Cuando hice mi tesis doctoral, conscientemente elegí concentrarme en un método, conforme al cual no sólo andaba Marx lisa y llanamente errado, sino que era irrelevante. Cuando conseguí mi primer puesto como lector en teoría económica en Gran Bretaña, el contrato implícito entre mi universidad y yo era que el tipo de teoría económica que enseñaría a nuestros estudiantes estaría tan alejado del marxismo como fuera humanamente posible. Cuando me trasladé a Australia en 1988, y sin yo saberlo, fui reclutado por el sector derechista del Departamento de Teoría Económica de la Universidad de Sidney, a fin de cerrarle el paso a otro candidato, cuyo director de tesis tenía (¡fundadisima!) fama de ser un peligroso marxista. Luego me traslade a Grecia, en donde, de la forma más insensata, llegué a ser, más o menos oficialmente, asesor de George Papandreu, el hombre cuyo gobierno habría de ser el intermediario en la transición hacia el infierno unos años después. Cuando dimití de ese cargo en 2006, consciente del desastre que se avecinaba, pasé a enseñar en la Universidad de Atenas, y a enseñar -lo admito- asuntos tan vulgarmente burgueses como Teoría de los Juegos y Microeconomía a un gran número de estudiantes griegos de primer ciclo, quienes (a diferencia de nuestros bravos y excelentemente informados estudiantes de posgrado) permanecían conmovedoramente ciegos ante la catástrofe que se les venía encima. Antes, en 2002, Joseph Halevi y yo habíamos tratado de hacer sonar una alarma, pero no conseguimos resonancia. Aun cuando en 2006 hice lo que en mi mano estaba para alertar a la sociedad griega -y a cualquiera que quisiera escuchar- del desastre en ciernes, seguí formando parte vergonzosamente de la “sociedad respetable” en Europa, y no me eché a la calle ni una sola vez.
21/10/2015
Escritora, activista y profesora de la Universidad de Hofstra de Nueva York, Silvia Federici es una referente en la economía feminista. Hablamos con ella durante el V Congreso Estatal de Economía Feminista [1] sobre cuestiones como el sistema capitalista, las alternativas soñadas y en marcha, la lucha salarial, el trabajo doméstico, la quema de brujas y el imaginario popular.
– ¿De qué hablamos cuando nos referimos a la economía feminista?
– La economía feminista es un proyecto con mucho coraje que se ha propuesto cambiar de manera significativa una disciplina que ha estado más comprometida con la economía capitalista que con ninguna otra. Creo que ha tenido muchos efectos importantes: el primero, someter la economía oficial a una crítica radical de su metodología, de su forma de medir, de su aplicación del método cuantitativo, del análisis de la realidad social que no se puede reducir a una fórmula matemática y de sus valores estructurales; el segundo, poner en el centro de esta deconstrucción de la economía la importancia de toda un área de actividades que definimos como reproductivas, muy importante para el movimiento feminista pero sistemáticamente desconocida y desvalorizada por la economía oficial. El cuidado, el trabajo del hogar, las relaciones familiares, sexuales o procreativas, el cuidado de los niños, el de las personas enfermas, el de los mayores… Para la economía feminista esto es fundamental, no solamente para la reproducción de nuestra vida, sino también para la producción del sistema capitalista, porque la sociedad ha sido sometida a esta producción.
25/02/2015
Debate entre Adolfo Sánchez Vázquez y Octavio Paz realizado en 1990 durante el Encuentro “La experiencia de la libertad”. Video recuperado en el homenaje por el centenario de Adolfo Sánchez Vázquez.
Presentamos una entrevista exclusiva a Terry Eagleton, crítico literario marxista y escritor, sobre uno de sus últimos libros, The event of literature. Además de exponer algunas de las ideas centrales de este libro, el autor nos remite a conceptos tratados ya en otros trabajos publicados en castellano, como La estética como ideología, Después de la teoría o Por qué Marx tenía razón.
IdZ: Su libro The event of literature plantea que la teoría literaria ha estado en declinación durante los últimos 20 años, y que históricamente existe una relación entre las vicisitudes de la teoría y determinados momentos de conflictividad social. ¿Por qué cree que la teoría se desarrolla y alcanza sus picos más altos en períodos en que la conflictividad social es mayor?
