miércoles, 27 de mayo de 2020

// *** "" COMISIÓN DE TRABAJO Internacionalismo y Antiimperialismo:ESPACIO DE ENCUENTRO COMUNISTA-(Diciembre 2015). *** //.


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DICEN LOS PONENTES DE INTERNACIONAL,...

ESPACIO DE ENCUENTRO COMUNISTA COMISIÓN DE TRABAJO Internacionalismo y Antiimperialismo Versión Inicial (Diciembre 2015)  

Contenido .
1.INTRODUCCIÓN........................................................................................................................3
1.1. Notas preliminares..................................................................................................................5 
2. DE LA UNIPOLARIDAD A LA MULTIPOLARIDAD ..............................................................6 
3. PERSISTENCIA DE LA CRISIS CAPITALISTA E INCREMENTO DE LA AGRESIVIDAD DEL CAPITALISMO; LAS CONTRADICCIONES INTER-IMPERIALISTAS ............................8 
4.EL RIESGO DE MUNDIALIZACIÓN DE LAS GUERRAS COMO CONSECUENCIA DE LAS CONTRADICCIONES INTER-IMPERIALISTAS ......................................................................10 
5.EL IMPERIO E INDEPENDENCIA DEL CAPITAL TRANSNACIONAL FRENTE A LOS ESTADOS......................................................................................................................................12 
6. EL POSIBLE INICIO DE LA INVOLUCIÓN POLÍTICA EN AMÉRICA LATINA ................14 
7. LA UE, CORSÉ QUE OPRIME A LA CLASE TRABAJADORA Y A LOS PUEBLOS DE EUROPA.......................................................................................................................................16 
8. CONTRA LA FRAGMENTACIÓN DE LA CLASE TRABAJADORA Y DE SUS LUCHAS ....18 
9. DEBILIDAD DE LAS FUERZAS POLÍTICAS REVOLUCIONARIAS Y DE LAS ORGANIZACIONES COMUNISTAS Y OBRERAS. AGOTAMIENTO DE LAS “IZQUIERDAS SISTÉMICAS” (LOS EX-SOCIALDEMÓCRATAS, HOY SOCIAL-LIBERALES Y LAS “NUEVAS SOCIALDEMOCRACIAS” EUROPEAS). LA NECESIDAD DE UNA NUEVA INTERNACIONAL.......................................................................................................................20

Espacio de encuentro comunista Documento comisión de Internacional y antiimperialismo Versión inicial (Diciembre 2015) Página 3 “No nos jactemos demasiado de nuestras victorias sobre la naturaleza. Ella se termina vengando de todos nosotros. Ciertamente cada triunfo tiene al principio las consecuencias esperadas. Pero en segundo y tercer lugar aparecen efectos muy distintos, imprevistos, que con frecuencia destruyen las primeras consecuencias.” Federico Engels, Dialéctica de la Naturaleza

1.

INTRODUCCIÓN

Desde el Espacio de Encuentro Comunista pensamos que a los comunistas de hoy, nos pueda corresponder, el dudoso privilegio de cuanto menos levantar acta de la más extraordinaria y decisiva época histórica que jamás haya conocido la Humanidad; la de su previsible propia desaparición. No es ésta afirmación introductoria, un mantra milenarista, un lema “conspiranóico” o un calentón semántico, sino la declinación lógica de una cruda e insostenible realidad científica empíricamente asaz demostrada. Lo que algunos autores han definido como el Antropoceno, la época de la “vertiginosa senda de pillaje y destrucción en la que se sustenta el crecimiento desaforado y literalmente criminal del sistema agro-urbano-industrial globalizado”, conlleva el acelerado declive consecutivo de la salud de nuestro planeta así como de su capacidad de regeneración y por ende la irreversible liquidación de las mínimas condiciones naturales de vida para el ser humano. Ello será incluso más evidente cuando las presiones añadidas debidas al cambio climático y el calentamiento global, exacerben inexorablemente una situación insostenible para la vida humana en gran parte del planeta Tierra. A los comunistas de este principio de siglo XXI, para los cuales nada de lo humano nos es ajeno, para los que la ideología de la solidaridad internacional de los trabajadores/as de todos los países; es uno de los principios ideológicos fundamentales, que sirven de guía a la clase obrera, a sus partidos y organizaciones; nos corresponde pues tomar plenamente conciencia de la catástrofe global en ciernes ya que somos bien sabedores de que frente a este escenario tan sólo el Socialismo es tabla de salvación. Desde el Espacio de Encuentro Comunista, con el Che decimos que: “no hay otra definición del socialismo, válida para nosotros, que la abolición de la explotación del hombre por el hombre. Mientras esto no se produzca, se está en el período de construcción de la sociedad socialista y, si en vez de producirse este fenómeno, la tarea de la supresión de la explotación se estanca o, aún, retrocede en ella, no es válido hablar siquiera de la construcción del socialismo.”

En otras palabras, frente a la barbarie perpetrada por los llamados Estados privados móviles (las corporaciones transnacionales, a decir de algún autor), frente a la globalización del terrorismo de Espacio de encuentro comunista Documento comisión de Internacional y antiimperialismo Versión inicial (Diciembre 2015) Página 4 Estado y de la miseria, debemos saber aquilatar los singulares procesos históricos que estamos viviendo, predecir el desenvolvimiento del incierto porvenir que tenemos por delante y si no revertir, parar o impedirlos, organizar impulsar y solidarizarnos con cuantas Resistencias sean menester, es decir enfrentarnos con toda nuestra inteligencia y generosidad colectivas a este tardo-imperialismo capitalista bajo el yugo del cual muere sometido a fuego lento el planeta, nuestro planeta entero. En este afán internacionalista nos guía el principio de respeto a la autonomía de análisis y actuación de las organizaciones comunistas, progresistas, obreras y de izquierdas, tanto de nuestro país como del resto de países y pueblos del mundo, a los que desde nuestros corazones hermanos, saludamos recordando las palabras de Lenin en sus primeros esbozos sobre la cuestión nacional: “El internacionalismo proletario exige la subordinación de los intereses de la lucha proletaria en un país a los intereses de esta lucha a escala mundial”. A nuestro juicio, nos va en ello la misma fraternidad y respeto revolucionarios mutuos que los que desde estas líneas profesamos para con todos ellos. Necesario y justo es pues señalar aquí que es nuestro mal llamado primer mundo capitalista, representando sólo el 20% de la población mundial, el responsable fundamental de la destrucción económica, cultural, social y medioambiental a escala planetaria.

¿Acaso no nacieron nuestras sociedades de consumo masivo de las antiguas metrópolis coloniales y de políticas imperiales que, a su vez, engendraron el atraso, la presión poblacional y la pobreza conducente a que la inmensa mayoría de la Humanidad sobreviva a golpe de esfuerzos desesperados, aun a costa de una naturaleza finita? 
¿Acaso no consumen nuestras sociedades las dos terceras partes de los metales y las tres cuartas partes de la energía que se produce en todo el mundo? 
¿No han sido pues nuestras mal llamadas sociedades avanzadas las que han contaminado los mares en los que pescamos, el agua que bebemos, el aire que respiramos y la tierra que cultivamos? 
¿No son acaso las empresas multinacionales madereras, petroleras y mineras del primer mundo las responsables de que desaparezcan bosques enteros, se extiendan los desiertos, de que miles de millones de toneladas de tierra fértil se viertan cada año al mar? 
¿No son ellas responsables de genocidios, guerras civiles, persecuciones y represiones por doquier en su afanosa rapiña de materias primas? 
¿No son ellas las que provocan genocidios en el África subsahariana con el fin de hacerse con el control del Coltane y otras tierras raras, el Uranio, los diamantes…? 
¿No son ellas las que a golpe de “bombardeos humanitarios”, terrorismo financiero, injerencias “onegeinistas”, espionaje informático masivo y guerras de cuarta generación, desestabilizan, someten y descabezan de modo descarado a todo estado soberano que se niegue a hincar la cerviz? 
¿No son acaso ellas las que compran, transportan y distribuyen el petróleo del genocida estado islámico y deprimen el precio del barril de crudo con el fin de someter a Irán y Venezuela a una guerra económica sin contemplaciones?

