La insurrección que viene LIBROS A nuestros amigos. Comité Invisible. Logroño. Pepitas de Calabaza ed. y Surplus Ediciones. 2015. Comentarios: Tomás Ibáñez.
LIBROS
A nuestros amigos.
Comité Invisible. Logroño. Pepitas de Calabaza
ed. y Surplus Ediciones. 2015.
Comentarios: Tomás Ibáñez.
”
Si el mundo actual se mantiene a pesar de los sacrificios
que impone a la mayoría, y del
rechazo que suscita, es porque
dependemos “materialmente” de
su funcionamiento para asegurar
nuestra supervivencia. Obsesionados por una idea “política” de la
revolución no nos hemos percatado que más allá de una reorganización institucional de la sociedad la revolución requiere
“una nueva configuración técnica del mundo”.
La revolución no será creíble mientras no nos adueñemos de los
conocimientos técnicos sobre el actual funcionamiento
del mundo, a fin de desmontar esos funcionamientos y
sustituirlos por otros que deberemos ser capaces de
hacer funcionar. LIBROS
A nuestros amigos.
Comité Invisible. Logroño. Pepitas de Calabaza
ed. y Surplus Ediciones. 2015.
Comentarios: Tomás Ibáñez.
LIBROS
A nuestros amigos.
Comité Invisible. Logroño. Pepitas de Calabaza
ed. y Surplus Ediciones. 2015.
Comentarios: Tomás Ibáñez.
8
1 LP
meses la fiscalía antiterrorista decide reabrir la causa
instruida contra quien suponen que está detrás del
Comité Invisible. Típica reacción policial, pero craso error
porque resulta que el libro es un producto ampliamente
colectivo, su borrador ha circulado por múltiples lugares
del mundo y ha ido incorporando
diversas aportaciones. El libro no
surge de una persona sino de una
tupida red de “amigos” que conforman un informal Partido Imaginario empeñado en no cesar de
“Pensar, atacar, y construir”.
“A nuestros amigos” se abre
sobre la constatación de que,
finalmente, las insurrecciones
presentidas en el 2007 han
acabado por llegar, y aclara:
“Desde La insurrección que
viene, nos hemos dirigido allí
donde la época se incendiaba.
Hemos leído hemos luchado,
hemos discutido con camaradas de todos los países y de
todas las tendencias, hemos
tropezado con ellos en los
invisibles obstáculos del
tiempo. Algunos de nosotros
han muerto, otros han conocido la prisión. Nosotros hemos
persistido. No hemos renunciado a atacar este mundo ni a
construir otros. De nuestros viajes hemos vuelto con la certeza de que no vivimos unas revueltas erráticas, separadas,
que se ignoran las unas a las otras…..no somos contemporáneos de revueltas dispersas, sino de una única ola mundial
de levantamientos que se comunican entre sí de manera
imperceptible…desde Grecia hasta Chile.“
Ahora bien, las insurrecciones han llegado, pero no han
traído con ellas la revolución, “…por grandes que sean los
desórdenes bajo el cielo, la revolución parece en todas partes
asfixiarse en el estadio del motín
En el mejor de los casos, un
cambio de régimen satisface por un tiempo la necesidad de
cambiar el mundo, para reconducirla luego rápidamente a
la misma insatisfacción.”
Entre las múltiples razones por las que no acontecen
revoluciones, el libro señala que la gente no se apuntará
a un levantamiento popular generalizado mientras
este conlleve la perspectiva de sufrir penurias de
todo tipo, sanitarias, alimentarias, energéticas, etc.
O bien se vislumbran unas
formas alternativas que
sean efectivamente capaces
de hacer funcionar el mundo,
o la revolución seguirá careciendo de toda credibilidad, y
“la perspectiva de la abolición
del Estado seguirá despertando
irónicas sonrisas.”
Si el mundo actual se mantiene a pesar de los sacrificios que impone a la mayoría, y del rechazo que suscita, es porque dependemos “materialmente” de su funcionamiento para asegurar nuestra supervivencia. Obsesionados por una idea “política” de la revolución no nos hemos percatado que más allá de una reorganización institucional de la sociedad la revolución requiere “una nueva configuración técnica del mundo”. La revolución no será creíble mientras no nos adueñemos de los conocimientos técnicos sobre el actual funcionamiento del mundo, a fin de desmontar esos funcionamientos y sustituirlos por otros que deberemos ser capaces de hacer funcionar.
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 3
His master’s voice.
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 4
Comité invisible
La insurrección
que viene
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 5
Título original: L’insurrection qui vient
www.soutien11novembre.org
© De la traducción del francés de L’insurrection qui vient: Yaiza Nerea
Pichel Montoya
© De la traducción del francés de la Mise au point: José Pons Bertran
© Editorial Melusina, s.l., 2010
www.melusina.com
Diseño de cubierta: David Garriga
Reservados todos los derechos de esta edición
Primera edición, junio 2009
Segunda reimpresión, agosto 2010
Depósito legal: B-34.668-2010
isbn-13: 978-84-96614-73-4
isbn-10: 84-96614-73-5
Impreso en España
025-Insurreccion.qxd 28/7/10 21:48 Página 6
contenido
Introducción: Puesta a punto 9
la insurrección que viene
Desde cualquier ángulo... 29
Primer círculo 35
Segundo círculo 43
Tercer círculo 55
Cuarto círculo 69
Quinto círculo 81
Sexto círculo 93
Séptimo círculo 107
En marcha 119
Encontrarse 125
Organizarse 133
Insurrección 153
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 7
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 8
Puesta a punto
todo el mundo lo reconoce. Esto va a reventar. Todo el mundo está de acuerdo, con el semblante sombrío o fanfarrón, en los pasillos de la Asamblea, como ayer se repetía en el bar. Uno se complace
estimando los riesgos. Ya se detallan las operaciones
preventivas de división en zonas del territorio. Y los
festejos del nuevo año adquieren un giro decisivo:
«¡Es el último año en el que habrá ostras!». Para que
la fiesta no se vea totalmente eclipsada por la tradición del desorden se necesitan los 36.000 polis y los
16 helicópteros desplegados por Alliot-Marie,1 la
misma que, durante las manifestaciones estudiantiles de diciembre, espiaba ansiosa cualquier contaminación griega. Se escucha cada vez con más claridad, bajo los mensajes de calma, el ruido de los
preparativos de una guerra abierta. Nadie puede
ignorar ya su puesta en la práctica de forma anunciada, fría y pragmática, que ni siquiera se molesta
en presentarse como una operación de pacificación.
1. Ministra de Interior francesa desde 2007.
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 9
Los periódicos aderezan a conciencia la lista de
causas de esta repentina desazón. Está la crisis, desde luego, con su paro explosivo, su porción de desesperación y planes sociales, sus escándalos Kerviel
y Madoff. Está la quiebra del sistema escolar que ya
no es capaz de producir trabajadores, ni de clasificar al ciudadano; ni siquiera a partir de los niños de
la clase media. Se dice que existe un malestar de
una juventud que no encuentra correspondencia
con ninguna representación política, que sólo sirve
para responder a las bicicletas gratuitas que se ponen a su disposición con alunizajes.
Sin embargo, todas estas fuentes de inquietud
no deberían parecer insalvables en una época en la
que el modo de gobierno predominante consiste
precisamente en la gestión de situaciones de crisis.
Salvo que se considere que a lo que el poder tiene
que enfrentarse no es ni a una crisis más ni a una
sucesión de problemas crónicos, de desajustes más
o menos esperados. Sino a un peligro singular: que
se manifiesten una forma de conflicto y de posiciones que, precisamente, no sean gestionables.
*
* *
Todos los que, por todos lados, son ese peligro tienen que plantearse cuestiones menos ociosas que
las relativas a las causas y probabilidades de movi10 la insurrección que viene
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 10
,...mientos y enfrentamientos que, en todo caso, ocurrirán. Como la siguiente: ¿qué eco tiene el caos
griego en la situación francesa? Una sublevación
aquí no puede ser pensada como una mera transposición de lo que ocurrió allí. La guerra civil
mundial posee todavía sus especificidades locales y
una situación de revueltas generalizadas provocaría en Francia una deflagración de otro tenor.
Los sublevados griegos se enfrentaban a un
Estado débil, si bien gozaban de una gran popularidad. No hay que olvidar que la democracia se
reconstituyó contra el régimen de los coroneles,
hace exactamente treinta años, a partir de una
práctica de la violencia política. Esta violencia,
cuyo recuerdo no queda tan lejano, resulta todavía una evidencia para la mayoría de los griegos.
Incluso los mandamases del ps local ya habían
probado el cóctel molotov en su juventud. Como
contrapartida, la política clásica conoce variantes
que saben avenirse muy bien a estas prácticas y
propagar, incluso en la revuelta, sus necedades
ideológicas. Si la batalla griega no se ha decidido
y terminado en la calle —a pesar de que la policía
estaba visiblemente desbordada— es porque su
neutralización se ha realizado en otra parte.
No
hay nada más agotador, nada más fatal, de hecho,
que cierta política clásica, con sus rituales agostados, su pensamiento carente de pensamiento, su
pequeño mundo cerrado.
puesta a punto 11
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 11
Esperando al General...
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 12
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 13
En Francia, nuestros burócratas socialistas más
exaltados nunca fueron más que austeros infiltrados de asambleas, hombres de paja responsables.
Aquí, todo concurre más bien para anihilar la menor forma de intensidad política, lo que permite
que siempre se pueda oponer al ciudadano frente
a los alborotadores y extraer oposiciones facticias
de un depósito sin fondo: usuarios frente a huelguistas, los que revientan las manifestaciones frente
a los que toman a la ciudadanía como rehén, gente
valiente frente a la chusma.2 Una operación cuasilingüística que va de la mano con las medidas cuasi-militares. Las revueltas de noviembre de 2005 y,
en un contexto diferente, los movimientos sociales
del otoño de 2007 han aportado algunos ejemplos
de la forma de proceder. La imagen de los estudiantes pijos de Nanterre aplaudiendo al grito de
«Viva la policía» la expulsión de sus condiscípulos
por parte de las fuerzas del orden tan sólo nos ofrece un atisbo de lo que nos reserva el porvenir.3
Huelga decir que la vinculación de los franceses al Estado —garante de los valores universales,
14 la insurrección que viene
2. Durante las revueltas de 2005 en el extrarradio de París, el entonces flamante ministro de Interior, Nicolas Sarkozy, se refirió a los sublevados como chusma (racaille), lo
que no hizo sino agravar la situación.
