LOS SÍMBOLOS Y LO ESOTÉRICO:
ellos mismos se declaran, cuando se unen los elementos teóricos,...¡¡
Significado de Ouróboros
Qué es Ouróboros:
El ouróboros,
también llamado uróboros, es un signo de forma circular que representa a una serpiente, y en
ocasiones a un dragón, mordiéndose la cola.
La palabra, como tal, proviene del griego ουροβóρος (ourobóros).
El significado del ouróboros, como tal, remite a la naturaleza cíclica de las cosas y a la idea del eterno retorno. Ambas interpretaciones, en este sentido, se refieren
a la concepción de la existencia como un ciclo que siempre recomienza, y cuya
continuidad consiste en un constante renacer.
De allí que el ouróboros también se
asocie a la naturaleza
cíclica del tiempo, donde el instante presente es
eternamente devorado por el instante futuro, constituyendo una secuencia
infinita de instantes que mueren y renacen a cada momento.
La antigüedad del símbolo del ouróboros se rastrea tres mil años atrás en la historia humana.
En el Antiguo
Egipto, por ejemplo, se guarda testimonio del
ouróboros en un jeroglífico de la cámara mortuoria de la pirámide de Unis.
Asimismo, expresiones semejantes del ouróboros se encuentran en la Antigua Grecia o en las mitologías nórdicas.
En este sentido, un mito conexo al del
ouróboros es el de Sísifo, personaje de la mitología griega condenado
al inframundo, cuyo castigo consistía en la penosa tarea de empujar cuesta
arriba, hasta la cima de una montaña, una roca que, cuando estaba a punto de
llegar al tope, rodaba nuevamente hasta el pie de la montaña, obligando a
Sísifo a recomenzar su labor nuevamente, así durante toda la eternidad.
Ouróboros en tatuajes
Como tatuaje, el ouróboros suele representarse con una serpiente o un dragón cuya característica fundamental es el acto de estar engullendo su propia cola y, en este sentido, dibujando con su cuerpo arqueado un círculo cerrado, donde el principio y el final se encuentran. El símbolo, como tal, se asocia a la idea de la eternidad y al infinito, a la naturaleza cíclica de la existencia y a la idea de que vivir es renacer constantemente. En este sentido, en el símbolo del ouróboros subyacen múltiples interpretaciones místicas que lo han convertido un motivo de tatuaje muy popular.
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martes, 5 de agosto de 2014
De
cómo el logotipo de "Podemos" contribuye al éxito de esta formación.
Mi análisis simbólico-metafórico en tres ejes.
VAALBARÁ
Relatos,
diálogos, fábulas, cuentos, ensayos, poemas, crónicas, epístolas y correos-e,
pensamientos, reflexiones y demás textos literarios que voy escribiendo en mi
día a día.
La casualidad no existe.
Todo tiene un porqué. Y todo lo que crea, construye o elabora el ser humano,
además de un reflejo fiel de sí mismo, responde a dos causas primordiales: una consciente
y otra inconsciente.
En el caso del logotipo de Podemos,
ignoro hasta qué punto y de qué manera sus diseñadores han sido conscientes del
rotundo símbolo de poder que han creado, pero a mí me han llamado la atención
algunos aspectos que ahora paso a compartir con vosotros en este análisis en
tres ejes.
EJE NÚMERO 1: EL COLOR.
Dejando a un lado que el color del logotipo es el mismo que el
morado de la bandera de la Segunda República Española (puede que no sea una
simple coincidencia), desde una perspectiva estrictamente física, el color
violeta (matiz morado) es el que posee una frecuencia más alta dentro del
espectro de luz visible. O dicho de otro modo: el de mayor vibración, el más
elevado.
