordón sanitaire a raíz de la segunda guerra mundial era la «liberación de los pueblos» en cuestión de la opresión extranjera...Que siempre serian las ideas de la paz, igualdad y autodeterminación de los pueblos. Se cita al internacionalista suizo M. HUBER.

,...toda clase de normas para evitar guerras, explotación y genocidios. La política leninista se arguye en el mismo lugar, siempre perseguía la realización de los principios de la coexistencia, de la paz, del socialismo. «A diferencia de la vieja sociedad con su miseria económica y su absurdo político—escribía C. Marx—surgirá una nueva sociedad, cuya norma internacional será la paz, porque en cada pueblo sólo habrá una idea rectora: trabajo.»

La política de paz se determinaba por la naturaleza social del Estado soviético y procedían de los fundamentos del sistema socialista. En las guerras entre los Estados siempre ha corrido la sangre del pueblo y los trabajadores han tenido que sufrir por todas las guerras. Señalando el carácter progresista «de las guerras civiles', de las guerras de la clase oprimida contra la opresora»,

V. I. Lcnin señalaba también que los «socialistas siempre han condenado las guerras entre los pueblos, como algo bárbaro».

V. I. Lenin rechazó la «revolución permanente» de Trotsky, oponiéndose a la «exportación» de la revolución, a que fuera extendida por medio de la fuerza. Se oponen al marxismo, escribía Lenin, los que piensan que «los intereses de la revolución exigen la exportación, y que esta exportación no supone más que la guerra...».

Lenin señaló que las relaciones entre los Estados habrán de ser inevitablemente unas relaciones de lucha entre ambos sistemas. El viejo sistema social nunca cedió su puesto sin lucha. La lucha entre el socialismo y el capitalismo se agudizará a medida que el sistema socialista vaya eliminando la propiedad privada y la explotación, perjudicando con ello a los intereses dominantes en la sociedad de clases capitalista.

Pero desarrollando la idea de la coexistencia pacífica, Lenin subrayó también el elemento de la cooperación. En el II Congreso panruso de los Soviets, Lenin se refirió en los términos siguientes a los antiguos tratados de Rusia: «Rechazamos todos los puntos que se refieran al pillaje y a la violencia, pero aquellos concluidos en pie de igualdad, los respetamos y no podemos rechazarlos.» En una resolución del VII Congreso panruso de los Soviets en diciembre de 1919 se decía: «La RSFSR desea vivir en paz con todos los pueblos...» También Lenin declaró en 1922: 'Consideramos que unas relaciones amistosas entre Rusia, Francia e Inglaterra son posibles y por ellas nos esforzamos.»

De este modo, la coexistencia pacífica se entendía como la forma de lucha de ambos sistemas sociales, que excluye la lucha armada e incluye la cooperación en diversas cuestiones de interés mutuo. Desde la introducción del principio de la coexistencia pacífica en el Derecho Internacional común este a pasado a ser un principio universal de apoyo a la paz y la seguridad, así como al desarrollo de la cooperación entre Estados con diferente sistema social.

El potencial revolucionario de los principios de la coexistencia pacífica ha sido enorme. El problema consistía en la reelaboración radical de esta parte importante del Derecho Internacional, de su transformación en un derecho que prohibiera el empleo de la fuerza en las relaciones internacionales. Sin duda, la lucha entre las concepciones socialista y burguesa ha sido muy aguda en este campo. Por supuesto, la concepción burguesa no se ha mantenido al nivel de comienzos de siglo. La Revolución de Octubre y los grandes cambios que se han producido en el mundo han dado lugar a ciertos cambios en la concepción burguesa. Pero en general, esta concepción que refleja los rasgos básicos de la política del imperialismo, ha quedado sin salida y en muchos casos se ha opuesto directamente al desarrollo progresivo del Derecho Internacional.

En un principio, los Estados capitalistas rechazaron los principios fundamentales de la concepción soviética del Derecho Internacional. Lo que en aquella época caracterizaba la posición de las potencias capitalistas era la ausencia de acuerdos con el nuevo Estado que había rechazado la propiedad privada, así como la idea de aniquilarlo por todos los medios. «Hay un tipo de personas—decía W. Churchill—con los que yo considero que es inútil burlar un acuerdo. Me refiero a los bolcheviques...»

A diferencia de esto, la concepción progresista del Derecho Internacional obtuvo el caluroso apoyo de los países del Oriente. Los principios de la coexistencia pacífica, de no agresión y de solución pacífica de los conflictos quedaron plasmados en los tratados concluidos por el Estado soviético con Persia, Afganistán, Turquía y China.

El Estado socialista se ha esforzado siempre por incluir a los principios progresistas en el Derecho Internacional común, obteniendo el apoyo de muchos Estados y pueblos. En la primera etapa, estos esfuerzos se manifestaron en el Decreto sobre la paz, en innumerables propuestas de paz del Estado soviético, las propuestas presentadas en la conferencia de Genova de 1922 sobre la coexistencia pacífica y sobre la reducción de armamentos, así como el Plan de Desarme presentado en la conferencia celebrada en Moscú en 1922.

Después tenemos: la firma por parte de la URSS de tratados de neutralidad y no agresión; la propuesta de un desarme general y completo presentada a la Comisión Preparatoria de la Sociedad de Naciones en 1927; la declaración del Gobierno soviético sobre su adhesión al pacto Briand-Kellogg; eNproyecto de protocolo sobre no agresión económica presentado por la URSS en la Sociedad de Naciones en 1931; la propuesta sobre desarme general y completo sobre definición de la agresión; la entrada de la URSS en la Sociedad de Naciones y su lucha incesante dentro de esta organización contra la agresión. Esto no pretende ser una enumeración exhaustiva de todas las acciones del Estado soviético con el objeto de defender la paz y la seguridad antes de la segunda guerra mundial.

La Unión Soviética se opuso decididamente a la creciente agresión fascista. En los anales de la historia ha quedado para siempre el gran papel liberador de la URSS en la guerra contra el fascismo alemán y el imperialismo japonés, así como el papel progresista de la URSS en la creación de la ONU.

La tarea realizada por la URSS en este sentido después de la guerra ha sido enorme. Baste con señalar aquí las nuevas propuestas para definir la agresión presentadas en 1953, las propuestas sobre coexistencia pacífica, el plan soviético de desarme, la idea de la codificación de los principios fundamentales del Derecho Internacional, la propuesta de no intervención en los asuntos internos y otras propuestas relativas a las instituciones del Derecho Internacional que afectan al mantenimiento de la paz y la segundad.

Bajo la influencia de la concepción soviética del Derecho Internacional y como resultado de la lucha de la URSS y de otras fuerzas progresistas, ha cambiado radicalmente gran parte de sus principios fundamentales. Ha desaparecido el derecho a la guerra, el derecho del vencedor, prohibiéndose la

agresión y el empleo de la fuerza en las relaciones internacionales. También se han instaurado el principio de solución pacífica de los conflictos, la responsabilidad del Estado por la agresión, la responsabilidad criminal de los individuos por los crímenes contra la Humanidad, la prohibición de la propaganda belicista...

La lucha por la libertad e independencia de los pueblos. El segundo rasgo característico de la concepción soviética del Derecho Internacional es la afirmación de los principios de igualdad, autodeterminación y soberanía de los pueblos y naciones. En las condiciones de esclavización y explotación de la gran mayoría de los países, sonaron fuertemente las palabras leninistas del Decreto sobre la paz, de una paz sin anexiones ni contribuciones. En este aspecto, la concepción soviética ha ido dirigida contra el Derecho Internacional vigente y la concepción burguesa dominante. Pertenecían al Derecho Internacional principios y normas que eran instrumento de la esclavización colonial y semicolonial de los pueblos. El derecho de adquisición de terrae nulius, el derecho de conquista, el derecho a la adquisición de zonas de influencia, la afirmación de las instituciones del derecho colonial, la instauración del régimen de protectorado, la conclusión de tratados desiguales, etc., eran estos principios y normas.

Las clases dominantes de los Estados burgueses dirigieron su atención hacia Asia, África y Latinoamérica en la búsqueda de grandes beneficios. El derecho colonial se convirtió en una parte muy importante del Derecho Internacional. El gran continente africano y una parte considerable de Asia no participaba en las relaciones internacionales, siendo sólo objeto de la opresión y la explotación coloniales. «La validez especial del Derecho Internacional—escribía el profesor de la Universidad de San Petersburgo F. Martens—se limita sólo a aquellos pueblos que reconocen los principios fundamentales de la cultura europea y merecen el nombre de pueblos civilizados.»

La concepción soviética planteó de una forma nueva el problema de la autodeterminación nacional. Este principio era considerado como «La expresión de la lucha contra la opresión nacional». La concepción soviética rechazaba toda violencia sobre la voluntad de la nación á la hora de determinar su situación política y de resolver los restantes asuntos. El Decreto sobre la paz señalaba ya que el principio de autodeterminación de las naciones debería aplicarse a todas ellas sin excepción. En el mensaje del Narkomindel de la RSFSR a los pueblos y Gobiernos de los países aliados en diciembre de 1917, se contenía un llamamiento para «edificar la paz sobre la base del reconocimiento total e incondicional del principio de autodeterminación a todos los pueblos».

Estos principios elaborados por los clásicos del marxismo-leninismo y reafirmados en la práctica del movimiento obrero y en la concepción soviética, no son meramente una reproducción de los principios propuestos por la burguesía durante las revoluciones burguesas de los siglos xvm y xix. Tampoco son una reproducción del principio de las nacionalidades, que nunca fue reconocido generalmente incluso dentro del marco del Derecho Internacional europeo y que no impedía la política de conquistas llevada a cabo por los Estados europeos.

La concepción soviética se diferencia radicalmente de la de los nacionalistas burgueses, cuya consigna es que coincidan'la nación y el Estado. La concepción socialista incluye la idea de fraternidad entre los pueblos y su fusión. <iEl objeto del socialismo —escribía Lenin— es no sólo la eliminación de la hostilidad humana, no sólo el acercamiento entre las naciones, sino también la fusión entre las mismas.» Lenin subrayó que este acercamiento y fusión de las naciones es sólo concebible sobre una base voluntaria, y que llegar a ella es sólo posible «después de un período transitorio de liberación total de todas las naciones oprimidas, es decir de su libre secesión».

El Estado soviético rompió inmediatamente con la política colonial del zarismo y renunció a "todos los tratados de la Rusia zarista que tenían un carácter colonial y desigual. Siempre han sostenido los principios de igualdad y autodeterminación de las naciones, luchando incesantemente contra el colonialismo y la discriminación racial.

Como normas contractuales, estos principios quedaron fijados en los tratados del Gobierno soviético con los países del Oriente. Estos tratados suponían la instauración de nuevas relaciones con estos países, que eran considerados por los Estados imperialistas como objetos de la expansión colonial.

A este respecto, son característicos especialmente los tratados con Persia,

Afganistán y Turquía, firmados en los meses de febrero y marzo de 1921.

Como resultado de la lucha de la Unión Soviética y de todos los movimientos progresistas del mundo actual, los principios de la concepción soviética pasaron a formar parte del Derecho Internacional. La Carta de la ONU ratificó los principios de igualdad y autodeterminación de los pueblos como importantes principios del Derecho Internacional, que hoy son generalmente reconocidos. La declaración de la Asamblea General de la ONU de 1960 sobre concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales ha supuesto el desarrollo de estos principios. Puede decirse que se ha formado sobre la base de los nuevos principios de la concepción soviética una nueva institución del Derecho Internacional, que contiene los principios y normas relativos al colonialismo, neocolonialismo, discriminación racial, etc.

El Derecho Internacinal prohibe el colonialismo en todas sus formas y manifestaciones. Protege la lucha de los pueblos coloniales, incluida la lucha armada. El Derecho Internacional contiene principios y normas dirigidos contra el neocolonialismo (por ejemplo, el principio de invalidez de los tratados desiguales, etc.), aunque en este campo no prevé las formas cambiantes del neocolonialismo. Este derecho ha pasado de ser un instrumento para la esclavización de las naciones a un medio de lucha contra el colonialismo, neocolonialismo y la opresión nacional.

Los principios del internacionalismo socialista

La concepción soviética de Derecho Internacional incluye una tercera parte, que es una especie de programa de las relaciones entre los Estados socialistas. Nos referimos a los principios del internacionalismo proletario'.

El principio rector del movimiento obrero internacional desde la época de Marx y Engels ha sido el internacionalismo, que supone amistad fraterna, estrecha cooperación y ayuda mutua entre los obreros de los diversos países en la lucha por su liberación. Este principio refleja una de las más importantes leyes del desarroyo social.

Junto al principio del internacionalismo proletario como principio rector, se han creado otros principios socialistas aplicables a las relaciones entre los obreros de los diversos países, entre sus partidos o entre las naciones y Estados. Estos principios son el de igualdad, autodeterminación y soberanía y no intervención.

Estos principios fueron aplicados especialmente en las relaciones entre las repúblicas soviéticas que se formaron después de la Revolución de Octubre.

La consecuencia de la aplicación de estos principios fue la formación de la URSS, el Estado de la amistad y la igualdad entre los pueblos.

Bajo la influencia de la Revolución de Octubre tuvieron lugar revoluciones socialistas en algunos países de Europa occidental, formándose Estados socialistas en Baviera y Hungría. Su existencia fue efímera. El imperialismo pudo estrangularla. Pero en este corto período se manifestaron ya los principios por los que se regiría el Estado soviético en sus relaciones con ellos, los principios del internacionalismo proletario. Fueron aplicados también con posterioridad en las relaciones entre la URSS y Mongolia.

Estos principios han sido desarrollados en las relaciones entre los países del sistema socialista. Sin dejar de ser principios políticos, se han convertido también en normas jurídicas, enriqueciéndose su contenido y surgiendo una serie de principios y normas de nuevo cuño.

Balances y perspectivas

El balance de los cincuenta años de lucha entre estas dos concepciones es una resonante victoria para la concepción socialista del Derecho Internacional.

Con la formación y desarrollo del sistema socialista, se ha formado una concepción socialista general del Derecho Internacional, obra de todos los países especialistas. Hay que señalar la propuesta de Checoslovaquia sobre los principios de la coexistencia pacífica, sobre el no empleo de la fuerza en las relaciones internacionales, las propuestas de Polonia sobre la seguridad europeo y las de Hungría sobre el desarrollo de un Derecho de comercio internacional, etc.

En las relaciones entre los Estados socialistas, ha aumentado el número de principios y normas, se ha desarrollado su contenido socialista, aumentando la influencia de los principios y normas socialistas sobre el Derecho Internacional común.

Se ha producido un cambio radical en el carácter y esencia del Derecho Internacional común. Han aparecido nuevos principios que han alterado el aspecto del Derecho Internacional, transformándolo en un derecho de la paz, de la coexistencia pacífica y una garantía de la libertad o independencia de los pueblos. Se han desarrollado y consolidado viejos principios y normas como los de respeto a la soberanía estatal, no intervención y el cumplimiento de buena fe de las obligaciones internacionales.

Actualmente, continúa la lucha entre ambas concepciones, en nuevas circunstancias y con nueva fuerza. Como consecuencia de la desintegración del sistema colonial, han aparecido eu la escena unos 70 nuevos Estados. Los que han adquirido fuerza suficiente para realizar una política exterior propia sostienen unas concepciones jurídico-internacionales muy afines a las soviéticas.

Prosigue la lucha por un desarrollo progresivo del Derecho Internacional y por el aumento de su eficacia para convertirle en un medio efectivo de garantía de la paz y de unas relaciones amistosas entre los Estados y los pueblos.

Pero hay otros muchos campos en los que se puede esperar un desarrollo progresivo en un futuro inmediato. Se está realizando la codificación del derecho de los tratados. El proyecto de convención preparado por la Comisión de Derecho Internacional de la ONU es un gran paso hacia adelante. Es importante que la conferencia diplomática que va a celebrarse próximamente mejore este proyecto.- Existen ya las bases para resolver una serie de problemas actuales del Derecho marítimo, en particular por lo que se refiere a la conservación de los recursos marítimos, al aprovechamiento de las riquezas de la plataforma continental, el régimen del mar libre, etc. La adopción por la Asamblea General de la ONU el 19 de diciembre de 1966 de un tratado sobre los principios de la actividad de los Estados para la investigación y utilización del espacio cósmico, incluida la Luna y otros cuerpos celestes y la propuesta de firma de otros convenios son un progreso considerable en el desarrollo del Derecho cósmico internacional.

También se desarrolla la institución relativa a la defensa de los derechos del hombre. El acontecimiento característico en este campo fue la aprobación por la Asamblea General de la ONU el 21 de diciembre de 1965 de un convenio internacional sobre liquidación de todas las formas de discriminación racial, y el 16 de diciembre de 1966 de los pactos sobre derechos del hombre. Hay también posibilidades de desarrollar otras instituciones jurídicas: Derecho laboral internacional, Derecho del comercio internacional, Sucesión de Estados, responsabilidad y Derecho aéreo.

Con respecto a aquellas cuestiones del Derecho Internacional que guardan inmediata relación con el mantenimiento de la paz, la lucha entre ambas concepciones prosigue tensa, pero el movimiento hacia adelante continúa, aunque lentamente.

Ya sabemos la oposición tenaz de las potencias imperialistas al planteamiento del problema de la codificación y progresivo desarrollo del Derecho Internacional. Estos principios constituyen el núcleo de éste último y son aplicables por los Estados en los más importantes problemas de su política exterior. Los principios fundamentales del Derecho Internacional tienden a garantizar la paz, la coexistencia pacífica y la independencia de los pueblos, y por esto las potencias imperialistas obstaculizan los trabajos para su desarrollo futuro.

También se realiza una reñida lucha por el desarrollo de los preceptos anticoloniales en tanto en cuanto sean aplicables a la nueva situación que se ha formado como consecuencia de la desintegración del sistema colonial.

Las- normas que condenan los métodos del colonialismo están encajadas en diversas instituciones del Derecho Internacional. El desarrollo de este tipo de principios y normas asegurará la independencia económica y política de los países subdesarrollados y su progreso económico y social.

Una importancia especial ha adquirido la lucha por el cumplimiento de los principios del Derecho Internacional y porque sea exigida responsabilidad a sus infractores, particularmente en caso de agresión. «El Gobierno soviético considera —dijo A. N. Kosiguin— seria un grave error que los pueblos piensen que la agresión queda siempre impune. Por ello, es importante infundirles la confianza de que el agresor no puede pensar en que la agresión perpetrada le produzca beneficios...»

Ante la presencia del arma nuclear hoy es particularmente peligrosa la infracción del Derecho Internacional. Sin duda, las posiciones del imperialismo han quedado hoy muy quebrantadas. «La alianza militante de los países socialistas y de todas las fuerzas antiimperialistas es un factor importante de la política internacional. El imperialismo ha dejado de dominar en el mundo. Los pueblos disponen hoy de fuerza suficiente como para impedir que surja una nueva guerra mundial.» Pero el imperialismo aprovecha todas las posibilidades para prorrogar su existencia. La guerra agresiva americana en Vietnam, la agresión de Israel contra los pueblos árabes y las incesantes provocaciones contra Cuba son un grave peligro para la causa de la paz.

La lucha por el cumplimiento del Derecho Internacional es compleja y variada. En algunos países capitalistas se piensa que el único modo para que el Derecho Internacional sea efectivo es la creación de un Estado mundial.

La concepción socialista tiene, sin embargo, en cuenta los rasgos específicos de esta ciencia y las leyes de su desarrollo. La elevación del papel del Derecho Internacional no es posible mediante la formación de un Estado mundial y la liquidación de la soberanía estatal, sino mediante el desarrollo de los principios y normas fundamentales del Derecho Internacional. Esto exige el reconocimiento de nuevos principios que desarrollen la cooperación internacional, la coexistencia pacífica, la igualdad, etc. Sobre la base de estos principios, es decir, de los principios de la Carta de la ONU, hay que desarrollar la actividad de las Naciones Unidas, que son un importante mediopara garantizar la vigencia del Derecho Internacional.

En nuestro tiempo, las fuerzas que luchan por la paz son las mismas fuerzas que se esfuerzan por aumentar la vigencia del Derecho Internacional.

Por ello, el aumento de la unidad y actividad de todas las fuerzas de la paz y del socialismo en la lucha contra la política imperialista de agresión es el fundamento social decisivo para aumentar la eficacia del Derecho Internacional actual.

 La unidad de criterios, según se puede comprobar, entre las dos fuentes es absoluta.

Por esta razón las recogemos casi íntegramente.  )))....



V. i. lenin la enFerMedad inFanTil del ‘iZQuierdisMo’ en el coMunisMo 

Prólogo de alan Woods Fundación Federico engels    

file:///C:/Users/PC/Downloads/El_izquierdismo_Lenin.pdf 

Primera edición: septiembre de 1998 ISBN: 84-921832-4-1 Depósito Legal: M-30758-1998 Publicado y distribuido por: Fundación de Estudios Socialistas Federico Engels Apartado de Correos 35.167 28080 Madrid Impreso en: Gráficas Deli S.L. c/ Jaime Hermida 16, bajo. 28037 Madrid Prólogo....................................................................................... 

I. ¿En qué sentido puede hablarse de la importancia internacional de la revolución rusa? ........................................... 

II. Una de las condiciones fundamentales del éxito de los bolcheviques ............................................................................. 

III. Las etapas principales de la historia del bolchevismo .......... 

IV. ¿En lucha contra qué enemigos en el seno del movimiento obrero ha podido crecer, fortalecerse y templarse el bolchevismo? ............................................................................. 

V. El comunismo de “izquierda” en Alemania. Jefes, partido, clase, masa ................................................................................. 

VI. ¿Deben actuar los revolucionarios en los sindicatos reaccionarios? ............................................................................ 

VII. ¿Debe participarse en los parlamentos burgueses? ............. 

VIII. ¿Ningún compromiso? ...................................................... 

IX. El comunismo “de izquierda” en Inglaterra ......................... 

X. Algunas conclusiones ............................................................ 

Anexo ......................................................................................... 

I. La escisión de los comunistas alemanes ................................. 

II. Los comunistas y los independientes en Alemania ................ 

III. Turati y compañía en Italia ................................................... 

IV. Conclusiones erróneas de premisas justas ............................ 

V. ................................................................................................ 

Carta de Wijnkoop ..................................................................... 

Notas .......................................................................................... 5 29 31 34 39 47 54 63 73 84 97 112 112 114 116 118 122 122 124 

Índice 5 

Prólogo 

“la historia en general, y la de las revoluciones en particular, es siempre más rica de contenido, más variada de formas y aspectos, más viva y más ‘astuta’ de lo que imaginan los mejores partidos, las vanguardias más conscientes de las clases más avanzadas”. (Lenin, La enfermedad infantil del ‘izquierdismo’ en el comunismo) La enfermedad infantil del ‘izquierdismo’ en el comunismo es una de las obras más importantes del marxismo. En muchos sentidos, es la mejor obra de Lenin, ya que representa un resumen de toda la experiencia histórica del bolchevismo. Cualquiera que desee entender la esencia del método de Lenin debería estudiar detenidamente estas páginas que, de una manera extraordinariamente clara y concisa, explican el arte de la táctica y la ciencia de la estrategia en la lucha de clases. Lenin escribió La enfermedad infantil en abril de 1920 y el Apéndice el 12 de mayo del mismo año, en el emocionante periodo posterior al triunfo de la revolución en Rusia. La Tercera Internacional (Comunista) había sido fundada el año anterior como resultado del colapso de la Segunda Internacional (Socialista), el cual fue inevitable después de la traición de los dirigentes reformistas de los partidos social demócratas que, violando las decisiones de todos los congresos internacionales, habían votado a favor de los créditos de guerra y apoyado la guerra imperialista de 1914 a 1918. La victoria de la Revolución de Octubre en Rusia dio un poderoso impulso, en un primer momento, a la formación de tendencias comunistas de masas dentro de los viejos partidos social demócratas y, más tarde, a la formación de partidos comunistas en un país tras otro. Pero los dirigentes de los nuevos partidos eran en su mayoría jóvenes sin madurez política y, aunque se inspiraron en la Revolución de Octubre, no tenían la misma experiencia que los bolcheviques y apenas conocían la historia, la teoría y la práctica del bolchevismo. 

Como consecuencia, cometieron muchos errores, generalmente de tipo ultraizquierdista. Para ayudarles a superar estas deficiencias y familiarizarse con la auténtica naturaleza del bolchevismo, Lenin 6 escribió esta obra. Aunque fue publicada por primera vez hace casi 80 años, sigue siendo tan válida y relevante como el día en que fue escrita. Lenin dio mucha importancia a esta obra y, con su acostumbrada atención al detalle, prestó una atención personal a los plazos de corrección y edición del libro de manera que pudiera ser publicado antes de la apertura del Segundo Congreso de la Internacional Comunista, cuyos delegados recibieron una copia cada uno. Entre julio y noviembre de 1920 el libro fue publicado en Leipzig, en París y en Londres en alemán, francés e inglés respectivamente. ¿cuál es el fondo del libro? El fondo del libro queda claramente expresado en el subtítulo del manuscrito original, Ensayo de discusión popular sobre la estrategia y la táctica marxistas, que desapareció de todas las ediciones publicadas en vida de Lenin. En sus páginas se aborda la tarea de la construcción del partido revolucionario, una cuestión más complicada de lo que parece a primera vista. Implica la relación entre el marxismo y el movimiento vivo del proletariado y sus organizaciones que han evolucionado a través de la historia. La lucha de clases, y su reflejo en las mentes de las masas, no se desarrolla en línea recta, sino que pasa por toda una serie de etapas, con cambios constantes, flujos y reflujos. Sólo en dos ocasiones en los últimos 150 años la clase obrera ha creado organizaciones de masas para expresar su voluntad de transformar la sociedad: la Segunda y Tercera Internacionales (Socialista y Comunista respectivamente). 

De este hecho podemos deducir lo poco común que es la creación de organizaciones obreras de masas. La clase obrera no llega automáticamente a conclusiones revolucionarias. Si así fuera, la tarea de construir el partido sería superflua. Si el movimiento de la clase obrera se produjera en línea recta, la tarea sería sencilla, pero en realidad no ocurre así. Tras un largo periodo histórico, la clase obrera llega a comprender la necesidad de la construcción del partido. Sin organización, la clase obrera no es más que materia prima para la explotación. Mediante la creación de 7 organizaciones, tanto de carácter sindical como, a un nivel superior, político, la clase obrera empieza a expresarse como clase, con una entidad independiente. En palabras de Marx, pasa de ser una clase “en sí misma” a una clase “para sí misma”. Ese desarrollo se produce durante un largo periodo histórico a través de todo tipo de luchas, en las que participa no sólo la minoría de activistas más o menos consciente, sino también las “masas sin preparación política”, que, en general, despiertan a la participación activa en la vida política (e incluso sindical) sobre la base de grandes acontecimientos. La clase obrera comienza a crear organizaciones de masas para defender sus intereses. 

Estas organizaciones históricas son los sindicatos, las cooperativas y los partidos obreros que representan el germen de una nueva sociedad dentro de la vieja. Sirven para movilizar, organizar, formar y educar a la clase. A diferencia de la pequeña burguesía, que siempre se caracteriza por su extrema volatilidad política, la clase obrera cambia sus lealtades políticas y sindicales muy lentamente. Un obrero no desechará una herramienta vieja incluso cuando esta haya dejado de tener una utilidad práctica; tratará de repararla hasta que finalmente demuestre ser completamente inservible. De la misma manera, el proletariado en su conjunto no abandona fácilmente sus organizaciones tradicionales una vez que han sido creadas, sino que una y otra vez tratará de transformarlas en auténticos órganos de lucha. El que no entienda este hecho será incapaz de construir un puente hacia las masas. Lenin conocía en profundidad la forma en que la clase obrera se moviliza y piensa. La presente obra es una expresión brillante de esto. Presiones del capitalismo Las organizaciones creadas históricamente por el proletariado se han formado en el seno de la sociedad capitalista y están sometidas a las presiones del capitalismo, lo que inevitablemente produce deformaciones burocráticas. Las organizaciones nacidas en la lucha tienden a degenerar cuando la presión de las masas desaparece. Estas presiones se intensifican en periodos de auge económico o incluso durante booms temporales. Los trabajadores no se ponen a luchar porque sí. En condiciones en que la burguesía puede hacer concesiones y refor- 8 mas temporales, los trabajadores tienden a buscar una salida individual, “trabajando duro”, echando horas extras, etc. 

Las presiones del capitalismo tienen sus efectos más perniciosos en las cúpulas del movimiento obrero, y la tendencia de la burocracia de las organizaciones obreras a separarse de la base y caer bajo la influencia de las ideas burguesas siempre se multiplica por mil cuando disminuye la presión de la clase obrera. Esta es una ley que puede demostrarse históricamente. Cuando los capitalistas pueden dar concesiones y reformas, la mayoría de los trabajadores no ven la necesidad de participar activamente en el movimiento. Eso lleva a una mayor degeneración en la dirección que cada vez se divorcia más de las masas y las bases del partido. Gradualmente, casi de manera imperceptible, se pierden de vista los objetivos revolucionarios. Los dirigentes quedan absorbidos en la rutina diaria de la actividad parlamentaria o sindical. Llega un momento en que se encuentran teorías para justificar este abandono de los principios. Esto fue lo que pasó en el periodo prolongado de auge capitalista antes de 1914, que acabó en la matanza de la Primera Guerra Mundial. Lenin explica que el ultraizquierdismo es el precio que paga el movimiento obrero por el oportunismo de sus dirigentes. El éxito del anarquismo entre ciertos sectores de los obreros y la juventud antes de la Primera Guerra Mundial fue precisamente una reacción a la degeneración burocrático-reformista de los dirigentes de la social democracia. 

De manera similar, en el periodo después de la Segunda Guerra Mundial, la extensión de ideas ultraizquierdistas entre los estudiantes (terrorismo, anarquismo, guerrillerismo, nacionalismo radical) no se puede explicar exclusivamente por la mentalidad pequeño burguesa de esta capa (eso es un elemento constante), sino que es la consecuencia monstruosa de la falta de autoridad del marxismo como consecuencia de la degeneración burocrática y reformista de las organizaciones obreras y del estalinismo en la URSS. Lenin explica como en Rusia la influencia del anarquismo fue mínima debido a la línea consecuentemente revolucionaria de los bolcheviques. Pero las políticas reformistas que adoptaron los dirigentes del movimiento obrero en todos los países después de la Segunda Guerra Mundial sólo sirvieron para repeler 9 a los jóvenes y empujarlos al callejón sin salida del anarquismo, del sectarismo y el ultraizquierdismo. Marx y engels Para un marxista, un partido revolucionario es, en primer lugar, programa, métodos, ideas y tradiciones, y sólo en segundo lugar, una organización y un aparato (que sin duda tienen su importancia) para llevar estas ideas a amplias capas de los trabajadores. El partido marxista, desde sus inicios, debe basarse en la teoría y el programa, que es el resumen de la experiencia histórica general del proletariado. 

Esta es la primera parte del problema. Pero sólo la primera parte. La segunda parte es más complicada: ¿Cómo llegar a las masas de los trabajadores con nuestro programa y nuestras ideas? 

No es una cuestión sencilla. Para los sectarios, por supuesto, esto no es ningún problema. Basta con citar a Lenin sobre la necesidad de “un partido revolucionario independiente”. ¡Simplemente nos proclamamos como tal y llamamos a los trabajadores a que se unan a nosotros! La necesidad de construir un partido revolucionario independiente es el ABC para los marxistas. Pero además del ABC hay otras letras en el abecedario, y un niño que sólo repitiese las tres primeras después de algunos años de colegio no sería considerado muy espabilado. En su artículo Sectarismo, Centrismo y la Cuarta Internacional (1935), Trotsky caracteriza a los sectarios de la siguiente manera: “El sectario ve la vida de la sociedad como una gran escuela, en la que él es el maestro. En su opinión, la clase obrera debería dejar aparte otras cosas menos importantes y sentarse ordenadamente alrededor de su tarima. Entonces la tarea estaría resuelta. A pesar de que jura por el marxismo en cada frase, el sectario es la negación directa del materialismo dialéctico, que toma la experiencia como punto de partida y siempre vuelve a ella. Un sectario no entiende la acción y reacción dialéctica entre un programa acabado y la lucha de masas viva, es decir imperfecta, inacabada. 

El sectarismo es hostil a la dialéctica (no en palabras pero si en los hechos) en el sentido en que 10 vuelve la espalda al desarrollo real de la clase obrera”. (Trotsky, Escritos, 1935-36.) En el documento fundacional del movimiento marxista, El Manifiesto Comunista, Marx y Engels explicaban que “los comunistas no forman un partido aparte de los demás partidos de la clase obrera. No tienen intereses propios que se distingan de los intereses generales del proletariado. No profesan principios sectarios propios con los que aspiren a modelar el movimiento proletario. Los comunistas no se distinguen de los otros partidos de la clase obrera más que en esto: 

1) En las luchas nacionales de los proletarios de diferentes países, insisten y ponen en primer lugar los intereses comunes de todo el proletariado, independientemente de su nacionalidad. 

2) En los diferentes estadios de desarrollo por los que tiene que pasar la lucha de la clase obrera, representan siempre y en todo lugar los intereses del movimiento en su conjunto. Los comunistas por lo tanto, son en primer lugar, en la práctica, el sector más avanzado y decidido de los partidos de la clase obrera en cada país, el sector que empuja a los demás hacia adelante; en segundo lugar en la teoría, tienen la ventaja sobre la gran masa del proletariado de la clara comprensión de los derroteros, y de los resultados generales últimos a los que ha de abocar el movimiento del proletariado”. Los fundadores del socialismo científico siempre partían del movimiento tal como era, y aplicaban las tácticas más hábiles para conectar con el auténtico movimiento de las masas y fertilizarlo con el programa del marxismo revolucionario. Esto significaba, inicialmente, aparecer como la extrema izquierda del movimiento democrático. El trabajo de Marx alrededor de la Nueva Gaceta Renana fue un modelo de agitación revolucionaria que combinaba la lucha por las consignas democráticas más avanzadas con una defensa implacable del punto de vista independiente de clase del proletariado. 11 

La Liga de los Comunistas fue, desde el principio, una organización internacional. No obstante, la formación de la Asociación Internacional de los Trabajadores (la Primera Internacional) en 1864 representó un paso adelante cualitativo. La tarea histórica de la Primera Internacional fue la de establecer los principios fundamentales, el programa, la estrategia y la táctica del marxismo revolucionario a escala internacional. De todas formas, en su concepción, la AIT no era una Internacional Marxista, sino una organización extremadamente heterogénea, compuesta por sindicalistas reformistas británicos, proudhonistas franceses, italianos seguidores de Mazzini, anarquistas y otros parecidos. Combinando la firmeza en los principios con una gran flexibilidad táctica gradualmente Marx y Engels ganaron la mayoría. En una carta a Engels, Marx explicaba que tenían que utilizar un tacto extremo, especialmente a la hora de combatir los prejuicios de los tradeunionistas británicos. En una frase muy apropiada, Marx dijo que él siempre era “suave en la forma, pero audaz en el contenido”. Esta frase resume la actitud de los marxistas en su trabajo en las organizaciones obreras reformistas. La AIT consiguió sentar las bases teóricas para una genuina Internacional revolucionaria. Pero nunca fue una auténtica Internacional obrera de masas. Fue realmente una anticipación del futuro. 

La derrota de la Comuna de París tuvo un efecto desorientador sobre las débiles fuerzas de la primera Internacional, que entró en crisis, agravada por las intrigas de los bakuninistas (anarquistas). Para evitar que la Internacional cayese en manos de los bakuninistas, Marx y Engels primero trasladaron el centro a América y después decidieron disolverla en 1872. A pesar de seguir defendiendo los principios del internacionalismo, durante un periodo Marx y Engels estuvieron sin una organización internacional. lenin y la segunda internacional La Internacional Socialista (Segunda Internacional), fundada en 1889, empezó donde había acabado la Primera Internacional. A diferencia de esta, la Segunda Internacional empezó como una internacional de masas que unió y organizó a millones de trabajadores. Tuvo partidos y sindicatos de masas en Alemania, Francia, Gran Bretaña, 12 Bélgica, etc. Además, al menos de palabra, defendió los principios del marxismo revolucionario. Con esto, el futuro del socialismo parecía garantizado. No obstante, la desgracia de la Segunda Internacional fue la de formarse durante un largo periodo de auge capitalista. Esto dejó su huella en la mentalidad del sector dirigente de los partidos y sindicatos social demócratas. El periodo clásico de la social democracia fue el de 1871-1914. Sobre la base de un largo periodo de crecimiento económico fue posible para el capitalismo hacer concesiones a la clase obrera o, más correctamente, a su capa superior. Los sindicatos aumentaron su fuerza, de dos a tres millones de afiliados en Alemania y Gran Bretaña, 300.000 en Francia, etc. En general, fue un periodo de reformas, no de revolución. Hubo excepciones, como la revolución rusa de 1905, pero este no fue el carácter general de la época. A pesar de que formalmente se adherían a la idea del socialismo, en la práctica, los dirigentes social demócratas en Francia, Alemania, Gran Bretaña y demás, estaban aplicando políticas reformistas. Esto fue plasmado muy pronto por Bernstein en su famoso aforismo: “El movimiento lo es todo. El objetivo final no es nada”. 

Antes de 1914, Lenin, Trotsky, Liebknecht y Luxemburgo eran socialdemócratas. En realidad, estaban llevando a cabo una lucha por una genuina política marxista revolucionaria dentro de la Segunda Internacional. No obstante, el único que realmente entendió el papel del partido revolucionario fue Lenin. Incluso Trotsky, a pesar de su correcta apreciación de las perspectivas para la revolución rusa, estaba confundido en este aspecto hasta 1917. Rosa Luxemburgo era una destacada revolucionaria que trataba de combatir la política reformista de la dirección del SPD poniendo el mayor énfasis en el movimiento espontáneo de la clase y la huelga general. Ella entendía mejor que Lenin el papel de Kautsky y la llamada “izquierda” alemana (en realidad centristas), principalmente porque los podía ver más de cerca. Lenin en un principio tenia ilusiones en Kautsky y se definía a sí mismo como un “kautskista ortodoxo” prácticamente hasta la Primera Guerra Mundial. Pero sólo Lenin proyectó sistemáticamente crear un partido marxista firme y consistente, llegando hasta el extremo de la escisión de 13 1912, dos años antes de la escisión de la Internacional. No obstante, durante un periodo de casi diez años, los bolcheviques y los mencheviques actuaron como dos fracciones de un mismo partido: el Partido Obrero Social Demócrata Ruso, que desde 1905 era el partido de masas del proletariado ruso. la internacional comunista 

“La Tercera Internacional surge directamente de la guerra imperialista. Es cierto que mucho antes, muchas tendencias diferentes habían estado luchando dentro de la Segunda Internacional, pero incluso las que estaban más a la izquierda, representadas por Lenin, estaban lejos de pensar que la unidad revolucionaria de la clase obrera sería creada mediante una ruptura total con la social democracia. La degeneración oportunista de los partidos obreros, estrechamente vinculada con el periodo de florecimiento del capitalismo en el cambio de siglo, sólo se reveló completamente en el momento en que la guerra planteó crudamente la cuestión: ¿Con la burguesía nacional o contra ella?. El desarrollo político dio un salto repentino en 1914: utilizando la frase de Hegel, la acumulación de cambios cuantitativos de repente adquirió un carácter cualitativo” (Trotsky, Escritos 1935-36). ¿Cuándo se fundó la Tercera Internacional? Esta pregunta aparentemente simple tiene más de una respuesta. En un sentido, se puede decir que la Internacional se fundó en 1914, cuando Lenin rompió con la vieja Internacional y proclamó la necesidad de una nueva Internacional. Incluso rechazó el nombre de “socialdemócrata”, calificándolo de “camisa sucia” que debía ser cambiada por una nueva. Y no obstante, Lenin, en ese momento, estaba completamente aislado. Trotsky calcula que estaba en contacto con, quizás, un par de docenas de correligionarios en el exilio. En la Conferencia de los socialistas que se oponían a la guerra en Zimmerwald en 1915, Lenin bromeó acerca de que todos los internacionalistas del mundo cabían en dos carrozas. No obstante, la nueva internacional ya existía, como un programa y una idea, en 1914. 14 A pesar de todo, las fuerzas de masas de la Internacional Comunista sólo se formaron en base a los grandes acontecimientos de 1917-23. En la mayoría de los casos, los partidos de masas de la nueva internacional se crearon a partir de escisiones de los viejos partidos de la Segunda Internacional. Las sectas son aficionadas a citar los escritos de Lenin del periodo 1914-17, cuando insistía repetidamente en la necesidad de una ruptura radical con la Social Democracia, ese “cadáver putrefacto”, como lo llamó Rosa Luxemburgo. “Pero Lenin tenía en mente una ruptura con los reformistas como consecuencia inevitable de la lucha contra ellos, y no como un acto de salvación, independiente del tiempo y el lugar. Requería una escisión con los socialpatriotas no para salvar su propia alma sino para arrancar las masas del socialpatriotismo” (Trotsky, Escritos 1935-36). Después de la Revolución de Octubre, surgieron tendencias comunistas en todos los viejos partidos social demócratas. En Francia, los comunistas ganaron la mayoría del Partido Socialista en el Congreso de Tours (1920). El ala de derechas se escindió con 30.000 miembros y el Partido Comunista se formó con 130.000. No obstante, los viejos dirigentes reformistas mantuvieron una base entre los sectores más atrasados e inertes de la clase. 

Los Socialdemócratas alemanes se escindieron en Abril de 1917, cuando el ala centrista dirigida por Kautsky fundó el Partido Social Demócrata Independiente. Este partido centrista de masas a su vez se escindió en Octubre de 1920, en el congreso de Halle. La mayoría se fusionó con los espartaquistas para formar el Partido Comunista Alemán, un partido de masas con 21 periódicos diarios. Acontecimientos similares ocurrieron en Checoslovaquia, Italia, Bulgaria, Noruega y otros países. “comunismo de izquierdas” La Tercera Internacional (Comunista) se levantó a un nivel cualitativamente superior que cada una de sus antecesoras. Como la AIT en el punto álgido de su desarrollo, defendía un claro programa socia- 15 lista revolucionario, internacionalista. Al igual que la Segunda Internacional, tenía una base de masas de millones de personas. Una vez más, parecía que el destino de la revolución mundial estaba en buenas manos. Desgraciadamente, como hemos dicho, la mayoría de las direcciones de los nuevos partidos comunistas eran jóvenes inexpertos. Les faltaba la base teórica y la experiencia de los dirigentes del partido ruso. Cometieron errores, en el primer periodo, principalmente de carácter ultraizquierdista. En el Segundo Congreso de la Comintern, Lenin y Trotsky lanzaron una lucha contra la “enfermedad infantil” del ultraizquierdismo. 

