domingo, 16 de octubre de 2022

// *** Poz, una excepción,...¡¡ ??¡¡ : "" órgano del Partido Comunista Internacional DISTINGUE A NUESTRO PARTIDO: – la línea de Marx a Lenin, a la fundación de la Tercera Internacional, en Livorno 1921, nacimiento del Partido Comunista de Italia, a la lucha de la Izquierda Comunista Italiana contra la degeneración de Moscú, al rechazo de los frentes populares y bloques partisanos – el arduo trabajo de restaurar la doctrina y el órgano revolucionario, en contacto con la clase obrera, fuera de la política personal y electoral,...//,... ¡¡. *** //.

 

// *** Poz, una excepción,...¡¡ ??¡¡ : "" 

órgano del Partido Comunista Internacional
DISTINGUE A NUESTRO PARTIDO: – la línea de Marx a Lenin, a la fundación de la Tercera Internacional, en Livorno 1921, nacimiento del Partido Comunista de Italia, a la lucha de la Izquierda Comunista Italiana contra la degeneración de Moscú, al rechazo de los frentes populares y bloques partisanos – el arduo trabajo de restaurar la doctrina y el órgano revolucionario, en contacto con la clase obrera, fuera de la política personal y electoral,...//,... ¡¡.



Partido Comunista Internacional
El Partido ComunistaN. 416 - 13 junio 2022

año XLIX - [ Pdf ]

Tabla de números

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Actualizado el 28 de agosto de 2022

órgano del Partido Comunista Internacional
DISTINGUE A NUESTRO PARTIDO: – la línea de Marx a Lenin, a la fundación de la Tercera Internacional, en Livorno 1921, nacimiento del Partido Comunista de Italia, a la lucha de la Izquierda Comunista Italiana contra la degeneración de Moscú, al rechazo de los frentes populares y bloques partisanos – el arduo trabajo de restaurar la doctrina y el órgano revolucionario, en contacto con la clase obrera, fuera de la política personal y electoral
PÁGINA 1– Ucrania es el mundo entero
– El circo mediático y los osos entrenados
– En las luchas obreras de Sri Lanka contra los efectos de la crisis y la guerra

PÁGINA 2La clase obrera iraní se rebela contra la crisis alimentaria: trabajadores de primera línea - Protestas de 2022 - Kazajstán, de la represión a las "reformas"

El salario mínimo y las mentiras de los empleadores
Por la unión de clase– Viernes, 20 de mayo - ¡Huelga contra la guerra!
– Después de la huelga
– Florencia, domingo 15 de mayo - Asamblea GKN: Sindicalismo-clasismo-interclasismo
– Luces, reorganización del trabajo del partido y actividad sindical en Italia de febrero a mayo: informe a la asamblea general
– Un folleto antimilitarista desde el interior del USB
PÁGINA 5– Un capitalismo agonizante se lanza al rearme y a la guerra para posponer su fin: informe a nuestra última reunión general
PÁGINA 6– Nuestro trabajo internacionalista consistente en la Asamblea General del Partido [RG 143] (videoconferencia, 27-29 de mayo): Las fuerzas productivas se rebelan contra el capital - Orígenes del Partido Comunista de China. El Segundo Congreso - La Teoría Marxista de la Crisis. Teorías de la plusvalía. Adam Smith - La revolución húngara. La cuestión agraria. Conclusiones - Historia de la Profintern. El Segundo Congreso - El Partido y la Cultura
PÁGINA 8– El concepto de dictadura revolucionaria y su práctica – Con Lenin (22) – 17. El estado soviético en Rusia. Después de octubre de 1917: Los técnicos burgueses El método "Taylor" - La rehabilitación gradual de las masas trabajadoras - Máxima centralización en la producción a gran escala - Con los anarquistas - Una guerra civil - Dirigir empresas - Los abusos de los funcionarios
Mentiras de Confindustria

 

 


PÁGINA 1


Ucrania es el mundo entero


Mentiras de guerra

La guerra es ante todo de la burguesía contra el proletariado. En Ucrania la guerra contra la clase obrera es vasta: desde los partidos abiertamente burgueses hasta la miríada de formaciones oportunistas y estalinistas, hasta parte de los anarquistas del trotskismo. El resultado, conscientemente o no, es poner al proletariado del lado de uno de los bandos opuestos, derramar sangre por los intereses de sus amos.

Para empujar al proletariado a la guerra bajo uno de los frentes burgueses, se utilizan varios pretextos, mentiras que los comunistas deben exponer y combatir.


¿Defender a los atacados?

La primera es que en la guerra en curso hay un "agresor" y un "agresor".

No tiene sentido esta pregunta. Cualquiera que sea el ejército que cruzó primero las fronteras de otros, cada estado capitalista es al mismo tiempo agresor y atacado. El hecho es que todas las burguesías se están preparando para la guerra porque el sistema capitalista las alimenta, necesita la guerra para sobrevivir, para salir de la crisis económica que la estrangula. Nadie ha podido decir si Alemania y Japón fueron agresores o agredidos en 1939. La victimización de los agredidos sólo sirve para justificar la guerra imperialista, en ambos lados del frente.

Desde un punto de vista general e histórico, el único "agresor" real es el proletariado internacional, portador del modo de producción comunista, maduro y listo para reemplazar el capitalismo derrocando violentamente todas sus estructuras podridas, económicas, sociales, ideales, políticas, militares. La burguesía, cada burguesía, siente y es atacada con razón, por el comunismo, por la clase obrera, así como, como ratas en una jaula, por la burguesía competidora, todos en la misma situación agonizante.

En Ucrania contra la agresión rusa todas las clases están ahora movilizadas en una defensa total", lo que para los proletarios ucranianos significa muerte y destrucción.

En Occidente, también, los poderosos medios de comunicación disponibles para la clase dominante difundieron la tesis del agresor. Esto es funcional para identificar en los "rusos" y su "dictador" la causa del empeoramiento de las condiciones de vida de la población europea y americana, tratando así de dirigir la inevitable explosión del descontento social hacia el "enemigo" ruso en lugar de contra el orden burgués.

Por otro lado, en Rusia, basar la intervención militar en los crímenes de los nazis en Ucrania, culpables desde 2014 del genocidio de las poblaciones de habla rusa de Donbass, tiende a inducir la solidaridad popular con su imperialismo y a hacer soportar las consecuencias económicas de la guerra y el tributo en sangre que exige. En realidad, el supuesto "agresor" ucraniano y el "agresor" ruso, así como todos los estados burgueses en cada guerra, están unidos y unidos en la lucha contra su enemigo común: el proletariado.


¿Defender la democracia?

La otra mentira es que nos enfrentamos a una guerra que enfrentaría a la "democracia" del Estado ucraniano entre sí, la "dictadura" de la Federación Rusa, el "mundo libre" y las "autocracias" por el otro. Pero incluso en la guerra actual, como en todas las guerras imperialistas, se revela el verdadero contenido de cualquier formación de estado burgués, abandonando todo oropel democrático y dando lugar a métodos dictatoriales de gobierno.

Un ejemplo de ello es Ucrania, para la que a los defensores de los derechos y la democracia liberal en Europa les gustaría, en palabras, ser incluidos en la Unión sobre el terreno. La Ucrania democrática y de "resistencia", mientras alimenta y protege a grupos criminales neonazis como el notorio Batallón Azov, prohíbe los partidos de oposición y arresta a los opositores acusados de servir al enemigo; encarcela a los desertores y a los que intentan salir del país y está a punto de aprobar una ley contra los emigrantes que no regresan para alistarse; lleva a cabo una caza despiadada contra los "saboteadores" castigándolos sin juicio, de los cuales un ejemplo es la ejecución sumaria de uno de los miembros de la comisión encargada de las negociaciones con Moscú; prohíbe el uso del idioma ruso, hablado por un tercio de la población; E impone censura a los medios de comunicación e incluso a las redes sociales, bajo pena de prisión, silenciando cualquier disidencia a la política del gobierno.

La represión va acompañada de una situación económica cada vez más desastrosa, salarios muy bajos, para aquellos que todavía tienen trabajo, frente a un aumento vertiginoso de los precios y sin que el gobierno haya intervenido para garantizar las necesidades básicas: la única petición del gobierno ucraniano a los países aliados es "armas, armas y más armas". El actual régimen ucraniano, además, no tiene nada diferente del de Moscú, dos estados burgueses cuya primera función es mantener la subyugación del proletariado. Por supuesto, no lloramos por la burguesía libre rota y la democracia violada. Ya sea que el estado burgués conserve la máscara democrática o descubra la cara fascista, su contenido permanece sin cambios, la dictadura de la burguesía sobre la clase obrera.


¿Defender la autodeterminación?

Otro engaño viene de la "izquierda" :d por un lado la "resistencia" de un pueblo es santificada" al invasor; por otro, la lucha por la independencia" de Donbass.

En realidad, para el proletariado de Ucrania y Donbass, no importa si sus amos hablan ruso o ucraniano, están afiliados a una banda nacional de capitalistas u otra. La fuerza de trabajo de la mercancía, como todas las mercancías, no tiene país. Como el capital, para el caso. Quien, en ambos lados, quisiera esclavizar a la clase Peraia en uniforme militar para luchar "hasta el último hombre", para desangrarse en una larga guerra, el socio pero competidor en el comercio mundial.

Las formaciones anarquistas también participan en el conflicto en Ucrania, alineadas contra la agresión rusa, confirmando aún más el papel contrarrevolucionario desempeñado por el anarquismo que, completamente incapaz de descifrar las fuerzas históricas, como en la España de la guerra civil, siempre termina apoyando un frente burgués contra otro. Sobre los anarquistas y definitivo el juicio de Trotsky: extrema izquierda de la burguesía. La misma función es desempeñada por las organizaciones de la Cuarta Internacional que apoyan a la resistencia ucraniana.

Estos marxistas fracasados invocan el deber de los comunistas de someterse al frente patriótico en nombre de la autodeterminación nacional de Ucrania, contra el imperialismo gran-ruso. Un argumento similar es presentado por los partidarios de los "derechos nacionales" de los hablantes rusos de Donbass, con trotskistas y estalinistas unidos para exigir el derecho a la autodeterminación de Donbass. Esta posición sólo resulta en sembrar el veneno de la ideología nacional entre la clase obrera, desviándola del camino revolucionario. Si para el marxismo las revoluciones nacionales representaron un factor histórico decisivo para el desarrollo más rápido del capitalismo y, en consecuencia, para la plena oposición entre la burguesía y el proletariado, madurando así las condiciones para la revolución proletaria, ahora la expansión del capitalismo en todo el mundo ha creado un espacio único de dominación burguesa en todas las latitudes, el proletariado ya no tiene que apoyar ninguna revolución para la formación de estados nacionales. Pero lucha directamente por el derrocamiento del régimen burgués y por su propia dictadura. Todos los llamamientos a la realización de las revoluciones nacionales, o a la defensa de la independencia deEstados, como hoy se reclama para el Donbass son reaccionarios.


Comparten el mercado mundial

Las mentiras sobre la guerra en Ucrania ocultan los dos hechos cruciales: que la guerra en curso es un episodio del conflicto entre los más altos imperialismos para dividir el mercado mundial, en una guerra de todas las burguesías unidas contra el proletariado.

Las proporciones reales y el marco histórico en el que se inserta la guerra en curso en Ucrania van más allá de las fronteras de este país atormentado. La confrontación actual no concierne a la estructura de Ucrania, sino a todo el mundo burgués. Incluso si se llegara a una tregua, según el modelo coreano, como se supone, esto pronto sería cuestionado por el agravamiento del choque entre imperialismos.

"Corea es el mundo", escribimos entonces, en 1950. Esa guerra no debía considerarse "un episodio contingente o local, una coincidencia, un accidente deplorable", sino que era "una entre muchas, y ciertamente una de las manifestaciones más virulentas de un conflicto imperialista que no tiene paralelos ni meridianos, sino que tiene lugar en el teatro de todo el mundo, dentro de los límites de tiempo internacionales del imperialismo " ("Prometeo" n.1).

La misma evaluación se aplica hoy a la guerra en Ucrania. Incluso si se está luchando por ahora, ya involucra a todos los imperialismos, desplegados en la guerra con el suministro masivo de armas, la presencia en el terreno de asesores militares, la luz verde para el uso de tropas mercenarias, las medidas de la guerra económica, y representa solo el comienzo de una confrontación de largo alcance. Como entonces los protagonistas no eran ni los norcoreanos ni los del Sur, hoy no son los ucranianos, los rusos, los separatistas del Donbass, sino los más altos centros del capital, quienes iniciaron en territorio ucraniano una lucha por la redefinición del orden imperialista europeo y mundial. Lo que realmente está en juego es el equilibrio de fuerzas entre los Estados Unidos, sus aliados europeos y Rusia, contra los capitalistas de Europa, y en el contexto entre los Estados Unidos y China en Asia. Estamos frente a una guerra que es el resultado directo de las contradicciones del imperialismo, de los contrastes entre las grandes potencias por una división de mercados y esferas de influencia que refleja el cambio de equilibrio de fuerzas entre los estados.

La guerra librada en Ucrania va acompañada de una preparación general para la guerra en todo el mundo, con todas las potencias imperialistas, orientales y occidentales, comprometidas en la carrera armamentista. La vieja fórmula "mantequilla o cañones" se resolvió inmediatamente a favor de enormes inversiones en armamentos. Alemania está a punto de gastar 100 mil millones en armamentos e Italia se ha comprometido a alcanzar el 2% del PIB. Mientras tanto, la FAO cuantifica el crecimiento de los precios de los alimentos en un 12,6% solo de febrero a marzo. ¡Millones de proletarios pasarán hambre mientras que miles de millones se gastarán en armas para masacrar a otros proletarios!

"En todas partes es una línea de guerra y defensa del régimen internacional de explotación del proletariado".

La propaganda de la guerra impregna ahora toda la sociedad burguesa, y ve un vasto frente único a favor de la guerra compuesto por partidos gubernamentales y de oposición, todos los periódicos y la televisión, todos alistados en la movilización del proletariado para la próxima masacre. La Tercera Guerra Mundial ya no es un tabú para los "generales" de los salones de televisión. Mientras que la lucha ya está teniendo lugar en el resto del mundo en Ucrania, los proletarios se están preparando para la inevitable guerra por venir.


Guerra contra la guerra

Mientras tanto, los gobiernos están fortaleciendo el aparato de intervención económica y represión. Ya está surgiendo una especie de economía de guerra para hacer frente a las consecuencias de la guerra económica en curso, tanto que en Europa se habla de racionamiento en el consumo de energía y recortes en el gasto social.

Frente al empeoramiento de las condiciones de vida de la clase obrera, el Estado burgués estará preparado con todo su aparato represivo, como ya se vio en las protestas en Sri Lanka y Perú, donde los gobiernos respondieron con un estado de emergencia, mientras que en Irán dispararon y arrestaron en respuesta a las protestas causadas por el aumento de los precios de los alimentos.

Al igual que los ucranianos, los proletarios de todos los países son las víctimas predestinadas de la tercera masacre. Mariupol, Kharkiv, Bucha, Kramatorsk, Severodonetsk y todos los demás nombres de lugares que se han hecho tristemente famosos por las masacres y destrucciones, de las cuales no importa ir y encontrar a la persona responsable porque la masacre de la población civil es inevitable en la guerra imperialista, suenan como una advertencia a los proletarios de todo el mundo. Los proletarios que quieren ver lo que el capitalismo quiere reservar para ellos sólo miran el destino de sus hermanos de clase en Ucrania.

En el espacio ucraniano, como lo fue en el coreano, "el potencial explosivo al rojo vivo de un contraste mundial, se condensa, y más que en cualquier episodio anterior de guerras localizadas", las formas que este contraste está necesariamente destinado a asumir en todo el mundo se proyectan "como en una pantalla trágica".

También hoy, la guerra lleva "a la exasperación la explotación económica y política de las masas trabajadoras, la obra de destrucción despiadada de bienes y fuerza de trabajo, que es la prerrogativa histórica inevitable del capitalismo".

Pero si el capitalismo obliga a los proletarios a matarse unos a otros, al mismo tiempo, por la lógica misma de su desarrollo, los unifica inconscientemente en un destino común. Por lo tanto, si el imperialismo significa crisis y guerras, que se manifiestan en toda su violencia y brutalidad como vemos en Ucrania, también abre la posibilidad de la revolución proletaria mundial.

"La bomba atómica puede o no ser utilizada por el imperialismo como un instrumento técnico de guerra. Lo que el imperialismo no puede evitar tirar de sí mismo, por grande que parezca y su poder abrumador pueda parecer hoy, es la bomba atómica de la revolución internacional e internacionalista de la clase obrera.

 

 

 

 


Il circo mediatico e gli orsi ammaestrati

Medvedev esprime un nazionalismo bellicista. Guarda alla “decadenza dell’Occidente”, ignorando che il mondo che afferma di combattere l’ha anche dentro casa, nella Santa Madre Russia, giunta al massimo stato di putrefazione borghese. La decadenza, la degenerazione e di ogni capitalismo, seppure coonestata dagli eroici valori patriottardi di ogni “cultura” e “civilta”.

La mobilitazione bellica si alimenta anche cosi: un capo abbrutito dal culto della patria, rilascia affermazioni paranoiche per convincere i russi che i nemici vogliono distruggerli. La scaltra eco dei media di qua della cortina di ferro ripete “l’orso (medved in russo) vuole uccidere tutti gli occidentali”!

Anche questo veleno propagandistico e frutto della collaborazione fra i capitalisti della Russia e della Nato per portare avanti la loro infame guerra contro i lavoratoridi ogni paese.

 

 

  


In Sri Lanka lotte operaie contro la crisi e la guerra

Dal marzo di quest’anno, lo Sri Lanka e sprofondato nella peggiore crisi economica e sociale dalla sua indipendenza, nel 1948, con la maggior parte della popolazione, piccola borghesia e proletariato, che ha ingaggiato una violenta lotta contro lo Stato borghese.

Il movimento di lotta, in assenza del partito comunista a influenzarlo e dirigerlo, ha individuato quale responsabile della crisi la famiglia Rajapaksa al potere, con annessi nepotismo e corruzione.

Ma naturalmente le cause vanno al di la di queste persone. La sostituzione dei governi e dei capi di Stato entro il quadro del regime borghese, ad esempio con l’insediamento di un governo di “potere popolare” - parola d’ordine di gran parte della sinistra borghese e dell’opportunismo della regione - non possono intaccare la vera causa della crisi, che risiede nel capitalismo entrato nella sua fase di decadenza e di agonia.

Solo l’azione rivoluzionaria del proletariato – possibile unicamente se guidato dal suo partito – volta a rovesciare lo Stato borghese e instaurare la dittatura proletaria, puo risolvere i problemi causati dal capitalismo, distruggendolo.

Invece gli economisti borghesi, l’opposizione borghese e l’opportunismo definiscono la crisi conseguenza non delle contraddizioni intrinseche del capitalismo ma della cattiva gestione della sua economia.


La crisi economica

Lo Stato dello Sri Lanka da anni si trova in una situazione precaria. Il suo debito tra il 2010 e il 2020 e raddoppiato ed entro fine anno dovra pagare 4 miliardi di dollari di interessi, in buona parte all’imperialismo cinese, che ha messo le mani sul paese, come mostrato dalla vicenda del porto di Hambantota, dato in concessione a Pechino per 99 anni.

Lo “tsunami pandemico” ha aggravato ulteriormente le condizioni dell’economia del paese, in particolare a causa del crollo del turismo, tra i piu importanti settori economici per l’isola, ma non solo.

Per cercare di limitare il prosciugamento delle riserve di valuta straniera, durante la pandemia il governo ha vietato ogni importazione di fertilizzanti. Cio ha concorso a determinare una drastica riduzione della produzione agricola, imponendo l’aumento delle importazioni, diminuendo cosi le riserve che si volevano preservare.

Tale decisione era stata parzialmente revocata nel novembre scorso, dopo proteste dei contadini, ma l’approvvigionamento di fertilizzanti, come di altre merci, procede con estrema lentezza, complice la scarsa disponibilita di carburante e il vertiginoso aumento dei prezzi. A meta aprile il regime di Colombo ha annunciato il default, ovvero di non riuscire a rimborsare quella parte del debito alla scadenza, sia obbligazioni sia prestiti bilaterali ottenuti da governi e istituzioni internazionali.

Lo Sri Lanka, per la sua posizione strategica sulle rotte nell’oceano indiano, e appetito dagli imperialismi regionali e mondiali. Tra i vari emergono – oltre alla Cina – India, Giappone e Stati Uniti.

L’India ha concesso a Colombo una linea di credito di oltre un miliardo di dollari, che verranno utilizzati per comprare carburante, alimenti e medicinali. Il governo cingalese ha dichiarato che i prestiti indiani non sarebbero soggetti a condizioni, ma è difficile crederlo. New Delhi si propone come uno degli attori principali in questa crisi, pronta a offrire un sostegno economico allo Stato cingalese pur di allentare il suo abbraccio con la Cina.

In compenso la democratica India condanna alla condizione di illegalita migliaia di emigrati che a bordo di pescherecci fuggono dall’isola approdando nel Tamil Nadu, la punta meridionale dell’India, che gia lo scorso anno ospitava oltre 100 campi profughi per i rifugiati srilankesi, quasi tutti di etnia tamil. Il governo dello Sri Lanka è anche in trattativa col Fondo Monetario Internazionale per la ristrutturazione del debito. L’accordo dovrebbe comprendere le consuete privatizzazioni, tagli allo Stato sociale e, anche se non scritto, l’allineamento agli interessi imperialistici degli Stati Uniti.


