miércoles, 8 de abril de 2015

NUEVAS COSAS Y MARAT, SE VA,...?¡¡.

DICEN, y así lo reproducimos,...por si quieren leer algo,...:


Interior encarga un sistema para buscar potenciales terroristas en las redes sociales y con la huella digital
Ofrece 1,6 millones por una herramienta informática que encuentre "perfiles" sospechosos de pasajeros por su procedencia, costumbres y nivel social
El pliego dice que el cerebro informático debe analizar correos electrónicos, registros de llamadas y notas clínicas sin precisar de dónde los sacará
Toda la información se acumulará en el sistema para crear un "histórico de información" sobre los ciudadanos

06/04/2015 - 20:29h



El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz

MÁS INFO

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·               ETIQUETAS: Interior,terrorismo, pasajeros,ciudadanos
El Ministerio del Interior pretende tener listo el 10 de diciembre un sistema informático para detectar “terroristas” y otro tipo de delincuentes antes de que tomen un avión o cojan un tren. El proyecto no pasaría de ser una vasta y eficiente base de datos si los objetivos de la herramienta fueran individuos con antecedentes. Sin embargo, a quien Interior aspira a identificar es a personas que todavía no han cometido un delito, por lo que no duda en incluir en la oferta pública que lanza la exigencia de que la herramienta construya el “perfil demográfico y sociológico” de los pasajeros.
En el pliego de prescripciones técnicas, la Secretaría de Estado de Seguridad detalla, a lo largo de 58 páginas, los objetivos que quiere satisfacer con la herramienta informática. A un paso de las películas de ciencia-ficción, con máquinas que adivinan las intenciones de los delincuentes, Interior pretende cruzar al instante miles de datos de una persona para detectar a aquellos que podrían estar planeando un acto terrorista.
El departamento de Jorge Fernández Díaz no deja espacio a la improvisación de la empresa que resulte finalmente adjudicataria. Así precisa en el pliego que las redes sociales de las que puede “captar la información” son Twitter, Google Plus, Linkedln, Tumblr, Instagram y Flickr. Curiosamente, los técnicos de Interior dejan fuera a Facebook, la primera red social del mundo por número de usuarios. También deberá obtener información de foros, blogs y “páginas genéricas”. Junto a ellas, lo que llama “fuentes multimedia de vídeo: YouTube, Vimeo y LiveLeak”. Y buscadores: Google, Bing, Yahoo y Duck Duck Go.
Además de la procedencia de la información, Interior pide que se consigan los metadatos de los contenidos multimedia, los ‘nick’ con los que se registran los usuarios e, incluso, los comentarios que generan. Todos estos datos almacenados no desparecerán con el paso del tiempo. “El sistema deberá extraer información de forma continua de las fuentes soportadas, de forma que pueda crearse un histórico de información”, señala la oferta.
Pero las redes sociales no deben ser la única fuente de información que alimenta el engendro informático. "Los pasajeros que viajan dejan una huella digital a medida que avanzan a través de las ciudades y aeropuertos. Cruzando esos datos con la información local del aeropuerto se pueden llegar a predecir comportamientos o alertas sobre movimientos y decisiones inesperadas", asegura. 
En medio de un alambicado lenguaje técnico resaltan algunas de las intenciones de la iniciativa del Ministerio del Interior, como la de identificar automáticamente el perfil “demográfico y sociológico” de los pasajeros. Y acota: “Siempre que lo permita la información incorporada de PNR (Registro de Nombres de Pasajeros) y API (Información Avanzada de Pasajeros) y las fuentes de conocimiento socioeconómico contra las que se modelen estos perfiles”.
En la introducción del documento, el Ministerio del Interior alude a un supuesto aumento “en la delincuencia grave y organizada, como el tráfico de seres humanos y drogas”, pero es el terrorismo el fenómeno en el que más se detiene. Recuerda que la Comisión Europea ha solicitado “mayor cooperación” entre los países miembros en materia de intercambio de información sobre los pasajeros que proceden de terceros estados o se mueven entre distintos países de la UE. Sin embargo, las prácticas puestas en marcha por las autoridades de la UE, se lamenta, “tienden a concentrarse en los datos relativos a personas de las que ya se sospecha, es decir, las personas que son conocidas por las autoridades policiales”.
Este mandato de cooperación entre países es el argumento de Interior para salir al mercado a buscar su super herramienta. Nada dice, sin embargo, de que su uso se vaya a limitar a garantizar la seguridad en los transportes. Es más, hay apartados de su oferta pública que invitan a pensar lo contrario, como el dedicado a los "requisitos funcionales". El primero de ellos dice que la herramienta "debe ser capaz de analizar diferentes tipos de información, ya sea en forma de feeds de Twitter, correo electrónico, imágenes, vídeo, registros de centros de llamadas, notas clínicas de un médico o prácticamente cualquier otro formato (...)".
Sin embargo, el detallado pliego técnico no explica de donde va a sacar la herramienta, que manejarán policías y guardias civiles, ese tipo de información. Las intervenciones del correo electrónico o el teléfono deben ser realizadas con autorización judicial en el marco de una investigación concreta. Por otra parte, el historial médico de los ciudadanos está blindado penalmente por la Ley de Protección de Datos, entre otras.
Pero todos esos datos sin más no sirven a Interior. El departamento de Jorge Fernández Díaz pretende que el sistema facilite “una comprensión conceptual y contextual” para superar la confección de informes de “retrospectiva” y llegar hasta el descubrimiento de “elementos ocultos a simple vista”. “El objetivo es tomar decisiones”, declara.

"Criterios predefinidos"

Esas decisiones vendrán dadas por un sistema que alertará sobre “perfiles sospechosos a partir de los datos del pasajero”. “La gran cantidad de datos disponibles en relación con los pasajeros es difícil de analizar manualmente para detectar anomalías. El uso de la analítica avanzada ayuda a identificar y alertar sobre los comportamientos sospechosos de los pasajeros sobre la base de criterios predefinidos”, dice el documento.
Toda esta información está contenida en el Pliego de Prescripciones Técnicas para la Contratación del Desarrollo del Sistema de Registro de Nombres de Pasajeros. Su escueta traslación al Boletín Oficial del Estado impide conocer la verdadera naturaleza del proyecto, aunque sí el monto de su adjudicación: 1.633.500 euros. Consciente de lo que reclama, Interior aspira a que sea una herramienta “puntera” con el objetivo de “exportar el modelo posteriormente a otros países de la Unión Europea”.
La acumulación y centralización de la información hasta límites nunca alcanzados es una característica de esta legislatura en el Ministerio del Interior. Tras tres años sin saber qué hacer muy bien con el Centro Nacional de Coordinación Antiterrorista (CNCA), que el Gobierno de Zapatero puso en marcha para evitar fallos de coordinación como los detectados en el 11-M, el Gobierno decidió recientemente fusionarlo con su homólogo en materia de crimen organizado, el CICO, bajo el argumento de que terrorismo y delincuencia organizada se entrelazan y retroalimentan.
De ahí ha surgido el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO), dirigido por un comisario que, de haber liderado las investigaciones del caso Gürtel, ha logrado convertirse en el policía de confianza de Fernández Díaz y su número dos, Francisco Martínez. Si con su nombramiento como director del CITCO, el comisario José Luis Olivera ha logrado convertirse en el policía que más información acumula en España, a finales de año dispondrá de los perfiles de sospechosos adicionales que le ofrecerá la herramienta que quiere comprar Interior. En el Pliego citado se incluye la exigencia de que la solución se integre con las herramientas BI (Business Inteligence) que ya existen en el CITCO. La Subdirección General de Gestión Económica y Patrimonial del Ministerio del Interior da de plazo hasta el 22 de abril para presentar las ofertas.



DICE MARAT, "" QUE ABANDONA,...ASALTAR LOS CIELOS,...¡¡""; creo, que se lo ha cargado el podemos.org, de Pablo Iglesias, y el materialismo dialéctico poco desarrollado de marat,...a este señor, persona, o entidad, aún no se quien es,...¡¡. 


4 de marzo de 2015

UN NAUSEABUNDO OLOR A CLOACA

Por Marat


Este será seguramente mi último artículo, no sé si de modo definitivo o por un largo tiempo. Ya no me quedará más que decir tras él. Estoy seco pero, si no lo estuviera, estoy convencido de que mis palabras tendrían el mismo eco que han tenido hasta ahora: el de llegar a un reducido círculo cuya posibilidad de influir en la sociedad española es prácticamente nula. 



Cuando uno constata que la sociedad en la que vive va por un lado opuesto al que percibe como necesario y que nada que diga o haga frente a ello podrá impedirlo, sólo le queda el silencio, no del cómplice sino de quien ha comprendido lo inútil de su oposición a la letanía formateada para que los bobos la repitan como loros. Como decía aquella frase gamberra de mi infancia, “Cien mil millones de moscas no pueden equivocarse: coma mierda”



Quien no quiera caer en la psicosis política que acompaña a todo el que defiende un punto de vista opuesto al del resto debe dejar de clamar en el desierto, como un loco cuyas palabras no interesan a nadie o sólo a los que como Bevilacqua, el protagonista de las novelas de Lorenzo Silva, y su colección de soldaditos de plomo, conformamos ese ejército de soldados derrotados. Sí, derrotados pero insumisos a aceptar el último signo de la derrota, el que consiste en dar por buena la mentira construida por el poder económico y  difundida por sus siervos políticos y mediáticos de que es posible un capitalismo de rostro humano y que basta el fetiche del voto para revertir todo lo destruído durante estos años.



Hoy ningún discurso que vaya contracorriente y que, por tanto, no cuente con el beneplacito del poder mediático del capital tiene la menor oportunidad de abrirse paso y de llegar a conformar una corriente de opinión con peso suficiente para alcanzar alguna relevancia. El simulacro de democracia digital, de pluralismo informativo y de cuento chino de descentralización de la comunicación no es otra cosa que una patraña amparada en la falsedad de que son posibles las voces discordantes frente a las oficiales de la comunicación tradicional y vertical pero el engaño es tan burdo que se desmonta cuando lo que los ciberactivistas bendecidos “crean” en las redes es rápidamente cobijado por los aparatos de comunicación tradicionales. Y es que redes sociales y medios tradicionales pertenecen al poder económico y distinguen muy bien a qué deben dar difusión y a qué silenciar. 