El Manifiesto del Segundo Congreso, escrito por Trotsky, declara: “La Internacional Comunista es el partido mundial de la rebelión proletaria y de la dictadura del proletariado. No tiene tareas ni objetivos separados ni aparte de los propios de la clase obrera. Las pretensiones de las sectas minúsculas, cada una de las cuales quiere salvar a la clase obrera a su manera, son ajenas y hostiles al espíritu de la Internacional Comunista. No posee ningún tipo de panacea ni fórmulas mágicas, sino que se basa en la experiencia internacional, presente y pasada, de la clase obrera; depura esa experiencia de todas las equivocaciones y desviaciones; generaliza las conquistas alcanzadas y reconoce solamente como fórmulas revolucionarias las fórmulas de acción de masas” (Trotsky, Los cinco primeros años de la Internacional Comunista, Vol. 1, énfasis nuestro). El mismo documento añade: “Llevando a cabo una lucha sin cuartel contra el reformismo en los sindicatos y contra el cretinismo parlamentario y el carrerismo, la Internacional Comunista condena al mismo tiempo todos los llamamientos sectarios para dejar las filas de las organizaciones sindicales que agrupan a millones, o dar la espalda al trabajo en las instituciones parlamentarias y municipales. Los comunistas no se separan de las masas que están siendo engañadas y traicionadas por los reformistas y los patriotas, sino que se comprometen a un combate irreconciliable dentro de las organizaciones de masas e instituciones establecidas por la sociedad burguesa, para poder derrocarla lo más segura y rápidamente posible” (ibid.). 

El ultraizquierdismo, reflejo de la impaciencia y la inexperiencia, estaba extendido en sectores de los dirigentes comunistas en Gran Bretaña, Alemania, Holanda e Italia. Las declaraciones más comunes eran de rechazo al trabajo electoral parlamentario, al trabajo en los sindicatos reformistas, y una actitud sectaria hacia los partidos reformistas de masas. Lenin y Trotsky combatieron esas ideas abogando por la táctica del Frente Único para tender un puente hacia las masas de los obreros social demócratas. En el caso de Gran Bretaña, fueron más lejos y plantearon que el PC británico debería intentar afiliarse al Partido Laborista. 

El libro de Lenin La enfermedad infantil del ‘izquierdismo’ en el comunismo fue escrito para responder a los argumentos de los “izquierdistas”, que reaparecen a cada paso en los escritos de las sectas. Lenin explicó que era un crimen separar a los obreros avanzados de las masas y que ese tipo de tácticas, lejos de debilitar a la burocracia sindical, en realidad servía para fortalecerla: “Rechazar el trabajo en los sindicatos reaccionarios significa dejar a las masas de los trabajadores insuficientemente desarrollados o atrasados bajo la influencia de los dirigentes reaccionarios, los agentes de la burguesía, la aristocracia obrera, o ‘trabajadores que se han aburguesado completamente’. Si quieres ayudar a las ‘masas’ y ganarte la simpatía y el apoyo de las ‘masas’, no debes temer las dificultades o provocaciones, insultos y persecuciones por parte de los ‘dirigentes’ (que por ser oportunistas y socialchovinistas están, en muchos casos, directa o indirectamente vinculados a la burguesía y a la policía), sino que debes en cualquier caso trabajar en cualquier sitio donde estén las masas. Tienes que ser capaz de cualquier sacrificio, de superar los mayores obstáculos, para poder hacer propaganda y agitación sistemáticamente, perseverantemente y persistentemente en esas instituciones, sociedades y asociaciones, incluso las más reaccionarias 17 -donde estén las masas proletarias o semiproletarias” (Lenin, La enfermedad infantil del ‘izquierdismo’ en el comunismo, énfasis en el original). Lenin explicó como los bolcheviques habían hecho trabajo ilegal incluso en los sindicatos “Zubatov”, creados por la policía zarista para alejar a los obreros de las ideas revolucionarias. 

El Segundo Congreso de la Comintern debatió la cuestión del Partido Laborista y decidió aconsejar al Partido Comunista Británico que pidiese la afiliación. Esto fue aceptado con reticencia por la dirección británica, que formuló su aplicación en términos tan sectarios que invitaba a una respuesta negativa. Poco a poco se fue corrigiendo este ultraizquierdismo, lo que permitió que el joven Partido Comunista construyese una base significativa dentro del Partido Laborista. Lenin aconsejó al pequeño PC británico que se orientase hacia los sindicatos y el Partido Laborista. En las elecciones, aconsejó al Partido que sólo presentase candidatos en unos pocos escaños seguros, dónde no había peligro de dividir el voto y que ganaran los Tories y los Liberales, y dar apoyo crítico al candidato laborista en todos los demás escaños: “Presentaríamos nuestros candidatos en unos pocos escaños absolutamente seguros, es decir, en distritos donde nuestro candidato no daría ningún escaño a los liberales a expensas de los laboristas. Tomaríamos parte en la campaña, distribuyendo panfletos de agitación comunista, y en todas las circunscripciones donde no presentásemos candidatos, llamaríamos al electorado a votar por el candidato laborista y contra los candidatos burgueses” (Ibid., énfasis nuestro). la cuestión del parlamento 

Como ya hemos dicho, los dirigentes jóvenes e inexpertos de los partidos comunistas en los primeros años de la Internacional Comunista, no tuvieron tiempo de absorber y digerir las lecciones de la historia del bolchevismo y de la Revolución Rusa. Habían leído El Estado y la Revolución y los escritos de Lenin del periodo de la Primera Guerra Mundial y eran capaces de repetir mecánicamente las consignas acerca de la guerra civil, sobre la necesidad de aplastar el Estado burgués, sobre la crítica del reformismo y el parlamentarismo, la impermisibilidad de unirse con la socialdemocracia, etc. Pero no habían entendido una sola palabra de lo que habían leído. No entendían el método de Lenin. Todo el periodo desde 1917 hasta su muerte, Lenin luchó por enderezarles, incluso declarando demostrativamente que si ellos eran la “izquierda”, él era la “derecha”. Los comunistas de “izquierda” consideraban que Lenin y Trotsky habían sucumbido al oportunismo. En la práctica, planteaban que las tácticas y métodos que ellos defendían, representaban “una desviación muy seria del punto de vista de Lenin y Trotsky” que “significará que la internacional nunca será capaz de cumplir su misión histórica”. La expresión más clara de eso fue la “teoría de la ofensiva” planteada por los dirigentes del PC alemán. Esto llevó a la derrota sangrienta de los obreros alemanes en marzo de 1921, cuando el PC trató de tomar el poder antes de haber ganado la mayoría. 

Este aventurerismo no tiene nada en común con las ideas y métodos de Lenin. La cuestión del poder sólo se plantea cuando el partido revolucionario ha ganado la mayoría decisiva, no sólo de la clase obrera, sino también de la pequeña burguesía. Para poder hacer esto, es menester dominar todas las formas de trabajo, incluyendo la actividad parlamentaria. Lenin ya había explicado la actitud del marxismo hacia el Estado en respuesta tanto a los reformistas como a los anarquistas. La postura básica de Lenin sobre la revolución socialista está expuesta en El Estado y la Revolución, donde leemos lo siguiente: “La idea de Marx es que la clase obrera tiene que romper, aplastar la ‘maquinaria estatal’, y no limitarse solamente a tomar control de ella”. Marx explicó que la clase obrera no puede basarse simplemente en el poder estatal existente, sino que tiene que derrocarlo y destruirlo. Esto es el “abc” para un marxista. Pero después del “abc”, hay otras letras en el alfabeto. En El Estado y la revolución, Lenin fustigó a los reformistas que presentaban la revolución socialista como un 19 cambio lento, gradual y pacífico. Pero el mismo Lenin fue capaz de asegurar en 1920 que en Gran Bretaña, debido al enorme poder del proletariado y sus organizaciones, sería totalmente posible llevar a cabo la transformación socialista pacíficamente, incluso a través del Parlamento, a condición de que los sindicatos y el Partido Laborista estuvieran dirigidos por marxistas. La postura de Lenin sobre la revolución era concreta y dialéctica, no formalista y abstracta. En La enfermedad infantil, Lenin hace referencia al error que cometieron los bolcheviques después de la derrota de la revolución de 1905, cuando llevaron a cabo un boicot de las elecciones parlamentarias. Después del fracaso de la insurrección en diciembre de 1905, el régimen zarista intentó liquidar la revolución mediante una combinación de represión y concesiones. 

A lo largo del año 1906, se estableció un parlamento (“Duma”) carente de auténticos poderes y elegido mediante un sistema electoral restringido. El carácter reaccionario de la Duma era evidente no sólo para los bolcheviques, sino para la mayoría de activistas socialistas y obreros avanzados. Hasta los mencheviques, en un primer momento, se inclinaron a favor del boicot. Pero el ambiente que se respiraba entre los sectores más avanzados no reflejaba en absoluto la psicología de las masas. Para estas últimas, la verdadera naturaleza de la Duma no estaba clara. Las ilusiones constitucionales eran particularmente fuertes entre los campesinos, que creían que podrían conseguir la tierra mediante reformas llevadas a cabo por el parlamento. El triunfo de la contrarrevolución y el descenso del movimiento revolucionario significaba que, para las masas de la pequeña burguesía en el campo y en la ciudad, e incluso para capas amplias de la clase trabajadora, la Duma era la única esperanza para alguna mejora. El hecho de que semejantes esperanzas careciesen de base era irrelevante. Los bolcheviques en un primer momento no comprendieron el alcance de la derrota y cometieron el error de boicotear las elecciones a la primera Duma, como explica Lenin. 

Es un hecho constatable que el ambiente que se respira entre las capas más activas y combativas de la clase obrera puede no estar en consonancia con el del resto de la clase. La vanguardia puede ir demasiado por delante de la clase. Semejante error es tan grave en la lucha de clases como sería su equivalente en la táctica militar. En la guerra, si la vanguardia avanza 20 demasiado aprisa, perdiendo contacto con la retaguardia, queda seriamente expuesta y corre el riesgo de ser masacrada. Esta afirmación es igualmente aplicable a situaciones en que los obreros más combativos, bajo la influencia de la impaciencia, pierden de vista la auténtica situación de la mayoría de los trabajadores, o confunden su propio nivel de comprensión con el de las masas. En los debates con el ala ultraizquierdista de la Internacional Comunista, Lenin intentó educarla sobre la base de la experiencia histórica del Partido Bolchevique. “Sólo la historia del bolchevismo en todo el periodo de su existencia puede explicar de un modo satisfactorio por qué el bolchevismo pudo forjar y mantener, en las condiciones más difíciles, la disciplina férrea necesaria para la victoria del proletariado” (Lenin, La enfermedad infantil del ‘izquierdismo’ en el comunismo). Partiendo del hecho de que los partidos comunistas no eran todavía la mayoría decisiva de la clase, Lenin defendió la consigna del frente único, del trabajo paciente en las organizaciones de masas y de la participación en los parlamentos burgueses, como medios para ganar a las masas. Esta era la condición previa para la revolución socialista. 

Pero los “izquierdistas” no estaban satisfechos. Ellos rechazaron despectivamente el consejo de Lenin de “orientarse hacia las masas”, considerando que la única política posible para un partido revolucionario era “la ofensiva revolucionaria”. Lenin y Trotsky combatieron a brazo partido esta “teoría” que condujo a la derrota sangrienta en Alemania de marzo de 1921. Este fue un ejemplo extremo de una tendencia ultraizquierdista que estaba muy extendida en aquella época y que ha resurgido muchas veces en la historia del movimiento. Siempre fue combatida por Lenin y Trotsky e, incluso, antes que ellos, por Marx y Engels. A pesar de toda su apariencia “revolucionaria”, este tipo de postura no tiene nada en común con los auténticos métodos del bolchevismo del cual es una mera caricatura abstracta. Lenin explicó que para ganar a las masas no es suficiente con aprender cómo atacar, sino también cómo retirarse ordenadamente, virar, desviarse, maniobrar, evitar dar la batalla en condiciones desfavorables y demás. Toda la historia del bolchevismo está llena de ejemplos de este tipo de tácticas flexibles y expertas reflejadas en los escritos de Lenin y resumidas en La enfermedad infantil. 21 Como regla general, la única circunstancia en que es permisible el boicot al parlamento y las elecciones parlamentarias es cuando el movimiento revolucionario está en condiciones de sustituir el sistema parlamentario burgués con algo mejor. 

No cabe duda de que el sistema original de gobierno soviético mediante los consejos obreros (soviets) introducido por los obreros rusos después de la Revolución de Octubre era mucho más democrático que el parlamento más democrático de la historia. Pero si no te encuentras en esa situación, si estás en minoría, entonces para los marxistas es obligatorio participar en el parlamento y luchar para ganar la mayoría. A aquellos que nos acusan de ser “antidemocráticos” les respondemos: “Al contrario. Nosotros luchamos por los derechos democráticos. Es la burguesía la que quiere restringir la democracia y abolirla en el momento en que parezca que la clase obrera amenaza a su dictadura. Por nuestra parte, participaremos en las elecciones y en el parlamento, y trataremos de ganar la mayoría por medios pacíficos. Pero también somos realistas y hemos aprendido que vosotros, los banqueros y monopolistas, no os detendréis ante nada para defender vuestro poder y privilegios”. Lenin y los bolcheviques no eran ni cretinos parlamentarios ni anarquistas. Entendieron que, para poder llevar adelante la revolución socialista, primero es necesario ganar a las masas. Por ese motivo, aprendieron a utilizar todas y cada una de las posibilidades para llevar adelante trabajo revolucionario. En general, no tenían fetiches, ni el fetiche parlamentario de los reformistas, que piensan que todo se puede reducir a la acción parlamentaria, ni el fetiche antiparlamentario de los anarquistas, que dicen que no hay que participar en el parlamento bajo ninguna circunstancia. Esta última postura hubiera condenado a los bolcheviques a una existencia sectaria. Boicotear el parlamento y las elecciones cuando no se está en condiciones de ofrecer una alternativa mejor, equivale a boicotearse a uno mismo. 

Durante mucho tiempo antes de la Revolución de Octubre, los bolcheviques participaron incluso en los parlamentos zaristas más reaccionarios, como medio para reunir las fuerzas de masas que iban a llevar adelante la revolución en 1917. Sin esta utilización revolucionaria del parlamento, combinando métodos de lucha legales e ile- 22 gales, los bolcheviques nunca hubieran conseguido convertirse en la fuerza decisiva de la clase obrera rusa. el ‘tercer periodo’ La mayoría de los partidos comunistas, al final, se convencieron de la corrección de la política de Lenin y, durante un tiempo, mediante la aplicación de ésta, obtuvieron muy buenos resultados. Por ejemplo, el PC británico logró tener un eco importante en el Partido Laborista e incluso consiguió tener diputados en el Parlamento británico en los años 20. Los partidos comunistas empezaron a abrirse camino hacia los obreros socialdemócratas en todas partes y si se hubiesen mantenido en la táctica de Lenin, el éxito de la revolución hubiese estado garantizado. Pero la degeneración estalinista de la Unión Soviética hizo estragos en las direcciones todavía inmaduras de los partidos comunistas en el exterior. Los zig-zags ultraizquierdistas de la burocracia rusa llevaron a la política del “tercer período” y del “socialfascismo”, con efectos desastrosos para la Comintern. El resultado más catastrófico se produjo en Alemania, donde la honda crisis social y económica a principios de los años 30 produjo una aguda polarización de la sociedad hacia la izquierda y la derecha. En 1932, el paro en Alemania alcanzó los cinco millones, produciéndose una fuerte caída de salarios y de los subsidios de paro. Aterrorizados por la amenaza de revolución social, los capitalistas alemanes empezaron a subvencionar a Hitler. No obstante, la aplastante mayoría de los obreros alemanes seguían fieles a sus organizaciones −el Partido Social Demócrata y el Partido Comunista−. Estos partidos tenían millones de votos. 

Además de sus sindicatos de masas, tenían milicias bien armadas que juntas sumaban un millón de personas. No obstante, en el momento de la verdad, quedaron paralizados. Hitler pudo jactarse en 1933 de haber llegado al poder “sin romper un cristal”. Durante todo este periodo, Trotsky exigió insistentemente que los comunistas y socialdemócratas alemanes formasen un frente único contra los Nazis. Siguiendo la línea defendida por Stalin y la Comintern, los dirigentes del Partido Comunista Alemán deliberadamente escindieron el movimiento obrero, caracterizando a los socialdemócratas de “socialfascistas”. Las advertencias de Trotsky a los miembros de los Partidos Comunistas cayeron en saco roto. La clase obrera alemana estaba escindida por la mitad. Los dirigentes del PC alemán lanzaron consignas como “golpear a los pequeños Scheidemanns en las escuelas”, ¡una invitación a los hijos de los miembros del PC a atacar a los hijos de los socialdemócratas! En 1931, cuando los Nazis organizaron un referéndum para derrocar al gobierno social demócrata en Prusia, los estalinistas se les unieron, bautizándolo como el “referéndum rojo”. La perniciosa política del “socialfascismo” tuvo como fruto el triunfo del nazismo en Alemania y la total destrucción de las organizaciones obreras. En otros países aplicaron las mismas locuras. En Gran Bretaña, el PC abandonó la política del frente único. Su dirigente Harry Pollit anunció que pertenecer al Partido Laborista era “un crimen equivalente a romper una huelga”. Como consecuencia, el PCGB perdió casi todo el apoyo que había ganado en el periodo anterior. En España, el PCE quedó reducido a menos de mil militantes en 1930. La victoria de Hitler en Alemania fue un punto de inflexión cualitativo. Stalin no quería que Hitler ganase, como tampoco deseaba la derrota de la Revolución China de 1925-27, pero su política hizo inevitable la derrota en ambos casos. Trotsky anticipó que la victoria de Hitler, que él había previsto sobre la base de la política de Moscú, provocaría una crisis en los partidos comunistas. Pero en 1933 el proceso de estalinización de la Comintern había llegado a tal punto que la vida interna estaba asfixiada. No hubo ninguna crisis, a duras penas una marejadilla, después de la mayor derrota de la clase obrera en toda la historia. No se sacó ninguna lección. Al contrario, los dirigentes estalinistas plantearon que Hitler era el preludio de la revolución en Alemania: “¡Después de Hitler es nuestro turno!”. Trotsky sacó la conclusión de que una Internacional que era incapaz de reaccionar ante una derrota de ese calibre estaba muerta. Posteriormente, siguiendo las órdenes de Stalin, la Internacional Comunista dio un giro de 180 grados y adoptó la política del “Frente Popular”. Esto no tenía nada en común con la política leninista del frente único obrero, sino que representaba una vuelta a las viejas políticas desacreditadas del menchevismo, basadas en la colaboración de clases con los liberales burgueses. 

Esto llevó a más derrotas terribles, 24 especialmente en España. En 1943, Stalin, después de haber utilizado cínicamente la Internacional Comunista como instrumento de la política exterior de Moscú, decidió enterrarla sin pena ni gloria, sin ni siquiera convocar un Congreso. La herencia política y organizativa de Lenin recibió un duro golpe durante todo un periodo histórico. La traición de las ideas de Lenin por parte de la burocracia estalinista en Rusia, la mayor traición de toda la historia del movimiento obrero, ha llevado ahora a su conclusión lógica: a la destrucción de la URSS y al intento de la casta burocrática dirigente de ir en dirección al capitalismo. Pero esa no será la última palabra. En Rusia se está preparando una explosión social que, posiblemente en un futuro no muy lejano, pondrá en el orden del día una vuelta a las tradiciones de 1917. A escala mundial, la crisis del capitalismo está entrando en una nueva etapa convulsiva. La revolución en Indonesia es sólo el primer acto de un drama que se desarrollará en los próximos meses y años y encontrará una expresión en Europa y Norteamérica. crisis del reformismo Hoy en día, casi 80 años después de su publicación, La enfermedad infantil sigue siendo un pilar fundamental de la teoría y práctica del marxismo en su lucha por ganar a las masas. La aparente vitalidad del reformismo de derechas en el periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial, por lo menos en los países capitalistas avanzados, fue simplemente una expresión del hecho de que el capitalismo pasó por un periodo prolongado de expansión, similar al de los veinte años que precedieron a la Primera Guerra Mundial. Pero este periodo ha llegado a su fin. La crisis en Asia, la agonía prolongada del capitalismo japonés y el inevitable colapso que se está preparando en la bolsa de valores en EEUU, anuncian un periodo nuevo y convulsivo a nivel mundial. En estas condiciones la conciencia de millones de personas se transformará. 

Bajo condiciones de crisis convulsiva del capitalismo, es impensable que las organizaciones tradicionales de masas de la clase obrera no vayan a verse afectadas. La tendencia hacia la polarización entre las clases inevitablemente encuentra su expresión en una creciente polarización hacia la derecha y hacia la izquierda en los parti- 25 dos socialistas, dando lugar a convulsiones internas, crisis y escisiones. Llegados a cierto punto, este proceso da lugar a corrientes reformistas de izquierdas o centristas de masas. Para los marxistas, el término “centrista” no es un insulto, sino que tiene un contenido científico, describiendo una tendencia que está a medio camino entre el reformismo de izquierdas y el auténtico marxismo revolucionario. En el periodo revolucionario de 1917 a 1923 surgieron corrientes centristas de masas en la mayoría de los partidos de la Segunda Internacional formando las bases para la creación de los partidos de masas de la Internacional Comunista. En ese momento, la existencia de un poderoso polo de atracción en la forma de la Revolución de Octubre significó que un gran número de obreros avanzados fueron ganados rápidamente a la bandera del marxismo revolucionario. A principios de los años 20, el problema de llegar a los obreros socialdemócratas se resolvió con la política de Lenin del frente único. Esta táctica, resumida en la expresión “marchar separados, pero golpear juntos”, permitió a los comunistas construir puentes hacia la base de las organizaciones reformistas. En condiciones de crisis social general, el reformismo de derechas entra en crisis, pasando de reformas a contrarreformas. En esas condiciones, crisis y escisiones en los partidos reformistas son inevitables, al igual que el surgimiento de corrientes centristas y reformistas de izquierdas:

 “Desde un punto de vista histórico, el reformismo ha perdido completamente su base social. Sin reformas no hay reformismo, sin un capitalismo próspero no hay reformas. El ala reformista de derechas se convierte en antirreformista en el sentido en que ayuda a la burguesía, directa o indirectamente, a aplastar las viejas conquistas de la clase obrera”. (Trotsky, Escritos, 1933-34.) el leninismo y el futuro del proletariado Durante casi todo el periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial, la socialdemocracia estuvo dominada por el ala de derechas. Esto reflejaba, en parte, el colapso de la autoridad moral y política del marxismo, pero principalmente era una expresión de la situación objetiva y del hecho de que el reformismo parecía estar funcionando. Incluso en el Estado español, el gobierno PSOE de Felipe González cuando fue presionado por la movilización de la clase obrera se vio obligado a hacer ciertas concesiones, gracias al boom de 1982-90 y a las subvenciones de la UE. Pero la derrota del PSOE y el desarrollo de la crisis del capitalismo están empezando a cambiar la situación lentamente. Después de un largo periodo en el gobierno, el PSOE está prácticamente vacío. Pero incluso antes de un movimiento importante de los trabajadores, se están abriendo fisuras en la dirección. La inesperada victoria de Borrell es un reflejo del malestar en las bases contra la extrema derecha, los “renovadores”, que quieren romper el vínculo con el socialismo y la clase obrera, y transformar el PSOE en un partido abiertamente burgués. Por el momento, la escisión en la dirección del PSOE aparece simplemente como un conflicto entre diferentes fracciones de la burocracia, con poco o ningún contenido político. Pero eso puede cambiar muy rápidamente. En un momento dado, los componentes de la extrema derecha, como F. González, pueden ir a parar fuera del partido, preparando el terreno para un importante giro a la izquierda. La política de derechas del PSOE llevó a la derrota del gobierno González y a la elección de Aznar. Esto debería de haber provocado un auge en el apoyo a Izquierda Unida y el Partido Comunista. Pero la precondición necesaria para esto es adoptar una política marxista que diferencie claramente a IU del PSOE, ofreciendo al mismo tiempo un frente común al Partido Socialista contra Aznar. Esta es la única manera de ganar a las masas de trabajadores que están buscando una auténtica alternativa socialista. En las condiciones actuales, el trabajo en los sindicatos asume una importancia vital. Pero como Trotsky explicó en uno de sus últimos artículos, en la época del imperialismo, los dirigentes sindicales tienen una tendencia orgánica a fusionarse con el Estado burgués. Nada les gustaría más a los dirigentes sindicales españoles, tanto de UGT como de CCOO, que un pacto permanente con Aznar, esto es especialmente cierto en el caso de Gutiérrez, el dirigente de derechas de CCOO. Pero todos los intentos están condenados al fracaso. Aunque en el último periodo las direcciones sindicales han firmado 27 numerosos acuerdos con el PP, esto no será duradero. La política de paz social y desmovilización se romperá rápidamente abriendo un nuevo periodo de conflicto de clases. El temperamento revolucionario de los obreros españoles quedó demostrado en la huelga general de 24 horas del 14 de diciembre de 1988. Eso fue sólo un ensayo de lo que va a suceder en el próximo periodo. Durante un periodo de tiempo, el Estado Español ha conseguido una tasa de crecimiento relativamente alta. Pero este crecimiento disfraza la situación real. La próxima recesión va a golpear a España más duramente que al resto de Europa, dejando cruelmente al descubierto la debilidad del capitalismo español. Este hecho es la clave para el próximo capítulo de la historia española. Los dirigentes sindicales, muy a pesar suyo, se verán forzados a pasar a la oposición, abriendo el camino a un nuevo periodo de radicalización. En esas condiciones, el apoyo a las ideas del marxismo crecerá entre los trabajadores avanzados y la juventud. Es necesario armar a la nueva generación con las ideas, métodos y tradiciones del marxismo, para que puedan aprovecharse de la situación y construir un movimiento de masas capaz y decidido a llevar adelante la transformación socialista de la sociedad. Para eso es indispensable un profundo conocimiento de La enfermedad infantil del ‘izquierdismo’ en el comunismo de Lenin. Alan Woods Londres, 27 de julio de 1998. )))).....

Alan Woods

Político

Descripción

Descripción

Alan Woods es político marxista, escritor británico y dirigente galés de la Corriente Marxista Internacional. Nacido en una familia galesa de gran tradición comunista, a los 16 años de edad entró en política uniéndose a las Juventudes Socialistas del Partido Laborista. Wikipedia
Fecha de nacimiento23 de octubre de 1944 (edad 75 años), Swansea, Reino Unido

Historia de la Filosofía. Capítulo I. ¿Necesitamos una filosofía?

Cualquiera que desee comprender la vida no como una serie de accidentes sin sentido ni como una rutina irreflexiva debe ocuparse de la filosofía, esto es, del pensamiento a un nivel superior al de los problemas inmediatos de la vida cotidiana. Tan sólo de esta forma nos elevamos a una altura desde la que comenzamos a realizar nuestro potencial como seres humanos conscientes, dispuestos y capaces de tomar las riendas de nuestro destino. Este trabajo fue escrito como una parte del libro Razón y Revolución, publicado en el 1995, pero por su amplitud el autor decidió sacarlo del libro y publicarlo aparte. Publicamos por primera vez en castellano los capítulo I de Historia de la Filosofia.

  1. ¿Necesitamos una filosofía?
  2. Los primeros dialécticos
  3. Aristóteles y el final de la filosofía griega clásica
  4. El Renacimiento
  5. Descartes, Spinoza y Leibniz
  6. La filosofía del siglo XX
  7. Apéndice: La filosofía islámica e hindú

Capítulo I. ¿Necesitamos una filosofía?

Antes de empezar, uno podría preguntarse: ¿Es realmente necesario preocuparnos de complicadas cuestiones científicas y filosóficas? Semejante pregunta admite dos respuestas.

Si lo que se quiere decir es si hace falta saber estas cosas para la vida cotidiana, la respuesta es, evidentemente, no. Pero si aspiramos a lograr una comprensión racional del mundo en que vivimos y de los procesos fundamentales en la naturaleza, la sociedad y nuestra propia forma de pensar, entonces la cosa se presenta de una forma totalmente distinta.

Aunque parezca extraño, todos tenemos una filosofía. Una filosofía es una manera de interpretar el mundo. Todos creemos que sabemos distinguir entre el bien y el mal. Sin embargo, es una cuestión harto complicada que ha ocupado la atención de las grandes mentes a lo largo de la historia. Cuando nos vemos enfrentados con hechos tan terribles como la guerra fratricida en la ex Yugoslavia, el resurgimiento del desempleo o las masacres en Ruanda, muchos confesarán que no entienden de esas cosas y, a menudo, recurrirán a vagas referencias a la “naturaleza humana”. Pero, ¿en qué consiste esa misteriosa naturaleza humana que se presenta como la fuente de todos nuestros males y se alega que es eternamente inmutable? Esta es una cuestión profundamente filosófica que pocos intentarían contestar, a no ser que tuvieran inclinaciones religiosas, en cuyo caso dirían que Dios, en su sabiduría, nos creó así. Por qué a alguien se le ocurriría adorar a un Ser que crea a los hombres sólo para gastarles tales faenas es otro asunto.

Los que mantienen con obstinación que ellos no tienen ninguna filosofía se equivocan. La naturaleza aborrece el vacío. Las personas que carecen de un punto de vista filosófico elaborado y coherente reflejarán inevitablemente las ideas y los prejuicios de la sociedad y el entorno en que viven. Esto significa, en este contexto dado, que sus cabezas estarán repletas de las ideas que absorben de la prensa, la televisión, el púlpito y el aula, las cuales reflejan fielmente los intereses y la moral de la clase dominante.

Por lo común, la mayoría de la gente logra “ir tirando”, hasta que algún gran evento les obliga a reconsiderar las ideas y valores a que están acostumbrados desde su infancia. La crisis de la sociedad les obliga a cuestionar muchas cosas que daban por supuestas, haciendo que ideas aparentemente remotas se vuelvan de repente tremendamente relevantes.

Cualquiera que desee comprender la vida no como una serie de accidentes sin sentido ni como una rutina irreflexiva debe ocuparse de la filosofía, esto es, del pensamiento a un nivel superior al de los problemas inmediatos de la vida cotidiana. Tan sólo de esta forma nos elevamos a una altura desde la que comenzamos a realizar nuestro potencial como seres humanos conscientes, dispuestos y capaces de tomar las riendas de nuestro destino.

En general se comprende que cualquier empresa que merezca la pena en la vida requiere esfuerzo. La propia naturaleza de la filosofía implica ciertas dificultades para su estudio, ya que trata de cosas muy alejadas del mundo de la experiencia normal. Incluso los términos utilizados presentan dificultades porque su significado puede ser diferente al común, aunque esto también es verdad para cualquier materia especializada, desde el psicoanálisis hasta la mecánica.

El segundo obstáculo es más grave. En el siglo pasado, cuando Marx y Engels publicaron por primera vez sus escritos sobre materialismo dialéctico, podían dar por supuesto que muchos de sus lectores tenían por lo menos unos conocimientos básicos de filosofía clásica, incluido Hegel. Actualmente no es posible hacer semejante suposición. La filosofía ya no ocupa el lugar del pasado, puesto que la especulación sobre la naturaleza del universo y la vida fue asumida hace tiempo por las ciencias naturales. La posesión de potentes radiotelescopios y naves espaciales vuelve innecesarias las conjeturas sobre la naturaleza y la extensión de nuestro sistema solar. Incluso los misterios del alma humana se están poniendo paulatinamente al descubierto mediante el progreso de la neurobiología y la psicología.

La situación en el terreno de las ciencias sociales es mucho menos satisfactoria, debido sobre todo a que el deseo de conseguir conocimientos exactos a menudo decrece en la medida en que la ciencia toca los enormes intereses materiales que dominan la vida de la gente. Los grandes avances realizados por Marx y Engels en el terreno del análisis socio-histórico y económico quedan fuera del ámbito de este libro. Baste con señalar que, a pesar de los ataques constantes y frecuentemente maliciosos a que estuvieron sometidas desde el primer momento, las teorías del marxismo en la esfera social han sido el factor decisivo en el desarrollo de las ciencias sociales modernas. En cuanto a su vitalidad, está demostrada por el hecho de que los ataques no sólo continúan, sino que tienden a arreciar con el paso del tiempo.

En épocas pasadas, el desarrollo de la ciencia, que siempre ha estado estrechamente vinculado al de las fuerzas productivas, no había alcanzado un nivel suficientemente alto como para permitir que las personas entendiesen el mundo en que vivían. En ausencia de un conocimiento científico o de los medios materiales para obtenerlo, se vieron obligados a depender del único instrumento que poseían para interpretar el mundo y, así, conquistarlo: la mente humana. La lucha para comprender el mundo se identificaba con la lucha de la humanidad para elevarse sobre una existencia meramente animal, ganar el control sobre las fuerzas ciegas de la naturaleza y liberarse (en el sentido real, no legalista, de la palabra). Esta lucha es como un hilo conductor rojo que recorre toda la historia de la humanidad.

El papel de la religión

"El hombre está totalmente loco. No sabría cómo crear un gusano, y crea dioses por docenas". (Montaigne.)

"Toda mitología supera, domina y transforma las fuerzas de la naturaleza en la imaginación y mediante la imaginación; por lo tanto desaparece con la llegada de la auténtica dominación sobre ellas". (Marx.)

Los animales no tienen religión, y en el pasado se decía que ésa era la principal diferencia entre hombres y bestias. Pero ésta es sólo otra forma de decir que únicamente los seres humanos poseen conciencia en el sentido pleno de la palabra. En los últimos años ha habido una reacción contra la idea del Hombre como Creación única y especial. Al fin y al cabo, el ser humano evolucionó de los animales y en muchos aspectos sigue siendo animal. No solamente compartimos con otros animales muchas de las funciones corporales, sino que la diferencia genética entre humanos y chimpancés es menor del dos por ciento. He aquí una respuesta devastadora a las tonterías de los creacionistas.

Las últimas investigaciones con chimpancés bonobos (los primates más afines a los humanos) han demostrado fuera de toda duda que son capaces de un nivel de actividad mental similar en algunos aspectos al de un niño. Esto prueba claramente el parentesco entre los seres humanos y los primates superiores, pero aquí la analogía empieza a resquebrajarse. Pese a todos los esfuerzos de los experimentadores, los bonobos cautivos no han sido capaces de hablar ni de labrar una herramienta de piedra remotamente similar a los utensilios más simples creados por los homínidos primitivos. Esa diferencia genética del dos por ciento que separa a los humanos de los chimpancés marca el salto cualitativo del animal al humano. Esto se logró no por obra y gracia de un Creador, sino por el desarrollo del cerebro a través del trabajo manual.

La destreza para hacer incluso las herramientas de piedra más simples implica un nivel muy alto de habilidad mental y pensamiento abstracto. El seleccionar la piedra adecuada, elegir el ángulo correcto para golpear y usar la cantidad de fuerza precisa son acciones intelectuales muy complejas. Requieren un grado de planificación y previsión que no se encuentra ni en los primates más avanzados. No obstante, el uso y la manufactura de herramientas de piedra no fueron resultado de una planificación consciente, sino una imposición de la necesidad. No fue la conciencia la que creó la humanidad, sino que las condiciones necesarias para la existencia humana condujeron a un cerebro más grande, al habla y a la cultura, incluida la religión.

La necesidad de entender el mundo estaba estrechamente vinculada a la necesidad de sobrevivir. Aquellos homínidos primitivos que descubrieron el uso de raspadores de piedra para descuartizar cadáveres de animales de piel gruesa obtuvieron una considerable ventaja sobre aquellos que no tuvieron acceso a esta fuente abundante de grasas y proteínas. Los que perfeccionaron sus herramientas de piedra y descubrieron los mejores yacimientos tuvieron más posibilidades de sobrevivir que los que no lo hicieron. Con el desarrollo de la técnica vino la expansión de la mente y la necesidad de explicar los fenómenos naturales que gobernaban sus vidas. A través de millones de años, mediante aproximaciones sucesivas, nuestros antepasados comenzaron a establecer ciertas relaciones entre las cosas. Empezaron a hacer abstracciones, esto es, a generalizar a partir de la experiencia y la práctica.

Durante siglos, la cuestión central de la filosofía ha sido la relación entre el pensamiento y el ser. La mayoría de las personas pasan sus vidas sin siquiera contemplar este problema. Piensan y actúan, hablan y trabajan sin la menor dificultad. Es más, ni se les ocurriría considerar incompatibles las dos actividades humanas más básicas, que en la práctica son inseparables. Si excluimos reacciones simples condicionadas fisiológicamente, como los actos reflejos, incluso la acción más elemental exige un cierto grado de pensamiento.

En cierto modo, esto es verdad no sólo para los humanos, sino también para los animales (pensemos en un gato apostado a la espera de un ratón). No obstante, la planificación y el pensamiento humanos tienen un carácter cualitativamente superior a cualquier actividad mental de incluso el simio más avanzado.

Este hecho está estrechamente vinculado a la capacidad del pensamiento abstracto, que permite a los seres humanos ir mucho más allá de la situación inmediata dada por nuestros sentidos. Podemos imaginar situaciones no sólo en el pasado (los animales también tienen memoria, como el perro, que tiembla a la vista de un garrote), sino también en el futuro. Podemos predecir situaciones complejas, planificar, y así determinar el resultado y hasta cierto punto controlar nuestros destinos.

Aunque normalmente no pensamos en ello, esto representa una conquista colosal que separa a la humanidad del resto de la naturaleza. “Lo típico del razonamiento humano”, dice el profesor Gordon Childe, “es que puede ir muchísimo más lejos de la situación actual, presente, que el razonamiento de cualquier otro animal”.6 De esta capacidad nacen las múltiples creaciones de la civilización: la cultura, el arte, la música, la literatura, la ciencia, la filosofía, la religión. También damos por supuesto que todo esto no cae del cielo, sino que es el producto de millones de años de desarrollo.

El filósofo griego Anaxágoras (500-428 a.C.), en una deducción brillante, afirmó que el desarrollo mental del hombre dependía de la emancipación de las manos. Engels, en su importante artículo El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre, explicó la forma exacta en que se logró dicha transformación. Demostró que la postura vertical, la liberación de las manos para el trabajo, la forma de la mano, con el pulgar opuesto a los otros dedos de forma que permitía agarrar, fueron los requisitos fisiológicos para la manufactura de herramientas, que a su vez fue el principal estímulo para el desarrollo del cerebro. Incluso el habla, que es inseparable del pensamiento, surge de las exigencias de la producción social, de la necesidad de cooperar para realizar funciones complejas. Estas teorías de Engels se han visto confirmadas brillantemente por los últimos descubrimientos de la paleontología, que demuestran que los simios homínidos aparecieron en África bastante antes de lo que se pensaba y que tenían cerebros no más grandes que los de un chimpancé actual. Es decir, el desarrollo del cerebro vino después de la producción de herramientas y a consecuencia de ésta. Así, no es verdad que “En el principio, era la Palabra”, sino, en frase del poeta alemán Goethe, “En el principio, era el Hecho”.

La capacidad de manejar pensamientos abstractos es inseparable del habla. El célebre prehistoriador Gordon Childe comenta:

“El razonamiento y todo lo que podemos llamar pensamiento, inclusive el del chimpancé, hace intervenir en las operaciones mentales lo que los psicólogos llaman imágenes. Una imagen visual, la representación mental de una banana, por ejemplo, ha de ser siempre la representación de una banana determinada en un conjunto determinado. Una palabra, por el contrario, según lo explicado, es más general y abstracta, pues ha eliminado precisamente esos rasgos accidentales que dan individualidad a cualquier banana real. Las imágenes mentales de las palabras (representaciones del sonido o de los movimientos musculares que intervienen en su pronunciación) constituyen ‘fichas’ muy cómodas en el proceso del pensamiento. El pensar con su ayuda posee necesariamente esa cualidad de abstracción y generalidad que parece faltar en el pensamiento animal. Los hombres pueden pensar, lo mismo que hablar, sobre la clase de objetos llamados ‘bananas’; el chimpancé nunca va más allá de ‘esa banana en ese tubo’. De tal suerte el instrumento social denominado lenguaje ha contribuido a lo que se denomina grandilocuentemente ‘la emancipación del hombre de la esclavitud de lo concreto”. G. Childe, Qué sucedió en la historia. Editorial Pléyade, Buenos Aires, 1975, pp. 25-6)

Los humanos primitivos, después de largo tiempo, formaron la idea general de, por ejemplo, una planta o un animal. Esto surgió de la observación concreta de muchas plantas y animales particulares. Pero cuando llegamos al concepto general de “planta”, ya no vemos delante de nosotros esta o aquella flor o arbusto, sino lo que es común a todas ellas. Comprendemos la esencia de una planta, su ser interior. Comparado con esto, los rasgos peculiares de las plantas individuales parecen secundarios e inestables. Lo que es permanente y universal está contenido en el concepto general. Jamás podemos ver una planta como tal, opuesta a flores y arbustos particulares. Es una abstracción de la mente.

Sin embargo, es una expresión más profunda y verdadera de lo que es esencial a la naturaleza de la planta cuando se la despoja de todos los rasgos secundarios.

No obstante, las abstracciones de los humanos primitivos distan mucho de tener un carácter científico. Eran exploraciones tentativas, como las impresiones de un niño: suposiciones e hipótesis a veces incorrectas, pero siempre audaces e imaginativas. Para nuestros antepasados remotos, el Sol era un ser supremo que unas veces les calentaba y otras les quemaba. La Tierra era un gigante adormecido. El fuego era un animal feroz que les mordía cuando lo tocaban.

Los humanos primitivos conocieron los truenos y los relámpagos, les asustarían, como todavía hoy asustan a los animales y a algunas personas. Pero, a diferencia de los animales, los humanos buscaron una explicación general del fenómeno. Dada la ausencia de cualquier conocimiento científico, la explicación sólo podía ser sobrenatural: algún dios golpeando un yunque con su martillo.

Para nosotros, semejantes explicaciones resultan simplemente divertidas, como las explicaciones ingenuas de los niños. No obstante, en ese período eran hipótesis extraordinariamente importantes, un intento de encontrar una causa racional para el fenómeno distinguiendo entre la experiencia inmediata y lo que había tras ella.

La forma más característica de las religiones primitivas es el animismo — la noción de que todo objeto, animado o inanimado, posee un espíritu—. Vemos el mismo tipo de reacción en un niño cuando pega a una mesa contra la que se ha golpeado la cabeza. De la misma manera, los humanos primitivos y ciertas tribus actuales piden perdón a un árbol antes de talarlo. El animismo pertenece a un período en el que la humanidad aún no se había separado plenamente del mundo animal y de la naturaleza. La proximidad de los humanos al mundo de los animales está demostrada por la frescura y belleza del arte rupestre, donde los caballos, ciervos y bisontes están pintados con una naturalidad que ningún artista moderno es capaz de lograr. Se trata de la infancia del género humano, que ha desaparecido y nunca volverá. Tan sólo podemos imaginar la psicología de nuestros antepasados remotos. Pero mediante una combinación de los descubrimientos de la paleontología y la antropología es posible reconstruir, por lo menos a grandes rasgos, el mundo del que hemos surgido.

En su estudio antropológico clásico de los orígenes de la magia y la religión, James G. Frazer escribe:

“El salvaje concibe con dificultad la distinción entre lo natural y lo sobrenatural, comúnmente aceptada por los pueblos ya más avanzados.

“Para él, el mundo está funcionando en gran parte merced a ciertos agentes sobrenaturales que son seres personales que actúan por impulsos y motivos semejantes a los suyos propios y, como él, propensos a modificarlos por apelaciones a su piedad, a sus deseos y temores.