Il movimento popolare

Le classi inferiori dell’isola, proletaria e piccolo-borghesi, sono in movimento da inizio 2021, quando il governo istituì il coprifuoco e dispiego oltre 20.000 soldati nelle scuole, giustificandolo col confinamento sanitario per la tutela della salute pubblica dalla pandemia di Covid 19.

Secondo l’Unicef gia allora il reddito delle famiglie era diminuito del 37% nelle citta e del 30% nelle campagne.

La oposición burguesa de izquierda, incluidos los líderes de los sindicatos del régimen y los líderes nacionalistas tamiles, apoyó esta militarización y la imposición del gobierno de continuar trabajando en fábricas y oficinas, en nombre de la "reconstrucción de la economía nacional", en flagrante contradicción con las medidas de confinamiento sanitario. En respuesta, muchos trabajadores se declararon en huelga: escuelas, ferrocarriles, ropa, plantaciones de aceite y coco. En noviembre, los docentes llevaban 4 meses en huelga contra la militarización de la escuela y por sus propias condiciones de trabajo.

En el mismo mes el precio del gas comenzó a subir.

Las huelgas de los trabajadores ferroviarios se intensificaron y en diciembre los trabajadores de la salud se sumaron a las huelgas en casi 1.500 instalaciones. Justo antes de que comenzaran las protestas en marzo de este año, hubo una segunda ola de huelgas en más de 500 centros de salud en febrero. El gobierno respondió declarando ilegales las huelgas, pero los trabajadores respondieron con nuevas huelgas en marzo.

A medida que la imagen de las condiciones de vida empeoraba aún más debido a las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania, estallaron protestas en marzo.

El aumento de los costos de importación de petróleo ha llevado al racionamiento en la venta de alimentos, combustible y electricidad, interrumpido hasta 7 horas al día.

El 5 de abril, el gobierno decretó el estado de emergencia. A pesar de las luchas espontáneas de los trabajadores, el primer mes de protestas transcurrió sin que los dirigentes sindicales abiertamente burgueses u oportunistas llamaran a los trabajadores a la huelga por sus propios objetivos, aprovechando la voluntad de lucha de las masas.

El movimiento mantuvo así un carácter interclasista, con los trabajadores mezclados con la pequeña burguesía y, privados de sus organizaciones de lucha sindical y política, unidos por las demandas confusas de las clases medias. Finalmente, el 28 de abril, una coalición de mil sindicatos convocó una huelga general, pero sólo por un día. En el contexto de esta agitación de las masas, la huelga general debería haber sido convocada sin prefijar su duración, especificando sus objetivos y preparando a los trabajadores para la confrontación con el régimen burgués y sus fuerzas de seguridad.

La huelga tuvo un apoyo masivo, confirmando la voluntad de lucha de los trabajadores. Pero los dirigentes sindicales han tratado de desviar la lucha de su camino exigiendo, en lugar de necesidades económicas inmediatas, aumentos salariales y salarios para los trabajadores desempleados, objetivos políticos que caen en el marco de alternativas burguesas, como la renuncia del presidente y el primer ministro y la formación de un gobierno de coalición entre todos los partidos políticos.

El 5 de mayo, el Primer Ministro dimitió. Las manifestaciones y los enfrentamientos lo obligaron a él y a su familia a abandonar su residencia y su capital. Al día siguiente, el gobierno volvió a declarar el estado de emergencia.

El 9 de mayo, después de dos meses de protestas y enfrentamientos, el gobierno organizó a una masa de sus partidarios y contrató a lumpenproletarios para atacar a los manifestantes. Como siempre, cuando el régimen burgués no logra reprimir a las masas rebeldes por métodos legales, recurre a métodos extralegales.

A pesar de las decenas de víctimas, el movimiento aún no ha disminuido.

La classe operaia anche nello Sri Lanka – come in Iran, anch’essa in rivolta – deve ricostituire i propri organi di lotta sindacale di classe in modo che, quando si trovi in una crisi di questo tipo, possa difendersi, fino a prendere l’offensiva rivoluzionaria. Cio sara possibile solo col suo partito, il Partito Comunista Internazionale.

 

 


PAGINA 2


La classe operaia iraniana in rivolta contro la crisi alimentare

Le violente proteste di massa in cui i proletari affrontano le forze di repressione del regime capitalista chiamato Repubblica Islamica, da tempo non sono piu episodiche in Iran, un paese con tassi di inflazione estremamente elevati in cui la maggior parte dei lavoratori vive gia in povertà.

Questa volta è stato l’aumento dei prezzi delle medicine, della benzina e soprattutto del grano a scatenare quella che e stata definita la protesta alimentare.

Queste agitazioni hanno un retroterra nei movimenti di protesta e di lotta operaia degli anni passati, cui il nostro partito ha prestato sempre molta attenzione: “Il comunismo e il proletariato in Iran non hanno alleati all’interno dei confini nazionali” (Il Partito Comunista n.336); “Dove il proletariato si ribella” (n.387); “La recente rivolta proletaria in Iran” (n.389); “Iraq-Iran-Giordania potrebbe esplodere il dopoguerra sociale” (n.390); “Situazione sociale in Iran” (n. 396); “Iraq e in Iran sommovimenti duramente repressi” (n.398); “Provocazioni militari per sviare la ribellione dei proletari iraniani” (n.399).


Lavoratori in prima linea

I movimenti di massa che hanno attraversato l’Iran nel 2018 e 2019 si sono distinti dal movimento del giugno-luglio 2009. Quello scaturi da presunti brogli elettorali e vide protagoniste le mezze classi, l’intelligenza, gli studenti, la cosiddetta societa civile, ebbe quale teatro principale il centro di Teheran e nuclei organizzativi le universita e le moschee. Non fu accompagnato da scioperi, coi lavoratori che rimasero a guardare.

Questi movimenti, pur conservando ancora un carattere interclassista –in ragione del fatto che il proletariato in Iran non e riuscito ancora a darsi organizzazioni sindacali di classe ne e collegato col suo partito –hanno visto la partecipazione delle masse proletarie delle periferie dei grandi centri urbani, fra cui molti giovani.

Conferma della decisiva partecipazione del proletariato a questi movimenti di lotta e stata data dalle ragioni delle proteste: i bisogni economici; dal teatro delle manifestazioni: le periferie urbane; dall’aver coinvolto un ampio numero di centri urbani, dai numerosi scioperi, dagli edifici presi di mira dalle sommosse quali commissariati di polizia, sedi delle milizie islamiche dei pasdaran e dei basiji, banche delle fondazioni islamiche.

Sono questi caratteri che hanno tenuto alla larga una parte degli strati sociali protagonisti del movimento del 2009 e che li hanno fatti ignorare dalla stampa borghese internazionale, tanto solerte nel trascurare quanto piu possibile ogni movimento che non sia espressione di una frazione della borghesia e a svalutare ogni espressione di bisogni economici non riconducibile nell’alveo delle logore idealita borghesi.

Nell’autunno del 2019 si ebbe l’apice di quelle proteste con la repressione statale del regime capitalista iraniano che uccise 1500 manifestanti.

L’estate del 2020 ha visto diversi settori del lavoro iraniani indire scioperi significativi per le loro condizioni di lavoro e di vita. I lavoratori dei comuni, degli ospedali, dei giacimenti di petrolio e gas, delle fabbriche di macchinari pesanti, delle acciaierie, delle centrali elettriche, degli zuccherifici e delle miniere sono stati tra coloro che hanno partecipato a questi significativi scioperi.

Il movimento si diffuse in circa 50 stabilimenti in tutto l’Iran, la piu grande ondata di scioperi degli ultimi tre decenni. Tuttavia non riuscì a durare e ottenne solo alcune piccole conquiste in alcuni luoghi di lavoro, per spegnersi con una serie di scioperi isolati durante l’autunno.

Nell’estate del 2021, i lavoratori del petrolifero e petrolchimico sono scesi in piazza da soli, ma in numero molto maggiore rispetto al passato. In meno di un mese, lo sciopero si è esteso a piu di 100 impianti e campi e vi ha partecipato la stragrande maggioranza dei lavoratori del settore. La repressione e i licenziamenti non sono stati sufficienti a porre fine allo sciopero.

Rifiutando di organizzarsi nei Consigli Islamici del Lavoro (Shora-ye Eslami) e in altre organizzazioni sindacali legate al regime, gli scioperanti hanno coordinato le loro attivita con un Consiglio Organizzativo dei lavoratori degli appalti petroliferi, composto da lavoratori combattivi e militanti sindacali. Sebbene abbiano cercato di portare avanti lo sciopero per mesi, non sono riusciti a evitare che il movimento subisse lo stesso destino di quello dell’anno precedente, senza ottenere alcun risultato significativo.

Coi loro limiti, le lotte del 2020 e del 2021 sono state importanti per la classe operaia iraniana e saranno ricordate per anni, se non decenni a venire, dai lavoratori combattivi di quel paese e non solo.


Le proteste del 2022

A febbraio, migliaia di insegnanti in tutto il paese hanno scioperato per un giorno, dopo tre giorni consecutivi di proteste. Il Primo Maggio quasi 40 di loro sono stati arrestati, molti del Coordinamento che guidava la mobilitazione. Anche gli autoferrotranvieri hanno scioperato. Lo stesso giorno, il governo iraniano ha interrotto il sostegno ai sussidi per diversi prodotti di base importati, soprattutto alimenti essenziali come olio da cucina, uova e latte.

Nonostante la promessa del Presidente Raisi che «i prezzi del grano, delle medicine e della benzina non aumenteranno in nessuna circostanza», a breve termine si sono moltiplicati per 5, fenomeno aggravato dall’aumento dei prezzi del grano causato dalla guerra in Ucraina, e il prezzo della farina e salito a 160.000 rial dalla media di 27.000 rial.

Le proteste sono iniziate nella provincia del Khuzestan, ricca di petrolio, dove in almeno un’occasione la polizia ha sparato sui manifestanti e i negozi di cereali sono stati saccheggiati.

Dal 12 maggio il movimento si e diffuso al di fuori della provincia. Sono seguite manifestazioni in grandi citta come Teheran, Tabriz e Isfahan, 19 citta e una decina delle 31 province. Le vittime della repressione statale per ora sarebbero sei.

I media borghesi si sono affrettati a riportare non solo gli slogan contro l’ayatollah Khamenei e il presidente Raisi, ma soprattutto quelli a favore di Reza Shah, il brutale monarca filo-occidentale dell’Iran che fu rovesciato nel 1979. Quest’ultimo slogan, insieme al fatto che strati sociali diversi dalla classe operaia sono colpiti dalla crisi alimentare in Iran, farebbe pensare che le attuali proteste abbiano ancora un carattere interclassista. Sicuramente, sia la borghese opposizione interna, sia soprattutto le sue numerose organizzazioni in esilio e fuorilegge cercheranno di utilizzare questo movimento per estendere la propria influenza nel Paese.

Tuttavia, il carattere interclassista del malessere non deve nascondere il fatto che e il proletariato iraniano, piu di tutti gli altri settori della societa, a subire gli effetti devastanti della crisi alimentare nel paese.

I lavoratori iraniani devono cogliere questa occasione per difendersi dalla crisi alimentare attraverso le loro azioni di lotta sindacali e costituendo a tal scopo apposite organizzazioni, i propri sindacati di classe, indipendenti dall’influenza dei partiti borghesi, e al di fuori e contro i sindacati del regime.

In questa lotta non potranno che collegarsi col loro partito, il Partito Comunista Internazionale, erede dell’Internazionale Comunista a cui apparteneva il primo Partito Comunista dell’Iran.

 

 


Kazakistan, dalla repressione alle “riforme”

Domenica 5 giugno si e svolto in Kazakistan un referendum per riformare la costituzione per circa un terzo dei suoi articoli. L’operazione e stata presentata dal regime borghese kazako come volta a “modernizzare” il paese nonche a privare l’ex presidente Nursultan Nazarbayev dei poteri che si era assicurati. Degli 11 milioni di aventi diritto al voto, si e recato alle urne il 68%, e di questo –come previsto –il 77% ha approvato la riforma.

Fue una maniobra cosmética con la que la burguesía intenta recuperar su virginidad y calmar las tensiones sociales, después de que a principios de enero reprimiera con sangre la revuelta de las masas -especialmente de los proletarios- que surgió tras el aumento de los precios del gas (ver "El Partido Comunista" 414) y dirigida contra los privilegios de las clases dominantes. Las víctimas de la represión despiadada fueron más de 230, 4.600 heridos y miles de detenidos.

Leemos en "Mañana" del 6 de junio: "La reforma no resolverá todos los problemas del país, pero es un primer paso", dice Bulat Sarsenbayev, director del Centro Nazarbayev para el Diálogo entre Religiones y Civilizaciones, un instituto paraestatal (...) Debemos partir de las cosas buenas hechas hasta ahora: en los primeros treinta años el gobierno ha sido capaz de garantizar el crecimiento económico y la paz social".

La masacre de 16 trabajadores en huelga de Ozenmunaigas, que tuvo lugar en 2011 en la ciudad de Zhanaozen, asesinados por el plomo de la policía, y el último de principios de año evidentemente para este buen ejemplo de reformador no disminuiría "el bien" hecho por el régimen burgués kazajo en sus primeros 30 años.

La paz social, fuera del estrecho círculo de potencias imperialistas que dominan el mundo, en el que era posible para la burguesía obtenerla concediendo algunas migajas de sus ganancias adicionales a la aristocracia obrera, se basa en la sangre de los proletarios, cuyas manos están sucias en aquellos que escriben reformas hoy.

El mismo artículo dice: "Las protestas de enero, que comenzaron por el aumento del precio de la gasolina (...) Se habían convertido en una guerra de guerrillas de misteriosas bandas armadas". Se pretende así afirmar que el proletariado sería incapaz de responder a la represión armada del Estado burgués que sólo quiere víctima o instrumento en manos de terroristas o bandidos.

En cambio, los videos de las manifestaciones mostraron claramente que los manifestantes estaban tomando escudos, porras y rifles de la policía, tratando de armarse de alguna manera, como lo confirma el informe del Comité de Seguridad Nacional de Kazajstán, que hace unas semanas afirmó haber incautado armas, granadas y municiones. Evidentemente fue una revuelta espontánea y los proletarios no tuvieron la oportunidad ni el tiempo para apoderarse de un armamento eficiente.

Las condiciones de vida de los proletarios kazajos ciertamente no cambiarán con estas reformas cosméticas. Sólo la lucha, sindical y política, podrá defenderlos del empeoramiento de la crisis económica del capitalismo mundial y de las consecuencias de la guerra imperialista que se libra en Ucrania, que también se están sintiendo en Kazajstán y que ya han llevado a movimientos de masas en Sri Lanka e Irán.

El proletariado kazajo, que dio una demostración ejemplar de combatividad y coraje en los días de enero, podrá reconstruir sus órganos sindicales de clase y reconectarse con su partido, y luchar, junto con los trabajadores de otros países, por sus intereses económicos y políticos, ¡barriendo todas las falsas alternativas de la clase dominante!

 

 

 


El salario mínimo y las mentiras de los empleadores

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, se preocupa por la inflación y anuncia que se espera que el índice de precios promedio aumente un 6,8% en 2022. Luego agrega que antes de finales de 2024 no será posible volver a la tasa de inflación planificada del 2%, la única compatible con la cronificación de décadas de la crisis capitalista y la única que permitiría evitar que la patología conduzca a fases de particular agudeza.

Así que aquí está que la máquina de consulta social compuesta por la burguesía, su Estado y los sindicatos colaboracionistas, propone con un estruendo mediático una distracción para calmar las ansiedades de los trabajadores, que verán escaso el ya escaso poder adquisitivo de sus cheques de pago. Así viene la propuesta fraudulenta del llamado "salario mínimo" cuyo propósito proclamado sería cancelar los contratos más desfavorables, con salarios por hora muy por debajo de los ocho euros, pero cuyo propósito real es desviar la atención del hecho de que incluso los salarios más altos previstos en los contratos no podrán proteger el poder adquisitivo de los trabajadores de las picaduras de la inflación.

De hecho, la propuesta del salario mínimo sirve precisamente para eclipsar lo que el gobernador del Banco de Italia, Visco, y el Primer Ministro Draghi han dicho claramente: no se debe permitir que los salarios sigan la tendencia del índice de precios.

En cambio, es en interés de los trabajadores, no sólo recuperar completamente a todos los salarios lo que se ha perdido en términos de poder adquisitivo debido a la inflación, sino que, a través de la lucha de clases, crezcan aún más, para recuperar al menos parte de la creciente plusvalía extorsionada por la clase explotadora.

En la discusión concertada entre los interlocutores sociales sobre el tema también se enfrenta el presidente de Confindustria Carlo Bonomi, a quien no le falta la confianza más flagrante para pronunciar mentiras solemnes. Leemos en su entrevista publicada en el Corriere della Sera del 8 de junio: "El salario mínimo generalmente existe donde los salarios por hora son bajos. Este no es el caso de los contratos nacionales firmados por Confindustria. Para el salario mínimo estamos hablando de 9 euros brutos por hora, mientras que en los firmados por Confindustria incluso las bajas cualificaciones aportan cifras más altas».

El presidente de Confindustria finge no saber que la asociación de industriales que preside ha firmado contratos que prevén salarios por hora por debajo del umbral de 9 euros brutos por hora. Por ejemplo, el de las empresas de limpieza multiservicio firmado el 21 de julio de 2021 por sindicatos de régimen y asociaciones patronales prevé un salario mínimo que alcanzará los 7,53 euros por hora bruta cuando esté plenamente operativo en 2024. Entre los firmantes se encuentran Anip Confindustria, Legacoop Produzione e Servizi, Confcooperative Lavoro e Servizi, Agci Servizi Lavoro y Unionservizi Confapi, entre los sindicatos Filcams CGIL, Fisascat CISL y UILTrasporti. No debe pasarse por alto que este infame contrato llegó después de ocho años de vacaciones contractuales.

En el juego de los partidos para explotar mejor y apaciguar a los trabajadores, la Confindustria muestra poca inclinación a adoptar el salario mínimo.

Entonces, si lo hicieran (y creemos que no lo harán) el salario mínimo penalizaría a la mayor parte de la clase trabajadora, imponiendo efectivamente contratos de negociación justo por encima del salario mínimo, muy por debajo del salario promedio. Un hecho sigue siendo por ahora cierto: la discusión sobre el salario mínimo entre los llamados "interlocutores sociales" y una puesta en escena mediática para hacer que los proletarios se traguen el amargo bocado de una pérdida drástica del poder adquisitivo de sus salarios. Huelga decir que su democracia otorga a los capitalistas el derecho a acostarse sobre las espaldas de los trabajadores y otorga a la burguesía el monopolio de la máquina mediática para imponerla como verdad absoluta y certificada.

 

 


Por la unión de clasePágina de programática y batalla del Partido Comunista Internacional
 
Viernes, 20 de mayo
¡Huelga contra la guerra!

Este es el folleto del partido distribuido por nuestros camaradas en Roma, Florencia, Génova, Turín y Milán.

La huelga nacional y general promovida por todos los sindicatos de base es un primer paso importante hacia la organización de la lucha de la clase obrera contra la guerra imperialista.

Esta guerra se está librando hoy por poder en Ucrania, como se libró antes en Irak, los Balcanes, Afganistán, Siria, y – en un futuro siempre cercano – terminará involucrando a los trabajadores de todos los países, si no es la clase obrera la que lo impide, el único que puede hacerlo.

Esta huelga es importante porque es la primera acción nacional promovida por las organizaciones obreras que rompe con el clima de disciplina social, impuesto por el régimen burgués en Italia y en todos los países, para imponer la guerra a los trabajadores, inundándolos de ideologías nacionalistas, patrióticas, militaristas, de resistencia, partidistas.

Esta huelga es una acción contra la nueva guerra imperialista mundial que los regímenes burgueses están preparando ante nuestros ojos, con la que quieren salvar las ganancias de la industria y las finanzas, es decir, su privilegio social y dominación política, a costa de millones de vidas.

Esta huelga es importante porque se lleva a cabo mientras los sindicatos del régimen (CGIL, CISL, UIL) mantienen a los trabajadores inmóviles, no dirigiendo su rechazo instintivo de la guerra hacia ninguna acción de lucha.

Esta huelga es importante porque, a pesar de las vacilaciones, las tácticas, las actitudes oportunistas de esperar y ver de varios liderazgos, finalmente vio a todos los sindicatos de base unirse. Puede y debe ser el primer paso de una campaña unida – con manifestaciones y asambleas dentro y fuera del lugar de trabajo – para la construcción de una verdadera huelga general contra la guerraque extienda la unidad de acción a todo sindicalismo conflictivo, involucrando también a los grupos de trabajadores combativos todavía enmarcados en los sindicatos del régimen (CGIL, Cisl, Uil) y zonas de conflicto dentro de la CGIL.

Finalmente, esta huelga es importante porque puede y debe ser un ejemplo para los trabajadores de todos los países para hacer lo mismo y apuntar al objetivo de una huelga internacional contra la guerra.

Las víctimas de la guerra en curso son los trabajadores en Ucrania y los soldados ucranianos y rusos obligados a luchar, a matar y ser asesinados, por sus respectivos regímenes y frentes imperialistas. Pero la guerra también está afectando a los trabajadores de todo el mundo, con el aumento de los precios y el gasto militar.

Para frenar el aumento del precio del trigo, el gobierno burgués de la India, un país de 1.400 millones de habitantes, ha bloqueado las exportaciones de granos. Esto exacerbará el aumento de su precio en el mercado internacional. Poderosos levantamientos ya están en marcha en Sri Lanka e Irán. El empeoramiento de las condiciones de vida engullirá a los trabajadores de todo el mundo en los próximos meses como una avalancha.

