martes, 24 de noviembre de 2015

¿¿ NO HAY TIEMPO QUE PERDER,...¡¡, PARA QUÉ, QUE PROYECTAN, ÉSTOS POLÍTICOS DE CALLE PERO ARROPADOS,...¡¡.

RELACIÓN CON ESPACIO ENCUENTRO COMUNISTA,....?????, pusimos este titular,...pero parece que hay nula relación,...¡¡.:


No hay tiempo que perder /...Colectivos

Organizaciones que manifiestan su adhesión a la convocatoria:
       Colectivo Acción Anticapitalista--nota que le hemos mandado:

1 comentario:

  1. Luciano Medianero Morales24 de noviembre de 2015, 22:46
    saludos desde málaga: os ofrezco las lecturas en lukyrh.blogspot.com, por si os pueden valer para vuestra lucha anticapitalista,...el sábado iré al encuentro de málaga,...---luky de málaga.,,,editor de dicho blog, y redactor de las trabajos, en general,...¡¡.--
       Andalucía Desde Abajo

       Podemos Málaga......../


Una situación insostenible
No hay tiempo que perder ha actualizado la foto del evento.

Ayer a las 2:46

La situación de emergencia social que padece la gente trabajadora en el Estado español desde el inicio de la crisis en 2008 es ya conocida por todo el mundo. A día de hoy hablamos de más de 4 millones de personas en paro, una tasa de desempleo del 22,5% y para los menores de 25 años de cerca del 50%. Según datos oficiales, 1 de cada 3 menores vive bajo el umbral de la pobreza mientras que 1 de cada 10 sufre pobreza severa. Entre el 2008 y el 2015, más de 600.000 familias perdieron su vivienda habitual. Este es el balance crudo de la crisis de este sistema capitalista: paro, pobreza y desahucios para l@s de siempre. No hay tiempo que perder.
Mientras tanto, existe el otro lado de la moneda. La crisis no ha afectado a todo el mundo por igual. Existen “ciudadanos” que siguen enriqueciéndose a costa de la mayoría. El Estado español es el segundo país más desigual de Europa, tan sólo por detrás de Letonia. Así pues, se calcula que el 1% de la población concentra más riqueza que el 70% más pobre. Ese 1% tiene nombre y apellidos. Son las grandes empresas del IBEX 35 cuyos beneficios aumentaron un 64% en 2014 ganando hasta 33.200 millones. Pero también son los grandes terratenientes andaluces (2%) que acumulan a día de hoy más del 50% de las tierras cultivables a la vez que acaparan la mayor parte de las ayudas europeas (100 millones de euros de la PAC en Andalucía). La crisis del sistema capitalista no parece haber golpeado a todo el mundo por igual. Mientras que el paro y la pobreza aumentan para la gente trabajadora, las empresas españolas de productos y servicios de lujo tiene proyectado cerrar el 2015 con un 6% de aumento en sus ventas con respecto a 2014, es decir 5.427 millones de euros. Mientras que los desahucios aumentan, el Estado Español tiene el 30% de las viviendas vacías de Europa y ha llevado a cabo una reducción del gasto público en vivienda de más del 50% entre 2008 y 2015. Esa radiografía muestra a las claras que es urgente acabar con esta situación injusta que se basa en el enriquecimiento de una minoría a costa del empobrecimiento de la mayoría. Es posible hacerlo.
Existen riquezas, lo sabemos porque las producimos a diario. Sin embargo, están mal repartidas. Se trata por tanto de asumir que, para mejorar nuestras vidas, es necesario cuestionar la legitimidad de unos pocos para acumular la mayor parte de las ganancias. Para ello no existen atajos. No se puede estar en los dos bandos a la vez. En el bando de l@s que padecen la crisis y en el bando de los que se aprovechan de la misma para seguir enriqueciéndose.
PODEMOS y Unidad Popular: ¿alternativas para acabar con esa lógica?
Las candidaturas que se presentan a la izquierda del PSOE a las próximas elecciones generales del 20 de diciembre han optado por los atajos. Por no elegir con nitidez su bando y por no llevar a estas elecciones un programa de ruptura donde se ataque con claridad a los intereses de los que se han estado enriqueciendo y aprovechando de esta crisis. Para repartir las riquezas no existe otra forma de hacerlo. No se puede defender la sanidad, la educación o el empleo y sin embargo pretender pagar la deuda. Las dos cosas no son posibles.
Eso es justamente lo que pretende hacer la dirección de PODEMOS en estas próximas elecciones. Surfear entre dos aguas. Seguir en la senda de las anteriores candidaturas electorales de PODEMOS post-europeas. En las medidas aprobadas por un 4% de l@s inscrit@s (ya que a día de hoy aún no se conoce el programa definitivo de Podemos), ya no se habla de no pago de la deuda ni de reestructuración, ahora se habla de “flexibilizar los objetivos de deuda y déficit”. No deja claro si apuesta por la expropiación de las viviendas vacías de las entidades financieras (pues habla de “movilización” de las mismas), se omite cómo poner la tierra de los grandes terratenientes a beneficio de la gente trabajadora mediante una reforma agraria, no se habla de la expropiación de los sectores estratégicos ni de la banca privada para ponerlos al servicio de los que sufrimos la crisis. En lugar de preparar a l@s de abajo para ese escenario, la dirección de PODEMOS prefiere generar falsas ilusiones dejando creer que se pueden cambiar nuestras vidas solamente entrando en las instituciones. Por ello, se olvidan de la calle y de los círculos mientras que eligen a dedo a candidatos a diputados, que han justificado los bombardeos en Libia, como es el caso del ex Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), Julio Rodríguez, o que apoyaron el artículo 135 de la reforma de la Constitución como es el caso de Pérez-Royo. Sin embargo, de ese modo, sólo acabaran gestionando la miseria como tantos otros antes ya lo hicieron.
En cuanto a la candidatura de Unidad Popular, pasa algo parecido. La diferencia con PODEMOS es que la dirección de Unidad Popular – que no es otra que la de IU – ya ha demostrado la política que lleva a cabo y cómo entiende la pluralidad en su seno. IU ha visto en Unidad Popular una oportunidad de no desaparecer electoralmente y no la ha dejado pasar. Pero a parte del nombre, nada nuevo bajo el sol. El mismo programa y las mismas contradicciones cuando llegue la hora de formar gobiernos con el PSOE y de ponerse a gestionar los recortes por “imperativo legal”, como en la anterior legislatura en Andalucía. Se trata entonces de la política del mal menor, del posibilismo. Ya no se pueden evitar los recortes, ni mucho menos evitar el pago de la deuda. El propio cabeza de lista de Unidad Popular, Alberto Garzón, no tuvo ningún reparo en justificar los recortes de su partido, IU, cuando gobernaban juntos con el PSOE en Andalucía.
Frente a la dirección de PODEMOS que apoya sin fisuras el gobierno de Tsipras y de Syriza cuando aplica el memorándum de la miseria en Grecia o que se alinea con el PP, C’s y el PSC en Catalunya, y frente a la dirección de Unidad Popular que no tiene reparos en justificar los recortes cuando sea necesario como ya ocurriera en Andalucía, hay que buscar alternativas para acabar con la lógica del sistema capitalista. PODEMOS y Unidad Popular desde luego no lo son. Ya sabemos lo que harán antes de hacerlo. Eso no quiere decir que no haya compañer@s que tanto en una candidatura como en otra defiendan una política diferente a la de dichas direcciones. A tod@s ell@s les decimos que no hay tiempo que perder. Que independientemente de su voto el próximo 20D, hay que organizar desde ya una alternativa en la calle, ya que gobierne quien gobierne a partir del 21 de diciembre, la movilización social, y las huelgas en los centros de trabajo y de estudio, serán nuestra única garantía para defender los intereses de nuestro bando social. Tal y como se ha visto en Grecia, hay que insistir en que sólo se pueden defender los servicios públicos, el empleo, las pensiones, una vivienda digna, si se rompe con la lógica del sistema capitalista y con sus instituciones. No hay tiempo que perder.
Hay que levantar una alternativa política a los partidos que no quieren romper con el sistema capitalista
Hacemos un llamamiento a tod@s aquéll@s que cada vez se sienten menos identificad@s con estas dos alternativas y a aquéll@s que nunca lo estuvieron a un Encuentro en Málaga, el próximo 28 de noviembre. Hay que visibilizar un espacio político amplio y de ruptura, que quiera estar presente en las instituciones pero que a la vez sepa que son sólo un instrumento más que debe estar al servicio de la movilización y que debe facilitar la autoorganización de la gente trabajadora y de la juventud.
Un llamamiento para encontrarnos tod@s aquell@s que pensamos que habría sido necesaria una candidatura electoral diferente el próximo 20D, pero no sólo. Un llamamiento para preparar ya el día después de las elecciones generales. Ya que gane quien gane, deberemos removilizarnos si queremos defender nuestras conquistas sociales y parar esta sangría. Cualquier iniciativa que pretenda desde ya reagrupar a tod@s es@s activistas sociales, sindicalistas, militantes polític@s de tradiciones diversas que se han encontrado en el mismo bando durante las movilizaciones de las Mareas, en las huelgas en los centros de trabajo, en los barrios, en la lucha feminista, en el 15M, en las luchas juveniles y estudiantiles… sería un paso adelante enorme. No hay que despreciar esas oportunidades y mañana habrá que organizar nuevos llamamientos para incorporar a tod@s aquéll@s que se identifiquen con éste independientemente de haber estado comprometido con la candidatura que sea en estas elecciones.
En definitiva, hacemos este llamamiento porque no hay tiempo que perder. Es necesaria una alternativa política que ponga sobre la mesa aquellos elementos que ni PODEMOS ni Unidad Popular están dispuestos a asumir. Una alternativa política que asuma un programa claramente de ruptura y de independencia con el régimen del 78, que no se límite a una segunda transición pactada. Un programa que anime al conjunto de la clase trabajadora y de la juventud a ponerse en movimiento y a movilizarse para su consecución. El bando de l@s que padecen la situación de emergencia social es el único que puede acabar con esa lógica de políticas de agresión social ya que es el único que tiene un verdadero interés en hacerlo. Un programa de urgencia social debe responder a esas necesidades.
Como punto de partida elementos como el no pago de la deuda, la expropiación de viviendas vacías de las entidades financieras, la nacionalización de los sectores estratégicos y de la banca bajo control social, despidos 0, la reforma agraria, el derecho de autodeterminación de los pueblos hasta sus últimas consecuencias, la ruptura con el régimen del 78 y sus instituciones, el aumento de los salarios al nivel del aumento del coste de la vida, el derecho a decidir de las mujeres, la lucha contra todo tipo de opresión ya sea por cuestiones de género, orientación sexual o procedencia, la independencia total con respecto al PSOE y con respecto a todas aquellas direcciones políticas que han aplicado políticas de recortes etc… deberían estar en el centro del debate. Se trata en definitiva de asumir que, para que paguen la crisis capitalista los que la han provocado, hay que poner fin al derecho de la patronal, de las entidades financieras y de los gobiernos de turno a disponer a su antojo de la vida de las clases populares buscando siempre su máximo beneficio particular. Frente a su supuesto derecho a acumular cada vez más riquezas en cada vez menos manos, hay que imponer el derecho que tiene la gente trabajadora y la juventud a vivir una vida digna con salarios dignos, con trabajos dignos, con viviendas dignas y con servicios públicos de calidad. Todo eso significa al final romper con la lógica de esta UE, que solo beneficia a la Europa de las grandes fortunas. Con esa UE no se puede negociar ni llegar a acuerdos. Así lo ha demostrado el caso griego. O impones un programa de ruptura o acabas asumiendo un memorándum austericida, como ya lo hiciera la derecha o el social-liberalismo.
Gane quién gane el 20D, habrá que reorganizar la movilización en todos los ámbitos para defender lo que es nuestro. El llamamiento al encuentro en Málaga el próximo 28 de noviembre es una buena oportunidad para empezar esa tarea aunque no será la única. No hay tiempo que perder.

