sábado, 9 de mayo de 2020

COMENTARIO, SOBRE GLOBALIZACIÓN,...MARIANO CIAFARDINI,...


REPRODUZCO .

LA GLOBALIZACION TERCERA (Y ÚLTIMA) ETAPA DEL CAPITALISMO 
Un análisis desde el materialismo histórico. https://docplayer.es/20246562-La-globalizacion-tercera
Solapa: Mariano Ciafardini es abogado, doctorando en Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad de Buenos Aires, miembro del Instituto Argentino de Geopolítica. Integra la comisión de Asuntos Internacionales del Partido Solidario de la Argentina. En esta última calidad ha actuado como representante de dicho partido ante el Foro de San Pablo. Es colaborador de la publicación Cuadernos Marxistas. Tiene por otra parte vasta actividad académica y numerosas publicaciones en el ámbito de la criminología crítica. Dedicatoria A la memoria de Vladimir Ilich (Lenin) Ulianov ( ) Prólogo Este ensayo no surge como un estudio en si mismo sino como un subproducto de una investigación mayor. Es en realidad un estudio preliminar que me exigió otra obra en la que estoy involucrado denominada por el momento Capitalismo y Criminalidad que intenta explorar y mostrar la imbricación de la llamada cuestión criminal o la fenomenología de delito y el castigo, con el proceso de nacimiento auge y declive del capitalismo moderno. Ello como puede resultar evidente me impuso entonces adentrarme en la cuestión de los momentos períodos y etapas de tal edad moderno-capitalista de la historia humana. Pero no solo eso, sino que el estudio de la dinámica de la cuestión criminal, tanto en la forma real que fue adquiriendo la conflictividad y sus intentos de control social por el poder político, como el devenir recursivo de las explicaciones político sociológicas del conflicto y la justificación del control, me fueron evidenciando la existencia dentro de este proceso, de distintos lapsos históricos mayores y menores, que se incluían unos dentro de otros, con saltos cualitativos y regresiones dialécticas. Y todo ello me ha permitido vislumbrar así, desde del análisis de un fenómeno, que, como el criminal, estaría ubicado en lo que se ha denominado la superestructura, el movimiento del proceso histórico capitalista en su totalidad, al menos en sus rasgos más generales. No voy a desarrollar aquí mayores detalles de aquellos análisis histórico-criminológicos y exploraciones sobre el conflicto y el control en la modernidad, ya que no es el sentido de este trabajo y se trata precisamente del objeto de la futura obra mencionada, que, con suerte se terminará próximamente. Pero sí debo decir que para lograr explicaciones más acabadas de lo que surgía de la dinámica propia del fenómeno criminal y político criminal analizado me fueron resultando cada vez de más y más utilidad, por untado, las visiones de Fernand Braudel en cuanto al desarrollo de lo que, desde el punto de vista marxista, se considera la primera gran etapa del capitalismo, es decir la de la libre competencia ( desde l1300 al 1880 y, por otro, los de un grupo de autores marxistas que escribieron en los números 5 y 6.del Socialist Register para lo que, también según la óptica marxista, se considera la segunda gran etapa del capitalismo, es decir el imperialismo, que abarca más o menos el siglo XX. Con respecto a la globalización que es la novedad analítica que introduce este ensayo como tercer y última etapa del capitalismo debí arreglármelas solo, ya que no existe perspectiva histórica aun para su análisis,(cualquiera que sepa de historiografía sabrá lo complejo que es hacer análisis históricos de los procesos coetáneos), ni bibliografía alguna que considere a la globalización desde el punto de vista del periodicismo histórico marxista o no marxista. Este ensayo pretende desarrollar un análisis marxista y por lo tanto su enfoque se realiza necesariamente desde el materialismo histórico, por eso las cuestiones de la economía
2 política son atendidas particularmente, pero no es un trabajo de economía política, que excedería mis capacidades. Su finalidad principal es la de mostrar, en términos generales el desarrollo histórico de las etapas del capitalismo. Tampoco es una investigación histórica en el real sentido de la palabra, lo que también estaría más allá de mis posibilidades teóricas. El aporte que pretendo hacer con esta publicaciones es político. En otros tiempos se podría haberla denominado como panfleto político. Esperemos que hoy no se lo denomine así por el sentido peyorativo que ha ido adquiriendo hoy el término panfleto, pero mi intención es contribuir a la construcción teórica marxista de la caracterización de la época en que vivimos, lo que considero una de las necesidades y carencias más importantes para la orientación definitiva del sujeto histórico, que viene ya desde hace tiempo retomando la marcha hacia las grandes transformaciones que demanda la historia, pero que no ha de adquirir el impulso y la fuerza necesarios para tamaña empresa hasta que no se de el salto cualitativo teórico, dentro del materialismo histórico, que permita reconstruir definitivamente las vanguardias del movimiento humano mundial y dotarlas de la eficacia conductora en la práctica concreta de la acción política. En este sentido uno de los aportes teóricos principales del trabajo que presento es que la consideración de la globalización como una etapa dentro del proceso capitalista indica la diferenciación cualitativa del imperialismo, tal como este fuera una etapa cualitativamente distinta del capitalismo de libre competencia. Esta diferencia, de ser admitida, obliga a repensar las tácticas y estrategias de la acción política transformadora, en contraste con las elaboradas y ejercidas hasta fines del siglo XX. En este sentido para los países latinoamericanos, por ejemplo, deja de ser relevante la categoría de dependencia como descriptiva de la especial relación de sometimiento a la voluntad política-económica del esquema de poder formado por la imbricación de grandes monopolios con un estado nacional poderoso como lo fue, en el caso de Latinoamérica, EEUU. La forma de dependencia actual es la situación de acople inevitable con un mundo estructurado bajo la forma y necesidad de los grandes flujos financieros, lo que lleva a que más allá de la voluntad de los dirigentes y los gobiernos, aun en los casos de decisión política real con apoyo popular el desacople sea complejísimo, y la ruptura definitiva con las estructuras neoliberales, impuestas en la etapa, se transforme en una tarea poco menos que imposible. Y aquí aparece otra de las condiciones políticas de la época nueva Es posible pensar hoy en un proceso verdaderamente radical y profundo de cambio que se vaya dando país por país como el caso de los procesos revolucionarios y de liberación intentados en el siglo XX? Si tenemos en cuenta lo antes dicho la respuesta es negativa y la consecuencia inmediata es la necesidad de articular los procesos políticos nacionales en bloques regionales que se muevan de consuno en una inédita identidad ideológica, política y orgánica. Para ello es necesario entonces avanzar en el desarrollo de una inteligencia de izquierda regional común y en niveles de organización política internacional de la izquierda que no han sido vistos hasta ahora. Pero ello solo sería posible si esta inteligencia de izquierda internacional logra dar un salto cualitativo en el desarrollo de su propia base teórica marxista que le permita a cada partido y organización revolucionarios pensar su situación particular nacional y regional desde una nueva perspectiva mundial válida, que vislumbre el horizonte de salida con mayor precisión y esperanza que la que proporcionan hoy la vaguedad de viejas utopías o la precavida resignación que dejaron pasados fracasos. Mariano Ciafardini, Buenos Aires, junio de 2011
3 No existe una labor más urgente en los comienzos del nuevo milenio que producir conocimiento profundo sobre la economía política del capitalismo, conocimiento no sólo del desarrollo del capitalismo en la coyuntura actual, sino del pasado del capitalismo y de su posible trayectoria a futuro 1 como toda crisis es la objetivación de una autocrítica del capitalismo, la crisis de éste, una vez llevada a su exasperación extrema, nos ofrece la posibilidad de desarrollar más clara y completamente que hasta ahora el materialismo histórico, como método de investigación de la prehistoria de la humanidad Gyorgy Lukacs, Historia y Conciencia de Clase (1923) I) Introducción Desde hace ya unos años se viene produciendo profusa y, en muchos casos, profunda, elaboración teórica sobre los tiempos que nos tocan vivir, que se han ganado el mote de globalización. Los puntos de vista son de los más diversos. Desde el marxismo, expreso o implícito, también son diversos los enfoques, aunque, por cierto, en este caso, coincidiendo en torno a que se está dentro de una etapa o fase del capitalismo, que es parte de su declive. Sin embargo la terminología que se usa es harto confusa. En primer lugar el concepto de etapa o fase se aplica sin rigor alguno a los más disímiles períodos de tiempo sin una coherencia en cuanto a porqué una etapa sucedería a otra, ni si el número de etapas o fases sería algo que encierre algún sentido en si mismo, o podría ser cualquiera. Por otro lado, si el término etapa (o fase) fue introducido, definitivamente, en la terminología marxista por Lenin, refiriéndose a la relación entre un primer capitalismo, de libre competencia o pre-monopólico, y un segundo capitalismo cuyo paradigma era el capital monopolista y su relación con los estados nacionales (capitalismo monopolista de estado), denominado, por otros y él mismo, como imperialismo, no queda en claro, en la abundante bibliografía marxista actual sobre el tema, si lo que se vive actualmente es una etapa distinta de estas dos anteriores o si estaríamos en una (sub) etapa dentro del imperialismo. Si esto fuera así habría que designar a esta etapa dentro con un término distinto al de etapa o fase, ya que, si el imperialismo es una etapa en si mismo, no convendría llamar a sus momento internos con el mismo término. Lógica conceptual básica. 1 Albritton, Robert; Itoh, Makoto; Westra, Richard y Zuege, Alan (Editores) Phases of capital development. Booms, crises and globalizations. Palgrave New York 2001 pag XII de la introducción de los editores (la traducción es nuestra)
4 Asimismo, se emplean los términos de viejo y nuevo imperialismo, aludiendo, con el segundo, al momento actual que, como dijimos, es denominado vulgarmente globalización. Si con eso se pretende que el imperialismo no ha terminado como etapa y que sólo estamos viviendo un cambio interno de la misma, debería, al menos, en honor a la mencionada lógica conceptual, explicarse un tanto más acerca de esta división de las etapas en períodos internos, y acerca de qué es lo que diferencia el cambio de una etapa a otra, del cambio de un período interno (dentro de una etapa) a otro período interno, de la misma etapa. Desde un punto de vista marxista no puede soslayarse la explicación, (partiendo del materialismo histórico- y de la dialéctica) de estas divisiones analíticas y sus interrelaciones, a riesgo de que las afirmaciones que se hagan en tal sentido terminen pareciéndose demasiado a cualquier capricho historiográfico idealista. A todo esto habría que agregar la confusión que se suma, en los análisis que hacen mayor hincapié en los aspectos puramente económicos de la cuestión, cuando aluden a los ciclos cortos y largos de Kodratieff. Estos ciclos determinan la duración de las etapas o de los períodos dentro de las etapas o fases, o son algo distinto y coetáneo a las mismas? Y además, cuál es la relación entre estas periodizaciones? Ello nunca termina de quedar claro, al menos en las publicaciones marxistas que han tenido más trascendencia hasta el presente. Finalmente, es mayor aún la arbitrariedad teórica cuando de fechas o períodos determinados de tiempo se trata. La actual globalización o nuevo imperialismo (ya sea como nuevo momento dentro de la etapa imperialista o como nueva etapa en si misma) se inició en los 60/70 o en los 80/90? Ir haciéndose cargo teóricamente de todas y cada una de las opiniones y análisis que existen hoy al respecto, por separado, importaría una tarea farragosa, no sólo de elaborar sino de transmitir y explicar, al menos en un corto ensayo como éste. Nos proponemos por el contrario expresar nuestra propia posición y, en el curso de su desarrollo, dialogar con las otras opiniones de las que, dicho sea de paso y en honor a la honestidad intelectual, hemos sacado, precisamente, la mayor parte del material teórico para elaborar la nuestra. La cuestión histórica Ante todo no puede olvidarse que el historicismo es una característica intrínseca de la dialéctica (de la hegeliana pero también de la marxista) 2 2 En este sentido el pensamiento de Althuser muestra sus contradicciones producto de enfoque no marxistas y antidialécticos que adquiere bajo la influencia de los aspectos idealistas del estructuralismo
5 Desde el marxismo, y particularmente desde el materialismo histórico, queda en claro que, para conocer un objeto o un proceso, es necesario considerarlo en su movimiento, en surgimiento y desarrollo, pues sólo relevando las etapas principales que atraviesa en su desarrollo es posible comprender y explicar las propiedades y nexos necesarios, las características cualitativas y cuantitativas que le son inherentes. Esto lo señalaban ya los clásicos del marxismo no olvidar el nexo histórico fundamental, analizar cada problema desde el punto de vista de como surgió en la historia el fenómeno dado y cuales fueron las principales etapas de su desarrollo y desde ese punto de vista de su desarrollo examinar en que se ha convertido hoy (Lenin) Hasta Benedetto Crocce criticó las tendencias relativistas y descriptivistas de la historiografía, si bien desde el idealismo hegeliano que le era propio. Y es conocida la alergia teórica de Popper (uno de los más insistentes contradictores del marxismo) al historicismo del materialismo histórico, principalmente en su Miseria del historicismo, titulo que denota un vulgar intento de parafrasear a Marx. El historicismo marxista presupone que se descubran las leyes que determinan la aparición funcionamiento y desarrollo del objeto o proceso en estudio que se explique el presente sobre la base de esas leyes, así como las propiedades y nexos necesarios inherentes al mismo, deducidos de la historia, la que se debe examinar en sus tendencias y formas necesarias, y, al mismo tiempo, que se haga la reconstrucción teórica de los procesos de desarrollo de los fenómenos investigados en su conjunto. En este sentido es obvio que nos encontramos hoy en mejores condiciones objetivas teóricas que aquellas en la que se encontraban Marx, e incluso Lenin, en tanto y en cuanto podemos ver un desarrollo más completo del capitalismo como proceso histórico, y poseemos una cantidad muy importante de datos de los que ellos carecieron. Es obligación teórica, entonces, hoy, para los marxistas, incorporar todo ese bagaje de conocimientos al procesamiento integral del análisis bajo la metodología del materialismo histórico que además se enriquece a si misma como método. Es decir que no estamos sólo ante un aumento cuantitativo de datos, sino ante una evolución cualitativa de los niveles epistemológicos mismos. Pero evolución y enriquecimiento no es lo mismo que traición teórica o deformación para regresar al encubrimiento idealista de la realidad. Sino, precisamente, todo lo contrario. Digamos en principio entonces que, si se respeta la inicial periodización del capitalismo hecha por Lenin, este se divide primeramente en grandes etapas o fases, términos que Lenin uso indistintamente. Si se profundiza el análisis de las periodizaciones y se pretende dividir a su vez internamente estas etapas, cosa que ni Marx ni Lenin abordaron explícitamente debería hablarse de períodos (o si se quiere ciclos según la terminología de Arrighi). Si el análisis
6 pretende hacerse desde el marxismo lo determinante en la diferenciación de las etapas y de los períodos ha de estar necesariamente vinculado a las formas del movimiento de lo que es esencial a todo el proceso histórico que se analiza: esto es el capital y sus formas de acumulación. Y, finalmente, sería coherente con un análisis marxista que la lógica del movimiento de estas etapas y períodos, y las relaciones entre ellos, estuviera dialécticamente impulsada, en el sentido de afirmaciones, negaciones y negaciones de las negaciones. Pensamos que el marxismo es una teoría integral e internamente coherente y sobre todo coincidente con el movimiento real de las cosas. Mejor dicho, la única coincidente con el movimiento real de las cosas. Por ello no vamos a polemizar particularmente aquí con desarrollos teóricos que se hagan desde puntos de vista diametralmente opuestos, u otros que tomen partes de las afirmaciones fundamentales del marxismo, la dialéctica materialista o el materialismo histórico (que son los constituyentes de esta integralidad) y usen los retazos a su gusto. El eclecticismo, el multiculturalismo y el multiideologicismo nos son totalmente ajenos y el objetivo de este trabajo no es debatir centralmente con ellos sino con aquellos que, en un sincero esfuerzo por aplicar la interpretación marxista, (en su desarrollo no dogmático) al análisis de la realidad, intentan hacer caracterizaciones de la época actual, para lo cual necesitan inevitablemente ocurrir a la interpretación del pasado histórico y tratar de descubrir las tendencias ocultas del proceso como un todo. En la publicación de la que se ha extraído el primer acápite los editores como justificación de la importancia del tema se hacen entre otras las siguientes preguntas: 1 Representa la actual coyuntura una nueva fase del capitalismo, una transición entre fases del capitalismo, una transición hacia fuera del capitalismo o una fase postcapitalista? y 2 Qué variables son más felices para construir una teoría de las fases del capitalismo: la relación capital-trabajo, bloques hegemónicos, sistemas nacionales de innovación, características de los productos, tecnologías de punta, sectores económicos, etc.? Con respecto a la primer pregunta debe decirse que si se quería agotar las opciones habría que haber agregado no es una fase ni transición nueva sino la simple continuidad de la fase en la que estábamos? (lo que implicaría a su vez las preguntas acerca de en que fase estábamos y cuales fueron las anteriores?) y finalmente, o tal vez antes que todo, Tiene fases el capitalismo? Con respecto a la segunda, desde un punto de vista marxista, debería decirse desde ya que no se trata de la felicidad u acierto de escoger la variable más adecuada sino de el rigor científico de encontrar la única variable que de por si determina dialécticamente a todas las otras y esta, como ya adelantáramos, no puede ser otra que la forma de acumulación del capital.