Mientras tanto, la idolatría de “lo nuevo” (comunicación digital, neolenguajes políticos, ofertas electorales) conduce a amplios sectores sociales a devorar con fruición y sin sentido crítico ni capacidad de duda alguna la desinformación que les inoculan. El flujo constante de la comunicación es ruido sin contenido real pero revestido de innovación y modernidad. Los mensajes que se convierten en dominantes son los que los líderes de opinión y community managers previamente designados vehiculan, los que, a su vez, son repetidos sin procesamiento mental previo por los fans, y que el poder mediático recoge como relevantes. El resto se pierde ahogado por la sinfonía atronadora de lo "pertinente".



El sarcasmo de todo ello consiste en vender como libertad de opinión la sutil inquisición contra el disidente, al que ya no es necesario aplicar garrote vil. Basta con ignorarle, marginarle, hacerle sentir que no forma parte de la comunidad de creyentes y, si persiste en su posición, insultarle, inventar mentiras contra él, tirarse el pedo en su cara de falsear suciamente sus palabras o provocarle del modo más indecente con la intención de que salte y caiga al nivel de la bajeza de la chusma censora  que lo ataca. 



El miedo a verse marginado por la tiranía de las mayorías fabricadas por los medios performadores de la opinión crea cobardes, dóciles marionetas que callarán para no verse lapidados por la enmaquetada “opinión pública”, miserables infrahumanos incapaces de sostener una opinión propia, calculadores súbditos -pues nadie lo es tanto como esa masa amorfa de “ciudadanos” indiferenciados-, dispuestos a plegarse a la corriente dominante, pusilánimes que hoy callarán por miedo y que mañana dejarán de pensar para repetir el mantra del momento: gente, casta, empoderamiento o cualquier otra patraña que el demagogo oportunista del momento les haga recitar. 



Hoy no existen espacios de pensamiento, reflexión y debate. Lo que domina de norte a sur, por tierra, mar y aire, es el adocenamiento de los devotos, la desesperada “ilusión” del pobre iluso que mañana se desilusionará y buscará un nuevo pastor porque él es carne de rebaño, el devoto fanatizado por su demanda de mentiras que alivien sus miedos o desgracias; el pequeño hombrecito del que habló Wilhelm Reich que “está orgulloso de sus grandes generales, pero no de sí mismo.”(“Escucha hombrecito”)



Si alguna vez el ser humano se elevó por encima de la mera creencia, la superstición, el fanatismo o el pensamiento esotérico, por el esfuerzo de unas minorías, nunca de las masas, que sólo son carne de cañón, hoy a vuelto a caer a la altura de la bestia asustada, del pensamiento mágico, en las garras  del chamán y del cuentista que vuelve a manipularlos con artes cuasi místicas y formas de fe religiosa.



“Se necesita la abolición de la religión entendida como felicidad ilusoria del pueblo para que pueda darse su felicidad real. La exigencia de renunciar a las ilusiones sobre su condición es la exigencia de renunciar a una condición que necesita de ilusiones. La crítica a la religión es, por tanto, en germen, la crítica del valle de lágrimas, cuyo halo lo constituye la religión.” (K. Marx.  "Contribución a la Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel"



Ciertamente la política ha adquirido su merecido lugar en el estercolero de la ruin humanidad pero lo que vale para la política valdría para cualquiera de las actividades que debieran elevarnos dentro de la categoría humana. Y sin embargo, pensamiento, ciencia, filosofía, conocimiento han degenerado de las peores formas, subyugadas bajo el interés del poder pequeño o grande o de la rendición a la opinión populista de los idiotas.



Hoy la posibilidad de golpear las conciencias ya no existe. Hace mucho que vivimos un proceso de transferencia del conocimiento, y cada vez más, del pensamiento desde el ser humano hacia un lugar externo a él, que ya no controla, las máquinas. Los centros de control informático, la robotización, los espacios indexados, la nube, la red como proveedora de desinformación y de significados, son la nueva conciencia del mundo. Los estúpidos que reproducen y divulgan lo que “encuentran”, algo a lo que en realidad son conducidos, son sus esclavos.   



El mundo hace mucho tiempo que debiera haber cambiado de base. En cada una de las crisis del capitalismo, sus recetas han mostrado su rostro más feroz frente a los más débiles. Desde que existen las clases trabajadoras éstas han sido las víctimas de un sistema económico de depredación. Hubo un tiempo en el que éstas le presentaron batalla y pretendieron un mundo mejor. Tras 1929 la clase trabajadora se hubiera entregado si no es porque se había producido una revolución social y proletaria en Rusia en 1917 que marcaba el horizonte de las luchas. Hoy, cuando la realidad más cruel del capital debiera hacer visible su condición criminal, nadie parece querer reconocerse ni como explotado, ni como proletario, ni como trabajador. Todo quisque es clase media- Los papás de quienes quieren una salida capitalista a la crisis que les permita continuar teniendo el segundo coche a la puerta del chalé no son distintos de sus piji-hijos abocados a vivir peor que sus progenitores-. De la clase obrera nadie habla porque las”izquierdas” que deben representarla hace mucho que viven como sindicalistas, concejales, diputados o cualesquiera otra forma de integrarse en el sistema a su costa. Y, desde hace mucho tiempo, no aspiran sino a un capitalismo menos salvaje que les permita diferenciarse frente al liberalismo más criminal. Ya nadie es socialista o comunista -eso sólo es una etiqueta que no compromete a cambiar nada de base- ni esa expresión que estuvo de moda hasta no hace mucho, anticapitalista. Ahora la progresía vergonzante es sólo antineoliberal y pretende, que ya no lo hace, corregir, como Caritas, los peores excesos del egoísmo capitalista, como si la perversidad del capitalismo fuese debida a que no son todos los potentados tan generosos como Bill Gates. ¡Qué cosas!



En una sociedad en la que los entusiasmos van y vienen, se elevan y decaen a la velocidad de la luz -¿donde están todos quienes se entusiasmaban con Siryza, Tsipras y Varoufakis hace apenas un mes? Desde que llegaron al gobierno han aceptado todas las imposiciones de la UE, han negociado la prórroga del rescate que pacto Samaras y ahora negocian un tercer rescate-, mudan certezas y principios al ritmo de las modas y de los dictados mediáticos y se organiza la sustitución de viejos bipartidismos de siglas por otros nuevos de tiempos verbales y nombres comunes para que nada cambie, intentar abrir un discurso que deje al margen la lucha por ocupar el mero ropaje de la institucionalidad para disparar contra el corazón mismo del sistema económico es quimera porque hoy el ruido comunicacional lo pervierte todo; expulsa todo lo que no esté dentro del campo semántico de lo previamente codificado como aceptable. 



La última perla del “radical” Tsipras, primer ministro de “la mayor potencia europea”, acusando a las “dos potencias mundiales” - Portugal y España-, de haber intentado “llevar la negociación - con la UE- al abismo” tiene todos los rasgos de un chiste de Gila adaptado por Chiquito de la Calzada. Que don Alexis se “olvidase” de que Alemania y en concreto frau Merkel es quien manda, decide e impone en la UE y que el resto de miembros, incluidos las “3 grandes potencias” mencionadas, son los 27 enanitos de esta peculiar y sádica Blancanieves, coloca al citado no en la posición del enanito Gruñón sino en la de su colega Tontín. Cuando el embustero fabula su patraña con tan poco arte e imaginación, para defenderse de las críticas internas de su propio partido por su rendición sin paliativos ante el Eurogrupo, se está colocando a la altura de aquel Presidente español, que ahora se niega a ser enterrado por la historia en humilde y decoroso silencio, que decía, mientras la crisis empezaba a golpear con fuerza a España, que su "Gobierno ha situado a España en la Champions League de las economías del mundo".



Siempre he creído que una de las diferencias fundamentales entre la derecha y la izquierda debía de ser la verdad de ésta frente a la mentira de la primera. Desde hace tiempo sé que ambas son dos patas del mismo sistema, el capitalista, porque si la derecha no se corta lo más mínimo en ser más derecha que nunca, la izquierda, o casi toda ella, ha dejado de serlo hace tiempo. La falacia del señor Tsipras no sirve ni como intento de “ayuda” a sus socios de Podemos porque tiene el efecto de igualar a los dos en la misma práctica de la mentira cuando se les pilla en un renuncio.    



En una sociedad en la que se ve sólo con el ojo que interesa, se escucha sólo por el oído al que llega lo que se quiere oir y se alterna el botón “on”/ “off” según convenga, el adulador de masas, el demagogo, el mentiroso compulsivo, el carente de escrúpulos es el actor principal. Basta con que ese flautista de Hamelín toque la melodía, amplificada comunicacionalmente, en la que suene la consigna sencilla, adaptada al mínimo común denominador del más tonto de su audiencia, y repita, repita, repita, hasta que el cerebro de sus oyentes deje de funcionar y la comunión de los memos acabe convencida de que le están diciendo no ya lo que le gustaría escuchar, algo siempre ingenuo y superficial, sino de que es precisamente eso lo que realmente se corresponde con sus intereses.  



Vivimos en una sociedad en la que el líder de un partido ya no tan inmaculado ni tan pujante afirma que “el Parlamento Europeo - al que él y los suyos se presentaron el año pasado, siendo varios de ellos elegidos- es una pérdida de tiempo” y que "los programas de debate político se han convertido en los verdaderos parlamentos" y el público se lo premia con un incremento de las expectativas de voto y de las audiencias de las tertulias a las que su formación acude.



Vivimos en un feedback permanente de sondeos de opinión-"tertulianadas"-sondeos que señala la banalización de la política, la perversión del lenguaje y sus conceptos, la falta de vergüenza y de ética política de los nuevos actores políticos y la manipulación del soberano, el pueblo, que ha alcanzado profundas simas de estupidez individual y colectiva.  



Una sociedad que obtiene sus opiniones políticas principalmente de las tertulias televisivas en las que el griterío de gallinero, las interrupciones, la frivolización de los contenidos del debate, en un tono que es el mismo de los programas de telerelaidad y casquería al estilo de Gran Hermano o Sálvame; una sociedad en la que “periodistas” como García Ferreras o Jesús Cintora condicionan las opiniones políticas de un modo tan descarado y manipulador como los debates de TeleMadrid o el Cascabel al Gato; una sociedad en la que bufones como el Gran Wyoming o Jordi Évole trivializan la realidad social y política, disfrazando su estilo de programación crítica, es una sociedad enferma.



