martes, 15 de septiembre de 2020

I.- PARTE, : luky de málaga, Lmm: LA REVOLUCIÓN, NO ES NI NÁ NI MÁS MENOS, QUE PONERSE POR DELANTE DE LA BURGUESÍA, DE SUS MEDIDAS Y DE SUS PROYECTOS". A 15-9-2.020, málaga; ( ADELANTARSE A SUS INICIATIVAS ).






La insurrección que viene       LIBROS A nuestros amigos. Comité Invisible. Logroño. Pepitas de Calabaza ed. y Surplus Ediciones. 2015. Comentarios: Tomás Ibáñez.

LIBROS A nuestros amigos. Comité Invisible. Logroño. Pepitas de Calabaza ed. y Surplus Ediciones. 2015. Comentarios: Tomás Ibáñez.

 8 1 LP meses la fiscalía antiterrorista decide reabrir la causa instruida contra quien suponen que está detrás del Comité Invisible. Típica reacción policial, pero craso error porque resulta que el libro es un producto ampliamente colectivo, su borrador ha circulado por múltiples lugares del mundo y ha ido incorporando diversas aportaciones. El libro no surge de una persona sino de una tupida red de “amigos” que conforman un informal Partido Imaginario empeñado en no cesar de “Pensar, atacar, y construir”. “A nuestros amigos” se abre sobre la constatación de que, finalmente, las insurrecciones presentidas en el 2007 han acabado por llegar, y aclara: “Desde La insurrección que viene, nos hemos dirigido allí donde la época se incendiaba. Hemos leído hemos luchado, hemos discutido con camaradas de todos los países y de todas las tendencias, hemos tropezado con ellos en los invisibles obstáculos del tiempo. Algunos de nosotros han muerto, otros han conocido la prisión. Nosotros hemos persistido. No hemos renunciado a atacar este mundo ni a construir otros. De nuestros viajes hemos vuelto con la certeza de que no vivimos unas revueltas erráticas, separadas, que se ignoran las unas a las otras…..no somos contemporáneos de revueltas dispersas, sino de una única ola mundial de levantamientos que se comunican entre sí de manera imperceptible…desde Grecia hasta Chile.“ Ahora bien, las insurrecciones han llegado, pero no han traído con ellas la revolución, “…por grandes que sean los desórdenes bajo el cielo, la revolución parece en todas partes asfixiarse en el estadio del motín En el mejor de los casos, un cambio de régimen satisface por un tiempo la necesidad de cambiar el mundo, para reconducirla luego rápidamente a la misma insatisfacción.” Entre las múltiples razones por las que no acontecen revoluciones, el libro señala que la gente no se apuntará a un levantamiento popular generalizado mientras este conlleve la perspectiva de sufrir penurias de todo tipo, sanitarias, alimentarias, energéticas, etc. O bien se vislumbran unas formas alternativas que sean efectivamente capaces de hacer funcionar el mundo, o la revolución seguirá careciendo de toda credibilidad, y “la perspectiva de la abolición del Estado seguirá despertando irónicas sonrisas.

” Si el mundo actual se mantiene a pesar de los sacrificios que impone a la mayoría, y del rechazo que suscita, es porque dependemos “materialmente” de su funcionamiento para asegurar nuestra supervivencia. Obsesionados por una idea “política” de la revolución no nos hemos percatado que más allá de una reorganización institucional de la sociedad la revolución requiere 

“una nueva configuración técnica del mundo”. 

La revolución no será creíble mientras no nos adueñemos de los conocimientos técnicos sobre el actual funcionamiento del mundo, a fin de desmontar esos funcionamientos y sustituirlos por otros que deberemos ser capaces de hacer funcionar.         LIBROS A nuestros amigos. Comité Invisible. Logroño. Pepitas de Calabaza ed. y Surplus Ediciones. 2015. Comentarios: Tomás Ibáñez.

LIBROS A nuestros amigos. Comité Invisible. Logroño. Pepitas de Calabaza ed. y Surplus Ediciones. 2015. Comentarios: Tomás Ibáñez. 8 1 LP meses la fiscalía antiterrorista decide reabrir la causa instruida contra quien suponen que está detrás del Comité Invisible. Típica reacción policial, pero craso error porque resulta que el libro es un producto ampliamente colectivo, su borrador ha circulado por múltiples lugares del mundo y ha ido incorporando diversas aportaciones. El libro no surge de una persona sino de una tupida red de “amigos” que conforman un informal Partido Imaginario empeñado en no cesar de “Pensar, atacar, y construir”. “A nuestros amigos” se abre sobre la constatación de que, finalmente, las insurrecciones presentidas en el 2007 han acabado por llegar, y aclara: “Desde La insurrección que viene, nos hemos dirigido allí donde la época se incendiaba. Hemos leído hemos luchado, hemos discutido con camaradas de todos los países y de todas las tendencias, hemos tropezado con ellos en los invisibles obstáculos del tiempo. Algunos de nosotros han muerto, otros han conocido la prisión. Nosotros hemos persistido. No hemos renunciado a atacar este mundo ni a construir otros. De nuestros viajes hemos vuelto con la certeza de que no vivimos unas revueltas erráticas, separadas, que se ignoran las unas a las otras…..no somos contemporáneos de revueltas dispersas, sino de una única ola mundial de levantamientos que se comunican entre sí de manera imperceptible…desde Grecia hasta Chile.“ Ahora bien, las insurrecciones han llegado, pero no han traído con ellas la revolución, “…por grandes que sean los desórdenes bajo el cielo, la revolución parece en todas partes asfixiarse en el estadio del motín 

En el mejor de los casos, un cambio de régimen satisface por un tiempo la necesidad de cambiar el mundo, para reconducirla luego rápidamente a la misma insatisfacción.” Entre las múltiples razones por las que no acontecen revoluciones, el libro señala que la gente no se apuntará a un levantamiento popular generalizado mientras este conlleve la perspectiva de sufrir penurias de todo tipo, sanitarias, alimentarias, energéticas, etc. O bien se vislumbran unas formas alternativas que sean efectivamente capaces de hacer funcionar el mundo, o la revolución seguirá careciendo de toda credibilidad, y

 “la perspectiva de la abolición del Estado seguirá despertando irónicas sonrisas.” 

Si el mundo actual se mantiene a pesar de los sacrificios que impone a la mayoría, y del rechazo que suscita, es porque dependemos “materialmente” de su funcionamiento para asegurar nuestra supervivencia. Obsesionados por una idea “política” de la revolución no nos hemos percatado que más allá de una reorganización institucional de la sociedad la revolución requiere “una nueva configuración técnica del mundo”. La revolución no será creíble mientras no nos adueñemos de los conocimientos técnicos sobre el actual funcionamiento del mundo, a fin de desmontar esos funcionamientos y sustituirlos por otros que deberemos ser capaces de hacer funcionar.

 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 3 His master’s voice. 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 4 Comité invisible La insurrección que viene 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 5 Título original: L’insurrection qui vient www.soutien11novembre.org © De la traducción del francés de L’insurrection qui vient: Yaiza Nerea Pichel Montoya © De la traducción del francés de la Mise au point: José Pons Bertran © Editorial Melusina, s.l., 2010 www.melusina.com Diseño de cubierta: David Garriga Reservados todos los derechos de esta edición Primera edición, junio 2009 Segunda reimpresión, agosto 2010 Depósito legal: B-34.668-2010 isbn-13: 978-84-96614-73-4 isbn-10: 84-96614-73-5 Impreso en España 025-Insurreccion.qxd 28/7/10 21:48 Página 6 contenido Introducción: Puesta a punto 9 la insurrección que viene Desde cualquier ángulo... 29 Primer círculo 35 Segundo círculo 43 Tercer círculo 55 Cuarto círculo 69 Quinto círculo 81 Sexto círculo 93 Séptimo círculo 107 En marcha 119 Encontrarse 125 Organizarse 133 Insurrección 153 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 7 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 8 

Puesta a punto todo el mundo lo reconoce. Esto va a reventar. Todo el mundo está de acuerdo, con el semblante sombrío o fanfarrón, en los pasillos de la Asamblea, como ayer se repetía en el bar. Uno se complace estimando los riesgos. Ya se detallan las operaciones preventivas de división en zonas del territorio. Y los festejos del nuevo año adquieren un giro decisivo: «¡Es el último año en el que habrá ostras!». Para que la fiesta no se vea totalmente eclipsada por la tradición del desorden se necesitan los 36.000 polis y los 16 helicópteros desplegados por Alliot-Marie,1 la misma que, durante las manifestaciones estudiantiles de diciembre, espiaba ansiosa cualquier contaminación griega. Se escucha cada vez con más claridad, bajo los mensajes de calma, el ruido de los preparativos de una guerra abierta. Nadie puede ignorar ya su puesta en la práctica de forma anunciada, fría y pragmática, que ni siquiera se molesta en presentarse como una operación de pacificación. 1. Ministra de Interior francesa desde 2007. 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 9 Los periódicos aderezan a conciencia la lista de causas de esta repentina desazón. Está la crisis, desde luego, con su paro explosivo, su porción de desesperación y planes sociales, sus escándalos Kerviel y Madoff. Está la quiebra del sistema escolar que ya no es capaz de producir trabajadores, ni de clasificar al ciudadano; ni siquiera a partir de los niños de la clase media. Se dice que existe un malestar de una juventud que no encuentra correspondencia con ninguna representación política, que sólo sirve para responder a las bicicletas gratuitas que se ponen a su disposición con alunizajes. 