Es el color que simboliza la mentalidad pensante, la lógica, la razón. Es el color de la madurez avanzada, del equilibrio, del razonamiento concreto, de la experiencia que ha llegado a cristalizar en conocimiento cabal de las cosas. También es el color que simboliza la espiritualidad (por su alta vibración). Y el que más ayuda a transmutar (convertir lo pesado, denso y oscuro en algo ligero, fluido y luminoso), a transformar lo negativo en positivo.
Es, asimismo, el color del tercer ojo (Ajna chakra), el cual representa un despertar a esta realidad mística que nos permite estar en sintonía con una fuerza trascendente y fluir con ella a través del desapego, la confianza, la intuición y el contacto con lo divino. En su forma más elevada, esta energía nos lleva a desprendernos de nuestro ego y a ser de nuevo conciencia pura.
Es el color que simboliza la mentalidad pensante, la lógica, la razón. Es el color de la madurez avanzada, del equilibrio, del razonamiento concreto, de la experiencia que ha llegado a cristalizar en conocimiento cabal de las cosas. También es el color que simboliza la espiritualidad (por su alta vibración). Y el que más ayuda a transmutar (convertir lo pesado, denso y oscuro en algo ligero, fluido y luminoso), a transformar lo negativo en positivo.
Es, asimismo, el color del tercer ojo (Ajna chakra), el cual representa un despertar a esta realidad mística que nos permite estar en sintonía con una fuerza trascendente y fluir con ella a través del desapego, la confianza, la intuición y el contacto con lo divino. En su forma más elevada, esta energía nos lleva a desprendernos de nuestro ego y a ser de nuevo conciencia pura.
EJE NÚMERO 2: LA FORMA.
La circunferencia (el círculo es su espacio interior) y la
esfera son las formas más perfectas del Universo. Las que adoptan las
partículas subatómicas, los planetas, las estrellas... Las más perfectas, como
digo, y las más resistentes (a un impacto, a la presión...). La circunferencia
representa a El Todo de
Hermes, a lo divino, a la globalidad, a Dios. Y también representa el tiempo
(que, en realidad, no es lineal sino cíclico). Por tanto: lo eterno. Pero
también al Yo, al
individuo, a la persona, al ser humano.
En el caso del logotipo de Podemos,
nos encontramos con tres círculos ligeramente excéntricos e independientes que,
a su vez, conforman una unidad estructural mayor, pero no dominante. Es decir,
los tres círculos interactúan entre sí pero al mismo nivel, horizontalmente,
sin que se establezca entre ellos un orden jerarquizado. Esto simboliza y
refuerza el concepto de igualdad en la interacción. A lo que se suma la idea de
flexibilidad, pues en esa cohesión a tres bandas la resultante no es un círculo
compacto y rígido sino algo moldeable, flexible y dinámico que genera espacios
por los que corre el aire.
El hecho de que sean tres circunferencias también tiene jugo. No
se trata de un círculo unitario ni monolítico, ni de un círculo doble (dualidad)
sino de una tríada que trasciende la dualidad (bien/mal). Se pasa, así, de la
discusión-empate (2) al debate-desempate (3), lo que genera movimiento y
evolución frente al bloqueo o al estatismo.
EJE NÚMERO 3: EL MENSAJE.
La tipografía que se ha escogido para encarnar la palabra Podemos (fuenteGotham) tampoco parece elegida al azar: es clara, equilibrada, sólida y bien nutrida. Asimismo, se observa todo el vocablo escrito en mayúsculas, lo que aparte de llamar la atención se erige en un modo eficaz de autoafirmación del Yo (en este caso, del Nosotros). Además, el eje de cada letra está en la vertical (no inclinado hacia delante o hacia atrás), lo que refuerza la idea de equilibrio (ni excesiva emotividad ni retracción).
Por otro lado, Podemos es la primera persona del plural
del presente de indicativo del verbopoder, lo que la convierte, además,
en un decreto: Nosotros
podemos. Los decretos tienen un poder inmenso, sobre todo en nuestra mente
inconsciente. Y lo tienen porque determinan a un nivel cuántico nuestra
realidad cotidiana, la que se va gestando a cada instante. O dicho de otro
modo: nuestra realidad se ve alumbrada en última instancia por las palabras y
frases que decretamos en primera instancia.
