ESTE AUTOR TIENE EDITADO UN LIBRO TITULADO " LA CRISIS IMPERIALISTA Y LA POLÍTICA NORTEAMERICANA, COMO ENTENDER A JIMMY CARTER. AUTOR : THEOTONIO DOS SANTOS. LO ADQUIRÍ PUES HARÁ COMO 25-30 AÑOS,...NO TIENE NI PRECIO PUESTO,...ESTOS TEXTOS NO SE LEÍAN NI SE DEBATÍAN NI E HABLABAN DE LOS MISMOS,...SOLO SE MENCIONABAN TEXTOS MARXISTAS CLÁSICOS,ALGO DE BELTEHEIN, SAMIN AMIN, DE SARTRE,...Y POCO MÁS,...ESO SÍ,...LO DE MARTA HACNEKER, TODOS LOS QUE EDITARA EL MERCADO DEL LIBRO,...¡¡¡¡. Y AHORA HACEN FALTA, YO LOS ESTUDIABA POR MI CUENTA ¡¡¡. TAMBIÉN COMPRÉ UN LIBRITO DE PAUL CARDAN,...""EL PAPEL DE LA IDEOLOGÍA BOLCHEVIQUE EN LA APARICIÓN DE LA BUROCRACIA"",...Y UN TRABAJO DE ALEJANDRA KOLONTAI, " LA OPOSICIÓN OBRERA ",...¡¡¡. CON UN PRECIO DE 90 PESETAS. Y DEL 1.977. A SU VEZ, OTRO PEQUEÑO, TITULADO "LUCHA DE CLASES EN CHINA --1.949.1.976 -- DE JOAO BERNARDO,...¡¡. DE 1.977. Lmm. :
Martins
Carlos Eduardo. Theotonio Dos Santos:
introducción a la vida y obra de un intelectual planetario. En
libro: Los retos de la globalización. Ensayo en homenaje a Theotonio Dos
Santos. Francisco López Segrera
(ed.). UNESCO, Caracas, Venezuela. 1998. ISBN: 9291430366. Disponible
en la World Wide Web: http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/unesco/martins.rtf |
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Theotonio Dos Santos:
introducción a la vida y la obra
de un intelectual planetario
Carlos
Eduardo Martins
del
inicio precoz al primer exilio
Theotonio dos Santos Junior nació en Carangola,
Minas Gerais, el 11 de noviembre de 1936 y fue inscrito oficialmente el 11 de
enero de 1937.
Entre 1958 y 1961 se hace bachiller en Sociología,
Política y Administración Pública en la Facultad de Economía de la Universidad
Federal de Minas Gerais (FACE).
Entre 1960 y 1964 estudia sistemáticamente el
marxismo como culminación de sus estudios filosóficos. En Brasilia, en los años
60, inicia con Ruy Mauro Marini, Luis Fernando Victor, Teodoro Lamounier,
Albertino Rodriguez, Perseu Abramo y Vania Bambirra un seminario de lectura de
El Capital, que posteriormente se reorganizó en Chile y reunió allí
representantes de las más importantes tendencias interpretativas de esta obra
crucial de Carlos Marx1.
Una parte importante de su actividad intelectual, en
este período, se refleja en su activa militancia política y su participación en
los movimientos sociales, que se extiende a la clandestinidad después del golpe
de 1964, hasta 1966, cuando se exilia en Chile. El eje de su militancia
política era su participación en la POLOP2, de la que fue fundador en 1961 y
cuya dirección nacional asume en 1964. La POLOP promovió una dura crítica a los
partidos comunistas y al estalinismo y convocaba a una unión de la izquierda
revolucionaria contra la política de frente único con la burguesía, propuesta
por el PCB, que enmarcaba el movimiento de masas dentro del nacionalismo
burgués.
Esta actividad política e intelectual en la POLOP se
imbrica con su participación en los movimientos sociales, en particular en el
movimiento estudiantil, donde funda las revistas Mosaico y Tribuna
Universitaria del DCE, de Belo Horizonte; en el movimiento de favelas,
donde colabora en la organización de la primera Federación de Favelas del país,
así como en la creación del periódico El Barranco; y en el movimiento
campesino, donde funda las Ligas Campesinas de Minas Gerais, colabora
fuertemente en la organización nacional de las Ligas Campesinas y ayuda a
organizar las Ligas Campesinas de Brasilia y parte de Goiás.
El golpe militar, su consiguiente destitución
sumaria de la Universidad de Brasilia y su condena a prisión por el Tribunal
Militar de Belo Horizonte, como “autor intelectual de la penetración subversiva
en el campo”, lo fuerzan al exilio en 1966, momento en que se vincula a la Universidad
de Chile como investigador y posteriormente director del CESO3. En este
período da continuidad a sus investigaciones y alcanza otro estadío en su
evolución intelectual y política.
Como
principales líneas de investigación, en esta primera parte de su obra, podemos
relacionar:
I. El análisis de las
estructuras de clases constitutivas de la formación histórico-social brasileña,
cuyas raíces vincula prioritariamente a la expansión del capital internacional;
II. El estudio del período
de hegemonía de la burguesía industrial, que se inicia con la Revolución del 30
y se consolida en el Estado Novo;
III. El análisis de la
crisis económica, política e ideológica de la hegemonía de la burguesía
industrial, con el abandono por ésta de sus banderas nacional-democráticas, a
partir de la penetración del capital extranjero;
IV. El estudio de las
causas del golpe del 64, su base de alianzas de clase y su carácter
tendencialmente fascista;
V. La comprensión del
nuevo modelo económico que se estructura, así como de las contradicciones del
fascismo en Brasil, de las posibilidades de democracia, del socialismo como
alternativa sustentada y de las razones de la derrota de la izquierda y sus
perspectivas de contra-ofensiva y recuperación.
El Análisis de la Estructura de Clases Brasileña y la Previsión del
Golpe.
El pensamiento de Theotonio se forma en su juventud
a partir de una densa interacción entre su profundo esfuerzo intelectual
autodidacta, realizado individualmente o en el contacto creciente con los
compañeros de su generación y de los movimientos sociales (generación
Complemento, becarios de la FACE, grupos de lectura de El Capital en Brasilia,
compañeros de la POLOP, del movimiento estudiantil, del movimiento campesino y
del movimiento de los favelados), y el saber institucionalizado impartido en la
FACE, en el ISEB, en el grupo de economistas y sociólogos de la USP, en la
CEPAL y en la UnB. La UnB representó la maduración de esta primera fase de su
pensamiento. En ella supera la posición eminentemente crítica de los marcos del
pensamiento formulados tanto por el nacional-desarrollismo cepalino, isebiano o
marxista, como por el liberalismo del imperialismo inglés y de las élites
agro-exportadoras, o incluso por las teorías de la modernización asociadas al
imperialismo estadounidense, para sentar las bases de un paradigma propio de
pensamiento que culmina con el establecimiento de una teoría marxista de la
dependencia, que proporcionará nuevos parámetros para teorizar sobre la
realidad brasileña y mundial.
Al comenzar la maestría en Ciencias Políticas en
Brasilia, Theotonio inicia una línea de investigación sobre la estructura de
las clases dominantes en Brasil, en la que se propone develar los términos de
la complejidad de la formación social brasileña y que culmina en su tesis
titulada Las Clases Sociales en Brasil: Primera Parte – Los Propietarios,
terminada en 1964. Esta investigación constituyó la base para su libro Quiénes
son los Enemigos del Pueblo (1963) que se dedica a esclarecer los términos
en que se realiza la lucha de clases entablada entre el movimiento popular y
las fracciones de la clase dominante brasileña, en la coyuntura de la
reorganización del sistema capitalista mundial de posguerra, así como a
proponer las líneas generales de un programa económico destinado a “llevar
adelante nuestro desarrollo, eliminar la miseria y el analfabetismo”,
vinculando, en un proceso ininterrumpido, las reformas de base al socialismo.
Su tesis de maestría constituye una investigación
histórica y empírica sobre las diversas etapas de configuración de las
estructuras de dominación de las clases propietarias brasileñas, desde la
colonia hasta la posguerra, las que forman bloques de intereses y compromisos
precarios, conflictivos y dinámicos, pero sustentables por períodos razonables
de tiempo entre sus diferentes fracciones4. Entre estas fracciones Theotonio
distingue, de acuerdo al período histórico en cuestión, los propietarios
rurales, las clases medias, la burguesía mercantil, la burguesía financiera,
las burguesías pequeña y media y la burguesía industrial.
Estudiando el proceso de constitución y dinamización
de las clases propietarias en Brasil, Theotonio destaca el papel preponderante
del capital extranjero, que impide a la burguesía brasileña asumir un carácter
verdaderamente nacional, haciéndola escindirse entre sus propios intereses y
los de los monopolios internacionales, que tienden a hegemonizar las
estructuras de dominación (Dos Santos, 1964, p.1). Y, en un análisis
extremadamente original, Theotonio señala que la política afirmativa de la
burguesía industrial se lleva a cabo en un contexto económico, político y
social restrictivo, que no permite golpear a fondo el latifundio
agro-exportador5.
Por el contrario, la sustitución de importaciones como base de la industrialización,
obligaba al compromiso con el latifundio en la medida en que éste –aunque
subordinado y con contradicciones - constituía el pilar fundamental de la débil
industrialización brasileña, al instituirse como fuente de divisas, de
capitales, de demanda y de caída de los precios de la fuerza de trabajo6 (Dos Santos, 1964, p.8). En este contexto, los
sectores medios no podían encontrar un camino propio que se desdoblase en una
política económica de creación de un mercado de masas y se conformaban con
reformas en el aparato estatal que moralizaban y racionalizaban la
administración y el servicio público del país, superando sus formas
clientelísticas tradicionales. Por otro lado, el proletariado urbano también es
contemplado en el nuevo sistema de poder instituido a partir de los años 30, al
establecerse una legislación laboral y de prevención social, además de
políticas de entrenamiento para atraerlo, disciplinarlo y educarlo.
Este conjunto de compromisos que la burguesía
industrial fue obligada a firmar para mantenerse en la vanguardia de la
formación socio-económica brasileña, sentó las bases del Estado-Amalgama
que se desarrolla hasta mediados de los años 50, cuando la penetración del
capital extranjero en la industria brasileña comenzará a minarlo
progresivamente.
Theotonio señala, que esta penetración se realiza, no tanto en función de la
integración capitalista bajo la hegemonía estadounidense, que sucede a la
eclosión de las luchas inter-imperialistas ocurridas desde la 1ra hasta la 2da
Guerra Mundial, sino más bien por la debilidad de los capitales privados
nacionales y la ausencia de instrumentación por parte del Estado de un plan de
desarrollo nacional que enfrentase al imperialismo y a sus aliados internos.
Ocurre entonces el abandono progresivo, por el
capital nacional, de las banderas nacionalistas y su sustitución por el
desarrollismo.
Con la instrucción 113 de la SUMOC, en 1953, el
Estado abre el camino para la entrada del capital extranjero bajo la forma de
máquinas y equipamientos y concede protección cambiaria y otras facilidades a
las empresas extranjeras que se instalasen. La inversión extranjera trae,
entretanto, diversos efectos negativos para el desarrollo del país, como: “la
exportación de ganancias muchas veces superior al capital empleado” y que se
manifiesta bajo la forma de remesas de ganancias, pagos de royalties y
servicios técnicos; sobreprecios en las relaciones de compra y venta
intra-firma; el desarrollo de sectores no esenciales de nuestra economía,
ligados al consumo suntuario; y a la destrucción de empresas pequeñas y
medianas, que se asocia a la progresiva desnacionalización de nuestra economía,
tornando nuestro capitalismo en un “capitalismo monopolista viejo y caduco que
ya nació integrado al imperialismo internacional” (Dos Santos, 1963, pp.
43-45).
Esta sangría de recursos se hace patente al final
del ciclo de inversiones y obliga a la introducción de un plan de
estabilización, que tendrá entre sus características económicas la reducción de
los salarios y la restricción del crédito y el que, debido a su contenido
impopular, deberá ser impuesto por la fuerza, rompiendo así con la legalidad
democrática.