Sin embargo, todas estas fuentes de inquietud no deberían parecer insalvables en una época en la que el modo de gobierno predominante consiste precisamente en la gestión de situaciones de crisis. Salvo que se considere que a lo que el poder tiene que enfrentarse no es ni a una crisis más ni a una sucesión de problemas crónicos, de desajustes más o menos esperados. Sino a un peligro singular: que se manifiesten una forma de conflicto y de posiciones que, precisamente, no sean gestionables. * * * Todos los que, por todos lados, son ese peligro tienen que plantearse cuestiones menos ociosas que las relativas a las causas y probabilidades de movi10 la insurrección que viene 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 10 

,...mientos y enfrentamientos que, en todo caso, ocurrirán. Como la siguiente: ¿qué eco tiene el caos griego en la situación francesa? Una sublevación aquí no puede ser pensada como una mera transposición de lo que ocurrió allí. La guerra civil mundial posee todavía sus especificidades locales y una situación de revueltas generalizadas provocaría en Francia una deflagración de otro tenor. Los sublevados griegos se enfrentaban a un Estado débil, si bien gozaban de una gran popularidad. No hay que olvidar que la democracia se reconstituyó contra el régimen de los coroneles, hace exactamente treinta años, a partir de una práctica de la violencia política. Esta violencia, cuyo recuerdo no queda tan lejano, resulta todavía una evidencia para la mayoría de los griegos. Incluso los mandamases del ps local ya habían probado el cóctel molotov en su juventud. Como contrapartida, la política clásica conoce variantes que saben avenirse muy bien a estas prácticas y propagar, incluso en la revuelta, sus necedades ideológicas. Si la batalla griega no se ha decidido y terminado en la calle —a pesar de que la policía estaba visiblemente desbordada— es porque su neutralización se ha realizado en otra parte. 

No hay nada más agotador, nada más fatal, de hecho, que cierta política clásica, con sus rituales agostados, su pensamiento carente de pensamiento, su pequeño mundo cerrado. puesta a punto 11 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 11 Esperando al General... 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 12 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 13 En Francia, nuestros burócratas socialistas más exaltados nunca fueron más que austeros infiltrados de asambleas, hombres de paja responsables. Aquí, todo concurre más bien para anihilar la menor forma de intensidad política, lo que permite que siempre se pueda oponer al ciudadano frente a los alborotadores y extraer oposiciones facticias de un depósito sin fondo: usuarios frente a huelguistas, los que revientan las manifestaciones frente a los que toman a la ciudadanía como rehén, gente valiente frente a la chusma.2 Una operación cuasilingüística que va de la mano con las medidas cuasi-militares. Las revueltas de noviembre de 2005 y, en un contexto diferente, los movimientos sociales del otoño de 2007 han aportado algunos ejemplos de la forma de proceder. La imagen de los estudiantes pijos de Nanterre aplaudiendo al grito de «Viva la policía» la expulsión de sus condiscípulos por parte de las fuerzas del orden tan sólo nos ofrece un atisbo de lo que nos reserva el porvenir.3 Huelga decir que la vinculación de los franceses al Estado —garante de los valores universales, 14 la insurrección que viene 2. Durante las revueltas de 2005 en el extrarradio de París, el entonces flamante ministro de Interior, Nicolas Sarkozy, se refirió a los sublevados como chusma (racaille), lo que no hizo sino agravar la situación. 3. Se refiere a los disturbios en la facultad de derecho de Nanterre en noviembre de 2007, que dividió a los estudiantes a favor y en contra. 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 14 último bastión frente al desastre— es una patología de la que es complicado deshacerse. Se trata sobre todo de una ficción que ya no sabe durar. Incluso nuestros gobernantes la consideran cada día más como un inútil estorbo puesto que ellos, al menos, asumen el conflicto militarmente. 

Éstos a quienes no les acompleja enviar unidades antiterroristas de élite tanto para sofocar las revueltas en los suburbios como para liberar un centro de recuperación de residuos ocupado por asalariados. A medida que el Estado del bienestar se desmorona, amanece el enfrentamiento entre aquellos que desean el Orden y aquellos que no. Todo lo que la política francesa conseguía hasta ahora desactivar comienza a desencadenarse. Todo aquello que reprimió no quedará impune. Se puede contar con el movimiento que viene para encontrar, en el avanzado nivel de descomposición de la sociedad, el hálito nihilista necesario. Lo que no dejará de exponerlo a toda suerte de límites. Un movimiento revolucionario no se propaga por contaminación sino por resonancia. Algo que se constituye aquí resuena con la onda de choque que emite algo que se constituyó allí. El cuerpo que resuena lo hace según su propio modo. Una insurrección no es como la extensión de la peste o un incendio forestal —un proceso lineal que se extiende progresivamente, por proximidad, a partir de una chispa inicial—. Se trata más bien de puesta a punto 15 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 15 algo que cobra cuerpo como una música, y cuyos focos, incluso dispersos en el tiempo y el espacio, logran imponer el ritmo de su propia vibración. Consiguen ganar siempre mayor espesor. Hasta el extremo de que una vuelta a lo normal deja de ser deseable e incluso previsible. Cuando hablamos de Imperio, designamos los dispositivos de poder que, preventivamente, quirúrgicamente, retienen todos los devenires revolucionarios de una situación. En este sentido, el Imperio no es un enemigo enfrentado a nosotros. Es un ritmo que se impone, una manera de hacer fluir y discurrir la realidad. No es tanto un orden del mundo como su discurrir triste, pesado y militar. Lo que llega a nuestros oídos del partido de los insurrectos es un esbozo de una composición, de un lado de la realidad totalmente diferente, que desde Grecia hasta los suburbios franceses busca sus acuerdos. * * * A partir de ahora resulta de notoriedad pública que las situaciones de crisis son igualmente ocasiones que se ofrecen a la dominación para que se reestructure. 



Así es como Sarkozy puede, sin que apenas parezca que miente, anunciar que la crisis financiera corresponde «al fin de un mundo» y 16 la insurrección que viene 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 16 que el año 2009 verá a Francia entrar en una nueva era. Este camelo de crisis económica sería, en definitiva, una novedad. La ocasión de una bella epopeya que nos vería, a todos juntos, combatir al mismo tiempo las desigualdades y el cambio climático. Algo que para nuestra generación, que nació justo en la crisis y que no ha conocido otra cosa —crisis económica, financiera, social, ecológica—, es, debemos confesarlo, relativamente difícil de admitir. No nos la pegarán con el golpe de la crisis, con el «vamos a empezar de cero» y el «bastará con ajustarse el cinturón durante una temporadita». En realidad, el anuncio de las desastrosas cifras del paro no nos suscita ningún sentimiento. La crisis es una manera de gobernar. Cuando este mundo parece no tener otra forma de sostenerse que mediante la gestión infinita de su propia derrota. Querrían vernos detrás del Estado, movilizados, solidarios con una improbable chapuza de la sociedad. Pero resulta que nos repugna de tal manera unirnos a esta movilización, que puede ocurrir que uno decida más bien tumbar definitivamente al capitalismo. Lo que está en guerra no son las maneras variables de gestionar la sociedad. Se trata, irreductibles e irreconciliables, de ideas sobre la felicidad y sus mundos. El poder lo sabe; nosotros también. Los residuos militantes que nos ven —cada puesta a punto 17 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 17 vez más numerosos, cada vez menos identificables— se tiran de los pelos para que entremos en las pequeñas casillas de sus pequeñas cabezas. Y, no obstante, nos tienden la mano para ahogarnos mejor; en sus fracasos, en su parálisis, en sus problemáticas débiles. De elecciones en «transiciones», nunca serán nada más que aquellos que nos van alejando sin cesar de la posibilidad del comunismo. 

Afortunadamente, uno no acaba nuca de acomodarse a las traiciones ni a los desencantos. así no cabe elección: elección embarazosa 18 la insurrección que viene el fetichismo de la espontaneidad el bricolage de las redes militantes actuar ahora de forma desesperada dejar en paréntesis lo que se puede vivir y experimentar aquí y ahora en nombre de un paraíso que, a fuerza de alejarse, parece cada vez más un infierno el control de la organización la varita de la jerarquía esperar desesperadamente a más tarde rumiar el cadáver a fuerza de persuadirse de que plantar zanahorias será suficiente para salir de la pesadilla. o o 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 18 Las organizaciones son un obstáculo para organizarse. En verdad, no hay desviación entre lo que somos, lo que hacemos y lo que devenimos. Las organizaciones —políticas o sindicales, fascistas o anarquistas— comienzan siempre separando prácticamente este aspecto de la existencia. Y a continuación tienen la virtud de presentar su estúpido formalismo como el único remedio para esta separación. Organizarse no es dotar de estructura a la impotencia. Es sobre todo tejer lazos, lazos que no son neutros, lazos orientados terriblemente. El grado de organización se mide por la intensidad del reparto, material y espiritual. Por tanto, de ahora en adelante: «hay que organizarse materialmente para subsistir, hay que organizarse materialmente para atacar». Que se elabore un poco por todos lados una nueva idea del comunismo. En la sombra de los bares, en las imprentas, en las casas okupadas, en las escaleras, en las granjas, en los gimnasios, pueden nacer las complicidades ofensivas; complicidades con las que el mundo da un giro más firme. No hay que negar a estas preciadas connivencias los medios que exigen para desplegar su fuerza. Ahí se sitúa la posibilidad verdaderamente revolucionaria de la época. Las escaramuzas cada vez más frecuentes tienen esto de temibles: siempre son una ocasión para la complicidad de esta naturaleza, a veces efímera, pero a veces también puesta a punto,... 19 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 19

 ,...indefectible. Y en ello reside, sin duda, una suerte de proceso acumulativo. En el momento en el que miles de jóvenes se toman en serio la idea de desertar y sabotear este mundo, habría que ser estúpido como un madero para buscar una célula financiera, un cabecilla o un descuido. * * * Dos siglos de capitalismo y nihilismo mercantil han desembocado en las extrañezas más extremas, para sí, para los otros, para los mundos. El individuo, esta ficción, se descomponía a la misma velocidad que devenía real. Hijos de la metrópolis, apostamos por lo siguiente: es a partir de la desnudez más profunda de la existencia que se despliega la posibilidad, siempre callada, siempre conjurada, del comunismo. En definitiva, estamos en guerra contra toda una antropología. Contra la idea misma del hombre. Se trata del comunismo como presupuesto y como experimentación. Reparto de una sensibilidad y elaboración del reparto. Evidencia de lo común y construcción de una fuerza. El comunismo como matriz de un asalto minucioso, audaz, contra la dominación. Como llamamiento y como nombre, de todos los mundos que se resisten a la 20 la insurrección que viene 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 20 pacificación imperial, de todas las solidaridades irreductibles al reino de la mercancía, de todas las amistades que asumen las necesidades de la guerra. comunismo. Sabemos que se trata de un término que hay que utilizar con precaución. No porque, en el gran desfile de las palabras, se halle en desuso. Sino porque nuestros peores enemigos lo han utilizado, y continúan haciéndolo. Insistimos. Ciertas palabras son como campos de batalla cuyo sentido es una victoria, revolucionaria o reaccionaria, necesariamente arrancada tras una lucha encarnizada. Desertar de la política clásica significa asumir la guerra, que se sitúa también en el terreno de la lengua. O más bien en la manera como se ligan las palabras, los gestos y la vida. Si se ha puesto tanto empeño en encarcelar por terrorismo a algunos jóvenes campesinos comunistas que habrían participado en la redacción de La insurrección que viene, no es por un «delito por expresar una opinión» sino más bien porque podían encarnar una manera de mantener en la misma existencia actos y pensamiento. Algo que, por lo general, no se perdona. Por tanto, de lo que se acusa a estas personas no es ni de haber escrito algo ni de haber atacado materialmente los sacrosantos flujos que irrigan la metrópolis. Sino de haberse apoderado de estos flujos con el espesor de un pensamiento y una propuesta a punto 21 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 21 