En nuestra época, la teoría literaria alcanzó su punto más álgido, a grandes rasgos, en un momento en el cual la izquierda política se encontraba en ascenso. Hubo un auge de dicha teoría en el período que abarca, aproximadamente, desde 1965 hasta mediados o finales de la década de 1970, lo que coincide más o menos con el momento en el que la izquierda era mucho más militante, y tenía mayor confianza en sí misma, que en la actualidad. De 1980 en adelante, con el endurecido control del capitalismo postindustrial avanzado, estas producciones teóricas empezaron a ceder lugar al posmodernismo, que entre otras cosas es –como lo ha señalado Fredric Jameson– la ideología del capitalismo tardío.
La teoría radical no se ha desvanecido, es cierto, pero fue empujada hacia los márgenes, y gradualmente se fue volviendo menos popular entre los estudiantes. Las grandes excepciones a esto fueron el feminismo, que continuó atrayendo una gran cantidad de interés, y el poscolonialismo, que se convirtió en algo así como una industria en crecimiento, y aún sigue siéndolo. Uno no debería concluir, de esto, que la teoría es inherentemente radicalizada. Hay muchas formas de teoría literaria y cultural que no son radicales.
Thomas Piketty ha escrito un libro llamado El Capital en el Siglo XXI que ha causado un cierto revuelo. Defiende los impuestos progresivos y un impuesto global sobre la riqueza como la única forma de contrarrestar las tendencias hacia la creación de una forma de capitalismo “patrimonial” marcada por lo que califica como desigualdades de riqueza y renta “aterradoras”. A su vez, documenta de una forma minuciosa y difícil de refutar, cómo la desigualdad social tanto en riqueza como en renta ha evolucionado a lo largo de dos siglos, con un énfasis particular en el rol de la riqueza. Destruye la idea ampliamente extendida de que el capitalismo de libre mercado extiende la riqueza y que el mayor bastión en la defensa de libertades individuales. El capitalismo de libre mercado, cuando se hayan ausentes las intervenciones redistributivas del Estado produce olgarquías antidemocráticas, tal y como demuestra Piketty. Esta demostración ha dado alas a la indignación liberal mientras que ha enfurecido al Wall Street Journal.
El libro se ha presentado a veces como el sustituto del siglo XXI a la obra del XIX de mismo título de Karl Marx. Piketty ha negado que ésta sea su intención, lo cual parece justo dado que su libro no trata en absoluto del capital. No nos explica por qué se produjo el crash de 2008, ni por qué está le está costando tanto tiempo salir a la gente del mismo bajo la carga doble del desempleo prolongado y los millones de hogares desahuciados. No nos ayuda a entender por qué el crecimiento se halla ahora mismo ralentizado en los EEUU en comparación con China, ni por qué Europa se halla atrapada entre las políticas de austeridad y el estancamiento económico. Lo que piketty nos muestra mediante estadísticas (y ciertamente estamos en deuda con él y sus colegas por ello) es que el capital ha tendido a crear, a lo largo de su historia, niveles cada vez mayores de desigualdad. Esto, para mucho de nosotros, no es ninguna noticia. Era exactamente la conclusión teórica de Marx en el Volumen Primero de su versión del Capital. Piketty no resalta esto, lo cual no es ninguna sorpresa, ya que para defenderse de varias acusaciones de la prensa de derechas de que se trata de un criptomarxista, ya ha señalado en varias entrevistas que no ha leído el Capital de Marx.
Ver También:
// La deuda pública marca su enésimo récord en el 93,4% del PIB
EL ENDEUDAMIENTO DE LAS COMUNIDADES AUTÓNOMAS ROZA EN EL TERCER TRIMESTRE LOS 200.000 MILLONES DE EUROS, MIENTRAS QUE EL DE LAS CORPORACIONES LOCALES SE REDUCE LIGERAMENTE
Detalle de la fachada del Banco de España desde la boca de metro cercana.REUTERS.
La deuda del conjunto de las administraciones públicas alcanzó un nuevo récord en el tercer trimestre del año al sumar 954.863 millones de euros, lo que supone ya el 93,4% del PIB y un incremento del 1,2% en relación con el trimestre anterior, y de un 16,7% sober el mismo periodo de 2012, según los datos del Banco de España. Con el nuevo aumento del endeudamiento, la cifrase queda a menos de un punto del objetivo del Gobierno para el conjunto de 2013, un año que prevé cerrar con un volumen de deuda pública equivalente al 94,21%. según la última revisión de sus previsiones macroeconómicas.
Baja la deuda municipal
Taiyo Sanz <noreply-comment@blogger.com>
Luciano Medianero Morales <>
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