3. Se refiere a los disturbios en la facultad de derecho de
Nanterre en noviembre de 2007, que dividió a los estudiantes
a favor y en contra.
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 14
último bastión frente al desastre— es una patología de la que es complicado deshacerse. Se trata
sobre todo de una ficción que ya no sabe durar.
Incluso nuestros gobernantes la consideran cada
día más como un inútil estorbo puesto que ellos,
al menos, asumen el conflicto militarmente.
Éstos
a quienes no les acompleja enviar unidades antiterroristas de élite tanto para sofocar las revueltas en
los suburbios como para liberar un centro de recuperación de residuos ocupado por asalariados.
A medida que el Estado del bienestar se desmorona, amanece el enfrentamiento entre aquellos que
desean el Orden y aquellos que no. Todo lo que
la política francesa conseguía hasta ahora desactivar comienza a desencadenarse. Todo aquello que
reprimió no quedará impune. Se puede contar
con el movimiento que viene para encontrar, en
el avanzado nivel de descomposición de la sociedad, el hálito nihilista necesario. Lo que no dejará de exponerlo a toda suerte de límites.
Un movimiento revolucionario no se propaga
por contaminación sino por resonancia. Algo que
se constituye aquí resuena con la onda de choque
que emite algo que se constituyó allí. El cuerpo
que resuena lo hace según su propio modo. Una
insurrección no es como la extensión de la peste o
un incendio forestal —un proceso lineal que se
extiende progresivamente, por proximidad, a partir de una chispa inicial—. Se trata más bien de
puesta a punto 15
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 15
algo que cobra cuerpo como una música, y cuyos
focos, incluso dispersos en el tiempo y el espacio,
logran imponer el ritmo de su propia vibración.
Consiguen ganar siempre mayor espesor. Hasta el
extremo de que una vuelta a lo normal deja de ser
deseable e incluso previsible.
Cuando hablamos de Imperio, designamos los
dispositivos de poder que, preventivamente, quirúrgicamente, retienen todos los devenires revolucionarios de una situación. En este sentido, el Imperio no es un enemigo enfrentado a nosotros. Es
un ritmo que se impone, una manera de hacer fluir
y discurrir la realidad. No es tanto un orden del
mundo como su discurrir triste, pesado y militar.
Lo que llega a nuestros oídos del partido de
los insurrectos es un esbozo de una composición,
de un lado de la realidad totalmente diferente,
que desde Grecia hasta los suburbios franceses
busca sus acuerdos.
*
* *
A partir de ahora resulta de notoriedad pública
que las situaciones de crisis son igualmente ocasiones que se ofrecen a la dominación para que se
reestructure.
Así es como Sarkozy puede, sin que apenas parezca que miente, anunciar que la crisis financiera corresponde «al fin de un mundo» y 16 la insurrección que viene 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 16 que el año 2009 verá a Francia entrar en una nueva era. Este camelo de crisis económica sería, en definitiva, una novedad. La ocasión de una bella epopeya que nos vería, a todos juntos, combatir al mismo tiempo las desigualdades y el cambio climático. Algo que para nuestra generación, que nació justo en la crisis y que no ha conocido otra cosa —crisis económica, financiera, social, ecológica—, es, debemos confesarlo, relativamente difícil de admitir. No nos la pegarán con el golpe de la crisis, con el «vamos a empezar de cero» y el «bastará con ajustarse el cinturón durante una temporadita». En realidad, el anuncio de las desastrosas cifras del paro no nos suscita ningún sentimiento. La crisis es una manera de gobernar. Cuando este mundo parece no tener otra forma de sostenerse que mediante la gestión infinita de su propia derrota. Querrían vernos detrás del Estado, movilizados, solidarios con una improbable chapuza de la sociedad. Pero resulta que nos repugna de tal manera unirnos a esta movilización, que puede ocurrir que uno decida más bien tumbar definitivamente al capitalismo. Lo que está en guerra no son las maneras variables de gestionar la sociedad. Se trata, irreductibles e irreconciliables, de ideas sobre la felicidad y sus mundos. El poder lo sabe; nosotros también. Los residuos militantes que nos ven —cada puesta a punto 17 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 17 vez más numerosos, cada vez menos identificables— se tiran de los pelos para que entremos en las pequeñas casillas de sus pequeñas cabezas. Y, no obstante, nos tienden la mano para ahogarnos mejor; en sus fracasos, en su parálisis, en sus problemáticas débiles. De elecciones en «transiciones», nunca serán nada más que aquellos que nos van alejando sin cesar de la posibilidad del comunismo.
Afortunadamente, uno no acaba nuca de
acomodarse a las traiciones ni a los desencantos.
así no cabe elección:
elección embarazosa
18 la insurrección que viene
el fetichismo de la espontaneidad
el bricolage de las redes
militantes
actuar ahora de forma desesperada
dejar en paréntesis lo que
se puede vivir y experimentar aquí y ahora en
nombre de un paraíso que,
a fuerza de alejarse, parece cada vez más un infierno
el control de la organización
la varita de la jerarquía
esperar desesperadamente a más tarde
rumiar el cadáver a fuerza
de persuadirse de que plantar zanahorias será suficiente para salir de la pesadilla.
o
o
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 18
Las organizaciones son un obstáculo para organizarse. En verdad, no hay desviación entre lo que
somos, lo que hacemos y lo que devenimos. Las
organizaciones —políticas o sindicales, fascistas o
anarquistas— comienzan siempre separando
prácticamente este aspecto de la existencia. Y a
continuación tienen la virtud de presentar su estúpido formalismo como el único remedio para
esta separación. Organizarse no es dotar de estructura a la impotencia. Es sobre todo tejer lazos,
lazos que no son neutros, lazos orientados terriblemente. El grado de organización se mide por la
intensidad del reparto, material y espiritual.
Por tanto, de ahora en adelante: «hay que organizarse materialmente para subsistir, hay que
organizarse materialmente para atacar». Que se
elabore un poco por todos lados una nueva idea
del comunismo. En la sombra de los bares, en las
imprentas, en las casas okupadas, en las escaleras,
en las granjas, en los gimnasios, pueden nacer las
complicidades ofensivas; complicidades con las
que el mundo da un giro más firme. No hay que
negar a estas preciadas connivencias los medios
que exigen para desplegar su fuerza.
Ahí se sitúa la posibilidad verdaderamente revolucionaria de la época. Las escaramuzas cada
vez más frecuentes tienen esto de temibles: siempre son una ocasión para la complicidad de esta
naturaleza, a veces efímera, pero a veces también
puesta a punto,... 19
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 19
,...indefectible. Y en ello reside, sin duda, una suerte
de proceso acumulativo. En el momento en el
que miles de jóvenes se toman en serio la idea de
desertar y sabotear este mundo, habría que ser estúpido como un madero para buscar una célula
financiera, un cabecilla o un descuido.
*
* *
Dos siglos de capitalismo y nihilismo mercantil
han desembocado en las extrañezas más extremas,
para sí, para los otros, para los mundos. El individuo, esta ficción, se descomponía a la misma velocidad que devenía real. Hijos de la metrópolis,
apostamos por lo siguiente: es a partir de la desnudez más profunda de la existencia que se despliega la posibilidad, siempre callada, siempre
conjurada, del comunismo.
En definitiva, estamos en guerra contra toda
una antropología. Contra la idea misma del
hombre.
Se trata del comunismo como presupuesto y
como experimentación. Reparto de una sensibilidad y elaboración del reparto. Evidencia de lo común y construcción de una fuerza. El comunismo
como matriz de un asalto minucioso, audaz, contra la dominación. Como llamamiento y como
nombre, de todos los mundos que se resisten a la
20 la insurrección que viene
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 20
pacificación imperial, de todas las solidaridades
irreductibles al reino de la mercancía, de todas las
amistades que asumen las necesidades de la guerra. comunismo. Sabemos que se trata de un término que hay que utilizar con precaución. No
porque, en el gran desfile de las palabras, se halle
en desuso. Sino porque nuestros peores enemigos
lo han utilizado, y continúan haciéndolo. Insistimos. Ciertas palabras son como campos de batalla cuyo sentido es una victoria, revolucionaria o
reaccionaria, necesariamente arrancada tras una
lucha encarnizada.
Desertar de la política clásica significa asumir
la guerra, que se sitúa también en el terreno de la
lengua. O más bien en la manera como se ligan
las palabras, los gestos y la vida. Si se ha puesto
tanto empeño en encarcelar por terrorismo a algunos jóvenes campesinos comunistas que habrían
participado en la redacción de La insurrección que
viene, no es por un «delito por expresar una opinión» sino más bien porque podían encarnar una
manera de mantener en la misma existencia actos
y pensamiento. Algo que, por lo general, no se
perdona.
Por tanto, de lo que se acusa a estas personas
no es ni de haber escrito algo ni de haber atacado
materialmente los sacrosantos flujos que irrigan la
metrópolis. Sino de haberse apoderado de estos
flujos con el espesor de un pensamiento y una propuesta a punto 21
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 21
,...sición política. Que un acto, aquí haya podido tener sentido según una consistencia diferente de la
del desértico Imperio. El antiterrorismo ha pretendido atacar el devenir posible de una «asociación de malhechores». Pero lo que, en realidad, ha
atacado es el devenir posible de una situación. La
posibilidad de que detrás de cada tendero se oculten malas intenciones, y detrás de cada pensamiento los actos a los que apela. La posibilidad de
que se propague una idea de lo político, anónima
pero susceptible de ser subscrita, diseminada e incontrolable, que no pueda tener cabida en el chiringuito de la libertad de expresión.
Ya no puede suscitar grandes dudas que será
la juventud la primera en tomar salvajemente el
poder. Los últimos años, desde las revueltas en
Argelia en la primavera del 2001 hasta las del invierno del 2008 en Grecia, no son sino una sucesión de anuncios en este sentido. Aquellos que
hace treinta o cuarenta años se sublevaron contra
la moral de sus padres no dudarán a reducirlo a
un nuevo conflicto generacional, si es que no lo
reducen a un efecto previsible de la adolescencia.