,...sición política. Que un acto, aquí haya podido tener sentido según una consistencia diferente de la del desértico Imperio. El antiterrorismo ha pretendido atacar el devenir posible de una «asociación de malhechores». Pero lo que, en realidad, ha atacado es el devenir posible de una situación. La posibilidad de que detrás de cada tendero se oculten malas intenciones, y detrás de cada pensamiento los actos a los que apela. La posibilidad de que se propague una idea de lo político, anónima pero susceptible de ser subscrita, diseminada e incontrolable, que no pueda tener cabida en el chiringuito de la libertad de expresión. Ya no puede suscitar grandes dudas que será la juventud la primera en tomar salvajemente el poder. Los últimos años, desde las revueltas en Argelia en la primavera del 2001 hasta las del invierno del 2008 en Grecia, no son sino una sucesión de anuncios en este sentido. Aquellos que hace treinta o cuarenta años se sublevaron contra la moral de sus padres no dudarán a reducirlo a un nuevo conflicto generacional, si es que no lo reducen a un efecto previsible de la adolescencia. El único porvenir de una «generación» es ser la precedente, en un camino que lleva invariablemente al cementerio. * * * 22 la insurrección que viene 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 22 La tradición querría que todo comenzara por un «movimiento social». Sobre todo en un momento en que la izquierda, que no acaba nunca de descomponerse, busca de forma hipócrita recobrar una credibilidad en la calle. Lo único es que ya no posee el monopolio de la calle. Sólo hay que ver cómo, en cada nueva movilización estudiantil —como en todo lo que todavía osa sostener— existe una zanja que no cesa de hacerse más profunda entre las reivindicaciones plañideras y el nivel de violencia y determinación del movimiento. 

Es en este foso donde tenemos que preparar una trinchera. Cuando vemos que se suceden los movimientos sociales persiguiéndose los unos a los otros, que es evidente que no dejan nada tras ellos, a la fuerza hay que constatar que algo persiste. Un reguero de pólvora une aquello que en cada acontecimiento no se ha dejado meter en vereda por la temporalidad absurda de la retirada de una ley o de cualquier otro pretexto. Por intermitencias, y a propio su ritmo, vemos una suerte de fuerza que se esboza. Una fuerza que no experimenta su tiempo sino que lo impone, silenciosamente. Se acabó el momento de prever los hundimientos o de demostrar la feliz posibilidad. Lleguen éstos pronto o tarde, hay que prepararse. No se trata de elaborar un diseño de lo que debería ser una insurrección sino de devolver la posibilidad puesta a punto 23 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 23 de la sublevación a aquello que nunca habría debido dejar de ser: un impulso vital tanto de la juventud como de la sabiduría popular. A condición de saberse mover, la ausencia de diseño no es un obstáculo sino una posibilidad. Es, para los insurrectos, el único espacio que puede garantizarles lo esencial: conservar la iniciativa. Queda suscitar, alimentar como uno alimenta un fuego, una cierta mirada, una cierta fiebre táctica que, cuando llegue el momento, incluso ahora, se revele determinante y fuente constante de determinación. Ya resurgen ciertas preguntas que todavía ayer parecían grotescas o anticuadas; queda apoderarse de ellas, no para responder definitivamente sino antes bien para mantenerlas vivas. Haberlas reformulado no es, por otra parte, la menor de las virtudes del alzamiento griego. 

¿Cómo se convierte una situación de disturbios generalizados en una situación insurreccional? 


¿Qué hacer cuando se ha conquistado la calle toda vez que la policía se encuentra permanentemente derrotada? ¿Se merecen los parlamentos ser tomados siempre al asalto? 

¿Qué significa en la práctica devolver el poder local? ¿Cómo decidirse? 

¿Cómo subsistir? 

¿cómo no perderse? 24 la insurrección que viene,...

 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 24 la insurrección que viene 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 25 All Together Now... 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 26 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 27 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 28 

,...desde cualquier ángulo... desde cualquier ángulo que se mire, el presente no tiene salida. No es la menor de sus virtudes. A aquellos que querrían esperar a toda costa, les roba todo apoyo. Aquellos que pretenden ostentar soluciones son desmentidos al momento. Se escucha decir que la situación sólo puede ir de mal en peor. «El futuro ya no tiene porvenir» es la sabiduría de una época que ha llegado, bajo sus aires de extrema normalidad, al nivel de consciencia de los primeros punks. La esfera de la representación política se cierra. De izquierda a derecha, el mismo vacío adopta poses de adalid o aires de virgen, las mismas cabezas visibles intercambian sus discursos según los últimos hallazgos del servicio de comunicación. Aquellos que aún votan dan la impresión de no tener otra intención que la de hacer saltar las urnas a fuerza de votar, en pura protesta. Empieza a adivinarse que es, de hecho, contra el voto mismo que se sigue votando. Nada de lo que se presenta está, ni de lejos, a la altura de la situación. En su mismo si025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 29 lencio, la población parece infinitamente más adulta que todos los títeres que se pelean por gobernarla. Un chibani1 de Belleville es más sabio en sus palabras que cualquiera de nuestros supuestos dirigentes en todas sus declaraciones. El incendio de noviembre de 2005 no deja de proyectar su sombra sobre todas las conciencias. Estas primeras fogatas son el bautismo de una década repleta de promesas. Al cuento mediático del suburbio-contra-la-República no le falta eficacia, pero falta a la verdad. Hasta en el centro de las ciudades prendieron hogueras, que fueron metódicamente acalladas. Calles enteras de Barcelona ardieron en solidaridad, sin que nadie supiese nada excepto sus habitantes. Y no es ni siquiera verdad que desde entonces el país haya dejado de llamear. Se encuentran entre los inculpados toda clase de perfiles lo cual sólo unifica el odio hacia la sociedad existente, y no la pertenencia de clase, raza o barrio. Lo inédito no reside en una «revuelta de los suburbios» que ya no era nueva en 1980, sino en la ruptura con sus formas establecidas. 


Los asaltantes ya no escuchan a nadie, ni a los hermanos mayores ni a la asociación local que debería gestionar la vuelta a la normalidad. Ningún sos Racismo podrá hundir sus raíces cancerosas 30 la insurrección que viene 1. Chibani: anciano en árabe y, por extensión, anciano árabe en francés. 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 30 en este acontecimiento, al que sólo la fatiga, la falsificación y la omertà mediáticas han podido fingir poner término. Toda esta serie de golpes nocturnos, de ataques anónimos, de destrucciones sin frases han tenido el mérito de dilatar al máximo la fisura entre la política y lo político. Nadie puede honestamente negar la carga de evidencia de este asalto que no formulaba ninguna reivindicación, ningún mensaje más que el de la amenaza; que no tenía nada que ver con la política. Hay que estar ciego para no darse cuenta de todo lo que hay de puramente político en esta negación resuelta de la política; o no saber nada de los movimientos autónomos de la juventud desde hace treinta años. Se han quemado como niños perdidos los primeros bibelots de una sociedad que no merece más consideración que los monumentos de París al final de la Semana Sangrienta, y que lo sabe. No habrá solución social a la situación presente. En primer lugar, porque el vago agregado de entornos, instituciones y burbujas individuales que se denominan por antífrasis «sociedad» no tiene consistencia; en segundo, porque ya no hay lenguaje para la experiencia común. Y no se comparten riquezas si no se comparte un lenguaje. Fue necesario medio siglo de lucha en torno a la Ilustración para fundar la posibilidad de la Revolución Francesa, y un siglo de lucha en torno al desde cualquier ángulo... 31 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 31 trabajo para dar a luz al temible «Estado del bienestar». Las luchas crean el lenguaje en el que se enuncia el nuevo orden. No hay nada semejante hoy en día. Europa es un continente deslustrado que va a hacer las compras al Lidl a escondidas y que viaja en low cost para seguir viajando. Ninguno de los «problemas» que se formulan en el lenguaje social admite resolución en él. 

