martes, 3 de noviembre de 2020

Lenin escribió: "¡Honremos siempre la memoria de Federico Engels, gran luchador y maestro del proletariado!"3​ // HOMENAJE, MÍO : // Friedrich Engels, también conocido como Federico Engels1​2​ en algunos países hispanos (Barmen-Elberfeld, Prusia; 28 de noviembre de 1820-Londres; 5 de agosto de 1895), fue un filósofo, politólogo, sociólogo, historiador, periodista, revolucionario y teórico comunista y socialista alemán, amigo y colaborador de Karl Marx.

REALIZADO ESTE TRABAJO EN LA NOCHE ELECTORAL ESTADOUNIDENSE,...4/11/2.020.


Friedrich Engels

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Friedrich Engels
Friedrich Engels (1981) (cropped).jpg
Friedrich Engels en 1891.
Información personal
ApodoEl General
Nacimiento28 de noviembre de 1820
BarmenReino de Prusia
Fallecimiento5 de agosto de 1895 Ver y modificar los datos en Wikidata (74 años)
LondresReino Unido
Causa de la muerteCáncer
NacionalidadPrusiano
Lengua maternaAlemán Ver y modificar los datos en Wikidata
ReligiónAteísmo
Partido políticoLiga de los Comunistas Ver y modificar los datos en Wikidata
Familia
PadreFriedrich Engels Ver y modificar los datos en Wikidata
CónyugeLizzie Burns (1827-1878)
ParejaMary Burns Ver y modificar los datos en Wikidata
Educación
Educado enUniversidad Humboldt de Berlín Ver y modificar los datos en Wikidata
Información profesional
OcupaciónEmpresariocientífico socialescritorteórico políticofilósofo
Conocido porDesarrollar el socialismo científico, el comunismo moderno y el marxismo (con Karl Marx), por contribuir a la teoría marxista de la alienación, a la teoría de la lucha de clases, y a la concepción materialista de la historia
Obras notablesManifiesto del Partido ComunistaLa ideología alemanaEl origen de la familia, la propiedad privada y el EstadoContribución al problema de la vivienda
Miembro dePrimera Internacional Ver y modificar los datos en Wikidata
FirmaFriedrich Engels Signature.svg
Notas

Friedrich Engels, también conocido como Federico Engels12​ en algunos países hispanos (Barmen-Elberfeld, Prusia; 28 de noviembre de 1820-Londres; 5 de agosto de 1895), fue un filósofopolitólogosociólogohistoriadorperiodista, revolucionario y teórico comunista y socialista alemán, amigo y colaborador de Karl Marx.

Engels era hijo del propietario de una importante fábrica textil en Mánchester, corazón de la Revolución Industrial. Durante su estancia, escribió su primer libro La situación de la clase obrera en Inglaterra (1845), que influyó a Marx a concebir. Junto con él, fue coautor de obras fundamentales para el nacimiento de los movimientos comunistasocialista y sindical como La Sagrada Familia (1844) y el Manifiesto del Partido Comunista (1848). Fue dirigente político de la Primera Internacional (1864) y de la Segunda Internacional (1889). También ayudó financieramente a Marx para que publicara El capital en 1867. Sus actividades periodísticas contribuyeron significativamente a la difusión del marxismo a través de obras como en Anti-Dühring (1877) y Del socialismo utópico al socialismo científico (1880).

“Después de la muerte de Marx (3n 1883)" escribía el líder revolucionario Lenin, "Engels, solo, continuaba siendo el consejero y guía de los socialistas europeos”.23​ Engels editó y publicó el segundo y tercer volumen de El capital y organizó las notas de Marx para componer Teorías sobre la plusvalía, que luego publicó como «cuarto volumen». Además de sus estudios económicos y filosóficos, Engels también se ocupó intensamente del desarrollo de las ciencias naturalesmatemáticas y continuó trabajando en el desarrollo teórico de su cosmovisión en La dialéctica de la naturaleza (1883), El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado (1884) y Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana (1888), sentando así las bases para el materialismo dialéctico posterior. Según Isaiah Berlin, fueron las obras de Engels, en lugar de las de Marx, la fuente principal del materialismo histórico y dialéctico de PlejánovKautskyLeninStalinMao e incluso Trotsky.4

En agosto de 1895, a los 74 años, Engels murió de cáncer de esófago en Londres. Después de la cremación, sus cenizas fueron esparcidas por Beachy Head, cerca de Eastbourne. Tras su muerte, Lenin escribió:

"¡Honremos siempre la memoria de Federico Engels, gran luchador y maestro del proletariado!"3

Orígenes y juventud[editar]

Nació el 28 de noviembre de 1820, en Barmen, hijo de Friedrich Engels y su esposa Elise Marice,5​ prósperos industriales textiles renanos.6​ La familia, asentada en Renania desde finales del siglo XVI, había comenzado a prosperar en tiempos del bisabuelo de Engels, quien se había instalado en Barmen y creado una industria de blanqueo de hilados.7​ El padre de Engels había perdido el negocio familiar por disputas familiares y había fundado uno nuevo de hilatura de algodón con nuevos socios holandeses en Mánchester, Barmen y Engelskirchen.8​ La familia —formada por el matrimonio y sus ocho hijos, la mitad mujeres y la otra mitad varones—5​ mostraba una religiosidad cercana al calvinismo muy extendida en la época en la región,9​ caracterizada por un cierto puritanismo, ascetismo, reserva e industria, que la familia inculcó al joven Engels.10

Tras estudiar en la escuela local, a los catorce años se le envió al gimnasio de Elberfeld —uno de los mejores de Prusia—, donde se alojó con un pastor luterano de la localidad.11​ Allí y gracias a sus lecturas de antiguos mitos y romances germanos, se vio influenciado por el nacionalismo romántico alemán.11​ El patriotismo cultural que adquirió en esta época le acompañó toda su vida.12​ A pesar de sus buenas notas y su deseo de continuar sus estudios y quizá dedicarse a la poesía, su padre lo sacó del instituto para que comenzase a aprender sobre el negocio familiar.12

Aprendizaje mercantil y primeros escritos en Bremen[editar]

Autorretrato de Engels con diecinueve años, durante su periodo de aprendizaje mercantil en Bremen, meses antes de trasladarse a Berlín a cumplir el servicio militar. En el puerto hanseático comenzó a escribir en diversas publicaciones, aún con pseudónimo.

Después de acompañar a su padre en un viaje de negocios a Gran Bretaña en el verano de 1838, se instaló en Bremen para aprender sobre la industria textil.12​ Aunque útil para su carrera futura, este aprendizaje sobre el funcionamiento del capitalismo mercantil resultó tedioso para el joven Engels, más interesado en aprovechar el ambiente —más liberal que el de su localidad natal— del gran puerto.13​ Duelista, bailarín, viajero y aprendiz de canto además de importador de literatura política prohibida, compensaba con estas actividades el aburrido trabajo en las oficinas mercantiles.13​ Pronto mostró sus simpatías por los «jóvenes alemanes», movimiento que exigía reformas políticas radicales basadas en el patriotismo progresista, opuesto al feudalismo y a las monarquías que dominaban en aquel momento Alemania.14​ Engels simpatizaba entonces con el republicanismo antirreligioso y liberal que había expresado Percy Shelley años antes.14

Llegado a Bremen, se había mostrado cada vez más insatisfecho con la religión de predestinación y condena de su región natal y había adoptado una posición cada vez más crítica y racionalista.15​ A finales de 1839 e influido por las críticas a la religión establecida y al cristianismo de David Friedrich Strauss entre otros, abandonó la fe religiosa y se interesó cada vez más por las teorías de Hegel.16

Comenzó además a publicar con pseudónimo —para evitar disgustos familiares— en algunos periódicos.17​ Especialmente destacable, entre artículos críticos escritos para burlar la censura,17​ fueron sus Cartas desde Wuppertal en las que realizó una aguda crítica de las misérrimas condiciones de vida del proletariado de la región, que había visitado para obtener información de primera mano con que redactarlas.18

Intelectual radical en Berlín[editar]

A comienzos de 1841, se había cansado de su trabajo en Bremen y regresó al hogar paterno.19​ Pocos meses más tarde, en septiembre, harto también del ambiente en su localidad natal, decidió realizar el servicio militar en una compañía de artillería en Berlín.19​ A pesar de que se trasladó a la capital prusiana para servir en el Ejército, dedicó todo el tiempo que pudo a asistir a la universidad donde, a pesar del ambiente reaccionario, se mostró partidario de Hegel, por entonces atacado por Schelling por encargo20​ de la corte prusiana.21

Orgulloso de su uniforme pero aburrido pronto de la vida militar y gracias a su holgada situación financiera, pasaba sus días en conferencias, salas de lectura y tabernas.22​ En estas se unió a otros jóvenes intelectuales radicales que renegaban de la religión y de la moral y convenciones burguesas.23

En noviembre de 1842, tuvo su primer encuentro, desagradable, con Marx, en las oficinas del Rheinische Zeitung, del que este era redactor.24​ Marx reprobaba los artículos extremistas de los intelectuales radicales entre los que se contaba Engels, pues creía que podían poner en peligro el periódico, propiedad de unos comerciantes liberales de Colonia.25​ Antes de su traslado de Berlín a Mánchester —decidido por su padre para tratar de introducirle en la gestión del negocio familiar y de que abandonase su radicalismo político una vez acabado su servicio militar de un año en octubre de 1842—,26​ Engels, como parte de los «jóvenes hegelianos», comenzó a sentir la influencia del análisis social del capitalismo de Moses Hess, que orientó al grupo del reformismo político al comunismo.27​ Visitó a Hess poco antes de partir a Gran Bretaña, lo que acentuó su inclinación hacia las teorías comunistas de este.28

Industrial en Mánchester[editar]

En Mánchester Engels se interesó por los movimientos socialistas locales, los owenistas y los cartistas.29​ Forjó amistad con George Julian Harney, miembro extremista de los cartistas y con James Leach, antiguo obrero y azote de los industriales.30​ A pesar de continuar trabajando en la fábrica paterna, abandonó la compañía de la burguesía en su tiempo libre y comenzó a frecuentar los ambientes obreros, empezando por las sedes owenistas.31​ Por otro lado, Thomas Carlyle, sabio reaccionario pero único intelectual británico admirado por Engels, le influyó por su dura crítica del capitalismo, que comparaba desfavorablemente con el pasado medieval que idealizaba.32​ En algunas de sus obras, Engels utilizó citas literales de las obras de Carlyle contra el capitalismo.33

Niño en un telar industrial. Engels conoció la miseria de la vida de los obreros industriales en el gran centro textil británico de Mánchester, donde trabajaba en la fábrica paterna.

La guía de Engels en el mundo obrero de Mánchester —complemento esencial a las teorías filosóficas aprendidas en Alemania—34​ fue su amante y primer gran amor, Mary Burns, trabajadora de origen irlandés nacida alrededor de 1823 y a la que conoció a comienzos de 1843.32​ Ella le introdujo en la dura vida de la inmigración irlandesa y le hizo conocer las condiciones de vida de la clase trabajadora de la ciudad.35​ El conocimiento de los dos mundos que se encontraban en la ciudad (el de los industriales y el de la clase obrera) tuvo una notable influencia en su evolución de la filosofía a la economía política, que se reflejó ya en una primera obra de comienzos de 1843, publicada en el Deutsch-französische Jahrbücher de Marx: el artículo Elementos de una crítica de la economía política.35​ En esta, analizaba las contradicciones económicas y las crisis sociales europeas, utilizando tanto su conocimiento de las teorías filosóficas alemanas (el concepto de alienación de Feuerbach) como su experiencia de la vida obrera de Mánchester.36​ Para Engels en esta obra, la raíz del proceso de alienación que sufrían los desfavorecidos del sistema capitalista era la propiedad privada, tesis influida por la obra de Proudhon de 1840 (¿Qué es la propiedad?), que debía desaparecer.37​ Con el fin de esta debía llegar el de la avaricia y el de la explotación humana.37​ En 1845,34​ publicó una obra más amplia y dura sobre la miseria del sistema capitalista tal como se reflejaba en las fábricas de Mánchester: La situación de la clase obrera en Inglaterra.38​ Mezcla de historia, estadísticas —muchas de ellas extraídas de documentación oficial— y aceradas críticas, este libro era una acusación a la burguesía británica por sus métodos.38​ El escrito —el último de teoría socialista de Engels en solitario en treinta años— sirvió para forjar la estructura del socialismo científico gracias a la unión del concepto de alienación heredado de Hegel con las observaciones sobre la situación material de la población obrera de la urbe industrial.39​ Muchas ideas marxistas como la naturaleza de la división en clases, la inestabilidad intrínseca del capitalismo industrial, la creación por la burguesía de su clase antagonista y lo inevitable de la revolución socialista, se encontraban ya en esta obra de Engels.39

Acabado su aprendizaje en Mánchester, regresó a la casa paterna en el verano de 1844, no sin antes realizar una corta visita a Marx en París, donde este le recibió cordialmente, a diferencia de su anterior encuentro.39​ A partir de entonces, Engels se entregó a la colaboración con este.39

Colaboración con Marx[editar]

En Mánchester y Bruselas[editar]

Marx y Engels en la Gaceta Renana

La amistad con Marx, al que reconocía una superior capacidad teórica y mayor originalidad en las ideas,40​ duró cuarenta años de estrecha colaboración.41​ En adelante Engels se convirtió en el sostén de Marx, al que mantuvo junto a su familia, durante los años en que se dedicaba a elaborar El capital. Su primera obra en común fue un opúsculo, Crítica de la crítica crítica: contra Bruno Bauer y compañía, conocida por el título La sagrada familia, en el que los autores atacaban a los restos de los «jóvenes hegelianos» idealistas y oponían a este el materialismo que habían adoptado.40

La primera edición del Manifiesto del Partido Comunista, publicada en alemán en 1848.

