viernes, 1 de mayo de 2020

CONDICIONES DE ERRADICACIÓN HUMANA ¡¡.¿ SEREMOS UNOS NEURÓTICOS SOCIALES ¡¡¡¡?

El capitalismo está creando las condiciones necesarias,...para la erradicación de la humanidad, tal como se le conoce y se le ha conocido,...¡¡. ¿ Debe la Humanidad consentirlo, ante el supuesto sálvese el que pueda,...el que no me toque a mí,...o el eso es una tontería señor luky de Málaga, ya que es usted un idiota total,...empedernido retrogrado y "conspiranauta",...

TEORÍAS DE ACTUALES ENTIDADES COMUNISTAS Y EL SIDA,...COMO UNA MEDIDA MÁS DE EXTERMINIO GENOCIDA DEL CAPITALISMO IMPERIALISTA,...¡¡.....Lmm.

La epidemia de sida aumenta en Rusia y se extiende entre toda la poblaciónhttp://www.publico.es/internacional/epidemia-sida-aumenta-rusia-y.html

Más de 2.000 expertos de 72 países asisten a V Conferencia de Europa del Este y Asia Central sobre el ViH/sida hoy en Moscú, donde durante tres días intercambiarán experiencias y debatirán las vías para poner fin la epidemia que se ha cobrado en el mundo en torno a 40 millones de vidas.




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La epidemia de sida aumenta en Rusia y se extiende entre toda la población./EFE
MOSCÚ.- La epidemia de sida sigue aumentando en Rusiadonde hay cerca de 800.000 enfermos y seropositivos, y se extiende entre toda la población, advirtieron hoy las autoridades sanitarias del país en la V Conferencia de Europa del Este y Asia Central sobre el ViH/sida.


Más de 2.000 expertos de 72 países asisten a este foro inaugurado hoy en Moscú, donde durante tres días intercambiarán experiencias y debatirán las vías para poner fin la epidemia que se ha cobrado en el mundo en torno a 40 millones de vidas.

La conferencia inició sus labores con un homenaje a la víctimas de los sangrientos atentados terroristas perpetrados ayer en Bruselas.




"Tenemos los recursos para controlar la epidemia", afirmó la viceprimera ministra rusa para asuntos sociales, Olga Golodets, que destacó los avances logrados por el país en los últimos años, aunque recalcó la necesidad de redoblar los esfuerzos para alcanzar ese objetivo. Según Golodets, el año pasado se detectaron en Rusia 93.000 casos de sida y portadores de VIH y actualmente en el país viven 793.000 enfermos y seropositivos.
El año pasado se detectaron en Rusia 93.000 casos de sida y portadores de VIH y actualmente en el país viven 793.000 enfermos y seropositivos.
"Para Rusia el problema del VIH y el sida tiene una enorme importancia, pues anualmente el número de casos aumenta en entre el 10 y el 12%", aseguró por su parte la ministra de Sanidad rusa, Veronika Skvortova.


Agregó que la epidemia de VIH/sida reviste especial gravedad en las regiones del país por donde pasan las principales rutas del narcotráfico.

Skvortsova destacó en los últimos 10 años se ha incrementado el número de contagios heterosexuales que actualmente conforman el 40% del total de los nuevos casos, aunque por debajo de los que se registran entre drogadictos que se inyectan, que es del 57 %. "El peligro de esta situación radica en que la enfermedad se propaga fuera de los grupos de riesgo y afecta ya a toda la población", subrayó.

Datos positivos

Entre los logros de la Sanidad rusa, Skvortsova destacó la drástica reducción de los contagios verticales, de madre a bebé, ya que actualmente el 98% de los hijos de progenitoras portadoras del VIH nacen sanos.


Además, también como dato positivo, resaltó que el 75% de los enfermos de sida y portadores de VIH del país se encuentran bajo control médico.

Una de las tareas del Gobierno ruso, agregó la ministra, es reducir los costes de los tratamientos farmacológicos y desarrollar la producción propia de antirretrovirales. En este sentido, subrayó la importancia de centralizar las compras, lo que ayudará a reducir los costes de los tratamientos, que en Rusia son asumidos por el Estado.

"Valoramos altamente el compromiso del Gobierno ruso con los esfuerzos para poner fin a la epidemia", dijo el maliense Mishel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA, el programa del organismo mundial para coordinar lucha contra el sida y la propagación del VIH.

Sidibé señaló que con el esfuerzo de toda la comunidad internacional se podrá conseguir el objetivo de la ONU de poner fin a la epidemia de VIH/sida para 2030.

"Los próximos cinco años habrá que redoblar los esfuerzos para quebrarle el espinazo a la epidemia", enfatizó y advirtió de que la autocomplacencia es el "peor enemigo" en la lucha contra el flagelo.

La V Conferencia de Europa del Este y Asia Central sobre el ViH/sida

La V Conferencia de Europa del Este y Asia Central sobre el ViH/sida, que transcurre bajo el lema "Cooperación Global en la lucha contra el VIH/sida: cada vida es importante"incluye la celebración decenas de reuniones y mesas redondas, y concluirá el próximo jueves.


"Es un espacio de debate para renombrados científicos de diversos países", así definió el evento la jefa del Servicio Federal de Rusia de Epidemiología y Defensa del Consumidor,Anna Povova.

Agregó que la participación de la sociedad civil, de la personas portadoras del VIH y de las organizaciones religiosas revisten gran importancia en la lucha contra la epidemia, pues sus opiniones son clave en la elaboración de políticas y adopción de medidas.///.....


1.   Notas sobre el primer Manifiesto del Partido Comunista de 1847http://tentativa21.blogspot.com.es/
Notas sobre el primer Manifiesto del Partido Comunista


Compañer@s,

Militantes revolucionarios combatiendo contra los polos imperialistas en guerra en Irak y Siria,

Militantes que siguen atrapados en las estructuras a la izquierda de capital que todavía hoy se autocalifican de “comunistas”,

Minorías comunistas que a pesar de las persecuciones y asesinatos cometidos por encargo de los partidos “comunistas” en América Latina y el resto del Mundo, continúan luchando contra la burguesía,

¡Comunistas!