El populismo resultó ser insuficiente para alcanzar
este objetivo, por ser una forma de gobierno modelada para un Estado Amalgama –
aunque de componentes siempre desiguales – y haber tenido que enfrentar un
aumento de la combatividad del movimiento popular, resultado del desarrollo del
proletariado y producido por el ‘boom’ económico e industrial. Estas palabras
de Theotonio, escritas en 1963, suenan de manera profética: “A medida que el
plan de estabilización monetaria se va aplicando crece la agitación popular. Es
menester que los grupos dominantes se apoyen en un rígido esquema militar, con
el propósito de garantizar el gobierno. Poco a poco los militares van tomando
el control del gobierno e imponiéndole su dirección (...) En Brasil estamos,
según todos los indicios, a las puertas de una solución militar de carácter
dictatorial, ya que la dictadura disfrazada de gobierno de unión nacional,
resulta cada vez más insuficiente. Ese parece ser el destino que tendrá el
Brasil en los próximos meses y años”. (Dos Santos, 1963, p. 26).
Para nuestro autor, el golpe de 1964 se produce
directamente vinculado al imperialismo, que reúne en torno a sus intereses el
conjunto de las clases propietarias del país – donde se incluyen los grandes,
medianos y pequeños capitales nacionales y el latifundio –y también gran parte
de las clases medias. Analizando las dimensiones políticas y sociales de este
movimiento en “La Ideología Fascista en el Brasil (1965)”, Theotonio señala que
el golpe de 1964 se organizó mediante un compromiso entre las fuerzas políticas
liberales de la burguesía y las corrientes fascistas, bajo la hegemonía de las
primeras, constituyéndose las últimas en un apéndice del golpe de Estado
contrarrevolucionario y al mismo tiempo en su sector más radical, cuya misión
era limitar la influencia liberal y realizar una política de represión total
del movimiento popular. También se percata de que la fuerza del fascismo y su
tendencia a suplantar los cuadros de la dictadura que provienen del movimiento
liberal, son una consecuencia del carácter inherentemente revolucionario de la
democracia en el ámbito del capitalismo brasileño.
Por lo tanto, se puede afirmar que es como
consecuencia del abandono por el capital nacional de las banderas del
antilatifundismo y del antimperialismo, así como de la necesidad de las clases
dominantes, durante los períodos de desestabilización de la economía, de
recurrir a una amplia represión popular como tabla de salvación de sus
intereses y fundamentos materiales, que surge el fascismo como horizonte
político e ideológico del golpe militar. Fascismo que, como plantea de manera
más amplia en “Socialismo o Fascismo: el Dilema Latinoamericano (1968)”, va a enfrentar grandes dificultades para
realizarse como movimiento popular, dadas las contradicciones en que se
encontraba, por no ser capaz de aglutinar una amplia base de masas debido a las
contradicciones entre la política estatal proimperialista y latifundista que se
verá obligado a realizar una vez en el poder y el nacionalismo y la propaganda
radical pequeño burguesa, necesarias para persuadir a su principal base social,
la pequeña burguesía.
Estas temáticas relacionadas con el estudio de las
causas de la contrarrevolución del 64, su fundamento de clases y las
características del modelo político y económico que ella instrumenta, van a ser
desarrolladas por Theotonio en la nueva etapa de estudios que inicia en Chile.
Del Exilio en
Chile al Segundo Exilio en México
En 1966, Theotonio llega exiliado a Chile, donde se
incorpora como investigador a tiempo completo en el Centro de Estudios
Socio-económicos (CESO) de la Facultad de Economía de la Universidad de Chile,
en la que alcanza la categoría de Profesor Titular, por un proceso de oposición
convocado en 1968. Entre 1968 y 1973, asume la dirección de investigaciones y
docencia del CESO y entre 1972 y 1973, su dirección general.
Su experiencia en Chile, a partir del CESO, se
constituyó en un locus privilegiado para su afirmación como pensador brasileño,
latinoamericano y mundial. En este período, se produce una amplia maduración de
su condición de investigador del capitalismo contemporáneo y el socialismo, profundizando
y ampliando las temáticas del período anterior y contribuyendo de manera
decisiva a la cristalización de la teoría de la dependencia y la creación de
una escuela de pensamiento que establecerá bases para la formación de diversos
investigadores.
El CESO funcionaba mediante una estructura docente e
investigativa, articulada en distintos seminarios y simposios, que atraía la
presencia de distinguidos estudiosos de las formaciones sociales
contemporáneas, de distintas partes del mundo (Marini, 1990, p.24). Pero el
desarrollo de este centro se vio interrumpido, en los momentos en que había
alcanzado su auge pleno, por el golpe contrarrevolucionario de 1973 y el nombre
de su director fue incluído en la primera lista de perseguidos políticos
chilenos. Con una gran parte de sus trabajos destruídos por los represivos,
Theotonio tuvo que refugiarse en la Embajada de Panamá, que por poseer
instalaciones insuficientes para el total de refugiados que a ella acude, se
traslada para la casa que había comprado como su residencia. En este lugar,
Theotonio permanece retenido durante 6 meses, debido a la negativa del gobierno
de Pinochet de concederle el salvoconducto, que sólo es posible conseguir por
la fuerte presión internacional ejercida para lograr su liberación.
Posteriormente, su casa es expropiada y
convertida en centro de tortura de la DINA.
En 1974 se exilia en México, donde continúa sus
actividades profesionales como investigador
del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Autónoma de México
(UNAM) y como profesor titular de la División de Posgrado de Ciencias Políticas
y de las Facultades de Economía y Filosofía, categoría que alcanza mediante
oposición o concurso público. En 1975, es nombrado coordinador del Doctorado en
Economía de la UNAM y, en 1978, jefe de
la División de Posgrado de la propia UNAM; permaneciendo en estos cargos
hasta su regreso a Brasil, en 1979.
A partir de las bases establecidas por la teoría de
la dependencia, se dedica a la elaboración de una teoría del sistema mundial,
que vislumbra como una fase superior de la teoría de la dependencia, para lo
cual retoma un trabajo ya iniciado en el CESO en compañía de Gunder Frank, Ruy
Mauro Marini y Vania Bambirra y que había sido, en gran parte, destruído por la
represión chilena7.
Las actividades de Theotonio en este período se
desdoblan en la creación del Seminario de Economía Política de la Ciencia y la
Tecnología, que coordinó junto con Leonel Corona en el Doctorado de Economía de
la UNAM; en la participación en la Asociación Internacional de Economistas del
Tercer Mundo y en las mesas redondas sobre el Socialismo en el Mundo,
celebradas en Cavtat; en la organización del Seminario Permanente sobre América
Latina (SEPLA), con Pablo González Casanova y Pedro Vuscovic; y en la
colaboración con la International Peace Research Association (IPRA). A todo
esto hay que añadir sus actividades políticas como miembro del Comité de
Solidaridad Latino-Americana y como coordinador del proceso de reorganización
del laborismo en el Brasil.
Como las
principales características de la obra de Theotonio dos Santos en este período,
podemos distinguir:
I. La formulación
general del concepto de dependencia y de sus diversos niveles de análisis, sus
implicaciones teóricas y metodológicas, la periodización de las diversas fases
de la dependencia en la historia de la acumulación capitalista mundial, la
conceptualización de las características generales y específicas de las
estructuras internas dependientes y la definición de los mecanismos
reproductivos de la dependencia;
II. El análisis de las
características centrales del imperialismo y de la economía mundial de
posguerra, su tratamiento de la teoría de los ciclos y particularmente del
periodo pos-1967 y sus efectos para el análisis de la economía mundial y sus
principales formaciones sociales;
III. El tratamiento de la
problemática del modelo político latinoamericano a través de la profundización
del análisis del fascismo y de la discusión sobre las posibilidades de una
transición a la democracia desde la dictadura y su sustentabilidad en la
América Latina;
IV. El tratamiento del tema
del socialismo, bien sea como forma de organización socioeconómica, como
movimiento político o como ideal de convivencia.
Contribución a la Elaboración de la Teoría de la Dependencia.
La teoría de la dependencia, como todo movimiento de
ideas, fue un producto colectivo resultado de la crisis del modelo de
sustitución de importaciones y del populismo, así como del inmenso volumen de
investigaciones y de intercambio de ideas para su interpretación (Dos Santos,
1994-B, D y E). Esta dimensión colectiva, necesaria para un resultado de tan
gran complejidad se concentró en la obra de algunos autores que ofrecieron los
elementos conceptuales más genéricos, sistemáticos y provechosos para su
elaboración.
Theotonio Dos Santos, junto a Ruy Mauro Marini y
Vania Bambirra, pueden ser considerados los principales elaboradores de una
teoría marxista de la dependencia, con obras marcadas por perfiles
individuales, pero sobre todo por una gran convergencia y complementariedad
conceptual (Ouriques, 1996).
La crisis económica, política, social e ideológica
en la América Latina de las décadas del 60 y 70, después de una ola de inversiones
donde el capital extranjero se convierte en el sector más dinámico de estas
formaciones sociales, cuestiona decisivamente el pensamiento desarrollista que
suponía, en sus versiones de derecha e izquierda, que una vez vencidos los
obstáculos internos a la modernización se podían repetir, en las sociedades
periféricas, los modelos de desarrollo de los países centrales. La
industrialización de la periferia, bajo la égida del capital internacional,
trajo la asociación del desarrollo con el subdesarrollo, al incorporar nuevos
elementos a formas anteriores de éste. A partir de este cuadro empírico
complejo, Theotonio formula el objeto8 y los
elementos generales del concepto de dependencia en un conjunto de artículos
escritos entre 1967 y 19719 que reunirá,
posteriormente, en su libro Dependencia y Cambio Social (1972) y que más tarde
incorpora, con algunas modificaciones, a Imperialismo y Dependencia (1978).
Theotonio señala que, desde el siglo XVI, con la
expansión internacional del capitalismo comercial y financiero se forman las
bases de una economía mundial monopolística y excluyente, que integra a las
sociedades nacionales en su reproducción ampliada. Esta economía mundial
adquiere una dimensión sistémica cuando el capital productivo se convierte en
su eje dinámico (Dos Santos, 1978-B, p. 284).
Constituyendo esta economía mundial, Theotonio
distingue diversos tipos de formaciones sociales: los países centrales del
capitalismo, que concentran las fuerzas productivas dinamizadoras de la
reproducción ampliada de la economía mundial; los países dependientes, que son
parte integrante indispensable de la reproducción de esta economía mundial,
pero que no cuentan en su propio ámbito con las fuerzas para su dinamización,
pudiendo expandirse y propulsarse solamente como reflejo de la expansión de los
primeros; y los países socialistas, que surgen de la parte atrasada del mundo
capitalista a partir de 1917, rompen con el marco funcional de relaciones
sociales dentro de los términos capitalistas de construcción de esta economía
mundial e inician una nueva práctica de construcción de relaciones económicas
internacionales, pero no consiguen todavía tornarla hegemónica. Por vincularse
a relaciones de producción globales, las nuevas formaciones socialistas tienden
a articularse, en un nivel de interacción variable de acuerdo al grado de
desarrollo de sus propias fuerzas productivas, a la economía mundial
capitalista dominante.
La dependencia adquiere entonces su expresión
sistemática en la economía mundial hegemonizada estructuralmente por el gran
capital y abarca tres elementos que se resumen para designar y concretar el
contenido de sus relaciones, de la siguiente forma (Dos Santos, 1978-B, pp.
