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El Capitalismo del Siglo 21: Crisis, Desigualdad y Déficit Democrático
Andrés Solimano | Viernes 17 de enero 2014 14:52 hrs.
Claves: capitalismo, crecimiento, siglo XXI
El capitalismo del Siglo 21 se caracteriza por una creciente diferenciación entre centro y periferia, con esta última creciendo más rápido que el centro y con fortalezas en su capacidad de generar ahorros exportables. Este “nuevo” capitalismo, de variante neoliberal, también muestra una alta frecuencia de crisis económicas, seguida de costosas políticas de austeridad junto a una tendencia a la acentuación de la desigualdad de ingresos y riquezas; en este contexto destaca el fortalecimiento de pequeñas pero poderosas élites económicas. Estas tendencias globales tienen implicancias geopolíticas y económicas importantes. Una de estas es sobre el carácter de la democracia la que se ha vuelto de baja intensidad y poco participativa dada la brecha existente entre la enorme influencia de las élites económicas que movilizan sus amplios recursos para influir, unilateralmente, en las decisiones políticas de las sociedades capitalistas y el escaso poder e influencia de las clases medias y los sectores populares y menos favorecidos de la población. Asimismo, este capitalismo del siglo 21 ha traído consigo un déficit democrático no solo a nivel nacional sino también a nivel global. Un ejemplo reciente de lo anterior es que varias economías europeas se han transformado en verdaderos “Protectorados” del FMI, Banco Central Europeo y la Comisión Europea, la llamada Troika. En efecto, este conjunto de instituciones dictan las políticas públicas de los países Europeos en crisis con evidente menoscabo de su soberanía y autonomía nacional y del derecho a decidir sus propias políticas económicas y sociales.
Después de media década del inicio de la Gran Recesión: Dónde Estamos?
A más de cinco años del inicio de la crisis del 2008-2009 en Estados Unidos, la que se propagó rápidamente a Europa afectando el centro del capitalismo mundial, es evidente que los costos de esta han sido enormes en términos de desempleo, estancamiento económico y tensión social. No obstante, se vislumbra para el 2014 una cierta recuperación del crecimiento del Producto Interno Bruto, PIB, para EE.UU y la zona Euro, aunque insuficiente para resolver los problemas acumulados tras más de media década de crisis.
La crisis ha golpeado más fuertemente a los países de la periferia de Europa: Portugal, Irlanda, España, Italia y Grecia que a las economías centrales de esta región; incluso Alemania ha logrado progresar mientras el resto de Europa se contrae. Un indicador dramático de esta crisis es el desempleo juvenil que ha superado el 50 por ciento de la fuerza de trabajo en países como España y Grecia. La prevalencia del Euro ha eliminado la posibilidad, a nivel nacional, de usar políticas monetarias expansivas necesarias para estimular la economía. Asimismo la política fiscal también ha estado bastante restringida por el endeudamiento público y, en especial, por las condiciones que imponen la EU y la Troika desde el 2010.
Como se señaló al comienzo cabe destacar la pérdida que han experimentado los estados nacionales en su capacidad de definir los términos de la “austeridad” la que viene determinada por la Troika e influida directamente por grandes potencias como Alemania y Estados Unidos y, en cierto grado, el Reino Unido que han re-estrenado el antiguo modelo del “Protectorado” en la Europa periférica. Es evidente que la prioridad está en proteger los intereses de los bancos de los países acreedores más que el empleo, la producción y los beneficios sociales de la población de los países aplicando las políticas de “austeridad”. La Troika busca, además, debilitar los Estados de Bienestar de los países europeos e impulsa políticas de privatización de activos del Estado como condición previa para aprobar y desembolsar sus préstamos. Llama la atención, en este contexto, que los gobiernos de los países afectados, junto con sus elites intelectuales y técnicas, no hayan sido capaces de presentar a sus poblaciones y a la EU, programas económico-sociales coherentes y progresistas que pongan como prioridad la protección del empleo, la mantención del crecimiento económico, la defensa de los derechos sociales de sus trabajadores antes que el servicio de la deuda financiera.
Las Salidas a la Crisis.
A partir del 2010 la prioridad de las políticas económicas de las economías centrales se trasladó desde políticas expansivas orientadas a la recuperación del crecimiento y el empleo como las que inicialmente impulsó el mismo FMI, desde fines de 2008 hasta inicios del 2010, en contra a su tradición históricamente restrictiva. Sin embargo, a comienzos del 2010 los gobiernos y el FMI hicieron un cambio de giro y se priorizó la reducción de los déficits fiscales y el control del crecimiento de la deuda (la administración neo-conservadora de David Cameron en el Reino Unido decidió hacer este ajuste de prioridades en forma autónoma). En el nuevo contexto, quedó como prioridad sub-alterna el empleo y el crecimiento. No obstante la realidad ha sido que los coeficientes de deuda a PIB han aumentado más que disminuir debido al lento crecimiento económico del periodo 2010-2013 en la Euro-Zona y en Estados Unidos; además, la recuperación de la recaudación fiscal se ha postergado. Además, en un ambiente de estancamiento prolongado y alto endeudamiento la inversión se ha afectado comprometiendo el crecimiento de mediano plazo.