En el capítulo IV del primer Manifiesto de Partido Comunista, redactado en la víspera de los acontecimientos de 1848, donde las condiciones históricas le impusieron al proletariado una alianza con la burguesía, para producir la transición del modo feudal de producción al modo de producción capitalista en el nivel internacional, y su respectiva dictadura del capital, se recomienda asumir la posición adoptada en el capítulo II del documento en cuestión; de lo que se desprende la siguiente pregunta: 


¿Cuál es la naturaleza de los partidos comunistas hoy, a inicios del siglo xxi?  


El desarrollo del capitalismo en la escala internacional y el papel jugado por los partidos comunistas en los momentos álgidos de lucha revolucionaria, 1917-1923 y 1963-1976, nos impone un deslinde del campo revolucionario, a los fines de continuar por el camino que indefectiblemente conduce hacia la revolución comunista.


El estallido de la primera guerra capitalista generalizada en 1914 demostró la bancarrota de la Segunda Internacional, al no poder evitar la guerra capitalista.  “La clase trabajadora, dividida entre los sentimientos patrióticos y el ideal de solidaridad internacional, optó por los primeros, se enroló en los ejércitos contendientes y abandonó la causa que inspiraba la organización.  No pudiendo resolver esa contradicción, en 1916 se disolvía la Internacional.” (Revista Digital de Historia y Ciencias Sociales)  El capitalismo se puede transformar desde adentro, desde la democracia, a través de elecciones, argumentaba la dirección de la Segunda Internacional; mientras que la minoría revolucionaria argumentaba, a partir de la experiencia de la Comuna de Paris de 1871, la necesidad de la dictadura social del proletariado como forma de “Estado” en el periodo de transición al modo de producción comunista, es decir, que desde la conquista del poder político y la destrucción del Estado, se inicia la tendencia permanente de la ddp a su “extinción”.  Aun así, y fundamentado en el centralismo democrático, laSegunda Internacional impone una política de derecha; a pesar de ello el proletariado toma las calles  y en 1917 transforma la guerra capitalista en guerra social en Rusia, la cual se generaliza y radicaliza imponiéndole la paz a la burguesía en 1918.


Un año más tarde, en Marzo de 1919, el proletariado se constituye, nuevamente, en Internacional.  Sin embargo, se produce otra división a partir de la posición adoptada  por la dirección del Partido Bolchevique e impuesta en laTercera Internacional.  Un tercio (1/3) de la militancia fue expulsada por no acogerse a las posiciones de derecha asumidas por su dirección, a la cabeza de la cual se encontraba Lenin.   En Mayo de 1923 la Ola de Acción Proletaria Internacional es derrotada en Alemania.  Sin embargo, vuelve a resurgir, a pesar de la política terrorista que le impuso la Internacional a todos los partidos “comunistas” de la época, contra todo militante que se opusiera a la política de derecha; política que se expande en el tiempo hasta mediados de los años de la década de 1970, hasta que el Partido Comunista Chino (PCCH) aplasta la rebelión proletaria en su contra en 1976.


Esos acontecimientos históricos imponen una lectura crítica de los capítulos que componen el primer Manifiesto del Partido Comunista de 1847; pues, como plantearon Marx y Engels en el Prefacio a la edición alemana de 1872, las posiciones practicas asumidas por los comunistas en torno a los partidos van a depender “siempre, y en todas partes, de las circunstancias históricas existentes, y que , por lo tanto, no se concede importancia exclusiva a las medidas revolucionaria enumeradas al final del capítulo II.  Este pasaje tendría que ser redactado hoy de muy distinta manera, en más de un aspecto.  Dado el desarrollo colosal de la gran industria (…), y con este, el de la organización del partido de la clase obrera…”.


Dada la experiencia del Partido “Comunista” Cubano en América Latina y en el Caribe Latinoamericano, lo consideramos un enemigo, entonces blanco estratégico a ser destruido por  la revolución comunista.  Veamos una breve historia del partido que hoy dirige Fidel Castro: “La tiranía de Gerardo Machado y Morales se caracterizó por la persecución, el encarcelamiento y el asesinato de militantes obreros, como Alfredo López (secretario de la Federación Obrera de La Habana), Enrique Varona, Duménico, Cúxar,... Contra la misma, la clase obrera en Cuba desencadenó una enorme batalla siendo su momento culminante la huelga general comenzada el 28 de julio de 1933, generalizada de inmediato al conjunto del país. En esas circunstancias, y a cambio de la legalización por el propio Machado del Partido "comunista" y sus organismos sindicales, los estalinistas, éstos dan la orden general el 7 de agosto, de ’volver al trabajo’. Los documentos firmados en nombre de la Confederación Nacional Obrera de Cuba (agencia de la Confederación Sindical Latinoamericana de Montevideo) por el estalinista Cesar Villar  serán fichados por la propia policía de Machado en las columnas de los edificios, los postes de alumbrado y los árboles de los parques de las ciudades. A pesar de ello la huelga y la acción directa del proletariado continuó llegándose el 12 de agosto a una verdadera situación de guerra civil, culminando con la caída y fuga de Machado y varios jefes ministeriales, policiales y militares responsables directos de la represión.


“Luego, también a la tiranía de Batista le chuparon las medias. Primero a cambio de una colaboración velada Batista permite a Juan Martinello la organización del Partido de Unión Revolucionaria; luego se autoriza la salida del vocero estalinista ‘Hoy’. A mediados de 1938, el partido en plenario declara que Batista ‘ya no es el punto focal de la reacción, sino el defensor de la democracia’. Ello es el resultado de la estrategia estalinista internacional del Frente Popular aplicada abiertamente en la Isla. Como resultado de aquella declaración se reúne Blas Roca ya entonces secretario del PCC con Batista y éste legaliza en setiembre de 1938 al ‘comunismo’; por lo que el Partido de Unión Revolucionaria se disuelve, al desaparecer su razón de ser, en beneficio del ‘comunismo’, que para borrar ante los ojos del proletariado su colaboracionismo con las distintas dictaduras decide cambiar de nombre por el de PSP: Partido Socialista Popular. Se llega así a la campaña electoral de 1940 en donde Batista, beneficia del apoyo total de los estalinistas cubanos que aplican a la letra la política frente populista dictada desde Moscú; a cambio de lo cual tendremos ya algunos ministros estalinistas como Juan Marinello y Carlos Rafael Rodríguez.


