DE AYER PARA MAÑANA
La realidad social, la historia de la humanidad ha tenido sus problemas, sus antagonismos, que es su vida, su desarrollo, su historia. En ellos han habido destacados personajes, instituciones, ideas, proyectos, ilusiones, osadías, actos y consideraciones,...de vivir de otras formas,...o de seguir con las mismas. Las ideas al final se rompen, no perduran, la vida va hacia adelante, algunas veces hacia atrás, pero al final sale del sobresalto, de las ataduras.
Estudiando y trabajando teóricamente textos de los autores revolucionarios podemos aportar bastantes ideas e iniciativas interesantes, -siempre que se aborden con actitudes constructivas, con carácter de futuro, de liberación social,...- de cara a la lucha social actual,...de cara a lucha de clases actual mundial.
El marxismo, a secas, es una herramienta para la liberación social de la humanidad. El marxismo es una ciencia-herramienta,...Aparece algunas veces como una doctrina para el obrero, para la clase obrera, en su lucha objetiva contra el capitalismo,...Otras veces aparece que es una herramienta de liberación social de la humanidad, de su totalidad,...Otras veces aparece como una ideología para la liberación nacional de pueblos sojuzgados por alguna potencia imperialista o una clase reaccionaria, burguesía burocrática, semifeudal,...aliada a alguna potencia, como se da en la actualidad en algunos países periféricos o en vías de desarrollo,...como India, Nepal, Perú, -apareciendo en muchos casos como m-l-m, principalmente maoismo-; Siria,...Turquía,...y se da el caso como en países imperialistas se da al mismo tiempo líneas m-l, donde no se basan en el maoismo,...otras sin embargo si se basan en él,...esta complejidad hace falta analizarla por las fuerzas proletarias intelectuales que dicen tener como objetivo la liberación social del proletariado y de la humanidad en su conjunto,...
Los trabajos teóricos políticos de los precursores del marxismo, como Marx y Engels y otros ...centrados en análisis de experiencias revolucionarias son básicos,...Así como los trabajos realizados por Lenin, Mao, y otros,...Destacamos que se habla principalmente de los más famosos o determinantes,...QUEREMOS APRENDER LO QUE DIJERON, HICIERON, LO QUE PASO Y LO QUE FUE POSTERIORMENTE,...ES UN TRABAJO DIALÉCTICO E HISTÓRICO ...SI LO HAGO MEDIO REGULAR PUEDE SER PARTE DE LA CONTRIBUCIÓN A LA CIENCIA DEL MATERIALISMO HISTÓRICO Y DIALÉCTICO,...AL MARXISMO CONTEMPORÁNEO.
Me quiero centrar por ahora, en esta primera fase o exposición, a Lenin y Mao, basándome en unos textos que poseo como:
a) Revolución en Occidente e Infantilismo de Izquierda,...de Lenin. Ediciones Roca, .1974. Mexico
b) Tesis Filosóficas,... de Mao. Ediciones Roca, 1.975, México.
c) Sobre la dictadura del proletariado,...de Etienne Balibar. Siglo XXI de España Editores. SA, 1.977.
Del texto de Lenin, escrito en febrero de1.918, resalto: " Por lo demás es evidente que no podemos librarnos de ellos por completo antes de derrocar el imperialismo mundial", en pág. 28. Realmente habrá que agrandar las notas,...y sobre todo comprender los contenidos, la historia pareja, que están en otras publicaciones,...Así por ejemplo,...se debe ir a historias oficiales de instituciones gubernamentales, independientes, de comunistas,...Por ejemplo la historia de la guerra mundial debería estar publicada por el partido bolchevique y otras entidades similares. Este texto no existe en Internet publicado libremente para que se le pueda estudiar, se le pueda copiar y archivar solo existen editoriales que venden, - y algunas son de izquierdas, como la de la Fundación Federico Engels de Corriente Izquierda Socialista, de España, que editan " El Militante ". Si yo pudiera, y lo voy a intentar, publicaría libremente este texto y muchos otros, en mi blog.
Cuando se aborda la idea de alguien, que es determinante,...caso de Lenin y el Partido Bolchevique, se debe de acudir a textos y políticas críticas, enfrentadas, y combatidas. DE TODAS FORMAS PIENSO QUE SE ESTÁ DEDICANDO DEMASIADO TIEMPO POLÍTICO A ESTOS ASUNTOS, QUIZÁS SEA DEBIDO A QUE NO SE TIENE NUNCA NADA CLARO EN LO QUE HACER, EN LA VALORACIÓN DE COYUNTURA, EN ANÁLISIS DE RELACIONES DE CLASES, EN PROYECTOS ESTRATÉGICOS INCLUSO TÁCTICOS ...ESTE ES EL MAS COMPLEJO, NADIE SE DECIDE A ACTUAR, A TOMAR INICIATIVA, POR ELLO SE ESTÁ DANDO MUCHAS VUELTAS, MAREANDO LA PERDIZ; ESO, MUCHO MURMULLO, MUCHO RONRONEO,...Sigo investigando y no encuentro texto o grupo,...que tenga proyecto de revolución pendiente, proyecto estratégico revolucionario. Sigo encontrando idas políticas de hace más de un siglo,...ideas de esas situaciones,...que pena, cuando la situación de hoy en día es completamente diferente,...y por ello hay que proyectar una política revolucionaria diferente, de hoy para mañana, para pasado mañana,...
Las revoluciones desarrolladas en la era del capitalismo han sido muchas, variadas, en muchos lugares,...Las mismas no se desarrollan de forma lineal, no son progresivas-geométricas, son evolutivas y en general caminan hacia atrás. ESTA REALIDAD SE PUEDE CONVERTIR EN TESIS,...REVOLUCIONES SOCIALISTAS M-L, QUE HAN DESAPARECIDO Y ESAS REALIDADES SOCIALES HAN PASADO A SOCIEDADES CAPITALISTAS IMPERIALISTAS. Rusia era imperialista, saqueadora, con cierto desarrollo económico capitalista, antes de la revolución soviética,...se supone que desde 1.917 hasta 1.991 es socialista, a partir de aquí ese estado, esa sociedad es o tiene un carácter capitalista e imperialista. ¿ se puede decir de que el proletariado y los comunistas no dan más de sí ?,...se dirá que fue la burguesía la que dio golpe de estado contra el pueblo trabajador y perdieron el poder de clase,...¿ pero la clase obrera tenía realmente el poder ?. ¡¡PARECE QUE SEGUIMOS DÁNDOLE VUELTAS Y MAS VUELTAS AL ASUNTO¡¡. Cuando en Polonia se dio la lucha entre Solidaridad,...y el estado comunista,...se debatió algo en la UCCO, al menos en Málaga, sobre apoyar o no a los trabajadores,...yo en concreto planteé que si era correcto apoyarlos para que derrotaran al poder de clase existente en ese momento; eso era más revolucionario que apoyar la dictadura de Jaruzelski,...era general, ministro de defensa,...y después con el golpe militar,...jefe de gobierno y del POUP, comunista.
La polémica principal del citado texto, como aparece, es si se debe negociar una paz con un país imperialista, si la Rusia soviética debe hacer tratado de paz con Alemania o seguir la revolución errante por el mundo europeo, atacar a Alemania apoyando a los proletarios alemanes en su lucha contra el gobierno burgués e imperialista formado por,...COMO SE TRATA DE ANALIZAR, ESTUDIAR, APRENDER,...DEBEMOS ECHAR MANO A OTROS TEXTOS SOBRE LA LUCHA DE CLASES EN ALEMANIA, LAS REVOLUCIONES ESPARTAQUISTAS, LA HISTORIA DEL PARTIDO SOCIALDEMÓCRATA ALEMÁN,...TEXTOS DE MARX, DE ENGELS, Y DE OTROS AUTORES,...VER POSICIONES DE LOS DIRIGENTES COMO ROSA LUXEMBURGO Y OTROS, COMUNISTAS, ANARQUISTAS,....Y ESE EMBROLLO DENTRO DE UNA CLARIDAD SOBRE LA GEOESTRATEGIA DE ó EN AQUELLOS TIEMPOS. El conocimiento es como un fuelle, hay que ir de adelante hacia atrás y viceversa,..esa es la dialéctica en este caso,...quizás sea así en todos,...