La cuestión de las «jubilaciones», la de la «precariedad», los «jóvenes» y su «violencia» sólo pueden quedar en suspenso, mientras se gestionan policialmente los pasos a la acción cada vez más penetrantes que estas cuestiones encubren. No se podrá disimular el hecho de que se limpia a bajo precio el culo de unos viejos abandonados por los suyos y que no tienen nada que decir. Aquellos que han encontrado en las vías criminales menos humillación y más beneficio que en la limpieza de suelos no entregarán sus armas, y la prisión no les inculcará el amor por la sociedad. El furor por disfrutar de las hordas de jubilados no soportará de rodillas los recortes sombríos en sus rentas mensuales, y sólo puede excitarse aún más ante el rechazo al trabajo de una amplia fracción de la juventud. Por último, ningún ingreso garantizado acordado al día siguiente de un cuasi levantamiento sentará las bases de un New Deal, de un nuevo pacto, de una nueva paz. El sentimiento social ya se ha evaporado demasiado. 32 la insurrección que viene 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 32 A modo de solución, la presión para que no pase nada, y con ella el control policial del territorio, no van a dejar de acentuarse. El avión militar dirigido por control remoto que, según el propio testimonio de la policía, sobrevoló el pasado 14 de julio el distrito de Seine-Saint-Denis dibuja el futuro en colores más francos que todas las brumas humanistas. Que se haya tomado la precaución de precisar que no estaba armado enuncia con bastante claridad qué camino hemos tomado. El territorio será dividido en zonas cada vez más estancas. Las autopistas situadas al borde de un «barrio marginal» forman un muro invisible que las separa de las zonas residenciales. Piensen lo que piensen las buenas almas republicanas, la gestión de barrios «por comunidad» es notoriamente la más operante. Las porciones puramente metropolitanas del territorio, los principales centros urbanos, llevarán su vida lujosa en una deconstrucción cada vez más retorcida, más sofisticada, más estridente. Iluminarán todo el planeta con sus luces de burdel mientras las patrullas de la bac,......//....
 2 las compañías de seguridad privada, en resumen, las milicias, se multiplicarán hasta el infinito, mientras se benefician de una cobertura judicial cada vez más desvergonzada. desde cualquier ángulo... 33 2. bac (Brigades anti criminalité): brigadas anticriminales de la policía francesa. 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 33 

El callejón sin salida del presente, perceptible en todas partes, se niega en todos lados. Nunca tantos psicólogos, sociólogos y literatos se habrán empleado en ello, cada uno en su jerga especial, donde resulta notoria la ausencia una conclusión. Basta con escuchar los cantos de la época, las ñoñerías de la «nueva canción francesa» en la que la pequeña burguesía diseca sus estados de ánimo y las declaraciones de guerra de la mafia K’1 Fry,3 para saber que la coexistencia cesará muy pronto, que una decisión se aproxima. Este libro está firmado con un nombre de colectivo imaginario. Sus redactores no son los autores. Se han contentado con poner un poco de orden en los lugares comunes de la época, en lo que se murmura en las mesas de los bares, detrás de la puerta cerrada de los dormitorios. No han hecho más que fijar las verdades necesarias, aquéllas cuyo rechazo universal llena los hospitales psiquiátricos y las miradas de pena. Se han convertido en los escribas de la situación. Es el privilegio de las circunstancias radicales que la precisión lleva con toda lógica a la revolución. Basta con decir lo que se tiene ante los ojos y no eludir la conclusión. 34 la insurrección que viene 3. K’1 Fry: grupo de rap francés. 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 34 Primer círculo «i am what i am» «i am what i am.» Es la última ofrenda del márketing al mundo, la última etapa de la evolución publicitaria, al frente, tan al frente de todas las exhortaciones a ser diferente, a ser uno mismo y a beber Pepsi. Décadas de conceptos para llegar aquí, a la pura tautología: yo = yo. Él corre en la cinta delante del espejo de su gimnasio. Ella llega de trabajar al volante de su Smart. ¿Se encontrarán? «soy lo que soy.» Mi cuerpo me pertenece. yo soy yo, tú eres tú, y la cosa va mal. Personalización de masa. Individualización de todas las condiciones: de vida, de trabajo, de desdicha. Esquizofrenia difusa. Depresión servil. Atomización en finas partículas paranoicas. Histerización del contacto. Cuanto más quiero ser yo, mayor es mi sensación de vacío. Cuanto más me expreso, más me agoto. Cuanto más me persigo, más cansado estoy. yo tengo, tú tienes, nosotros tenemos nuestro yo como una taquilla fastidiosa. 

Nos hemos convertido en representantes de nosotros mismos —somos, en este extraño comercio, los garantes de 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 35 una personalidad que tiene todo el aspecto, al final, de una amputación—. Nos asumimos hasta la ruina con una torpeza más o menos disimulada. Mientras tanto, yo controlo. La búsqueda de mí mismo, mi blog, mi piso, las últimas tonterías de moda, las historias de pareja, de ligues… ¡cuántas prótesis se necesitan para ostentar un yo! Si «la sociedad» no se hubiera convertido en esta abstracción definitiva, designaría el conjunto de muletas existenciales que se me tienden para poder arrastrarme aún; el conjunto de dependencias que he contraído en pago por mi identidad. El minusválido es el modelo de la ciudadanía que viene. De forma premonitoria, las asociaciones que lo explotan reivindican actualmente el «subsidio universal» para él. La conminación, omnipresente, de ser «alguien» sustenta el estado patológico que hace necesaria a esta sociedad. La conminación a ser fuerte produce la debilidad a través de la cual se mantiene, hasta el punto de que todo parece adquirir un aspecto terapéutico, incluso trabajar, incluso amar. Todos los «¿qué tal?» que se intercambian en un día hacen pensar en otras tantas tomas de temperatura que una sociedad de pacientes se administran unos a otros. La sociabilidad está hecha ahora de mil pequeños nichos, de mil pequeños refugios en los que uno está al calor. Donde siempre se está mejor que en el intenso frío del exte,...

36 la insurrección que viene 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 36 

,...rior. Donde todo es falso, pues sólo es un pretexto para calentarse. Donde nada puede suceder porque uno está sordamente ocupado tiritando junto a los demás. Pronto esta sociedad no aguantará más que por la tensión de todos los átomos sociales hacia una ilusoria curación. Es una central que extrae su energía de una gigantesca reserva de lágrimas siempre a punto de desbordarse. «i am what i am.» Nunca la dominación había encontrado una consigna menos sospechosa. El mantenimiento del yo en un estado de semirruina permanente, en una seminsuficiencia crónica, es el secreto mejor guardado del orden de cosas actual. El yo débil, deprimido, autocrítico, virtual, es por esencia ese sujeto infinitamente adaptable que requiere una producción fundada en la innovación, la obsolescencia acelerada de las tecnologías, la alteración constante de las normas sociales y la flexibilidad generalizada. Es al mismo tiempo el consumidor más voraz y, paradójicamente, el yo más productivo, aquel que se lanzará con más energía y avidez sobre el menor proyecto, para volver más tarde a su estado larvario original. ¿«qué es lo que soy», entonces? Algo atravesado desde la infancia por flujos de leche, olores, historias, sonidos, canciones infantiles, substancias, gestos, ideas, impresiones, miradas, cantos y comida. ¿lo que soy? Algo vinculado por doquier a lugares, sufrimientos, antepasados, amiprimer círculo 37 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 37 gos, amores, acontecimientos, lenguas, recuerdos, a toda clase de cosas que, sin duda alguna, no son yo. Todo lo que me ata al mundo, todos los vínculos que me constituyen, todas las fuerzas que me pueblan no tejen una identidad, como me incitan a proclamar, sino una existencia singular, común, viva y de la que emerge, en algunos puntos, en algunos momentos, este ser que dice «yo». Nuestro sentimiento de inconsistencia no es más que el efecto de esta tonta creencia en la permanencia del yo, y de la escasa atención que prestamos a lo que nos constituye. 

Da vértigo ver reinar en lo alto de un rascacielos de Shangai el «i am what i am» de Reebok. Occidente lanza por todas partes, como su caballo de Troya favorito, esa pesada antinomia entre el yo y el mundo, el individuo y el grupo, entre ataduras y libertad. La libertad no es el gesto de deshacerse de las ataduras, sino la capacidad práctica de operar a través de ellas, de moverse en ellas, de establecerlas o truncarlas. La familia sólo existe como familia, es decir, como infierno, para aquel que ha renunciado a alterar sus mecanismos debilitadores, o no sabe cómo hacerlo. La libertad de desarraigarse ha sido siempre el fantasma de la libertad. No nos liberamos de lo que nos coarta sin perder al mismo tiempo aquello sobre lo que podríamos ejercer nuestras fuerzas. 38 la insurrección que viene 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 38 «i am what i am» no es por tanto una simple mentira, una simple campaña publicitaria, sino una campaña militar, un grito de guerra dirigido contra todo lo que hay entre los seres, contra todo lo que les liga de forma invisible, todo aquello que obstaculiza la perfecta desolación, todo lo que hace que existamos y que el mundo no tenga, en todas partes, el aspecto de una autopista, un parque de atracciones o una ciudad nueva: tedio puro, sin pasión y bien ordenado, espacio vacío, helado, por el que ya sólo transitan cuerpos matriculados, moléculas automóviles y mercancías ideales. Francia no es la patria de los ansiolíticos, el paraíso de los antidepresivos, la meca de la neurosis, sin ser simultáneamente el campeón europeo de la productividad horaria. La enfermedad, el cansancio y la depresión pueden ser considerados síntomas individuales de aquello de lo que hay que curarse. 

De este modo, trabajan por el mantenimiento del orden existente, por mi ajuste dócil a unas normas frágiles, por la modernización de mis muletas. Ocultan la selección en mí de las inclinaciones oportunas, conformes y productivas, y de aquellas otras por las que habrá que, amablemente, guardar duelo: «Hay que saber cambiar, ya sabes». Pero, tomadas como hechos, mis debilidades pueden conducir también al desmantelamiento de la hipótesis del yo. Deprimer círculo 39 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 39 vienen entonces actos de resistencia en la guerra en curso. Devienen rebelión y centro de energía contra todo lo que conspira para normalizarnos, para amputarnos. El YO no es lo que está en crisis en nosotros, sino la forma en la que se intenta imprimirnos. Se pretende convertirnos en yoes bien delimitados, bien separados, clasificables e inventariables por cualidades, en resumen, controlables, cuando somos criaturas entre las criaturas, singularidades entre nuestros semejantes, carne viva tejiendo la carne del mundo. Contrariamente a lo que se nos repite desde la infancia, la inteligencia no es saber adaptarse —o, si es una inteligencia, es la de los esclavos—. Nuestra inadaptación y nuestro cansancio sólo son problemas desde el punto de vista de quien quiere someternos. Indican, más bien, un punto de partida, un punto de confluencia para unas complicidades inéditas. Hacen emerger un paisaje mucho más destartalado, pero infinitamente más susceptible de compartirse, que todas las fantasmagorías que esta sociedad mantiene a sus expensas. No estamos deprimidos, estamos en huelga. Para quien rechaza controlarse, la depresión no es un estado sino un tránsito, un adiós, un paso de lado hacia la desafiliación política. A partir de ahí, no hay otra conciliación que la medicamentosa, y la policial. Es precisamente por esta razón que la 40 la insurrección que viene 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 40 sociedad no teme imponer Ritalín a los niños demasiados vivos, que trenza continuamente bridas de dependencias farmacéuticas y pretende detectar desde los tres años los «trastornos de comportamiento». 