en el plural.com :" Ya es un hecho: convocada una asamblea nacional para la escisión del los sectores críticos de Podemos
Convocan un encuentro de todos los disidentes del oficialismo de Podemos el día 28 de noviembre para "visibilizar un espacio político de ruptura"
Encabezamiento de la convocatoria a los críticos de Podemos del España en Málaga, el día 29 de noviembre
Encabezamiento de la convocatoria a los críticos de Podemos del España en Málaga, el día 29 de noviembre
ELPLURAL.COM informaba ayer de las graves disensiones internas que asolan a Podemos Andalucía. Distintos hechos, desde la opacidad en la elaboración de las candidaturas hasta los últimos fichajes, están poniendo a la formación de Pablo Iglesias en Andalucía al borde del abismo. La espita y la punta de lanza del movimiento crítico es sin duda la capital de la Costa del Sol. Desde Málaga, cuyo secretario general pone a disposición de la militancia su cargo este próximo domingo, se está nucleando una estrategia, obligada por los acontecimientos y el “corralito” de la dirección nacional.
Deriva “derechista”
Como anticipaba este medio, la escisión de los críticos a nivel de todo el Estado ante la deriva “derechista” de Podemos es algo no solo en ciernes, sino que va  a ser inmediato. Acaba de hacerse pública una convocatoria nacional para una reunión urgente de todos los activistas y militantes de Podemos desencantados con la deriva en la que se haya sumida la formación morada.

Llamamiento para una Encuentro nacional el día 28 y “crear un espacio político amplio y de ruptura”
En concreto la convocatoria a la que se adjunta un durísimo manifiesto, hace un llamamiento para que el día 28 de noviembre acudan “tod@s aquéll@s que cada vez se sienten menos identificados con estas dos alternativas, (Podemos e IU),  y quienes nunca lo estuvieron a un Encuentro en Málaga, el próximo 28 de noviembre”. Los vocablos de separación y escisión se sobreentienden claramente cuando afirman que “hay que visibilizar un espacio político amplio y de ruptura, que quiera estar presente en las instituciones pero que a la vez sepa que son sólo un instrumento más que debe estar al servicio de la movilización y que debe facilitar la autoorganización de la gente trabajadora y de la juventud.

Preparan el día después de las elecciones
Como anticipo de la futura estrategia razonan que se trata de “un llamamiento para encontrarnos tod@s aquell@s que pensamos que habría sido necesaria una candidatura electoral diferente el próximo 20D, pero no sólo. Un llamamiento para preparar ya el día después de las elecciones generales. De la premura de la iniciativa adoptada por los disidentes con Pablo Iglesias da cuenta el propio título del manifiesto y llamamiento: “No hay tiempo que perder”, lo han denominado. He aquí el manifiesto hecho público.
Reciente asamblea del sector crítico de Málaga, avanzadilla del encuentro nacional. Foto JLVS
Reciente asamblea del sector crítico de Málaga, avanzadilla del encuentro nacional. Foto JLVS


Manifiesto “No hay tiempo que perder”


Una situación insostenible
“La situación de emergencia social que padece la gente trabajadora en el Estado español desde el inicio de la crisis en 2008 es ya conocida por todo el mundo. A día de hoy hablamos de más de 4 millones de personas en paro, una tasa de desempleo del 22,5% y para los menores de 25 años de cerca del 50%. Según datos oficiales, 1 de cada 3 menores vive bajo el umbral de la pobreza mientras que 1 de cada 10 sufre pobreza severa. Entre el 2008 y el 2015, más de 600.000 familias perdieron su vivienda habitual. Este es el balance crudo de la crisis de este sistema capitalista: paro, pobreza y desahucios para l@s de siempre. No hay tiempo que perder.

Mientras tanto, existe el otro lado de la moneda. La crisis no ha afectado a todo el mundo por igual. Existen “ciudadanos” que siguen enriqueciéndose a costa de la mayoría. El Estado español es el segundo país más desigual de Europa, tan sólo por detrás de Letonia. Así pues, se calcula que el 1% de la población concentra más riqueza que el 70% más pobre. Ese 1% tiene nombre y apellidos. Son las grandes empresas del IBEX 35 cuyos beneficios aumentaron un 64% en 2014 ganando hasta 33.200 millones. Pero también son los grandes terratenientes andaluces (2%) que acumulan a día de hoy más del 50% de las tierras cultivables a la vez que acaparan la mayor parte de las ayudas europeas (100 millones de euros de la PAC en Andalucía). La crisis del sistema capitalista no parece haber golpeado a todo el mundo por igual. Mientras que el paro y la pobreza aumentan para la gente trabajadora, las empresas españolas de productos y servicios de lujo tiene proyectado cerrar el 2015 con un 6% de aumento en sus ventas con respecto a 2014, es decir 5.427 millones de euros. Mientras que los desahucios aumentan, el Estado Español tiene el 30% de las viviendas vacías de Europa y ha llevado a cabo una reducción del gasto público en vivienda de más del 50% entre 2008 y 2015. Esa radiografía muestra a las claras que es urgente acabar con esta situación injusta que se basa en el enriquecimiento de una minoría a costa del empobrecimiento de la mayoría. Es posible hacerlo.
Existen riquezas, lo sabemos porque las producimos a diario. Sin embargo, están mal repartidas. Se trata por tanto de asumir que, para mejorar nuestras vidas, es necesario cuestionar la legitimidad de unos pocos para acumular la mayor parte de las ganancias. Para ello no existen atajos. No se puede estar en los dos bandos a la vez. En el bando de l@s que padecen la crisis y en el bando de los que se aprovechan de la misma para seguir enriqueciéndose.
El líder de Podemos, Pablo Iglesias (c), junto a la candidata de Podemos a la Presidencia de la Junta de Andalucía, Teresa Rodríguez (d), posa con un hombre para un 'selfi`.Imagen: EFE
El líder de Podemos, Pablo Iglesias (c), junto a la candidata de Podemos a la Presidencia de la Junta de Andalucía, Teresa Rodríguez, ambos fuertemente cuestionados por el sector crítico EFE
PODEMOS y Unidad Popular: ¿alternativas para acabar con esa lógica?
Las candidaturas que se presentan a la izquierda del PSOE a las próximas elecciones generales del 20 de diciembre han optado por los atajos. Por no elegir con nitidez su bando y por no llevar a estas elecciones un programa de ruptura donde se ataque con claridad a los intereses de los que se han estado enriqueciendo y aprovechando de esta crisis. Para repartir las riquezas no existe otra forma de hacerlo. No se puede defender la sanidad, la educación o el empleo y sin embargo pretender pagar la deuda. Las dos cosas no son posibles.