Frente al sentimiento generalizado de impotencia ciudadana que
viene suscitando en los últimos tiempos el panorama político-social de España,
surge una consigna que viene a contrarrestarla.
El veneno: la impotencia: aquello que nos limita y causa
frustración (No puedo).
El antídoto: el poder individual (Yo puedo) que se suma
al poder de nuestros semejantes para dar lugar a un gran poder compartido:
(Nosotros) Podemos.
Donde antes creíamos que no podíamos, ahora sí podemos. Porque
la unión hace la fuerza y crea sinergia (la masa/energía final es mucho mayor
que el sumatorio de las masas/energías individuales). Pero esto no es una
teoría: ahí están los sorprendentes resultados electorales de Podemos y la creciente intención de voto
de los españoles (contra todo pronóstico).
Podemos no es Podríamos (condicional), ni Podíamos (pasado) ni Podremos (futuro).Podemos es presente. Acontece ahora, ahora
mismo, en este preciso instante. Es el punto cronológico en el que sucede la
realidad experimentable (el pasado es un recuerdo y el futuro un anhelo). Y es
en ese punto del momento presente, y en ese espacio de poder compartido
igualitariamente, donde se desata la fuerza conjunta, multiplicada, que surge
como un enorme potencial para transformar amplia y profundamente nuestra
sociedad.
Una sociedad que, cada vez más, clama al cielo un cambio desde
la raíz.
EL DILEMA DE PODEMOS
No sé nada
El pasado
25 de mayo, el día de las elecciones europeas, me tocó ser presidente de una
mesa electoral en Castro Urdiales. Observando el orden y la cantidad de las
papeletas en la cabina electoral hubo algo que me llamó “poderosamente” la
atención: la papeleta electoral de Podemos, una papeleta electoral que
destacaba sobre todas las demás, las treinta ocho papeletas del resto de
partidos y coaliciones, y que a mí me parece que es un caso inédito en
elecciones: el logo de Podemos, es decir, su elemento identificador no es ni un
símbolo, ni un anagrama, el logo de Podemos es la cara de Pablo Iglesias.
Sorprende
que la Junta Electoral Central autorice la inclusión de imágenes de rostros,
donde debieran ir logos o siglas, tal como predica la ley electoral, pero más
sorprendente y preocupante es que un movimiento social como Podemos utilice
como símbolo identificador la figura Pablo Iglesias como si del Gran Timonel se
tratara. A nadie se le escapa que desde el punto de vista de la mercadotecnia
electoral es una inteligente táctica, dirigida a inclinar el voto hacia Podemos
entre aquellos electores indecisos. Aunque la mayoría de los votantes traen su
papeleta desde casa, muchos de los votantes de partidos minoritarios se deciden
en la soledad de la cabina, el elector frente a 39 papeletas, un mar de siglas
y de confusión, en el que destaca la imagen del televisivo líder de Podemos.
Las elecciones son un ejercicio de democracia relativa. Para que sean un verdadero acto de democracia debiera haber igualdad de armas, y esto está muy alejado de la realidad. Son los partidos mayoritarios los que disponen de mayor peso y de mayor tiempo en los medios, y son los únicos capaces de llegar con su propaganda a todos los electores. En mi casa se recibieron las papeletas acompañadas de la propaganda de los partidos PP, PSOE, IU y UPD. A estos cuatro partidos pudientes se suman los de los partidos nacionalistas en las comunidades autónomas en las que son mayoritarios o muy representativos. Es muy difícil enfrentarse a esta situación desde posiciones minoritarias, sin peso en los medios, sin dinero, y con una concurrencia en la que se mezclan treinta y tantas opciones electorales. Así no se puede.