 ¿Acaso no son ellas las principales productoras y mercaderes de armas de destrucción masiva a la par que ocupan y sojuzgan militarmente al planeta entero gracias a la mayor red de bases militares conocida en la Historia? 
¿No son ellas las que controlan los medios de “desinformación masiva”, responsables de la generación e inducción de esquizofrenias y disociaciones psicóticas sociales?

1.1. Notas preliminares

Son varios los ejes desde los que es posible analizar el marco político internacional actual y el momento presente del accionar del capitalismo y el imperialismo a nivel mundial:

 El fin del sueño de la unipolaridad bajo la hegemonía del imperialismo EE.UU. y el inicio de la multipolaridad; 
 La virulenta agresividad del imperialismo norteamericano en medio de la persistencia de la crisis capitalista mundial y las contradicciones interimperialistas; 
 El riesgo de mundialización de las guerras como consecuencia de las contradicciones inter-imperialistas; 
 La absoluta independencia del capital transnacionalizado frente a los antiguos mecanismos correctores y/o de control del Estado capitalista; 
 La UE como un corsé que oprime a la clase trabajadora y a los pueblos de Europa; 
 El posible inicio de la involución política en América Latina; 
 La debilidad de las fuerzas políticas revolucionarias y de las organizaciones comunistas y obreras junto con el agotamiento de las “izquierdas sistémicas” (los ex-socialdemócratas, hoy social-liberales y las “nuevas socialdemocracias” europeas). La necesidad de una nueva Internacional. La visión del conjunto de los diversos factores, y en buena medida, nos aporta una perspectiva de los desafíos que los comunistas estamos llamados a afrontar en este siglo XXI. 

2. DE LA UNIPOLARIDAD A LA MULTIPOLARIDAD

La desaparición de la Unión Soviética y del llamado “bloque socialista”, junto con el desplazamiento de otros países que se reclamaban de tal proyecto hacia el modelo de acumulación capitalista (Vietnam, China, Laos,…) produjo durante aproximadamente unos 10-15 años que el antiguo mundo de la bipolaridad fuese sustituido por el de la unipolaridad. Los EE.UU. se convierten en una suerte de gendarme mundial; única potencia con el derecho y el poder de imponer su modelo de “sociedad abierta” que el ultra-liberal Karl Popper había venido anunciando y el antiguo funcionario de la administración de Washington Francis Fukuyama anunciaba como “fin de la historia”, al menos entendida ésta última como la historia de la lucha de clases. En ese contexto, los EE.UU. intentan garantizar su hegemonía, lo que la Secretaría de Estado, el Pentágono y la CIA describen como “Full Spectrum Dominance”, apostando sin ambages por establecer una suerte de Estado planetario bajo el dominio total y absoluto de los grandes intereses del capital monopólico que representan significativamente, no ya sólo los emporios energético y armamentístico norteamericanos, sino que también el financiero, el genético/alimentario y el informático, con Goldman-Sachs, CityGroup, Monsanto, Celera Genomics, Microsoft y Google a la cabeza respectivamente. Pronto y a pesar de su fabulosa logística imperial, se revela que en los conflictos de carácter regional (Afganistán, Irak, Ucrania,…) por él provocados, los EE.UU. encuentran grandes dificultades para imponer en solitario su sin embargo indiscutible condición de superpotencia militar. La actual ofensiva geopolítica puesta en marcha por EE.UU. para remodelar el orden internacional -aparte de sus peligros, costos y desenlace final- ha dejado al descubierto dos líneas relevantes interrelacionadas que deben ser analizadas con atención: instauración de un régimen/laboratorio neonazi en Kiev; y una gran crisis energética en especial gas y el petróleo. Ucrania juega un rol estratégico en los intereses y en las aspiraciones hegemónicas de EE.UU. desde siempre en su afán por controlar el mundo. Estas tendencias vienen desde tiempo atrás. A inicios del siglo XX la teoría del “Heartland” de Halford Mackinder -hoy sostenida por el tándem Brezinski/Kissinger- sostiene que “Quien gobierne en Europa del Este dominará el Heartland; quien gobierne el Heartland dominará la IslaMundial; quien gobierne la Isla-Mundial controlará el mundo.” Y más concretamente quien domina el “Heartland”, domina el mundo, especialmente si controla Ucrania. Sin embargo, la propia irresuelta crisis económica y financiera norteamericana, le resta fuerzas para imponer de modo definitivo y completo su poder económico, su “pax-americana”.

Así pues, el papel preponderante del imperialismo norteamericano parece estancarse frente a la configuración de pujante nuevas fuerzas que pretenden disputarle su hegemonía. La aparición de China como gran potencia mundial en lo económico/financiero y la recuperación por la heredera de la URSS, la Federación Rusa, de su papel como potencia política y militar -países ambos con pactos tácticos pero intereses propios- apunta a que el estado de unipolaridad se Espacio de encuentro comunista Documento comisión de Internacional y antiimperialismo Versión inicial (Diciembre 2015) Página 7 corresponda más bien al intermedio previo a otra suerte de re-configuración en el capitalismo mundializado. La emergencia de potencias de carácter regional, los llamados BRICS (India en Asía, Brasil a pesar de su crisis política y económica en América Latina y la República Sudafricana), con intereses propios dentro de sus continentes, aunque no desconectados más que en parte con los del imperialismo norteamericano, muestra hasta qué punto parece tambalearse la voluntarista construcción ideológica de un mundo unipolar. Sin embargo, los EE.UU. no son un mero “tigre de papel”, más bien una hiena herida y hambrienta y por lo tanto extremadamente peligrosa. 

3. PERSISTENCIA DE LA CRISIS CAPITALISTA E INCREMENTO DE LA AGRESIVIDAD DEL CAPITALISMO; LAS CONTRADICCIONES INTERIMPERIALISTAS

Ocho años después del inicio de la crisis capitalista mundial, ésta presenta signos de haberse enrocado y de estar entrando en una nueva fase de circularidad. Ciertamente, ninguno de los factores que la produjeron y agravaron en su momento, han sido resueltos ni podrán serlo en capitalismo de forma pacífica: Es sencillamente imposible. Es pues más que previsible el paso de lo que los economistas del sistema llaman “estancamiento” a una etapa de agudización extrema, con el previsto estallido a medio plazo de la mega-burbuja planetaria de las Deudas Soberanas. Cualquier “evento singular” pude “prender fuego a la pradera”… No es casualidad que las primaveras árabes tan celebradas en ésta nuestra vieja Europa por partidos burgueses, necios oportunistas y farsantes de todo pelaje, hoy convertidas en inviernos yihadistas, se iniciasen en uno de los momentos más agudos de la crisis capitalista, y no precisamente porque en la mayoría de esos países que las sufrieron, se diesen especiales situaciones de penuria económica. No han ganado en igualdad económica, ni en estabilidad interna -el caso de Siria, Yemen o Libia y parcialmente de Túnez son terribles ejemplos de ello- ni tampoco en los criterios de la democracia política al estilo capitalista que supuestamente demandaban las poblaciones de esos países (Libia, Egipto). Hay que hacer cierta excepción en el caso tunecino, aunque habrá que ver si es capaz de resistir la embestida salafista cada vez más fuerte, sobretodo en el sur del país. EE.UU. aprendió de su fiasco de Iraq -un país en el que sus tropas estuvieron atrapadas durante años, sin lograr hacerse con el control del mismo- la línea a seguir. Poner gobiernos “amigos” a su frente, derrocando los existentes, o bien provocando estados desarticulados o fallidos (Somalia, Afganistán, Sudán, Libia) a través de franquicias terroristas y/o gobiernos mafiosos con los que poder negociar la apropiación de sus recursos naturales (principalmente crudo y gas) por las grandes petroleras o, cuando menos, adquirirlos a muy interesante coste. El ejemplo de la “tripartición” de Irak a la que condujo la invasión norteamericana (regiones que controlan por una parte Bagdad, por otra los kurdos y finalmente el monstruo teocrático de Daesh), parece querer exportarse a Siria. Hoy la cuestión energética no es sólo un formidable negocio para las grandes corporaciones transnacionales. Es también un factor decisivo para el funcionamiento no sólo de la economía sino del mundo. En tanto que las llamadas energías renovables se expanden, controlar el destino de hasta la última gota de crudo y de gas, así como de su transporte, es decisivo para mantener una posición de poder mundial. Llamativamente, las corruptas y fundamentalistas petro-monarquías del Golfo Pérsico con la Casa