El único porvenir de una «generación» es ser
la precedente, en un camino que lleva invariablemente al cementerio.
*
* *
22 la insurrección que viene
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 22
La tradición querría que todo comenzara por un
«movimiento social». Sobre todo en un momento
en que la izquierda, que no acaba nunca de descomponerse, busca de forma hipócrita recobrar
una credibilidad en la calle. Lo único es que ya no
posee el monopolio de la calle. Sólo hay que ver
cómo, en cada nueva movilización estudiantil
—como en todo lo que todavía osa sostener— existe una zanja que no cesa de hacerse más profunda
entre las reivindicaciones plañideras y el nivel de
violencia y determinación del movimiento.
Es en este foso donde tenemos que preparar
una trinchera.
Cuando vemos que se suceden los movimientos sociales persiguiéndose los unos a los otros,
que es evidente que no dejan nada tras ellos, a la
fuerza hay que constatar que algo persiste. Un reguero de pólvora une aquello que en cada acontecimiento no se ha dejado meter en vereda por la
temporalidad absurda de la retirada de una ley o
de cualquier otro pretexto. Por intermitencias, y a
propio su ritmo, vemos una suerte de fuerza que
se esboza. Una fuerza que no experimenta su
tiempo sino que lo impone, silenciosamente.
Se acabó el momento de prever los hundimientos o de demostrar la feliz posibilidad. Lleguen éstos pronto o tarde, hay que prepararse. No
se trata de elaborar un diseño de lo que debería ser
una insurrección sino de devolver la posibilidad
puesta a punto 23
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 23
de la sublevación a aquello que nunca habría debido dejar de ser: un impulso vital tanto de la juventud como de la sabiduría popular. A condición de saberse mover, la ausencia de diseño no es
un obstáculo sino una posibilidad. Es, para los insurrectos, el único espacio que puede garantizarles lo esencial: conservar la iniciativa. Queda suscitar, alimentar como uno alimenta un fuego, una
cierta mirada, una cierta fiebre táctica que, cuando llegue el momento, incluso ahora, se revele determinante y fuente constante de determinación.
Ya resurgen ciertas preguntas que todavía ayer parecían grotescas o anticuadas; queda apoderarse
de ellas, no para responder definitivamente sino
antes bien para mantenerlas vivas. Haberlas reformulado no es, por otra parte, la menor de las virtudes del alzamiento griego.
¿Cómo se convierte una situación de disturbios generalizados en una situación insurreccional?
¿Qué hacer cuando se ha conquistado la calle toda vez que la policía se encuentra permanentemente derrotada? ¿Se merecen los parlamentos ser tomados siempre al asalto?
¿Qué significa en la
práctica devolver el poder local? ¿Cómo decidirse?
¿Cómo subsistir?
¿cómo no perderse?
24 la insurrección que viene,...
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 24
la insurrección que viene
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 25
All Together Now...
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 26
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 27
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 28
,...desde cualquier ángulo...
desde cualquier ángulo que se mire, el presente no tiene salida. No es la menor de sus virtudes.
A aquellos que querrían esperar a toda costa, les
roba todo apoyo. Aquellos que pretenden ostentar soluciones son desmentidos al momento. Se
escucha decir que la situación sólo puede ir de
mal en peor. «El futuro ya no tiene porvenir» es la
sabiduría de una época que ha llegado, bajo sus
aires de extrema normalidad, al nivel de consciencia de los primeros punks.
La esfera de la representación política se cierra.
De izquierda a derecha, el mismo vacío adopta poses de adalid o aires de virgen, las mismas cabezas
visibles intercambian sus discursos según los últimos hallazgos del servicio de comunicación.
Aquellos que aún votan dan la impresión de no tener otra intención que la de hacer saltar las urnas a
fuerza de votar, en pura protesta. Empieza a adivinarse que es, de hecho, contra el voto mismo que se
sigue votando. Nada de lo que se presenta está, ni
de lejos, a la altura de la situación. En su mismo si025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 29
lencio, la población parece infinitamente más
adulta que todos los títeres que se pelean por gobernarla. Un chibani1 de Belleville es más sabio en
sus palabras que cualquiera de nuestros supuestos
dirigentes en todas sus declaraciones.
El incendio de noviembre de 2005 no deja de
proyectar su sombra sobre todas las conciencias.
Estas primeras fogatas son el bautismo de una década repleta de promesas. Al cuento mediático del
suburbio-contra-la-República no le falta eficacia,
pero falta a la verdad. Hasta en el centro de las
ciudades prendieron hogueras, que fueron metódicamente acalladas. Calles enteras de Barcelona
ardieron en solidaridad, sin que nadie supiese
nada excepto sus habitantes. Y no es ni siquiera
verdad que desde entonces el país haya dejado de
llamear. Se encuentran entre los inculpados toda
clase de perfiles lo cual sólo unifica el odio hacia
la sociedad existente, y no la pertenencia de clase,
raza o barrio. Lo inédito no reside en una «revuelta de los suburbios» que ya no era nueva en 1980,
sino en la ruptura con sus formas establecidas.
Los asaltantes ya no escuchan a nadie, ni a los hermanos mayores ni a la asociación local que debería gestionar la vuelta a la normalidad. Ningún
sos Racismo podrá hundir sus raíces cancerosas
30 la insurrección que viene
1. Chibani: anciano en árabe y, por extensión, anciano
árabe en francés.
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 30
en este acontecimiento, al que sólo la fatiga, la falsificación y la omertà mediáticas han podido fingir poner término. Toda esta serie de golpes nocturnos, de ataques anónimos, de destrucciones
sin frases han tenido el mérito de dilatar al máximo la fisura entre la política y lo político. Nadie
puede honestamente negar la carga de evidencia
de este asalto que no formulaba ninguna reivindicación, ningún mensaje más que el de la amenaza; que no tenía nada que ver con la política. Hay
que estar ciego para no darse cuenta de todo lo
que hay de puramente político en esta negación
resuelta de la política; o no saber nada de los movimientos autónomos de la juventud desde hace
treinta años. Se han quemado como niños perdidos los primeros bibelots de una sociedad que no
merece más consideración que los monumentos
de París al final de la Semana Sangrienta, y que lo
sabe.
No habrá solución social a la situación presente. En primer lugar, porque el vago agregado de
entornos, instituciones y burbujas individuales
que se denominan por antífrasis «sociedad» no
tiene consistencia; en segundo, porque ya no hay
lenguaje para la experiencia común. Y no se comparten riquezas si no se comparte un lenguaje.
Fue necesario medio siglo de lucha en torno a la
Ilustración para fundar la posibilidad de la Revolución Francesa, y un siglo de lucha en torno al
desde cualquier ángulo... 31
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 31
trabajo para dar a luz al temible «Estado del bienestar». Las luchas crean el lenguaje en el que se
enuncia el nuevo orden. No hay nada semejante
hoy en día. Europa es un continente deslustrado
que va a hacer las compras al Lidl a escondidas y
que viaja en low cost para seguir viajando. Ninguno de los «problemas» que se formulan en el lenguaje social admite resolución en él.
La cuestión
de las «jubilaciones», la de la «precariedad», los
«jóvenes» y su «violencia» sólo pueden quedar en
suspenso, mientras se gestionan policialmente los
pasos a la acción cada vez más penetrantes que estas cuestiones encubren. No se podrá disimular el
hecho de que se limpia a bajo precio el culo de
unos viejos abandonados por los suyos y que no
tienen nada que decir. Aquellos que han encontrado en las vías criminales menos humillación y
más beneficio que en la limpieza de suelos no entregarán sus armas, y la prisión no les inculcará el
amor por la sociedad. El furor por disfrutar de las
hordas de jubilados no soportará de rodillas los
recortes sombríos en sus rentas mensuales, y sólo
puede excitarse aún más ante el rechazo al trabajo
de una amplia fracción de la juventud. Por último, ningún ingreso garantizado acordado al día
siguiente de un cuasi levantamiento sentará las
bases de un New Deal, de un nuevo pacto, de una
nueva paz. El sentimiento social ya se ha evaporado demasiado.
32 la insurrección que viene
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 32
A modo de solución, la presión para que no
pase nada, y con ella el control policial del territorio, no van a dejar de acentuarse. El avión militar
dirigido por control remoto que, según el propio
testimonio de la policía, sobrevoló el pasado 14 de
julio el distrito de Seine-Saint-Denis dibuja el futuro en colores más francos que todas las brumas
humanistas. Que se haya tomado la precaución
de precisar que no estaba armado enuncia con
bastante claridad qué camino hemos tomado. El
territorio será dividido en zonas cada vez más estancas. Las autopistas situadas al borde de un «barrio marginal» forman un muro invisible que las
separa de las zonas residenciales. Piensen lo que
piensen las buenas almas republicanas, la gestión
de barrios «por comunidad» es notoriamente la
más operante. Las porciones puramente metropolitanas del territorio, los principales centros urbanos, llevarán su vida lujosa en una deconstrucción
cada vez más retorcida, más sofisticada, más estridente. Iluminarán todo el planeta con sus luces de
burdel mientras las patrullas de la bac,......//....
2 las compañías de seguridad privada, en resumen, las milicias, se multiplicarán hasta el infinito, mientras se
benefician de una cobertura judicial cada vez más
desvergonzada.
desde cualquier ángulo... 33
2. bac (Brigades anti criminalité): brigadas anticriminales de la policía francesa.
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 33
El callejón sin salida del presente, perceptible
en todas partes, se niega en todos lados. Nunca
tantos psicólogos, sociólogos y literatos se habrán
empleado en ello, cada uno en su jerga especial,
donde resulta notoria la ausencia una conclusión.
Basta con escuchar los cantos de la época, las ñoñerías de la «nueva canción francesa» en la que la
pequeña burguesía diseca sus estados de ánimo y
las declaraciones de guerra de la mafia K’1 Fry,3
para saber que la coexistencia cesará muy pronto,
que una decisión se aproxima.