Porque la hipótesis del yo se fisura por doquier. primer círculo 41 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 41 Sin novedad en el frente. 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 42 Segundo círculo «la diversión es una necesidad vital» un gobierno que declara el estado de excepción contra chavales de quince años. Un país que deja su destino en manos de un equipo de futbolistas. Un policía en una cama de hospital que se queja de haber sido víctima de la «violencia callejera». Un prefecto que emite un decreto contra quienes se construyan cabañas en los árboles. Dos niños de diez años, en Chelles, inculpados del incendio de una ludoteca. Esta época destaca por lo grotesco de unas situaciones que se le escapan una y otra vez. Hay que decir que los medios no ahorran esfuerzos para sofocar, en los registros de la queja y de la indignación, la carcajada que debería acoger semejantes noticias. Una carcajada incendiaria es la respuesta ajustada a todas las graves «cuestiones» que se complace en plantear la actualidad. Para empezar por la más trillada: no existe el «problema de la inmigración». ¿Quién crece aún donde ha nacido? ¿Quién vive donde ha crecido? ¿Quién trabaja donde vive? ¿Quién vive donde vivieron sus an025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 43 cestros? ¿Y de quién son los niños de esta época? ¿De sus padres o de la televisión? La verdad es que hemos sido arrancados en masa a toda pertenencia, ya no somos de ninguna parte y de ello resulta, al mismo tiempo que una inédita disposición al turismo, un innegable sufrimiento. Nuestra historia es la de las colonizaciones, de las migraciones, de las guerras, de los exilios, de la destrucción de todos los arraigos. Es la historia de todo lo que ha hecho de nosotros extraños en este mundo, huéspedes en nuestra propia familia. Hemos sido expropiados de nuestra lengua por la enseñanza, de nuestras canciones por las varietés, de nuestras carnes por la pornografía de masa, de nuestra ciudad por la policía, de nuestros amigos por el sistema salarial. 

A todo esto se añade, en Francia, el trabajo feroz y secular de individualización por un poder de Estado que evalúa, compara, disciplina y separa a sus sujetos desde la más temprana edad, que desune por instinto las solidaridades que se le escapan a fin de que no quede más que la ciudadanía, la pura pertenencia, fantasmática, a la República. El francés es más que cualquier otra cosa el desposeído, el miserable. Su odio al extranjero se funde con su odio a sí mismo como extranjero. Su envidia mezclada con pavor hacia los suburbios sólo expresa su resentimiento por todo lo que ha perdido. No puede evitar envidiar esos barrios llamados de «relegación» donde aún persiste un 44 la insurrección que viene 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 44 poco de vida común, algunos vínculos entre los seres, algunas solidaridades no estatales, una economía informal y una organización que aún no se ha desligado de aquellos que se organizan. Hemos llegado a ese punto de privación en que la única manera de sentirse francés es echar pestes de los inmigrantes, de aquellos que son extranjeros como YO de una forma más visible. Los inmigrantes ocupan en este país una curiosa posición de soberanía: si no estuviesen aquí, los franceses quizás ya no existirían. Francia es un producto de su escuela, y no al revés. Vivimos en un país excesivamente escolar, en el que nos acordamos de la selectividad como un momento memorable de la vida. En el que los jubilados aún hablan de su fracaso, cuarenta años atrás, en tal o cual examen, y del coste que ello supuso para toda su carrera, para toda su vida. La escuela de la República ha formado desde hace un siglo y medio un tipo de subjetividades estatalizadas, reconocibles entre todas. 

Gente que acepta la selección y la competición a condición de que las oportunidades sean iguales. Que de la vida esperan que cada uno sea recompensado como en una oposición, según sus méritos. Que piden siempre permiso antes de tomar. Que respetan calladamente la cultura, los reglamentos y a los primeros de la clase. Incluso su apego a los grandes intelectuales críticos y su rechazo al capitalismo están impregnados segundo círculo 45 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 45 de este amor por la escuela. Es esta construcción estatal de las subjetividades la que se desmorona cada día un poco más con la decadencia de la institución escolar. La reaparición hace veinte años de la escuela y la cultura de la calle, en competencia con la escuela de la República y su cultura de cartón piedra, es el traumatismo más profundo que sufre actualmente el universalismo francés. En este punto, la derecha más extrema se reconcilia de antemano con la izquierda más virulenta. Sólo el nombre de Jules Ferry, ministro de Thiers durante la destrucción de la Comuna de París y teórico de la colonización, debería, sin embargo, bastar para hacernos desconfiar de esta institución. En cuanto a nosotros, cuando vemos a los profes salidos de no se sabe qué «comité de vigilancia ciudadana» ir a lloriquear al 20 heures1 porque les han quemado su escuela, nos acordamos de cuántas veces, de niños, habíamos soñado con ello. Cuando oímos a un intelectual de izquierdas abominar de la barbarie de las pandillas de jóvenes que increpan a los transeúntes, roban en las tiendas, incendian coches y juegan al ratón y al gato con los crs,2 nos acordamos de lo que se de46 la insurrección que viene,...

 1. 20 heures: telediario de las ocho de la tarde de la televisión pública francesa. 2. crs (Compagnies Républicaines de Sécurité): cuerpo de la policía francesa. 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 46 cía de los «blousons noirs»3 

,...en los años sesenta o, mejor, de los «apaches» en la Belle Époque: «Bajo el nombre genérico de apaches —escribe un juez en el tribunal del Sena en 1907—, está de moda desde hace algunos años designar a todos los individuos peligrosos, hatajo de reincidentes, enemigos de la sociedad, sin patria ni familia, desertores de todos los deberes, preparados para realizar los ataques más audaces y cualquier atentado contra personas o propiedades». Estas bandas que huyen del trabajo, que toman el nombre de su barrio y se enfrentan con la policía, son la pesadilla del buen ciudadano individualizado a la francesa: encarnan todo aquello a lo que ha renunciado, toda la alegría posible y a la que no accederá nunca. Resulta impertinente existir en un país en el que a un niño al que se sorprende cantando a su aire se le reprende inevitablemente con un ¡para, que va a llover! y en el que la castración escolar produce generaciones de empleados disciplinados. El aura persistente de Mesrine4 no se debe tanto a su rectitud y audacia como al hecho de haberse propuesto vengarse de lo que todos deberíamos vengarnos. O más bien de lo que deberíamos vengarnos segundo círculo 47 3. Blousons noirs: vocablo creado en los años sesenta por periodistas para designar a jóvenes considerados delincuentes y que vestían camisas negras. 4. Mesrine: Legendario ladrón y contrabandista francés nacido en 1936. 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 47 directamente ahí donde seguimos dando rodeos y demorándonos. Puesto que no cabe duda de que por medio de mil bajezas disimuladas, de todo tipo de murmuraciones, de una malicia helada y una cortesía venenosa, el francés no deja de vengarse, continuamente y contra todo, del aniquilamiento al que se ha resignado. Ya era hora de que el ¡vamos a joder a la policía! sustituyera al ¡sí, señor agente! En este sentido, la hostilidad abierta de ciertas bandas sólo expresa, de una manera algo menos soterrada que otras, el mal ambiente, la mala disposición de fondo y el deseo de destrucción salvadora en el que este país se consume. 

Llamar «sociedad» al pueblo de extranjeros en el que vivimos es una usurpación tal que incluso los sociólogos se plantean renunciar a un concepto que ha constituido, durante un siglo, su sustento. Prefieren ahora la metáfora de la red para describir el modo en que se conectan las soledades cibernéticas, en que se tejen las interacciones débiles conocidas bajo los nombres de «colega», «tío», «contacto», «relación» o «ligue». Del mismo modo, sucede que estas redes se condensan en un medio, en el que no se comparte nada salvo unos códigos y en el que únicamente está en juego la incesante recomposición de una identidad. Sería una pérdida de tiempo detallar todo lo que hay de agonizante en las relaciones sociales existentes. Se dice que la familia vuelve, que la pa48 la insurrección que viene 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 48 reja vuelve. Pero la familia que vuelve no es la que se había ido. Su regreso no es más que un nivel más profundo de la separación reinante, a la que sirve para disimular, convirtiéndose en ella misma mediante el engaño. Todo el mundo puede dar fe de las dosis de tristeza que se concentra año tras año en las fiestas en familia, las sonrisas trabajosas, la desazón de ver a todo el mundo simular en vano, el sentimiento de que ahí, sobre la mesa, hay un cadáver y todo el mundo hace como si nada. De ligue en divorcio, de concubinato en recomposición, cada cual experimenta la inanidad del triste núcleo familiar, pero la mayoría parece juzgar que sería aún más triste renunciar a él. La familia ya no es tanto el agobio de la influencia materna o el patriarcado de las tortas como ese abandono infantil a una dependencia algodonosa, donde todo es conocido; como ese momento de indiferencia frente a un mundo que ya nadie puede negar que se desmorona, un mundo en el que «emanciparse» es un eufemismo de «haber encontrado jefe». Querríamos encontrar en la familiaridad biológica la excusa para corroer en nosotros cualquier determinación un poco rompedora; para obligarnos a renunciar, bajo el pretexto de que nos han visto crecer, tanto a hacernos mayores como a la seriedad que hay en la infancia. Hay que preservarse de esta corrosión. segundo círculo 49 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 49 La pareja es como el último escalón de la gran debacle social. Es el oasis en medio del desierto humano. Se busca en ella, bajo los auspicios de lo íntimo, todo aquello que, de modo tan evidente, ha abandonado las relaciones sociales contemporáneas: 

el calor, la sencillez, la verdad, una vida sin teatro ni espectador. Pero, una vez pasado el aturdimiento amoroso, la «intimidad» se quita el disfraz: ella misma es una invención social, habla en el lenguaje de las revistas femeninas y de la psicología; dispone, como el resto, de estrategias hasta la saciedad. No hay en ella más verdad que en cualquier otro lugar; también aquí dominan la mentira y las leyes de la extrañeza. Y cuando, por fortuna, se encuentra en ella esta verdad, exige un modo de compartir que desmiente la propia forma de la pareja. Aquello por lo que los seres se aman es también aquello que los hace amables, y arruina la utopía del autismo de a dos. En realidad, la descomposición de todas las formas sociales es una ganga. Es para nosotros la condición ideal de una experimentación masiva, salvaje, de nuevos ajustes, de nuevas fidelidades. La famosa «dimisión parental» nos ha impuesto una confrontación con el mundo que ha forzado en nosotros una lucidez precoz y augura algunas buenas revueltas. En la muerte de la pareja vemos nacer perturbadoras formas de afectividad colectiva, ahora que el sexo se usa hasta el desgaste, que 50 la insurrección que viene 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 50 la virilidad y la feminidad son como viejos trajes apolillados, que tres décadas de continuas innovaciones tecnológicas han agotado todos los atractivos de la trasgresión y la liberación. Con lo que hay de incondicional en los vínculos de parentesco, tenemos la intención de construir el armazón de una solidaridad política tan impenetrable a la injerencia del Estado como un campamento de gitanos. Incluso las interminables subvenciones que numerosos padres están abocados a pagar a su progenie proletarizada pueden convertirse en una forma de mecenazgo en beneficio de la subversión social. «Emanciparse» podría también querer decir: aprender a pelearse en la calle, a ocupar casas vacías, a no trabajar, a amarse locamente y a robar en los supermercados. 