7 Con lo que no podemos dejar de coincidir es con la reafirmación efectuada, en forma de pregunta, por los editores, en el final de la introducción a la publicación mencionada, en cuanto a Que conocimiento puede ser más crucial en la entrada del siglo XXI que aquél que clarifique las principales tendencias estructurales del capitalismo pasado, presente y futuro? 3 CUADRO COMPARATIVO. HEGEL VS MARX HEGEL MUNDO GERMÁNICO 200 1º PERIODO 2º PERIODO 3º PERIODO MARX FEUDALISMO SOCIEDAD PRECAPITALISTA CAPITALISMO 3 Albritton et al Op Cit pag XIII de la introducción (la traducción es nuestra)
8 Nuestra visión Desde un punto de vista marxista no se puede acordar con las clasificaciones de los períodos hegelianos. Si se trata de periodizar el capitalismo o la modernidad se debe afirmar que está dividido dos etapas, según Lenin, como ya dijéramos, y a las que nosotros agregamos una tercera, desde el punto de vista que nos permite nuestra posición temporal, con lo que nos queda : capitalismo de libre mercado, imperialismo y globalización financiera. Respecto de la división del primer capitalismo que de alguna manera coincide aunque no en toda su extensión inicial con lo que Hegel llama mundo germano, una visión marxista debe acordar más con periodizaciones que partan del propio movimiento económico, aunque no se restrinjan exclusivamente a este, como, por ejemplo, las de Braudel o Arrighi. Aclaremos que el primero, toma como períodos, inicialmente, el que va desde 1350 a 1650 de impronta genovesa y veneciana, a continuación, el que va desde 1650 a 1817 con el preponderante papel comercial de Amsterdam y Los Países Bajos y, en tercer lugar, el que va desde la última fecha hasta comienzos del siglo XX, con Inglaterra a la cabeza. Arrighi por su parte especula con otra periodización aunque ambos coinciden en una división en períodos, de la misma época. El análisis de Braudel coincide, por otra parte, aunque a partir de un análisis más desarrollado y pormenorizado de los hechos y las dinámicas propias de las épocas, con los de los propios Marx y Engel para quienes el proceso de desarrollo del capitalismo se inicia en el lapso que va del siglo XIII al siglo XV con los comienzos de la manufacturas lo que da lugar al período de acumulación originaria del capital que llega hasta pasado el siglo XVI, el segundo período comienza a mediados del siglo XVII y dura hasta finales del XVIII, al que llaman siglo del comercio y el tercer período, el de la gran industria que es aquel en el que ellos escriben 4 Para concluir entonces vamos a decir que un punto de vista verdaderamente dialéctico en el sentido de visión del movimiento interno del todo implicaría considerar como historia de la humanidad el proceso que va desde su misma historia antropológica es decir del salto cualitativo del antropoide al homínido hasta nuestros días. 4 Ver al respecto Marx C. y Engels F. op.cit. desde la página 63 hasta la 70
9 Desde ese punto de vista asiste razón al marxismo en cuanto debe considerarse la primera y más extensa era histórica de la horda y la comunidad primitiva como la afirmación de lo humano que es negada por la era de la violencia y la lucha de clases que Hegel llama historia. Así las cosas hemos de quedarnos a partir de una propuesta dialéctica sobre la periodización general de la historia humana con una gran división en dos grandes eras: : a) la del comunismo primitivo (horda salvaje) y b) la de la era de la violencia ( desde las guerras tribales primitivas hasta nuestros días). Ambas eras son divisibles en edades. Nos resulta imposible referirnos a la primera y, en cuanto a la segunda, no cabe dudas de que dos de sus edades o períodos internos son: la antigüedad y la modernidad capitalista. Tampoco podemos decir acá demasiado de la antigüedad y sus divisiones internas más que indudablemente el esclavismo y el feudalismo son parte de ellas. De lo que si debemos y vamos a intentar afirmar una hipótesis teórica es de las divisiones internas (etapas) de la modernidad que para nosotros no es otra cosa que el proceso de formación auge y declive del capitalismo. III El capitalismo y las etapas (o fases) En primer lugar, reiteramos, vamos a respetar la interpretación teórica que plantea la división del capitalismo en etapas (y vamos a usar este término como sinónimo de fase) como lo hizo Lenin, junto con Hilferding y Rosa Luxemburg (además de Hobson, Bujarin y Kautsky). Este concepto fue introducido con una claridad teórica que se definió desde el inicio. Cuando Lenin lo definió en El imperialismo fase superior del capitalismo, en 1916, el imperialismo se mostraba, claramente, como una etapa distinta del capitalismo que se había conocido hasta entonces, porque había cambiado la forma principal de acumulación del capital y la organización política del capital hegemónico. Ya no se trataba de competencias entre los capitalistas entre sí, fronteras adentro, y competencia entre los países por las rutas comerciales, sino que había monopolios por ramas hacia adentro, fuertemente asociados con el estado nacional y una feroz competencia, hacia fuera, por las zonas de influencia del desarrollo proto-capitalista de los países dependientes. Mucho más habría que decir para describir fielmente este cambio trascendental dentro del proceso capitalista pero todo ello ha sido dicho ya in extenso, profunda y agudamente por la abundante bibliografía que se elaboró desde entonces, particularmente en los años 60 y70.
10 Es decir que la diferencia entre capitalismo inicial e imperialismo es bien clara en términos marxistas, y lo fue para todos los marxistas hasta, por lo menos, fines de los años 80 del siglo pasado (ya que desde ese punto de vista teórico no se ha de poder encontrar, hasta esa fecha, ni siquiera una suspicacia en contra de la cuestión así planteada). Así las cosas debe admitirse, también, como consecuencia lógica teórica de todo ello, que el capitalismo, como proceso histórico, presentaba, hasta ese momento, sólo dos etapas, la inicial y la superior. Tampoco ello fue cuestionado por la producción teórica marxista de la época ni hasta el presente. Además ateniéndonos a las diferencias cualitativas marcadas por los teóricos del imperialismo que justificaban llamar a este una etapa o fase distinta de lo anterior, vemos claramente que la característica diferente del capitalismo inicial era el de ser un capitalismo de libre empresa o libre mercado que significaba ausencia de monopolio o al menos de un desarrollo cualitativamente inferior del monopolismo y la cartelización, tal cual está descrito en El imperialismo. Y esta característica no monopólica del capitalismo inicial es algo que tuvo éste desde sus inicios. Es decir que esa diferencia cualitativa marca la existencia, hasta aquel momento, de dos (y sólo dos) etapas históricas del capitalismo: la inicial y la imperialista. Restaría ponerse de acuerdo desde el marxismo en torno a la fecha de comienzo del capitalismo. No vamos a hacer aquí un análisis particular. Coincidimos con aquellas versiones que advierten signos claros de aparición de esta formación histórica ya en los siglos 1200 y Es cierto que, en ese entonces, el contexto era en su mayor parte feudal, pero también lo es que las formas capitalistas que ya aparecen en las ciudades comerciales como Génova, Venecia, Brujas, Amberes y las de la Hansa germánica, siendo en ese escenario excepcionales, tenían ya una importante influencia económica y política, sobre todo en sus hinterlands y, particularmente, porque está claro que no representaron la aparición de un fenómeno momentáneo y coyuntural, sino que a partir de ese momento no hicieron más que fortalecerse reproducirse y expandir su sistema a todo el orbe. Eso da cuenta de que.no eran un fenómeno aislado sino el inicio del proceso. De este modo tenemos un capitalismo dividido en dos etapas. La etapa inicial desde 1300 hasta 1880 y la etapa imperialista desde 1880 hasta Esto nos lleva a la cuestión actual acerca de si la globalización o el nuevo imperialismo, o como quiera llamársele, es o no una nueva etapa o fase del capitalismo. En este sentido queremos adelantar que para nosotros si lo es, por idénticas razones que las que llevaron a considerar al imperialismo como una nueva etapa frente al capitalismo inicial. Pero antes de entrar a este aspecto vamos a hacer referencia a una cantidad de autores marxistas que, sin plantear claramente esta hipótesis, dejan entrever que hay algo que
11 justifica hacer diferencias entre el proceso capitalista que se vivió durante gran parte del siglo XX y el que nos encontramos protagonizando hoy. Vamos a tomar como una muestra parcial de estas expresiones teóricas algunos trabajos publicados en la revista Socialist Register ( SR) del año 2004 titulada El Nuevo Desafío Imperial que dedica justamente este número y el siguiente (correspondiente al año 2005) al análisis del imperialismo, por cuanto, en opinión de sus editores Leo Panitch y Colin Leys, parecía que una limitación cada vez más seria del pensamiento socialista contemporáneo, era su falta de herramientas conceptuales capaces de analizar la naturaleza del imperialismo de hoy, en lugar de reciclar teorías desarrolladas en una etapa muy anterior 5. (la cursiva es nuestra) Leo Panitch precisa más esta inquietud en el primer artículo que compone la publicación, a la que ya nos referimos, artículo que escribe junto con Sam Gindin y titulan Capitalismo Global e Imperio Norteamericano, afirmando que Todo esto nos lleva a pensar que la izquierda necesita una nueva teorización del imperialismo que pueda trascender las limitaciones de la antigua teoría marxista de la rivalidad inter-imperialista, permitiendo así una apreciación más completa de los factores históricos que condujeron a la formación de un único imperio informal norteamericano 6 Todos los artículos de estas dos publicaciones del Socialist Register (SR) van a hacer mención con mayor o menor insistencia al nuevo imperialismo, cualitativamente distinto del descubierto por Lenin y los teóricos marxistas y no marxistas de fines del siglo XIX y principios del XX. Cierto es que, como ya insinuáramos, no se puede hoy, teorizando seriamente, no reconocer que las transformaciones acaecidas en el mundo desde mediados de los 80 hasta principios de los 90 han puesto a la humanidad en una nueva situación, pero la originalidad de los análisis del Socialist Register radica en que su cuño marxista los obliga a hacerse cargo de las diferencias entre la globalización y el imperialismo tradicional tal como se había venido concibiendo desde Lenin y Rosa Luxemburgo hasta los años 80 por todas las corrientes marxistas ortodoxas y críticas. En otro de los artículos del SR titulado El nuevo imperialismo: acumulación por desposesión, David Harvey cita una cantidad de autores que coinciden en la idea de un nuevo período 5 Panitch, Leo y Leys, Colin El nuevo desafío imperial Socialist Register Prefacio Buenos Aires, CLACSO (pag 13) 6 Panitch, Leo y Gindin Sam Capitalismo global e imperio norteamericano, en op.cit. ( pag 23)
12 imperialista cualitativamente distinto de lo que podríamos llamar el imperialismo clásico, al que la mayoría de ellos se refiere como nuevo imperialismo o globalización, y menciona a Panitch, Gowan, Shaw, Petras, Veltmeyer, Went, Amin, Ignatieff y Cooper 7. A esta lista Gregory Albo, en su aporte a la publicación mencionada denominado La vieja y la nueva economía del imperialismo, le agrega el nombre de Michael Hudson, con su Superimperialism:The origins and fundamental of US world dominance y los de Hardt, Negri, Sklair y Gill, aunque estos cuatro últimos con una visión distinta del nuevo imperialismo, que ya no sería para ellos, a diferencia de los anteriores autores, una super hegemonía del imperialismo estadounidense, sino otra cosa, desarraigada de cualquier estado nación realmente existente. 8 De todos modos lo importante aquí es señalar la coincidencia de todos estos autores en que el imperialismo, tal cual lo consideró y describió el marxismo durante los dos primeros tercios del siglo XX, habría finalizado como proceso económico político, dando lugar a este nuevo imperialismo o globalización, que aparece ya nítido promediando la década de los 80 y ya, con total claridad, después de la implosión soviética, a partir de1989. Es precisamente Albo quien realiza con mayor precisión, a nuestro criterio, la descripción del nacimiento de este nuevo imperialismo frente al imperialismo histórico que se venía desarrollando desde principios de siglo XX. Para mediados de los 80, los ajustes de los tipos de cambio y los flujos de capital habían mostrado ser tanto arenas de cooperación como fuentes de tensión, incertidumbre e inestabilidad como consecuencia de las asimetrías comerciales estructurales y de los cambios relativos en las capacidades subyacentes de las tres zonas para producir valor (esta contradicción estimuló a su vez una explosión en los mercados financieros secundarios para cubrir el riesgo). El FMI el banco Mundial y el G7 con EUA jugando el papel principal en cada uno de ellos- promovieron la liberalización financiera de la cuenta de capitales como mecanismo para financiar los ajustes comerciales y para que los mercados monetarios externos impusieran disciplina a las economías nacionales 9. Esto desde este punto de vista bien podría constituir el contenido del acta de nacimiento de la globalización o nuevo imperialismo en términos económico financieros. Continua Albo explayándose en todo aquello que marca las diferencias entre el momento que termina (imperialismo clásico) y el nuevo imperialismo. La internacionalización del capital durante las últimas dos décadas no es entonces un ajuste espacial interminable para una crisis económica permanente. Pensar en esos términos recuerda la vieja teoría clásica del 7 Harvey, David El nuevo imperialismo: acumulación por desposesión. Op cit (pag. 125 nota 7) 8 Albo Gregory La vieja y la nueva economía del imperialismo ( Op. Cit. pags. 134 y 162 notas 5 y 6) 9 Albo G. la vieja y la Op. cit ( pag 142)
13 imperialismo que entiende el interés de último por contar con mercados para sus excedentes como una relación externa. Esta concepción es errónea porque, por una parte, trata la particularidad de la producción de valor y las relaciones de clase como diferente de la circulación de capital en el mercado mundial y por otra parte porque ve las relaciones contradictorias entre ambas como síntomas de crisis más que como rasgo constitutivo de las nuevas formas de competencia internacional surgidas bajo el neoliberalismo.de hecho el neoliberalismo se ha consolidado como un régimen global institucionalizado que incluye formas particulares de desarrollo, competencia internacional y reforma estatal 10 Queda claro entonces que para Albo las diferencias entre el imperialismo histórico y esta nueva etapa de la globalización son esenciales y no solo cuantitativas, y el rasgo económico determinante está en la financiarización. Uno de los teóricos marxistas que parece oponer cierta resistencia a la idea de un significante cambio de período entre el imperialismo y la globalización es James Petras. En la introducción de Globalización Desenmascarada 11 Petras y Veltmeyer se asombran de lo irónico que resulta que justo cuando las condiciones que tan bien describe y explica el concepto de imperialismo han devenido verdaderamente globales el mismo fue abandonado como herramienta para entender que está pasando e informar las prácticas políticas. 12 Con ello dan a entender que el termino imperialismo debería seguirse usando lo que en cierto sentido borraría significativas diferencias entre el momento actual y lo que ha sido el imperialismo durante las épocas anteriores remontables hasta comienzos del siglo XX. Seguidamente se refieren a supuestas etapas del capitalismo de la siguiente manera Como en los proyectos de desarrollo capitalista que lo precedieron -modernización, industrialización, colonialismo y desarrollo- el nuevo imperialismo. 13 Esta forma de expresarse lleva a confusión ya que parecieran considerar al momento actual: nuevo imperialismo, como una fase más del desarrollo capitalista pero sin mencionar el viejo imperialismo entre sus antecesores. Inmediatamente retoman la cuestión al afirmar enseguida que De todos modos lo que se discute es el significado y sentido de estos cambios y la pregunta acerca de si la globalización representa un fenómeno cualitativamente nuevo o todavía una nueva fase en el largo proceso histórico de expansión imperialista Albo G. op.cit (pag.155) 11 En inglés en el original. La traducción es nuestra 12 Petras, James y Veltmeyer Henry. Globalization Unmasked. Imperialism in the 21st. Century Zed Books. Halifax (NS Canadá) 2001 (pag. 8). En inglés en el original. La traducción es nuestra. 13 Petras, J y Veltmeyer, H. Op. cit (pag 12) En inglés en el original. La traducción es nuestra. 14 Petras, J et al Op. cit. (pag. 13). En inglés en el original. La traducción es nuestra.