Una sociedad en la que lo dramático de la vida cotidiana, del dolor y la opresión, de la desigualdad y de las consecuencias sociales de la crisis del capitalismo se entremezlca con lo grotesco de “El caloret” o del “Candy Crush” y en la que los medios masivos dicen a la tropa de ciberbobos lo que debe ser “trending tonting”, mientras gran parte de aquella se suma a la puerilización de la realidad, es una sociedad despreciable y, muy probablemente, incapaz de salir de una enajenación mental en la que se siente cómoda y de la que demanda crecientes dosis de espectáculo con el que doparse. 



La reaccionaria anticomunista Hannan Arendt, pensadora tan del gusto de ciertos trotskistas, escribió sobre “la banalidad del mal” bajo el nazismo. Se trata de un concepto controvertido por cuanto que teoriza sobre el hecho de que los grandes criminales nazis de los campos de exterminio no eran necesariamente seres dominados por una perversidad moral basada en la crueldad y el odio sino funcionarios obedientes que no se cuestionaban la justeza ética de las órdenes que cumplían dentro de la administración del III Reich. De ahí la idea de que el mal se banalizaba, al depender de un origen que no estaba en unas motivaciones profundas sino en la simple obediencia a la autoridad de la que emanaba el poder, como cualquier funcionario que se precie. Es obvio que ha de haber algo más profundo que esta explicación sobre el germen del horror, ya que la obediencia debida no puede ser eximente del crimen, por mucho que se haya sumergido a una sociedad o a un individuo en el no cuestionamiento ético de sus actos si se corresponden con las órdenes que emanan de la autoridad. Y es que el ser humano es, por su naturaleza, un ser reflexivo, que piensa en algunas ocasiones sobre sus decisiones y comportamientos, lo que une al proceso intelectivo un inevitable imperativo moral. 



En los tiempos que corren encuentro una relación distinta entre maldad y banalidad a la que planteaba Hannah Arendt. Ya no se trata de que los orígenes del mal puedan estar en “razones” o motivaciones más triviales que el carácter o la personalidad de los sujetos sino de que existe una perversidad intrínseca en la banalización de la vida cotidiana, del pensamiento, en la necedad de consignas vaciadas de sentido, en la trivialización de cuestiones que afectan radicalmente a nuestras vidas, en la puerilidad con la que se fijan posturas y se debaten ideas, en una comunicación que establece un mínimo común denominador intelectual en las ideas que propaga,“adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida”. Hoy cabe decir que la producción mediática de sentido adopta fielmente los once principios de la propaganda expuestos por el líder de propaganda del partido nazi, Jospeh Goebbels. El objetivo no es otro que la producción industrial en masa de imbéciles en lugar de individuos conscientes. De un modo u otro, esto ha sido siempre así pero en la actualidad ha alcanzado la cumbre de sus objetivos. Podría hablarse entonces del triunfo sin paliativos de "la maldad de lo banal"  



Entiéndanme, no estoy satanizando a la sociedad en genérico. Sólo constato la enorme capacidad del hombre y la mujer comunes para aceptar el engaño, para soportar la manipulación y su terrible ceguera para no verlas. Seguramente, los medios de manipulación y de embrutecimiento de masas hayan experimentado un nivel tal de sofisticación que uno no lo note, si escoge su canal de preferencia para tragarse los embustes. Seguramente la inmediatez, el bombardeo de desinformación y la masividad especial de la red tengan en sí mismos condicionantes tan poderosos que sea muy difícil mantener un sentido crítico frente a ellos. Pero colocar los determinantes de la falsificación de la realidad como eximentes absolutos de la conciencia individual y de la responsabilidad de cada ser humano ante el mantenimiento de un mínimo de sentido crítico y de capacidad racional sólo es un intento de justificar la minoría de edad mental permanente en la que vive la gran mayoría de la sociedad y sus individuos. No vale el mismo recurso a la alienación, como explicación de la dominación de clases y del poder económico, en una sociedad formada por individuos analfabetos, como era la del siglo XIX, y en otra con alto grado de alfabetización y formación académica, como la actual, por mucho que el opio mental se haya generalizado. Forzosamente la víctima ha de tener una parte de consentidora, no siempre inconsciente, sino cómplice de su situación. No hay relación sadomasoquista que no nazca de una cierta forma de pacto previo, como viene a señalarnos Deleuze. 



Podríamos volver sobre los conceptos de alienación, falsa conciencia, intereses objetivos y subjetivos o incluso sobre los principios de tesis, antítesis y síntesis de la dialéctica clásica, hegeliana y de la específica marxista. Nos explican lo que sucede pero no el cómo cambiarlo. Seguramente muy pocos hayan ido más allá que György Lukács en su “Historia y conciencia de clase”



Tras la caída del muro de Berlín y después de la Unión Soviética, dos hechos que le parecen maravillosos al “honrado” Juan Carlos Monedero, las ideas progresistas, de igualdad, revolución social y construcción de una sociedad más justa bajo parámetros no capitalistas se vinieron abajo. No afectó sólo a los partidos comunistas sino a la idea misma de progreso en sentido histórico, de avance hacia el fin del capitalismo. Francis Fukuyama se vengaría del pensamiento marxista en su obra “El fin de la Historia y el último hombre”. Antes los postmodernos, los Daniell Bell, los Baudrillard, le habían precedido bajo el signo del pesimismo histórico, del mismo modo en que la escuela reaccionaria de “los nuevos filósofos” (Bernard-Henri Lévy, André Glucksmann,...) habían hecho su revisionismo histórico contra la filosofía de la praxis. 



Hoy las llamadas izquierdas son aún más integradas que hace 40 años. Apenas quedan apocalípticos. Sus políticos son personas cuyos horizontes se agotan en la idea de “gestión” y su perspectiva de futuro no pasa más allá que de hacer más soportable este sistema económico y de un  simple slogan, “sí se puede”. Pero, ¿qué coño es lo que se puede cuando hasta el mismo slogan fue fabricado para la elección presidencial del último inquilino de la Casa Blanca, uno de los emperadores más agresivos contra los pueblos de toda la historia USA? ¿Recuperar alguno de los derechos sociales perdidos tras la llegada al gobierno del representante del momento de la olgarquía capitalista, Mariano Rajoy? ¿Esa es la mezquina utopía de las izquierdas? Parece que sí y para quien tuviera dudas al respecto el modo en que la socialdemocráta “izquierda radical” griega se ha rendido al poder del capital europeo a la primera de cambio debiera bastarle como respuesta. La vida me resulta demasiado corta para malgastarla en algo tan mezquino.



El rastro de decepción y frustración colectivas que traerán las opciones reformistas, ya se llamen Syriza, Podemos, Ganemos o cualesquiera otras variantes de nombres que inventen, o IU, si finalmente no desaparece y se integra en ese proceso de “cambio” -¡qué casualidad, cambio como en 1982!- será tal que la próxima “ilusión” de “la gente” desclasada será ya optar por organizaciones abiertamente fascistas donde aún no lo han hecho. ¿De verdad creen ustedes que todo el esfuerzo de “cambio” ha de agotarse en elegir qué partidos serán los encargados de aplicar las medidas económicas, antisociales y represivas contra las clases trabajadoras? ¿Es hasta ahí donde llega su rabia? Teniendo en cuenta que hace casi 4 años se“ilusionaron” con la “indignación” que decía tonterías del calibre “no soy antisistema, el sistema es antiyo”, que se ilusionaron con las “primaveras árabes”, que trajeron los inviernos yihadistas, y que se entusiasmaron con la inexistente“revolución islandesa”, no sé de qué carajo me sorprendo. Es fácil acusar de maximalistas a quienes nos negamos a considerar respetable el minimalismo de quienes se contentan en reclamar unas migajas y en dosificar el ritmo de los azotes.  Pero no deja de ser cierto que quienes se conforman tienen tanto de víctimas como de cómplices y, en algunos casos, mucho más de lo segundo que de lo primero. 



Hace un año decidí defender a IU frente a Podemos, no porque me identificase con dicha organización, a la que deje de pertenecer hace 23 años, sino porque quedaban en ella ciertos rasgos ideológicos de clase, a pesar de su ciudadanismo y de ser una coalición de reformistas, y porque esperaba encontrar entre sus bases un mínimo de masa crítica suficiente para hacer frente a la secta podemita. 



Pronto vi que el carácter socialdemócrata de IU no se limitaba a lo que yo ya sabía, el conjunto de su dirección federal y la gran mayoría de sus federaciones autonómicas, sino también a un sector muy mayoritario de sus bases, lo que me indicaba hasta qué punto estaban pervertidos los valores de izquierda no comunista sino socialista radical dentro de la misma. Las primarias internas de esta organización en Madrid, donde fue elegida quien luego sería una tránsfuga y ya entonces submarino de Podemos, junto con su escudero, y las federales en las que se optaba por el juvenil caballo de Troya de la organización, empeñado en converger de cualquier forma con la secta podemita, me confirmaron que la gran mayoría de las bases de IU no eran sino sujetos desideologizados, estúpidos y carentes del más elemental principio de resistencia, lo que les llevó a la paradoja de elegir a sus asesinos sobre el supuesto de salvar a su organización de una extinción que, de cualquier modo, habrá de producirse porque en su interior lleva las claudicaciones que la matarán.



Según los meses fueron pasando y el asentamiento fabricado por los poderes fácticos de Podemos se iba consolidando, así se quebraba la voluntad en IU de ser y de existir. Y eso sucedía entre dirigentes, representantes con sueldo o vocación de tenerlo y quórum más que suficiente de bases. Tampoco es algo que me sorprendiese demasiado. Recibí sus caricias, al igual que de otras “izquierdas” durante el tiempo en que denuncié la involución político-ideológica querepresentaba el 15M, a la que ellos mismos contribuyeron mediante el pacto de nacimiento de ese engendro con la extrema derecha liberal de este país. 



De las denuncias contra los ataques que representaba Podemos a las siglas de IU, apenas contra los valores reaccionarios que representa aquél, se fue pasando al debate de cómo entregarse a la nueva formación. Que si pacto entre organizaciones, que si el Ganemos ciudadanista y anticlase como espacio de encuentro, que si no renunciar a las siglas, que si el “partido instrumental” para entregar siglas, armas y bagaje a un Podemos para el que sólo valía la rendición y la selección de “cuadros” (menudos cuadros de tan endeble condición resistente). 