En estas circunstancias la decisión (de los dirigentes) de representar a Podemos con la imagen Pablo Iglesias es comprensible, si bien muchos de los militantes de los círculos de Podemos no han encajado una postura que recuerda demasiado a uno de los vicios de los partidos de la izquierda, el culto a la personalidad. El dilema se resolvió en esta ocasión (por los dirigentes) en favor de la rentabilidad electoral. Pero más allá de tácticas electorales, lo que me interesa es reflexionar sobre si este hecho no es acaso la forma de ser que define a Podemos, que le acerca más a los partidos de la vieja política que al movimiento social que lo respalda.
Cuando ya han pasado tres semanas de las elecciones europeas se ha escrito hasta la saciedad sobre el fenómeno Podemos; no insistiré en ello. También se han vertido ataques furibundos. Lo cierto es que la presencia electoral de Podemos aún no es demasiado significativa como para hacer tambalear los cimientos de la estructura política española, pero lo que acojona a los partidos y a los grupos de presión es la tendencia de Podemos, su capacidad para ocupar un espacio decisivo en el reparto de poder en un futuro próximo. Lo que a mí me interesa es si tras este éxito electoral va a ser posible fortalecer una alternativa que nos lleve a otra forma de hacer la política en la que el protagonismo sea de los ciudadanos, algo que parece estar en el espíritu del nuevo partido. Hasta el momento sabemos que detrás de este fenómeno electoral hay un movimiento de mucha gente que quiere cambiar las cosas, que se organiza en círculos y que trabaja en las redes sociales de forma muy eficaz… y que se apoya en un líder con gran presencia en los medios que se defiende muy bien en el engarre de los debates televisivos. Estas dos variables se han fundido de tal manera que difícilmente podría entenderse el éxito de Podemos con la ausencia de alguna de ellas. Si Podemos se hubiera presentado a las elecciones sin la relevancia mediática de Pablo Iglesias, el resultado no habría ido mucho más allá de los obtenidos por Equo, o los animalistas, quien sabe.
Las elecciones son un ejercicio de democracia relativa. Para que sean un verdadero acto de democracia debiera haber igualdad de armas, y esto está muy alejado de la realidad. Son los partidos mayoritarios los que disponen de mayor peso y de mayor tiempo en los medios, y son los únicos capaces de llegar con su propaganda a todos los electores. En mi casa se recibieron las papeletas acompañadas de la propaganda de los partidos PP, PSOE, IU y UPD. A estos cuatro partidos pudientes se suman los de los partidos nacionalistas en las comunidades autónomas en las que son mayoritarios o muy representativos. Es muy difícil enfrentarse a esta situación desde posiciones minoritarias, sin peso en los medios, sin dinero, y con una concurrencia en la que se mezclan treinta y tantas opciones electorales. Así no se puede.
En estas circunstancias la decisión (de los dirigentes) de representar a Podemos con la imagen Pablo Iglesias es comprensible, si bien muchos de los militantes de los círculos de Podemos no han encajado una postura que recuerda demasiado a uno de los vicios de los partidos de la izquierda, el culto a la personalidad. El dilema se resolvió en esta ocasión (por los dirigentes) en favor de la rentabilidad electoral. Pero más allá de tácticas electorales, lo que me interesa es reflexionar sobre si este hecho no es acaso la forma de ser que define a Podemos, que le acerca más a los partidos de la vieja política que al movimiento social que lo respalda.