366-367):
a) Las estructuras de desarrollo del
capitalismo, que se fundamentan en los fenómenos de internacionalización y monopolización del capital – en particular
las formas que adquirirán a partir de la fase imperialista – y ejercen un papel
condicionante sobre los otros elementos en la producción de las relaciones de
dependencia.
b) Las mediaciones que se establecen a
través de las relaciones internacionales entre los países que son objeto de
expansión capitalista y los procesos de internacionalización del capital, para
configurar una división internacional del trabajo que fundamente la
dependencia. Aquí se destacan las formas que asumen el comercio exterior, el
movimiento internacional de capitales y las transferencias internacionales de
tecnología.
c) Las estructuras internas de los países
objeto de la expansión capitalista, expresando la interacción dialéctica de los
elementos internos de estas economías con las relaciones económicas
internacionales y la estructura monopólica internacional.
Las relaciones de dependencia no surgirán entonces
como un factor externo sino a partir de una compleja relación entre estos tres
niveles de relaciones socioeconómicas que internalizan la dependencia. Para
Theotonio, este concepto de dependencia envuelve una elaboración centrada en la
contradicción, donde la integración entre los tres niveles que determinan estas
relaciones (estructuras internacionales de capital, relaciones económicas
internacionales y estructuras internas de los países objeto de expansión del
capital internacional) depende necesariamente de una composición de fuerzas sociopolíticas,
en los países dependientes, que la consolide, de acuerdo con las posibilidades
ofrecidas por la situación que condiciona la dependencia. Surge así la
necesidad del concepto de compromiso, o combinación de intereses, para designar
esta composición (Dos Santos, 1978-B, p.
309).
En lo que se refiere a la configuración de las
estructuras internas dependientes, él caracteriza sus formas históricas –
dependencia colonial bajo la hegemonía del capital comercial y financiero,
dependencia financiero-industrial bajo el dominio de la gran industria, que
extiende sus lazos hacia el exterior mediante la inversión en la producción de
materias primas y productos agrícolas que serán consumidos en el centro
hegemónico; y dependencia tecnológico-industrial bajo el dominio de las
empresas transnacionales que invierten en los países dependientes en industrias destinadas a sus mercados internos – y
las identifica a través del fenómeno de la superexplotación del trabajo y de la
gran concentración del capital, elementos centrales que varían en sus
dimensiones y formas de manifestación en cada fase dependiente.
A estas características internas de la acumulación
de capital, el autor agregó la acumulación externa de capitales, que tendrá su
razón última en el hecho de ser el sector I, productor de bienes de capitales,
en gran parte externo a la economía dependiente. Esta relación estructural
fundamenta el carácter dependiente del capital en estas economías, así como los
términos de su reproducción (Dos Santos y Bambirra, 1978, p.112).
Las implicaciones teóricas y metodológicas de este
enfoque son claras. La teoría de la dependencia, al referirse a las realidades
condicionadas por las estructuras monopólicas de la acumulación internacional
del capital y a las respuestas a estas realidades en la construcción de la
economía mundial, redefine el sentido de universalidad de la acumulación
capitalista, ya que desarrolla un esqueleto teórico articulado a una totalidad
histórico-concreta, más compleja que las representadas por las formas
expansivas iniciales de la acumulación de capital. Esta realidad histórica es
la que fundamenta la difusión internacional de la teoría de la dependencia y la
superación de los modelos de desarrollo propugnados por el pensamiento europeo
y estadounidense.
El Imperialismo de la 2da Posguerra y la Dependencia
Tecnológica-Industrial.
En Imperialismo y Corporaciones Multinacionales
(1973-A), más tarde integrado a Imperialismo y Dependencia (1978-B), Theotonio
dos Santos aborda la temática de la nueva etapa del imperialismo surgida a
mediados de la posguerra y sus contradicciones, que van a expresarse de manera
total durante la larga ola depresiva que se inicia en 1967.
El autor señala que la nueva etapa del imperialismo
que se inicia después de la segunda guerra mundial está basada, en gran parte,
en conocimientos tecnológicos y científicos alcanzados ya en las dos primeras
décadas de este siglo, desarrollados durante el largo ciclo recesivo que se
extiende de los años 1914-18, hasta mediados de la década del 40. Esta etapa se
fundamenta en el amplio desarrollo de la concentración, centralización,
conglomeración e internacionalización del capital monopolista, que cristaliza
en un nuevo tipo de entidad económica (las corporaciones multinacionales) y en
la profundización e intensificación de los vínculos entre los monopolios y el
Estado. Desde el punto de vista de las relaciones internacionales, este proceso
adquiere cohesión con la imposición de la hegemonía estadounidense, la
internacionalización de su moneda nacional, con los acuerdos institucionales y
monetarios de Bretton Woods, los planes de ayuda económica (Marshall, Punto IV,
Alianza para el Progreso y otros) y el sistema de relaciones y acuerdos
militares que permitió a las tropas estadounidenses realizar la ocupación
disfrazada de los territorios de casi todos los países capitalistas.
Las
corporaciones multinacionales constituyen, para Theotonio, al mismo tiempo la
célula y la infraestructura del proceso de integración capitalista de posguerra10 y se caracterizan por el hecho de que las
actividades que realizan en el exterior no son parte complementaria, sino
esencial de sus actividades productivas, financieras y comerciales. Sus
inversiones se dirigen priorizadamente al sector manufacturero de los países
receptores y a sus mercados internos, lo que las vincula fuertemente con las
economías locales. Estas corporaciones tienen como objetivo estratégico mover
sus capitales en función de extraer la mayor masa posible y la tasa más alta de
beneficios que se puedan obtener en el ámbito internacional (Dos Santos,
1978-B). La expansión de las corporaciones multinacionales está ampliamente
basada en la potencia económica de sus respectivos Estados nacionales, que las
impulsan y apoyan financiera, política y militarmente; pero a pesar de ésto,
entran en contradicción con esos Estados, ya que priorizan el ámbito
internacional sobre el nacional.
Según el
autor, la contradicción principal de la economía capitalista va a ser la
oposición entre la socialización creciente de la producción y el carácter
privado de la propiedad sobre los medios de producción. En la etapa
imperialista, esta contradicción va a tomar la forma de una oposición entre la
expansión de la base productiva internacional del capital y el fortalecimiento
de su base productiva nacional, estatal y empresarial, implicando la
universalización del desarrollo desigual y combinado, por el cuál el sistema,
en su conjunto, transfiere excedentes para los centros más dinámicos, buscando
al mismo tiempo unificar mundialmente los mercados a fin de crear las
condiciones propicias para que se produzca esa transferencia de capitales. El
sistema, entonces, se desarrollaría internacionalmente en torno a un centro
nacional integrador que, sin embargo, no lograría resolver la contradicción,
entre la base internacional y la nacional, de su expansión.
En La Crisis Norteamericana y América Latina
(1971-B) y posteriormente en Imperialismo y Dependencia (1978-B),
Theotonio analiza en detalle cómo el proceso de integración internacional,
realizado en la posguerra, condujo a una transferencia de recursos
tecnológicos, financieros y económicos de los Estados Unidos, particularmente
en beneficio de Alemania y el Japón, que culminó en la crisis de la hegemonía
estadounidense y en consecuencias depresivas para la economía mundial. Ya en
esta época el autor demostraba cómo el sistema capitalista, a partir de 1967,
entraba en un período de crisis prolongada.
Para analizar este período, Theotonio toma como
referencia el estudio de los ciclos largos descubierto por Kondratiev11, procurando
explicar estos ciclos a partir de innovaciones tecnológicas radicales que
producen cambios significativos en la composición orgánica del capital, en el
ejército industrial de reserva, en los niveles salariales, en las formas
institucionales – concentración empresarial, centralización financiera,
internacionalización del capital e intervención estatal – y como consecuencia
de ésto, en la tasa de ganancia.
Basado en este esquema teórico y en el estudio
histórico de las coyunturas, el autor alcanza un alto grado de aproximación
analítica de la realidad, interpretando y describiendo en Imperialismo y
Dependencia (1978-B), la crisis estadounidense de 1967-71, la recuperación
económica de 1972-73, la gran depresión de 1974-75 – que se vuelve universal
para los países capitalistas dominantes – y los límites de recuperación de
1976. En esta obra, él señala la quiebra de la fórmula de expansión sustentada
de la posguerra a través de la vía keynesiana de asociación del crecimiento
económico al gasto público, principalmente los militares, a causa de la pérdida
de capacidad endógena de generación de crecimiento por el sistema económico e
institucional montado en la posguerra, bajo la hegemonía de los Estados Unidos.
Al evaluar las posibilidades de recuperación
sustentada de la economía capitalista, Theotonio señaló su viabilidad a través
de la expansión del gasto público en niveles nacionales e internacionales
capaces de sustentar una nueva ola de inversiones (comunicaciones
internacionales, ambiente, transporte público, servicios de bienestar social,
infraestructura energética e industria espacial), enmarcada en una tecnología
no totalmente automatizada, que no rompa con la producción del valor, y supere
las contradicciones del multinacionalismo por medio del aseguramiento de una
nueva división internacional del trabajo. Anticipando en ciertos aspectos, su
tesis posterior de que esta nueva fase imperialista se funda en una hegemonía
compartida y no más en una hegemonía de un centro nacional, él afirmaba que una
nueva etapa imperialista debería basarse en una economía internacional mucho
más socializada y, por tanto, sobre un sistema de subpotencias regionales
limitadoras del papel integrador del centro hegemónico.
La dependencia industrial-tecnológica desarrollada
en la posguerra, está fuertemente asociada a la división internacional del
trabajo puesta en marcha por el multinacionalismo en los años 50, 60 y 7012. La base de
la división del trabajo del multinacionalismo, en los años 50 y 60, fue el
intercambio entre la producción de maquinarias, equipamientos industriales y
materias primas industrializadas complementarias, por parte de los países
desarrollados y la producción de materias primas y productos agrícolas, por parte de los países dependientes. Esta
división internacional del trabajo condujo a un cambio cualitativo de las
relaciones de dependencia, creando una nueva hegemonía monopólica
internacional, nuevas relaciones internacionales y nuevas estructuras internas
dependientes.
La nueva estructura interna se construye a partir de
la imposición del desarrollo industrial bajo el control del capital extranjero,
que invierte en los países dependientes más avanzados, principalmente en la
industria de bienes de consumo durables, controlando la industria
automovilística y gran parte de la industria de máquinas eléctricas y
no-eléctricas, así como en la industria química, la mecánica y la de metalurgia
pesada y ligera.
Esta estructura se apoya por
tanto en las externalidades creadas por la intervención estatal en los sectores
de infraestructura, en el montaje de una estructura proteccionista, o en la
concesión de subsidios, exenciones fiscales, etc. (Dos Santos, 1978-B y 1978-E).
Al capital nacional sólo le restaba
desnacionalizarse a través de su asociación minoritaria con el capital
extranjero, de su restricción a nichos de mercado y a los segmentos productivos
menos dinámicos, o mediante su conversión en una fracción de las clases
propietarias, rentista y especuladora, con el abandono creciente del sector
productivo.
Esta
estructura interna presenta fuertes limitantes al desarrollo de los países
dependientes por vincularse a relaciones internacionales donde las formas de
apropiación y producción de valor y de plusvalía resultan altamente sofisticadas, volviéndose
mucho más complejas e intensivas en sus efectos descapitalizantes sobre las
economías dependientes, conformando un escenario macroeconómico tendencial
compuesto por déficits en la balanza de servicios, déficits en la cuenta de
capitales, en la balanza de pagos, endeudamiento externo y superávits
comerciales – asociados particularmente a la estructura proteccionista del
mercado interno – necesarios para la creación de divisas para la importación y
para aminorar los efectos negativos de la balanza de pagos.
La
evolución de esta estructura interna significó contradicciones para la división
internacional del trabajo, que se manifestaron en las limitaciones impuestas
por la superexplotación al mercado interno de los países dependientes, con el
fin de absorber continuamente las inversiones de las corporaciones
multinacionales, y en un cierto desarrollo, en los países dependientes, de los
sectores complementarios al sector de bienes de capital y, de forma más limitada,
de la industria de maquinarias.