14 Petras y Veltmeyer contestan negativamente a esta pregunta ensayando una fórmula finalmente algo ecléctica en cuanto a que para ellos la globalización se distingue de lo anterior en términos cuantitativos pero no en términos de unidades de análisis que definan el proceso. Sin embargo años más tarde en Juicio a las Multinacionales ambos autores inician el primer capítulo diciendo La década del ochenta introdujo una serie de cambios drásticos, incluso revolucionarios, en las formas de organización económica y social que han sido conceptualizados como una nueva era, la de la globalización, en la cual las economías de todo el mundo están integradas por uno u otro medio (en general a través de reformas estructurales en la política macroeconómica) a un nuevo orden económico mundial. (la bastardilla es nuestra) 15. Además en las páginas 60 y 61 de la mencionada publicación se puede leer textualmente: Hacia 1990, ya se encontraban instituidos, la estructura del nuevo imperialismo, una economía global y un orden mundial neoliberal y En la década del noventa se consolidó la estructura económica de este nuevo imperialismo 16. Por todo lo que queda en claro que la respuesta a la paradoja inicial que plantean Petras y Veltmeyer se puede responder diciendo que el término imperialismo se dejó de usar simplemente porque habiendo sido usado para designar el período anterior ya no sirve para definir el actual en la medida en que este presenta diferencias sustantivas que exigen reflejarse en los conceptos. Por lo demás todos los autores de los artículos del SR dan cuenta de esta situación. Leo Panitch y Sam Gindin llaman al momento actual imperio norteamericano 17, denominación que de ninguna manera podría haber sido usada para denominar al imperialismo anterior a mediados de 1980, Ahmad lo llama imperialismo de nuestro tiempo 18, Harvey se refiere a él directamente como el nuevo imperialismo 19 y Greg Albo como ya vimos hacer referencia a un neoliberalismo consolidado como un régimen global. Por su parte otros autores, que no escriben en estos números del SR, como Michael Hudson, se refieren claramente a las diferencias entre el imperialismo clásico y el nuevo momento de la globalización. En Super imperialism Hudson afirma: Lo que resulta novedoso de este nuevo estado capitalista y a diferencia del imperialismo es que ahora es el estado mismo el que succiona los excedentes económicos. Lo que transforma este imperialismo financiero 15 Petras, James y Veltmeyer, Henry Juicio a las multinacionales. Inversión extranjera e imperialismo Lumen México 2007 (pag. 5) 16 Petras, J et al. Op. cit. (pags. 60 y61) 17 Panitch, Leo et al op cit (pag19) y El imperio recargado Socialist Register FLACSO. Buenos Aires 2005 (pag. 69) 18 Ahmad, Aijaz. El nuevo desafío (pag 75) 19 Harvey, David Op cit ( pag. 99)
15 monetario extorsivo en un verdadero super imperialismo es que el privilegio de endeudarse gratuitamente pertenece a una sola nación y no a cualquiera. 20 Hudson se refiere al estado norteamericano, como el único que aspira excedentes en una forma nunca antes vista y el único que se da el lujo de convertirse en un estado cada vez más deudor y deficitario a expensas de todo el resto del mundo y señala ese rasgo cualitativo de la época como el fundamento de la distinción entre el esquema económico financiero actual y el anterior. Y, si bien explica como este proceso de devenir de estado acreedor a estado netamente deudor empieza en los tempranos 70, afirma luego, claramente, en el capítulo conclusivo de Super imperialism, que titula Imperialismo Monetario: El siglo 21 21, que los EE UUU pueden ahora acumular cientos de miles de millones de dólares anualmente como déficit comercial y de pagos, sin protesta audible del resto del mundo y que Desde entonces los diplomáticos de los Estados Unidos han podido convencer a Europa, Asia y al Tercer mundo y desde 1991 incluso a la vieja Unión Soviética- de que reorienten sus economías para facilitar la evolución Americana de un estatus de balanza de pagos superavitaria a un estatus de balanza de pagos deficitaria. 22, con lo que deja en claro que el fenómeno de superimperialismo es para él un proceso propio del fines del siglo XX y comienzos del nuevo siglo. Hay que entender que la mayoría de estos autores (Hudson puede ser una excepción ya que la mayor parte de su trabajo lo realizó antes de 1972), desde su posición marxista crítica están debatiendo, por una parte, con las visiones pro-globalización de la teoría burguesa, que intentan insuflar exitismo y esperanza en el nuevo orden global. Por otra parte, también discuten con visiones post-modernas al estilo Hardt y Negri que esfuman el poder del imperio en una gran nebulosa sin posible detección espacio-temporal y diluyen la sociedad de clases en una masa informe denominada multitud 23. Pero debe dejarse en claro que, para todos ellos, el hecho de que el nuevo orden sea tan o más imperialista que el que rigió en occidente hasta los 80, y que el estado norteamericano sea hoy, aun más, el instrumento principal de la alta burguesía propietaria de la riqueza mundial, no significa que no se deban reconocer las diferencias entre el esquema vigente desde fines del siglo XIX hasta la caída de la Unión Soviética y el campo socialista, en manos del neoliberalismo, con el nuevo momento 20 Hudson, Michael. Super Imperialism. The origin and fundamentals of U.S. world dominance Pluto Press. London 2003 (pag.30) En inglés en el original. La traducción es nuestra. 21 En inglés en el original. La traducción es nuestra. 22 Hudson, m Op. cit. (pags. 377 y 378) En inglés en el original. La traducción es nuestra. 23 Con respecto a las críticas que desde el marxismo se han hecho a esta línea de pensamiento en especial al libro Imperio de Negri y Hardt ver Metzaros Itsvan El siglo XXI Civilización o Barbarie Herramientas Buenos Aires y Boron, Atilio Imperio & Imperialismo CLACSO Buenos Aires 2002.
16 global que estamos viviendo desde entonces, diferencias que no son simplemente cuantitativas como parece sugerirlo Petras, como no lo es el hecho de que hoy las corporaciones económicas y financieras, a través del estado norteamericano, y de la total complacencia de sus aliados, tienen en sus manos el poder militar, económico y financiero mundial (ni siquiera la crisis del 2008 ha alterado aún sustancialmente esta situación). Ya sea bajo el nombre de globalización, nuevo imperialismo, imperio, imperialismo monetario o super-imperialismo, todos dan cuenta de la necesidad de un nuevo concepto que defina algo nuevo que se diferencie de toda la etapa anterior, enmarcada en el clásico concepto de imperialismo. Globalización tercera etapa Queda sin embargo pendiente la cuestión acerca de porqué este nuevo momento es, precisamente, más que sólo un momento dentro de la etapa imperialista, y, por lo tanto, merece el título de nueva etapa o fase, en si mismo. Está claro que ello no habría de justificarse simplemente por lo que está implícito en el término de globalización, es decir por la extensión del capitalismo a casi todas las regiones del globo, ya que la vocación globalizadora en ese sentido la tuvo el capitalismo des sus inicios 24 Yendo aun más allá, del capitalismo en un reciente artículo titulado Capitalismo, imperialismo, mundialización Samir Amin señala, citando a Arrighi, Bairoch, Braudel, Gunder Frank, Szentes y Wallerstein que la mundialización no es un fenómeno nuevo y la interacción de las sociedades es sin duda tan antigua como la historia de la humanidad 25 En el mismo trabajo Amin hace una diferencia entre la mundialización de los tiempos antiguos y la de los tiempos modernos, centrada en que, mientras en la primera el proceso de mundialización ofrecía oportunidades a las regiones más atrasadas, para que estas pudieran acercarse a los niveles de desarrollo de las más avanzadas ( lo que debe leerse como posibilidad de desarrollo independiente), en las segundas, es decir la mundialización asociada al capitalismo, el proceso es por naturaleza polarizante, no sólo no ofrece esas posibilidades, sino que produce una desigualdad creciente y a partir de allí una influencia desigual de algunos países sobre otros o de bloques de países sobre el resto. 24 Desde un ángulo filosófico son sugerentes en este sentido las reflexiones de acerca del comienzo de la globalización con el capitalismo mismo a partir de los viajes de los marinos europeos particularmente Colón y Magallanes que hace Peter Sloterdijk en su obra En el mundo interior del capital. Para una teoría filosófica de la globalización (Siruela Madrid 2007) 25 Amir, Samin Capitalismo, imperialismo, mundialización Realidad económica ( revista del IADE) febrero 2008
17 Ateniéndonos exclusivamente al proceso capitalista, (cuyos comienzos, insistimos, se vislumbran a lo largo de un extenso período iniciado ya desde el siglo XIII), ya en lo que podría considerarse su prehistoria, cuando la burguesía comenzaba la acumulación originaria, en los reductos ciudadanos incipientes, en medio del escenario feudal, las propias cruzadas, impulsadas desde los gobiernos centrales de los emergentes estados nacionales, exhibieron esta tendencia de búsqueda de ampliación permanente del espacio geográfico para incrementar las fuentes de riquezas y las vías comerciales. Las aventuras comerciales de la corona portuguesa y del capitalismo de estado (como lo llamó Pirenne) de la corona española, dieron lugar al colonialismo y al descubrimiento del mundo entero. El mercantilismo que sucedió a estas iniciales empresas de conquista mundializó el comercio y la política dirigida desde las metrópolis de una Europa que se delineaba ya como el centro del nuevo sistema capitalista mundial. Posteriormente, el ascenso directo de las burguesías europeas al poder político en los estados nacionales, definitivamente configurados después del tratado de Westfalia, abrió el camino al surgimiento de países capitalistas en el resto del mundo. Durante gran parte del siglo XIX la expansión del imperio neocolonialista, con una Inglaterra hegemónica, fue un claro proceso de profundización de la mundialización o internacionalización del sistema capitalista especialmente en su faz comercial. En el siglo XX la expansión mundial del capitalismo ya no solo en su faz comercial sino como expresión su desarrollo productivo e industrial se ganó, como vimos ya reiteradamente, el nombre de imperialismo que connota claramente su rasgo globalizador determinante. Si se tienen en cuenta todas estas tendencias llevan razón aquellos que señalan que la globalización no es una novedad en lo que hace a las características intrínsecas del capitalismo al menos como tendencia permanente. Sin embargo el término globalización nunca antes se había impuesto para designar estos procesos mundiales como si sucedió desde fines de la década de 1980 y, particularmente, a partir de la caída del muro de Berlín y de la implosión de la Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas y de la paralela explosión de las estrategias neoliberales en el mundo con epicentro en los EEUU sobre todo a partir del segundo mandato de Ronald Reagan y el primero de George H.W. Bush. En este sentido la imposición de esta nueva terminología (el lenguaje nunca es casual) da cuenta de una nueva situación que se diferencia en aspectos esenciales de las anteriores tendencias mundializantes y, particularmente de la inmediata anterior: el imperialismo que, valga la redundancia, imperó ya desde, las grandes crisis económicas de 1880 y claramente desde comienzos del siglo XX.