Cuando ya han pasado tres semanas de las elecciones europeas se ha escrito hasta la saciedad sobre el fenómeno Podemos; no insistiré en ello. También se han vertido ataques furibundos. Lo cierto es que la presencia electoral de Podemos aún no es demasiado significativa como para hacer tambalear los cimientos de la estructura política española, pero lo que acojona a los partidos y a los grupos de presión es la tendencia de Podemos, su capacidad para ocupar un espacio decisivo en el reparto de poder en un futuro próximo. Lo que a mí me interesa es si tras este éxito electoral va a ser posible fortalecer una alternativa que nos lleve a otra forma de hacer la política en la que el protagonismo sea de los ciudadanos, algo que parece estar en el espíritu del nuevo partido. Hasta el momento sabemos que detrás de este fenómeno electoral hay un movimiento de mucha gente que quiere cambiar las cosas, que se organiza en círculos y que trabaja en las redes sociales de forma muy eficaz… y que se apoya en un líder con gran presencia en los medios que se defiende muy bien en el engarre de los debates televisivos. Estas dos variables se han fundido de tal manera que difícilmente podría entenderse el éxito de Podemos con la ausencia de alguna de ellas. Si Podemos se hubiera presentado a las elecciones sin la relevancia mediática de Pablo Iglesias, el resultado no habría ido mucho más allá de los obtenidos por Equo, o los animalistas, quien sabe.
Esquizofrenia
gráfica y doble personalidad.
Pero volvamos al uso de la imagen de Pablo Iglesias. Desde mi punto de vista,
las tácticas, los métodos, forman parte inexcusable del discurso de los
partidos, algo sobre lo que se ha teorizado abundantemente, y cuando Podemos
nos coloca la imagen de su líder en la papeleta de voto nos está enviando un
mensaje que, guste o no, tiene que ver con el carácter personalista que debe
atribuirse a esta formación. Entiéndase que no es lo mismo utilizar como
reclamo la imagen del nº1 de una candidatura como hacen muchos partidos cuando
diseñan su cartelería, que utilizar su imagen como emblema del partido que debe
aparecer en la papeleta de voto, pues en este caso lo hacemos con intención de
perdurabilidad. La paradoja es que Podemos mantiene ahora dos símbolos, dos identidades
gráficas; una es la que aparece en el Ministerio del Interior en el Registro de
Partidos, y otra es la que se difunde en sus actos, y en las redes sociales
¿cuál de ella es la verdadera?
Las dos. Las dos imágenes de Podemos son las
que han decidido sus promotores y participantes, la de Pablo y Iglesias y las
de los círculos. Y mucho me temo que esta esquizofrenia gráfica responde a la
doble personalidad que rige Podemos, la del partido que se guía de acuerdo con
criterios de eficacia electoral, y la de los círculos que exigen la máxima
transparencia y democracia real. La del centralismo de los dirigentes frente a
la participación de sus bases.
En estas primeras semanas tras su éxito electoral, Podemos se organiza para
intentar hacer realidad aquello que reza en su página de facebook: “en democracia decide la gente”.
La movilización que se ha producido en torno a Podemos es una auténtico aluvión
de participación y de ilusión con una apuesta muy decidida para cambiar las
formas de hacer política. Aunque mis preferencias van por el camino de la
ecología política (que para mí se representan en Equo y en cierta medida en
CastroVerde) no dejo de admirar este fenomenal movimiento y mi deseo es que se
convierta en una alternativa real. En este itinerario Podemos tendrá que
resolver más de un dilema, y depende de cómo, pero sobre todo, de quien los
resuelva, podremos hablar en el futuro de una nueva forma de hacer la política.
J. B. (13
de junio de 2014)
Adenda
escrita el 20 de julio de 2014:
Iñigo
Errejón, responsable electoral de la campaña de Podemos escribe un artículo en
“Le Monde Diplomatique (en español)”, nº 225 de julio de 2014, en
el que se explica la estrategia electoral de Podemos que refuerza mi hipótesis
sobre el dilema de Podemos, más aún en cuanto tal dilema ha sido prefectamente
previsto y calculado por los estrategas de Podemos. Es recomendable la lectura
del artículo de Errejón en su totalidad, si bien reproduzco el siguiente
párrafo en el que el autor reflexiona sobre el liderazgo y el uso de la imagen
de Pablo Iglesias:
“Se
desafió también el tabú del liderazgo, supuestamente reñido con la democracia
según las concepciones liberales y de algunas izquierdas. En la iniciativa
“Podemos”, el uso del liderazgo mediático de Pablo Iglesias fue una condición
sine quo non y un precipitador de un proceso de ilusión y agregación popular,
en un contexto de desarticulación del campo popular.”