“En un mundo así concebido no ve limitaciones a su poder de influir sobre el curso de los acontecimientos en beneficio propio. Las oraciones, promesas o amenazas a los dioses pueden asegurarle buen tiempo y abundantes cosechas; y si aconteciera, como muchas veces se ha creído, que un dios llegase a encarnar en su misma persona, ya no necesitaría apelar a seres más altos. Él, el propio salvaje, posee en sí mismo todos los poderes necesarios para acrecentar su propio bienestar y el de su prójimo”. (Sir James Frazer, La rama dorada. Magia y religión. Fondo de Cultura Económica. Madrid. 1981, p. 33)

La noción de que el alma existe separada y aparte del cuerpo viene directamente de los tiempos más remotos. El origen de esta idea es evidente.

Cuando dormimos, el alma parece abandonar el cuerpo y vagar en nuestros sueños. Por extensión, la similitud entre la muerte y el sueño —“gemelo de la muerte”, como lo llamó Shakespeare— sugiere la idea de que el alma podría seguir existiendo después de la muerte. Así fue cómo los humanos primitivos concluyeron que el interior de sus cuerpos albergaba algo, el alma, que mandaba sobre el cuerpo y podía hacer todo tipo de cosas increíbles, incluso cuando el cuerpo estaba dormido.

También observaron cómo palabras llenas de sabiduría manaban de las bocas de los ancianos y concluyeron que, mientras que el cuerpo perece, el alma sigue viviendo. Para gente acostumbrada a los desplazamientos, la muerte era vista como una migración del alma, que necesitaba comida y utensilios para el viaje.

Al principio estos espíritus no tenían una morada fija. Simplemente erraban, la mayoría de las veces causando molestias y obligando a los vivos a hacer todo lo que podían por deshacerse de ellos. He aquí el origen de las ceremonias religiosas. Finalmente surgió la idea de que mediante la oración podría conseguirse la ayuda de estos espíritus. En esta etapa, la religión (magia), el arte y la ciencia no se diferenciaban. No teniendo los medios para conseguir un auténtico poder sobre el medio ambiente, los humanos primitivos intentaron obtener sus fines por medio de una relación mágica con la naturaleza, y así someterla a su voluntad.

La actitud de los humanos primitivos hacia sus dioses-espíritus y fetiches era bastante práctica. La intención de los rezos era obtener resultados. Un hombre haría una imagen con sus propias manos y se postraría ante ella. Pero si no conseguía el resultado deseado, la maldecía y la golpeaba para obtener mediante la violencia lo que no había conseguido con súplicas. En ese mundo extraño de sueños y fantasmas, un mundo de religión, la mente primitiva veía cada acontecimiento como la obra de espíritus invisibles. Cada arbusto o cada riachuelo eran una criatura viviente, amistosa u hostil. Cada suceso fortuito, cada sueño, dolor o sensación estaba causado por un espíritu. Las explicaciones religiosas llenaban el vacío que dejaba la falta de conocimiento de las leyes de la naturaleza. Incluso la muerte no era vista como un evento natural, sino como el resultado de alguna ofensa causada a los dioses.

Durante casi toda la existencia del género humano, la mente ha estado llena de este tipo de cosas. Y no sólo en lo que a la gente le gusta considerar como sociedades primitivas. Las creencias supersticiosas continúan existiendo hoy, aunque con diferente disfraz. Bajo el fino barniz de civilización se esconden tendencias e ideas irracionales primitivas que tienen su raíz en un pasado remoto que ha sido en parte olvidado, pero que no está todavía superado. No serán desarraigadas definitivamente de la conciencia humana hasta que hombres y mujeres no establezcan un firme control sobre sus condiciones de existencia.

La división del trabajo

Frazer señala que la división entre trabajo manual y trabajo intelectual en la sociedad primitiva está invariablemente vinculada a la formación de una casta de sacerdotes, hechiceros o magos:

“El progreso social, según creemos, consiste principalmente en una diferenciación progresiva de funciones; dicho más sencillamente, en una división del trabajo. La obra que en la sociedad primitiva se hace por todos igual y por todos igualmente mal o muy cerca de ello, se distribuye gradualmente entre las diferentes clases de trabajadores, que la ejecutan cada vez con mayor perfección; y así, tanto más cuanto que los productos materiales o inmateriales de esta labor especializada van siendo gozados por todos, la sociedad en conjunto se beneficia de la especialización creciente. Ahora, ya, los magos o curanderos aparecen constituyendo la clase profesional o artificial más antigua en la evolución de la sociedad, pues hechiceros se encuentran en cada una de las tribus salvajes conocidas por nosotros, y entre los más incultos salvajes, como los australianos aborígenes, es la única clase profesional que existe”. (Ibíd. pp 137-8)

El dualismo, que separa el alma del cuerpo, la mente de la materia, el pensamiento del hecho, recibió un fuerte impulso con el desarrollo de la división del trabajo en una etapa dada de la evolución social. La separación entre trabajo manual y trabajo intelectual coincidió con la división de la sociedad en clases y marcó un gran avance en el desarrollo humano. Por primera vez, una minoría de la sociedad se vio liberada de la necesidad de trabajar para obtener su sustento. La posesión de la mercancía más preciada, el ocio, significó que los hombres podían dedicar sus vidas al estudio de las estrellas. Como el filósofo materialista alemán Ludwig Feuerbach explica, la ciencia teórica auténtica comienza con la cosmología:

“El animal es sólo sensible al rayo de luz que inmediatamente afecta a la vida; mientras que el hombre percibe la luz, para él físicamente indiferente, de la estrella más remota. Tan sólo el hombre posee pasiones y alegrías desinteresadas y puramente intelectuales; sólo el ojo del hombre mantiene festivales teóricos. El ojo que contempla los cielos estrellados, que medita sobre aquella luz al mismo tiempo inútil e inocua que no tiene nada en común con la Tierra y sus necesidades; este ojo ve en aquella luz su propia naturaleza, sus propios orígenes. El ojo es celestial por su propia naturaleza. De aquí que el hombre se eleve por encima de la tierra sólo con el ojo; de aquí que la teoría comience con la contemplación de los cielos.

“Los primeros filósofos eran astrónomos”. (Ludwig Feuerbach. The essence of Christianity. p. 5)

Aunque en esta etapa temprana esto todavía estaba mezclado con la religión y los requerimientos e intereses de una casta sacerdotal, también significó el nacimiento de la civilización humana. Aristóteles ya lo había entendido cuando escribió: “Además, estas artes teóricas evolucionaron en lugares donde los hombres tenían un superávit de tiempo libre: por ejemplo, las matemáticas tienen su origen en Egipto, donde una casta sacerdotal gozaba del ocio necesario”.11

El conocimiento es una fuente de poder. En cualquier sociedad en que el arte, la ciencia y el gobierno son el monopolio de unos pocos, esa minoría usará y abusará de su poder en su propio beneficio. La inundación anual del Nilo era un asunto de vida o muerte para los egipcios, cuyas cosechas dependían de ello.

La pericia de los sacerdotes egipcios para predecir, apoyándose en observaciones astronómicas, cuándo se desbordaría el Nilo debió de haber incrementado enormemente su prestigio y poder sobre la sociedad. El arte de escribir, una invención muy poderosa, era un secreto celosamente guardado por la casta sacerdotal:

“Sumeria descubrió la escritura; los sacerdotes sumerios hicieron conjeturas acerca de que el futuro pudiera estar escrito por algún procedimiento oculto en los acontecimientos presentes que tenían lugar a nuestro alrededor. Hasta llegaron a sistematizar esta creencia, mezclando elementos mágicos y racionales”.(I. Prigogine e I. Stengers. Order Out of Chaos, Man’s New Dialogue with Nature. p. 4)

La posterior profundización de la división del trabajo hizo surgir un abismo insalvable entre la élite intelectual y la mayoría de la humanidad, condenada a trabajar con sus propias manos. El intelectual, sea sacerdote babilónico o físico teórico moderno, sólo conoce un tipo de trabajo: el mental.

En el curso de milenios, la superioridad de este último sobre el trabajo manual “puro y duro” ha echado raíces profundas y adquirido la fuerza de un prejuicio. Lenguaje, palabras y pensamientos se han revestido de poderes místicos. La cultura se ha vuelto el monopolio de una élite privilegiada que guarda celosamente sus secretos, usando y abusando de su posición en su propio interés.

En la antigüedad, la aristocracia intelectual no hizo ningún intento de ocultar su desprecio por el trabajo físico. El siguiente extracto de un texto egipcio conocido como La sátira sobre los oficios, escrito alrededor de 2000 a.C., se cree que es la exhortación de un padre a su hijo, al que quiere enviar a la escuela para formarse como escriba:

La misma actitud prevalecía entre los griegos:

“He visto cómo se maltrata al hombre que trabaja —deberías poner tu corazón en la búsqueda de la escritura—. He observado cómo uno podría ser rescatado de sus deberes —¡presta atención! No hay nada que supere a la escritura— . (...)

“He visto al metalúrgico trabajando en la boca del horno. Sus dedos eran similares a cocodrilos; olía peor que una hueva de pescado. (...)

“El pequeño constructor lleva barro. (...) Está más sucio que las viñas o los cerdos de tanto pisotear el barro. Su ropa está tiesa de la arcilla. (...)

“El fabricante de flechas es muy infeliz cuando entra en el desierto [en busca de pedernal]. Más grande es lo que da a su burro que lo que posteriormente [vale] su trabajo. (...)

“El lavandero que lava ropa en la orilla [del río] es el vecino del cocodrilo. (...)

“¡Presta atención! No hay ninguna profesión sin patrón, excepto para el escriba: él es el patrón. (...)

“¡Presta atención! No hay ningún escriba al que le falte comida de la propiedad de la Casa del Rey —¡vida, prosperidad, salud!—. (...) Su padre y su madre alaban a dios, puesto que él está en el sendero de los vivientes. ¡Contempla estas cosas! Yo [las he puesto] ante ti y ante los hijos de tus hijos”. (Citado por Margret Donaldson, Children’s Minds. p. 84)

“Las llamadas artes mecánicas”, dice Jenofonte, “llevan un estigma social y con razón son despreciadas en nuestras ciudades, puesto que estas artes dañan los cuerpos de los que trabajan en ellas o de los que actúan como capataces, condenándoles a una vida sedentaria de puertas adentro y, en algunos casos, a pasar todo el día al lado de la chimenea. Esta degeneración física asimismo da pie a un deterioro del alma. Además, los que trabajan en estos oficios simplemente no tienen tiempo para dedicarse a los deberes de la amistad o de la ciudadanía. En consecuencia, son considerados como malos amigos y malos patriotas, y en algunas ciudades, sobre todo las más guerreras, no es legal que un ciudadano se dedique al trabajo manual”. (Oeconomicusm iv, 203, citado en B. Farrington, Greek Science, pp. 28-9)

El divorcio radical entre trabajo intelectual y manual profundiza la ilusión de una existencia independiente de las ideas, los pensamientos y las palabras.

Este concepto erróneo es el meollo de toda religión e idealismo filosófico.

No fue Dios quien creó el hombre a su propia imagen y semejanza, sino, por el contrario, fue el hombre quien creó dioses a imagen y semejanza suya.

Ludwig Feuerbach dijo que si los pájaros tuviesen una religión, su dios tendría alas.

“La religión es un sueño en el que nuestras propias concepciones y emociones se nos presentan como existencias separadas, como seres al margen de nosotros mismos. La mente religiosa no distingue entre lo subjetivo y lo objetivo, no tiene dudas; tiene la capacidad no de discernir cosas diferentes a ella misma, sino de ver sus propias concepciones fuera de sí misma, como seres independientes”.

Esto era algo que hombres como Jenófanes de Colofón (565- hacia 470 a. C.) entendió cuando escribió:

“Homero y Hesíodo han atribuido a los dioses cada acción vergonzosa y deshonesta entre los hombres: el robo, el adulterio, el engaño (...) Los etíopes hacen sus dioses negros y con nariz chata, y los tracios hacen los suyos con ojos grises y pelo rojo (...) Si los animales pudieran pintar y hacer cosas como los hombres, los caballos y los bueyes también harían dioses a su propia imagen”.

Los mitos de la creación, que existen en casi todas las religiones, inevitablemente toman sus imágenes de la vida real, por ejemplo, la imagen del alfarero que da forma a la arcilla amorfa. En opinión de Gordon Childe, la historia de la Creación en el primer libro del Génesis refleja que en Mesopotamia la tierra fue separada de las aguas “en el Principio”, pero no mediante la intervención divina:

 

“La tierra sobre la cual las grandes ciudades de Babilonia se alzarían tenía que crearse en el sentido literal de la palabra; el antepasado prehistórico de la Erech bíblica fue construido encima de una especie de plataforma de juncos entrecruzados sobre el barro aluvial. El libro hebreo del Génesis nos ha familiarizado con una tradición bastante más antigua de la condición prístina de Sumeria —un ‘caos’ en el cual las fronteras entre el agua y la tierra todavía eran fluidas—. Un incidente esencial en ‘la Creación’ es la separación de estos elementos. Sin embargo, no fue ningún dios, sino los propios protosumerios quienes crearon la tierra: cavaron canales para irrigar los campos y drenar la marisma, construyeron diques y plataformas elevadas por encima del nivel de inundación para proteger a los hombres y al ganado de las aguas, despejaron las extensiones de juncos y exploraron los canales que las cruzaban. La persistencia tenaz del recuerdo de esta lucha es un indicio del grado de esfuerzo que supuso para los antiguos sumerios. Su recompensa era una fuente garantizada de nutritivos dátiles, una abundante cosecha de los campos que habían drenado y pastos permanentes para sus rebaños”. (Gordon Childe. Man Makes himself, pp. 107-8)

Los intentos más ancestrales del hombre de explicar el mundo y su lugar en él estaban mezclados con la mitología. Los babilonios creían que el dios del caos, Marduc, había creado el Orden, separando la tierra del agua y el cielo de la tierra. Los judíos tomaron de los babilonios el mito bíblico de la Creación y más tarde lo transmitieron a la cultura cristiana. La auténtica historia del pensamiento científico empieza cuando el hombre aprende a prescindir de la mitología e intenta comprender racionalmente la naturaleza, sin la intervención de los dioses. En ese momento comienza la auténtica lucha por la emancipación de la humanidad de la esclavitud material y espiritual.

El advenimiento de la filosofía representó una auténtica revolución en el pensamiento humano. Al igual que tantos otros elementos de la civilización moderna, la filosofía se lo debemos a la Grecia antigua. Si bien es verdad que los indios, los chinos, y más tarde los árabes, también hicieron importantes avances, fueron los griegos quienes llevaron la filosofía y la ciencia a su punto álgido antes del Renacimiento. La historia del pensamiento griego durante el período de 400 años que arranca en la mitad del siglo VII a. de C., constituye una de las páginas más impresionantes en los anales de la historia humana.

En este período aparecen una larga serie de héroes, pioneros en el desarrollo del pensamiento. Los griegos, antes que Colón, descubrieron que la tierra era redonda. Antes que Darwin, afirmaron que los humanos habían evolucionado de los peces. Hicieron extraordinarios descubrimientos en matemáticas, especialmente en geometría, y para superarlos fueron necesarios más de mil años. Fue uno de los momentos más decisivos de la historia del pensamiento humano, el inicio de la verdadera ciencia.

El nacimiento de la filosofía

La filosofía occidental nació bajo el cielo azul del Egeo. Los siglos VII y VIII a. C. fueron años agitados y de rápida expansión económica del Mediterráneo oriental. Los griegos de las islas Jonias que residían en la costa de Turquía, mantenían una próspera relación comercial con Egipto, Babilonia y Lidia. El dinero -una invención lidia-, fue introducido en Europa a través del Egeo, aproximadamente en el 625 a. C., y estimuló enormemente el comercio y como consecuencia, mientras unos acumulaban grandes riquezas, otros, sólo obtenían miseria y esclavitud.

Los primeros filósofos griegos representan el verdadero punto de partida de la filosofía. El primer intento de luchar y liberarse de los antiguos límites de la superstición y el mito, de prescindir de dioses y divinidades, por primera vez el ser humano se enfrentaba cara a cara con la naturaleza.

La revolución económica provocó nuevas contradicciones sociales. El colapso de la vieja sociedad patriarcal provocó el choque entre ricos y pobres.

La vieja aristocracia se enfrentó al descontento de las masas y a la oposición de los tiranos, a menudo, eran los propios nobles disidentes siempre dispuestos a ponerse a la cabeza de las insurrecciones populares. Fue un período de gran inestabilidad, en el que hombres y mujeres empezaron a poner en tela de juicio las viejas creencias. El siguiente pasaje describe la situación en Atenas en aquella época:

“En los años malos (los campesinos) tenían que pedir prestado a sus ricos vecinos; con la aparición del dinero en vez de pedir prestado un saco de grano, al viejo estilo de buena vecindad, tenían que pedir prestado el grano necesario antes de la cosecha, cuando aún estaba barato, sino tendrían que pagar elevados intereses, lo que provocó una gran indignación en Megara. En el año 600, mientras los ricos exportaban a los mercados del Egeo o Corinto, los pobres permanecían hambrientos.

“Muchos, demasiados, perdían su tierra o se empeñaban como prenda de sus deudas, e incluso perdían su libertad; al acreedor, como último recurso ante al deudor insolvente le quedaba la posibilidad de entregarse él y su familia como esclavos... La ley era muy severa, era la ley del rico”. (A. R. Burn; The Pelican History of Greece, p. 119).

Draco recopiló estas leyes en un código, de ahí procede la expresión “condiciones draconianas”.

El siglo VI a. C. fue un período turbulento y también el del declive de las repúblicas Jonias de Asia Menor, un siglo caracterizado por la crisis social y por una feroz lucha de clases entre ricos y pobres, entre dominadores y esclavos.

“En Mileto”, escribe Rostovtzeff, “el pueblo resultó primero victorioso, asesinando a las esposas e hijos de los aristócratas; después dominaron los aristócratas que quemaron vivos a sus enemigos y alumbraron las plazas de la ciudad con antorchas vivientes”. (Citado por Bertrand Russel, Historia de la filosofía occidental. Madrid. Editorial Espasa, 1997. p. 62).

En aquella época, estas condiciones sociales eran las normales en la mayoría de las ciudades griegas de Asia Menor. Los héroes de esa época nada tenían en común con la idea posterior del filósofo, aislado del resto de la humanidad en su torre de marfil. Estos “hombres sabios” no eran sólo pensadores, eran escritores, no sólo eran teóricos, eran también hombres prácticos. Del primero de ellos, Tales de Mileto (640-546 a. C.), no sabemos prácticamente nada, salvo que fue al final de su vida cuando se aproximó a la filosofía, se dedicó al comercio, a la ingeniería, a la geometría y a la astronomía (se dice que predijo un eclipse, que según los astrónomos ocurrió en el año 585 a. C.).

No se puede negar que los primeros filósofos griegos eran materialistas. Dieron la espalda a la mitología, se dedicaron a buscar el principio general del funcionamiento de la naturaleza, a partir de la observación de la propia naturaleza. Los griegos posteriores les llamaron hilozoístas, que se podría traducir por: los que piensan que la materia está animada. Esta concepción de la materia en movimiento es sorprendentemente moderna y muy superior a la concepción de los físicos mecanicistas del siglo XVIII. Debido a la ausencia de modernos instrumentos científicos, con frecuencia sus teorías tuvieron el carácter de inspiradas conjeturas. A pesar de todo, teniendo en cuenta la ausencia de recursos, es realmente asombroso lo que llegaron a aproximarse a la comprensión del auténtico funcionamiento de la naturaleza. El filósofo Anaximandro (610-545 a. C.), afirmó que tanto el hombre como el resto de los demás animales habían evolucionado de un pez que abandonó el agua para salir a la tierra.

Sería un error pensar que estos filósofos eran religiosos porque utilizasen la palabra “dios” (theos) para referirse a la sustancia primaria. J. Burnet dice que esta palabra era similar a los antiguos epítetos homéricos: “eterno”, “inmortal”, etc. Incluso Homero, utiliza la palabra en diferentes sentidos. Desde Hesiodo a la teogenia está claro que muchos de los “dioses” nunca fueron adorados, eran meras personificaciones apropiadas para los fenómenos naturales o incluso para las pasiones humanas.

Las religiones primitivas miraban al cielo como algo divino y lo separaban de la tierra. Los filósofos jonios rompieron radicalmente con esta concepción. Se basaron en la multitud de descubrimientos de la cosmología babilónica y egipcia, rechazaron el elemento mítico que confundía la astronomía con la astrología. La tendencia general de la filosofía griega antes de Sócrates era la búsqueda de los principios fundamentales de la naturaleza:

“La naturaleza es lo que está más cerca de nosotros, se encuentra más cerca del ojo, es lo más palpable, es lo que primero que atrae el espíritu de investigación. En sus distintas formas, en su multiplicidad, el pensamiento debe encontrar el inicio de un principio fundamental permanente. ¿Cuál es este principio? ¿Cuál es exactamente el elemento básico natural?”. (Schwgler, History of Philosophy. En la edición inglesa).

Los filósofos dieron explicaciones diferentes a esta cuestión. Por ejemplo, Tales sostenía que la base de todas las cosas era el agua, esta afirmación fue un gran paso adelante del pensamiento humano. Ya hacía tiempo que los babilonios anticiparon la idea de que todas las cosas procedían del agua. Su mito de la creación fue el modelo que siguió la historia de la creación hebrea del primer libro del Génesis. “Todas las tierras eran mar hasta que Marduk, el creador babilonio, separó la tierra del mar”. La diferencia es que no hay Marduk, ni creador divino externo a la naturaleza, por primera vez se explica la naturaleza en términos puramente materialistas, es decir, en términos de la propia naturaleza.

La idea de la naturaleza reducida al agua no es tan inverosímil como podría parecer. Aparte de que la gran mayoría de la superficie de la tierra está formada por agua, los jonios se dieron cuenta que el agua es algo esencial para todas las formas de vida. La mayor parte del volumen de nuestro cuerpo es agua, moriríamos rápidamente si nos privamos de ella. Además el agua cambia de forma, pasa de líquido a sólido o vapor.

“No es difícil suponer que los fenómenos meteorológicos influyeron en Tales a la hora de formular sus teorías. De todas las cosas que conocemos, el agua es la que parece tener las formas más variadas. Nos son familiares sus formas, sólido, líquido y vapor. Tales pudo haberse dado cuenta de ello observando como ante sus ojos el agua regresaba de nuevo al agua. La evaporación sugiere de manera natural que el fuego de los cuerpos celestiales se conserva gracias a la humedad que extraen del mar. El agua cae de nuevo en forma de lluvia, y al final, como pensaban los primeros cosmólogos, regresa a la tierra. Este proceso era algo natural para aquellos hombres familiarizados con los ríos de Egipto que formaban el Delta, y los torrentes de Asia Menor que bajaban por los largos depósitos aluviales”. (O. J. Burnet; Los primeros filósofos griegos).

Anaximandro

A Tales le siguieron otros filósofos que postularon diferentes teorías sobre la estructura básica de la materia. Anaximandro nació en Samos, donde vivió también el famoso Pitágoras. Dicen que escribió sobre la naturaleza, las estrellas fijas, la esfera de la tierra y otros temas. Elaboró algo parecido a un mapa que mostraba el límite de la tierra y el mar, creó varios inventos matemáticos, incluyendo un cuadrante solar y una carta de navegación astronómica. Al igual que Tales, Anaximandro consideraba que la naturaleza era real.

De igual manera se aproximó al tema desde un punto de vista estrictamente materialista, sin recurrir a los dioses o cualquier otro elemento sobrenatural. Pero a diferencia de su contemporáneo, Tales no encontró la respuesta en una forma concreta de materia como el agua. Según relata Diógenes, “Recurrió al Infinito (lo indeterminado) como elemento principal; no lo concretaba en el agua u otra materia”. (Hegel. Filosofía de la Historia, Vol. I). “Es el principio de todo, transformándose continuamente; a través de mundos infinitos o dioses que salen de él y que al mismo tiempo desaparecen”. (Ibíd.).

Estas idean situaron por primera vez el estudio del universo en el camino de la ciencia, permitió a los primeros filósofos griegos hacer descubrimientos excepcionales, muy avanzados para su tiempo. Primero descubrieron que el mundo era redondo y que no descansaba sobre nada, la tierra no era el centro del universo y giraba junto a los otros planetas alrededor del centro. De acuerdo con otro contemporáneo, Hipólito, Anaximandro pensaba que la tierra se movía libremente y nada la podía detener porque era equidistante a todo, tenía forma redonda y era hueca como una columna, así unos nos encontramos en una cara de la tierra mientras los demás están en la otra. También descubrió la teoría de los eclipses lunar y solar.

Con todas sus carencias y deficiencias, estas ideas representaban una concepción audaz de la naturaleza y el universo, sorprendente y original, más cerca de la realidad que el ciego misticismo de la Edad Media, un período en el que de nuevo, el pensamiento humano caería aprisionado bajo el dogma religioso. Estos importantes avances no fueron sólo resultado de sus conjeturas, fueron también consecuencia del pensamiento, la investigación y la experimentación minuciosa. Dos mil años antes que Darwin, Anaximandro se adelantó a la teoría de la evolución gracias a sus sorprendentes descubrimientos en biología marina.

El historiador A. E. Burn cree que esto no fue accidental, sino el resultado de la investigación científica. “Hicieron observaciones de embriones y también de fósiles, como hicieron algunos de sus sucesores, aunque no podemos afirmarlo con certeza”. (A. R. Burn, The Pelican History of Greece).

Anaximandro revolucionó el pensamiento humano. En lugar de limitarse a una forma concreta de la materia se ocupó del concepto de materia en general, como si se tratara de un concepto filosófico. Esta sustancia universal es eterna e infinita que se encuentra en constante evolución y cambio. Toda la miríada de formas de seres distintos que percibimos a través de nuestros sentidos, son diferentes expresiones de la misma sustancia básica. Esta idea era tan insólita que para muchos resultaba incomprensible. Plutarco se quejó de que Anaximandro no concretó si uno de los elementos de su infinito era agua, tierra, aire o fuego. Pero precisamente este carácter de la teoría fue lo que hizo época.

Anaxímenes

El último del gran trío de materialistas jonios fue Anaxímenes (585-528 a. C.). Se dice que nació cuando Tales “florecía” y “floreció” cuando Tales moría.

Más joven que Anaximandro, a diferencia de este último e igual que Tales, tomó un solo elemento -el aire- como la sustancia absoluta, de la que todo procedía y a la que todo se reducía. El uso de la palabra “aire” (aer) por Anaxímenes, difiere sustancialmente del uso moderno de la palabra. Anaxímenes incluía el vapor, la bruma e incluso la oscuridad. Muchos traductores prefieren utilizar la palabra “bruma”.

A primera vista esta idea podría parecer un paso atrás en comparación con la concepción general de la materia propuesta por Anaximandro, pero su visión de la materia dio un paso adelante más.

Anaxímenes intentó demostrar que el “aire” era la sustancia universal que se transformaba mediante un proceso al que denominó enrarificación o condensación.

Cuando el aire se enrarece se convierte en fuego y cuando se condensa se convierte en viento. Una nueva condensación producirá las nubes, la tierra y las piedras. Si comparamos su concepción del universo con la de Anaximandro, ésta es inferior (por ejemplo pensaba que el mundo tenía forma de tabla), sin embargo su filosofía representaba un paso adelante por que intentaba ir más allá de la afirmación general de la naturaleza de la materia.

Intentó dar una determinación más precisa, no sólo cualitativa, también cuantitativamente, a través del proceso de enrarificación y condensación:

“Observad esta sucesión de pensadores, con su lógica, el aluvión de ideas, el poder de abstracción, la forma en que se enfrentan a los problemas. Cuando Tales redujo las distintas apariencias de las cosas a un Primer Principio, fue un gran paso adelante en el pensamiento humano.

“Otro gran avance fue la elección de Anaximandro, no eligió como Primer Principio una forma visible como el agua, eligió un concepto: lo Indeterminado. Pero esta teoría no satisfacía a Anaxímenes. Anaximandro para explicar la forma en que emergían todas las cosas a partir de lo Indeterminado, utilizó una sencilla metáfora. Se trataba de un proceso de ‘clasificación’. Anaxímenes creía que era necesario algo más y fue más allá con las ideas complementarias de enrarificación y condensación, porque éstas podían explicar la transformación de los cambios cuantitativos en cambios cualitativos”. (B. Farrington, op. cit. p. 39).

Debido al nivel tecnológico de la época era imposible para Anaxímenes caracterizar con más precisión el fenómeno en cuestión. Es fácil señalar ahora los fallos e incluso los puntos absurdos de sus ideas, pero hacerlo sería un error.

No se puede culpar a los primeros filósofos griegos de no esbozar con más detalle el mundo, para ello hubo que esperar dos mil años y todo gracias al avance económico, tecnológico y científico. Estos grandes pioneros del pensamiento humano prestaron un servicio inestimable a la humanidad, la permitieron escapar de las antiguas costumbres de la superstición religiosa y de esta forma, crear las bases sin las que habría sido impensable todo el avance científico y cultural de la humanidad.

La visión general del universo y la naturaleza, elaborada por estos grandes y revolucionarios pensadores, en muchos aspectos se acercaban a la realidad. El problema residía en que debido al nivel de desarrollo de la producción y la tecnología, no tenían los medios necesarios para demostrar sus hipótesis y dotarlas de una base sólida. Se adelantaron a muchas cosas que sólo la pudo demostrar la ciencia moderna, porque requerían un mayor desarrollo de la ciencia y la técnica. Para Anaxímenes el “aire”, es sólo la taquigrafía de la materia, su forma más simple y básica. Como señala Erwin Schrsdinger, uno de los fundadores de la física moderna:

“El dijo que había conseguido disociar el gas hidrógeno y no estaría muy alejado de nuestra visión actual”. (A. R. Burn, p. 131).

Los primeros filósofos jonios de la naturaleza con total seguridad llegaron tan lejos como pudieron en su explicación del funcionamiento de la naturaleza, y lo hicieron a través de la razón especulativa. Hicieron grandes generalizaciones, encaminadas en la dirección correcta. Pero para seguir avanzando era necesario examinar las cosas con mas detalle, analizar la naturaleza trozo a trozo. Aristóteles y los pensadores griegos alejandrinos lo hicieron más tarde. Una parte importante de su tarea fue considerar la naturaleza desde un punto de vista cuantitativo, y aquí, los filósofos Pitagóricos jugaron sin duda un papel decisivo.

Anaxímenes ya se había encaminado en esta dirección, intentó explicar la relación entre los cambios de cantidad a calidad en el seno de la naturaleza (enrarificación y condensación). Pero este método ya había alcanzado y agotado sus límites:

“El triunfo de la escuela Jónica original consistió en que llegó a trazar un cuadro de cómo había llegado a existir el universo y, de su funcionamiento, sin la intervención de los dioses o el destino. Su debilidad básica fue su vaguedad y carácter puramente descriptivo y cualitativo. No podía conducir por sí mismo a ninguna parte ni podía hacerse con él nada concreto. Para ello era necesario la introducción del número y la cantidad”. (J. D. Bernal. Historia Social de la Ciencia. Barcelona. Ediciones península, 1989. p. 149).

 

Del materialismo al idealismo

El período de auge de la antigua filosofía griega se caracterizó por una profunda crisis en la sociedad, y se destacó por el cuestionamiento general de las antiguas creencias, incluida la religión. La crisis de las creencias religiosas provocó el auge de las tendencias ateas, y el surgimiento de un punto de vista genuinamente científico basado en el materialismo. Sin embargo, como siempre ocurre en la sociedad, el proceso tuvo un carácter contradictorio. Junto a las tendencias racionalistas y científicas coexistía la tendencia contraria, una tendencia hacia el misticismo y la irracionalidad. En los tiempos de crisis de la sociedad romana ocurrió un fenómeno similar, durante el último período de la República se diseminaron rápidamente las religiones orientales, y una entre muchas fue el cristianismo.

Las masas de campesinos y esclavos vivían tiempos de crisis social y los dioses del Olimpo parecían algo lejanos. Esta era una religión para las clases superiores. En la otra vida no existía perspectiva de una recompensa futura al sufrimiento terrenal. El inframundo griego era un lugar triste, habitado por almas muertas. Los nuevos cultos, con su mimético baile y su canción coral (el origen real de la tragedia griega), sus misterios (el verbo “myo” significaba mantener la boca cerrada), la promesa de vida después de la muerte, todo esto era más atractivo para las masas. El culto a Dionisio era muy popular, era el dios del vino (Baco para los romanos) y su culto incluía orgías de bebida, evidentemente resultaba más atractivo que los antiguos dioses de Olimpia.

Como ocurrió en el período de declive del Imperio Romano, y como ocurre en el período actual de declive capitalista, se extendieron todo tipo de cultos misteriosos, mezclados con los nuevos ritos exóticos importados de Tracia, Asia Menor y probablemente de Egipto. El culto a Orfeo adquirió bastante importancia, era un culto más sofisticado que Dionisio, con muchos puntos en común con el movimiento pitagórico, ambos creían en la transmigración de las almas. Tenían ritos de purificación, incluyendo el ayuno excepto para propósitos sacramentales. Su visión del hombre era dualista: “el desdoblamiento del cuerpo y del alma”, creían que el hombre se dividía en cielo y tierra.

Estas ideas eran tan similares a las doctrinas pitagóricas que algunos autores como Bury, mantienen que los pitagóricos en realidad eran una rama del movimiento órfico. Sin duda es una exageración. A pesar de sus elementos místicos, la escuela pitagórica contribuyó de manera importante al desarrollo del pensamiento humano, en especial a las matemáticas. No se puede descartar que fueran una secta religiosa, sin embargo, es imposible oponerse a la conclusión de que las concepciones idealistas del pitagorismo no son sólo eco de una perspectiva religiosa del mundo, sino que son consecuencia de ella.

Bertrand Russell esboza el desarrollo del idealismo y respalda el misticismo de la religión órfica.

“El pitagorismo fue un movimiento de reforma dentro del orfismo, el orfismo a su vez, una reforma de la adoración a Dionisio. Los elementos órficos de Pitágoras entraron en la filosofía de Platón, y después de Platón entraron en la filosofía con un grado religioso”. (B. Russell. Op. Cit.).

La división entre el trabajo mental y manual alcanza su extrema expresión con la extensión de la esclavitud. Este fenómeno estaba relacionado directamente con la expansión del orfismo. La esclavitud es una forma extrema de alienación, bajo el capitalismo, el trabajador “libre” se aliena de su fuerza de trabajo, y ante él existía una fuerza separada y hostil -el Capital-. Sin embargo, en la esclavitud el esclavo pierde su propia existencia como ser humano. No es nada, no es persona, sólo una “herramienta sin voz”. El producto de su trabajo, cuerpo, mente y alma son propiedad de otro que dispone de él sin tener en cuenta sus deseos. Los deseos insatisfechos del esclavo, su extrema alienación del mundo y de él mismo, hacen que aparezca un sentimiento de rechazo hacia el mundo y todos sus mecanismos. El mundo material es malo. La vida es un valle de lágrimas, la felicidad y la liberación del duro trabajo sólo se encuentran en la muerte. El alma se libera de su prisión corporal y se libera.

En todos los períodos de declive social, los hombres y las mujeres tienen dos opciones: se enfrentan a la realidad y luchan por transformarla o aceptan que no hay salida y se resignan ante su destino. Estas dos perspectivas contrapuestas son el reflejo inevitable de dos filosofías antagónicas: el materialismo y el idealismo. Si deseamos cambiar el mundo, es necesario comprenderlo. Debemos mirar a la realidad, el alegre optimismo de los primeros materialistas griegos era característico de esta visión del mundo.

Primero querían conocer para después transformarlo todo. La ruptura del viejo orden, el surgimiento de la esclavitud y un sentido general de inseguridad llevaron al pesimismo y la introversión. Ante la ausencia de una alternativa clara, ganó terreno la tendencia a buscar una salida fuera de la realidad y a buscar la salvación individual en el misticismo. Las clases más bajas fijaron la vista en los cultos misteriosos, Demeter, dios del trigo, Dionisio, dios del vino, y más tarde el culto a Orfeo. Las clases superiores tampoco eran inmunes a los problemas de la época. Eran períodos agitados, las ciudades prósperas se podían ver reducidas a cenizas de la noche a la mañana y sus ciudadanos asesinados o vendidos como esclavos.

La ciudad de Síbaris era una poderosa rival comercial de Crotona y era reconocida por su lujo y abundancia. Las clases más altas poseían tanta riqueza que se narraban todo tipo grandes historias sobre el estilo de vida de los “sibaritas”. Un ejemplo típico era aquel joven sibarita que al acostarse se quejó porque un pétalo de rosa le arrugaba la cama. Se decía que conducían el vino desde el muelle a través de cañerías. Dejando a un lado el elemento de exageración, está claro que era una ciudad muy próspera donde los ricos vivían una vida de gran lujo. Sin embargo, el aumento de las desigualdades sociales provocó una feroz lucha de clases.

Fue un período en el que se intensificó enormemente la división del trabajo, acompañada por el rápido crecimiento de la esclavitud y el abismo cada vez mayor entre ricos y pobres. Los barrios industriales y residenciales estaban separados. Pero los altos muros y los guardas no salvaron a los ricos ciudadanos de Síbaris. Como en otras ciudades-estado, estalló una revolución, el “tirano” Telys, llegó al poder con el apoyo de las masas. Esto daría a Crotona la excusa para declarar la guerra a su rival, en un momento en que ésta se encontraba debilitada por las divisiones internas, después de setenta días de campañas la ciudad cayó en sus manos.

“La destruyeron totalmente, cambiando el curso del río, mientras los supervivientes se dispersaban, en su mayor parte hacia la costa oriental. La barbarie de esta guerra es más fácil comprenderla cuando se ve como una guerra de clases”. (A. R. Burn. Op. cit.).

Es en este contexto, donde debemos situar el ascenso de la escuela pitagórica de filosofía. Como en el período de declive del Imperio Romano, un sector de la clase dominante era presa de un sentimiento de ansiedad, temor y perplejidad. Los antiguos dioses no ofrecían consuelo o esperanza de distribución, tanto al rico como al pobre. Incluso las cosas buenas de la vida perdían parte de su atractivo para los hombres y mujeres que se veían sentados al borde del abismo. En estas condiciones de inseguridad general, donde los estados más fuertes y prósperos podían caer derrocados en un breve espacio de tiempo, las doctrinas de Pitágoras sintonizaron con un sector de la clase dominante, a pesar de su carácter ascético o quizá debido al mismo. La naturaleza esotérica o intelectual de este movimiento no tenía atractivo para las masas que seguían ampliamente el culto Orfico.

La escuela de Pitágoras

Es más acertado hablar de la escuela antes que de su fundador, porque es difícil desenmarañar la filosofía de Pitágoras de los mitos y oscurantismo de sus seguidores. No han perdurado fragmentos escritos por él, incluso se duda de la propia existencia de Pitágoras. A pesar de todo su escuela caló profundamente en el pensamiento griego.

Se dice que Pitágoras era originario de la isla de Samos, una próspera potencia comercial similar a Miletos. Polícrates, su dictador local (“tirano”), derrocó a la aristocracia agrícola y gobernaba con el apoyo de la clase comercial.

El historiador Herodotos decía de él que robaba indiscriminadamente a todos los hombres y que sus amigos le estaban muy agradecido si les devolvía la propiedad que les había robado. Parece ser que en su juventud Pitágoras trabajó como un Ohilo-Sophos (amante de la sabiduría) bajo el mecenazgo de Polícrates. Viajó a Egipto, donde parece ser se inició en una casta sacerdotal egipcia. En el año 530 a. C., huyó a Crotona, en el sur de Italia, para escapar de la lucha civil y la amenaza de los persas en Jonia.

La exuberancia del mito y la fábula hacen casi imposible decir con certeza algo sobre el hombre. Su escuela fue una extraordinaria mezcla de investigación matemática y científica, y de secta religioso-monástica. La comunidad se regía con normas monásticas, con estrictas reglas que incluían entre otras cosas no comer alubias; no recoger lo que se había caído; no remover el fuego con hierro; no pasar sobre un travesaño, etc., La meta era escapar del mundo, buscar la salvación en una vida pacífica dedicada a la contemplación basada en las matemáticas, a éstas últimas los pitagóricos las atribuían cualidades místicas. Probablemente tuviesen influencias orientales ya que los pitagóricos también creían en la transmigración de las almas.

En contraste con la alegre mundanería de los materialistas jonios, en los pitagóricos encontramos todos los elementos de la visión idealista del mundo que posteriormente desarrolló Platón, posteriormente apropiada por la Cristiandad y que paralizó durante muchos siglos el desarrollo del espíritu de investigación científica.

El espíritu de esta ideología lo expresa acertadamente B. Russell:

“Somos extraños en este mundo, el cuerpo es la tumba del alma, y sin embargo, no debemos intentar escaparnos por el suicidio: porque somos rebaño de Dios que es nuestro pastor, y sin su mandato no tenemos derecho a desaparecer. En esta vida, hay tres clases de hombres, lo mismo que hay tres clases de personas que van a los Juegos Olímpicos. La más baja es la que va a comprar y vender, la segunda la que va a tomar parte de la competencia. Pero los mejores son los que solamente van a contemplar. La mas grande purificación es por tanto la ciencia desinteresada, y el hombre que se dedica a ella, el verdadero filósofo, el que se libera más eficazmente de la “rueda del nacimiento”. (Russell, op. Cit. P. 70).

Esta filosofía, con sus fuertes tonos elitistas y monásticos, tuvo mucha influencia entre las clases ricas de Crotona, aunque no renunciaron a comer alubias u otras cosas. El hilo común es la separación radical del alma y el cuerpo. Esta idea hunde sus raíces en una concepción prehistórica del lugar que ocupa el hombre en la naturaleza, y a lo largo de la historia ha presentado diferentes formas. Volvió a resurgir en uno los tratados hipocráticos:

“Cuando el cuerpo está despierto, el alma no es su propia señora, sino que sirve al cuerpo, su atención se divide entre los diferentes sentidos corporales, ‘vista, oído, tacto, despertar y todas las acciones corporales’, que privan a la mente de su independencia. Pero cuando el cuerpo está en reposo, el alma despierta, se agita y mantiene su propia casa y realiza por sí misma todas las actividades del cuerpo. En el sueño, el cuerpo no siente, pero el alma despierta sabe todo, ve lo que tiene que ser visto, oye lo que tiene que ser oído, anda, toca, se aflige, recuerda, en una palabra, todas las funciones del cuerpo y del alma, del mismo modo que el alma las interpreta en el sueño. Por lo tanto, aquel que sabe interpretarlo es muy sabio”.

En contraste con los filósofos materialistas jonios que volvieron la espalda, deliberadamente, a la religión y la mitología, los pitagóricos tomaron la idea del misterioso culto órfico, éste creía que el alma podría liberarse del cuerpo a través del “éxtasis” (la palabra ektasis significa “apartarse”). Sólo cuando el alma deja la prisión corporal puede expresar su verdadera naturaleza. La muerte era vida y la vida era muerte. Desde su principio el idealismo filosófico, junto con su gemela, la religión, representó una retroversión de la verdadera relación entre el pensamiento y el ser, el hombre y la naturaleza, las personas y las cosas, retroversión que ha persistido hasta la actualidad, de una forma u otra, con resultados muy perniciosos.