En la pág. 63, anoté: " IMPORTANTE,...TAREA DE DEFINICIÓN DEL ESTADO DE TIPO SOVIÉTICO "; el autor en esta pág y siguiente plantea: "...nuestra tarea es definir el estado de tipo soviético. En mi libro el Estado y la revolución traté de esbozar las concepciones teóricas sobre este problema. ,.." Lo que es importante, lo que tiene valor histórico y es un paso adelante en el desarrollo mundial del socialismo, es que con ellos ( los soviets) se creó un nuevo tipo de estado. La Comuna de París duró pocas semanas, en una ciudad, sin que tuvieran conciencia de lo que estaban haciendo,...Nosotros tenemos condiciones que nos permiten ver con claridad lo que hacemos al crear el poder soviético porque tomamos como base la Comuna de París y los largos años de desarrollo de la socialdemocracia alemana...".
Podemos continuar exponiendo ideas, citas, análisis del autor, autores,...sobre el carácter de la revolución y Estado soviético,...está bien,...pero el asunto en este artículo, en esta etapa mundial de 2.013 camino del 2.014 es qué se debe proyectar y plantear estratégicamente por parte de los revolucionarios, los comunistas, los proletarios del mundo,...de los países,...
En la pág. 132 he subrayado: " Mientras la revolución socialista mundial no estalle, mientras no abarque a varios países con fuerza suficiente como para derrotar al imperialismo internacional, el deber directo de los socialistas que han triunfado en un país ( en especial si se trata de un país atrasado) es no aceptar la batalla contra los gigantes del imperialismo. Su deber es tratar de evitar la batalla, esperar que los conflictos entre los imperialistas los debiliten aún más y acerquen aún más la revolución en otros países ".
Anoté lo siguiente: Los habitantes de la URSS no piensan ni basan su futura vida, sobre lo vivido,...?,...también anoté: lo que hizo, con lo que pasó con la URSS,...lo que hizo, lo que fue,...¿ Idealismo Subjetivista ?,...Lenin, Stalin,...no actuaron según lo que pasó,...¡¡. Estas notas mias están como empujando a estas ideas de Lenin: ",...la bancarrota del sistema ya ha comenzado, y se trata de determinar en qué momento se producirá el estallido en uno u otro país ". " ,...se abre paso una verdad indiscutible: los estallidos revolucionarios en otros países más adelantados están más cerca ahora, después de un mes de la "tregua" que siguió a la concertación de la paz, de lo que estaban hace un mes y medio ".
En la pág. 141 he anotado esto: " Conceptos teóricos para crítica a El Militante, trotskistas de Corriente Izquierda Socialista, en España,...frases hueras y pueriles,...". Esta nota sale o es producto de pensar sobre otras en los párrafos siguientes de Lenin : " Estimados comunistas de izquierda; que decididos son,...y que poca reflexión revelan¡ ¿ Que significa la más decidida política de socialización"?. Podemos ser o no decididos en cuanto se trata de nacionalizar o confiscar. Pero justamente todo el asunto está en que no es suficiente ni siquiera la mayor decisión del mundo para pasar de la nacionalización y de la confiscación a la socialización. La desventura de nuestras izquierdas es que, con su ingenua y pueril combinación de palabras,...rebelan una incomprensión absoluta del fondo del problema, de la clave de la situación actual. La desventura de nuestras izquierdas es no haber comprendido la esencia misma de la situación actual, el tránsito de la confiscación ( para realizar la cual se requiere sobre todo decisión del político ) a la socialización ( para realizar la cual se requiere del revolucionario otra cualidad ) ".
En la pág. 143 hay dos párrafos: " Pero no se les ha ocurrido que, comparado con el actual estado de cosas en nuestra república soviética, el capitalismo de estado sería un paso adelante. Si dentro de seis meses aproximadamente se implantara el capitalismo de estado en nuestra república, sería un éxito enorme y la más segura garantía de que dentro de un año el socialismo se consolidaría definitivamente en nuestro país y se haría invencible "..." Me imagino con que noble indignación rechazarán los comunistas de izquierdas estas palabras y qué demoledora crítica presentarán ante los obreros con respecto a la desviación bolchevique de derecha. ¿ Como ? ¿ En la República socialista soviética la transición al capitalismo de estado sería un paso adelante,...? ¿ No es eso una traición al socialismo?". Anoto en borde de pág. " ¿ Y si se hubiera echo otra cosa ?,...las cosas son como son,...SÍ, PERO HAY QUE ANALIZARLAS,...Y ACTUAR EN CONSECUENCIA,...sobre todo actuar según las condiciones del momento y sus posibles desarrollos,...la política proletaria es o debe ser, aprender, corregir, y actuar de forma fresca, contemporánea.
Durante el estudio del libro anoté algo en una cuartilla: " Lenin negocia con Alemania. Alemania pierde el conflicto,...Qué pasó con la paz de Brest y los acuerdos. Las fuerzas imperiales "dejan" Rusia y los bolcheviques ganan la guerra civil con los blancos y con todo tipo de oposición ( Lenin, Trotsky, Stalin,...).
- Con quiénes se alía el estado soviético,...y qué tipo de estado y relaciones sociales de producción se implantan.
- Seguir la guerra, -los izquierdistas -, no tenía futuro,...se firma la paz,...siguen los ataques,...// Cualquiera podría haber planteado la paz. //En Alemania la izquierda socialdemócrata no quiere la paz ( solo los espartaquistas,...) que son derrotados-encarcelados-asesinados-,...Por qué no son apoyados por los bolcheviques en 1.921,...?. LA LUCHA DE CLASES, EL DESARROLLO SOCIAL EN LOS PAISES EN VIAS SOCIALISTAS,...HAN DERIVADO A UNAS FORMAS DE PODER NUEVAS, PERO EN REALIDAD SON ANTIGUAS,...ES UNA CLASE SOCIAL DONDE SE APROPIAN DEL TRABAJO DE FORMA ESTATAL,...DIGAMOS COLECTIVA,...EL TRABAJADOR-CAMPESINO,...NO EJERCE REALMENTE EL PODER,...LO EJERCEN " EN NOMBRE DE ÉL,...O EN SUS INTERESES ",...LAS FORMAS BÁSICAS DE PODER BURGUÉS NO DESAPARECEN, QUEDAN DIGAMOS CASI INTACTAS,...CAMBIADAS ALGO,...PERO MÁS EN SU FORMA QUE EN SU CONTENIDO,...SE SIGUE DANDO UN CARACTER DE CLASE BURGUÉS-PRUSIANO-CASI FASCISTOIDE-FALANGISTA,...SE ELIMINA CON LAS ARMAS Y LA OPRESIÓN FUERZAS SOCIALES,...QUE ERN DIGAMOS PRLETARIAS, COMUNISTAS, ANARQUISTAS,...LAS FRACCIONES ESTATALES-INSTITUCIONALES Y PATRIOTICAS",...SE CONSOLIDAN EN EL PODER DE ESTADO SOVIÉTICO,...Por ello se habla continuamente de burocratización, corrupción, errores de dirección,...menos a Lenin, todos los nuevos dirigentes soviéticos criticaron, censuraron al anterior,...¡¡uf,...PERO LA POLÍTICA DE LENIN EN LA CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO AISLADO,...FUE QUIZÁS TAMBIÉN EL EMBROLLO-GÉNESIS DE ESA NUEVA SOCIEDAD DE CLASES EN LA URSS,...QUIZÁS LA SITUACIÓN INTERNACIONAL OBLIGÓ A IR HACIA ADELANTE COMO PODAMOS,...PERO LA CUESTIÓN ES LA MENTALIDAD DE DESARROLLO TANTO POLÍTICO COMO ECONÓMICO DE FUTURO EMPRENDIDO,...VERÁN,...: ACUMULAR CAPITAL SOCIAL PARA LA GRAN INDUSTRIA, HACER UN GRAN PAÍS,...PERO PARA COMPETIR CON QUIENES, PARA SALVAGUARDAR A LA REPÚBLICA SOVIÉTICA,...ESE PATRIOTISMO AL FINAL ES INTERCLASISMO DE ESTADO,...LO QUE SE PODRÍA DECIR COMO CAPITALISMO DE ESTADO BUROCRÁTICO,...