Eso es justamente lo que pretende hacer la dirección de PODEMOS en estas próximas elecciones. Surfear entre dos aguas. Seguir en la senda de las anteriores candidaturas electorales de PODEMOS post-europeas. En las medidas aprobadas por un 4% de l@s inscrit@s (ya que a día de hoy aún no se conoce el programa definitivo de Podemos), ya no se habla de no pago de la deuda ni de reestructuración, ahora se habla de “flexibilizar los objetivos de deuda y déficit”. No deja claro si apuesta por la expropiación de las viviendas vacías de las entidades financieras (pues habla de “movilización” de las mismas), se omite cómo poner la tierra de los grandes terratenientes a beneficio de la gente trabajadora mediante una reforma agraria, no se habla de la expropiación de los sectores estratégicos ni de la banca privada para ponerlos al servicio de los que sufrimos la crisis. En lugar de preparar a l@s de abajo para ese escenario, la dirección de PODEMOS prefiere generar falsas ilusiones dejando creer que se pueden cambiar nuestras vidas solamente entrando en las instituciones. Por ello, se olvidan de la calle y de los círculos mientras que eligen a dedo a candidatos a diputados, que han justificado los bombardeos en Libia, como es el caso del ex Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), Julio Rodríguez, o que apoyaron el artículo 135 de la reforma de la Constitución como es el caso de Pérez-Royo. Sin embargo, de ese modo, sólo acabaran gestionando la miseria como tantos otros antes ya lo hicieron.
En cuanto a la candidatura de Unidad Popular, pasa algo parecido. La diferencia con PODEMOS es que la dirección de Unidad Popular – que no es otra que la de IU – ya ha demostrado la política que lleva a cabo y cómo entiende la pluralidad en su seno. IU ha visto en Unidad Popular una oportunidad de no desaparecer electoralmente y no la ha dejado pasar. Pero a parte del nombre, nada nuevo bajo el sol. El mismo programa y las mismas contradicciones cuando llegue la hora de formar gobiernos con el PSOE y de ponerse a gestionar los recortes por “imperativo legal”, como en la anterior legislatura en Andalucía. Se trata entonces de la política del mal menor, del posibilismo. Ya no se pueden evitar los recortes, ni mucho menos evitar el pago de la deuda. El propio cabeza de lista de Unidad Popular, Alberto Garzón, no tuvo ningún reparo en justificar los recortes de su partido, IU, cuando gobernaban juntos con el PSOE en Andalucía.
Frente a la dirección de PODEMOS que apoya sin fisuras el gobierno de Tsipras y de Syriza cuando aplica el memorándum de la miseria en Grecia o que se alinea con el PP, C’s y el PSC en Catalunya, y frente a la dirección de Unidad Popular que no tiene reparos en justificar los recortes cuando sea necesario como ya ocurriera en Andalucía, hay que buscar alternativas para acabar con la lógica del sistema capitalista. PODEMOS y Unidad Popular desde luego no lo son. Ya sabemos lo que harán antes de hacerlo. Eso no quiere decir que no haya compañer@s que tanto en una candidatura como en otra defiendan una política diferente a la de dichas direcciones. A tod@s ell@s les decimos que no hay tiempo que perder. Que independientemente de su voto el próximo 20D, hay que organizar desde ya una alternativa en la calle, ya que gobierne quien gobierne a partir del 21 de diciembre, la movilización social, y las huelgas en los centros de trabajo y de estudio, serán nuestra única garantía para defender los intereses de nuestro bando social. Tal y como se ha visto en Grecia, hay que insistir en que sólo se pueden defender los servicios públicos, el empleo, las pensiones, una vivienda digna, si se rompe con la lógica del sistema capitalista y con sus instituciones. No hay tiempo que perder.
Hay que levantar una alternativa política a los partidos que no quieren romper con el sistema capitalista
Hacemos un llamamiento a tod@s aquéll@s que cada vez se sienten menos identificad@s con estas dos alternativas y a aquéll@s que nunca lo estuvieron a un Encuentro en Málaga, el próximo 28 de noviembre. Hay que visibilizar un espacio político amplio y de ruptura, que quiera estar presente en las instituciones pero que a la vez sepa que son sólo un instrumento más que debe estar al servicio de la movilización y que debe facilitar la autoorganización de la gente trabajadora y de la juventud.

Un llamamiento para encontrarnos tod@s aquell@s que pensamos que habría sido necesaria una candidatura electoral diferente el próximo 20D, pero no sólo. Un llamamiento para preparar ya el día después de las elecciones generales. Ya que gane quien gane, deberemos removilizarnos si queremos defender nuestras conquistas sociales y parar esta sangría. Cualquier iniciativa que pretenda desde ya reagrupar a tod@s es@s activistas sociales, sindicalistas, militantes polític@s de tradiciones diversas que se han encontrado en el mismo bando durante las movilizaciones de las Mareas, en las huelgas en los centros de trabajo, en los barrios, en la lucha feminista, en el 15M, en las luchas juveniles y estudiantiles… sería un paso adelante enorme. No hay que despreciar esas oportunidades y mañana habrá que organizar nuevos llamamientos para incorporar a tod@s aquéll@s que se identifiquen con éste independientemente de haber estado comprometido con la candidatura que sea en estas elecciones.
Asamblea de Podemos Malaga
Asamblea de Podemos Málaga, germen de lo que está sucediendo en estos momentos en la formación morada. Foto JLVS
En definitiva, hacemos este llamamiento porque no hay tiempo que perder. Es necesaria una alternativa política que ponga sobre la mesa aquellos elementos que ni PODEMOS ni Unidad Popular están dispuestos a asumir. Una alternativa política que asuma un programa claramente de ruptura y de independencia con el régimen del 78, que no se límite a una segunda transición pactada. Un programa que anime al conjunto de la clase trabajadora y de la juventud a ponerse en movimiento y a movilizarse para su consecución. El bando de l@s que padecen la situación de emergencia social es el único que puede acabar con esa lógica de políticas de agresión social ya que es el único que tiene un verdadero interés en hacerlo. Un programa de urgencia social debe responder a esas necesidades.
Como punto de partida elementos como el no pago de la deuda, la expropiación de viviendas vacías de las entidades financieras, la nacionalización de los sectores estratégicos y de la banca bajo control social, despidos 0, la reforma agraria, el derecho de autodeterminación de los pueblos hasta sus últimas consecuencias, la ruptura con el régimen del 78 y sus instituciones, el aumento de los salarios al nivel del aumento del coste de la vida, el derecho a decidir de las mujeres, la lucha contra todo tipo de opresión ya sea por cuestiones de género, orientación sexual o procedencia, la independencia total con respecto al PSOE y con respecto a todas aquellas direcciones políticas que han aplicado políticas de recortes etc… deberían estar en el centro del debate. Se trata en definitiva de asumir que, para que paguen la crisis capitalista los que la han provocado, hay que poner fin al derecho de la patronal, de las entidades financieras y de los gobiernos de turno a disponer a su antojo de la vida de las clases populares buscando siempre su máximo beneficio particular. Frente a su supuesto derecho a acumular cada vez más riquezas en cada vez menos manos, hay que imponer el derecho que tiene la gente trabajadora y la juventud a vivir una vida digna con salarios dignos, con trabajos dignos, con viviendas dignas y con servicios públicos de calidad. Todo eso significa al final romper con la lógica de esta UE, que solo beneficia a la Europa de las grandes fortunas. Con esa UE no se puede negociar ni llegar a acuerdos. Así lo ha demostrado el caso griego. O impones un programa de ruptura o acabas asumiendo un memorándum austericida, como ya lo hiciera la derecha o el social-liberalismo.
Gane quién gane el 20D, habrá que reorganizar la movilización en todos los ámbitos para defender lo que es nuestro. El llamamiento al encuentro en Málaga el próximo 28 de noviembre es una buena oportunidad para empezar esa tarea aunque no será la única. No hay tiempo que perder“.
ENCUENTRO 28N EN MÁLAGA

Avancemos en poner en pie una alternativa de clase, internacionalista y anticapitalista

El próximo 28 de noviembre diversas organizaciones políticas, activistas y miembros críticos de Podemos han convocado un encuentro en la ciudad de Málaga bajo el lema “No hay tiempo que perder”.