Esto mientras la guerra hace que los industriales y las finanzas obtengan enormes ganancias. En Italia, los principales grupos – Eni, Leonardo, Fincantieri – obtienen enormes beneficios y son todos de propiedad estatal. ¡El Estado burgués italiano es el primero en ganar con la guerra!

Es por eso que los trabajadores deben prepararse para luchar en defensa de sus condiciones de vida, para evitar que los costos de la guerra burguesa sean pagados. Luchar para no pagar los costos es para los trabajadores el primer acto de su derrotismo en la guerra burguesa, es decir, de la negativa a luchar, el único medio para evitar que paguen el precio de sus vidas.

En todos los países los trabajadores son oprimidos por los regímenes de clase capitalistas, incluso en aquellos que han usurpado el nombre de "socialistas" – China, Vietnam, Corea del Norte, Venezuela, Cuba – y en los llamados democráticos. Los trabajadores no tienen nada que defender en el capitalismo, incluida la democracia que sólo sirve para disfrazar el régimen dictatorial del capital. Por eso no tienen una patria que defender – como explica el marxismo desde el Manifiesto Comunista de 1848 – sino para tomar el poder político con su revolución internacional siguiendo la consigna: "¡Proletarios de todos los países uníos!"


Después de la huelga

La huelga general "contra la guerra y la economía de guerra" – como el día de lucha fue titulado por las organizaciones sindicales promotoras – fue una pequeña y obediente acción de condena de la guerra por parte de la clase obrera, de hecho representada en Italia exclusivamente por el sindicalismo conflictivo.

Nos parece, en este momento, que es el único organizado por sindicatos en Europa, y esto aumenta su importancia, convirtiéndolo en un ejemplo para los trabajadores y el sindicalismo de clase en todos los países.

No podía ser una verdadera huelga general, es decir, una movilización de grandes masas trabajadoras capaces de bloquear la producción y circulación de bienes y servicios, debido a la debilidad del sindicalismo conflictivo y la fuerza de inercia de décadas de pasividad impuesta de las masas trabajadoras.

Este conflicto, aunque sigue siendo una guerra imperialista por poderes, como las del pasado más o menos reciente en Irak, los Balcanes, Afganistán, Siria, marca una etapa decisiva de progreso hacia una tercera guerra mundial, en la que las potencias imperialistas se enfrentarán directamente, involucrando a los trabajadores de todos los países del mundo.

Esta terrible perspectiva es cuidadosamente ocultada a los trabajadores por los regímenes políticos de la clase dominante, con el objetivo de hacerlos llegar a la guerra sin preparación, engañados hasta el día antes de que pueda suceder. En esta acción, la burguesía es asistida, de manera vital para ella, por los sindicatos del régimen (en Italia CGIL, CISL y UIL) que mantienen a la clase obrera inmóvil, arrullándola en la ilusión de que nada tan serio puede venir realmente.

En cambio, los efectos económicos que la guerra está produciendo, y que ya han comenzado a afectar a los trabajadores, están en marcha y vendrán a desplegar plenamente sus efectos en los próximos meses.

En segundo lugar, la propaganda del régimen burgués italiano, alineado con el imperialismo estadounidense, se esfuerza por hacer creer a los trabajadores que el agresor de la guerra, en este caso el imperialismo ruso, es el culpable, permaneciendo así en la superficie del problema, no viendo en este conflicto un choque entre imperialismos, que se está librando hoy en territorio ucraniano. a expensas de esa población, y ocultando cómo la guerra madura del subsuelo de las contradicciones de la economía capitalista y no es provocada por el Estado que primero decide pasar a la acción militar.

Esta creencia errónea también está apuntalada entre los trabajadores por la izquierda burguesa y el oportunismo, que comparten la falsa ideología de la clase dominante sobre la posible coexistencia pacífica entre estados, según la cual el ritmo natural del capitalismo es el de la paz, sancionado por reglas de convivencia entre países, que solo las políticas retrógradas y los locos vendrían a interrumpir. Así que para "prevenir la guerra" sería necesario luchar contra ella, y ganar aquellos países donde tales políticas han prevalecido.

Esta creencia errónea une a todos aquellos que toman un lado de las líneas del frente de la guerra entre estados capitalistas, ya sean antiamericanos o antirrusos: siempre es solo un estado o un frente de estados la causa de la guerra, no el capitalismo mismo.

Finalmente, un tercer elemento que hoy impide a los trabajadores unirse a una huelga contra la guerra es la mentira, difundida por todos los burgueses y oportunistas, de su supuesta debilidad como clase en la disputa social, y en particular frente a un problema tan grande.

Dicho esto, precisamente por esta razón, era y es necesario y propio por parte del sindicalismo conflictivo promover la acción sindical contra la guerra imperialista, combatir todos estos factores que dejan a los trabajadores indefensos frente a su maduración y avance, y dar fuerza al rechazo instintivo de la guerra por parte de la clase obrera, siguiendo esa parte de ella que ya ha madurado la conciencia de la gravedad de esta guerra, de cómo el verdadero agredido no es el Estado que sufre el ataque, sino toda la clase obrera internacional y cómo sólo su lucha puede prevenir o detener la guerra imperialista.

El hecho de que todo el sindicalismo de base resolviera finalmente unirse al día de huelga y movilización fue, por lo tanto, un resultado muy positivo.

Sin embargo, en la preparación de la huelga, además de las dificultades mencionadas anteriormente, que ya eran gravosas, también hubo deficiencias resultantes del oportunismo de los dirigentes de los sindicatos de base.

La primera acción pública para preparar la huelga fue la asamblea nacional celebrada en Milán el 9 de abril, promovida por Cub, SGB, Adl Varese, Usi Cit, Unicobas. En él, los Cobas del SI habían declarado su adhesión a la huelga, pero no el USB y ni siquiera la Confederación Cobas. La falta de exhaustividad del sindicalismo de base para unirse a la huelga ha tenido repercusiones en su preparación.

Inoltre, da quella assemblea era scaturita la decisione di svolgere manifestazioni unitarie il Primo Maggio, incentrandole sulla propaganda dello sciopero del 20 maggio. Ma a Milano, la città in cui il sindacalismo di base è in grado di mobilitare più lavoratori, la dirigenza del SI Cobas ha fatto sfilare i propri iscritti in un corteo separato da quello promosso dalle altre organizzazioni sindacali di base. Oltre a ciò, alle diverse riunioni svoltesi per preparare lo sciopero, i dirigenti del SI Cobas non hanno mai partecipato.

Dall’altro lato, in queste riunioni un nostro compagno, intervenuto a nome del Coordinamento Lavoratori Autoconvocati (Cla), ha sostenuto la necessità di redigere una lettera di invito, pubblica e formale, a tutte gli organismi del sindacalismo conflittuale che non avevano ancora aderito allo sciopero. Quindi non solo i sindacati di base – quali Usb, Confederazione Cobas, Adl Cobas e altri – ma anche le aree conflittuali in Cgil – “Riconquistiamo tutto”, “Le giornate di marzo” e “Democrazia e lavoro” – e il Collettivo di fabbrica della ex Gkn. Questa azione non aveva un senso formale ma un significato eminentemente pratico. Sarebbe servito come argomento per condurre la battaglia a favore dell’adesione entro i sindacati che non avevano ancora aderito. Ma la maggior parte dei dirigenti delle organizzazioni sindacali promotrici dello sciopero si sono espressi contrariamente.

L’adesione dell’Usb è infine giunta, ma solo il 6 maggio. Quella della Confederazione Cobas l’11 maggio. Il 15 maggio l’area di opposizione in Cgil “Riconquistiamo tutto” ha emesso un comunicato di sostegno allo sciopero.

Queste divisioni e adesioni ritardatarie non hanno permesso una preparazione adeguata dello sciopero, seria, determinata e unitaria.

CConsiderati questi elementi – sia quelli oggettivi sia quelli frutto dell’opportunismo delle dirigenze sindacali – è stato un risultato apprezzabile la realizzazione dei piccoli cortei unitari svoltisi in diverse città – Roma, Firenze, Genova, Milano, Venezia – conferma della convinzione e determinazione di quei militanti sindacali e lavoratori che sentono la necessità di opporsi alla guerra imperialista.

Ora l’azione da condurre in seno al movimento sindacale conflittuale è battersi affinché tutte le organizzazioni sindacali che hanno partecipato a questa prima giornata di mobilitazione contro la guerra inizino un percorso per la costruzione seria e unitaria di un vero sciopero generale per le prime settimane dopo l’estate, con manifestazioni e assemblee dentro e fuori i posti di lavoro, che allarghi l’unità d’azione del sindacalismo conflittuale oltre al perimetro del sindacalismo di base, coinvolgendo i gruppi di lavoratori combattivi ancora inquadrati nei sindacati di regime e le aree conflittuali in Cgil, e permettendo una più larga partecipazione dei lavoratori, iscritti e non iscritti ai sindacati.

 

 

 



Firenze, domenica 15 maggio - Assemblea Gkn
Sindacalismo, classismo, interclassismo

Domenica 15 maggio si è svolta a Campi Bisenzio (Firenze) una nuova assemblea nazionale convocata dal Collettivo di fabbrica della ex Gkn. Ben organizzata, oltre trecento presenze, circa 45 gli interventi, molti quelli che non sono riusciti a parlare.

Il Coordinamento Lavoratori e Lavoratrici Autoconvocati per l’Unità della Classe – di cui i compagni del nostro partito che sono lavoratori fanno parte – è intervenuto, per ultimo, ribadendo la necessita di unire le lotte dei lavoratori e, a questo fine, del sindacalismo conflittuale, cioè dei sindacati di base, dei gruppi di operai combattivi ancora in seno ai sindacati di regime (Cgil, Cisl, Uil) e delle aree conflittuali in Cgil.

La linea d’azione seguita e proposta dal Collettivo di fabbrica ex Gkn, se pur afferma di voler portare un contributo anche in tal senso, va però in un’altra direzione: centrale per i suoi capi non è unire le lotte operaie e l’azione del sindacalismo conflittuale ma la lotta dei lavoratori con i movimenti “sociali”, cioè non operai e interclassisti.

Ciò è emerso, anche, dall’ordine e dalla proporzione degli interventi. Quelli sindacali hanno avuto lo stesso spazio di quelli di esponenti dei movimenti interclassisti: ecologisti, pacifisti, studenteschi, e di organizzazioni politiche, e tutti sono stati mescolati, senza una gerarchia.

L’assemblea ha quindi confermato il carattere che ha avuto la manifestazione del 26 marzo a Firenze, in cui i lavoratori, inquadrati in spezzoni sindacali o di fabbrica, erano una minoranza del corteo e mescolati in esso.

Invece, la manifestazione del 24 luglio dell’anno scorso a Campi Bisenzio – a quindici giorni dall’inizio della lotta contro la chiusura della fabbrica – aveva dato un ordine diverso, con la prima parte degli spezzoni della Cgil e dei sindacati di base, la seconda dei gruppi politici e dei movimenti interclassisti. Solo l’Usb – che aveva contribuito a quel corteo con lo spezzone più consistente del sindacalismo di base – aveva deciso di rompere quel corretto ordine, schierandosi nella seconda parte insieme allo spezzone del partito opportunista cui la dirigenza dell’Usb cerca di legare il sindacato.

Oltre che dalla voluta assenza di precedenza negli interventi nell’assemblea e fra gli spezzoni nei cortei, la priorità data all’obiettivo di mescolare le lotte operaie con i movimenti interclassisti è emersa dai contenuti degli interventi dei principali esponenti del Collettivo di fabbrica.

In quello introduttivo uno dei principali delegati ha affermato: “Classismo non e sindacalismo”. Dietro l’apparente correttezza nell’affermare che la lotta di classe non è solo quella economica ma è davvero completa quando diviene politica, si cela uno degli equivoci ricorrenti alimentati dall’opportunismo, che abbiamo tante volte visto ripetere dai dirigenti del SI Cobas.

Il passaggio dalla lotta sindacale alla lotta politica si compirebbe, secondo questo errore opportunista, passando dalla lotta sindacale difensiva in azienda direttamente –inevitabilmente in modo forzato – alla mobilitazione “per obiettivi politici”.

L’unione non avverrebbe fra le lotte dei lavoratori, in un movimento generale della classe salariata, assurgendo su questa base materiale, fisica, al superiore livello politico, bensì mescolando le lotte sindacali ai movimenti interclassisti, in un quadro di rivendicazioni “politiche”, giocoforza riformiste e opportuniste.

Se è vero che classismo non e solo sindacalismo, è certamente falso che classismo sia interclassismo! È invece corretto affermare che la lotta economica, sindacale, è il primo passo verso la lotta di classe politica, cui si giunge necessariamente anche attraverso un rafforzamento e generalizzazione della prima.

Allo scopo di portare le ancora sporadiche lotte operaie direttamente – e volontaristicamente – al superiore livello politico, il fronte fra partiti che dirige il SI Cobas promosse, insieme ad altre forze politiche, il cosiddetto Patto d’Azione, alle cui prime assemblee non a caso il delegato della ex Gkn che ha introdotto e concluso l’assemblea nazionale del 15 maggio, che qui commentiamo, partecipò, sottolineando come –secondo il suo modo di vedere –il problema prioritario era quello della costruzione di un fronte politico, foriero della formazione di un partito politico, e non di un fronte unico sindacale di classe.

Al Patto d’Azione dei dirigenti del SICobas poi il delegato della ex Gkn non aderì, crediamo perchè costituito su posizioni politiche diverse dalle sue. Per quanto nei suoi interventi introduttivo e conclusivo sembra aver voluto allontanare l’ipotesi di voler costruire –sulla scorta della vertenza contro la chiusura della ex Gkn –una forza politica, non vi è dubbio che il movimento che attorno alla vertenza è stato raccolto abbia contenuti politici ad egli più affini rispetto al Patto d’Azione.

Questa è una piccola conferma di come i fronti politici – fra gruppi e partiti operai, gli altri non ci interessano – non funzionino e siano destinati al fallimento. Dato confermato ulteriormente dal rapido epilogo dello stesso Patto d’Azione.

I diversi partiti operai necessariamente si scontrano, ed è bene lo facciano nella massima chiarezza, ma rispettando e tutelando l’unità del movimento di lotta economica, cioè sindacale, della classe lavoratrice. Questo scontro politico ha luogo in seno alla classe operaia, cioè ha per campo di battaglia il movimento sindacale. Il fronte unico sindacale di classe serve a dare forza al movimento di lotta operaia per i bisogni immediati, difensivi, sindacali, e i diversi partiti operai si devono scontrare per prendere la direzione di questo movimento.

Se per farlo, però, dividono il movimento sindacale, contando opportunisticamente di avvantaggiarsi sugli altri usando come un piccolo esercito privato il sindacato che dirigono, il risultato sarà di ritardare la rinascita e rallentare il rafforzarsi del movimento sindacale, il cui dispiegarsi in modo vigoroso e, per altro, l’unica condizione che offre la possibilita ai vari partiti operai di dimostrare sul piano pratico, nella lotta, di fronte ai lavoratori, la validità o meno dei loro assunti politici.

I problemi teorici, che – come esplicò Engels – non sono altro che i problemi pratici del domani, rimarranno invece problemi teorici se il movimento di lotta economica non matura e non si rafforza al punto dal giungere a porli sul terreno concreto.

Per cui il compito di ogni militante del sindacalismo di classe, quale che sia il suo partito politico, dovrebbe essere di adoperarsi per costruire l’unità al massimo grado del movimento di lotta difensiva, sindacale, e su questa base dimostrare ai lavoratori, nel corso dello sviluppo della loro lotta, la superiorità del proprio indirizzo politico.

L’equivoco opportunista, per cui l’elevarsi dalla lotta sindacale alla lotta politica si compirebbe passando dalla lotta sindacale in azienda direttamente alla mobilitazione per obiettivi politici, salta a piè pari tutto il fondamentale e necessario percorso di sviluppo della lotta di classe – che è quello suscettibile di elevarla davvero – che consiste nella unificazione delle lotte sindacali separate per aziende, categorie e territori in un movimento per obiettivi comuni, ancora a carattere economico, ma che, proprio in quanto il sindacale non e separabile da ciò che è politico, per la sua aumentata potenza, tende ad assurgere al superiore livello politico.

Questo errore opportunista genera almeno due danni al movimento di lotta immediata di classe.

- puntella l’idea propria del sindacalismo collaborazionista secondo cui l’azione sindacale debba svolgersi prettamente in ambito aziendale, giacche i gradini superiori da salire non sarebbero quelli di una lotta difensiva più generale e unificante la classe salariata, al di sopra delle sue fittizie divisioni, ma una lotta già non più sindacale e, abbiamo visto, non più classista, bensì popolare, cioè interclassista;

- dissipa le energie dei lavoratori più combattivi mettendole al servizio – invece che del lavoro per tessere l’unificazione delle lotte operaie – di una unificazione interclassista che non ha una base materiale –quale invece ha la lotta fra le classi – e non può che basarsi perciò su idealismi politici.

Leggiamo ancora dal documento proposto dal Collettivo ex Gkn quale base per la discussione dell’assemblea del 15 maggio: «È un patto di mutuo soccorso tra soggetti, movimenti, strutture, collettivi e realtà di base siano essi in fase di avanzamento o ripiegamento». Si conferma in pieno il terreno interclassista.

Nel movimento sindacale, di fronte a questi propositi, è da sostenere quanto di utile la lotta dei lavoratori ex Gkn e i suoi organismi – Collettivo, Rsu, assemblea – hanno fatto e faranno per la costruzione dell’unita d’azione dei lavoratori. Che non è stato poco, fino ad oggi, pur in mezzo a tanta confusione opportunista.

 

 

 


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Lotte, riorganizzazione operaia e attività sindacale del partito in Italia da febbraio a maggio
Rapporto alla riunione generale

Il lavoro sindacale del partito in Italia da febbraio a oggi si è concentrato prevalentemente nei seguenti rami di attivita:
     - interventi diretti del partito in scioperi, manifestazioni e assemblee;
     - attivita nel movimento sindacale attraverso il CLA, il Coordinamento Lavoratori Autoconvocati, per promuovere l’unità d’azione dei lavoratori e del sindacalismo conflittuale;
     - attivita in seno all’Usb;
     - analisi e commenti sul nostro giornale di lotte operaie e del movimento sindacale, battagliando con le correnti opportuniste in esso dominanti.

Partiamo da questo ultimo punto. Sul numero di febbraio è uscito un articolo che ha analizzato la rivolta occorsa in Kazakistan ai primi di gennaio, definendola genuinamente proletaria e salutandola entusiasticamente. Cio ha distinto il nostro partito da gran parte dei gruppi politici opportunisti e, per profondita di analisi degli accadimenti e conseguenti conclusioni, dai pochi che hanno preso posizione analoga. L’articolo è stato tradotto dai nostri compagni in varie lingue, fra cui il russo.

È stato poi redatto un articolo che ha polemizzato con le parole d’ordine delle nazionalizzazioni e di una legge contro le delocalizzazioni, entrambe avanzate dai capi del Collettivo della ex GKN, che, lottando contro la chiusura della fabbrica fiorentina, ha raccolto attorno a se un certo movimento, a carattere però piu interclassista che proletario.

A seguito di alcune manifestazioni studentesche, dovute alla morte di un giovane impiegato in una fabbrica metalmeccanica nel quadro della cosiddetta “alternanza scuola-lavoro”, abbiamo affrontato il tema del rapporto fra giovani, scuola e lavoro, secondo le originali posizioni del comunismo rivoluzionario. Nostra intenzione era diffondere il testo alle manifestazioni studentesche, cosa che però non e stata possibile in quanto quel movimento è rapidamente rifluito.

Infine, sempre nel numero di febbraio, abbiamo commentato la condotta delle dirigenze del sindacalismo conflittuale, dall’indomani dello sciopero generale unitario dell’11 ottobre fino a gennaio, che aveva visto le proclamate intenzioni di proseguire il percorso unitario affondare nella consueta condotta ciascuno per se e tutti contro tutti, con cui le dirigenze opportuniste dividono il movimento di lotta sindacale.

Emblematica di cio è stata la decisione dell’Usb di allearsi, per le elezioni Rsu nel comparto Funzione Centrale del pubblico impiego, con un sindacato autonomo, corporativo, di destra, invece che con gli altri sindacati di base. Decisione, per altro, che non ha pagato in termini di voti, non avendo raggiunto l’Usb, unita con questo sindacato, la soglia della cosiddetta rappresentativita in quel comparto. Queste divisioni si sono riflesse nella condotta del sindacalismo di base di fronte all’esplodere della guerra in Ucraina, che non poteva non condizionare il corso del movimento sindacale nelle settimane successive.

Le divisioni fra i sindacati di base sono figlie in buona parte delle contrapposizioni fra i diversi gruppi politici opportunisti che dirigono queste organizzazioni. Di fronte alla guerra, nelle loro varie sfaccettature, hanno avuto non poche titubanze sull’atteggiamento da tenere, in certi casi capitolando nel tradimento aperto delle posizioni proletarie, indicando ai lavoratori di schierarsi sull’una o sull’altra parte del fronte.

Il partito, forte della dottrina marxista che ha saputo difendere in tutto l’arco storico controrivoluzionario fino ad oggi – tenendola viva col suo quotidiano lavoro teorico e pratico – ha potuto invece indicare fin dal primo giorno ai lavoratori la natura della guerra e la condotta che il movimento sindacale deve tenere di fronte ad essa.

Il 25 febbraio, secondo giorno di guerra, a Genova la Fiom provinciale indiceva in diverse fabbriche della città uno sciopero di due ore contro la guerra. Nel breve corteo, presenti circa 400 operai, i nostri compagni distribuivano un primo testo sulla guerra.