segundo círculo 51 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 51 C’est si bon... 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 52 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 53 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 54 

Tercer círculo «la vida, la salud, el amor son precarios, ¿por qué iba a escapar el trabajo a esta ley?» no hay cuestión más enmarañada, en Francia, que la del trabajo. No hay relación más retorcida que la de los franceses con el trabajo. Id a Andalucía, Argelia o Nápoles. Allí en el fondo se desprecia el trabajo. Id a Alemania, Estados Unidos o Japón. Allí se reverencia el trabajo. Las cosas cambian, es verdad. Efectivamente, hay otakus en Japón, frohe Arbeitslose en Alemania y workaholics en Andalucía. Pero no son por ahora más que curiosidades. En Francia, se hace todo lo posible para trepar en la jerarquía, pero se alardea en privado de no dar palo al agua. Uno se queda hasta las diez de la noche en el curro cuando está desbordado, pero nunca tiene escrúpulos a la hora de robar, aquí y allá, material de la oficina o de sisar del almacén de la empresa piezas sueltas que, llegado el caso, se revenden. Se detesta a los jefes, pero se quiere ser empleado a cualquier precio. Tener un trabajo es un honor y trabajar, un signo de debilidad. En resumen: el perfecto cuadro clínico de la histeria. Se ama odiando, se odia amando. Y todos sabemos 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 55 el estupor y desasosiego que aquejan al histérico cuando pierde a su víctima, a su amo. La mayoría de las veces no se recupera. En este país profundamente político que es Francia, el poder industrial ha estado siempre sometido al poder del Estado. 

La actividad económica no ha dejado nunca de estar recelosamente dirigida por una administración puntillosa. Los grandes patrones que no proceden de la nobleza de Estado tipo Polytechnique-ENA1 son los parias del mundo de los negocios de los que se comenta, entre bastidores, que dan un poco de pena. Bernard Tapie es su héroe trágico: adulado un día, en prisión el otro, intocable siempre. Que se deje ver ahora en escena no tiene nada de sorprendente. Contemplándolo como se contempla a un monstruo, el público francés lo mantiene a buena distancia y, mediante el espectáculo de tan fascinante infamia, evita su contacto. A pesar del gran farol de los años ochenta, el culto a la empresa nunca cuajó en Francia. Cualquiera que escriba un libro para vilipendiarla, se asegura un best-seller. Por más que los empresarios, sus maneras y su literatura se hayan pavoneado en público, permanece en torno a ellos un cordón sanitario de 56 la insurrección que viene 1. Polytechnique y ena: 

prestigiosas universidades de las que procede buena parte de la élite política y empresarial de Francia. 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 56 risa burlona, un océano de desprecio, un mar de sarcasmos. El empresario no forma parte de la familia. Se mire por donde se mire, en la jerarquía del aborrecimiento se prefiere al policía. Ser funcionario sigue siendo, contra viento y marea, contra golden boys y privatizaciones, la definición convenida del buen trabajo. Se puede envidiar la riqueza de quienes no lo son, pero no se les envidia el puesto. Sobre esta neurosis de fondo, los gobiernos sucesivos aún pueden declarar la guerra al paro, y pretenden librar la «batalla del empleo» mientras los ex dirigentes se pasean con sus móviles entre las tiendas de Médicos del Mundo a orillas del Sena. Cuando las expulsiones masivas de la anpe2 dificultan el descenso de la cifra de parados por debajo de los dos millones; cuando sólo el rmi3 y el trapicheo protegen, según el propio testimonio de los Renseignements Généraux,4 frente a la explosión social que puede estallar en cualquier momento, es la economía psíquica de los franceses, así como la estabilidad política del país, lo que está en juego en el mantenimiento de la ficción laborista. 

tercer círculo 57 2. anpe (Agence Nationale pour l’Emploi): equivalente del inem en Francia. 3. rmi (Revenu minimun d’insertion): subsidio al desempleo sin equivalente en España. 4. Renseignements Généraux: servicios secretos dependientes de la policía nacional francesa. 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 57 Permiso para que nos importe un carajo. Pertenecemos a una generación que vive muy bien sin esta ficción. Que nunca ha contado con la jubilación ni con el derecho del trabajo, y mucho menos con el derecho al trabajo. Que ni siquiera es precaria, como se complacen en teorizar las facciones más avanzadas de la militancia izquierdista, porque ser precario sigue significando definirse en relación con la esfera del trabajo, en este caso, con su descomposición. Admitimos la necesidad de conseguir dinero —no importa por qué medios— porque actualmente es imposible pasar sin él, pero no la necesidad de trabajar. Además, ya no trabajamos: curramos. La empresa ya no es un lugar en el que existimos, es un lugar que atravesamos. No somos cínicos, sólo reticentes a que se nos engañe. Los discursos sobre la motivación, la calidad y la implicación personal nos resbalan, para desgracia de los gestores de recursos humanos. Dicen que estamos decepcionados con la empresa, que no ha honrado la lealtad de nuestros padres, que los ha despedido sin escrúpulos. Mienten. Para estar decepcionado, primero hay que esperar algo. Y nunca hemos esperado nada de ella: la vemos tal como es y nunca ha dejado de ser, una estafa de confort variable. Sentimos que nuestros padres cayeran en la trampa; al menos, aquellos que se lo creyeron. La confusión de sentimientos que rodea la cuestión del trabajo puede explicarse de esta ma58 la insurrección que viene 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 58 nera: 

la noción de trabajo ha abarcado siempre dos dimensiones contradictorias. Una dimensión de explotación y una dimensión de participación. Explotación de la fuerza de trabajo individual y colectiva por la apropiación privada o social de la plusvalía; participación en una obra común a través de los vínculos que se tejen entre aquellos que cooperan en el seno del universo de la producción. Estas dos dimensiones se confunden perniciosamente en la noción de trabajo, lo cual explica la indiferencia de los trabajadores, a fin de cuentas, hacia la retórica marxista, que niega la dimensión de participación, así como hacia la retórica empresarial, que niega la dimensión de explotación. De ahí, también, la ambivalencia de la relación con el trabajo, al mismo tiempo deshonroso, puesto que nos vuelve extraños ante lo que hacemos, y adorado, en la medida en que una parte de nosotros mismos está en juego. El desastre aquí es previo: reside en todo aquello que ha sido necesario destruir, en todos aquellos a los que ha habido que desarraigar para que el trabajo termine por aparecer como la única manera de existir. El horror del trabajo no está tanto en el propio trabajo como en el asolamiento metódico, desde hace siglos, de todo aquello que no es él: familiaridades de barrio, de oficio, de pueblo, de lucha, de parentesco; apego a lugares, seres, estaciones, modos de hacer y de hablar. tercer círculo 59 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 59 La paradoja actual reside en lo siguiente: el trabajo ha triunfado sin rastro de los otros modos de existir, al mismo tiempo que los trabajadores se han vuelto superfluos. Los incrementos de productividad, la deslocalización, la mecanización, la automatización y la digitalización de la producción han progresado tanto que han reducido a casi nada la cantidad de trabajo vivo necesario para la confección de cada mercancía.

 Vivimos la paradoja de una sociedad de trabajadores sin trabajo en la que la distracción, el consumo y el ocio sólo acentúan la falta de aquello de lo que debieran distraernos. La mina de Carmaux, célebre durante un siglo por sus huelgas violentas, ha sido convertida en Cap Découverte. Es un «centro multiocio» donde se puede hacer skateboard o montar en bici, y que se distingue por un «Museo de la Mina» en el que se simulan explosiones de grisú para los veraneantes. En las empresas, el trabajo se divide de forma cada vez más visible en empleos altamente cualificados de investigación, concepción, control, coordinación y comunicación ligados a la aplicación de todos los saberes necesarios en el nuevo proceso de producción cibernetizado, y en empleos no cualificados de mantenimiento y vigilancia de este proceso. Los primeros son poco numerosos, muy bien pagados y, por tanto, tan codiciados que a la minoría que los acapara no se le ocurriría dejar 60 la insurrección que viene 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 60 caer ni una miga. Su trabajo y ellos se funden en un abrazo angustioso. Empresarios, científicos, miembros de lobbies, investigadores, programadores, agentes del desarrollo, consultores e ingenieros no cesan literalmente jamás de trabajar. Incluso sus ligues aumentan la productividad. «Las empresas más creativas son también aquéllas en las que las relaciones íntimas son más numerosas», teoriza un filósofo, director del departamento de recursos humanos. «Los colaboradores de la empresa —confirma el director de dicho departamento en Daimler-Benz—, forman parte del capital de la empresa … Su motivación, su buen hacer, su capacidad de innovación y su preocupación por los deseos de la clientela constituyen la materia prima de unos servicios innovadores … Su comportamiento y su competencia social y emocional tienen un peso creciente en la evaluación del trabajo … Éste ya no será evaluado según el número de horas de presencia sino en función de los objetivos alcanzados y de la calidad de los resultados. Son empresarios.» 