ersión móvi


Según el manifiesto de dicha convocatoria, el objetivo es abrir un espacio que se proponga construir una alternativa política a Podemos y Unidad Popular (IU), las dos candidaturas a la izquierda del PSOE que se presentaran a las elecciones generales del 20D. Los convocantes hacen una crítica a estos dos proyectos políticos que compartimos en gran medida.
Critican cómo el partido de Pablo Iglesias ha abandonado demandas que estaban presentes al inicio de la andadura de esta nueva formación, como las relativas a la deuda, el abandono de la expropiación de viviendas en manos de la banca o avanzar en la reforma agraria sobre los intereses de los grandes terratenientes.
También critica la estrategia de que la única vía de cambio sea la entrada en las instituciones y el abandono de la movilización social, o la política de fichajes que incluye al ex-JEMAD Julio Rodríguez o al defensor de la reforma del artículo 135 de la Constitución Pérez-Royo, aunque este último ha terminado renunciando el ofrecimiento de ir en las listas de Podemos.
En el caso de Unidad Popular, señalan correctamente cómo su dirección no es otra que la de IU. Al programa levantado por la lista de Alberto Garzón, similar en lo esencial al de Iglesias, se suma el historial de esta coalición en la gestión de los recortes, como ocurrió en los últimos años en la Junta de Andalucía junto al PSOE.
Tanto una como otra candidatura levantan un programa que se niega a atacar “con claridad los intereses de los que se han estado enriqueciendo y aprovechando de esta crisis”. Ambas dan apoyo político al gobierno de Alexis Tsipras en Grecia y su aplicación del nuevo memorándum y se han alineado con el frente españolista ante el proceso catalán, adelantando qué se puede esperar de lo que harán después del 20D.
Todas estas críticas nos parecen justas y acertadas, y van en el mismo sentido de las que venimos haciendo desde Clase contra Clase a estos dos proyectos políticos representantes de un nuevo y un viejo reformismo de gestión del capitalismo.
La derechización de Podemos de los últimos 18 meses -desde las elecciones europeas- ha ido generando un creciente malestar entre muchos de los que lo vieron como un proyecto capaz de abrir el camino a una superación del régimen del ’78 y una salida a la crisis capitalista en favor de los trabajadores y las clases populares. Una deriva a la que, internamente, se ha sumado un proceso de jerarquización burocrática de la organización que ha impedido todo debate serio.
Sin embargo, no creemos que una cosa y la otra hayan sido “revisiones” del proyecto original. El propio proyecto inicial de Podemos levantaba un programa que, aun planteando denuncias a la casta política y a las desigualdades económicas, lo hacía en clave de reforma de lo existente y por medio de los mecanismos de representación del actual régimen. La apuesta de Pablo Iglesias y su núcleo por la video-política o los plebiscitos telemáticos desde el minuto cero, y no por el desarrollo de un partido anclado en los centros de trabajo, estudio y barrios, abría el camino a la deriva autoritaria que ha terminado por liquidar la vida interna.
Respecto a su relación con la movilización, éste ha actuado desde el comienzo como un elemento pasivizador de la misma, colaborando con el desvío de la indignación extendida desde 2011, de la calles hacia las ilusiones electorales. Una tarea en la que objetivamente Podemos actuó como aliado de las burocracias sindicales, que tuvieron el papel preponderante en el bloqueo de toda dinámica ascendente de la lucha de clases.
Por último, consideramos que los límites de ambos proyectos reformistas no se plasman solamente en su incapacidad para resolver los grandes problemas sociales. El Régimen del ‘78 presenta las elecciones del 20D como un punto de inflexión en sus crisis, tras las que intentará imponer un proyecto de restauración y regeneración democrática para sobrevivirse. Este no es solo el proyecto del PSOE, PP y Cs: tanto Podemos como Izquierda Unida encarnan el ala izquierda de este nuevo regeneracionismo burgués. Ese es el significado del giro al centro de Pablo Iglesias o de su escandalosa política de fichajes y declaraciones pensadas para contentar al establishment.
La convocatoria al Encuentro llama a organizar una alternativa “desde la calle” y la movilización social -sin renunciar a que ésta llegue a tener una expresión electoral en el futuro-, que dé sus primeros pasos antes de las elecciones generales, pero con la mirada puesta en el 21D y la necesidad de retomar el camino de la lucha “rompiendo con la lógica del sistema capitalista y sus instituciones”. Un llamamiento que está abierto a “activistas sociales, sindicalistas, militantes polític@s de tradiciones diversas que se han encontrado en el mismo bando durante las movilizaciones de las Mareas, en las huelgas en los centros de trabajo, en los barrios, en la lucha feminista, en el 15M, en las luchas juveniles y estudiantiles…”.
Creemos que es un buen primer paso en el agrupamiento de aquellos sectores que se orientan hacia una salida anticapitalista y de clase, tanto para resolver los graves problemas sociales, como para dar solución a las grandes demandas democráticas que se vienen expresando en la calle desde el 15M, desde la denuncia de la casta y la corrupción, hasta el fin de la Monarquía o el derecho de autodeterminación de las nacionalidades.
En ese mismo sentido nos pronunciábamos recientemente en nuestra declaración ante la convocatoria de elecciones generales. Entonces señalábamos como la “situación hace que sea necesario y urgente dar pasos en la conformación de una alternativa política a los proyectos del nuevo y el viejo reformismo de izquierda. Las organizaciones que nos reivindicamos de la izquierda obrera y anticapitalista, junto a sectores de están abandonado Podemos o IU y los jóvenes y trabajadores que ya están haciendo una experiencia con estas formaciones o los gobiernos del cambio en muchas ciudades, tenemos el desafío de dar pasos en un agrupamiento que se proponga abordar las tareas del momento desde una perspectiva anticapitalista y de clase.”
Sobre los ejes programáticos que debería tener un agrupamiento de este tipo los convocantes al encuentro señalan algunos como “punto de partida”, tales como el “no pago de la deuda, la expropiación de viviendas vacías de las entidades financieras, la nacionalización de los sectores estratégicos y de la banca bajo control social, despidos 0, la reforma agraria, el derecho de autodeterminación de los pueblos hasta sus últimas consecuencias, la ruptura con el régimen del 78 y sus instituciones, el aumento de los salarios al nivel del aumento del coste de la vida, el derecho a decidir de las mujeres, la lucha contra todo tipo de opresión ya sea por cuestiones de género, orientación sexual o procedencia, la independencia total con respecto al PSOE y con respecto a todas aquellas direcciones políticas que han aplicado políticas de recortes, etc…”.
Nos parece una buena base para empezar la discusión. A la vez, creemos que hay otros ejes de contenido que son centrales y que se emanan de las mismas tareas que plantea la compleja situación política del Estado español.
El primero y más urgente es una clara posición ante las elecciones del 20D que permita que emerja con personalidad un sector que levante la bandera de la independencia política de los trabajadores y el anticapitalismo. Durante la campaña electoral las formaciones reformistas van a estar a la ofensiva haciendo defensa de sus respectivos proyectos, un espacio como el que nos proponemos construir debería aprovechar esa misma coyuntura para exponer una alternativa en forma de una pelea por el voto nulo, en blanco o la abstención.
En segundo lugar, un agrupamiento como éste va a tener como primera tarea el combate contra los intentos de organizar una “segunda Transición” que se preparan después del 20D. Para ello, la pelea por demandas democráticas como las que se vienen planteando en la calle desde el 15M -proceso constituyente, derecho de autodeterminación, repudio a la “casta política”, entre otras-, debemos tomarla desde una perspectiva que la ligue a su consecución por medio de la movilización social de la clase trabajadora y como parte indisoluble de la lucha contra el capitalismo y el Régimen del ‘78. En este sentido la situación abierta en Catalunya exige pelear en todo el Estado contra la ofensiva españolista en curso contra el derecho a decidir, a la vez que apoyamos la pelea por el derecho a la autodeterminación desde una perspectiva de total independencia política de la burguesía catalana.
El tercer eje que consideramos central es que debe ser un movimiento que se plantee como tarea prioritaria dentro del campo de la movilización social contribuir a que la clase trabajadora entre en escena con sus propios métodos de lucha. Esto implica ante todo una denuncia y pelea sin cuartel a las burocracias sindicales de todo tipo, que vienen actuando desde que comenzó la crisis como uno de los más fieles sostenes del Régimen y por la recuperación de los grandes sindicatos como herramientas de organización y lucha. Y junto con ello, la lucha por la democracia obrera, por la unidad de todos los sectores de la clase, porque las demandas de los sectores más explotados y oprimidos sean asumidas por el conjunto del movimiento obrero, y por un programa anticapitalista que sea una alternativa a las políticas redistributivas de la renta, planteando abiertamente la necesidad de “expropiar a los expropiadores”, nacionalizando las industrias y servicios estratégicos bajo control de los trabajadores.
Por último, la situación abierta tras los atentados del 13N en París plantea una tarea internacionalista ineludible. La reacción guerrerista de Hollande amenaza con profundizar el giro reaccionario en el continente, con más intervenciones imperialistas, ataques a las libertades democráticas, medidas contra los refugiados y políticas racistas e islamófobas contra la población inmigrante. En este contexto es imprescindible que la izquierda de clase y anticapitalista reaccionemos en todo el continente ante las posiciones claudicantes del reformismo (como el Front de Gauche en Francia, Syriza en Grecia o Podemos y su candidato-general aquí en el Estado español), tomando como una tarea prioritaria impulsar un gran movimiento contra las operaciones imperialistas, por los derechos democráticos que se están recortando en nombre de la lucha contra el terrorismo, por los derechos de los refugiados e inmigrantes y contra todas las políticas racistas y xenófobas.
Un movimiento que se plantee tanto el combate contra la UE del capital y la guerra, como las “vueltas al Estado nación” planteadas por la extrema derecha y a la que hacen el juego otras versiones “soberanistas de izquierda” que defienden salidas “nacionales” impotentes ante estos grandes problemas. En un momento como el actual, a nuestro entender gana peso la pelea por una Europa de los trabajadores que permita combatir a la reaccionaria UE desde el internacionalismo y la perspectiva de conquistar gobiernos de trabajadores en todos los países.
Por todo ello, desde Clase contra Clase saludamos esta iniciativa, de la que participaremos en la medida de nuestras posibilidades. Entendemos que puede ser un primer paso y que debemos darle continuidad tanto en los debates programáticos como en los acuerdos sobre cómo intervenir en común ante las tareas que plantea la actual situación política y del movimiento obrero. Y particularmente, en la tarea de preparar en los próximos meses un nuevo encuentro estatal en Madrid que facilite la participación desde todos los lugares del Estado



HAY QUE ROMPER CON LA INERCIA QUE LLEVA SEGUIR AL REFORMISMO Y NI ESO PUEDEN PRACTICAR YA, DEL PCE,....ETC,...EN https://encuentrocomunista.wordpress.com/2015/10/Mes: octubre 2015

El 22 de Octubre Volvemos a las calles: Pan, Trabajo, Techo y Dignidad


Fuente: http://marchasdeladignidad.org/el-22-de-octubre-volvemos-a-las-calles-pan-trabajo-techo-dignidad/
No al pago de la deuda
#VolvemosALasCalles22O 
Las Marchas de la Dignidad vuelven a las calles para demostrar la fuerza del pueblo frente al poder económico. Organizando diversas movilizaciones y acciones por todo el estado para visualizar el robo de las conquistas sociales de las clases populares. Para las Marchas de la Dignidad la movilización es la acción de unidad popular más enérgica para la transformación política y social.

Después de las últimas movilizaciones toca volver a salir a las calles. Nada ha cambiado. Las consecuencias de la crisis se siguen agudizando con las políticas de recortes impuestas por la troika contra la mayoría social trabajadora.
La propaganda con el mensaje de una sociedad idílica que propaga el Partido Popular y los poderes económicos y mediáticos que lo apoyan, defensores de este régimen monárquico, no se corresponden para nada con nuestra realidad diaria.

Nos dejan sin trabajo, sin casa, sin sanidad, sin pensiones, sin educación, sin estudios, sin futuro y sin vida

Mientras tanto se regalan cientos de miles de millones a la banca transformándola en deuda pública que pagamos las trabajadoras. La reforma del artículo 135 de la constitución, que prioriza el pago de la deuda a los especuladores al bienestar y los derechos de la mayoría social, hipoteca la soberanía popular a los dictados de la UE, del BCE y el FMI.
Quieren pagar su deuda a costa de nuestros servicios públicos, nuestros derechos y nuestro empobrecimiento. La descomposición del régimen del 78 y su constitución que no reconoce los derechos de las personas, los pueblos y naciones del estado, es hoy un papel mojado en cuanto a derechos y las libertades.
Pretenden condenarnos. La única salida que nos proporcionan es seguir manteniendo los beneficios de los mismos que nos han llevado a este estado de excepción social en detrimento de las clases populares, cerrando empresas, dejando a sus trabajadores en la calle, adueñándose de nuestras viviendas y reduciendo nuestras pensiones.
Las tasas de paro alcanzan niveles escandalosos de más del 24% haciéndose más patentes en las mujeres (la brecha salarial alcanza el 24%) y la juventud (más del 50%). Cerca de tres millones de personas carecen de ingresos afectando a más de medio millón de hogares. La figura del trabajador pobre es ya hoy una realidad a través de la precariedad laboral.
Nadie tiene por qué aceptar condiciones laborales de precariedad y esclavitud. Es necesario que se reconozca el derecho a la subsistencia proclamado en la Declaración Universal de los DDHH, por medio de un ingreso básico garantizado.
La vivienda ha sido uno de los principales bienes de extracción de renta de los y las trabajadoras. Se convierte una necesidad básica en un bien para mercadear y especular. La solución al problema no pasa por la propiedad y el mercadeo si no por una iniciativa pública, democrática y al servicio del pueblo.
Ante ello y como respuesta a la movilización social contra estas criminales políticas, el gobierno aumenta la represión contra el pueblo. Las distintas leyes de represión tienen por objeto recortar los derechos y libertades. Pretenden silenciar la voz de los pueblos que sufren y a los que empobrecen como medio para la dominación y explotación.
Las intervenciones de la OTAN en distintos puntos del mundo son las responsables del drama de los refugiados. Generando guerras imperialistas y haciéndonos cómplices de las masacres a otros pueblos. Las soluciones al fenómeno migratorio que se están produciendo son estrictamente represivas, policiales y violan los derechos humanos fundamentales de las personas.
¿Hasta cuándo vamos a seguir aguantando?, es hora de retomar las calles, ponerse en pie y decir basta, solo la organización, la participación y la lucha podrán abrirnos las puertas de un mañana mejor.
Exigimos:
  • No al pago de la deuda, ilegal, ilegitima y odiosa. No a la Europa del Capital.
  • Por el trabajo y el salario digno, empleo estable. Recuperemos los derechos –sociales y laborales- robados a la clase trabajadora.
  • Contra la precarización laboral y social, no a las reformas laborales.
  • Por el derecho a la renta básica.
  • Defensa de los servicios 100% públicos para todos y todas (educación, sanidad, servicios básicos, etc.)
  • Por el derecho a decidir de las personas, los pueblos y las naciones del estado en los aspectos que atañen a su vida y futuro.
  • Por la defensa de los derechos de la mujer y la lucha contra la violencia de género.
  • Por un futuro digno para la juventud que no le obligue al exilio o la migración.
  • Contra la represión. Derogación de las leyes represivas y absolución y libertad de los represaliados por motivos políticos.
  • No a los tratados entre gobiernos y trasnacionales contra los derechos sociales. No al TTIP.
  • Por el derecho a la vivienda. Por la garantía de los servicios básicos de luz, agua y gas.
  • No a la OTAN.
  • Derechos para todas, ningún ser humanos es ilegal.
  • Por los derechos ambientales, ¡No al Fracking!
  • Por la gestión democrática y participada de nuestras vidas, contra la corrupción del sistema.