Quella sarebbe stata l’unica azione di sciopero contro la guerra promossa dalla Cgil, non solo a Genova ma in tutta Italia. La Fiom genovese, diretta da un gruppo politico che si proclama internazionalista, non solo non ha fatto niente di più, ma ha ignorato, di fatto sabotandolo, lo sciopero del sindacalismo di base del 20 maggio.

Le titubanze e le capitolazioni dell’opportunismo di fronte alla guerra imperialista – che per ora si combatte per procura in Ucraina – si sono riflesse nella condotta dei sindacati di base e del sindacalismo conflittuale nel suo complesso.

Il risultato è stato innanzitutto una mancanza di prontezza nel reagire alla guerra. La decisione di procedere alla mobilitazione dei lavoratori chiamandoli allo sciopero generale in modo unitario avrebbe dovuto essere stata presa nei giorni successivi l’inizio del conflitto. È stata invece formalizzata solo il 9 aprile, in un’assemblea a Milano, da una parte dei sindacati di base, fissando lo sciopero per il 20 maggio.

Lo sciopero è quindi giunto tre mesi dopo l’inizio del conflitto e questo – di fronte al corso della guerra e alle sue conseguenze economiche, per come si sono dispiegate sino ad oggi – è stato uno degli elementi che ha ostacolato una sua migliore riuscita.

La prima iniziativa sulla guerra da parte del sindacalismo di base è stata un’assemblea on-line promossa dal SI Cobas il 13 marzo. Con circa 150 partecipanti, ha però avuto un carattere più politico-partitico che politico-sindacale. Un nostro compagno è intervenuto indicando la necessità di una pronta azione unitaria del sindacalismo conflittuale ma è stato l’unico a esprimersi in tal senso, ad eccezione di una militante del Sindacato Generale di Base.

La dirigenza del SI Cobas ha invece indicato che avrebbe partecipato con un proprio spezzone al corteo della manifestazione nazionale del 26 marzo a Firenze, convocata dal Collettivo di fabbrica della ex GKN, e avrebbe organizzato una manifestazione del Primo Maggio incentrata sul tema della opposizione alla guerra. Tempi lunghi, quindi. Questo atteggiamento attendista e titubante di fronte a quella che è la massima forma di oppressione sulla classe operaia nel capitalismo, è stata criticata da alcuni militanti del SI Cobas.

Nel frattempo sul piano della attività in seno al Coordinamento Lavoratori Autoconvocati, è iniziata una collaborazione con un collettivo redazionale chiamato Union-net. Si sono svolte tre riunioni fra i membri più attivi del CLA e quelli di Union e ne è scaturita la prima azione comune consistita nella redazione e distribuzione di un volantino a firma congiunta nella manifestazione nazionale del 26 marzo a Firenze.

Il 21 marzo a Genova si è svolta un’assemblea organizzata dal Collettivo di fabbrica ex GKN per propagandare la manifestazione nazionale del sabato successivo a Firenze. Abbiamo distribuito insieme a una lavoratrice del CLA il volantino a firma congiunta CLA-Union per la manifestazione del sabato e un nostro compagno è intervenuto a nome del CLA:
     - spiegando che la combattività messa in campo dagli operai della GKN è stata frutto di una preparazione sindacale di anni e di effetto moltiplicato perché volta alla costruzione dell’unità delle lotte dei lavoratori;
      - ha perciò criticato la ben scarsa presenza dei militanti del sindacalismo di base all’assemblea, in particolar modo dell’Usb, di cui il compagno è delegato;
     - ha criticato ancora più aspramente la completa assenza dei delegati della Fiom genovese, affermando che essa è diretta da un gruppo politico che proclama di volersi battere per il “sindacato europeo” ma che non presenzia coi suoi delegati sindacali nemmeno a un’assemblea espressione di una delle principali lotte operaie in corso organizzata da lavoratori del loro stesso sindacato;
     - ha ribadito la necessità che di fronte alla guerra tutto il sindacalismo di base e conflittuale organizzi una mobilitazione unitaria dei lavoratori.

Sabato 26 marzo siamo intervenuti alla manifestazione nazionale a Firenze convocata dal Collettivo di fabbrica ex GKN, che ha raccolto oltre diecimila presenze, ma a carattere più interclassista che operaio, con un nostro volantino apposito.

Il giorno prima – venerdì 25 marzo – Cub e Sgb avevano inviato comunicazione alla Commissione di garanzia per uno sciopero generale il 20 maggio, volendo fissare una data onde evitare gli ostacoli posti dalla legge anti-sciopero nei cosiddetti servizi essenziali.

Il giorno dopo la manifestazione fiorentina, i cui caratteri abbiamo commentato sul nostro giornale di aprile, è stato pubblicato un comunicato da parte di Cub, Sgb, Unicobas, Usi Cit e Adl Varese per la convocazione di un’assemblea nazionale allo scopo di promuovere uno sciopero generale contro la guerra. Sono tutte piccole organizzazioni sindacali che, anche messe insieme, costituiscono una minoranza del sindacalismo di base, già di per sé debole. Tuttavia l’iniziativa andava finalmente nella direzione auspicata e invocata dal nostro partito e perciò l’abbiamo subito sostenuta entro il movimento sindacale.

Giovedì 31 marzo si è tenuto a Genova un presidio dinanzi a un varco portuale organizzato dai portuali dell’Usb, contro il traffico di armi nel porto. Ne è seguita un’assemblea, in cui i dirigenti nazionali di Usb hanno manifestato tutto il loro opportunismo e la loro falsa opposizione alla guerra. Abbiamo polemizzato con questi politicanti sul nostro ultimo giornale. Al presidio e all’assemblea abbiamo distribuito un volantino del CLA intitolato “Costruire una mobilitazione unitaria contro la guerra” in cui si affermava:

«Due importanti segnali vanno nella giusta direzione dell’unità d’azione dei lavoratori e del sindacalismo conflittuale: oggi la partecipazione del Si Cobas genovese alla giornata di lotta promossa dai portuali dell’Usb; il 9 aprile a Milano la convocazione di una assemblea nazionale unitaria, in presenza, per ora da parte di Cub, Sgb, Adl Varese, Unicobas, Cobas Sardegna, Usi Cit.

«Come CLA riteniamo che tutti gli organismi del sindacalismo conflittuale dovrebbero dare adesione e partecipare concretamente a questa assemblea e che sia dovere di tutti i lavoratori combattivi battersi affinché le proprie organizzazioni sindacali contribuiscano fattivamente a una mobilitazione unitaria contro la guerra, a cominciare dalla partecipazione all’assemblea del 9 aprile».

Il 9 aprile abbiamo partecipato all’assemblea a Milano, che ha promosso ufficialmente lo sciopero generale contro la guerra per il 20 maggio.

Un nostro compagno è intervenuto a nome del CLA sottolineando come si considerasse positiva la decisione intrapresa dall’assemblea e la volontà da essa espressa di lavorare per coinvolgere tutto il sindacalismo di base nello sciopero.

A tal proposito abbiamo sostenuto la necessità di procedere a un invito pubblico e formale a tutti gli organismi del sindacalismo conflittuale che ancora non avevano aderito allo sciopero, non solo i sindacati di base quali Usb e Confederazione Cobas ma anche le aree conflittuali in Cgil. Un invito pubblico e formale, infatti, avrebbe aiutato quei lavoratori che all’interno di quegli organismi sindacali vogliono battersi per una adesione allo sciopero, vincendo le resistenze in tal senso delle dirigenze.

Lo stesso si è fatto nelle successive tre riunioni, più ristrette, in cui abbiamo partecipato e siamo intervenuti, sempre a nome del CLA. Ma la maggioranza dei dirigenti che avevano promosso l’iniziativa dello sciopero, e che dicevano di auspicare l’adesione di tutti i sindacati di base, si è sempre opposta a questo passo formale, che in realtà è un’azione sostanziale. Quindi anche dal lato delle dirigenze promotrici dello sciopero sussistono opportunismi che ostacolano un’azione sindacale pienamente unitaria.

Lo stesso giorno, il 9 aprile, altri militanti sindacali del CLA sono intervenuti in un’assemblea regionale dell’Usb a Firenze, preparata da quel sindacato per promuovere una manifestazione nazionale che esso aveva indetto per il 22 aprile a Roma. Questa decisione era stata presa dalla dirigenza dell’Usb prima dell’inizio della guerra e senza coinvolgere nessun altro sindacato. Lo scoppio della guerra non ha cambiato il proposito della dirigenza Usb, che ha mantenuto l’impegno a promuovere la manifestazione da solo. Il CLA è intervenuto a questa assemblea regionale portandovi gli stessi contenuti espressi dal nostro compagno a Milano affermando che in ogni caso avrebbe partecipato alla manifestazione del 22 aprile, cosa che poi è stata effettivamente compiuta, unico organismo sindacale non dell’Usb a parteciparvi. Questa condotta del CLA ha dimostrato, oltre alla coerenza col principio dell’unità d’azione del sindacalismo conflittuale, anche una sua migliorata capacità d’intervento.

Il 14 aprile, a Firenze, si è svolta un’assemblea nazionale delle aree conflittuali in Cgil, che si sono accordate per presentare un documento alternativo al nuovo congresso del sindacato, il XIX, che inizierà fra poche settimane.

Le tre aree che si dicono conflittuali in Cgil sono: “Riconquistiamo tutto”, la più consistente; “Le giornate di marzo”, staccatasi dalla prima due anni fa e che di fatto è una frazione sindacale di un gruppo trozkista; “Democrazia e Lavoro”, che all’ultimo congresso non aveva presentato un documento di opposizione ma emendamenti al documento di maggioranza e che difficilmente può essere considerata davvero conflittuale.

In questa riunione sono emerse le divergenze rispetto al problema della guerra. Una minoranza dell’area “Riconquistiamo tutto”, frazione sindacale di un partito trozkista – il PCL – ha dichiarato il suo sostegno alla resistenza ucraina “qualunque sia la sua direzione politica”, in nome della “autodeterminazione dei popoli” elevata a principio assoluto, cui viene subordinata la lotta fra le classi.

Un altro gruppo trozkista, il più consistente in questa area, ha invece assunto una posizione più ambigua, dichiarandosi contro tutti gli imperialismi ma sostenendo il diritto del popolo ucraino a difendersi, appoggiando i gruppi politici di sinistra che colà si oppongono al governo.

Il gruppo trozkista che ha creato l’area “Le giornate di Marzo” definisce la guerra in Ucraina imperialista, ma senza giungere a indicare la via del disfattismo, oltre che ai proletari russi, anche a quelli ucraini.

Queste divisioni fra i gruppi politici opportunisti che dirigono le aree conflittuali in Cgil spiegano il sostanziale immobilismo dell’area “Riconquistiamo tutto” di fronte alla guerra. Quest’area dopo aver emesso un comunicato “Contro Putin, la NATO e l’invio di armi in Ucraina”, il 4 marzo, non ha più detto o fatto nulla, fino a un comunicato a sostegno dello sciopero del 20 maggio emesso il 15 maggio. Certo positivo, ma nel frattempo non ha mai partecipato alle iniziative per promuovere lo sciopero, né all’assemblea nazionale del 9 aprile né alle successive riunioni.

Queste divisioni offrono un interessante spaccato dello sgretolarsi dell’opportunismo di fronte al fatto della guerra, e alla insostenibilità dei suoi fondamenti politici.

Circa l’attività sindacale entro l’Usb, la dirigenza di questo che è il principale sindacato di base in Italia ha atteso sino al 6 maggio per dichiarare l’adesione allo sciopero contro la guerra del 20 maggio.

Pochi giorni dopo un comunicato del Coordinamento provinciale dei delegati dell’Usb Vigili del fuoco di Genova ha raccolto le posizioni internazionaliste e disfattiste della guerra borghese.

Il giorno dello sciopero contro la guerra, il 20 maggio, siamo intervenuti nelle piccole manifestazioni con un apposito volantino pubblicato in questo numero del giornale, a Roma, Firenze, Genova e Torino.

Giovedì 26 maggio, a seguito di un incidente mortale occorso all’aeroporto di Genova, l’Usb – che organizza parte dei dipendenti dell’aeroporto – ha convocato un presidio dinanzi all’aerostazione, per commemorare il lavoratore, che era un militante del sindacato, e denunciare le carenze nella sicurezza. Al molto partecipato presidio, con la presenza di delegati e iscritti dell’Usb anche di altre categorie, si è svolta una breve assemblea, con circa duecento presenti, in cui sono intervenuti dirigenti nazionali dell’Usb, il delegato Usb dell’aeroporto, uno studente dell’organizzazione giovanile dell’Usb e un dirigente locale del SI Cobas.

Un nostro compagno che lavora nell’aeroporto è intervenuto, spiegando come incidenti analoghi erano accaduti nell’aeroporto di Genova altre due volte, che la sicurezza per le aziende è un costo che riduce i profitti e che per il profitto il padronato mette in conto un certo numero di vittime operaie, oltre ai danni alla salute. Ha concluso affermando che per opporsi a questo stato di cose le denunce non bastano e che occorre invece la forza, dello sciopero, dell’organizzazione, della lotta. L’intervento è stato molto apprezzato.

 




Un volantino antimilitarista dall’interno della Usb

Qui riportiamo il volantino pubblicato dal Coordinamento Usb Vigili del fuoco di Genova, alla cui redazione ha contribuito un compagno del partito, delegato del sindacato di quella categoria. Il volantino è stato poi firmato congiuntamente dall’Usb delle acciaierie di Cornigliano (Genova), l’ex ILVA, ora denominata Acciaierie d’Italia. Il testo riporta le corrette posizioni dell’internazionalismo proletario contro la guerra imperialista.

A Genova, nonostante la carente organizzazione dello sciopero da parte dell’Usb e della Confederazione Cobas, al quale hanno aderito all’ultimo momento senza organizzare assemblee sui posti di lavoro e nelle loro federazioni territoriali, si è riusciti a dispiegare un piccolo corteo di trecento lavoratori, che ha percorso le vie del centro cittadino. Lo spezzone piu consistente e stato del SI Cobas, che invece ha preparato la mobilitazione.

Diversi istituti scolastici hanno chiuso per lo sciopero, segno che una consistente minoranza di lavoratori della scuola sono gia avversi alla guerra borghese: con un adeguato lavoro di preparazione da parte dei sindacati e possibile costruire una mobilitazione piu ampia.

Il telegiornale regionale della RAI non ha dedicato nemmeno pochi secondi allo sciopero, come se il corteo che aveva attraversato il centro città fosse stato di fantasmi. Lo stesso è accaduto sette giorni dopo – giovedi 26 maggio – quando all’aeroporto, convocata dall’Usb, si è svolta un’assemblea di duecento lavoratori a seguito della morte in un incidente la notte precedente di un lavoratore, militante dell’Usb. L’assemblea si è poi mossa in corteo lungo un breve percorso di fronte l’aeroporto, forse per la prima volta nella storia dello scalo. Nemmeno questo è bastato perche la televisione di Stato ne accennasse sul notiziario regionale.

Il regime borghese teme l’opposizione dei lavoratori alla guerra e il loro organizzarsi nel sindacalismo conflittuale.


Usb Vvf Genova - Usb Acciaierie d’Italia Genova
Scioperiamo contro la guerra e l’economia di guerra

Le vittime della guerra in Ucraina – come in tutte le guerre fra potenze – sono principalmente le persone non agiate e di conseguenza i lavoratori, quelli nelle città e quelli costretti dai rispettivi governi a rimanere per combattere.

Ma questa guerra sta colpendo anche i lavoratori di tutti i paesi che già ne stanno pagando i costi, per l’inflazione nonchè per le decisioni dei governi di aumentare le spese militari.

Per anni i governi d’ogni colore hanno invocato e imposto l’austerità dettata dalle regole economiche, con la conseguenza che non ci sono più soldi per gli aumenti salariali! Non ci sono più soldi per le pensioni! Non ci sono soldi più per le assunzioni! Non ci sono soldi più per la sanita e per la scuola! ecc. ecc.

Ora nel giro di poche ore hanno trovato miliardi da spendere in armamenti.

Gli unici che possono fermare questa guerra e il coinvolgimento, come in un vortice, di tutti i paesi, compresa l’Italia, sono i lavoratori, col loro rifiuto collettivo a combattere e a pagare i costi di una guerra che giova solo alle tasche di industriali, finanza e dei loro governanti di turno.

I costi, che già abbiamo iniziato a vedere nelle bollette e nei prezzi, diventeranno ancora piu pesanti nei prossimi mesi, peggiorando le nostre condizioni di vita in modo sensibile. Per questo serve lo sciopero generale:
     - per impedire il coinvolgimento dell’Italia in guerra;
     - per la revoca degli aumenti delle spese militari;
     - per aumentare i salari a tutti i lavoratori;
     - per dare un esempio ai lavoratori degli altri paesi affinché facciano lo stesso;
     - per l’unità internazionale dei lavoratori.

Per lo sciopero generale unitario del sindacalismo di base venerdì 20 maggio

 

 

 


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Un agonico capitalismo si getta sul riarmo e sulla guerra per rimandare la sua fine
Rapporto alla ultima nostra riunione generale

Alla fine dello scorso febbraio la Federazione Russa è entrata in guerra contro l’Ucraina.

La particolarità di questo scontro bellico sta nel fatto che una delle potenze militari piu potenti, la Federazione Russa, è coinvolta direttamente in una guerra contro uno Stato, l’Ucraina, ai confini della Unione Europea, un centro del capitalismo mondiale, e ai confini della Nato, un’alleanza militare che ha gli Stati Uniti come socio di maggioranza.

Con la guerra la Russia intende allontanare la pressione della Nato al confine occidentale e allo stesso tempo riaffermare il suo status di potenza militare, presentando al mondo le sue Forze Armate e le sue armi e mettendole alla prova. In tutto il mondo infatti gli esperti guardano a questo nuovo massacro per valutare l’efficacia dei sistemi d’arma e delle innovazioni tecniche, per decidere i loro prossimi acquisti.

Gli Stati Uniti, usando l’Organizzazione del Trattato Nord Atlantico, intendono approfittare della mossa dello Stato russo per indebolirlo economicamente e militarmente, nell’intento di isolare successivamente il loro avversario strategico maggiore, la Cina. Per questo stanno fornendo all’Ucraina le fondamentali informazioni dei propri sistemi di controllo e acquisizione di dati sugli spostamenti delle forze russe e mandano a Kiev sistemi d’arma sempre piu pesanti e notevoli risorse finanziarie.


Un’accurata preparazione

La preparazione della guerra attuale va avanti da molti anni e ha trovato un punto di svolta con gli avvenimenti di Euromaidan del 2014. Da allora l’Ucraina e entrata definitivamente nell’orbita dell’egemonia statunitense e britannica, gia consolidatasi su molti paesi dell’Europa orientale appartenuti al disciolto Patto di Varsavia.

La vulgata occidentale vuole che la NATO e l’Unione Europea siano espressione di un mondo omogeneo all’interno del quale si manifestano interessi convergenti. Tale tesi e condivisa anche da ambienti di “estrema sinistra”, che cosi confessano la loro estraneita al marxismo. In realta la contesa interimperialistica e rovente anche all’interno della NATO e della stessa Unione Europea, che altro non è che un trattato fra Stati sovrani, come tutti i trattati destinato a essere sistematicamente violato dagli stessi contraenti.

Inoltre, a rendere particolarmente complessa ogni decisione politica e ogni nuova trasformazione della UE è il criterio dell’unanimita di tutti i 27 Stati membri che non mette al riparo da un’inazione e dall’assenza di una politica comune che non potra mai affermarsi. Solo la guerra infatti avrebbe potuto in passato portare ad una unificazione del decadente continente europeo.

La Brexit ha accentuato il divario fra le sue aree. Il Regno Unito, nel solco della sua secolare politica, ha utilizzato anche il contenitore della Nato per esaltare nella UE l’antagonismo fra la linea dello sviluppo delle relazioni e degli scambi con la Russia, propria dei paesi dell’Europa occidentale, fra cui Germania e Italia, e quella dei paesi est europei, capeggiati dalla Polonia, che si candidano a barriera dell’Occidente di fronte alle incursioni politiche ed economiche della Russia. Gli Stati Uniti hanno lavorato alacremente per suscitare in Ucraina, attraverso un nazionalismo che reinventa una tradizione storica e culturale fittizia, sentimenti di estraneita all’area geostorica russa. Allo stesso tempo gli USA hanno riempito il paese di armi e di istruttori militari per preparare l’esercito ucraino a uno scontro con la Russia.

Al di la della frontiera, la Russia ha seguito un percorso analogo. La tradizione, anch’essa fittizia, evocata da Putin intende ricollegarsi alle glorie passate della Santa Madre Russia, da Ivan il Terribile, a Pietro, a Caterina, che permisero al paese di risorgere dopo le invasioni e le dominazioni turco- mongole, poi di affermarsi in un contesto in cui l’espansionismo era il necessario antidoto alla disgregazione. In questa costruzione, fra le divinità minori, vendute sottobanco per ovvie ragioni, ci sono anche Stalin e Zhukov, artefici della vittoria nella “Grande Guerra Patriottica”.

Per Putin, interprete storico della nazione, l’Ucraina sarebbe sempre stata una parte della Russia. Solo Lenin ne avrebbe fatta una nazione a sè, “peggio di un errore”, un crimine. Una ricostruzione caricaturale della politica delle nazionalita dei rivoluzionari bolscevichi. Una rinuncia a comprendere i processi storici della Russia pre e post-staliniana e dell’impalcatura statale pre e post sovietica.