La doctrina pitagórica

A pesar de su carácter místico, la doctrina pitagórica supone un paso adelante en el desarrollo de la filosofía. No nos debe extrañar. En la evolución del pensamiento humano hay muchos ejemplos de la búsqueda de metas irracionales y acientíficas que han hecho avanzar la causa de la ciencia. Durante siglos los alquimistas se esforzaron, infructuosamente, en descubrir la “piedra filosofal”. Esta busqueda terminó en fracaso, sin embargo, en este proceso consiguieron hacer descubrimientos muy importantes, sobre todo en el terreno de la experimentación, sentarían las bases para el posterior desarrollo de la ciencia moderna y, en especial, la química.

La tendencia filosófica jonia estuvo caracterizada por el intento de generalizar a partir de la experiencia del mundo real. Pitágoras y sus seguidores intentaron comprender la naturaleza de las cosas a través de un camino diferente. Schwegler lo relata de la siguiente forma:

“Nos encontramos ante la misma abstracción, pero a un nivel superior, cuando se aparta la mirada de la concreción sensorial de la materia; cuando la atención ya no está en el aspecto cualitativo de la materia, como el agua, aire, etc., sino en su medida y relaciones cuantitativas; cuando la reflexión no se dirige a lo material, sino la forma y el orden que ocupan las cosas en el espacio”. (Schwegler, History of Philosophy. P. 11).

El progreso del pensamiento humano está estrechamente ligado a la capacidad de hacer abstracciones de la realidad, a la capacidad de extraer conclusiones a partir de una multitud de detalles. La realidad tiene muchas caras, y por tanto es posible interpretarla de muchas formas diferentes, reflejando éste o aquél elemento de la verdad. En la historia de la filosofía hemos visto con mucha frecuencia a grandes pensadores que se han aferrado a un solo aspecto de la realidad, lo han elevado al rango de verdad absoluta y final y sólo consigue desaparecer con la siguiente generación de pensadores, quienes a su vez repiten el mismo proceso. Sin embargo, el auge o declive de las grandes escuelas filosóficas y teorías científicas representa el desarrollo y enriquecimiento del pensamiento humano a través de un proceso interminable de aproximaciones sucesivas.

Los pitagóricos se acercaban al mundo desde el punto de vista del número y de las relaciones cuantitativas. Para Pitágoras “todas las cosas son números”. Esta idea estaba ligada a la búsqueda de la armonía subyacente del universo.

Creían que el número era el elemento a través del cual se desarrollaban todas las cosas. A pesar del elemento místico, lograron descubrimientos importantes que estimularon el desarrollo de las matemáticas, y en especial, el desarrollo de la geometría. Inventaron el término impar, los números impares podían incluso ser masculinos y femeninos. Las mujeres no eran admitidas en la comunidad, debido a la naturaleza de los números impares les confirieron un carácter divino e incluso existían número ¡terrenales! De los pitagóricos también proceden el cuadrado y el cubo de los números, descubrieron la progresión armónica de la escala musical, el largo de una cuerda y el tono de su nota vibrante.

Los pitagóricos no pusieron en práctica sus ideas, sólo estaban interesados en lo puramente geométrico, abstracto y místico. Aún así, tuvieron una gran influencia en el pensamiento filosófico posterior. La mística de las matemáticas es similar a una materia esotérica, inaccesible para los mortales corrientes, y ha perdurado hasta nuestros días. Se transmitió a través de la filosofía de Platón, quien a la entrada de su escuela puso la siguiente inscripción: “Nadie que ignore la geometría puede entrar aquí”.

“’La cosmología de los Pitagóricos’, escribe el profesor Farrington, ‘es muy curiosa e importante. Al contrario que los jonios, trataron de describir el universo en términos del comportamiento de determinados elementos materiales y procesos físicos. Lo describieron casi exclusivamente en términos numéricos. Los números constituían la parte fundamental de la que estaba compuesta su mundo. Llamaron al punto Uno, a la línea Dos, a la superficie Tres y al sólido Cuatro, según el número mínimo de puntos necesario para definir cada una de estas dimensiones”.

“Incluso en las matemáticas es muy evidente el elemento místico. Los pitagóricos relacionaban la inmortalidad del alma con las eternas formas de los números, atribuyéndole particularmente al número 10 = 1 + 2 + 3 + 4. El universo, según ellos, está hecho solamente de números. Esta forma de idealismo extremado se relaciona con la magia cabalística de los números, invocada todavía en la trinidad, los cuatro evangelistas, los siete pecados capitales y el número de la bestia apocalíptica. También está patente en la moderna física matemática cuando sus adeptos intentan hacer de Dios el matemático supremo” (J. D. Bernal, Op. Cit.pág. 151).

La historia de la ciencia se caracteriza por un feroz partidismo que a veces raya el fanatismo, en muchas ocasiones se ha visto en la defensa de escuelas de pensamiento, a las que se presentan como portadoras de la verdad absoluta y la cima del conocimiento humano hasta ese momento. Sólo el desarrollo de la propia ciencia puede revelar las limitaciones y contradicciones internas de una teoría determinada, negada después por su contraria, a su vez negada otra vez, y así en una sucesión infinita. Este proceso es precisamente la dialéctica de la historia de la ciencia, que durante siglos caminó al unísono con la historia de la filosofía, y al principio, en la práctica, a penas se diferenciaban.

Todas las cosas son números

El desarrollo del aspecto cuantitativo de la investigación natural tuvo sin duda una importancia crucial. Sin él, la ciencia habría seguido hundida en meras generalidades y no habría podido avanzar más. Cada vez que consigue dar un paso adelante aparece una tendencia inevitable a lanzar proclamas exageradas en nombre de ella. Sobre todo allí donde la ciencia aún se entremezclaba con la religión.

Los pitagóricos veían en el número “relaciones cuantitativas” y la esencia de todas las cosas. “Todas las cosas son números”. Es verdad que es posible explicar muchos fenómenos naturales en términos matemáticos. Pero incluso los modelos matemáticos más avanzados son sólo aproximaciones al mundo real. Ya hace tiempo que es evidente la insuficiencia de este tipo de aproximación cuantitativa. Hegel era un idealista convencido y un matemático formidable, por lo tanto, se podría haber esperado de él entusiasmo hacia la escuela pitagórica, pero ocurrió todo lo contrario. Hegel despreciaba el hecho de reducir el mundo a simples relaciones cuantitativas.

Desde los tiempos de Pitágoras se han hecho las afirmaciones más extravagantes en nombre de las matemáticas, se las presentan como la reina de las ciencias, la llave mágica que abre todas las puertas del universo. Liberadas de todo contacto con la tosca realidad material, las matemáticas parece que se elevaran a los cielos y allí adquirieran una existencia cuasi divina, sin obedecer a ninguna regla, salvo a sí mismas. El gran matemático Henri Poincar, en los primeros años de este siglo, decía que las leyes de la ciencia no guardaban relación con el mundo real, que representaban convenciones arbitrarias destinadas a describir un fenómeno determinado de la forma más conveniente y “útil”. Ahora muchos físicos afirman abiertamente que la validez de sus modelos matemáticos no dependen de la verificación empírica, sino de las cualidades estéticas de sus ecuaciones.

Las teorías matemáticas, por un lado, fueron fuente de tremendos avances científicos y por otro, origen de numerosos errores y malinterpretaciones que han tenido, y tienen, consecuencias profundamente negativas. El error fundamental es intentar reducir el funcionamiento complejo, dinámico y contradictorio de la naturaleza a algo estático, a simples y ordenadas fórmulas cuantitativas. Empezando por los pitagóricos, se presenta a la naturaleza de una manera formalista, como un punto unidimensional que se convierte en línea, que se convierte en un plano, un cubo, una esfera, etc. A simple vista, el mundo de las matemáticas puras es un pensamiento absoluto, sin ningún contacto con las cosas materiales. Pero como señaló Engels, esta presunción está muy alejada de la realidad. Utilizamos el sistema decimal, no por una deducción lógica o por la “libre voluntad”, sino porque tenemos diez dedos. La palabra “digital” proviene de la palabra latina que designa a los dedos. Hoy en día, un escolar contará en secreto con sus dedos materiales por debajo del pupitre, antes de llegar a la respuesta de un problema matemático abstracto. El niño inconscientemente refleja la forma en que los primeros humanos aprendieron a contar.

Los orígenes materiales de las abstracciones matemáticas no eran un secreto para Aristóteles:

“Los matemáticos investigan abstracciones. Eliminan todas las cualidades razonables como el peso, la densidad, la temperatura, etc., dejan sólo las cualidades cuantitativas (una, dos ó tres dimensiones) y sus atributos esenciales (...) Los objetos matemáticos no pueden existir aparte de las cosas sensibles (por ejemplo lo material) (...). No tenemos experiencia de nada que consista en líneas, planos o puntos, y deberíamos tenerlas si estas cosas fueran sustancias materiales, líneas, etc., Podría ser importante una definición para el cuerpo, pero no tan importante como para la sustancia”. (Aristóteles. Metafísica. Madrid. Espasa Calpe. 1979. p. 120-251-253)

El desarrollo de las matemáticas es el resultado de las propias necesidades materiales humanas. El primer hombre al principio tenía sólo diez números, precisamente porque contaba, como lo hace un niño pequeño con sus dedos. La excepción fueron los mayas de América Central que tenían un sistema numérico basado en el veinte y no en el diez, con toda probabilidad esto se debía a que contaban con los dedos del pie y la mano. El primer hombre, vivía en una sociedad cazadora y recolectora, sin dinero o propiedad privada, no tenía necesidad de grandes números. Para expresar un número mayor que diez, simplemente combinaba algunos de los diez sonidos relacionados con sus dedos. De esta forma, uno más que diez es expresado por “uno-diez”, (undécimo en Latín o ein-lifon en teutónico), se convierte en once en el inglés moderno. Los demás números son sólo combinaciones de los diez sonidos originales, con la excepción de cinco añadidos: cien, mil, millón, billón y trillón.

El gran filósofo materialista inglés del siglo XVII, Thomas Hobbes, comprendió el auténtico origen de los números: “Hubo un tiempo en que no se utilizaban los nombres de los números, y los hombres utilizaban los dedos de una o de ambas manos para contar aquellas cosas de las que deseaban llevar la cuenta, ahora en cualquier país nuestras palabras numerales son diez y en algunos cinco”. (Hobbes. Del ciudadano y Leviatán. Madrid. Editorial Tecnos. 1999. p. 14. ).

“Sólo porque el hombre primitivo inventó el mismo número de sonidos numerales como dedos tenía su mano, hoy nuestra escala numeral es decimal, es decir, una escala basada en diez, y que consiste en repeticiones interminables de los primeros diez sonidos básicos numerales. Si los hombres hubieran tenido doce dedos, en vez de diez, sin duda tendríamos hoy una escala numeral dúodecimal, basada en el doce, y consistente en repeticiones interminables de los doce sonidos numerales básicos”. (A. Hooper. Makers of Mathematics. p. 4- 5. En la edición inglesa).

El sistema duodecimal tiene ciertas ventajas en comparación con el decimal, ya que diez sólo puede ser dividido exactamente entre dos y cinco, mientras el doce puede ser dividido exactamente entre dos, tres, cuatro y seis.

Los números romanos son representaciones pictóricas de los dedos. Probablemente el símbolo del cinco represente el hueco entre el pulgar y el resto de los dedos. La palabra “cálculo” (de la que deriva “calcular”) significa en latín, “guijarro”, está relacionada con el método de contar abalorios de piedra en un ábaco. Estos y otros incontables ejemplos sirven para ilustrar que las matemáticas no derivan de una operación de la mente humana, sino que es el producto de un largo proceso de evolución social -tantear, observar y experimentar-, que poco a poco se va separando como un cuerpo independiente del conocimiento y adquiere un carácter abstracto.

Del mismo modo, nuestros sistemas actuales de peso y medida derivan de objetos materiales. El origen de la unidad inglesa de medida, “pie”, es evidente, igual que la palabra española “pulgada”, que significa un pulgar. El origen de los símbolos matemáticos más básicos + y – no tienen nada que ver con las matemáticas, eran los signos utilizados en la Edad Media por los comerciantes para calcular el exceso o defecto de cantidades de mercancías en los almacenes.

La necesidad de construir viviendas para protegerse de los elementos obligó al hombre primitivo a encontrar la manera mejor y más práctica de cortar madera, y con ello el descubrimiento del ángulo recto y la escuadra de carpintero. La necesidad de construir una casa a nivel del suelo llevó a la invención de todo tipo de instrumentos de nivelado y que se han encontrado en las tumbas egipcias y romanas, y que consistían en tres piezas de madera unidas en un triángulo isósceles con una cuerda atada al vértice. Estas simples herramientas fueron utilizadas en la construcción de las pirámides. Los sacerdotes egipcios acumularon una gran cantidad de conocimiento derivado de la práctica.

La palabra “geometría” delata también sus orígenes prácticos. Significa “medida de la tierra”. La virtud de los griegos fue proporcionar una expresión teórica a estos descubrimientos. Pero al presentar sus teoremas como un producto puro de la deducción lógica, se engañaron a sí mismos y también a las futuras generaciones.

Las matemáticas surgen de la realidad material, y si éste no fuera el caso no tendrían aplicación. Incluso el famoso teorema de Pitágoras, conocido por cualquier escolar, en el triángulo rectángulo, la suma de los cuadrados de los dos catetos es igual al cuadrado de la hipotenusa, este teorema fue puesto en práctica por los egipcios.

Los pitagóricos rompieron con la tradición materialista jonia que generalizaba a partir de la experiencia del mundo real, los pitagóricos afirmaban que las más altas verdades de las matemáticas no podían derivar del mundo de la experiencia sensorial, sino sólo del trabajo de la razón pura, a través de la deducción. Empezando por ciertos puntos fundamentales, que hay que tomarlos por verdad, el filósofo razonaba a través de una serie de etapas lógicas hasta llegar a una conclusión, utilizando sólo hechos que están de acuerdo con los primeros principios, o que se deriven de ellos. Esto era conocido como razonamiento a priori, de la frase latina que significa: “lo que viene primero”.

Utilizando la deducción y el razonamiento a priori, los pitagóricos intentaron establecer un modelo de universo basado en las formas perfectas y gobernado por la armonía divina. El problema es que las formas del mundo real son cualquier cosa menos perfectas. Por ejemplo, pensaban que los cuerpos celestiales eran esferas perfectas que se movían en círculos perfectos. Esto fue un avance revolucionario para su tiempo, pero ninguna de estas afirmaciones era correcta. El intento de imponer una armonía perfecta al universo, y de esta forma liberarlo de la contradicción, colapsó incluso en términos matemáticos. Las contradicciones internas comenzaron a salir a la superficie y llevaron la escuela pitagórica a la crisis.

A mediados del siglo V, Hipio de Metapontum, descubrió que las relaciones cuantitativas entre el lado y la diagonal de figuras simples, como el cuadrado y el pentágono regular no se podían medir, es decir, no se pueden expresar como una razón de un número, no importa lo grande que sea. La raíz cuadrada de dos no se puede expresar en ningún número. Es lo que los matemáticos llaman número irracional. Este descubrimiento hundió la teoría en la confusión. Hiterto, el pitagórico, pensaba que el mundo estaba construido por puntos con magnitud. Aunque no era posible decir de cuantos puntos constaba una línea determinada, si suponía que era un número finito. Ahora bien, si la diagonal y el lado son inconmensurables, entonces las líneas son divisibles infinitamente y los pequeños puntos de los que está formado el universo no existen.

Desde este momento, la escuela pitagórica entró en declive. Se dividió en dos facciones rivales, uno de las cuales se hundió en las especulaciones matemáticas más oscuras, la otra intentó superar la contradicción mediante ingeniosas innovaciones matemáticas que establecieron las bases para el desarrollo de las ciencias cuantitativas.

Fuente: Militante (México)   )))).....  



REFORMISMO O REVOLUCIÓN Marxismo y socialismo del siglo XXI 

https://socialistascolombia.files.wordpress.com/2013/11/reformismo-alan-woods.pdf


Respuesta a Heinz Dieterich Alan Woods 

Fundación Federico Engels Madrid 

Reformismo o revolución. 

Marxismo y socialismo del siglo XXI (Respuesta a Heinz Dieterich) 

COLECCIÓN CRÍTICA MARXISTA 

Primera edición: junio de 2008 © 2008, Alan Woods © De esta edición: 2008, Fundación Federico Engels ISBN: 978-84-96276-43-7 Depósito Legal: Impreso en España - Printed in Spain Publicado y distribuido por la Fundación Federico Engels C/ Hermanos del Moral 33, bajo. 28019 Madrid Teléfono: 914 283 870 · Fax: 914 283 871 E-mail: fundacion_federico@engels.org · Web: www.engels.org 


"" A los obreros y campesinos de Venezuela, los auténticos protagonistas de la Revolución Bolivariana y de este libro. 

Agradecimientos 

A lo largo de los últimos meses me ha resultado muy estimulante comprobar el interés de muchas personas por ver este libro impreso. Este hecho ha supuesto en todo momento una gran ayuda para mí, ya que en más de una ocasión me he arrepentido de haber empezado esta tarea. Espero que el resultado final justifique el trabajo al que tanta gente ha contribuido. Deseo dar las gracias a todos aquellos que, con su esmerado trabajo, han hecho posible la aparición de este libro. 

En primer lugar, mi agradecimiento a Mick Brooks por su inestimable ayuda en la sección de economía y en la corrección de pruebas, a Harry Whittacker, Jordi Martorell y Fred Weston por sus correcciones de pruebas y sus valiosas sugerencias. Debo agradecerles a Harry Nielsen, Luke Wilson y Alex Grant sus observaciones tan acertadas en el capítulo sobre ciencia. Como decidimos publicar este libro simultáneamente en las lenguas inglesa y castellana, también me gustaría expresar mi agradecimiento a Juana Cobo y a Pablo Roldán por su excelente traducción al español. Una mención especial vaya a Miguel Fernández, cuyos considerables conocimientos literarios me fueron de una gran ayuda para perfeccionar y pulir el texto final, tanto en inglés como en español. Por encima de todo, mi agradecimiento más sincero a mi camarada y compañera Ana Muñoz por su inestimable ayuda y ánimo, y por su inmensa paciencia en la última etapa de corrección de pruebas, que fue suficiente para poner a prueba la paciencia de un santo. 


ÍNDICE 

Prólogo del autor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13 

1. Metodología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17 

Lo que nos ofrece Dieterich . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18 

Dieterich y Dühring . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19 

El método de Dieterich . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22 

Cómo Heinz ‘interpreta’ a Chávez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24 

Dieterich y la lucha de clases . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26 

Mariposas y gusanos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28 

Lo que Dieterich representa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30 

Reformismo en América Latina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34 

Los mentores de Dieterich . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37 

2. Filosofía y ciencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41 

La crisis de la filosofía moderna . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41 

La necesidad de la dialéctica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43 

Una visión dinámica del mundo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45 

La ‘filosofía de la praxis’ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47 

¿No más ideología? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49 

‘Falsa conciencia’ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51 

¡Se buscan genios! . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53 

‘Mediocridad’ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56 

¿Es el pensamiento latinoamericano ‘mediocre’? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58 

Filosofía y acción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60 

Heinz Dieterich y el universo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64 

¿Es el materialismo irrelevante? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66 

Ciencia y filosofía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68 

Marx, Engels y la ciencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71 

Dieterich contra Marx . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74 

Ciencia o pedantería . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75 

Genética y socialismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 78 3. 

Dieterich y el materialismo histórico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85 

¿Qué es el materialismo histórico? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85 

Una caricatura mecánica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 86 

Los periodos históricos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87 

El Nuevo Proyecto Histórico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89 

Una visión sentimental de la historia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92 

Sobre los ‘proyectos históricos’ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 94 

Feudalismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96 

La revolución inglesa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 98

 Las meteduras de pata de Dieterich . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99 

La Revolución Francesa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 102 

10 REFORMISMO O REVOLUCIÓN. MARXISMO Y SOCIALISMO DEL SIGLO XXI

 Socialismo y capitalismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 104 

¿Un proyecto para el socialismo? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105 

¿Quién inventó los sóviets? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 108 

El marxismo y la religión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109 

Cristianismo y comunismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111 

¿Era Jesucristo un reformista? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 114 

4. Historia y economía política . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117 

¿Trata el marxismo de la economía ‘en general’? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117 

Marx sobre el trueque . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 122 

¿Capitalismo en el mundo antiguo? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 127 

¿Capitalismo egipcio? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 128 

La América precolombina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 131 

Grecia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 132

 ¿Capitalismo romano? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 134 

La ‘crematística’ bajo el feudalismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 138 

La violación de América Latina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 140 

La acumulación primitiva de capital . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 142 

Dieterich contra la expropiación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 143 

Una concepción filistea . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 146 

5. Del socialismo científico al socialismo utópico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149 

Marx, Dieterich y los socialistas utópicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 154 

Individualismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 157 

De dónde vienen las ideas de Dieterich . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 159 

6. Un esbozo de economía marxista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 165 

El gran descubrimiento de Marx . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 167 

¿Dónde se produce la explotación? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 170 

El valor de la fuerza de trabajo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 171 

Maquinaria y jornada laboral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 172 

Marx sobre la maquinaria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 176 

Crisis de sobreproducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 178 

¿Intercambio desigual? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 180 

Una enfoque moralista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 182 

La ‘economía de equivalentes’ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 184 

El hombre que quería volar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 191 

Trabajo simple y trabajo compuesto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 193 

‘Esfuerzo’ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 197

 ¿Cómo funcionaría un Estado obrero? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 198 

7. La economía del socialismo del siglo XXI . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 201 

‘Doble poder’ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 203 

La cuestión del poder . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 206 

¿Cómo se consigue el intercambio igual? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 208 

Adam Smith . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 209 

El capitalismo no se puede reformar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 211 

¿Con qué propósito? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 212 

¿Por qué la nacionalización? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 214 

¿Capitalistas sin beneficios? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 215 

Cómo hacer desaparecer los beneficios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 218 

Cómo no hacer una revolución . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 221 

ÍNDICE 

11 Una utopía pequeño burguesa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .223 

Concentración de capital . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 224 

La anarquía del capitalismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 226 

La necesidad de un plan socialista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 228 

Keynesianismo y socialismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 230 

¿Es el keynesianismo la respuesta? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 232 

El keynesianismo en acción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 234 

Por qué la burguesía abandonó el keynesianismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 235 

Del keynesianismo al ‘neoliberalismo’ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 236 

La perspectiva capitalista de Dieterich . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 237 

Socialismo en ‘el horizonte’ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 239 

La solución es… déficits . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 242 

Cómo Dieterich ‘acelera’ frenando . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 244 8. 

¿Socialismo o estalinismo? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 249 

Socialismo y democracia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 249 

El Estado y la revolución . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 251 

Del Comunismo de Guerra a la NEP . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 254 

Dieterich y la Revolución Rusa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 257 

Logros de la Revolución Rusa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 260 

La ‘explicación’ de Dieterich . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 263 

Los mitos de Dieterich y la predicción de Trotsky . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 267 

¿Socialismo real? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 270 

La negación del socialismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 270 

¿Funcionaba la ley del valor en la URSS? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 274 

‘Trabajo necesario y trabajo excedente’ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 276 

La sociedad de transición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 278 

La solución ¿cibernética? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 280 

Socialismo y consumismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 283 9. 

El futuro de la revolución cubana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 287 

La amenaza burocrática . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 289 

El discurso de Pérez Roque . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 290 

Los comentarios de Heinz Dieterich sobre el discurso de Fidel . . . . . . . . . . . 294 

Una vez más sobre el ‘socialismo real’ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 296 

El enfoque idealista de Dieterich . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 298 

El socialismo y el mercado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 300 

Los periodos ‘heroico’ y ‘antiheroico’ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 306 

Reformismo burgués . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 310 

¿La ‘vía china’? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 312 

¿Crisis estratégica: medidas tácticas? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 313 

¿Socialismo en un solo país? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 315 

Oscurantismo platónico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 317 

Igualdad de sacrificio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 318 

‘La cibernética cognitiva’ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 323 

Dieterich y la democracia burguesa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 328 

La postura de Dieterich, desenmascarada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 330 

10. ¿Nacionalismo o internacionalismo? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 335 

Integración latinoamericana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 335 

El ‘bloque regional de poder’ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 338 

¿Marx o List? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 343 

12 REFORMISMO O REVOLUCIÓN. MARXISMO Y SOCIALISMO DEL SIGLO XXI Socialismo e internacionalismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 348 

¡Por una política internacionalista! . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 351 

11. El Estado y la revolución . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 353 

El Estado del socialismo del siglo XXI . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 353 

Dieterich y Engels sobre la cuestión del Estado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 355 

Democracia y dictadura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 357 

Oligarquía contrarrevolucionaria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 359 

De cómo Dieterich ‘ayuda’ a Chávez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 361 

El papel contrarrevolucionario de la burguesía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 365 

La burguesía y la democracia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 368 

El ‘minipoder local’ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 371 

La lucha parlamentaria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 374 

La experiencia boliviana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 377 

La cuestión de la violencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 381 

Cómo no impedir un golpe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 384 

¿Cuál es la respuesta de Dieterich? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 386 

12. La revolución venezolana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 391 

La revolución venezolana en la encrucijada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 391 

Una variante peculiar de la revolución permanente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 395 

¡La revolución no se puede detener a medio camino! . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 397 

Dieterich y la revolución bolivariana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 399 

Una vez más sobre la NEP . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 400 

El papel de las masas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 402 

El papel de la clase obrera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 406 

Cómo no ganarse a la clase media . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 408 

Cómo ganarse a la clase media . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 411 

El papel del reformismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 415 

Contradicciones en el movimiento bolivariano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 415 

La ofensiva de Baduel . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 417 

Dieterich defiende a Baduel . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 418 

Un contrarrevolucionario ‘sincero’ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 420 

Baduel y Dieterich . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 421 

Un candidato para el bonapartismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 423 

El Estado y la lucha contra la burocracia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 425 

La lucha por el pan . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 426 

La revolución y el parlamento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 429 

¿Es posible una revolución pacífica? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 430 

Ceguera reformista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 432

 ¡El socialismo es la única salida! . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 433 

Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 437 

Prólogo del autor 

La publicación de la presente obra requiere alguna explicación. Muchos amigos me han preguntado por qué estaba dedicando tanto tiempo a responder a un hombre cuyos libros son leídos por un público limitado, mayormente en universidades de América Latina, y que generalmente no están disponibles en inglés. He de contestar que fui persuadido por las constantes peticiones de mis amigos de Cuba y Venezuela, quienes, después de varios años, estaban ya hartos de las pretensiones teóricas de Heinz Dieterich y me urgían a que le respondiera. Hace ya algunos años que Heinz Dieterich viene afirmando en una ruidosa campaña que ha “inventado” el socialismo del siglo XXI. Esto ha encontrado algún eco entre ciertos círculos de la izquierda en Venezuela y en algún otro país. Como todos sabemos, en Venezuela está teniendo lugar un debate importante sobre la naturaleza del socialismo, inspirado por las declaraciones de Hugo Chávez a favor de éste. Esto es enormemente importante, no sólo para Venezuela, sino para el movimiento obrero internacional en su conjunto. Después del hundimiento de la Unión Soviética, hay un fermento de discusión dentro de la izquierda a escala mundial. El ignominioso fracaso del estalinismo y la contraofensiva ideológica sin precedentes de la burguesía en contra del socialismo ha llevado a algunos a la conclusión de que las “viejas ideas del marxismo” (el socialismo científico) ya no son válidas, y que es necesario inventar algo nuevo y original. 


Esto es justamente lo que Dieterich afirma haber logrado. Durante la campaña del referéndum de diciembre de 2007 sobre la reforma constitucional, el nombre de Heinz Dieterich empezó, de repente, a adquirir una mayor importancia. Se opuso a la reforma y defendió públicamente al general Baduel, anterior ministro de Defensa, que se pasó a la oposición e hizo campaña por el NO en el referéndum. Después, Dieterich dijo que apoyaba el SÍ “como un mal menor”. ¿Cómo es posible que alguien que ha cultivado una imagen de hombre leal a Chávez y a la revolución bolivariana pudiera comportarse de esa manera? Todo esto conmocionó a muchos que, dentro de la izquierda, habían aceptado sin crítica las audaces pretensiones del profesor Dieterich. A mí, después de haber leído cuidadosamente sus artículos y sus libros durante meses, no me sorprendió en absoluto. No es una casualidad que en un momento decisivo Heinz Dieterich tomara una postura claramente en contra del avance de la revolución hacia el socialismo.,...

 14 REFORMISMO O REVOLUCIÓN. MARXISMO Y SOCIALISMO DEL SIGLO XXI 1. Federico Engels, Anti-Dühring. Barcelona. Editorial Grijalbo. 1977, p. 3. 

,...Es la conclusión lógica e inevitable a la que conducen todas sus teorías y su peculiar versión del “socialismo del siglo XXI” —un tipo de socialismo que nada tiene que ver con el socialismo, como veremos más adelante—. DEL ‘ANTI-DÜHRING’ AL ‘ANTI-DIETERICH’ Para preparar mi respuesta, decidí releer el famoso Anti-Dühring, de Engels, en el que éste responde a los argumentos de un hombre que, hace más de un siglo, afirmaba haber desarrollado una teoría nueva y original del socialismo, que dejaría las ideas de Marx (y de todos los demás) obsoletas. Encontré que la similitud entre Dühring y Dieterich era increíble. No sólo en sus ideas, sino inclusive en la forma de expresarlas. Las primeras palabras del prólogo al Anti-Dühring son: “El presente trabajo no es en modo alguno fruto de ningún ‘irresistible impulso interior’. Al contrario”. Como Engels, yo no tenía deseo alguno de escribir el presente libro. Acepté a regañadientes por considerarlo una distracción inoportuna en relación a otras tareas más importantes. Pensé, inocentemente, que podría lidiar con ello de forma rápida. Pero estaba equivocado. Cuanto más me adentraba en esa espesa jungla de prosa enmarañada e ideas enrevesadas, más claro me parecía que sería imposible ofrecer una respuesta breve. 


Cuanto más escribía, más pensaba en las palabras de Engels en el prólogo del Anti-Dühring: “A pesar de todo ello pasó un año antes de que me decidiera, descuidando otros trabajos, a hincar el diente en esa amarga manzana. Pues era una manzana que había que comerse del todo si se daba el primer bocado. Y la manzana no era sólo amarga, sino también muy voluminosa. La nueva teoría socialista se presentaba como último fruto práctico de un nuevo sistema filosófico. Había, pues, que estudiarla en la conexión de ese sistema y, por tanto, había que estudiar el sistema mismo. Había que seguir al señor Dühring por un extenso territorio en el que trata de todas las cosas posibles y de algunas más”1 . Los escritos de Heinz Dieterich son una manzana aún más amarga y voluminosa que la que el viejo Engels hubo de tragarse. Como Herr Dühring, Heinz Dieterich escribe sobre muchas cosas diferentes y, como todo lo mezcla, tuve, por obligación, que seguirle en sus piruetas, giros y acrobacias. Parece ser incapaz de escribir sobre economía política sin meter por medio la historia de la filosofía, o de las perspectivas de la revolución boliviana sin especular sobre la naturaleza del universo. La intención del presente libro es, pues, doble: responder a las ideas de Heinz Dieterich y explicar tan claramente como sea posible las ideas clásicas del marxismo, que en todo contradicen a las de Dieterich. Soy consciente de que este hecho puede no facilitar su lectura. Hay algunas citas muy extensas, algunas del camarada Dieterich y otras de Marx, Engels, Lenin y Trotsky. 


Si este libro es, por consiguiente, más bien largo, el lector siempre podrá consolarse al pensar que el universo, por el que el camarada Dieterich se pasea con tan envidiable facilidad, es mucho mayor. Esperemos que algún día alguien le explique a Heinz Dieterich que “la brevedad es el alma del ingenio”. Pero hasta que ese día llegue, no tendremos más alternativa que responderle punto por punto, página por página, galaxia por galaxia, milenio por milenio. En el presente libro he intentado examinar las extravagantes afirmaciones del camarada Dieterich, para determinar hasta qué punto éstas son válidas. ¿Es realmente verdad que ha descubierto un concepto del socialismo enteramente nuevo y original? Si fuera cierto, esto tendría implicaciones muy serias para los socialistas de todo el mundo. Tendríamos que reevaluar todas las ideas básicas del marxismo y crear un conjunto de ideas y principios enteramente nuevo. Como autor de este trabajo, tengo el deber de dejar claro al lector desde qué posición me dispongo a realizar mi tarea. Escribo como alguien que durante toda su vida ha defendido el marxismo. Considero que las ideas de Marx, Engels, Lenin y Trotsky son ahora tan correctas y pertinentes como siempre lo han sido. De hecho, son ahora más necesarias y relevantes que en cualquier otro momento. Naturalmente, si alguien puede convencerme de que posee un cuerpo de ideas superiores al marxismo que hacen de él algo obsoleto, estoy dispuesto a cambiar de opinión. Sin embargo, durante casi 50 años he estudiado cuidadosamente no sólo todas las obras de los grandes escritores marxistas, sino también las de un buen número de sus críticos. Después de haber escuchado muchos argumentos de gente que afirmaba ofrecer una alternativa, no he oído nada que pudiera compararse ni remotamente con la profundidad y riqueza del marxismo. Está aún por aparecer un cuerpo de ideas que se acerque mínimamente a las alturas del marxismo para desplazarlo como herramienta científica para comprender el mundo en el que vivimos. 


La enorme superioridad del método marxista puede apreciarse en El Manifiesto Comunista, el documento fundacional del socialismo científico. Escrito en 1848 por dos jóvenes revolucionarios, este texto es el libro más moderno que hoy se pueda leer. De hecho, es más relevante hoy que cuando fue escrito. Aquí tenemos una descripción y un análisis perfectos del mundo, no como era entonces, sino tal y como es ahora. ¿De cuántos libros escritos hace más de 150 años se puede decir lo mismo? ¡Ésta es una respuesta decisiva para todos aquellos que argumentan que las ideas marxistas son ideas “viejas”, sin relevancia para el mundo en el que vivimos! ¿‘IDEAS NUEVAS’? En relación a las ideas “nuevas y originales” del siglo XXI diré sólo lo siguiente: a pesar del ruido y la fanfarria, entre toda la vasta producción literaria de los Dieterichs de este mundo, hasta el día de hoy, no he leído una sola idea que sea genuinamente nueva. He encontrado muchas nociones viejas y anticuadas que han sido rescatadas del vertedero de la historia, ideas no científicas y utópicas 16 REFORMISMO O REVOLUCIÓN. MARXISMO Y SOCIALISMO DEL SIGLO XXI que fueron respondidas hace mucho tiempo por Marx, Engels y Lenin, ideas que pertenecen a la prehistoria del movimiento obrero. Estas ideas viejas y desgastadas del socialismo utópico y premarxista han sido desempolvadas y presentadas como el socialismo del siglo XXI. Aún así, algunas almas cándidas lo han tomado en serio. Toda esta charlatanería sobre “ideas enteramente nuevas y originales” resulta superficialmente atractiva. Después de todo, ¿quién no preferiría un bonito coche nuevo o un ordenador último modelo en lugar del modelo del año pasado? Pero en realidad, la analogía es falsa y contradice nuestra experiencia. Lo nuevo no es necesariamente mejor en todos los casos, tampoco algo por ser viejo es necesariamente malo. Un coche o un ordenador nuevo que no funcionen son peores que unos viejos que sí lo hagan. La rueda es una invención bastante vieja, pero después de miles de años sigue funcionando bastante bien. 

¿Qué deberíamos pensar de alguien que nos pide que abandonemos la rueda (porque es vieja) y busquemos una rueda del siglo XXI? 

¿Qué tipo de rueda sería ésta? 

¿Triangular, quizás cuadrada? 

Sea cual fuera la forma que tomara, estamos convencidos de que no nos llevaría un solo paso más lejos. Por nuestra parte, no creemos que haya necesidad alguna de reinventar el socialismo, de la misma manera que no necesitamos reinventar la rueda. Por supuesto, será necesario introducir esta o aquella modificación, pero lo extraordinario es los pocos ajustes que tenemos que hacer a las ideas elaboradas por Marx y Engels en el siglo XIX, y desarrolladas y enriquecidas por Lenin y Trotsky en el siglo XX. Quizás tengamos que cambiar algo aquí o allá, pero en lo fundamental, las ideas básicas mantienen todo su vigor y actualidad. Por supuesto, está muy bien debatir las ideas del socialismo, y nosotros participaremos en este debate con el mayor de los entusiasmos. Lo que no está tan bien es que Heinz Dieterich y otros se apropien el derecho a monopolizar cualquier interpretación sobre el socialismo en el siglo XXI. Y lo que es aún peor, como veremos más adelante, es que esta interpretación del “socialismo” resulte ser exactamente lo mismo que el capitalismo. 

Heinz Dieterich se presenta en la arena internacional como un amigo de la revolución bolivariana. Esto es un punto a su favor. La revolución bolivariana necesita de todos los amigos que pueda conseguir. ¡Dios sabe que tiene enemigos más que suficientes! Pero hay amigos y amigos. En la Biblia, el infortunado Job tenía razones para lamentar el consuelo ofrecido por sus amigos en los momentos de mayor necesidad. No tenemos ninguna duda de que los revolucionarios de Venezuela tendrían mayores razones para lamentarse si aceptasen como buena moneda los consejos generosamente ofrecidos por amigos como Dieterich. Este tipo de amistad nos trae a la mente el viejo dicho: Dios me libre de los amigos, que de los enemigos me libraré yo. Londres, 11 de mayo de 2008 1. Metodología En la primera década del siglo XXI, la humanidad se encuentra en una encrucijada. Por una parte, los avances de la ciencia, la tecnología y la industria abren el camino a un futuro deslumbrante de prosperidad, bienestar social y avance cultural sin límites. Por otra, la propia existencia de la raza humana se ve amenazada por la devastación del planeta en nombre de los beneficios. Millones de personas viven en la pobreza al borde de la inanición. 


En un país tras otro aparecen elementos de barbarie. El futuro del planeta está amenazado por la degradación ecológica global. La caída de la Unión Soviética dio luz verde a una ofensiva ideológica sin precedentes contra las ideas del socialismo. El colapso de las economías planificadas bajo control burocrático en el Este se presentó como la prueba definitiva del fracaso del “comunismo” y, por supuesto, de las ideas de Marx. Los defensores del capitalismo vieron en la caída de la Unión Soviética la demostración de que su sistema era el único posible. Soñaron con un Nuevo Orden Mundial basado en la paz y la prosperidad. Se imaginaron que el actual auge económico temporal significaba no sólo un retorno a los días de su juventud sino también a la abolición de todas las crisis, algo que ni siquiera merece ser considerado como un pensamiento serio. Es como el patético autoengaño de una persona decrépita que se niega a mirarse al espejo. Estas ilusiones se hicieron añicos rápidamente. Hoy no queda piedra sobre piedra de los sueños de la burguesía. Por todas partes vemos el despertar de las masas que buscan una salida. Se está abriendo un nuevo periodo. Existe un cuestionamiento creciente del capitalismo y un interés cada vez mayor por las ideas del socialismo y del marxismo. En el próximo periodo, cientos de miles y millones de personas buscarán ansiosamente las ideas que hoy se discuten en pequeños grupos. Ya lo estamos presenciando en América Latina, donde la tendencia revolucionaria ha ido más allá que en ninguna otra parte. La revolución venezolana es la respuesta final a todos aquellos cobardes y apóstatas que dijeron que la revolución y el socialismo ya no estaban en el orden del día. 


A Lenin le gustaba mucho el proverbio ruso que dice que “la vida enseña”. En una revolución la gente aprende muy deprisa. Esto es cierto en el caso de las masas, pero también de sus dirigentes. Sin duda, Hugo Chávez ha aprendido mucho de su experiencia de la revolución y también ha sacado conclusiones importantes. No es casualidad que Hugo Chávez haya abierto un debate sobre las ideas del socialismo. La revolución bolivariana ha avanzado rápidamen,...