Este libro está firmado con un nombre de colectivo imaginario. Sus redactores no son los autores. Se han contentado con poner un poco de
orden en los lugares comunes de la época, en lo
que se murmura en las mesas de los bares, detrás
de la puerta cerrada de los dormitorios. No han
hecho más que fijar las verdades necesarias, aquéllas cuyo rechazo universal llena los hospitales psiquiátricos y las miradas de pena. Se han convertido en los escribas de la situación. Es el privilegio
de las circunstancias radicales que la precisión lleva con toda lógica a la revolución. Basta con decir
lo que se tiene ante los ojos y no eludir la conclusión.
34 la insurrección que viene
3. K’1 Fry: grupo de rap francés.
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 34
Primer círculo
«i am what i am»
«i am what i am.» Es la última ofrenda del márketing al mundo, la última etapa de la evolución publicitaria, al frente, tan al frente de todas las exhortaciones a ser diferente, a ser uno mismo y a beber
Pepsi. Décadas de conceptos para llegar aquí, a la
pura tautología: yo = yo. Él corre en la cinta delante del espejo de su gimnasio. Ella llega de trabajar al volante de su Smart. ¿Se encontrarán?
«soy lo que soy.» Mi cuerpo me pertenece.
yo soy yo, tú eres tú, y la cosa va mal. Personalización de masa. Individualización de todas las condiciones: de vida, de trabajo, de desdicha. Esquizofrenia difusa. Depresión servil. Atomización en
finas partículas paranoicas. Histerización del contacto. Cuanto más quiero ser yo, mayor es mi sensación de vacío. Cuanto más me expreso, más me
agoto. Cuanto más me persigo, más cansado estoy. yo tengo, tú tienes, nosotros tenemos nuestro
yo como una taquilla fastidiosa.
Nos hemos convertido en representantes de nosotros mismos
—somos, en este extraño comercio, los garantes de
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 35
una personalidad que tiene todo el aspecto, al final, de una amputación—. Nos asumimos hasta la
ruina con una torpeza más o menos disimulada.
Mientras tanto, yo controlo. La búsqueda de
mí mismo, mi blog, mi piso, las últimas tonterías
de moda, las historias de pareja, de ligues…
¡cuántas prótesis se necesitan para ostentar un yo!
Si «la sociedad» no se hubiera convertido en esta
abstracción definitiva, designaría el conjunto de
muletas existenciales que se me tienden para poder arrastrarme aún; el conjunto de dependencias
que he contraído en pago por mi identidad. El
minusválido es el modelo de la ciudadanía que viene. De forma premonitoria, las asociaciones que
lo explotan reivindican actualmente el «subsidio
universal» para él.
La conminación, omnipresente, de ser «alguien» sustenta el estado patológico que hace necesaria a esta sociedad. La conminación a ser fuerte
produce la debilidad a través de la cual se mantiene, hasta el punto de que todo parece adquirir un
aspecto terapéutico, incluso trabajar, incluso amar.
Todos los «¿qué tal?» que se intercambian en un
día hacen pensar en otras tantas tomas de temperatura que una sociedad de pacientes se administran unos a otros. La sociabilidad está hecha ahora de mil pequeños nichos, de mil pequeños
refugios en los que uno está al calor. Donde siempre se está mejor que en el intenso frío del exte,...
36 la insurrección que viene
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 36
,...rior. Donde todo es falso, pues sólo es un pretexto
para calentarse. Donde nada puede suceder porque uno está sordamente ocupado tiritando junto
a los demás. Pronto esta sociedad no aguantará
más que por la tensión de todos los átomos sociales hacia una ilusoria curación. Es una central que
extrae su energía de una gigantesca reserva de lágrimas siempre a punto de desbordarse.
«i am what i am.» Nunca la dominación había encontrado una consigna menos sospechosa.
El mantenimiento del yo en un estado de semirruina permanente, en una seminsuficiencia crónica, es el secreto mejor guardado del orden de
cosas actual. El yo débil, deprimido, autocrítico,
virtual, es por esencia ese sujeto infinitamente
adaptable que requiere una producción fundada
en la innovación, la obsolescencia acelerada de las
tecnologías, la alteración constante de las normas
sociales y la flexibilidad generalizada. Es al mismo
tiempo el consumidor más voraz y, paradójicamente, el yo más productivo, aquel que se lanzará
con más energía y avidez sobre el menor proyecto,
para volver más tarde a su estado larvario original.
¿«qué es lo que soy», entonces? Algo atravesado desde la infancia por flujos de leche, olores,
historias, sonidos, canciones infantiles, substancias, gestos, ideas, impresiones, miradas, cantos y
comida. ¿lo que soy? Algo vinculado por doquier a lugares, sufrimientos, antepasados, amiprimer círculo 37
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 37
gos, amores, acontecimientos, lenguas, recuerdos,
a toda clase de cosas que, sin duda alguna, no son
yo. Todo lo que me ata al mundo, todos los vínculos que me constituyen, todas las fuerzas que
me pueblan no tejen una identidad, como me incitan a proclamar, sino una existencia singular, común, viva y de la que emerge, en algunos puntos,
en algunos momentos, este ser que dice «yo».
Nuestro sentimiento de inconsistencia no es más
que el efecto de esta tonta creencia en la permanencia del yo, y de la escasa atención que prestamos a lo que nos constituye.
Da vértigo ver reinar en lo alto de un rascacielos de Shangai el «i am what i am» de Reebok. Occidente lanza por todas partes, como su
caballo de Troya favorito, esa pesada antinomia
entre el yo y el mundo, el individuo y el grupo,
entre ataduras y libertad. La libertad no es el
gesto de deshacerse de las ataduras, sino la capacidad práctica de operar a través de ellas, de moverse en ellas, de establecerlas o truncarlas. La
familia sólo existe como familia, es decir, como
infierno, para aquel que ha renunciado a alterar
sus mecanismos debilitadores, o no sabe cómo
hacerlo. La libertad de desarraigarse ha sido
siempre el fantasma de la libertad. No nos liberamos de lo que nos coarta sin perder al mismo
tiempo aquello sobre lo que podríamos ejercer
nuestras fuerzas.
38 la insurrección que viene
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 38
«i am what i am» no es por tanto una simple
mentira, una simple campaña publicitaria, sino
una campaña militar, un grito de guerra dirigido
contra todo lo que hay entre los seres, contra todo
lo que les liga de forma invisible, todo aquello que
obstaculiza la perfecta desolación, todo lo que
hace que existamos y que el mundo no tenga, en
todas partes, el aspecto de una autopista, un parque de atracciones o una ciudad nueva: tedio
puro, sin pasión y bien ordenado, espacio vacío,
helado, por el que ya sólo transitan cuerpos matriculados, moléculas automóviles y mercancías
ideales.
Francia no es la patria de los ansiolíticos, el
paraíso de los antidepresivos, la meca de la neurosis, sin ser simultáneamente el campeón europeo de la productividad horaria. La enfermedad,
el cansancio y la depresión pueden ser considerados síntomas individuales de aquello de lo que
hay que curarse.
De este modo, trabajan por el
mantenimiento del orden existente, por mi ajuste dócil a unas normas frágiles, por la modernización de mis muletas. Ocultan la selección en
mí de las inclinaciones oportunas, conformes y
productivas, y de aquellas otras por las que habrá
que, amablemente, guardar duelo: «Hay que saber cambiar, ya sabes». Pero, tomadas como hechos, mis debilidades pueden conducir también
al desmantelamiento de la hipótesis del yo. Deprimer círculo 39
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 39
vienen entonces actos de resistencia en la guerra
en curso. Devienen rebelión y centro de energía
contra todo lo que conspira para normalizarnos,
para amputarnos. El YO no es lo que está en crisis
en nosotros, sino la forma en la que se intenta imprimirnos. Se pretende convertirnos en yoes bien
delimitados, bien separados, clasificables e inventariables por cualidades, en resumen, controlables, cuando somos criaturas entre las criaturas, singularidades entre nuestros semejantes,
carne viva tejiendo la carne del mundo. Contrariamente a lo que se nos repite desde la infancia,
la inteligencia no es saber adaptarse —o, si es
una inteligencia, es la de los esclavos—. Nuestra
inadaptación y nuestro cansancio sólo son problemas desde el punto de vista de quien quiere
someternos. Indican, más bien, un punto de
partida, un punto de confluencia para unas
complicidades inéditas. Hacen emerger un paisaje mucho más destartalado, pero infinitamente más susceptible de compartirse, que todas las
fantasmagorías que esta sociedad mantiene a sus
expensas.
No estamos deprimidos, estamos en huelga.
Para quien rechaza controlarse, la depresión no es
un estado sino un tránsito, un adiós, un paso de
lado hacia la desafiliación política. A partir de ahí,
no hay otra conciliación que la medicamentosa, y
la policial. Es precisamente por esta razón que la
40 la insurrección que viene
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 40
sociedad no teme imponer Ritalín a los niños demasiados vivos, que trenza continuamente bridas
de dependencias farmacéuticas y pretende detectar desde los tres años los «trastornos de comportamiento».
Porque la hipótesis del yo se fisura por
doquier.
primer círculo 41
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 41
Sin novedad en el frente.
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 42
Segundo círculo
«la diversión
es una necesidad vital»
un gobierno que declara el estado de excepción
contra chavales de quince años. Un país que deja
su destino en manos de un equipo de futbolistas.
Un policía en una cama de hospital que se queja
de haber sido víctima de la «violencia callejera».
Un prefecto que emite un decreto contra quienes
se construyan cabañas en los árboles. Dos niños
de diez años, en Chelles, inculpados del incendio de
una ludoteca. Esta época destaca por lo grotesco
de unas situaciones que se le escapan una y otra
vez. Hay que decir que los medios no ahorran esfuerzos para sofocar, en los registros de la queja y
de la indignación, la carcajada que debería acoger
semejantes noticias.
Una carcajada incendiaria es la respuesta ajustada a todas las graves «cuestiones» que se complace en plantear la actualidad. Para empezar por
la más trillada: no existe el «problema de la inmigración». ¿Quién crece aún donde ha nacido?
¿Quién vive donde ha crecido? ¿Quién trabaja
donde vive? ¿Quién vive donde vivieron sus an025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 43
cestros? ¿Y de quién son los niños de esta época?