Sia in Russia sia in Occidente si è fatto di tutto per dare dei connotati ideologici a questo scontro: da un lato si e parlato di una “Operazione Militare Speciale” al fine di combattere “il nazismo” e di ristabilire i confini “naturali” della nazione russa, dall’altro si è parlato di una lotta tra il “mondo libero” delle democrazie occidentali e quello “autocratico” di Putin e alleati. Naturalmente, l’impalcatura ideologica eretta dalla borghesia per giustificare l’ennesimo massacro di lavoratori russi ed ucraini, nulla ha a che vedere con i processi in corso.

Per individuare le ragioni che hanno portato la Russia alla ”Operazione Militare Speciale” è necessario comprendere l’importanza geo-strategica ed economica che l’Ucraina riveste per la borghesia russa. Il controllo dell’Ucraina permette alla Russia di esportare il gas in Europa, mentre i porti ucraini del Mar Nero e della Crimea consentono di proiettare la sua influenza militare ed economica nel vicino oriente e nel Mediterraneo orientale. Una potenza ostile sul Mar Nero minaccerebbe direttamente quello che per la Russia e quasi un mare interno. Fondamentale per le esportazioni di idrocarburi, tramite i gasdotti Turk Stream e Blue Stream Pipeline, che attraversano il Mar Nero dal Caucaso alla Turchia, e per l’accesso a regioni strategiche, Turchia, Siria, Iran, con le quali la Russia ha stretto legami economici e militari.

L’Ucraina vanta inoltre ricchi giacimenti di materie prime, carbone, minerale di ferro, gas, petrolio, argilla e metalli come il litio e il manganese, giacimenti su cui negli ultimi anni avevano tentato di mettere le mani multinazionali cinesi e occidentali. Lasciare all’Europa e agli Stati Uniti risorse come queste sarebbe una sconfitta devastante per la borghesia russa.

È dunque impossibile analizzare le cause della guerra d’Ucraina senza aver compreso che e parte di uno scontro imperialista molto piu ampio tra le diverse fazioni della borghesia il cui scopo e ritagliarsi sfere di influenza, conquistare mercati di sbocco per le proprie merci, assicurarsi plusvalore e scalzare gli avversari da regioni geograficamente vitali e ricche.

Non sappiamo se il Cremlino avesse gia deciso per l’intervento. Un paio di settimane prima dell’apertura delle ostilità sembrava quasi che Mosca potesse accontentarsi di denunciare le incongruenze occidentali, con una Germania ansiosa di inaugurare il gasdotto Northstream 2.

Ma l’amministrazione Biden era sempre piu decisa a impedirlo. In questo atteggiamento va vista la insofferenza per i risultati diplomatici raggiunti dalla Russia, assurta al ruolo di arbitro nel Medio Oriente, in un’alleanza politica e militare a geometria variabile con l’Iran, e allo stesso tempo a stringere legami economici con l’Arabia Saudita e gli Emirati Arabi Uniti nella OPEC Plus. Questo mentre nello stesso tempo la Russia continua ad avere un rapporto interlocutorio con Israele, che insieme alla Turchia e fra gli alleati militari dell’Occidente che non hanno applicato le sanzioni. Un complesso gioco di equilibri che fa il paio con gli ottimi rapporti commerciali, ma in parte anche politici, con l’India, arcinemica della Cina, con la quale la Russia ha rapporti economici e diplomatici abbastanza stretti, al punto di prospettare un’alleanza in funzione antiamericana.


Vertici di guerra

La chiamata alle armi del fronte occidentale di Stati si è avuta quando, il 26 aprile, il segretario alla difesa statunitense Lloyd Austin ha convocato i ministri di 43 governi nella base militare di Ramstein, in Germania, per istituire “un gruppo di contatto permanente”, una “piattaforma tecnica” per il coordinamento gli aiuti militari all’Ucraina.

La scelta di quella base ha certamente mandato un messaggio alla Germania, reticente a tagliare i suoi legami economici e commerciali con la Russia: le è stato ribadito che la sua sovranita e limitata, che gli Stati Uniti in Germania hanno il loro secondo contingente militare all’estero: 38.500 soldati, dopo quello in Giappone, con oltre 56.000.

Al vertice sono stati convocati non solo i 29 Stati membri della Nato, ma anche 14 esterni: l’Ucraina per prima, ma anche Svezia e Finlandia, prossimi membri, gli asiatici Giappone, Corea del Sud, Nuova Zelanda, Australia, poi i mediorientali Israele, Giordania, bastione Usa ai confini della Siria filorussa, e il Qatar, infine quattro africani: Kenya e Liberia, fidati alleati Usa, ma anche Marocco e Tunisia. Questi ultimi come a mettere pressione sull’Algeria, forte acquirente di armi russe che, proprio in questi giorni, ha rafforzato i legami con l’Italia con la firma di numerosi progetti di collaborazione economica.

Un fronte mondiale quindi, schierato contro non solo la Russia ma anche la Cina nella regione dell’Indo-Pacifico, dove la Nato potrebbe intervenire, secondo un bellicoso discorso di aprile del ministro britannico della difesa, e verso l’Africa sub sahariana, dove si sta rafforzando la presenza russa e cinese.

Al vertice è stato dichiarato apertamente che l’obbiettivo degli Stati Uniti non sarebbe tanto respingere l’aggressione all’Ucraina quanto “indebolire” la Russia per impedirle nuovi attacchi contro altri paesi.

Tutte le borghesie, strangolate da una crisi economica gravissima, si gettano nel grande affare: i “suv” non rendono più, ora è il momento dei carri armati! I rappresentanti delle grandi industrie e delle grandi banche di tutti i paesi – anche, dopo due secoli di neutralità, quelli di Svezia – si risolvono e si precipitano nella guerra, né potrebbero fare diversamente.


Propaganda per dividere i lavoratori

La ricostruzione dello svolgimento di una guerra in corso è sempre un’operazione rischiosa. Se la guerra sin dai tempi antichi, come spiegava Sun Tzu, è “l’arte della dissimulazione”, è comprensibile che i comandi degli eserciti in lotta non possano essere fonti attendibili. Per noi che ci avvaliamo del metodo scientifico marxista il lavoro di interpretazione della guerra viene facilitato dal continuo riferimento ai rapporti fra le classi e dall’analisi della base economica su cui le potenze borghesi poggiano la loro forza militare.

A complicare le cose si aggiunge l’assordante frastuono mediatico che, fingendo di informare il pubblico, in realtà fornisce un racconto di comodo degli avvenimenti per orientare l’opinione pubblica e spingerla ad arruolarsi ideologicamente ed emotivamente su uno dei fronti.

In occasione di questa guerra l’opera sistematica di mistificazione dei media ha confermato il perfetto funzionamento di una organizzazione centralizzata, come avviene in “pace”, che conferma la natura totalitaria, fascista, di ogni regime del capitale, sia pure perfettamente democratico nelle sue istituzioni formali, come in Italia.

Incredibili fandonie, oltre il limite dell’idiozia, sono diventate correnti strumenti di esplicito controllo sociale. In perfetta legalità sono banditi e oscurati determinati organi di stampa. Ogni Stato, come detiene il monopolio della forza, detiene anche quello ideologico e della informazione, e, nella sua fase di declino e decomposizione, della menzogna.

L’Unione Europea già dal 2015, evidentemente in vista della guerra attuale che andava già maturando e che aveva avuto un primo prologo con la presa della Crimea da parte dell’esercito russo e dei territori di Luhansk e Donetsk da parte delle milizie filorusse, aveva istituito una “task force” denominata East StratCom che nell’ambito del Servizio Europeo per l’Azione Interna risponde al “bisogno di sfidare le continue campagne di disinformazione della Russia”. Il Consiglio dell’Unione è arrivato il 2 marzo a sospendere le trasmissioni radio di Sputnik e di RT/Russia today. Evidentemente lo Stato russo procede nel modo esattamente simmetrico.

Per l’Unione si tratta anche di evitare che traspaia il carattere fittizio della pretesa unità sua e del cosiddetto “mondo libero” di fronte alla minaccia costituita dalle “autocrazie”.

Fin dalle prime 48 ore di guerra è stato impedito ai giornalisti degli organi di stampa di pubblicare notizie che non fossero passate al vaglio delle principali agenzie occidentali. Un’occhiuta vigilanza censura e “dosa” preventivamente i contenuti dei comunicati e dei documenti.

Noi, al contrario, non abbiamo alcun bisogno di convincere o muovere alcuna “opinione pubblica” e non ci poniamo il problema di ribattere sempre punto per punto alle fanfaluche borghesi. Del resto il 99% delle scemenze che propinano saranno i borghesi stessi in breve tempo a smentirle, con le scemenze opposte. A noi interessa analizzare i processi dal punto di vista della lotta della classe operaia, della rivoluzione, del comunismo. Altro che risse simulate da talk show.


Tre mesi di guerra

Prima dell’alba del 24 febbraio incomincia l’intervento militare russo in Ucraina. È contrassegnato da una Zeta in vernice bianca, e non marcia sotto la bandiera e i simboli nazionali. Bombardate istallazioni militari nelle principali città del paese, i primi sconfinamenti in pochi giorni penetrano su un fronte lungo oltre mille chilometri. Le direttrici di attacco a nord sono all’inizio due: una si dirige verso la provincia di Cernihiv, per poi puntare direttamente verso la capitale Kiev, l’altra verso l’oblast di Sumi. La zona di azione dell’esercito russo si estende rapidamente a tutte le regioni settentrionali a est della capitale, stretta su due lati senza che tuttavia si abbia l’impressione di un tentativo di conquistarla. La stessa cosa avviene nelle altre città del Nord con l’avanzata russa che tende ad aggirare i grandi centri urbani.

Il lavoro di colpire gli acquartieramenti dissimulati di soldati e mezzi ucraini è affidato all’aviazione che, come avviene in queste circostanze, distrugge scuole e ospedali, municipi, palazzine destinate a usi abitativi, con la morte di numerosi civili.

Sulle ragioni di questo impegno ingente di truppe nel quadrante Nord-Est la macchina propagandistica dell’occidente ha speculato a ruota libera affermando che si trattava di un’operazione concepita in partenza come una guerra lampo che avrebbe dovuto portare al rapido collasso dello Stato e dell’esercito ucraini. Un piano che sarebbe fallito data la decisione del valoroso presidente ucraino Zelensky di restare nel paese e non fuggire all’estero e alla determinazione dell’esercito ucraino di combattere per difendere “la patria e la libertà”.

Tralasciando la propaganda occidentale, si potrebbe ritenere fondato un tentativo iniziale di cambiare il regime a Kiev, soprattutto per la presenza in Ucraina di una fazione filorussa, o comunque non ostile alla Russia, che era al potere fino al 2014 e che attualmente è oggetto della repressione statale. D’altronde Putin il 25 febbraio si scagliava contro il governo di Kiev, denominato “banda di drogati e nazisti”, e si appellava all’esercito ucraino dicendo “prendete il potere a Kiev, sarebbe più facile negoziare con voi”.

Puntare su Kiev è risultato funzionale alla strategia russa di impegnare una porzione cospicua delle truppe ucraine a Nord e Nord-Est, rendendo più rapida l’avanzata a Sud procedendo dal Donbass e dalla Crimea. Questa parte della “Operazione Militare Speciale” ha raccolto i maggiori successi. Già a metà di marzo, a soli venti giorni dall’inizio della guerra, la fascia litoranea fino a Kherson era sotto il controllo russo. Dopo questo risultato le truppe russe hanno incominciato a ritirarsi dall’area a Nord di Kiev, rientrando dentro i confini o spostandosi verso Est, lasciando libero campo alla riconquista ucraina.

Attualmente le forze russe controllano un’area che corrisponde a un quinto del territorio dell’Ucraina, per il suo sottosuolo e per la localizzazione degli impianti industriali il più ricco. La guerra imperialista non può essere mai disgiunta dalla rapina.


Uno scontro fra mercanti

Sul piano economico e politico la Russia ha segnato punti a suo favore. L’alto prezzo di gas e petrolio ha permesso introiti che hanno compensato un certo calo nella loro esportazione. Le quotazioni del rublo hanno segnato un notevole recupero rispetto all’euro e al dollaro, grazie anche all’imposizione ai paesi che avevano votato le sanzioni contro la Russia di pagare i prodotti energetici nella valuta russa. Per limitare gli effetti indesiderati dell’eccessivo rialzo delle quotazioni del rublo la Banca Centrale russa il 26 maggio ha ridotto il tasso d’interesse dal 14 all’11%.

Per ora i paesi dell’Unione Europea non riescono a varare il sesto pacchetto di sanzioni, che dovrebbe includere il bando delle importazioni di petrolio. Molte borghesie europee ne hanno solo da perdere. Basti pensare al caso dell’Italia che dal 24 febbraio ha moltiplicato per quattro le proprie importazioni di petrolio dalla Russia. Ancora più difficile e a lunga scadenza l’estensione delle sanzioni sul gas, dal quale dipendono gli industrialismi europei, tedesco e italiano in particolare.

Per ironia di quella vera-finta guerra fra mercanti, come sono tutte le guerre imperialiste, una decisione di questo tipo danneggerebbe la stessa Ucraina, che per il passaggio sul suo territorio del gas russo continua regolarmente a riscuotere cospicue royalties, pagate in euro e in dollari, dal paese con cui è in guerra. La guerra è sempre una tragedia spaventosa per i proletari che sono costretti a combatterla e a subirla, mentre per la borghesia di tutti i fronti è un’ottima occasione per fare, da lontano o in sicuri rifugi, splendidi affari


Carne da cannone in vendita

La borghesia ucraina, in cambio di consistenti aiuti economici e militari occidentali, costringe al fronte il proprio proletariato, venduto come carne da cannone per fare la guerra dei capitalisti americani a quelli russi. Allo stesso modo il proletariato russo e mandato a morire nel nome della difesa della Grande Madre Russia, cioe per difendere gli interessi dei capitalisti e dei proprietari fondiari russi, ansiosi di salvaguardare le loro sfere di influenza economica e militare. Questa è la realta delle cose, al di sopra delle “idee” e dei pretesti etici e patriottici con i quali si cerca di spingere i proletari di entrambi gli Stati sul fronte della guerra.

Il 30 dicembre 1938, a pochi mesi dalla Seconda Guerra Mondiale che sarebbe scoppiata il primo settembre del 1939, Trotzki avvertendone i preparativi, scriveva: «Dal 1871 al 1914 il capitalismo europeo, sulla base degli Stati-nazione, fiori sopravvivendo a sé stesso trasformandosi in monopolio o capitalismo imperialista. L’imperialismo e quella fase del capitalismo in cui quest’ultimo, dopo aver realizzato tutto cio che e in suo potere, comincia a declinare. La causa del declino risiede in questo: che le forze produttive sono incatenate dalla struttura della proprieta privata, cosi come dai confini degli Stati-nazione».

Questo declino, presente dunque gia nei primi anni del XX secolo, e stato rallentato da ben due guerre mondiali che, con il loro carico di distruzioni e di morte, hanno permesso al sistema imperialistico in un certo qual modo di ringiovanirsi, procrastinando cosi la sua fine.

I settant’anni che ci separano ormai dalla fine del secondo macello imperialista, definiti di pace dalla propaganda borghese, sono stati costellati da decine di guerre, in Medio Oriente, Asia centrale, Africa, America Latina, Balcani. Nel frattempo il capitalismo si è esteso alle regioni del mondo ancora arretrate, prima fra tutte alla Cina. Il tempo di vita per il capitalismo si è oggi ridotto ancora, e ha sempre piu bisogno di distruggere per sopravvivere, per allontanare di un poco la sua fine.

Torniamo a Trotzki.

«L’imperialismo cerca di spartirsi e ripartirsi il mondo. Al posto delle guerre nazionali ci sono le guerre imperialiste. Esse sono di carattere completamente reazionario, e sono l’espressione dell’impasse, della stagnazione e dell’imputridimento del capitale monopolistico».

L’imperialismo maschera le proprie peculiari aspirazioni – la conquista delle colonie, dei mercati, delle fonti di materie prime, delle sfere d’influenza – con idee come “la salvaguardia della pace contro gli aggressori”, “la difesa della patria”, “la difesa della democrazia”, ecc. Queste idee sono false da cima a fondo. Compito di ogni socialista non e sostenerle ma, al contrario, smascherarle davanti al popolo.

«La questione di quale gruppo abbia sferrato il primo colpo militare o abbia per primo dichiarato guerra, scriveva Lenin nel marzo del 1915, non ha alcuna rilevanza sulla definizione della tattica socialista. Le frasi sulla difesa della patria, sulla resistenza contro l’invasione nemica, sulla conduzione di una guerra di difesa, ecc. sono da entrambi i lati un completo inganno per la popolazione. Per decenni, ha spiegato Lenin, tre banditi – le borghesie e i governi di Inghilterra, Russia e Francia – si sono armati per depredare la Germania. C’e da stupirsi che i due banditi – Germania e Austria- Ungheria – lancino un attacco prima che i tre banditi riescano ad ottenere i nuovi coltelli che hanno ordinato?» (“Lenin e la guerra imperialista”).

«È demolito cosi tutto l’apparato della propaganda borghese e opportunista che, in base a un inesistente “diritto internazionale”, distingue tra aggredito e aggressore, tra offesa e difesa, arrogandosi, contemporaneamente da ogni lato, il diritto di esportare “la democrazia” a cannonate.

«Da entrambi i lati, su entrambi i fronti – scrisse Lenin nel 1915 e ripete Trotzki nel 1938 e ripetiamo noi oggi – le frasi sulla difesa della patria, sulla resistenza contro l’invasione nemica, sulla conduzione di una guerra di difesa sono solo formule vuote per ingannare il proletariato, per costringerlo alla guerra, a solo vantaggio delle classi dominanti».

Anche nell’attuale guerra in Ucraina i due fronti di Stati, Mosca e Kiev, sono entrambi di capitalismo maturo e affermato. Il proletariato neghi ad entrambi ogni solidarietà. Di più, deve preparare la sua opposizione di classe a questa guerra, la sua guerra di classe. Chiunque, stalinista, trotzkista o anarchico, si sia fatto convincere dalla propaganda di uno dei due militarismi, ha dimostrato solo la sua incapacità ad interpretare i fatti, il suo tradimento pratico nel dirigere la battaglia della classe operaia.

 

 

 


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Il nostro coerente lavoro internazionalista nella riunione generale del partito

In video-conferenza, 27-29 maggio
[RG143]
 
 
 
Seduta di venerdì
Resoconti dell’attività di ogni sezione e di ogni gruppo di lavoro
Seduta di sabato
Riarmo degli Stati
La guerra in Ucraina
Le forze produttive si ribellano al capitale
Questione Kurda (parts IV, V)
Origini del PCdC, 2° congresso
La rivoluzione Ungherese - Questione agraria
Situazione in Venezuela
Seduta di domenica
Situazione economica in Pakistan
La teoria marxista delle crisi - Le teorie sul Plusvalore
Storia del Profintern
Corso dell’Imperialismo
Rapporto organizzativo del Centro
Rapporto sull’attività sindacale
Questione militare - In Russia
Partito e cultura

 

Si e tenuta in tele-conferenza la riunione generale del partito nei giorni da venerdi 27 a domenica 29 maggio, dalle 17 alle 23 in Italia, per adeguarci agli orari dei vari paesi.

Alla seduta organizzativa del venerdi, alla presenza dei soli compagni, nel numero di 43, abbiamo ascoltato i resoconti delle sezioni, tradotti all’impronta nelle tre lingue italiano, inglese e spagnolo. Al sabato e alla domenica – alla presenza di 60 fra compagni e candidati seriamente avviati alla milizia, 42 europei, 15 americani, 3 asiatici – abbiamo ascoltato 14 relazioni, della durata di 30 minuti circa ciascuna, esposte direttamente nella lingua preferita dal relatore. Il testo di tutti i rapporti era stato in precedenza tradotto nelle tre lingue e messo a disposizione dei compagni, metodo che abbiamo sperimentato e che consente di seguire meglio quanto illustrato, oltre che un utilizzo ottimale del tempo. Al termine di ogni rapporto i compagni possono inviare per iscritto al tavolo organizzativo eventuali domande di chiarimento, alle quali i relatori decidono se rispondere subito o successivamente, a riunione terminata.

Il rapporto organizzativo del Centro ha riferito del lavoro svolto dalla precedente riunione ed elencati i davvero numerosi impegni per i prossimi mesi nei vari settori di attivita del partito.

Tutto questo lavoro, veramente notevole date le nostre minime forze, si svolge gia con modalita non piu mercantili e capitalistiche, nessuno e costretto alla nostra rigorosa e centralizzata disciplina, nessuno riceve un compenso che non sia la propria soddisfazione di comunista e l’ammirazione e il riconoscimento dei compagni, e dei lavoratori piu coscienti per l’opera del partito. Sono questi atteggiamenti, naturalmente e spontaneamente assunti, che rendono possibile e potenziano il nostro lavorare e la nostra battaglia sociale di oggi e si svilupperanno nel partito in grande e combattente di domani, anticipazione di una societa finalmente libera dagli antagonismi, dalle miserie e dalle morbosità borghesi.

Qui diamo, per i compagni assenti e per i lettori, un primo riassunto delle relazioni.

Il testo completo dei rapporti sul riarmarsi degli Stati e quello sulla storia del Kurdistan sono in pubblicazione nel numero in uscita di “Comunismo”, i due rapporti sulla guerra in Ucraina appaiono su questo numero, quelli sull’attivita sindacale del partito nelle pagine di “Per il Sindacato di Classe”.


Le forze produttive si ribellano al capitale

La prima parte della relazione ha dimostrato la connessione nei testi di Marx ed Engels tra lo sviluppo delle forze produttive e quello dei bisogni della specie umana, con conseguente “contraddizione tra i rapporti di produzione e le forze produttive”.