22 octubre: Marchas de la dignidad.
22 octubre: Marchas de la dignidad.

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Movilizaciones

Nos hacemos eco de las movilizaciones convocadas próximamente por otras organizaciones y plataformas.


22 octubre: Marchas de la dignidad.
22 octubre: Marchas de la dignidad.



concentracion-24-octubre1
24 octubre: Concentración No a las guerras, no a las maniobras de la OTAN.



7 noviembre marcha violencias
7 noviembre: Marcha estatal contra las violencias machistas.

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Mi valoración personal de la reunión del EEC (Espacio de Encuentro Comunista), del 26-S.

@VigneVT

Mi valoración personal de la reunión del EEC (Espacio de Encuentro Comunista), del 26-S.

Imagen: Treptower Park (o Treptower Memorial) Berlín
Flickr Images of Communism
Lo que sigue es una valoración-reflexión muy personal y subjetiva de la reunión del EEC el pasado 26 de septiembre.
Encontrar lo que nos une
Acerca de los comunistas, alguien me decía hace poco: “camarada es la gente de tu partido; los demás solo son compañeros”. ¿Será?
En absoluto estoy de acuerdo con esta lectura tan restrictiva que se me antoja corta de miras y que desde un malsano corporativismo de partido, desdibuja lo que significa la identidad política comunista. Hasta diría que es una valoración políticamente nociva. Para un comunista, “camarada” no solo es (o al menos no debiera ser) aquel que milita en su misma organización; también lo es el que, compartiendo el corpus de ideas básicas, milita en otras organizaciones o incluso no está integrado en partido alguno. A pesar de las contradicciones, enfrentamientos, fragmentaciones patológicas, fobias, desencuentros frecuentes, animadversiones enquistadas… entre los comunistas, existe una fraternidad básica que emerge de ideas compartidas (esfera racional) y de sentimientos profundos (esfera emotiva), y que conduce a identificarnos como fraternos cuando nos encontramos. Porque hasta sería contradictorio ser internacionalistas hasta la médula como somos, y a la vez no ser capaces de ver más allá del estrecho marco que circunscriben los partidos concretos por muy importantes y valiosos que sean algunos de estos.
Hago esta reflexión porque si alguno me pregunta por el EEC (Espacio de Encuentro Comunista) del pasado día 26 de septiembre, si tuviese que resumirlo yendo a la esencia, diría: nos hemos encontrado camaradas que se han reconocido como iguales entre sí, por encima de cualquier otra diferencia y circunstancia. ¿En serio os parece poco?
Aquellos que parecen abonados a la queja por la queja, a la permanente insatisfacción y que hasta se declaran en divorcio con su propia sombra cuando la contemplan, esto les parecerá poco, insignificante. Cuando publiqué la entrada ¿Por qué apoyo el encuentro comunista de Madrid?, alguien en un comentario despectivo se planteaba si esto iba de “Una asamblea amorfa, un simple espacio de debate, otro grupo de terapia psicológica al estilo de lo que fueron las asambleas del 15-M”. No creo que la mayoría de los comunistas necesiten esa “terapia psicológica”, entre otras cosas porque la fortaleza mental es un rasgo que les caracteriza; si acaso algunos necesitasen tal terapia (los menos) serían aquellos que son muy dados al ‘yo tengo la verdad absoluta y todos los demás están equivocados’, y cuya existencia transcurre focalizada más en el mundo onírico que en el mundo real.
Sin embargo, una de los aspectos más notables del EEC es que todos tienen cabida en él, también estos últimos. Y para que esto resulte factible, todos deben hacer un esfuerzo por dejar el cuchillo en casa y asumir que encontrarse significa estar dispuestos a un diálogo honesto, sosegado y muy respetuoso, desde una voluntad de generosidad, escuchando a los demás e intentando comprender los puntos de vista de otros que a lo mejor no son los puntos de vista propios. Asumir esto conduce a que podamos encontrar lo que nos une, que es mucho más que lo que nos separaTal es la filosofía práctica que creo haber visto en la reunión del EEC y en la razón de ser de la iniciativa. Y a quien tenga la tentación de pensar que esto es poco, le pregunto: ¿cuándo se ha hecho algo así? Por ello me parece un planteamiento novedoso y necesario hoy más que nunca.
Como iniciativa abierta, lógicamente el EEC necesita ir ajustándose, perfilándose, tomando forma. Es posible que el que haya asistido haya percibido (quizás) el conjunto de intervenciones de los asistentes como una mezcolanza de ideas muy variadas y dispares, sin un hilo conductor sólido, con cierta ausencia de nitidez… Pero esto es precisamente una consecuencia del carácter abierto y una garantía de que el EEC irá tomando forma colectivamente, sin los clásicos personalismos que actúan desde trastiendas y escenarios opacos. En este sentido, a pesar del ruego inicial de que las intervenciones se ciñesen a los temas, habló el que quiso y expresó lo que consideró oportuno. De esta forma se pudo percibir el juego diverso de expectativas  y posicionamientos bastante variados. No deja de ser positivo y necesario, ya que en una primera reunión me parece importante que cada cual haya puesto sobre la mesa lo que piensa y espera, aunque en ocasiones haya quien se desvíe del punto a tratar .
El peso de Madrid
Siendo la reunión en Madrid, es lógico que se notase una fuerte presencia de militantes y ex-militantes madrileños. Lo cual no deja de ofrecer un cierto riesgo que estoy seguro que el EEC sabrá neutralizar. Madrid siempre ha sido muy importante para la izquierda, ya desde los tiempos de la Transición. Pero también desde siempre, la izquierda madrileña (hablo de izquierda en general) se ha caracterizado por vivir en el lío y conflicto crónico. Algunos de los problemas que afectaron y/o afectan a la izquierda madrileña es cierto que competen a todos y que trascienden el marco madrileño, pero hay otros muchos problemas que son estrictamente locales y que no deben de tener proyección sobre el conjunto. La expansión del EEC en otras comunidades debe evitar este sesgo madrileño y por lo que vi y escuché creo que hay conciencia y voluntad del EEC por impedir que se dé. [Nota autocrítica: es verdad que a los que somos de otras comunidades nos gusta hablar de los líos de Madrid y del “manicomio” político que a veces parece la izquierda madrileña desde la Transición. Pero también es vedad otra cosa: que en todas partes cuecen habas y que lo que criticamos a la izquierda madrileña se da también en otros muchos sitios sin que le otorguemos la misma atención.]
¿En búsqueda del partido perdido?
Entre las numerosas intervenciones, se escucharon algunas voces que lo que venían a expresar era la necesidad de construir un partido comunista, un planteamiento que me parece equívoco. Dos cosas sobre esto:
Por un lado, creo que el EEC ha dejado claro que la construcción de un partido no es el objetivo, como tampoco lo es presentarse a unas elecciones. En tanto que herramienta colectiva que sea capaz de articular a militantes y no militantes, el EEC no puede ser un partido. Así lo entendí y me parece muy correcto.
Por otro lado, entiendo que muchos camaradas tengan cierto sentimiento de orfandad de partido o que, simplemente, rechazando lo que hay, aspiren a formar parte de un partido que les convenza y que todavía no existe. Pero se llamarían a engaño si viesen en el EEC la posibilidad de satisfacer estas aspiraciones. Aunque el EEC deba afrontar ahora cómo resolver la forma de organizarse, el camino a construir no corresponde con lo que muchos de estos camaradas pueden estar esperando, de manera que es importante que comprendan que el EEC ni es (o no debiera ser) el sustituto ni del partido perdido ni del partido añorado o deseado. Esta cuestión me parece fundamental.
El EEC, ¿incompatible con la militancia en partidos?
Ligado a lo anterior está la duda de si la pertenencia al EEC es compatible o no con la militancia en un partido determinado. De hecho hay personas que me lo preguntan. Después de la reunión del 26-S, entiendo que se ratifica la idea expresada en la convocatoria: el EEC está abierto a militantes y no militantes, ya que se pretende construir un marco integrador. Poco importa que se tenga un carnet o no.
Sin embargo, observando que muchos de los asistentes eran o fueron hasta hace poco militantes (algunos seguimos siéndolo), me parece esencial tener muy en cuenta que cada uno de nosotros llega a título estrictamente personal. Nos encontramos personas, camaradas, que precisamente pensamos que para que tal encuentro sea factible debemos trascender el estricto y limitado marco corporativo de partido. Buscamos una herramienta más allá de los partidos y de la vida política centrada en dinámicas electorales.
El difícil problema a resolver, un problema de todos.
Es obvio que un comunista aspira a construir una sociedad socialista. Por mucho que se maquille y ofrezca rostro seductor, rechazamos cualquier forma de capitalismo. Pero el gran problema a resolver es cómo hacerlo. Tenemos muy claro que nos encontramos en “A” y que queremos llegar a “B”, pero nadie a día de hoy tiene una idea concreta de cómo llegar desde A hasta B; es decir, del camino a recorrer entre A y B. Y casi diría que afrontar este problema es la gran razón de ser del EEC, siendo un problema que debemos resolver colectivamente y que en absoluto resulta fácil.
El griego Antonis publicaba no hace mucho un artículo enleninreloaded.blogspot.pt y que publicamos traducido en el blog del viejo topo con el título ¿Qué es “la Izquierda”? Diez observaciones”. Básicamente lo que plantea el autor es el callejón sin salida en el que se encuentra la izquierda: entre un reformismo fracasado que aunque se plantee ser transitivo (teóricas transiciones largas y muy lentas hacia el socialismo) lo cierto es que acaba fortaleciendo la maquinaria de dominación capitalista una y otra vez, y las dificultades aparentemente insalvables de operar una ruptura. ¡Difícil problema a resolver! En el fondo se trata de lo que decía más arriba: cómo trazar un camino concreto, creíble, empírico, verificable… entre A y B.
No es fácil saber cómo podemos romper ese nudo gordiano, cómo solucionar el problema. Ningún partido tiene la solución más allá del plano retórico. Pero de algo sí estoy seguro: solo colectivamente seremos capaces de encontrar una salida. Y ello requiere que previamente… ¡nos encontremos! Y es precisamente esto una de las mayores fortalezas potenciales que tiene el EEC.
Profundizar en la cultura comunista
Hace poco, en “Contra la izquierda. La izquierda como problema de la izquierda”, planteaba las carencias de la cultura política que nos caracteriza a los comunistas y a la izquierda en general. Una idea por muy buena que sea, al final el factor humano es el decisivo porque las ideas no se desarrollan solas.
Quizás por mi condición de antropólogo, la cuestión de la cultura política me interesa y preocupa especialmente. Necesitamos profundizar, pulir, mejorar, desarrollar… una cultura política acorde con la naturaleza anticapitalista de la izquierda comunista. Si somos sinceros, deberíamos reconocer que este factor falla una y otra vez, aunque luego nos guste culpar a otros de nuestros males.
Precisamente por lo que acabo de decir, creo que el EEC pudiera llegar a ser el germen de esa nueva cultura política que necesitamos (nueva no porque sea nueva, sino porque debe ser sustancialmente mejorada y desarrollada). En Madrid percibí pinceladas de esto, flashes de esas necesarias coordenadas en las que deben estar la cultura política comunista. Y aunque soy consciente de que muchos despreciarán esto que digo, estoy convencido de que precisamente tal debe ser el punto de partida (además, por supuesto, de un posicinamiento político básico y compartido).
Nico García Pedrajas, a quien me encantó conocer (lo mismo que al resto de los camaradas que no conocía), lo expresaba muy bien en “Una reflexión sobre la primera reunión del Espacio de encuentro comunista: No estamos solos“:
la necesidad de recuperar la cultura de la colaboración entre camaradas. Estamos demasiado acostumbrados al recelo y la desconfianza y a ahondar en las diferencias en lugar de preocuparnos en lo que nos une.
*  *  *
Pretendía escribir una especie de crónica de la reunión del ECC. Me temo que me ha salido otra cosa distinta, un cuadro expresionista a base de pinceladas que vienen a expresar mi valoración pero sobre todo la reflexión que puedo realizar a raíz del encuentro del 26-S.
Sinceramente creo que necesitábamos algo así y ahora toca que el ECC vaya tomando forma y se vaya perfilando. Si somos capaces de cambiar el chip, de pensar y actuar desde esa cultura de la colaboración que menciona Nico, entonces estoy seguro que estaríamos comenzando a construir una poderosa herramienta de transformación.
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Los neofeminismos capitalistas de la desigualdad, ¿mejores pero separadas?