18 Para Held, Mc Grez, Goldblatt y Perraton los protagonistas del debate sobre la globalización (el cliche de nuestros días) se da entre los hiperglobalizadores para los que la globalización es una nueva era en la que la gente está cada vez más sujeta a la disciplina del mercado global, los escépticos para los que es esencialmente un título detrás del cual está la realidad de una economía internacional crecientemente segmentada en tres bloques regionales en los que los gobiernos nacionales continúan siendo muy poderosos y finalmente los transformacionalistas par los que la globalización es también como para los hiperglobalizadores algo nuevo y sin precedentes pero no como un estado final al que se haya llegado ya, sino como un proceso abierto en el que los estados y sociedades están tratando de adaptarse a un mundo más interconectado pero más incierto. 26 Dentro de las tesis hiperglobalistas también distinguen estos autores, por un lado a los neoliberales que dan la bienvenida al triunfo de la autonomía individual y de los principios del mercado sobre el poder de los estados. y los radicales o neo-marxistas para los que la globalización representa el triunfo de un opresivo capitalismo global Para Ankie Hoogvelt la fase expansiva del capitalismo mundial está terminada. Y la globalización consiste más en una profundización que en una extensión de la integración capitalista 27 Para él, en realidad, globalización es un concepto más sociológico que económico y ha sido desarrollado por sociólogos como Roland Robertson, David Harvey y Anthony Guiddens en términos de cambio de las relaciones sociales de tiempo y del espacio. De todos modos, reconoce que esos cambios en la compresión del tiempo y espacio sociales se manifiestan económicamente en tres formas: la disciplina del mercado global, las nuevas formas de acumulación y producción globales flexibles y la profundización de la globalización financiera. Hoogvelt se inscribe entre aquellos que consideran que la globalización es un proceso y no un punto de llegada. No hay para el nada así como una economía globalizada o una sociedad globalizada aún. Finalmente, y volviendo a Amin, vemos que, en un trabajo anterior, publicado en , se pregunta, aun considerando que las tendencias globalistas están presentes en toda la historia del capitalismo: qué hay de genuinamente nuevo en la globalización actual que la distinga de esas tendencias históricas? 26 Held, David; Mc Grez, Anthony; Goldblatt, David y Perraton,Jonathan: Global transformations. Politics, economics and culture.standford (Cal.)1999. Standford University Press (Introducción) 27 Hoogvelt, Angie; Globalisation and the Postcolonial world. The new politicaleconomy of development 1997 Macmillan Press LTD London 28 Amin Samir, The challenge of globalization en Review of internacional political economy Vol 3 nº 2 Summer 1996 University of Sussex Brighton UK
19 Adelantamos que no podemos más que coincidir con él en la caracterización de las novedades económicos políticas de la globalización que son precisamente las que le dan entidad de etapa per se. Amin afirma ( desde un enfoque que pretende no abandonar los marcos del materialismo histórico) que, a su entender, la vieja forma de polarización (el contraste entre el centro industrializado y la periferia no industrializada), que dominó desde 1800 hasta 1950, ha ido, progresivamente, siendo dejado atrás por la industrialización del este y del sur (por más desigual que esta haya sido). En estas condiciones la ley globalizada del valor definida para aquel período debe ser revisada teniendo en cuenta esta transformación cualitativa y, sintetizando sus anteriores descripciones sobre las características de esta nueva situación y aquellas que aportan los trabajos de Francois Chesnais (1994), Giovanni Arrigí (1994), Michel Beaud (1989), Kostas Vergopoulos (1993), Olivier Pastré (1992) y Michel Aglietta (1986). Se refiere a tres nuevas características diferenciales de este nuevo momento : 1)La profundización de la interdependencia de los procesos de producción que han avanzado en el desmantelamiento de los sistemas nacionales de producción pero que ha avanzado poco en su sustitución por un orden coherente globalizado de la producción- 2)La emergencia de nuevas formas de organización empresarial que han reducido la distinción entre los actores financieros y los actores industriales y 3) El impacto que todo esto ha tenido en las formas de exclusión tanto la exclusión interna de las sociedades más ricas como la exclusión a nivel global de continentes enteros como África François Chesnais en un artículo de la revista Carré Rouge afirma contundentemente que Con el cambio de siglo, a grosso modo entre 1992 y 2001, se produjo un cambio de período: no solo de fase en la lucha de clases, sino de período histórico. Este cambio ha sido muy poco analizado por quienes están comprometidos en el combate por la emancipación social 29 Más allá del uso arbitrario que hace Chesnais de los términos período y fase sobre cuyo fundamento no ensaya justificación alguna en el resto del artículo (ni por lo que sabemos en ninguna otra publicación suya) lo cierto es que nos habla de un cambio histórico muy importante. En cuanto a la fecha de producción de tal cambio alude a grosso modo a un espacio de tiempo de casi una década entre 1992 y2001. De todos modos lo que nos parece más importante de las reflexiones de Chesnais son las descripciones que hace en la segunda parte de su artículo sobre las características que diferencian este nuevo período del ( o de los?) anteriores. 29 Chesnais François Constatar el cambio radical de período, ayudar a comprender su contenido y consecuencias publicado en el 19 y el 20 de junio de 2007 como parte I y parte II
20 En primer lugar Chesnais afirma que La mundialización del capital surgida de la liberalización y de la desreglamentación ha significado la formación de un espacio (el mercado mundial ) que permite al capital poner a competir entre si a los trabajadores de distintos países. La puesta en competencia a distancia de los trabajadores es uno de los rasgos del nuevo período 30 Dice que la formación de este ejército industrial mundial se vino desarrollando en las dos últimas décadas (el artículo es de 2007) pero que dio un salto en el 2001 con la adhesión de China a la OMC, y de los países ex -socialistas a la Unión Europea. Y se refiere también llamativamente a que la la competencia ha vuelto a ser el mecanismo ciego descrito en El Capital lo que según él habla de un predominio de lo que Marx llamó anarquía de la producción. Vemos en esta última reflexión algún indicio de un giro dialéctico de este período post imperialista como regreso al capitalismo originario en forma de negación de la negación. Otro rasgo distintivo que marca Chesnais es el de que: No existe el regreso de las naciones. La mundialización vació de sustancia a la noción de soberanía para todas las burguesías o élites burocrático-capitalistas a excepción de algunas pocas que pueden contarse con los dedos de una mano. Los asalariados ya no modificarán más las relaciones con el capital en los límites de un solo país 31. No es esta una afirmación ligera se está planteando aquí un escenario nuevo tanto en los términos de las formas de acumulación capitalista como en lo concerniente a las bases de la estrategia del movimiento obrero y popular. Otra cuestión que marca Chesnais como novedosa del período es el de la crisis ecológica que considera que está en el centro del nuevo momento histórico y es concebida como un nuevo terreno de la lucha de clases Chesnais también es conocido por sus análisis referidos a lo que podría llamarse la cuestión financiera. Desde esa óptica también señala importantes novedades del capitalismo actual. Refiriéndose a las crisis financieras actuales (que dice que de alguna manera fueron vislumbradas por Marx al explicar las crisis de dinero ) afirma que Traducen la maduración de las contradicciones a nivel de la formación de la tasa de ganancia, así como de las condiciones de realización del valor y plus-valor (la bastardilla es nuestra) 32 y cita a Michel Aglietta en un párrafo en su artículo Le Capitalisme de Derain que a pesar de su extensión merece ser reproducido por su claridad expositiva en torno al rol de lo financiero en el momento actual: para mantener una ganancia alta y regular hace falta una demanda 30 Chesnais F op cit. Parte II pag 3 31 Chesnais F. op. Cit. Parte II pag Chesnais Françoise El fin de un ciclo. Alcance y rumbo de la crisis financiera Artículo publicado en Carré rouge/ La brèche nº 1 diciembre 2007 Enero Febrero 2008 (traducido al castellano para la revista Herramienta. Pag. 3
19 Adelantamos que no podemos más que coincidir con él en la caracterización de las novedades económicos políticas de la globalización que son precisamente las que le dan entidad de etapa per se. Amin afirma ( desde un enfoque que pretende no abandonar los marcos del materialismo histórico) que, a su entender, la vieja forma de polarización (el contraste entre el centro industrializado y la periferia no industrializada), que dominó desde 1800 hasta 1950, ha ido, progresivamente, siendo dejado atrás por la industrialización del este y del sur (por más desigual que esta haya sido). En estas condiciones la ley globalizada del valor definida para aquel período debe ser revisada teniendo en cuenta esta transformación cualitativa y, sintetizando sus anteriores descripciones sobre las características de esta nueva situación y aquellas que aportan los trabajos de Francois Chesnais (1994), Giovanni Arrigí (1994), Michel Beaud (1989), Kostas Vergopoulos (1993), Olivier Pastré (1992) y Michel Aglietta (1986). Se refiere a tres nuevas características diferenciales de este nuevo momento : 1)La profundización de la interdependencia de los procesos de producción que han avanzado en el desmantelamiento de los sistemas nacionales de producción pero que ha avanzado poco en su sustitución por un orden coherente globalizado de la producción- 2)La emergencia de nuevas formas de organización empresarial que han reducido la distinción entre los actores financieros y los actores industriales y 3) El impacto que todo esto ha tenido en las formas de exclusión tanto la exclusión interna de las sociedades más ricas como la exclusión a nivel global de continentes enteros como África François Chesnais en un artículo de la revista Carré Rouge afirma contundentemente que Con el cambio de siglo, a grosso modo entre 1992 y 2001, se produjo un cambio de período: no solo de fase en la lucha de clases, sino de período histórico. Este cambio ha sido muy poco analizado por quienes están comprometidos en el combate por la emancipación social 29 Más allá del uso arbitrario que hace Chesnais de los términos período y fase sobre cuyo fundamento no ensaya justificación alguna en el resto del artículo (ni por lo que sabemos en ninguna otra publicación suya) lo cierto es que nos habla de un cambio histórico muy importante. En cuanto a la fecha de producción de tal cambio alude a grosso modo a un espacio de tiempo de casi una década entre 1992 y2001. De todos modos lo que nos parece más importante de las reflexiones de Chesnais son las descripciones que hace en la segunda parte de su artículo sobre las características que diferencian este nuevo período del ( o de los?) anteriores. 29 Chesnais François Constatar el cambio radical de período, ayudar a comprender su contenido y consecuencias publicado en www.argenpress.info el 19 y el 20 de junio de 2007 como parte I y parte II
20 En primer lugar Chesnais afirma que La mundialización del capital surgida de la liberalización y de la desreglamentación ha significado la formación de un espacio (el mercado mundial ) que permite al capital poner a competir entre si a los trabajadores de distintos países. La puesta en competencia a distancia de los trabajadores es uno de los rasgos del nuevo período 30 Dice que la formación de este ejército industrial mundial se vino desarrollando en las dos últimas décadas (el artículo es de 2007) pero que dio un salto en el 2001 con la adhesión de China a la OMC, y de los países ex -socialistas a la Unión Europea. Y se refiere también llamativamente a que la la competencia ha vuelto a ser el mecanismo ciego descrito en El Capital lo que según él habla de un predominio de lo que Marx llamó anarquía de la producción. Vemos en esta última reflexión algún indicio de un giro dialéctico de este período post imperialista como regreso al capitalismo originario en forma de negación de la negación. Otro rasgo distintivo que marca Chesnais es el de que: No existe el regreso de las naciones. La mundialización vació de sustancia a la noción de soberanía para todas las burguesías o élites burocrático-capitalistas a excepción de algunas pocas que pueden contarse con los dedos de una mano. Los asalariados ya no modificarán más las relaciones con el capital en los límites de un solo país 31. No es esta una afirmación ligera se está planteando aquí un escenario nuevo tanto en los términos de las formas de acumulación capitalista como en lo concerniente a las bases de la estrategia del movimiento obrero y popular. Otra cuestión que marca Chesnais como novedosa del período es el de la crisis ecológica que considera que está en el centro del nuevo momento histórico y es concebida como un nuevo terreno de la lucha de clases Chesnais también es conocido por sus análisis referidos a lo que podría llamarse la cuestión financiera. Desde esa óptica también señala importantes novedades del capitalismo actual. Refiriéndose a las crisis financieras actuales (que dice que de alguna manera fueron vislumbradas por Marx al explicar las crisis de dinero ) afirma que Traducen la maduración de las contradicciones a nivel de la formación de la tasa de ganancia, así como de las condiciones de realización del valor y plus-valor (la bastardilla es nuestra) 32 y cita a Michel Aglietta en un párrafo en su artículo Le Capitalisme de Derain que a pesar de su extensión merece ser reproducido por su claridad expositiva en torno al rol de lo financiero en el momento actual: para mantener una ganancia alta y regular hace falta una demanda 30 Chesnais F op cit. Parte II pag 3 31 Chesnais F. op. Cit. Parte II pag. 4 32 Chesnais Françoise El fin de un ciclo. Alcance y rumbo de la crisis financiera Artículo publicado en Carré rouge/ La brèche nº 1 diciembre 2007 Enero Febrero 2008 (traducido al castellano para la revista Herramienta. Pag. 3