La posición de los estalinistas cubanos ante las elecciones de 1940 era la siguiente ‘Fulgencio Batista y Zaldívar, cubano ciento por ciento, celoso guardador de la libertad patria, tribuno elocuente y popular... prohombre de nuestra política nacional, ídolo de un pueblo que piensa y vela por su bienestar... hombre que encarna los ideales sagrados de una Cuba nueva y que por su actuación demócrata identificado con las necesidades del pueblo, lleva en sí el sello de su valor...’  Es importante tener en cuenta que son estos mismos personajes del Stalinismo que loaban a Batista, los que como Blas Roca o Carlos Rafael Rodríguez, cantarían luego loas a Fidel Castro y serían los ministros de la tiranía de este último. El 28 de enero de 1941 el propio Blas Roca escribía: "Nos mantenemos fieles a la plataforma de Batista por todas sus partes’. Juan Marinello declaraba unos días después: ‘Los únicos hombres leales a la plataforma de Batista son los que militan en la Unión Revolucionaria Comunista". Pero este amor entre estalinistas y el dictador Fulgencio no era en un solo sentido; el milico sabía reconocer los extraordinarios servicios del Frente popular. Así el propio Batista declaraba por ejemplo: "Querido Blas... me es grato ratificarte mi convicción sobre la eficaz y leal cooperación que del Partido Socialista Popular y de sus dirigentes y masas ha venido y viene recibiendo mi gobierno.’


“El hecho de funcionar no solo legalmente, sino como verdadero partido sindical de Estado, le permitió al Partido Socialista Popular contar con todo tipo de medios, lo que en última instancia redundó en el desarrollo de su fuerza. Batista le había permitido por primera vez en plena legalidad, publicar un diario, dotarse de todos los mecanismos legales para el control del movimiento obrero, elegir senadores y diputados y decenas de funcionarios municipales, tener una presencia permanente en todas las instancias oficiales de publicidad y hasta formar parte del Gabinete. Ello los convirtió en una fuerza nacional de primera importancia: el número de afiliados al partido subió espectacularmente de 2.800 en enero de 1938 a más de 5.000 en setiembre y a 23.000 en enero de 1939.


“Esa posición de constante apoyo de la dictadura burguesa centralizada en Batista fue mantenida por los estalinistas cubanos, que luego proporcionarían los cuadros fundamentales de la reorganización estatal castrista, hasta último momento. Incluso cuando su posterior jefe Fidel Castro, en abril de 1958, ordenaba la huelga general contra Batista, la misma no fue seguida porque la CTC (Central de Trabajadores Cubanos), dirigida por los estalinistas la desautorizó. Los argumentos para no apoyar la huelga del 12 de abril de 1958 contra Batista, fueron los mismos utilizados para intentar liquidar la huelga del 1933 que terminara con Machado. Incluso los funcionarios estalinistas que trabajaban en el aparato estatal de Batista siguieron haciéndolo, desconociendo totalmente los llamados de Fidel, al que calificaban de aventurero pequeño burgués; mientras que "Novedades de Moscú" afirmaba que las insurrecciones armadas solo eran chispas, que en nada debilitaban el poder de Batista. El propio movimiento 26 de Julio condenó en agosto de ese año, la "traición" del Partido Socialista Popular. Pero estos trapos sucios de la historia una vez conciliados todos en el poder a la sombra de Fidel, fueron escondidos y se llegó al extremo de declarar en el XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética que ‘los comunistas cubanos estuvieron en primera fila de combate’ (declaración de Severo Aguirre).


“Solo cuando a fines de 1958 el derrumbe de Batista se hizo evidente e inminente, los estalinistas cubanos, jugaron con ambas cartas. Así Carlos Rafael Rodríguez, ministro de Batista en el período 40-44 y ministro sin cartera de toda la dictadura de Batista, se desplaza a la Sierra Maestra para concluir un acuerdo oficial con Fidel Castro, que preconiza los acuerdos futuros que lo harían un personero decisivo también del régimen castrista y que hará que uno de los primeros actos gubernamentales de Fidel sea, el 10 de enero de 1959, el legalizar nuevamente al Partido Socialista Popular. No es este el lugar para analizar los innumerables forcejeos internos entre las fracciones de ese partido, las diferentes purgas y luchas entre las mismas, así como las distintas oscilaciones y giros de 180 grados, que llevaron a Fidel Castro, visceralmente anticomunista y además formalmente opuesto al PSP a someterse a los dictámenes del Partido de Moscú.


“Solo a título recordatorio, para los lectores que no tengan ni idea de la trayectoria de Fidel recordemos que Fidel era admirador y miembro del partido "ortodoxo" de Eduardo Chibás enemigo implacable del PSP y citemos a Fidel denunciando como enemigos y traidores a sus futuros colaboradores gubernamentales del Partido ‘comunista’.


“A Blas Roca, Fidel lo llamaba ‘Nuestro Daladier’ y agregaba "Cambia tanto de nombre como de color político y varía más la línea táctica que la camisa. Es un camaleón político. Un día ataca al militarismo y al otro lo defiende..." No dudaba pues en llamar traidores a la causa del proletariado a todo el partido y a su futuro colaborador Blas Roca ‘Los que pregonan izquierdismo y su amor al pueblo... dan la espalda a los trabajadores y se sitúan sumisamente a las órdenes de la bota militar de Batista... Nadie puede impedirme que les grite la verdad en la cara a los aprovechadores mercaderes del proletariado...’ Lo que tampoco nos impide a nosotros sostener que no fueron estos últimos que dejaron de ser mercaderes del proletariado por ponerse a la sombra de Fidel; sino que al contrario fueron este Blas Roca, Carlos Rafael Rodríguez,... y en última instancia hasta el permanente conspirador del ‘comunismo’ moscovita, contra el régimen de Fidel, el mismísimo Aníbal Escalante y en general, todo el partido pro ruso quienes terminaron, a pesar de las apariencias, haciendo de Fidel un verdadero vasallo de Moscú y otro mercader más del proletariado.