Nadie se equivoque. No estoy defendiendo a los de las tarjetas black de IU ni a los responsables políticos de que este escándalo se produjese, por mucho  que vayan defensores de las siglas, que no de combatientes contra la peste podemita, y que, en mi opinión, pueden acabar encausados en cosas más gordas como la venta de los antiguos terrenos del Real Madrid o una Fundeste que debe tanto a Caja Madrid. 



Nunca existió en esa casa una tercera opción, limpia, comunista, defensora de principios políticos y articulada. Visto el modo en el que finalmente Cayo Lara ha ido reculando en sus resistencias, callando, otorgando y bendiciendo al nuevo liquidador fui concluyendo que aquella casa carecía de habitaciones aseadas porque se asentaba en el pestilente lodazal del oportunismo más zafio. Ni siquiera la más absoluta minoría en un órgano de dirección descarga de la responsabilidad de denunciar públicamente un proceso de desideologización de una organización que continúa usando el slogan -"el poder de la gente"- que evidencia que, en lo ideológico es precursora de la infección podemita. 



Y sí, durante unos meses hubo resistencia entre una minoría de las bases de IU, resistencia que compartí, no por IU, sino por mis convicciones de lo que representa Podemos. Pero una parte muy significativa de esa resistencia era mera expresión de patriotismo de siglas (con lo que yo quiero a IU y lo que le están haciendo y cosas así) y la otra, la mejor con diferencia, no era capaz de cuestionar hasta qué punto esta organización ha sido la mentora de todo el proceso que va desde el 15M hasta Podemos ni en qué medida su visión de “proceso constituyente” es la nada frente al capital, como así ha demostrado Syriza en un plis plas. 



Por cierto, y sólo a modo de ilustración: la señora Tania Sánchez ya no le vale a Podemos ni como traidora a su organización de origen. Los podemitas han decidido que no pactan con ella porque ya no tiene nada que ofrecerles. Su papel era el dañino y ya lo hizo. Roma no paga ni a las amantes del cesarillo de ocasión. 



En el mes de Enero decía que
“En los últimos tiempos, siempre lo ha sido, pero últimamente más que nunca, la política nacional se ha convertido en un inmenso estercolero, un lodazal en el que los políticos demuestran ser perdularios de la peor condición, Pedronavajas en barrio de putas, matones de esquina, payasos vocacionales, un patio de Monipodio en el que el tonto sin complejos ni escrúpulos es el rey, maleantes que merecen ser tratados como carne de presidio, imbéciles sin el menor sentido del ridículo, desleales Brutos a su partido y a sus compañeros, vulgares funcionarios del capital que les coloca donde está -solo el ignorante dice que lo hace “el pueblo”, ese villano que vota lo que le dicen que debe votar-. Y de esa condición no hay partido, organización política o coalición que se salve. Eso sin hablar de corrupción económica porque creo que la peor es la de tipo moral, ya que de ella vienen todos los males. Es el signo de una crisis de capitalismo que no es mera crisis económica sino degradación general de los valores mínimamente humanistas, lo que permite medrar al más trepa, al más canalla, al más idiota con soberbia suficiente para pisar fuerte y decir “aquí estoy yo”. El majadero y el sinvergüenza a menudo van de la misma mano” 



Para el necio todo el párrafo anterior se sintetiza en la exclusiva idea de corrupción. Y es muy cierto, más allá de dónde la coloquen las encuestas como preocupación de los españoles, que es un problema nacional grave. Pero también lo es que se está usando como luz de gas contra las angustias vitales de quienes sufren la crisis capitalista en su propia desesperación. En la medida en que ésta se usa como acicate a la ira social, sirve para tapar la nada en la que se ahoga nuestro presente colectivo.



Quienes esperan que un cambio de gobierno traería, si no la restitución de todo o parte de los derechos económicos y sociales, sí al menos una regeneración moral de la vida política y social, confiarán en vano. La corrupción no es sólo económica sino también ética y hunde sus raíces en el modelo de desarrollo económico español (muy ligado a la especulación inmobiliaria y financiera) y en los procesos de privatización de lo público llevados a cabo en estos últimos años.



Nadie se engañe. Dentro del papel económico que España y los países mediterráneos juegan en la UE y a nivel mundial, esos son los parámetros en los que deben moverse: vertedero de aguas fecales, ya sea de la economía sumergida o del lavado del dinero negro de las mafias, ahora ya no autóctonas sino internacionales. 



Los procesos judiciales que estamos viviendo frente a la multitud de casos de corrupción son sólo una parte minúscula del gran iceberg sumergido en las aguas residuales del capitalismo y que conectan las tuberías de las alcantarillas económicas del sistema económico capitalista con el sistema político. 



No cabe ser ingénuo, salvo que el autoengaño sea una coartada de complicidad con el sistema económico. Apelar a la honradez de los políticos cuando la corrupción es sistémica, el sistema es un todo integral en el que lo institucional y lo económico pertenecen a una estructura única y las pretendidas nuevas alternativas ya nacen con sus dosis de corrupción y aproximación a los poderes económicos es estúpido.



Al mirar cómo empresas demoscópicas y medios de comunicación han jugado a la bolsa de los valores políticos menguantes y crecientes he comprendido desde hace mucho tiempo que era necesario hablar también del juego de las apariencias “políticas”.



Creo que hace mucho tiempo tanto los dirigentes políticos de siempre como los de "lo nuevo" son incapaces de decirnos la verdad. La verdad es que el capitalismo ha mutado desde el pacto social, que hizo cuando le convenía crecer y tener muchos consumidores, hasta éste en el que lo principal es salvar los muebles del sistema económico. Desde los años 70 del pasado siglo se ha ido agotando un modelo de acumulación y ya sólo era posible sostener el crecimiento mediante el consumo a crédito. La financiarización de la economía se vino abajo en cuanto la arquitectura “de salto” acumulativo se agotó al aparecer los primeros signos de impagos. 



Desde entonces, los dirigentes políticos bien nos venden una recuperación cada vez más diferida en el tiempo, bien un mundo precario, bien una vuelta a los felices años del crecimiento. Tres mentiras que lo son por no insistir sobre el hecho principal: que el capitalismo, independientemente de que pueda tener breves períodos de recuperación del beneficio, está ya agotado y que sólo una propuesta política que centre sus objetivos en su derribo puede llegar a ofrecer algo más que falsas esperanzas a sus víctimas. Estas tres falacias serán administradas según conveniencias de lecturas de anticipación económica y de oferta política concreta dentro del sistema. En cualquier caso, la inmundicia futura que se nos ofrece no es sino un espejismo para quienes teman el fin de un mundo como el de aquél que da sentido a los valores materiales en los que centran sus vidas.



Sí esto es lo que sucede en el mundo real, el económico, que es el que de verdad afecta a nuestras vidas, en el político sólo queda un espectáculo realmente depresivo, excepto para los que se entretienen con programas del nivel de la“Teletienda”



Hoy, el debate acaba siendo si el sistema bipartidista del 78 será sustituido por uno nuevo o, si en lugar de dos actores políticos principales pasaremos a 3 y medio o cuatro. Y no faltarán los mentecatos que compren tales escenarios, bien por entretenimiento, bien por el principio de que si no hay hostias podría haber napolitanas. Pero esos “pasteles” no son otra cosa que “procesos constituyentes” o, lo que es lo mismo, la repetición de lo que se vendió entre 1976 y 1978. Y a la mayoría de la población le gusta porque lo compró entonces con la UCD primero y, más tarde, con el PSOE. 



Es llamativo que los dos partidos emergentes (Podemos y Ciudadanos) que pretenden sustituir el antiguo bipartidismo del PP y el PSOE compartan una misma definición: lo “nuevo” (ellos) frente a lo “viejo” (PP y PSOE), en lugar de izquierda frente a derecha, que no tiene porqué corresponderse en absoluto con los dos partidos del actual bipartidismo. 



En aquella “nueva matemática” que estudiamos en la enseñanza primaria quienes hoy somos cincuentones existía un tipo de representación de la misma llamada“diagramas de Venn”, en homenaje a su creador, John Venn. Dentro de las representaciones de los diagramas de Venn existe una relación entre dos conjuntos llamada de “intersección”, que es lo que sucede cuando entre esos dos conjuntos hay elementos comunes.  



Pues bien, entre el conjunto Podemos y el conjunto Ciudadanos hay una relación de “intersección” mucho mayor de la que algunos pretenden ignorar. 



En primer lugar comparten la definición ideológica antes mencionada.



En segundo lugar, comparten gran parte de su base social: clases medias predominantemente urbanas.



En tercer lugar comparten el origen del voto, proveniente fundamentalmente del PSOE, el PP y parte de ex votantes de UPyD e IU.



Llegados aquí cabe preguntarse si esa relación de intersección entre ambos partidos no tiene también mucho de relación de inclusión y si aquella expresión tan popularizada de PPSOE no merece también aquí ser aplicada: PODANOS.



“Y qué ocurrría entonces? ¡Bah! Negociaciones punteadas con inocuos tiros de fusil, y luego todo seguirá lo mismo, pero todo estará cambiado” (“El gatopardo”. Guseppe Tomasi di Lampedusa)



Cuando en una sociedad unos hacen el papel de gobierno y oposición, escondiendo que carecen de soluciones y de alternativas dentro del capitalismo y de su respeto a las reglas del juego legal, y otros se indignan por lo perdido pero no por las causas reales de esas pérdidas, limitándose a culpar a unos políticos que simplemente hacen como que administran una realidad sobre la que no tienen control ni autonomía alguna, o hacen como que se ilusionan con un cambio de caras de los protagonistas, estamos ante el agotamiento de la política tal y como la hemos conocido. Quienes dicen que gobiernan o que van a gobernar y quienes creen ser gobernados desde la instancia política están profundamente envilecidos y no parece haber modo de que salgan de la pestilente alcantarilla en la que viven. 



El mundo de las apariencias y el de la realidad poco o nada tienen que ver. Mientras en la feria de las vanidades cada actor es un bufón que representa un papel ya muy deteriorado de tanto ejercerlo, pero que repite sempiternamente a falta de un libreto realmente nuevo, en el mundo real, toda esa tramoya no es sino un edificio de cartón piedra que probablemente no acabe cayendo con el estruendo y el clamor con el que lo hizo la casa Usher sino deshaciéndose en una amalgama de papel mojado por la ciénaga en la que se asienta.