RECURRIR A LA HISTORIA ES MUY IMPORTANTE PARA EL PROLETARIADO, PARA EL COMUNISMO.
LA POLÍTICA OFICIAL, LOS DETALLES Y LAS POSICIONES CRITICAS MARXISTAS Y PROLETARIAS, SOBRE TODO INTERNACIONALISTA
( 1 ) Vladímir Antónov-Ovséyenko
En contra de sus
históricos ideales, la socialdemocracia alemana se contagió del furor patriótico que
recorrió Alemania en 1914 y con algunas excepciones la apoyó,
"firmando" la llamada Unión Sagrada
Barricada con soldados
revolucionarios en Berlín en enero de 1919
En la imagen,
recorriendo Berlín, puede verse a tropas favorables al gobierno Kapp que
utilizan la cruz de hierro en sus cascos, la antigua bandera imperial
y una esvástica en el camión.
[[ Víctor Serge
Escrito en el exilio, en el año 1947, este texto es comunmente considerado como el "testamento político" de Serge.
Empezamos por la patria soviética preURSS, que desde que se creó el poder soviético estaba en guerra civil, interna en el poder y externa con fuerzas no probolcheviques; decimos bolchevique porque es este partido el que realmente tiene y ejerce el poder soviético en la Rusia Soviética. Al ser Rusia un gran territorio como país, este poder revolucionario no tenía control y poder en toda su extensión. A la vez los poderes eran muy duales, al menos había un doble poder; el bolchevique era más poderoso como se demostró ya en 1.921,...al tener poder y gerencia en todo el territorio,...por derrotas de los oponentes, negociaciones, dejadez guerrera, y otros motivos. La cuestión es que lo llamado poder bolchevique se consolida en esa fecha. EN 1.921 SE DA OTRA REVOLUCIÓN EN ALEMANIA, ANTES SE HABÍAN DADO OTRAS DURANTE 1.919-20,...
De Manuel Bermúdez Trujillo / 7 mayo, 2013 / Activismo Cívico /
Cuando se aborda la idea de alguien, que es determinante,...caso de Lenin y el Partido Bolchevique, se debe de acudir a textos y políticas críticas, enfrentadas, y combatidas. DE TODAS FORMAS PIENSO QUE SE ESTÁ DEDICANDO DEMASIADO TIEMPO POLÍTICO A ESTOS ASUNTOS, QUIZÁS SEA DEBIDO A QUE NO SE TIENE NUNCA NADA CLARO EN LO QUE HACER, EN LA VALORACIÓN DE COYUNTURA, EN ANÁLISIS DE RELACIONES DE CLASES, EN PROYECTOS ESTRATÉGICOS INCLUSO TÁCTICOS ...ESTE ES EL MAS COMPLEJO, NADIE SE DECIDE A ACTUAR, A TOMAR INICIATIVA, POR ELLO SE ESTÁ DANDO MUCHAS VUELTAS, MAREANDO LA PERDIZ; ESO, MUCHO MURMULLO, MUCHO RONRONEO,...Sigo investigando y no encuentro texto o grupo,...que tenga proyecto de revolución pendiente, proyecto estratégico revolucionario. Sigo encontrando idas políticas de hace más de un siglo,...ideas de esas situaciones,...que pena, cuando la situación de hoy en día es completamente diferente,...y por ello hay que proyectar una política revolucionaria diferente, de hoy para mañana, para pasado mañana,...
Las revoluciones desarrolladas en la era del capitalismo han sido muchas, variadas, en muchos lugares,...Las mismas no se desarrollan de forma lineal, no son progresivas-geométricas, son evolutivas y en general caminan hacia atrás. ESTA REALIDAD SE PUEDE CONVERTIR EN TESIS,...REVOLUCIONES SOCIALISTAS M-L, QUE HAN DESAPARECIDO Y ESAS REALIDADES SOCIALES HAN PASADO A SOCIEDADES CAPITALISTAS IMPERIALISTAS. Rusia era imperialista, saqueadora, con cierto desarrollo económico capitalista, antes de la revolución soviética,...se supone que desde 1.917 hasta 1.991 es socialista, a partir de aquí ese estado, esa sociedad es o tiene un carácter capitalista e imperialista. ¿ se puede decir de que el proletariado y los comunistas no dan más de sí ?,...se dirá que fue la burguesía la que dio golpe de estado contra el pueblo trabajador y perdieron el poder de clase,...¿ pero la clase obrera tenía realmente el poder ?. ¡¡PARECE QUE SEGUIMOS DÁNDOLE VUELTAS Y MAS VUELTAS AL ASUNTO¡¡. Cuando en Polonia se dio la lucha entre Solidaridad,...y el estado comunista,...se debatió algo en la UCCO, al menos en Málaga, sobre apoyar o no a los trabajadores,...yo en concreto planteé que si era correcto apoyarlos para que derrotaran al poder de clase existente en ese momento; eso era más revolucionario que apoyar la dictadura de Jaruzelski,...era general, ministro de defensa,...y después con el golpe militar,...jefe de gobierno y del POUP, comunista.
La polémica principal del citado texto, como aparece, es si se debe negociar una paz con un país imperialista, si la Rusia soviética debe hacer tratado de paz con Alemania o seguir la revolución errante por el mundo europeo, atacar a Alemania apoyando a los proletarios alemanes en su lucha contra el gobierno burgués e imperialista formado por,...COMO SE TRATA DE ANALIZAR, ESTUDIAR, APRENDER,...DEBEMOS ECHAR MANO A OTROS TEXTOS SOBRE LA LUCHA DE CLASES EN ALEMANIA, LAS REVOLUCIONES ESPARTAQUISTAS, LA HISTORIA DEL PARTIDO SOCIALDEMÓCRATA ALEMÁN,...TEXTOS DE MARX, DE ENGELS, Y DE OTROS AUTORES,...VER POSICIONES DE LOS DIRIGENTES COMO ROSA LUXEMBURGO Y OTROS, COMUNISTAS, ANARQUISTAS,....Y ESE EMBROLLO DENTRO DE UNA CLARIDAD SOBRE LA GEOESTRATEGIA DE ó EN AQUELLOS TIEMPOS. El conocimiento es como un fuelle, hay que ir de adelante hacia atrás y viceversa,..esa es la dialéctica en este caso,...quizás sea así en todos,...
En la pág. 63, anoté: " IMPORTANTE,...TAREA DE DEFINICIÓN DEL ESTADO DE TIPO SOVIÉTICO "; el autor en esta pág y siguiente plantea: "...nuestra tarea es definir el estado de tipo soviético. En mi libro el Estado y la revolución traté de esbozar las concepciones teóricas sobre este problema. ,.." Lo que es importante, lo que tiene valor histórico y es un paso adelante en el desarrollo mundial del socialismo, es que con ellos ( los soviets) se creó un nuevo tipo de estado. La Comuna de París duró pocas semanas, en una ciudad, sin que tuvieran conciencia de lo que estaban haciendo,...Nosotros tenemos condiciones que nos permiten ver con claridad lo que hacemos al crear el poder soviético porque tomamos como base la Comuna de París y los largos años de desarrollo de la socialdemocracia alemana...".
Podemos continuar exponiendo ideas, citas, análisis del autor, autores,...sobre el carácter de la revolución y Estado soviético,...está bien,...pero el asunto en este artículo, en esta etapa mundial de 2.013 camino del 2.014 es qué se debe proyectar y plantear estratégicamente por parte de los revolucionarios, los comunistas, los proletarios del mundo,...de los países,...
En la pág. 132 he subrayado: " Mientras la revolución socialista mundial no estalle, mientras no abarque a varios países con fuerza suficiente como para derrotar al imperialismo internacional, el deber directo de los socialistas que han triunfado en un país ( en especial si se trata de un país atrasado) es no aceptar la batalla contra los gigantes del imperialismo. Su deber es tratar de evitar la batalla, esperar que los conflictos entre los imperialistas los debiliten aún más y acerquen aún más la revolución en otros países ".