“Para terminar reproducimos otra declaración de Fidel cuando, detenido en México tiempo después de su famoso alegato ‘La Historia me absolverá’, adonde fuera acusado, a instancias de la policía de Batista, de ser miembro del "partido comunista" declaró:


"... ¿Qué moral tiene, en cambio, el señor Batista para hablar de comunismo si fue candidato presidencial del Partido Comunista en las elecciones de 1940, si sus pasquines electorales se cobijaron bajo la hoz y el martillo, si por ahí andan las fotos junto a Blas Roca y Lázaro Peña, si media docena de sus actuales ministros y colaboradores de confianza fueron miembros destacados del Partido Comunista?"


“Estos son los antecedentes fundamentales de ese matrimonio histórico que ha hecho del partido "comunista", el partido fundamental del Estado capitalista cubano.” (Comunismo # 38)


Marx y Engels advirtieron en 1872 a partir de la experiencia acumulada por los acontecimientos de Febrero de 1848 y 1871, Comuna de Paris, “que la clase obrera no puede simplemente tomar posición de la maquina estatal y ponerla en marcha para sus propios fines”.  (Véase “La guerra civil en Francia, Manifiesto del Consejo General de la Asociación de los trabajadores.”  También, observaron el capítulo IV, “sobre la actitud de los comunistas ente los diferentes partidos de oposición (que), han quedado anticuadas en sus detalles, ya que la situación política ha cambiado completamente y el desarrollo histórico ha borrado de la faz de la tierra a la mayoría de los partidos que allí se enumeran”.


Las minorías revolucionarias en el nivel internacional, a partir de los acontecimientos producidos en Cuba desde 1933, consolidados con el establecimiento de relaciones internacionales, en el contexto de la segunda guerra capitalista generalizada, en 1943 y ampliadas para 1962 con la llegada de Fidel Castro a la gestión del Estado, cuando se firman los acuerdos militares con el Imperio Ruso, rompieron de un modo definitivo y masivo con la contrarrevolución en Cuba; sin embargo una memoria continua sujetada a la ideología del “mal menor” en Cuba. Ante los acontecimientos históricos señalados, reiteramos y nos apropiamos de las posiciones asumidas por las minorías comunistas contra la política de derecha asumida por todos los partidos “comunistas” en América y el resto del mundo, diferenciando entre sus bases desinformadas y la dirección oportunista, pues retomaron la política de la Segunda Internacional.  Reiteramos que no tenemos “intereses algunos que no sean los intereses del conjunto del proletariado.”


Hoy, igual que ayer, se requiere de la “constitución de los proletarios en clase, derrocamiento de la dominación burguesa,” para la destrucción de la economía nacional y de todos los aparatos del Estado, con el objetivo de facilitar la transición del modo de producción capitalista al modo de producción comunista y la instauración de la Comuna.


La concentración de la propiedad en el Estado, la creación de cooperativas agrícolas…y otras reformas impuestas por el Partido “Comunista” Cubano, a partir de 1960, fueron y son una negación total de la posición  que se asume en el capítulo II del primer Manifiesto de 1847, que reclama “…la abolición de la propiedad privada”.  En cuanto a la alianza obrero-campesina que continúan intentando imponer al movimiento revolucionario, reiteramos que el desarrollo colosal del capitalismo continua destruyendo la pequeña propiedad burguesa que “precede a la propiedad burguesa”, es decir, que esa alianza impuesta al movimiento, desde la insurrección de 1905 en Rusia, es la misma que nos quiere imponer hoy la “Izquierda Revolucionaria” en esta parte de la isla y que se expresa en su alianza “táctica” con el Episcopado de la Iglesia Católica, los partidos, sindicatos y ONGs.  Por eso, afirmamos que las posiciones que siempre han asumido las estructuras de partido en esta isla del Caribe Latinoamericano han sido anticomunistas.


Recientemente, algunos militantes están intentando continuar confundiendo a la nueva generación proletaria a través de las “redes sociales”, argumentando que el partido se construye (nosotros, con Marx, consideramos que el partido surge) y reproduciendo las debilidades teóricas del “Manifiesto”.  La nota de Engels al capítulo I de la edición inglesa de 1888, está siendo citada, ocultando lo que se plantea en el capítulo II, al tratar la cuestión de la propiedad privada, cuando dice que “ser capitalista significa ocupar, no solo una posición personal en la producción, sino también una posición social..”.


Finalmente, y sin querer terminar la discusión, todo lo contrario la alentamos, afirmamos que el partido “comunista” cubano no abolió la propiedad privada, sino que la concentro en el interior del Estado, y que su “revolución política” solo reformo la sociedad y el Estado, hoy se constata la reproducción ampliada de la migración masiva de fuerzas productivas hacia la Habana y otras partes de la región y del mundo, desesperados por encontrar mejores condiciones de vida y evitar la prostitución oficial y privada de los seres humanos de todas las edades, igual que en todas partes de América, llegando a niveles vergonzante.  De lo que se desprende la pertinencia del primer Manifiesto del Partido Comunista de 1847 citada en el párrafo anterior. 

¡Expandir y radicalizar las protestas y movilizaciones!

¡No dejar que la llama de la revolución social se Apague!