Por Mariola García Pedrajas
En la larga noche ideológica que ha vivido (¿vive?) la izquierda occidental, aparentemente la única que se tragó aquello del fin de las ideologías y en su inmensa mayoría renunció a continuar con su propia batalla de las ideas, aquellos que promovieron tal idea, la del fin de las ideologías, han seguido por el contrario muy ocupados intentando crear tanto consenso como sea posible en torno a las opiniones que favorecen los intereses que representan. Como ninguna izquierda de peso se dedicaba a seguir construyendo una senda propia y al final por algún sitio hay que transitar, digan lo que digan no hay práctica sin teoría, la izquierda lleva tiempo andando alegremente por senda ajena. Es esta la senda construida con mimo por el propio sistema desde susthink tanks, fundamentalmente los que se trabajan el ala izquierda con la intención de asegurarse que no existan espacios desde los que se cuestione lo principal, el propio sistema capitalista. Uno de los temas en los que parecen haber conseguido crear un nivel importante de consenso en torno a unas posiciones que son perfectamente compatibles con la explotación capitalista es el de la lucha por la igualdad de la mujer.
En los tiempos de la lucha contra la segregación racial en EEUU los racistas se inventaron aquello de “iguales pero separados”, decían no oponerse a la igualdad de derechos entre negros y blancos pero señalaban que eran mundos distintos y había que luchar por la igualdad pero manteniendo esos dos mundos en su estado natural que era el de la separación. El sistema se ha inventado, y promueve constantemente, un supuesto feminismo basado en una argumentación similar, sólo que dando un pasito más allá y actuando en buena lógica de publicidad empresarial, y así surgió el “mejores pero separadas”. Evidentemente si quieres que las mujeres te compren el producto, sin preguntarse qué hay debajo del envoltorio, que mejor táctica que hacerles la pelota. Y lo cierto es que el “mejores pero separadas” le funciona de maravilla al sistema en todos los sentidos, es eso de lo que tanto les gusta hablar a los anglosajones, una situación win-win. Por un lado es una argumentación que los hombres en la izquierda que quieren pasar por defensores de la igualdad sin complicarse para nada son raudos en adoptar. No tienen empacho alguno en proclamar que las mujeres somos más mejores, más listas y más todo, y como se supone que el análisis de las desigualdades y la organización de la lucha en este tema recae enteramente en las mujeres, ya que ellos no pueden entenderlo, pues tan ricamente y a otra cosa mariposa. En cuanto a las mujeres, acostumbradas a discriminaciones y desigualdades pues la idea de que somos mejores debería reconfortarnos, ¿verdad? ¡Para qué queremos más! Vamos, todo un éxito publicitario en la izquierda. Lo que me desanima es que en tiempos del muy racista “iguales pero separados” había todo un movimiento, con su batalla de las ideas, que exponía con claridad como el “separados” llevaba implícita la desigualdad pero, ¿qué movimientos hay ahora que hagan la misma tarea y expongan las trampas del “separadas” (aunque mejores por supuesto)?
A mí ya de entrada en este argumento de que “somos mejores” y “lo hacemos mejor” hay algo que desde siempre me ha chirriado mucho y me resulta de los menos igualitario. ¿Solo se nos deben dar las mismas oportunidades que a los hombres porque se supone que lo vamos a hacer mejor? ¿Y si resulta que en conjunto lo hacemos igual, de bien o de mal? ¿Entonces no? A ver si me explico, yo no creo que deba tener las mismas oportunidades de contribuir con mis capacidades que un hombre porque piense que lo voy a hacer mejor que un hombre sinoaunque al final lo acabe haciendo tan rematadamente mal como lo hacen la mayoría de los hombres, esa es la igualdad y esas son las muchas limitaciones del ser humano. Pero no esperen que desde los laboratorios de pensamiento del propio sistema se haga ningún tipo de análisis crítico de sus neofeminismos. Poco les importa si lo que promueven lleva o no implícita la semilla de la desigualdad, ya que el objetivo último que se persigue no es promover una sociedad más igualitaria sino restringir la lucha por la igualdad de la mujer a aquellos aspectos que sean perfectamente compatibles con el sistema capitalista.
Siento este el verdadero objetivo, se fomenta mucho el asociar la idea de lucha por la igualdad con la de que haya mujeres que alcancen lo que se considera el éxito dentro de la sociedad capitalista. Se fomenta apoyar cualquier “logro” de una mujer. Hace no mucho tiempo me di de bruces con un documental en el que estaban analizando la promoción de modelos entre las jóvenes de hoy que las lleva a estar obsesionadas con el físico. Se analizaba la cosificación de la mujer en la sociedad sexista, todo muy bien y muy interesante y una postura que compartía. A continuación las autoras del documental pasaron a exponer qué tipo de mujeres consideraban que serían los modelos adecuados a promover entre las jóvenes. Afirmaban que debían ser mujeres cuyos “éxitos” no estuvieran relacionados con el físico, ¡ como Hillary Clinton y Condoleezza Rice! Yo creo que no debemos ser muy duros con las mujeres de Libia si no muestran un entusiasmo exagerado ante el “modelo” Hillary Clinton. Esa gran mujer que tras la destrucción de Libia y el asesinato de Gadafi exclamó como un Julio Cesar cualquiera, aún embargada por la emoción ante tan resonante triunfo imperial, “Vinimos, vimos y él murió”. Tampoco debemos enfadarnoss mucho si la emoción que expresan las mujeres iraquíes ante el “modelo” Condoleezza Rice es igualmente limitada, a cientos de miles de ellas los suyos, los de la Rice, le trajeron la misma igualdad que paz traen, la de los cementerios. El sistema capitalista y el imperialismo soportan perfectamente a una mujer en puestos importantes de gestión, si no que se lo digan a Margaret Thatcher o Angela Merkel. No solo lo soportan perfectamente sino que hasta le encuentra utilidad, mientras la explotación no hace sino intensificarse se promueve la idea de que las mujeres en occidente cada vez “estamos más cerca” “fíjate hasta donde podemos llegar”. Vamos, más o menos como argumentar en su día que en una plantación de esclavos se estaba avanzando en la igualdad racial porque un negro había sido ascendido al importante puesto de supervisar los latigazos a los esclavos díscolos, mientras que en otras plantaciones ese importante cargo lo seguía ocupando un blanco.
Dirán que muchas mujeres de la izquierda adeptas al “mejores pero separadas” no llegarán al extremo de las autores de este documental estadounidense de presentar como modelos a las Hillary Clinton y Condoleezza Rice de este mundo. Probablemente no, aunque la posición de las feministas eurocéntricas que se consideran de izquierdas no desagradaría en lo más mínimo a las Hillary Clinton de este mundo. Pero ese es otro tema que me propongo analizar en otro artículo, como al ser un feminismo promovido por las clases dominantes es fácil de utilizar por éstas para disfrazar la lucha por sus intereses, interna y externamente, de progreso, y el papel de tonto útil que tan bien hace la izquierda en todo esto. Aquí lo que quería discutir es otro asunto, que aunque no se llegue a esos extremos, el enfoque más común que se le da a la lucha por la igualdad desde la izquierda no difiere sustancialmente del de dicho documental. Si se dan una vuelta por los medios de comunicación de la progresía, los exponentes de la visión de esta “nueva” izquierda de los ciudadanos y la gente, se encontrarán constantes referencias a cuestiones como que el número de mujeres en los consejos de administración de las empresas es muy inferior al de hombres. Este es el marco en el que suelen encuadrar la lucha por la igualdad.
Veamos un ejemplo concreto, la información sobre el hecho de que en el CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) el porcentaje de cargos ocupados por mujeres es muy inferior al de hombres, que apareció en todos los medios de este tipo. Hay que ver en los bretes que nos mete el dichoso sistema capitalista. No es que yo me oponga a que en un organismo público de investigación se luche para que las mujeres puedan acceder a cargos de responsabilidad igual que los hombres, ¡faltaría más! Pero lo cierto es que esta guerra sigue sin ser mi guerra, porque no cuestiona para nada lo que yo considero crítico desde un punto de vista de clase trabajadora, ¿al servicio de qué intereses está la investigación científica? Es triste que luchemos por ocupar cargos y relevancia para ponernos al servicio de que, cada vez más, poderosos intereses económicos privados, por ejemplo de las multinacionales de la agroindustria o de las empresas farmacéuticas, sean los que moldeen la investigación científica, y además promover la idea de que esta venta a intereses privados es “transferir los beneficios de nuestro trabajo como investigadores a la sociedad”. Lo cierto es que la preselección que el sistema hace de las mujeres no es distinta a la que hace de los hombres, las visiones críticas que se admiten son las que no vayan a ninguna cuestión fundamental. Esto es algo que funciona bien, otra situación win-win, la persona puede verse a sí misma como crítica pero tiene perfectamente asimilados los límites de esa crítica, y el sistema sabe que está seguro. En honor a la verdad, el debate del que yo hablo ni siquiera existe, la actitud general es que la investigación científica es buena por naturaleza y está siempre al servicio de la “sociedad” (no nos aclaran si anónima o limitada) ¿qué más análisis hay que hacer? No es necesario afinar mucho con la preselección. Lo dicho, esta no es mi guerra, y como el tiempo y las capacidades de una persona (hasta de las mujeres, aunque seamos mejores…) son limitadas, no es algo a lo que vaya a dedicar mi esfuerzo ni mi tiempo libre. A decir verdad esta información también apareció en los medios de la derecha ilustrada, es perfectamente degustable para los paladares más exquisitos del sistema capitalista, y es más, el enfoque que le da El Diario no se diferencia en nada del que le da El Mundo. Por supuesto en estos temas existe aún una enorme resistencia dentro de los sectores más tradicionales de la derecha. Pero eso tampoco es malo, también es utilizable, ante esto qué tenemos que hacer sino unirnos todas contra esa panda de retrógrados y luchar juntas…. ¿para qué haya el mismo número de mujeres que de hombres en los consejos de administración de los bancos?
Me dirán que lo que digo no es cierto y que en esos medios de comunicación y ambientes que menciono también hay una preocupación por la mujer de clase trabajadora. Pues en primer lugar no les veo yo mucha tendencia a hablar de mujeres de clase trabajadora sino de “las mujeres que sufren la crisis”, y qué decir de lo que promocionan como grandes logros, básicamente la implementación de alguna política asistencial. Antes de que vengan los y las cortoplacistas a echarme la bronca de que las mujeres que sufren la crisis necesitan una solución ya, pretendiendo con eso que a mí no me importa las situaciones reales de “emergencia social” que se viven, les diré que esas políticas asistenciales pueden venir a paliar situaciones concretas, de la misma manera que las llevan paliando años organizaciones como Cáritas, no pretendan que es más que eso. Les diré más, estoy convencida que la izquierda revolucionaria tiene que “majarse la cabeza” buscando formas de actuar en su entorno social, pero nuestras posibilidades de acabar ya con el sufrimiento de nuestra clase son nulas, no caigamos en el absurdo de ante esa imposibilidad unirnos al coro de los que la engañan. En definitiva, que el lenguaje que usan es simplemente el de las políticas asistenciales y una hipotética recuperación de un hipotético estado del bienestar, presentado cada vez más como retórica que como convencimiento de que tal cosa sea posible, enfrentados a la crudísima realidad que nos muestra Grecia. No hay en esto visión alguna de la mujer de clase trabajador como una igual en lucha. Si me dicen que esto tiene algo que ver con las luchas de las mujeres de clase trabajadora contra su explotación, hemos pues de considerar a la iglesia católica una campeona de dichas luchas a través de organizaciones como Cáritas.