Anoté lo siguiente: Los habitantes de la URSS no piensan ni basan su futura vida, sobre lo vivido,...?,...también anoté: lo que hizo, con lo que pasó con la URSS,...lo que hizo, lo que fue,...¿ Idealismo Subjetivista ?,...Lenin, Stalin,...no actuaron según lo que pasó,...¡¡. Estas notas mias están como empujando a estas ideas de Lenin: ",...la bancarrota del sistema ya ha comenzado, y se trata de determinar en qué momento se producirá el estallido en uno u otro país ". " ,...se abre paso una verdad indiscutible: los estallidos revolucionarios en otros países más adelantados están más cerca ahora, después de un mes de la "tregua" que siguió a la concertación de la paz, de lo que estaban hace un mes y medio ".
En la pág. 141 he anotado esto: " Conceptos teóricos para crítica a El Militante, trotskistas de Corriente Izquierda Socialista, en España,...frases hueras y pueriles,...". Esta nota sale o es producto de pensar sobre otras en los párrafos siguientes de Lenin : " Estimados comunistas de izquierda; que decididos son,...y que poca reflexión revelan¡ ¿ Que significa la más decidida política de socialización"?. Podemos ser o no decididos en cuanto se trata de nacionalizar o confiscar. Pero justamente todo el asunto está en que no es suficiente ni siquiera la mayor decisión del mundo para pasar de la nacionalización y de la confiscación a la socialización. La desventura de nuestras izquierdas es que, con su ingenua y pueril combinación de palabras,...rebelan una incomprensión absoluta del fondo del problema, de la clave de la situación actual. La desventura de nuestras izquierdas es no haber comprendido la esencia misma de la situación actual, el tránsito de la confiscación ( para realizar la cual se requiere sobre todo decisión del político ) a la socialización ( para realizar la cual se requiere del revolucionario otra cualidad ) ".
En la pág. 143 hay dos párrafos: " Pero no se les ha ocurrido que, comparado con el actual estado de cosas en nuestra república soviética, el capitalismo de estado sería un paso adelante. Si dentro de seis meses aproximadamente se implantara el capitalismo de estado en nuestra república, sería un éxito enorme y la más segura garantía de que dentro de un año el socialismo se consolidaría definitivamente en nuestro país y se haría invencible "..." Me imagino con que noble indignación rechazarán los comunistas de izquierdas estas palabras y qué demoledora crítica presentarán ante los obreros con respecto a la desviación bolchevique de derecha. ¿ Como ? ¿ En la República socialista soviética la transición al capitalismo de estado sería un paso adelante,...? ¿ No es eso una traición al socialismo?". Anoto en borde de pág. " ¿ Y si se hubiera echo otra cosa ?,...las cosas son como son,...SÍ, PERO HAY QUE ANALIZARLAS,...Y ACTUAR EN CONSECUENCIA,...sobre todo actuar según las condiciones del momento y sus posibles desarrollos,...la política proletaria es o debe ser, aprender, corregir, y actuar de forma fresca, contemporánea.
Durante el estudio del libro anoté algo en una cuartilla: " Lenin negocia con Alemania. Alemania pierde el conflicto,...Qué pasó con la paz de Brest y los acuerdos. Las fuerzas imperiales "dejan" Rusia y los bolcheviques ganan la guerra civil con los blancos y con todo tipo de oposición ( Lenin, Trotsky, Stalin,...).
- Con quiénes se alía el estado soviético,...y qué tipo de estado y relaciones sociales de producción se implantan.
- Seguir la guerra, -los izquierdistas -, no tenía futuro,...se firma la paz,...siguen los ataques,...// Cualquiera podría haber planteado la paz. //En Alemania la izquierda socialdemócrata no quiere la paz ( solo los espartaquistas,...) que son derrotados-encarcelados-asesinados-,...Por qué no son apoyados por los bolcheviques en 1.921,...?. LA LUCHA DE CLASES, EL DESARROLLO SOCIAL EN LOS PAISES EN VIAS SOCIALISTAS,...HAN DERIVADO A UNAS FORMAS DE PODER NUEVAS, PERO EN REALIDAD SON ANTIGUAS,...ES UNA CLASE SOCIAL DONDE SE APROPIAN DEL TRABAJO DE FORMA ESTATAL,...DIGAMOS COLECTIVA,...EL TRABAJADOR-CAMPESINO,...NO EJERCE REALMENTE EL PODER,...LO EJERCEN " EN NOMBRE DE ÉL,...O EN SUS INTERESES ",...LAS FORMAS BÁSICAS DE PODER BURGUÉS NO DESAPARECEN, QUEDAN DIGAMOS CASI INTACTAS,...CAMBIADAS ALGO,...PERO MÁS EN SU FORMA QUE EN SU CONTENIDO,...SE SIGUE DANDO UN CARACTER DE CLASE BURGUÉS-PRUSIANO-CASI FASCISTOIDE-FALANGISTA,...SE ELIMINA CON LAS ARMAS Y LA OPRESIÓN FUERZAS SOCIALES,...QUE ERN DIGAMOS PRLETARIAS, COMUNISTAS, ANARQUISTAS,...LAS FRACCIONES ESTATALES-INSTITUCIONALES Y PATRIOTICAS",...SE CONSOLIDAN EN EL PODER DE ESTADO SOVIÉTICO,...Por ello se habla continuamente de burocratización, corrupción, errores de dirección,...menos a Lenin, todos los nuevos dirigentes soviéticos criticaron, censuraron al anterior,...¡¡uf,...PERO LA POLÍTICA DE LENIN EN LA CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO AISLADO,...FUE QUIZÁS TAMBIÉN EL EMBROLLO-GÉNESIS DE ESA NUEVA SOCIEDAD DE CLASES EN LA URSS,...QUIZÁS LA SITUACIÓN INTERNACIONAL OBLIGÓ A IR HACIA ADELANTE COMO PODAMOS,...PERO LA CUESTIÓN ES LA MENTALIDAD DE DESARROLLO TANTO POLÍTICO COMO ECONÓMICO DE FUTURO EMPRENDIDO,...VERÁN,...: ACUMULAR CAPITAL SOCIAL PARA LA GRAN INDUSTRIA, HACER UN GRAN PAÍS,...PERO PARA COMPETIR CON QUIENES, PARA SALVAGUARDAR A LA REPÚBLICA SOVIÉTICA,...ESE PATRIOTISMO AL FINAL ES INTERCLASISMO DE ESTADO,...LO QUE SE PODRÍA DECIR COMO CAPITALISMO DE ESTADO BUROCRÁTICO,...
RECURRIR A LA HISTORIA ES MUY IMPORTANTE PARA EL PROLETARIADO, PARA EL COMUNISMO.
LA POLÍTICA OFICIAL, LOS DETALLES Y LAS POSICIONES CRITICAS MARXISTAS Y PROLETARIAS, SOBRE TODO INTERNACIONALISTA
Tanto oficialismo, al final y al principio, crea dogmatismo, servilismo, acriticismo,...incompatible con la dialéctica y el comunismo. Es fresco leer y documentarse con otras entidades,...las organizaciones comunistas, en general son seguidistas de lo oficialista,...sn acríticas, defensoras a ultranza, se hacen así sectas antiproletarias,...al final son contrarrevolucionarias aunque se manifiesten comunistas y revolucionarias,...que complejidad,...uf....¡¡. el mesianismo está muy difundido sobre todo en el maoismo oficial, a nivel planetario,...por culpa de estas actitudes,...eso crea actitudes de grupismo cerrado, y al final no resuelven nada de cara a liberación social de la humanidad.