Tentativa21
Publicado 5th January 2015 por John Hoyt
  
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A pesar de los formidables acontecimientos, las luchas revolucionarias del proletariado que asumieron su nivel más alto durante el periodo 1917-1923, obligando a la burguesía mundial a parar su primera guerra capitalista generalizada en 1918, el proletariado no pudo destruir el capitalismo y, los bolcheviques le dieron continuidad a la política desarrollada por la socialdemocracia, a pesar de que la historia oficial nos cuenta otra cosa.  Los documentos rescatados recientemente continúan demostrando la continuidad del capitalismo en Rusia.  Recibimos y compartimos "La ultima Decepción.

AYER, HOY, SIEMPRE: ¡LUCHA PROLETARIA AUTÓNOMA
Y REVOLUCIONARIA, NO CIUDADANA NI SINDICAL!

Después de años de lucha, organización, propaganda y agitación, el 15 de Noviembre de 1922 en Guayaquil-Ecuador, el proletariado de esa época (ferroviarios, cacahueros, panaderos, astilleros, tipógrafos, albañiles, cocineras, lavanderas, etc.) impone la huelga general y toma el control de la ciudad (se habla incluso de “el Soviet o Consejo Obrero de Guayaquil”). Pero a la burguesía (agroexportadores, banqueros, industriales) le aterra que toda esta “chusma” sublevada vaya por más, y el mismo día manda a reprimirla brutalmente con su jauría policial y militar. La jornada de lucha se trastoca en masacre (más de 1000 muertos), el terror del Estado burgués tiñe de sangre proletaria las calles y las aguas del puerto principal, mientras “las blancas y delicadas manos aplauden desde sus balcones” la vuelta a su “calma” burguesa. Tal fue “el bautizo de sangre del proletariado” en este país. Pero más que por la fuerza de nuestro enemigo de clase, esta fatal derrota se debió a las propias debilidades de nuestra clase proletaria en ese momento: falta de autonomía y beligerancia frente al gobierno y, sobre todo, falta de radicalidad o de ruptura con el programa socialdemócrata (incluidas sus versiones “socialista” y “anarquista”), al mismo tiempo que falta de ruptura con el sindicalismo, con el patriotismo y con la religión, y finalmente falta de dirección revolucionaria, armamento y ofensiva.

El contexto mundial de aquella época era de crisis capitalista, guerra imperialista y revuelta proletaria, así como lo vuelve a ser el contexto mundial actual, con la importante diferencia de que en ese entonces la crisis no era tan generalizada y catastrófica como la de ahora y que existía un masivo y potente proletariado revolucionario internacional e internacionalista que, en cambio, hoy todavía no existe o, mejor dicho, todavía es débil. Por lo tanto, las lecciones dejadas por las luchas de nuestros hermanos de clase de ayer son válidas y útiles para los proletarios en lucha de hoy día y de todas partes. En nuestro caso, una de esas lecciones es -en palabras de uno de sus propios protagonistas- que “el 15 de noviembre de 1922 el proletariado aprendió a conocer quiénes son siempre sus enemigos mortales”. En efecto, tanto ayer como hoy nuestros enemigos siguen siendo los mismos: empresarios, banqueros, políticos (de derecha y de izquierda), militares, policías, curas, jueces, periodistas, sindicalistas... Pero no como grupos o personas en particular, sino como agentes de las relaciones de explotación y dominación capitalistas, de esta inhumana y asesina sociedad mundial de la mercancía, el dinero, el trabajo asalariado, el Capital y su Estado: nuestros mortales enemigos de siempre.

Hoy en día en este país, junto a la burguesía, dos enemigos más se destacan: el gobierno y los sindicatos. Este gobierno, por más que diga ser “revolucionario”, “socialista” y hasta “de los trabajadores”, en realidad es -como todo gobierno- el guardián y el administrador de la explotación y la normalidad capitalistas, de la dictadura democrática y ciudadana del Capital sobre nuestra clase, el proletariado. De hecho, este 15 de noviembre del 2014 hace un mitin-show para anunciar públicamente su “paquete de reformas” al código de trabajo, es decir su ajuste a este clásico instrumento de control y explotación capitalistas sobre la clase trabajadora para, a su vez, ajustarnos, explotarnos y someternos más. No cabe duda de que este gobierno progresista es burgués y enemigo del proletariado. Por si fuera poco, usurpa esta fecha histórica de nuestra clase para cínicamente intentar distorsionar y hasta vaciar su contenido proletario y anticapitalista; para espantar el solo recuerdo de revolución social proletaria, ese fantasma que no ha dejado de recorrer el mundo entero: el comunismo, la anarquía. Lo peor es que si lo hace es porque aquí y ahora el proletariado aún brilla por su ausencia en tanto fuerza autónoma como para hacerle una guerra de clases y de memorias real. Y si algún momento nuestras protestas como clase llegaren a salírsele de las manos y amenazar su poder –que es el poder estatal del Capital-, este gobierno no dudaría en reprimirnos de similar forma que hace 92 años.

Por su parte, los sindicatos (todos sin excepción) no son más que los mercaderes o negociadores de la explotación de nuestra fuerza de trabajo frente a la patronal y el Estado. Siempre lo han sido y lo serán. Muestra irrefutable de ello es que este 19 de noviembre hacen una nueva marcha para “rechazar” –entre otras cosas- las “enmiendas constitucionales” y las reformas gubernamentales al código de trabajo, exigiendo en cambio un código dizque “de y a favor de los trabajadores”, es decir un látigo legal más flexible y suave de la explotación capitalista, de la esclavitud asalariada, a la cual ni la nombran, mucho menos la critican ni la combaten. Como siempre, “luchan” contra los efectos pero nunca contra la causa o la raíz de todos los males que padecemos los proletarios: el capitalismo. “Luchan” sólo por derechos, reformas, migajas de quienes nos explotan y oprimen. Así acorralan, desvían y anulan las reivindicaciones y protestas proletarias. Y asimismo si éstas llegaren a desbordarlos, los sindicatos (y partidos y frentes de izquierda) harían todo lo posible para apagar la lucha proletaria autónoma. Son bomberos, reformistas, oportunistas, contrarrevolucionarios... Los sindicatos también son enemigos del proletariado, por tanto hay que romper con ellos y tratarlos como tales.