Como nada surge de la nada y, aviso a cortoplacistas extremos, crear opinión lleva tiempo, la batalla para crear un amplio consenso en torno a una visión feminista que pudiera aparentar progreso en las cuestiones de igualdad pero compatible en todo punto con el sistema capitalista, como todas las demás, no la empezaron ayer. Mi primera exposición a unas ideas en la que ya se observaba la orientación de lo que acabaría siendo la visión dominante fue hace ya más de 20 años, a través primero de una estadounidense y después de una inglesa, que se presentaron a sí mismas como “feministas militantes”. Es lógico que las ideas promovidas por las élites capitalistas aparezcan primero en el centro mismo del capitalismo, EEUU, y tengan su primera zona de influencia en el mundo anglosajón. Básicamente la idea central que avanzaban los planteamientos de estas mujeres, que tanto chocaron con mi concepto de la búsqueda de una sociedad igualitaria, era que existe un universo femenino y un universo masculino, prácticamente sin puntos de contacto, y sin entendimiento posible. La estadounidense insistía mucho en que había habido un feminismo “erróneo” que lo que había hecho era presionar a la mujer para que entrara en el “universo masculino”. No es que ella se opusiera a que las mujeres tuvieran las mismas oportunidades de “éxito”, muy al contrario, era una firme defensora de que las mujeres se organizaran para ocupar su espacio, pero eso no significaba en absoluto que tuvieran que integrarse en el “universo masculino”, decía. Ya me dirán si este planteamiento no es idéntico al de “iguales pero separados” de los defensores de la segregación racial. La inglesa era más dada a centrarse en afirmaciones como que el comportamiento masculino era producto de su genética y por lo tanto nunca se iban a implicar en las cosas que se implicaban las mujeres, hablaba por ejemplo del cuidado de los hijos. Cuando miro atrás me doy cuenta que la promoción de estas ideas, a las que me vi expuesta por primera vez a través de estas mujeres, fue muy importante para la aparición del esa visión ya tan extendida del “mejores pero separadas”.
Curiosamente, los principales defensores de la segregación racial eran los racistas blancos, aquí me encontraba como abanderadas de la segregación por sexos a la parte discriminada, las mujeres. Esto quizás se entienda si se tiene en cuenta que en la lucha contra la segregación racial y por los derechos civiles había mucho de movimiento de base, y aún se entendía que la lucha tenía mucho de lucha económica. Muchos de los negros implicados luchaban por los derechos de su propia clase explotada. En lo que quedó la cosa al final ya es otro cantar. En el feminismo de la desigualdad “mejores pero separadas” la voz cantante la llevan casi exclusivamente mujeres de las capas altas e intermedias buscando su hueco en el sistema capitalista. A las mujeres de clase trabajadora se les reserva un papel subordinado como ya he dicho, sus intereses tienen poco peso, a no ser que se considere que hablar de políticas asistenciales es luchar por los intereses de las mujeres de clase trabajadora. A ese segmento de mujeres cuyos intereses son los que priman no fue difícil convencerlas de que la segregación por sexos va a su favor. Realmente no les estorba, es más bien algo que pueden usar a su favor constituyéndose en grupos de presión dentro del sistema, y aunque suelen generar antagonismos y resentimientos en hombres que compiten por el mismo hueco, en general el sistema capitalista lo soporta bastante bien y la sangre no suele llegar al río. Así la bola echa a rodar, y luego las demás nos vamos subiendo al carro pensando que esa lucha es nuestra lucha como mujeres, y le acabamos haciendo los coros y las palmas, y creando consenso en torno a un feminismo que en ningún momento trata a la mujer de clase trabajadora como igual, eso sería imposible ya que no cuestiona lo más mínimo la explotación capitalista.
Me dirán que solo hablo “en negativo”, pues voy a hablar ahora algo también “en positivo”, aunque en mi defensa diré que si he hablado tanto “en negativo” es porque considero que en estos tiempo de Pensamiento Único se tiene que empezar por exponer las trampas de ese pensamiento. Si una empieza directamente hablando “en positivo” corre el riesgo de que no se la entienda y/o se rechacen sin más sus propuestas. Yo creo que las mujeres de clase trabajadora con conciencia de clase tenemos que huir de estos feminismos desclasados (como todo lo desclasado al servicio de determinadas clases), de igual manera que huimos de los movimientos ciudadanistas desclasados. Tenemos que trabajar y dar la batalla dentro de un movimiento de clase trabajadora con conciencia de clase, un movimiento contra el capitalismo y por el socialismo. Pero es muy importante que este rechazo incluya también un rechazo al propio marco teórico y las formas de organizarse, no solo que rechacemos luchar por unos intereses que no son los de las mujeres de nuestra clase. Es decir, no podemos organizarnos contra el capitalismo pero aceptando el marco teórico o las formas de organizarse que ha propagado el propio capitalismo para mantener cualquier lucha dentro de los límites del mismo.
No creo en eso de que las mujeres nos metamos, ni nos metan, en nuestro propio gueto dentro del movimiento de clase, no veo que eso pueda llevar a otra cosa que a limitar nuestra influencia en el mismo. Cuando se intenta aplicar el “mejores pero separadas” al movimiento de clase, a decir verdad, ni siquiera puedo comprender qué se pretende o cual es el objetivo que tiene ese planteamiento. La consecuencia principal que se me ocurre, me parece tan extraño que sea lo que queremos que llego a la conclusión de que se me escapa algo. ¿Las mujeres del movimiento nos organizamos aparte para dedicarnos exclusivamente al tema “de la mujer”? ¿Y los hombres se dedican a todo lo demás? Entiendo perfectamente, porque probablemente se ajusta bastante a la realidad, que muchas mujeres sientan que no se le da la suficiente relevancia en el movimiento de clase trabajadora al tema de las desigualdades de la mujer. Deben pues exponer el tema, deben presionar para que se aborden estas cuestiones, pero eso es muy distinto a “llevarlo en exclusividad” o que eso sea “solo cosa nuestra”. Yo creo que la forma más igualitaria de luchar es siendo en todo como hace ya años se logró que fueran los colegios públicos, mixtos.
Mis modelos no son movimientos de inspiración anglosajona con su obsesión con “las cosas de chicas” y “las cosas de chicos”. Basta darse un somero paseo por la industria del entretenimiento estadounidense para ver lo arraigada que está esa mentalidad en la cultura anglosajona. Mis modelos son los movimientos revolucionarios en los que las mujeres se han integrado y han formado parte de todas las facetas del movimiento, de todas sus luchas, las teóricas y las prácticas, las a corto plazo y las a largo plazo. Sé que esto pasa necesariamente por una presencia importante de mujeres en el movimiento, y considero un reto, algo en lo que hay que hacer un esfuerzo, promover que haya esa masa crítica de mujeres de clase trabajadora que vean el movimiento de clase como suyo, que sientan que esta lucha es también su lucha. El intentar que las opiniones de una sean argumentadas y hacer un esfuerzo permanente de análisis y reflexión puede que sea un ejemplo más lento en “atraer” pero cada una, como cada uno, va aportando lo que tiene. Y no sé cómo explicar esto adecuadamente, pero mis empatías no se restringen a mis propias desigualdades y mis propias explotaciones, ni mis deseos de comprender se restringen a ellas tampoco. Sean cuales sean las condiciones iniciales en cuanto a presencia de mujeres considero, como he dicho antes, que el encerrarnos en un gueto solo lleva a limitar la influencia que pudiéramos tener cada una de nosotras.
La desigualdad de la mujer se da en muchos campos distintos. Por ejemplo en el reparto de tareas. Hay tareas que son absolutamente imprescindibles para el funcionamiento de la sociedad, ¡y hasta para la revolución!, pero en absoluto gratificantes. Siempre recuerdo una viñeta de Quino en la que Mafalda, tras ver todas las tareas que ha hecho su madre ama de casa durante el día, le dice: mamá, ¿qué te gustaría ser si vivieras? Pues parafraseando a Thomas Sankara, aspiremos a una sociedad donde unas no tengan que sacrificarlo todo para que otros no sacrifiquen nada. ¿Qué mejor forma de luchar por la igualdad dentro del movimiento de clase trabajadora que tenerla presente en el reparto de tareas? ¿Qué puede aportar a esta lucha la mentalidad de que los hombres son machistas sin remedio y no pueden cambiar? Nada, entonces en vez de buscar la igualdad nos dedicaremos a gestionar la desigualdad, no cambiaremos sustancialmente el papel de la gran mayoría de las mujeres, lo despacharemos con un decir que ese papel es muy importante y que somos mejores, ¡pobre sustituto de la lucha por la igualdad! Otro aspecto muy importante de la sociedad sexista es que se respeta menos intelectualmente a la mujer que al hombre. Siento que esto está realmente arraigado. Ahí de nuevo no se me ocurre mejor forma de fomentar la igualdad que el que los hombres se acostumbren a vernos (escucharnos) en todas las luchas teóricas del movimiento, que cada una de nosotras aportemos el máximo de lo que podamos aportar sin que nos limiten ni limitarnos nosotras mismas. En definitiva, que en mi opinión, en nuestra lucha para que en el movimiento de clase no juguemos un mero papel subordinado el “separadas” va en nuestra contra no a nuestro favor.
Siento que fomentar la idea de que es imposible que los hombres entiendan estas cosas, que es imposible que cambien, ha hecho mucho daño. Percibo que muchas veces los hombres no saben ni cómo actuar y así se adhieren rápidamente al “las mujeres sois mejores” y dejan todo el tema en nuestras manos no vayan a meter la pata. No me refiero a los hombres de la izquierda institucional, ahí estos temas son un puro paripé tanto para los hombres como para las mujeres, ambos se adhieren a cualquiera que sea la moda para intentar asegurar su propio éxito, lo bien que han asimilado los valores capitalistas del éxito individual es más que evidente. Me refiero al daño que me importa, al que puede hacer esta mentalidad dentro del movimiento de clase trabajadora con conciencia de clase. No quiero que parezca que hago un análisis superficial, soy plenamente consciente de que no en todas las circunstancias es posible que distintos grupos sociales explotados luchen juntos. Pongo un ejemplo, la degradación de sus condiciones de vida y la explotación que sufre en EEUU eso que llaman “basura blanca” tiene mucho en común con la situación que sufre una mayoría de la población negra. Malcom X y un Martin Luther King cada vez más orientado hacia la crítica del sistema económico habían empezado a vislumbrar que era necesario buscar esta unión de clase cuando fueron asesinados. Pero un movimiento que empezara por ahí ahora mismo en EEUU sería imposible, los blancos que sufren las peores consecuencias del capitalismo son educados en el odio racial. Podemos decir que el racismo es tan extremo en EEUU que impide en gran medida la unión de clase por el momento. No creo que podamos decir que la brecha entre hombres y mujeres de la clase trabajadora, que buscan organizarse en un movimiento con conciencia de clase, en nuestra sociedad sea de esa magnitud. Dedicarnos a fomentar esa brecha, influenciadas por neofeminismos perfectamente compatibles con la explotación capitalista, hasta que la hagamos tan grande que impida todo entendimiento y posibilidad de luchar juntas y juntos no me parece que sea actuar a favor de nuestros intereses de clase. A mí me gustaría que nos esforzáramos por ser como esa izquierda revolucionaria que un día supo entender el mundo, y supo perfectamente con quien establecer sus alianzas en cada momento, para avanzar pasito a pasito hacia su objetivo final de acabar con la explotación del hombre por el hombre, ¡perdón! Del ser humano por el ser humano.