- 18 REFORMISMO O REVOLUCIÓN. MARXISMO Y SOCIALISMO DEL SIGLO XXI 

,...te y está yendo más allá de los límites del capitalismo y desafiando la propiedad privada. La vieja sociedad está muriendo y la nueva sociedad lucha por nacer. Y lo que ha sucedido hoy en Venezuela, mañana sucederá en Gran Bretaña, en Rusia, en China y en los propios EEUU. Las declaraciones de Hugo Chávez a favor del socialismo han abierto un debate muy serio en Venezuela donde las ideas del socialismo y del marxismo se discuten con entusiasmo en cada fábrica, en cada pueblo, en cada parada de autobús y en cada mercado. No se trata del típico debate académico de los círculos intelectuales de las universidades. Las masas tienen una actitud seria hacia las ideas, porque de lo que se trata no es de una tesis doctoral, sino de una cuestión de vida o muerte. Lo que esto significa es que el socialismo ha dejado el estudio del académico y ha salido a la luz del día. Desde el punto de vista del marxismo este es un acontecimiento de extrema importancia. El marxismo es una filosofía que lleva a la acción y que es impensable sin acción. En palabras de Marx: “Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”. Pero no todo el mundo está contento con esto. Al día siguiente, un auténtico ejército de escribas de “izquierdas” salió corriendo a “corregir” al presidente: “Sí, por supuesto, estamos a favor del socialismo”, dicen. “Pero, ¡cuidado! ¡lo que queremos es sólo socialismo del siglo XXI!”. La gran ventaja de esta expresión es que nadie sabe lo que significa. Es una botella vacía que cada uno puede llenar con el contenido que quiera. Cuando hablamos de socialismo del siglo XXI, en primer lugar tenemos que establecer: ¿de qué tipo de socialismo estamos hablando? LO QUE NOS OFRECE DIETERICH Heinz Dieterich es un profesor alemán que se describe a sí mismo como economista científico y sociólogo. Ha sido profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana de México desde 1977 y es uno de esos académicos que están ansiosos por contarnos lo que Chávez realmente quiere decir, como si el Presidente no fuera capaz de hablar por sí mismo. Hace muchos años Heinz escribió libros defendiendo el marxismo. Pero ahora ha rechazado ya todas esas alocadas ideas revolucionarias y dice haber inventado algo totalmente nuevo y original, que él denomina “Socialismo del Siglo XXI” (o el “Nuevo Proyecto Histórico”). Sobre éste y otros temas ha publicado numerosos libros. Si la calidad de su producción literaria fuera del mismo calibre que la cantidad, la humanidad tendría motivos para regocijarse. Así que, después de considerables dudas, se me convenció para que examinara estas teorías nuevas y originales que prometen nada más y nada menos que la completa liberación de la humanidad en un mundo de paz y abundancia. Por una extraña coincidencia, si uno cree lo que Dieterich escribe en sus libros, lo que Chávez realmente quiere decir coincide exactamente con lo que 1. METODOLOGÍA 19 Dieterich entiende por socialismo del siglo XXI. Esto es bastante lógico, ya que según Heinz éste es el único tipo de socialismo que es posible o deseable, y cualquiera que lo cuestione está destinado a ser arrojado a la oscuridad exterior donde sólo hay llantos y lamentos y rechinar de dientes. En una entrevista publicada en el periódico alemán de izquierdas Junge Welt (7/01/06), Dieterich nos informa: “Yo también aporté la idea de un ‘socialismo del siglo XXI’, junto con algunas otras cosas en las que mis modestas aportaciones teóricas probablemente pueden ayudar positivamente a apoyar el proceso”. Esta humildad nos impresiona sobremanera. Las “modestas aportaciones teóricas” de Heinz “probablemente pueden ayudar” a “apoyar el proceso”. Él ha “aportado” la idea de un socialismo del siglo XXI, es decir, él, y no Chávez, lo ha inventado (“junto a algunas otras cosas”). Y por lo tanto, él, y no Chávez o cualquier otra persona, tiene el derecho divino a decirnos qué es. Nos complacería mucho si alguien pudiera explicarnos en un lenguaje sencillo cómo será la futura sociedad socialista. Nos complacería incluso más si pudieran explicarnos cómo derrocar el capitalismo con el mínimo coste y esfuerzo. Heinz Dieterich nos promete todo esto y más. Por lo tanto, consideramos que es nuestro deber seguirle en este gran viaje de descubrimiento, con la esperanza de encontrar, no sólo una olla llena de oro, como la que se supone que nos espera al final del arco iris, sino el secreto de la felicidad humana, la justicia y la igualdad. Esto sería maravilloso, si fuera verdad. DIETERICH Y DÜHRING Los socialistas revolucionarios estamos acostumbrados a los ataques furiosos contra el socialismo y el comunismo, no sólo los de los defensores declarados del capitalismo y el imperialismo, sino también por parte de los reformistas (tanto de los de derechas como de los de izquierdas), y también por parte de los supuestos intelectuales radicales pequeño burgueses, algunos de los cuales tienen ganas de luchar contra el capitalismo, pero no tienen la menor idea de cómo hacerlo. Estas tendencias reformistas antirrevolucionarias siempre han existido. Marx y Engels ya las combatieron en El Manifiesto Comunista, en la sección sobre el socialismo pequeño burgués. Más tarde, ambos encabezaron una feroz lucha ideológica contra los Katheder Sozialisten en Alemania —los “listos” profesores universitarios que pretendían ponerse a la cabeza del movimiento obrero y diluir sus ideas marxistas revolucionarias—. Tales tendencias siempre han jugado el papel más pernicioso en el movimiento obrero. Engels escribió un libro entero, el Anti-Dühring, para rebatir las ideas de Eugene Dühring, un ejemplo típico de los Katheder Sozialisten. Después de un trabajo de demolición de tal calibre uno pensaría que ya se había dicho la última palabra, pero no. Las ideas que defiende Heinz Dieterich son la última expresión del mismo fenómeno que representaban Dühring y los 20 REFORMISMO O REVOLUCIÓN. MARXISMO Y SOCIALISMO DEL SIGLO XXI Katheder Sozialisten, de los cuales Heinz Dieterich es el sucesor en línea directa. Dühring se vanagloriaba de haber descubierto un tipo de socialismo totalmente nuevo y original, que dejaba a Marx sin ningún tipo de relevancia. De la misma manera, Dieterich argumenta que su teoría “nueva y original” del “socialismo del siglo XXI” supera al marxismo y todo lo que le ha precedido. La moda actual de buscar nuevas ideas que supuestamente superan a las “viejas ideas desacreditadas” del marxismo, no es en absoluto accidental. La clase obrera no vive aislada de las demás clases y puede caer bajo la influencia de clases e ideologías ajenas. Esto es particularmente cierto en periodos de reacción, después de importantes derrotas históricas, cuando los trabajadores temporalmente caen en la inactividad. Entonces los elementos pequeño burgueses (que, al igual que los pobres, siempre están con nosotros), salen a la superficie, marginando a los obreros a codazo limpio. La voz de los trabajadores queda ahogada por el coro de la gente “inteligente” que ha perdido la voluntad de luchar y está ansiosa por persuadir a los obreros de que la revolución sólo trae lágrimas y desilusiones. Si ya de por sí es malo tener que estar constantemente respondiendo a las mentiras y distorsiones de la burguesía, ahora hay un gran número de ex “comunistas”, que han abandonado abiertamente el marxismo y se han pasado al campo de la burguesía. Muchos de ellos atacan abiertamente las ideas que tan fervientemente defendieron en el pasado. Otros siguen hablando del marxismo, pero, al igual que Bernstein y Kautsky, quieren “revisarlo”, introducir algunas “pequeñas modificaciones”, para “actualizarlo”. Al igual que cualquier otra ciencia, el marxismo admite modificaciones y cambios. El marxismo debe tener en cuenta todos los cambios en la situación objetiva, de lo contrario no sería un método científico sino un dogma sin vida. Pero la dialéctica nos muestra cómo una cierta cantidad de pequeños cambios puede transformar una cosa en su contraria. Lo cierto es que los revisionistas no quieren actualizar el marxismo, sino diluirlo y liquidar todo su contenido revolucionario. Este tipo de gente está moviendo cielos y Tierra para levantar una barrera entre las masas y el marxismo, alegando que el marxismo está desfasado y que necesitamos crear un sistema de ideas nuevo y completamente novedoso que, nos aseguran, será el auténtico socialismo del siglo XXI. Sin embargo, cuando lo examinamos detenidamente, vemos que este tipo de ideas ni es nuevo ni es socialista, sino simplemente un refrito de los viejos intentos utópicos de los reformistas de crear un capitalismo con rostro humano. La única intención de este ruidoso coro es desviar la atención de la juventud, causar la máxima confusión y actuar de barrera para impedir que la nueva generación tenga acceso a las ideas del marxismo. Es sólo el reflejo de la campaña de la burguesía contra el socialismo y el comunismo, pero es mucho más peligrosa y dañina, porque es una campaña que se lleva a cabo bajo una falsa bandera. Sus defensores se oponen radicalmente al socialismo y a la revolución, pero no se atreven a admitirlo —probablemente ni siquiera a sí mismos 1. METODOLOGÍA 21 (hasta qué punto se creen realmente las tonterías que escriben es algo que sólo un psicólogo experto podría determinar)–. Disfrazan su reaccionario mensaje antisocialista y antirrevolucionario con una densa capa de fraseología de izquierdas y radical que hace más difícil que la gente lo identifique. Lejos de ser nuevo y original, éste es el método de los utópicos, cada uno de los cuales inventó un plan particular para la salvación de la humanidad y estaba firmemente convencido de que la única razón por la que la humanidad continuaba sufriendo era porque todavía no había tenido acceso a esos planes. Para los utópicos, la lucha de clases no existía. Ellos se dirigían a burgueses ilustrados con peticiones para que aplicaran sus planes utópicos. El papel revolucionario de la clase obrera no entraba en sus cabezas, de la misma manera que no entra en los planes reformistas del camarada Dieterich. A pesar de sus ideas fantásticas, los viejos utópicos eran pensadores brillantes y originales, que hicieron una gran contribución al desarrollo de las ideas del socialismo. Ellos escribían en los albores del capitalismo, cuando la industria se limitaba prácticamente a un solo país —Inglaterra— y el proletariado todavía estaba en su infancia, por lo tanto era natural que no se basaran en la clase obrera. Pero Heinz Dieterich no tiene esa excusa. En la primera década del siglo XXI, el desarrollo del capitalismo ha creado una poderosa clase obrera en todos los países. Hoy en día, no se enciende una bombilla, no gira una rueda, ni suena un teléfono sin el permiso de la clase obrera. Ignorar este poder colosal y tratar de hacer retroceder el reloj dos siglos, descartando el método científico del marxismo por los planes fantásticos y la retórica sentimental de los utópicos, esa es una posición completamente retrógrada y reaccionaria. El método del camarada Dieterich tiene más en común con el racionalismo del siglo XVIII que con la dialéctica marxista. El racionalismo en vísperas de la revolución francesa era una fuerza revolucionaria. Pero el racionalismo en la etapa de decadencia senil del capitalismo, cuando se dirige contra el materialismo dialéctico, sólo puede jugar un papel negativo. Es cierto que Dieterich todavía habla de marxismo y dialéctica, pero su “marxismo” ha sido despojado de toda su esencia revolucionaria, extirpado de su base clasista y del método científico del materialismo dialéctico. En otras palabras, no es marxismo en absoluto. De manera consciente o inconsciente, Heinz Dieterich está dando justificación teórica a todo esto. Bajo la falsa bandera del socialismo del siglo XXI, está realizando una estridente campaña contra el socialismo y la revolución socialista. Está introduciendo confusión en las mentes de los cuadros del movimiento bolivariano que no han tenido el tiempo suficiente o la oportunidad de familiarizarse directamente con las ideas del marxismo. ¿Acaso es consciente de su papel? Esta pregunta no la puedo responder y, en cualquier caso, no tiene la menor importancia. El camino hacia el infierno siempre ha estado empedrado de buenas intenciones. 22 REFORMISMO O REVOLUCIÓN. MARXISMO Y SOCIALISMO DEL SIGLO XXI 1. Heinz Dieterich, Hugo Chávez y el Socialismo del Siglo XXI, p. xvii. 2.Ibíd., p. 4. 3.Ibíd. 4.Ibíd. EL MÉTODO DE DIETERICH El último trabajo de Dieterich sobre el tema es Hugo Chávez y el socialismo del siglo XXI. Este libro hace una serie de afirmaciones ambiciosas. Nos ofrece una teoría totalmente nueva del socialismo “que va más allá de la mera crítica al capitalismo global o a las interpretaciones históricas (hermenéuticas) de lo que Marx y Lenin ‘realmente querían decir”1 . Dieterich empieza con la loable intención de explicar su objetivo, ya que “la psicología básica nos enseña que si no podemos definir el objetivo que pretendemos alcanzar, tampoco vamos a entender bien, si las tendencias de la realidad y los tiempos favorecen el éxito de nuestros empeños o si van en la dirección contraria”2 . Sí, eso es absolutamente cierto. Si nos fijamos el objetivo de viajar hacia el oeste, puede ser útil observar que nuestros pies no nos están llevando hacia el este. Esto es uno de los resultados de un estudio profundo de la psicología básica, que también nos enseña que si decidimos ir hacia arriba, debemos a toda costa evitar la tentación de ir hacia abajo. Pero, continuemos con la definición de nuestro objetivo. ¡No tan rápido!, grita el camarada Dieterich, que está decidido a mostrarnos lo difícil que es definir nuestros objetivos, por no hablar de alcanzarlos. Continúa: “Sin la orientación de objetivos concretos y específicos toda praxis humana es difusa y tiende a desanimarse o perder el rumbo ante los obstáculos que aparezcan sobre la marcha”3 . Si no me marco objetivos concretos y específicos cuando me levanto de la cama por la mañana, como por ejemplo quitarme el pijama y vestirme, lavarme la cara y cepillarme los dientes, y ponerme los zapatos, asegurándome que me he anudado los cordones, puede ser que nunca consiga salir por la puerta de la casa. La praxis humana será difusa y puede tender a desanimarme y perder el rumbo debido a los obstáculos que aparezcan sobre la marcha al salir de mi casa y empezar mis actividades diarias. Si quiero permanecer con vida no es una mala idea acordarme de respirar. Sí, todo esto es perfectamente cierto, y más o menos evidente para la mayoría de los hombres y de las mujeres, que no necesitan que un profesor universitario se lo explique. Pero este profesor tiene un cierto don para afirmar lo que es obvio y lo exhibe con entusiasmo en todos sus escritos. Muestra su erudición usando las palabras y expresiones más complejas, como “hermenéuticas”, amén de una abundancia de palabras alemanas y latinas, que nos hace sentir que estamos aprendiendo algo nuevo y muy profundo. “Aprendemos a andar andando”, se nos informa (algo que no sabíamos antes). Pero sólo podemos andar eficazmente “si estamos orientados por una brújula”4 . 1. METODOLOGÍA 23 5. Ibíd. El énfasis es nuestro. La brújula que necesitamos para poder andar en la dirección correcta no es otra que las teorías de Heinz Dieterich. Así pues, brújula en mano, nos disponemos ansiosamente a seguir un placentero e instructivo paseo guiado que nos llevará a muchos sitios antes de llegar, sanos y salvos, a la tierra prometida del socialismo del siglo XXI. El camarada Dieterich ahora describe no sólo su objetivo sino también su método. Éste “combina el poderoso método del razonamiento científico con los de la solidaridad y la convivencia pacífica social”5 . Para empezar, observemos que este objetivo podría ser aceptado en principio por cualquier socialdemócrata, reformista, clérigo o burgués filantrópico. En segundo lugar, no es nuevo ni original. Es típico de los sueños e ilusiones sentimentales de los socialistas utópicos y burgueses a los que ya Marx y Engels respondieron hace mucho tiempo en El Manifiesto Comunista. Que todos los hombres y mujeres deberían vivir juntos en paz y armonía es el deseo ferviente de prácticamente todo el mundo; que los seres humanos deberían vivir según el principio de solidaridad es por lo menos tan viejo como el Nuevo Testamento (en realidad mucho más viejo). Deberíamos amarnos los unos a los otros y debería haber paz en lugar de guerra. ¡Amén! Pero ya en el Antiguo Testamento (Jeremías, 6:14) tenemos una respuesta adecuada a todos los filisteos sentimentalistas que dicen Paz, paz, y No hay paz. Se nos invita a llegar a la conclusión de que todas las guerras, terrorismo, hambre, explotación y opresión son el resultado de un pequeño malentendido. Todo lo que necesitamos es informar a la raza humana de que todos debemos vivir en paz, armonía y solidaridad, y que esto se puede conseguir siguiendo unas cuantas sugerencias sencillas que el camarada Dieterich ha inventado y que ahora ofrece a la raza humana en el cómodo formato de un libro de tapas blandas de poco más de 200 páginas. En este fino volumen, como hemos dicho, Heinz Dieterich escribe sobre todas las cosas bajo el sol y algunas otras también. ¿Cuál es el objetivo de todo esto? La intención es llenar al lector inocente de un sentimiento de admiración y sobrecogimiento. Nos recuerda las palabras del poeta inglés del siglo XVIII Oliver Goldsmith que, en La Aldea Desierta, describe cómo los campesinos ignorantes escuchan maravillados al maestro de la aldea: También en la argumentación, el maestro talento tenía, Pues, aún vencido, argumentar podía; Las palabras largas y eruditas y de sonido atronador Maravillaban a los rústicos congregados a su alrededor; Y seguían asombrados, y la admiración crecía, De que una cabeza tan pequeña pudiera contener tanta sabiduría. Sería bueno saber qué es lo que el camarada Dieterich realmente quiere decir. Esto no es siempre fácil, ya que utiliza un vocabulario desconocido para,...

 24 REFORMISMO O REVOLUCIÓN. MARXISMO Y SOCIALISMO DEL SIGLO XXI 

,...otros mortales. Los libros de Heinz Dieterich son tan oscuros porque en ellos la confusión se añade a la confusión, y para disimular toda esta confusión, recurre a un lenguaje desconcertante e incomprensible, que se supone que debe crear la impresión de una profundidad de pensamiento que sobrepasa la comprensión. Los escritos de Marx y Engels son tan claros porque tienen un mensaje socialista claro. Marx y Engels escribieron en un lenguaje maravillosamente simple porque estaban escribiendo para los obreros, y cualquier obrero de inteligencia media puede entender sus escritos. Esto no es una casualidad. Un buen escritor es aquel que sabe cómo convertir ideas complejas en simples, mientras que un mal escritor sólo sabe cómo convertir ideas simples en complicadas. A Heinz Dieterich se le puede acusar de muchas cosas, pero nadie le podría acusar de ser un buen escritor. El motivo por el que estos libros son tan difíciles de leer no es porque tengan un contenido profundo, sino justamente por lo contrario. Aquí, la falta absoluta de contenido se ve generosamente compensada por una riqueza de lenguaje complicado, vocabulario poco claro y un auténtico laberinto de enredada sintaxis. Sobre este tipo de cosas el viejo Hegel comentó en una ocasión: “De la misma manera que hay una anchura que está vacía, también hay una profundidad que está vacía”. Estas palabras expresan todo lo que es necesario decir sobre el tema. 

CÓMO HEINZ ‘INTERPRETA’ A CHÁVEZ 

Después de hacer algunas referencias elogiosas a Chávez, Dieterich se ha colocado a sí mismo —y a sus teorías— firmemente en el centro del escenario. Heinz no pierde tiempo en presentar su primera lista, que se saca del bolsillo con la misma habilidad que un ama de casa se saca la lista de la compra en el mercado. Se nos informa que la evolución humana se puede reducir a “tres complejas dimensiones estratégicas”. ¿Por qué tres y no treinta y tres? No lo sabemos. ¿Por qué el camarada Dieterich excluye de su estrategia compleja la genética, la economía, la religión, la filosofía, la política y otras dimensiones de la evolución humana? Es un completo misterio. Es una afirmación arbitraria, como todas las demás afirmaciones arbitrarias que llenan este libro. Uno se da cuenta rápidamente de que Heinz está obsesionado con las iniciales. Empezamos con el NPH (Nuevo Proyecto Histórico), en oposición al viejo PH. Después conocemos los SDC (Sistemas Dinámicos Complejos) y sus primos, los SDCH (Sistemas Dinámicos Complejos Humanos) o SAH (Sistemas Adaptivos Humanos), seguidos por el BRP (Bloque Regional de Poder), el EG (Estado Global), el CPNR (Capitalismo Proteccionista Nacional Regional), las CTN (Corporaciones Trans Nacionales), los CIPC (Complejos de Investigación-Producción-Comercialización) [¡éste me gusta especialmente!], los ZD (Zonas de Dirección) y muchos, muchos más. 

Este método, como el lenguaje incomprensible que habitualmente utiliza, sirve para confundir al lector hasta el punto que éste olvida de qué está escribiendo el camarada Dieterich. Al mismo tiempo, intenta dar a ideas ininteligibles la,...

 1. METODOLOGÍA 25 6. Dieterich, Hugo Chávez y el Socialismo del Siglo XXI, en http://rebelion.org/docs/55395.pdf 

,...falsa apariencia de autoridad y rigor científico. De pronto las ideas más alocadas parecen tan respetables como UNICEF, H2O, o E=mc2. Todo lo que nos falta son las AAA (Aberraciones Abstrusas y Abstractas) y las TIA (Tonterías de Intelectuales Académicos). Pero permitamos al camarada Dieterich continuar con su labor de interpretación: “Lo que el Presidente Hugo Chávez y los marginados de la humanidad buscan y necesitan, no es una nueva crítica (negación) a la mala realidad creada por el capital, sino la alternativa viable de una nueva civilización más humana, es decir una alternativa antisistémica y anticapitalista”6 . Llegados a este punto, el camarada Dieterich se coloca en el lugar que ha aspirado a ocupar desde el principio: el de intérprete oficial de los pensamientos más recónditos del presidente Chávez. Debido a que, al parecer, el Presidente no es capaz de expresar sus pensamientos de manera suficientemente clara, Heinz, muy gentilmente, ofrece sus servicios para explicar estos pensamientos a toda la humanidad. No vemos por qué el presidente Chávez necesite un intérprete. Pero nada de esto importa a Heinz que, como veremos, frecuentemente “interpreta” las ideas del Presidente de una manera que las contradice directamente. Antes de que consideremos la embrollada interpretación socialdemócrata reformista de Dieterich, admiremos una vez más la belleza de su estilo literario. ¿Qué significa “una alternativa antisistémica y anticapitalista”? Si tiene algún sentido, es éste: 

en contra de todos los sistemas en general. Pero ya que sólo se puede reemplazar un sistema por otro (esperemos que mejor), por lo menos en el planeta Tierra, la caracterización de Heinz de su “alternativa viable de una nueva civilización más humana”, nos deja desconcertados. Evidentemente, no es Hugo Chávez sino Heinz Dieterich quien necesita urgentemente un intérprete. Si con esto quiere decir que el socialismo (que por lo que sabemos, es la única alternativa viable de una nueva civilización más humana) sólo se puede conseguir mediante la abolición revolucionaria del sistema capitalista, entonces debería de decirlo claramente. Sin embargo, Heinz prefiere tejer una interminable telaraña de confusión con frases ambiguas en lugar de decir claramente que la única alternativa ante la humanidad es socialismo o barbarie. El motivo de esta ambigüedad quedará más claro a medida que avancemos con paso firme por esta masa de palabras, cortando la prosa espesa e impenetrable del camarada Dieterich, comparado con lo cual, abrirse camino entre la densa y rica vegetación de una selva tropical es un juego de niños. Cuando se ataca a una sepia, ésta lanza a chorros una nube de tinta. Nuestro Heinz lanza a chorros una cantidad de tinta suficiente como para llenar varias veces el Mar Caribe. Cree que cuando estemos rodeados de una cantidad suficiente de esta sustancia negra, nos perderemos en la oscuridad y no podremos detectar el contenido real de su argumento, que es éste: que en el siglo XXI es imposible llevar a cabo una revolución socialista y que, por lo tanto, to,...

- 26 REFORMISMO O REVOLUCIÓN. MARXISMO Y SOCIALISMO DEL SIGLO XXI 7. Dieterich, El Socialismo del Siglo XXI, p 25. 8. Ibíd. 

,...do hombre, mujer y sepia sensatos, tienen que reconciliarse con el capitalismo y la propiedad privada lo mejor que puedan. Tenemos curiosidad por ver cómo Heinz Dieterich pretende compatibilizar este mensaje con el marxismo y el socialismo. Por lo tanto, debemos armarnos de paciencia y hacer un esfuerzo decidido por comprender su significado, a pesar de todos los obstáculos que Heinz coloca en nuestro camino. Después de todo, un libro que promete tanto debe merecer el pequeño esfuerzo que se haga por leerlo. Y al final, esperamos con expectación que nos ilumine acerca del carácter de esta teoría maravillosa y original del socialismo, la sociedad humana, la historia, la cultura, la economía política, la ciencia y la ética que el camarada Dieterich nos promete. DIETERICH Y LA LUCHA DE CLASES “Publicar este libro con el título El Socialismo del Siglo XXI, a poco más de una década de la caída del muro de Berlín, no es, por lo tanto, un acto utópico o de nostalgia. No hay frivolidad ni utopismo ni falta de memoria histórica en su creación. Son los propios tiempos de la evolución social que marcan su aparición”7 . Con estas palabras portentosas, el autor anuncia la publicación de su libro. Nos asegura que en su trabajo no hay “frivolidad” ni “utopismo”, sino el producto inevitable de la Historia. Varios miles de años después de que Moisés bajara del Monte Sinaí con sus tablas de piedra bajo el brazo, el camarada Dieterich nos entrega su libro que, nos asegura, está destinado a jugar precisamente ese mismo papel para los ciudadanos del siglo XXI. Nos promete mucho: 

la reorganización del mundo sobre la base de la paz, la justicia y la democracia participativa. En pocas palabras, ha descubierto la fórmula mágica que la pobre y sufrida humanidad ha estado esperando 10.000 años. Veremos cuánto cumple: 

“Abrumado por la angustia existencial y cotidiana de su reproducción precaria, sin trascendencia espiritual más allá del consumismo trivializador, el enajenado sujeto no puede remediar su situación dentro de la sociedad burguesa, sino solo en un tipo de convivencia cualitativamente diferente [¡!], como es la democracia participativa” .

 

Como corresponde a un Moisés del socialismo del siglo XXI, Heinz Dieterich adopta una pose profética utilizando un lenguaje que haría estremecer incluso a Jean-Paul Sartre. Aquí dejamos atrás el mundo de la política y entramos en el delirio idealista pseudo-psicoanalítico del existencialismo. En lugar de la lucha de clases proletaria, aquí tenemos el “temor y temblor” de un Kierkegaard, en otras palabras, la ansiedad del pequeño burgués que siente cómo el mundo tiembla bajo sus pies y no sabe a dónde agarrarse para no perder el equilibrio. 

1. METODOLOGÍA 27 9. Dieterich, El Socialismo del Siglo XXI, p. 24. 

En lugar del materialismo histórico de Carlos Marx, tenemos una regresión sin sentido al “sujeto enajenado” de Hegel. En el terreno de la economía política Dieterich trata de llevarnos de vuelta a las doctrinas anticuadas y premarxistas de los socialistas utópicos. De la misma manera, en el terreno de la filosofía trata de llevarnos de vuelta al mundo mistificado del idealismo hegeliano. La diferencia es que en los escritos de Hegel, la terminología idealista y oscura sirve para esconder una gran profundidad y riqueza de contenido, mientras que en los escritos de Dieterich, el oscuro modo de expresión sirve para encubrir una completa ausencia de contenido. En todos sus escritos no hay ni un solo átomo de contenido revolucionario de clase. No es por casualidad que el camarada Dieterich evita hacer ninguna declaración clara sobre el programa socialista. En lugar de eso, se refiere a los objetivos de la “paz, democracia real y justicia social”. Estos objetivos loables los comparten el Papa de Roma, los cuáqueros, la Sociedad Protectora de Animales y Plantas, el Consejo de Seguridad de la ONU, todos los vegetarianos y las ancianitas de familias respetables. La clase dominante ni siquiera levantaría una ceja ante semejante programa. El camarada Dieterich nunca enfoca la lucha de clases desde un punto de vista marxista. 

En Socialismo del Siglo XXI en Preguntas y Respuestas, publicado en www.rebelion.org dice: 

“¿Y por qué las clases sociales luchan?”. Y responde:

 “La respuesta es que las clases sociales, por ejemplo, obreros, trabajadores, campesinos, profesionales, pequeños y grandes empresarios, luchan por la riqueza social, es decir, el plusproducto o excedente económico que genera la sociedad. Lamentablemente, esta lucha es comparable a una lucha en una jauría de perros por una presa que no alcanza para todos. Los más fuertes se quedan con la presa y marginan o excluyen a los demás”. 

Hablar de la lucha de clases como una lucha de perros nos dice mucho del punto de vista del autor. No es el punto de vista del marxismo, sino el de un pequeño burgués sentimental que se lamenta de que ricos y pobres no puedan vivir juntos en paz y armonía, en lugar de luchar entre ellos “como animales”. En vez de llegar a un acuerdo amistoso para compartir la presa, “los más fuertes se quedan con ella y marginan o excluyen a los demás”. La respuesta es obvia: los más fuertes deben compartir con los más débiles en nombre de la justicia social, es decir, el león debe yacer con el cordero. ¡Pero este sermón ya lo conocemos! Todos estos amaños y alborotos, simplemente, irritan al lector, que se ve obligado a vadear por páginas y más páginas de palabrería abstracta, con la vana esperanza de encontrar alguna idea coherente al final. Heinz nos informa que en el pasado los partidos obreros “configuraron su proyecto histórico también en torno a cuatro elementos constitutivos: la economía no-mercantil, basada en el valor de uso; la democracia real participativa; el Estado democrático y el sujeto racional-ético autodeterminado”. 

28 REFORMISMO O REVOLUCIÓN. MARXISMO Y SOCIALISMO DEL SIGLO XXI 10. Dieterich, Hugo Chávez y el Socialismo del Siglo XXI, p.32. 11. Ibíd. 12. Ibíd.

A pesar de lo que dice, uno buscará en vano en los programas de todos los partidos obreros del mundo y no encontrará tales profundidades, que son totalmente características de la versión de Dieterich del socialismo del siglo XXI. En todos sus libros y artículos Dieterich se refiere constantemente a “las mayorías”, un término misterioso que nunca define, de manera que nadie sabe lo que significa realmente. Este término no sólo carece de contenido concreto de clase, sino que también desafía las leyes de la lógica formal. Aunque sí es posible hablar de minorías en plural, por definición no puede haber más que una mayoría, no dos. A lo sumo, uno podría hablar de la mayoría (explotada) de la humanidad, en oposición a la minoría de explotadores. Este ejemplo nos muestra cómo, además de entender completamente la cosmología relativista, nuestro Heinz también tiene un conocimiento profundo de las matemáticas. Tomemos el ejemplo de un círculo dividido en dos sectores. El sector “mayoritario” más pequeño posible (en números enteros) sería uno de 181 grados. Este es el sector A-B. Añadamos otro sector mayoritario CD, que sea también de 181 grados. Ahora tenemos un círculo de 362 grados, que por lo menos en el planeta Tierra, es matemáticamente imposible. Pero en el socialismo del siglo XXI, como veremos enseguida, todo es posible. MARIPOSAS Y GUSANOS Con florido sonido de trompetas, el camarada Dieterich anuncia ahora su propósito, nada más y nada menos que

 “…de crear una teoría científica-ética-estética de la transformación social postcapitalista en el siglo XXI”. Esto es realmente excelente. Tendremos una teoría enteramente nueva y original, que no sólo será la llave que abrirá todas las puertas en las esferas científica, ética y estética (es decir, en casi todos los ámbitos), sino que también sentará las bases para “la transformación social postcapitalista en el siglo XXI”. Esta extraordinaria nueva teoría ha sido elaborada “porque la nueva civilización de la democracia participativa será cualitativamente diferente al capitalismo actual, de hecho, tan diferente como, por ejemplo, una mariposa de un gusano”. 

En caso de que alguien no sepa la diferencia entre una mariposa y un gusano, el camarada Dieterich comienza inmediatamente a ilustrarnos en este asunto:

 “Pese a que la mariposa y el gusano comparten un mismo genoma (nacen de las mismas ‘raíces’), evolucionan hacia sistemas de vida cualitativamente diferentes”. 

Habiéndonos revelado esta importante verdad, nuestro erudito amigo procede a explicar (en caso de que no lo supiéramos) en qué consisten estas formas de vida cualitativamente diferentes: “Mientras uno se arrastra por la tierra, el otro vuela por los aires”. 


1. METODOLOGÍA 29 13. Ibíd. 

El lector no puede sino sentir admiración ante una reflexión tan original, que nos informa de que los gusanos se arrastran por el suelo, mientras que las mariposas tienden a volar. Tal profundidad de pensamiento es típica de esas nuevas y originales ideas de la Escuela del Socialismo del Siglo XXI. Y en caso de que nos preguntemos qué tiene todo esto que ver con la materia bajo escrutinio, nuestro amigo Heinz da inmediatamente descanso a nuestras inquietas almas. “Es decir, de los mismos orígenes pueden evolucionar sistemas de vida totalmente diferentes. Y este es el caso del capitalismo y de la democracia participativa”13. De hecho, no sólo los gusanos comparten el mismo genoma con las mariposas, también lo hace Heinz Dieterich y, hasta cierto punto, todos los organismos vivos. Sin embargo, esto no significa que Heinz puede convertirse en mariposa, por mucho que lo intente. Tampoco es posible que el socialismo (o la “democracia participativa”) evolucione de una democracia burguesa formal. La analogía es completamente incorrecta y engañosa. Como es habitual en sus escritos, todo aparece desesperadamente mezclado. Como una colorida mariposa que revolotea de flor en flor, sin posarse jamás en ninguna de ellas, nuestro Heinz revolotea de una idea a otra, sin ofrecernos jamás una posición o unos principios claramente definidos. Toma una o dos frases de Marx, añade un poco de Keynes, echa al azar una cita de Montesquieu, rebusca entre las sobras de Sócrates, Platón y Hobbes y, finalmente, se aleja aleteando en dirección a las tierras del posmodernismo. En simple castellano a esto se le llama eclecticismo. Engels, en su polémica con Dühring (antepasado espiritual de Dieterich), se refería a los escritos de aquel como a “una sopa boba de eclecticismo”. 

Pero, comparados con los libros de Dieterich, los escritos de Dühring eran una mina de oro de sabiduría. El eclecticismo siempre ha sido popular en las universidades, y nunca más que en estos momentos. El nivel de la vida intelectual en la actualidad es incluso más pobre de lo que lo fue en el pasado —al menos en las ciencias sociales—. La mayoría de la filosofía burguesa moderna no merece siquiera la pena ser leída. El sinsentido posmodernista (que ha dejado su marca indeleble en el pensamiento de Dieterich) refleja la desesperación de los intelectuales burgueses en el periodo de decadencia senil del capitalismo. Con la mayor de las desganas, estamos obligados a seguir a esta mariposa a lo largo de su azaroso revoloteo, esperando pacientemente a que alguna idea coherente se desprenda de ella. Al final, nuestra paciencia es recompensada. Finalmente, nuestra mariposa se posa en lo que parece ser un pensamiento concreto: “Pero, si el animal da el salto cualitativo por medio de su predeterminación biológica, ¿qué es lo que generará el nuevo estado social en la humanidad? [sic] La respuesta es evidente: [¿de veras?] la praxis consciente del ser humano. Tal como el gusano desarrolla en su ciclo de vida las condiciones,...

 30 REFORMISMO O REVOLUCIÓN. MARXISMO Y SOCIALISMO DEL SIGLO XXI 14. Ibíd. 15. Ibíd. 

,...objetivas para el despegue de la mariposa, la sociedad capitalista genera las condiciones objetivas para el despegue de la sociedad humana hacia el socialismo de la nueva Era”14. No es siempre fácil interpretar los pensamientos de Heinz Dieterich, muy a menudo ni él mismo parece entenderlos. Pero hagamos un intento de traducir este idioma de mariposas a un lenguaje inteligible. Lo que parece que intenta decir es simplemente esto: el capitalismo está plagado de contradicciones internas y, por tanto, crea las condiciones objetivas para su derrocamiento. Dicho de esta forma, es inmediatamente comprensible y correcto. ¿Pero acaso es realmente nuevo y original? Ya veremos. LO QUE DIETERICH REPRESENTA En una entrevista con Cristina Marcano, publicada en Rebelión el 2 de enero de 2007 con el título En Venezuela se han creado las condiciones para construir el Socialismo del Siglo XXI, Dieterich fue preguntado si él había inventado el concepto de “Socialismo del Siglo XXI”. Con su habitual modestia, respondió: 

“Sí. Lo elaboré a partir de 1996. Fue publicado junto con la teoría correspondiente en forma de libro, a partir del 2000 en México, Ecuador, Argentina, Centroamérica, Brasil, Venezuela y, fuera de América Latina, en España, Alemania, la República Popular de China, Rusia y Turquía. 

Desde el 2001 ha sido asimilado en todo el mundo. Presidentes como Hugo Chávez y Rafael Correa lo utilizan constantemente, al igual que movimientos obreros, campesinos, intelectuales y partidos políticos”. Ahora bien, con todo el respeto debido a Heinz, hay más de una persona en el mundo que defiende el socialismo, no sólo como concepto sino como una proposición práctica y una necesidad para la raza humana. Y, ya que durante los últimos años todos hemos estado viviendo en el siglo XXI, hay más de una o dos personas que son socialistas del siglo XXI. Éstos no requirieron la ayuda de Heinz Dieterich para inventarlo. Pero, con o sin nuestro permiso, él lo ha inventado de todas maneras. ¿Qué es exactamente lo que ha inventado? Así continúa: “Junto con la teoría del socialismo del siglo XXI avancé la teoría de la transición latinoamericana que se plasmó en conceptos clave como el Bloque Regional de Poder (BRP), también ya de uso generalizado en América Latina. En cambio, el concepto Bloque Regional de Poder Popular (BRPP) fue propuesto por un amigo venezolano, Douglas Pérez, en una reunión de trabajo hace tres meses”15. Que este “concepto” fuera discutido en una reunión de trabajo es altamente apropiado, ya que, como veremos, todos los conceptos de Heinz Dieterich tienen un carácter exclusivamente burgués y no desafían al capitalismo en,...

 1. METODOLOGÍA 31 16. Ibíd. 17. Ibíd. 18. Ibíd. 

,...sentido, forma o modo alguno. Cuando se le pide que explique brevemente en qué consiste este nuevo socialismo, Heinz dice: “Dicho en una frase: [Un socialismo en el] que las mayorías tengan el mayor grado de decisión históricamente posible en las instituciones económicas, políticas, culturales y militares, que rigen su vida”16. Esta es una intención loable. Pero preguntémonos en qué consiste este “mayor grado de decisión históricamente posible”. En un régimen burgués formalmente democrático, se permite a los ciudadanos que participen en el proceso de toma de decisiones poniendo una cruz sobre un trozo de papel cada cuatro o cinco años. Pero las decisiones reales no se toman en un parlamento burgués o en un gabinete ministerial, sino en las juntas directivas de los grandes bancos y monopolios, que ejercen un poder absoluto sobre la vida económica de la nación. A menos que este poder sea roto, todo lo que sea hablar de poder de decisión es sólo un parloteo vacuo. 

¿Propone el modelo de Dieterich alguna medida para romper el poder de los terratenientes, banqueros y capitalistas? 

No, no lo hace. Cuando se le pregunta qué paso decisivo debería tomar el presidente Chávez, primero nos dice enfáticamente qué es lo que no debería hacer: no debería tocar la propiedad privada. “No es la estatización generalizada de la propiedad privada, porque no resuelve el problema cibernético del mercado. No lo hizo en el pasado y no lo haría hoy. El socialismo hoy día es esencialmente un problema de complejidad informática”. Más tarde volveremos sobre la idea de que el socialismo es “esencialmente un problema de complejidad informática” y “el problema cibernético del mercado”. 

Por el momento, tomaremos nota del hecho de que el inventor del socialismo del siglo XXI se opone a la nacionalización de la propiedad de la oligarquía (la inclusión del término “generalizada” no es más que una hoja de parra para ocultar este hecho). Hasta ahora hemos aprendido qué es lo que Chávez no debería hacer. 

¿Pero qué es lo que debería estar haciendo? 

Permitamos a Heinz expresarse en su propia jerga: 

“De ahí, que el paso trascendental consiste en establecer una contabilidad socialista (valor) al lado de la contabilidad capitalista (precio), en el Estado, en PDVSA-CVG, y en las cooperativas, a fin de construir un circuito económico productivo y de circulación paralelo al de la economía de mercado capitalista. La economía de las entidades estatales y sociales puede desplazarse paso a paso hacia la economía de valor y ganándole terreno al circuito de reproducción capitalista, hasta desplazarlo en el futuro. Dado que las escalas de valorización por precios, valores y también volúmenes, son comensurables, no hay rupturas en los intercambios económicos que podrían causarle un problema político al gobierno. En todo esto juegan un papel importante el Estado y las mayorías, pero ambas están hoy día mayoritariamente con el proyecto del Presidente”. 

32 REFORMISMO O REVOLUCIÓN. MARXISMO Y SOCIALISMO DEL SIGLO XXI 19. 

Ver entrevista En Venezuela se han creado condiciones para construir el Socialismo del Siglo XXI, en Rebelión, 2/1/07. En primer lugar, 

¿es realmente cierto que el Estado en Venezuela está “mayoritariamente” con el Presidente?

 Chávez ha manifestado en numerosas ocasiones que se enfrenta a la oposición sistemática y al sabotaje de la burocracia que ocupa lugares clave dentro del Estado. Se ha referido a ésta como la burocracia contrarrevolucionaria que sobrevive de la IV República y también una nueva burocracia —gente que viste camisetas rojas y que se declara chavista—, pero que son, de hecho, la Quinta Columna de la contrarrevolución. 

¿Por qué el camarada Dieterich no menciona esto? 

¿Por qué ignora este hecho, que es conocido no sólo por el presidente Chávez, sino por todo obrero y campesino venezolano? 

¿Acaso no puede ver lo que es evidente? 

O no lo ve, en cuyo caso está completamente ciego, o lo ve pero prefiere no mencionarlo, minimizarlo y tratar de ocultarlo. El primer caso indicaría estupidez extrema y frivolidad. El segundo sería un crimen contra la revolución. Cualquier persona que piense con claridad sabe que el problema del poder del Estado es el problema central de la revolución, y también que este problema no ha sido resuelto todavía. La Revolución Bolivariana nunca triunfará a menos que se arme con una buena escoba para barrer toda la basura, la corrupción y el arribismo, todos los nidos de la contrarrevolución que han encontrado refugio en el Estado y están royendo las entrañas de la revolución y socavándola desde dentro. Esto significa una lucha feroz contra la burocracia y la contrarrevolución, que se resistirá con todos los medios a su alcance. Esto sólo se podrá lograr con la movilización revolucionaria de las masas. El Estado jamás se purgará a sí mismo. La historia muestra que las fuerzas del viejo orden social se resistirán al cambio y que esta resistencia debe ser superada por medios revolucionarios. ¿Qué dice el camarada Dieterich sobre todo esto? La gran revolución propuesta por Heinz Dieterich, el paso trascendental, es una cuestión de contabilidad. Es una revolución que podemos llevar a cabo sin quitarnos las zapatillas de andar por casa. Es el tipo de revolución que ni rompe ventanas, ni ofende ni causa problemas a nadie. No perturba el sistema nervioso de nadie, ni causa úlceras pépticas. Puede realizarse durante la noche, para no perturbar el sueño de los ciudadanos respetables. Resumiendo, es el tipo de revolución con la que toda persona en sus cabales sueña. ¡Uno se pregunta por qué nadie ha pensado en ello antes! ¿Por qué tal revolución no ha de molestar a nadie? Por la sencilla razón de que no supone cambio alguno en absoluto, es sencillamente una continuación del statu quo. De lo que estamos hablando es de una economía mixta: la típica idea de reformistas y socialdemócratas. Aquí, por una vez, Heinz es excepcionalmente franco e inequívoco: 

“La economía de las entidades estatales y sociales puede desplazarse paso a paso hacia la economía de valor y ganándole terreno al circuito de reproducción capitalista, hasta desplazarlo en el futuro”19. Esta idea di,...