Por otra parte varios países junto con reducir el empleo, los salarios y las prestaciones sociales en el sector público han acelerado las privatizaciones de actividades como los aeropuertos, los correos, el agua y la energía. En Grecia, la Troika exigió, en el 2013, incluso, el cierre de la Televisión Pública, ERT[1], uno de los iconos de la democracia griega. Además algunos países han introducidos cambios constitucionales (caso español) para que el presupuesto fiscal tenga el visado de organismos supra-nacionales disminuyendo aún más la falta de soberanía nacional en las decisiones de política fiscal.
Estas medidas restrictivas han puesto una gran presión sobre el contrato social Europeo de post-guerra basado en la seguridad económica, la cohesión y protección social, la solidaridad y el empleo. El intento de reemplazar este contrato social por uno neoliberal se ha hecho sin consultas ciudadanas, aprovechando las urgencias de la crisis y el poder de la Troika y de los acreedores financieros. Por otra parte, se observa en Europa, a raíz de la crisis, un fortalecimiento de los partidos políticos nacionalistas de ultra-derecha como el “Frente Nacional” en Francia, los “Verdaderos Finlandeses” en Finlandia, la “Cruz Dorada” en Grecia y otros que han logrado atraer electorados en base a un discurso anti-migrantes y anti-Unión Europea en sociedades agotadas por la falta de empleo y el estancamiento.
Desigualdad y Elites económicas
Otra faceta sobre-saliente del capitalismo del siglo 21 es la enorme concentración del ingreso y la riqueza en elites económicas con amplio poder económico e influencia política.[2] Un indicador de lo anterior es el aumento en la proporción del ingreso nacional que se apropia el uno por ciento más rico de la población. En países como Estados Unidos dicha proporción alcanza 23 por ciento y en el Reino Unido 14 por ciento. En contraste, la participación del uno por ciento más rico en naciones como Suecia es cercana al 9 por ciento y en Francia al 8 por ciento.[3] Lo anterior muestra que la variante de capitalismo anglo-sajón que siguió las recetas neoliberales a partir de la década de 1980 es más desigual que el capitalismo de Europa continental, países Nórdicos y Japón que evitaron, en lo grueso, seguir este curso de acción. En América Latina la concentración del ingreso en el uno por ciento más rico alcanza un nivel muy alto en Chile con un 33 por ciento,[4] mientras que en Argentina este porcentaje es de 16.7 por ciento.[5] En cuanto a concentración de la riqueza, la Revista Forbes muestra que el país con un mayor número de billonarios (personas con riqueza neta superior al billón de dólares) es Estados Unidos, seguido por China, la Federación Rusa y la India.[6] Los BRIC (Brasil, Rusia, India y China) se encuentran entre los diez primeros países con el mayor número de billonarios del mundo, lo que indica que la existencia de grandes fortunas ya no es fenómeno exclusivo de los países ricos de la OCDE. En América Latina, Brasil encabeza la lista de países con mayor número de billonarios, seguido de México, aunque Chile es el país con más billonarios en relación con la población en la región.
Brechas Salariales y Participación del Trabajo
Una de las causas del aumento en la desigualdad en Estados Unidos y el Reino Unido en las décadas de 1990 y 2000, se relaciona a los enormes incrementos en los ingresos de los gerentes generales y los ejecutivos de empresas grandes y de bancos comerciales y fondos de inversión. Previo a los años ochenta, en Estados Unidos la relación entre el ingreso de ejecutivos (incluyendo participación de utilidades y opciones a acciones preferentes emitidas por las compañías) y el salario del trabajador medio se ubicaba en el rango de 30 a 40 veces. En contraste, en el año 2012, la proporción entre la compensación total de los CEO en relación a los salarios medios de los trabajadores alcanzó 273 veces.[7] En el Reino Unido, la High Pay Commission, una comisión independiente, no partidista, conformada por expertos, representantes de la sociedad civil, académicos, sector privado y representantes sindicales documenta un explosivo aumento en las remuneraciones de los ejecutivos y miembros de directorios en las últimas tres décadas. En efecto, mientras en 1979-1980 el cociente entre los ingresos de altos ejecutivos de empresas y bancos respecto a la remuneración media de los trabajadores se ubicaba en un rango entre 13 y 44 veces, en los años 2009-2011 esta proporción se elevó a un rango de 38-113 veces.[8]
Finalmente, estudios empíricos recientes muestran una sostenida disminución de la participación del trabajo en el ingreso nacional de alrededor de cinco puntos porcentuales entre 1975 y el 2012, en contraste a la constancia de la participación del trabajo en las décadas posteriores a la segunda guerra mundial. Esta tendencia se observa en cerca de 42 países en el periodo mencionado y en las cuatro economías más grandes del mundo: Alemania, China, Estados Unidos y Japón. Es interesante notar que en Estados Unidos, uno de los países ricos más desiguales del mundo, esta disminución de la participación del trabajo es mayor al promedio internacional, alcanzando el seis por ciento para el promedio de todos los grupos de ingreso y 10 por ciento en los últimos 25 años si se considera el 99 por ciento de la población, es decir excluyendo el uno por ciento más rico que, como hemos visto, ha aumentado sus ingresos y salarios en forma notable en las últimas décadas y que tiende a compensar la reducción mencionada del trabajo en el ingreso nacional. [9]
Estas tendencias confirman una redistribución de ingresos del trabajo al capital y de los salarios inferiores a los superiores en la era neoliberal.