El conjunto de tareas que no han podido ser automatizadas forman una nebulosa de puestos que, al no poder ser ocupados por máquinas, son ocupados por cualquier humano: 

manipuladores, reponedores, trabajadores en cadena, temporeros, etcétera. Esta mano de obra flexible, indiferenciada, que pasa de una tarea a otra y nunca permanece mucho tiempo en la misma empresa, ya no tercer círculo 61 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 61 puede asociarse en una fuerza, puesto que nunca se encuentra en el centro del proceso de producción sino que está pulverizada en una multitud de intersticios, ocupada tapando los huecos que no han sido mecanizados. El trabajador temporal es la figura de ese obrero que ya no lo es, que ya no tiene un oficio sino unas competencias que va vendiendo en cada trabajo puntual que realiza, y cuya disponibilidad es también un trabajo. Al margen de este meollo de trabajadores efectivos, necesarios para el buen funcionamiento de la máquina, se extiende ahora una mayoría que se ha vuelto excedentaria, útil, en efecto, para el flujo de la producción pero poco más, y que hace pesar sobre la máquina el riesgo de que, en su desocupación, la sabotee. La amenaza de una desmovilización general es el espectro que recorre el sistema de producción actual. A la pregunta de «¿por qué trabajar, entonces?», no todo el mundo responde como este antiguo beneficiario del rmi en Libération: «Por mi bienestar. Necesitaba ocuparme en algo». Hay un riesgo serio de que acabemos encontrando un empleo de nuestra desocupación. Esta población flotante debe ocuparse o ser contenida. Ahora bien, no se ha encontrado a día de hoy mejor método disciplinario que el salariado. Habrá entonces que continuar con el desmantelamiento de los «logros sociales», a fin de hacer volver al seno salarial a los más reacios, 62 la insurrección que viene 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 62 aquellos que sólo se rinden ante la alternativa entre morir de hambre o pudrirse en la cárcel. La explosión del sector esclavista de los «servicios personales» debe continuar: mujeres de la limpieza, hostelería, masajes, asistencia a domicilio, prostitución, cuidados médicos, clases particulares, pasatiempos terapéuticos, ayuda psicológica, etcétera. Todo ello acompañado de un aumento continuo de las normas de seguridad, de higiene, de comportamiento y de educación, de una aceleración en la fugacidad de las modas, que establecen por sí solas la necesidad de tales servicios. 

En Rouen, los parquímetros automáticos han sido substituidos por «parquímetros humanos»: alguien que se aburre en la calle te entrega un ticket de estacionamiento y te alquila, llegado el caso, un paraguas por si cae un chaparrón. El orden del trabajo fue el orden de un mundo. La evidencia de su ruina le deja a uno paralizado con sólo pensar en todo lo que implica. Trabajar, hoy en día, está menos ligado a la necesidad económica de producir mercancías que a la necesidad política de producir productores y consumidores, de salvar por todos los medios el orden del trabajo. Producirse a sí mismo se está convirtiendo en la ocupación dominante de una sociedad en que la producción se ha quedado sin objeto: como un carpintero al que se hubiera desposeído de su taller y se pusiera, en último extremo, a cetercer círculo 63 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 63 pillarse a sí mismo. De ahí el espectáculo de todos esos jóvenes que entrenan su sonrisa para una entrevista de trabajo, se blanquean los dientes para lograr un ascenso, van a la discoteca para estimular el espíritu de equipo, aprenden inglés para incentivar su carrera, se divorcian o se casan para tomar nuevo impulso, asisten a cursos de teatro para convertirse en líderes o de «desarrollo personal» para «gestionar mejor los conflictos». «El “desarrollo personal” más íntimo —asegura un gurú cualquiera— conducirá a una mejor estabilidad profesional, una mayor soltura en las relaciones, una agudeza intelectual mejor orientada y, por tanto, un mejor rendimiento económico.» El bullicio de ese vulgo que espera con impaciencia ser seleccionado entrenándose para ser natural tiene que ver con una tentativa de salvamento del orden del trabajo mediante una ética de la movilización. Estar movilizado es referirse al trabajo no como actividad, sino como posibilidad. 

El parado que se quita los piercings, va a la peluquería y realiza «proyectos», trabaja claramente «por su empleabilidad», como suele decirse, y demuestra de este modo su movilización. La movilización es ese ligero desprendimiento respecto a uno mismo, ese mínimo desgarramiento de lo que nos constituye, esa condición de extrañeza a partir de la que el yo puede ser tomado como objeto de trabajo, y que hace posible venderse uno mismo y no su 64 la insurrección que viene 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 64 fuerza de trabajo, conseguir remuneración no por lo que uno hace, sino por lo que es, por nuestro exquisito manejo de los códigos sociales, nuestros talentos relacionales, nuestra sonrisa o nuestra apariencia. Es la nueva norma de socialización. La movilización opera la fusión entre los dos polos contradictorios del trabajo: uno mismo participa en su explotación y explota toda participación. Cada uno somos, idealmente, una pequeña empresa, su propio jefe y su propio producto. Se trata, tanto si uno trabaja como si no, de acumular los contactos, las competencias, la «red», en resumen: el «capital humano». La conminación planetaria a movilizarse bajo el menor pretexto —el cáncer, el «terrorismo», un terremoto, los «sin techo»— resume la determinación de las potencias dominantes de mantener el reino del trabajo más allá de su desaparición física. De este modo, el aparato de producción presente es, por un lado, una gigantesca máquina de movilizar psíquica y físicamente, de bombear la energía de los humanos que se han vuelto excedentarios, y por otro, una máquina de seleccionar que concede la supervivencia a las subjetividades conformes y deja caer a todos los «individuos en riesgo», todos aquellos que encarnan otro empleo de la vida y, por esta razón, se le resisten. 

Por un lado, se hace vivir a los espectros; por otro, se deja morir a los vivos. Tal es la función propiatercer círculo 65 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 65 

,...mente política del aparato de producción presente. Organizarse más allá y contra el trabajo, desertar colectivamente del régimen de la movilización, manifestar la existencia de una vitalidad y de una disciplina en la propia desmovilización es un crimen que una civilización en las últimas no está dispuesta a perdonarnos; es, efectivamente, la única manera de sobrevivir a ella. 66 la insurrección que viene 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 66 Sonríe a la videocámara... 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 67 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 68 Cuarto círculo «¡más sencillo, más guay, más flexible y más seguro!» que no nos vuelvan a hablar de la «ciudad» y el «campo», y menos aún de su antigua oposición. Lo que se extiende en torno a nosotros no se le parece ni de cerca ni de lejos: es un tapiz urbano único, sin forma ni orden, una zona desolada, indefinida e ilimitada, un continuum mundial de hipercentros museificados y parques naturales, de grandes complejos inmobiliarios e inmensas explotaciones agrícolas, de zonas industriales y urbanizaciones, de casas rurales y bares modernos: la metrópolis. Ha existido efectivamente la ciudad antigua, la ciudad medieval y la ciudad moderna; no hay ciudad metropolitana. La metrópolis requiere la síntesis de todo el territorio. En ella todo cohabita, no tanto geográficamente como por el entramado de sus redes. La ciudad, precisamente porque acaba de desaparecer, es ahora mitificada como Historia. Las fábricas de Lille se convierten en salas de espectáculo, el centro hormigonado de Le Havre es patrimonio de la Unesco. En Pekín, los hutongs que 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 69 rodean la Ciudad Prohibida son destruidos mientras se construyen otros falsos un poco más lejos, para los curiosos. 

En Troyes, se colocan entramados de vigas de madera sobre edificios de ladrillo a modo de fachada, un arte del pastiche que no deja de evocar las tiendas de estilo victoriano de Disneyland París. Los centros históricos, durante mucho tiempo focos de sedición, encuentran sabiamente su lugar en el organigrama de la metrópolis. Han sido reservados al turismo y al consumo ostentoso. Son los islotes de la magia mercantil, que se mantienen mediante el guirigay y la estética, aunque también mediante la fuerza. La cursilería sofocante de los mercados navideños se paga cada vez con más vigilantes y patrullas de municipales. El control se integra de maravilla en el paisaje de la mercancía, mostrando, a quien quiere verla, su cara autoritaria. La época pertenece a la mezcla, mezcla de fanfarrias, de porras telescópicas y de algodón de azúcar. ¡Cuánta vigilancia policial exige el encantamiento! Este gusto por lo auténtico-entre-comillas, y por el control que conlleva, acompaña a la pequeña burguesía en su colonización de los barrios populares. Empujada fuera de los hipercentros, se desplaza a ellos para buscar una «vida de barrio» que jamás encontraría en sus barrios residenciales. Y echando a los pobres, a los coches y a los inmigrantes, limpiando el lugar, extirpando los micro70 la insurrección que viene 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 70 bios, pulveriza aquello mismo que había ido a buscar. En un anuncio municipal, un agente de limpieza tiende la mano a un guardián de la paz; el eslogan: «Montauban, ciudad limpia». La decencia que obliga a los urbanistas a no hablar de «la ciudad», la cual han destruido, sino de «lo urbano», debería incitarles también a dejar de hablar de «el campo», que ya no existe. Lo que hay, en su lugar, es un paisaje que se exhibe a las masas estresadas y desarraigadas, un pasado que puede muy bien teatralizarse ahora que los campesinos han sido reducidos a tan poco. Es un marketing que se despliega sobre un «territorio» en el que todo debe ser valorizado o constituido en patrimonio. Se trata siempre del mismo vacío helador que llega hasta las más recónditas parroquias. La metrópolis es la muerte simultánea de la ciudad y del campo, en la encrucijada donde convergen todas las clases medias, en el contexto de la clase situada en el medio, que, de éxodo rural en «periurbanización», se extiende de forma indefinida. La vitrificación del territorio mundial casa bien con el cinismo de la arquitectura contemporánea. Un instituto, un hospital, una mediateca son distintas variantes del mismo tema: transparencia, neutralidad, uniformidad. Edificios, masivos y fluidos, concebidos sin necesidad de saber qué albergarán, y que podrían estar aquí del miscuarto círculo 71 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 71 mo modo que en cualquier otro sitio. ¿Qué hacer con las torres de oficinas de la Défense, de la Part Dieu o de Euralille?1 La expresión «flamantemente nuevo» contiene ya su destino. Un viajero escocés, después de que los insurrectos quemaran el ayuntamiento de París en mayo de 1871, da cuenta del singular esplendor del poder en llamas: 