¿De sus padres o de la televisión? La verdad es que
hemos sido arrancados en masa a toda pertenencia, ya no somos de ninguna parte y de ello resulta, al mismo tiempo que una inédita disposición
al turismo, un innegable sufrimiento. Nuestra
historia es la de las colonizaciones, de las migraciones, de las guerras, de los exilios, de la destrucción
de todos los arraigos. Es la historia de todo lo que
ha hecho de nosotros extraños en este mundo,
huéspedes en nuestra propia familia. Hemos sido
expropiados de nuestra lengua por la enseñanza,
de nuestras canciones por las varietés, de nuestras
carnes por la pornografía de masa, de nuestra ciudad por la policía, de nuestros amigos por el sistema salarial.
A todo esto se añade, en Francia, el
trabajo feroz y secular de individualización por un
poder de Estado que evalúa, compara, disciplina y
separa a sus sujetos desde la más temprana edad,
que desune por instinto las solidaridades que se le
escapan a fin de que no quede más que la ciudadanía, la pura pertenencia, fantasmática, a la República. El francés es más que cualquier otra cosa
el desposeído, el miserable. Su odio al extranjero
se funde con su odio a sí mismo como extranjero.
Su envidia mezclada con pavor hacia los suburbios
sólo expresa su resentimiento por todo lo que ha
perdido. No puede evitar envidiar esos barrios
llamados de «relegación» donde aún persiste un
44 la insurrección que viene
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 44
poco de vida común, algunos vínculos entre los
seres, algunas solidaridades no estatales, una economía informal y una organización que aún no se
ha desligado de aquellos que se organizan. Hemos
llegado a ese punto de privación en que la única
manera de sentirse francés es echar pestes de los
inmigrantes, de aquellos que son extranjeros como
YO de una forma más visible. Los inmigrantes
ocupan en este país una curiosa posición de soberanía: si no estuviesen aquí, los franceses quizás ya
no existirían.
Francia es un producto de su escuela, y no al
revés. Vivimos en un país excesivamente escolar,
en el que nos acordamos de la selectividad como
un momento memorable de la vida. En el que los
jubilados aún hablan de su fracaso, cuarenta años
atrás, en tal o cual examen, y del coste que ello supuso para toda su carrera, para toda su vida. La escuela de la República ha formado desde hace un siglo y medio un tipo de subjetividades estatalizadas,
reconocibles entre todas.
Gente que acepta la selección y la competición a condición de que las oportunidades sean iguales. Que de la vida esperan que
cada uno sea recompensado como en una oposición, según sus méritos. Que piden siempre permiso antes de tomar. Que respetan calladamente la
cultura, los reglamentos y a los primeros de la clase. Incluso su apego a los grandes intelectuales críticos y su rechazo al capitalismo están impregnados
segundo círculo 45
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 45
de este amor por la escuela. Es esta construcción estatal de las subjetividades la que se desmorona cada
día un poco más con la decadencia de la institución
escolar. La reaparición hace veinte años de la escuela y la cultura de la calle, en competencia con la
escuela de la República y su cultura de cartón piedra, es el traumatismo más profundo que sufre actualmente el universalismo francés. En este punto,
la derecha más extrema se reconcilia de antemano
con la izquierda más virulenta. Sólo el nombre de
Jules Ferry, ministro de Thiers durante la destrucción de la Comuna de París y teórico de la colonización, debería, sin embargo, bastar para hacernos
desconfiar de esta institución.
En cuanto a nosotros, cuando vemos a los
profes salidos de no se sabe qué «comité de vigilancia ciudadana» ir a lloriquear al 20 heures1 porque les han quemado su escuela, nos acordamos
de cuántas veces, de niños, habíamos soñado con
ello. Cuando oímos a un intelectual de izquierdas
abominar de la barbarie de las pandillas de jóvenes que increpan a los transeúntes, roban en las
tiendas, incendian coches y juegan al ratón y al
gato con los crs,2 nos acordamos de lo que se de46 la insurrección que viene,...
1. 20 heures: telediario de las ocho de la tarde de la televisión pública francesa.
2. crs (Compagnies Républicaines de Sécurité): cuerpo
de la policía francesa.
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 46
cía de los «blousons noirs»3
,...en los años sesenta o,
mejor, de los «apaches» en la Belle Époque: «Bajo
el nombre genérico de apaches —escribe un juez
en el tribunal del Sena en 1907—, está de moda
desde hace algunos años designar a todos los individuos peligrosos, hatajo de reincidentes, enemigos de la sociedad, sin patria ni familia, desertores de todos los deberes, preparados para realizar
los ataques más audaces y cualquier atentado contra personas o propiedades». Estas bandas que huyen del trabajo, que toman el nombre de su barrio
y se enfrentan con la policía, son la pesadilla del
buen ciudadano individualizado a la francesa: encarnan todo aquello a lo que ha renunciado, toda
la alegría posible y a la que no accederá nunca.
Resulta impertinente existir en un país en el que a
un niño al que se sorprende cantando a su aire se
le reprende inevitablemente con un ¡para, que va
a llover! y en el que la castración escolar produce
generaciones de empleados disciplinados. El aura
persistente de Mesrine4 no se debe tanto a su rectitud y audacia como al hecho de haberse propuesto vengarse de lo que todos deberíamos vengarnos. O más bien de lo que deberíamos vengarnos
segundo círculo 47
3. Blousons noirs: vocablo creado en los años sesenta por
periodistas para designar a jóvenes considerados delincuentes
y que vestían camisas negras.
4. Mesrine: Legendario ladrón y contrabandista francés
nacido en 1936.
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 47
directamente ahí donde seguimos dando rodeos y
demorándonos. Puesto que no cabe duda de que
por medio de mil bajezas disimuladas, de todo
tipo de murmuraciones, de una malicia helada y
una cortesía venenosa, el francés no deja de vengarse, continuamente y contra todo, del aniquilamiento al que se ha resignado. Ya era hora de que
el ¡vamos a joder a la policía! sustituyera al ¡sí, señor
agente! En este sentido, la hostilidad abierta de
ciertas bandas sólo expresa, de una manera algo
menos soterrada que otras, el mal ambiente, la
mala disposición de fondo y el deseo de destrucción salvadora en el que este país se consume.
Llamar «sociedad» al pueblo de extranjeros en
el que vivimos es una usurpación tal que incluso
los sociólogos se plantean renunciar a un concepto que ha constituido, durante un siglo, su sustento. Prefieren ahora la metáfora de la red para
describir el modo en que se conectan las soledades
cibernéticas, en que se tejen las interacciones débiles conocidas bajo los nombres de «colega»,
«tío», «contacto», «relación» o «ligue». Del mismo
modo, sucede que estas redes se condensan en un
medio, en el que no se comparte nada salvo unos
códigos y en el que únicamente está en juego la
incesante recomposición de una identidad.
Sería una pérdida de tiempo detallar todo lo
que hay de agonizante en las relaciones sociales
existentes. Se dice que la familia vuelve, que la pa48 la insurrección que viene
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 48
reja vuelve. Pero la familia que vuelve no es la
que se había ido. Su regreso no es más que un nivel más profundo de la separación reinante, a la
que sirve para disimular, convirtiéndose en ella
misma mediante el engaño. Todo el mundo
puede dar fe de las dosis de tristeza que se concentra año tras año en las fiestas en familia, las
sonrisas trabajosas, la desazón de ver a todo el
mundo simular en vano, el sentimiento de que
ahí, sobre la mesa, hay un cadáver y todo el
mundo hace como si nada. De ligue en divorcio,
de concubinato en recomposición, cada cual experimenta la inanidad del triste núcleo familiar,
pero la mayoría parece juzgar que sería aún más
triste renunciar a él. La familia ya no es tanto el
agobio de la influencia materna o el patriarcado
de las tortas como ese abandono infantil a una dependencia algodonosa, donde todo es conocido;
como ese momento de indiferencia frente a un
mundo que ya nadie puede negar que se desmorona, un mundo en el que «emanciparse» es un
eufemismo de «haber encontrado jefe». Querríamos encontrar en la familiaridad biológica la excusa para corroer en nosotros cualquier determinación un poco rompedora; para obligarnos a
renunciar, bajo el pretexto de que nos han visto
crecer, tanto a hacernos mayores como a la seriedad que hay en la infancia. Hay que preservarse
de esta corrosión.
segundo círculo 49
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 49
La pareja es como el último escalón de la gran
debacle social. Es el oasis en medio del desierto
humano. Se busca en ella, bajo los auspicios de lo
íntimo, todo aquello que, de modo tan evidente,
ha abandonado las relaciones sociales contemporáneas:
el calor, la sencillez, la verdad, una vida sin
teatro ni espectador. Pero, una vez pasado el aturdimiento amoroso, la «intimidad» se quita el disfraz: ella misma es una invención social, habla en
el lenguaje de las revistas femeninas y de la psicología; dispone, como el resto, de estrategias hasta
la saciedad. No hay en ella más verdad que en
cualquier otro lugar; también aquí dominan la
mentira y las leyes de la extrañeza. Y cuando, por
fortuna, se encuentra en ella esta verdad, exige un
modo de compartir que desmiente la propia forma de la pareja. Aquello por lo que los seres se
aman es también aquello que los hace amables, y
arruina la utopía del autismo de a dos.
En realidad, la descomposición de todas las
formas sociales es una ganga. Es para nosotros la
condición ideal de una experimentación masiva,
salvaje, de nuevos ajustes, de nuevas fidelidades.
La famosa «dimisión parental» nos ha impuesto
una confrontación con el mundo que ha forzado
en nosotros una lucidez precoz y augura algunas
buenas revueltas. En la muerte de la pareja vemos
nacer perturbadoras formas de afectividad colectiva, ahora que el sexo se usa hasta el desgaste, que
50 la insurrección que viene
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 50
la virilidad y la feminidad son como viejos trajes
apolillados, que tres décadas de continuas innovaciones tecnológicas han agotado todos los atractivos de la trasgresión y la liberación. Con lo que
hay de incondicional en los vínculos de parentesco, tenemos la intención de construir el armazón
de una solidaridad política tan impenetrable a la
injerencia del Estado como un campamento de
gitanos. Incluso las interminables subvenciones
que numerosos padres están abocados a pagar a su
progenie proletarizada pueden convertirse en una
forma de mecenazgo en beneficio de la subversión
social. «Emanciparse» podría también querer decir: aprender a pelearse en la calle, a ocupar casas
vacías, a no trabajar, a amarse locamente y a robar
en los supermercados.
segundo círculo 51
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 51
C’est si bon...