21 dinámica. La misma no puede provenir de los países emergentes, porque están en situación estructural de balanza de pagos excedente. No pueden provenir de los ingresos salariales, cuyo crecimiento es débil. Proviene de los ingresos distribuidos a los accionistas y a la élite dirigente, pero la masa global de esos ingresos es insuficiente para sostener una demanda agregada y creciente rápida. El capitalismo contemporáneo encuentra la demanda que permite realizar las exigencia de valor accionarial en el crédito a los hogares Este proceso alcanza su paroxismo en los estados Unidos. Alimenta los desequilibrios financieros que se acumulan siguiendo una pendiente sin contra tendencia. El lazo del crédito y el principio del valor accionarial es estrecho. Empujando al alza de los precios de los activos patrimoniales, el crédito desconecta el consumo del ingreso disponible (la bastardilla es nuestra) 33 Las tesis de la financiarización han recibido críticas en cuanto a su afirmación radical de que a partir de la reacción neoliberal la producción gira en torno a las necesidades y exigencias del capital financiero. Uno de esos críticos es Astarita para quien es un error caracterizar el ascenso del neoliberalismo como un asalto del sector financiero a los puestos de mando del capital Pensamos que lo que se llamó la política neoliberal fue mucho más que eso. Fue el ascenso de la reacción de toda la clase capitalista, apoyada en amplios sectores de las clases medias, contra los trabajadores y las capas populares más empobrecidas de los pueblos por ejemplo los campesinos pobres- para restablecer la rentabilidad y fortalecer las posiciones del capital frente a los explotados.se trató de algo mucho más profundo que el mero asalto de las finanzas y la imposición de tipos de interés altos durante algunos años a principios de los ochenta El capital industrial o comercial no fue sojuzgado por el capital financiero desde fines de la década de los setenta. El trabajo de conjunto, si fue subsumido de forma más completa al capital, sin distinciones de reacciones dentro de éste. 34 De todos modos más allá de la discusión a cerca de si hubo y hay o no un desplazamiento del sector productivo por el sector financiero del capital tanto los partidarios de uno y otro enfoque dejan en claro que estamos en presencia de un cambio histórico en la forma de funcionamiento del capital y que además lo financiero juega, al menos cuantitativamente, un rol que antes no jugaba en esa medida. Queremos detenernos en un autor cuya opinión respecto de este tema resulta particularmente interesante, como es el sociólogo español Andrés Piqueras Piqueras define a la globalización de la siguiente manera : El actual proceso fundamental condicionante de la correlación de fuerzas entre el capital y el Trabajo es la ofensiva 33 Chesnais F. op cit. Pag. 17 34 Astarita Rolando Crítica de la tesis de la financiarización (diciembre 2008)
22 globalizadora (de regulación unilateral del Sistema) llevada a cabo por el Capital con el apoyo de la drástica revolución científica y tecnológica en curso ( en la que confluyen los desarrollos en microlectrónica, informática, biogenética y robótica)que afecta profundamente a la totalidad de las relaciones sociales de producción, atañe al conjunto de los procesos productivos y motiva la redimensionalización del protagonismo del Trabajo como agente social y productivo así como de sus posibilidades de constituirse en sujeto histórico. 35 Pero Piqueras, en este trabajo que se inicia como un crítica a ciertas posiciones del llamado marxismo abierto, va más allá en cuanto a la cuestión de la periodización histórica: Cada fase capitalista se corresponde dialécticamente con diferentes formas políticas de organización del Trabajo y de su expresión como sujeto político (Las fases no han de ser interpretadas como compartimentos estancos, que explican todo dentro de si mismas, sino, al igual que las estructuras como inestables expresiones de un continuum de luchas de clase, verticales, horizontales y transversales. En cada una de ellas conviven formas o expresiones que son características de otros momentos o correlaciones de fuerza de la relación Capital/ Trabajo..Pero sería contribuir al oscurantismo reinante aceptar la propuesta autonomista de evitar comprender los rasgos más destacados de esa correlación en cada momento que es para lo que tiene valor esa periodización como análisis retrospectivo, capaz, al tiempo, de proyectar cierta luz hacia adelante-) 36 y propone: Repasemos unas y otras durante las etapas del capitalismo desde que este se hace maduro, o lo que es lo mismo desde que se convierte en el modo de producción hegemónico en las sociedades centrales primero y después en el resto del planeta 37 A partir de esta propuesta Piqueras periodiza al capitalismo en tres fases 1) Capitalismo liberal competitivo (primera industrialización) 2) Capital monopolista de estado (dos últimas décadas del siglo XIX a años 70 del siglo XX) y 3) Capital monopolista transnacional (mediados de los años 70 del siglo XX hasta la actualidad. Más allá de que no queda en claro la diferencia entre fase y etapas (que para nosotros no existe) y de algunas discrepancias en torno a los momentos en que se producen los cambios de una fase a otra lo cierto es que Piqueras es uno de los únicos, entre los autores que tratan estos temas, que ensaya una periodización que respeta las etapas de capitalismo inicial e imperialismo establecidas por el marxismo a partir del siglo XX y que reconoce a su vez a la 35 Piqueras, Andrés La mutua conformación del capital y el trabajo desde el capitalismo maduro al capitalismo senil y las formas sociales a que da lugar Ponencia para la III conferencia internacional La obra de Carlos Marx y los desafíos del siglo XXI La habana Cuba 3 al 6 de mayo de 2006 (pagina 8) 36 Piqueras A. op cit. Pags 8 y 9 37 Piqueras A. op. Cit pag 9
23 globalización como una tercera etapa y más aún propone establecer modos distintos dentro de la etapa imperialista. En Socialismo o Barbarie, István Mészàros promediando el ensayo anuncia, sin demasiados prolegómenos que la historia del imperialismo muestra tres fases distintivas 38 y las enumera a saber como: 1) El imperialismo moderno colonial temprano constructor de imperios, 2) El imperialismo redistributivo, disputado de manera antagónica por las grandes potencias en beneficio de sus casi monopólicas corporaciones y 3) El imperialismo hegemónico global. Al vernos obligados a deducir, ya que Mészàros no se explaya mucho más al respecto, tendríamos, en principio, que para este autor todo el capitalismo debe llamarse imperialismo ya que la característica de la primer fase moderno colonial temprana de algunos países europeos de expandirse a partes del mundo relativamente fáciles de penetrar se encuentra ya en los inicios de la modernidad capitalista La segunda fase redistributiva coincidiría con la efectivamente denominada imperialismo por Lenin que según Mészàros haría terminado en las postrimerías de la segunda guerra mundial y a partir de allí pero pronunciándose con el surgimiento de la crisis estructural del sistema capitalista de los setenta el imperialismo global con los EEUU como fuerza predominante. Ernst Mandel y la periodización del capitalismo Unos párrafos aparte merece la visión de Ernst Mandel respecto de la periodización del capitalismo y particularmente su relación con las ondas y los ciclos económicos. En principio hay que señalar que es Mandel uno de los primeros (y los únicos) que expresa claramente preocupación por la importancia del tema: La relación entre la leyes generales del movimiento del capital, tal como o descubrió Marx, y la historia del modo de producción capitalista constituye uno de los problemas más complejos de la teoría marxista. La magnitud de su dificultad puede medirse por el hecho de que nuca ha habido hasta hora una clarificación satisfactoria de esta relación 39 y Cuál es la razón de que esta integración de la teoría y la historia que Marx aplicó con tal maestría en los Grundisse y el Capital no haya sido nunca repetida con éxito para explicar estas etapas sucesivas del modo de producción capitalista? Por qué no hay todavía una historia del capitalismo satisfactoria como función de las leyes internas del capital? 40 38 Mészâros, István El siglo XXI. Socialismo o Barbarie Herramienta Buenos Aires 2007 (pag.61) 39 Mandel, Ernst El capitalismo tardío Ediciones Era México 1979 (pag. 14). 40 Mandel E, Op.cit. (pag.25)
24 Para explicar sucintamente el contenido del trabajo de Mandel en relación a la periodización del capitalismo es mejor apelar a una cita del trabajo de Claudio Katz de marzo de 2000 titulado Ernest Mandel y la teoría de las ondas largas : Su enfoque es afín a la tradición de periodización histórica del capitalismo inaugurada por Lenin y no a la tesis de ciclos regulares y sucesivos que plantearon Kondratieff y Schumpeter. Puntualiza una distinción cualitativa entre el ciclo y la onda y su principal originalidad es la conexión que establece entre la teoría del valor y los extensos períodos de contracción y expansión económica. Atribuye a la lucha de clases un papel explicativo central de estos procesos en polémica con las interpretaciones institucionalistas y hegemonistas, aunque no logra formular una demostración satisfactoria de la lógica periódica de este entrecruzamiento. Su enfoque incluye una teoría original de las revoluciones tecnológicas, que reformula la concepción schumpeteriana en función de la dinámica objetiva del proceso de valorización. Propone, además, una crítica al estancacionismo destacando que la dinámica del capitalismo e incompatible con la paralización de las fuerzas productivas (pag.1). Sin embargo no escapa Mandel a muchas de las contradicciones, confusiones y limitaciones en la exposición de l periodicidad histórica el capitalismo a que aludimos en forma genérica al inicio de este trabajo y tal vez por ello mismo entre otras cosas llega a conclusiones cuy inexactitud se ha encargado de comprobar el mero transcurso del tiempo. En El capitalismo tardío Mandel afirma inicialmente algo que parece toda una definición: La era del capitalismo tardío no es una nueva época del desarrollo del capitalismo. Es tan sólo un desarrollo posterior de la época del capitalismo imperialista y monopolista. Por implicación, pues, las características de la época imperialista, enumeradas por Lenin conservan toda su validez en el capitalismo tardío 41 Más allá del uso indiscriminado de términos como era o época en lugar de etapa o fase para referirse al imperialismo lo central de la afirmación radica en que para Mandel, entonces, el capitalismo tardío, que el está viviendo y afirmando que existe como momento histórico desde mitades de la década de 1960, estaría dentro de la etapa imperialista de Lenin, es decir que, conservando la terminología leninista, sería una sub etapa o subfase o un período dentro de la etapa, y sería en esta inteligencia que Mandel afirma que las características del imperialismo conservan toda su validez. Sin embargo a poco andar en el mismo trabajo Mandel reniega de que no haya una explicación satisfactoria de la nueva etapa de la historia del capitalismo que claramente 41 Mandel, E. op cit. pag 11( las bastardillas son nuestras)
25 comenzó después de la segunda guerra mundial 42 y a poco más afirma que la combinación de las tendencias desiguales del desarrollo de las proporciones fundamentales del modo de producción capitalista nos permitirá explicar la historia del modo de producción capitalista y, sobre todo, la tercera fase de su desarrollo que llamaremos el capitalismo tardío, por medio de las leyes de movimiento del mismo capital 43 Pero además Mandel ensaya en este mismo trabajo su hipótesis de periodización en forma explícita diciendo: La historia del capitalismo en el plano internacional surge así no sólo como una sucesión de movimientos cíclicos de una duración de 7 o 10 años, sino también como una sucesión de períodos más largos, de aproximadamente 50 años, de los cuales hasta hoy hemos experimentado cuatro: 1) El largo período que va dese fines del siglo XVIII hasta la crisis de 1847, caracterizado básicamente por la ampliación gradual de la manufactura manual o la manufactura impulsada por el vapor a la mayoría de las ramas importantes de la industria y de los países industriales. Esta fue la onda larga de la revolución industrial que alumbró al capitalismo. 2) El largo período que va desde 1847 hasta principios de la última década del siglo XIX, caracterizado por el surgimiento y la expansión de la maquinaria con motor de vapor, como la principal máquina motorizada. Esta fue la onda larga de la primera revolución tecnológica. 3) El largo período que va desde fines del siglo XIX hasta la segunda guerra mundial, y que se caracterizó por la aplicación generalizada de los motores de combustión interna, y eléctricos, en todas las ramas de la industria. Esta fue la onda larga de la segunda revolución tecnológica. 4) El largo período que empezó en Norteamérica en 1940 y en otros países imperialistas en 1945/48 caracterizado por el control generalizado de las máquinas por medio de los aparatos electrónicos (así como por la introducción gradual de la energía atómica). Esta es la onda larga de la tercera revolución tecnológica 44 Aquí ya Mandel no habla más de épocas o eras, pero tampoco retoma la nomenclatura leninista de etapas o fases, sino que introduce el concepto de períodos más precisamente largos períodos. Pero además se aparta de la periodización marxista clásica de al menos dos etapas: capitalismo de libre comercio y capitalismo monopolista (imperialismo) que se suceden a partir de, más o menos, 1870/1890, para introducir una sucesión de cuatro períodos caracterizados por el desarrollo tecnológico, sin explicar nada acerca de por qué esta periodización debe sustituir a la marxista-leninista o cual sería, si es que la hay, la articulación entre ambas. 42 Mandel E op cit pag 25 ( las bastardillas son nuestras) 43 Op cit pag.42 44 Op. Cit. pag117/118 (las bastardillas son nuestras)
26 Además si la historia del capitalismo es una sucesión de períodos que comienza a fines del siglo XVIII habría que pensar que Mandel discrepa con Marx (y varios más) en cuanto a que el capitalismo tiene sus orígenes bastante antes. Pero Mandel nada dice acerca de tamaña cuestión histórica. En su trabajo de 1980 acerca de una interpretación marxista de las largas ondas del desarrollo del capitalismo Mandel formula algunas apreciaciones sobre la cuestión que resultan de lo más avanzado que se pueda encontrar en la bibliografía marxista al respecto. Así señala que : Las ondas largas no son solo empíricamente demostrables. Ellas no representan simplemente la media estadística de determinadas extensiones de tiempo.ellas representan realidades históricas, segmentos de la historia toda del modo de producción capitalista que definitivamente tienen características diferentes 45.La importancia de este enfoque materialista de la cuestión alejado de todo formalismo se complementa con una visión dialéctica más profunda aun Podemos encontrar una importante confirmación de esta totalidad histórica de las ondas largas en la correlación entre series de tendencias ideológicas predominantes (predominantes al menos dentro del marco ideológico burgués) y las tendencias generales del desarrollo económico que ellas reflejan desde un prisma dado 46 Es decir que los diferentes momentos determinados por las ondas no son solo períodos económicos sino que son verdaderos momentos históricos en los que lo estructural y lo superestructural (por recurrir a cierto esquematismo expositivo) se acompañan y se inter influyen en el ritmo histórico determinado por el desarrollo del sistema. Así Mandel encuentra que precisamente el momento de acelerado crecimiento económico del período que el ciñe entre los años 1948 y1968 se caracterizó ideológicamente por el credo del creciente optimismo garantizado por el pleno empleo y la racionalidad tecnológica. A ello le podríamos agregar que fue el funcionalismo sistémico desde la teoría social el que pudo reinar entonces en esas condiciones. Pero luego a partir del declive de la onda larga depresiva de los años 70 y 80 en que la teoría económica de moda Keynesiana correspondiente al período anterior es reemplazada por el monetarismo. Y el agudizamiento de la condiciones de explotación por la mayor presión económica aplicada por las clases dominantes tuvo como efecto ideológico la proliferación de un irracionalismo y un escepticismo que tuvo como expresión en Francia por ejemplo a los nuevos filósofos pero también desde la extrema derecha norteamericana el darwinismo social la sociobiología y la justificación científica del racismo.. Y, con un reflejo dialéctico 45 Mandel Ernest Long waves of capitalista development. A marxist interpretation Verso London 1995 pag 76 (la traducción es nuestra). 46 Mandel E op cit pag 76 (la traducción es nuestra)