Los Déficits Democráticos del Capitalismo del siglo 21
Es evidente que la gran concentración de poder económico en pequeñas elites, lleva a una indebida influencia del dinero sobre el sistema democrático. Los mecanismos de esta influencia son variados e incluyen la movilización de recursos para campañas políticas de candidatos que no amenacen los intereses de las élites, el control de la propiedad y/o el avisaje en los medios de comunicación de masas, los gastos de lobby para influir en las políticas públicas y las leyes, el apoyo a centros de pensamiento (generalmente conservadores) y la contratación de académicos y expertos para justificar ciertas políticas públicas, por nombrar los más importantes nexos dinero-democracia. En estas condiciones el ideal de que cada persona es igual a otra en una democracia es desvirtuado por la muy desigual distribución de poder económico en la sociedad, la que se ha acentuado en las últimas tres décadas.
A nivel global y regional es claro que también hay un déficit democrático en la forma como actúan las instituciones financieras internacionales como el FMI, el Banco Central Europeo, la Comisión Europea entre otras. Estas instituciones son dominados por los países ricos, a pesar de que en la actualidad en la actualidad más de la mitad del PIB mundial se genera en economías fuera de la OECD (países en desarrollo y economías emergentes) como lo ha mostrado los mismos estudios de la OECD. Por otra parte, el contenido de la condicionalidad detrás de la concesión de recursos financieros por estas instituciones responde a ajustes asimétricos en que los intereses de los acreedores están muy bien representados y el de los deudores sólo son débilmente considerados, lo que facilita imponer políticas de austeridad a naciones debilitadas por el alto endeudamientos y por la crisis.
En síntesis, en la actualidad el capitalismo del siglo 21 muestra un centro debilitado (EE.UU Y Europa) y una periferia emergente (países en desarrollo y economías emergentes) más dinámica, que cuenta con una capacidad de generar excedentes de ahorros no menor y que ha establecido nuevos e interesantes patrones sur-sur de comercio, inversión, migraciones e intercambio tecnológico.[10] También este capitalismo del siglo 21 exhibe tendencias fuertemente desestabilizadoras a nivel global como lo indica la reciente experiencia con crisis financieras y económicas en el primer mundo, cuya resolución por medio de políticas de austeridad han resultado ser muy costosas. Por otra parte, el capitalismo del siglo 21 en su variante neoliberal ha llevado a una alta concentración de riqueza e ingresos en pequeñas élites que distorsionan la representatividad y operación del sistema político y cuestionan la relación entre capitalismo y democracia.
[1] Elliniki Radiofonía Tileorasi o Radio Televisión Griega.
[2] Solimano (2014).
[3] Ver Atkinson, Pickety y Saez ,(2011). La tendencia de concentración se da también en el uno por mil.
[4] Ver López, Figueroa y Gutiérrez, (2013), también basado en información del servicio de impuestos internos.
[5] Datos de las participaciones en el ingreso del uno por ciento basados en información tributaria en otros países de la región Latinoamericana no están aún disponibles , aunque es sabido que la región tiene altos índices de desigualdad de ingresos a nivel internacional, (Gini promedio alrededor de 50 por ciento).
[6] El mayor número de billonarios per cápita (ajustando por el tamaño de la población) se encuentra en los Estados Unidos, en tanto que la Federación de Rusia ocupa el segundo lugar.
[7] Ver Pizzigati, S. (2013)
[8] High Pay Commission, (2011).
[9] See Karabarbonuis and Neiman (2013) para la evolución de la participación del trabajo a nivel global y Elsby, Hobijn and Sahin (2012) para los Estados Unidos.
[10] Solimano (2013).////
Periodistas y dirigentes son detenidos durante manifestaciones por el Día del Trabajador
Durante la jornada, dirigentes sindicales, periodistas en ejercicio de su labor y decenas de manifestantes fueron llevados a comisarías.
Diario Uchile
Viernes 1 de mayo 2020 16:55 hrs.
Este viernes, en el marco de la conmemoración del Día del Trabajador, profesionales de la prensa y dirigentes sindicales de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) fueron detenidos por Fuerzas Especiales.
Las detenciones de periodistas de TVN y Canal 13 se dieron en Plaza Baquedano, mientras cubrían la protesta que se concretaba en el lugar. A ellos se suma un camarógrafo de Prensa Latina.
Horas más tarde y según informó el general Enrique Bassaletti, jefe de Zona Metropolitana Este, las detenciones se dieron en el contexto del estado de excepción constitucional, que restringe el derecho a reunión.
Sobre los profesionales de la prensa llevados a comisarías, el mismo general indicó que “no estaban todos con sus credenciales y estaban con teléfonos celulares y por lo tanto lo que corresponde en ese caso es cerciorarse efectivamente su calidad de periodistas”, justificando el accionar policial.