Documento comisión de Internacional y antiimperialismo Versión inicial (Diciembre 2015)

Página 9 de Saud a la cabeza, no sólo no han sido desestabilizadas en ningún momento, sino que han contribuido con todas sus energías a desestabilizar Siria, Yemen y el ya destruido Iraq, a través de abundante financiación, entrega de armas y soporte logístico, a criminales organizaciones de cuño wahabita-takfirista. EEUU nunca hubiera permitido que esos regímenes fundamentalistas, al igual que el corrupto y represor gobierno de Erdogan en Turquía, cayeran porque son, junto con Israel, los socios de sus intereses en la zona, por mucho que a medio plazo esos intereses puedan llegar a divergir. Con ser importantes los factores geoestratégicos y el deseo de imponer gobiernos que sean favorables a los intereses yanquis, el control de la energía, como en un próximo futuro lo será el del agua, es el elemento decisivo que explica el incremento de la agresividad y la violencia del imperialismo norteamericano y de sus lacayos europeos, en esa parte del globo, sea por acción militar directa, sea a través de mercenarios o mediante franquicias terroristas debidamente penetradas por los cuerpos de acción exterior de los principales servicios de inteligencia occidentales. El pilar europeo de la OTAN, lo que se conoce como sistema de defensa europeo, juega hoy un papel absolutamente subalterno de los intereses norteamericanos, siendo Hollande y Cameron sus cancerberos más agresivos; en el caso francés aprovechándose de una sociedad absolutamente traumada y compitiendo con el fascista “Front National” de Marine Le Pen en sus posiciones antiárabes y de criminalización de los refugiados. Frente al imperialismo norteamericano -y el de sus satélites de la OTAN- operan otros países cuyos intereses revisten también un cierto carácter imperialista. Es el caso de Rusia, si bien actúa objetivamente como un factor de contención, a través de su apoyo militar al régimen burgués de El-Assad en su lucha sin cuartel contra los terroristas. En ese sentido, por mucho que Rusia tenga intereses específicos en la zona (puerto militar de Tartus en el Mediterráneo oriental y plan de gaseoducto Irán-Iraq-Siria con el fin de abastecer Europa a mediados de siglo), y con todas las matizaciones que se quiera, Rusia juega un papel “progresivo” al apoyar al gobierno sirio contra los intereses del imperialismo EE.UU. por destruir el último país árabe plenamente soberano. Algo similar, si bien con un impacto más discreto y en un contexto mucho menos bélico (salvo en algunos países africanos, atrapados en guerras internas) sucede con la penetración China en África y en América Latina. Es obvio que China tiene sus propios intereses económicos, de adquisición de materias primas, minerales, energía y productos agrícolas en los países con los que establece comercialmente un intercambio no equivalente (los costes de las mercancías intercambiadas colocan a los socios locales de China en una situación de dependencia económica) pero China no impone gobiernos ni condiciones de tipo político para ese intercambio, así como tampoco emplea el instrumento de la violencia para penetrar en esas áreas geográficas. En cualquier caso, es previsible que las tensiones inter-imperialistas produzcan choques de intereses entre unos imperialismos y otros -choques que ya se están produciendo- que hagan renacer lo que en el pasado se conoció como “guerra fría”.  

4. EL RIESGO DE MUNDIALIZACIÓN DE LAS GUERRAS COMO CONSECUENCIA DE LAS CONTRADICCIONES INTER-IMPERIALISTAS

En el presente las contradicciones inter-imperialistas se revelan en Oriente Medio con toda su fuerza en cuestiones como la hasta el momento imposible alianza entre Rusia, EEUU y sus países aliados de la OTAN para conformar un bloque unido que ayude a derrotar a Daesh, las diferentes actitudes respecto a la colaboración o no en esa lucha -que no lo es realmente para todos- y la continuidad o no del gobierno sirio y del presidente El-Assad. Incluso dentro del campo de la OTAN se perciben diferentes y en cierto modo contrapuestos intereses (EEUU vs Francia) respecto a coordinarse o no con Rusia en la mencionada lucha o comportamientos de provocación continuada de países como Turquía, con el posible permiso y beneplácito de Obama, pueden llegar a crearle problemas a los EEUU y a la propia OTAN. En la medida en que se vaya produciendo el debilitamiento de Daesh (ISIS), al Nusra (Al Qaeda) y otros grupos terroristas y las fuerzas leales al gobierno sirio, con la ayuda fundamentalmente de Rusia, Hezbolá e Irán, se vayan consolidando sobre el terreno, esas divergencias y contradicciones inter-imperialistas pueden exacerbarse. Otro tanto puede llegar a pasar en el caso de los procesos de desestabilización que EE.UU., las burguesías criollas “pitiyanquis” y la “gusanera” de Miami están provocando principalmente en aquellos estados miembros de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC): principalmente Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Venezuela. La respuesta rusa y china se produciría claramente en defensa (incluyendo la militar) de los gobiernos progresistas de la región: No sería la primera vez que ambos países hayan “enseñado musculo” en la región, Durante la última década, China se ha convertido en el motor financiero para toda América Latina por encima de otros organismos financieros internaciones y no esconde su intención de convertirse en el primer socio comercial del continente habiendo ya multiplicado por 22 sus inversiones durante ese período. Venezuela, como lo es Irán, es un surtidor estratégico de crudo para China.

Las reservas certificadas de petróleo venezolano al cierre del año 2010, principalmente sitas en la llamada Faja del Orinoco, ascienden a 296.501 millones de barriles, colocando a la República Bolivariana como el país con las mayores reservas de petróleo a nivel mundial por encima de Arabia Saudí, Canadá, Irán e Iraq por citar a los principales productores. Lo mismo se puede afirmar con respecto a Ecuador que exporta el 77% de su producción petrolera a China. China a su vez encabeza, a través del “Hong Kong Nicaragua Canal Development” (HKND Group) el consorcio constructor del Canal interoceánico nicaragüense que junto a los muelles de contenedores de mayor calado del Caribe planificados para la Zona de Desarrollo Especial del Puerto del Mariel en Cuba, a buen seguro rivalizarán directamente con las infraestructuras de mismo tipo controladas por EE.UU. en la región. Bolivia por otra parte, se ha convertido en uno de los principales surtidores mundial de litio, con Espacio de encuentro comunista Documento comisión de Internacional y antiimperialismo Versión inicial (Diciembre 2015) Página 11 unas reservas probadas de más de 10 millones de toneladas sitas en el salar de Uyuni y que a buen seguro alimentarán la industria electrónica china. El incremento de estas tensiones, que pronto alcanzarán el nivel de “guerra fría”, puede ir acercando la situación internacional a una III Guerra Mundial. Frente a todo ello, cualquier posición pacifista que excluya tácita o expresamente cuestiones como:

 la denuncia del carácter violento y contrario a la soberanía de los pueblos por parte de la OTAN,
 la negativa a que se utilicen las bases americanas en España en el conflicto del Golfo Pérsico,
 la denuncia del carácter imperialista de las guerras,
 el derecho de los pueblos en conflicto y sus gobiernos a su soberanía y a defenderse de las agresiones yihadistas o de las potencias imperialistas de EEUU y sus aliados, será un pacifismo inútil cuando no cómplice de los intereses del imperialismo yanqui y de sus aliados así como de las guerras que provocan. Nuestra posición es la de promover el rechazo a las guerras imperialistas en primer lugar y defendemos el derecho de los pueblos agredidos por estas guerras a defender su soberanía y su integridad territorial.  