ENTRONCANDO CON ESTO, LA PAZ SOVIÉTICO ALEMANA, EL FINAL DE LA GUERRA MUNDIAL Y LA INSURRECCIONES EN EUROPA, GUERRA CIVIL EN RUSIA-PREURSS
EN LA WEB ENCICLOPEDIA. US.ES.,... APARECE ESTA NOTA-ACUÑACION:
[[ "Guerra Civil Rusa
La Guerra Civil Rusa tuvo lugar entre 1918 y 1922. Tras el éxito de la Revolución rusa el nuevo gobierno bolchevique firmó el Tratado de Brest-Litovsk con Alemania, el cual fue ratificado el 6 de marzo de 1918; por este acuerdo se pactaba
un armisticio unilateral y la salida de Rusia de la I Guerra Mundial. Esta paz negociada era
la única opción para el gobierno revolucionario dado que el viejo ejército
ruso, aunque había sido reorganizado en enero bajo la nueva denominación de Ejército Rojo, se encontraba en un
estado de caos y falta de disciplina cuando los alemanes avanzaron en febrero
de 1918.
Este tratado tuvo como consecuencia el levantamiento
de grupos anti bolcheviques dentro y fuera de Rusia, que se organizaron para
actuar contra el nuevo régimen. Winston Churchill declaró que la ideología bolchevique debía ser "estrangulada en su
cuna".
Casi la totalidad de los frentes de la Guerra Civil
cesaron en 1920, pero la resistencia continuó en algunas zonas del país hasta 1922;
podemos citar el Levantamiento de Kronstadt, la Rebelión de Tambov y la resistencia final del Movimiento Blanco en el Este.
Los historiadores soviéticos tradicionalmente no
aplican el calificativo "Rusa" y utilizan el término "Guerra
Civil e Intervención Militar de 1917-1922", e incluyen tanto la guerra polaco-soviética
y la resistencia en Ucrania, como la resistencia
Basmachi y la intervención en Asia Central.
La guerra enfrentó al Ejército Rojo, formado por los
comunistas y revolucionarios en el poder, con el Ejército Blanco, compuesto por conservadores y liberales favorables a la monarquía y socialistas contrarios a la revolución bolchevique.
Un grupo de nacionalistas y anarquistas denominado Verdes o Ejército
Negro tuvo una pequeña intervención en la
guerra, luchando contra los Blancos, los Rojos e incluso entre ellos mismos. La
Triple Entente formada por Reino Unido y Francia intervino del lado de los Blancos, lo cual
ocasionó el agravamiento de la guerra civil.
La contienda se desarrolló en tres frentes
principales, Este, Sur y el Noroeste, y puede ser dividida en tres períodos:
·
El primer período duró desde la Revolución hasta el armisticio. El primer
grupo armado contrarrevolucionario fue el ejército de voluntarios en la región
del Don, que luego se unió con la Legión
Checoslovaca en Siberia. El Este estaba controlado por dos administraciones antibolcheviques, Komuch en Samara y el gobierno
nacionalista de Siberia en Omsk. La mayoría de los combates en este
primer estadio de la guerra fueron poco menos que escaramuzas entre pequeños
grupos y con rápidos cambios de escenario. Entre los antagonistas se
encontraban los checoslovacos (conocidos como la Legión Checoslovaca o los Checoslovacos Blancos) y los polacos de la quinta división de rifles.
·
El segundo período de la guerra, de marzo a noviembre de 1919, fue clave.
Al principio, el Ejército Blanco avanzaba desde el Sur (dirigido por Anton Denikin), desde el Noreste
(bajo el mando de Nikolai Nikolaevich Yudenich) y desde el Este (comandado por Aleksandr Vasilevich Kolchak). Estas tropas tuvieron éxito, obligaron
a retirarse al nuevo Ejército Rojo y avanzaron hacia Moscú. Pero León Trostky, luego de reformar el
Ejército Rojo, fue capaz de repeler las fuerzas de Kolchak en junio, y las
fuerzas de Denikin y Yudenich en octubre. El poder de combate de Kolchak y
Denikin se rompió casi simultáneamente a mediados de noviembre.
·
El período final de la guerra se caracterizó por situar a las últimas
tropas del Ejército Blanco en Crimea. Pyotr Nikolayevich Wrangel reunió los remanentes de
la armada de Denikin y fortificaron su posición en Crimea. Mantuvieron estas
posiciones hasta que el Ejército Rojo volvió de Polonia, donde había estado
luchando la Guerra Polaca-Soviética desde 1919. Cuando la totalidad de las
fuerzas de la Armada Roja se enfrentó con los Blancos, éstos terminaron
agobiados. Las tropas que quedaron fueron evacuadas a Constantinopla en noviembre de 1920.
El primer intento para tomar el poder de los
bolcheviques fue el Levantamiento Kerensky-Krasmov en octubre de 1917. Tuvo el apoyo del amotinamiento Junker en Petrogrado, pero fue rápidamente vencido por la Guardia Roja.
Curso de los Acontecimientos
Inglaterra, Francia y Estados Unidos, entre otros, intervinieron del lado de los Blancos. Después de que los
aliados derrotaran a los imperios centrales en noviembre de 1918, continuaron
su intervención en la guerra contra el comunismo por su temor a que la Guerra
Civil Rusa derivase en una revolución socialista mundial. Lenin fue sorprendido
por el estallido de la guerra civil y, en principio, subestimó las fuerzas que
se levantaban en contra de su nuevo país.
1918 Propaganda
Bolchevique pintando a Trotsky matando al dragón reaccionario (Trotsky era el organizador del Ejército Rojo)
Los grupos que en principio se levantaron contra el
comunismo eran principalmente generales contrarevolucionarios y ejércitos cosacos locales que declararon su lealtad al Gobierno Provisional. Entre ellos estaban Aleksei Maksimovich Kaledin (Cosaco del Don), Alexander Dutov y Grigory Mikhailovich Semionov - (Cosacos de Orienburgo y de Baikal, respectivamente).
En noviembre, el General Mikhail Vasilevich Alekseev, el comandante en jefe zarista más antiguo, comenzó a organizar un
milicia de voluntarios en Novocherkassk. En diciembre se sumaron Lavr
Georgevich Komilov, Denikin y muchos otros. Ayudado por Kaledin, tomaron Rostov en diciembre.
A pesar de todo, los cosacos no tenían deseos de luchar, y en enero, cuando comenzó la ofensiva
soviética bajo el mando de Vladimir Aleksandrovich Antonov-Ovseenko,(1) los cosacos dejaron sólo a Kaledin, que terminó por suicidarse. Las fuerzas de Antonov
recuperaron Rostov y a fines de marzo de 1918 se declaró la República Soviética del Don. La Armada Voluntaria fue evacuada en
febrero y escapó a Kuban, donde se reunió con los cosacos de Kuban para montar un asalto en Ekateriondar. Kornílov fue asesinado
el 13 de abril y el mando pasó a Deníkin, quien volvió al Don. Allí, los
soviets alistaron a la población local y la milicia de voluntarios encontró
nuevos reclutas.
A principios de la primavera de 1918, el Partido Social-Revolucionario y los mencheviques se unieron a la lucha armada. En principio eran fuertes opositores del
conflicto bélico con los Bolcheviques, pero el tratado de paz y el
establecimiento de medidas dictatoriales cambiaron su punto de vista.
Pudieron haber sido una seria amenaza pues contaban
con el apoyo y la autoridad emanada de su victoria en las elecciones en la Asamblea Constituyente Rusa en 1918. Sin embargo,
necesitaban el apoyo de las armas. Un intento temprano de reclutar tropas de Letonia en julio de 1918, llevado a cabo por el Partido Socialista Revolucionario,
acabó en rotundo fracaso. Por suerte, la Legión Checoslovaca terminó por acudir en ayuda de la contrarrevolución democrática. La Legión
Checa había sido parte del viejo ejército ruso y para octubre de 1917 se habían
alistado alrededor de 30.000 hombres, en su mayoría ex prisioneros de guerra y
desertores del ejército austro-húngaro. Auspiciada por Tomás Masaryk, la legión fue
rebautizada con el nombre de Cuerpo del Ejército Checoslovaco.
Un acuerdo con el gobierno soviético para atravesar el
mar por Vladivostók fracasó por un intento de desarmar al Cuerpo, y la fuerza
terminó por rebelarse en junio de 1918 en Cheliábinsk. En un mes, los
Checoslovacos controlaban gran parte del Oeste de Siberia y parte de la región
del monte Volga y Ural. Para el mes de agosto, su control se había expandido de
tal forma que Siberia (y sus preciados suministros de grano) quedó excluida del
resto de Rusia.