Theotonio
señala dos posibilidades para la solución de estas contradicciones: inversiones
de capitales que incorporan nuevos avances tecnológicos y se dirijan
prioritariamente hacia la exportación; y la internalización del sector I en los
países dependientes, a través del dislocamiento de la industria pesada hacia
estos países. El afirma que la primera hipótesis va a ser la preferida del gran
capital internacional, bien porque la internalización del sector I exige una expansión
de la demanda interna y del empleo que rompen con la superexplotación del
trabajo que fundamenta la acumulación dependiente, o bien porque convierte la
dependencia en “una expresión puramente artificial que luego sería destruida” 13 (Dos Santos, 1968, 1978-B y E).
El Modelo Político Latino Americano.
En esta fase de su obra, Theotonio profundiza el
análisis del modelo político latinoamericano, tomando como referencia dos
coyunturas básicas: una, que va más claramente de 1964 a 1973 y que está marcada
por la difusión de los regímenes militares en la América Latina y que alcanza
su auge en la contrarrevolución en Chile, y la otra de distensión que se inicia
en el mismo año de 1973 y que se impone con avances y retrocesos en los años 70
y que más tarde se desdobla, en los años 80 y 90, en un amplio proceso de
democratización de la región.
La primera coyuntura, de confrontación, ocurre a
causa de la culminación de nuevas formas de las relaciones de dependencia
establecidas desde la posguerra y se reflejan en una alternativa a la izquierda
en la revolución cubana (1959) y en otra a la derecha en los regímenes
militares brasileño (1964), boliviano (1971), uruguayo (1973), chileno (1973) y
argentino (1976). Estos regímenes eran impulsados por la necesidad de contener
la radicalización del movimiento popular y por la necesidad de aplicar medidas
de estabilización económica que profundizaran los términos de superexplotación
del trabajo, desarrollando tendencias o características fascistas.
El
fascismo, para Theotonio, será un régimen de terror del gran capital, que
aspira a la institucionalización permanente en favor de las fracciones
nacionales de éste. Son justamente estas dos características las que convierten
al fascismo de los países dependientes en altamente contradictorio. Aunque
necesario para el desarrollo de la acumulación capitalista, en particular en la
fase de dependencia industrial-tecnológica14, el fascismo dependiente, posee una
misión fundamentalmente defensiva, de salvación nacional del capitalismo, lo
que restringe enormemente su apoyo popular y su fuerza ideológica.
Sus fundamentos nacionalistas y expansionistas
entran en contradicción con el capital extranjero, que constituye el sector más
dinámico de la acumulación dependiente, y las fuerzas armadas, que sustituyen
en estos procesos a la burguesía nacional y tienden a convertirse en un foco
permanente de problemas 15. Por otro lado, la estabilización de los patrones de
dominación capitalista por la vía autoritaria, conducen también a un fuerte
desgaste popular, que las primeras señales de crisis económica tienden a
aumentar, haciendo necesaria la apertura de nuevas alternativas políticas para
fundamentar, a mediano plazo, la acumulación capitalista.
Estos factores son los que explican la ofensiva
internacional desplegada a partir de 1973/74, con el objetivo de desmovilizar a
estos regímenes y dirigir a los países dependientes, particularmente los del
subcontinente latinoamericano, a la adopción de formas de democracias
restringidas, inspiradas en las tesis de la Comisión Trilateral. La gestión
Carter va a jugar, en esta nueva fase, un papel destacado (Dos Santos, 1977-C,
pp 61-69).
El Problema del Socialismo.
En el conjunto de su obra, Theotonio dos Santos
aborda el problema del socialismo como una unidad que se desdobla en tres
aspectos interrelacionados, que son: la experiencia histórica de organización
de un régimen socio-económico, un movimiento social y un ideal de convivencia
humana.
Según él, el socialismo es el heredero del
desarrollo de las fuerzas productivas promovidas por el capitalismo y está
presente en el centro de las contradicciones del imperialismo contemporáneo,
siendo el conflicto entre los modos de producción capitalista y socialista, uno
de carácter antagónico, que se pone de manifiesto entre clases sociales de base
internacional –burguesía y proletariado – y que impulsa la implantación de
modos de producción con vocación universal. En este sentido, la convivencia
entre estos dos modos de producción en un mismo sistema mundial, será
necesariamente limitada en su dimensión histórica.
El socialismo, en cuanto organización
socioeconómica, será definido por él a partir de la imposición de la
planificación social, en su forma estatal, sobre el principio del mercado. Tal
organización económica será verdaderamente, una formación amalgamada de
transición al comunismo, que asocia leyes del modo de producción comunista a
leyes del modo de producción capitalista y de otros modos anteriores a éste.
El hecho de desarrollarse el socialismo en el ámbito
de una economía internacional desigual y combinada, dominada por la explotación
imperialista, hace que surja, preferentemente, en las regiones más atrasadas.
La vinculación del socialismo a las condiciones de carencias materiales,
incrementadas por el cerco imperialista, va a establecer deformaciones en su
función de transición, al desarrollar un aparato estatal con intereses propios
y una fuerte capacidad de decidir las formas de utilización del excedente
económico y su distribución (Dos Santos, 1978-B, pp. 39-48).
Theotonio afirma que, hasta mediados de los años 50,
las experiencias socialistas estuvieron marcadas por el predominio de las
formas de acumulación primitiva socialista, pero que a fines de esta década y
de manera más clara a partir de los años 60, como resultado de la culminación
de este propio modelo, la revolución científico-técnica llega a los países
socialistas más desarrollados, obligándolos a realizar una revisión del
estalinismo y de las políticas de aislamiento impuestas por la guerra fría.
Este contexto determina el redimensionamiento de la posición estratégica
internacional de la URSS, que pasa a ser considerada por los sectores más
conscientes de la burguesía internacional – proyectada en una dirección
globalizadora debido a la revolución científico-técnica – como importante
fuente productora de materias primas y mercado para la industria de
maquinarias. Según el autor, en un tema que retomará más adelante, la
maduración de esta situación llevará al resquebrajamiento del bloque
antisoviético y a una mayor integración económica de la URSS en el escenario
internacional (Dos Santos, 1978-B, pp. 263-264).
El
movimiento socialista, al convertirse en esta situación histórica en el polo
dialéctico internacional de las experiencias estatales nacionales y regionales
del socialismo, resulta de hecho notablemente influenciado por la evolución de
las mismas. Tal movimiento es condicionado por la evolución, tanto de las
contradicciones del sistema imperialista16, como por las contradicciones de las
experiencias estatales socialistas, actuando sin embargo con su propia
subjetividad a través de la estrategia y de la táctica, para dirigir esta
situación condicionante según sus propios designios y transformarla
radicalmente. Los aportes de Theotonio dos Santos al movimiento socialista se
centran pues, en el análisis de estas variables principales, centrando su
atención, sobre todo, en el período de la posguerra.
El señala
que el ciclo económico presenta momentos específicos que son particularmente
favorables o desfavorables al desarrollo del movimiento revolucionario. La
terminación del auge económico representa, para Theotonio, el período más
favorable a una política revolucionaria, en que la quiebra del crecimiento
económico sustentado choca contra la organización del proletariado y de las
clases populares, desarrollada durante el período de expansión económica. Sin
embargo, la continuidad en dirección a los puntos más bajos de la depresión del
período recesivo, acarrearía la destrucción de las bases organizativas del
proletariado con las que éste podría enfrentarse a la crisis y tendería por lo
tanto a reducir su capacidad revolucionaria. El nuevo período de recuperación y
crecimiento económico sustentado, resultante de la culminación de la depresión
anterior, permite al capital una ofensiva política e ideológica mediante la
cuál completa la reestructuración de las relaciones entre capital y trabajo y
posibilita también que el proletariado y las clases populares se reorganicen y
puedan golpear de esta forma al sistema, en los momentos de quiebra del
crecimiento económico.
En su análisis del período imperialista de
posguerra, él señala que el nivel de organización del movimiento popular en los
países centrales, en esta larga ola de crecimiento económico, fue limitado por
la hegemonía política de coaliciones democrático-conservadoras que convirtieron
la social democracia y las fuerzas de izquierda en un apéndice político. La
guerra fría, cuyo auge tiene lugar entre 1947 y 1954, contribuyó a la
dispersión de las fuerzas de izquierda, en la medida en que dividió a los
socialistas y los comunistas. Solamente la larga crisis que se produce a partir
de 1967, alterará este cuadro.
Theotonio señala que este ascenso de las fuerzas de
centro-izquierda al poder, tiende a cuestionar el dilema mercado versus
planeamiento, que para ser resuelto de una forma progresista debería colocar el
planeamiento como centro ordenador de la sociedad. Mientras tanto, las
condiciones políticas y sociales heredadas de la fase de expansión del ciclo de
posguerra, no permiten a las tendencias de centro-izquierda convertirse en una
mayoría importante en la sociedad, ni a las tendencias de izquierda reunir la
fuerza necesaria para buscar un camino independiente sin apartarse de las
masas. Consecuentemente, indica la alta probabilidad de una crisis social
profunda y de un inmovilismo que abra espacio a la ofensiva de derecha, que de
hecho ocurre en los años 80 y 90 con la avalancha internacional neoliberal. Una
vez más el análisis de coyuntura de Theotonio, resulta preciso y anticipatorio
(Dos Santos, 1978-B, p. 242).
En Chile, el lugar del cono sur de América Latina a
donde llega a su punto más alto la radicalización popular, Theotonio realiza,
al calor de la lucha, un amplio análisis de coyuntura (Dos Santos, 1971-A,
1972-B y C, 1973-B y C). Teorizando sobre las dimensiones estratégicas y
tácticas de la revolución socialista latinoamericana17 apunta su carácter continental, de largo
plazo, popular y cuestiona la idea foquista de asalto inmediato18. Al
analizar la propuesta chilena de una transición al socialismo en un marco
democrático, él destaca los factores que pueden minimizar las conmociones
sociales en la transición a una etapa socialista, mencionando el desarrollo de
un poder proletario y popular que se gesta antes de la toma definitiva del
Estado, el avance de la educación socialista entre las masas y la existencia de
un fuerte apoyo internacional19.
La concepción teórica de la necesidad de que la
humanidad transite a la etapa socialista con un mínimo de tensiones, abre el
espacio al tratamiento de la cuestión de la paz, asunto en el que estará
particularmente estimulado debido a sus relaciones con la International Peace
Research Association (IPRA)20. Estos estudios, igual que los que realiza
sobre la revolución científico-técnica, aunque se inician en esta etapa de su
obra, se van a desdoblar y alcanzar su plena maduración en los años 80 y 90,
razón por la cuál los analizaremos en la fase que pasaremos a describir a
continuación.
El Regreso al Brasil y los Nuevos Desafíos Prácticos y Teóricos.
El retorno de Theotonio a Brasil comienza, cuando
todavía en México, retoma el análisis de la realidad brasileña, así como con su
participación en la reorganización política del exilio brasileño, buscando la
unidad entre socialistas y laboristas – que adquiere carácter histórico en el
Encuentro de Lisboa en el cuál participa -;
y de hecho tiene lugar con la amnistía política, cuando viene al país para hacer
contactos iniciales en 1979 y, posteriormente, cuando se establece de forma
definitiva en él, en enero de 1980.
En Brasil, es uno de los fundadores del Partido
Democrático de los Trabajadores (PDT), que se define programáticamente por
el socialismo, y se postula como
candidato a gobernador de Minas Gerais
en las elecciones de 1982 y a diputado federal constituyente en 1986. Estas
aspiraciones electorales resultan fuertemente obstaculizadas por el aislamiento
en que se encuentran las izquierdas en el país, producido por la hegemonía
liberal conservadora en el proceso de transición a la democracia, que se viene
gestando desde los tiempos de la dictadura. En Minas Gerais este escenario está
particularmente presente y las izquierdas apenas consiguen una posición
electoral competitiva a finales de la década del 80. En términos académicos, a
su regreso al Brasil se desarrolla una contradicción paradójica entre su
inserción científica universal – manifestada en el reconocimiento a la
importancia de su obra por amplios sectores de la comunidad científica
internacional – y las dificultades de su reinserción en las comunidades
científicos brasileñas que, hasta el momento presente, le impedirán la creación
de un centro de investigaciones importante. Entre estas dificultades se pueden
mencionar: el legado institucional del régimen autoritario que impide hasta
1985, la extensión de la amnistía política al terreno profesional; el
aislamiento del pensamiento científico brasileño de las corrientes de
pensamiento latinoamericanas formadas durante el exilio; la hegemonía del
proyecto liberal –conservador de democracia, sobre gran parte de la
intelectualidad brasileña y, finalmente, las políticas neoliberales de la
década del 90, que tratan de integrar al país en una nueva división
internacional del trabajo, marginando el desarrollo científico y tecnológico.