- 1. METODOLOGÍA 33 20. Ibíd. 21. Ibí    

,...difícilmente es nueva. Ha sido lanzada una y otra vez por todo reformista y revisionista desde Bernstein. La idea es que el sector estatal coexista con el sector privado y, lenta, gradual y pacíficamente, el primero desplace al segundo, hasta que finalmente, el capitalismo desaparezca sin que nadie se dé cuenta. Todo reformista ha soñado con ir paso a paso hacia el socialismo, con una transformación social pacífica, sin choques, sacudidas o disgustos, al igual que todo vegetariano sueña con un mundo en el que los tigres coman lechuga. Pero tales ejemplos en la historia de la humanidad son aún más raros que tigres vegetarianos en la naturaleza. Por supuesto, nada nos impide desarrollar tales “conceptos” —al igual que nada nos impide caer en un dulce sopor después de una copiosa comida—. Heinz Dieterich hace hincapié en que la transición del capitalismo al socialismo será gradual. En cierto sentido esto es verdad. No es posible saltar directamente del capitalismo al socialismo. Pero antes de que podamos dar un paso hacia el socialismo es necesario llevar a cabo una ruptura decisiva con el capitalismo. Es necesario expropiar a los terratenientes, banqueros y capitalistas. Y eso es lo que él se niega a aceptar. Heinz se extiende sobre su idea de un “circuito paralelo de la economía del valor”, en castellano simple, una economía mixta. “Generar este circuito paralelo de la economía de valor sería relativamente fácil, porque los valores existen en forma subyacente en la actual contabilidad capitalista. De tal manera, que con el desarrollo de un software respectivo sería muy fácil establecer este circuito económico socialista al lado del capitalista. Sin este paso a la economía de equivalencia, no hay posibilidad de tener una economía socialista”20. Más tarde veremos que, lejos de ser fácil, calcular la cantidad exacta de trabajo socialmente necesario dentro de una mercancía es una tarea prácticamente imposible, y en cualquier caso, algo totalmente innecesario para una economía socialista, lo que es exactamente lo opuesto a lo que nuestro Heinz mantiene. Y en qué sentido la presencia de la llamada contabilidad socialista desplazaría a la contabilidad capitalita (en precios) sólo Dios y Heinz Dieterich lo saben. ¿Cuál sería el paso decisivo que el presidente Chávez tendría que tomar para llegar al socialismo del siglo XXI en Venezuela? Así responde el camarada Dieterich a cuestión tan pertinente: “Son dos: 1. reemplazar gradualmente el principio regulador de la economía de mercado, el precio, por el principio regulador de la economía socialista, el valor, entendido este como los insumos de tiempo (time inputs) necesarios para la generación de un producto; 2. avanzar la participación económica de ciudadanos y trabajadores en tres niveles: 1. en lo macroeconómico (p.e., el presupuesto nacional); 2. en lo mesoeconómico (municipio) y, 3. en lo microeconómico (empresa)”21. Lidiaremos en otra sección con las teorías económicas del socialismo del siglo XXI. Por el momento, señalamos meramente que; 34 REFORMISMO O REVOLUCIÓN. MARXISMO Y SOCIALISMO DEL SIGLO XXI Heinz Dieterich se opone a la nacionalización y está a favor de una economía mixta —es decir, capitalismo—. Se opone a la revolución y está a favor del gradualismo (es decir, reforma gradual) 3) Esto no tiene nada que ver con marxismo o socialismo revolucionario. Es meramente el viejo reformismo recalentado y servido como la última novedad en el menú del día. REFORMISMO EN AMÉRICA LATINA El reformismo tiene una base material. Prosperó en países como Suecia y el Reino Unido durante el largo periodo de crecimiento económico que siguió a la Segunda Guerra Mundial. Este crecimiento permitió a la burguesía ofrecer importantes concesiones a la clase obrera, utilizando políticas económicas keynesianas. Durante algunas décadas, la lucha de clases en Europa se suavizó. Pero este periodo fue interrumpido por la recesión de 1973-74. Durante los últimos 30 años, los gobiernos reformistas en Europa han llevado a cabo un programa de contrarreformas, recortes y ataques a los niveles de vida. En un capítulo posterior explicaremos las razones de esto. Valga por ahora decir que incluso en los países “ricos”, como los Estados Unidos y los que forman Europa Occidental, bajo las condiciones actuales, el reformismo y el keynesianismo están en crisis. Las cosas están aún más claras en América Latina. Aquí la crisis es demasiado profunda y las condiciones de la masas demasiado desesperadas, como para permitir soluciones a medias. La existencia de altos décifits no permite la aplicación de esas recetas keynesianas que el camarada Dieterich considera como el remedio infalible contra todo mal. De hecho, el intento de seguir tales políticas en las décadas de 1960 y 1970 fue precisamente la causa de los déficits enormes y de la hiperinflación, que tuvieron unos efectos tan catastróficos. Más adelante trataremos esta cuestión. Por ahora, es suficiente con señalar el hecho evidente de que la debilidad histórica del reformismo y la socialdemocracia en América Latina es el resultado de la extrema debilidad del capitalismo latinoamericano y la imposibilidad de resolver los más acuciantes problemas de los obreros y los campesinos sobre una base capitalista. Recientemente ha habido algunos intentos de infundir un soplo de vida al reformismo y “la tercera vía” en América latina. No es casualidad. Los estrategas del capitalismo han comprendido el peligro del movimiento revolucionario en América Latina. Comprenden el peligro mortal que supone la revolución venezolana y temen (con razón) que pueda extenderse a lo largo y a lo ancho del continente. En el pasado ya habrían mandado a los marines. Pero esto ya no es tan fácil. De modo que tienen que echar mano de otros medios para detener la revolución y desviarla por canales más seguros para ellos. Aquí, los reformistas de diferentes tendencias pueden jugar un papel muy importante como segunda línea de defensa del capitalismo. 1. METODOLOGÍA 35 22. Dieterich, El Socialismo del Siglo XXI, p. 29. Énfasis en el original. Un intento de promover el reformismo en América Latina fue el Foro Internacional de Porto Alegre, en Brasil, al que Heinz Dieterich toma como su punto de partida. Éste incluía grupos y movimientos tan heterogéneos como los zapatistas mexicanos, los colombianos de las FARC y el ELN, ATTAC y Le Monde Diplomatique, el Partido de los Trabajadores de Brasil, bolivarianos venezolanos y otros grupos e individuos. Algunas de estas organizaciones, como el PT brasileño o el movimiento bolivariano, representan una fuerza significativa con una base formidable de obreros y campesinos, mientras que otros representan sólo a pequeños círculos de intelectuales. Asistieron también un cierto número de intelectuales que sólo se representaban a sí mismos. El Foro Social Mundial no supuso desafío alguno al capitalismo. Sus primeros mítines fueron financiados, entre otras entidades, por la Fundación Ford. Entrevistada a propósito de la participación de la Fundación Ford en el FSM, Lisa Jordan, una ejecutiva de la Fundación, tenía esto que decir (en OpenDemocracy): “¿Por qué ha participado Ford en el Foro Social Mundial?” “Lisa Jordan: Valoramos un diálogo cívico y global sobre problemas globales. No creemos que las soluciones hayan de encontrarse sólo en un sector. Los gobiernos, los empresarios y la sociedad civil no pueden solucionar los problemas de forma separada. Debe haber diálogo entre estos tres grupos”. Cuando algunos grupos criticaron el Foro por no ser revolucionario, esta persona contestó con una franqueza admirable: “Para ser justos, el Foro jamás ha dicho que es una agrupación revolucionaria. Sus principios declarados son los de la no violencia. La no violencia es fundamental para cómo se autodefine. Siempre ha habido una agenda pacífica muy fuerte en el Foro; el Foro del año pasado sacó una declaración muy hermosa y profunda a favor de la paz”. Parece que el Foro estaba conectado por línea telefónica con otro Foro que tenía lugar al otro lado del mundo, la conferencia de banqueros y capitalistas en Davos, Suiza. Este pequeño detalle habla una enormidad sobre la mentalidad y posición política de los organizadores de la reunión de Porto Alegre. Desafortunadamente, esa conexión con Davos no trajo fruto alguno, por la simple razón de que el conflicto entre opresores y oprimidos no puede ser resuelto por una conversación telefónica o de cualquier otro tipo. Es una cuestión de intereses mutuamente excluyentes. El Foro de Porto Alegre era tal potaje de diferentes grupos e individuos, que resultó difícil ponerse de acuerdo en algo. Dieterich nos informa de que, tan pronto como surgió la cuestión del socialismo, empezaron los problemas: “Al día siguiente, el intelectual chileno Ariel Dorfman rechazó que en un foro ‘tan abierto’ se planteara que el socialismo fuera la única opción. ‘Creo que no hay que entrar en ampulosidades grandilocuentes’, dijo Dorfman, y recalcó que el de Porto Alegre no era un foro para ‘un retorno al pasado’. ‘No puedo decir cuál es la opción viable y creo que ni aquí ni en Davos lo sabemos’, terminó el escritor, enfatizando que es demasiado pronto ‘para formular un programa único de acción”22. 36 REFORMISMO O REVOLUCIÓN. MARXISMO Y SOCIALISMO DEL SIGLO XXI 23. Dieterich, El Socialismo del Siglo XXI, p. 28. Sólo en una cosa podemos estar de acuerdo con Ariel Dorfman. Que aquel no tiene la menor idea de la naturaleza de la presente crisis mundial y, por tanto, no tiene absolutamente nada que ofrecer como alternativa. También tendemos a la opinión de que, como él, el resto del Foro de Porto Alegre se encontraba en la oscuridad más absoluta. Al final, Porto Alegre representaba un callejón sin salida. No ofrecía ningún programa serio para cambiar la sociedad. Era necesario saltar por encima de las limitaciones del reformismo y poner en el orden del día la única alternativa real: la transformación socialista de la sociedad. Recordemos que Hugo Chávez, que estaba presente en Porto Alegre, originalmente tenía ilusiones en la “tercera vía” (una frase acuñada por Tony Blair) y creía en la posibilidad de reformar el capitalismo. Su ideal no fue originalmente el socialismo, sino el “capitalismo con rostro humano”. Pero tras la experiencia de los primeros años de la Revolución Bolivariana, Chávez sacó la conclusión de que eso era imposible, y que la tercera vía era un timo —en sus propias palabras, una farsa—. El presidente Chávez, para su gran crédito, planteó la cuestión del socialismo, mientras Dieterich está haciendo todo lo posible para arrastrar la Revolución Bolivariana lejos de la revolución socialista y hacia el pantano de políticas burguesas y reformistas. ¿Qué es lo que Heinz Dieterich esperaba del Foro de Porto Alegre? Citemos sus palabras: “La gran interrogante para los de abajo es, por lo tanto, ¿cómo acumular este poder necesario y suficiente, para voltear el mundo sobre la cabeza? ¿Cómo convertir las mayorías en amos de la sociedad global? La respuesta es obvia [¿De veras?]: mediante el Nuevo Proyecto Histórico (NPH) construido por ellas. Su contenido: la democracia participativa. Este es el tema de este libro”23. No es éste un propósito pequeño; es “voltear el mundo sobre la cabeza” y “convertir las mayorías en amos de la sociedad global”. ¿Y cómo lograremos este objetivo? La respuesta es obvia: mediante el Nuevo Proyecto Histórico (NPH). Ahora bien, es razonable pensar que, si algo es obvio, sólo un tonto puede no verlo. En el famoso cuento de Hans Christian Andersen, un estafador persuadió al emperador para que vistiera un traje invisible, que, según la opinión de todo el mundo, era obviamente muy elegante. Al final, un muchachito que ignoraba tal propósito comentó que el emperador se paseaba por ahí en pelota. Sus observaciones probablemente no fueron del agrado del emperador ni de sus cortesanos, pero tenían el mérito de ser ciertas. Como el muchachito del cuento, nosotros tampoco somos lo suficientemente listos como para aceptar un argumento simplemente porque alguien nos asegura que es obvio. Nos gustaría tener algo más de información y, si es posible, alguna evidencia de que estas extraordinarias aseveraciones son, de hecho, correctas. 1. METODOLOGÍA 37 24. Dieterich, Hugo Chávez y el Socialismo del Siglo XXI. 25. Ibíd. LOS MENTORES DE DIETERICH Heinz dice: “Hay dos escuelas de pensamiento que han avanzado de manera independiente esa opción [¿qué opción?] de la nueva sociedad en sus investigaciones sobre el Socialismo del Siglo XXI; la llamada ‘Escuela de Escocia’ [¿?], en los brillantes trabajos del experto en computación, Paul Cockshott y del economista Allin Cottrell; y la así denominada ‘Escuela de Bremen’ (RFA), en torno al genio universal Arno Peters, al matemático Carsten Stahmer, al físico cubano Raimundo Franco y el que suscribe”24. Debemos creer lo que Heinz nos cuenta, ya que no nos dice precisamente en qué consiste el contenido de estas llamadas escuelas. Esto es sorprendente, pues si son realmente tan importantes como nuestro amigo sugiere, seguramente podría haber escrito unas pocas líneas más para revelarnos el secreto. Pero éste lo tiene bien guardado. Con todo el respeto debido a las escuelas escocesa y de Bremen y sus genios universales, nosotros tenemos preferencia por otra completamente diferente: la escuela del marxismo revolucionario. Y, sin perjuicio para Dieterich y sus amigos, seguiremos defendiendo las ideas de Marx, Engels, Lenin y Trotsky contra cualquier ataque; no sólo contra los ataques de los burgueses enemigos del socialismo, sino también contra los reformistas que representan la quintacolumna de la burguesía dentro del movimiento obrero. El tipo de reformismo encarnado por la socialdemocracia europea repele inmediatamente a los elementos radicales de América Latina. Pero hay otros tipos de reformismo con una coloración más radical e “izquierdista”. La mayoría de estos viene también de Europa (a pesar de los constantes llamados de Heinz Dieterich a la Patria Grande). Salen de las universidades de Alemania, Francia e Italia, donde ex revolucionarios achacosos purgan sus pecados de juventud mientras se entretienen en la búsqueda del Santo Grial de la sociedad poscapitalista. Heinz cita a otros correligionarios. Pero, aunque Dieterich encuentra sus escritos muy interesantes, éstos no son naturalmente suficientes para satisfacer su mente exigente: “Sin embargo, pese a su riqueza cognitiva, proporcionan una base de conocimiento insuficiente para responder adecuadamente al llamado del Comandante Chávez. Es decir, su lectura es una condición necesaria para la construcción de la nueva teoría, pero no es suficiente”25. Con tantas escuelas, todas ellas compitiendo por el honor de ser los verdaderos fundadores del socialismo del siglo XXI, el lector tiene la sensación de que la cabeza comienza a darle vueltas. Estamos acostumbrados a una situación donde no hay suficientes escuelas y demasiados alumnos. Pero en el mundo del siglo XXI de Heinz Dieterich existe un superávit de Escuelas y una escasez de alumnos. No obstante, se nos informa, que esto no es suficiente. Todos estos pensadores y todas estas Escuelas no pueden sino recordarnos a Juan Bautista y 38 REFORMISMO O REVOLUCIÓN. MARXISMO Y SOCIALISMO DEL SIGLO XXI otros antiguos profetas, condenados a ser la voz que clama en el desierto, preparando la llegada de Heinz Dieterich, que viene, con una brújula en la mano y un libro bajo el brazo, para anunciar la buena nueva del socialismo del siglo XXI. De la existencia de la supuesta Escuela de Bremen o de la Escuela de Escocia nunca habíamos sabido hasta que abrimos los libros de Heinz Dieterich. Parece ser que la primera se refiere a las ideas de Arno Peters (una escuela de un solo hombre, por tanto), y hacia allí dirigimos nuestra atención. Los catedráticos de universidad tienen una notoria tendencia a formar sociedades de admiración mutua, y el camarada Dieterich no podía ser una excepción. Para nuestro Heinz, Arno Peters es uno de los grandes genios, si no el más grande, de nuestra época. En la página 38 de El Socialismo del Siglo XXI, leemos lo siguiente: “Al científico Arno Peters pertenece el mérito de haber descubierto el principio de la futura economía socialista, partiendo de las deficiencias estructurales de la economía nacional de mercado”. En nuestra inocencia, siempre pensamos que fue Carlos Marx quien descubrió el principio del socialismo y explicó cómo este nacía de las contradicciones del capitalismo, es decir, de la contradicción entre el desarrollo de las fuerzas productivas bajo el capitalismo y las barreras de la propiedad privada y el Estado nacional. Pero Heinz Dieterich nos ha corregido, informándonos de que este descubrimiento es fruto del trabajo de, y nada más que de, su amigo Arno Peters, y de ningún otro. Y si Heinz Dieterich lo dice, así será. Todo esto nos trae a la mente el viejo dicho: para el ratón ningún animal es más fuerte que el gato. Pero veamos en qué consiste su genio universal. Como Heinz, Arno Peters es un diletante. Es decir, le gusta tocar tantos temas como sea posible. De esta manera, claro, nunca se aburrirá. Arno comenzó como realizador cinematográfico y, según dicen, produjo películas que no estaban nada mal. Pero luego se cansó de ello y decidió hacer algo nuevo. Consiguió su doctorado en la Universidad de Berlín con una tesis sobre propaganda política. Pero esto tampoco era suficiente para el inquieto espíritu de Arno. Pasó a estudiar la Historia del Mundo de Synchronoptic. Para el que no lo sepa, esto es Historia que se centra en dar a todo el mundo la misma voz, haciendo una línea de tiempo en la que cada año consigue el mismo espacio en cada página. Esta fue la primera victoria del profesor Peters en su lucha por la igualdad. Pero el mayor logro de Peters fue el desarrollo del Mapamundi de Peters. Este era un concepto enteramente nuevo que, de un golpe, estableció el principio de la Igualdad Cartográfica. Aunque algunos críticos hicieron desagradables comentarios sobre su mapa (“las masas terrestres parecen ropa interior de invierno arrugada y mojada, que se ha colgado a secar sobre el Círculo Polar Ártico”, escribió uno de ellos), Peters había triunfado. Después de establecer el derecho de todo el mundo a un espacio igual en la hoja impresa, establecía también el derecho a un espacio igual en el mapa. Los logros de Peters como cartógrafo han sido exagerados. Peters afirmaba haber descubierto algo nuevo. No fue así. Afirmaba que la nueva proyección no distorsionaría las áreas. Lo hace. Desde la época de Tolomeo, en el siglo II, 1. METODOLOGÍA 39 los cartógrafos se las han visto con el problema de dibujar un mundo redondo en un trozo de papel plano, sabiendo que no hay una solución perfecta, ya que, si las formas continentales son correctas, el tamaño estará distorsionado, y a la inversa. Por ejemplo, si las latitudes bajas son descritas con precisión, entonces las regiones polares estarán burdamente distorsionadas. De hecho, sólo un globo puede mostrar todas las relaciones geográficas con una perspectiva correcta. Por tanto, en el mejor de los casos, el mapa de Peters representa al mundo con distorsiones diferentes de las distorsiones a las que ya estamos acostumbrados. He aquí la suma total de sus logros apoteósicos en la esfera de la cartografía. Este logro genial tuvo lugar en 1974. Desde entonces, se han producido muchos atlas, pero, por desgracia, sólo una minoría de ellos presta alguna atención al modelo de Peters. Más aún, a pesar de haber proclamado la igualdad en mapas y letra impresa, las desigualdades en el mundo real son ahora incluso mayores de lo que lo eran en 1974. La brecha entre las naciones industrializadas y desarrolladas y las economías de África, Asia y América Latina ha crecido sin cesar. Si la diferencia fuera a expresarse en un mapa, los continentes estarían separados totalmente. Desgraciadamente, alcanzar igualdad verdadera requiere de medidas un tanto más drásticas que redibujar mapas. Después de enviar a Tolomeo y Copérnico al baúl de los recuerdos, Arno Peters decidió pasar de la cartografía al ámbito de la política, la historia y la economía, donde inmediatamente prescindió de los Adam Smith, Ricardo, Marx y Engels. Para alguien que no encuentra ninguna dificultad en cambiar la forma entera del globo terrestre, abriendo la época de igualdad cartográfica, esto no debió suponer problema alguno. Arno Peters reveló entonces al mundo la verdadera manera de conseguir igualdad, la llave que abría todas las puertas, la piedra filosofal del siglo XXI: el principio de equivalencia. Trataremos de éste y otros temas interesantes en uno de los siguientes capítulos. Ahora debemos volar en pos de la estela del camarada Dieterich, quien nos conducirá por los reinos etéreos de la ciencia y la filosofía, donde, sin duda alguna, experimentaremos nuevas y sorprendentes aventuras. 2. Filosofía y ciencia LA CRISIS DE LA FILOSOFÍA MODERNA Polonio: ¿Qué leéis, mi señor? Hamlet: Palabras, palabras, palabras. Shakespeare, Hamlet, Acto II, Escena II. La crisis del sistema capitalista se refleja en una crisis de los valores burgueses, la moralidad, la religión, la política y la filosofía. El pesimismo que aflige a la burguesía y a sus ideólogos en este periodo se manifiesta en la pobreza de su pensamiento, la trivialidad de su arte y el vacío de sus valores espirituales. Se expresa en el espantajo filosófico posmodernista, que se imagina superior a toda la filosofía anterior, cuando en realidad es absolutamente inferior. En su juventud, la burguesía fue capaz de producir grandes pensadores: Locke, Hobbes, Kant, Hegel, Adam Smith y Ricardo. En la época de su declive es sólo capaz de producir pigmeos intelectuales. Hablan del fin de las ideologías y de la historia. No creen en el progreso, porque la burguesía hace ya tiempo que dejó de ser progresista. Cuando hablan del fin de la historia, lo hacen porque han acabado en un callejón sin salida histórico y no ven luz alguna al final del túnel. Hablan del fin de las ideologías, porque ya no son capaces de producir una. Los filósofos burgueses contemporáneos imaginan que han acabado con la vieja filosofía (o metafísica, como la llaman con desdén), pero su imaginaria victoria es como la del sastrecillo valiente de los hermanos Grimm, que “mató a siete de un solo golpe”. Una pena que las siete víctimas del sastrecillo fueran moscas, y no hombres. Nuestros filósofos contemporáneos son, por utilizar la expresión alemana, unos simples matapulgas (flohknacker). La filosofía burguesa contemporánea supone la total disolución de la filosofía, reduciéndola por completo a la semántica (el estudio del significado de las palabras). Esta eterna discusión sobre las minucias de los distintos significados recuerda sobremanera a esos interminables debates de los escolásticos medievales a propósito del sexo de los ángeles y sobre cuántos de éstos podían bailar en la punta de un alfiler. Esta comparación no es tan absurda como podría parecer. En verdad, los escolásticos no eran tontos e hicieron algunos progresos en lógica y semántica (como hacen sus equivalentes modernos). El problema es que en su obsesión por 42 REFORMISMO O REVOLUCIÓN. MARXISMO Y SOCIALISMO DEL SIGLO XXI las formas, olvidaron por completo el contenido. En tanto en cuanto se siguieran las reglas formales, el contenido podía ser tan absurdo como uno quisiera. El hecho de que a todos estos malabarismos verbales y juegos de palabras se les haya concedido el rango de filosofía es prueba del declinar del pensamiento burgués moderno. Hegel escribió en Fenomenología: “Por lo poco con lo que el espíritu humano se siente satisfecho, podemos juzgar la medida de su pérdida”. Ese podría ser un epitafio apropiado para la filosofía burguesa posterior a Hegel. La filosofía burguesa contemporánea alega haber resuelto todos los grandes problemas filosóficos del pasado. ¿Cómo ha logrado tal proeza? Analizando las palabras. Todas las grandes batallas de la Primera y Segunda Guerras Mundiales junto a Austerlitz y Waterloo palidecen ante tamaña victoria. ¿Pero qué es el lenguaje sino ideas expresadas en el discurso? Si decimos que lo único que podemos conocer es el lenguaje, lo único que hacemos es restablecer de una manera diferente la vieja y desgastada noción del idealismo subjetivo, la cual afirma que sólo podemos conocer las ideas o, más correctamente, mis ideas. Filosóficamente, esto es un callejón sin salida y, como Lenin explicó hace ya algún tiempo, sólo puede conducir al solipsismo, es decir, a la noción de que sólo yo existo. El obrero trabaja con sus herramientas y las materias primas que la naturaleza le suministra. Con la ayuda de estas cosas materiales, el hombre transforma el mundo y controla su entorno. Y, transformando el mundo en torno suyo, el hombre se ha transformado también a sí mismo. Gradualmente, el hombre se ha elevado por encima del nivel de los animales hasta llegar a ser humano. Es esta incesante actividad humana —la creatividad que nace del trabajo colectivo humano— lo que nos ha convertido en lo que somos. Es la base de todo progreso humano, cultura y conocimiento. El albañil trabaja con ladrillos, el pintor con pintura, el herrero con hierro y el carpintero con madera. Pero el intelectual trabaja sólo con palabras. Se gana el pan diariamente con ellas, llenan su vida y le ofrecen trabajo y placer. Le enardecen o deprimen, le dan y le quitan su reputación. Actúan como un hechizo mágico; y encantos y hechizos han de ser invocados con palabras. También le dan poder sobre otros seres humanos. En las sociedades más primitivas ciertas palabras eran tabú, como ocurre también ahora. A los antiguos israelitas no se les permitía pronunciar el nombre de su Dios. Ahora no se nos permite pronunciar la palabra “capitalismo”. Debemos decir, por el contrario, “la economía de libre mercado”. En sí mismo esto es producto del desarrollo de las fuerzas productivas y de las condiciones materiales para el desarrollo social humano. Una vez que los medios de producción se han desarrollado hasta un cierto nivel, se genera una plusvalía. La división del trabajo (presente en las primeras sociedades de forma embrionaria) es la base sobre la que se levanta una clase de individuos que, libres de la necesidad de trabajar para producir su manutención, pueden dedicarse a actividades especializadas. Con un mayor desarrollo de la capacidad productiva de la sociedad, viene una mayor intensificación de la división social 2. FILOSOFÍA Y CIENCIA 43 del trabajo, expresada en el surgir de las castas y las clases. La sociedad se divide entre quienes gobiernan y aquellos que son gobernados, explotadores y explotados. En ese punto la conciencia adquiere una vida propia e independiente. Se abre una brecha entre el trabajo mental y manual. Los sacerdotes y escribas del antiguo Egipto fueron conscientes del poder material de las ideas y las palabras, que les conferían poder y autoridad sobre sus semejantes. La división de la sociedad entre pensadores y hacedores data de aquella época, como Aristóteles señala en su obra Metafísica. Desde esos tiempos remotos, las capas privilegiadas que disfrutaban el monopolio de la cultura han considerado el trabajo manual con desprecio. Para el intelectual, la realidad está hecha de palabras. Para él, es cierto que “Al principio fue el verbo, y el verbo era con Dios y el verbo era Dios”. La idea —o más correctamente, el prejuicio— del intelectual que otorga a las palabras una importancia sobrenatural, es meramente un reflejo de las condiciones reales de la existencia de éste. En el posmodernismo la narrativa es todo, y sólo podemos conocer el mundo a través de las palabras de los individuos. Aquí, el lenguaje no aparece como un fenómeno que conecta a la gente con el mundo y entre sí, sino como algo que los separa y aísla. Es una barrera, más allá de la cual no podemos conocer nada. La mistificación de la palabra por el intelectual no es, por tanto, nueva. Tiene sus raíces en la división entre trabajo mental y manual. Pero en la filosofía burguesa contemporánea ha adquirido su última expresión. Esto no resulta sorprendente, dado que la brecha entre ricos y pobres, entre los que tienen y los que no, entre “cultos” e ignorantes es mayor ahora que nunca antes en la Historia. Las masas han sido expropiadas, no sólo físicamente, sino también moral y culturalmente. El lenguaje de la ciencia es completamente inaccesible para la gran mayoría de ciudadanos educados, no hablemos ya de los no educados. Y la situación es aún peor con la filosofía, que está completamente empantanada en un miasma de oscurantismo terminológico, que, comparado con él, el lenguaje de los escolásticos medievales se revela como modelo de claridad. La prosa del profesor Dieterich es una muestra perfecta de este género literario. LA NECESIDAD DE LA DIALÉCTICA La filosofía burguesa moderna se ha convertido en algo árido y atrofiado. Está lejos de la realidad y muestra un absoluto desprecio por la vida de la gente corriente. No es sorprendente, por tanto, que la gente la trate también con desprecio. En ningún otro momento de la historia la filosofía ha parecido tan irrelevante como en el presente. La total bancarrota de la filosofía burguesa moderna puede ser explicada en parte por el hecho de que Hegel llevó la filosofía tradicional a sus límites, dejando muy poco espacio para continuar desarrollando la filosofía como filosofía. Pero la razón más importante para esta crisis de la filosofía es el desarrollo de la ciencia......////.....





Alan Woods (teórico político)  


Alan Woods (nacido el 23 de octubre de 1944) [1] es un autor y teórico político trotskista británico [2] Es uno de los miembros principales de la Tendencia Marxista Internacional (IMT), así como de su grupo afiliado británico Socialist Appeal . [3] Es editor político del sitio web In Defense of Marxism del IMT . Woods fue uno de los principales defensores de la tendencia Militant dentro del Partido Laborista y su grupo matriz, el Comité por una Internacional de los Trabajadores, hasta principios de la década de 1990. [4]Una serie de desacuerdos sobre tácticas y teorías llevaron a Woods y Ted Grant a dejar el CIT, para fundar el Comité por una Internacional Marxista (pronto rebautizado como Tendencia Marxista Internacional) en 1992. Continuaron con la política de entrismo en el Partido Laborista. [5] Woods ha expresado un apoyo particularmente vocal a la Revolución Bolivariana en Venezuela, y se reunió repetidamente con el presidente venezolano Hugo Chávez (en el cargo de 1999 a 2013), lo que generó especulaciones [¿ por quién? ] que era un consejero político cercano al presidente. [6] [7],...---




Vida política

Vida temprana

Woods nació en una familia de clase trabajadora en Swansea, Gales del Sur y creció en las áreas de Townhill y Penlan de la ciudad. [3] A la edad de 16 años se unió a la Juventud Socialista y se convirtió en marxista , convirtiéndose en un partidario de la tendencia Militante Trotskista dentro del Partido Laborista . [8] Estudió ruso en la Universidad de Sussex y más tarde en Sofía ( Bulgaria ) y la Universidad Estatal de Moscú (MGU). [9] El trabajo de Woods en Brighton para la tendencia Militanteestableció una importante base de apoyo en la universidad y en la ciudad. [10] Más tarde regresó al sur de Gales, convirtiéndose en el primer tiempo completo regional de la organización. Él, su esposa y dos hijas pequeñas se mudaron a España a principios de la década de 1970, donde su conocida postura política lo colocó entre los que luchan contra la España franquista , donde trabajó para establecer la sección española del Comité por una Internacional de los Trabajadores ( CWI). Woods habla varios idiomas, incluidos italiano, inglés, español, francés, alemán y ruso.

Split en Militante

A principios de la década de 1990, Woods y su mentor, Ted Grant , abandonaron la tendencia Militant y 

su organización matriz, el Comité por una Internacional de los Trabajadores , por lo que consideraron el

 giro ultraizquierdista de esta organización cuando decidió separarse del Partido Laborista. . El grupo

 minoritario liderado por Ted Grant también argumentó que una disminución en el énfasis en la educación 

política, así como el desarrollo de una camarilla burocrática alrededor de Peter Taaffe, estaba dañando a

 Militant. Grant y Woods y sus partidarios formaron internacionalmente el Comité por una Internacional

 Marxista en 1992, que más tarde se conocería como la Tendencia Marxista Internacional (IMT), y 

permaneció activo en el Partido Laborista. [11]La sección británica del IMT se conoce como Socialist 

Appeal .

Actividades recientes

Woods y Hugo Chávez en un encuentro juntos

Woods fue editor durante algunos años de la revista marxista Socialist Appeal , publicada en Londres. [3] Actualmente es un destacado teórico del IMT y editor de su sitio web En defensa del marxismo . Escribe sobre la situación política actual en Venezuela y las tareas que deben realizar los revolucionarios en otros lugares.

Woods ha tenido reuniones con el presidente venezolano Hugo Chávez , [6] y defiende la idea de que la Revolución Bolivariana es el germen de la revolución mundial. Woods también viaja y apoya otros

 procesos revolucionarios en Pakistán , Bolivia , Medio Oriente y Cuba . Es un amigo cercano del nieto 

de Trotsky, Vsievolod Platonovich "Esteban" Volkov, quien considera el trabajo de Woods como el más 

cercano a las teorías de Trotsky. cita requerida ] El presidente Chávez declaró públicamente en una transm-

isión de televisión que estaba leyendo el libro de Woods, Reformismo o revolución"con gran detalle", lo 

que alentó la especulación de que Woods era asesor del presidente. [6]

En 2010, Woods fue objeto de severas críticas, primero por parte de algunos periódicos venezolanos [12] y 

partidos políticos de oposición a Chávez, como Primero Justicia , [13] [14] luego por facciones conservadoras 

internacionales de los medios de comunicación, [15] [16 ] para un artículo ( ¿ Hacia dónde va la revolución

 venezolana? ) que escribió en el sitio web de IMT. [17] Lo escribió después de las últimas elecciones generales

 venezolanas abogando por radicalizar aún más la Revolución Bolivariana hacia "la expropiación de las alturas

 dominantes de la economía". Su respuesta a estos ataques recibió una amplia atención en los medios venezolanos. [18]

En noviembre de 2012, Woods realizó una gira de conferencias tanto en Estados Unidos como en Canadá. [19]

En noviembre de 2015, Woods detectó "semillas embrionarias de desarrollos revolucionarios" en la elección de 

Jeremy Corbyn como líder del Partido Laborista. [20]