Proletarios: la experiencia del pasado y del presente nos demuestra que, para satisfacer nuestras necesidades e intereses de clase, debemos luchar por fuera y en contra de los gobiernos, los partidos y los sindicatos, de manera independiente o autónoma, por todo y hasta el fin, más allá y en contra de toda frontera y nacionalidad. En estos momentos, nuestros hermanos de clase que luchan en México, Chile, Brasil, Medio Oriente, Grecia... hacen lo que pueden al respecto y así tensan el hilo histórico-mundial de la lucha proletaria contra el capitalismo. Nuestra memoria histórica, nuestro programa revolucionario, nuestra solidaridad de clase, nuestra organización autónoma, nuestra acción directa: han sido, son y serán nuestras mejores armas.

Proletarios/as:

15 de Noviembre: ¡Ni perdón ni olvido, ni paz social ni amnesia histórica:
guerra de clases y guerra de memorias!

¡Ni gobierno ni oposición, ni derechas ni izquierdas:
ambos son nuestros enemigos de clase!

¡Ni leyes ni “derechos” ni reformas!
¡Ni representantes ni intermediarios!

¡Organicémonos y luchemos por nuestras necesidades humanas
de manera directa, autónoma y radical,
afuera y en contra de sindicatos, frentes y partidos!

¡Reapropiémonos de nuestro programa revolucionario histórico:
Abolición de la propiedad privada, el trabajo asalariado, la mercancía,
el Capital, las clases, el Estado, las patrias, las razas, las religiones!

¡Por la ruptura y la revuelta proletaria, aquí y en todas partes!
¡Por la revolución comunista y anárquica mundial!

Proletarios Revolucionarios

Quito-Ecuador, Noviembre 2014


Ver volante adjunta: alentamos su reproducción, difusión y discusión.

-- 
proletarios revolucionarios
proletariosrevolucionarios.blogspot.com
Publicado 19th November 2014 por John Hoyt////.




(1 de mayo de 2020 http://proletariosrevolucionarios.blogspot.com/


1° de Mayo Internacionalista, Anticapitalista y Revolucionario

Compañeras y compañeros, este 1º de Mayo la memoria y la lucha no se apagan. Invitamos a la transmisión en vivo donde compartiremos reflexiones, lecturas y música.


Viernes a las 17 hs. (ARG-URU-PAR) / 16 hs. (CHI-BOL-VEN) / 15 hs. (MEX-ECU-PER-COL) / 22 hs. (ESP)

Temperamento Radio en YouTube: https://www.youtube.com/watch?v=-lq_KBhgbhY&feature=youtu.be



El trabajo mata. El trabajo enferma. «Me matan si no trabajo y si trabajo me matan.» La existencia del trabajo mata, tengamos o no un empleo. Matan e invalidan los automóviles que transportan o van y vienen del trabajo. Matan, invalidan y enferman las máquinas del taller y la fábrica. Mata, golpea y humilla la división sexual del trabajo. Mata y envenena la producción de alimentos y materias primas. Mata y hambrea y la falta de trabajo. Mata mediante suicidio y enferma la falta de trabajo. El trabajo es la peste.

Luchemos por abolir la sociedad del trabajo, y por tanto de la propiedad y de su administrador: el Estado.

¡Viva el 1° de mayo! ¡Viva la revolución social!

***

Boletín La Oveja Negra N° 70 (Mayo 2020) - Descargar PDF: 

- El trabajo es la peste
- Coronavirus y trabajo
- 1° de Mayo Internacionalista, Anticapitalista y Revolucionario

«¡Abajo el trabajo!

Desde el comienzo dijimos que no se trata de accidentes. Porque hay desidia y desprecio de los patrones, sea este un particular o el mismísimo Estado. Estos “accidentes” son responsabilidad absoluta de quienes mantienen y se benefician de este orden capitalista: patrones, empresarios, sindicalistas y gobernantes. Ellos son quienes calculan las pérdidas en dinero, se rompa una maquinaria, se pierda una licitación, pierdan un juicio o se muera un trabajador.

No fueron hechos aislados, son el resultado del ahorro patronal, de la falta de control estatal en connivencia con los sindicatos. Podemos afirmar que si pudieron evitarse no son accidentes, son asesinatos. Pero ¿pueden evitarse completamente? La triste realidad es que no, porque como señalábamos al comienzo de eso se trata el mundo del trabajo: de generar ganancias y no de crear lo necesario para vivir y cuidar a quienes trabajamos. Esto queda demostrado en las denominadas “huelgas a reglamento” (o “huelgas de celo”), la cual consiste en que los trabajadores cumplan estrictamente la normativa laboral de salud e higiene, y con rigurosa aplicación de las disposiciones de los convenios laborales. Esto causa una paralización de la actividad, dejando en evidencia que el trabajo precisa hacerse mal, rápido y a lo bruto para que funcione y genere las ganancias necesarias.

Hay, entonces, una necesidad que nos lleva más allá del trabajo, y es la de generar una profunda transformación social.

Es a partir de nuestras condiciones de existencia que sacamos las lecciones para “hacer teoría” y no tenemos “principios” previos a los hechos. El malestar y la necesidad que padecemos quienes trabajamos, las situaciones de precariedad y peligro a las que nos vemos sometidos, nos fuerzan a tomar conciencia de la sociedad en la que estamos y a la cual contribuimos día a día a mantener. De nosotros depende ampararnos en personajes que nos quieren dirigir y nos llevan a diversos callejones sin salida o comenzar a pensar y explorar otras posibilidades. Para esto es importante que no confundamos la defensa de la fuerza de trabajo con la defensa de la fuente de trabajo. Ni defendamos la ganancia de los explotadores. Ni confiemos en quienes viven de nuestro esfuerzo. No sirve atacar individuos sin atacar su rol social. Es cierto que la injusticia no es anónima, tiene nombre y dirección, pero cambiarle el rostro y mudarla no acaba con la injusticia.