Contra estas dificultades para reproducir
nacionalmente las condiciones de producción logradas en el extranjero, se
afirmará sin embargo la fuerza internacional del pensamiento de Theotonio, que
le permitirá compensar el aislamiento relativo y la precariedad de las
condiciones nacionales de trabajo, mediante una intensa articulación con los
centros mundiales de pensamiento.
Durante los años 80, Theotonio refuerza sus vínculos
con las Naciones Unidas, convirtiéndose en consultor de la Universidad de las
Naciones Unidas y de la UNESCO. En esta década, Theotonio se convierte en presidente de la Asociación Latino-Americana
de Sociología (ALAS), en miembro del consejo ejecutivo de la Asociación
Latinoamericana de Política Científica y Tecnológica21, en consultor del Sistema Económico
Latinoamericano (SELA) y director de estudios de la Maison des Science de
l’Homme, de la Universidad de París I. En Brasil, después de un breve paso por
el PUC/MG, donde se malogra por oscuras razones su proyecto de creación de un
centro de investigaciones sobre el desarrollo, apoyado por la FLACSO, se
integra a FACE con el apoyo del CNPq, y asume en 1983 la dirección de
entrenamiento de la FESP, en Río de Janeiro, dónde estructura un sistema de pre
y posgrado mediante el cuál establece una amplia red de contactos con
científicos de todo el mundo. En 1985 se hace Doctor en Economía, por Notorio
Saber, en la Universidad Federal de Minas Gerais y en 1986 Profesor Titular,
por oposiciones, en la FACE y puede reintegrarse a la Universidad de Brasilia
en 1988, debido a la Ley de Amnistía.
En los años 90, Theotonio se hace Profesor Asociado
de la Universidad Ritsumeikan de Kioto y de la Universidad de París VIII y, en
1994 por cuarta vez, Profesor Titular, por oposición ahora, en la Universidad
Federal Fluminense.
Tocante a la obra de Theotonio dos Santos en este
período, podemos mencionar como las líneas principales de investigación las
siguientes:
I. Los
estudios sobre la revolución científico-técnica22, sus impactos en el sistema mundial
y en sus distintas formaciones sociales. Estos estudios van a fundamentar el
concepto de globalización y la profundización de los estudios sobre la teoría
del sistema mundial, como claves para analizar la nueva etapa de integración
del capitalismo mundial.
II. La problemática de la construcción de un
nuevo modelo de gestión de la economía mundial, donde se destaca el dilema
entre el planeamiento y el mercado como eje de las nuevas formas de gestión y
la cuestión de la paz, como condición para la construcción de un modelo de
gestión sustentable. Tales estudios se van a desdoblar en la formulación del
concepto de civilización planetaria y llevan
a la profundización teórica paralela del análisis de los ciclos
económicos.
III. La trayectoria del capitalismo, en la
larga ola depresiva desde la crisis hasta la recuperación, la formación de nuevas
bases sustentadas de crecimiento y las condicionantes de este movimiento para
la América Latina y el Brasil.
IV. El análisis de la evolución del modelo
político para la América Latina y de un programa de solución de la crisis
económico-social originada por el desarrollo dependiente.
V. El análisis de las perspectivas del
socialismo a la vuelta del siglo.
VI. El balance conceptual e histórico de las
contribuciones de la teoría de la dependencia.
La Revolución
Científico-Técnica y la Globalización.
Para Theotonio dos Santos, la clave del proceso de
integración de la economía mundial, desde la posguerra, es la revolución
científico-técnica. La teorización de este concepto, que adquiere carácter
paradigmático en la obra de Richta, es tomada entonces en sus términos más
generales para el análisis del desarrollo del capitalismo contemporáneo, de sus
cambios en la posguerra, de su reestructuración durante la larga ola depresiva
de Kondratiev y de su nuevo crecimiento económico sustentado.
La revolución científico-técnica implica un cambio
radical en el ordenamiento y la articulación de las fuerzas productivas, en la
cuál la ciencia pasa a subordinar la tecnología y ésta a la producción directa.
Esta revolución consagra la instauración del principio de la automación sobre
la mecanización y la automatización, reestructurando ampliamente el sistema
productivo y el proceso de trabajo, que se
torna eminentemente intensivo y de alta calificación, liberando la fuerza de
trabajo aplicada en el sector industrial y en la producción directa, en
beneficio del sector de servicios y de las formas indirectamente
productivas de trabajo.
Todavía, en
estos momentos, la revolución científico-técnica es una realidad embrionaria
que no ha logrado transformar radicalmente las relaciones sociales que la han
precedido. En su proceso de expansión ha recorrido dos etapas: una primera que surge a partir de
la II Guerra Mundial, cuando se limita a los países más desarrollados del
capitalismo y del socialismo y les
impone una reducción relativa de la cantidad de fuerza de trabajo aplicada en
la producción directa industrial y agrícola y una segunda etapa que se
desarrolla a partir del fin de esta fase expansiva en los años 60 y durante el
período depresivo de la economía internacional, cuando se extiende
planetariamente y lanza las bases de un conjunto de innovaciones que se
difundirán durante la larga ola expansiva que se inicia a mediados de los años
90.
La vocación
mundializante inherente al desarrollo capitalista, se torna entonces, con la
segunda fase de la revolución científico-técnica23, una realidad material. Theotonio
define la globalización como un movimiento que culmina en la plena
internacionalización de la producción y de los servicios, así como con la
formación de escalas de producción globales, transformando a la humanidad en
una realidad material. Este movimiento, eleva al más alto nivel los procesos de
internacionalización, multinacionalización y transnacionalización de los años
60 y 70 y, aunque parte de las economías nacionales, tiende a autonomizarse de
éstas, convirtiendo la economía global en un fenómeno condicionante de las
realidades nacionales, regionales o locales (Dos Santos, 1992-B, 1996-J).
La
formación de esta economía global, a medida que se va aproximando al punto en
que se provoca una inversión de las relaciones con las economías nacionales,
tenderá a limitar progresivamente la presencia de diversas economías-mundo en
su interior. La maduración de la economía global impondrá, entonces, un
obstáculo decisivo a la hegemonía y presencia del imperialismo en la economía
mundial, en la medida en que éste favorece la competencia sobre la cooperación
y produce necesariamente dualismos en la economía internacional, engendrando
dependencia y subdesarrollo en amplias regiones.
Una
expresión de la crisis de la hegemonía del imperialismo sobre la economía
mundial está dada en el hecho de que la próxima larga ola expansiva no se
fundamentará más en la construcción de un sistema mundial en el que un
Estado-nación ejerce el papel de centro. Así, los Estados Unidos no podrán
ejercer más la hegemonía que detentaran entre los años 40 y 60 y su decadencia
no dará lugar al surgimiento de un nuevo Estado-nación hegemónico, sino a una división de la hegemonía entre las principales
potencias centrales de la economía mundial. (Dos Santos, 1992-B, p.9). Esta
situación ha llevado a Theotonio a señalar, para la coyuntura actual, la
presencia de un movimiento paralelo, aparentemente opuesto pero sin embargo
interdependiente a la globalización, de regionalización del mundo contemporáneo
que expresa, tanto un aumento de la
competitividad dentro de la economía mundial reforzando sus elementos
anárquicos como una diversificación de
los sujetos colectivos a escala internacional. Movimiento que sienta las bases
para la vinculación de lo global a las pluralidades históricas, económicas,
sociales y culturales que sirven de fundamento a lo que él califica como
civilización planetaria.
La Globalización y la Paz:
Los Nuevos Paradigmas Políticos y Civilizacionales.
Una de las cuestiones que más ha permeado la obra
reciente de Theotonio dos Santos, es la referida a la forma política de gestión
pública que organizara la nueva larga ola expansiva de mediados de los años 90.
El señala, que la nueva larga ola expansiva, para
ser políticamente sustentable bajo la hegemonía de las relaciones de producción
capitalistas, debe dar lugar a la preponderancia en la gestión pública, de
partidos de centro-izquierda, como única forma de combatir, aunque sólo sea
parcialmente, el avance de la exclusión social – impulsada por la asimilación
de la nueva fase de la revolución científico-técnica por el capital – y
neutralizar el descontento y los efectos, muchas veces disgregadores, de la
sedición social.
Así, aunque el neo-liberalismo se haya impuesto como
ideología dominante, el regreso de una nueva larga ola expansiva y el
desarrollo sustentable de la misma exigirán medidas que sobrepasen ampliamente
el ideario neo-liberal, situación que pondrá en evidencia las limitaciones de
éste para dirigir la marcha de los acontecimientos en esta etapa. Entre éstas
limitaciones podemos señalar las siguientes24:
I. Un primer límite está asociado a la
restricción de los recursos para las nuevas inversiones en la economía del
conocimiento y de la información, vinculada a la nueva etapa de la revolución
cientifico-técnica. Esta restricción es impulsada por la hegemonía ideológica
neoliberal, debido a la prioridad que ésta establece a una política
anti-inflacionaria basada en la elevación de las tasas de intereses pagadas por
las deudas públicas y que resulta en un endeudamiento estatal exponencial y una
creciente reducción de los gastos públicos. Al mismo tiempo, las ideologías
conservadoras favorecen el aumento de los gastos militares, disociados del eje
dinámico de las nuevas tecnologías, a causa de la elevación del costo
geopolítico de la disputa por la hegemonía, que la dinámica competitiva y
anárquica neo-liberal acarrea.
II. Un segundo límite está vinculado al
hecho de que la nueva fase de la revolución científico-técnica tiende a
eliminar, a largo plazo, el trabajo industrial, base del empleo capitalista.
Esta reducción del empleo industrial sólo podrá ser parcialmente compensada,
bajo la dominación capitalista, con políticas de disminución de la jornada de
trabajo, de calificación de la fuerza de trabajo y su reciclaje, con el aumento
de salario de acuerdo con el aumento de la productividad y combatiendo la
exclusión social a través de políticas de subsidios que ofrezcan sustentación a
una masa de desempleados y subempleados. La instrumentación de estas políticas
en los países centrales, particularmente, las de reducción de la jornada de
trabajo, exigirá también su internacionalización para los países dependientes,
como forma de evitar el desarrollo de fuentes espúreas de competitividad en
estos países con relación a las regiones centrales.
III. Un tercer límite está en la necesidad del
aumento de la intervención del Estado, sea para disminuir los costos de la
creciente composición orgánica del capital y elevar la tasa media de ganancia,
sea para ofrecer externalidades crecientes a los monopolios capitalistas, o
incluso para regular, a través de mecanismos de coordinación supra-nacionales,
el desarrollo de la acumulación del capital en escala planetaria y disminuir
los costos ambientales y geopolíticos de las relaciones mercantiles. Los
partidos sociales, socialistas y social-demócratas, tanto por su vínculo
histórico con el planeamiento, como por su mayor internacionalismo, tendrán
también mejores condiciones para desarrollar estas tareas.
Theotonio, entonces, señala que este proceso de
control de la gestión pública por los partidos de centro-izquierda, en la nueva
larga ola expansiva, es un proceso que tiende a profundizar las contradicciones
entre la democratización y la exclusión social producida por la nueva etapa de
acumulación de capital. El considera las contradicciones producidas por la
globalización como contradicciones de dimensiones civilizacionales. La
globalización sería, por tanto, un movimiento que chocaría con la lógica
desarrollada por la acumulación del capital entre los siglos XV y XX, creando
una contradicción civilizacional capaz apenas de ser solucionada por la
profundización e internalización de la lógica socializadora, la única capaz de
ajustarse a las tendencias emergentes de la revolución científico-técnica
iniciada en los años 4025.