Particolare attenzione e data al “Manifesto” del 1848. Viene ricordata, in suoi passaggi rilevanti, la breve descrizione dello sviluppo del capitalismo dal feudalesimo, dimostrando che e la crescita dei “bisogni dei nuovi mercati”, e l’incapacita di soddisfarli delle esistenti forme sociali della industria, che ha spinto lo sviluppo del nuovo modo di produzione, passando prima al sistema delle corporazioni, poi alla manifattura, infine alla grande industria capitalistica.

La connessione tra la struttura di classe della societa e il modo di produzione e affermata in modo netto, insieme che la crescita dei bisogni e una forza motrice nello sviluppo delle forze produttive.

Un’altra citazione dimostra che l’incapacita del presente modo di produzione di soddisfare i bisogni del proletariato costringe quest’ultimo a lottare in modo rivoluzionario contro il capitalismo.

Si afferma poi che i bisogni della specie non sono immutabili, ma prodotto di un lungo corso di sviluppo storico.

Progresivamente, la sociedad, encadenada a determinadas relaciones de producción, se vuelve incapaz de hacer pleno uso de los instrumentos de trabajo aumentados, de utilizar las fuerzas productivas de tal manera que satisfagan las necesidades de la especie. El desarrollo de las fuerzas productivas se define por nuevos descubrimientos científicos o por la introducción de nuevos métodos de utilización de esas fuerzas.

Las crisis de sobreproducción son una manifestación de esta contradicción. Las crisis industriales conllevan la incapacidad de la sociedad para satisfacer sus necesidades en términos de consumo de productos materiales. En estas crisis, los trabajadores son despedidos, las empresas están cerradas, las herramientas de trabajo quedan fuera de servicio o se destruyen.

Los ejemplos históricos de la política económica del nazismo en Alemania – incluyendo el intento de exterminio de los judíos, que debe definirse como una medida económica – y del gobierno estadounidense de Roosevelt, muestran cómo el estado burgués interviene frente a las crisis de sobreproducción. Hay un pasaje de un artículo de 1952 en "Prometheus" que afirma que la política económica del New Deal también era fascista. Al citar a Lenin, hemos confirmado que en la época del imperialismo no hay gran diferencia en la política económica entre los gobiernos fascistas y democráticos.

Il rapporto ha quindi affiancato al bisogno sociale di articoli di consumo i bisogni dei proletari legati direttamente alla produzione: accorciamento della giornata lavorativa, diminuzione della sua intensita e fatica, superamento del dispotismo di fabbrica e necessita di una divisione del lavoro molto meno irrigidita. Il potenziale per la soddisfazione di tutti questi bisogni esiste nelle moderne forze produttive, ma la loro soddisfazione e impedita dalle forme capitalistiche di proprietà.

È dai bisogni del proletariato che nasce il programma comunista, e la sua corrispondente espressione come partito. Il partito comunista è il rappresentante sociale, politico e ideologico delle forze produttive moderne, di una rivoluzione storicamente, e scientificamente, inevitabile.


Origini del Partito Comunista di Cina
Il secondo Congresso

Il Secondo Congresso del Partito si tenne a Shanghai a partire dal 10 luglio del 1922. Presenti 9 delegati ufficiali, in rappresentanza dei 123 membri che il Partito contava allora.

I documenti congressuali approfondivano notevolmente la situazione internazionale e le vicende che avevano caratterizzato l’aggressione imperialistica verso la Cina, dando maggior risalto agli aspetti della lotta contro l’imperialismo, passati in secondo piano nel Manifesto del 10 giugno, che si era concentrato principalmente sulle condizioni politiche interne della Cina.

L’aggressione degli imperialisti si inseriva nella necessità del capitalismo mondiale di depredare le colonie e le semi-colonie delle loro risorse e sfruttarne la manodopera. La Cina era un paese ricco di materie prime e con una grandissima popolazione, che la rendeva campo di battaglia delle varie potenze. La situazione politica interna si caratterizza per la presenza dei signori della guerra, che gli imperialismi utilizzavano per controllare la politica e la vita economica cinese. Per undici anni, dalla nascita della Repubblica, la Cina era stata attraversata dalla guerra civile che aveva provocato una instabile divisione del paese. Senza il rovesciamento dell’oppressione militarista e dell’imperialismo la Cina non avrebbe mai raggiunto la sua unità e la guerra civile non sarebbe mai cessata.

Analizzando le forze sociali delle rivoluzione nazionale il rapporto metteva in evidenza come la borghesia cinese fosse nata come appendice del capitalismo straniero che, arrivato in Cina, non poteva operare indipendentemente, ma doveva chiedere l’aiuto dei mercanti cinesi. In questo modo si era formata la borghesia compradora, che operava come intermediaria per conto dei capitalisti stranieri e a questi si univa nello sfruttamento della Cina. In questo contesto fu possibile l’avvio del primo stadio dell’industrializzazione in Cina.

Una grande opportunita di sviluppo per la borghesia cinese si ebbe con la prima guerra mondiale che determinò un allentamento della penetrazione economica dei prodotti europei e americani e il boicottaggio delle merci giapponesi. Ma alla fine delle guerra un ulteriore sviluppo della borghesia cinese era ostacolato dall’aggressivo ritorno degli imperialisti che, in difesa dei loro affari, si appoggiavano ai signori delle guerra. Data questa situazione, secondo il Manifesto del 10 giugno, «la giovane borghesia cinese per prevenire l’oppressione economica dovrebbe insorgere e lottare contro l’imperialismo capitalistico internazionale». Il movimento antigiapponese del 1919 aveva dimostrato che la giovane borghesia cinese poteva unirsi contro l’imperialismo e il corrotto governo di Pechino, mentre il governo di Canton era considerato il mezzo della borghesia illuminata.

Al di la del giudizio sul ruolo delle borghesia cinese nella rivoluzione, veniva correttamente affermato che il piu importante fattore del movimento rivoluzionario era costituito dai trecento milioni di contadini cinesi, che vivevano in una condizione di miseria generale dovuta alla mancanza di terre, alle guerre civili, al banditismo, alla pressione dei prodotti stranieri. I contadini potevano essere divisi in tre gruppi: i grandi proprietari terrieri e i contadini ricchi; i contadini che coltivavano la propria terra e gli affittuari; i giornalieri. I piu miseri del secondo gruppo e quelli del terzo costituivano il 95% del totale. Solo la rivoluzione poteva tirarli fuori da questa condizione di miseria e la vittoria rivoluzionaria poteva realizzarsi solo attraverso la loro alleanza con la classe operaia.

A causa dell’invasione delle merci straniere erano caduti in miseria anche artigiani e piccoli commercianti e più il capitalismo nazionale si sviluppava più cresceva la loro miseria. La valutazione era che data questa condizione anche la piccola borghesia si sarebbe unita alla lotta rivoluzionaria. Poi c’era la classe operaia, che era in sviluppo. Il grande sciopero dei marittimi di Hong Kong e gli altri scioperi nel resto del paese dimostravano la forza del proletariato. Si stavano affermando anche le organizzazioni dei lavoratori.

Date le condizioni economiche e politiche della Cina fu deciso di affiancarsi al movimento nazional rivoluzionario, come al suo Secondo Congresso aveva stabilito l’Internazionale per i paesi arretrati.

In altro documento congressuale, quello sulla decisione di unirsi alla lotta rivoluzionaria nazionale, si evince come tale posizione traesse il suo fondamento sulla valutazione di trovarsi nel periodo tra il feudalesimo e il capitalismo (“democrazia” nel testo congressuale). La Cina era sotto il dominio di militaristi feudali e all’esterno era un paese semi-indipendente controllato dalle potenze imperialiste. In questo periodo, dice il documento, «e inevitabile per la borghesia lottare contro il feudalesimo». Non essendo il proletariato in grado di condurre la lotta rivoluzionaria da solo, avrebbe dovuto unirsi alla lotta antifeudale.

Gia nella rivoluzione russa i bolscevichi avevano dimostrato falsa la tesi menscevica che nella rivoluzione borghese il proletariato non avesse che da appoggiare la borghesia liberale, che tende a un compromesso con le classi e gli istituti feudali, ma avevano affermato, e con successo dimostrato nei fatti, che la parola d’ordine del proletariato era quello dell’alleanza con i contadini nella rivoluzione democratica, che avrebbe potuto trascendere in rivoluzione permanente, della sola classe operaia.

Tale prospettiva non era delineata con chiarezza dal PCdC, mancando nei documenti del secondo congresso del Partito una chiara concezione del ruolo delle classi nella rivoluzione democratica, come quella che attendeva la Cina.

In questa fase, però, le decisioni del secondo congresso del PCdC, seppur tratteggiando un impianto teorico che lasciava spazio a una possibile affermazione della tattica menscevica della rivoluzione per tappe, avevano lo scopo di recepire la corretta tattica rivoluzionaria così come era stata stabilita dal secondo congresso dell’Internazionale sull’unione della rivoluzione proletaria nei paesi a capitalismo maturo con le rivoluzioni nazionali nei paesi arretrati come la Cina.

Nonostante una certa debolezza dal punto di vista teorico, il Partito cinese aveva il merito di mantenersi fermo sulla necessita di preservare l’indipendenza politica del proletariato nella rivoluzione nazionale.

In seguito le teorie sul carattere antifeudale della rivoluzione cinese e sulla natura rivoluzionaria della borghesia nazionale nel suo insieme, saranno utilizzate per giustificare l’aperto tradimento della classe operaia e serviranno per far passare la tattica dell’alleanza con Kuomintang, che sara realizzata con la sottomissione del proletariato al partito della borghesia cinese, processo iniziato nel corso del ’22 e completamente realizzato nel ’24.

Ma al secondo congresso non fu nemmeno presa in considerazione la proposta di Maring dell’ingresso dei comunisti nel Kuomintang, facendo invece emergere una soluzione che si basava solo sulla cooperazione tra i due partiti. Ci si immaginava, in termini ancora vaghi, ma gia citando il Kuomintang, una cooperazione con la borghesia liberale, sostenendo “dall’esterno” il partito di Sun Yat-sen.

A cio si aggiunse la proposta di una cosiddetta “Alleanza Democratica”, che avrebbe dovuto coinvolgere gli operai sindacalizzati insieme ai membri delle organizzazioni dei contadini, commercianti, insegnanti, studenti, donne, e giornalisti, cosi come pure ai deputati parlamentari che simpatizzavano con il comunismo. In questo modo i comunisti sembravano voler dar vita ad un’ampia “alleanza democratica”, che in pratica avrebbe sostituito il fronte tra il PCdC e il Kuomintang, non considerato come l’unico partito rivoluzionario in Cina. Dal canto suo, il Kuomintang non sostenne questa iniziativa, che venne a cadere del tutto non appena, all’indomani del congresso del Partito, il ritorno di Maring in Cina fara prevalere la tattica di ingresso dei comunisti nel Kuomintang.

Il lavoro nel movimento operaio era ancora visto come l’obiettivo principale del PCdC, impegnato a promuovere un movimento di classe indipendente.

Anche se le condizioni cinesi determinavano la necessità della realizzazione di un fronte di tutte le forze rivoluzionarie, in particolare del movimento guidato da Sun Yat-sen, questo fronte era considerato come un’unione temporanea tra il proletariato e i contadini, da un lato, e la borghesia rivoluzionaria dall’altro. Ma era chiaro al giovane Partito che l’impegno per la emancipazione nazionale non significava capitolare dinanzi alla borghesia. Dai documenti congressuali: «Il proletariato non deve dimenticare la propria organizzazione indipendente durante questa lotta. E molto importante che i lavoratori si organizzino nel partito comunista e nei sindacati. Tutti i lavoratori dovrebbero sempre ricordare che sono una classe indipendente, dovrebbero disciplinarsi per prepararsi all’organizzazione e alla lotta, dovrebbero preparare i contadini a unirsi e organizzare i soviet per raggiungere la completa emancipazione».


La teoria marxista delle crisi
Le teorie sul Plusvalore - Adam Smith

Dopo aver affrontato nella passata riunione generale lo studio dei fisiocratici, il relatore ha esposto il capitolo riguardante Adam Smith, che può essere considerato solo con molta approssimazione il fondatore della scuola economica classica ma le cui idee liberiste e in particolare la teoria della “mano invisibile” ben si adattavano agli albori del capitalismo, anche se non manco di rilevare i possibili antagonismi fra interesse individuale e collettivo.

Marx scopre che Smith confonde e talora soppianta la determinazione, condivisa da Marx, del valore delle merci mediante la quantità del lavoro necessario per la loro riproduzione, col valore della quantità di merce con cui puo essere comprata quella quantita di lavoro. Che e sempre minore della prima.

Poiche Smith parte, giustamente, dalla merce e dallo scambio di merci, in cui i produttori si contrappongono originariamente solo come possessori di merci, appare che nello scambio tra capitale e lavoro salariato la legge generale venga immediatamente abolita e le merci non si scambino in rapporto alla quantita di lavoro che rappresentano. Da ciò egli conclude che il tempo di lavoro non è più la misura immanente che regola il valore di scambio delle merci, dal momento in cui le condizioni di lavoro si contrappongono al lavoratore salariato nella forma di proprieta fondiaria e capitale. Sente perciò la difficolta di dedurre dalla legge che presiede allo scambio delle merci lo scambio tra capitale e lavoro, scambio che, apparentemente, si fonda su principi opposti. La contraddizione pero non poteva essere chiarita, finche il capitale veniva contrapposto al lavoro invece che alla capacità lavorativa, alla forza lavoro.

In merito al rapporto di scambio tra possessori delle condizioni di lavoro e possessori della semplice capacità lavorativa afferma che «nello stato informe della societa che precede l’accumulazione dei capitali e la proprieta della terra, la quantita di lavoro necessaria per acquistare i diversi oggetti di scambio è [...] la sola circostanza che possa fornire qualche regola per gli scambi» (“La ricchezza delle nazioni”). Dunque il tempo di lavoro necessario alla produzione delle diverse merci determina la proporzione in cui esse si scambiano reciprocamente, ossia il loro valore di scambio. Ovvero, nell’ipotesi in cui il lavoratore sia un semplice venditore di merci, con la sua merce egli comanda tanto lavoro dell’altro quanto ne e contenuto nella propria merce, poiche essi si scambiano tra di loro unicamente come merci, e il valore di scambio delle merci e determinato dal tempo di lavoro.

«Non appena si sarà accumulato del capitale nelle mani di singole persone, qualcuno (...) lo impieghera (...) per dar lavoro a persone industriose, fornendole di materie prime e di mezzi di sussistenza, allo scopo di ritrarre un profitto dalla vendita del loro prodotto, ossia da ciò che il loro lavoro aggiunge al valore delle materie prime».

Smith si differenzia dai mercantilisti perchè correttamente non fa derivare il profitto dalla vendita, dal fatto che la merce viene venduta al di sopra del suo valore. Il valore, cioe la quantita di lavoro, che gli operai aggiungono alla materia prima, si divide invece in due parti, di cui una paga i loro salari e l’altra parte costituisce il profitto del capitalista; e cioè una quantita di lavoro che vende senza averla pagata.

Dunque, se il capitalista vende la merce al suo valore, cioe la scambia con altre merci secondo la legge del valore, il suo profitto deriva dal fatto che una parte del lavoro contenuto nella merce egli non l’ha pagata.

Smith ha perciò confutato l’opinione che la circostanza per cui non appartiene più al lavoratore l’intero prodotto del suo lavoro abolirebbe la legge secondo la quale la proporzione in cui le merci si scambiano tra loro, ossia il loro valore di scambio, è determinata dalla quantita del tempo di lavoro in esse materializzato. Tuttavia a questa determinazione del valore ne aggiungerà un’altra, errata, che mette sullo stesso piano lo scambio del prodotto finito contro denaro e quello contro lavoro.

Secondo la teoria di Smith la parte del capitale che è costituita da materie prime e mezzi di produzione non ha direttamente niente a che fare con la produzione del plusvalore; questo deriva esclusivamente dalla quantità addizionale di lavoro che l’operaio fornisce in eccedenza alla parte del suo lavoro che costituisce l’equivalente del suo salario. Dunque, è unicamente dalla parte del capitale anticipata come salario che scaturisce il plusvalore, poiche essa e l’unica parte del capitale che non solo si riproduce, ma che produce anche un sovrappiù.

Il profitto, invece, nascerebbe dalla somma totale del capitale anticipato.

Però, poichè Smith spiega si il plusvalore in modo esatto, ma non esplicitamente nella forma di una categoria determinata, distinta dalle sue forme particolari, lo confondera immediatamente, con il profitto. Questo errore permarra in Ricardo, e in modo piu marcato, per il fatto che la legge fondamentale del valore viene da lui elaborata con piu sistematica unita. Tale questione rientrera nel rapporto successivo.


La rivoluzione ungherese
La questione agraria - Conclusioni

A questa riunione abbiamo descritto come anche in Ungheria, come in Russia, la questione agraria risolutiva per la rivoluzione. Il rapporto ha menzionato lo scritto di Kun “Sulla Repubblica ungherese dei Consigli”: «Causa fondamentale del rovesciamento della Repubblica ungherese dei Consigli fu la mancanza di una soluzione del problema dei contadini, cioe della questione agraria. L’Ungheria [...] possiede un’industria sviluppata e un proletariato di operai pienamente formati, ma la maggioranza della sua popolazione e composta da operai agricoli e da piccoli proprietari [...] La repubblica dei Consigli ordinò che tutte le grandi e medie proprieta, con tutti i loro beni mobili e immobili, passassero senza alcuna indennita in proprieta dello Stato proletario. Un decreto apparso qualche giorno dopo esentava dall’espropriazione le proprieta inferiori a 57 ettari. Le terre cosi nazionalizzate avrebbero dovuto essere coltivate in cooperative, in realta la direzione di esse rimase nelle mani degli amministratori delle grandi proprietà, senza che i contadini interessati facessero valere la loro parola. Una parte degli operai agricoli si rese conto del fatto che la dittatura del proletariato li aveva liberati, ma i giornalieri senza terra, che non lavoravano fissi nelle grandi proprieta, non ricevendo alcun appezzamento, non ebbero alcun interesse a difendere la dittatura del proletariato».

In altro scritto del 1920, “La classe operaia ungherese sotto il terrore bianco”, sempre di Kun, leggiamo altri passi a riguardo: «La base sociale del terrore bianco era la piccola borghesia cittadina e la proprietà terriera e i contadini medi e grandi [...] Alla classe dei grandi proprietari terrieri, che erano passati all’economia capitalista solo parzialmente, e che si stavano nuovamente feudalizzando in seguito alla decadenza economica del paese, riusciva sempre piu facile attrarre i contadini al loro carro [...] Contro il proletariato industriale e agricolo le classi possidenti stavano strettamente unite dietro la dittatura militare bianca. La borghesia ebraica stessa copriva volentieri il terrore bianco, sebbene rinunziasse cosi al potere, perche in Ungheria era possibile soltanto la forma terroristica della difesa della proprieta privata [...] In Ungheria, durante la dittatura non ebbe luogo nessuna divisione di terre. La Repubblica dei Consigli socializzò la grande proprietà terriera e la mise sotto amministrazione sociale pel tramite delle cooperative del proletariato agricolo. All’espropriazione delle grandi aziende agricole, ad eccezione di poche regioni, manco l’attività rivoluzionaria del proletariato agricolo. Per la necessità di procedere con precauzione per assicurare la continuità della produzione agraria, l’esproprio fu prevalentemente giuridico e non ebbe il necessario carattere rivoluzionario. Ciò malgrado i proletari agricoli radunati nelle cooperative formatesi nelle grandi proprietà, erano un appoggio per la dittatura quasi altrettanto grande, anche armato, quanto gli operai industriali. La dittatura offri i maggiori vantaggi immediati e palpabili proprio agli operai agricoli. Per questo furono ricacciati addietro piu di tutti dopo la caduta della dittatura: la popolazione agricola proletaria e semiproletaria divenne allora e per parecchio tempo serva del contadiname possidente».

Il rapporto passava poi a descrivere il movimento segreto ed illegale comunista, che si era formato tardivamente per combattere gli elementi socialdemocratici che minavano e sabotavo dall’interno la dittatura del proletariato.

Iniziava infine il capitolo delle conclusioni. Riportava ampi passi dallo scritto di Bela Szanto “Le lotte di classe e la dittatura del proletariato in Ungheria”, nel capitolo “Con chi avevano avuto da fare i comunisti?”.

«L’unificazione degli eisenachiani e dei lassalliani era stata caratterizzata da Marx, nella sua lettera a Bracke, tra l’altro, nel modo seguente: “Noi sappiamo quanto il solo fatto dell’unificazione sia gradito ai lavoratori, ma essi sono in grave errore se credono di non aver pagato assai caro questo successo momentaneo”. Bela Kun citava questa proposizione di Marx nella sua lettera ad Ignazio Bogar. E purtroppo vero che la classe operaia realmente pagò assai cara l’unificazione.

«Kun si sbagliava solo nel ritenere che il fatto dell’unificazione avrebbe accontentato gli operai. No, mille volte no. Giacche l’unificazione era avvenuta solo sulla carta, ma nella massa continuo a dominare la completa diffidenza [...] Diffidenza non contro la unificazione, la restaurazione dell’unita del movimento operaio, ma contro i dirigenti socialdemocratici. La massa li aborriva, non aveva in loro alcuna fiducia. Essa aveva istintivamente la sensazione che coloro i quali con la loro politica anteriore alla rivoluzione d’Ottobre, ma specialmente dopo questa per quattro mesi e mezzo avevano combattuto a morte la rivoluzione proletaria, non avevano potuto acquistare genio rivoluzionario in una notte. E non si sbagliava! Tuttavia vi si rassegno, vedendo che non v’era altra scelta.