En 1886, los proletarios revolucionarios recordados como “los mártires de Chicago” luchaban en lo inmediato por las 8 horas, es decir, por trabajar menos. Y luchaban también por la revolución social, por el comunismo y la anarquía. La revolución social no es algo diferente de nuestras necesidades urgentes, aunque tampoco es simplemente la suma de nuestras reivindicaciones inmediatas. Las reivindicaciones por menos horas de trabajo o para no exponernos a determinados riesgos en nuestros lugares de trabajo, manteniendo el mismo salario, son un ataque directo a nuestros explotadores, a su ganancia. Asumamos esa lucha hasta el final.

Y eso significa reapropiarnos de los medios para la satisfacción de las necesidades de alimento, techo, vestimenta, placer, comunicación y transporte, con el objetivo de atacar al Capital y abolir las clases sociales y el Estado. El salto entre las revueltas y la revolución no se resuelve con una unificación política o sindical del proletariado sino por las rupturas necesarias con el orden existente.

¡Viva el 1° de mayo! ¡Viva la revolución social!»

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EL TRABAJO ES UN CRIMEN
Herman J. Shuurman (Holanda, 1924)
Lazo Ediciones (Rosario-Argentina, 2019)
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«Hay, en el lenguaje, algunas palabras y expresiones que debemos suprimir, porque designan conceptos que forman el contenido desastroso y corruptor del sistema capitalista.
Comenzando con la palabra “trabajar” [werken] y todos los conceptos relacionados con ella – trabajador u obrero [werkman of werker] – tiempo de trabajo [werktijd] – salario [werkloon] – huelga [werkstaking] – desocupado [werkloos].
El trabajo es la afrenta y la humillación más grande que la humanidad ha cometido contra ella misma.
Este sistema social, el capitalismo, está basado en el trabajo; ha creado una clase de hombres que deben trabajar —y una clase de hombres que no trabajan. Los trabajadores son obligados a trabajar, sino mueren de hambre. «Quien no trabaja no come», profesan los poseedores, que por otro lado pretenden que calcular y embolsarse sus ganancias, también es trabajar.
Hay desempleados y desocupados. Si los primeros están sin trabajo sin tener la culpa, los segundos simplemente no trabajan. Los desocupados son los explotadores que viven del trabajo de los trabajadores. Los desempleados son los trabajadores a los que no se les permite trabajar, porque no pueden sacar provecho de eso. Los propietarios del aparato de producción fijaron el tiempo de trabajo, instalaron los talleres y ordenaron en qué y cómo los trabajadores deben trabajar. Éstos reciben justo lo suficiente para no morir de hambre y a penas son capaces de alimentar a sus hijos durante sus primeros años de vida. Luego estos hijos son instruidos en la escuela el tiempo necesario para poder ir a trabajar cuando les toque el turno. Los poseedores también hacen instruir a sus hijos para que ellos también sepan cómo dirigir a los trabajadores.
El trabajo es la maldición más grande. Produce a hombres sin espíritu y sin alma.
Para hacer trabajar a los demás en su beneficio, se debe tener poca personalidad, y para trabajar se debe tener también poca personalidad; es necesario arrastrarse y traficar, traicionar, engañar y falsificar.
Para el rico pudiente, el trabajo (de los trabajadores) es el medio de procurarse una vida fácil. Para los trabajadores es una carga de miseria, un triste destino impuesto desde su nacimiento, que les impide vivir decentemente.
Cuando paremos de trabajar, la vida comenzará por fin para nosotros. El trabajo es el enemigo de la vida. Un buen trabajador es una bestia de carga con patas rugosas, mirada embrutecida y sin vida.
Cuando el hombre se vuelva consciente de la vida, no trabajará nunca más.
Con esto no quiero decir que simplemente haya que abandonar al patrón mañana y ver luego cómo hacer para comer sin trabajar, con la convicción de que así comienza la vida. Ya es de por sí bastante malo estar constreñidos a vivir sin un florín y no trabajar, teniendo desde entonces, en la mayoría de los casos, que vivir a costa de los compañeros que tienen trabajo. Si eres capaz de ganarte el pan saqueando y robando —como dicen los honestos ciudadanos— sin hacerte explotar por un patrón, mejor que mejor; pero sin embargo no creas que así se resuelve el gran problema. El trabajo es un mal social. Esta sociedad es enemiga de la vida y es sólo destruyéndola, junto con todas las sociedades de animales laborales que la sigan —es decir revolución tras revolución— que el trabajo desaparecerá.
Es sólo entonces que vendrá la vida —la vida rica y plena— donde cada uno llegará, a través de sus instintos puros, a crear. Entonces cada hombre será creador de su propio movimiento, y producirá únicamente lo que es bueno y bello: lo que es lo necesario. Entonces no habrá hombres–trabajadores, entonces cada uno será hombre; y por necesidad vital humana, por necesidad interior, cada uno creará inagotablemente lo que, bajo condiciones razonables, cubra sus necesidades vitales. No habrá un horario de trabajo ni un lugar de trabajo, ni gente desocupada o desempleada. Sólo entonces habrá vida —una vida grandiosa, pura y cósmica, y la pasión creadora será la felicidad más grande de la vida humana sin constreñimiento, una vida donde no existan las cadenas del hambre ni del salario, del tiempo ni del espacio, y donde no habrá más explotación por parte de los parásitos—.
Crear es un placer intenso, trabajar es un sufrimiento intenso.
Bajo las relaciones sociales criminales actuales, no es posible crear.
Todo trabajo es un crimen.
Trabajar es colaborar con la creación de la ganancia y la explotación; es colaborar con la falsificación, con el engaño y el envenenamiento; es colaborar con los preparativos de guerra; es colaborar con el asesinato de toda la humanidad.
El trabajo destruye la vida.
Si lo comprendemos bien, nuestra vida tomará otro sentido. Si sentimos en nosotros mismos ese impulso creador, se expresará a través de la destrucción de este sistema cobarde y criminal. Y si, por las circunstancias, debemos trabajar para no morir de hambre, hace falta que a través de este trabajo, contribuyamos al hundimiento del capitalismo.
¡Si no trabajamos por el hundimiento del capitalismo, trabajamos por el hundimiento de la humanidad!
He ahí el porqué nosotros vamos a sabotear conscientemente cada empresa capitalista. Cada patrón sufrirá pérdidas causa de nosotros. Allí, donde nosotros, jóvenes rebeldes, seamos obligados a trabajar, las materias primas, las máquinas y los productos serán obligatoriamente puestos fuera de funcionamiento. Saltarán a cada instante los dientes del engranaje, los cuchillos y las tijeras volarán en pedazos, las herramientas más indispensables desaparecerán de la vista —nos enseñaremos los unos a los otros las formas y maneras de hacerlo—.
No queremos ser destruidos por el capitalismo: por eso el capitalismo debe ser destruido por nosotros.
Queremos crear como hombres libres, no trabajar como esclavos; por eso vamos a destruir el sistema de la esclavitud. El capitalismo existe gracias al trabajo de los trabajadores, ahí el porqué no queremos ser trabajadores y por qué vamos a sabotear el trabajo.»