27 advierte también que este predominio del sesgo ideológico teórico irracionalista es el mismo que había estado en la base del pensamiento burgués antes del gran crecimiento, en el período de entreguerras. Es decir que Mandel logra advertir la existencia real de un proceso material de la historia que s total en cuanto abarca todos los aspectos del movimiento social económico político y cultural y que tiene de alguna manera una sucesión de fases que se niegan unas a otras, aunque no lo diga explícitamente. Esto es mucho más de lo que ha podido percibir el resto hasta hoy. Otras visiones Inmanuel Wallerstein desde su concepción del sistema mundo coincide en cierto sentido con las posiciones de Braudel en cuanto a la interpretación de los momentos históricos del capitalismo inicial. En relación al tiempo posterior a la Revolución Francesa tiene su propia visión Se pregunta Los años 1989-1991 marcan un viraje decisivo en la historia contemporánea. Casi todos parecen estar de acuerdo con eso. Pero viraje de dónde hacia dónde? 47 Y encuentra la respuesta en el supuesto hallazgo de un período políticamente homogéneo que según su visión va desde 1789 hasta 1989 que caracteriza ideológicamente como el del reinado del liberalismo y dentro del cual identifica dos movimientos revolucionarios mundiales clave : 1848 y 1968. El primer período interno de esta gran etapa, es decir el que va de 1789 hasta 1848 es en el que se forman o toman cuerpo las tres modalidades del pensamiento liberal que a su entender serían el conservadurismo liberal, el liberalismo propiamente dicho y el socialismo. En este primer período las tres modalidades habrían tenido un fuerte sesgo antiestatista. El segundo período, o sea el que va desde 1848 hasta 1968 estas modalidades ideológicas dentro del gran paraguas liberal habrían acusado un anómalamente una fuerte tendencia pro estatista. Y desde 1968 hasta 1989 se vuelve a transformar la estrategia de la economía mundo capitalista y se caracteriza por la destrucción del consenso liberal desembocándose con la caída del sistema socialista mundial en 1989 en el fin del liberalismo. Debe decirse que aunque más no sea porque soslaya sin decir una frase la división clásica del capitalismo de libre mercado con el capitalismo monopolista reconocida por varios e importantísimos autores marxistas y no marxistas, que esta versión del Wallerstein es poco más que antojadiza. 47 Wallerstein Inmanuel Después del liberalismo S XXI México 1996 pag. 231
28 No vamos a entrar de todos modos en una crítica más profunda de su visión en tanto que no es algo que esté conectado con su pensamiento fundamental acerca del sistema mundo y su concepción braudeliana de la historia mundial, sino que son ideas publicadas en distintos artículos en la década de los 90 y recogidas finalmente en el trabajo que se cita. De todos modos una teoría que trata de encontrar un elemento homogenizante en el tramo histórico que va desde la Revolución Francesa hasta el neoliberalismo de los 90, en el pensamiento liberal cae por su propio peso. La Globalización es una realidad que involucra al mundo entero y porque presenta una altísima complejidad obliga a afrontarla científicamente; lo que significa síntesis expositivas nuevas, que se sustenten en las viejas, para mostrar su desarrollo, como una nueva etapa del capitalismo, sistema que desde su inicio se ha sustentado en el mercado mundial 48 Esta frase a la que adherimos totalmente no es nuestra sino del profesor ecuatoriano Alberto Moreno Cornejo y es la frase inicial de su trabajo que va en el mismo sentido que el contenido de este ensayo La globalización última fase del capitalismo Pero no solo este título y esta frase inicial del trabajo interpretan nuestro pensamiento. Veamos Por otra parte, tratar sobre la globalización, aun dentro del ámbito de pensadores marxistas, podría considerarse que es alistarse bastante tarde, cuando tanto se ha dicho sobre el asunto, pero creo que algo se puede aportar para comprender a la globalización como una nueva fase del capitalismo, diferente cualitativamente al imperialismo, aunque muchos aspectos del mismo puedan mantenerse en ella, como en el imperialismo se mantuvieron formas del sistema en su fase de libre concurrencia, y, abrigar la posibilidad que se perfila de que sea la última fase de este sistema, al conjugar la interrelación de necesidad y casualidad, en que la superación que es necesaria, como lo anotó el propio Marx, se constituya en la casualidad del debilitamiento del sistema al pretender el dominio absoluto del mundo, en base al mercado, la tecnología y la comunicación, aumentando la pobreza y la riqueza, e lumpenproletariado y la lumpenburguesía, la omnipotencia de unos pocos y la subyugación de miles de millones 49 Aquí expone Moreno Cornejo una hipótesis similar a la nuestra no solo en cuanto a la consideración de la globalización como una etapa o fase distinta del imperialismo sino como la tercera y la última de todo el sistema y agrega, además, su concepción dialéctica de la 48 Moreno Cornejo, Alberto La globalización última fase del capitalismo http://www.globalizate.org/globalizacioncapitalismo.rtf pag 4 (el resaltado es nuestro) 49 Moreno Cornejo, A. op cit pags 4 y 5 (el resaltado es nuestro)
29 terceridad, como modo de síntesis, en la que se resuelven las categorías de la dialéctica ( el da el ejemplo de la necesidad y la casualidad). Moreno Cornejo profundiza además sus argumentos en cuanto a la diferencia cualitativa de la globalización con el imperialismo: La nupcialidad entre el capital industria y el capital financiero, con la íntima relación del capital comercial, ha crecido, con lo que se da un cambio cualitativo, en el que el dominio e as situaciones se han invertido, en que en definitiva el capital financiero, el capital ficticio, es el que domina la situación, l que en ninguna forma significa que lo industrial, con sus importantes rubros de producción de energía y de transporte, no pese en las determinaciones que se toma sino que siendo parte los mismos grandes industriales y sus empresas de las instituciones financieras, estas reciben el aporte del capital comercial y el dinero que se recibe por el interés con lo que se constituyen los grane recursos disponibles, por el juego que se da al dinero en inversiones actuales y futuras, con lo que la oligarquía financiera se siente dueña del mundo y dirige sus créditos hacia las actividades que más favorezcan al actual proceso de centralización de capitales. 50 Es decir que la globalización es la tercera etapa, es la última y su sesgo es financiero. En relación al tan debatido tema de los estados nacionales y la globalización Moreno Cornejo ensaya una lectura bien dialéctica de la situación superando la antinomia corriente En la actualidad el centro se diluye, aunque el estado nacional-capitalista de Amin permanece en toda su capacidad de acción en relación a mantener las reglas del sistema; pero cede paso a la importancia de las formas de inversión en que las cosas no hacen para el país centro y a través de este para su gran burguesía, convirtiendo al estado en ente monopolista, sino directamente para los monopolios que mantiene su sede principal en el Estado hegemónico o centro mundial, por que, en las propias naciones periféricas se sirve a esa empresa monopolista, en la versión nacional de ella que, e su conveniencia da la sensación de que se trata de algo propio y no de algo que actúa desde afuera 51 Finalmente en cuanto a la periodización del capitalismo Moreno Cornejo ensaya una propuesta muy similar a la nuestra aunque con denominaciones peculiares de cada etapa. Para él las fases históricas del capitalismo son tres: a)libre concurrencia; b)imperialismo colonialista; y c)imperialismo globalizador, lo que no se opone a que existan situaciones intermedias de transición 52 Y además especula también en coincidencia al menos en términos generales con nosotros q sobre las tres divisiones internas en períodos de la primera etapa La burguesía del estado llano sometida a la voluntad del Rey y de los nobles, 50 Moreno Corenjo, A, op cit pag 13 51 Moreno Cornejo, A. op cit pag 14 52 Moreno Cornejo op cit pag 29
30 despreciada por estos y sometida, se abrió paso, por la acumulación en la forma que fuese, principalmente usuraria y trasladó el poder económico del señorío a ella al darse la acumulación originaria ( lo que nosotros consideramos como primer períodos de la etapa capitalista inicial), que se aumentó, con el mercantilismo ( lo que nosotros consideramos el segundo período de la etapa capitalista inicial) que especializó la producción y generó la manufactura, con el obrero colectivo (lo que nosotros consideramos el tercer período de la etapa capitalista inicial). Estos son cambios en la cantidad o en la calidad, que determinaron aspectos de la realidad social y económica del capitalismo 53 Más allá de precisiones sobre los momentos en que estos períodos se iniciaron se con solidaron y terminaron no podemos más que coincidir en la sucesión de momentos internos de la primera etapa del capitalismo y en la caracterización específica de cada uno con sesgo financiero (usurario), el primero, comercial, el segundo y productivo, el tercero ( que además da lugar a la formación de la clase obrera) pero los tres dentro del sesgo general comercial de toda la etapa. Nuestra hipótesis, respecto de la globalización: También desde un enfoque ciertamente materialista histórico, como ya venimos adelantando, hemos de proponer una hipótesis de las etapas capitalistas, diferenciándolas entre un capitalismo inicial, que dura hasta fines del siglo XIX, una etapa imperialista, que dura hasta los años 1980 y una etapa de capitalismo globalizado que dura desde fines de los 80 hasta nuestros días y en la cual nos hallamos hoy inmersos. Si se acepta esta hipótesis se puede, desde un punto de vista dialéctico, encontrar rasgos en la globalización que repiten de manera sintética los aspectos de las dos primeras etapas en un movimiento de bucle de negación de la etapa anterior (imperialismo) la que a su vez es negación de la anterior (capitalismo inicial). De este modo la globalización volvería al capitalismo inicial pero en una vuelta de espiral que la pone en un plano superior a aquél y que incorpora aspectos centrales del la etapa intermedia. Este movimiento, en tríada, que constituye la esencia del pensamiento dialéctico, es inherente al enfoque materialista histórico, que (en términos muy sencillos) no 53 Op cit pag 29
31 es otra cosa que la aplicación de los principios de la concepción filosófica del materialismo dialéctico a la interpretación de la historia humana. En este sentido, si el paradigma económico del primer capitalismo fue el liberalismo, que tiene su madurez teórica en Adam Smith y que llega a su apogeo, en la práctica, con el libre comercio de la época del imperio neocolonial inglés del siglo XIX, la matriz económica desde fines de 1980 es el neoliberalismo y su sola denominación da, de por si, ya claros indicios de un cierto retorno sintético al patrón económico original en su forma neo. Es decir una vuelta al libre juego de la oferta y la demanda de los mercados pero en una versión de mercado global, y sin perder, los estados que comandan el proceso (particularmente EEUU), el sesgo keynesiano del estado poderosamente intervencionista, típico de la etapa intermedia del imperialismo, (principalmente a través del proteccionismo y el gasto militar llamado precisamente keynesianismo militar ) Paralelamente, en términos de forma predominante de reproducción del capital, pareciera ser que, si el primer capitalismo fue comercial en el sentido de tener su eje principal en el libre mercado de bienes y productos manufacturados, el segundo (imperialismo) fue productivo, industrial, de extracción directa de plusvalía y la diferencia en los términos del intercambio con los países dependientes, y la actual etapa, de globalización, es predominantemente financiera, en la forma de mercado libre global de capitales. Si esto fuera así tendríamos, en la sucesión de etapas históricas de la edad modernocapitalista, reproducidos los momentos de la dialéctica de la mercancía D-M-D de Marx en la fórmula más detallada D M (FT y MP) P M D donde FT es fuerza de trabajo, MP son los medios de producción y P el proceso productivo 54. Con lo que el primer capitalismo de sesgo comercial corresponde al momento inicial de la mercancía ( D-M), el segundo (imperialismo ) de sesgo productivo al momento intermedio (MPM ) y el tercero la globalización de sesgo financiero al comercio de dinero (M-D). Así, desde la lógica dialéctica, el movimiento interno del elemento que constituye la piedra basal del sistema, determina la dinámica histórica del sistema mismo. Por otra parte los sesgos de las etapas tiene una fuerte determinación por el grado de desarrollo de las fuerzas productivas respectivas. Si lo que más se desarrolla entre los comienzos del capitalismo y el siglo XIX son los medios de transporte, tanto marítimos como terrestres, yendo desde las caravanas, cruzadas y descubrimientos de continentes del inicio hasta el barco a vapor y el ferrocarril nonacentistas, esto se condice con el desarrollo principalmente del comercio, lo que remata en el imperio comercial inglés del siglo XIX, 54 Conf. Astarita,Rolando Crédito, crisis financiera y ciclo económico (octubre de 2008)
32 aunque, como venimos viendo, ni lo financiero ni lo industrial hayan para nada estado ausentes, sino que le dieron a su vez un sobre sesgo financiero comercial e industrial comercial al primer y tercer período de la etapa. La segunda etapa, industrial, respondió sobre todo al desarrollo energético de la electricidad y de la extracción petrolera y del acero lo que permitió la industria de industrias en gran escala y la tercera, financiera se vio superestimulada por el desarrollo particularmente vertiginoso de las comunicaciones. Propio de la globalización. Desde un enfoque no tan centrado en lo económico, si el primer capitalismo fue la época de la formación consolidación y afirmación de los estados nacionales con todo lo que ello significó en términos de estructuración de un orden único interno en cada nación, la globalización parece esgrimir el mismo impulso ordenador y unificador pero ya no respecto de los estados nacionales, que en cierta forma ven relativizado su papel soberano (aunque para nada extinguido), sino respecto del orden mundial, con una solo hegemonía estatal, la de EEUU (seguida en una postura de asentimiento cuasi-silencioso por la Unión Europea y Japón) y el surgimientos de organismos internacionales supraestatales en los que la influencia decisiva de los EEUU es más que evidente. Estamos hablando entonces de un bloque de poder y de dominación mundial formado por los grupos capitalistas que más concentraron en las últimas décadas que han colonizado definitivamente los estados de los principales países centrales particularmente el estado norteamericano y como apéndice los de los países más poderosos de la UE y el estado japonés Es hoy prácticamente imposible la pretensión de cualquier estado de desacoplarse y buscar un destino propio aislado de lo que acontezca en lo global. En este caso los estados nacionales parecen jugar el papel que jugaron las ciudades las villas y los feudos en su inicial resistencia a la aceptación del poder nacional central que imponían por entonces las monarquías absolutas. Es entonces también la globalización un proceso de concentración centrípeta de poder político, como lo fue el proceso de estructuración inicial del capitalismo. Pero ya no en escenarios nacionales sino a nivel global, (ha aparecido la cuestión política del gobierno mundial) integrando y desarrollando, también así, en el movimiento de síntesis, la tendencia internacionalista que emergió en la etapa intermedia del imperialismo. En este sentido el fortalecimiento de estados nacionales como los del países llamados emergentes particularmente China o el sendero de autodeterminación y defensa de la soberanía que se desarrolla en varios países latinoamericanos son hechos políticos que confrontan y desafían el hegemonismo imperial y que justamente por eso lo ponen de manifiesto.