La descomposición del sistema político-institucional a la que iremos asistiendo de modo acelerado tras el fracaso de las promesas económicas, cada vez más rácanas y de cortos vuelos, y también, y de un modo particular, tras el fiasco de la pretendida regeneración moral nacional, traerá una creciente demanda de autoritarismo y una justificación de la tiranía como búsqueda del hombre providencial, demanda que ya se aprecia hoy en la devoción hacia cierto “liderazgo fuerte” y que mañana se justificará desde la exaltación de la voluntad de poder. 



No hay salida a la crisis del marco legal institucional desde ningún “proceso constituyente” porque éste está viciado de antemano, al limitarse a la esfera política y rehuir el hecho de que el enorme pestilencia social que nos ahoga viene de un sistema capitalista que, en su etapa senil descompone, al parasitarlos, todos los demás elementos de la estructura sistémica global. Y no la hay tampoco porque no existe ni la subjetvididad colectiva que desee poner fin a este sistema económico de dominación ni las fuerzas políticas que realmente deseen destruirlo. Es sobre la complicidad colectiva de opresores y oprimidos, de víctimas y victimarios de la que nace todo este nauseabundo olor a cloaca. 



Pero de todo esto ya he hablado, de una u otra forma, demasiadas veces y soy muy consciente de que sólo ha llegado a los previamente convencidos, a ese ejército de soldados derrotados del que antes les hablé, y de que cualquier insistencia en una difusión minoritaria de ideas opuestas a las dominantes frente al ruido de los bulos mediáticos, los carismas digitalmente fabricados y los anhelos de mentiras que calmen las desesperanzas, es inútil. Y frente a ese vano esfuerzo sólo me queda el silencio, lo único que debe hacerse cuando no se es capaz de mejorar aquél.   



Intentaré seguir comprometido con las luchas que se dan en el plano de lo real en las que siempre he estado, lo que escapa a la majadería de las redes sociales, en las que la saturación de mensajes, griterío, insultos y copia y pega irreflexivo de tonterías es el peor veneno que existe para quién aún siga creyendo en la necesidad de un proyecto transformador. 



El blog ya no se actualizará. Los artículos que hay en él quedarán a disposición de quienes, a pesar  todo, puedan encontrar en ellos alguna reflexión que les aporte algo, por poco que sea. 



Bon voyage, mes amis.




PODEMOS, HA PODIDO CON MARAT,...??¡¡:

·         Comunidad Valenciana
El poema que ha roto el corazón de la número 2 de Podemos
Sandra Mínguez, lugarteniente de Antonio Montiel en la lista para la Generalitat, es despedida con literatura por sus alumnos tras dejar la docencia para dedicarse a la política
06/04/2015 - 09:56h

Sandra Mínguez, Pablo Iglesias y Àngela Ballester, la otra valenciana en la dirección estatal de Podemos, en un acto del partido en Madrid. .
Sandra Mínguez (Landete, Cuenca, 1983) es uno de los rostros de Podemos más conocidos en la Comunitat Valenciana. Implicada en el 15-M y creadora, en enero de 2014, de uno de los primeros círculos de Podemos en Valencia, fue uno de los primeros en movilizarse contra la casta a través del partido de Pablo Iglesias.
Ahora,  forma parte de la dirección estatal y será, tras las primarias abiertas, la número 2 de Antonio Montiel en el asalto a la Generalitat. Licenciada en matemáticas por la Universidad de Valencia, es profesora en el instituto público de Alfafar, un municipio del área metropolitana de Valencia.
Mínguez, que, según las encuestas, será diputada autonómica con toda seguridad, ha pedido una excedencia para dedicarse en cuerpo y alma, y aún de manera temporal, a la política. Después, ha compartido en twitter la despedida en forma de poema de uno de sus alumnos.
Esta es la poesía, titulada '¡¡¡Tu puedes!!!'

¿Podremos con Podemos?

Una vez alcanzado el momento inicial de éxito, Podemos ha ido rebajando tanto sus postulados que de atrevidos han pasado a ser aceptables ante los ojos inquisidores del capitalismo.
Incluso desde una perspectiva meramente táctica, la moderación de las propuestas de Podemos confunde a los votantes y en nada contribuye a la lucha por una sociedad mejor, justa y realmente democrática.
Ángel Cappa
06/04/2015 - 20:29h
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          Alberto Garzón
Podemos surgió de la calle. De las protestas espontáneas ante tanto atropello a los derechos fundamentales. De la indignación por los abusos de un poder insaciable que llamó crisis a una estafa que generó desempleo, exclusión y desigualdades inconcebibles. Podemos se convirtió inmediatamente en el vehículo de la esperanza en un momento donde parecía que nada era posible a favor de una sociedad justa. Podemos fue -y tal vez todavía sea- la rebelión posible para "que la tortilla se vuelva", como decía una canción republicana.
La situación era y es más que propicia ante la decadencia evidente de lo que algunos llaman el "bipartidismo", lo que quizá no sean más que las dos caras de la misma moneda. El PP atormentado y derruido por sus políticas depredadoras y por una corrupción inocultable e incontenible; y el PSOE tratando de recuperar un discurso mínimamente izquierdoso que disimule un poco su inserción hasta el cuello en un sistema que se derrumba. Ambos se muestran incapaces de ofrecer alguna salida al desastre, mientras Izquierda Unida se deshace víctima de sus contradicciones internas.
Podemos emergió entonces como la herramienta para el cambio. Jóvenes lúcidos y preparados conducían en los primeros y recientes tiempos la contraofensiva antisistema y su debut en las urnas sorprendió a todo el mundo. Posiblemente a ellos más que a nadie. A Podemos lo atropelló el éxito, el cual -como dice el filósofo chino Chuang Tzu- "es el principio del fracaso".

Las trampas del éxito

Lo que tiene la cultura de la inmediatez en que vivimos es que rápidamente, de un día para el otro, encumbra al menos pintado. Y lo malo de esta sociedad es que te mata de hambre o de estupidez. El éxito hace vivir a los ganadores en una nube que los va alejando de la realidad, y lo peor es que sobre todo los separa de su origen y de sus orígenes, los desclasa. Es decir, el éxito idiotiza. O si lo prefieren, marea. Y produce una sensación de poder -ficticia por supuesto-, de superioridad, que nubla los conceptos. Y al mismo tiempo una adicción tal, que cuesta sacudirse para bajar a la tierra.
Podemos llegó a las cumbres del éxito, y desde ahí las cosas ya no se ven de la misma manera.
No obstante, el Poder comenzó a inquietarse y lanzó una campaña de acoso y derribo. Así como hasta ese momento del éxito los jóvenes de Podemos eran novedosos, curiosos y hasta graciosos, al ver la convocatoria que tenían, los poderosos se asustaron y comenzaron a acusarlos de todo un poco. Les dijeron radicales, por ejemplo, como si el neoliberalismo y el Poder fueran moderados; o extrema izquierda, a pesar de que jamás propusieron ninguna medida que excediera el capitalismo; irreales, porque para ellos existe una sola realidad, la suya, y el resto queda fuera de lo razonable; venezolanos o -más grave aun- "bolivarianos", para confundirlos con el demonio; populistas, para minimizar su arraigo popular; y un montón de cosas más, para afectar su credibilidad y tratar de emparejarlos con la corrupción imperante. "¿Ven? Son tan casta como nosotros", fue el mensaje subliminal.

No hay peor defensa que una mala defensa

Bien. Hasta aquí lo esperado, lo previsible. Cuando el Poder se siente amenazado de alguna manera y especialmente si sospecha que los sometidos pueden rebelarse y su rapiña puede detenerse, no repara en medios y se le termina la paciencia democrática.
El asunto está en cómo defenderse: profundizando el cambio deseable o suavizándolo para no irritar a los que mandan. Podemos optó por retroceder en su impulso renovador. En ir rebajando sus postulados más atrevidos, que de todos modos nunca se pasaron de la raya sensata, hasta hacerlos parecer aceptables para toda la gente de buena voluntad. En fin, se fueron alejando del pueblo, de los estafados y de los indignados para abarcar más simpatías; se arrepintieron públicamente de los malos pensamientos; y se asearon y arreglaron para estar presentables ante los ojos inquisidores del capitalismo alerta.
Solo les está quedando como argumento de identidad censurar con dureza a los corruptos y a lo que llaman casta; otra ambigüedad a gusto del consumidor, cosa que comparten todos los partidos políticos. Incluso, en un alarde de hipocresía repetida y conocida, los del PP.
Cómo será el cambio de orientación de Podemos que hasta el mismo Rodríguez Zapatero, desde el lugar de los hombres que están de vuelta de todas las aventuras políticas, les arropó con un manto de comprensión ideológica. "Son jóvenes", vino a decir, "no se alarmen". "No son populistas", afirmó para tranquilizar a los mercados y otros aliados. "Son socialdemócratas", afirmó el expresidente, que empezó con una firmeza dignísima contra EEUU -recordemos- y terminó autorizando sus bases militares en territorio español, confirmando aquello de que llega un momento en que uno se abraza a la edad de la razón.

Nosotros, que nos queremos tanto...

No me estoy refiriendo -porque no me interesa lo más mínimo- al comunicado de separación de Pablo Iglesias y Tania Sánchez, sino a la relación entre los seguidores de Podemos y sus dirigentes. Con tanto retroceso y donde dije Diego, matizo y rebajo, el amor se está enfriando. Las encuestas ya no auguran un avance incontenible de la izquierda (perdón, de los de abajo), sino más bien un frenazo preocupante. En Andalucía, y admitiendo que el PSOE apresuró con pillería las elecciones para no darle tiempo a Podemos a organizarse mejor, la cosa no funcionó tan bien como era deseable.
Es pronto para pensar ya en otra decepción, pero hasta el papa Francisco va más allá que muchos de los dirigentes de Podemos. "El actual sistema económico nos está llevando a la tragedia y robando la dignidad", dijo el sumo pontífice, sin tantas vueltas y sin pedir perdón. Y agregó: "Sé de una persona que gana 600 euros al mes, y en negro, por trabajar 11 horas al día. ¡Eso no es trabajo, es explotación, esclavitud!". Tan clarito que da un poco de envidia. Y para colmo remató: "¡Tenemos que recuperar la lucha por la dignidad!".
Claro que la derecha, tan católica, apostólica y capitalista, finge no haber oído, visto ni leído nada, pero la cuestión es que las cosas se dicen sin eufemismos desde la Santa Iglesia Católica.