Archivo:WhiteArmyPropagandaPosterOfTrotsky.jpg
Propaganda del ejército
blanco pintando a Trotsky como un "diablo judío"
Los Mencheviques y el Partido Socialista
Revolucionario apoyaron la acción contra el control de los suministros de
alimentos ejercido por los soviets. En mayo de 1918, con el apoyo de los
checoslovacos tomaron Samara y Saratov, estableciendo el Comité de Miembros de
la Asamblea Constituyente. Para julio, la autoridad de Komuch extendió una gran
parte del área que se encontraba bajo dominio checoslovaco. Intentaron retomar
las operaciones contra Alemania y comenzaron a formar su propia armada. También
implementaron una programa de reformas socialistas, pero sin los cambios
económicos que los soviets estaban realizando y que eran tan poco populares.
Se estaban desarrollando una especie de gobiernos
conservativos y nacionalistas dormados por los baskires, los kirguízios y los tártaros, así como también un
Gobierno Regional Siberiano en Omsk. En septiemnre de 1918 todos los gobiernos
anti-soviéticos se reunieron en Ufá y acordaron formar un nuevo Gobierno
Provisional Ruso en Omsk, encabezado por un directorio formado por cinco
integrantes: tres del Partido Socialista Revolucionario (Avkséntiev, Bóldyrev y
Zenzínov)y dos Kadets (Vinográdov y Volgogódskii).
Rápidamente, el nuevo gobierno fue influido por el
Gobierno Regional Siberiano y su nuevo ministro de guerra Aleksandr Vasílievich
Kolchák. El 18 de noviembre Kolchák fue ungido como dictador por un golpe de
estado. Los miembros del directorio fueron arrestados y Kolchák fue ascendido a
almirante, proclamándose a sí mismo como el "Gobernante Supremo".
Para los soviéticos este cambio de mando era un problema militar y una victoria política, dado
que tildaba a sus oponentes de reaccionarios antidemocráticos. Pero, como los
soviets temían, Kolchák probó ser un comandante capaz. Luego de una
reorganización de la Armada Popular, sus fuerzas irrumpieron en Perm y expandieron su control sobre territorio soviético.
En territorio soviético, siguiendo el Quinto Congreso
Soviet en julio, dos izquierdistas del Partido Socialista Revolucionario (Yakov
Blyúmkin y Nicolay Andréyew) asesinaron al embajador alemán en Moscú, Conde
Mirbach, en un intento de provocar a los alemanes y retomar las hostilidades.
Otro izquierdista del Partido Socialista Revolucionario capturó a prominentes
Bolcheviques e intentó levantar al Ejército Rojo contra el régimen.
Los soviets pudieron aplacar los levantamientos
locales organizados por el Partido Socialista Revolucionario y los anarquistas.
Lenin se disculpó personalmente ante los alemanes por el asesinato, aunque era
improbable una represalia alemana por estar inmersos en plena campaña
occidental. Hubo arrestos masivos en el ala izquierda del Partido Socialista
Revolucionario y los dos actos terroristas que tuvieron lugar más tarde, entre
ellos el ataque a Lenin dejándolo herido, derivaron en la expulsión de los
Mencheviques y del Partido Socialista Revolucionario de los soviets.
Reorganización del Ejército Rojo
Dado que el desarrollo de una Guerra Civil en Rusia se
tornaba inevitable e inminente a partir de la firma del Tratado Brest-Litovsk, Leon Trotsky fue designado Comisario de Guerra en 1918. Desde un centro de la Guardia
Roja que había sido armado por el Gobierno Provisional, Trotsky recontruyó el
Ejército Rojo a través del reclutamiento. Para el año 1921, los Bolcheviques
comandaron alrededor de cinco millones de soldados, incluyendo 50 000 antiguos
oficiales zaristas convocados para entrenar a los reclutados.
La política del comunismo de guerra le otorgó
prioridad al Ejército Rojo. Mientras los bolcheviques controlaban las
principales regiones industriales, también estaban relativamente bien
equipados. Los mejores sistemas de comunicación, en particular los trenes, estaban
bajo el control de los bolcheviques, permitiendo que tanto los soldados como
los suministros necesarios sean velozmente transportados al campo de batalla.
Las ventajas más importantes que tenía el Ejército
Rojo sobre el Blanco eran disciplina y capacidad de liderazgo. Mientras Lenin
era el líder indiscutido del Partido Bolchevique, Trotsky era el brillante
organizador militar dirigiendo actividades en los frentes de la guerra.
Viajando en su legendario tren, aunmentó la moral en la Armada Roja y diseñó
estrategias. También reintrodujo estricta disciplina, tras un corto período de
igualdad bajo la Primera Orden Soviet. Los desertores eran fusilados,
comisarios políticos y bolcheviques comprometidos eran puestos en diferentes
rangos para asegurar la lealtad de los soldados.
Repercusiones
Al final de la Guerra Civil, la Rusia Soviética se
encontraba exhausta y arruinada. Las sequías de 1920 y 1921 y la hambruna de
1921 empeoraron la situación. La guerra cobró alrededor de nueve millones de
vidas tan sólo unos meses después de la Revolución de Octubre. Un millón de
personas murió por efectos indirectos de la guerra. Otro millón abandonó Rusia
escapando de los estragos de la guerra y del hambre. Esta fracción de
emigrantes incluía gran parte de la población educada.
El comunismo de guerra salvó al gobierno soviético
durante la Guerra Civil, pero la economía rusa decayó hasta estancarse. La
industria privada y el comercio fueron proscritos y el recientemente
establecido y poco estable gobierno era incapaz de dirigir la economía para
satisfacer las necesidades del devastado pueblo ruso. Se estima que la
producción total de las minas y fábricas cayó en 1920 a un 20% del nivel
anterior a la guerra mundial.
Para 1921, la tierra cultivada era sólo el 62% del
área de preguerra y el rendimiento de la cosecha era sólo el 37% del
rendimiento normal. El número de caballos disminuyó de 35 millones en 1916 a 24
millones en 1920, y el ganado de 58 a 37 millones. La tasa de cambio para el
dólar de Estados Unidos subió de 2 Rublos en 1914 a 1 200 en 1920.
Aunque Rusia eventualmente se recuperó y experimentó
un rápido crecimiento económico en 1930, la combinación de los efectos de la I
Guerra Mundial y de la Guerra Civil Rusa dejó una gran cicatriz en la sociedad
rusa y tuvo efectos permanentes en el régimen soviético. ]].
Vladímir Antónov-Ovséyenko
Vladímir
Aleksándrovich Antónov-Ovséyenko (En ruso Влади́мир
Алекса́ндрович Анто́нов-Овсе́енко, en ucraniano: Володимир
Олександрович Антонов-Овсієнко); (Chernígov, Ucrania; 9 de marzojul./ 21 de marzo de 1883greg. - Moscú, 10 de febrero de 1939)
fue un prominente bolchevique, periodista, “podporúchik” (subteniente) y
diplomático étnicamente ucraniano. Se lo recuerda como el dirigente del asalto
al Palacio de Invierno que culminó con el triunfo de los bolcheviques durante
la Revolución de Octubre.
Fue víctima de la Gran Purga de Stalin, a
finales de los años 1930.
Inicio
en la carrera militar
Nació en Chernígov el 21 de marzo de 1883,
en una familia de oficiales. Se graduó en el cuerpo de cadetes de Vorónezh en 1901.
Por la presión de su padre, ingresó en la Escuela Militar de Ingeniería
“Nikoláyev”, renunciando a jurar la “fidelidad al Zar y a la Patria”,
explicando su “repugnancia hacia el ambiente castrense”. Posteriormente fue
detenido, pudiendo salir más tarde de prisión gracias a la influencia de su
padre. En 1902 se marchó de su casa, trabajando
un tiempo como peón y chófer, entrando poco después en la Escuela Militar de San Petersburgo.