En la declaración agregó que “(Los periodistas) fueron conducidos hasta la comisaría, se pudo chequear sus credenciales y fueron rápidamente puestos fuera de la comisaría, se dejó constancia”.
El Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) rechazó la acción ejercida por las fuerzas de orden, indicando que “los miembros de la prensa cumplen una labor informativa” respecto de la comunidad.
Beatriz Contreras, jefa del INDH para la Región Metropolitana, quien visitó la 19 Comisaría de Carabineros, relató que la Fiscalía dispuso que todos los detenidos salieran en libertad durante la jornada. Procedimiento que se dictó durante las primeras horas de la tarde, pero que se concretó “con excesiva demora”, finalizando cerca de las 20 horas.
“Nos preocupa el hacinamiento que se vivió en diversas comisarías”, expresó indicando que no se respetaron las medidas sanitarias dispuestas.
Desde el Colegio de Periodistas también reaccionaron a los hechos, manifestando que “el Gobierno debe responder” por las vulneraciones a la prensa.
INDH rechaza la detención de miembros de la prensa que cumplen una labor informativa hacia la comunidad, y reitera llamado a respetar las medidas sanitarias dispuestas para enfrentar la pandemia. Funcionarios del instituto están presente en inmediaciones del sector Baquedano
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Repudiamos actuar represivo de #Carabineros contra la prensa en medio de manifestaciones por #DiaDelTrabajo. Estas acciones son un atentado a la #LibertadDeExpresión y #DerechoALaComunicación.
El @GobiernodeChile debe responder por tales vulneraciones.
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Durante esta jornada, también se detuvo a cerca de diez dirigentes de la CUT. Los hechos se produjeron luego de que la multisindical concluyera su acto por el Día del Trabajador. Uno de los dirigentes agredidos por Carabineros fue Juan Moreno, presidente del Sindicato de SIL Walmart.
Según indicó Bárbara Figueroa, presidenta de la organización sindical, la acción de Fuerzas Especiales fue desmedida, ya que los dirigentes cumplieron, en todo momento, con los protocolos de seguridad sanitaria.
“Tras haber hecho un discurso, tomamos el resguardo y salimos con no más de 50 dirigentes. Lo que queríamos hacer es salir con nuestras banderas y cantar el Pueblo Unido. No era más que eso”, dijo la dirigenta.
“Lamentablemente, vimos una actuar de la Fuerzas Especiales que es absolutamente inexplicable. No estábamos haciendo nada irregular, no estábamos generando ninguna provocación”, añadió.
Una vez conocida la información, desde el Colegio de Profesores cuestionaron la medida, exigiendo la liberación de los dirigentes. Mientras, la diputada Karol Cariola (PC) se sumó a los emplazamientos.
Se reporta durísima represión policial por todo Chile en con muchos dirigentes sindicales y gremiales detenidos. Como @ColegioProfes exigimos su inmediata liberación y el cese de la violencia contra legítimas expresiones en este #1deMayo que es nuestro día.
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Me parece impresentable que el gobierno responda con represión y violencia al Comité Ejecutivo de la @Cutchile . Toda mi solidaridad con los y las dirigentes detenidos entre ellos el Sec. General @NolbertoDiaz y VicePdte de Comunicaciones @EriccamposB https://twitter.com/cutchile/status/1256260427094413318 …
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Ante las detenciones, desde la CUT llamaron a realizar un cacerolazo nacional “por la Dignidad”. El objetivo es rechazar la actitud del Gobierno durante la jornada. La manifestación está convocada para las 21:00 horas de este viernes.
1º de Mayo Ante la actitud represiva del gobierno, hoy nos manifestamos todos y todas a las 21:00hrs. en un Cacerolazo Nacional por la Dignidad #CacerolazoNacional #1roMayo #LasPersonasPrimero
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La senadora Isabel Allende (PS) también denunció el uso de fuerza policial en Valparaíso, en contra de manifestantes. Misma situación repitió la también senadora, Ximena Rincón. La demócratacristiana cuestionó el que en Talca, efectivos policiales se llevaran detenido a un cirujano dentista, en medio de las conmemoraciones del 1 de mayo.
En tanto, desde el Gobierno, la ministra Karla Rubilar recordó que en estado de pandemia, las manifestaciones están absolutamente prohibidas, repudiando el hecho.
El caso Covid-19
Entre los detenidos, que sobrepasan las cincuenta personas, hubo un caso de Covid-19 positivo.
Al respecto, Carabineros informó que todos los policías desplegados en el lugar fueron llevados a realizarse el examen correspondiente, dando negativo para Coronavirus.
Enrique Bassaletti indicó que tras detectarse el caso “se llevó a cabo el protocolo y se llamó a la autoridad sanitaria. En estos momentos, (el detenido) está siendo trasladado a una residencia sanitaria” donde deberá terminar su cuarentena, que se extiende hasta el próximo 9 de mayo.
Por los hechos, el general anunció que se realizará un sumario sanitario.
Las manifestaciones se replicaron en diversos puntos del país como Valparaíso, Valdivia y Talca, son ejemplo de ello.////
TRABAJO
Marco Kremerman: Un tercio de afectados por Ley de Protección al Empleo proviene de grandes empresas
Para el economista de Fundación Sol, lo que han hecho las grandes empresas, al acogerse a la norma, solo confirma las características del modelo chileno, al que calificó de extremista.
Diario Uchile
Viernes 1 de mayo 2020 12:49 hrs.
En conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, el economista de Fundación Sol Marco Kremerman se refirió a la situación del empleo en Chile y cómo el Gobierno está enfrentando la crisis producto del Covid-19.
En la programación especial orientada a la conmemoración del Día Internacional del Trabajo, conversó sobre la Ley de Protección del Empleo. Al respecto, dijo que es el “Gobierno el que está haciendo una mala lectura de sus propios datos. Es el propio Gobierno el que ha publicado el número de las empresas y de los trabajadores y trabajadoras que han visto suspendida su relación laboral durante las últimas semanas”, a propósito de esta regulación implementada desde el Ejecutivo.
Sobre ello, Kremerman advirtió que “no tiene mucho sentido el dar el porcentaje de grandes empresas (acogidas a la norma), que es del 3 por ciento, porque precisamente el número de grandes empresas en Chile es del 3 por ciento. El tema central e impresionante es que casi el 30 por ciento de los y las trabajadores suspendidos proviene de grandes empresas”.
En números, son más de 150.000 las personas empleadas en este sector económico las que se han visto perjudicadas por la ley dictada en beneficio de las pequeñas y medianas empresas.
La pregunta que habría que hacerse, entonces es “¿qué pasó con el modelo chileno?, ¿qué pasó con el modelo donde las grandes empresas, los grandes holdings que han generado tanta riqueza y se han transformado en translatinas que, con cuatro semanas en este contexto, no tienen otra opción que suspender los contratos laborales de trabajadores y trabajadoras?¿Es que eran empresas ficticias o es que, finalmente, lo que estamos discutiendo acá es que el derecho adquirido de la tasa de ganancia que se acostumbraron a ganar estas empresas no se tranza con nada?, esa es la discusión que hay que poner sobre la mesa”.
El economista agregó que “estas empresas se acogen a la Ley de Protección del Empleo, diciendo que tienen un problema pero no explican qué problema tienen, porque una cosa es tener un problema circunstancial de caja, porque tengo muchos pasivos en el corto plazo y debo responder a muchos acreedores en el corto plazo y, otra cosa, es no tener las espaldas de un gran grupo económico para poder endeudarse en el corto plazo”.
Al respecto, recordó: “Estos grupos económicos reciben platas de las AFPs. Nosotros (Fundación Sol) hace poco sacamos un estudios titulados AFP para quién, donde da cuenta de cómo, a través de bonos y acciones que emiten estos grupos, se invierte mucho del dinero de nuestros y nuestras trabajadoras, que se hacen más grandes con estas inversiones que concentran más los mercados, porque son inversiones que no llegan a las empresas pequeñas”.
Por eso, agregó, “parece una falta de respeto a la clase trabajadora que ellos no pueden responder en estas tres o cuatro semanas de crisis. Insisto, esto da cuenta de las características del modelo chileno, que es extremista y que no solo eliminó la seguridad social y nos tiene viviendo de un mercado de cuentas individuales obligatorio, un experimento mundial, sino que traspasan una crisis a los y las trabajadoras y, el Estado, cuando uno revisa la distribución de los recursos que está colocando para apoyar a Chile en su conjunto (como ellos dicen), lo que vemos es que estos se concentran en las empresas por sobre los trabajadores y se concentran en entregar garantías en aquellas instituciones financieras que tendrían que salvar a las personas”.
El problema, insistió es que en Chile “las prioridades están torcidas. En otros países, los paquetes económicos parten por asegurar a las familias, posteriormente incorporan ingresos para que las pequeñas empresas no quiebren, puedan seguir sosteniendo y, también, en algunos casos se apoya a grandes empresas pero con condiciones para que no se permita que con el dinero que reciban hagan lo que quieran, como siempre acostumbran a hacer”.
El capital en el siglo https://es.wikipedia.org/wiki/El_capital_en_el_siglo_XXI
El capital en el siglo XXI | ||
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de Thomas Piketty | ||
Género | Literatura de no ficción | |
Tema(s) | Capitalismo, historia económica y desigualdad de ingreso | |
Edición original en francés e inglés | ||
Título original | Le Capital au XXIe siècle | |
Editorial | ||
Ciudad | París | |
País | Francia | |
Fecha de publicación | Agosto de 2013 | |
Formato | Cartoné | |
Páginas | 696 | |
Edición traducida al español | ||
Título | El capital en el siglo XXI | |
Editorial | Fondo de Cultura Económica | |
Fecha de publicación | 2014 | |
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El capital en el siglo XXI es un libro de economía escrito por el economista francés Thomas Piketty en 2013. Se centra en la desigualdad económica en Europa y los Estados Unidos desde el siglo XIX. Fue inicialmente publicado en francés en agosto de 2013 (bajo el título Le Capital au XXIe siècle). En abril de 2014 fue publicada su versión en inglés (Capital in the Twenty-First Century), traducida por Arthur Goldhammer,1 y su versión en español fue publicada a finales de 2014 por el Fondo de Cultura Económica.
El libro se transformó en un superventas en sus versiones en francés e inglés,2 y llegó al número uno en la lista de los libros de no ficción del The New York Times en mayo de 2014.
Contenido[editar]
La tesis central del libro es que cuando la tasa de retorno de la inversión en capital (r) es mayor que la tasa de crecimiento económico (g) en el largo plazo, el resultado es la concentración de la riqueza, y esta desigual distribución de la riqueza causa inestabilidad social y económica. Piketty propone un sistema global de impuestos progresivos a la riqueza para ayudar a reducir la desigualdad y evitar que la gran parte de la riqueza quede bajo control de una pequeña minoría.
El libro argumenta que ha habido una tendencia histórica a una mayor desigualdad que se revirtió entre 1930 y 1975 debido a circunstancias únicas: las dos guerras mundiales, la Gran Depresión y una recesión alimentada por la deuda que destruyeron mucha riqueza, particularmente la propiedad de la élite. Estos acontecimientos llevaron a los gobiernos a tomar medidas para redistribuir los ingresos, especialmente en el período posterior a la Segunda Guerra Mundial. El rápido crecimiento económico mundial de ese tiempo comenzó a reducir la importancia de la riqueza heredada en la economía mundial.3
El libro argumenta que el mundo de hoy está volviendo hacia el "capitalismo patrimonial", en el que gran parte de la economía está dominada por la riqueza heredada: el poder de esta clase económica está aumentando, amenazando con crear una oligarquía.4 Piketty cita novelas de Honoré de Balzac, Jane Austen y Henry James para describir la rígida estructura de clases basada en el capital acumulado que existía en Inglaterra y Francia a principios del siglo XIX.
Piketty propone que un impuesto global progresivo sobre la riqueza de hasta un 2%, combinado con un impuesto progresivo sobre la renta que alcance hasta el 80% y reduzca la desigualdad, aunque reconoce que tal impuesto "sería políticamente imposible".5
Piketty cree que la tasa de crecimiento volverá a caer por debajo de la tasa de retorno, y el siglo XXI será una aberración en términos de desigualdad.6
Sin ajuste tributario, Piketty predice un mundo de bajo crecimiento económico y extrema desigualdad. Sus datos muestran que a lo largo de largos períodos de tiempo, el rendimiento medio de la inversión sobrepasa los ingresos basados en la productividad por un amplio margen.7 Rechaza la idea de que los aumentos de productividad resultantes de los avances tecnológicos pueden ser utilizados para devolver un crecimiento económico sostenido. No debemos esperar que surja un "orden más justo y racional" basado en "caprichos de la tecnología" y que el retorno de la inversión pueda aumentar cuando la tecnología pueda ser sustituida por la gente.5
Recepción[editar]
La publicación del libro de Piketty ha recibido tanto alabanzas y aprobación como críticas tanto en la derecha política como en la izquierda.8
Para David Harvey, la tesis de Piketty confirma que el capitalismo de libre mercado, cuando no interviene el Estado para redistribuir la riqueza, produce oligarquías antidemocráticas y, por supuesto, desigualdad. La causa es que la tasa de retorno del capital siempre supera a la tasa de crecimiento de la renta, cuestión que como señala Piketty es y ha sido la contradicción central del capital. Esto ocurre, según Harvey, y critica que no lo señale Piketty, por el desequilibrio de poder entre capital y trabajo. Harvey sostiene que, aunque Piketty señala el período 1932-1980 como excepcional al establecerse la tributación progresiva (implantación del keynesianismo), que permitió mantener la demanda y no impidió el crecimiento, ignoraría la pregunta sobre cómo se mantuvo la demanda a partir de 1980, cuando se confirma el fin del keynesianismo y la fuerte implantación del neoliberalismo thatcheriano, y por tanto la respuesta: la expansión desmesurada del crédito que causará crisis continuas de las que Piketty tampoco da explicación, entre ellas la crisis financiera de 2008 y la crisis económica de 2008-2015.9
El éxito excepcional del libro fue ampliamente atribuido a "tratar sobre el tema correcto en el momento adecuado", como dijo The Economist. El propio Piketty reconoció que existe un sentido común de que "la desigualdad y la riqueza en los Estados Unidos se han ido ampliando". El eslogan "Somos el 99%" del Movimiento Ocupar Wall Street habló de desigualdad "el espíritu de nuestra época -una era de crisis aparentemente permanente y de austeridad", como dijo Adam Booth.10
El autor británico Paul Mason rechazó las acusaciones de "marxismo blando" como "completamente equivocadas", señalando que Marx describió las relaciones sociales tratando de desvelar las tendencias internas del capitalismo, mientras que Piketty se basa únicamente en categorías sociales y datos históricos. Piketty más bien "colocó una bomba sin estallar dentro de la corriente principal, la economía clásica", concluye.11
Otros estudiosos han construido sobre el trabajo de Piketty, como el historiador Walter Scheidel, que concuerda con Piketty en su propio estudio de la desigualdad (The Great Leveler, 2017) que la brecha seguirá aumentando a medida que pasen las décadas, pero sostiene que las soluciones de Piketty son insostenibles.12
Evaluación[editar]
Paul Krugman llamó al libro una «magnífica y amplia meditación sobre la desigualdad» y «el libro económico más importante del año -y tal vez de la década».4 Distingue el libro de otros best-sellers sobre la economía, ya que constituye «una erudición seria y que cambia el discurso»".13
En un momento en que la concentración de la riqueza y el ingreso en manos de unos pocos ha resurgido como una cuestión política central, Piketty no sólo ofrece una documentación evaluable de lo que está sucediendo, con una profundidad histórica inigualable. También ofrece lo que equivale a una teoría unificada del campo de la desigualdad, que integra el crecimiento económico, la distribución del ingreso entre el capital y el trabajo, y la distribución de la riqueza y el ingreso entre los individuos en un solo marco. [...] El capital en el Siglo XXI es un libro extremadamente importante en todos los frentes. Piketty ha transformado nuestro discurso económico. Nunca hablaremos de la riqueza y la desigualdad de la misma manera que antes.Paul Krugman14
Steven Pearlstein lo llamó «un triunfo de la historia económica sobre el modelo teórico matemático que ha llegado a dominar la profesión económica en los últimos años», pero también añadió: «El análisis de Piketty del pasado es más impresionante de lo que sus predicciones para el futuro son convincentes».15
Branko Milanović, execonomista del Banco Mundial, calificó el libro como «uno de los libros básicos en el pensamiento económico».16
El historiador británico Andrew Hussey calificó el libro de «épico» e «innovador»"y argumenta que demuestra «científicamente» que el movimiento Occupy tenía razón en su afirmación de que «el capitalismo no funciona».17
Según Robert Solow, Piketty ha hecho una «contribución nueva y poderosa a un tema antiguo: mientras la tasa de rendimiento supere la tasa de crecimiento, los ingresos y la riqueza de los ricos crecerán más rápido que los ingresos típicos del trabajo».18
El historiador y científico político francés Emmanuel Todd llamó a El capital en el siglo XXI una «obra maestra» y «un libro seminal sobre la evolución económica y social del planeta».[cita requerida]
The Economist escribió: «Un aumento moderno de la desigualdad tiene nuevos economistas que se preguntan, como lo hicieron Marx y Ricardo, qué fuerzas pueden impedir que los frutos del capitalismo se distribuyan más ampliamente." El capital en el Siglo XXI es una [...] Guía autorizada para la cuestión».19
Will Hutton escribió: «Al igual que Friedman, Piketty es un hombre de los tiempos. Por los años 70 las ansiedades sobre la inflación sustituyen las preocupaciones actuales sobre la aparición de los ricos plutocráticos y su impacto en la economía y la sociedad [...] La desigualdad, empeorada aún más, pone en peligro el futuro mismo del capitalismo, lo ha demostrado».20
Clive Crook, a pesar de ser fuertemente crítico con el libro, reconoció que «es difícil pensar en otro libro sobre economía publicado en las últimas décadas que haya sido elogiado tan unánimemente».21
Crítica[editar]
Crítica del contenido normativo[editar]
Un filón de críticas culpa a Piketty por colocar la desigualdad en el centro del análisis sin ninguna reflexión sobre por qué es importante.
Según el columnista del Financial Times, Martin Wolf, simplemente asume que la desigualdad es importante, pero nunca explica por qué. Sólo demuestra que existe y cómo empeora. O como lo expresó su colega Clive Crook: "Aparte de sus otros defectos, Capital en el siglo XXI invita a los lectores a creer no sólo que la desigualdad es importante, sino que nada más importa." Este libro quiere que usted se preocupe por el bajo crecimiento en las próximas décadas no porque eso signifique un aumento más lento de los niveles de vida, sino porque podría empeorar [...] la desigualdad ".21
El profesor Hannes H. Gissurarson ve a Piketty como reemplazando aparentemente al filósofo estadounidense John Rawls como el pensador esencial de la izquierda. Critica a Piketty, ya que, a diferencia de Rawls, está "mucho más preocupado por los ricos que por los pobres". Gissurarson admite el "rápido aumento de los ingresos de los super ricos del mundo", pero no ve nada malo en ello si los pobres no se hacen más pobres.22
El libertario estadounidense George Leef atacó el trabajo de Piketty como "una disculpa por el uso de la coerción estatal para quitarle la propiedad a algunas personas que supuestamente tienen demasiado", lo que en palabras de Frédéric Bastiat llama "saqueo legal". Desviar más recursos del sector privado voluntario, "generalmente eficiente" y hacia el sector gubernamental coercitivo, "generalmente ineficiente", dice, es un mal arbitraje, especialmente para las personas más pobres.23
Crítica metodológica[editar]
Lawrence Summers critica a Piketty por subestimar los rendimientos decrecientes del capital, que cree que compensarán la rentabilidad del capital y, por lo tanto, establecerán un límite superior a la desigualdad. Summers desafía otro de los supuestos de Piketty: que los beneficios de la riqueza se reinvierten en gran medida. Una relación decreciente de ahorro y riqueza también establecería límites superiores a la desigualdad en la sociedad.24 De los 400 estadounidenses más ricos en 1982, sólo uno de cada diez permaneció en la lista en 2012, y una proporción cada vez mayor de personas más ricas no han aumentado su fortuna. Además, los ingresos superiores del 1% ahora son en su mayoría salarios, no ingresos de capital. La mayoría de los otros economistas explican el aumento de los ingresos superiores del 1% por la globalización y el cambio tecnológico.25
James K. Galbraith critica a Piketty por utilizar "una medida empírica que no está relacionada con el capital físico productivo y cuyo valor en dólares depende, en parte, de la rentabilidad del capital. Galbraith también dice: "A pesar de sus grandes ambiciones, su libro no es el trabajo consumado de la alta teoría que su título, longitud y recepción sugieren."26Daron Acemoğlu y James A. Robinson utilizaron las historias económicas de Suecia y Sudáfrica para demostrar que la desigualdad social depende mucho más de factores institucionales que de los factores de Piketty como la diferencia entre la tasa de rendimiento y el crecimiento. El análisis cruzado de países también muestra que la parte superior del 1% de los ingresos no depende de esa diferencia. Los profesores escriben que las leyes generales, que caracterizan las postulaciones de Piketty, "no son útiles como guía para entender el pasado o predecir el futuro, porque ignoran el papel central de las instituciones políticas y económicas en la configuración de la evolución de la tecnología y la distribución de la Recursos en una sociedad ".27
Paul Romer critica que, si bien los datos y el análisis empírico se presentan con una claridad y una precisión admirable, la teoría se presenta con menos detalle. En su opinión el trabajo fue escrito con la actitud "El trabajo empírico es la ciencia, la teoría es el entretenimiento" y por lo tanto es un ejemplo de Matematicismo.28Lawrence Blume y Steven Durlauf criticaron el libro en la Revista de Economía Política por ser "poco persuasivo cuando pasa de la descripción al análisis ... Ambos somos muy progresistas y nos consideramos así. Por lo tanto, nos inquieta que Piketty haya socavado el principio igualitario con argumentos empíricos, analíticos y éticos débiles ".29
Crítica de los conceptos básicos de Piketty[editar]
El economista alemán Stefan Homburg critica a Piketty por igualar la riqueza con el capital. Homburg sostiene que la riqueza no sólo abarca los bienes de capital en el sentido de los medios de producción producidos, sino también la tierra y otros recursos naturales. Homburg sostiene que los aumentos observados en los ratios de ingresos por riqueza reflejan el aumento de los precios de la tierra y no una acumulación de maquinaria.30 Joseph E. Stiglitz apoya esta opinión, señalando que "una gran parte del aumento de la riqueza es un aumento en el valor de la tierra, no en la cantidad de bienes de capital".31
Matthew Rognlie, entonces estudiante de postgrado en el M.I.T., publicó un artículo en marzo de 2015 con la Brookings Institution, que argumenta que Piketty no tuvo suficientemente en cuenta los efectos de la depreciación en su análisis de la creciente importancia del capital. Rognlie también encontró que "los crecientes precios de las viviendas son casi enteramente responsables de los crecientes retornos del capital".3233
El académico marxista David Harvey, al tiempo que elogia el libro por demoler "la visión generalizada de que el capitalismo de libre mercado difunde la riqueza y es el gran baluarte para la defensa de las libertades y libertades individuales", es muy crítico con Piketty entre otras cosas, por su "definición errónea de capital", que Harvey describe como:
"[...] un proceso, no un proceso de circulación en el que el dinero se utilice para ganar más dinero, pero no exclusivamente a través de la explotación de la fuerza de trabajo. Piketty define el capital como el stock de todos los activos de particulares, corporaciones y gobiernos que pueden ser negociados en el mercado sin importar si estos activos están siendo utilizados o no."
El Fondo Monetario Internacional (FMI) investigó la tesis básica planteada por el libro -que cuando la tasa de retorno sobre el capital (r) es mayor que la tasa de crecimiento económico (g) a largo plazo, el resultado es la concentración de la riqueza - y no encontró ningún apoyo empírico para ello. El economista del FMI, Carlos Góes, encontró que, de hecho, se identificó una tendencia opuesta en el 75% de los países estudiados en profundidad.343536
Crítica de las medidas propuestas[editar]
Harvey sostiene además que las propuestas de Piketty sobre los remedios para las desigualdades son ingenuas, incluso utópicas, y ciertamente no ha producido un modelo de trabajo para el capital del siglo XXI. Para eso, todavía necesitamos a Marx o su modernidad equivalente". Harvey también achaca a Piketty el hecho de rechazar el Das Kapital de Marx sin haberlo leído jamás.37
En una línea similar, el filósofo Nicholas Vrousalis critica los remedios de Piketty por mal interpretar el tipo de política requerida para eliminar las desigualdades criticadas por Piketty y por pensar que son compatibles ....////.
La gestación del capitalismo del siglo XXI
Para caminar hacia una sociedad inclusiva hay que enfrentarse a una ruptura estructural
Jacinto Vaello 18/10/2018
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Jacinto Vaello es economista, colaborador del Banco Mundial, del Banco Europeo de Inversiones y de consultoras internacionales.con el capitalismo.38////
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