«… nunca había imaginado nada tan bello; es soberbio. La gente de la Comuna de París son unos miserables malhechores, no lo discuto; pero, ¡qué artistas! ¡Y no fueron conscientes de su obra! … He visto las ruinas de Amalfi bañadas por el oleaje azul del Mediterráneo, las ruinas de los templos de Tung-hoor en el Punjab; he visto Roma y muchas otras cosas: nada puede compararse a lo que aquella noche tuve ante mis ojos». Es cierto que quedan prendidos en la malla metropolitana algunos fragmentos de ciudad y algunos residuos de campo. Pero lo vivaz, por su parte, se ha asentado en los lugares de confinamiento. La paradoja quiere que los sitios aparentemente más inhabitables sean los únicos que aún están habitados de alguna manera. Una vieja casa abandonada siempre tendrá un aspecto más poblado que esos apartamentos de alto standing donde sólo se pueden colocar los muebles y per72 la insurrección que viene 1. Défense, Part Dieu y Euralille: centros de negocios en las ciudades de París, Lyon y Lille, respectivamente. 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 72 feccionar la decoración esperando el próximo traslado. Los barrios de chabolas son en muchas megalópolis los únicos lugares vivos, vivibles, y no sorprende que sean también los lugares más mortales. Son el reverso del decorado electrónico de la metrópolis mundial. Las ciudades dormitorio de los suburbios del norte de París, abandonadas por una pequeña burguesía que partió a la caza de chalets y que ha devuelto a la vida el paro masivo, resplandecen desde entonces con más intensidad que el barrio latino de París. Por el verbo tanto como por el fuego. Las revueltas de 2005 no nacen de la extrema desposesión, como tanto se ha glosado, sino, al contrario, de la plena posesión del territorio. Uno puede quemar coches porque está harto, pero para propagar la revuelta durante un mes y mantener a la policía en jaque de forma prolongada hay que saber organizarse, contar con complicidades, conocer el terreno a la perfección y compartir un lenguaje y un enemigo común. Los kilómetros y las semanas no impidieron la propagación del fuego, allí donde menos lo esperaban. Al contrario que los teléfonos, el rumor no se puede pinchar. La metrópolis es el terreno de un incesante conflicto de baja intensidad, en el que las tomas de Basora, de Mogadiscio o de Nablus marcan puntos culminantes. La ciudad, para los militares, fue durante mucho tiempo un lugar que era pre,...                                                                                                                                                                  cuarto círculo 73 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 73 

,...ferible evitar, cuando no asediar; la metrópolis, por su lado, es del todo compatible con la guerra. El conflicto armado tan sólo es un momento de su constante reconfiguración. Las batallas emprendidas por las grandes potencias parecen un trabajo policial que se debe rehacer, continuamente, en los agujeros negros de las metrópolis, «ya sea en Burkina Faso, en el sur del Bronx, en Kamagasaki, en Chiapas o en la Courneuve». Las «intervenciones» no buscan tanto la victoria, ni siquiera restablecer el orden y la paz, como la prosecución de un proyecto de seguridad que aún/ya está en marcha. La guerra ya no es aislable en el tiempo, sino que se difracta en una serie de microoperaciones, militares y policiales, para asegurar la seguridad. La policía y el ejército se adaptan en paralelo y paso a paso. Un criminólogo pide a los crs que se organicen en pequeñas unidades móviles y profesionalizadas. La institución militar, cuna de los métodos disciplinarios, cuestiona su organización jerárquica. Un oficial de la otan aplica a su batallón de granaderos un «método participativo que implica a todos en el análisis, preparación, ejecución y evaluación de una acción. El plan es discutido y discutido durante días, a lo largo del entrenamiento y según las últimas informaciones recibidas … Nada como un plan elaborado en común para aumentar la adhesión y la motivación». 74 la insurrección que viene 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 74 Las fuerzas armadas no sólo se adaptan a la metrópolis; también le dan forma. Así, los soldados israelíes, desde la batalla de Nablus, se convierten en arquitectos de interiores. Obligados por la guerrilla palestina a abandonar las calles, demasiado peligrosas, aprenden a avanzar vertical y horizontalmente en el interior de las construcciones urbanas, echando abajo paredes y techos para moverse. Un oficial de las fuerzas de defensa israelíes, licenciado en filosofía, explica: «El enemigo interpreta el espacio de una manera clásica, tradicional, y yo me niego a seguir su interpretación y caer en sus trampas … ¡Quiero sorprenderlo! Ésa es la esencia de la guerra. Debo ganarla … Eso es todo: 

he elegido una metodología que me permite atravesar las paredes… como un gusano que avanza comiéndose lo que encuentra en su camino». Lo urbano es más que el teatro del enfrentamiento, es el medio para el mismo. Esto nos obliga a recordar los consejos de Blanqui, en este caso en favor de la insurrección, que recomendaba a los futuros insurgentes de París sitiar las casas de las calles cortadas con barricadas para proteger sus posiciones, horadar las paredes que estuvieran comunicadas, derribar las escaleras de los bajos y perforar los techos para defenderse de eventuales asaltantes, arrancar las puertas para atrancar las ventanas y convertir cada planta en un puesto de tiro. cuarto círculo 75 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 75 76 la insurrección que viene La metrópolis no es sólo este amasijo urbanizado, esta colisión final de la ciudad y el campo, es también un flujo de seres y de cosas. Una corriente que pasa por todas partes, una red de fibras ópticas, de líneas de trenes de alta velocidad, de satélites, de cámaras de videovigilancia, para que este mundo nunca deje de encaminarse a la ruina. Una corriente que querría arrastrarlo todo en su movilidad sin esperanza, que moviliza a todo el mundo. En la que estamos asediados por informaciones, así como por otras tantas fuerzas hostiles. En la que sólo nos queda correr. En la que se hace difícil esperar, aunque sea a la enésima línea de metro. La multiplicación de los medios de transporte y de comunicación nos arranca sin cesar del aquí y del ahora, mediante la tentación de estar siempre en otro lugar. Tomar un tgv, un rer2 o un teléfono para estar ya allí. Esta movilidad sólo implica desarraigo, aislamiento, exilio. Sería insoportable para cualquiera si no se tratara siempre de movilidad del espacio privado, del interior portátil. La burbuja privada no estalla, se pone a flotar. No es la salida del caparazón, sino sólo su puesta en movimiento. De una estación, de un centro co,...


2. tgv (Train à grande vitesse): tren de alta velocidad; rer (Réseau express régional): red de trenes de cercanías suburbanos de la región parisina. 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 76 

,...mercial, de un banco de inversión, de un hotel a otro, en todos lados aparece esa extrañeza, tan banal, tan conocida que remplaza a la última familiaridad. La exuberancia de la metrópolis está en esta mezcla de ambientes definidos, susceptibles de recombinarse hasta el infinito. Los centros de las ciudades se presentan no ya como lugares idénticos sino como ofertas originales de ambientes entre los que nos movemos, escogiendo uno, dejando otro, según una especie de shopping existencial entre estilos de bares, gentes, diseños o playlists de un iPod. «Con mi lector de mp3, yo soy el dueño de mi mundo.» Para sobrevivir a la uniformidad que nos rodea, la única opción es reconstituir continuamente el propio mundo interior, como un niño que reconstruyera en todas partes la misma cabaña. Como Robinson reproduciendo su universo de tendero en la isla desierta, salvo que nuestra isla desierta es la civilización misma, y además somos miles los que desembarcamos sin cesar. Precisamente porque consiste en esta arquitectura de flujos, la metrópolis es una de las formaciones humanas más vulnerables que jamás ha existido. Flexible, sutil, pero vulnerable. Un cierre brutal de las fronteras a causa de una epidemia furiosa, una carencia cualquiera en un suministro vital, un bloqueo organizado de los ejes de comunicación, y todo el decorado se desmorona, sin poder seguir ocultando las escenas de masacres cuarto círculo 77 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 77 que la acechan a todas horas. Este mundo no iría tan rápido si no estuviera constantemente perseguido por la proximidad de su caída. Su estructura en red, toda su estructura tecnológica de nudos y conexiones, su arquitectura descentralizada querrían proteger a la metrópolis de sus inevitables disfunciones. Internet debe resistir a un ataque nuclear. El control permanente de los flujos de informaciones, de hombres y de mercancías debe garantizar la movilidad metropolitana, la trazabilidad, asegurar que nunca falte un palé en un almacén de mercancías, que nunca aparezca una tarjeta robada en el comercio o un terrorista en el avión. Gracias a un pulgar rfid, un pasaporte biométrico o una base de datos de adn. 

Pero la metrópolis produce también los medios para su propia destrucción. Un experto en seguridad americano explica la derrota en Iraq por la capacidad de la guerrilla para sacar provecho de los nuevos modos de comunicación. Con su invasión, los Estados Unidos no importaron tanto la democracia como las redes cibernéticas. Llevaban con ellos una de las armas de su derrota. La multiplicación de teléfonos móviles y puntos de acceso a internet proporcionó a la guerrilla unos medios inéditos para organizarse y para hacerse tan difícilmente atacable. Cada red tiene sus puntos débiles, unos nudos que, tan sólo con deshacerlos, provoca que la cir,...

78 la insurrección que viene 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 78 cuarto círculo 79 

,...culación se detenga y que la malla haga implosión. La última gran avería eléctrica europea lo ha demostrado: habría bastado un accidente en una línea de alta tensión para sumir a buena parte del continente en la oscuridad. El primer gesto para que algo pueda surgir en medio de la metrópolis, para que se abran otros posibles, es detener su perpetuum mobile. Es lo que han entendido los rebeldes tailandeses que revientan los repetidores eléctricos. Y también los anti-cpe,3 que han bloqueado las universidades, para después intentar bloquear la economía. Es lo que han entendido los estibadores americanos que se declararon en huelga en octubre de 2002 por el mantenimiento de trescientos empleos, y que bloquearon durante diez días los principales puertos de la Costa Oeste. La economía americana es tan dependiente de los suministros ajustados procedentes de Asia que el coste del bloqueo ascendió a mil millones de euros por día. Por diez mil, es posible hacer vacilar a la mayor potencia económica mundial. Según ciertos «expertos», si el movimiento se hubiera prolongado un mes más, habríamos asistido a «una nueva recesión en Estados Unidos y a una pesadilla económica para el sudeste asiático». 3. cpe (Contrat premier embauche): ley laboral anunciada en 2006 que generó una oleada de protestas, lo que obligó al gobierno de Chirac a retirarla. 025-Insurreccion.qxd 27/5/09 17:21 Página 79 La joie de vivre.

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