Frente al avance de la democratización y del
planeamiento sobre la lógica del mercado y del capital, la burguesía tiende a
afirmar el fascismo como solución irracional y desesperada, tratando de
“preservar” su civilización (Dos Santos, 1994-G, p.9). En este contexto,
Theotonio dos Santos señala la cuestión de la paz, como fundamental para
garantizar la supervivencia de la humanidad y su desarrollo. El define la paz
de una forma activa, calificándola sobre todo como la “acción efectiva para
construir las relaciones humanas y el pleno desarrollo de la cooperación e
integración entre las personas y los grupos humanos” (Dos Santos &
Senechal, 1985. P.7). De esta forma, la acción de construir la paz está en la
base del desarrollo de una nueva civilización, definida por nuestro autor, como
planetaria y que expresa “la convergencia de culturas y civilizaciones en torno
a una convivencia plural, en un sistema planetario único”. (Dos Santos, 1996-J,
p.57).
El Capitalismo: De la Crisis
de Largo Plazo a la Nueva Expansión Sustentada.
Theotonio analiza y describe el movimiento de la crisis
de largo plazo señalando que, a partir de 1967, se desacelera el crecimiento
económico en los países centrales y ocurren las primeras recesiones de carácter
internacional de este ciclo. A estas recesiones le sucede una leve recuperación
en los países centrales, entre 1971/73, que redunda en una grave depresión
entre el segundo semestre de 1973 y los años 1975/76 y que no se limita sólo a
los países centrales, sino que se extiende por todo el planeta. Esta depresión
se caracteriza por la estanflación, por la formación de una enorme masa de
excedentes financieros y por el aumento del precio del petróleo, cuyos
beneficios reciclados retornan al sistema financiero internacional
incrementando el excedente financiero creado por la caída de la tasa de interés,
que desencadenó todo el proceso.
El
reciclaje de los petrodólares y el aumento de la exportación de capitales, conducen al enorme endeudamiento de los países del
Tercer Mundo y de los países socialistas. Entre 1976-79, se establece una
recuperación limitada, impulsada por la caída de los precios internacionales
del petróleo y por la absorción de los excedentes financieros a través del
endeudamiento del capital productivo, mediante las inversiones en grandes
proyectos, incorporadores de innovaciones tecnológicas, que comienzan a
provocar una revisión más profunda de la división internacional del trabajo.
La crisis de 1979/82, conducirá entonces al
neoliberalismo al poder estatal. Theotonio analiza en detalle las políticas
económicas del gobierno de Reagan, que lidereó, junto con el thatcherismo, el
movimiento neo-liberal en el mundo y apunta las tensiones y contradicciones que
presidirán la instrumentación de ese programa.
En el caso del gobierno de Reagan, él afirma que la
conciliación entre una política económica, sólo aparentemente restrictiva en el
plano interno, y una política agresiva en el plano internacional, acarrea
profundas contradicciones en el esquema neo-liberal. Estas contradicciones se
manifiestan en la generación de un enorme déficit público, sustentado por altas
tasas de intereses que atraen capital del resto del mundo, generado en parte
por los superávits comerciales de Japón y de Alemania, que tienen su
contrapartida en un déficit comercial progresivo que profundiza y consolida la
pérdida de poder relativo de los Estados Unidos en el escenario internacional.
Esta coyuntura, de altas tasas de intereses entre
1980-88, acarrea para el Tercer Mundo y en particular para la América Latina,
efectos dramáticos, por las consecuencias sobre el pago de sus deudas externas
y exige de estos países la obtención de significativos superávits comerciales
por la vía de la disminución de las importaciones y el aumento de las
exportaciones, que se traducen internamente en un fuerte aumento de la
desigualdad social (Dos Santos, 1993-C, pp. 18-19).
Theotonio señala que esta coyuntura, de 1982-89,
crea en el centro de la economía mundial un fenómeno extremadamente complejo,
pues, paralelamente a la contención inflacionaria y la valorización del dólar
en los Estados Unidos, se produce un brutal endeudamiento público externo e
interno de este país y del Tercer Mundo, lo que vincula la escasez del dólar a
una enorme profusión de cuasi-monedas. De esta forma, se desarrolla en la
economía mundial un vasto sistema especulativo que conduce a un enorme
crecimiento del sector financiero y a una masa de papeles y títulos, que son
valores sin respaldo en la realidad económica (Dos Santos, 1993-A). Esta
situación conduce al crack de 1987, que inicia un movimiento, inicialmente contenido,
pero después activado entre 1990-94, de desinflación de la economía mundial a
través de la desvalorización del dólar y de los activos financieros
internacionales, a partir de la evidenciación de los límites del déficit
público como mecanismo de sustentación de este sistema especulativo. La necesidad de desmontar este
sistema especulativo conduce, entonces, a
una fuerte recesión mundial, atenuada por la intervención de los bancos
centrales alemán y japonés y de los organismos multilaterales, así como por las
presiones del sector financiero para suavizar el ritmo de agotamiento del
sector. En este contexto, el capital propone la liquidación del patrimonio
público para dar fundamento real a esta burbuja financiera (Dos Santos, 1993-A,
p.44).
Para la América Latina y particularmente para el
Brasil –caso paradigmático-, este período de la coyuntura económica
internacional resulta en una hipertrofia del sector financiero y en un alto
endeudamiento interno y externo, con la formación de una nueva oligarquía
financiera dependiente del Estado, que inviabiliza el crédito privado, las
inversiones del aparato estatal y conduce al país a una inflación exponencial,
subordinando la burguesía industrial al sector financiero. Esta brutal
explosión inflacionaria es explicada por Theotonio dos Santos, en un análisis
extremadamente original, por el hecho de que el endeudamiento externo no puede
ser respaldado por la cuenta de capitales, ni por la balanza de servicios,
ambas negativas, sino por la balanza comercial (Dos Santos, 1994-C).
El autor afirma todavía, que la necesidad de los
Estados Unidos de equilibrar su balanza de pagos y desvalorizar los activos
internacionales – lo que de hecho abrirá el camino para una expansión
sustentada de la economía internacional 27 — cambiará la señal de ajuste de América
Latina a la economía internacional. En lugar de los países dependientes
producir superávits comerciales, se hace necesario la construcción en estos
países de déficits comerciales, lo que exige una amplia reorientación de sus
políticas económicas. Para que los déficits en la cuenta corriente de los
países dependientes y en particular de los países latinoamericanos, puedan ser
sustentados y tener respaldo, se hace necesaria una gran acumulación de
reservas, articuladas por varios factores estratégicos que son: la caída de las
tasas de interés internacional, los acuerdos de reducción de los pagos de la
deuda externa, la valorización de la moneda local y las altas tasas de
intereses locales para atraer los capitales extranjeros, la creciente deuda
interna y las privatizaciones. Según Theotonio, si esta política es llevada
hasta sus últimas consecuencias, en un plazo razonablemente corto – alrededor
de cuatro años en cada país – terminará generando una situación de crisis dramática
de desinflación de la masa de valores especulativos, colocándose en primer
plano la cuestión de la liquidación del patrimonio público y de la
transferencia de los recursos de las masas trabajadoras, para dar fundamento
real a esta masa de valores.
Vislumbrando alternativas para este esquema,
Theotonio dos Santos indica dos posibilidades (1996-L):
a) El aumento de las exportaciones a través de la priorización de la política
industrial, lo que requeriría otra concertación de fuerzas político-sociales,
para revisar las políticas cambiaria, monetaria, fiscal, comercial y social 28;
b) La sustitución de la atracción del
capital especulativo, por el capital productivo, que realizaría inversiones
destinadas sobre todo a la exportación. Todavía él ve, en la ausencia de
calificación de nuestra mano de obra y en la desarticulación de la capacidad de
organización del Estado para realizar políticas de infra-estructura y sociales,
límites para el desarrollo de esta alternativa.
Las Alternativas Políticas y
Económicas para la América Latina y el Socialismo a las Puertas del Siglo XXI.
A su
regreso a Brasil, Theotonio dos Santos retoma el análisis de la cuestión del
modelo político latinoamericano 29. El señala, básicamente, que en la economía
mundial se desarrolla una ola democrática a partir de 1973, que alcanza sobre
todo la periferia y la semiperiferia. Se desarrolla, por tanto, para estas
regiones, una estrategia liberalizante por parte del gran capital internacional
que va a competir con el desarrollo de los movimientos sociales y sus proyectos
de democratización. Esta competencia se va a desarrollar en dos direcciones
principales: 1) la forma que deberá tener el régimen político y social a ser
establecido y 2) quien, o quienes, habrán de conducir el proceso.
El proyecto
del gran capital gana fuerza, inicialmente, bajo la égida de la Comisión
Trilateral. El fracaso de los gobiernos demócrata y social-demócrata,
enfrentando la superación de la crisis de largo plazo a través de la
subordinación del mercado al planeamiento y su opción por una tradición
conciliatoria que no le permite eliminar los gastos del Estado a favor del gran
capital, ni anular las conquistas de los trabajadores, conduce a un regreso a
los principios liberales y a la conducción de la experiencia de
redemocratización de las regiones periféricas y semiperiféricas bajo la
hegemonía política e ideológica internacional del neoliberalismo. Aunque el
proyecto del gran capital surgió con un nivel de organización muy superior al
de las fuerzas populares y a pesar de que tenía, en general, el control de la
dinámica del proceso democratizante, fue obligado a hacer concesiones para
mantener el control de esta dinámica, que llega a perder en determinados
momentos, viéndose obligado a aceptar una amplia democratización en lugar de
una liberación restringida, como pretendía de inicio.
En Brasil,
la coyuntura ocurrida entre 1984-89 marca el auge del enfrentamiento entre
estos dos proyectos, pero la incapacidad de los sectores populares para asumir
posiciones estratégicas en el poder estatal, a partir de 1988, cuando se rompe
el ciclo corto expansivo de la economía, lleva a un proceso de rearticulación
de las fuerzas conservadoras y define, en los años 90, la victoria de un
proyecto de democratización articulado prioritariamente al capital
internacional.
Una parte
importante de esta etapa de la obra de Theotonio, se refiere a la problemática
del socialismo de este fin de siglo30. Entre los aspectos de esta problemática que
analiza, se destaca la desestructuración, en los años 90, de parte de las
economías socialistas del sistema mundial, principalmente la de la URSS y los
países del este europeo, con la asimilación de los mecanismos del mercado en
estas regiones, en una proporción tan alta que es capaz de someter a éstos la
economía basada en el planeamiento, o economía planificada. La razón básica de
esta desestructuración, es la mundialización de la revolución
científico-técnica, a partir de los años 70, que impuso la globalización, así
como la planetarización de la economía mundial, tornando inviable el
aislamiento de un grupo de países, que intentaban de esta manera desarrollarse
con principios económicos distintos a los de la economía mundial (Dos Santos,
1991, p.167).
Según Theotonio, este encuentro del socialismo con
el orden mundial capitalista no significará su aniquilamiento y sí un estímulo
a su desarrollo dentro del capitalismo. Para él, las dimensiones nacionales o
regionales resultan necesariamente limitadas para la evolución del socialismo y
no pueden constituir la base de su desarrollo. El socialismo y el comunismo son
formas económicas de dimensión planetaria y no pueden desarrollarse
paralelamente al capitalismo, que constituye otro modo de producción de
dimensión planetaria y por ahora hegemónico. Por tanto, el rompimiento del
cerco que constituye la guerra fría, creada y conducida por los Estados Unidos,
significa la posibilidad para el socialismo de disputar esta hegemonía al
capitalismo.