5. EL IMPERIO E INDEPENDENCIA DEL CAPITAL TRANSNACIONAL FRENTE A LOS ESTADOS

El mundo diseñado en Bretton-Woods de liberalización, a la vez que de regulación de los mercados comercial, de materias primas y financiero ha saltado en pedazos. Desde los años 70 del pasado siglo se inició una desregulación de los mercados financieros con la desaparición primero del patrón oro, decisión de la administración Nixon. Posteriormente, en 1982, la administración Reagan eliminó la regulación que impedía a los bancos de depósitos realizar inversiones de riesgo con el dinero de sus clientes. Esta decisión sería uno de los detonantes de la crisis financiera en los principales bancos de inversión de Estados Unidos (Lehman Brothers, Bear Stears y Merryl Lynch). El Reino Unido, con Margareth Thatcher, contribuyó igualmente a la línea desreguladora del mercado financiero llevada a cabo por Ronald Reagan. Alan Greenspan en 1996, emitió una disposición que permitía que empresas subsidiarias de los bancos pudieran participar en negocios de inversión hasta en un 25%. La ley Glass-Steagall (GS) que fue aprobada en 1933 para evitar que, en el futuro, los bancos realizasen actividades especulativas, y que diferenciaba los bancos de accionistas cuyo fin era el ahorro de las entidades de inversión sería derogada en 1999 por la administración Clinton. Tras el estallido de la crisis capitalista, que tuvo su origen en la tendencia a la caída de la tasa de beneficio capitalista, sostenida artificialmente mediante la financiarización de la economía mundial y el consumo a crédito, pero que se manifestó como crisis financiera, el G-20 ("la Cumbre para los mercados financieros y la economía mundial") se planteó en 2009 una cierta recuperación de los mercados financieros con el fin de garantizar su sostenimiento y eficacia y evitar el rebrote de una nueva crisis financiera. A pesar de tales promesas hoy el mercado financiero sólo se ha regulado en lo relativo a una cierta nueva división de banca de depósitos y banca de inversión, más aparente que real, porque la internacionalización del capital financiero no asegura que las fusiones y alianzas financieras de tipo internacional cumplan estos objetivos, en la exigencia de mayores reservas de títulos para hacer frente a posibles nuevos problemas de liquidez bancaria pero apenas ha avanzado nada en transparencia bancaria, fugas de capitales de los países y desaparición de paraísos fiscales, sin lo cuál de poco valen los objetivos primeros. Es lógico que así sea en la medida en que el capitalismo necesita amplias zonas de sombra (mercados y banca en la sombra) que permitan una contabilidad creativa a las grandes corporaciones y vehiculen el dinero sucio. Se trata de escapar del control del dinero por los Estados, algo que estos permiten y que, siendo consustancial al capitalismo, sin embargo, ha crecido enormemente en los últimos años.

Otra vertiente de la desregulación sería de intercambio de mercancías y materias primas. Hoy el TTIP (Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión), es un formidable mercado desregulado del control de los Estados a partir de decisiones tomadas por los propios Estados. Con la subordinación de los Estados a este tratado que implicará más de un tercio del mercado  internacional de bienes y servicios, el segundo gran golpe a un cierto “control” de las economías por las administraciones significará el fin de las ilusiones de racionalización del comercio y la actividad económica mundial y evidenciará aún más que cuando Marx lo enunció que los Estados son meros consejos de administración de las empresas, en concreto de las grandes corporaciones mundiales. Los Estados perderán su soberanía económica, la posibilidad de legislar con un cierto espejismo de independencia (la legislación económica, financiera y hasta de derecho laboral de los países deberá someterse a las transnacionales, las cuáles por tratarse de un acuerdo supranacional, tendrán la última palabra en caso de producirse litigio de intereses e incluso los Estados podrán verse obligados a resarcir los intereses de dichas corporaciones en caso de que las decisiones de aquellos choquen con las de éstas. Lo mismo sucederá en cuestiones de seguridad alimentaria y farmacéutica, de transparencia, de privacidad en las comunicaciones o medioambiental, donde la convergencia de las legislaciones europeas y de Estados Unidos se realizará a la baja en cuanto a derechos de los consumidores.

Pero si el acuerdo entre la UE, EEUU y parte de Asia tendrá un evidente impacto en la pérdida de soberanía real de los Estados, en otras regiones del mundo puede que sea aún más grave pues su aplicación se dará de facto, sin negociación política alguna, si los países quieren comerciar con corporaciones cuyas matrices se encuentren en las regiones del primer mundo capitalista. Los comunistas debemos utilizar este hecho de la disolución absoluta de la autonomía de los Estados frente a las grandes corporaciones para cuestionar abiertamente la ficción de la democracia burguesa y plantear que, no se trata de caer en la nueva “ilusión democrática” de reivindicar una “auténtica democracia” política por cuanto ésta es incompatible con el sistema capitalista y con unos Estados que, por su naturaleza de clase, representan sus intereses. Hay que desenmascarar igualmente la falacia de que el Estado es un mecanismo neutro y por tanto susceptible de ser utilizado por cualquier fuerza y corriente política. La única democracia política consecuente es el Socialismo porque entraña la auténtica libertad del ser humano: la liberación del oprimido de la necesidad y la igualdad como base de esa libertad.  

6. EL POSIBLE INICIO DE LA INVOLUCIÓN POLÍTICA EN AMÉRICA LATINA

Desde el inicio de la Revolución Bolivariana en Venezuela y en menor medida en Bolivia, Ecuador y Nicaragua, no ha pasado año sin que se hayan vivido intentos de desestabilización, cuando no de auténticas intentonas golpistas en aquellos países. Incluso contra un gobierno tímidamente socialdemócrata como el brasileño, el de Dilma Rouseff que no ha roto sus compromisos con el imperialismo norteamericano, se realizan intentos de derribo por parte de los sectores reaccionarios del capital brasileño, apoyados por las clases medias que están notando los efectos de la crisis capitalista, bajo el pretexto de su corrupción, cuestión que no puede ser negada. Es significativo, sin embargo, como los sectores populares, la clase trabajadora brasileña y los sindicatos lo han hecho en un sentido muy distinto, reclamando derechos sociales pero diferenciándose marcadamente de los objetivos de la derecha mediática, política y económica, de la que saben que sólo pueden esperar peores medidas. Pero lo importante de esta situación es que la estrategia de las oligarquías criollas, económicas y mediáticas y de las derechas latinoamericanas, en coalición de intereses con el imperialismo EE.UU. buscan golpear tanto sobre los países amigos (Argentina, Brasil) del llamado socialismo del siglo XXI como sobre éste (Venezuela, Bolivia y, parcialmente, Ecuador). La estrategia es bien conocida. Bien sea mediante el uso de agencias injerencistas como la USAID, al modo en que han hecho en Cuba en los últimos años, bien mediante técnicas de guerra de baja intensidad o de cuarta generación y, por supuesto, mediante el apoyo económico y logístico a grupos violentos locales y la “filtración” de desinformación intoxicadora se trata de derribar gobiernos. En Argentina ya lo han logrado y les ha salido especialmente bien porque, aunque Mauricio Macri sea un ultra liberal al servicio del FMI y del imperialismo EE.UU., lo cierto es que ha llegado a la Presidencia de la República a través de medios formalmente democráticos. La agenda de Macri no sólo va en contra de la clase trabajadora argentina sino que tiene un plan anti bolivariano para Venezuela que iremos conociendo según evolucione su gobierno y la administración EE.UU. le vaya pidiendo “compromisos”. Estamos en un momento crítico para los gobiernos progresistas de América Latina. El cambio a signo negativo de sus economías, debido esencialmente a una inclemente guerra económica por parte del capital –Inflación inducida + acaparamiento y desabastecimiento de productos de primera necesidad + ataque a la moneda + guerra psicológica + depresión del precio del barril de petróleo- deviene en un proceso parcial de desinversión que ahora se dirige de nuevo hacia el Norte y el Occidente capitalistas. En este contexto, los entendibles desgastes de sus gobiernos, productos también de errores propios, son utilizados por el imperialismo norteamericano para intentar una caída de los gobiernos de estos países en un efecto dominó, utilizando para ello cuantas artimañas desestabilizadoras sean menester.
  
Si lo logran, impondrán de nuevo sus dictados económicos, políticos y represivos contra los trabajadores, los sectores populares, los campesinos, las organizaciones sindicales y de izquierdas, en lo que a todas luces podríamos tildar de “genocidio laboral”. Si no lo logran incrementarán su presión. La receta es conocida: “Hacer chillar la economía” como dijo Nixon del Chile de Allende… Lo siguiente es ya historia. Hoy Venezuela es para el imperialismo un fantasma como lo ha sido Cuba antes de la llegada del difunto Presidente Chávez a la dirigencia de la nación. Intentan disuadir a otros pueblos de seguir su camino, su ejemplo. Quizá en algún momento, la salida hubiera sido radicalizar la revolución en aquellos países en los que la acumulación de fuerzas ha sido más decisiva. Todavía hay tiempo para intentarlo pero no hay ni un minuto que perder. Desde nuestra posición fraternalmente crítica con algunos de sus errores, mostramos toda nuestra solidaridad con el pueblo cubano y su gobierno como con los gobiernos progresistas latinoamericanos que han intentado enfrentar a los intereses del imperialismo en la región y dar una vida digna y poder popular a la clase trabajadora, los campesinos y los sectores indígenas. En especial, expresamos nuestra solidaridad “plena como la luna llena” con el pueblo chavista de Venezuela y su Gran Polo Patriótico ante el resultado adverso en las últimas elecciones generales llevadas a cabo en aquella hermana república. Del mismo modo expresamos nuestra solidaridad con otras luchas de otros continentes como: La del pueblo palestino por el derecho a un Estado propio, en paz y con fronteras seguras frente al sionismo; La de los pueblos saharaui, kurdo y a la lucha popular en la India, entre otras de las muchas que merecen nuestro respeto, admiración y apoyo. La del movimiento popular y del pueblo del pueblo y las repúblicas libres del Donbass frente a los “banderistas nazis” de Kiev. Es deber de todo antifascista apoyar esta lucha popular. Una victoria del antifascismo y la plena asunción de la soberanía de las Repúblicas libres del Donbass, supondría un nuevo escenario esperanzador en la escena política internacional. Así pues, nos comprometemos a apoyar cuantos procesos de liberación nacional y de emancipación de clase desde nuestra voluntad de lucha por el socialismo dentro del Estado español.  

7. LA UE, CORSÉ QUE OPRIME A LA CLASE TRABAJADORA Y A LOS PUEBLOS DE EUROPA

El discurso del NO AL EURO y, a la vez, de OTRA UE ES POSIBLE es un sofisma barato, cuando no un ejercicio de cinismo absurdo. El euro y la UE son dos elementos indisociables. El Tratado de Maastricht, con sus criterios de convergencia, y la paulatina integración económica y financiera de la UE hacían inevitable que más temprano que tarde se llegase a una moneda común. El euro es hijo de la UE. El fin del euro y la vuelta a las monedas nacionales significaría el fin de la UE, del mismo modo que las excepciones que plantea el Reino Unido para continuar en la UE abriría el mismo proceso de cuestionamiento; un proceso de cuestionamiento que ya se está abriendo de facto con la suspensión momentánea del Tratado de Schengen ante la avalancha de refugiados provenientes de países arrasados por guerras a su vez alentadas por la UE. Quienes afirman que OTRA UE ES POSIBLE mienten. No se atreven a plantear abiertamente la salida de la UE porque, al pensar en términos meramente electorales, creen que ello sería impopular entre sus bases. La UE es irreformable y ello por varias razones:

 Como representación institucional de la Europa del capital, la UE con el Eurogrupo a su cabeza, ya ha demostrado cuál es su cintura negociadora para con lo que desde Frankfurt, Londres y Paris se han venido llamando PIGS (Cerdos en Inglés). La brutal imposición de su dictak draconiano de medidas de austeridad contra la clase trabajadora y el Estado griegos, da buena muestra del carácter sociópata de los órganos ejecutivos de dicha alianza económica. Grecia ha perdido por completo su soberanía ante tal abuso. Lo mismo sucedió con anterioridad en el caso de Portugal, Italia y España.
 El dudoso éxito de su funcionamiento radica en la transferencia de las rentas nacionales de los países del sur hacia los del centro y norte de la Unión, lo que debilita las economías de los primeros y los subordina de manera absoluta a las decisiones de los países más ricos, debilitando su posición y su peso en la UE, a la vez que convierte a sus economías en absolutamente dependientes de los que mantienen su posición dominante. De hecho, la mejor posición comparativa de Alemania es consecuencia en buena medida de estar financiando su deuda mediante la del resto de países.
 No existen fuerzas políticas reformistas con capacidad de marcar una nueva línea económica y una nueva agenda alternativa a la que actualmente ejecutan la Comisión Europa, el BCE y su aliado externo, el FMI. Espacio de encuentro comunista Documento comisión de Internacional y antiimperialismo Versión inicial (Diciembre 2015) Página 17 Si el dudoso referente era Syriza, ya hemos visto cuál ha sido el resultado de su papel negociador con sus acreedores y las instituciones europeas y también hemos comprobado para lo que ha servido el referéndum de Tsipras. Antonio Costa, en Portugal ya ha aceptado las condiciones impuestas por Cavaco Silva sobre el cumplimiento de las reglas de disciplina presupuestaria aplicadas a todos los países de la Zona euro y sobre estabilidad financiera. De Corbyn, fuera del euro, no cabe esperar una política mucho más desafiante que la de los dos países anteriores sino muy probablemente más débil y concesiva, si es que continúa como máximo dirigente del Partido Laborista y llegase a ser Primer Ministro Británico.
 Para cambiar las políticas antisociales de la UE habría que retrotraerse, como mínimo a la aprobación de los Criterios de Convergencia ligados al Tratado de Maastricht de 1992. Es decir, habría que desandar mucha de la legislación económica y financiera desde entonces, lo que es la base de la nueva arquitectura político-económica europea. La UE, como Europa del capital, es un enemigo de la soberanía de los pueblos que lo integran, excepto de los más desarrollados, que imponen las legislaciones que les son más convenientes y, sobre todo, es absolutamente enemigo de las clases trabajadoras europeas a las que ha cargado con los costes de la crisis capitalista, mientras les arrebata sus conquistas históricas y derechos, empobreciéndolas paulatinamente. La posición más correcta desde la perspectiva comunista es abogar por la salida de la UE junto con el abandono del euro. El fin de la UE es muy posible que llegue por factores endógenos: las tensiones norte/sur y la fuerte emergencia de las corrientes euroescépticas, nacionalistas y de extrema derecha. Este tipo de corrientes son enormemente peligrosas para la paz entre los pueblos. A los comunistas no nos debe bastar con un NO A LA UE. Debemos además presentar alternativas que no deben pasar en ningún momento por el reformista falaz principio del “nosotros lo haríamos mejor que la derecha” porque ello supone aceptar las reglas del juego institucionales y jurídicas del capital. No se trata de hacerlo mejor sino de hacerlo desde una perspectiva de ruptura con la Europa del capital y de construcción de una Europa social de los trabajadores con propuestas que vayan desde las EuroHuelgas hasta el impulso de formas de coordinación de organizaciones políticas y sindicales que avancen hacia una Internacional de la Clase Trabajadora Europea, que sea parte de una nueva Internacional Mundial.  

8. CONTRA LA FRAGMENTACIÓN DE LA CLASE TRABAJADORA Y DE SUS LUCHAS En tiempos de la I Internacional (década de 1860), el capitalismo había extendido sus tentáculos a nivel mundial. El sistema presentaba una estructura de centro-periferia, con un núcleo de países europeos colonizadores (Gran Bretaña entonces el principal), y unos países colonizados dependientes en África, Asia y América. Marx escribió extensamente sobre ello. Advertía que, así como el “mercado libre” de la burguesía adquiría una extensión global, el movimiento obrero debía organizarse a nivel internacional. Las dos condiciones que veía necesarias para desarrollar un genuino internacionalismo proletario eran, primero, reconocer que la explotación capitalista tiene un carácter mundial; y, segundo, combinar la organización nacional e internacional, ya que ambos niveles se relacionan de manera dialéctica. Es evidente que la arena inmediata de lucha para una clase obrera es su propio país, en el que se enraízan las condiciones materiales de su explotación. Sin embargo, como Marx señalaba en el Manifiesto, esta lucha nacional lo es sólo en “forma”, no en “contenido”, ya que el estado-nación está económicamente integrado en el marco del mercado mundial, y políticamente en el marco del sistema de Estados (que hoy incluye supraestados como la UE en nuestro contexto geográfico). El internacionalismo obrero, para Marx, debía tener presente el esfuerzo emancipador de los pueblos de la periferia del sistema; por eso el internacionalismo es necesariamente anti-imperialismo. Pero la llamada a la unidad de los proletarios del mundo no apelaba sólo la solidaridad de clase, sino también a la toma de conciencia de que la burguesía, en sus relaciones económicas cotidianas, pone a unos obreros contra otros. Marx tenía cerca el ejemplo de las huelgas en Inglaterra, que los patronos intentaban romper trayendo trabajadores de otros países; pero podríamos añadir innumerables más. Los medios de que se han valido las clases dominantes para prevenir o romper la unidad de los trabajadores se han materializado históricamente en las diversas formas de explotar las diferencias de sexo, raza, etnia, nacionalidad y cualificación que atraviesan el conjunto de la fuerza laboral, siendo una o la combinación de varias la dominante según época y lugar.

Actualmente, en el marco de la Unión Europea, los mercados de trabajo nacionales presentan una estructura dual: por un lado, persiste un sector sometido a un sistema “formal” de relaciones laborales, protegido legalmente por la intervención de los actores sociales (acuerdos sindicatos gobierno, patronal); por otro, crece un sector competitivo de pequeñas y medianas empresas, con un sistema “salvaje” de relaciones laborales y nula o escasa implantación sindical (lo cual alienta a las grandes empresas a desarticularse en pequeñas unidades, descentralizar y desconcentrar la producción). Esto, sin duda, ha servido para propiciar una disparidad de intereses inmediatos y recursos (sociales y sindicales) entre los trabajadores de uno y otro sector, así como también entre estos y los trabajadores desempleados, cuyos números han crecido exponencialmente desde la crisis de 2008. Sin embargo, tanto a nivel nacional como internacional, la línea más importante de fragmentación del mercado de trabajo, especialmente, en el sector competitivo, es la que divide a los trabajadores autóctonos de los inmigrantes que llegan de los países esquilmados –destruidos totalmente en algunos casos- en África, Asia, Sudamérica y Europa del Este, por la elite imperialista. Las diferencias raciales y étnicas son la mejor herramienta en manos de la clase dominante para romper la unidad obrera, como prueba que, en algunos países europeos, dichas diferencias hayan degenerado en conflictos abiertos que están siendo capitalizados por la ultraderecha. El medio más eficaz para favorecer el enfrentamiento entre trabajadores nacionales e inmigrantes es fomentar en aquellos el odio o recelo hacia el extranjero (la xenofobia). Y ello lo facilitan  enormemente los canales privilegiados de difusión ideológica con que cuentan las clases dominantes: los medios de comunicación corporativos (prensa, radio, televisión, Internet, etc.). De la misma manera que, en España, hemos sido testigos de la campaña de desprestigio de los trabajadores públicos, con mayor ahínco en los de la enseñanza, para suscitar la animadversión de los interinos, inestables o desempleados; también llevamos varias décadas rodeados de mensajes que asimilan la inmigración con la delincuencia, culpan a los trabajadores inmigrantes del abuso de los servicios públicos (sanidad, enseñanza, vivienda...) y de no adoptar las costumbres y valores de la sociedad receptora.
La reiteración de estos mensajes hace mella en amplios sectores de las clases trabajadoras nacionales, cuyos sectores más precarizados son los principales objetivos hacia los que se dirigen las estrategias de división y enfrentamiento. En Estados Unidos, por ejemplo, a raíz de las manifestaciones masivas de inmigrantes sin papeles a favor de su regularización, los poderes mediáticos lanzaron mensajes a la población afro-americana, una de las más castigadas con el desempleo y la inestabilidad laboral, de que los hispanos indocumentados venían a robarles los puestos de trabajo. Como consecuencia de las guerras imperialistas en Oriente Medio y el crecimiento de grupos extremistas islámicos que estas han favorecido, las diferencias étnicas asociadas a la religión profundizan los sentimientos xenófobos de las clases trabajadoras nacionales. Las diferencias religiosas o sectarias dentro de una misma fe las ha explotado el imperialismo para fragmentar y provocar conflictos internos donde antes no los había en las poblaciones sometidas. Lo vimos en la antigua Yugoslavia y lo hemos visto en Irak. A nivel global, lo que los medios de difusión corporativos presentan como grupos terroristas está, en su mayor parte, asociado a la religión islámica, lo que en los países del centro, y especialmente en la Unión Europea, de tradición cristiana, ha favorecido la expansión de la islamofobia, que va calando en la población trabajadora nacional y es caldo de cultivo para el desarrollo de fascismo, como está siendo ya evidente en Europa.

Hoy, millones de hombres y mujeres de las clases trabajadoras nos vemos impotentes debido a la fragmentación de la lucha social que han logrado imponer las clases dominantes. Ciertamente, romper la estrategia de desunión de la clase trabajadora nacional e internacional es uno de los retos más difíciles e importantes que afronta el movimiento comunista y el movimiento obrero en general, un movimiento que se encuentra en una evidente situación de crisis y aún de derrota; porque abrir espacio al internacionalismo proletario es tanto como abrirlo a la conciencia de clase y la voluntad de organizarse para construir el socialismo. Desmontar el discurso ideológico racista y xenófobo que canaliza el descontento obrero hacia los partidos de corte fascista; romper el discurso dirigido a sembrar desunión entre los trabajadores, ya sea entre empleados y parados, hombres y mujeres, fijos o inestables, requiere un esfuerzo organizado y constante de concienciación, ya que nos enfrentamos a una corriente ideológica muy poderosa por cuanto lo son los medios de que dispone para difundirla. Requiere que en nuestros barrios, sindicatos, asociaciones y todos los ambientes cotidianos en que sea posible, seamos capaces de integrar a trabajadores y trabajadoras de diferentes sectores laborales y nacionalidades así como co-gestionar espacios de formación, la mejor herramienta para despertar solidaridades. No debemos ser derrotistas, pero tampoco confiarnos demasiado en que la propia internacionalización del capital crea por sí las condiciones para que surja una problemática y unos intereses que acabarán siendo asumidos internacionalmente; porque esas condiciones las hemos de crear nosotros mismos desde nuestra clase poniendo en ello todas nuestras capacidades, como requiere el momento crítico que atravesamos.  

9. DEBILIDAD DE LAS FUERZAS POLÍTICAS REVOLUCIONARIAS Y DE LAS ORGANIZACIONES COMUNISTAS Y OBRERAS. AGOTAMIENTO DE LAS “IZQUIERDAS SISTÉMICAS” (LOS EX-SOCIALDEMÓCRATAS, HOY SOCIAL-LIBERALES Y LAS “NUEVAS SOCIALDEMOCRACIAS” EUROPEAS). LA NECESIDAD DE UNA NUEVA INTERNACIONAL

Las organizaciones revolucionarias y comunistas que continuamos apostando por la construcción de una sociedad socialista sufrimos desde hace décadas una terrible debilidad orgánica, de contacto social con nuestra clase y de capacidad para articular políticamente un proyecto con la necesaria capacidad de romper la hegemonía del discurso ideológico del capital e imponer un nuevo relato capaz de conquistar las mentes y los corazones de los trabajadores. Esa carencia triplemente expresada se produce, sin embargo, en un contexto en el que las condiciones objetivas para señalar que el rey -capitalismo- está desnudo y que no tiene nada que ofrecer a los oprimidos de hoy y a los que, inevitablemente, lo serán mañana. Pocas veces hemos encontrado situaciones en las que el capitalismo muestre un agotamiento espiritual, de proyecto renovador sobre sí mismo y de ausencia de oportunidades para el desarrollo humano tan evidente. Igualmente en lo político, pocas veces el modelo de representación correspondiente a la sociedad capitalista se ha visto tan falto de crédito. Cuando una formación económico-social y política manifiesta una crisis tan global, su supervivencia depende menos de sí mismo que de la ausencia de fuerzas revolucionarias y emancipadoras que levante acta de su muerte a través del derribo de tal sistema. Lo que falta a la cita no es la agonía de un sistema que parasita la vida social y humana sino la antítesis que se oponga al mismo y que acabe con él; esto es, la iniciativa de la clase trabajadora como sujeto político consciente a través de unas organizaciones que dirijan el proceso revolucionario con un proyecto concreto y socialista. No debemos sorprendernos ni alarmarnos por ello. La situación de nuestra clase y de las fuerzas revolucionarias es consecuencia de un largo período de adormecimiento social provocado por el pacto social de la mayor parte del siglo XX y de la derrota de la propuesta liberadora comunista. La historia, por mucho que nos empeñemos, no es lineal, no nos garantiza el progreso de manera determinista. Depende sobre todo de la voluntad humana expresada a través de la lucha de clases. Del mismo modo en el que la Revolución Francesa vivió su reacción thermidoriana y más tarde el Imperio para, posteriormente, producir el salto de las revoluciones burguesas a mitad del siglo XIX, el proyecto comunista sufrió una derrota pero la historia no ha acabado para nosotros porque el capitalismo es incapaz de ofrecer aquello que la burguesía ha conquistado para sí al conjunto de los seres humanos y muy especialmente a los explotados por su sistema. Es también incapaz de evolucionar y subsistir sin grandes convulsiones internas y sus contradicciones fundamentales -la producción social frente a la apropiación del beneficio individual- continúan presentes y se hacen cada día más evidentes.

Este es nuestro desafío: explicar y convencer a nuestra clase de que no hay salida a las necesidades vitales, sociales y de realización de la plenitud humana dentro del capitalismo. En definitiva, nuestra labor es destruir la esperanza en las salidas personales y, a la vez, para todos, a la crisis capitalista para ser capaces de sembrar una nueva esperanza: la de que la emancipación  ha de ser colectiva y de clase o no será y que ésta exige la destrucción del capitalismo para que sea posible liberar las energías creativas de la nueva sociedad: el socialismo. Nuestra derrota histórica se ha construido también sobre el descrédito publicitado “urbi et orbe” por el capital de que la belleza de nuestros sueños había producido la sinrazón de un monstruo. Sabemos que es falso pero también que cometimos errores en el pasado. El peor error que podríamos cometer en el presente es arrepentirnos públicamente de nuestros yerros cuando nuestros enemigos de clase no lo han hecho. Nos desacreditaría como seres que creemos en una concepción completamente distinta del mundo frente al horror que hoy se nos ofrece como perspectiva que nos exigen aceptar. Quien se avergüenza de lo que es no merece mayor respeto que el que se tiene a sí mismo. Pero ello no significa que no seamos inteligentes, que no extraigamos aprendizajes tanto de nuestros aciertos como de nuestros errores. El exceso de confianza en la potencialidad del método marxista con fuerza nos ha conducido a la creencia cuasi-religiosa de la infalibilidad del destino histórico. Los hechos nos han demostrado que tal destino no existe, que el socialismo no llegará a partir de la inexorabilidad del fin del capitalismo sino en gran medida de la capacidad que tengamos para conquistar para nuestra aspiración igualitaria a las más amplias masas de oprimidos por este sistema de depredación que morirá matando si no se lo impedimos antes. El socialismo no puede llegar basa sólo de una creencia en su necesidad histórica sino de la convicción, el deseo y la esperanza de los explotados. Esta energía liberadora sólo estamos en condiciones de ofrecerla los comunistas. Ninguna opción reformista dentro del sistema o nacida de él (socialdemócratas sobrevenidos, social-liberales, populistas o neofascistas) puede presentar una auténtica alternativa porque no apunta a la base material sobre la que se edifica el antagonismo social: la desigualdad esencial que se produce en las relaciones sociales de producción entre quienes son los dueños de los medios y quienes se ven obligados a competir entre sí para vender su fuerza de trabajo. Para los reformistas de toda laya y condición, populistas y fascistas el problema se desplaza hacia el Estado como negador de los derechos sociales y económicos (ciudadanos) y hacia el capital financiero hacia el que concentran toda su crítica hacia el capitalismo en tanto que clientes.

La salida que estas corrientes políticas proponen no es otra que la de una vuelta al corporativismo viejo o nuevo, salida que el capitalismo ya no está dispuesto a conceder porque exige transferir elevadas rentas del capital hacia el Estado en un momento en el que este busca recuperar su tasa de ganancia y liberar al máximo su desenvolvimiento de cualquier traba reguladora y/o intervencionista que el Estado pretenda. Siendo así que la salida es de ruptura con el capital -la opción comunista- lo cierto es que el proyecto comunista nunca ha sido aplicable con suficiente éxito en un sólo país pero hoy, con el nivel alcanzando de internacionalización del capital, lo es menos. El proyecto comunista necesita expandirse de forma globalizada e internacional para no verde constreñido ni sujeto a las condiciones de intercambio capitalista y de un sistema financiero sujeto a dicha lógica. Si las condiciones para el triunfo del proyecto de construcción socialista requieren que el socialismo se imponga de modo internacional -lo que no justifica que no se intente provocar la fractura allí donde sea posible sin esperar a que las condiciones maduren para la revolución  socialista mundial- es evidente que se impone la reconstrucción de una Internacional que agrupe a las organizaciones comunistas y revolucionarias a nivel mundial. La evidencia de que la clase trabajadora no se emancipará definitivamente mientras no aborde la necesidad de su organización internacional hace que la frase que cierra el Manifiesto Comunista - “¡Proletarios de todos los países, uníos!”- cobre todo su sentido también hoy. Esa unión requiere una nueva reedición a los ojos de 2016: la articulación de todas las formas organizativas -sea éstas partidos, sindicatos, organizaciones no encuadrables en ninguna de las dos formas que acabamos de señalar,…- de carácter marxista, comunista y revolucionario. A la vez es hora de iniciar la superación de aquellas divisiones que dentro del movimiento comunista se han instalado en una cultura de enfrentamiento mutuo. Hoy es tan descomunal el desafío al que nuestra clase y, dentro de ella, los comunistas debemos hacer frente que prescindir de camaradas y organizaciones que luchan por la emancipación de la explotación del ser humano por otros seres humanos es absurdo y suicida.

Centrémonos en lo que nos une y dejemos, para comenzar a caminar, a un lado lo que nos separa. La articulación internacional que el comandante Hugo Chávez pidió en su día de distintas corrientes marxistas en una V Internacional, y que fue desatendida por unos y otros, continúa teniendo todo su sentido y sólo puede ser desatendida por un mal disimulado sectarismo que a ninguna de esas corrientes beneficia. Avanzar en esa dirección podría significar para el Espacio de Encuentro Comunista, que pretende reunir también a comunistas de distinta procedencia, tener en cada país hermano distintos interlocutores, siempre que cumplan con los objetivos de la afirmación de la necesidad de impulsar la lucha de clases, la centralidad de la clase trabajadora en las luchas, la defensa de la dictadura del proletariado, los objetivos de destrucción del capitalismo y de construcción del socialismo. Ésta es una novedad -la de que forzosamente no haya una sola representación de organización política por país- dentro de la tradición comunista pero no nos toca a nosotros forzar la unidad de los comunistas en otros países sino a ellos mismos, respetando sus realidades, procesos y tiempos. "Es preciso soñar, pero con la condición de creer en nuestros sueños. De examinar con atención la vida real, de confrontar nuestra observación con nuestros sueños, y de realizar escrupulosamente nuestra fantasía.".       V. I. Lenin


COMO LO COMPRENDO,...Y QUÉ LES DIGO,...: EMPECEMOS POR ESTO, DE CANARIAS SEMANAL, DECLARACIONES DE PUTIN, SOBRE LA URSS :Jueves, 21 de enero de 2016

El dirigente ruso pone de manifiesto cuál es su concepción del Estado


VLADIMIR PUTIN: "¡LENIN FUE EL CULPABLE DE LA CAÍDA DE LA URSS POR CONSAGRAR EL DERECHO A LA AUTODETERMINACIÓN!"


     POR MÁXIMO RELTI / CANARIAS SEMANAL.ORG - Uno de los burócratas rusos que junto con el alcohólico Boris Yeltsin contribuyó más decisivamente a  la liquidación de laUnión Soviética, el actual presidente de Rusia Vladimir Putin, declaró  que los bolcheviques, y Lenin en particular,  "pusieron bajo el edificio llamado Rusia una bomba que finalmente explotó".


      Putin se expresó ante los medios con duras críticas en contra de las ideas revolucionarias del histórico líder bolchevique  Vladímir Ilich Uliánov, conocido como Lenin, que murió hace 93 años. Según precisó el  presidente ruso, en su opinión las acciones deLenin "tuvieron como resultado la destrucción del país".



LA HISTORIA DICE OTRA COSA

       Sin embargo, el testimonio de la historia contradice radicalmente las afirmaciones del  dirigente ruso. Como cualquier persona medianamente informada sabe, fue justamente a partir del año 1917, el año de la Revolución, con el establecimiento del Poder de los Soviets de obreros, campesinos y soldados, cuando la URSS emprendio un veloz camino de desarrollo económico político y cultural que la condujo desde el pleno feudalismo en el que se encontraba en la época de los zares, a convertirse en la segunda potencia mundial y la primera en la conquista del espacio.

      Ocurrió, además,  que ese rápido desarrollo tuvo lugar en condiciones dificilísimas, al tener que afrontar  frecuentes agresiones exteriores  de Europa y de los EEUU, interesados en cortar cualquier tipo de "contagio revolucionario" en sus paises   y de haber sido la Unión Sovietica el país que llevó sobre sus espaldas el peso principal de la II Guerra Mundial. Durante el transcurso de la misma perdieron la vida 25 millones de ciudadanos  y fue destruida  toda su infraestructura industrial, que había sido levantada laboriosamente a lo largo de los 20 años precedentes. Eso, evidentemente, no es algo que pueda ignorar el propio Putin. 


     Las declaraciones del presidente ruso fueron formuladas durante una discusión entre éste y el director del Instituto Kurchátov, Mijaíl Kovalchuk, en una reunión del Consejo Presidencial para la Ciencia y la Educación.

       El contexto de la discusión se desarrolló sobre un verso del poeta ruso Boris Pasternak, en que Lenin se menciona como una persona que puede "controlar el flujo de su pensamiento y, por eso, logró controlar el país".


       Putin dio en la discusión su visión crítica acercar del líder histórico del proletariado. "Controlar el flujo de pensamiento es bueno, - dijo Putin - pero este pensamiento debe traer un resultado correcto, y no como hizo Vladímir Ilich. Porque como resultado, su pensamiento llevó a la caída de la Unión Soviética" .


        Según Putin una de esas ideas leninistas "incorrectas" fue el consagrar el derecho a la autodeterminación de los pueblos, con la  creación de autonomías nacionales, etcétera. Según el presidente ruso, Lenin puso con ello "una bomba atómica bajo el edificio llamado Rusia y esta, finalmente, explotó". Esta afirmación presidencial revela cuáles son las concepciones reales del estadista ruso acerca del Estado y los derechos de las minorías étnicas.



LA TRAYECTORIA  DE UN BURÓCRATA


       Hasta finales de los años 90, Vladimir Putin fue un perfecto desconocido en el escenario político de la Rusia postcomunista, hasta que por indicaciones expresas de Boris Yeltsin, un político que vendió a su país como si de un fardo de retales se tratara,  se convirtió en su sucesor en el marco de una estructura estatal en pleno estado de descomposición.

       Vladímir Vladímirovich Putin nació en octubre de 1952 . Proveniente de una familia de origen muy humilde, Putin pudo graduarse, sin embargo, en la carrera de Derecho en la Universidad Estatal de Leningrado. Luego ingresó en el servicio de inteligencia soviético del KGB, teniendo como destino la República Democrática Alemana.

       Una vez que se produjo la implosión de la experiencia soviética, Vladimir Putin regresó a Leningrado, donde, a través de vínculos que se desconocen, se convirtió en asesor de Anatoly Sobchak, entonces presidente de la Diputación de Leningrado. Ee fue el principio de una carrera política caracterizada por la ambicion y el ascenso..


      Tras el triunfo de su protector Sobchak en las elecciones para la alcaldía leningradense, pasó a ser jefe del Comité de Relaciones Exteriores del Ayuntamiento y vicealcalde. En 1996, después de la derrota de Sobchak en los comicios de turno, Putin dio su salto a Moscú, con un puesto en la administración del insensato presidente Boris Yeltsin. Pronto éste lo convertiría en su favorito para la sucesión.

        A partir de ese momento, aupado por el caos reinante en la Rusia postsoviética, Putin empezó a ascender vertiginosamente como funcionario.

        En el año 1998 fue nombrado director del Servicio Federal de Seguridad, puesto que a partir de marzo del año siguiente ocupó en forma simultánea con el de secretario del Consejo de Seguridad Nacional, un puesto clave en la Rusia de esa década.


       En agosto de ese mismo año encabezó el Gobierno de Rusia y lanzó la segunda guerra chechena, lo que en un país en un caótico proceso de desmembramiento   le proporcionó mucha popularidad. Cuando Yeltsin anunció su dimisión, el 31 de diciembre de 1999, Putin, de acuerdo con la nueva Constitución rusa, se convirtió en presidente interino. La sucesión, según los comentarios de la prensa de entonces, se realizó como resultado de un pacto suscrito entre sucesor y heredero, en el que este último se comprometía  a convertir en intocable a la familia Yeltsin, acusada reiteradamente de nepotismo y de participar en gigantescos negocios resultantes de la privatización de las empresas estatales.



SOBRE LA NATURALEZA DEL ACTUAL ESTADO RUSO


         En realidad, la carrera de Vladimir Putin fue muy similar a la de cualquiera de los miles de burócratas de entonces, integrantes de una casta estatal formada en las últimas décadas de la existencia de la URSS, que una vez derruidas las bases socialistas sobre las que se asentaba,  terminaron apropiándose de lo que hasta entonces había sido propiedad colectiva.


         Los juicios que hoy emite Putin no son extraños. Coinciden plenamente con las corrientes ideológicas que dominaron el pensamiento de la casta burocrática que administró, sin control, el aparato del Estado soviético, hasta concluir apropiándose de él.  Otra cosa es la razón por las que emite tan tardíamente esas opiniones, justamente en  momentos en el que  dos bloques con similar sistema social y económico, el capitalista, protagonizan un enconado enfrentamiento por el dominio del tablero de ajedrez mundial. Una cuestión crucial esta última que hoy nadie debería olvidar. ).....

 3 Comentarios
tara
Fecha: Viernes, 22 de enero de 2016 a las 15:00
 DEBERIA DE CUIDARSE MAS LA IMAGEN ESTE DESPOTA IMPERIALISTA...claro como imperialista que es, como va a apoyar la independencia de los pueblos?, echando mierda sobre su nación que levanto la clases laboriosas y populares e intelectuales....apoyando el desmantelamiento de la pública y vendiendo todo. Echando basura sobre Lenin el único líder en la historia de la humanidad que puso fin a la opresión de los trabajadores y de los pueblos oprimidos... valiente fasciston...... 

Rasputín
Fecha: Viernes, 22 de enero de 2016 a las 11:48
 Puede que algunos no les agrade lo que representa el Sr. Putin, pero no existe duda alguna que es un gran estadista gracias al cual Rusia no ha desaparecido del escenario geopolítico; Vladimir Putin a diferencia del padre de la triste "Perestroika" (Gorbachov), ensalzado por los lideres occidentales, porque permitió desmontar el Pacto de Varsovia, mientras consentía la continuidad de la OTAN. Están muy claras las diferencias existentes entre un líder que defiende su Estado-nación (Putin), y otro (Gorbacov) un hombre que desmanteló la URSS, para entregarla al capital mundial. (¿) 

d
Fecha: Viernes, 22 de enero de 2016 a las 10:28
 es el único que tiene sentido común y hace lo que debe hacerse...por lo pronto darle estopa y de la buena, al daesh.



Lmm.  

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