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 52
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 53
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 54
Tercer círculo
«la vida, la salud, el amor
son precarios, ¿por qué iba
a escapar el trabajo a esta ley?»
no hay cuestión más enmarañada, en Francia, que
la del trabajo. No hay relación más retorcida que la
de los franceses con el trabajo. Id a Andalucía, Argelia o Nápoles. Allí en el fondo se desprecia el
trabajo. Id a Alemania, Estados Unidos o Japón.
Allí se reverencia el trabajo. Las cosas cambian, es
verdad. Efectivamente, hay otakus en Japón, frohe
Arbeitslose en Alemania y workaholics en Andalucía. Pero no son por ahora más que curiosidades.
En Francia, se hace todo lo posible para trepar en
la jerarquía, pero se alardea en privado de no dar
palo al agua. Uno se queda hasta las diez de la noche en el curro cuando está desbordado, pero
nunca tiene escrúpulos a la hora de robar, aquí y
allá, material de la oficina o de sisar del almacén
de la empresa piezas sueltas que, llegado el caso, se
revenden. Se detesta a los jefes, pero se quiere ser
empleado a cualquier precio. Tener un trabajo es
un honor y trabajar, un signo de debilidad. En resumen: el perfecto cuadro clínico de la histeria. Se
ama odiando, se odia amando. Y todos sabemos
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 55
el estupor y desasosiego que aquejan al histérico
cuando pierde a su víctima, a su amo. La mayoría
de las veces no se recupera.
En este país profundamente político que es
Francia, el poder industrial ha estado siempre sometido al poder del Estado.
La actividad económica no ha dejado nunca de estar recelosamente
dirigida por una administración puntillosa. Los
grandes patrones que no proceden de la nobleza
de Estado tipo Polytechnique-ENA1 son los parias del mundo de los negocios de los que se comenta, entre bastidores, que dan un poco de
pena. Bernard Tapie es su héroe trágico: adulado
un día, en prisión el otro, intocable siempre. Que
se deje ver ahora en escena no tiene nada de sorprendente. Contemplándolo como se contempla
a un monstruo, el público francés lo mantiene a
buena distancia y, mediante el espectáculo de tan
fascinante infamia, evita su contacto. A pesar del
gran farol de los años ochenta, el culto a la empresa nunca cuajó en Francia. Cualquiera que escriba
un libro para vilipendiarla, se asegura un best-seller. Por más que los empresarios, sus maneras y
su literatura se hayan pavoneado en público, permanece en torno a ellos un cordón sanitario de
56 la insurrección que viene
1. Polytechnique y ena:
prestigiosas universidades de las
que procede buena parte de la élite política y empresarial de
Francia.
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 56
risa burlona, un océano de desprecio, un mar de
sarcasmos. El empresario no forma parte de la familia. Se mire por donde se mire, en la jerarquía
del aborrecimiento se prefiere al policía. Ser funcionario sigue siendo, contra viento y marea, contra golden boys y privatizaciones, la definición
convenida del buen trabajo. Se puede envidiar la
riqueza de quienes no lo son, pero no se les envidia el puesto.
Sobre esta neurosis de fondo, los gobiernos
sucesivos aún pueden declarar la guerra al paro, y
pretenden librar la «batalla del empleo» mientras
los ex dirigentes se pasean con sus móviles entre las
tiendas de Médicos del Mundo a orillas del Sena.
Cuando las expulsiones masivas de la anpe2 dificultan el descenso de la cifra de parados por debajo de los dos millones; cuando sólo el rmi3 y el trapicheo protegen, según el propio testimonio de los
Renseignements Généraux,4 frente a la explosión
social que puede estallar en cualquier momento,
es la economía psíquica de los franceses, así como
la estabilidad política del país, lo que está en juego en el mantenimiento de la ficción laborista.
tercer círculo 57
2. anpe (Agence Nationale pour l’Emploi): equivalente
del inem en Francia.
3. rmi (Revenu minimun d’insertion): subsidio al desempleo sin equivalente en España.
4. Renseignements Généraux: servicios secretos dependientes de la policía nacional francesa.
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 57
Permiso para que nos importe un carajo.
Pertenecemos a una generación que vive muy
bien sin esta ficción. Que nunca ha contado con la
jubilación ni con el derecho del trabajo, y mucho
menos con el derecho al trabajo. Que ni siquiera es
precaria, como se complacen en teorizar las facciones más avanzadas de la militancia izquierdista,
porque ser precario sigue significando definirse en
relación con la esfera del trabajo, en este caso, con
su descomposición. Admitimos la necesidad de conseguir dinero —no importa por qué medios—
porque actualmente es imposible pasar sin él, pero
no la necesidad de trabajar. Además, ya no trabajamos: curramos. La empresa ya no es un lugar en
el que existimos, es un lugar que atravesamos. No
somos cínicos, sólo reticentes a que se nos engañe.
Los discursos sobre la motivación, la calidad y la
implicación personal nos resbalan, para desgracia
de los gestores de recursos humanos. Dicen que
estamos decepcionados con la empresa, que no
ha honrado la lealtad de nuestros padres, que los ha
despedido sin escrúpulos. Mienten. Para estar decepcionado, primero hay que esperar algo. Y nunca hemos esperado nada de ella: la vemos tal como
es y nunca ha dejado de ser, una estafa de confort
variable. Sentimos que nuestros padres cayeran en
la trampa; al menos, aquellos que se lo creyeron.
La confusión de sentimientos que rodea la
cuestión del trabajo puede explicarse de esta ma58 la insurrección que viene
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 58
nera:
la noción de trabajo ha abarcado siempre
dos dimensiones contradictorias. Una dimensión
de explotación y una dimensión de participación.
Explotación de la fuerza de trabajo individual y
colectiva por la apropiación privada o social de la
plusvalía; participación en una obra común a través de los vínculos que se tejen entre aquellos que
cooperan en el seno del universo de la producción. Estas dos dimensiones se confunden perniciosamente en la noción de trabajo, lo cual explica la indiferencia de los trabajadores, a fin de
cuentas, hacia la retórica marxista, que niega la
dimensión de participación, así como hacia la retórica empresarial, que niega la dimensión de explotación. De ahí, también, la ambivalencia de la
relación con el trabajo, al mismo tiempo deshonroso, puesto que nos vuelve extraños ante lo que
hacemos, y adorado, en la medida en que una
parte de nosotros mismos está en juego. El desastre aquí es previo: reside en todo aquello que ha
sido necesario destruir, en todos aquellos a los
que ha habido que desarraigar para que el trabajo
termine por aparecer como la única manera de
existir. El horror del trabajo no está tanto en el
propio trabajo como en el asolamiento metódico,
desde hace siglos, de todo aquello que no es él: familiaridades de barrio, de oficio, de pueblo, de lucha, de parentesco; apego a lugares, seres, estaciones, modos de hacer y de hablar.
tercer círculo 59
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 59
La paradoja actual reside en lo siguiente: el
trabajo ha triunfado sin rastro de los otros modos
de existir, al mismo tiempo que los trabajadores
se han vuelto superfluos. Los incrementos de productividad, la deslocalización, la mecanización, la
automatización y la digitalización de la producción
han progresado tanto que han reducido a casi nada
la cantidad de trabajo vivo necesario para la confección de cada mercancía.
Vivimos la paradoja
de una sociedad de trabajadores sin trabajo en la
que la distracción, el consumo y el ocio sólo acentúan la falta de aquello de lo que debieran distraernos. La mina de Carmaux, célebre durante
un siglo por sus huelgas violentas, ha sido convertida en Cap Découverte. Es un «centro multiocio» donde se puede hacer skateboard o montar
en bici, y que se distingue por un «Museo de la
Mina» en el que se simulan explosiones de grisú
para los veraneantes.
En las empresas, el trabajo se divide de forma
cada vez más visible en empleos altamente cualificados de investigación, concepción, control, coordinación y comunicación ligados a la aplicación
de todos los saberes necesarios en el nuevo proceso de producción cibernetizado, y en empleos no
cualificados de mantenimiento y vigilancia de este
proceso. Los primeros son poco numerosos, muy
bien pagados y, por tanto, tan codiciados que a la
minoría que los acapara no se le ocurriría dejar
60 la insurrección que viene
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 60
caer ni una miga. Su trabajo y ellos se funden en un
abrazo angustioso. Empresarios, científicos, miembros de lobbies, investigadores, programadores,
agentes del desarrollo, consultores e ingenieros no
cesan literalmente jamás de trabajar. Incluso sus ligues aumentan la productividad. «Las empresas
más creativas son también aquéllas en las que las
relaciones íntimas son más numerosas», teoriza un
filósofo, director del departamento de recursos humanos. «Los colaboradores de la empresa —confirma el director de dicho departamento en Daimler-Benz—, forman parte del capital de la empresa
… Su motivación, su buen hacer, su capacidad de
innovación y su preocupación por los deseos de la
clientela constituyen la materia prima de unos servicios innovadores … Su comportamiento y su
competencia social y emocional tienen un peso
creciente en la evaluación del trabajo … Éste ya no
será evaluado según el número de horas de presencia sino en función de los objetivos alcanzados y
de la calidad de los resultados. Son empresarios.»
El conjunto de tareas que no han podido ser
automatizadas forman una nebulosa de puestos
que, al no poder ser ocupados por máquinas, son
ocupados por cualquier humano:
manipuladores,
reponedores, trabajadores en cadena, temporeros,
etcétera. Esta mano de obra flexible, indiferenciada, que pasa de una tarea a otra y nunca permanece mucho tiempo en la misma empresa, ya no
tercer círculo 61
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 61
puede asociarse en una fuerza, puesto que nunca
se encuentra en el centro del proceso de producción sino que está pulverizada en una multitud de
intersticios, ocupada tapando los huecos que no
han sido mecanizados. El trabajador temporal es
la figura de ese obrero que ya no lo es, que ya no
tiene un oficio sino unas competencias que va
vendiendo en cada trabajo puntual que realiza, y
cuya disponibilidad es también un trabajo.