En la primavera de 1845, con Marx viviendo precariamente en Bélgica, después de que se le deportase de París por su actividad política, a punto de ser detenido por la policía prusiana y sin desear empeorar la relación con sus padres con un arresto, se reunió con aquel en Bruselas.42​ Juntos se trasladaron casi de inmediato a Mánchester para documentarse para una nueva obra y regresaron a Bélgica a finales del verano.42​ De esta primera colaboración surgió un libro, La ideología alemana, que abandonaron sin publicar —se publicó póstumamente, en 1932—,43​ pero que sirvió como etapa de su evolución desde el hegelianismo al materialismo a través de una dura crítica a Max Stirner, crítico a su vez de Feuerbach.44​ Aunque aceptaban la crítica de idealismo de Stirner a Feuerbach, rechazaban sus conclusiones individualistas.44​ Por primera vez, la obra mostraba la visión de Marx y Engels de las estructuras sociales —las religiones, los sistemas políticos o las clases sociales— como derivadas de las condiciones económicas y tecnológicas.45​ Esta interpretación materialista de la historia les llevó a proponer que las distintas civilizaciones no eran sino expresiones de los métodos de producción del momento; su ideología, su política o su forma de Estado —las «superestructuras»— dependían de la base económica en la que se sustentaban a través de la propiedad —las «reglas de producción»—.45​ La evolución de esta llevaba inevitablemente a choques con las relaciones de propiedad y las superestructuras derivadas de la economía basada en las anteriores fuerzas de producción, momento en el que podían tener lugar las revoluciones.46​ El desfase entre la base económica y las superestructuras que se derivaban de ella, como los sistemas políticos, obligaban, en opinión de los autores, a que estas se adaptasen a la nueva situación económica, a menudo a través de dolorosas transformaciones.46​ La oposición violenta contra los defensores del antiguo orden a través de la lucha de clases era, además, inevitable.46​ Para Marx y Engels, el siguiente conflicto debía enfrentar a la burguesía con el proletariado, la clase que representaba la nueva economía industrial y que debía asegurar el advenimiento del comunismo y con él el fin de lo que consideraban alienación del ser humano bajo el capitalismo.46

Más tarde, en Bruselas, lugar de refugio de muchos izquierdistas europeos, participó activamente con Marx en la Liga de los Justos, convertida pronto en la Liga de los Comunistas.47​ La organización había surgido en París en la década de 1830 y la gestionaban unos sastres alemanes exiliados en Gran Bretaña tras el frustrado golpe de Louis Auguste Blanqui de 1839.47​ Marx y Engels trataron de fundar una red de organizaciones comunistas europeas de la que la Liga debía ser la representante británica.47​ Para coordinar la red, crearon un «comité de correspondencia comunista».47​ De ese momento hasta 1848, defendieron la expansión de los regímenes burgueses en Europa como método de eliminar el poder de la nobleza y como etapa necesaria para la implantación futura del comunismo.48​ La alianza sería, en todo caso, temporal.48​ Para tratar de imponer su visión, tuvieron que eliminar a los distintos competidores comunistas y socialistas, empezando por el popular Wilhelm Weitling, que defendía una variante de comunismo con tintes cristianos y milenaristas, más dado a la acción que a la teoría y análisis que preferían Marx y Engels.48​ Weitling trató en vano de ganarse el apoyo del comité bruselense, que le rechazó a instancias de Marx y Engels.49​ Este último se encargó de lograr la expulsión de uno de sus partidarios del comité de correspondencia que había defendido la postura de Weitling entre los inmigrantes alemanes en Estados Unidos.50​ Era la primera vez en la que Engels asumía el papel, que desempeñó durante las décadas siguientes, de defensor de lo que él y Marx consideraban la ortodoxia comunista y la disciplina del partido.51​ Al mismo tiempo que se enfrentaban a Weitling y sus partidarios, chocaron con Proudhon y los suyos, a pesar de un tibio intento inicial de cooperación.51​ Para Marx y Engels, Proudhon y sus seguidores defendían una filosofía pequeñoburguesa incapaz de comprender el papel fundamental del proletariado en la supresión del capitalismo y la implantación del comunismo.52​ Para aquellos, Proudhon apenas proponía más que una reforma del sistema capitalista dirigida principalmente a los artesanos perjudicados por la creciente industrialización.52

En París contra Proudhon[editar]

Pierre-Joseph Proudhon, el rival francés de Marx y Engels al que este trató de arrebatar sus seguidores entre el proletariado parisino a mediados de la década de 1840.

Para tratar de ganarse el apoyo de las organizaciones parisinas, generalmente favorables a Proudhon, Engels se trasladó a la capital francesa en agosto de 1846.52​ En competencia con las diversas variantes socialistas presentes en la ciudad, trató de atraerse a los emigrantes alemanes del distrito de Saint Antoine, conocidos como straubingers.53​ Con gran habilidad política, mezcla de denuncias, intimidación, amenazas y división de los posibles adversarios, logró hacerse un hueco en las reuniones políticas de los emigrados, hasta entonces inclinados a la postura de Proudhon y, más tarde, lograr el apoyo a sus posiciones.54​ Vigilado pronto por la policía, se dedicó asimismo a satisfacer sus deseos carnales en París, incluso a costa de la esposa de su antiguo mentor Hess, lo que supuso el fin de su relación.55

Infringiendo las reglas de la asociación, logró que le eligiesen delegado a la conferencia de la Liga que se celebró en Londres en junio de 1847.56​ Durante el congreso, la Liga cambió de nombre y adoptó el de Liga de los Comunistas al tiempo que abandonaba su antiguo lema de «Todos los hombres son hermanos» por el de «Trabajadores de todos los países, ¡uníos!».57​ Se encargó a Engels escribir un «catecismo revolucionario» que expresase la ideología de la liga y que aún incluyó una mezcla del socialismo utópico que tanto criticaba y sus propias posiciones.57​ Había escrito dos borradores, el primero un proyecto de Catecismo o Profesión de fe (comunista), que seguía las costumbres de la época. El segundo texto Principios del comunismo, hacía más hincapié en el materialismo, además de llamar a la revolución proletaria y una serie de pasos de transición hacia el socialismo.58

El segundo congreso, celebrado en noviembre en una taberna londinense, respaldó la posición de Marx, que esta vez había podido asistir.59​ El congreso encargó a ambos la redacción de un manifiesto que se basó en el Catecismo y en los Principios del comunismo redactados para este congreso.60​ Publicado finalmente con el título de Manifiesto del partido comunista (o Manifiesto comunista) llegó a tiempo de traducirse y difundirse por Europa antes de los movimientos revolucionarios de 1848, pero no tuvo ninguna repercusión en ese momento.61

Las revoluciones de 1848[editar]

Escena de la Revolución francesa de 1848 en París. Marx y Engels defendieron la cooperación entre campesinos, obreros y burgueses para eliminar a las monarquías absolutistas y el poder de la nobleza, opinión que más tarde abandonaron al fracasar las revoluciones europeas.

Al estallar la Revolución francesa de 1848, Marx y Engels trataron de que esta se extendiese a Bélgica pero el rey Leopoldo cortó de raíz sus planes de agitación expulsando de inmediato a Marx a comienzos de marzo, al que Engels siguió poco después.62​ Escépticos sobre la posibilidad de éxito de las bandas armadas de los emigrados alemanes en Francia contra Prusia, defendieron la implantación de un régimen burgués para eliminar así el poder de los terratenientes.63​ Con una estrategia de propaganda y organización de las fuerzas contrarias a los terratenientes —burgueses, obreros y campesinos—, crearon una organización, la Sociedad de Trabajadores Alemanes, que infiltró clandestinamente a unos trescientos activistas comunistas en Alemania.63​ Crearon un nuevo periódico, el Neue Rheinische Zeitung que, a pesar de su moderación y defensa de objetivos burgueses, no atrajo a los inversores que esperaban.64​ Engels no logró el respaldo de su propia familia o de la burguesía de su valle natal al diario, a pesar de acudir en persona a solicitar inversiones.64

La contrarrevolución en Francia, victoriosa en el verano de 1848 y descrita por Engels en el periódico a pesar de su lejanía de los acontecimientos, facilitó la reacción también en Alemania, donde las autoridades comenzaron a hostigar la publicación.65​ Tras una gran manifestación obrera en septiembre, las autoridades proclamaron la ley marcial y la policía publicó una orden de captura de Engels, que huyó a Bélgica, donde las autoridades le deportaron inmediatamente a París, en octubre.66​ En medio de la grave situación de los revolucionarios en toda Europa, Engels se dedicó, sin embargo, a dirigirse a pie a Suiza, disfrutando por el camino de los placeres —incluyendo el vino y las mujeres— de las distintas regiones francesas que atravesaba, sin preocuparse por la revolución.66​ Alcanzó Suiza a principios de noviembre y pasó a Berna donde se unió a la asociación obrera local y se puso al día de los acontecimientos, sin atreverse a regresar a Colonia donde le esperaba una acusación de alta traición.67​ Por entonces se interesó por la Revolución húngara, que defendió a pesar de su faceta nacionalista y antieslava, que compartía.68​ En esta época expresó en diversas ocasiones su desprecio por las naciones sin Estado, que consideraba estorbaban el proceso revolucionario y se aliaban con las fuerzas reaccionarias y un cierto nacionalismo alemán a propósito de la crisis de Schleswig.69

De vuelta finalmente en Colonia en enero de 1849 y desengañado de su anterior predilección por la alianza con los burgueses moderados, Engels abogó por radicalizar la revolución y enfrentarse a las fuerzas prusianas mediante una guerra de guerrilla, inspirado por los húngaros de Luis Kossuth.70​ Marchó a su valle natal a unirse a la revuelta que había estallado allí contra las autoridades prusianas en mayo de 1849, pero su radicalismo fue mal visto por el Comité de Seguridad Pública local, mucho más moderado, que le obligó a abandonar pronto la zona.71​ Controlada Colonia de nuevo por las autoridades y clausurado el Neue Rheinische Zeitung, Marx y Engels se desplazaron a distintas localidades para respaldar levantamientos, supuestamente a favor de la nueva Constitución pero, en realidad, con propósitos más radicales.72​ Convencido de que el único lugar donde aún podría surgir una sublevación triunfante era Baden y el Palatinado, Engels se dirigió allí con Marx, a pesar de que las autoridades de la región adoptaban una actividad fundamentalmente pasiva frente a los prusianos.72​ Desesperado por la falta de espíritu revolucionario, Marx abandonó la zona y regresó a París.72​ Cuando Engels se disponía a hacer lo mismo, un oficial prusiano sublevado, August Willich, al frente de una columna de ochocientos obreros y estudiantes, le ofreció el puesto de edecán, que decidió aceptar.73​ Participó en diversos enfrentamientos con valentía, pero los revolucionarios acabaron siendo derrotadas por las fuerzas prusianas, varias veces más numerosas.74​ Los restos de las fuerzas revolucionarias se retiraron a Suiza.74​ Deseoso de reunirse de nuevo con Marx, que había pasado a Londres, cruzó el Piamonte para tomar un barco en Génova que le llevase a la capital británica.75​ Engels residió en el Reino Unido los cuarenta años siguientes.75

Industrial en Mánchester, el sostén de Marx[editar]

En Londres, en 1850, contribuyó a la Nueva Gaceta Renana, editada por Marx y publicada en Hamburgo. También dio a la imprenta la primera edición de Las guerras campesinas en Alemania76​, estudio desde un punto de vista materialista extremo que matizó en su vejez.77​ Aunque más tarde tachó de simplificación de la tesis que habían defendido él y Marx la presentación de la historia como basada exclusivamente en la situación económica del momento, su versión de las guerras campesinas del siglo XVI alemán se acercaban a esta posición.77​ La obra no solo le sirvió para realizar una crítica por paralelismo con la fracasada revolución de 1848, sino que también le condujo al estudio de la guerra, en el que se imbuyó con rigor.78​ Con el tiempo, se convirtió en un destacado comentarista militar de los conflictos de la época, como la guerra de Crimea o la guerra franco-prusiana; durante esta última predijo con notable acierto la evolución del conflicto.79​ Su tino respecto a esta última le otorgó el sobre nombre de «el General», que perduró entre la comunidad socialista, tanto por sus conocimientos militares como por su porte como por su disciplina personal y dedicación a los objetivos socialistas.80

Partida de caza. La doble vida de Engels en Mánchester como respetable industrial y teórico revolucionario incluyó su participación en las actividades de la clase alta de la región, como la caza.