Publicaciones

Ver también

Referencias

  1. "Ted Grant - el revolucionario permanente. Capítulo cinco: los tiempos que prueban las almas de los hombres" . 1 de julio de 2014 Consultado el 4 de julio de 2014 .
  2. "Reino Unido, Alemania compiten por influencia en la UE afectada por la deuda (entrevista con Alan Woods)" . Rusia hoy . 19 de noviembre de 2011 Consultado el 14 de julio de2012 .
  3. ↑ c Turner, Robin (7 de diciembre de 2010). "La extraña historia de Hugo Chávez y el marxista de Swansea" . Correo occidental Consultado el 13 de julio de 2012 .
  4. ^ Crick, Michael (1986). La Marcha del Militante . Londres: Faber & Faber. págs.  130 .
  5. ^ Taaffe, Peter (1995). El ascenso de Militant . Londres: Publicaciones militantes. pags. 452.
  6. ↑ c Yapp, Robin (5 de diciembre de 2010). "Trotskista galés en la fila por las afirmaciones de que es el asesor clave de Hugo Chávez" . Daily Telegraph . Londres Consultado el 13 de julio de 2012 .
  7. ^ Ellner, Steve (2010). "El eterno debate sobre los objetivos socialistas en Venezuela" . Ciencia y Sociedad . 74 (1): 63–84 Consultado el 13 de julio de 2012 
Última edición hace 1 mes por Beyond My Ken,...///....REFORMISMO O REVOLUCIÓN Marxismo y socialismo del siglo XXI Respuesta a Heinz Dieterich Alan Woods Fundación Federico Engels Madrid Reformismo o revolución. Marxismo y socialismo del siglo XXI (Respuesta a Heinz Dieterich) COLECCIÓN CRÍTICA MARXISTA Primera edición: junio de 2008 © 2008, Alan Woods © De esta edición: 2008, Fundación Federico Engels ISBN: 978-84-96276-43-7 Depósito Legal: Impreso en España - Printed in Spain Publicado y distribuido por la Fundación Federico Engels C/ Hermanos del Moral 33, bajo. 28019 Madrid Teléfono: 914 283 870 · Fax: 914 283 871 E-mail: fundacion_federico@engels.org · Web: www.engels.org A los obreros y campesinos de Venezuela, los auténticos protagonistas de la Revolución Bolivariana y de este libro. Agradecimientos A lo largo de los últimos meses me ha resultado muy estimulante comprobar el interés de muchas personas por ver este libro impreso. Este hecho ha supuesto en todo momento una gran ayuda para mí, ya que en más de una ocasión me he arrepentido de haber empezado esta tarea. Espero que el resultado final justifique el trabajo al que tanta gente ha contribuido. Deseo dar las gracias a todos aquellos que, con su esmerado trabajo, han hecho posible la aparición de este libro. En primer lugar, mi agradecimiento a Mick Brooks por su inestimable ayuda en la sección de economía y en la corrección de pruebas, a Harry Whittacker, Jordi Martorell y Fred Weston por sus correcciones de pruebas y sus valiosas sugerencias. Debo agradecerles a Harry Nielsen, Luke Wilson y Alex Grant sus observaciones tan acertadas en el capítulo sobre ciencia. Como decidimos publicar este libro simultáneamente en las lenguas inglesa y castellana, también me gustaría expresar mi agradecimiento a Juana Cobo y a Pablo Roldán por su excelente traducción al español. Una mención especial vaya a Miguel Fernández, cuyos considerables conocimientos literarios me fueron de una gran ayuda para perfeccionar y pulir el texto final, tanto en inglés como en español. Por encima de todo, mi agradecimiento más sincero a mi camarada y compañera Ana Muñoz por su inestimable ayuda y ánimo, y por su inmensa paciencia en la última etapa de corrección de pruebas, que fue suficiente para poner a prueba la paciencia de un santo. ÍNDICE Prólogo del autor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13 1. Metodología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17 Lo que nos ofrece Dieterich . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18 Dieterich y Dühring . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19 El método de Dieterich . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22 Cómo Heinz ‘interpreta’ a Chávez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24 Dieterich y la lucha de clases . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26 Mariposas y gusanos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28 Lo que Dieterich representa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30 Reformismo en América Latina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34 Los mentores de Dieterich . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37 2. Filosofía y ciencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41 La crisis de la filosofía moderna . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41 La necesidad de la dialéctica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43 Una visión dinámica del mundo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45 La ‘filosofía de la praxis’ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47 ¿No más ideología? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49 ‘Falsa conciencia’ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51 ¡Se buscan genios! . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53 ‘Mediocridad’ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56 ¿Es el pensamiento latinoamericano ‘mediocre’? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58 Filosofía y acción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60 Heinz Dieterich y el universo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64 ¿Es el materialismo irrelevante? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66 Ciencia y filosofía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68 Marx, Engels y la ciencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71 Dieterich contra Marx . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74 Ciencia o pedantería . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75 Genética y socialismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 78 3. Dieterich y el materialismo histórico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85 ¿Qué es el materialismo histórico? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85 Una caricatura mecánica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 86 Los periodos históricos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87 El Nuevo Proyecto Histórico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89 Una visión sentimental de la historia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92 Sobre los ‘proyectos históricos’ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 94 Feudalismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96 La revolución inglesa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 98 Las meteduras de pata de Dieterich . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99 La Revolución Francesa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 102 10 REFORMISMO O REVOLUCIÓN. MARXISMO Y SOCIALISMO DEL SIGLO XXI Socialismo y capitalismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 104 ¿Un proyecto para el socialismo? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105 ¿Quién inventó los sóviets? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 108 El marxismo y la religión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109 Cristianismo y comunismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111 ¿Era Jesucristo un reformista? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 114 4. Historia y economía política . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117 ¿Trata el marxismo de la economía ‘en general’? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117 Marx sobre el trueque . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 122 ¿Capitalismo en el mundo antiguo? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 127 ¿Capitalismo egipcio? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 128 La América precolombina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 131 Grecia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 132 ¿Capitalismo romano? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 134 La ‘crematística’ bajo el feudalismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 138 La violación de América Latina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 140 La acumulación primitiva de capital . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 142 Dieterich contra la expropiación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 143 Una concepción filistea . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 146 5. Del socialismo científico al socialismo utópico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149 Marx, Dieterich y los socialistas utópicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 154 Individualismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 157 De dónde vienen las ideas de Dieterich . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 159 6. Un esbozo de economía marxista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 165 El gran descubrimiento de Marx . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 167 ¿Dónde se produce la explotación? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 170 El valor de la fuerza de trabajo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 171 Maquinaria y jornada laboral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 172 Marx sobre la maquinaria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 176 Crisis de sobreproducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 178 ¿Intercambio desigual? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 180 Una enfoque moralista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 182 La ‘economía de equivalentes’ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 184 El hombre que quería volar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 191 Trabajo simple y trabajo compuesto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 193 ‘Esfuerzo’ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 197 ¿Cómo funcionaría un Estado obrero? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 198 7. La economía del socialismo del siglo XXI . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 201 ‘Doble poder’ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 203 La cuestión del poder . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 206 ¿Cómo se consigue el intercambio igual? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 208 Adam Smith . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 209 El capitalismo no se puede reformar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 211 ¿Con qué propósito? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 212 ¿Por qué la nacionalización? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 214 ¿Capitalistas sin beneficios? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 215 Cómo hacer desaparecer los beneficios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 218 Cómo no hacer una revolución . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 221 ÍNDICE 11 Una utopía pequeño burguesa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 223 Concentración de capital . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 224 La anarquía del capitalismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 226 La necesidad de un plan socialista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 228 Keynesianismo y socialismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 230 ¿Es el keynesianismo la respuesta? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 232 El keynesianismo en acción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 234 Por qué la burguesía abandonó el keynesianismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 235 Del keynesianismo al ‘neoliberalismo’ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 236 La perspectiva capitalista de Dieterich . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 237 Socialismo en ‘el horizonte’ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 239 La solución es… déficits . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 242 Cómo Dieterich ‘acelera’ frenando . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 244 8. ¿Socialismo o estalinismo? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 249 Socialismo y democracia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 249 El Estado y la revolución . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 251 Del Comunismo de Guerra a la NEP . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 254 Dieterich y la Revolución Rusa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 257 Logros de la Revolución Rusa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 260 La ‘explicación’ de Dieterich . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 263 Los mitos de Dieterich y la predicción de Trotsky . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 267 ¿Socialismo real? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 270 La negación del socialismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 270 ¿Funcionaba la ley del valor en la URSS? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 274 ‘Trabajo necesario y trabajo excedente’ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 276 La sociedad de transición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 278 La solución ¿cibernética? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 280 Socialismo y consumismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 283 9. El futuro de la revolución cubana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 287 La amenaza burocrática . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 289 El discurso de Pérez Roque . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 290 Los comentarios de Heinz Dieterich sobre el discurso de Fidel . . . . . . . . . . . 294 Una vez más sobre el ‘socialismo real’ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 296 El enfoque idealista de Dieterich . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 298 El socialismo y el mercado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 300 Los periodos ‘heroico’ y ‘antiheroico’ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 306 Reformismo burgués . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 310 ¿La ‘vía china’? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 312 ¿Crisis estratégica: medidas tácticas? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 313 ¿Socialismo en un solo país? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 315 Oscurantismo platónico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 317 Igualdad de sacrificio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 318 ‘La cibernética cognitiva’ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 323 Dieterich y la democracia burguesa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 328 La postura de Dieterich, desenmascarada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 330 10. ¿Nacionalismo o internacionalismo? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 335 Integración latinoamericana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 335 El ‘bloque regional de poder’ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 338 ¿Marx o List? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 343 12 REFORMISMO O REVOLUCIÓN. MARXISMO Y SOCIALISMO DEL SIGLO XXI Socialismo e internacionalismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 348 ¡Por una política internacionalista! . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 351 11. El Estado y la revolución . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 353 El Estado del socialismo del siglo XXI . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 353 Dieterich y Engels sobre la cuestión del Estado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 355 Democracia y dictadura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 357 Oligarquía contrarrevolucionaria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 359 De cómo Dieterich ‘ayuda’ a Chávez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 361 El papel contrarrevolucionario de la burguesía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 365 La burguesía y la democracia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 368 El ‘minipoder local’ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 371 La lucha parlamentaria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 374 La experiencia boliviana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 377 La cuestión de la violencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 381 Cómo no impedir un golpe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 384 ¿Cuál es la respuesta de Dieterich? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 386 12. La revolución venezolana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 391 La revolución venezolana en la encrucijada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 391 Una variante peculiar de la revolución permanente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 395 ¡La revolución no se puede detener a medio camino! . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 397 Dieterich y la revolución bolivariana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 399 Una vez más sobre la NEP . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 400 El papel de las masas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 402 El papel de la clase obrera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 406 Cómo no ganarse a la clase media . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 408 Cómo ganarse a la clase media . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 411 El papel del reformismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 415 Contradicciones en el movimiento bolivariano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 415 La ofensiva de Baduel . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 417 Dieterich defiende a Baduel . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 418 Un contrarrevolucionario ‘sincero’ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 420 Baduel y Dieterich . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 421 Un candidato para el bonapartismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 423 El Estado y la lucha contra la burocracia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 425 La lucha por el pan . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 426 La revolución y el parlamento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 429 ¿Es posible una revolución pacífica? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 430 Ceguera reformista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 432 ¡El socialismo es la única salida! . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 433 Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 437 Prólogo del autor La publicación de la presente obra requiere alguna explicación. Muchos amigos me han preguntado por qué estaba dedicando tanto tiempo a responder a un hombre cuyos libros son leídos por un público limitado, mayormente en universidades de América Latina, y que generalmente no están disponibles en inglés. He de contestar que fui persuadido por las constantes peticiones de mis amigos de Cuba y Venezuela, quienes, después de varios años, estaban ya hartos de las pretensiones teóricas de Heinz Dieterich y me urgían a que le respondiera. Hace ya algunos años que Heinz Dieterich viene afirmando en una ruidosa campaña que ha “inventado” el socialismo del siglo XXI. Esto ha encontrado algún eco entre ciertos círculos de la izquierda en Venezuela y en algún otro país. Como todos sabemos, en Venezuela está teniendo lugar un debate importante sobre la naturaleza del socialismo, inspirado por las declaraciones de Hugo Chávez a favor de éste. Esto es enormemente importante, no sólo para Venezuela, sino para el movimiento obrero internacional en su conjunto. Después del hundimiento de la Unión Soviética, hay un fermento de discusión dentro de la izquierda a escala mundial. El ignominioso fracaso del estalinismo y la contraofensiva ideológica sin precedentes de la burguesía en contra del socialismo ha llevado a algunos a la conclusión de que las “viejas ideas del marxismo” (el socialismo científico) ya no son válidas, y que es necesario inventar algo nuevo y original. Esto es justamente lo que Dieterich afirma haber logrado. Durante la campaña del referéndum de diciembre de 2007 sobre la reforma constitucional, el nombre de Heinz Dieterich empezó, de repente, a adquirir una mayor importancia. Se opuso a la reforma y defendió públicamente al general Baduel, anterior ministro de Defensa, que se pasó a la oposición e hizo campaña por el NO en el referéndum. Después, Dieterich dijo que apoyaba el SÍ “como un mal menor”. ¿Cómo es posible que alguien que ha cultivado una imagen de hombre leal a Chávez y a la revolución bolivariana pudiera comportarse de esa manera? Todo esto conmocionó a muchos que, dentro de la izquierda, habían aceptado sin crítica las audaces pretensiones del profesor Dieterich. A mí, después de haber leído cuidadosamente sus artículos y sus libros durante meses, no me sorprendió en absoluto. No es una casualidad que en un momento decisivo Heinz Dieterich tomara una postura claramente en contra del avance de la revolución hacia el socialismo. 14 REFORMISMO O REVOLUCIÓN. MARXISMO Y SOCIALISMO DEL SIGLO XXI 1. Federico Engels, Anti-Dühring. Barcelona. Editorial Grijalbo. 1977, p. 3. Es la conclusión lógica e inevitable a la que conducen todas sus teorías y su peculiar versión del “socialismo del siglo XXI” —un tipo de socialismo que nada tiene que ver con el socialismo, como veremos más adelante—. DEL ‘ANTI-DÜHRING’ AL ‘ANTI-DIETERICH’ Para preparar mi respuesta, decidí releer el famoso Anti-Dühring, de Engels, en el que éste responde a los argumentos de un hombre que, hace más de un siglo, afirmaba haber desarrollado una teoría nueva y original del socialismo, que dejaría las ideas de Marx (y de todos los demás) obsoletas. Encontré que la similitud entre Dühring y Dieterich era increíble. No sólo en sus ideas, sino inclusive en la forma de expresarlas. Las primeras palabras del prólogo al Anti-Dühring son: “El presente trabajo no es en modo alguno fruto de ningún ‘irresistible impulso interior’. Al contrario”. Como Engels, yo no tenía deseo alguno de escribir el presente libro. Acepté a regañadientes por considerarlo una distracción inoportuna en relación a otras tareas más importantes. Pensé, inocentemente, que podría lidiar con ello de forma rápida. Pero estaba equivocado. Cuanto más me adentraba en esa espesa jungla de prosa enmarañada e ideas enrevesadas, más claro me parecía que sería imposible ofrecer una respuesta breve. Cuanto más escribía, más pensaba en las palabras de Engels en el prólogo del Anti-Dühring: “A pesar de todo ello pasó un año antes de que me decidiera, descuidando otros trabajos, a hincar el diente en esa amarga manzana. Pues era una manzana que había que comerse del todo si se daba el primer bocado. Y la manzana no era sólo amarga, sino también muy voluminosa. La nueva teoría socialista se presentaba como último fruto práctico de un nuevo sistema filosófico. Había, pues, que estudiarla en la conexión de ese sistema y, por tanto, había que estudiar el sistema mismo. Había que seguir al señor Dühring por un extenso territorio en el que trata de todas las cosas posibles y de algunas más”1 . Los escritos de Heinz Dieterich son una manzana aún más amarga y voluminosa que la que el viejo Engels hubo de tragarse. Como Herr Dühring, Heinz Dieterich escribe sobre muchas cosas diferentes y, como todo lo mezcla, tuve, por obligación, que seguirle en sus piruetas, giros y acrobacias. Parece ser incapaz de escribir sobre economía política sin meter por medio la historia de la filosofía, o de las perspectivas de la revolución boliviana sin especular sobre la naturaleza del universo. La intención del presente libro es, pues, doble: responder a las ideas de Heinz Dieterich y explicar tan claramente como sea posible las ideas clásicas del marxismo, que en todo contradicen a las de Dieterich. Soy consciente de que este hecho puede no facilitar su lectura. Hay algunas citas muy extensas, algunas del camarada Dieterich y otras de Marx, Engels, Lenin y Trotsky. PRÓLOGO DEL AUTOR 15 Si este libro es, por consiguiente, más bien largo, el lector siempre podrá consolarse al pensar que el universo, por el que el camarada Dieterich se pasea con tan envidiable facilidad, es mucho mayor. Esperemos que algún día alguien le explique a Heinz Dieterich que “la brevedad es el alma del ingenio”. Pero hasta que ese día llegue, no tendremos más alternativa que responderle punto por punto, página por página, galaxia por galaxia, milenio por milenio. En el presente libro he intentado examinar las extravagantes afirmaciones del camarada Dieterich, para determinar hasta qué punto éstas son válidas. ¿Es realmente verdad que ha descubierto un concepto del socialismo enteramente nuevo y original? Si fuera cierto, esto tendría implicaciones muy serias para los socialistas de todo el mundo. Tendríamos que reevaluar todas las ideas básicas del marxismo y crear un conjunto de ideas y principios enteramente nuevo. Como autor de este trabajo, tengo el deber de dejar claro al lector desde qué posición me dispongo a realizar mi tarea. Escribo como alguien que durante toda su vida ha defendido el marxismo. Considero que las ideas de Marx, Engels, Lenin y Trotsky son ahora tan correctas y pertinentes como siempre lo han sido. De hecho, son ahora más necesarias y relevantes que en cualquier otro momento. Naturalmente, si alguien puede convencerme de que posee un cuerpo de ideas superiores al marxismo que hacen de él algo obsoleto, estoy dispuesto a cambiar de opinión. Sin embargo, durante casi 50 años he estudiado cuidadosamente no sólo todas las obras de los grandes escritores marxistas, sino también las de un buen número de sus críticos. Después de haber escuchado muchos argumentos de gente que afirmaba ofrecer una alternativa, no he oído nada que pudiera compararse ni remotamente con la profundidad y riqueza del marxismo. Está aún por aparecer un cuerpo de ideas que se acerque mínimamente a las alturas del marxismo para desplazarlo como herramienta científica para comprender el mundo en el que vivimos. La enorme superioridad del método marxista puede apreciarse en El Manifiesto Comunista, el documento fundacional del socialismo científico. Escrito en 1848 por dos jóvenes revolucionarios, este texto es el libro más moderno que hoy se pueda leer. De hecho, es más relevante hoy que cuando fue escrito. Aquí tenemos una descripción y un análisis perfectos del mundo, no como era entonces, sino tal y como es ahora. ¿De cuántos libros escritos hace más de 150 años se puede decir lo mismo? ¡Ésta es una respuesta decisiva para todos aquellos que argumentan que las ideas marxistas son ideas “viejas”, sin relevancia para el mundo en el que vivimos! ¿‘IDEAS NUEVAS’? En relación a las ideas “nuevas y originales” del siglo XXI diré sólo lo siguiente: a pesar del ruido y la fanfarria, entre toda la vasta producción literaria de los Dieterichs de este mundo, hasta el día de hoy, no he leído una sola idea que sea genuinamente nueva. He encontrado muchas nociones viejas y anticuadas que han sido rescatadas del vertedero de la historia, ideas no científicas y utópicas 16 REFORMISMO O REVOLUCIÓN. MARXISMO Y SOCIALISMO DEL SIGLO XXI que fueron respondidas hace mucho tiempo por Marx, Engels y Lenin, ideas que pertenecen a la prehistoria del movimiento obrero. Estas ideas viejas y desgastadas del socialismo utópico y premarxista han sido desempolvadas y presentadas como el socialismo del siglo XXI. Aún así, algunas almas cándidas lo han tomado en serio. Toda esta charlatanería sobre “ideas enteramente nuevas y originales” resulta superficialmente atractiva. Después de todo, ¿quién no preferiría un bonito coche nuevo o un ordenador último modelo en lugar del modelo del año pasado? Pero en realidad, la analogía es falsa y contradice nuestra experiencia. Lo nuevo no es necesariamente mejor en todos los casos, tampoco algo por ser viejo es necesariamente malo. Un coche o un ordenador nuevo que no funcionen son peores que unos viejos que sí lo hagan. La rueda es una invención bastante vieja, pero después de miles de años sigue funcionando bastante bien. ¿Qué deberíamos pensar de alguien que nos pide que abandonemos la rueda (porque es vieja) y busquemos una rueda del siglo XXI? ¿Qué tipo de rueda sería ésta? ¿Triangular, quizás cuadrada? Sea cual fuera la forma que tomara, estamos convencidos de que no nos llevaría un solo paso más lejos. Por nuestra parte, no creemos que haya necesidad alguna de reinventar el socialismo, de la misma manera que no necesitamos reinventar la rueda. Por supuesto, será necesario introducir esta o aquella modificación, pero lo extraordinario es los pocos ajustes que tenemos que hacer a las ideas elaboradas por Marx y Engels en el siglo XIX, y desarrolladas y enriquecidas por Lenin y Trotsky en el siglo XX. Quizás tengamos que cambiar algo aquí o allá, pero en lo fundamental, las ideas básicas mantienen todo su vigor y actualidad. Por supuesto, está muy bien debatir las ideas del socialismo, y nosotros participaremos en este debate con el mayor de los entusiasmos. Lo que no está tan bien es que Heinz Dieterich y otros se apropien el derecho a monopolizar cualquier interpretación sobre el socialismo en el siglo XXI. Y lo que es aún peor, como veremos más adelante, es que esta interpretación del “socialismo” resulte ser exactamente lo mismo que el capitalismo. Heinz Dieterich se presenta en la arena internacional como un amigo de la revolución bolivariana. Esto es un punto a su favor. La revolución bolivariana necesita de todos los amigos que pueda conseguir. ¡Dios sabe que tiene enemigos más que suficientes! Pero hay amigos y amigos. En la Biblia, el infortunado Job tenía razones para lamentar el consuelo ofrecido por sus amigos en los momentos de mayor necesidad. No tenemos ninguna duda de que los revolucionarios de Venezuela tendrían mayores razones para lamentarse si aceptasen como buena moneda los consejos generosamente ofrecidos por amigos como Dieterich. Este tipo de amistad nos trae a la mente el viejo dicho: Dios me libre de los amigos, que de los enemigos me libraré yo. Londres, 11 de mayo de 2008 1. Metodología En la primera década del siglo XXI, la humanidad se encuentra en una encrucijada. Por una parte, los avances de la ciencia, la tecnología y la industria abren el camino a un futuro deslumbrante de prosperidad, bienestar social y avance cultural sin límites. Por otra, la propia existencia de la raza humana se ve amenazada por la devastación del planeta en nombre de los beneficios. Millones de personas viven en la pobreza al borde de la inanición. En un país tras otro aparecen elementos de barbarie. El futuro del planeta está amenazado por la degradación ecológica global. La caída de la Unión Soviética dio luz verde a una ofensiva ideológica sin precedentes contra las ideas del socialismo. El colapso de las economías planificadas bajo control burocrático en el Este se presentó como la prueba definitiva del fracaso del “comunismo” y, por supuesto, de las ideas de Marx. Los defensores del capitalismo vieron en la caída de la Unión Soviética la demostración de que su sistema era el único posible. Soñaron con un Nuevo Orden Mundial basado en la paz y la prosperidad. Se imaginaron que el actual auge económico temporal significaba no sólo un retorno a los días de su juventud sino también a la abolición de todas las crisis, algo que ni siquiera merece ser considerado como un pensamiento serio. Es como el patético autoengaño de una persona decrépita que se niega a mirarse al espejo. Estas ilusiones se hicieron añicos rápidamente. Hoy no queda piedra sobre piedra de los sueños de la burguesía. Por todas partes vemos el despertar de las masas que buscan una salida. Se está abriendo un nuevo periodo. Existe un cuestionamiento creciente del capitalismo y un interés cada vez mayor por las ideas del socialismo y del marxismo. En el próximo periodo, cientos de miles y millones de personas buscarán ansiosamente las ideas que hoy se discuten en pequeños grupos. Ya lo estamos presenciando en América Latina, donde la tendencia revolucionaria ha ido más allá que en ninguna otra parte. La revolución venezolana es la respuesta final a todos aquellos cobardes y apóstatas que dijeron que la revolución y el socialismo ya no estaban en el orden del día. A Lenin le gustaba mucho el proverbio ruso que dice que “la vida enseña”. En una revolución la gente aprende muy deprisa. Esto es cierto en el caso de las masas, pero también de sus dirigentes. Sin duda, Hugo Chávez ha aprendido mucho de su experiencia de la revolución y también ha sacado conclusiones importantes. No es casualidad que Hugo Chávez haya abierto un debate sobre las ideas del socialismo. La revolución bolivariana ha avanzado rápidamen- 18 REFORMISMO O REVOLUCIÓN. MARXISMO Y SOCIALISMO DEL SIGLO XXI te y está yendo más allá de los límites del capitalismo y desafiando la propiedad privada. La vieja sociedad está muriendo y la nueva sociedad lucha por nacer. Y lo que ha sucedido hoy en Venezuela, mañana sucederá en Gran Bretaña, en Rusia, en China y en los propios EEUU. Las declaraciones de Hugo Chávez a favor del socialismo han abierto un debate muy serio en Venezuela donde las ideas del socialismo y del marxismo se discuten con entusiasmo en cada fábrica, en cada pueblo, en cada parada de autobús y en cada mercado. No se trata del típico debate académico de los círculos intelectuales de las universidades. Las masas tienen una actitud seria hacia las ideas, porque de lo que se trata no es de una tesis doctoral, sino de una cuestión de vida o muerte. Lo que esto significa es que el socialismo ha dejado el estudio del académico y ha salido a la luz del día. Desde el punto de vista del marxismo este es un acontecimiento de extrema importancia. El marxismo es una filosofía que lleva a la acción y que es impensable sin acción. En palabras de Marx: “Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”. Pero no todo el mundo está contento con esto. Al día siguiente, un auténtico ejército de escribas de “izquierdas” salió corriendo a “corregir” al presidente: “Sí, por supuesto, estamos a favor del socialismo”, dicen. “Pero, ¡cuidado! ¡lo que queremos es sólo socialismo del siglo XXI!”. La gran ventaja de esta expresión es que nadie sabe lo que significa. Es una botella vacía que cada uno puede llenar con el contenido que quiera. Cuando hablamos de socialismo del siglo XXI, en primer lugar tenemos que establecer: ¿de qué tipo de socialismo estamos hablando? LO QUE NOS OFRECE DIETERICH Heinz Dieterich es un profesor alemán que se describe a sí mismo como economista científico y sociólogo. Ha sido profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana de México desde 1977 y es uno de esos académicos que están ansiosos por contarnos lo que Chávez realmente quiere decir, como si el Presidente no fuera capaz de hablar por sí mismo. Hace muchos años Heinz escribió libros defendiendo el marxismo. Pero ahora ha rechazado ya todas esas alocadas ideas revolucionarias y dice haber inventado algo totalmente nuevo y original, que él denomina “Socialismo del Siglo XXI” (o el “Nuevo Proyecto Histórico”). Sobre éste y otros temas ha publicado numerosos libros. Si la calidad de su producción literaria fuera del mismo calibre que la cantidad, la humanidad tendría motivos para regocijarse. Así que, después de considerables dudas, se me convenció para que examinara estas teorías nuevas y originales que prometen nada más y nada menos que la completa liberación de la humanidad en un mundo de paz y abundancia. Por una extraña coincidencia, si uno cree lo que Dieterich escribe en sus libros, lo que Chávez realmente quiere decir coincide exactamente con lo que 1. METODOLOGÍA 19 Dieterich entiende por socialismo del siglo XXI. Esto es bastante lógico, ya que según Heinz éste es el único tipo de socialismo que es posible o deseable, y cualquiera que lo cuestione está destinado a ser arrojado a la oscuridad exterior donde sólo hay llantos y lamentos y rechinar de dientes. En una entrevista publicada en el periódico alemán de izquierdas Junge Welt (7/01/06), Dieterich nos informa: “Yo también aporté la idea de un ‘socialismo del siglo XXI’, junto con algunas otras cosas en las que mis modestas aportaciones teóricas probablemente pueden ayudar positivamente a apoyar el proceso”. Esta humildad nos impresiona sobremanera. Las “modestas aportaciones teóricas” de Heinz “probablemente pueden ayudar” a “apoyar el proceso”. Él ha “aportado” la idea de un socialismo del siglo XXI, es decir, él, y no Chávez, lo ha inventado (“junto a algunas otras cosas”). Y por lo tanto, él, y no Chávez o cualquier otra persona, tiene el derecho divino a decirnos qué es. Nos complacería mucho si alguien pudiera explicarnos en un lenguaje sencillo cómo será la futura sociedad socialista. Nos complacería incluso más si pudieran explicarnos cómo derrocar el capitalismo con el mínimo coste y esfuerzo. Heinz Dieterich nos promete todo esto y más. Por lo tanto, consideramos que es nuestro deber seguirle en este gran viaje de descubrimiento, con la esperanza de encontrar, no sólo una olla llena de oro, como la que se supone que nos espera al final del arco iris, sino el secreto de la felicidad humana, la justicia y la igualdad. Esto sería maravilloso, si fuera verdad. DIETERICH Y DÜHRING Los socialistas revolucionarios estamos acostumbrados a los ataques furiosos contra el socialismo y el comunismo, no sólo los de los defensores declarados del capitalismo y el imperialismo, sino también por parte de los reformistas (tanto de los de derechas como de los de izquierdas), y también por parte de los supuestos intelectuales radicales pequeño burgueses, algunos de los cuales tienen ganas de luchar contra el capitalismo, pero no tienen la menor idea de cómo hacerlo. Estas tendencias reformistas antirrevolucionarias siempre han existido. Marx y Engels ya las combatieron en El Manifiesto Comunista, en la sección sobre el socialismo pequeño burgués. Más tarde, ambos encabezaron una feroz lucha ideológica contra los Katheder Sozialisten en Alemania —los “listos” profesores universitarios que pretendían ponerse a la cabeza del movimiento obrero y diluir sus ideas marxistas revolucionarias—. Tales tendencias siempre han jugado el papel más pernicioso en el movimiento obrero. Engels escribió un libro entero, el Anti-Dühring, para rebatir las ideas de Eugene Dühring, un ejemplo típico de los Katheder Sozialisten. Después de un trabajo de demolición de tal calibre uno pensaría que ya se había dicho la última palabra, pero no. Las ideas que defiende Heinz Dieterich son la última expresión del mismo fenómeno que representaban Dühring y los 20 REFORMISMO O REVOLUCIÓN. MARXISMO Y SOCIALISMO DEL SIGLO XXI Katheder Sozialisten, de los cuales Heinz Dieterich es el sucesor en línea directa. Dühring se vanagloriaba de haber descubierto un tipo de socialismo totalmente nuevo y original, que dejaba a Marx sin ningún tipo de relevancia. De la misma manera, Dieterich argumenta que su teoría “nueva y original” del “socialismo del siglo XXI” supera al marxismo y todo lo que le ha precedido. La moda actual de buscar nuevas ideas que supuestamente superan a las “viejas ideas desacreditadas” del marxismo, no es en absoluto accidental. La clase obrera no vive aislada de las demás clases y puede caer bajo la influencia de clases e ideologías ajenas. Esto es particularmente cierto en periodos de reacción, después de importantes derrotas históricas, cuando los trabajadores temporalmente caen en la inactividad. Entonces los elementos pequeño burgueses (que, al igual que los pobres, siempre están con nosotros), salen a la superficie, marginando a los obreros a codazo limpio. La voz de los trabajadores queda ahogada por el coro de la gente “inteligente” que ha perdido la voluntad de luchar y está ansiosa por persuadir a los obreros de que la revolución sólo trae lágrimas y desilusiones. Si ya de por sí es malo tener que estar constantemente respondiendo a las mentiras y distorsiones de la burguesía, ahora hay un gran número de ex “comunistas”, que han abandonado abiertamente el marxismo y se han pasado al campo de la burguesía. Muchos de ellos atacan abiertamente las ideas que tan fervientemente defendieron en el pasado. Otros siguen hablando del marxismo, pero, al igual que Bernstein y Kautsky, quieren “revisarlo”, introducir algunas “pequeñas modificaciones”, para “actualizarlo”. Al igual que cualquier otra ciencia, el marxismo admite modificaciones y cambios. El marxismo debe tener en cuenta todos los cambios en la situación objetiva, de lo contrario no sería un método científico sino un dogma sin vida. Pero la dialéctica nos muestra cómo una cierta cantidad de pequeños cambios puede transformar una cosa en su contraria. Lo cierto es que los revisionistas no quieren actualizar el marxismo, sino diluirlo y liquidar todo su contenido revolucionario. Este tipo de gente está moviendo cielos y Tierra para levantar una barrera entre las masas y el marxismo, alegando que el marxismo está desfasado y que necesitamos crear un sistema de ideas nuevo y completamente novedoso que, nos aseguran, será el auténtico socialismo del siglo XXI. Sin embargo, cuando lo examinamos detenidamente, vemos que este tipo de ideas ni es nuevo ni es socialista, sino simplemente un refrito de los viejos intentos utópicos de los reformistas de crear un capitalismo con rostro humano. La única intención de este ruidoso coro es desviar la atención de la juventud, causar la máxima confusión y actuar de barrera para impedir que la nueva generación tenga acceso a las ideas del marxismo. Es sólo el reflejo de la campaña de la burguesía contra el socialismo y el comunismo, pero es mucho más peligrosa y dañina, porque es una campaña que se lleva a cabo bajo una falsa bandera. Sus defensores se oponen radicalmente al socialismo y a la revolución, pero no se atreven a admitirlo —probablemente ni siquiera a sí mismos 1. METODOLOGÍA 21 (hasta qué punto se creen realmente las tonterías que escriben es algo que sólo un psicólogo experto podría determinar)–. Disfrazan su reaccionario mensaje antisocialista y antirrevolucionario con una densa capa de fraseología de izquierdas y radical que hace más difícil que la gente lo identifique. Lejos de ser nuevo y original, éste es el método de los utópicos, cada uno de los cuales inventó un plan particular para la salvación de la humanidad y estaba firmemente convencido de que la única razón por la que la humanidad continuaba sufriendo era porque todavía no había tenido acceso a esos planes. Para los utópicos, la lucha de clases no existía. Ellos se dirigían a burgueses ilustrados con peticiones para que aplicaran sus planes utópicos. El papel revolucionario de la clase obrera no entraba en sus cabezas, de la misma manera que no entra en los planes reformistas del camarada Dieterich. A pesar de sus ideas fantásticas, los viejos utópicos eran pensadores brillantes y originales, que hicieron una gran contribución al desarrollo de las ideas del socialismo. Ellos escribían en los albores del capitalismo, cuando la industria se limitaba prácticamente a un solo país —Inglaterra— y el proletariado todavía estaba en su infancia, por lo tanto era natural que no se basaran en la clase obrera. Pero Heinz Dieterich no tiene esa excusa. En la primera década del siglo XXI, el desarrollo del capitalismo ha creado una poderosa clase obrera en todos los países. Hoy en día, no se enciende una bombilla, no gira una rueda, ni suena un teléfono sin el permiso de la clase obrera. Ignorar este poder colosal y tratar de hacer retroceder el reloj dos siglos, descartando el método científico del marxismo por los planes fantásticos y la retórica sentimental de los utópicos, esa es una posición completamente retrógrada y reaccionaria. El método del camarada Dieterich tiene más en común con el racionalismo del siglo XVIII que con la dialéctica marxista. El racionalismo en vísperas de la revolución francesa era una fuerza revolucionaria. Pero el racionalismo en la etapa de decadencia senil del capitalismo, cuando se dirige contra el materialismo dialéctico, sólo puede jugar un papel negativo. Es cierto que Dieterich todavía habla de marxismo y dialéctica, pero su “marxismo” ha sido despojado de toda su esencia revolucionaria, extirpado de su base clasista y del método científico del materialismo dialéctico. En otras palabras, no es marxismo en absoluto. De manera consciente o inconsciente, Heinz Dieterich está dando justificación teórica a todo esto. Bajo la falsa bandera del socialismo del siglo XXI, está realizando una estridente campaña contra el socialismo y la revolución socialista. Está introduciendo confusión en las mentes de los cuadros del movimiento bolivariano que no han tenido el tiempo suficiente o la oportunidad de familiarizarse directamente con las ideas del marxismo. ¿Acaso es consciente de su papel? Esta pregunta no la puedo responder y, en cualquier caso, no tiene la menor importancia. El camino hacia el infierno siempre ha estado empedrado de buenas intenciones. 22 REFORMISMO O REVOLUCIÓN. MARXISMO Y SOCIALISMO DEL SIGLO XXI 1. Heinz Dieterich, Hugo Chávez y el Socialismo del Siglo XXI, p. xvii. 2.Ibíd., p. 4. 3.Ibíd. 4.Ibíd. EL MÉTODO DE DIETERICH El último trabajo de Dieterich sobre el tema es Hugo Chávez y el socialismo del siglo XXI. Este libro hace una serie de afirmaciones ambiciosas. Nos ofrece una teoría totalmente nueva del socialismo “que va más allá de la mera crítica al capitalismo global o a las interpretaciones históricas (hermenéuticas) de lo que Marx y Lenin ‘realmente querían decir”1 . Dieterich empieza con la loable intención de explicar su objetivo, ya que “la psicología básica nos enseña que si no podemos definir el objetivo que pretendemos alcanzar, tampoco vamos a entender bien, si las tendencias de la realidad y los tiempos favorecen el éxito de nuestros empeños o si van en la dirección contraria”2 . Sí, eso es absolutamente cierto. Si nos fijamos el objetivo de viajar hacia el oeste, puede ser útil observar que nuestros pies no nos están llevando hacia el este. Esto es uno de los resultados de un estudio profundo de la psicología básica, que también nos enseña que si decidimos ir hacia arriba, debemos a toda costa evitar la tentación de ir hacia abajo. Pero, continuemos con la definición de nuestro objetivo. ¡No tan rápido!, grita el camarada Dieterich, que está decidido a mostrarnos lo difícil que es definir nuestros objetivos, por no hablar de alcanzarlos. Continúa: “Sin la orientación de objetivos concretos y específicos toda praxis humana es difusa y tiende a desanimarse o perder el rumbo ante los obstáculos que aparezcan sobre la marcha”3 . Si no me marco objetivos concretos y específicos cuando me levanto de la cama por la mañana, como por ejemplo quitarme el pijama y vestirme, lavarme la cara y cepillarme los dientes, y ponerme los zapatos, asegurándome que me he anudado los cordones, puede ser que nunca consiga salir por la puerta de la casa. La praxis humana será difusa y puede tender a desanimarme y perder el rumbo debido a los obstáculos que aparezcan sobre la marcha al salir de mi casa y empezar mis actividades diarias. Si quiero permanecer con vida no es una mala idea acordarme de respirar. Sí, todo esto es perfectamente cierto, y más o menos evidente para la mayoría de los hombres y de las mujeres, que no necesitan que un profesor universitario se lo explique. Pero este profesor tiene un cierto don para afirmar lo que es obvio y lo exhibe con entusiasmo en todos sus escritos. Muestra su erudición usando las palabras y expresiones más complejas, como “hermenéuticas”, amén de una abundancia de palabras alemanas y latinas, que nos hace sentir que estamos aprendiendo algo nuevo y muy profundo. “Aprendemos a andar andando”, se nos informa (algo que no sabíamos antes). Pero sólo podemos andar eficazmente “si estamos orientados por una brújula”4 . 1. METODOLOGÍA 23 5. Ibíd. El énfasis es nuestro. La brújula que necesitamos para poder andar en la dirección correcta no es otra que las teorías de Heinz Dieterich. Así pues, brújula en mano, nos disponemos ansiosamente a seguir un placentero e instructivo paseo guiado que nos llevará a muchos sitios antes de llegar, sanos y salvos, a la tierra prometida del socialismo del siglo XXI. El camarada Dieterich ahora describe no sólo su objetivo sino también su método. Éste “combina el poderoso método del razonamiento científico con los de la solidaridad y la convivencia pacífica social”5 . Para empezar, observemos que este objetivo podría ser aceptado en principio por cualquier socialdemócrata, reformista, clérigo o burgués filantrópico. En segundo lugar, no es nuevo ni original. Es típico de los sueños e ilusiones sentimentales de los socialistas utópicos y burgueses a los que ya Marx y Engels respondieron hace mucho tiempo en El Manifiesto Comunista. Que todos los hombres y mujeres deberían vivir juntos en paz y armonía es el deseo ferviente de prácticamente todo el mundo; que los seres humanos deberían vivir según el principio de solidaridad es por lo menos tan viejo como el Nuevo Testamento (en realidad mucho más viejo). Deberíamos amarnos los unos a los otros y debería haber paz en lugar de guerra. ¡Amén! Pero ya en el Antiguo Testamento (Jeremías, 6:14) tenemos una respuesta adecuada a todos los filisteos sentimentalistas que dicen Paz, paz, y No hay paz. Se nos invita a llegar a la conclusión de que todas las guerras, terrorismo, hambre, explotación y opresión son el resultado de un pequeño malentendido. Todo lo que necesitamos es informar a la raza humana de que todos debemos vivir en paz, armonía y solidaridad, y que esto se puede conseguir siguiendo unas cuantas sugerencias sencillas que el camarada Dieterich ha inventado y que ahora ofrece a la raza humana en el cómodo formato de un libro de tapas blandas de poco más de 200 páginas. En este fino volumen, como hemos dicho, Heinz Dieterich escribe sobre todas las cosas bajo el sol y algunas otras también. ¿Cuál es el objetivo de todo esto? La intención es llenar al lector inocente de un sentimiento de admiración y sobrecogimiento. Nos recuerda las palabras del poeta inglés del siglo XVIII Oliver Goldsmith que, en La Aldea Desierta, describe cómo los campesinos ignorantes escuchan maravillados al maestro de la aldea: También en la argumentación, el maestro talento tenía, Pues, aún vencido, argumentar podía; Las palabras largas y eruditas y de sonido atronador Maravillaban a los rústicos congregados a su alrededor; Y seguían asombrados, y la admiración crecía, De que una cabeza tan pequeña pudiera contener tanta sabiduría. Sería bueno saber qué es lo que el camarada Dieterich realmente quiere decir. Esto no es siempre fácil, ya que utiliza un vocabulario desconocido para 24 REFORMISMO O REVOLUCIÓN. MARXISMO Y SOCIALISMO DEL SIGLO XXI otros mortales. Los libros de Heinz Dieterich son tan oscuros porque en ellos la confusión se añade a la confusión, y para disimular toda esta confusión, recurre a un lenguaje desconcertante e incomprensible, que se supone que debe crear la impresión de una profundidad de pensamiento que sobrepasa la comprensión. Los escritos de Marx y Engels son tan claros porque tienen un mensaje socialista claro. Marx y Engels escribieron en un lenguaje maravillosamente simple porque estaban escribiendo para los obreros, y cualquier obrero de inteligencia media puede entender sus escritos. Esto no es una casualidad. Un buen escritor es aquel que sabe cómo convertir ideas complejas en simples, mientras que un mal escritor sólo sabe cómo convertir ideas simples en complicadas. A Heinz Dieterich se le puede acusar de muchas cosas, pero nadie le podría acusar de ser un buen escritor. El motivo por el que estos libros son tan difíciles de leer no es porque tengan un contenido profundo, sino justamente por lo contrario. Aquí, la falta absoluta de contenido se ve generosamente compensada por una riqueza de lenguaje complicado, vocabulario poco claro y un auténtico laberinto de enredada sintaxis. Sobre este tipo de cosas el viejo Hegel comentó en una ocasión: “De la misma manera que hay una anchura que está vacía, también hay una profundidad que está vacía”. Estas palabras expresan todo lo que es necesario decir sobre el tema. CÓMO HEINZ ‘INTERPRETA’ A CHÁVEZ Después de hacer algunas referencias elogiosas a Chávez, Dieterich se ha colocado a sí mismo —y a sus teorías— firmemente en el centro del escenario. Heinz no pierde tiempo en presentar su primera lista, que se saca del bolsillo con la misma habilidad que un ama de casa se saca la lista de la compra en el mercado. Se nos informa que la evolución humana se puede reducir a “tres complejas dimensiones estratégicas”. ¿Por qué tres y no treinta y tres? No lo sabemos. ¿Por qué el camarada Dieterich excluye de su estrategia compleja la genética, la economía, la religión, la filosofía, la política y otras dimensiones de la evolución humana? Es un completo misterio. Es una afirmación arbitraria, como todas las demás afirmaciones arbitrarias que llenan este libro. Uno se da cuenta rápidamente de que Heinz está obsesionado con las iniciales. Empezamos con el NPH (Nuevo Proyecto Histórico), en oposición al viejo PH. Después conocemos los SDC (Sistemas Dinámicos Complejos) y sus primos, los SDCH (Sistemas Dinámicos Complejos Humanos) o SAH (Sistemas Adaptivos Humanos), seguidos por el BRP (Bloque Regional de Poder), el EG (Estado Global), el CPNR (Capitalismo Proteccionista Nacional Regional), las CTN (Corporaciones Trans Nacionales), los CIPC (Complejos de Investigación-Producción-Comercialización) [¡éste me gusta especialmente!], los ZD (Zonas de Dirección) y muchos, muchos más. Este método, como el lenguaje incomprensible que habitualmente utiliza, sirve para confundir al lector hasta el punto que éste olvida de qué está escribiendo el camarada Dieterich. Al mismo tiempo, intenta dar a ideas ininteligibles la 1. METODOLOGÍA 25 6. Dieterich, Hugo Chávez y el Socialismo del Siglo XXI, en http://rebelion.org/docs/55395.pdf falsa apariencia de autoridad y rigor científico. De pronto las ideas más alocadas parecen tan respetables como UNICEF, H2O, o E=mc2. Todo lo que nos falta son las AAA (Aberraciones Abstrusas y Abstractas) y las TIA (Tonterías de Intelectuales Académicos). Pero permitamos al camarada Dieterich continuar con su labor de interpretación: “Lo que el Presidente Hugo Chávez y los marginados de la humanidad buscan y necesitan, no es una nueva crítica (negación) a la mala realidad creada por el capital, sino la alternativa viable de una nueva civilización más humana, es decir una alternativa antisistémica y anticapitalista”6 . Llegados a este punto, el camarada Dieterich se coloca en el lugar que ha aspirado a ocupar desde el principio: el de intérprete oficial de los pensamientos más recónditos del presidente Chávez. Debido a que, al parecer, el Presidente no es capaz de expresar sus pensamientos de manera suficientemente clara, Heinz, muy gentilmente, ofrece sus servicios para explicar estos pensamientos a toda la humanidad. No vemos por qué el presidente Chávez necesite un intérprete. Pero nada de esto importa a Heinz que, como veremos, frecuentemente “interpreta” las ideas del Presidente de una manera que las contradice directamente. Antes de que consideremos la embrollada interpretación socialdemócrata reformista de Dieterich, admiremos una vez más la belleza de su estilo literario. ¿Qué significa “una alternativa antisistémica y anticapitalista”? Si tiene algún sentido, es éste: en contra de todos los sistemas en general. Pero ya que sólo se puede reemplazar un sistema por otro (esperemos que mejor), por lo menos en el planeta Tierra, la caracterización de Heinz de su “alternativa viable de una nueva civilización más humana”, nos deja desconcertados. Evidentemente, no es Hugo Chávez sino Heinz Dieterich quien necesita urgentemente un intérprete. Si con esto quiere decir que el socialismo (que por lo que sabemos, es la única alternativa viable de una nueva civilización más humana) sólo se puede conseguir mediante la abolición revolucionaria del sistema capitalista, entonces debería de decirlo claramente. Sin embargo, Heinz prefiere tejer una interminable telaraña de confusión con frases ambiguas en lugar de decir claramente que la única alternativa ante la humanidad es socialismo o barbarie. El motivo de esta ambigüedad quedará más claro a medida que avancemos con paso firme por esta masa de palabras, cortando la prosa espesa e impenetrable del camarada Dieterich, comparado con lo cual, abrirse camino entre la densa y rica vegetación de una selva tropical es un juego de niños. Cuando se ataca a una sepia, ésta lanza a chorros una nube de tinta. Nuestro Heinz lanza a chorros una cantidad de tinta suficiente como para llenar varias veces el Mar Caribe. Cree que cuando estemos rodeados de una cantidad suficiente de esta sustancia negra, nos perderemos en la oscuridad y no podremos detectar el contenido real de su argumento, que es éste: que en el siglo XXI es imposible llevar a cabo una revolución socialista y que, por lo tanto, to- 26 REFORMISMO O REVOLUCIÓN. MARXISMO Y SOCIALISMO DEL SIGLO XXI 7. Dieterich, El Socialismo del Siglo XXI, p 25. 