Actividad
revolucionaria]
Antónov-Ovséyenko
participó en el ala izquierda del movimiento revolucionario de 1901, y
a principios de 1902 se unió al Partido
Obrero Socialdemócrata de Rusia, creando una
organización revolucionaria en la “Escuela de Infantería Vladímir” de San Petersburgo, donde obtuvo el
grado militar de “Cadete”. Terminada su trayectoria en la Escuela Militar de
Infantería Vladímir, fue destinado a Varsovia, donde fundó el
Comité Militar del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia. Después de servir
en el extremo oriente, presentó su dimisión al grado de podporúchik, y se consagró por
completo a la lucha revolucionaria clandestina. Durante la Revolución Rusa de
1905, dirigió el levantamiento en Novo-Alexandria en Polonia y Sebastopol (Crimea).
Al poco fue detenido y sentenciado a muerte, conmutada la pena por veinte años
de exilio en Siberia. Escapó de allí, y
en 1910 emigró a París.
Asalto
al Palacio de Invierno
Antónov-Ovséyenko durante la época de la Revolución.
Como miembro de la
Organización Militar, junto al Comité Central del Partido
Obrero Socialdemócrata de Rusia (bolchevique), se trasladó a Helsinki para dirigir el
trabajo de propaganda entre los soldados del norte y los marinos de la flota
báltica, al mismo tiempo publicando el periódico “Volná” (Волна: Onda, Ola).
Fue uno de los participantes más activos de la Conferencia del Frente de Todas
las Rusias y las organizaciones de retaguardia del Comité Central del Partido
Obrero Socialdemócrata de Rusia (bolchevique), realizado en junio
de 1917,
aceptando Antónov-Ovséyenko la participación en la organización directa de las
manifestaciones contra la Ofensiva Kerensky, que desembocaron en
la “Crisis de Junio”, por lo que fue detenido por elGobierno Provisional
Ruso, e internado en la cárcel de “Krestý” (Кресты) en San Petersburgo, donde junto con Fiodor
Raskólnikov, y en nombre de los detenidos bolcheviques,
escribieron una protesta contra el arresto no fundamentado. (En la década de
1920, este episodio de la vida de Antónov-Ovséyenko, según las fuentes
oficiales soviéticas, fue descrito así: “Por la participación en la
insurrección de julio, fue detenido por el Gobierno Provisional, y junto con
Trotsky, se le recluirá en “Krestý””. Después de lo cual, será liberado bajo
fianza. El 4 de septiembre el
Centrobalt designó a Antónov-Ovséyenko Comisario adjunto al Gobernador General
de Finlandia.
Fue delegado en la
Conferencia Democrática de Todas las Rusias, y en el Segundo Congreso de
Marinos de la Flota Báltica (septiembre-octubre de 1917),
donde se emite el llamamiento “A todos los oprimidos de los países”. El 30 de septiembre se
elige la estructura de la oficina regional finlandesa del Partido Obrero
Socialdemócrata de Rusia (bolchevique). Es miembro del
Comité de Organización y del Comité Ejecutivo del Congreso de los Trabajadores
del Óblast. Participa en los
trabajos de la Conferencia de Organizaciones Militares del Partido Obrero
Socialdemócrata de Rusia (bolchevique) del Frente Norte,
llevada a cabo el 15 de octubre, donde se elegirá la Asamblea
Constituyente Rusa. En el informe de la sesión del Sóviet de la Social
Democracia Rusa de 23 de octubre se
da cuenta que la guarnición al completo apoya el establecimiento del poder de
los Sóviets, habiendo los Guardias Rojos ocupado las fábricas y depósitos de armas
y han reforzado el anillo externo de defensa de Petrogrado, habiendo paralizado
las acciones del Estado Mayor de la Región Militar de Petrogardo.
Antónov-Ovséyenko, en
su calidad de Secretario del Comité Revolucionario de Petrogrado, tomó parte
activa en la insurrección armada
de octubre, en Petrogrado. Encabezó a los Guardias Rojos, a los
soldados revolucionarios y a los marineros durante la toma del “Palacio de
Invierno”,1 que
no ofreció resistencia para cuando Antónov-Ovséyenko entró en el edificio,1 arrestando
allí al Gobierno Provisional
Ruso.1 Logró
contener la rabia de los soldados ante la fuga de Kerensky y proteger a los
detenidos hasta su traslado a la Fortaleza
de San Pedro y San Pablo de
ser linchados en dos ocasiones.1
En el Segundo
Congreso de Soviets de Todas las Rusias, del 26 de octubre (8 de noviembre en
el calendario actual) de 1917,
Antónov-Ovséyenko fue elegido miembro del Comité para los Asuntos Militares y
Navales del Sovnarkom de Lenin.
La
Guerra Civil]
Como el especialista
en el campo del arte de la guerra, en diciembre de 1917 Antónov-Ovséyenko tomó el mando
del ejército rojo en el sur del país, que combatían contra los cosacos de Alekséi Kaledin y
las fuerzas ucranianas que apoyan a la La Rada Central
Ucraniana. Antónov-Ovséyenko es el Jefe del Grupo de Ejército
Soviético Ruso; entró en Járkov, donde el Congreso
de los Sóviets proclamó el poder en Ucrania, después de lo cual, le entregó el
mando militar al eserista de Izquierda Murabey, encabezando
este la lucha contra los ejércitos cosacos en calidad de Comandante del
Ejército Soviético en el Sur de Rusia (de marzo a mayo de 1918)
Por indicación
personal de Antónov-Ovséyenko, el 1 de abril de 1918 fue ejecutado en Taganrog (Mar de Azov) el general zarista
retirado Paul von Rennenkampf.
Después de la retirada del ejército alemán, de enero a junio de 1919,
Antónov-Ovséyenko mandó al ejército en el frente ucraniano, al mismo tiempo que
dirigió los asuntos militares de la República Popular
Ucraniana, participando activamente en las operaciones
militares contra el ejército de la República Nacional
Ucraniana, y la reconstitución del poder soviético en
prácticamente todo el territorio de Ucrania.
Activamente
preocupado por los temas de carácter social-económico: así cuando los
propietarios de las empresas de Járkov se
negaron a pagar a los obreros su sueldo, que protestaban para la introducción
de la jornada de trabajo de 8 horas, Antónov-Ovséyenko metió a 15 capitalistas
en un vagón de tren, y les exigió un millón en efectivo, amenazando, en caso
contrario, con enviarlos al trabajo en las minas.
Antónov-Ovséyenko
participó activamente en el brutal aplastamiento de la Rebelión de Tambov.
Entre 1919 y 1920 trató de luchar contra el
descontento popular desde su puesto de Presidente del Comité Ejecutivo del Óblast de Tambov, y
en 1921 recibió plenos poderes del VTsIK para la lucha contra el
bandolerismo en el Óblast de Tambov, ayudado activamente por Mijaíl Tujachevskyen
el aplastamiento de la rebelión antibolchevique de campesinos por parte del Ejército Rojo, conocido en la
historiografía soviética como “antónovischina”.
Época
Soviética]
En los años de Guerra
Civil, Antónov-Ovséyenko se formó como un experimentado funcionario del
partido, y su trabajo lo llevó entre 1922 y 1924 a la jefatura del Departamento
Político del Consejo Militar Revolucionario (РВС en sus siglas cirílicas). Se
oponía activamente a la ampliación del poder de Stalin,
llamándolo déspota, una dictadura personalizada. Por ello, Antónov-Ovséyenko
apoyó a Trotsky, con el que tenía
buenas relaciones, adhiriéndose entre 1923 y 1927 a la trotskista “Izquierda”, que
por presiones, en 1928 fue obligado a romper con ella.
Fue en ese tiempo que ocupó el cargo de plenipotenciario en
los países limítrofes este europeos, como Checoslovaquia (1924), Lituania (1928) y Polonia (1930). En
la década de 1930 se le permitió trabajar en temas
jurídicos, llegando a ser el Fiscal Jefe de la la RSFSR, (1934) y
Comisario de Justicia del Pueblo de la RSFSR (1937).