Engels regresó a Mánchester, a la fábrica en la que había trabajado y de la que se convirtió años más tarde en copropietario. Viendo como única salida para financiar las investigaciones de Marx la reconciliación con su familia y el ingreso en el negocio paterno,81​ aceptó durante veinte años —de 1850 a 1870— una actividad que le desagradaba82​ profundamente, pero que le permitía sostener a Marx y su familia.83​ El acuerdo con su padre, en principio temporal hasta que lograse otra fuente de ingresos, acabó durando dos décadas.81​ Aunque Marx permaneció en Londres eso no les impidió mantener una estrecha colaboración, basada en una correspondencia casi diaria. No solo apoyaba financieramente a Marx y su familia y colaboraba con su obra sino que, en ocasiones, también le escribía los artículos periodísticos que le encargaban a este, tarea que prefería delegar en ocasiones.84​ Marx solicitaba a menudo datos prácticos sobre economía que no podía encontrar en las obras que consultaba para redactar El capital y que podía conseguir de la experiencia práctica de Engels en la industria y el comercio.85​ La contribución de Engels no se limitaba a estadísticas y ejemplos prácticos, sino que también contribuía con su propia opinión, que Marx recababa bien por carta o en persona en las diversas visitas que se intercambiaron.86​ El sacrificio personal de Engels no se limitó al sostenimiento financiero de los Marx o a la contribución de las obras de este: Engels reconoció oficiosamente al hijo bastardo de su amigo, concebido con su joven ama de llaves en una ausencia de su esposa, tanto por motivos personales como políticos.86​ La crisis más grave entre ambos tuvo lugar por la muerte de la compañera de Engels, Mary Burns, acontecimiento que Marx trató con frialdad.87​ Poco después y ante la disculpa de este, la relación volvió a estrecharse, más aún cuando Engels tomó a la hermana de Mary, Lizzy, como pareja y esta forjó una duradera amistad con las hijas de Marx, para las que Engels había sido casi un tío o un segundo padre.87

Friedrich Engels en 1868, meses antes de abandonar la actividad mercantil y trasladarse a Londres para retomar la colaboración directa con Marx y la actividad socialista.

A finales de la década de 1850, Marx y Engels abandonaron su anterior actitud favorable a la extensión del colonialismo como método favorecedor del desarrollo capitalista en comunidades atrasadas —un instrumento de modernización por la fuerza— y comenzaron a describirlo como una manera por la que la burguesía europea reforzaba su poder mediante la explotación de las materias primas y los mercados coloniales.88​ En un análisis que tuvo gran difusión durante las luchas anticoloniales del siglo XX, asociaron la suerte del proletariado con la liberación nacional de los pueblos, tanto los europeos —aquellos sin Estado propio, que antes Engels había despreciado—, como los de otros continentes.88​ Así, Engels defendió a polacos (enfrentados a los alemanes), irlandeses (opuestos a los británicos), congoleños (explotados por los belgas), jamaicanos (alzados contra los británicos) o chinos (que lucharon contra los británicos en las guerras del Opio) en los diversos conflictos de la época.88​ Entre 1851 a 1852, Engels a petición de Marx la serie de artículos Revolución y contrarrevolución en Alemania para el New York Daily Tribune, los cuales no fueron editados al público hasta 1896 por Eleonora Marx, hija de Marx.8990

Durante su larga estancia en Mánchester, auguró equivocadamente la inminencia del estallido de la revolución en la región en distintas ocasiones, coincidiendo con diversos periodos de crisis, en especial, la de la Guerra Civil Estadounidense, que privó a la región de gran parte de su suministro de algodón y llevó al desempleo y desamparo a cerca de doscientos mil obreros.91​ A pesar de la dureza de la crisis, el proletariado inglés mostró su renuencia a desencadenar la revolución, para desilusión de Engels.84

Los años de Mánchester supusieron una dura prueba para Engels, obligado a llevar una doble vida, la del gran industrial y burgués respetable y la del de socialista y aficionado a la vida nocturna de las clases bajas.92​ Durante las dos décadas, mantuvo un constante cambio de residencias, la oficial y la oficiosa, en la que albergaba a las hermanas Burns, desconocidas para su familia y sus conocidos del ambiente «respetable».92

La publicación de El capital en 1867 supuso un gran alivio para Engels, que vio por fin recompensados su sacrificios y comenzó a sopesar el abandonar la empresa familiar.93​ La obra contenía una teoría materialista de la historia, una crítica de la civilización capitalista por su explotación y alienación de la humanidad, el augurio de su hundimiento por sus contradicciones internas y del advenimiento del comunismo y del fin de la evolución histórica y, principalmente, la teoría de la plusvalía, que Engels consideraba el descubrimiento fundamental de Marx junto con el del materialismo histórico.94​ Para asegurar la difusión de la obra, Engels se entregó a redactar recensiones del libro para distintos diarios europeos y americanos, desde distintos puntos de vista y a contemplar incluso la denuncia del mismo con tal de conseguir atraer la atención del público.95

Londres, la Internacional y de nuevo con Marx[editar]

Friedrich Engels en 1879

Deseoso de librarse de su empleo en el comercio y a punto de caducar su contrato con la empresa familiar en junio de 1869, Engels comenzó a negociar su salida de la compañía —que también deseaban sus socios holandeses— a cambio de una suma de dinero que le permitiese mantenerse como rentista y, a la vez, seguir financiando las actividades de Marx y el sostenimiento de la familia de este.95​ Ansioso por abandonar la empresa, aceptó una oferta menor de lo esperada pero pudo por fin librarse del odiado comercio en julio de ese año.96

Decidió trasladarse a Londres en el verano 1870, haciendo aún más intensa la colaboración97​ hasta la muerte de Marx en 1883 y decidido a retomar el activismo que había tenido que aparcar durante las dos décadas anteriores.96​ Elegido inmediatamente secretario de la Primera Internacional para diversos países europeos, se encargó de coordinar a los afiliados gracias tanto a sus grandes dotes lingüísticas —era capaz de entender y responder a sus interlocutores en gran número de idiomas, desde el cataĺán al rumano o al ruso— como a su habilidad para la organización, además de tratar de asegurarse de encauzarla de acuerdo a los puntos de vista de Marx y de eliminar cualquier corriente considerada heterodoxa.98​ Su residencia en Regent's Park Road —muy cercana a la de Marx— se convirtió pronto en centro de peregrinación de socialistas, comunistas y anarquistas —además de emigrados u oportunistas— de toda Europa.99​ A estas tareas se añadió la de editor y revisor de las traducciones de las obras de Marx, que revisaba y corregía.99

Engels y Marx en el Congreso de La Haya

Fue uno de los más denodados opositores de Mijaíl Bakunin, que deseaba unir su Alianza Internacional de la Democracia Socialista —con importante respaldo en Suiza, España o Italia— a la Internacional, de mayor tamaño.100​ Rechazó las teorías libertarias del ruso e insistió en mantener la Internacional como una organización que tomaba decisiones políticas y no se limitaba a coordinar los distintos grupos nacionales, como hubiese preferido Bakunin.100​ Engels identificaba la postura de Bakunin con la falta de organización —causa, según él, del fracaso de la Comuna de París— necesaria para enfrentarse a sus enemigos de clase.101​ Dirigió la expulsión de Bakunin y sus partidarios en el congreso de la Internacional en La Haya en 1872, pero no pudo evitar que la organización recibiese una notable influencia de los seguidores de Bakunin; para evitarla, Marx y él decidieron trasladar su sede a los Estados Unidos, maniobra que fracasó y resultó en la disolución del organismo cuatro años más tarde.102​ Otro importante rival al que se enfrentó Engels fue el socialista alemán Ferdinand Lassalle, fundador de la Asociación General de Trabajadores Alemanes.103​ Desde el punto de vista de Marx, Lassalle era un reformista, mezcla de idealismo estatalista hegeliano, cooperativismo proudhoniano y reformismo político cartista, más interesado en modificar el sistema capitalista que en eliminarlo.104​ Engels, dado al ataque personal —sin descartar el uso de las deformidades físicas, las manías o los posibles escándalos sexuales de sus adversarios—, criticó con dureza a Lassalle, especialmente cuando se conocieron sus negociaciones secretas con Bismarck para forjar una alianza antiburguesa entre socialistas y aristócratas prusianos, que no cuajó por la repentina , muerte del filósofo en un duelo.104​ Culturalmente inclinado al prejuicio cultural, religioso o racial —criticaba a Bakunin por ruso o a Lassalle por judío—, defendió políticamente siempre la oposición al antisemitismo, la liberación de los esclavos estadounidenses o de los colonizados.105

El mayor éxito de la postura de Marx y Engels fue la formación del gran Partido Obrero Socialdemócrata Alemán, fundado en 1869 por August Bebel y Wilhelm Liebknecht y que adoptó un socialismo cercano al de los dos exiliados.106​ Estos se opusieron, sin embargo, a la unión del partido con la organización de Lassalle, que tuvo lugar en 1875.106​ La unión, a pesar de la oposición de Marx y Engels, que temían la influencia de los partidarios de Lassalle, preocupó a Bismarck que, tres años más tarde, promulgó las leyes antisocialistas que ilegalizaron al partido.107

Engels publicó o preparó en esos años algunas de sus obras más notables, como Contribución al problema de la viviendaEl papel del trabajo en la transformación del mono en hombreLa revolución de la ciencia de E. Dühring (obra polémica contra las teorías del anarquista alemán Karl Eugen Dühring, más conocida como Anti-Dühring), Del socialismo utópico al socialismo científico o El origen de la familia, la propiedad privada y el estado. En esos años Engels aparecía como un miembro más de la familia en casa de Marx, cuyas hijas le llamaban «El General»..., o también y mejor, «secretario general» (término que usaría Lenin posteriormente).

Después de la muerte de Marx[editar]

Engels en 1893.

Engels se opuso al radicalismo izquierdista, pero tampoco concilió con la evolución reformista del movimiento revolucionario, reeditando la Crítica al programa de Gotha o Las guerras civiles en Francia y finalmente publicando la Crítica al programa socialdemócrata (alemán) de 1891. Dio lugar así a la revisión que condujo al Programa de Erfurt, con el que sí se identificaba. Su colaborador Eduard Bernstein y otros dirigentes condujeron a la socialdemocracia alemana hacia el reformismo parlamentarista, extrayendo del legado de Engels una legitimidad que es negada por otra parte del movimiento, la que condujo a la formación de los partidos comunistas y la III Internacional.

Engels no solo aplicó el materialismo histórico en sus escritos, sino que desarrolló y aplicó también el materialismo dialéctico, que llegaría a ser la filosofía oficial del movimiento comunista después de la Revolución rusa de 1917. Elementos importantes de sus últimas concepciones filosóficas se encuentran en Dialéctica de la Naturaleza, aunque muchos de sus análisis o ejemplos habían perdido ya valor cuando se publicaron en 1925, en un marco de crecimiento explosivo de la ciencia natural y de debate epistemológico.

Muerte[editar]

A las once y media de la noche del 5 de agosto de 1895 su corazón dejó de latir debido a su cáncer de esófago. Su funeral fue el 10 de agosto en la sala de espera de la estación ferroviaria de Waterloo, Westminster Bridge. Entre los presentes se encontraban alrededor de 80 personas, además de algunos miembros de la familia de Engels, las siguientes personas: Edward Anseele, Eleanor Marx-Aveling, Edward Aveling, August BebelEduard Bernstein, el holandés van der Goes, Karl Kautsky, Sergei Mijailovitch Kravchinski (Stepniak), Paul Lafargue, Friedrich Lessner, Wilhelm Liebnecht, Stanislaw Mendelson, Samuel Moore, el dirigente obrero inglés Harry Quekch, Vera Ivanovna Sassulitch, Paul Singer, el dirigente sindical inglés William James Thorne y tres delegaciones, una del Centro cultural obrero de comunistas londinense, otra de la Socialist League y una tercera de los obreros berlineses. Ante el féretro hablaron, además de un sobrino de Engels y Samuel Moore, Wilhelm Liebknecht en nombre del movimiento obrero alemán, August Bebel en nombre del francés, Eduard Anseele como representante del partido obrero belga, van der Goes por los socialistas holandeses y Edward Aveling por los ingleses. Además fueron leídos telegramas de Rusia, Hungría, Dinamarca, Italia y otros países.

El féretro cubierto de coronas y flores fue conducido en un tren especial hacia el crematorio de Woking. Engels había deseado que sus cenizas fuesen arrojadas al mar. El 27 de agosto de 1895, cumplieron su última voluntad en las cercanías de Eastbourne, aproximadamente a cinco millas marinas de la costa, Eleanor MarxEdward AvelingEduard Bernstein y Friedrich Lessner. De él diría, a su muerte, el líder revolucionario Vladimir Lenin, escribió:

"¡Honremos siempre la memoria de Federico Engels, gran luchador y maestro del proletariado!"3

Influencias[editar]

Las propias creencias de Engels fueron influenciadas por Charles Fourier. De Fourier, deriva cuatro puntos principales que caracterizan las condiciones sociales de un estado comunista.108

  1. El primer punto sostiene que cada individuo podría desarrollar plenamente sus talentos al eliminar la especialización de la producción. Sin especialización, a cada individuo se le permitiría ejercer cualquier vocación de su elección durante el tiempo que desee. Si los talentos lo permitieran, uno podría ser panadero durante un año e ingeniero al siguiente.
  2. El segundo punto se basa en el primero: con la capacidad de los trabajadores de desplazarse por los diferentes trabajos de su elección, la base fundamental de la división social del trabajo se destruye, y la división social del trabajo desaparecerá como resultado. Si alguien puede emplearse en cualquier trabajo que desee, entonces claramente ya no hay divisiones ni barreras de entrada para el trabajo. De lo contrario, tal fluidez entre trabajos completamente diferentes no existiría.
  3. El tercer punto continúa desde el segundo: una vez que la división social del trabajo haya desaparecido, la división de clases sociales basada en la propiedad se desvanecerá. Si la división laboral pone a un hombre a cargo de una granja, ese agricultor posee los recursos productivos de esa granja. Lo mismo se aplica a la propiedad de una fábrica o un banco. Sin la división del trabajo, ninguna clase social puede reclamar derechos exclusivos sobre un medio de producción en particular, ya que la ausencia de la división del trabajo permite que todos lo usen.
  4. Finalmente, el cuarto punto concluye que la eliminación de las clases sociales destruye el único propósito del estado y dejará de existir. Como Engels declaró en su propia escritura, El único propósito del estado es disminuir los efectos de los antagonismos de clase. Con la eliminación de las clases sociales basadas en la propiedad, el estado se vuelve obsoleto y se logra una sociedad comunista, al menos a los ojos de Engels.