Primero de mayo, contra el trabajo

Comunidad de Lucha N° 9. Santiago de Chile


Llega otro primero de mayo y quienes nos posicionamos del lado del anticapitalismo nuevamente nos vemos enfrentadxs a la propaganda del Estado y Capital, que quisieran hacer de esta fecha un día en el que festináramos nuestra condición de servidumbre.

Si bien no podríamos esperar otra cosa de los defensores de la dominación, lo que nos preocupa y concierne en tanto que anticapitalistas es encontrarnos cada año con una reivindicación similar del trabajo por parte de la ultraizquierda y los ‘anticapitalistas’ en general. Para éstos el problema del trabajo casi siempre radica en la apropiación por parte de la burguesía del fruto de nuestra actividad, y su ‘solución revolucionaria’ consiste en arrebatar a la burguesía su poder privativo sobre los frutos de este, o bien los instrumentos de trabajo. Aunque, en la práctica, dichos movimientos se dediquen únicamente a disputar con el Estado, la patronal y las burocracias sindicales mejoras en el sistema de explotación asalariada, mejoras que, por cierto, el Capital necesita para asegurar su progreso y supervivencia en el tiempo.

Pero en realidad el trabajo, como comúnmente lo entendemos en nuestros días, se refiere a un tipo de actividad precisa, perteneciente a un estadio histórico preciso: el de la civilización capitalista.

El triunfo de la revolución burguesa intensificó y expandió el trabajo asalariado y la producción de mercancías a cada rincón del globo, despojando a las personas y a sus comunidades de la tierra y enviándolas a las fábricas. Desprovistas de todo y obligados a satisfacer sus necesidades a través del consumo de mercancías, las personas se vieron en la obligación de vender su propia actividad como fuerza de trabajo a quienes dominaban, convirtiéndose en el proletariado; la clase cuya vida fue reducida a mercancía junto con todo lo demás por la dictadura de la economía.

Siendo el dinero el mediador social absoluto y su carencia el equivalente a la muerte en la sociedad capitalista, lxs proletarixs nos vemos arrojadxs cada día de manera frenética a las tareas necesarias para obtenerlo. Así, sea en el trabajo asalariado, autoexplotándonos en el comercio informal o incluso en el trabajo doméstico (trabajo no remunerado e históricamente asignado a las mujeres, sin el cual las otras formas de explotación no podrían haberse sostenido) esta obligación nos saca cada día de la cama para que nos precipitemos a transportes atestados y así cumplir con los horarios asfixiantes de una actividad que muchas veces nos resulta ajena y tediosa, y a la que lo único que nos liga es la necesidad de remuneración económica para la satisfacción de nuestras necesidades mercantilizadas. Esto hace del estrés, las vejaciones, la humillación, la enfermedad, el aislamiento y la locura la tónica habitual de la actividad productiva y, por tanto, de la vida de la humanidad proletarizada. Así, nos ‘ganamos la vida’ en el trabajo, mientras la vida se nos escapa.

Como si fuera poco, las nulas garantías de seguridad en las que todavía pretende justificarse la existencia de este orden miserable se desmoronan a causa de su propio progreso: el trabajo de cada ser humano (es decir, su tiempo) vale cada vez menos porque los capitalistas están obligados a encontrar formas cada vez más elaboradas de abaratar los costos de producción para obtener ganancias y mantenerse activos en la competencia, lo que propicia la precarización constante del trabajo. En el territorio dominado por el Estado chileno conviven esquizofrénicamente la imagen de una potencia económica en línea recta a la abundancia, y la realidad de una sociedad que se cae a pedazos por falta de trabajo y por exceso de él: quien no está cesante y desesperado intentando encontrar la forma de ganarse la vida, está corriendo como loco entre el trabajo, la casa y el consumo, gastándose la vida en una espiral de alienación que sólo aumenta.

El problema es que tanto para los defensores declarados del orden como para quienes pretenden oponerse a este, el trabajo se asume con una naturalidad tal que pareciera que las diferencias que a veces ponen en bandos irreconciliables a unos y otros consiste únicamente en cómo gestionar el sistema de explotación asalariada y el capital que este reproduce.

Una perspectiva radical del anticapitalismo, en cambio, supone acabar con todos los pilares en los que se funda el Capital, incluyendo aquella actividad que le da vida a cambio de robarnos la nuestra. Somos nosotrxs, lxs proletarixs, quienes echamos a andar la máquina capitalista con nuestra actividad enajenada. Somos nosotrxs, por tanto, quienes podemos ponerle freno: si el proletariado es la clase cuya actividad echa a andar el capital, entonces la supresión revolucionaria del capital implica necesariamente la autosupresión de nuestra clase, junto con todas las clases, el Estado y el dinero.

¡MUERTE AL TRABAJO, AL ESTADO Y EL DINERO!
¡PROLETARIXS DEL MUNDO, DEJEMOS DE SERLO!

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