33 Otro aspecto de la globalización que sugiere un regreso dialéctico a la etapa del primer capitalismo es el fenómeno de la exclusión, contrastante con el modelo de sociedad inclusiva del imperialismo, cuyo paradigma de organización político institucional es el estado benefactor y la plena ocupación como tendencias hegemónicas. Este fenómeno de la exclusión es comparable a la sociedad segregante del primer capitalismo que ya desde sus prolegómenos en el momento de la formación de los estados nacionales modernos (1200-1300) separaba (y excluía) religiosamente a los herejes como los otros fuera de la fe y que, luego, en el avance del desarrollo del sistema manufacturero y el capitalismo mercantilista excluyó a gran parte de la población campesina ( la inmensa mayoría de la población total) que expulsada de las mesnadas feudales por el impacto de la parcelación y las prácticas capitalista en la explotación de la tierra quedó en el limbo entre ese campo, que ya no la necesitaba, y una industria ciudadana incipiente,que todavía no la necesitaba. Este proceso es descrito claramente por Marx en el tomo I de El Capital Los vagos y los mendigos los enfermos, los pobres en general excluidos de cualquier radicación fija y de trabajo estable fueron ubicados en el lugar de el otro, sin pertenencia, y sospechados de criminales perseguidos y ejecutados. No es casual que las primeras leyes penales de la modernidad fueran las denominadas leyes de pobres (Poor Acts) de la Inglaterra isabelina. Finalmente en el siglo XIX las teorías criminales del positivismo y el racismo se encargaron de desarrollar los argumentos teóricos científicos para demostrar las subhumanidad de los integrantes del gran ejército de reserva proletario con los estereotipos del homo criminales, del vicioso y del haragán y justificar su segregación, eliminación o tratamiento recluyente estigmatizante y excluyente. También hacia el afuera del centro europeo. ésta primera sociedad capitalista y el poder político de esta etapa de estructuración y consolidación del capitalismo inicial, operaron en una dinámica excluyente respecto de los infieles del Islam, los colonizados, los nuevos esclavos para la producción agrícola capitalista de las colonias, y también respecto de los pueblos originarios de los países neocolonizados. Por su lado, la globalización tiene también como rasgo novedoso la exclusión y la segregación del que quedó fuera de los circuitos económicos del nuevo orden neoliberal y como tales son considerados como otros, extraños y peligrosos. En los países centrales este rol lo juegan principalmente los inmigrantes aunque también sectores nacionales marginales, En los países subdesarrollados la partición de la sociedad entre ricos y las clases media altas, que han concentrado poder económico aprovechando el impacto que ha tenido el nuevo esquema económico globalizado en sus países, se recluyen en clubes o barrios cerrados de los otros muchos que han quedado afuera y vagan por las calles buscando desechos, o permanecen a la
34 espera ( o al acecho) de alguna oportunidad,situación que ha tenido como consecuencia un claro aumento de la criminalidad. De alguna manera los desocupados, marginales e inmigrantes ilegales de la actual globalización no dejan de evocar como víctimas principales del nuevo neocapitalismo salvaje a los menesterosos de las épocas despiadadas de la constitución capitalista inicial. Son significativas en este sentido las palabras finales del capítulo 7 del trabajo de Hoogvelt citado anteriormente la clave para la preservación de este nuevo orden emergente es entonces no una cuestión económica sino una cuestión de ley y orden. El problema es como manejar a los segmentos excluidos de la sociedad. Las políticas de exclusión toman muchas formas. Podemos ver ejemplos en los fusilamientos de chicos de la calles en Brasil y Colombia y en las leyes y vigilancia anti-inmigratoria en las aguas mediterráneas alrededor de la fortaleza europea. Somos testigos de las políticas de encarcelación masiva en los Estados Unidos donde más de dos millones de personas (donde los negros, jóvenes y desempleados se encuentran sobrerepresentados) permanecen en las cárceles. En la etapa imperialista el empate político internacional, en términos de fuerzas ideológicas contrapuestas, que significó la existencia de países poderoso de ideología y estructuras económicas sociales y políticas contrarias al capitalismo, puso límites a la segregación hacia fuera ( crisis del neocolonialismo y surgimiento de los movimientos tercermundistas ) y abrió espacios en los escenarios nacionales para el desarrollo de movimientos políticos alternativos con potencialidades reales de disputa de poder. Todo ello se terminó con el advenimiento de la globalización generándose nuevas y distintas arenas de lucha política. No existe ya hoy un centro de poder alternativo al que de una forma u otra se referencien las fuerzas locales antisistémicas. Lo antiglobal (y anticapitalista) de hoy parece haber en cierta forma adquirido algo del espíritu que mandaba al original internacionalismo proletario, surgido a finales de la primera etapa capitalista. Esta nueva forma del movimiento político contestatario a la globalización parece, en cierta forma, estar respondiendo a un llamado, ya no al encolumnamiento detrás de una estrategia política internacional conformada e institucionalizada desde la óptica de poder de un solo estado o un grupo de estados, sino a la incorporación a una red de lucha mundial de individuos y organizaciones en los que resuena el eco del grito uníos del viejo manifiesto Concluimos entonces en una nueva visión, desde el marxismo, que afirma la existencia de tres etapas en el capitalismo que podríamos llamar la mundialización capitalista (1300-1880), el imperialismo capitalista (1890-1985) y la globalización capitalista (1990.)
35 Los tiempos de duración de las etapas se acortan significativamente de acuerdo a la dinámica del proceso histórico. Ello es entendible ya que esta dinámica está determinada por la velocidad de desarrollo de las fuerzas productivas 55 55 En este mismo sentido se ha expresado Giovanni Arrighi respecto de las oscilaciones periódicas de Pirenne: por otro lado, la velocidad de cada oscilación, medida por el período de tiempo que ha invertido cada régimen en formarse, devenir dominante y alcanzar sus límites se ha incrementado de modo constante con la escala y con el radio de acción de las agencias líderes de los procesos sistémicos de acumulación de capital Arrighi, Giovanni El largo siglo XX. Dinero y poder en los orígenes de nuestra época AkalMadrid.1999 (pag. 396)
36 VII La globalización tercera y última etapa del capitalismo. Si se busca en la red informática tanto en español como en inglés referencias a la globalización, como una etapa del capitalismo, se verá que las referencias concretas son muy escasas. Mucho menos se encontrará si, además, a la referencia de búsqueda se le añade la circunstancia de que, como etapa, sea, además, la última de todo el proceso capitalista. Por qué un fenómeno tan tremendamente contrastante con el imperialismo, que vivimos sin solución de continuidad desde principios de siglo hasta mediados de los 80, no ha dado que pensar en una nueva etapa del capitalismo a los autores y a los dirigentes políticos marxistas? Sobre todo, cuando su consideración como etapa implicaba una tan dialéctica división triádica del proceso total del propio capitalismo, mostrando, la brutal avalancha globalizadora, elementos tan evidentemente sintéticos de los dos momentos anteriores de dicho proceso total. La explicación debe buscarse tal vez, justamente, en el sentido con que se usa aquí del término avalancha. El imaginario erróneo ( pero inevitable) de la finalización del capitalismo y el advenimiento del socialismo en algún momento durante la etapa imperialista, aceptándose demasiado textualmente la afirmación, circunstancial, de Lenin sobre lo de última etapa, al calor de los logros impresionantes del socialismo en el siglo XX y particularmente al calor del entusiasmo revolucionario que generaron las lucha en auge en la década de los 60 y 70, llevó, a quienes participamos activamente de este último momento de excitación revolucionaria, a experimentar una frustración durísima con el agotamiento y caída del proceso del socialismo real en los lugares en que más se había desarrollado. La reposición del duro golpe ideológico recibido y los esfuerzos por resistir el aluvión de teorías de la globalización que intentaban arrasar con todos los principios y aportes fundamentales del marxismo a la comprensión de la realidad y de negar incluso verdades científicas que se creía que ya habían alcanzado un consenso inconmovible como la propia teoría de la evolución humana, hizo imposible que en un principio pudiera haber espacio y tiempo para el análisis con profundidad de estos elementos nuevos surgentes que invitaban a la reflexión dialéctica seria. A poco andar comenzaron a surgir también interpretaciones pretendidamente marxistas que recurriendo a elementos válidos que fueran el aporte del desarrollo de las ciencias sociales y políticas de los 80 y los 90 engendraron constructos teóricos de alta complejidad y efectivo poder de confusión entre los que destacan por ejemplo los de Holloway y los de Negri, a los
37 que hubo que salirles al paso. La tarea no ha sido sencilla en cuanto la propia estructura de propaganda teórica burguesa los alentaba, sobre todo en aquellos aspectos más claudicantes. Sin embargo con el paso del tiempo y principalmente con el desarrollo de los acontecimientos en todo este mundo globalizado aparece hoy la posibilidad de pasar de cierta imprescindible defensiva teórica a abordar los desafíos del desarrollo de la propia teoría revolucionaria sin el cual y esto se ha repetido después de los clásicos del marxismo hasta el cansancio aunque la mayoría de las veces sin comprenderse el sentido profundo de la afirmación- la revolución es imposible. Hay dos caminos que no llevan al desarrollo del marxismo: uno es el que lleva de regreso oculto tras terminología novedosa y construcciones teóricas originales a viejas interpretaciones burguesas de la realidad que precisamente el marxismo se ha encargado en su momento de poner en evidencia como falsas. Otro es la simple adecuación - a veces con forceps - de las construcciones teóricas marxistas, desarrolladas para comprender otros momentos de la realidad histórica social política y económica, a la realidad actual. Pensamos que la concepción de la globalización como tercera etapa del capitalismo abre la puerta a ese desarrollo del marxismo-leninismo como teoría revolucionaria y permite no solo interpretar no solo con mayor precisión en forma directa los acontecimientos humanos actuales sino que (y esto también es esencial para una interpretación correcta de la actualidad) permite entender mejor los tiempos inmediatamente pasados, como la etapa imperialista sus momentos internos, su final y sobre todo la cuestión de la imposibilidad material de que el capitalismo se hubiera agotado en ella. Esto no es una cuestión menor ya que de entenderse ello así queda en claro que el agotamiento de la experiencia soviética y su incapacidad de continuar y extenderse no se puede atribuir simplemente a cuestiones coyunturales y mucho menos a errores tácticos o estratégicos. Tal enfoque haría, desde nuestro criterio, mucha más justicia al proceso soviético como un todo y ayudaría a poner muchas cosas en su lugar al respecto, lo que por otra parte es imprescindible si se quiere tener éxito en la lucha ideológica y teórica revolucionaria actual. El otro término que integra nuestra propuesta teórica respecto de la globalización es el de que esta tercera etapa es la última.
38 Algo impactante que puede ayudar a ver con más convicción la inminencia de un fin de época que va mucho más allá de el paso de una etapa a otra y que significa un cambio civilizatorio 56, es el hecho cada vez más comprobable de que está en riesgo el propio planeta y que el daño in crescendo es imposible de para en el marco de los parámetros de la organización social y política que implica el capitalismo la competencia y la guerra 57 La densidad de este pronóstico de terminalidad se espesa si se tienen en cuenta los tiempos históricos que resultan de la proyección lineal, con la acotación proporcional correspondiente dentro del marco de nuestra propuesta. Esto es que la conclusión del capitalismo como modo de producción determinante de la época está en sus prolegómenos en estas décadas que se avecinan. La afirmación no puede (afortunadamente) más que inquietar los ánimos responsables, retrotraer a innumerables anuncios de situaciones prerrevolucionarias no consolidadas en ninguna revolución mundial y finalmente conducir al interrogante sobre: el sujeto histórico. La inquietud de ánimos de aquellos que sienten un compromiso real con el futuro de la humanidad no nos preocupa porque es en realidad nuestro propósito. En cuanto a los anteriores anuncios revolucionarios frustrados no nos habremos de hacer cargo en tanto y en cuanto lo que aquí presentamos es un análisis teórico coherente con una lógica analítica interna por lo que no debatiremos con sensaciones o intuiciones pasadas, de las que por lo demás desconocemos sus fundamentos concretos, si es que los tuvieron, sino con aquellas ideas que pongan en cuestión (con sus respectivos fundamentos) a las que aquí exponemos y /o a nuestro método de análisis. Respecto del sujeto histórico no es el objeto de este trabajo que como ya se ha de haber advertido se concentra más en los aspectos objetivos del proceso histórico. De todos modos no puede dejar de señalarse que, desde un punto de vista materialista dialéctico, lo objetivo y lo subjetivo no son más que dos aspectos en tensión de una misma realidad. Y si se levanta un poco la mirada de las urgencias inmediatas y los obstáculos al paso en cada lugar en que se 56 No es poco significativo que uno de los mayores líderes marxistas del mundo como es Fidel Castro Ruz utilice ese término en una forma nada casual. 57 En este sentido el libro de periodista francés Hervé Kempf Para salvar el planeta salir del capitalismo (Capital Intelectual BS. As. 2010) es muy significativo no tanto por su contenido que es comparable a algunas otras publicaciones sobre el tema sino por la inflexión analítica que lleva a este intelectual no comunista y de posiciones en todo caso liberales a empezar a entender que en la medida en que haya competencia capitalista, consumismo y diferencias sociales, la degradación del planeta es imparable. Su publicación anterior se tituló Como los ricos destruyen el planeta
39 esté tratando de impulsar el cambio político y social a través de la lucha popular se verá que la dimensión que han adquirido estas luchas en cantidad y calidad en toda la extensión del planeta es inédita, sus formas de organización superan todas las imaginables anteriormente y el grado de comunicabilidad e interconexión empieza a tener un cariz que habríamos envidiado en épocas del imperialismo. Por otra parte el sujeto histórico no es un algo que uno pueda sentarse a esperar verlo formado para sumarse a él sino que está en nosotros mismos, en la confianza (científica) de que los cambios son inevitables y, particularmente, en la medida en que esa confianza nos predispone a ir por más. Resta un capítulo de este ensayo que debería abordar la cuestión de los períodos internos de la tercera y última etapa del capitalismo, la globalización en la que hoy estamos. Siempre es más complejo escribir sobre tendencias históricas actuales por la carencia de perspectivas que si tenemos hacia los hechos del pasado. La globalización como tercera y final etapa de todo el proceso es asimismo la más corta y si se efectúan simplistas cálculos proporcionales de tiempos de duración de las anteriores tal y como están propuestas en nuestra hipótesis aquí planteada no podría durar más que algunas décadas. Creemos que un primer período de esta última etapa ha concluido en los primeros años de la década de 2000. Son particularmente significativos los rasgos de profundización del sesgo financiero de la etapa desde fines de los 90 y comienzos de 2000 y sugerentes los cambios políticos sucedidos a partir de 2001. En principio con los elementos a la vista por el momento podría empezar a afirmarse que en la globalización se repiten los sesgos de los períodos de la primera etapa, invertidos, es decir que tendríamos primero una globalización financiero-productiva, después una globalización financiera y finalmente un período financiero comercial La evidencia del primer período está en la supuesta revolución productiva que significó la avalancha de privatizaciones de elementos neurálgicos del aparato productivo y de servicios durante los 90, que incluyó los mega aparatos productivos del implosionado socialismo, y el hecho de la instalación de la hiperfábrica mundial en China y parte en India. Todo lo que implicó la instalación de un complejo industrial jamás visto. Todo ello por supuesto