«La piattaforma di Bela Kun non prevedeva la fusione del partito socialdemocratico col comunista, ma solo la restaurazione dell’unità del movimento operaio. Quando egli la scrisse non pensava di compilare un programma di governo, ma una piattaforma – com’egli diceva – “per la chiarificazione delle nostre proprie vedute e di quelle dei nostri benevoli avversari”, e concretamente proponeva in primo luogo una conferenza comune degli elementi rivoluzionari per discutere la piattaforma».

Proseguendo Szanto sottolinea le insanabili divergenze fra i comunisti rivoluzionari e i socialdemocratici. «Là i metodi legalitari, la via costituzionale e i mezzi parlamentari, qui la lotta di classe senza quartiere, metodi rivoluzionari, la dittatura del proletariato: tra queste due direttive non esiste punto d’incontro, nessun confronto, un’unità e impossibile. Queste due direttive non sono compatibili in un’unica organizzazione. Non solo le differenze di principio, ma ancor piu i metodi di azione, derivanti dalle premesse teoretiche, sono talmente divergenti da doversi necessariamente separare gli uni dagli altri [...] Quanto piu recisamente, quanto piu aspramente si compie questo processo, tanto piu profonda e completa è la separazione tra le due tendenze, tanto piu rapidamente e in piu gran numero gli elementi rivoluzionari si separano dall’ala destra, e cresce e s’ingrossa l’ala sinistra. E così, nella lotta, insieme con l’educazione e la preparazione del proletariato alla rivoluzione, il proletariato stesso crea l’unita del movimento proletario, separando e purificando gli elementi proletari dagli intrusi elementi semiproletari inclini alla pace civile. Se il proletariato ha respinto da se tali elementi, puo esser capace di sfruttare le situazioni rivoluzionarie, e di partecipare alla rivoluzione internazionale».

Szanto nel concludere questa sincera disamina afferma:

«Davanti agli occhi dei comunisti si librava la causa della rivoluzione, la causa della rivoluzione mondiale. Al proletariato ungherese si offriva l’opportunità di afferrarla, e quindi di promuovere e ravvivare la rivoluzione mondiale; era suo dovere rivoluzionario quello di rafforzare il proletariato degli altri paesi nella sua rivoluzione, di svegliarlo, di incitarlo. Che a un tempo si intrufolassero nella direzione del moto anche coloro dai quali l’intera massa si era proprio allora staccata, non puo essere per una rivoluzione la sola circostanza decisiva, sebbene pero non secondaria [...]

«I comunisti sapevano gia d’aver a che fare non con rivoluzionari in buona fede, non con organizzatori e duci della rivoluzione, ma con gente che desiderava solo di partecipare alla spartizione del bottino [...]

«I capi socialdemocratici son diventati assai zelanti dopo la caduta della dittatura dei Consigli. Scrivono e si esprimono assai severamente nella stampa estera per procurarsi una giustificazione di fronte ai socialdemocratici d’altri paesi. Essi credevano che il terrore bianco in Ungheria avrebbe distrutto tutti gli stampati, in cui si possono leggere i loro scritti e i loro discorsi.

«Essi però non debbono dimenticare, che se anche il terrore bianco pervenisse ad avverare le loro speranze, pur tuttavia continuerà a vivere nei cuori dei proletari la convinzione che furono i socialdemocratici quelli che minarono e abbatterono il loro potere».


Storia del Profintern
Il 2° congresso

Il “Sindacato Rosso” del 1° luglio 1922 aveva annunciato la prossima apertura del 2° Congresso del Profintern, riportando le regole di rappresentanza delle Centrali nazionali e delle frazioni sindacali aderenti, nonché un ordine del giorno di massima, ma suscettibile di cambiamento.

Il Congresso si tenne in contemporanea con il 4° dell’Internazionale. Questa, nelle “Direttive per l’azione”, del dicembre, aveva affrontato in maniera esauriente e in tutti gli aspetti la questione sindacale. Di questo fondamentale documento, nella esposizione del rapporto, sono state lette ampie citazioni che saranno riportate nella pubblicazione estesa.

Nelle “Tesi e risoluzioni del secondo Congresso del Profintern” si denunciano le burocrazie sindacali le quali, per contrastare il sempre maggiore spostamento delle masse verso sinistra e ridurre l’opposizione al silenzio, ricorrevano indiscriminatamente «alla espulsione di individui e gruppi, fino a quella di diverse centinaia di migliaia di operai».

Per contrastare questa azione criminale della Internazionale di Amsterdam la ISR dava la direttiva che ad ogni riunione operaia, in ogni officina, in ogni fabbrica fosse posta la questione della riammissione degli espulsi e ponendo la questione al giudizio delle larghe masse.

Un’altra organizzazione, apparentemente rivoluzionaria ma che si prefiggeva lo scopo di sabotare l’unità sindacale, era quella degli anarco-sindacalisti che, in nome di una pretesa autonomia dai partiti, di fatto affiancavano i riformisti nell’opera scissionista.

Il 2° Congresso del Profintern si concentrò su obiettivi che accomunavano l’insieme del movimento internazionale, quindi soprattutto su questioni pratiche: Fronte unico, Unità sindacale, Organizzazione, Rapporto con gli anarco-sindacalisti.

I lavori del congresso iniziarono il 21 novembre con la partecipazione di 213 delegati, sensibilmente meno rispetto ai 380 del primo congresso, ma ciò non significava che l’influenza del Profintern fosse diminuita, anzi possiamo affermare che fosse addirittura aumentata.

Delle masse proletarie aderenti o influenzate dall’Internazionale sindacale rossa Lozovski valutò una cifra tra i 12 ed i 15 milioni, quindi non inferiore ad Amsterdam, per il fatto che un terzo dei loro membri simpatizzava per Mosca, mentre nel Profintern nessuno simpatizzava per Amsterdam.

L’argomento più spinoso che il congresso dovette affrontare e risolvere fu quello del rapporto organico tra Komintern e Profintern, rapporto che la componente anarco-sindacalista rifiutava di accettare. Unite in questo rifiuto, all’interno del movimento anarco-sindacalista si verificarono due correnti: da una parte gli anarchici “puri”, che vollero fondare una loro autonoma Internazionale, con uno spiccato indirizzo anticomunista e antisovietico; dalla parte opposta i sindacalisti rivoluzionari, tra i quali si ebbe una forte tendenza che, ponendosi interamente sulla stessa piattaforma dei comunisti e ammettendo la dittatura del proletariato, si dichiararono disposti a restare all’interno del Profintern qualora venisse sciolto lo stretto legame tra l’IC e l’ISR. Questa aspirazione aveva preso corpo soprattutto nelle risoluzioni del Congresso di Saint-Etienne e nelle richieste della delegazione francese.

Fu così che il 2° Congresso del Profintern, per evitare ulteriori scissioni, abolì l’articolo dello Statuto che, di fatto, legava e subordinava l’Internazionale sindacale a quella politica. Adottando quella subordinazione il congresso voleva porre fine al dibattito tra l’ISR e organizzazioni anarco-sindacaliste. Per maggiore chiarezza indirizzò un manifesto alle organizzazioni anarco-sindacaliste di tutti i paesi, invitandole ad aderire all’ISR e a lavorarvi assieme agli operai di tutti i paesi per la liberazione del proletariato.

Da parte loro i sindacalisti rivoluzionari di Francia ed Italia risposero registrando «la più grande soddisfazione il voto unanime del 2° congresso sulle reciproche relazioni tra le due Internazionali. [...] Questa intesa permette un maggiore sviluppo del movimento proletario mondiale e di abbreviare l’ora della liberazione dei lavoratori [...] Viva la dittatura del proletariato! Viva l’Internazionale sindacale rossa!»

Sentito il Rapporto Morale dell’Ufficio Esecutivo il congresso approvava:
    1) L’attività svolta per la realizzazione del fronte unico proletario;
    2) Le reiterate offerte di azione comune rivolte all’Ufficio Esecutivo dell’Internazionale di Amsterdam, naturalmente cadute nel vuoto;
    3) Gli sforzi tentati per raggruppare all’interno dell’ISR tutte le organizzazioni anarco-sindacaliste in vista della comune lotta contro la borghesia ed il riformismo;
    4) L’opposizione al tentativo di costituzione di una nuova internazionale anarchica;
    5) Il riconoscimento che si era costituito di un fronte unico riformista e anarchico in lotta tanto contro l’ISR quanto l’IC e la rivoluzione di Russia;
    6) La necessita di rafforzare l’influenza ed il ruolo dei comitati internazionali di industria per la concentrazione di tutte le forze rivoluzionarie del movimento sindacale;
    7) Si ammetteva un insufficiente legame tra le organizzazioni aderenti all’ISR ed il loro Centro, prospettando però la realizzazione di un collegamento permanente e sistematico tra tutte le organizzazioni in vista delle future battaglie.

Sulla parola del fronte unico non ci furono obiezioni di sorta, e per la sua realizzazione pratica veniva disposto che i sostenitori dell’ISR dovessero innanzi tutto:
    1) Organizzare e condurre una energica resistenza all’offensiva del capitale;
    2) Mai perdere di vista che il compito principale stava nell’organizzazione di movimenti comuni a tutti i gruppi operai;
    3) Unita, disciplina, solidarietà nella azione di tutte le forze rivoluzionarie;
    4) Intenso lavoro tra le masse proletarie e nei luoghi di lavoro e non frutto di accordi tra i vertici sindacali.

La difesa dagli attacchi del capitale doveva basarsi su obiettivi elementari e condivisibili da ogni operaio: parità salariale tra uomini e donne; lotta per il mantenimento delle otto ore; a favore delle rivendicazioni economiche della gioventù e resistenza al suo utilizzo come concorrente al proletariato adulto; mantenimento delle conquiste sindacali e loro estensione alle lavoratrici e alla maternita; indennita ai disoccupati per tutto il periodo della disoccupazione con pari indennità ad uomini e donne; lotta sistematica ed organizzata contro i gruppi paramilitari della borghesia e dello Stato, con armamento del proletariato; lotta per l’abrogazione dei trattati di pace imperialisti e contro gli attacchi alla Russia sovietica; contro lo sfruttamento e l’asservimento delle masse proletarie delle colonie, senza distinzione di razza.

Un aspetto degno di nota fu l’attenzione particolare che il congresso riservò ai movimenti sindacali dei paesi coloniali e semicoloniali, dove «lo spirito classista si fa sempre piu nettamente sentire in questo formidabile torrente rivoluzionario. E il dovere dell’ISR, come quello dell’IC, è di dare a questo movimento di classe una forma sempre piu precisa e profondamente rivoluzionaria, di penetrarlo di uno spirito comunista perche possa ottenere il massimo dei risultati nella lotta contro il capitale straniero e nazionale. I lavoratori di Europa, di Asia, di Africa e di Australia si avvicinano alla bandiera rossa del Profintern perche essi vi leggono: “Guerra a morte al capitalismo, in nome del potere della classe operaia!”».

Il 2° congresso fù soprattutto pratico, occupandosi principalmente di questioni di organizzazione e di attività. I principi generali erano gia stati stabiliti e quindi si limitò ad approvare il programma di azione elaborato al primo congresso, che riassumeva l’esperienza del movimento sindacale rivoluzionario di tutti i paesi.

Il congresso non evitò di prendere in seria considerazione le difficolta che il movimento sindacale rivoluzionario si sarebbe imposto di superare: decine di milioni di proletari seguivano ancora i riformisti; a milioni erano inquadrati in sindacati cattolici, democratici, protestanti, mentre altre decine e decine di milioni erano del tutto fuori da qualsiasi organizzazione.

In presenza di una classe operaia di cui una parte molto consistente era inserita in organizzazioni complici del capitalismo l’ISR avrebbe avuto la necessità di adottare un programma e una tattica adeguati. L’altro aspetto, ancora piu grave, era costituito dalle enormi masse proletarie non organizzate. «Cosi il compito piu importante del prossimo periodo –si stabilì –consiste nella lotta per il raggruppamento degli operai dispersi, per l’aumento della forza dei sindacati, per l’attrazione delle larghe masse nelle organizzazioni sindacali. La nostra parola d’ordine e: “Nessun operaio deve restare fuori dai sindacati”. E della massima importanza combattere la teoria che tende a giustificare l’abbandono dei sindacati in nome di considerazioni rivoluzionarie [...] La loro propaganda deve essere energicamente combattuta [...] perche la rivoluzione sociale e impossibile senza gli operai organizzati sindacalmente [...] Le larghe masse possono essere attratte nei sindacati solo attraverso un lavoro instancabile e sistematico per le rivendicazioni e i bisogni quotidiani e pratici degli operai».

Altro problema importante preso in esame fu quello finanziario.

Senza dubbio il Congresso portò a un consolidamento dell’Internazionale sindacale rossa la quale, a differenza di Amsterdam, radicata soltanto in Europa e limitatamente nell’America del Nord, fin dalla sua nascita aveva stabilito un gran numero di contatti nei paesi coloniali e semicoloniali e a questo secondo congresso fu in grado di dimostrare la sua presenza ed attività in ogni parte del mondo.


Il partito e la cultura

Dal nostro materialismo discende la nostra concezione di “cultura”, espressione a cui preferiamo quella di conoscenza, a cui riduciamo anche la parola “coscienza”. Su tale tema il partito comunista storico e stato chiaro fin dal suo sorgere, già Babeuf e Blanqui avevano compreso che la forza viene prima della ragione.

La Sinistra Comunista italiana, connotazione unicamente geografica che designa la Sinistra Comunista della Terza Internazionale, fin dalle origini ha mostrato, anche su tale tema, una chiara impostazione marxista. Nel congresso della Federazione giovanile socialista italiana, tenutosi a Bologna nel 1912, si scontrano due posizioni: quella della destra, detta “culturista”, e quella “anticulturista” della sinistra, poi approvata. Entrambe sono riportate da “L’Avanguardia”, giornale di tale federazione, sulle posizioni della sinistra.

La mozione di destra parla di «creare... buoni produttori, mediante un’opera di elevamento e perfezionamento tecnico professionale », e di «trasformare “L’Avanguardia” in organo prevalentemente di cultura». Già allora rifiutammo tale concezione, vedendo nei “buoni produttori” la tendenza alla collaborazione di classe, e nelle posizioni di Tasca la genesi dell’“ordinovismo”, la pretesa immediatista di costruire il socialismo all’interno della fabbrica e soprattutto all’interno dello Stato capitalista.

La mozione della sinistra dice che «in regime capitalista la scuola rappresenta un’arma potente di conservazione nelle mani della classe dominante, la quale tende a dare ai giovani un’educazione che li renda ligi e rassegnati al regime attuale», e che «nessuna fiducia sia da attribuirsi ad una riforma della scuola nel senso laico o democratico ». Si dice anche che «l’attenzione dei giovani socialisti debba piuttosto essere volta alla formazione del carattere e del sentimento socialisti». In una successiva lettera a “L’Unita”, giornale di Salvemini, il rappresentante della sinistra scrive: «Noi non abbiamo dichiarato affatto la guerra alla cultura (...) Ma non possiamo consentire col Tasca e col suo articolista nel risolvere il vasto problema con la formula semplicistica “crisi di cultura” (...) Riteniamo che la cultura operaia possa figurare nei programmi della democrazia, ma abbia scarso valore nel campo dell’azione sovversiva del socialismo».

Su “L’Avanti!” del 5 aprile 1913 c’e un nostro articolo, “Il problema della cultura”: «Il socialismo vuole interessarsi dell’emancipazione intellettuale dell’operaio contemporaneamente a quella economica, sempre ritenendo che la prima e una conseguenza della seconda (...) Ma il “riformismo” e la “democrazia” vedono il problema della cultura da un punto di vista ben diverso, anzi esattamente capovolto. Nella cultura operaia essi scorgono, anziche la conseguenza parallela dell’emancipazione economica, il mezzo principale e la “condizione necessaria” di quella emancipazione (...) Non possiamo “aspettare” che la classe operaia sia “educata” per credere possibile la rivoluzione, perche ammetteremmo in pari tempo che la rivoluzione non avverra mai».

Concetti analoghi troviamo in Lenin, che l’8 ottobre 1920 scrive un progetto di risoluzione per il Proletkult, organizzazione per la cultura operaia, permeata di idealismo. In questa e in organizzazioni analoghe c’era l’idea di una loro autonomia dal partito e l’idea, di stampo futurista, che la vecchia cultura borghese andasse semplicemente gettata nella spazzatura. Lenin dice che «Il marxismo (...) invece di respingere le conquiste piu preziose dell’epoca borghese, ha al contrario assimilato e rielaborato quanto vi era di piu valido nello sviluppo piu che bimillenario della cultura e del pensiero umani (...) Il congresso panrusso del Proletkult respinge nella maniera piu energica (...) tutti i tentativi di inventare una propria cultura particolare, di rinchiudersi in proprie specifiche organizzazioni (...) di instaurare l’ “autonomia” del Proletkult in seno alle istituzioni del commissariato del popolo all’istruzione».

Per noi cultura, scienza e coscienza si risolvono nella conoscenza (che ha sempre una base materiale, è sempre conoscenza di), e non forme astratte che rispecchiano la divisione del lavoro e l’alienazione della societa capitalista.

Anche la scienza nelle società di classe borghese inevitabilmente mette capo a una forma di mistificazione ideologica che non ha nulla da invidiare al vecchio misticismo. Su “Il Programma Comunista” n. 12 del 1953 troviamo “Danza di fantocci: dalla Coscienza alla Cultura”: «Molto dopo la conquista del potere politico, allora per la prima volta si avrà un’attività cosciente degli uomini (...) in quanto non vi saranno piu classi (...) La coscienza verrà per la prima volta non come coscienza di classe, ma come coscienza della societa umana (...) La rivoluzione è il compito storico della classe proletaria chiamata all’azione da forze di cui e per ora inconsapevole. La consapevolezza dello sbocco non e nelle masse, ma solo nello specifico organo portatore della dottrina di classe: il partito».

La borghesia, a cui piace molto la cultura e a cui fa orrore la violenza (ragion per cui, in Italia, ha avuto grande successo il concetto gramsciano di “egemonia culturale”), ha condotto le proprie rivoluzioni con la dittatura e col terrore: a Cromwell e Robespierre non bastava l’ “egemonia culturale”. Ai nomi di Babeuf, Buonarroti e Blanqui, possiamo aggiungere anche quello di Carlo Pisacane, che abbiamo gia definito “un marxista che fece a tempo per leggere Marx”. In effetti la sostanza delle sue posizioni, socialiste, classiste e materialiste, e valida, e non avrebbe senso imputargli le manchevolezze e le imprecisioni che la storia, e la sua tragica fine, non gli hanno permesso di colmare.

Dai suoi Saggi storici-politici-militari: «Conchiudo con rammentare ai conservatori che la rivoluzione sociale non sarebbe affrettata neppur d’un’ora eziandio se tutto il mondo riconoscesse attuabile un nuovo ordinamento sociale». Evidentemente Pisacane non credeva all’ “egemonia culturale” di Gramsci. Nel suo “Testamento politico” Pisacane scrive: «Profonda mia convinzione di essere la propagazione dell’idea una chimera e l’istruzione popolare un’assurdità. Le idee nascono dai fatti e non questi da quelle, e il popolo non sarà libero perche sara istrutto, ma sara ben tosto istrutto quando sara libero».

Il socialista e materialista Pisacane condivideva le nostre posizioni sulla cultura, sulla scienza, sulla filosofia, nonchè su altre “sacralita”, come la giustizia, che gia il sofista greco Trasimaco, tra V e IV secolo a.C. definiva “l’utile del piu forte”.

La Bibbia, nel libro del Qoelet, o Ecclesiaste, dice: «Chi accresce il sapere, aumenta il dolore». La conoscenza, la cultura (e anche scienza, filosofia, arte, coscienza) non sono un sapere astratto, che il proletariato fa proprio serenamente leggendo uno o piu libri, magari seduti su una comoda poltrona. Il sapere e un dolore concreto e sedimentato nei secoli, in quanto nasce dalle miserie, dalle sofferenze, dalle rivoluzioni che hanno caratterizzato tutta la storia della specie umana. Storia che da millenni e storia di lotta tra le classi, e che da oltre due secoli e lotta di classe tra borghesia e proletariato. La conoscenza non dimora presso gli eruditi, e ancor meno nelle scuole e nelle universita della borghesia. La conoscenza non appartiene neanche ai singoli militanti comunisti. La conoscenza è la storia della specie, che ad un certo momento si è condensata, dando luogo al programma e alla teoria comunista. La conoscenza, nella società capitalista, risiede solo nel partito comunista e non puo risiedere altrove: come gli dei greci prendevano dimora nelle statue scolpite appositamente per loro, cosi la conoscenza prende dimora nel Partito. La conoscenza è il partito.


FINE DEL RESOCONTO AL PROSSIMO NUMERO

 

 


PAGINA 8



Il concetto di dittatura rivoluzionaria e la sua pratica - Con Lenin
Lo Stato sovietico in Russia
Capitolo esposto a Genova nel maggio 2019

(segue dal numero 412)

Continuiamo a leggere da Lenin, “I compiti immediati del potere sovietico”, del marzo 1918. Si trova nel volume 27 delle Opere.


I tecnici borghesi

Lenin passa a dimostrare la necessita dell’utilizzo, nella Russia arretrata, dei tecnici e degli specialisti borghesi, per organizzare la produzione e per imparare da loro. Se necessario questi saranno retribuiti anche molto al di sopra del salario dei migliori operai.