Obras principales[editar]

Fue secretario de la Primera Internacional obrera (la Asociación Internacional de los Trabajadores o AIT) desde 1870, y participó también en la fundación de la Segunda Internacional. Intervino, por sus responsabilidades, en la vida política de los partidos afiliados a la Internacional en el sur de Europa (EspañaPortugalItalia) y en el este (RumaníaRusia), escribiendo libros y artículos al respecto. Entre estos destacan:

  • La Sagrada Familia (1844)
Monumento de Engels en Moscú.

Escrito por Marx y Engels en noviembre de 1844. El libro es una crítica sobre los jóvenes hegelianos y su tendencia de pensamiento, que era muy popular en los círculos académicos de la época. El título fue una sugerencia del editor y pretende ser una referencia sarcástica a los Hermanos Bauer y sus partidarios.

  • La condición de la clase obrera en Inglaterra (1845)

La condición de la clase obrera en Inglaterra es una descripción detallada y un análisis de las terribles condiciones de la clase obrera en Gran Bretaña durante la estancia de Engels en Mánchester y Salford. El trabajo también contiene pensamientos seminales sobre el estado del socialismo y su desarrollo.

  • Principios del Comunismo (1847)

Es uno de los proyectos preliminares del Manifesto Comunista de la Liga de los Comunistas, conteniendo 25 cuestiones sobre el comunismo y presenta las ideas centrales del marxismo como el materialismo históricolucha de clases, y revolución obrera.

  • Anti-Dühring (1878)

La revolución de la ciencia del Sr. Eugen Dühring, conocido popularmente como Anti-Dühring, es una crítica detallada de las posiciones filosóficas de Eugen Dühring, filósofo y crítico alemán del marxismo. En el curso de responder a Dühring, Engels revisa los avances recientes en ciencias y matemáticas que buscan demostrar la forma en que los conceptos de dialéctica se aplican a los fenómenos naturales.

  • Del socialismo utópico al socialismo científico (1880)

En lo que presentó como una pieza extraordinariamente popular, Engels critica a los socialistas utópicos, como Fourier y Owen, y proporciona una explicación del marco socialista para comprender el capitalismo, y un resumen de la progresión del desarrollo social y económico desde perspectiva del materialismo histórico .

  • Dialéctica de la naturaleza (1883)

Dialéctica de la naturaleza es una obra inacabada de 1883 de Engels que aplica las ideas marxistas, particularmente las del materialismo dialéctico, a la ciencia. Fue publicado por primera vez en la URSS en 1925.109

Obra después de Marx[editar]

Billete de 50 marcos de la RDA con la figura de Friedrich Engels.

Engels se aplicó a corregir y preparar para publicación los manuscritos que Marx había dejado inconclusos en su preparación de El Capital. El segundo tomo vio la luz en 1885 y el tercero en 1894. Esta obra fue el centro de sus esfuerzos hasta su muerte, que ocurrió antes de que pudiera dar a la luz lo que habría sido un cuarto tomo. El nombre de Engels no figura en forma alguna en la autoría de esos volúmenes, pero es indudable que hay mucho de su mano en ellos.

Engels siguió publicando artículos militantes en La Nueva Gaceta así como obras originales, como El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, que trata sobre materialismo histórico basado parcialmente en las notas de Karl Marx y el antropólogo estadounidense Lewis Henry Morgan, y Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana, una críticamente la filosofía alemana desde una posición materialista dialéctica.

Legado[editar]

Estatua de Engels en Mánchester.

Engels no tuvo solo un protagonismo propio como teórico del socialismo, a pesar de lo contradictoria que nos aparece su doble condición de empresario y revolucionario, sino que siguió participando activamente en el movimiento socialista y comunista. Previó además el peligro de una inminente guerra mundial en Europa y en 1893 en una serie de artículos en Vorwärts, en los cuales intentó iniciar una reducción de los ejércitos permanentes.110

Friedrich Engels, en calidad de teórico y fundador del socialismo científico, contribuyó a definir formulaciones acerca de la lucha de clases, así estuviesen "embozadas". Su categorización de las acciones de los anabaptistas y su líder Thomas Müntzer, entre otras, así como de las confrontaciones religiosas (taboritas de Bohemia) sirvieron de puntal al "desvelamiento" de las contradicciones violentas de clase. Aparte, habría que señalar que Engels fue un cabal heredero del Renacimiento, al quedar comprobado que hablaba y escribía en ruso, italiano, portugués, irlandés, español, polaco, francés, inglés y milanés.111

A diferencia de Marx, Engels sólo desarrolló sus concepciones filosóficas más tarde, cuando se ocupó intensamente de las ciencias naturales, especialmente en lo que respecta al problema de la dialéctica. Aunque Engels puso la mayor parte de su trabajo teórico y práctico al servicio de Marx, abrió áreas de la teoría marxista a las que Marx prestó poca atención. En particular, en las disciplinas clásicas de la filosofía, como la epistemología, la ontología,antropología y la filosofía de la historia.112

Según Isaiah Berlin, las obras de Engels, en lugar de las de Marx, fueron la fuente principal del materialismo histórico y dialéctico de PlejánovKautskyLeninStalinMao e incluso Trotsky.4​ Lenin escribió de él:113

"Después de que su amigo Karl Marx (quien murió en 1883), Engels fue el mejor erudito y maestro del proletariado moderno en todo el mundo civilizado [...] En sus trabajos científicos, Marx y Engels fueron los primeros en explicar que el socialismo no es la invención de los soñadores, sino el objetivo final y el resultado necesario del desarrollo de las fuerzas productivas en la sociedad moderna. Toda la historia registrada hasta ahora ha sido una historia de lucha de clases, de la sucesión del gobierno y la victoria de ciertos grupos sociales. clases sobre otros ".

En el verano de 2017, como parte del Festival Internacional de Mánchester, el escultor Phil Collins instaló una estatua de Engels de la era soviética, trasladada desde Ucrania, en Tony Wilson Place en Mánchester.114

Eponimia[editar]

Véase también[editar]



Materialismo histórico

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La concepción materialista de la historia (también conocida como materialismo histórico) es un término acuñado por el marxista ruso Gueorgui Plejánov, que alude al marco conceptual identificado por Karl Marx y usado originalmente por él y Friedrich Engels para comprender la historia humana.1

Aunque el materialismo histórico se halla estrechamente ligado al marxismo; historiadores, sociólogos e intelectuales no ligados al marxismo han tomado elementos de aquel para elaborar sistemas y enfoques materialistas para el estudio de la historia.

...en la producción social de su vida los hombres establecen determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción que corresponden a una fase determinada de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia.
...el régimen económico de la producción y la estructuración social que de él se deriva necesariamente en cada época histórica constituye la base sobre la cual se asienta la historia política e intelectual de esa época, y que, por tanto, toda la historia de la sociedad -una vez disuelto el primitivo régimen de comunidad del suelo- es una historia de luchas de clases, de luchas entre clases explotadoras y explotadas, dominantes y dominadas, a tono con las diferentes fases del proceso social, hasta llegar a la fase presente, en que la clase explotada y oprimida -el proletariado- no puede ya emanciparse de la clase que la explota y la oprime -de la burguesía- sin emancipar para siempre a la sociedad entera de la opresión, la explotación y las luchas de clases; esta idea cardinal fue fruto personal y exclusivo de Marx.
Friedrich Engels, en el Prólogo de Engels a la edición alemana de 1883 del Manifiesto comunista, (1848)

Antecedentes[editar]

1.--La teoría materialista de Marx reconoce múltiples influencias intelectuales y sociales:2

La génesis del materialismo histórico[editar]

El propio Marx detalló, en su Prólogo a la Contribución a la Crítica de la Economía Política (1859),6​ el itinerario de sus estudios que lo llevaron a formular su concepción de la historia y a desarrollarla con su amigo y colaborador Engels.

El primer trabajo emprendido para resolver las dudas que me azotaban, fue una revisión crítica de la filosofía hegeliana del derecho, trabajo cuya introducción apareció en 1844 en los “Anales francoalemanes”, que se publicaban en París. Mi investigación me llevó a la conclusión de que, tanto las relaciones jurídicas como las formas de Estado no pueden comprenderse por sí mismas ni por la llamada evolución general del espíritu humano, sino que, por el contrario, radican en las condiciones materiales de vida cuyo conjunto resume Hegel siguiendo el precedente de los ingleses y franceses del siglo XVIII, bajo el nombre de “sociedad civil”, y que la anatomía de la sociedad civil hay que buscarla en la economía política. En Bruselas, adonde me trasladé a consecuencia de una orden de destierro dictada por el señor Guizot, proseguí mis estudios de economía política comenzados en París.

Marx también detalla en el mismo texto, el desarrollo de esta nueva concepción de la historia a partir de su cooperación intelectual con Engels. Cita como textos que utilizan esta concepción a:

  • El bosquejo de Engels sobre la crítica de las categorías de la economía política (publicado en los Anales franco-alemanes).
  • El libro de Engels La situación de la clase obrera en Inglaterra (1845).
  • La ideología alemana, primer texto de Marx y Engels, inédito (1846).

Entre las categorías teóricas centrales del materialismo histórico se encuentran: fuerzas productivasrelaciones de producciónmodo de producciónexplotaciónalienaciónlucha de clasesplusvalor, y fetichismo de la mercancía.

La aplicación científica y política[editar]

El materialismo histórico investiga la sociedad humana, tratando de hacerlo sin presupuestos ideológicos, partiendo de los individuos empíricos y las relaciones que establecen entre ellos.7​ A diferencia de los enfoques que muestran al capitalismo como un sistema estático o como el producto de una evolución "natural" del ser humano, la investigación histórico-materialista revela su carácter histórico y por lo tanto transitorio en el desarrollo de la humanidad.

Marx y Engels aplicaron esta nueva concepción de la historia al análisis de los hechos políticos y sociales del pasado y de su época y a la creación de una nueva corriente del socialismo, que a la toma de partido por el comunismo y la lucha de clases proletaria sumaba el estudio científico de la sociedad burguesa y de la transición de ésta a la sociedad comunista.8​ Al explicar las revoluciones políticas y sociales por la contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción y por la lucha de clases, Marx y Engels combatieron tanto la visión burguesa de la historia basada en la historia de las ideas y de los "grandes hombres" como las corrientes socialistas que deducían la lucha por el socialismo de los ideales abstractos de Justicia, Libertad e Igualdad.9​ El desarrollo revolucionario de las fuerzas productivas bajo el comunismo hacía posible que todas las necesidades humanas fueran satisfechas, y que el desarrollo de la producción prescindiera de la división de la sociedad entre clases explotadoras (poseedoras de los medios de producción sociales) y clases explotadas (obligadas a mantener a las clases explotadoras mediante el plustrabajo). Con este planteamiento, el comunismo podía concebirse como necesidad histórica en vez de como aspiración utópica, ya que las mismas contradicciones internas del capitalismo generaban la necesidad de revolucionar las relaciones de producción burguesas y creaban al sujeto histórico capacitado para tal misión: el proletariado.10

De esta manera, el materialismo histórico, tal como lo formuló Marx, se encuentra indisolublemente vinculado a la lucha de la clase proletaria por el comunismo.11​ Esto no significa que sus conclusiones (sobre todo en el campo económico) no sean científicas, sino que no están dirigidas a constituir una ciencia positiva "neutral", sino un conocimiento científico útil para la emancipación proletaria.12

El devenir posterior del materialismo histórico en el marxismo[editar]

Engels y el materialismo histórico[editar]

Tras la muerte de Marx, Engels prosiguió con su actividad política y con su actividad intelectual en la aplicación y la divulgación de la concepción de la historia desarrollada por Marx y él. En su obra Del socialismo utópico al socialismo científico de 1880,13​ dice:

La concepción materialista de la historia parte de la tesis de que la producción, y tras ella el cambio de sus productos, es la base de todo orden social; de que en todas las sociedades que desfilan por la historia, la distribución de los productos, y junto a ella la división social de los hombres en clases o estamentos, es determinada por lo que la sociedad produce y cómo lo produce y por el modo de cambiar sus productos. Según eso, las últimas causas de todos los cambios sociales y de todas las revoluciones políticas no deben buscarse en las cabezas de los hombres ni en la idea que ellos se forjen de la verdad eterna ni de la eterna justicia, sino en las transformaciones operadas en el modo de producción y de cambio; han de buscarse no en la filosofía sino en la economía de la época de que se trata. Cuando nace en los hombres la conciencia de que las instituciones sociales vigentes son irracionales e injustas, de que la razón se ha tornado en sinrazón y la bendición en plaga, esto no es más que un indicio de que en los métodos de producción y en las formas de cambio se han producido calladamente transformaciones con las que ya no concuerda el orden social, cortado por el patrón de condiciones económicas anteriores. Con ello queda que en las nuevas relaciones de producción han de contenerse ya -más o menos desarrollados- los medios necesarios para poner término a los males descubiertos. Y esos medios no han de sacarse de la cabeza de nadie, sino que es la cabeza la que tiene que descubrirlos en los hechos materiales de la producción, tal y como los ofrece la realidad.

Sin embargo, ya en vida de Marx hubo epígonos que distorsionaron esta concepción convirtiéndola en un mero determinismo económico. Engels denuncia esta situación en su carta a Joseph Bloch de 1890, en la cual, si bien reivindica que la causa última de los cambios sociales se encuentra en las condiciones económicas, esto no significa que esta influencia sea unilateral e inmediata ni que pueda explicarse cada cambio social a partir de la economía. Engels admite que esta malinterpretación economicista del materialismo histórico se debe a que, en su polémica con los socialistas utópicos y con otros sectores que negaban la influencia de la economía, Marx y él se vieron obligados a resaltar el rol de las condiciones económicas sin darle la importancia que se merecía a las condiciones extra-económicas.14

De teoría revolucionaria del proletariado a ciencia positiva[editar]

Karl Korsch ha argüido en sus obras Marxismo y filosofía (1923) y Karl Marx (1938) que el materialismo histórico marxiano tal como fue heredado por la socialdemocracia alemana dejó de ser una teoría crítica con finalidades prácticas para pasar a ser una doctrina de análisis positivo de la realidad y, por lo tanto, el fundamento de una ciencia positiva. Según Korsch, esta desviación dogmática tiene su raíz en el marxismo original, debido a su dependencia de la filosofía heredada de la burguesía y la influencia en Marx y Engels de la tradición revolucionaria jacobina de la revolución francesa.

Debido a esta disociación entre la teoría histórico-materialista y su aplicación para la lucha de clases proletaria, se cimentó la creencia de que la dialéctica materialista marxiana podía ser utilizada como elemento para la investigación científica positiva incluso fuera de las ciencias sociales. Un ejemplo de esto es la obra de Engels Dialéctica de la naturaleza.

Otros enfoques materialistas de la historia[editar]

Fuera del campo del materialismo histórico de Marx, existen otros métodos de investigación histórica para los cuales los rasgos definitorios de las sociedades humanas y la evolución histórica de las mismas ha estado determinada o fuertemente condicionada ante todo por factores materiales (tecnología disponible, sistema de producción, características geográficas y climáticas). Debido al intento de establecer las ideas del materialismo histórico de modo independiente a la versión marxista del mismo, se han acuñado términos nuevos como: materialismo culturalfuncionalismo ecológicodeterminismo geográficodeterminismo económico, y otros, que pueden ser considerados como concepciones materialistas de la Historia. Diversos autores académicos como Jared Diamond o Marvin Harris han tratado en detalle la evolución histórica de extensas áreas geográficas, y tratado de explicar rasgos definitorios de la sociedad a partir de factores materiales, señalando que este tipo de factores son los preponderantes cuando se trata de entender la evolución de las sociedades y las civilizaciones.

Maurice Godelier, entre otros tantos, se proponía mostrar cómo el marxismo constituía el modo adecuado de abordar la historia de forma científica. Y con ese objetivo, intentaba satisfacer todas las exigencias epistemológicas, todos los requisitos formales para la comprobación del estatuto científico del campo de la historia.

«El materialismo histórico no es un modelo más de la historia, no es una filosofía de la historia; constituye ante todo una teoría de la sociedad, cuya hipótesis sobre la articulación de sus niveles internos y sobre la causalidad específica y jerarquizada de cada uno de sus niveles. Haciendo posible el descubrimiento de la forma y de los mecanismos de esa causalidad y de la articulación, demostrará el marxismo su capacidad de ser el instrumento de una verdadera ciencia de la historia».15

Véase también[editar]

Referencias[editar]

  1.  "Que antes y durante los cuarenta años de mi colaboración con Marx tuve una cierta parte independiente en la fundamentación y, sobre todo, en la elaboración de la teoría, es cosa que ni yo mismo puedo negar. Pero la parte más considerable de las principales ideas directrices, particularmente en el terreno económico e histórico, y en especial su formulación nítida y definitiva, corresponden a Marx." Friedrich Engels, Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana (1880)
  2.  "...el material intelectual acumulado por Hegel es solo una de las corrientes que Marx y Engels han hecho desembocar en el ancho río de su nueva teoría materialista de la sociedad. Tomaron de los historiadores burgueses del período de la restauración el concepto de clase social y el de lucha de clases, de Ricardo la fundamentación económica de las contraposiciones de clase, de Proudhon la proclamación del proletariado moderno como única clase realmente revolucionaria, de los acusadores feudales y cristianos opuestos al nuevo orden económico nacido de la revolución del siglo XVIII el desenmascaramiento sin contemplaciones de los ideales liberal-burgueses, la invectiva llena de odio que da en el blanco; del socialismo pequeño-burgués de Sismondi la aguda descomposición de las contradicciones irresolubles del moderno modo de producción; de los iniciales compañeros de viaje de la izquierda hegeliana, particularmente de Feuerbach, el humanismo y la filosofía de la acción; de los partidos políticos obreros contemporáneos -los reformistas franceses y los cartistas ingleses- la importancia de la lucha política para la clase obrera; de la Convención francesa, de Blanqui y de los blanquistas la doctrina de la dictadura revolucionaria; de Saint Simon, Fourier y Owen todo el contenido de sus metas socialistas y comunistas: la subversión total de los fundamentos de la existente sociedad capitalista, la eliminación de las clases y de las contraposiciones de clase y la trasformación del Estado en una mera administración de la producción". - Karl Korsch, Karl Marx (1938)
  3.  "Mi método dialéctico no sólo es fundamentalmente distinto al método de Hegel, sino que es, en todo y por todo, la antítesis de él. Para Hegel, el proceso de pensamiento, al que el conviene incluso, bajo el nombre de Idea, en sujeto con vida propia, es el demiurgo de lo real; y lo real constituye únicamente la forma externa en que la idea toma cuerpo. En cambio, para mí lo ideal no es más que lo material transferido y traducido en el cerebro de los hombres (...) El hecho de que la dialéctica sufra en manos de Hegel una mistificación no obsta para que haya sido él quien primero supiera exponer de un modo amplio y consciente sus formas generales de movimiento. Lo que ocurre es que en la dialéctica aparece en él invertida, puesta de cabeza. No hay más que darle la vuelta, mejor dicho, ponerla de pie y en seguida se descubre bajo la corteza mística la semilla racional. La dialéctica mistificada llegó a ponerse de moda en Alemania porque parecía transfigurar lo existente. Pero en su forma racional provoca la cólera de la burguesía (...) ya que en la comprensión y explicación positiva de lo existente incluye la inteligencia de su negación y muerte forzosa: al ser esencialmente crítica y revolucionaria, capta las formas actuales en pleno movimiento sin omitir su carácter perecedero". - Karl Marx, Prólogo a la segunda edición de El Capital
  4.  "Por lo que a mí se refiere, no me cabe el mérito de haber descubierto la existencia de las clases en la sociedad moderna ni la lucha entre ellas. Mucho antes que yo, algunos historiadores burgueses habían expuesto ya el desarrollo histórico de esta lucha de clases y algunos economistas burgueses la anatomía económica de estas". - Karl Marx, Carta a Joseph Weydemeyer (5 de marzo de 1853). http://www.marxists.org/espanol/m-e/cartas/m5-iii-52.htm
  5.  "Sólo habiendo vivido la acción liberadora de este libro [La esencia del cristianismo de Feuerbach], podría uno formarse una idea de ello. El entusiasmo fue general: al punto todos nos convertimos en feuerbachianos. Con qué entusiasmo saludó Marx la nueva idea y hasta qué punto se dejó influir por ella —pese a todas sus reservas críticas—, puede verse leyendo La Sagrada Familia". F. Engels, Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana (1886). http://www.marxists.org/espanol/m-e/1880s/feuer/index.htm
  6.  marxists.org
  7.  "Las premisas de que partimos no son arbitrarias, no son dogmas, sino premisas reales, de las que sólo es posible abstraerse en la imaginación. Son los individuos reales, su acción y sus condiciones materiales de vida, tanto aquellas con que se han encontrado ya hechas, como las engendradas por su propia acción. Estas premisas pueden comprobarse, consiguientemente, por la vía puramente empírica". Karl Marx y Friedrich Engels, La ideología alemana (1846). http://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/feuerbach/1.htm
  8.  Karl Marx, Crítica al Programa de Gotha (1875)
  9.  Friedrich Engels, Anti-Dühring (1878)
  10.  Friedrich Engels, Del socialismo utópico al socialismo científico (1880)
  11.  Karl KorschMarxismo y filosofía (1923)
  12.  Karl Korsch, Karl Marx (1938)
  13.  «F. Engels (1880): Del socialismo utópico al socialismo científico.»www.marxists.org. Consultado el 2020-09-25.
  14.  «F. Engels (21 de sept. de 1890): Carta a J. Bloch.»www.marxists.org. Consultado el 2020-09-25.
  15.  Ignacio LewkowiczLa historia sin objeto.

Bibliografía[editar]




CC       COMENTARIO MANDADO : Saludos,dese málaga, Lmm: PIDEN COMENTARIOS, DICHA WEB : QUIZÁS SOLO DECIRLE,...DE QUE HABLAN SOBRE TEORÍAS DE OTROS TIEMPOS, CIRCUNSTANCIAS Y REALIDADES MATERIALES DEL CAPITAL,...HOY EN DÍA EN LA SOCIEDAD IMPERIALISTA GLOBAL-MUNDIAL  LA PLUSVALÍA-GANANCIA-BENEFICIO SE EXTRAE DE OTRA MANERA, MÁS AGRESIVA, EFECTIVA Y EN MAYOR CANTIDAD PROPORCIONALMENTE,...EN GRAN PARTE -- MÁS DE LA MITAD,...UNOS 2.000 MILL., DE 3.500 MILL. DE POB. ACTIVA,... -- MILLONES DE PROLETARIOS, CAMPESINOS POBRES, IRREGULARES, PRECARIOS,...INDIA, R.P. CHINA, PAÍSES ASIÁTICOS, LATINO-AMERICANOS, AFRICANOS, DONDE SE DAN EN EL PLANETA 400 MILLONES DE NIÑOS-BAMBINAS TRABAJANDO EN MINAS, CAMPOS, CONSTRUCCIÓN, SEXO, SERVICIO DOMÉSTICO, INDUSTRIAS DIVERSAS,...CON UNOS 5 DÓLARES/JORNADA DE 12 HORAS MÍNIMO,...ETC,...¡¡, DEL SISTEMA DE EXPLOTACIÓN IMPERI-CAPITALISTA SE DA UNA SOBRE-EXPLOTACIÓN,...DE 10 A UNO, RESPECTO  A LO QUE NORMALMENTE SE REALIZAN EN LAS METRÓPOLIS IMPERI-CAPITALISTAS,...¡¡¡. LOS CAPITALES OCIOSOS SON DEL ORDEN DE UNOS 400 BILLONES DE EUROS,...¡¡¡. Y EL PMB ES DE UNOS 96,5 MILL/DÓL./2.019.  Luky de málaga,      Lmm.    PUEDEN VISITAR ESTA WEB, LUKYRH.BLOGSPOT.COM     REVOLUCIÓN DE LA HUMANIDAD.ES LUKYRH.COM: 
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VIERNES, 13 DE DICIEMBRE DE 2013
13 diciembre e 2.013   BLOG   REVOLUCIÓN DE LA HUMANIDAD DE LUKYRH.COM


TEORÍA SOBRE LA PLUSVALÍA IMPERIALISTA


CRÍTICA A LA ECONOMÍA POLÍTICA DEL IMPERIALISMO. (LA SOCIEDAD DEL SIGLO XXI, EL IMPERICAPITALISMO DEL MULTICAPITALISMO -- JOINT VENTURE CAP. FINANCIERO PRIVADO JUNTO AL CAPITAL PÚBLICO-ESTATAL EXPROPIADO -- INTERPLANETARIO,...'' ).

      Nos mantenemos en lo que hemos planteado varias veces: aquél, entidad, personalidad,...que concluya acertadamente la esencia manifestado en este anunciado,...será o serán los que puedan dirigir a la humanidad a su liberación social.


A. LOS PRESTAMOS-CRÉDITOS MUNDIALES COMO FORMA DE LA ACTIVIDAD ECONÓMICA EN EL PLANETA. 

        El capitalismo imperialista funciona a base de créditos, deuda pública y privada; la deuda externa conjunta en el Estado español es de cerca de tres billones de euros, tres veces más que el pib creado en 2.012, ( los datos están en la prensa y medios actuales,...).

            Según la propiedad de ese capital,...mucho trabajo-empleo conseguido por los trabajadores,...es ficticio,...es como una obra benéfica por parte de esos capitalistas. ¿ Entonces qué pasa con la tasa de ganancia, con la plusvalía, con los beneficios,...qué pasa con los salarios, con la fuerza de trabajo desarrollada o puesta en acción,...Y además qué pasa con la crisis, con las crisis,...?. todo el personal debe,...desde los obreros, campesinos, empresarios industriales,...banqueros, estados,...PERO SE CONSTRUYEN Y PRODUCEN COSAS,...SE CONSUME, SE INVIERTE EN ARMAMENTOS, VIAJES ESPACIALES,...EN GUERRAS, EN EJÉRCITOS, EN GRUPOS MILITARES,...EN NUEVOS BARCOS, TRANSATLANTICOS, HOTELES Y BINGOS DE LUJOS,...SE INVIERTEN EN GUARRERÍAS SEXUALES Y DE TODO TIPO,...

            Si por ejemplo se dejara de producir,...durante un año, pero consumiendo tanto de forma privada para mantenerse y para otros menesteres de transporte, educación, sanidad,... o sea, lo que se llama servicios básicos,...estos en acción porque hay que seguir digamos funcionando,...aunque ya decimos no así el trabajo productivo,...Pues quizás se podría aguantar un año,...hay reservas estatales y privadas para ello,...El capital no extraería ganancias,...quizás algo,...pero sólo digamos un 10 ó 20 por ciento de lo normal anual,... En esta situación los capitales habrán mermado algo,...Pero lo quiero es plantear que hay tanto capital dinero acumulado,...en diversas formas,...que tienen para vivir más de cien años aunque no recogieran ganancias-beneficios; en cambio la clase obrera y popular no tienen ni para echar el mes con el dinero que puedan tener....Supongamos que tuvieran que vender a otras sociedades externas planetarias sus propiedades para vivir, los exteriores le proporcionan de todo,...la clase obrera iría exterminándose, ciertos sectores aguantarían algunos años,...Pero los capitalistas financieros,...ya decimos aguantarían unos cien años; pero al final también se exterminarían, ya que no les quedarían nada para poder comprar mercancías, servicios,...de los externos.

            En este embrollo dejamos de lado las realidades guerreras y de lucha de clases,...como se resuelven y se dan las relaciones sociales,...Como se observa el capital depende de la clase obrera-popular para su existencia,...su acumulación que esconde todo esto y más cosas,...le permite aguantar,...pero para seguir reproduciéndose necesita poner otra vez la maquinaria productiva global en marcha,...porque si no no se reproduce, mueren todos sus descendientes,...eso les daría mucha tristeza,...¡¡. Pero la fuerza de trabajo ya se ha extinguido,...mucho antes que ellos,...qué contrariedad,...verdad señores Anguita, Rubalcaba, y demás,...¡¡.
// La deuda pública marca su enésimo récord en el 93,4% del PIB
EL ENDEUDAMIENTO DE LAS COMUNIDADES AUTÓNOMAS ROZA EN EL TERCER TRIMESTRE LOS 200.000 MILLONES DE EUROS, MIENTRAS QUE EL DE LAS CORPORACIONES LOCALES SE REDUCE LIGERAMENTE
13/12/2013 10:51 Actualizado: 13/12/2013 14:10....////.....SUERTE Y GRACIAS POR TODO,..UN SÚBDITUS HISPÁNICUS                          Lmm.      luky de málaga, españa.,...)))...



Teorías sobre la plusvalía

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Theorien über den Mehrwert, 1956

Teorías de la plusvalía ( en alemánTheorien über den Mehrwert) es un borrador del manuscrito escrito por Karl Marx entre enero de 1862 y julio de 1863.1​ Se centra principalmente en la teorización de la plusvalía de Europa occidental desde alrededor de 1750, examinando críticamente las ideas de los economistas políticos británicos, franceses y alemanes sobre la creación de riqueza y la rentabilidad de las industrias.2​ Los temas en cuestión son la fuente, las formas y los determinantes de la magnitud de la plusvalía3​ y Marx trata de explicar cómo, después de fracasar en resolver las contradicciones básicas en sus teorías laborales del valor, la escuela clásica de economía política finalmente se disolvió, dejando solo "economía política vulgar" que ya no trataba de proporcionar una teoría coherente e integral del capitalismo, sino que ofrecía solo una amalgama ecléctica de teorías que parecían pragmáticamente útiles o que justificaban la racionalidad de la economía de mercado.45

Trasfondo[editar]

Teorías de la plusvalía fueron parte de los grandes Manuscritos económicos de 1861–1863, titulados por Marx Una contribución a la crítica de la economía política y escritos como la secuela inmediata de la primera parte de Una contribución a la crítica de la economía política publicada en 1859. El manuscrito total de 1861–1863 consta de 23 cuadernos (las páginas numeradas consecutivamente del 1 al 1472) que se extienden a unas 200 hojas impresas de longitud. Es el primer borrador elaborado sistemáticamente de los cuatro volúmenes de Capital, aunque todavía es solo aproximado e incompleto. Las teorías de la plusvalía forman la parte más larga (alrededor de 110 hojas impresas) y la más elaborada de este enorme manuscrito, y es el primer y único borrador del cuarto volumen final de El Capital . A diferencia de los tres volúmenes teóricos de Das Kapital, Marx llamó a este volumen la parte histórica, histórico-crítica o histórico-literaria de su obra.6

Karl Marx en la década de 1860

Marx comenzó a escribir Teorías de la plusvalía en el marco del plan original de su Crítica de la economía política, tal como lo había proyectado en 1858-1862. Sobre la base de lo que Marx dice acerca de la estructura de su trabajo en su introducción a la primera parte de Una contribución a la crítica de la economía política, en sus cartas de 1858-1862 y en el manuscrito de 1861-1863, este plan titulado Plan para la Crítica de la economía política puede presentarse en la siguiente forma esquemática según lo proyectado por Marx en 1858-1862:

  1. Capital:
    1. Introducción: productos básicos y dinero
    2. Capital en general:
      1. El proceso de producción de capital:
        1. Transformación de dinero en capital.
        2. Plusvalía absoluta
        3. Plusvalía relativa
        4. La combinación de ambos
        5. Teorías de la plusvalía
      2. El proceso de circulación del capital.
      3. La unidad de los dos, o capital y ganancia
    3. La competencia de capitales
    4. Crédito
    5. Capital social
  2. Propiedad de la tierra
  3. Trabajo asalariado
  4. El estado
  5. Comercio Exterior
  6. El mercado mundial

Las teorías de la plusvalía fueron concebidas originalmente por Marx solo como una excursión histórica en la sección de su estudio teórico del "capital en general". Esto fue para concluir la sección sobre el proceso de producción de capital. Este ambicioso plan demostró ser más de lo que Marx podía emprender, ya que fue quemado efectivamente antes de haber completado el estudio del capital. Incluso la publicación de Teorías de la plusvalía no puso todos los escritos de Marx sobre economía política a disposición del público y esta tarea solo se cumplió décadas después con la publicación de Grundrisse, los resultados del proceso de producción inmediata y varios otros manuscritos.

Historia de publicación[editar]

En su prefacio (fechado el 5 de mayo de 1885) a su edición del Volumen II de Das Kapital y en varias cartas durante los siguientes diez años, Friedrich Engels había indicado su intención de publicar el manuscrito de Teorías de la plusvalía. Sin embargo, aunque logró publicar el segundo y tercer volumen de Das Kapital, Engels no pudo publicar las Teorías antes de morir en 1895.

  • En 1905-1910, Karl Kautsky publicó una primera versión editada del manuscrito de Marx en tres volúmenes (1.754 páginas; el segundo volumen consta de dos partes separadas), con los editores de Dietz en Stuttgart. Sin embargo, Kautsky reorganizó la secuencia original de temas discutidos en los cuadernos y eliminó o modificó parte del texto. Por esta razón, su edición no se considera una representación científicamente precisa del pensamiento de Marx (aunque arroja luz sobre cómo Kautsky entendió a Marx). El primer volumen de notas de Marx de Kautsky trató las teorías de la plusvalía hasta Adam Smith, el segundo volumen con David Ricardo (en dos partes) y el último con la ruptura de la escuela ricardiana y la "economía vulgar". Esta edición está agotada y rara.
  • En 1923, David Riazanov (Riazanov) del Instituto Marx – Engels en Moscú (el predecesor del Instituto Marx – Engels – Lenin ) compró muchos de los manuscritos originales de Marx y muchos otros archivos socialistas del siglo XIX con generosas finanzas del gobierno soviético, incluyendo Las teorías de la plusvalía. A partir de ese momento, el acceso, la edición y la publicación del texto quedaron bajo el control de las autoridades comunistas rusas y de Alemania Oriental. Después de 1991, el manuscrito fue transferido al Centro Ruso para la Preservación y el Estudio de los Registros de la Historia Moderna (RTsKhIDNI) y desde fines de la década de 1990 se almacena en el Archivo Estatal Centralizado de Historia Sociopolítica ( Rossiiskii gosudarstvennyi arkhiv sotsial'no- politicheskoi istorii [RGASPI]) en Moscú.
  • Jules Molitor hizo una traducción completa de la edición alemana de Kautsky al francés y la publicó en 1924-1925 A. Costes.
  • La primera traducción japonesa de Teorías de la plusvalía parece haberse realizado en la década de 1920.7​ Otro fue hecho en la década de 1930 por Zenya Takashima (1904–1990), quien enseñó en la Universidad de Comercio de Tokio / Universidad Hitotsubashi, pero el manuscrito de esta traducción fue confiscado cuando fue arrestado y se perdió.8
  • Una traducción al español fue hecha por Wenceslao Roces y publicada en la Ciudad de México en 1945 bajo el título Historia crítica de la teoría de la plusvalía . Se publicaron nuevas ediciones en español en 1974 (Madrid: Alberto Corazón), 1977 (Barcelona: Crítica, preparado por Manuel Sacristán Luzón), 1978 (La Habana: La Habana Editorial de Ciencias Sociales, traducido por Mario Díaz Godoy), 1980 (México: Fondo de Cultura Económica) y 1998–2000 (San Diego: Fondo de Cultura Económica USA).
  • En 1949, Shanghai Dushu y Shenghuo Publishing House publicaron una traducción china de Teorías de la plusvalía por Guo Dali (Kuo Ta-li).9
  • Una edición italiana de la versión de Kautsky se publicó en 1954-1958, titulada Storia delle teori economiche . El traductor fue E. Conti y el profesor de inglés Maurice Dobb escribió una introducción. Hubo una reimpresión en 1971. En 1974, Newton Compton Editori publicó en Roma una nueva traducción al italiano. Fue traducido por Lida Locatelli y presentado por Lucio Colletti .
  • En 1951, GA Bonner y E. Burns publicaron una traducción al inglés de extractos de los volúmenes alemanes publicados por Kautsky, con Lawrence & Wishart en Londres y International Publishers en Nueva York.10​ Está agotado.
  • Langland Press (Nueva York, 1952) publicó una traducción completa en inglés de Terence McCarthy de la edición francesa del primer volumen de Kautsky bajo el título Historia de las teorías económicas: de los fisiócratas a Adam Smith, pero las traducciones de los volúmenes posteriores nunca aparecieron . Está agotado y es raro. Sin embargo, Literary Licensing LLC puso a disposición copias impresas a pedido desde 2011.
  • Una edición completa y anotada de tres volúmenes fue publicada por primera vez en alemán (1956, 1959, 1962) por el Instituto de Marxismo-Leninismo del Partido de la Unidad Socialista en Alemania Oriental . El texto se incluyó posteriormente en el Marx Engels Werke publicado por Dietz en los volúmenes 26.1 (1965), 26.2 (1967) y 26.3 (1968). Al igual que la edición de Kautsky, que imita hasta cierto punto, la edición de Alemania Oriental reorganizó el texto original bajo varios títulos. Esta versión se considera más precisa y completa que la de Kautsky, pero aún carece de la secuencia de los manuscritos originales y no es una traducción completamente literal. Ahora está agotado.
  • Una edición rusa se publicó por primera vez en Moscú como Marx-Engels, Collected Works, Volumes 26.1 (1962), 26.2 (1963) y 26.3 (1964).
  • Progress Publishers en Moscú, junto con el editor londinense Lawrence & Wishart, publicaron una edición anotada en inglés de todo el manuscrito basado en el alemán oriental. Salió en tres volúmenes (1963, 1968, 1971), editado por S. Ryazanskaya, traducido por Renate Simpson y otros. Esta versión en inglés, al igual que las de Alemania Oriental y Rusia, reorganiza la secuencia de material en los manuscritos originales bajo varios títulos nuevos (a menudo entre corchetes). Esta edición también fue publicada en varios otros idiomas por Progress Publishers y otros. Ahora está agotado.
  • La edición alemana definitiva de Teorías de la plusvalía se publica en el Marx-Engels Gesamtausgabe (MEGA II), sección II, partes 3.2 (1977), 3.3 (1978) y 3.4 (1979). Se proporciona una representación literal y anotada de los manuscritos originales en la secuencia original. Esta edición aún está disponible.
  • El texto completo apareció nuevamente también en el inglés Marx / Engels Collected Works, Volumes 30 (1988), 31 (1989), 32 (1989), 33 (1991) y 34 (1994). Esta versión en inglés está basada en la edición alemana MEGA II de 1977-1979. Mantiene la secuencia del texto en los manuscritos originales y, por lo tanto, difiere sustancialmente de la edición Progress de 1963 y las ediciones anteriores. Esta versión de MECW es la edición más completa disponible en inglés. Aunque se agotó, Lawrence & Wishart y International Publishers todavía venden muchos volúmenes en la serie (las ediciones digitales a veces están disponibles en línea).
  • En 1980, Jean-Pierre Lefebvre publicó una edición en francés de los cuadernos I61 a 1861-1863 en asociación con Gilbert Badia, Étienne Balibar, Jean-François Cailleux y Michel Espagne.11
  • Prometheus Books volvió a imprimir la edición inglesa de Progress Publishers y Lawrence & Wishart en el año 2000 en un volumen de 1.605 páginas. Esta edición ahora también está agotada.
  • En 2013, Pine Flag Books (Boston) publicó una versión digital Kindle de la edición en inglés de tres volúmenes de Progress Publishers editada por Gene Ogorodov.

Referencias[editar]

  1.  Enrique Dussel (Spring 2001). "The four drafts of Capital. Towards a new interpretation of the dialectical thought of Marx". Rethinking Marxism. Vol. 13. No. 1. pp. 10–25.
  2.  Allen Oakley (1985). Marx's Critique of Political Economy. London: Routledge.
  3.  Ronald L. Meek (1949). The Development of the Concept of Surplus in Economic Thought from Mun to Mill. Phd dissertation. Cambridge University.
  4.  Karin Wetzig (1980). Die theoriengeschichtlichen Lehren aus Karl Marx' "Theorien über den Mehrwert" für die Geschichte der Politischen Ökonomie. Phd dissertation in economics. University of Leipzig.
  5.  Dietmar Scholz (1981). Zum Platz der "Theorien über den Mehrwert", IV. vierter Band des "Kapital", im philosophischen Denken von Karl Marx. Phd dissertation in economic history. University of Jena.
  6.  Preface (1923). Theories of Surplus Value. Moscow: Progress Publishers.
  7.  Maurice Dobb (December 1952). "Review of A History of Economic Theories and Theories of Surplus Value by Karl Marx". American Economic Review. Vol. 42. No. 5. pp. 909–912.
  8.  Keith Tribe; Hiroshi Mizuta, eds. (2002). A Critical Bibliography of Adam Smith. London: Routledge. p. 204.
  9.  Beijing Review (1983). Vol. 26. p. 23.
  10.  T. W. Hutchison (February 1953). "Theories of Surplus Value by Karl Marx; Karl Kautsky; G. A. Bonner; Emile Burns". Economica. New Series. Vol. 20. No. 77. pp. 81–83.
  11.  Jean-Pierre Lefebvre (ed.); Gilbert Badia; Étienne Balibar; Jean-François Cailleux; Michel Espagne (1980). Karl Marx: Manuscrits de 1861-1863, cahiers I à V. Contribution à la critique de l'économie politique. Paris: Editions Sociales.

Otras lecturas[editar]

  • A. Anikin (1975). A Science in Its Youth: Pre-Marxian Political Economy. Moscow: Progress Publishers.
  • Simon Clarke (1982). Marx, Marginalism and Modern Sociology: From Adam Smith to Max Weber. London: Macmillan.
  • John Eatwell (Fall 1974). "Controversies in the theory of surplus value: old and new". Science & Society. Vol. 38. No. 3. pp. 281–303.
  • E. K. Hunt (2002), Property and Prophets: The Evolution of Economic Institutions and Ideologies, 7th edition. M. E. Sharpe.
  • E. K. Hunt; Mark Lautzenheiser (2011). History of Economic Thought. A Critical Perspective. 3rd edition. New York: ME. Sharpe.
  • Isaak Illich Rubin (1979). A History of Economic Thought. London: Ink Links.

Enlaces externos[editar]

La edición en inglés de Teorías de plusvalía de Progress Publishers está disponible en línea:





LUNES, 17 DE AGOSTO DE 2020 // REVOLUCIÓN DE LA HUMANIDAD

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RESEÑA DE “REIVINDICANDO EL CAPITAL DE MARX. UNA REFUTACIÓN DEL MITO DE SU INCOHERENCIA” DE ANDREW KLIMAN: ALFONSO FERNÁNDEZ BUSTOS

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Al comienzo de la actual pandemia, los mercados bursátiles cayeron hasta un 30% en el espacio de pocas semanas e hicieron saltar las alarmas mediáticas ante lo que se podría convertir, de nuevo, en una inminente crisis económica mundial. Así el Covid-19, al igual que el colapso financiero global que desencadenó la Gran Recesión de 2008-2009, se convierte en el producto ideológico que enmascararía una muy posible causa endógena que explicaría la permanente recurrencia a la crisis; pues la economía capitalista ya no avanzaba a un ritmo acelerado antes de la pandemia. De hecho, en las llamadas economías emergentes más grandes y en la mayoría de las principales, el crecimiento y la inversión se había ralentizado y la rentabilidad del capital estaba cerca del mínimo de posguerra. Por tanto, la pandemia solo ha sido la gota que colmó el vaso ante los problemas de valorización que el capital ya venía sosteniendo.  Pero, ¿si la pandemia no explica este actual «retroceso» de la economía mundial, qué lo explica?; ¿por qué la rentabilidad y la inversión descendió mucho antes de la pandemia del Covid-19?; ¿existe otra visión alternativa coherente, aplicando este caso concreto, que pueda explicar a qué se debe esa recurrente tendencia a la caída de la rentabilidad en el modo de producción capitalista que desencadena la crisis económica?

 

Para no demorarnos demasiado sobre este aspecto, concluimos que la respuesta es afirmativa: la ley del valor-trabajo (TVT) y, en relación a esta, la ley del descenso tendencial de la tasa de ganancia (LDTTG), expuestas y desarrolladas por Karl Marx en su obra El capital, explicaría cómo los aumentos de la productividad en el capitalismo, que tendría como consecuencia la devaluación de las mercancías, incluyendo los medios de producción, hacen surgir una tendencia a que la tasa de ganancia descienda, provocando que sólo pueda ser superada mediante la crisis (volveremos sobre este punto más adelante). Sin embargo, El capital ha sido desde su concepción objetivo de innumerables críticas infundadas, incluso convertido hoy en día por muchos en una mera obra descriptiva y metafísica de la historia del capitalismo o la forma concreta que este adoptó en el siglo XIX. De esta manera, «Marx se transforma en un icono que dijo muy poco distintivo y nada que sea “amenazador”» (Kliman, 2017) y El capital, por consiguiente, se relega a un segundo plano, abandonando descarada y, a veces, concienzuda e interesadamente el carácter teórico-abstracto de la obra, donde el objeto de investigación son las relaciones fundamentales que definen el capitalismo en cuanto tal y lo distinguen de otros sistema sociales anteriores, y no una burda descripción fenoménica de, por ejemplo, la Inglaterra industrial en tiempos de Marx.

Por otro lado, distintos autores, en su mayoría economistas -aunque también sociólogos, antropólogos, filósofos o historiadores guiados por los argumentos de los primeros-, han pretendido demostrar las eventuales incoherencias internas que padece El capital de Marx. Por ende, durante los últimos cien años varios economistas burgueses han afirmado que la teoría del valor trabajo de Marx y su aplicación para comprender la dinámica del capitalismo es inconsistente y/o errónea.  Además, estas «réplicas» apelando a una supuesta incoherencia/error de El capital no solo ha penetrado en la economía convencional; sino que, incluso, en muchos economistas, sociólogos o filósofos que se reclaman marxistas, como Paul Sweezy, Erik Olin Wright o Gerald A. Cohen, respectivamente.

 

Pero si hemos insistido brevemente en mostrar la acusación de una supuesta incoherencia en El capital, es para presentar la aportación indudable que realiza Andrew Kliman en su libro “Reivindicando El capital de Marx. Una refutación al mito de su incoherencia” (recién traducido al español y editado por El Viejo Topo), para desmentir las hipotéticas contradicciones internas teóricas de Marx.

 

El mito de la incoherencia de El capital

 

El primero de los aspectos centrales de Reivindicando El capital de Marx, obra a la que Andrew Kliman ha dedicado años de trabajo y diálogos con economistas como Alan Freeman o Ted McGlone, no puede ser otro -de ahí nuestra concisa exposición anterior- que la crítica a la tan estandarizada afirmación académica de que “Marx se olvidó de transformar los precios de los insumos” -es decir, el llamado «problema de la transformación»-; que vendría a exponer que en el Tomo III de El capital, Marx comete el fatídico error de no transformar a precios de producción los valores de los insumos (capital constante y capital variable). Esto convertiría como lógicamente contradictorio el planteo de El capital, ya que los outputs (productos) no podrían establecerse en precios de producción y los inputs (insumos) en valores.

 

Karl Marx ✆ Raficolv © Ñángara Marx

Uno de los pioneros en iniciar una conjetura contra El capital de Marx es Böhm-Bawerk, autor de la Escuela Austriaca de economía, que creyó en su libro de 1896 haber descubierto el nudo gordiano del «problema» en el que incide Marx; pues, según el autor liberal, Marx incurre en un error insalvable entre lo que dice en el Tomo I y el Tomo III de El capital. A juicio de Böhm-Bawerk, el autor alemán afirma que las mercancías se venden por su valor para luego, en el tomo III, decir que se venden por su precio de producción. Por consiguiente, el austrohúngaro se obsesiona con desordenar la relación entre precio -expresión monetaria del valor- y valor, y en reducir este último a su magnitud, llegando a afirmar en reiteradas ocasiones, por activa y por pasiva, que Marx comenzó diciendo que “las mercancías tienden a venderse a sus valores”, para pasar a decir después que “las mercancías no tienden a venderse a sus valores”. No obstante, Böhm-Bawerk solo tendría que haber leído, si no es demasiado pedir, el capítulo IX de El capital sin detenerse interesadamente (como sí que hizo) en el aviso de Marx a que “se supone, en efecto, que los precios = los valores”; pues consecuentemente después, el autor de El capital, continúa señalando, como nota aclaratoria para algún que otro despistado, que “en el libro tercero veremos que esa equiparación no se aplica tan sencillamente ni siquiera en el caso de los precios medios”.

 

Asimismo, la crítica de Böhm-Bawerk empobreció el lenguaje y la exposición de Marx, restándole su preciado y necesario contenido categorial filosófico e incidiendo en aquello que sentenciaba Kant: “las intuiciones sin conceptos son ciegas”. El economista austrohúngaro, al igual que muchos más, menospreciaron la dialéctica de Marx y la consideraron como el vulgar envoltorio del caramelo que querían masticar y escupir, terminando por interpretar un espejismo en el vasto universo de El capital. Por esta razón, y sirviéndose de citas y extractos de la obra de Marx fuera de contexto, Böhm-Bawerk acabó diciendo lo que dijo porque así lo quiso desde el principio, sin más.

 

Por su parte, años más tarde, el economista estadounidense Paul Sweezy, sedicente de la teoría de Marx, comulgó con ruedas de molino -al recuperar e introducir en Occidente los documentos del economista ruso Ladislaus Bortkiewicz en 1949- con la idea de que, en realidad, el autor alemán de El capital no cometía un «error insalvable» como señalaba Böhm-Bawerk; sino que su exposición adolecía de incoherencias lógicas internas. Por tanto, para aclaraciones posteriores, el mito del «problema de la transformación» no surge en 1893 con la publicación del Tomo III de El capital, sino con las críticas realizadas en primer lugar por Böhm-Bawerk en 1896 y, sobre todo, por aquella que realiza Bortkiewicz en 1907 -que, aunque relacionadas, hay razones suficientes, como así expone Andrew Kliman, para no ser confundidas-.

 

En efecto, la crítica de Bortkiewicz –“la justificación más citada para rechazar la teoría de Marx en el último siglo”-  mantuvo que la solución a la «cuestión de la transformación» es asumir la incoherencia desde el punto de vista lógico de El capital. Afirmó que Marx había calculado el capital constante y el capital variable en términos de valor, mientras que la mercancía resultante se valoraba por el precio de producción. En consecuencia, sostuvo que el pensador de Tréveris situaba el valor en un nivel de su propia teoría y el precio en otro, concluyendo en que había fallado al conectar ambos. Bortkiewicz, por tanto, sentencia que el alemán “falla en mantener separados con suficiente rigurosidad los dos principios del cálculo de valores y precios” (Bortkiewicz, 1971). A partir de esto, se sostuvo también que la tasa de ganancia cambia con la transformación de valores a precios, de manera que en Marx habría dos tasas de ganancia: la tasa determinada con los precios de producción, y la determinada con los valores.

 

Bortkiewicz argumentó que el error de Marx consiste en que la determinación sucesiva provoca que la reproducción simple no se dé; es decir, la reproducción de la economía se vería interrumpida porque los valores totales no coinciden con los precios totales. Así, Bortkiewicz demostró presuntamente que el método de Marx es contradictorio en sí mismo y que la única forma de corregirlo es cambiando su metodología sucesiva por una simultánea de sistema dual, aun cuando las conclusiones de Marx se modifiquen. En definitiva, el error consiste, según Bortkiewicz y demás corrientes fisicalistas-simultaneístas, en que las mercancías producidas son evaluadas a su precio de producción y las mercancías utilizadas a su valor.

 

Aunque volveremos concisamente sobre ella, la determinación simultánea de los precios de producción se puede resumir en un fragmento escrito por Paul Sweezy, que recibió entusiasmado las «correcciones» artificiosas de Bortkiewicz:

 

En su esquema del precio, los desembolsos de los capitalistas en capital constante y en capital variable quedan exactamente como estaban en el esquema del valor; en otras palabras, el capital constante y el capital variable, empleados en la producción, se siguen expresando en términos de valor. Las producciones totales, por otra parte, se expresan en términos del precio. Ahora bien, es obvio que en un sistema en que el cálculo del precio es general, tanto el capital empleado en la producción como el producto mismo deben expresarse en términos de precio. El inconveniente está en que Marx sólo anduvo la mitad del camino en la transformación de los valores en precios de producción. No hay por qué sorprenderse de que tal procedimiento conduzca a resultados contradictorios (Sweezy, 1945; 128).

 

Más tarde, en la década de 1970, la mayoría de los académicos pretendidamente marxistas aceptaron los argumentos de Piero Sraffa -influenciado por la crítica de Bortkiewicz- que sostienen la redundancia del valor; teorizando, en consecuencia, todas las variables económicas (tasa de ganancia, precios, etc.) sin necesidad de la teoría del valor. La corriente de Sraffa, también llamada neo-ricardiana, considera que puede explicarse la economía con un sistema donde unas máquinas producen réplicas suyas; es decir, en el que el trabajo vivo para la producción puede no ser indispensable, ya que “el trabajo vivo desempeñado por el trabajador no es diferente a las demás mercancías”. Además, “el teorema marxiano fundamental, dado a ampliamente a conocer por Morishima (1973) también ayudó a consolidar la victoria del sraffismo” (Kliman, 2020; 86).

 

De esta manera, el trabajo de Andrew Kliman demuestra en consecuencia que todas estas corrientes, que pretenden demostrar la incoherencia lógica de El capital, sostienen una interpretación simultánea, lo que se traduce en que tanto el valor del producto que se utiliza para producir, como el valor del producto obtenido después del proceso de producción se determinan simultáneamente (el producto final tiene el mismo valor que el medio de producción). Además, Kliman constata que toda determinación simultánea infiere irremediablemente en el fisicalismo -como se puede observar sin mayor esfuerzo en la exposición de Sraffa- que comprende la determinación del valor por la cantidad de producto físico, y no por el tiempo de trabajo; por ende, el valor generado aumenta porque así lo hace el producto físico, sin tomar en cuenta el cambio en el tiempo de trabajo socialmente necesario, y contradiciendo, en definitiva, la ley del valor de Marx.

 

El trabajo de Kliman, Reivindicando El capital de Marx, confirma que la determinación simultánea introduce fundamentos ajenos a la teoría marxista; ya que, claramente, Marx no empleó premisas simultaneístas. De modo que la incoherencia lógica alegada se debe a que la interpretación simultánea altera y pone «patas arriba» los supuestos del procedimiento de Marx, concluyendo artificiosamente que los resultados del alemán son contradictorios. Es por esto que, en consecuencia, todas las corrientes que sostienen la determinación simultánea, sin importar su origen, sus intenciones, o su “apego” a las palabras de Marx, concluyen (consciente o inconscientemente) que la teoría del valor es innecesaria (redundante), que Marx fue inconsistente al explicar la determinación de los precios (el famoso “problema” de la transformación), que el plustrabajo no es la única fuente de plusvalor (ganancia) y que Marx se contradice porque la tasa de ganancia tiende a subir y no a bajar cuando se ahorra trabajo vivo por incrementos en las fuerzas productivas  (Hdez. Solorza y Deitha Mon, 2015; 5). 

 

De este modo, el Teorema de Okishio, partiendo también de premisas externas a las planteadas por Marx, pretende probar que los supuestos de la Ley del descenso tendencial de la tasa de ganancia (LDTTG) son lógicamente inválidos, y aunque el teorema no niega que pueda caer la tasa de ganancia, sí que dice que las premisas que aplica Marx no pueden explicar correctamente porqué sucede tal descenso.

 

La presentación que realiza Marx sobre la LDTTG es, hasta cierto punto, sencilla y fácil de comprender: el pensador alemán parte del supuesto de que la tasa de plusvalía es constante, que la composición orgánica de capital es creciente a lo largo del proceso de acumulación y expansión capitalista, concluyendo finalmente que existe una tendencia por la que la tasa general de ganancia desciende; en otras palabras, esto es fácilmente comprensible si tenemos en consideración que la masa de plusvalía depende del número de trabajadores, dada la tasa de explotación, y que la tasa de ganancia debe ser calculada en relación al capital total. Una composición orgánica creciente, que exprese la elevación de la proporción entre el volumen de los medios de producción y la cantidad de trabajo vivo, sólo puede tener como consecuencia la reducción de la tasa de ganancia (Carcanholo, 2013; 3).

 

Marx declaró que la LDTTG es la primera “ley” para explicar la tendencia de manera satisfactoria y repetidamente dijo que es “la ley más importante” de la economía política, la solución del rompecabezas central alrededor del cual “toda la economía política desde Adam Smith lleva dando vueltas”. “La progresiva tendencia para que caiga la tasa de ganancia es simplemente la expresión, peculiar al modo capitalista de producción, del desarrollo progresivo de la productividad social del trabajo” (El capital. Tomo III, Marx). En otras palabras, la productividad creciente tiende a deprimir la tasa de ganancia; es decir, los resultados de continuos aumentos en la productividad física sobre la tasa de plusvalía son cada vez más limitados. Por tanto, la tendencia a la caída de la ganancia obedece a un aumento de la productividad que supone, a su vez, dificultades crecientes de valorización y no, por el contrario, a un hipotético descenso de la productividad:

 

La tasa de ganancia no disminuye porque el trabajo se haga más improductivo, sino porque se torna más productivo. Ambas cosas, tanto el aumento en la tasa del plusvalor como la baja en la tasa de ganancia, sólo son formas particulares mediante las cuales se expresa en el modo capitalista de producción la creciente productividad del trabajo (Marx, 2011; 307).

 

Su marcado carácter tendencial hace hincapié en que eventualmente «la presión a la baja» puede ser contrarrestada; esto es, por ejemplo, que la elevación de la composición orgánica del capital puede no materializarse y, además, el menor valor de los bienes de consumo, al reducir el valor de la fuerza de trabajo e incrementar la tasa de explotación, puede compensar la eventual elevación de la composición orgánica del capital en su efecto sobre la tasa de ganancia. Por supuesto, Marx contempla esas y otras contratendencias, añadiendo que “las más generalizadas son” la reducción de los salarios; la sobrepoblación relativa; el comercio exterior o el aumento del capital accionario. No obstante, como aclara Kliman en la obra que nos ocupamos:

 

En suma, aunque la tendencia al descenso de la tasa de ganancia es “constantemente…superada”, la tendencia no queda anulada. Hace sentir su presencia, puesto que solo “se supera mediante la crisis”. Las crisis económicas recurrentes, y no una tendencia al descenso de la tasa de ganancia en el largo plazo, es lo que predice en realidad la teoría de Marx. (Kliman, 2020; 57)

 

Estos supuestos de la LDTTG tiene implicaciones políticas revolucionarias, ya que la ley verifica la agudización de las dificultades en el proceso de valorización, lo cual significa que las crisis económicas nacen de la contradicción interna e inherente al modo de producción capitalista: “los capitalistas «matan la gallina de los huevos de oro»”.

 

Sin embargo, la LDTTG de Marx contradice la lógica formal de aquellos, especialmente fisicalistas, para los que intuitivamente es contradictorio el hecho de que productividad creciente = descenso tendencial de la tasa de ganancia (A≠No-A/ creciente≠descenso). Para el sentido común de Okishio (o Dmitriev antes que él), un aumento de la productividad es sinónimo de un aumento en la rentabilidad; pero esto es así, tal como demuestra Kliman, solo si nos servimos de la valoración simultánea para llegar a conclusiones fisicalistas. En conclusión, el Teorema de Okishio solo se sostiene si la problemática se «piensa» en términos de valor de uso (fisicalismo) y no de valor.

 

“Caben diversas interpretaciones de Marx, pero no cualquier interpretación es válida”

 

En suma, en mayor o menor medida, todas las interpretaciones que concluyentemente afirman que El capital de Marx adolece de incoherencias lógicas internas han sostenido y valorado los insumos y los productos de forma simultánea, esto es, alegando que los insumos que se introducen en la producción y los productos que surgen con posterioridad deben tener los mismos valores o precios; han planteado los problemas en términos de las propiedades de estados de equilibrio estático y han inferido insalvablemente en el fisicalismo. Por tanto, cuando la teoría de Marx se interpreta en términos simultaneístas cualquiera de sus supuestos se convierten en contradictorios.

 

Andrew Kliman en Reivindicando El capital de Marx. Una refutación al mito de su incoherencia, evidencia y da sentido a aquella frase formulada por el filósofo español Felipe Martínez Marzoa: “caben diversas interpretaciones de Marx, pero no cualquier interpretación es valida”; pues el trabajo de Kliman se fundamenta precisamente en reclamar las teoría económicas de Marx, mostrando que un estudio adecuado de El capital revela una teoría coherente y unas conclusiones lógicas fundamentadas en la ley del valor. En definitiva, Andrew Kliman desmonta el mito de las  supuestas contradicciones internas atribuidas por la interpretación fisicalista-simultaneísta, que juzgan a Marx por lo que nunca enunció, ya que no existe una interpretación de la teoría del valor de Marx que concilia esas contradicciones aparentes (Kliman, 2020; 18).

 

Por tanto, para Andrew Kliman basta con realizar una interpretación adecuada para que todos esas supuestas contradicciones en las teorías de Marx se desvanezcan. Así en la década de los 80’, diversos autores marxistas, entre los que se incluyen Alan Freeman, Guglielmo Carchedi, Ted McGlone y el propio Andrew Kliman, que no se atiborraron de las artificiosas  y distorsionadas conclusiones de la interpretación simultánea, ofrecieron la llamada Interpretación de Sistema Único Temporal (TSSI).

 

Aunque en Reivindicando El capital de Marx, Andrew Kliman explica con elocuente riqueza  argumentativa la TSSI, se puede decir que esta “coloca las piezas en su posición original”, aclarando, ni más ni menos, que “Marx no planteó los problemas en términos de las propiedades de estados de equilibrio estático, y por tanto, no tenía necesidad alguna de valorar los insumos y los productos de forma simultánea” (Kliman, 2020; 31) . Si valoramos de forma temporal los valores y los precios, tal como hizo Marx, de modo que los precios de los insumos y los productos pueden diferir, y consideramos toda la teoría económica marxista bajo un solo sistema (sistema único), en el que los valores y los precios se determinan entre sí de forma dinámica, podemos concluir con total seguridad, como hace Kliman, que El capital de Marx no adolece absolutamente de nada. Su incoherencia es, por ende, un mito de la ideología dominante.

 

La Interpretación de Sistema Único Temporal logra, por tanto, demostrar que el plustrabajo es la única fuente de plusvalor y, en consecuencia, que el valor no es redundante; explica coherentemente, reproduciendo la metodología y el procedimiento de Marx, cómo los incrementos graduales en la composición orgánica que ahorran trabajo vivo generan una tendencia a la baja en la tasa de ganancia y ha disipado cualquier artificio creado en torno al mal llamado «problema de la transformación».

 

Reivindicando El capital de Marx es, en resumen, un arma formidable para defender las teorías económicas de Marx y desprenderlas del sambenito que artificiosamente se le ha colocado. Disponer de una traducción al español después de casi 14 años desde su publicación original, es sin duda una buena oportunidad para la clase obrera hispanohablante.

Alfonso Fernández BustosEstudiante de Sociología. Universidad Nacional de Educación a Distancia

El libro se puede adquirir en El Viejo Topo

Referencias bibliográficas

 

Arrizabalo, Xabier. 2016 segunda edición. Capitalismo y Economía Mundial. Instituto marxista de economía. 

 

Bortkiewicz, Ladislaus. 1971. La teoría económica de Marx. Giulio Einaudi Editore.

 

Carcanholo, Reinaldo. 2013. La Ley de la baja tendencial de la tasa de ganancia.

 

Freeman, Alan. 1996. Price, Value and Profit – a continuous, general, treatment. En Freeman y Carchedi (eds.).

 

Hdez. Solorza, Sebastian y Deytha Mon, Alan. 2015. Parte I. Determinación del Valor.

 

Kliman, Andrew. 2020. Reivindicando El capital de Marx. Una refutación al mito de su incoherencia. El Viejo Topo.

 

Marx, Karl. 2011. El capital. Akal

 

Nieto, Maxi. 2015. Cómo funciona la economía capitalista: una introducción a la teoría del valor-trabajo de Marx. Escolar y Mayo.

 

Roberts, Michael. 2017. La Larga Depresión. El Viejo Topo.

 

Roberts, Michael. thenextrecession.wordpress.com. Blog Personal.

 

Sweezy, Paul. 1945. Teoría del desarrollo capitalista. Fondo de Cultura Económica.

 

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