40 determinado por la dinámica financiera de la etapa es decir la estructuración del hipermercado financiero global. El segundo período en el que nos encontramos es financiero puro y está evidenciado por la burbuja financiera que se reproduce a si misma ya con total independencia del aparato productivo y comercial real. De hecho estamos en el fin de este período que con bombos y platillos se desbarranca hacia la crisis financiera ( con grave s impactos en lo económico real), tampoco vista jamás anteriormente.. El tercer y último período de la última etapa del capitalismo amenaza con la hipercompetencia comercial por los mercado, una avalancha de autodefensas proteccionistas y el riesgo de que, como en situaciones parecidas del pasado, la lucha económica derive en lucha bélica desembozada o en modalidades de guerra de baja intensidad, cada vez más graves. No olvidemos que el comercio, en la era de la violencia del hombre contra el hombre, siempre fue la otra cara de la guerra. A ello debe agregarse la precisamente denominada guerra de monedas que es en realidad la forma cambiaria-financiera de la guerra comercial. Pero estas son solo pinceladas. El desarrollo de estos análisis urgentes es una tarea colectiva, que debería hacerse cuanto antes, y en la medida que las afirmaciones fundamentales efectuadas en las páginas precedentes tengan algún eco en la intelectualidad marxista actual.. En este punto debemos recurrir a un autor que por diversas razones resulta imprescindible al momento de establecer una caracterización de la época y sobre todo al momento de hacer las predicciones mínimas sin las cuales todo análisis teórico político carece de sentido Este analista económico político es Jorge Beinstein. Recurrir a él a esta altura de nuestras reflexiones se hace imperioso en primer lugar porque Beinstein viene anunciando con bastante detalle la llegada de esta crisis del sistema como crisis terminal desde hace bastante tiempo. Sin esforzarnos por ir más atrás en 2004 Beinstein publicó su artículo Estados Unidos en el centro de la crisis mundial (1) 58, en el que entre otras cosas afirma Estados Unidos salió de la recesión hacia fines del 2001 inflando una segunda burbuja financiera, cuya base no fue esta vez la especulación bursátil sino el negocio inmobiliario. Se produjo una nueva concentración de ingresos impulsada por las reducciones fiscales a los ricos, los gastos militares y otras transferencias de recursos públicos a camarillas 58 http://www.rebelion.org/noticia.php?id=6924 Artículo publicado en "Enfoques Alternativos", n 27, Buenos Aires, Octubre 2004
41 económicas asociadas al gobierno, entre estas las multinacionales petroleras que orquestaron la invasión a Irak. Dicha reactivación amplió los viejos desequilibrios, generó nuevos y rehabilitó otros que dormían durante la era Clinton. El resultado ha sido una avalancha de problemas que desbordan la capacidad de control del sistema empujándolo la crisis...de todos modos de seguir así esta relación perversa donde los norteamericanos acumulan déficit y deudas mientras los otros acumulan una enorme montaña de papeles destinados a desvalorizarse y donde todos juntos depredan velozmente los recursos petroleros (pilar decisivo de la economía global); la civilización burguesa entrará pronto en una seguidilla de turbulencias y depresiones imposibles de controlar...por consiguiente la culpa es compartida, la mundialización del capitalismo coloca a todas las clases dominantes de las potencias en el mismo barco, que también dispone de camarotes de segunda y tercera clase para las burguesías periféricas, atrapadas por la telaraña financiera. Ninguna de ellas puede tomar distancia del desastre, la que sale del juego cae aunque si persiste caerá tarde o temprano arrastrada por la futura depresión global. Esto significa que no existe espacio histórico para potencias de reemplazo del Imperio en decadencia, tampoco lo hay para la autonomización durable de los capitalismos subdesarrollados En segundo lugar si bien varios autores se refieren a momentos terminales del capitalismo con terminología como tardío (Mandel) o senil (Amin) sólo Beinstein, compartiendo la alusión a la senilidad, relata el dinamismo de la crisis como final en sus detalles e interrelaciones y da la idea de la inminencia (en términos históricos) de la caída final del sistema. Beinstein no se deja confundir por los augurios continuistas o recuperacionistas. Devela la inconsistencia de visiones cíclicas ( que en última instancias siempre portan dejos de conservadurismo): Esto me permite plantear la hipótesis de que así como ocurrió hace cerca de un siglo con los ciclos decenales de Juglar podemos actualmente sostener que las ondas largas de Kondratieff han perdido validez científica, la fase descendente del cuarto Kondratieff ha sido triturada por la nueva realidad, la economía mundial completamente hegemonizada por el parasitismo financiero obedece a una dinámica radicalmente diferente de la vigente durante la era del capitalismo industrial 59 En tercer lugar encontramos importantes correspondencias entre la visión periodizadora del capitalismo de Beinstein y la nuestra. 59 Beinstein, Jorge La crisis en la era senil del capitalismo El viejo Topo Barcelona nº253 febrero 2009
42 En primer lugar la fecha de comienzo de la primera etapa si bien esta fijada por Beinstein en su cuadro en el siglo XVIII en sus textos ello se relativiza muchas veces aceptándose que los inicios del proceso pueden ir bastante más atrás. Esa etapa es denominada estado liberal ascendente que es la forma de estado que corresponden a la dinámica económica del capitalismo de libre competencia. La segunda etapa en el cuadro de Beinstein corresponde al estado intervencionista propio del imperialismo o del capitalismo monopolista de estado, y la tercera al neoliberalismo, es decir a la globalización. En cuanto al comienzo de la tercera etapa Beinstein asume que su preparación comienza en los 70 aunque siempre recalca que se consolida en los 80/90. En todo caso Beinstein no hace el centro de su trabajo en las periodizaciones y menos aun en las fechas o tiempos de cambio de un momento histórico a otro, pero finalmente termina mostrando un proceso triádico en el que la tercera etapa de la globalización neoliberal resulta ser la última y precisamente y esto es lo más importante en la que se desencadena una crisis general, irreversible e inminente de todo el sistema. Ahora un párrafo de Beinstein que resulta crucial a la hora de interrogarnos sobre el sujeto histórico Aquí es necesario señalar una diferencia decisiva entre la situación actual y las condiciones culturales en las que se apoyó el ciclo de revoluciones que despegó con la Primera guerra mundial. El actual comienzo de crisis dispone de una herencia única que es posible resumir como la existencia de un gigantesco patrimonio democrático, igualitario, acumulado a lo largo del siglo XX a través de las grandes tentativas emancipadoras revolucionarias, reformistas, antiimperialistas más o menos radicales, incluso con objetivos socialistas muchas de ellas. Centenares de millones d oprimidos y explotados en todos los continentes realizaron un aprendizaje excepcional, obtuvieron victorias, fracasaron, fueron engañados por usurpadores de todo tipo, recibiendo el ejemplo de dirigentes heroicos etc. Esta es otra manera de mirar al siglo XX: como una gigantesca escuela de lucha por la libertad donde lo mejo r de la humanidad ha aprendido muchas cosas que han quedado grabadas en su memoria histórica, no como recuerdo pesimista de un pasado irreversible sino como descubrimiento como herramienta cultural cargada definitivamente en su mochila de combate. Hacia 1789 cuando las esperanzas generadas por la Revolución Francesa agonizaban Kant sostenía con su tozudez que un fenómeno como ese no se olvida jamás en la historia humana. Es demasiado grande, demasiado ligado al interés de la humanidad, demasiado esparcido en virtud de su influencia sobre el mundo, por todas sus partes, para que los pueblos no lo
43 recuerden en alguna ocasión propicia y no sean incitados por ese recuerdo a repetir el intento. El siglo XX equivale a decenas de revoluciones libertarias como la francesa y mucho más que eso si lo vemos desde el punto de vista cualitativo. El patrimonio cultural democrático disponible ahora por la humanidad oprimida, almacenado en su memoria al comenzar la crisis más grande de la historia del capitalismo es mucho más vasta, rica densa que la existente al comenzar la anterior crisis prolongada del sistema (1914-1945) El poscapitalismo no solo constituye una necesidad histórica (determinada por la decadencia de la civilización burguesa) sino una posibilidad real, tiene una base cultural inmensa, nunca antes disponible. La esperanza, el optimismo histórico aparecen son visibles a través de las ruinas, de las estructuras degradadas de un mundo injusto. 60 Esta es la idea que deben internalizar aquellos que están preocupados por la aparición del sujeto histórico y cuya preocupación no les deja ver que ese sujeto histórico ya está actuando sin esperarlos a ellos. En este sentido los partidos de izquierda, revolucionarios que han sido protagonistas de las epopeyas del siglo XX y que se encuentran privilegiadamente pertrechados de ese patrimonio democrático y revolucionario son los que mayor responsabilidad tiene de entender la significación de los tiempos actuales, la inminencia de los cambios. Los que mayor responsabilidad tiene de encontrarse con las ideas expuestas en trabajos como los Beinstein o como hoy les presentamos para a menos debatir con profundidad su fundamentos. Particularmente aquellos partidos u organizaciones que tiene estructuras de red internacionales ya que la complejidad y la inminencia de la hora necesitan de un debate colectivo internacional urgente desde la izquierda y el marxismo sobre la caracterización de la época y la articulación de estrategias regionales e internacionales a la altura de las circunstancias. De lo contrario tal vez las circunstancias los pasen por encima. --------------------------------------------- MARIANO CIAFARDINI 60 http://www.kaosenlared.net/noticia/comienzo-largo-viaje-crepusculo-capitalismo-nostalgias-herenciasbarba ( pag. 13)


LA GLOBALIZACION TERCERA (Y ÚLTIMA) ETAPA DEL CAP
ITALISMO Un análisis desde el
materialismo histórico.
Solapa:
Mariano Ciafardini es abogado, doctorando en Cienc
ias Políticas y Sociales de la Universidad
de Buenos Aires, miembro del Instituto Argentino de
Geopolítica. Integra la comisión de
Asuntos Internacionales del Partido Solidario de la
Argentina . En esta última calidad ha
actuado como representante de dicho partido ante e
l Foro de San Pablo. Es colaborador de la
publicación “Cuadernos Marxistas”. Tiene por otra
parte vasta actividad académica y
numerosas publicaciones en el ámbito de la criminol
ogía crítica.
Dedicatoria
A la memoria de Vladimir Ilich (Lenin) Ulianov (1
870-1924)
Prólogo
Este ensayo no surge como un estudio en si mismo si
no como un subproducto de una
investigación mayor. Es en realidad un estudio prel
iminar que me exigió otra obra en la que
estoy involucrado denominada por el momento “Capit
alismo y Criminalidad” que intenta
explorar y mostrar la imbricación de la llamada “cu
estión criminal” o la fenomenología de
delito y el castigo, con el proceso de nacimiento a
uge y declive del capitalismo moderno.
Ello como puede resultar evidente me impuso entonc
es adentrarme en la cuestión de los
momentos períodos y etapas de tal edad moderno-cap
italista de la historia humana.
Pero no solo eso, sino que el estudio de la dinám
ica de la “cuestión criminal”, tanto en la
forma real que fue adquiriendo la conflictividad
y sus intentos de control social por el poder
político, como el devenir recursivo de las explic
aciones político sociológicas del conflicto y la
justificación del control, me fueron evidenciando
la existencia dentro de este proceso, de
distintos lapsos históricos mayores y menores, q
ue se incluían unos dentro de otros, con
saltos cualitativos y regresiones dialécticas. Y to
do ello me ha permitido vislumbrar así, desde
del análisis de un fenómeno, que, como el criminal,
estaría ubicado en lo que se ha
denominado “la superestructura”, el movimiento del
proceso histórico capitalista en su
totalidad, al menos en sus rasgos más generales.
No voy a desarrollar aquí mayores detalles de aque
llos análisis histórico-criminológicos y
exploraciones sobre el conflicto y el control en l
a modernidad, ya que no es el sentido de este
trabajo y se trata precisamente del objeto de la f
utura obra mencionada, que, con suerte se
terminará próximamente. Pero sí debo decir que par
a lograr explicaciones más acabadas de
lo que surgía de la dinámica propia del fenómeno c
riminal y político criminal analizado me
fueron resultando cada vez de más y más utilidad,
por untado, las visiones de Fernand Braudel
en cuanto al desarrollo de lo que, desde el punto
de vista marxista, se considera la primera
gran etapa del capitalismo , es decir la de la “li
bre” competencia ( desde l1300 al 1880 y, por
otro, los de un grupo de autores marxistas que escr
ibieron en los números 5 y 6 .del “Socialist
Register” para lo que, también según la óptica mar
xista, se considera la segunda gran etapa
del capitalismo, es decir el imperialismo, que aba
rca más o menos el siglo XX .
Con respecto a la globalización que es la novedad
analítica que introduce este ensayo como
tercer y última etapa del capitalismo debí arreglár
melas solo, ya que no existe perspectiva
histórica aun para su análisis,(cualquiera que sepa
de historiografía sabrá lo complejo que es
hacer análisis históricos de los procesos coetáneo
s), ni bibliografía alguna que considere a la
globalización desde el punto de vista del “periodic
ismo” histórico marxista o no marxista.
Este ensayo pretende desarrollar un análisis marxi
sta y por lo tanto su enfoque se realiza
necesariamente desde el materialismo histórico, po
r eso las cuestiones de la economía
LA GLOBALIZACION TERCERA (Y ÚLTIMA) ETAPA DEL CAP
ITALISMO Un análisis desde el
materialismo histórico.
Solapa:
Mariano Ciafardini es abogado, doctorando en Cienc
ias Políticas y Sociales de la Universidad
de Buenos Aires, miembro del Instituto Argentino de
Geopolítica. Integra la comisión de
Asuntos Internacionales del Partido Solidario de la
Argentina . En esta última calidad ha
actuado como representante de dicho partido ante e
l Foro de San Pablo. Es colaborador de la
publicación “Cuadernos Marxistas”. Tiene por otra
parte vasta actividad académica y
numerosas publicaciones en el ámbito de la criminol
ogía crítica.
Dedicatoria
A la memoria de Vladimir Ilich (Lenin) Ulianov (1
870-1924)
Prólogo
Este ensayo no surge como un estudio en si mismo si
no como un subproducto de una
investigación mayor. Es en realidad un estudio prel
iminar que me exigió otra obra en la que
estoy involucrado denominada por el momento “Capit
alismo y Criminalidad” que intenta
explorar y mostrar la imbricación de la llamada “cu
estión criminal” o la fenomenología de
delito y el castigo, con el proceso de nacimiento a
uge y declive del capitalismo moderno.
Ello como puede resultar evidente me impuso entonc
es adentrarme en la cuestión de los
momentos períodos y etapas de tal edad moderno-cap
italista de la historia humana.
Pero no solo eso, sino que el estudio de la dinám
ica de la “cuestión criminal”, tanto en la
forma real que fue adquiriendo la conflictividad
y sus intentos de control social por el poder
político, como el devenir recursivo de las explic
aciones político sociológicas del conflicto y la
justificación del control, me fueron evidenciando
la existencia dentro de este proceso, de
distintos lapsos históricos mayores y menores, q
ue se incluían unos dentro de otros, con
saltos cualitativos y regresiones dialécticas. Y to
do ello me ha permitido vislumbrar así, desde
del análisis de un fenómeno, que, como el criminal,
estaría ubicado en lo que se ha
denominado “la superestructura”, el movimiento del
proceso histórico capitalista en su
totalidad, al menos en sus rasgos más generales.
No voy a desarrollar aquí mayores detalles de aque
llos análisis histórico-criminológicos y
exploraciones sobre el conflicto y el control en l
a modernidad, ya que no es el sentido de este
trabajo y se trata precisamente del objeto de la f
utura obra mencionada, que, con suerte se
terminará próximamente. Pero sí debo decir que par
a lograr explicaciones más acabadas de
lo que surgía de la dinámica propia del fenómeno c
riminal y político criminal analizado me
fueron resultando cada vez de más y más utilidad,
por untado, las visiones de Fernand Braudel
en cuanto al desarrollo de lo que, desde el punto
de vista marxista, se considera la primera
gran etapa del capitalismo , es decir la de la “li
bre” competencia ( desde l1300 al 1880 y, por
otro, los de un grupo de autores marxistas que escr
ibieron en los números 5 y 6 .del “Socialist
Register” para lo que, también según la óptica mar
xista, se considera la segunda gran etapa
del capitalismo, es decir el imperialismo, que aba
rca más o menos el siglo XX .
Con respecto a la globalización que es la novedad
analítica que introduce este ensayo como
tercer y última etapa del capitalismo debí arreglár
melas solo, ya que no existe perspectiva
histórica aun para su análisis,(cualquiera que sepa
de historiografía sabrá lo complejo que es
hacer análisis históricos de los procesos coetáneo
s), ni bibliografía alguna que considere a la
globalización desde el punto de vista del “periodic
ismo” histórico marxista o no marxista.
Este ensayo pretende desarrollar un análisis marxi
sta y por lo tanto su enfoque se realiza
necesariamente desde el materialismo histórico, po
r eso las cuestiones de la economía

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