“La
decisión, inédita en España, de poner su cara en la papeleta para utilizar el
signo comunicativo más conocido, fue tan criticada por el purismo como decisiva
en unos comicios en los que gran parte de los electores decidieron su voto el
último día. Este uso estratégico del liderazgo no ha sido obstáculo, ni
siquiera un complemento, sino componente principal de la operación política. Se
ignoró por último, el propio tabú sobre los nombres. La campaña de Podemos
asumió que, en política, los significantes viven luchas en su interior por
cargarse de uno u otro sentido, y que su elección depende del conjunto de
posiciones que se agrupan tras ellos. Esta visión constructivista del discurso
político permitió interpelaciones transversales a una mayoría social
descontenta, que fueron más allá del eje izquierda-derecha (…) para proponer la
dicotomía “democracia/oligarquía”, o “ciudadanía/casta”, o incluso
“nuevo/viejo”, una frontera distinta que aspira a aislar a las elites y a
generar una nueva identificación nueva frente a ellas.”
Todo el artículo en: http://www.monde-diplomatique.es/?url=articulo/0000856412872168186811102294251000/?articulo=8c640f81-5ccc-4723-911e-71e45da1deca
Iglesias avisa al PSOE: no desea dejar gobernar al PP pero los pactos no son gratis
El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, ha advertido al PSOE de que no le gustaría permitir gobernar al PP, "pero los pactos no son gratis".
"Si el PSOE quiere entenderse con nosotros que mire lo que está pasando en Andalucía. Nosotros somos nuevos, pero no somos tontos", ha subrayado el líder de Podemos en una entrevista con la Agencia Efe.
Iglesias tiene claro que quien quiera entenderse con Podemos tendrá que dar "un giro de 180 grados" a las políticas que se venían aplicando hasta ahora.
En ese escenario, le cuesta creer que el PP o CiU vayan a hacerlo y tiene "más dudas con el PSOE", en el que aprecia que "buena parte de su militancia y de sus votantes" quiere "un partido más social, más socialdemócrata", mientras a otros sectores, entre los que sitúa a Felipe González, "les encantaría llegar a un acuerdo con el PP para seguir haciendo lo mismo que han hecho hasta ahora".
Pablo Iglesias también critica a quienes "parece que, cuando van perdiendo el partido, quieren cambiar las reglas de juego", en referencia a las propuestas de reforma electoral, respecto a la que es partidario sólo para mejorar la proporcionalidad.
Respecto a posibles alianzas post electorales, el secretario general de Podemos no descarta ningún pacto, ni con EH Bildu en Navarra, aunque ha recalcado que la condena del terrorismo por parte de Podemos "es algo que está claro" y debería estar encima de la mesa en cualquier negociación.
Respecto al debate soberanista en Cataluña, Iglesias ha rechazado que con Podemos en el gobierno fuera más fácil llegar a la independencia.
"Creo que si en España hay un gobierno de Podemos buena parte de los catalanes estarán encantados de construir un proyecto conjunto con nosotros. Creo que nadie ha fabricado tantos independentistas en este país como el Gobierno del PP", ha indicado.
Tras insistir en que no es "partidario de que Cataluña se vaya", pero sí le "parece bien que los catalanes voten", Iglesias ha argumentado que un referéndum por la independencia no es posible con la legalidad actual y que habría que emprender un proceso constituyente "y ahí vincular al conjunto del país".
Ha añadido, por último, que es madrileño y se siente "orgulloso de ser español", pero comprende que "Cataluña es una nación" y hay ciudadanos de su país "con otra sensibilidad, que hablan otra lengua y que tienen sentimientos nacionales diferentes".