Al margen de este meollo de trabajadores
efectivos, necesarios para el buen funcionamiento
de la máquina, se extiende ahora una mayoría que
se ha vuelto excedentaria, útil, en efecto, para el
flujo de la producción pero poco más, y que hace
pesar sobre la máquina el riesgo de que, en su desocupación, la sabotee. La amenaza de una desmovilización general es el espectro que recorre el sistema de producción actual. A la pregunta de
«¿por qué trabajar, entonces?», no todo el mundo
responde como este antiguo beneficiario del rmi
en Libération: «Por mi bienestar. Necesitaba ocuparme en algo». Hay un riesgo serio de que acabemos encontrando un empleo de nuestra desocupación. Esta población flotante debe ocuparse o ser
contenida. Ahora bien, no se ha encontrado a día
de hoy mejor método disciplinario que el salariado. Habrá entonces que continuar con el desmantelamiento de los «logros sociales», a fin de
hacer volver al seno salarial a los más reacios,
62 la insurrección que viene
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 62
aquellos que sólo se rinden ante la alternativa entre morir de hambre o pudrirse en la cárcel. La explosión del sector esclavista de los «servicios personales» debe continuar: mujeres de la limpieza,
hostelería, masajes, asistencia a domicilio, prostitución, cuidados médicos, clases particulares, pasatiempos terapéuticos, ayuda psicológica, etcétera.
Todo ello acompañado de un aumento continuo
de las normas de seguridad, de higiene, de comportamiento y de educación, de una aceleración
en la fugacidad de las modas, que establecen por
sí solas la necesidad de tales servicios.
En Rouen,
los parquímetros automáticos han sido substituidos por «parquímetros humanos»: alguien que se
aburre en la calle te entrega un ticket de estacionamiento y te alquila, llegado el caso, un paraguas
por si cae un chaparrón.
El orden del trabajo fue el orden de un mundo. La evidencia de su ruina le deja a uno paralizado con sólo pensar en todo lo que implica. Trabajar, hoy en día, está menos ligado a la necesidad
económica de producir mercancías que a la necesidad política de producir productores y consumidores, de salvar por todos los medios el orden del
trabajo. Producirse a sí mismo se está convirtiendo
en la ocupación dominante de una sociedad en
que la producción se ha quedado sin objeto:
como un carpintero al que se hubiera desposeído
de su taller y se pusiera, en último extremo, a cetercer círculo 63
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 63
pillarse a sí mismo. De ahí el espectáculo de todos
esos jóvenes que entrenan su sonrisa para una entrevista de trabajo, se blanquean los dientes para
lograr un ascenso, van a la discoteca para estimular el espíritu de equipo, aprenden inglés para incentivar su carrera, se divorcian o se casan para tomar nuevo impulso, asisten a cursos de teatro
para convertirse en líderes o de «desarrollo personal» para «gestionar mejor los conflictos». «El
“desarrollo personal” más íntimo —asegura un
gurú cualquiera— conducirá a una mejor estabilidad profesional, una mayor soltura en las relaciones, una agudeza intelectual mejor orientada y,
por tanto, un mejor rendimiento económico.» El
bullicio de ese vulgo que espera con impaciencia
ser seleccionado entrenándose para ser natural
tiene que ver con una tentativa de salvamento del
orden del trabajo mediante una ética de la movilización. Estar movilizado es referirse al trabajo no
como actividad, sino como posibilidad.
El parado
que se quita los piercings, va a la peluquería y realiza «proyectos», trabaja claramente «por su empleabilidad», como suele decirse, y demuestra de
este modo su movilización. La movilización es ese
ligero desprendimiento respecto a uno mismo,
ese mínimo desgarramiento de lo que nos constituye, esa condición de extrañeza a partir de la que
el yo puede ser tomado como objeto de trabajo, y
que hace posible venderse uno mismo y no su
64 la insurrección que viene
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 64
fuerza de trabajo, conseguir remuneración no por
lo que uno hace, sino por lo que es, por nuestro
exquisito manejo de los códigos sociales, nuestros
talentos relacionales, nuestra sonrisa o nuestra
apariencia. Es la nueva norma de socialización. La
movilización opera la fusión entre los dos polos
contradictorios del trabajo: uno mismo participa
en su explotación y explota toda participación.
Cada uno somos, idealmente, una pequeña empresa, su propio jefe y su propio producto. Se trata, tanto si uno trabaja como si no, de acumular
los contactos, las competencias, la «red», en resumen: el «capital humano». La conminación planetaria a movilizarse bajo el menor pretexto —el
cáncer, el «terrorismo», un terremoto, los «sin techo»— resume la determinación de las potencias
dominantes de mantener el reino del trabajo más
allá de su desaparición física.
De este modo, el aparato de producción presente es, por un lado, una gigantesca máquina de
movilizar psíquica y físicamente, de bombear la
energía de los humanos que se han vuelto excedentarios, y por otro, una máquina de seleccionar
que concede la supervivencia a las subjetividades conformes y deja caer a todos los «individuos
en riesgo», todos aquellos que encarnan otro empleo de la vida y, por esta razón, se le resisten.
Por
un lado, se hace vivir a los espectros; por otro, se
deja morir a los vivos. Tal es la función propiatercer círculo 65
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 65
,...mente política del aparato de producción presente.
Organizarse más allá y contra el trabajo, desertar colectivamente del régimen de la movilización, manifestar la existencia de una vitalidad y
de una disciplina en la propia desmovilización es
un crimen que una civilización en las últimas no
está dispuesta a perdonarnos; es, efectivamente, la
única manera de sobrevivir a ella.
66 la insurrección que viene
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 66
Sonríe a la videocámara...
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 67
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 68
Cuarto círculo
«¡más sencillo, más guay,
más flexible y más seguro!»
que no nos vuelvan a hablar de la «ciudad» y el
«campo», y menos aún de su antigua oposición.
Lo que se extiende en torno a nosotros no se le
parece ni de cerca ni de lejos: es un tapiz urbano
único, sin forma ni orden, una zona desolada, indefinida e ilimitada, un continuum mundial de
hipercentros museificados y parques naturales, de
grandes complejos inmobiliarios e inmensas explotaciones agrícolas, de zonas industriales y urbanizaciones, de casas rurales y bares modernos:
la metrópolis. Ha existido efectivamente la ciudad antigua, la ciudad medieval y la ciudad moderna; no hay ciudad metropolitana. La metrópolis requiere la síntesis de todo el territorio. En ella
todo cohabita, no tanto geográficamente como
por el entramado de sus redes.
La ciudad, precisamente porque acaba de desaparecer, es ahora mitificada como Historia. Las
fábricas de Lille se convierten en salas de espectáculo, el centro hormigonado de Le Havre es patrimonio de la Unesco. En Pekín, los hutongs que
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 69
rodean la Ciudad Prohibida son destruidos mientras se construyen otros falsos un poco más lejos,
para los curiosos.
En Troyes, se colocan entramados de vigas de madera sobre edificios de ladrillo a modo de fachada, un arte del pastiche que no deja de evocar las tiendas de estilo victoriano de Disneyland París. Los centros históricos, durante mucho tiempo focos de sedición, encuentran sabiamente su lugar en el organigrama de la metrópolis. Han sido reservados al turismo y al consumo ostentoso. Son los islotes de la magia mercantil, que se mantienen mediante el guirigay y la estética, aunque también mediante la fuerza. La cursilería sofocante de los mercados navideños se paga cada vez con más vigilantes y patrullas de municipales. El control se integra de maravilla en el paisaje de la mercancía, mostrando, a quien quiere verla, su cara autoritaria. La época pertenece a la mezcla, mezcla de fanfarrias, de porras telescópicas y de algodón de azúcar. ¡Cuánta vigilancia policial exige el encantamiento! Este gusto por lo auténtico-entre-comillas, y por el control que conlleva, acompaña a la pequeña burguesía en su colonización de los barrios populares. Empujada fuera de los hipercentros, se desplaza a ellos para buscar una «vida de barrio» que jamás encontraría en sus barrios residenciales. Y echando a los pobres, a los coches y a los inmigrantes, limpiando el lugar, extirpando los micro70 la insurrección que viene 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 70 bios, pulveriza aquello mismo que había ido a buscar. En un anuncio municipal, un agente de limpieza tiende la mano a un guardián de la paz; el eslogan: «Montauban, ciudad limpia». La decencia que obliga a los urbanistas a no hablar de «la ciudad», la cual han destruido, sino de «lo urbano», debería incitarles también a dejar de hablar de «el campo», que ya no existe. Lo que hay, en su lugar, es un paisaje que se exhibe a las masas estresadas y desarraigadas, un pasado que puede muy bien teatralizarse ahora que los campesinos han sido reducidos a tan poco. Es un marketing que se despliega sobre un «territorio» en el que todo debe ser valorizado o constituido en patrimonio. Se trata siempre del mismo vacío helador que llega hasta las más recónditas parroquias. La metrópolis es la muerte simultánea de la ciudad y del campo, en la encrucijada donde convergen todas las clases medias, en el contexto de la clase situada en el medio, que, de éxodo rural en «periurbanización», se extiende de forma indefinida. La vitrificación del territorio mundial casa bien con el cinismo de la arquitectura contemporánea. Un instituto, un hospital, una mediateca son distintas variantes del mismo tema: transparencia, neutralidad, uniformidad. Edificios, masivos y fluidos, concebidos sin necesidad de saber qué albergarán, y que podrían estar aquí del miscuarto círculo 71 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 71 mo modo que en cualquier otro sitio. ¿Qué hacer con las torres de oficinas de la Défense, de la Part Dieu o de Euralille?1 La expresión «flamantemente nuevo» contiene ya su destino. Un viajero escocés, después de que los insurrectos quemaran el ayuntamiento de París en mayo de 1871, da cuenta del singular esplendor del poder en llamas:
«…
nunca había imaginado nada tan bello; es soberbio. La gente de la Comuna de París son unos miserables malhechores, no lo discuto; pero, ¡qué artistas! ¡Y no fueron conscientes de su obra! … He
visto las ruinas de Amalfi bañadas por el oleaje
azul del Mediterráneo, las ruinas de los templos
de Tung-hoor en el Punjab; he visto Roma y muchas otras cosas: nada puede compararse a lo que
aquella noche tuve ante mis ojos».