Las posiciones de Theotonio dos Santos en relación a
esta disputa, parecen indicar que el retroceso inmediato, o a mediano plazo,
del socialismo como experiencia de construcción de un régimen económico, será
más que compensado por la afirmación mundial del mismo como movimiento social y
como ideal de convivencia y experiencia de gobierno. Aún considerando que en su
reestructuración prevalezcan por algún tiempo los elementos destructivos y
anárquicos, y la presencia del liberalismo en la URSS y en el este europeo
resulte prolongada, la tendencia será a que en estos países predominen, dentro
de unos pocos años, fuerzas sociales que logren articular el mercado al
planeamiento estatal y se apoyen e integren a una Europa unificada bajo la
égida de los partidos social-demócratas, socialistas, comunistas y verde31. (Dos
Santos, 1991, pp. 154-173).
La correlación de fuerzas mundial, al inclinarse
significativamente en la dirección de los partidos socialistas,
social-demócratas, comunistas y verde en esta larga ola expansiva, favorece una
gran acumulación de posiciones de poder por parte de los sectores populares de
la sociedad, capaz de permitirles – en futuros momentos de depresión del
crecimiento económico – tomar posiciones más agresivas contra la anarquía del
mercado e imponer decisivamente el planeamiento, como eje del desarrollo
mundial. Sin embargo, la realización de estas posibilidades dependerá de la
capacidad de estas fuerzas sociales para organizarse en esta dirección,
neutralizando y eliminando el peligro de la barbarie fascista (Dos Santos, 1991
y 1995-C).
La Teoría de la Dependencia Rumbo a la Teoría del Sistema Mundial.
Un último punto que destacaremos, como línea de
investigación básica de Theotonio dos Santos en este período, se refiere al
balance histórico y conceptual que realiza, de la teoría de la dependencia32. En estos
textos él sitúa los orígenes de la teoría de la dependencia, las diferencias
que se desarrollaron en su interior, las críticas en contra de ella, su
actualidad histórica y sus líneas actuales y futuras de desarrollo.
Con relación a los orígenes de
la teoría de la dependencia, Theotonio distingue los elementos históricos, las
herramientas conceptuales, y los antagonismos que marcan su surgimiento. Así
señala que la teoría de la dependencia aparece al sistematizar las evidencias –
surgidas en la década del 60, a partir de la penetración del capital extranjero
industrial en la América Latina y países periféricos – de que el desarrollo y
el subdesarrollo son el resultado histórico del desarrollo del capitalismo como
sistema mundial.
La teoría de la dependencia afirmaba dos puntos
cruciales en su crítica al desarrollismo: que la estructura interna de los
países dependientes había sido forjada a partir de una relación de
subordinación con el capital internacional y que la acción de las condiciones
externas sobre el proceso de desarrollo de los países periféricos, en una etapa
de predominio de las fuerzas imperialistas y monopólicas en la economía
internacional, limitaban grandemente las posibilidades de independencia de este
desarrollo.
En el desarrollo de la teoría de la dependencia,
Theotonio señala la formación de dos grandes líneas de pensamiento, que van a
separarse progresivamente de sus identidades iniciales. Una marxista o de
inspiración marxista, en la cual van a estar él mismo, además de Ruy Mauro
Marini, Vania Bambirra y en parte André Gunder Frank. Otra, de origen
weberiana, centrada principalmente en
Fernando Henrique Cardoso y Enzo Falleto.
La primera defiende la tesis de la reproducción
ampliada de la dependencia dentro del sistema capitalista, de la
superexplotación del trabajo, de la tendencia al fascismo, o a los regímenes de
contra-insurgencia, por parte de las burguesías locales, sin excluir la
presencia de tendencias democráticas y afirma al socialismo como única solución
ante las olas de pobreza y miseria generadas por la dependencia. La segunda,
aún cuando parte del reconocimiento económico de la situación de dependencia y
de la exclusión social que genera, tiende a subordinar las variables
específicas de dependencia económica a las variables políticas, negando
cualquier componente estructural y cualquier lógica de reproducción ampliada de
la dependencia, que substituye por la idea de dependencia negociada. De esta
forma, critica los conceptos de superexplotación del trabajo33, de
tendencia a los regímenes de excepción de la burguesía dependiente y del
socialismo como fundamento para resolver la cuestión de la pobreza y la miseria
en estas regiones. (Dos Santos, 1996 y 1994).
Durante la
primera mitad de los años 70, la teoría de la dependencia alcanza su auge,
diseminándose por la América Latina, Europa, Estados Unidos, Africa y Asia. A
partir de la caída del gobierno de Allende, que se basó en gran medida en las
tesis de la teoría de la dependencia, las críticas a la misma se van a
organizar, centrándose en dos aspectos fundamentales: la crítica al predominio
de lo externo en la toma de decisiones internas – con una supuesta
subestimación del papel de la lucha de clases en la organización de la vida
nacional -, que tiene su expresión más radical en el endogenismo; y la crítica a la noción de dependencia, a
partir del aumento de los precios del petróleo, que según los críticos,
mostraba el poder de los países del Tercer Mundo para convertir la dependencia
en interdependencia.
Dentro de este contexto de crisis de la teoría de la
dependencia y de los modelos de desarrollo socializante a ella articulados, se
coloca el problema de una nueva vía para el desarrollo, que solucione la crisis
a largo plazo sufrida por la America Latina desde la primera mitad de los 70.
Si el endogenismo radicalizaba demasiado la noción de autonomía, para servir de
paradigma crítico a la teoría de la dependencia y formular al mismo tiempo un
nuevo parámetro de desarrollo, articulado al capital internacional; la versión
“débil” de la teoría de la dependencia, podía servir de apoyo a la crítica de
las tesis más radicales sobre la misma y producir todavía una restructuración
de las estructuras internas dependientes, encaminada a lograr una nueva
división internacional del trabajo.
Esta versión “débil”, que no reconocía apenas que la
articulación de subordinación al capital internacional fuera la más dinámica
para generar el desarrollo en una situación de dependencia, conciliando así
dependencia y desarrollo, priorizaba la acción política interna, presentándola
como propiciadora de una mayor libertad e independencia para buscar, dentro de
éstos parámetros, un fortalecimiento de lo nacional, dentro de la economía
mundial.
“Desde 1974, como demostramos en nuestro artículo
sobre su evolución intelectual y política, Fernando Henrique aceptó la
irreversibilidad del desarrollo dependiente y la posibilidad de
compatibilizarlo con la democracia representativa. A partir de ahí, la tarea
democrática se convertiría en central, en contra de un Estado autoritario
apoyado en las corporaciones y en una “burguesía de Estado” que sustentaba su
carácter autoritario y corporativo. Los enemigos no van a ser, por lo tanto, el
capital internacional y su política monopolista, captadora de los recursos
generados por nuestros países. Los enemigos serán el corporativismo y una burguesía burocrática y conservadora, que
entre otras cosas, limitó la capacidad de negociación internacional del país,
dentro del nuevo estadío de dependencia generado por el avance tecnológico y la
nueva división internacional del trabajo.
Estas tesis ganaron fuerza internacional y crearon
el ambiente ideológico propicio para la formación de las alianzas de
centro-derecha en México, Argentina, Perú, Venezuela, Bolivia y Brasil” (Dos
Santos, 1996-J, p. 13).
En lo tocante a la actualidad histórica de la teoría
de la dependencia, Theotonio señala que el desarrollo de la industria en los
países dependientes, no condujo a la reducción de las diferencias en el dominio
tecnológico entre éstos y los países centrales, ni redujo la pobreza y la
miseria en ellos, sino más bien las aumentó. El afirma que se hace cada vez más
dramática la situación de una América Latina vinculada al mundo posindustrial –
liberador del trabajo manual -, con sus países atrapados por la deuda externa y
sus intereses, que comprometen la capacidad de inversión y reducen
drásticamente la creación de empleos calificados (Dos Santos, 1996-J, p.14).
Por otro lado, Theotonio también señala que los países dependientes que han
conseguido avanzar hacia posiciones de competitividad en la economía
internacional, como Corea del Sur y otros del sudeste asiático, lo hicieron
vinculándose a los centros dinámicos del capitalismo durante el período de la
larga ola depresiva. Eso les permitió llevar a cabo políticas endógenas de
desarrollo, que procuraron anticipar su posición en una nueva división
internacional del trabajo, logrando – en los casos más exitosos- establecerse
como productores de partes y componentes. Con todo, él afirma que la
rearticulación de esta economía internacional, en el período largo de
crecimiento, deberá reforzar los lazos de subordinación de los NIC’s más
exitosos, dentro del ámbito de la economía mundial.
Como dirección de desarrollo para la teoría de la
dependencia, Theotonio apunta la necesidad de que la misma se desdoble en una
teoría del sistema mundial. Desde su génesis, afirma, para definir su objetivo,
la teoría de la dependencia partía de un enfoque global. Así, a mediados de los
años 70 surge, paralelamente a la teoría de la dependencia y en parte como un
resultado de los aportes de ésta, un enfoque teórico del sistema mundial que
intenta analizar a las formaciones capitalistas como un sistema de relaciones
económico-sociales, políticas y culturales que nace al final de la Edad Media
europea y evoluciona hacia la formación de un sistema planetario que se
confunde con la economía mundial34. Este enfoque en proceso de formación y que
alcanza en la obra de Immanuel Wallerstein – que desarrolla la tradición
analítica braudeliana – su máxima expresión, analiza la economía mundial como
un conjunto integrado por la existencia de un centro, una periferia y una
semi-periferia y distingue, entre las economías centrales, una hegemónica que
articula a todo el sistema.
Theotonio señala los esfuerzos que la escuela
analítica del sistema mundial ha realizado tratando de interpretar la economía
mundial y destaca sus resultados, expresados en una profusión de conceptos
bastante ricos y una enorme masa empírico-descriptiva de las diversas etapas de
evolución de este sistema. Y después afirma que falta todavía a estos estudios
una profundidad mayor en los análisis y la descripción de los aspectos
productivos de este sistema mundial. Es en este sentido que señala que la
teoría de la dependencia, al interpretar la economía mundial a partir del
instrumental marxista e integrar la revolución científico-técnica en el centro
del debate contemporáneo, está fuertemente capacitada para participar,
creadoramente, en el movimiento de análisis del sistema-mundo, asimilando y
reordenando parte de estos esfuerzos.
Tal movimiento de integración de la perspectiva de
la teoría de la dependencia en la teoría del sistema mundial, implicará un
salto cualitativo en el desarrollo de ambas, que podrá sentar las bases
teóricas para uno de los elementos indispensables en la construcción de una
civilización planetaria: la formulación de un pensamiento económico, social y
político capaz de develar e impulsar, en el siglo XXI, las dimensiones
planetarias de las sociedades humanas.
Notas
1 “El movimiento de
lectura de El Capital se transformó en una fiebre mundial. En Sao Paulo el
seminario sobre El Capital reunió por varios años lo mejor de las ciencias
sociales y la filosofía de la USP. En Brasilia formamos un grupo que reunía lo
mejor del país en torno a este seminario. En Chile organizamos con Fernando
Henrique Cardoso, Francisco Weffort, Anibal Quijano, Pedro Paz y muchos más, un
excelente seminario que luego se extendió a otros temas. En Cuba, Ernesto Che
Guevara organizó un seminario de lectura de El Capital con sus viceministros y
colaboradores más directos. En Francia Althusser creó un grupo de lectura que
produjo como resultado final su libro Leer El Capital. Por diversas
razones, a finales de la década del 60 se reunieron en Chile representantes de
todas estas experiencias. Regresaron los colaboradores del Che Guevara con
estas lecturas frescas, regresó de Francia Martha Hannecker, la principal
discípula latino-americana de Althusser. Ruy Mauro Marini regresó de México
donde desarrollara su propio grupo de lectura después de la experiencia de
Brasilia. Todas estas experiencias paralelas confluían en un gran movimiento de
lectura y discusión del pensamiento marxista como nunca había ocurrido en
ninguna otra parte del mundo y llegaba a la vida universitaria de manera
insólita. Hasta en las escuelas de Psicología y en la de Ciencias Exactas se
formaban grupos de lectura de El Capital y de autores marxistas clásicos y contemporáneos”.