Convocatoria por un espacio de encuentro comunista

    Limg1a audiencia a la que va dirigida este texto no necesita que aportemos un repaso retrospectivo de los orígenes de la crisis económica. Tampoco buscan soluciones a ella en recetas keynesianas o en la vuelta a unos tiempos idílicos de capitalismo “amable”. Baste decir que escribimos para aquellos que saben que el problema es el capitalismo y que su solución exige su derribo y la construcción de una sociedad socialista.
    Sin embargo, si el contexto económico no requiere de aclaraciones especiales, sí vemos necesario precisar la visión del contexto político que nos lleva a ponernos manos a la obra.
    El estallido de la última crisis ha derrumbado en Europa los últimos restos del espejismo de Estado del Bienestar que inició su desmonte en los años 70. En los países del sur hemos vivido el problema con mayor intensidad al no partir de los mismos niveles de desarrollo que los del norte. La pérdida de la ilusión de ser (o llegar a ser) clase media y de que los hijos vivirán mejor que los padres desubica, a la vez que “indigna”, a amplias capas de la sociedad que no encuentran un sentido político en el que encajar su futuro.
   El riesgo de que la mayoría de esos sectores tomase conciencia de su ubicación real en la estructura social y se reconociera a sí misma como clase trabajadora fue rápidamente atajado por el sistema. En algunos países ha bastado con la irrupción de la “tecnocracia”. En otros países con una tradición más combativa y con resistencias recientes más firmes eso no era suficiente: ocuparon el espacio con actores nuevos que arrastraron a los desubicados a un redil controlable. Tanto en Grecia como en España se puso en marcha el mismo mecanismo: la creación de formaciones populistas y ciudadanistas, que renuncian a la ideología, que niegan la clase, que afirman que el capitalismo puede funcionar si se le hacen unos ajustes, que hacen de la “democracia” una solución fetiche en sí misma.
    Es hora de desenmascarar el mito de una clase media no patrimonial, ni propietaria de empresas o negocios, y que cree no ser trabajadora sólo porque unos sueldos más elevados que la media les permitieron acceder durante los años de crecimiento económico a unos niveles de consumo superiores al resto de asalariados. Esa falacia se cae cuando la crisis capitalista les ha resituado en un descenso de niveles de vida, han perdido sus puestos de trabajo o se han enfrentado a la abolición de muchos de sus derechos laborales. Pero es necesario dar, más allá de la testarudez de los hechos, la batalla ideológica por explicar cuál es la auténtica naturaleza de la relación capital-trabajo.
img2    La lucha frente a esta maniobra no ha sido firme sino muy débil en lo ideológico y reformista en lo político. Las organizaciones de la izquierda institucional se han limitado durante décadas a denunciar las políticas del gobierno de turno, proponiéndose como alternativas gestoras de unas tímidas reformas que aliviasen las condiciones de sobreexplotación y prometiendo una salida progresista de la crisis. Nada que rompiese con los límites de la legalidad del sistema político y económico. Tampoco las diversas organizaciones comunistas revolucionarias, algunas de largo recorrido, han logrado  conformarse en espacios de aglutinación de nuestra clase y de respuesta al capital. Cuentan con unos militantes imprescindibles, pero no consiguen la capacidad de crecimiento y acumulación de fuerzas que el momento demanda.
    En esta situación, cuando los marxistas deberíamos haber conquistado una posición clave en las aspiraciones y la confianza de los desposeídos, nuestra situación es muy débil: no tenemos respuesta coordinada, no tenemos voz para llevarla a la calle y ni siquiera tenemos unidad de acción para superar esta situación. En unos pocos años, paradójicamente cuando más necesario es, el marxismo puede quedar fuera de la experiencia vital de las nuevas generaciones de jóvenes.

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