La táctica y la estrategia

Tal vez -y esto es pura esperanza- el discurso edulcorado que últimamente ofrece Podemos responda a una razón táctica. Es decir, no amedrentar al gran capital, porque ya sabemos lo que hace: conspira y se va, y nos deja en cueros, metiéndose la democracia y todo lo que encuentre por el camino en los laberintos borgianos del beneficio rápido. Quizá el tema consista en acumular la mayor cantidad de votos posibles para hacerse fuertes desde la cantidad y así poder discutirle el gobierno al Poder. Son razones de la razón política que el corazón izquierdista no entiende, y a lo mejor es el camino más corto para ganar, pero ¿se trata sólo de ganar? ¿Para qué queremos ganar, solo para adecentar el sistema o para cambiarlo? Y si no ganamos, ¿se termina la política, la lucha por la dignidad y la esperanza de una sociedad mejor, justa y realmente democrática? ¿Por qué el insistente rechazo a la integración de Izquierda Unida en un frente común?
Sin duda existen muchos motivos para debatir colectivamente, para que la gente decida el camino y la forma. Me parece acertada la afirmación del vicepresidente boliviano García Linera recientemente en Argentina: ningún cambio es posible sin la gente en la calle.
¿No será mejor, entonces, apoyarse en la gente que necesita y quiere cambiar el sistema y no en toda la gente? ¿No estará el éxito verdadero en tener una reserva ideológica firme con propuestas posibles para un cambio paulatino del sistema y no una serie de medidas tan ambiguas que hasta Ciudadanos es capaz de suscribirlas?
Además, por más ambiguo que sea un grupo de izquierda (o de abajo, como gusten), el poder económico, el real, nunca se equivoca y tampoco nunca perdona que le cuestionen su pretendido derecho (al parecer divino) de apoderarse de todo y de todos.
De modo que a los únicos que logran confundir con la moderación de sus propuestas moderadas es a sus posibles electores (a los de abajo), desplazados una vez más a la condición de clientes porque ya no se habla de "mandar obedeciendo", es decir, de hacer una democracia directa.
A ver si va a tener razón el amigo Chuang Tzu y "la fama es el comienzo de la desgracia".


¿La gente quiere cambio o recambio?
Podemos sitúa a Ciudadanos como un recambio del sistema. La duda es si la mayoría está por el cambio o se conformaría con un recambio
Isaac Rosa 
44 comentarios
06/04/2015 - 21:39h



Foto: Efe
Ya han aparecido varias encuestas en las que Ciudadanos iguala o incluso supera a Podemos, y Pablo Iglesias advierte a los votantes: "No es lo mismo el cambio que el recambio”.
Cuidado con los juegos de palabras, que los carga el diablo. Iglesias puede intentar un ataque a Ciudadanos y acabar haciéndole un favor sin querer: que los votantes den por buenas sus palabras y entiendan que, frente al “cambio” que promete Podemos, está también la opción del “recambio” que traería Ciudadanos. Y que acaben prefiriendo un recambio.
Siguiendo su juego de palabras, la pregunta decisiva no es si Podemos representa el cambio (y Ciudadanos el recambio), ni qué tipo de cambio es ese: la pregunta es si “la gente” que invoca Podemos está de verdad por un cambio o se conforma con un recambio.
Que el viejo coche ya no tira es algo obvio. Que la avería es seria y múltiple (democracia, instituciones, economía, sistema productivo, Estado de bienestar, organización territorial…) es algo compartido por cada vez más españoles que en los barómetros del CIS vienen expresando ese malestar. La duda es si la mayoría piensa que el coche hay que dejarlo en el desguace y comprar uno nuevo o si todavía confía en una visita al taller y que con unos arreglos y recambios siga tirando.
En las elecciones andaluzas, por ejemplo, aunque ya había disponibles ofertas de cambio y de recambio, una mayoría eligió seguir con el viejo coche averiado una temporada más. No tiene por qué pasar lo mismo en ayuntamientos y comunidades en mayo, pero si la apuesta de Podemos es el cambio, y sitúa a Ciudadanos como recambio, puede llevarse la sorpresa de que en más de una plaza haya más partidarios del taller que del desguace. Y lo mismo en las generales.
En los análisis solemos obviar una realidad con la que quizás se acaben estrellando los discursos rupturistas: que hace poco más de tres años (antes de ayer, como quien dice) hubo una mayoría de ciudadanos que dio al PP una mayoría absoluta. Absolutísima. Y que poco antes le había entregado también ayuntamientos y comunidades, en las mismas fechas en que “la gente” hablaba de “fallo de sistema” (cambio, no recambio) en las plazas del 15M.
Es cierto que en estos pocos años han pasado demasiadas cosas. Y que el hartazgo ciudadano y la desconexión con los viejos partidos están en máximos. Pero parece verosímil pensar que, sin un cambio de mentalidad (que es mucho más que estar cabreados), millones de votantes conservadores desencantados del PP (y no pocos ex del PSOE) preferirán un recambio previsible frente a la incertidumbre del cambio. Un Podemos sin lo malo de Podemos.
El discurso del cambio, que hace unos meses podía sonar ilusionante, muestra hoy señales de agotamiento. Si Podemos pretende convencer a una mayoría social de que hace falta un cambio, y que además ellos son los mejores para conducirlo, parece una tarea titánica, sobre todo si quieren hacerlo solos, sin contar con otras fuerzas. Mientras aterrizan (ya no se les oye hablar de "abrir un proceso constituyente”) y moderan sus pretensiones (y sus propuestas), la operación Ciudadanos sigue ganando terreno. De seguir la tendencia, a la vuelta de unos meses Iglesias puede acabar teniendo razón: que la democracia española pase por el taller, y Ciudadanos ayude al PP y al PSOE a cambiarle algunas piezas para tirar otros cuarenta años.


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Un pacto de la izquierda desalojaría al PP de la Generalitat Valenciana
Según un sondeo para el diario El Mundo, que deja a Fabra sin opciones aunque pactara con Ciudadanos
eldiariocv 
06/04/2015 - 08:36h
          
          
          
Marga Sanz, coordinadora general de EU; Ximo Puig, líder de los socialistas valencianos y Enric Morera, coportavoz de Compromís, en las Corts Valencianes
Un sondeo publicado por  El Mundo deja al PP con muy pocas posibilidades de seguir en la Generalitat tras las elecciones autonómicas de mayo: la suma de sus escaños y la de Ciudadanos nunca superaría a la de los partidos de izquierda, que, eso sí, deberían superar sus diferencias y pactar para formar gobierno. La encuesta es similar a la publicada el 23 de marzo por el periódico conservador Las Provincias. Ha sido hecha –en base a 1.200 entrevistas telefónicas realizadas entre el 26 y el 28 de marzo- por la misma empresa, Sigma Dos.
En la parte alta de las previsiones, una eventual alianza entre el PP y Ciudadanos se quedaría en 48 escaños. La izquierda (PSPV, Podemos, Compromís y EU) se iría a 54, aunque también debería llegar a acuerdos. El parlamento tiene 99 diputados y la mayoría absoluta está en 50. Por lo tanto, siempre según el sondeo, el PP no tendría ninguna opción de seguir en la Generalitat, ya que la izquierda, incluyendo al PSPV-PSOE, ha dejado claro que  nunca pactara con el partido liderado por Alberto Fabra.
Lógicamente, en la parte baja de las previsiones, las cuentas tampoco le salen al PP, en el poder desde 1995. Ni con Ciudadanos superaría los escaños de la izquierda ni, por supuesto, llegaría a la mayoría absoluta, ya que ambos partidos sumarían 45 escaños. A pesar de todo, en el PP creen que está todo por decidir. Estos son los resultados partido a partido.
Descalabro del PP
El PP se dejaría más de un 20% de los votos respecto a 2011 (del 49,4% al 28,8%) y hasta más de 20 escaños (de 55 a una horquilla de entre 30 y 32). La mayoría absoluta está en 55 diputados. La encuesta confirma la tendencia marcada desde hace más de un año: ni con muletas de centro derecha (antes UPyD, ahora Ciudadanos) seguirá Alberto Fabra de presidente de la Generalitat.
Éxito de Ciudadanos
Sin apenas representación institucional y con apenas 2.000 militantes, pero Ciudadanos reproducirá, siempre según el sondeo para El Mundo, su éxito en Andalucía. Obtendrá 15 o 16 diputados y el 15% de los votos. En ningún caso la suma de sus escaños y los del PP llega a la mayoría absoluta.
PSPV: Una debacle dulce
Los socialistas se dejan un 10% de los votos y otros tantos escaños (del 28% al 19% y de 33 a 20/21 diputados) en un batacazo que sabe a victoria. Pese a todo, son la fuerza hegemónica de la izquierda y de, haber acuerdo entre los partidos progresistas, Ximo Puig tendría argumentos para intentar ser el nuevo presidente de la Generalitat: encabeza la lista progresista más votada.
Podemos: Irrumpir sin arrasar
Podemos quiere ganar, pero los sondeos dicen que no lo hará. Será la tercera fuerza política con 17,18 o 19 escaños. Con un 17,3% de los votos, apenas estará por encima de Ciudadanos (15,2%), aunque su fuerza es indudable: tendrá más diputados que la suma de Compromís y Esquerra Unida (EU).
Compromís y EU aguantan el tipo
Antes de la irrupción de Podemos se veían como ejes del nuevo gobierno valenciano y ahora tendrán una posición menos relevante, pero Compromís y Esquerra Unida capean con decencia el tsunami Podemos. El partido de Mónica Oltra, el político valenciano mejor valorado, subirá en votos (del 7,2 al 8,4%) y escaños (de 6 a 8 escaños). No habrá sorpasso al PSPV pero si consolidación de la marca, aunque otras encuestas recientes les daban más apoyos.
EU también subiría (del 5,9 al 6,8% y de 5 a 6 escaños) pero seguirá en las Corts Valencianes. Sondeos y barómetros políticos varios pronosticaban su desaparición ante el empuje de Podemos, con el que compiten en el mismo caladero de votos.