(Dos Santos, 1994-D, p.12).
2 La organización
conocida como POLOP, en realidad se denominaba Organización Revolucionaria
Marxista – Política Obrera y fue fundada en 1961. Unía diversos grupos, que
incluían la Juventud Socialista de Rio de Janeiro, la Liga Socialista y
sectores de la Juventud Socialista de Sao Paulo, las alas marxistas de la
Juventud Laborista y Socialista de Minas Gerais y de la Juventud Socialista de
Salvador. Entre sus fundadores estaban Theotonio dos Santos, Eric Sachs, Paul Singer,
Ruy Mauro Marini, Emir Sader, Eder Sader, Vania Bambirra, Moniz Bandeira,
Juarez Brito, María del Carmen Brito, Michael Lowy, Simon Schwartzman y Arnaldo
Murthé.
3 Centro de Estudios
Socio-Económicos de la Universidad de Chile.
4 Theotonio desarrollará
más tarde, en Chile, este enfoque
dialéctico para el análisis de las clases sociales, en su trabajo O
Conceito de Classes Sociais (1966).
5 Theotonio sistematizará posteriormente esta problemática en La
Crisis Norte-Americana y la America Latina (1971) y Dependencia y Cambio
Social (1972), al elaborar las bases de una teoría de los ciclos en
países dependientes.
6. El análisis más
amplio de Theotonio sobre esta temática, está en otros trabajos posteriores,
particularmente en Crisis Económica y Crisis Política, 1966 que integrará
sus libros Socialismo o Fascismo: Dilema de América Latina (1968) y Socialismo
o Fascismo: El Nuevo Carácter de la Dependencia Latinoamericana (1972);
aunque sus líneas básicas ya estuviesen desarrolladas en su tesis de maestría.
7. La formulación de Theotonio dos Santos sobre la cuestión de
la dependencia; situándola históricamente como objeto de la expansión del
sistema capitalista, y al mismo tiempo, como punto de acumulación de tensiones
de este sistema que lo sobrepasan y se expresan en la formación de diversas
experiencias sociales pos-capitalistas; establece muchos de los elementos
analíticos necesarios para la construcción de una teoría del sistema mundial y
señala la vía de convergencia entre la teoría de la dependencia y la teoría del
sistema mundial.
8. En el artículo “La Gran Empresa y Capital Extranjero”
(1966) y en el libro El Nuevo Carácter de la Dependencia (1968),
Theotonio sistematiza una amplia base empírica para la elaboración de las tesis
más generales sobre la teoría de la dependencia.
9. Entre los artículos publicados en este período se destacan los “A Crise da Teoria do
Desenvolvimento e as Relações da Dependência”, publicado en varias
ediciones y “A Estrutura da Dependência”, publicado originalmente en
inglés en la American Economic Review, en 1970 y en varias otras
ediciones.
10. El texto clave de Theotonio sobre las corporaciones
multinacionales es Imperialismo y Corporaciones Multinacionales (1973),
más tarde incorporado a Imperialismo y Dependencia (1978).
11. Theotonio hace, en Crisis Norte-Americana y la América
Latina (1971), un amplio estudio teórico de los ciclos económicos,
sistematizando el pensamiento sobre crisis económica desarrollado por la teoría
monetaria, por Schumpeter, por el Keynesianismo y neo-keynesianismo y por la
teoría marxista.
12 Estas cuestiones van a ser tratadas por Theotonio dos Santos,
en esta fase de su obra, principalmente en Socialismo o Fascismo: El Nuevo
Carácter de la Dependencia y el Dilema Latinoamericano (1972), Imperialismo
y Dependencia (1978), y en los libros anteriores que fueron en esos
integrados, y también en su obra Brasil: La Evolución Histórica y la Crisis
del Milagro (1978), y en el artículo “La Tecnología y la
Reestructuración Capitalista: Opciones para América Latina” (1979).
13. En nuestra tesis de maestría Globalización y Capitalismo:
Consideraciones Teórico-Metodológicas sobre los Nuevos Patrones de Acumulación
de Capital y sus Implicaciones para las Políticas Científico-Tecnológicas
(1966), que preparamos actualmente para su publicación, tratamos de situar,
desde la teoría de la dependencia, los procesos de acumulación de capital en el
ámbito de la globalización y extraer, para esta fase del capitalismo, las
consecuencias del enfoque de Theotonio de los límites de la dependencia para
internalizar el sector I.
14. Theotonio desarrolla ampliamente esta temática en diversos
libros y artículos, entre los cuales se encuentran Socialismo o Fascismo: El Nuevo Carácter
de la Dependencia y el Dilema Latinoamericano (1972 y 1978), La Crisis
Imperialista y la Política Norteamericana - Cómo entender a Jimmy Carter
(1977), “Socialismo y Fascismo en America Latina Hoy” (1977), e Imperialismo
y Dependência (1978).
15. La revolución anti-imperialista realizada por las fuerzas
armadas peruanas en 1968, tendía a generalizarse hacia los regímenes militares
latinoamericanos - inclusive el
brasileño y el argentino – que desarrollaban progresivamente aspiraciones
nacionalistas de derecha, una vez cumplida la misión defensiva de garantizar
por la represión las condiciones socio-políticas para el establecimiento de los
nuevos estadíos de acumulación de capital. Se colocaba la cuestión de la
transformación de estos países en potencias regionales y se acumulaban choques
fronterizos locales y regionales.
16. En lo tocante a las
condiciones propiciadas por el imperialismo al movimiento socialista, Theotonio
destaca, particularmente, dos aspectos para el desarrollo revolucionario: las
regiones de mayor acumulación de contradicciones para el mantenimiento del sistema capitalista y las coyunturas del
ciclo económico especialmente favorables para la expansión del movimiento
socialista (Dos Santos, 1978-B, y Dos Santos y Bambirra 1980).
17. Los trabajos en que Theotonio desarrolla sus
reflexiones más generales sobre la estrategia y la táctica, son los dos
volúmenes de su libro con Vania Bambirra, Estrategia y Táctica Socialistas
De Marx, Engels y Lenin (1980), que concentran los estudios realizados en
el Brasil, Chile y México.
18. Theotonio asume así una fuerte perspectiva crítica al foquismo,
indicando su espontaneísmo y su fundamentación en una perspectiva
anti-dependentista de las sociedades latino-americanas (Dos Santos, 1978-B, pp
437-460).
19. Las condiciones para
el mayor desarrollo de un fuerte apoyo internacional están asociadas, para
Theotonio, a las fases depresivas del ciclo económico en los países centrales,
cuando éstos se dividen interna y externamente, perdiendo las condiciones para
una ofensiva política, económica, ideológica y militar. (Dos Santos, 1978-B).
20. Theotonio toma parte
en el consejo directivo y organiza el primer encuentro de esta asociación en la
América Latina, en 1976, en México.
21. Theotonio funda el
Consejo Latino-Americano de Ciencia y Tecnología (1984), bajo la presidencia de
Leonel Corona, con la participación del FAST y de representantes de la Escuela
de Regulación.
22. Los principales
trabajos de Theotonio sobre revolución científico-técnica son: La Revolución
Científico-Técnica Tendencias y Perspectivas (1977) “La Tecnología y la
Reestructuración Capitalista: Opciones para América Latina” (1979), Revolução
Científico-Técnica e Capitalismo Contemporâneo (1983), Revolução Científico-Técnica
e Acumulação de Capital (1987),
“Revolução Científico-Técnica e Divisão Internacional do Trabalho”
(1992), y Revolução Científico-Técnica, Nova Divisão Internacional do Trabalho
e Sistema Mundial (1994). Los estudios
de Theotonio sobre la revolución científico-técnica darán lugar aún, a una
reflexión teórico-metodológica sobre el papel de las fuerzas productivas en el
mundo contemporáneo, que se concreta en su libro, Fuerzas Productivas y
Relaciones de Producción, (1984).
23. Theotonio anticipa
esta concreción de la vocación mundializante con el desarrollo de la revolución
científico-técnica, en su libro Revolución Científico-Tecnica y Capitalismo
Contemporáneo, (1983), cuyas tesis ya habían sido en parte enunciadas por
el autor, en la década del 70 (Dos Santos, 1983, p.24).
24. Véase particularmente
sus textos «As Ilusões do Neoliberalismo» (1993), “Latin America:
Democratization and Structural Adjustment” (1994), “Global Economic and
Sustainable Development: A Program of Studies” (1996), “Há Solução para
o Desemprego Estrutural?” (1996), y “Modernidade e Neoliberalismo: Uma
Falácia“(1996).
25. Para fundamentar estas
posiciones, Theotonio manipula un esquema de ciclos civilizacionales, propuesto
por Romano y Vivanti (1974), de una amplitud aproximada de 500 años (1996-C).
26. Los principales textos
con que Theotonio aborda esta temática son: “As Ilusões do Neoliberalismo”
(1993), “Latin America: Democratization and Structural Adjustment”
(1995) , “Modernidade e Neoliberalismo: Uma Falácia” (1996), “O Papel
do Estado em um Mundo em Globalização” (1997), y sus libros A Crise Internacional do
Capitalismo e os Novos Modelos de Desenvolvimento (1985) y Economia
Mundial, Integração Regional e Desenvolvimento Sustentável (1993).
27. En este sentido, Theotonio
dos Santos señala: “Hace mucho venimos defendiendo la tesis de que la década
del 90 sería marcada por una violenta desvalorización de los activos, que
desvalorizará el capital constante a nivel mundial y permitirá así un nuevo y
sólido período de crecimiento de la economía mundial, con la introducción de
innovaciones radicales a través de la incorporación de nuevas tecnologías”.
(Dos Santos, 1993-A, pp. 44-45).
28. La solución para la cuestión económica y social
latinoamericana, y específicamente brasileña, moviliza en el período la
atención teórica y política de Theotonio. Una importante referencia en su obra,
en esta dirección, es su libro: O Caminho Brasileiro Para o Socialismo
(1985), en el que esboza un esquema de superación de las relaciones de
dependencia en el Brasil, que se compone de un programa de emergencia, un
programa de reformas de base, y un programa de transición al socialismo.
29. Véase principalmente
su libro Democracia e Socialismo no Capitalismo Dependente (1991) y
los artículos “Latin America:
Democratization and Structural Adjustment” (1995), “Fernando Henrique
Cardoso e a Teoria da Dependência” (1994), y “Teoria da Dependência: Um
Balanço Histórico e Teórico” (1996), que son referencias fundamentales al
tema.
30. Las implicaciones
epistemológicas del nuevo contexto histórico en que se inserta el desarrollo
socialista son tratadas por Theotonio en “Economía Política Marxista: Um
Balance” (1996).
31. El panorama hoy, en
1997, de una Europa predominantemente dominada por partidos social-demócratas y
socialistas, parece aproximar aceleradamente la confirmación de varios de los
aspectos de estos postulados de Theotonio dos Santos.
32. Este balance se
expresa principalmente en Democracia y Socialismo en el Capitalismo Dependiente
(1991) y en artículos como “Fundamentos
Teóricos do Governo Fernando Henrique Cardoso” (1994) y “Teoria da
Dependência: Um Balanço Histórico e Teórico (1996).
33. Es preciso mencionar
que Fernando Henrique Cardoso nunca distinguió adecuadamente la centralidad que
posee en la acumulacción de capital – al lado de la producción de valor – la
apropiación del valor. Mucho menos distinguió el papel desempeñado por la
tecnología extranjera en el impulso a la apropiación de valor vis-à-vis a la
producción de valor en los países dependientes, no pudiendo de esta forma,
situar adecuadamente a un nivel teórico, el concepto de superexplotación del
trabajo, formulado por Ruy Mauro Marini.
34. Theotonio dos Santos en “Teoría da Dependencia: Um Balanço
Histórico e Teórico”, resume las contribuciones más relevantes de la teoría
de la dependencia para el análisis de la economía mundial como un fenómeno
independiente, (Dos Santos 1996, p.25).
Lmm.
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