8. Ibíd. do hombre, mujer y sepia sensatos, tienen que reconciliarse con el capitalismo y la propiedad privada lo mejor que puedan. Tenemos curiosidad por ver cómo Heinz Dieterich pretende compatibilizar este mensaje con el marxismo y el socialismo. Por lo tanto, debemos armarnos de paciencia y hacer un esfuerzo decidido por comprender su significado, a pesar de todos los obstáculos que Heinz coloca en nuestro camino. Después de todo, un libro que promete tanto debe merecer el pequeño esfuerzo que se haga por leerlo. Y al final, esperamos con expectación que nos ilumine acerca del carácter de esta teoría maravillosa y original del socialismo, la sociedad humana, la historia, la cultura, la economía política, la ciencia y la ética que el camarada Dieterich nos promete. DIETERICH Y LA LUCHA DE CLASES “Publicar este libro con el título El Socialismo del Siglo XXI, a poco más de una década de la caída del muro de Berlín, no es, por lo tanto, un acto utópico o de nostalgia. No hay frivolidad ni utopismo ni falta de memoria histórica en su creación. Son los propios tiempos de la evolución social que marcan su aparición”7 . Con estas palabras portentosas, el autor anuncia la publicación de su libro. Nos asegura que en su trabajo no hay “frivolidad” ni “utopismo”, sino el producto inevitable de la Historia. Varios miles de años después de que Moisés bajara del Monte Sinaí con sus tablas de piedra bajo el brazo, el camarada Dieterich nos entrega su libro que, nos asegura, está destinado a jugar precisamente ese mismo papel para los ciudadanos del siglo XXI. Nos promete mucho: la reorganización del mundo sobre la base de la paz, la justicia y la democracia participativa. En pocas palabras, ha descubierto la fórmula mágica que la pobre y sufrida humanidad ha estado esperando 10.000 años. Veremos cuánto cumple: “Abrumado por la angustia existencial y cotidiana de su reproducción precaria, sin trascendencia espiritual más allá del consumismo trivializador, el enajenado sujeto no puede remediar su situación dentro de la sociedad burguesa, sino solo en un tipo de convivencia cualitativamente diferente [¡!], como es la democracia participativa”8 . Como corresponde a un Moisés del socialismo del siglo XXI, Heinz Dieterich adopta una pose profética utilizando un lenguaje que haría estremecer incluso a Jean-Paul Sartre. Aquí dejamos atrás el mundo de la política y entramos en el delirio idealista pseudo-psicoanalítico del existencialismo. En lugar de la lucha de clases proletaria, aquí tenemos el “temor y temblor” de un Kierkegaard, en otras palabras, la ansiedad del pequeño burgués que siente cómo el mundo tiembla bajo sus pies y no sabe a dónde agarrarse para no perder el equilibrio. 1. METODOLOGÍA 27 9. Dieterich, El Socialismo del Siglo XXI, p. 24. En lugar del materialismo histórico de Carlos Marx, tenemos una regresión sin sentido al “sujeto enajenado” de Hegel. En el terreno de la economía política Dieterich trata de llevarnos de vuelta a las doctrinas anticuadas y premarxistas de los socialistas utópicos. De la misma manera, en el terreno de la filosofía trata de llevarnos de vuelta al mundo mistificado del idealismo hegeliano. La diferencia es que en los escritos de Hegel, la terminología idealista y oscura sirve para esconder una gran profundidad y riqueza de contenido, mientras que en los escritos de Dieterich, el oscuro modo de expresión sirve para encubrir una completa ausencia de contenido. En todos sus escritos no hay ni un solo átomo de contenido revolucionario de clase. No es por casualidad que el camarada Dieterich evita hacer ninguna declaración clara sobre el programa socialista. En lugar de eso, se refiere a los objetivos de la “paz, democracia real y justicia social”. Estos objetivos loables los comparten el Papa de Roma, los cuáqueros, la Sociedad Protectora de Animales y Plantas, el Consejo de Seguridad de la ONU, todos los vegetarianos y las ancianitas de familias respetables. La clase dominante ni siquiera levantaría una ceja ante semejante programa. El camarada Dieterich nunca enfoca la lucha de clases desde un punto de vista marxista. En Socialismo del Siglo XXI en Preguntas y Respuestas, publicado en www.rebelion.org dice: “¿Y por qué las clases sociales luchan?”. Y responde: “La respuesta es que las clases sociales, por ejemplo, obreros, trabajadores, campesinos, profesionales, pequeños y grandes empresarios, luchan por la riqueza social, es decir, el plusproducto o excedente económico que genera la sociedad. Lamentablemente, esta lucha es comparable a una lucha en una jauría de perros por una presa que no alcanza para todos. Los más fuertes se quedan con la presa y marginan o excluyen a los demás”. Hablar de la lucha de clases como una lucha de perros nos dice mucho del punto de vista del autor. No es el punto de vista del marxismo, sino el de un pequeño burgués sentimental que se lamenta de que ricos y pobres no puedan vivir juntos en paz y armonía, en lugar de luchar entre ellos “como animales”. En vez de llegar a un acuerdo amistoso para compartir la presa, “los más fuertes se quedan con ella y marginan o excluyen a los demás”. La respuesta es obvia: los más fuertes deben compartir con los más débiles en nombre de la justicia social, es decir, el león debe yacer con el cordero. ¡Pero este sermón ya lo conocemos! Todos estos amaños y alborotos, simplemente, irritan al lector, que se ve obligado a vadear por páginas y más páginas de palabrería abstracta, con la vana esperanza de encontrar alguna idea coherente al final. Heinz nos informa que en el pasado los partidos obreros “configuraron su proyecto histórico también en torno a cuatro elementos constitutivos: la economía no-mercantil, basada en el valor de uso; la democracia real participativa; el Estado democrático y el sujeto racional-ético autodeterminado”9 . 28 REFORMISMO O REVOLUCIÓN. MARXISMO Y SOCIALISMO DEL SIGLO XXI 10. Dieterich, Hugo Chávez y el Socialismo del Siglo XXI, p.32. 11. Ibíd. 12. Ibíd. A pesar de lo que dice, uno buscará en vano en los programas de todos los partidos obreros del mundo y no encontrará tales profundidades, que son totalmente características de la versión de Dieterich del socialismo del siglo XXI. En todos sus libros y artículos Dieterich se refiere constantemente a “las mayorías”, un término misterioso que nunca define, de manera que nadie sabe lo que significa realmente. Este término no sólo carece de contenido concreto de clase, sino que también desafía las leyes de la lógica formal. Aunque sí es posible hablar de minorías en plural, por definición no puede haber más que una mayoría, no dos. A lo sumo, uno podría hablar de la mayoría (explotada) de la humanidad, en oposición a la minoría de explotadores. Este ejemplo nos muestra cómo, además de entender completamente la cosmología relativista, nuestro Heinz también tiene un conocimiento profundo de las matemáticas. Tomemos el ejemplo de un círculo dividido en dos sectores. El sector “mayoritario” más pequeño posible (en números enteros) sería uno de 181 grados. Este es el sector A-B. Añadamos otro sector mayoritario CD, que sea también de 181 grados. Ahora tenemos un círculo de 362 grados, que por lo menos en el planeta Tierra, es matemáticamente imposible. Pero en el socialismo del siglo XXI, como veremos enseguida, todo es posible. MARIPOSAS Y GUSANOS Con florido sonido de trompetas, el camarada Dieterich anuncia ahora su propósito, nada más y nada menos que “…de crear una teoría científica-ética-estética de la transformación social postcapitalista en el siglo XXI”10. Esto es realmente excelente. Tendremos una teoría enteramente nueva y original, que no sólo será la llave que abrirá todas las puertas en las esferas científica, ética y estética (es decir, en casi todos los ámbitos), sino que también sentará las bases para “la transformación social postcapitalista en el siglo XXI”. Esta extraordinaria nueva teoría ha sido elaborada “porque la nueva civilización de la democracia participativa será cualitativamente diferente al capitalismo actual, de hecho, tan diferente como, por ejemplo, una mariposa de un gusano”11. En caso de que alguien no sepa la diferencia entre una mariposa y un gusano, el camarada Dieterich comienza inmediatamente a ilustrarnos en este asunto: “Pese a que la mariposa y el gusano comparten un mismo genoma (nacen de las mismas ‘raíces’), evolucionan hacia sistemas de vida cualitativamente diferentes”. Habiéndonos revelado esta importante verdad, nuestro erudito amigo procede a explicar (en caso de que no lo supiéramos) en qué consisten estas formas de vida cualitativamente diferentes: “Mientras uno se arrastra por la tierra, el otro vuela por los aires”12. 1. METODOLOGÍA 29 13. Ibíd. El lector no puede sino sentir admiración ante una reflexión tan original, que nos informa de que los gusanos se arrastran por el suelo, mientras que las mariposas tienden a volar. Tal profundidad de pensamiento es típica de esas nuevas y originales ideas de la Escuela del Socialismo del Siglo XXI. Y en caso de que nos preguntemos qué tiene todo esto que ver con la materia bajo escrutinio, nuestro amigo Heinz da inmediatamente descanso a nuestras inquietas almas. “Es decir, de los mismos orígenes pueden evolucionar sistemas de vida totalmente diferentes. Y este es el caso del capitalismo y de la democracia participativa”13. De hecho, no sólo los gusanos comparten el mismo genoma con las mariposas, también lo hace Heinz Dieterich y, hasta cierto punto, todos los organismos vivos. Sin embargo, esto no significa que Heinz puede convertirse en mariposa, por mucho que lo intente. Tampoco es posible que el socialismo (o la “democracia participativa”) evolucione de una democracia burguesa formal. La analogía es completamente incorrecta y engañosa. Como es habitual en sus escritos, todo aparece desesperadamente mezclado. Como una colorida mariposa que revolotea de flor en flor, sin posarse jamás en ninguna de ellas, nuestro Heinz revolotea de una idea a otra, sin ofrecernos jamás una posición o unos principios claramente definidos. Toma una o dos frases de Marx, añade un poco de Keynes, echa al azar una cita de Montesquieu, rebusca entre las sobras de Sócrates, Platón y Hobbes y, finalmente, se aleja aleteando en dirección a las tierras del posmodernismo. En simple castellano a esto se le llama eclecticismo. Engels, en su polémica con Dühring (antepasado espiritual de Dieterich), se refería a los escritos de aquel como a “una sopa boba de eclecticismo”. Pero, comparados con los libros de Dieterich, los escritos de Dühring eran una mina de oro de sabiduría. El eclecticismo siempre ha sido popular en las universidades, y nunca más que en estos momentos. El nivel de la vida intelectual en la actualidad es incluso más pobre de lo que lo fue en el pasado —al menos en las ciencias sociales—. La mayoría de la filosofía burguesa moderna no merece siquiera la pena ser leída. El sinsentido posmodernista (que ha dejado su marca indeleble en el pensamiento de Dieterich) refleja la desesperación de los intelectuales burgueses en el periodo de decadencia senil del capitalismo. Con la mayor de las desganas, estamos obligados a seguir a esta mariposa a lo largo de su azaroso revoloteo, esperando pacientemente a que alguna idea coherente se desprenda de ella. Al final, nuestra paciencia es recompensada. Finalmente, nuestra mariposa se posa en lo que parece ser un pensamiento concreto: “Pero, si el animal da el salto cualitativo por medio de su predeterminación biológica, ¿qué es lo que generará el nuevo estado social en la humanidad? [sic] La respuesta es evidente: [¿de veras?] la praxis consciente del ser humano. Tal como el gusano desarrolla en su ciclo de vida las condiciones 30 REFORMISMO O REVOLUCIÓN. MARXISMO Y SOCIALISMO DEL SIGLO XXI 14. Ibíd. 15. Ibíd. objetivas para el despegue de la mariposa, la sociedad capitalista genera las condiciones objetivas para el despegue de la sociedad humana hacia el socialismo de la nueva Era”14. No es siempre fácil interpretar los pensamientos de Heinz Dieterich, muy a menudo ni él mismo parece entenderlos. Pero hagamos un intento de traducir este idioma de mariposas a un lenguaje inteligible. Lo que parece que intenta decir es simplemente esto: el capitalismo está plagado de contradicciones internas y, por tanto, crea las condiciones objetivas para su derrocamiento. Dicho de esta forma, es inmediatamente comprensible y correcto. ¿Pero acaso es realmente nuevo y original? Ya veremos. LO QUE DIETERICH REPRESENTA En una entrevista con Cristina Marcano, publicada en Rebelión el 2 de enero de 2007 con el título En Venezuela se han creado las condiciones para construir el Socialismo del Siglo XXI, Dieterich fue preguntado si él había inventado el concepto de “Socialismo del Siglo XXI”. Con su habitual modestia, respondió: “Sí. Lo elaboré a partir de 1996. Fue publicado junto con la teoría correspondiente en forma de libro, a partir del 2000 en México, Ecuador, Argentina, Centroamérica, Brasil, Venezuela y, fuera de América Latina, en España, Alemania, la República Popular de China, Rusia y Turquía. Desde el 2001 ha sido asimilado en todo el mundo. Presidentes como Hugo Chávez y Rafael Correa lo utilizan constantemente, al igual que movimientos obreros, campesinos, intelectuales y partidos políticos”. Ahora bien, con todo el respeto debido a Heinz, hay más de una persona en el mundo que defiende el socialismo, no sólo como concepto sino como una proposición práctica y una necesidad para la raza humana. Y, ya que durante los últimos años todos hemos estado viviendo en el siglo XXI, hay más de una o dos personas que son socialistas del siglo XXI. Éstos no requirieron la ayuda de Heinz Dieterich para inventarlo. Pero, con o sin nuestro permiso, él lo ha inventado de todas maneras. ¿Qué es exactamente lo que ha inventado? Así continúa: “Junto con la teoría del socialismo del siglo XXI avancé la teoría de la transición latinoamericana que se plasmó en conceptos clave como el Bloque Regional de Poder (BRP), también ya de uso generalizado en América Latina. En cambio, el concepto Bloque Regional de Poder Popular (BRPP) fue propuesto por un amigo venezolano, Douglas Pérez, en una reunión de trabajo hace tres meses”15. Que este “concepto” fuera discutido en una reunión de trabajo es altamente apropiado, ya que, como veremos, todos los conceptos de Heinz Dieterich tienen un carácter exclusivamente burgués y no desafían al capitalismo en 1. METODOLOGÍA 31 16. Ibíd. 17. Ibíd. 18. Ibíd. sentido, forma o modo alguno. Cuando se le pide que explique brevemente en qué consiste este nuevo socialismo, Heinz dice: “Dicho en una frase: [Un socialismo en el] que las mayorías tengan el mayor grado de decisión históricamente posible en las instituciones económicas, políticas, culturales y militares, que rigen su vida”16. Esta es una intención loable. Pero preguntémonos en qué consiste este “mayor grado de decisión históricamente posible”. En un régimen burgués formalmente democrático, se permite a los ciudadanos que participen en el proceso de toma de decisiones poniendo una cruz sobre un trozo de papel cada cuatro o cinco años. Pero las decisiones reales no se toman en un parlamento burgués o en un gabinete ministerial, sino en las juntas directivas de los grandes bancos y monopolios, que ejercen un poder absoluto sobre la vida económica de la nación. A menos que este poder sea roto, todo lo que sea hablar de poder de decisión es sólo un parloteo vacuo. ¿Propone el modelo de Dieterich alguna medida para romper el poder de los terratenientes, banqueros y capitalistas? No, no lo hace. Cuando se le pregunta qué paso decisivo debería tomar el presidente Chávez, primero nos dice enfáticamente qué es lo que no debería hacer: no debería tocar la propiedad privada. “No es la estatización generalizada de la propiedad privada, porque no resuelve el problema cibernético del mercado. No lo hizo en el pasado y no lo haría hoy. El socialismo hoy día es esencialmente un problema de complejidad informática”17. Más tarde volveremos sobre la idea de que el socialismo es “esencialmente un problema de complejidad informática” y “el problema cibernético del mercado”. Por el momento, tomaremos nota del hecho de que el inventor del socialismo del siglo XXI se opone a la nacionalización de la propiedad de la oligarquía (la inclusión del término “generalizada” no es más que una hoja de parra para ocultar este hecho). Hasta ahora hemos aprendido qué es lo que Chávez no debería hacer. ¿Pero qué es lo que debería estar haciendo? Permitamos a Heinz expresarse en su propia jerga: “De ahí, que el paso trascendental consiste en establecer una contabilidad socialista (valor) al lado de la contabilidad capitalista (precio), en el Estado, en PDVSA-CVG, y en las cooperativas, a fin de construir un circuito económico productivo y de circulación paralelo al de la economía de mercado capitalista. La economía de las entidades estatales y sociales puede desplazarse paso a paso hacia la economía de valor y ganándole terreno al circuito de reproducción capitalista, hasta desplazarlo en el futuro. Dado que las escalas de valorización por precios, valores y también volúmenes, son comensurables, no hay rupturas en los intercambios económicos que podrían causarle un problema político al gobierno. En todo esto juegan un papel importante el Estado y las mayorías, pero ambas están hoy día mayoritariamente con el proyecto del Presidente”18. 32 REFORMISMO O REVOLUCIÓN. MARXISMO Y SOCIALISMO DEL SIGLO XXI 19. Ver entrevista En Venezuela se han creado condiciones para construir el Socialismo del Siglo XXI, en Rebelión, 2/1/07. En primer lugar, ¿es realmente cierto que el Estado en Venezuela está “mayoritariamente” con el Presidente? Chávez ha manifestado en numerosas ocasiones que se enfrenta a la oposición sistemática y al sabotaje de la burocracia que ocupa lugares clave dentro del Estado. Se ha referido a ésta como la burocracia contrarrevolucionaria que sobrevive de la IV República y también una nueva burocracia —gente que viste camisetas rojas y que se declara chavista—, pero que son, de hecho, la Quinta Columna de la contrarrevolución. ¿Por qué el camarada Dieterich no menciona esto? ¿Por qué ignora este hecho, que es conocido no sólo por el presidente Chávez, sino por todo obrero y campesino venezolano? ¿Acaso no puede ver lo que es evidente? O no lo ve, en cuyo caso está completamente ciego, o lo ve pero prefiere no mencionarlo, minimizarlo y tratar de ocultarlo. El primer caso indicaría estupidez extrema y frivolidad. El segundo sería un crimen contra la revolución. Cualquier persona que piense con claridad sabe que el problema del poder del Estado es el problema central de la revolución, y también que este problema no ha sido resuelto todavía. La Revolución Bolivariana nunca triunfará a menos que se arme con una buena escoba para barrer toda la basura, la corrupción y el arribismo, todos los nidos de la contrarrevolución que han encontrado refugio en el Estado y están royendo las entrañas de la revolución y socavándola desde dentro. Esto significa una lucha feroz contra la burocracia y la contrarrevolución, que se resistirá con todos los medios a su alcance. Esto sólo se podrá lograr con la movilización revolucionaria de las masas. El Estado jamás se purgará a sí mismo. La historia muestra que las fuerzas del viejo orden social se resistirán al cambio y que esta resistencia debe ser superada por medios revolucionarios. ¿Qué dice el camarada Dieterich sobre todo esto? La gran revolución propuesta por Heinz Dieterich, el paso trascendental, es una cuestión de contabilidad. Es una revolución que podemos llevar a cabo sin quitarnos las zapatillas de andar por casa. Es el tipo de revolución que ni rompe ventanas, ni ofende ni causa problemas a nadie. No perturba el sistema nervioso de nadie, ni causa úlceras pépticas. Puede realizarse durante la noche, para no perturbar el sueño de los ciudadanos respetables. Resumiendo, es el tipo de revolución con la que toda persona en sus cabales sueña. ¡Uno se pregunta por qué nadie ha pensado en ello antes! ¿Por qué tal revolución no ha de molestar a nadie? Por la sencilla razón de que no supone cambio alguno en absoluto, es sencillamente una continuación del statu quo. De lo que estamos hablando es de una economía mixta: la típica idea de reformistas y socialdemócratas. Aquí, por una vez, Heinz es excepcionalmente franco e inequívoco: “La economía de las entidades estatales y sociales puede desplazarse paso a paso hacia la economía de valor y ganándole terreno al circuito de reproducción capitalista, hasta desplazarlo en el futuro”19. Esta idea di- 1. METODOLOGÍA 33 20. Ibíd. 21. Ibíd. fícilmente es nueva. Ha sido lanzada una y otra vez por todo reformista y revisionista desde Bernstein. La idea es que el sector estatal coexista con el sector privado y, lenta, gradual y pacíficamente, el primero desplace al segundo, hasta que finalmente, el capitalismo desaparezca sin que nadie se dé cuenta. Todo reformista ha soñado con ir paso a paso hacia el socialismo, con una transformación social pacífica, sin choques, sacudidas o disgustos, al igual que todo vegetariano sueña con un mundo en el que los tigres coman lechuga. Pero tales ejemplos en la historia de la humanidad son aún más raros que tigres vegetarianos en la naturaleza. Por supuesto, nada nos impide desarrollar tales “conceptos” —al igual que nada nos impide caer en un dulce sopor después de una copiosa comida—. Heinz Dieterich hace hincapié en que la transición del capitalismo al socialismo será gradual. En cierto sentido esto es verdad. No es posible saltar directamente del capitalismo al socialismo. Pero antes de que podamos dar un paso hacia el socialismo es necesario llevar a cabo una ruptura decisiva con el capitalismo. Es necesario expropiar a los terratenientes, banqueros y capitalistas. Y eso es lo que él se niega a aceptar. Heinz se extiende sobre su idea de un “circuito paralelo de la economía del valor”, en castellano simple, una economía mixta. “Generar este circuito paralelo de la economía de valor sería relativamente fácil, porque los valores existen en forma subyacente en la actual contabilidad capitalista. De tal manera, que con el desarrollo de un software respectivo sería muy fácil establecer este circuito económico socialista al lado del capitalista. Sin este paso a la economía de equivalencia, no hay posibilidad de tener una economía socialista”20. Más tarde veremos que, lejos de ser fácil, calcular la cantidad exacta de trabajo socialmente necesario dentro de una mercancía es una tarea prácticamente imposible, y en cualquier caso, algo totalmente innecesario para una economía socialista, lo que es exactamente lo opuesto a lo que nuestro Heinz mantiene. Y en qué sentido la presencia de la llamada contabilidad socialista desplazaría a la contabilidad capitalita (en precios) sólo Dios y Heinz Dieterich lo saben. ¿Cuál sería el paso decisivo que el presidente Chávez tendría que tomar para llegar al socialismo del siglo XXI en Venezuela? Así responde el camarada Dieterich a cuestión tan pertinente: “Son dos: 1. reemplazar gradualmente el principio regulador de la economía de mercado, el precio, por el principio regulador de la economía socialista, el valor, entendido este como los insumos de tiempo (time inputs) necesarios para la generación de un producto; 2. avanzar la participación económica de ciudadanos y trabajadores en tres niveles: 1. en lo macroeconómico (p.e., el presupuesto nacional); 2. en lo mesoeconómico (municipio) y, 3. en lo microeconómico (empresa)”21. Lidiaremos en otra sección con las teorías económicas del socialismo del siglo XXI. Por el momento, señalamos meramente que; 34 REFORMISMO O REVOLUCIÓN. MARXISMO Y SOCIALISMO DEL SIGLO XXI Heinz Dieterich se opone a la nacionalización y está a favor de una economía mixta —es decir, capitalismo—. Se opone a la revolución y está a favor del gradualismo (es decir, reforma gradual) 3) Esto no tiene nada que ver con marxismo o socialismo revolucionario. Es meramente el viejo reformismo recalentado y servido como la última novedad en el menú del día. REFORMISMO EN AMÉRICA LATINA El reformismo tiene una base material. Prosperó en países como Suecia y el Reino Unido durante el largo periodo de crecimiento económico que siguió a la Segunda Guerra Mundial. Este crecimiento permitió a la burguesía ofrecer importantes concesiones a la clase obrera, utilizando políticas económicas keynesianas. Durante algunas décadas, la lucha de clases en Europa se suavizó. Pero este periodo fue interrumpido por la recesión de 1973-74. Durante los últimos 30 años, los gobiernos reformistas en Europa han llevado a cabo un programa de contrarreformas, recortes y ataques a los niveles de vida. En un capítulo posterior explicaremos las razones de esto. Valga por ahora decir que incluso en los países “ricos”, como los Estados Unidos y los que forman Europa Occidental, bajo las condiciones actuales, el reformismo y el keynesianismo están en crisis. Las cosas están aún más claras en América Latina. Aquí la crisis es demasiado profunda y las condiciones de la masas demasiado desesperadas, como para permitir soluciones a medias. La existencia de altos décifits no permite la aplicación de esas recetas keynesianas que el camarada Dieterich considera como el remedio infalible contra todo mal. De hecho, el intento de seguir tales políticas en las décadas de 1960 y 1970 fue precisamente la causa de los déficits enormes y de la hiperinflación, que tuvieron unos efectos tan catastróficos. Más adelante trataremos esta cuestión. Por ahora, es suficiente con señalar el hecho evidente de que la debilidad histórica del reformismo y la socialdemocracia en América Latina es el resultado de la extrema debilidad del capitalismo latinoamericano y la imposibilidad de resolver los más acuciantes problemas de los obreros y los campesinos sobre una base capitalista. Recientemente ha habido algunos intentos de infundir un soplo de vida al reformismo y “la tercera vía” en América latina. No es casualidad. Los estrategas del capitalismo han comprendido el peligro del movimiento revolucionario en América Latina. Comprenden el peligro mortal que supone la revolución venezolana y temen (con razón) que pueda extenderse a lo largo y a lo ancho del continente. En el pasado ya habrían mandado a los marines. Pero esto ya no es tan fácil. De modo que tienen que echar mano de otros medios para detener la revolución y desviarla por canales más seguros para ellos. Aquí, los reformistas de diferentes tendencias pueden jugar un papel muy importante como segunda línea de defensa del capitalismo. 1. METODOLOGÍA 35 22. Dieterich, El Socialismo del Siglo XXI, p. 29. Énfasis en el original. Un intento de promover el reformismo en América Latina fue el Foro Internacional de Porto Alegre, en Brasil, al que Heinz Dieterich toma como su punto de partida. Éste incluía grupos y movimientos tan heterogéneos como los zapatistas mexicanos, los colombianos de las FARC y el ELN, ATTAC y Le Monde Diplomatique, el Partido de los Trabajadores de Brasil, bolivarianos venezolanos y otros grupos e individuos. Algunas de estas organizaciones, como el PT brasileño o el movimiento bolivariano, representan una fuerza significativa con una base formidable de obreros y campesinos, mientras que otros representan sólo a pequeños círculos de intelectuales. Asistieron también un cierto número de intelectuales que sólo se representaban a sí mismos. El Foro Social Mundial no supuso desafío alguno al capitalismo. Sus primeros mítines fueron financiados, entre otras entidades, por la Fundación Ford. Entrevistada a propósito de la participación de la Fundación Ford en el FSM, Lisa Jordan, una ejecutiva de la Fundación, tenía esto que decir (en OpenDemocracy): “¿Por qué ha participado Ford en el Foro Social Mundial?” “Lisa Jordan: Valoramos un diálogo cívico y global sobre problemas globales. No creemos que las soluciones hayan de encontrarse sólo en un sector. Los gobiernos, los empresarios y la sociedad civil no pueden solucionar los problemas de forma separada. Debe haber diálogo entre estos tres grupos”. Cuando algunos grupos criticaron el Foro por no ser revolucionario, esta persona contestó con una franqueza admirable: “Para ser justos, el Foro jamás ha dicho que es una agrupación revolucionaria. Sus principios declarados son los de la no violencia. La no violencia es fundamental para cómo se autodefine. Siempre ha habido una agenda pacífica muy fuerte en el Foro; el Foro del año pasado sacó una declaración muy hermosa y profunda a favor de la paz”. Parece que el Foro estaba conectado por línea telefónica con otro Foro que tenía lugar al otro lado del mundo, la conferencia de banqueros y capitalistas en Davos, Suiza. Este pequeño detalle habla una enormidad sobre la mentalidad y posición política de los organizadores de la reunión de Porto Alegre. Desafortunadamente, esa conexión con Davos no trajo fruto alguno, por la simple razón de que el conflicto entre opresores y oprimidos no puede ser resuelto por una conversación telefónica o de cualquier otro tipo. Es una cuestión de intereses mutuamente excluyentes. El Foro de Porto Alegre era tal potaje de diferentes grupos e individuos, que resultó difícil ponerse de acuerdo en algo. Dieterich nos informa de que, tan pronto como surgió la cuestión del socialismo, empezaron los problemas: “Al día siguiente, el intelectual chileno Ariel Dorfman rechazó que en un foro ‘tan abierto’ se planteara que el socialismo fuera la única opción. ‘Creo que no hay que entrar en ampulosidades grandilocuentes’, dijo Dorfman, y recalcó que el de Porto Alegre no era un foro para ‘un retorno al pasado’. ‘No puedo decir cuál es la opción viable y creo que ni aquí ni en Davos lo sabemos’, terminó el escritor, enfatizando que es demasiado pronto ‘para formular un programa único de acción”22. 36 REFORMISMO O REVOLUCIÓN. MARXISMO Y SOCIALISMO DEL SIGLO XXI 23. Dieterich, El Socialismo del Siglo XXI, p. 28. Sólo en una cosa podemos estar de acuerdo con Ariel Dorfman. Que aquel no tiene la menor idea de la naturaleza de la presente crisis mundial y, por tanto, no tiene absolutamente nada que ofrecer como alternativa. También tendemos a la opinión de que, como él, el resto del Foro de Porto Alegre se encontraba en la oscuridad más absoluta. Al final, Porto Alegre representaba un callejón sin salida. No ofrecía ningún programa serio para cambiar la sociedad. Era necesario saltar por encima de las limitaciones del reformismo y poner en el orden del día la única alternativa real: la transformación socialista de la sociedad. Recordemos que Hugo Chávez, que estaba presente en Porto Alegre, originalmente tenía ilusiones en la “tercera vía” (una frase acuñada por Tony Blair) y creía en la posibilidad de reformar el capitalismo. Su ideal no fue originalmente el socialismo, sino el “capitalismo con rostro humano”. Pero tras la experiencia de los primeros años de la Revolución Bolivariana, Chávez sacó la conclusión de que eso era imposible, y que la tercera vía era un timo —en sus propias palabras, una farsa—. El presidente Chávez, para su gran crédito, planteó la cuestión del socialismo, mientras Dieterich está haciendo todo lo posible para arrastrar la Revolución Bolivariana lejos de la revolución socialista y hacia el pantano de políticas burguesas y reformistas. ¿Qué es lo que Heinz Dieterich esperaba del Foro de Porto Alegre? Citemos sus palabras: “La gran interrogante para los de abajo es, por lo tanto, ¿cómo acumular este poder necesario y suficiente, para voltear el mundo sobre la cabeza? ¿Cómo convertir las mayorías en amos de la sociedad global? La respuesta es obvia [¿De veras?]: mediante el Nuevo Proyecto Histórico (NPH) construido por ellas. Su contenido: la democracia participativa. Este es el tema de este libro”23. No es éste un propósito pequeño; es “voltear el mundo sobre la cabeza” y “convertir las mayorías en amos de la sociedad global”. ¿Y cómo lograremos este objetivo? La respuesta es obvia: mediante el Nuevo Proyecto Histórico (NPH). Ahora bien, es razonable pensar que, si algo es obvio, sólo un tonto puede no verlo. En el famoso cuento de Hans Christian Andersen, un estafador persuadió al emperador para que vistiera un traje invisible, que, según la opinión de todo el mundo, era obviamente muy elegante. Al final, un muchachito que ignoraba tal propósito comentó que el emperador se paseaba por ahí en pelota. Sus observaciones probablemente no fueron del agrado del emperador ni de sus cortesanos, pero tenían el mérito de ser ciertas. Como el muchachito del cuento, nosotros tampoco somos lo suficientemente listos como para aceptar un argumento simplemente porque alguien nos asegura que es obvio. Nos gustaría tener algo más de información y, si es posible, alguna evidencia de que estas extraordinarias aseveraciones son, de hecho, correctas. 1. METODOLOGÍA 37 24. Dieterich, Hugo Chávez y el Socialismo del Siglo XXI. 25. Ibíd. LOS MENTORES DE DIETERICH Heinz dice: “Hay dos escuelas de pensamiento que han avanzado de manera independiente esa opción [¿qué opción?] de la nueva sociedad en sus investigaciones sobre el Socialismo del Siglo XXI; la llamada ‘Escuela de Escocia’ [¿?], en los brillantes trabajos del experto en computación, Paul Cockshott y del economista Allin Cottrell; y la así denominada ‘Escuela de Bremen’ (RFA), en torno al genio universal Arno Peters, al matemático Carsten Stahmer, al físico cubano Raimundo Franco y el que suscribe”24. Debemos creer lo que Heinz nos cuenta, ya que no nos dice precisamente en qué consiste el contenido de estas llamadas escuelas. Esto es sorprendente, pues si son realmente tan importantes como nuestro amigo sugiere, seguramente podría haber escrito unas pocas líneas más para revelarnos el secreto. Pero éste lo tiene bien guardado. Con todo el respeto debido a las escuelas escocesa y de Bremen y sus genios universales, nosotros tenemos preferencia por otra completamente diferente: la escuela del marxismo revolucionario. Y, sin perjuicio para Dieterich y sus amigos, seguiremos defendiendo las ideas de Marx, Engels, Lenin y Trotsky contra cualquier ataque; no sólo contra los ataques de los burgueses enemigos del socialismo, sino también contra los reformistas que representan la quintacolumna de la burguesía dentro del movimiento obrero. El tipo de reformismo encarnado por la socialdemocracia europea repele inmediatamente a los elementos radicales de América Latina. Pero hay otros tipos de reformismo con una coloración más radical e “izquierdista”. La mayoría de estos viene también de Europa (a pesar de los constantes llamados de Heinz Dieterich a la Patria Grande). Salen de las universidades de Alemania, Francia e Italia, donde ex revolucionarios achacosos purgan sus pecados de juventud mientras se entretienen en la búsqueda del Santo Grial de la sociedad poscapitalista. Heinz cita a otros correligionarios. Pero, aunque Dieterich encuentra sus escritos muy interesantes, éstos no son naturalmente suficientes para satisfacer su mente exigente: “Sin embargo, pese a su riqueza cognitiva, proporcionan una base de conocimiento insuficiente para responder adecuadamente al llamado del Comandante Chávez. Es decir, su lectura es una condición necesaria para la construcción de la nueva teoría, pero no es suficiente”25. Con tantas escuelas, todas ellas compitiendo por el honor de ser los verdaderos fundadores del socialismo del siglo XXI, el lector tiene la sensación de que la cabeza comienza a darle vueltas. Estamos acostumbrados a una situación donde no hay suficientes escuelas y demasiados alumnos. Pero en el mundo del siglo XXI de Heinz Dieterich existe un superávit de Escuelas y una escasez de alumnos. No obstante, se nos informa, que esto no es suficiente. Todos estos pensadores y todas estas Escuelas no pueden sino recordarnos a Juan Bautista y 38 REFORMISMO O REVOLUCIÓN. MARXISMO Y SOCIALISMO DEL SIGLO XXI otros antiguos profetas, condenados a ser la voz que clama en el desierto, preparando la llegada de Heinz Dieterich, que viene, con una brújula en la mano y un libro bajo el brazo, para anunciar la buena nueva del socialismo del siglo XXI. De la existencia de la supuesta Escuela de Bremen o de la Escuela de Escocia nunca habíamos sabido hasta que abrimos los libros de Heinz Dieterich. Parece ser que la primera se refiere a las ideas de Arno Peters (una escuela de un solo hombre, por tanto), y hacia allí dirigimos nuestra atención. Los catedráticos de universidad tienen una notoria tendencia a formar sociedades de admiración mutua, y el camarada Dieterich no podía ser una excepción. Para nuestro Heinz, Arno Peters es uno de los grandes genios, si no el más grande, de nuestra época. En la página 38 de El Socialismo del Siglo XXI, leemos lo siguiente: “Al científico Arno Peters pertenece el mérito de haber descubierto el principio de la futura economía socialista, partiendo de las deficiencias estructurales de la economía nacional de mercado”. En nuestra inocencia, siempre pensamos que fue Carlos Marx quien descubrió el principio del socialismo y explicó cómo este nacía de las contradicciones del capitalismo, es decir, de la contradicción entre el desarrollo de las fuerzas productivas bajo el capitalismo y las barreras de la propiedad privada y el Estado nacional. Pero Heinz Dieterich nos ha corregido, informándonos de que este descubrimiento es fruto del trabajo de, y nada más que de, su amigo Arno Peters, y de ningún otro. Y si Heinz Dieterich lo dice, así será. Todo esto nos trae a la mente el viejo dicho: para el ratón ningún animal es más fuerte que el gato. Pero veamos en qué consiste su genio universal. Como Heinz, Arno Peters es un diletante. Es decir, le gusta tocar tantos temas como sea posible. De esta manera, claro, nunca se aburrirá. Arno comenzó como realizador cinematográfico y, según dicen, produjo películas que no estaban nada mal. Pero luego se cansó de ello y decidió hacer algo nuevo. Consiguió su doctorado en la Universidad de Berlín con una tesis sobre propaganda política. Pero esto tampoco era suficiente para el inquieto espíritu de Arno. Pasó a estudiar la Historia del Mundo de Synchronoptic. Para el que no lo sepa, esto es Historia que se centra en dar a todo el mundo la misma voz, haciendo una línea de tiempo en la que cada año consigue el mismo espacio en cada página. Esta fue la primera victoria del profesor Peters en su lucha por la igualdad. Pero el mayor logro de Peters fue el desarrollo del Mapamundi de Peters. Este era un concepto enteramente nuevo que, de un golpe, estableció el principio de la Igualdad Cartográfica. Aunque algunos críticos hicieron desagradables comentarios sobre su mapa (“las masas terrestres parecen ropa interior de invierno arrugada y mojada, que se ha colgado a secar sobre el Círculo Polar Ártico”, escribió uno de ellos), Peters había triunfado. Después de establecer el derecho de todo el mundo a un espacio igual en la hoja impresa, establecía también el derecho a un espacio igual en el mapa. Los logros de Peters como cartógrafo han sido exagerados. Peters afirmaba haber descubierto algo nuevo. No fue así. Afirmaba que la nueva proyección no distorsionaría las áreas. Lo hace. Desde la época de Tolomeo, en el siglo II, 1. METODOLOGÍA 39 los cartógrafos se las han visto con el problema de dibujar un mundo redondo en un trozo de papel plano, sabiendo que no hay una solución perfecta, ya que, si las formas continentales son correctas, el tamaño estará distorsionado, y a la inversa. Por ejemplo, si las latitudes bajas son descritas con precisión, entonces las regiones polares estarán burdamente distorsionadas. De hecho, sólo un globo puede mostrar todas las relaciones geográficas con una perspectiva correcta. Por tanto, en el mejor de los casos, el mapa de Peters representa al mundo con distorsiones diferentes de las distorsiones a las que ya estamos acostumbrados. He aquí la suma total de sus logros apoteósicos en la esfera de la cartografía. Este logro genial tuvo lugar en 1974. Desde entonces, se han producido muchos atlas, pero, por desgracia, sólo una minoría de ellos presta alguna atención al modelo de Peters. Más aún, a pesar de haber proclamado la igualdad en mapas y letra impresa, las desigualdades en el mundo real son ahora incluso mayores de lo que lo eran en 1974. La brecha entre las naciones industrializadas y desarrolladas y las economías de África, Asia y América Latina ha crecido sin cesar. Si la diferencia fuera a expresarse en un mapa, los continentes estarían separados totalmente. Desgraciadamente, alcanzar igualdad verdadera requiere de medidas un tanto más drásticas que redibujar mapas. Después de enviar a Tolomeo y Copérnico al baúl de los recuerdos, Arno Peters decidió pasar de la cartografía al ámbito de la política, la historia y la economía, donde inmediatamente prescindió de los Adam Smith, Ricardo, Marx y Engels. Para alguien que no encuentra ninguna dificultad en cambiar la forma entera del globo terrestre, abriendo la época de igualdad cartográfica, esto no debió suponer problema alguno. Arno Peters reveló entonces al mundo la verdadera manera de conseguir igualdad, la llave que abría todas las puertas, la piedra filosofal del siglo XXI: el principio de equivalencia. Trataremos de éste y otros temas interesantes en uno de los siguientes capítulos. Ahora debemos volar en pos de la estela del camarada Dieterich, quien nos conducirá por los reinos etéreos de la ciencia y la filosofía, donde, sin duda alguna, experimentaremos nuevas y sorprendentes aventuras. 2. Filosofía y ciencia LA CRISIS DE LA FILOSOFÍA MODERNA Polonio: ¿Qué leéis, mi señor? Hamlet: Palabras, palabras, palabras. Shakespeare, Hamlet, Acto II, Escena II. La crisis del sistema capitalista se refleja en una crisis de los valores burgueses, la moralidad, la religión, la política y la filosofía. El pesimismo que aflige a la burguesía y a sus ideólogos en este periodo se manifiesta en la pobreza de su pensamiento, la trivialidad de su arte y el vacío de sus valores espirituales. Se expresa en el espantajo filosófico posmodernista, que se imagina superior a toda la filosofía anterior, cuando en realidad es absolutamente inferior. En su juventud, la burguesía fue capaz de producir grandes pensadores: Locke, Hobbes, Kant, Hegel, Adam Smith y Ricardo. En la época de su declive es sólo capaz de producir pigmeos intelectuales. Hablan del fin de las ideologías y de la historia. No creen en el progreso, porque la burguesía hace ya tiempo que dejó de ser progresista. Cuando hablan del fin de la historia, lo hacen porque han acabado en un callejón sin salida histórico y no ven luz alguna al final del túnel. Hablan del fin de las ideologías, porque ya no son capaces de producir una. Los filósofos burgueses contemporáneos imaginan que han acabado con la vieja filosofía (o metafísica, como la llaman con desdén), pero su imaginaria victoria es como la del sastrecillo valiente de los hermanos Grimm, que “mató a siete de un solo golpe”. Una pena que las siete víctimas del sastrecillo fueran moscas, y no hombres. Nuestros filósofos contemporáneos son, por utilizar la expresión alemana, unos simples matapulgas (flohknacker). La filosofía burguesa contemporánea supone la total disolución de la filosofía, reduciéndola por completo a la semántica (el estudio del significado de las palabras). Esta eterna discusión sobre las minucias de los distintos significados recuerda sobremanera a esos interminables debates de los escolásticos medievales a propósito del sexo de los ángeles y sobre cuántos de éstos podían bailar en la punta de un alfiler. Esta comparación no es tan absurda como podría parecer. En verdad, los escolásticos no eran tontos e hicieron algunos progresos en lógica y semántica (como hacen sus equivalentes modernos). El problema es que en su obsesión por 42 REFORMISMO O REVOLUCIÓN. MARXISMO Y SOCIALISMO DEL SIGLO XXI las formas, olvidaron por completo el contenido. En tanto en cuanto se siguieran las reglas formales, el contenido podía ser tan absurdo como uno quisiera. El hecho de que a todos estos malabarismos verbales y juegos de palabras se les haya concedido el rango de filosofía es prueba del declinar del pensamiento burgués moderno. Hegel escribió en Fenomenología: “Por lo poco con lo que el espíritu humano se siente satisfecho, podemos juzgar la medida de su pérdida”. Ese podría ser un epitafio apropiado para la filosofía burguesa posterior a Hegel. La filosofía burguesa contemporánea alega haber resuelto todos los grandes problemas filosóficos del pasado. ¿Cómo ha logrado tal proeza? Analizando las palabras. Todas las grandes batallas de la Primera y Segunda Guerras Mundiales junto a Austerlitz y Waterloo palidecen ante tamaña victoria. ¿Pero qué es el lenguaje sino ideas expresadas en el discurso? Si decimos que lo único que podemos conocer es el lenguaje, lo único que hacemos es restablecer de una manera diferente la vieja y desgastada noción del idealismo subjetivo, la cual afirma que sólo podemos conocer las ideas o, más correctamente, mis ideas. Filosóficamente, esto es un callejón sin salida y, como Lenin explicó hace ya algún tiempo, sólo puede conducir al solipsismo, es decir, a la noción de que sólo yo existo. El obrero trabaja con sus herramientas y las materias primas que la naturaleza le suministra. Con la ayuda de estas cosas materiales, el hombre transforma el mundo y controla su entorno. Y, transformando el mundo en torno suyo, el hombre se ha transformado también a sí mismo. Gradualmente, el hombre se ha elevado por encima del nivel de los animales hasta llegar a ser humano. Es esta incesante actividad humana —la creatividad que nace del trabajo colectivo humano— lo que nos ha convertido en lo que somos. Es la base de todo progreso humano, cultura y conocimiento. El albañil trabaja con ladrillos, el pintor con pintura, el herrero con hierro y el carpintero con madera. Pero el intelectual trabaja sólo con palabras. Se gana el pan diariamente con ellas, llenan su vida y le ofrecen trabajo y placer. Le enardecen o deprimen, le dan y le quitan su reputación. Actúan como un hechizo mágico; y encantos y hechizos han de ser invocados con palabras. También le dan poder sobre otros seres humanos. En las sociedades más primitivas ciertas palabras eran tabú, como ocurre también ahora. A los antiguos israelitas no se les permitía pronunciar el nombre de su Dios. Ahora no se nos permite pronunciar la palabra “capitalismo”. Debemos decir, por el contrario, “la economía de libre mercado”. En sí mismo esto es producto del desarrollo de las fuerzas productivas y de las condiciones materiales para el desarrollo social humano. Una vez que los medios de producción se han desarrollado hasta un cierto nivel, se genera una plusvalía. La división del trabajo (presente en las primeras sociedades de forma embrionaria) es la base sobre la que se levanta una clase de individuos que, libres de la necesidad de trabajar para producir su manutención, pueden dedicarse a actividades especializadas. Con un mayor desarrollo de la capacidad productiva de la sociedad, viene una mayor intensificación de la división social 2. FILOSOFÍA Y CIENCIA 43 del trabajo, expresada en el surgir de las castas y las clases. La sociedad se divide entre quienes gobiernan y aquellos que son gobernados, explotadores y explotados. En ese punto la conciencia adquiere una vida propia e independiente. Se abre una brecha entre el trabajo mental y manual. Los sacerdotes y escribas del antiguo Egipto fueron conscientes del poder material de las ideas y las palabras, que les conferían poder y autoridad sobre sus semejantes. La división de la sociedad entre pensadores y hacedores data de aquella época, como Aristóteles señala en su obra Metafísica. Desde esos tiempos remotos, las capas privilegiadas que disfrutaban el monopolio de la cultura han considerado el trabajo manual con desprecio. Para el intelectual, la realidad está hecha de palabras. Para él, es cierto que “Al principio fue el verbo, y el verbo era con Dios y el verbo era Dios”. La idea —o más correctamente, el prejuicio— del intelectual que otorga a las palabras una importancia sobrenatural, es meramente un reflejo de las condiciones reales de la existencia de éste. En el posmodernismo la narrativa es todo, y sólo podemos conocer el mundo a través de las palabras de los individuos. Aquí, el lenguaje no aparece como un fenómeno que conecta a la gente con el mundo y entre sí, sino como algo que los separa y aísla. Es una barrera, más allá de la cual no podemos conocer nada. La mistificación de la palabra por el intelectual no es, por tanto, nueva. Tiene sus raíces en la división entre trabajo mental y manual. Pero en la filosofía burguesa contemporánea ha adquirido su última expresión. Esto no resulta sorprendente, dado que la brecha entre ricos y pobres, entre los que tienen y los que no, entre “cultos” e ignorantes es mayor ahora que nunca antes en la Historia. Las masas han sido expropiadas, no sólo físicamente, sino también moral y culturalmente. El lenguaje de la ciencia es completamente inaccesible para la gran mayoría de ciudadanos educados, no hablemos ya de los no educados. Y la situación es aún peor con la filosofía, que está completamente empantanada en un miasma de oscurantismo terminológico, que, comparado con él, el lenguaje de los escolásticos medievales se revela como modelo de claridad. La prosa del profesor Dieterich es una muestra perfecta de este género literario. LA NECESIDAD DE LA DIALÉCTICA La filosofía burguesa moderna se ha convertido en algo árido y atrofiado. Está lejos de la realidad y muestra un absoluto desprecio por la vida de la gente corriente. No es sorprendente, por tanto, que la gente la trate también con desprecio. En ningún otro momento de la historia la filosofía ha parecido tan irrelevante como en el presente. La total bancarrota de la filosofía burguesa moderna puede ser explicada en parte por el hecho de que Hegel llevó la filosofía tradicional a sus límites, dejando muy poco espacio para continuar desarrollando la filosofía como filosofía. Pero la razón más importante para esta crisis de la filosofía es el desarrollo de la ciencia.

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