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POLÍTICA
El PP ganaría en el Ayuntamiento de Madrid, mientras que Podemos y el PSOE luchan por ser segundos
La candidata del PP a la Alcaldía de Madrid, Esperanza Aguirre, en plena campaña. Juan Carlos Hidalgo EFE
Así el panorama que perfilan los sondeos : el PP ganaría en el Ayuntamiento de Madrid, mientras que Ahora Madrid y el PSOE se disputan la segunda plaza.
Una encuesta elaborada por Sigma Dos para El Mundo, muestra que el PP de Madrid ganaría en el Ayuntamiento de la capital, con el 36,4% de los votos y una horquilla de 22-24 concejales, mientras que Ahora Madrid (la formación apoyada por Podemos en la capital) se convertiría en la segunda fuerza más votada, con el 20,2% de los votos (12-13 escaños), seguida muy de cerca por el PSOE, que en una tercera posición obtendría el 19,2% de los votos y se movería también entre los 12-13 escaños.
Por otro lado, Ciudadanos se quedaría con nueve escaños tras obtener el 14,7% de los votos; mientras que IU (4,6%) y UPyD (1,6%) saldrían del Consistorio al no alcanzar el 5% necesario.
Aguirre, la mejor valorada
Sobre la valoración de los candidatos, la mejor valorada es la aspirante a la Alcaldía por el PP de Madrid, Esperanza Aguirre, que sus votantes (recuerdo de voto), la califican con un 7,08 sobre 10, una nota muy alejada de la que le dan los votantes del PSOE (2,32), de UPyD (3,51) o IU (1,69).
La segunda mejor valorada es la candidata de Ahora Madrid, Manuela Carmena, que recibe un 7,05 de los votantes que optaron por IU en las pasadas elecciones. También es más alta la nota que le dan los votantes del PSOE (6,35) mientras que los del PP le ponen un 2,55 y los de UPyD, un 3,63.
David Ortega, de UPyD, es el que consigue la tercera nota más alta, un 5,95, por sus propios votantes, mientras que los del PP le califican con un 3,50; los del PSOE, con un 4,11; y los de IU, con un 3,46. Le sigue de cerca la candidata de IU, Raquel López, que obtiene un 5,87 de nota por parte de los votantes de IU.
En el caso del candidato del PSOE, Antonio Miguel Carmona, los votantes socialistas le califican con un 5,40, mientras que, por último, la aspirante de Ciudadanos, Begoña Villacís, no llega al aprobado. La nota más alta se la dan los votantes de UPyD, un 4,80, mientras que los del PP la otorgan un 4,57.
Otros sondeos colocan al PSOE por delante de Ahora Madrid
Coincidiendo con la Festividad de San Isidro en la capital, Sigma Dos también ha realizado un sondeo para Telecinco, que le dan 24 concejales al PP de Esperanza Aguirre, y el PSOE se colocaría, con 13 escaños, por delante de Ahora Madrid, que empataría con Ciudadanos en 10 escaños cada uno.
Estos datos responden a que el PP obtendría el 36,9% de los votos en las próximas elecciones, seguido del PSOE, que alcanzaría un 20,3%; Ahora Madrid, con un 17,6% y Ciudadanos, con un 16,1%. Se quedaría fuera IU, con el 3,6%.
También ha publicado este viernes otro sondeo el diario 'La Razón', elaborado por NC Report, sobre intención de voto, y sus resultados colocan al PSOE también como segunda fuerza más votada. En concreto, el PP obtendría 23 escaños, el PSOE tendría 13 y Ahora Madrid, 11, mientras que Ciudadanos entraría en el Ayuntamiento con 10.
De este modo, Esperanza Aguirre obtendría el 35,2% de los votos, seguida de Antonio Miguel Carmona, que se quedaría con el 20,1%, seguido de Manuela Carmena, con el 16,9%; y Begoña Villacís, con el 16,2%.
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