 Oggi, in tutto il mondo, questo problema ci e stato risolto dallo stesso capitalismo: i migliori tecnici e specialisti sono gia dei proletari e guadagnano forse meno del salario di un buon operaio manuale. La direzione tecnica e amministrativa della produzione e della distribuzione sociale e gia interamente nelle mani della classe operaia.

Ovviamente all’interno della dittatura del capitale e dei suoi interessi e leggi economiche.

Quel che alla classe oggi manca e deve apprendere e solo la tecnica della lotta di classe, della insurrezione e della guerra civile, della dittatura politica, della guerra rivoluzionaria, per le quali occorre la scienza del partito marxista.

Dal Capitolo VIII

«Il potere sovietico dovra attuare i principi del lavoro obbligatorio anche nei confronti della diretta attivita della borghesia e delle classi abbienti nel campo della direzione delle imprese e di ogni genere di lavoro sussidiario in queste imprese: lavoro di ragioneria, d’ufficio, di contabilita, tecnico, amministrativo, ecc. Sotto questo aspetto, anche il compito del potere sovietico si sposta ora dal campo della lotta immediata contro il sabotaggio al campo dell’impostazione organizzativa del lavoro in nuove condizioni, poiche, dopo le vittorie riportate dal potere sovietico nella guerra civile, dall’ottobre al febbraio, le forme passive di resistenza, e precisamente di sabotaggio, da parte della borghesia e degli intellettuali borghesi, sono state sostanzialmente spezzate.

«Non e un caso se ora osserviamo una svolta assai vasta, si puo dire di massa, nello stato d’animo e nel comportamento politico degli ex sabotatori, cioe dei capitalisti e degli intellettuali borghesi. Ora in tutti i settori della vita economica e politica un grandissimo numero di intellettuali borghesi e di specialisti dell’economia capitalistica offrono i loro servizi al potere sovietico. E il compito del nostro potere consiste ora nel sapersi avvalere di questi servizi che, soprattutto in un paese contadino come la Russia, sono assolutamente indispensabili per il passaggio al socialismo e debbono essere accettati mantenendo pienamente la supremazia, la direzione e il controllo del potere sovietico sui nuovi aiutanti e collaboratori, che assai spesso operano controvoglia e con la speranza segreta di abbattere questo stesso potere.

«Per mostrare quanto sia necessario al potere sovietico avvalersi dei servizi degli intellettuali borghesi proprio per il passaggio al socialismo, ci permetteremo di usare un’espressione che a prima vista sembrera un paradosso: bisogna imparare il socialismo in larga misura dai dirigenti dei trust, bisogna imparare il socialismo dai massimi organizzatori del capitalismo. Che non si tratti di un paradosso, se ne convincera facilmente chiunque rifletta che proprio le grandi fabbriche sono i centri di concentrazione di quella classe che e stata la sola capace di distruggere il dominio del capitale e di iniziare il passaggio al socialismo. Percio non deve sorprendere che per assolvere i compiti pratici del socialismo, quando si pone all’ordine del giorno l’aspetto organizzativo del socialismo, noi dobbiamo necessariamente attrarre in aiuto del potere sovietico un gran numero di intellettuali borghesi, particolarmente fra coloro che si erano occupati del lavoro pratico di organizzazione della grande produzione nell’ambito del capitalismo e, quindi, in primo luogo, dell’organizzazione dei sindacati, dei cartelli e dei trust.

«Per assolvere questo compito il potere sovietico avra, naturalmente, bisogno di una grande tensione di forze, dell’iniziativa delle larghe masse lavoratrici in tutti i settori dell’economia nazionale, poiche esso non offrira mai ai cosiddetti capitani d’industria la loro vecchia posizione, la posizione di capi e sfruttatori. I vecchi capitani d’industria, i vecchi capi e sfruttatori, debbono avere il posto di periti, tecnici, dirigenti, consulenti, consiglieri. Bisogna assolvere il compito difficile e nuovo, ma estremamente utile, di unire tutta l’esperienza e il sapere accumulati da questi rappresentanti delle classi sfruttatrici, all’iniziativa, all’energia, al lavoro di larghi strati delle masse lavoratrici. Poiche soltanto questa unione e in grado di creare il ponte che porta dalla vecchia societa capitalistica a quella nuova, socialista.

«Se la rivoluzione socialista avesse vinto contemporaneamente in tutto il mondo o, per lo meno, in una serie di paesi avanzati, il compito di far partecipare al processo di riorganizzazione della produzione i migliori specialisti e tecnici fra i dirigenti del vecchio capitalismo sarebbe stato assai piu facile. La Russia arretrata non dovrebbe allora pensare da sola a risolvere questo problema, perche ci verrebbero in aiuto gli operai avanzati dei paesi dell’Europa occidentale e ci scaricherebbero di una gran parte delle difficolta che presenta questo difficilissimo compito del passaggio al socialismo che si chiama compito organizzativo.

«Ora, in una situazione reale in cui l’of- fensiva della rivoluzione socialista in Occidente si e rallentata e ritarda, la Russia deve prendere al piu presto provvedimenti per la sua riorganizzazione, sia pure semplicemente per salvare la popolazione dalla fame e poi tutto il paese da una possibile aggressione militare; dobbiamo oggi prendere a prestito dai paesi avanzati non gia l’aiuto per l’organizzazione socialista e l’appoggio degli operai, ma l’aiuto della loro borghesia e degli intellettuali capitalistici. E le circostanze sono tali da permetterci di ottenere questo aiuto organizzando la collaborazione degli intellettuali borghesi alla soluzione dei nuovi problemi organizzativi del potere sovietico, collaborazione che si puo ottenere mediante un’alta retribuzione del lavoro dei migliori specialisti in ogni branca del sapere, sia degli specialisti del nostro Stato, sia di quelli presi dall’estero.

«Certo, dal punto di vista di una societa socialista gia sviluppata e assolutamente ingiusto e sbagliato che i rappresentanti degli intellettuali borghesi ricevano una retribuzione incomparabilmente piu elevata di quella dei migliori strati della classe operaia. Ma nelle condizioni di una realta concreta (...) dobbiamo assolutamente adempiere questo compito improrogabile mediante questa (ingiusta) retribuzione del lavoro degli specialisti borghesi secondo tariffe assai piu elevate».


Il “metodo Taylor”

«Il grande capitalismo ha creato sistemi di organizzazione del lavoro che, nelle condizioni di sfruttamento delle masse della popolazione, erano la forma peggiore per asservire e spremere una quantita supplementare di lavoro, di forza, di sangue e di nervi dai lavoratori ad opera della minoranza delle classi abbienti, ma che sono nello stesso tempo l’ultima parola dell’organizzazione scientifica della produzione e che debbono essere assimilati dalla Repubblica socialista sovietica, debbono essere rielaborati, da una parte, per realizzare il nostro inventario e controllo della produzione, poi, dall’altra parte, per elevare la produttivita del lavoro.

«Ad esempio, il famoso sistema Taylor, che ha avuto larga diffusione in America, e famoso proprio perche rappresenta l’ultima parola del piu sfrenato sfruttamento capitalistico. E quindi comprensibile che questo sistema abbia suscitato tra le masse lavoratrici tanto odio e tanto sdegno. Ma nello stesso tempo non si puo dimenticare neppure per un istante che nel sistema Taylor vi e un immenso progresso della scienza, che analizza sistematicamente il processo di produzione e apre la strada a un immenso aumento della produttivita del lavoro umano. Le ricerche scientifiche incominciate in America, quando si introdusse il sistema Taylor, e in particolare lo studio dei movimenti, come dicono gli americani, hanno fornito un immenso materiale che permette di insegnare alla popolazione lavoratrice metodi di lavoro, e in particolare di organizzazione del lavoro, infinitamente piu elevati.

«L’aspetto negativo del sistema Taylor era che esso veniva applicato nelle condizioni della schiavitu capitalistica e serviva come mezzo per spremere agli operai una quantita doppia e tripla di lavoro con la stessa retribuzione, senza tenere alcun conto della possibilita, per gli operai salariati, di fornire questa doppia o tripla quantita di lavoro per lo stesso numero di ore lavorative senza danno per l’organismo umano.

«Dinanzi alla Repubblica socialista sovietica sta un compito che possiamo cosi formulare in breve: dobbiamo introdurre in tutta la Russia il sistema Taylor e l’aumento scientifico americano della produttivita del lavoro, unendo questo sistema alla riduzione dell’orario di lavoro, alla utilizzazione di nuovi metodi di produzione e di organizzazione del lavoro senza alcun danno per la forza-lavoro della popolazione lavoratrice. Anzi, l’impiego del sistema Taylor, giustamente diretto dai lavoratori stessi, se essi saranno abbastanza coscienti, sara il mezzo piu sicuro per un’ulteriore e grandissima riduzione della giornata lavorativa obbligatoria per tutta la popolazione lavoratrice, sara il mezzo piu sicuro che ci permettera di realizzare, in un periodo di tempo relativamente breve, l’obiettivo che si puo esprimere all’incirca in questi termini: sei ore di lavoro fisico quotidiano e quattro ore di lavoro per l’amministrazione dello Stato per ogni cittadino adulto.

«Il passaggio a questo sistema richiedera moltissime nuove abitudini e esigera nuove istituzioni organizzative. Non c’e dubbio che esso ci creera non poche difficolta e che ponendo questo obiettivo susciteremo anche la perplessita, e forse addirittura l’opposizione, fra alcuni strati degli stessi lavoratori. Ma si puo essere certi che gli elementi piu avanzati della classe operaiaoperaia ne capiranno la necessita».


Il graduale risanamento delle masse lavoratrici

Capitolo X

«Nella vecchia societa capitalistica era il capitale che imponeva la disciplina ai lavoratori con la continua minaccia della fame. Poiche a questa minaccia della fame si univa un lavoro estremamente gravoso e la consapevolezza dei lavoratori di non lavorare per se, ma per il bene altrui, nell’ambiente di lavoro vi era una lotta costante della stragrande maggioranza dei lavoratori contro i dirigenti della produzione. Era inevitabile che su questo terreno si formasse una mentalita per cui l’opinione comune dei lavoratori non soltanto non condannava chi lavorava male o era uno scansafatiche, anzi vedeva in cio una protesta inevitabile e legittima o un modo di resistere alle pretese eccessive dello sfruttatore.

«Se oggi la stampa dei borghesi e i loro portavoce gridano tanto contro l’anarchia tra gli operai, contro la loro dissolutezza o le loro eccessive pretese, il carattere velenoso di questa critica e troppo evidente perche valga la pena di soffermarvisi a lungo. Si capisce che in un paese in cui la maggioranza della popolazione ha sofferto la fame e si e estenuata in modo inaudito, come la popolazione della Russia negli ultimi tre anni, era assolutamente inevitabile che vi fossero numerosi casi di completo abbattimento e di completa decadenza di ogni spirito organizzativo. Esigere a questo proposito un rapido passaggio o sperare che i cambiamenti si possano ottenere con alcuni decreti, sarebbe tanto assurdo quanto cercare, con appelli, di ridare vigore di spirito e capacita lavorativa a un uomo picchiato quasi a morte. «Soltanto il potere sovietico, creato dai lavoratori stessi e che tiene conto del graduale risanamento delle masse lavoratrici, sara in grado di compiere, sotto questo aspetto, mutamenti radicali».


Massima centralizzazione nella grande produzione

Del 2 giugno sono le osservazioni al progetto di “Tesi sulla gestione delle imprese nazionalizzate”.

«Il comunismo esige e presuppone la massima centralizzazione della grande produzione in tutto il paese. Percio bisogna concedere assolutamente al centro per tutta la Russia il diritto di subordinare direttamente a se tutte le imprese di una determinata branca. I centri regionali devono determinare le loro funzioni secondo le condizioni locali di vita, ecc., conformemente alle direttive e alle decisioni del centro per la produzione in generale. Togliere al centro per tutta la Russia il diritto di subordinare a se direttamente, in tutto il paese, le imprese di una determinata branca, come si deduce dal progetto della commissione, sarebbe anarco-sindacalismo regionalistico, e non comunismo».

Si presume che sia dello stesso periodo un appunto “Sul carattere democratico e socialista del potere sovietico”.

«Ogni legittimazione, diretta o indiretta, della proprieta degli operai di una singola fabbrica o di una singola categoria sulla loro produzione, o del loro diritto di attenuare od ostacolare le disposizioni del potere di tutto lo Stato e un grandissimo travisamento dei principi fondamentali del potere sovietico e un totale rifiuto del socialismo » (qui lo scritto si interrompe).


Con gli anarchici

Al corrispondente di un giornale svedese che intervista Lenin in questo periodo dice: «I provvedimenti presi contro gli anarchici erano dovuti al fatto che gli anarchici si erano armati e in parte uniti a elementi che erano palesemente dei banditi. Gli anarchici per ideologia sono gia stati rimessi in liberta e il loro grande quotidiano Anarkhia esce come prima».


Una guerra civil

Lenin escribió el 10 de agosto de 1918 a A.D. Tsiurupa: "En cada productor de grano volost toma 25-30 rehenes entre los ricos, que responderán con sus vidas por el almacenamiento y almacenamiento de todos los excedentes".

El 12 de agosto, telegrama "A Penza. Comité Ejecutivo Provincial. A Minkin": "Recibí su telegrama sobre la represión del levantamiento kulak. Es necesario batir el hierro hasta que esté caliente, y por esta razón la represión de los kulaks debe ser utilizada para la represión implacable simultánea de los especuladores, para la confiscación de grano a los ricos, para la movilización masiva de campesinos pobres, entre los cuales se divide el grano. Ejecución telegráfica. Es necesario consolidar definitivamente el poder de los campesinos pobres en el área del frente".

Carta del 21 de diciembre, "A F.E. Dzer ginski. A la Comisión Extraordinaria": "Camarada Dzerginski, por favor, busque invariablemente al culpable de los retrasos burocráticos (¡¡no hay respuesta del 3 al 20 de diciembre!! Y el decreto del 21 de noviembre de !!!) y que se informe al tribunal. Tal monstruosidad no puede quedar impune. Es evidente que hay saboteadores en las oficinas. También debe indicar la persona responsable de la transferencia rápida e inmediata de los depósitos. Déjame saber lo que has hecho. Saludos."

El 6 de enero de 1919, Lenin escribió un "Al Comisario de Suministros de la provincia de Simbirsk": "El comité elegido por 42 organizaciones de trabajadores hambrientos de Petrogrado y Moscú se queja de su incapacidad organizativa. Exijo de ustedes la máxima energía, una actitud no formal hacia el problema y toda la ayuda posible a los trabajadores hambrientos. Debido a su lentitud, me veré obligado a arrestar a todo el personal de sus instituciones y remitirlo a los tribunales. He dado la orden urgente de aumentar el número de locomotoras y vagones. Ejecución telegráfica. Usted está obligado a cosechar el grano entregado por los agricultores día y noche. Si se confirma que después de las cuatro en punto te negaste a recibir el grano, obligando a los campesinos a esperar hasta la mañana siguiente, serás fusilado".


Gestión empresarial

El 18 de febrero de 1919, hay un "Telegrama al Comité Ejecutivo de Elatma": "Mikhail Mitrofanovich Fedoseev de Azeev se queja de que usted nacionalizó la imprenta, negándole el 6 de febrero, con la hoja n.455, cualquier compensación por la imprenta y cualquier compensación por el despido de dos aprendices y un encuadernador. Díganos inmediatamente si estos hechos son ciertos, si es cierto que la imprenta está ubicada en un almacén en Sasov y está inactiva. Le invito a discutir si no es posible emplear a Fedoseev en la imprenta o autorizarlo a crear una cooperativa de trabajadores y darle el control sobre la gestión de su antigua imprenta, que es empleada por el soviet".

El 8 de abril hay un "Telegrama a la sección agraria de Kniaghinin": "Cualquier medida coercitiva para cambiar a los campesinos al cultivo colectivo de la tierra es inadmisible. El incumplimiento de este principio será castigado con toda la severidad de la ley revolucionaria".


Abusos de funcionarios

9 de abril de 1919, "Telegrama al Comité Ejecutivo de Kazán, al Comité Ejecutivo Provincial, copia al Comité Militar Revolucionario": "De Iadrin los ciudadanos de Chernyshev, Sorokin, Semionov, Gherman se quejan de que han estado en prisión durante cinco meses sin ninguna investigación. Compruébalo de inmediato y dame una explicación".

7 maggio, “Telegramma a Miezlauk, Kharkov, Al vicecommissario del popolo per gli affari militari Miezlauk”: «Ho ricevuto da Litvinov una nuova conferma che state giocando all’autonomia e alle repubbliche locali, rifiutandovi di inviare immediatamente nel Donbass tutte le forze militari e tutti gli operai mobilitati di Kharkov, trincerandovi dietro gli stolidi divieti di Podvoiski. Dichiaro che sarete denunciato al tribunale del partito ed espulso dalle sue file se non smetterete di giocare e non invierete subito tutte le forze militari di Kharkov e tutti gli operai mobilitati per soccorrere il Donbass. Rispondete immediatamente con telegramma cifrato, comunicando quante forze invierete e quando. Sarete responsabile di ogni ritardo».

20 maggio, “Telegramma al Comitato esecutivo di Novgorod, al Comitato esecutivo provinciale, Copia alla Commissione straordinaria, Copia al commissario provinciale degli approvvigionamenti”: «Evidentemente, Bulatov e stato arrestato per essersi lamentato con me. Vi avverto che per tale azione faro arrestare e poi fucilare i presidenti del comitato esecutivo provinciale e della Commissione straordinaria e i membri del comitato esecutivo. Perche non si e risposto subito alla mia richiesta?». In data 30 maggio Lenin scrive “All’ufficio di organizzazione del CC”: «Sono favorevole all’espulsione dal partito di coloro che partecipano alle cerimonie religiose».

Il 20 agosto abbiamo un “Telegramma ai consigli militari rivoluzionari della X e della IV armata”: «La raccolta del grano ad opera dei contadini e molto importante per la repubblica. Ordinate nel modo piu rigoroso di proteggere con ogni mezzo i contadini durante i lavori del raccolto e fucilare implacabilmente chiunque, nell’esercito, commetta ruberie, violenze, esazioni illegali. Comunicate esecuzione».

(continua)

 

 

 

 

 


Confindustria miente

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, se preocupa por la inflación y anuncia que se espera que el índice de precios promedio aumente un 6,8% en 2022. Luego agrega que antes de finales de 2024 no será posible volver a la tasa de inflación planificada del 2%, la única compatible con la cronificación de décadas de la crisis capitalista y la única que permitiría evitar que la patología conduzca a fases de particular agudeza.

Así que aquí está que la máquina de consulta social compuesta por la burguesía, su Estado y los sindicatos colaboracionistas, propone con un estruendo mediático una distracción para calmar las ansiedades de los trabajadores, que verán escaso el ya escaso poder adquisitivo de sus cheques de pago. Así viene la propuesta fraudulenta del llamado "salario mínimo" cuyo propósito proclamado sería cancelar los contratos más desfavorables, con salarios por hora muy por debajo de los ocho euros, pero cuyo propósito real es desviar la atención del hecho de que incluso los salarios más altos previstos en los contratos no podrán proteger el poder adquisitivo de los trabajadores de las picaduras de la inflación.

De hecho, la propuesta del salario mínimo sirve precisamente para eclipsar lo que el gobernador del Banco de Italia, Visco, y el Primer Ministro Draghi han dicho claramente: no se debe permitir que los salarios sigan la tendencia del índice de precios.

Es en interés de los trabajadores, no sólo hacer que todos los salarios recuperen completamente lo que pierden en términos de poder adquisitivo debido a la inflación, sino que, a través de la lucha de clases, crezcan aún más, para recuperar al menos parte de la creciente plusvalía extorsionada por la clase explotadora.

En la discusión concertada entre los interlocutores sociales sobre el tema, también aparece el presidente de Confindustria Carlo Bonomi, a quien no le falta la confianza más flagrante para pronunciar mentiras solemnes. Leemos en su entrevista publicada en el Corriere della Sera del 8 de junio: "El salario mínimo generalmente existe donde los salarios por hora son bajos. Este no es el caso de los contratos nacionales firmados por Confindustria. Para el salario mínimo estamos hablando de 9 euros brutos por hora, mientras que en los firmados por Confindustria incluso las bajas cualificaciones prevén cifras más altas».

El presidente de Confindustria finge no saber que la asociación de industriales que preside ha firmado contratos que prevén salarios por hora por debajo del umbral de 9 euros brutos por hora. Por ejemplo, la de las empresas de limpieza multiservicios firmada el 21 de julio de 2021 por el régimen sindicatos y patronales prevé un salario mínimo que alcanzará los 7,53 euros brutos por hora cuando esté plenamente operativo en 2024. Entre los firmantes se encuentran Anip Confindustria, Legacoop Produzione e Servizi, Confcooperative Lavoro e Servizi, Agci Servizi Lavoro y Unionservizi Confapi, entre los sindicatos Filcams CGIL, Fisascat CISL y UILTrasporti. No hay que pasar por alto que este infame contrato llegó después de ocho años de vacaciones contractuales.

En el juego de los partidos para explotar mejor y apaciguar a los trabajadores, la Confindustria muestra poca inclinación a adoptar el salario mínimo.

Un hecho sigue siendo cierto por ahora: la discusión sobre el salario mínimo entre los llamados "interlocutores sociales" es una puesta en escena mediática para hacer que los proletarios se traguen el amargo bocado de una pérdida drástica del poder adquisitivo de sus salarios. Huelga decir que su democracia otorga a los capitalistas el derecho a acostarse sobre las espaldas de los trabajadores y otorga a la burguesía el monopolio de la máquina mediática para imponerla como verdad absoluta y certificada.

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