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Las ‘mujeres florero’ de la marca blanca de Podemos en Valencia

Polémica en València en Comú, antes Guanyem, porque las mujeres inscritas en la primarias no llegan al 40% que la ley exige
Voro Maroto 
25/03/2015 - 09:36h
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Carlos Saura, Aurea Ortiz, Jordi Giner, Mariló Catalá y Roberto Jaramillo, en un acto de presentación de sus candidaturas a las primarias de València en Comú. /@Pilar_Lima

MÁS INFO

·               Guanyem Valencia: estos son los aspirantes a competir con Barberá de la mano de Podemos
·               ETIQUETAS: Podemos,Guanyem, València en Comú,mujeres, Antonio Montiel
València en Comú, la marca electoral bajo la que Podemos competirá contra Rita Barberá en las elecciones municipales, tiene un problema: no tiene mujeres para completar su lista cumpliendo la Ley de Igualdad, que exige no menos de un 40% de mujeres (u hombres) en las candidaturas.
Según la web Primavera Valenciana, la ausencia de candidatas en las primarias ha desencadenado una fuerte polémica en València en Comú, antes Guanyem. La plataforma –una amalgama de independientes, activistas sociales, Podemos e incluso militantes de Esquerra Unida- se plantearía recurrir a “mujeres florero”, según algunas voces críticas, para completar su lista cumpliendo la ley.
De hecho, sólo uno de los 15 candidatos presentados a las primarias para la alcaldía es mujer, Milena Leal. Y no está entre los favoritos. En total, de los aspirantes a alcalde o concejal, sólo hay 13 mujeres. La lista, suplentes incluidos, debe de ser de 41 nombres. El Ayuntamiento de Valencia tiene 31 concejales.
Ahora, hay dos posibilidades: abrir de nuevo la inscripción a las primarias a la espera de más mujeres o, hecha la elección, rellenar la lista con mujeres para cumplir con la ley de igualdad, que impone la cuota del 40% en tramos de cinco puestos. A falta de decisión definitiva del comité electoral, Roberto Jaramillo, aspirante a concejal y miembro de Podemos, se inclina por la última opción.
Jaramillo, que optó a secretario general de Podemos en Valencia ciudad, quita hierro a las críticas, que circunscribe "a un grupo pequeño aunque ruidoso". "Las listas serán paritarias y en 'cremallera' [un hombre de número 1; una mujer de número 2 (o viceversa) y así consecutivamente]. Simplemente, se han presentado menos mujeres que hombres a las primarias. Ese es un problema sobre el que debemos reflexionar, pero es exagerado hablar de polémica en este asunto", asegura tras ser contactado por eldiario.es.
Luego, en un comunicado, València en Comú, ha abundado en ese mensaje. "La participación de las mujeres y el apoyo a la lucha por la igualdad es un eje transversal que recorre toda la organización, así como el programa electoral que estamos elaborando". El partido destaca que su "proceso de primarias" ha estado "abierto a todo el mundo" y recuerda que uno de los "debates que se dan en el seno de la organización es el de la participación de las mujeres en los espacios públicos ante la evidencia, que afecta a todos los ámbitos de la sociedad, incluida nuestra plataforma, de la menor presencia y participación femenina".
Los hombres mandan en el Podemos valenciano
Podemos tiene un secretario general en la Comunitat Valenciana ( Antonio Montiel), secretarios generales en las ciudades más grandes, Valencia (Jaime Paulino), Alicante (Jesús Bustos), Elche (José Vicente Bustamante) y Castellón (César Jiménez) y, por supuesto, un liderazgo indiscutible a nivel estatal: el de Pablo Iglesias, otro hombre.
Las primarias del partido para elegir candidatos al parlamento valenciano, ya en marcha, incluirán medidas correctoras para evitar discriminaciones y también presentarán una lista 'cremallera'.

Y los valencianos con más poder en la dirección estatal de Podemos son mujeres, Àngela Ballester y Sandra Mínguez. Ésta, probablemente, será elegida como número 2 por Valencia en las primarias del partido. Y salvo sorpresa, el candidato a presidir la Generalitat, el número 1, será Antonio Montiel.  



Y SOBRE VENEZUELA:
















Investigations: Cómo arruinar a un país petrolero en cinco pasos//NICOLLE YAPUR

Control de cambios, regulación de precios, subsidios masivos y un elevado endeudamiento aplicados durante más de 16 años son capaces de conducir a cualquier nación energética a una severa crisis económica, con o sin el agravante de la caída reciente de los precios del petróleo

Cómo arruinar a un país petrolero en cinco pasos
Desde 2007, la moneda venezolana ha perdido un poco más del 88% de su valor (Jorge Silva / Reuters / Archivo).

El año 2014 fue un periodo de contracción económica para Venezuela. El país con las mayores reservas de petróleo del mundo cerró el período con una inflación de más del 68%, una caída sistemática de su producto interno bruto y una escasez crónica que mantiene a la población haciendo largas colas por productos básicos.
Casualmente, también fue un año en el que el barril de petróleo, principal producto de exportación del país sudamericano, se ubicó en $88,42 de precio promedio, lo que significó para Caracas ingresar más de 61.000 millones de dólares. Se espera que este año ese monto se reduzca a la mitad.
Entonces, ¿cuál es el origen de la crisis?  El desempeño de la economía venezolana en 2014 evidencia que la causa del problema no es la caída de los precios del petróleo que inició a mediados del año pasado, sino las políticas económicas puestas en marcha por Hugo Chávez y Nicolás Maduro durante sus 16 años en el poder.
El propio gobierno ha reconocido que algo se hizo mal, pero ha dado pasos cortos para corregirlo. Según los analistas, debido a que teme que las soluciones, impopulares por definición, terminen por exacerbar el descontento y le hagan perder las elecciones parlamentarias de este año.
El problema es que revertir años de desequilibrios no es fácil, sobre todo cuando los ingresos que recibió Venezuela durante ese período no van a volver. La bonanza petrolera que le generó al país más de 800.000 millones de dólares entre 1999 y 2015 llegó a su fin y ahora el gobierno se ve obligado a pedir prestado para cubrir sus compromisos básicos, tanto internos como externos.
Volver la vista atrás permite observar las cinco principales decisiones en política económica que, según expertos consultados, dejaron al país en total indefensión ante la época de las vacas flacas.

Anclar la moneda pese a tener una elevada inflación
Oscar fue uno de los miles de ciudadanos que descubrió que podía ahorrar viajando gracias al control cambiario que existe en Venezuela desde 2003 y que establece un límite a las divisas que una persona puede comprar cuando va a hacer turismo al extranjero.
En 2013, el monto autorizado para este fin era de $2.500 (2.233 euros) cargados a la tarjeta de crédito y $500 (446 euros) en efectivo. En septiembre de ese año, Oscar invirtió en un boleto para Miami y solicitó el cupo de divisas a la muy favorable tasa de 6,30 bolívares por dólar, girado contra su tarjeta de crédito.
Como pudo hospedarse en casa de un familiar, gastó su dinero comprando cosas que en Venezuela le costarían el triple y se las arregló para regresar con algunos dólares que luego vendió en el mercado negro de divisas por un precio nueve veces superior al que él había pagado en bolívares.
Oscar solo aprovechó sus circunstancias personales, pero hay quienes hicieron –y hacen- de esta distorsión un millonario negocio. El año pasado, el Centro Nacional de Comercio Exterior (Cencoex), organismo encargado de adjudicar dólares a la tasa oficial, citó a miles de viajeros y estudiantes para que rindieran cuentas sobre el uso de las divisas entregadas por el gobierno entre 2011 y 2013.
Ese último año, altos funcionarios del gobierno admitieron que se habían fugado por “fraudes cambiarios” más de 20.000 millones de dólares (unos 17.800 millones de euros). Sin embargo, de acuerdo con los datos del propio Cencoex a los viajeros sólo les asignaron 5.100 millones de dólares, lo que implica que incluso si todos hubieran cometido ilícitos no serían los mayores responsables del gran desfalco a la Nación.
En una entrevista realizada en febrero, el ex ministro de Planificación Jorge Giordani afirmó que “según algunas estimaciones” desde 2004 –año siguiente a la instauración del control de cambio- y 2012 “se han ido” del país entre 215 mil millones de dólares y 250 mil millones de dólares.
Según explican analistas, la corrupción es exacerbada por el creciente diferencial entre el precio de la divisa oficial –que se mantiene en 6,30 bolívares para la mayor parte de las transacciones y aunque tiene otras dos cotizaciones oficiales a 12 y 170 bolívares- y el del dólar paralelo –que se cotiza en torno a los 275 bolívares por dólar-. De acuerdo con los datos recabados por el analista y profesor universitario, Boris Ackerman, a finales de 2012 comenzó a abrirse una brecha cada vez mayor entre el precio del dólar oficial y el del dólar paralelo, lo que coincide con el momento en el que el gobierno empezó a reducir las asignaciones de divisas a las tasas oficiales.
La alta demanda de dólares era estimulada por una inflación de pulverizaba los salarios, por lo que adquirir divisas extranjeras era para los venezolanos una forma de ahorrar, y por una sobrevaluación de la moneda que hacía que importar fuese más barato que producir o comprar productos elaborados localmente.
Desde que instauró el control cambiario en 2003 el gobierno ha devaluado cinco veces, llevando el tipo de cambio oficial –actualmente “preferencial- de 1,92 bolívares por dólar a 6,30 bolívares por dólar.
La última tasa permanece igual desde febrero de 2013. Desde entonces, el índice nacional de precios al consumidor acumula 134% de aumento, impulsando el tipo de cambio en el mercado negro. Para aliviar la presión, el gobierno ha creado seis  mecanismos alternos de asignación de divisas a precios más elevados.
El último, llamado Sistema Marginal de Divisas (Simadi), inició operaciones el 19 de febrero. Fue diseñado como un tercer mercado de divisas con una tasa de libre flotación. La tasa promedio del Simadi en su primer día de operaciones cerró en 170 bolívares por dólar, apenas 20 bolívares por debajo de la cotización del dólar paralelo. Si Oscar vendiera hoy sus ahorros obtenidos a 6,30 bolívares en el mercado negro de divisas obtendría una ganancia de casi 4.300%.