Es cierto que quedan prendidos en la malla
metropolitana algunos fragmentos de ciudad y algunos residuos de campo. Pero lo vivaz, por su
parte, se ha asentado en los lugares de confinamiento. La paradoja quiere que los sitios aparentemente más inhabitables sean los únicos que aún
están habitados de alguna manera. Una vieja casa
abandonada siempre tendrá un aspecto más poblado que esos apartamentos de alto standing
donde sólo se pueden colocar los muebles y per72 la insurrección que viene
1. Défense, Part Dieu y Euralille: centros de negocios en
las ciudades de París, Lyon y Lille, respectivamente.
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 72
feccionar la decoración esperando el próximo
traslado. Los barrios de chabolas son en muchas
megalópolis los únicos lugares vivos, vivibles, y
no sorprende que sean también los lugares más
mortales. Son el reverso del decorado electrónico
de la metrópolis mundial. Las ciudades dormitorio de los suburbios del norte de París, abandonadas por una pequeña burguesía que partió a la
caza de chalets y que ha devuelto a la vida el paro
masivo, resplandecen desde entonces con más intensidad que el barrio latino de París. Por el verbo tanto como por el fuego.
Las revueltas de 2005 no nacen de la extrema
desposesión, como tanto se ha glosado, sino, al
contrario, de la plena posesión del territorio. Uno
puede quemar coches porque está harto, pero para
propagar la revuelta durante un mes y mantener a
la policía en jaque de forma prolongada hay que
saber organizarse, contar con complicidades, conocer el terreno a la perfección y compartir un
lenguaje y un enemigo común. Los kilómetros y
las semanas no impidieron la propagación del fuego, allí donde menos lo esperaban. Al contrario
que los teléfonos, el rumor no se puede pinchar.
La metrópolis es el terreno de un incesante
conflicto de baja intensidad, en el que las tomas
de Basora, de Mogadiscio o de Nablus marcan
puntos culminantes. La ciudad, para los militares,
fue durante mucho tiempo un lugar que era pre,... cuarto círculo 73
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 73
,...ferible evitar, cuando no asediar; la metrópolis,
por su lado, es del todo compatible con la guerra.
El conflicto armado tan sólo es un momento de
su constante reconfiguración. Las batallas emprendidas por las grandes potencias parecen un
trabajo policial que se debe rehacer, continuamente, en los agujeros negros de las metrópolis, «ya
sea en Burkina Faso, en el sur del Bronx, en Kamagasaki, en Chiapas o en la Courneuve». Las
«intervenciones» no buscan tanto la victoria, ni siquiera restablecer el orden y la paz, como la prosecución de un proyecto de seguridad que aún/ya
está en marcha. La guerra ya no es aislable en el
tiempo, sino que se difracta en una serie de microoperaciones, militares y policiales, para asegurar la seguridad.
La policía y el ejército se adaptan en paralelo
y paso a paso. Un criminólogo pide a los crs que
se organicen en pequeñas unidades móviles y profesionalizadas. La institución militar, cuna de los
métodos disciplinarios, cuestiona su organización
jerárquica. Un oficial de la otan aplica a su batallón de granaderos un «método participativo que
implica a todos en el análisis, preparación, ejecución y evaluación de una acción. El plan es discutido y discutido durante días, a lo largo del entrenamiento y según las últimas informaciones
recibidas … Nada como un plan elaborado en común para aumentar la adhesión y la motivación».
74 la insurrección que viene
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 74
Las fuerzas armadas no sólo se adaptan a la
metrópolis; también le dan forma. Así, los soldados israelíes, desde la batalla de Nablus, se convierten en arquitectos de interiores. Obligados
por la guerrilla palestina a abandonar las calles,
demasiado peligrosas, aprenden a avanzar vertical
y horizontalmente en el interior de las construcciones urbanas, echando abajo paredes y techos
para moverse. Un oficial de las fuerzas de defensa
israelíes, licenciado en filosofía, explica: «El enemigo interpreta el espacio de una manera clásica,
tradicional, y yo me niego a seguir su interpretación y caer en sus trampas … ¡Quiero sorprenderlo! Ésa es la esencia de la guerra. Debo ganarla
… Eso es todo:
he elegido una metodología que
me permite atravesar las paredes… como un gusano que avanza comiéndose lo que encuentra en
su camino». Lo urbano es más que el teatro del
enfrentamiento, es el medio para el mismo. Esto
nos obliga a recordar los consejos de Blanqui, en
este caso en favor de la insurrección, que recomendaba a los futuros insurgentes de París sitiar
las casas de las calles cortadas con barricadas para
proteger sus posiciones, horadar las paredes que
estuvieran comunicadas, derribar las escaleras de los
bajos y perforar los techos para defenderse de eventuales asaltantes, arrancar las puertas para atrancar las ventanas y convertir cada planta en un
puesto de tiro.
cuarto círculo 75
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 75
76 la insurrección que viene
La metrópolis no es sólo este amasijo urbanizado, esta colisión final de la ciudad y el campo,
es también un flujo de seres y de cosas. Una corriente que pasa por todas partes, una red de fibras
ópticas, de líneas de trenes de alta velocidad, de
satélites, de cámaras de videovigilancia, para que
este mundo nunca deje de encaminarse a la ruina.
Una corriente que querría arrastrarlo todo en su
movilidad sin esperanza, que moviliza a todo el
mundo. En la que estamos asediados por informaciones, así como por otras tantas fuerzas hostiles. En la que sólo nos queda correr. En la que se
hace difícil esperar, aunque sea a la enésima línea
de metro.
La multiplicación de los medios de transporte
y de comunicación nos arranca sin cesar del aquí y
del ahora, mediante la tentación de estar siempre
en otro lugar. Tomar un tgv, un rer2 o un
teléfono para estar ya allí. Esta movilidad sólo implica desarraigo, aislamiento, exilio. Sería insoportable para cualquiera si no se tratara siempre de
movilidad del espacio privado, del interior portátil.
La burbuja privada no estalla, se pone a flotar. No
es la salida del caparazón, sino sólo su puesta en
movimiento. De una estación, de un centro co,...
2. tgv (Train à grande vitesse): tren de alta velocidad;
rer (Réseau express régional): red de trenes de cercanías suburbanos de la región parisina.
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 76
,...mercial, de un banco de inversión, de un hotel a
otro, en todos lados aparece esa extrañeza, tan banal, tan conocida que remplaza a la última familiaridad. La exuberancia de la metrópolis está en
esta mezcla de ambientes definidos, susceptibles
de recombinarse hasta el infinito. Los centros de
las ciudades se presentan no ya como lugares idénticos sino como ofertas originales de ambientes
entre los que nos movemos, escogiendo uno, dejando otro, según una especie de shopping existencial entre estilos de bares, gentes, diseños o playlists
de un iPod. «Con mi lector de mp3, yo soy el dueño de mi mundo.» Para sobrevivir a la uniformidad que nos rodea, la única opción es reconstituir
continuamente el propio mundo interior, como
un niño que reconstruyera en todas partes la misma cabaña. Como Robinson reproduciendo su
universo de tendero en la isla desierta, salvo que
nuestra isla desierta es la civilización misma, y además somos miles los que desembarcamos sin cesar.
Precisamente porque consiste en esta arquitectura de flujos, la metrópolis es una de las formaciones humanas más vulnerables que jamás ha
existido. Flexible, sutil, pero vulnerable. Un cierre brutal de las fronteras a causa de una epidemia
furiosa, una carencia cualquiera en un suministro
vital, un bloqueo organizado de los ejes de comunicación, y todo el decorado se desmorona, sin
poder seguir ocultando las escenas de masacres
cuarto círculo 77
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 77
que la acechan a todas horas. Este mundo no iría
tan rápido si no estuviera constantemente perseguido por la proximidad de su caída.
Su estructura en red, toda su estructura tecnológica de nudos y conexiones, su arquitectura descentralizada querrían proteger a la metrópolis de
sus inevitables disfunciones. Internet debe resistir
a un ataque nuclear. El control permanente de los
flujos de informaciones, de hombres y de mercancías debe garantizar la movilidad metropolitana, la
trazabilidad, asegurar que nunca falte un palé en
un almacén de mercancías, que nunca aparezca
una tarjeta robada en el comercio o un terrorista
en el avión. Gracias a un pulgar rfid, un pasaporte biométrico o una base de datos de adn.
Pero la metrópolis produce también los medios para su propia destrucción. Un experto en
seguridad americano explica la derrota en Iraq
por la capacidad de la guerrilla para sacar provecho de los nuevos modos de comunicación. Con
su invasión, los Estados Unidos no importaron
tanto la democracia como las redes cibernéticas.
Llevaban con ellos una de las armas de su derrota.
La multiplicación de teléfonos móviles y puntos
de acceso a internet proporcionó a la guerrilla
unos medios inéditos para organizarse y para hacerse tan difícilmente atacable.
Cada red tiene sus puntos débiles, unos nudos
que, tan sólo con deshacerlos, provoca que la cir,...
78 la insurrección que viene
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 78
cuarto círculo 79
,...culación se detenga y que la malla haga implosión. La última gran avería eléctrica europea lo ha
demostrado: habría bastado un accidente en una
línea de alta tensión para sumir a buena parte del
continente en la oscuridad. El primer gesto para
que algo pueda surgir en medio de la metrópolis,
para que se abran otros posibles, es detener su
perpetuum mobile. Es lo que han entendido los rebeldes tailandeses que revientan los repetidores
eléctricos. Y también los anti-cpe,3 que han bloqueado las universidades, para después intentar
bloquear la economía. Es lo que han entendido
los estibadores americanos que se declararon en
huelga en octubre de 2002 por el mantenimiento
de trescientos empleos, y que bloquearon durante
diez días los principales puertos de la Costa Oeste. La economía americana es tan dependiente de
los suministros ajustados procedentes de Asia que
el coste del bloqueo ascendió a mil millones de
euros por día. Por diez mil, es posible hacer vacilar a la mayor potencia económica mundial. Según ciertos «expertos», si el movimiento se hubiera prolongado un mes más, habríamos asistido a
«una nueva recesión en Estados Unidos y a una
pesadilla económica para el sudeste asiático».
3. cpe (Contrat premier embauche): ley laboral anunciada en 2006 que generó una oleada de protestas, lo que obligó
al gobierno de Chirac a retirarla.
025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 79
La joie de vivre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario