miércoles, 27 de mayo de 2020

SUBSAHARIANOS MANTEROS, CREAN UN SINDICATO,...

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Nace el sindicato de la manta: vendedores ambulantes contra el estigma

http://www.eldiario.es/catalunya/barcelona/estigma-lucha-manta-sindicato_0_439207031.html

El sábado 10 de octubre se constituye en Barcelona el primer sindicato de ‘manteros’: el Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes
La iniciativa busca la “legitimidad social” del colectivo, que denuncia "persecución, discriminación y racismo"
Pape Diop será uno de los portavoces: “Somos trabajadores dignos, nuestras familias del Senegal no aceptarían dinero malo”
Pape Diop, en el centro y micro en mano, en una asamblea constitutiva del nuevo sindicato de manteros / CARLA MORA
Pape Diop, en el centro y micro en mano, en una asamblea constitutiva del nuevo sindicato de manteros / CARLA MORA

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De todo lo que se ha dicho sobre los manteros en los últimos meses, hay algo que hiere especialmente a Pape Diop, vendedor ambulante afincado en Barcelona: “Somos trabajadores dignos, nuestras familias no aceptarían dinero malo”. Para este ciudadano de origen senegalés su trabajo es tan honrado como cualquier otro. Solo así puede tener la conciencia tranquila. "Mi padres, como los de muchos compañeros del Senegal, rechazarían nuestra ayuda económica si fuera viniera de negocios ilegales o de robos”. A partir de ahora, este joven de 36 años, compaginará su puesto itinerante en el Paseo de Gracia con el de portavoz del primer Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes del Estado.
La iniciativa, que se viste de largo este sábado 10 de octubre a las ocho de la tarde en el centro social autogestionado Can Batlló, nace de la necesidad de autoorganización de los vendedores del Top Manta. Y cuenta con el incondicional apoyo del Espai de l'Immigrant, una entidad que trabaja en la inclusión social de los colectivos más vulnerables y que será la sede temporal de este singular sindicato. Uno de sus miembros, Ulises Flores, acompaña a Diop en su encuentro con Catalunya Plural, y advierte: "Hay dos tipos de vulnerabilidades; las que te destruyen y las que te hacen más fuerte. Los vendedores del Top Manta han conseguido hacerse fuertes ante una estigmatización insoportable".
El pasado viernes 2 de octubre ya se gestó el embrión del sindicato en un encuentro en el centro cultural Arts-Santa Mónica de la Rambla. Una primera toma de contacto en la que debutó Diop como portavoz, junto ochenta vendedores más, la mayoría de procedencia africana. “De momento somos ocho representantes, seis hombres y dos mujeres”, explica Ulises, “que serán la voz del colectivo” en las tres zonas de la ciudad con mayor afluencia de manteros: el Puerto, el Paseo de Gracia y la plaza Catalunya. Como curiosidad, los integrantes de la nueva entidad cuentan con unos carnés de asociados que ya se han empezado a distribuir.

Contra el estigma y el racismo

Tal y como nos cuentan Diop y Flores, el Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes se ha creado para defender las necesidades del colectivo ante la "persecución, la discriminación y el racismo". Una situación que, para Flores, tiene una especial gravedad cuando se trata de trabajadores africanos. "Hay varias tonalidades de racismo, y no es lo mismo tener a gente blanca en la calle que gente negra. La brutalidad policial es mayor". Por su parte, Diop pone a la misma altura dos “falacias”: “No somos violentos y no perjudicamos el comercio de barrio”. Para el activista el principal enemigo del comercio de proximidad de Barcelona son las grandes superficies y sus franquicias.
Con la crisis el 'Top Manta' es una de las principales actividades de la comunidad senegalesa / SANDRA LÁZARO
Con la crisis el 'Top Manta' es una de las principales actividades de la comunidad senegalesa / SANDRA LÁZARO
La creación del sindicato llega en un contexto marcado por incidentes entre la Guardia Urbana y los manteros en Barcelona. Y todavía escuece en la memoria la muerte de Mor Sylla en Salou, en pleno verano. Los principales sindicatos de la Guardia Urbana -SAPOL, CCOO-GUB y GUB-UGT- han asegurado a lo largo de septiembre "un aumento de la agresividad" de los manteros. Algo que Flores y Diop niegan: "Nos sentimos perseguidos", dice Diop, que habla de sus compañeros como "jóvenes sanos que solo quieren trabajar". Con la creación del sindicato, los manteros esperan “ganar legitimidad social” y seguir las conversaciones con el Ayuntamiento en un marco “de igualdad”.

"La solución no es policial"

La segunda teniente de alcalde, Laia Ortiz, dejó clara la visión del Ayuntamiento tras su primera reunión con el colectivo: "La venta ambulante no desaparecerá. Existe en todo el mundo. La solución no es la respuesta policial". Unas palabras que, según Diop y Ulises, “se agradecen” ya que ambos reconocen "la apertura de vías de diálogo" con el consistorio,  que fue cuestionado por movimientos socialesy por la oposición, aunque por razones opuestas. "Hemos tenido contacto con Ortiz, Pin, Pisarello o Colau, que se han interesado por nosotros, pero que hayan cambiado los políticos no quiere decir que haya cambiado la policía", lamenta el activista del Espai de l'Immigrant.
Según un informe presentado por Ortiz, en Barcelona hay 400 vendedores ambulantes, y cerca del 83% vive en la ciudad, principalmente en Ciutat Vella y Sant Martí. El mismo documento certifica una de las obsesiones de Diop: Los vendedores, que viven en promedio desde hace cuatro años en la capital catalana, no forman parte de estructuras jerárquicas ni mafias. "Nos persiguen, y cuando no nos persiguen se inventan historias malas sobre nosotros", denuncia Diop en alusión a un "montaje periodístico y policial" que, según él, elaboró La Vanguardiasobre el colectivo, vinculándolo con un entramado mafioso. De hecho, SOS Racisme alerta que, en el caso de la venta ambulante, las denuncias falsas de la policía han sido una constante.
Según el informe municipal mencionado, hoy en Barcelona hay 400 vendedores ambulantes. Y, en concreto, los 213 contactados para la elaboración del documento, un alto porcentaje está en situación irregular. "También es responsabilidad de la policía, cada vez que nos detienen nos abren expediente, y así es imposible que te den papeles", explica Diop, que suma tres años tramitando sin suerte su documentación, y que asegura que una de las principales tareas del sindicato irá destinada a regularizar la situación de los trabajadores.

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Desde el pasado verano crece un conflicto en las calles de Barcelona que ha provocado un distanciamiento entre el gobierno de Ada Colau y movimientos sociales de la ciudad, y que genera tensión en las mismas bases de Barcelona en Comú: la gestión de la venta ambulante irregular, el 'top manta' en las vías más turísticas de la ciudad. El pasado miércoles el comisionado de Seguridad del consistorio, Amadeu Recasens, se reafirmaba en la aplicación de la ordenanza del civismo –una normativa para la que BComú propugnaba la "derogación inmediata" en su programa–. Los colectivos de apoyo a los manteros han respondido con una convocatoria a un nuevo "mercadillo rebelde" en que activistas hagan de "escudo" para que los manteros puedan vender este sábado en la Rambla, una protesta que preocupa al gobierno municipal.
¿Pero cómo se ha llegado a este punto? ¿Ha aumentado la presencia de manteros en la ciudad o el conflicto se debe a factores externos? Fuentes cercanas al gobierno de Colau ponen los poderes mediáticos y la policía en el centro de la ecuación. Desde colectivos sociales coinciden en esta lectura pero añaden que el Ayuntamiento "ha caído en la trampa de los poderes fácticos".

1. Los manteros

La venta ambulante es un fenómeno habitual en las ciudades de atractivo turístico y Barcelona no podía ser diferente. La manta representa una posibilidad de supervivencia para las personas que se encuentran en situación irregular en el país y tienen limitadas las alternativas para ganarse la vida. "Estuve unos ocho meses buscando trabajo, porque yo nunca quise estar en la calle vendiendo, porque tenía riesgo y te puede complicar la situación cuando quieres arreglar tus papeles", contaba Aziz Faye, del Sindicato Popular de Manteros, en una entrevista a Catalunya Plural. Pero finalmente acudió a amigos senegaleses como él para que le ayudaran a ganarse la vida. "Me ayudaron a comprar bufandas, y entonces empecé a vender bufandas. Y así un día te pillan, otro día vendes algo y me fui adaptando poco a poco y hasta hoy".
Se habla a menudo de las mafias detrás del Top Manta pero los vendedores insisten en desmentirlo. En un vídeo del Sindicato Popular de Manteros, Yakhia Niane explicaba que lo que hay son redes de solidaridad: "No hay ninguna red mafiosa detrás de nosotros que nos explota, somos nosotros mismos que nos ayudamos entre nosotros para ir a comprar mercancía para venderla en la calle, somos una familia, si alguien no tiene, alguien que tiene puede ayudarlo para poder sacar mercancía".
En un estudio de hace unos meses el Ayuntamiento de Barcelona detectó a 98 personas de origen subsahariano que se dedican a la venta de productos de imitación, la mayoría hombres y el 65% de origen senegalés. El 66% se encuentran en situación irregular, el 47% vive desde hace más de cinco años en la ciudad, el 38% tiene familiares a su cargo en el país de origen y sólo el 37% disponía de tarjeta sanitaria. El mismo estudio detectó otras 159 personas de origen indoasiático dedicadas a la venta de souvenirs, el 65% de origen pakistaní.
Ante la presión policial que sufren los vendedores, activistas locales se organizaron para darles apoyo en el colectivo Tras la Manta. Más tarde, los mismo vendedores se organizaron colectivamente en el Sindicato Popular de Manteros, una organización para poder tener una interlocución estructurada con el Ayuntamiento y vehicular sus propuestas.

2. La Guardia Urbana

El modelo de seguridad es uno de los principales retos que se encuentra Barcelona en Comú. Una candidatura llena de personas que tienen a sus espaldas años de lucha contra abusos de la Guardia Urbana tiene ahora el reto ganarse el respeto del cuerpo y reformarlo. En su programa lleva propuestas especialmente incómodas para el cuerpo como la disolución de la Unidad de Apoyo Policial, los antidisturbios de la Guardia Urbana, dado que la policía local no tiene competencias en orden público, que corresponden a Mossos d'Esquadra. Finalmente han renunciado a esta propuesta en un esquema de reorganización del cuerpo.
El equipo de Colau pone al frente de las políticas de seguridad a Amadeu Recasens, criminólogo y director hasta 2004 de la Escuela de Policía de Catalunya, alguien que consideran que puede ser respetado por la Guardia Urbana –a diferencia de los concejales que denunciaban sus abusos– y a la vez está en sintonía con el modelo de policía democrática por el que apuesta Barcelona en Comú. Recasens tiene el reto de cambiar el modelo mientras, apuntan diversas fuentes municipales, se enfrenta a los intereses corporativos del cuerpo. En este proceso, los miembros del gobierno renuncian a su discurso crítico con el cuerpo –aunque en privado reconocen, por ejemplo, el racismo de algunos agentes– con la confianza de que el comisionado de seguridad tenga éxito en sus labores.
Mientras, la Guardia Urbana sigue dinámicas propias mientras negocia las reformas con el comisionado. Durante las primeras semanas de mandato de Colau, algunas voces hablaban de una "dejadez" de la Guardia Urbana con los vendedores ambulantes que permitió su proliferación. Sin embargo, el consistorio niega haber dado ninguna orden en este sentido. Si se produjo dejadez fue por iniciativa de los propios agentes, apuntan fuentes del consistorio. De hecho, aseguran que están sometidos a una presión que les impide hacer ninguna concesión de este tipo.
"Cualquier cosa que propone Recasens a la policía aparece enseguida filtrada a los medios", apunta un asesor municipal. Tanto manteros como concejales aseguran que, en gobiernos anteriores, había pactos implícitos entre policías y vendedores sobre dónde y cuándo se podría hacer la vista gorda. Miembros del gobierno de Barcelona en Comú aseguran que, a diferencia de sus predecesores, la presión les impide este tipo de pactos tácitos.
A final de verano, con todo el foco mediático sobre el conflicto de la venta ambulante, la Guardia Urbana desplegó la unidad antidisturbios contra los manteros en un operativo en el metro de Plaça Catalunya dónde, después de meses de tensión, hubieron agresiones por parte de la policía y lanzamientos de piedras como respuesta de los vendedores. Tanto Recasens como el servicio de prensa del ayuntamiento han defendido públicamente todas las actuaciones policiales.

3. Orden público

Colectivos de apoyo a los vendedores cuentan que se les aseguró a los manteros que podrían estar tranquilos en el intercambiador del metro de Plaça Catalunya, pero en cambio no les dejarían estar en la calle en esa zona del centro. Los activistas consideran que fue una estrategia pensada por la policía para fomentar la imagen de masificación en ese intercambiador o en la zona del puerto. Esas imágenes alimentaron el discurso que hizo sonar las alarmas sobre la venta ambulante.
La llegada de Barcelona en Comú al Ayuntamiento en junio se encontró el foco mediático sobre los manteros como un problema creciente en la ciudad. Si bien la presencia de vendedores ambulantes se había intensificado, no lo había hecho más que en otros veranos, cuando su presencia crece para aprovechar la alta temporada del turismo. El discurso, sin embargo, ha calado en la ciudadanía.
"La gran labor de los medios de comunicación es crear opinión, y en este sentido la opinión que crea sobre el inmigrante no es para nada positiva", asegura Jose Mansilla, antropólogo y miembro del Observatorio de Antropología del Conflicto Urbano. Mansilla apunta que el tratamiento que recibe la venta ambulante "tiene relación con una determinada visión de lo que es el espacio público, muy relacionada con lo que se puede y no se puede hacer y sobretodo con la imagen que se da".
"La ordenanza cívica de 2005 precisamente va en este sentido, ordenar lo que pasa en la calle para darle otra capa de barniz a la Barcelona puesta al servicio de la competencia internacional", recuerda el antropólogo en referencia a la normativa que BComú prometió derogar inmediatamente y contra la que sus miembros lucharon en su momento.
Mansilla concluye que el consistorio "está intentando quitar un problema que aparentemente es de orden público convirtiéndolo en un problema social, pero en realidad es un problema político". "Sin olvidar las necesidades sociales, el carácter político del tema implica decisiones a nivel local sobre qué se puede o no se puede hacer en la calle", remarca, aunque añade que "algunas atañen a la ordenanza cívica, pero otras no son competencias municipales, y en ese caso el papel del ayuntamiento es reclamar su modificación". Entre estas se encuentran la ley de extranjería y la reforma del código penal.

4. Penalización

A este escenario se le suma un elemento que para el abogado Andrés García Berrio, del centro de derechos humanos Iridia, es fundamental: en julio entró en vigor la reforma del Código Penal aprobada por el Partido Popular que establece como delito la venta ambulante de productos de imitación. Esta medida representa un importante retroceso en relación a lo que consiguieron colectivos sociales en 2010, precisamente la despenalización del 'top manta'.
Cuando la venta de CDs piratas era una actividad todavía popular –y de hecho le dio a la venta ambulante el apelativo de 'top manta'– las entidades sociales denunciaban las consecuencias para los vendedores de considerar esta actividad un delito. García Berrio recordaba esta semana en  un artículo en Catalunya Plural que 540 personas habían pasado por las prisiones por delitos contra la propiedad intelectual del 2006 al 2009, según datos de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía. Además de las penas de prisión, el hecho de tener antecedentes hacían también prácticamente imposible a los manteros, la mayoría irregulares, regularizar su situación en el país.
La plataforma 'Ni un solo mantero en prisión' reclamaba la reforma del código penal para evitar el ingreso en prisión de las personas que trabajan como manteros, y mientras tanto, solicitaba indultos a todos aquellos que se encontraban en las prisiones. "Tras muchos años de lucha, y gracias al apoyo de amplios sectores de la sociedad que organizaron todo tipo de acciones, se logró que en la Reforma del Código Penal que entró en vigor el 23 de Diciembre de 2010 la actividad del Top Manta pasara de delito (penas de 6 meses a 2 años de prisión) a constituir una falta", recuerda García Berrio.
Este nuevo foco mediático sobre los manteros ha coincidido precisamente con la repenalización, y en este contexto el abogado considera que el consistorio ha caído en la construcción de un proceso de populismo punitivo. Precisamente, el programa de Barcelona en Comú criticaba "el populismo punitivo para una competición electoral" de los anteriores gobiernos municipales. "Comunicativamente se habla de un abordaje social, cuando llevamos meses comprobando que en la cotidianidad se está produciendo un abordaje punitivo en aumento. Y todo ello, sin que haya habido desde el consistorio un posicionamiento claro por la despenalización del Top Manta", asegura García Berrio. Finalmente, considera que la propuesta de multar a los compradores "parece un intento desesperado y pésimo de aislar al colectivo de manteros y de criminalizar a las personas que se les acerquen".

Difícil solución

El Ayuntamiento se encuentra ante un conflicto de difícil solución. Los manteros han hecho propuestas para regularizar su situación, pagando tasas, creando mercadillos regulares, o vendiendo otro tipo de productos si cuentan con apoyo para cambiarlo. El Ayuntamiento propone planes de ocupación de 12 meses –y no de seis como es habitual– para poder regularizar la situación de los que no tienen permiso de residencia o la creación de cooperativas. El Sindicato Popular de Manteros, sin embargo, aseguraba este viernes en un comunicado que los planes de ocupación "son una farsa", porque son pocas las plazas disponibles y ninguno de los manteros ha sido llamado a participar en ellos. Más allá de eso, Andrés García Berrio asegura que "no erradicarán la situación ya que el Top Manta es un mecanismo de subsistencia ampliamente asentado entre quienes tratan de surfear la crisis desde los márgenes".

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Con la crísis el 'Top Manta' se ha convertido una de las principales actividades de la comunidad senegalesa / SANDRA LÁZARO
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  • ETIQUETAS: top manta, venta ambulante
El Gobierno municipal de Ada Colau ha vuelto a comprobar que gobernar en minoría es casi misión imposible. Si en el primer pleno de la legislatura la oposición tumbó la rebaja de sueldos que proponía Barcelona en Comú, este lunes CiU, C's ERC, PSC y PP se han puesto de acuerdo para aprobar una proposición de los convergentes que denuncia la "inacción" del Ayuntamiento contra la "venta ambulante ilegal".
"Ustedes divagan, no hay una posición unánime dentro del Gobierno. No han dado unas órdenes claras a la Guardia Urbana y han querido quedar bien con los manteros, han ido a manifestarse con ellos", ha criticado Forn. "Nos hemos encontrado con un discurso de comprensión con el vendedor que no ha sido acompañado con la misma decisión para las instrucciones de contención que la policía debe recibir por parte del Gobierno", ha agregado. Forn también ha retado al Gobierno municipal a hablar con la Guardia Urbana, y ha asegurado que miembros del cuerpo le han explicado que tienen la duda sobre si determinadas actuaciones policiales probarán que el Gobierno "los deje colgados".
Las críticas de Forn han provocado una réplica contundente de Pisarello, que tildó de "clasista" y "racista" la perspectiva exclusivamente policial que, según el teniente de alcalde, han utilizado CiU y los grupos de derechas en sus intervenciones. Pisarello ha acusado a Forn de desterrar un "patriotismo a destiempo usado contra los más vulnerables" para utilizar una moción sobre los manteros para apoyar al pequeño comercio, en lugar de apoyar el comercio de proximidad limitando la implantación de grandes superficies.
Asimismo, Pisarello ha recordado que el punto de partida del Gobierno municipal a la hora de dar respuesta a los manteros es la exclusión social y jurídica que sufre este colectivo, y que el fenómeno requiere de estrategias a medio y largo plazo "que no pasan por obsesionarse con el Código Penal". Pisarello ha recordado que todos los trabajadores municipales, no sólo la Guardia Urbana, trabajan con los manteros. El teniente de alcalde también ha mostrado su sorpresa por el apoyo que los grupos de izquierda del PSC y ERC han dado a la moción.

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