Tener un gasto público fuera de control
Imagine que acaba de terminar de comer en un restaurante y llega la cuenta, en la que se detalla que no está incluida la propina. Después de pagar, usted saca el billete de más alto denominación que existe, lo deja sobre la mesa y se retira, mientras observa al salir del restaurante que ningún camarero se apresura a recogerlo.
Si le parece que esto es absurdo, entonces no ha salido a comer en Venezuela, donde para dar una correcta compensación por el servicio -10% de lo consumido- es necesario sacar uno o más billetes de 100 bolívares, el de más alta denominación.
Desde 2007, la moneda venezolana ha perdido un poco más de 88% de su valor. Para comprar los alimentos que ese año se adquirían con 100 bolívares se necesitaría hoy un billete de 1.300 bolívares, según estimaciones de la consultora Econométrica basadas en el análisis de datos oficiales.
No solo la moneda se ha empobrecido sino también el poder de compra de los salarios. En 2014, la inflación anualizada cerró en 68,5%, la cuarta más alta de la historia según las estadísticas del Banco Central de Venezuela. En el rubro de alimentos, la situación fue más dramática: 102,2%, la primera de tres dígitos desde que el chavismo llegó al poder.
Analistas coinciden que el principal detonador de esta situación fue una reforma de la Ley del Banco Central de Venezuela (BCV) en el año 2005 que facultó a esa institución para otorgar financiamiento a empresas públicas, principalmente la petrolera estatal Pdvsa. Desde entonces, la compañía, buscando llenar su déficit de bolívares, emite pagarés que el BCV adquiere y paga con papel moneda que imprime sin ningún tipo de restricción, como si de billetes de Monopoly se tratara. Con ese dinero en mano, Pdvsa cumple con sus compromisos en moneda local, muchos de ellos asociados a programas de ayuda social o a puestos de trabajo creados por el gobierno pero cuya manutención ha sido atribuida a la petrolera.
Para el economista venezolano Francisco Monaldi, profesor de política energética de la Universidad de Harvard, esta ha sido una de las peores decisiones de política económica. Considera que Venezuela tiene “posiblemente el peor manejo macroeconómico del planeta”.
Esos bolívares que se imprimen salen a la economía en forma de gasto público que, según el experto, en 2012 representó 51 puntos del producto interno bruto. Como no tiene soporte en divisas ni responden a la producción real de la economía termina buscando convertirse en moneda fuerte por lo que termina presionando al alza el tipo de cambio en el mercado paralelo de divisas, que se ha convertido en la tasa de referencia para la economía, generando una espiral inflacionaria indetenible. En otros casos, esos bolívares compiten en el mercado para comprar unos bienes durables cada vez más escasos que terminan por encarecerse ante la alta demanda.
¿De cuánto dinero se trata? Hasta diciembre del año pasado, el BCV había emitido Bs 672.000 millones –casi $107.000 millones al tipo de cambio de 6,30 bolívares por dólar- en asistencia financiera a Pdvsa.
Monaldi añade que otros problemas asociados con el mal manejo de la macroeconomía, además de la expansión monetaria, es el no haber creado un fondo de ahorros que permitiera hacer frente a los momentos de bajos ingresos. El Fondo de Estabilización Macroeconómica, creado para este fin antes de la llegada de Chávez al poder, dispone sólo de 3 millones de dólares, según datos del BCV.

Subsidiar y controlar
Cuando Luis –es un nombre ficticio para proteger su identidad- decidió abandonar el negocio de trasladar hortalizas desde los estados andinos a Caracas porque ya no era rentable, decidió dejarle el camión que tenía a su hermano para que “lo pusiera a producir” mientras él se dedicaba a otros negocios en la capital venezolana.
Su hermano decidió usar el vehículo para viajar a la ciudad colombiana de Cúcuta, que queda justo al otro lado de la frontera, transportando ilegalmente combustible venezolano. Cada traslado implica una ganancia de 7.000 bolívares, de los cuales 1.000 bolívares son para el funcionario de la Guardia Nacional que se hace la vista gorda. Le quedan 6.000 bolivares diarios, un monto 6,4% superior al salario mínimo mensual de cualquier trabajador.
Esto solo es posible debido a un subsidio que existe sobre el precio de la gasolina y que le cuesta al Estado más de $12.500 al año, según cifras oficiales. En Venezuela, un litro de gasolina cuesta 0,097 bolívares y es, probablemente, el bien más barato de la economía venezolana. Llenar el depósito de un coche pequeño cuesta menos que un billete de un autobús urbano.
Lo mismo ocurre con alimentos, medicinas y otros bienes básicos regulados por orden el gobierno. El Estado inició en 2003 un férreo control de precios para intentar frenar la inflación. 12 años después, Venezuela registra el índice de precios al consumidor más elevado de América Latina y el Caribe, que equivale a 8 veces el promedio de la región, de acuerdo con los datos más recientes de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe.
Además, el gobierno suministra productos subsidiados a la población a través de las redes de distribución públicas, los cuales, muchas veces, terminan en manos de contrabandistas o revendedores.
El control de precios ha sido señalado por los analistas como una de las principales causas de la escasez, no solo porque al abaratar artificialmente el costo de un producto la demanda se hace infinita, sino porque el rezago entre el precio regulado al que se puede vender y los costos reales de  producirlo hace que muchas veces las empresas se vean obligadas a trabajar a pérdida.
Para Monaldi, esta ha sido una de las políticas que ha terminado por mermar la capacidad productiva del sector privado venezolano. A esto se suman las expropiaciones, los controles sobre las ganancias a través de la Ley Orgánica de Precios Justos y la inseguridad jurídica. “Esto genera gigantescas distorsiones macroeconómicas”, sostiene Monaldi.
La Confederación Venezolana de Industriales, que agrupa 90% de la industria nacional, publicó el 30 de enero de 2015 un un boletín sobre lo que consideran es el fracaso del control de precios:
“La situación actual con la nueva Ley de Precios Justos, es que gran cantidad de artículos se mantienen con precios congelados por largo tiempo, en niveles que dificultan la necesaria rentabilidad de un negocio y favorecen la triangulación cuando son adquiridos para la reventa. El llamado “bachaqueo” (extracción de productos de las cadenas de supermercados o del Estado para venderlos en el mercado negro a más del doble) no es más que una consecuencia de las distorsiones generadas por estos controles. El impacto inicial de la ley (principalmente por el temor generado) redujo la inflación durante unos meses, pero luego generó un aumento gradual de la misma y de la escasez”.
La falta de divisas oficiales para adquirir materias primas, el control de precios y la incertidumbre son los principales problemas para producir citados por los agremiados de Conindustria en una encuesta correspondiente al tercer trimestre de 2014. De acuerdo con este informe, el sector manifestó haber trabajado en promedio a 48,67% de su capacidad instalada.

Endeudarse
A pesar de los altos ingresos petroleros, Venezuela emprendió una agresiva política de endeudamiento, tanto interno como externo.
De acuerdo con los cálculos del analista financiero, Orlando Zamora, sobre datos oficiales, hasta el 2 de febrero de este año el país había contraído 44.791 millones de dólares en compromisos externos; 87.790 millones de dólares en deuda interna; 22.300 millones de dólares en préstamos de China; 6.139 millones de dólares en bonos emitidos por la banca pública para financiar viviendas; y un poco más de 43.800 millones de dólares en títulos de Pdvsa.
Indicó que la deuda consolidada de Pdvsa, contando los préstamos de bancos del Estado, el financiamiento de sus socios, sus compromisos con proveedores, el crédito otorgado por China y la ayuda del BCV, es mayor a la de la nación.
Ahora, con una caída de los ingresos petroleros calculada en más de $35.000 millones de dólares para 2015, los mercados internacionales perciben un alto riesgo de impago por parte de la República, lo cual ha hecho caer la cotización de la deuda externa venezolana a niveles de “bonos basura”.
Dado a que en los actuales momentos emitir un título para recabar fondos sería muy costoso, el país recurre a su principal acreedor: China, de quien obtiene fondos a cambio de petróleo. De acuerdo con las declaraciones de Nicolás Maduro, los últimos acuerdos de financiamiento con el gigante asiático para proyectos ascendieron a más de 20.000 millones de dólares. Sin embargo, analistas estiman que solo una pequeña porción de ese monto será recibida en efectivo.
Según los economistas, este esquema de endeudamiento con China tiene la desventaja de que compromete la producción futura de petróleo. El ministro de Petróleo y Minería, Asdrúbal Chávez, anunció en noviembre de 2014 que se elevaría el suministro de China, a la que actualmente se le envían unos 524.000 barriles diarios de crudo, 22% de las exportaciones totales.

Descuidar a la principal industria del país
La petrolera estatal Pdvsa genera el 96% de las divisas que ingresan a Venezuela. Actualmente, la extracción petrolera total se encuentra estancada, pese las enormes inversiones que se han hecho en la Faja del Orinoco en conjunto con empresas rusas, chinas y de otros países. De acuerdo con los datos suministrados por la propia estatal, mientras la producción de crudo extrapesado de la Faja crece, la explotación de petróleo liviano declina, debido principalmente a la falta de inversión.
El problema es que el crudo pesado y extrapesado es más difícil de vender porque para transportarlo se debe diluir con otros productos, como la nafta y el crudo liviano. Esto obliga a Pdvsa a hacer millonarias compras de estos combustibles en el exterior, ya que la producción local no es suficiente.
“El debilitamiento de Pdvsa y la expropiación de las petroleras privadas han llevado a que en vez de subir más de 1 millón de barriles la producción petrolera, esta haya caído en más de 600.000 barriles. Es decir, producimos muchísimo menos de lo que deberíamos”, señaló Monaldi.
Al mismo tiempo, la estatal se ha encargado de usar sus propios recursos para financiar actividades que no le corresponden. Pdvsa está encargada de la importación de alimentos para ser distribuidos en las redes del Estado a precios subsiados; también financia la construcción de viviendas que se entregan de forma gratuita –al menos por los momentos- a una parte de la población.
Sin embargo, las dificultades financieras de Pdvsa se han visto reflejadas en una reducción de su aporte social. El último reporte de la petrolera muestra que las contribuciones de dinero a los programas sociales se redujeron un 41% entre 2012 y 2013, especialmente a los destinados a las áreas de educación y de salud.
Analistas coinciden en que la mejor forma de auxiliar a Pdvsa, al menos en bolívares, es permitiendo que cambie en el BCV las divisas que le ingresen por explotación petrolera a una tasa más elevada que la de 6,30 bolívares por dólar, frenando así sus necesidades de acudir a este ente por financiamiento.
Los economistas advierten en que todos los problemas macroeconómicos de Venezuela están conectados de algún modo por lo que las soluciones no pueden ser aisladas, ya que los ajustes que no formen parte de un plan integral solo agravarán la situación más adelante.
“Venezuela es como la versión más grotesca de todos los males que han ocurrido en el mundo durante periodos de bonanza petrolera, acumulados en un solo país. Casi todos los otros productores mitigaron esta vez esos males”, lamenta Monaldi.
NICOLLE YAPUR

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