En la Guerra Civil Española fue cónsul general de la URSS en Barcelona (de 1936 a 1937),
prestando gran apoyo al ejército republicano como consejero militar. De la
colección de documentos del mencionado Antónov-Ovséyenko, testimonió que
trataba de intervenir en defensa de la línea de Stalin, contra la oposición de anarquistas y trotskistas del POUM,
que controlaban el movimiento antifascista de Cataluña, y fue nombrado por Juan Negrín como
“el catalán más grande que los mismos catalanes”. Después del conflicto surgido
entre el Cónsul General y Juan Negrín, presentó su dimisión.
A finales de 1937,
Antónov-Ovséyenko fue destituido en España, y posteriormente arrestado por el NKVD durante la Gran Purga de 13 de octubre de 1937.
El 8 de febrero de 1938 fue condenado a muerte por el Colegio
Militar de la Corte Suprema de la URSS “por
pertenecer a una organización terrorista trotskista y por espionaje”. Fue
fusilado el año siguiente, en 1939.
Fue rehabilitado
póstumamente en 1956.
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En Wikipedia:
[[ Revolución de
Noviembre EN ALEMANIA
La revolución de noviembre de 1918 en Alemania llevó, hacia el final de la Primera Guerra Mundial, al cambio desde la Monarquía constitucional del Kaiserreich Alemán a una república, parlamentaria y democrática.
Las causas de la revolución se encontraban en las
cargas extremas sufridas por la población durante los cuatro años de guerra, el
fuerte impacto que tuvo en el Imperio Alemán la derrota y las tensiones
sociales entre las clases populares y la élite de aristócratas y burgueses que
detentaban el poder y acababan de perder la guerra.
La revolución comenzó con un Motín de marineros de la flota de guerra
en Kiel; se negaban a maniobrar para sacar la flota al Mar del Norte para realizar una última batalla contra la escuadra inglesa, como
pretendían hacer sus superiores. En pocos días abarcó toda Alemania y forzó la abdicación del Káiser Guillermo II el 9 de noviembre de 1918. Los objetivos de
avanzada de los revolucionarios, guiados por ideales socialistas, fracasaron en enero de
1919 ante la oposición de los líderes del Partido
Socialdemócrata de Alemania(SPD). Éstos temían un “caos revolucionario” y
posteriormente se esforzaron en reconciliar a los partidos burgueses y la élite
afín al Káiser frente a las nuevas relaciones del poder. Adicionalmente
acordaron una alianza con el Comando Militar Supremo alemán y permitieron la sofocación violenta del llamado Levantamiento Espartaquista (Spartakusaufstand).
El desenlace formal de la revolución ocurrió el 11 de agosto de 1919 con la rúbrica de la nueva Constitución de la República de Weimar.
Antecedentes
El Imperio alemán y la democracia social
Sesión parlamentaria en
el Reichstagen 1889
Guillermo II (izquierda)
con el rey de Rumanía Carol I en 1914
La revolución civil de
marzo de 1848/49 fracasó, sobre todo, por el problema de tener que conseguir a la vez la
democratización y la unión de Alemania. En las décadas posteriores, la ciudadanía se alineó con el Estado autoritario (Obrigkeitsstaat),
particularmente una vez que la unidad alemana se hubo establecido, en la forma
de la Pequeña Alemania bajo el liderazgo de Prusia en 1871.
El recién fundado Imperio alemán (en alemán Deutsches Kaiserreich), Segundo Reich o
Alemania Guillermina, era una monarquía constitucional. Para el parlamento, en
alemán Reichstag, se aplicaba el derecho
de sufragio igualitario, universal y secreto para los
hombres (Männerwahlrecht). La influencia del Parlamento en la política del Reich era, sin embargo, limitada. Su única
atribución importante era la aprobación del presupuesto. El gobierno del Kaiserreich no era responsable únicamente ante el Parlamento, sino también ante el Emperador.
Los socialdemócratas, que posteriormente formaron el SPD, también estaban representados en el Reichstag desde 1871. Desde sus inicios
abogó públicamente por un Estado republicano. Por este motivo, Otto von Bismarck los hizo perseguir desde 1878 hasta su destitución por el Káiser en 1890, basándose en las Leyes Socialistas. A pesar de ello, los socialdemócratas pudieron aumentar su representación en casi todas las elecciones. En el Reichstag de 1912 formaban el partido parlamentario más fuerte, con 110 diputados y el
28 % de los votos.
En los 43 años desde la fundación del Kaiserreich hasta la Primera Guerra Mundial, el SPD no solamente creció en
importancia, sino que también cambió su carácter. En la disputa revisionista (Revisionismusstreit) que comenzó en 1898, los llamados
revisionistas querían eliminar el objetivo de la revolución del programa del partido.
Propugnaban en su lugar reformas sociales de acuerdo con el orden económico establecido. El ala marxista se impuso nuevamente contra los
revisionistas. Sin embargo, la retórica revolucionaria ocultaba que el SPD se había hecho
prácticamente reformista desde la derogación de las "Leyes Socialistas" en 1890. Los socialdemócratas, difamados como
“miembros sin patria”, se sentían patriotas alemanes. Al comienzo de la Primera Guerra Mundial se hizo claro que el SPD se había vuelto una
parte integral del juego semidemocrático del Imperio, aun siendo parte de la oposición.
El SPD y la Primera Guerra Mundial
Alrededor de 1900, la socialdemocracia
alemana estaba a la cabeza del movimiento
internacional de los trabajadores. En los congresos paneuropeos de la Segunda Internacional Socialista, el SPD siempre había aprobado las resoluciones que preveían una causa común
socialista en caso de iniciarse la guerra. Durante la crisis de julio de 1914 que siguió al asesinato del archiduque Francisco Fernando en Sarajevo (atentado de Sarajevo), todavía organizó
—como otros partidos socialistas en Europa— grandes
manifestaciones en contra de la guerra. En ellas Rosa Luxemburgo, la portavoz del ala izquierdista del partido, llamó a la desobediencia y
a evitar la guerra en nombre de todo el SPD. Por este motivo, el gobierno del Kaiserreich planeó aprehender a los líderes del partido inmediatamente después de
entrar en guerra. Friedrich Ebert, uno de los dos representantes del SPD, viajó a Zúrich llevando los fondos del partido a un lugar
seguro, fuera del alcance del Estado.
Dirección del SPD en 1909 (nombres en la descripción de la
imagen)
Al entrar Alemania en la guerra con la declaración de
guerra al Imperio Ruso el 1 de agosto de 1914, la mayoría del SPD se dejó contagiar por el
sentimiento bélico que recorría Europa. De tal modo siguió a su antiguo
presidente August Bebel, quien antes de su muerte en 1913 había dicho:
Si es en contra de
Rusia, yo mismo alzaré la pistola, pues es el enemigo de la cultura y los
oprimidos.
Además, los diputados del SPD temían perder votos e
influencia en el Reichstag, así como una posible
proscripción del partido si rehuían su “deber patriótico”.
La dirección del partido y los representantes en el Reichstag estaban divididos en su posición respecto a la guerra: Junto con Friedrich Ebert, 96 diputados aprobaron los créditos de guerra para el gobierno del Kaiserreich. Con el segundo presidente, Hugo Haase, 14 parlamentarios
estaban en contra, pero votaron a favor por disciplina de la fracción. El SPD aprobó así los créditos
de guerra, le prometió al Káiser renunciar a huelgas y a
la remuneración de los sindicatos mientras durara la guerra, posibilitando así la movilización de las
fuerzas alemanas. Haase explicó su decisión, que
se había tomado contra su voluntad, diciendo: “¡No vamos a abandonar a la
patria a la hora del peligro!”
El Káiser acogió la llamada “paz
ciudadana” de la política alemana al final de su Discurso del Reichstag con la
frase que se hizo famosa: “Aquí no veo ningún partido, sólo veo alemanes.”
El gobierno de transición y el movimiento de los consejos
Desde el 9 de noviembre el Reichstag ya no volvió a ser convocado.
El Consejo de los Representantes del Pueblo y el Comité Ejecutivo habían
reemplazado al viejo gobierno. Pero el aparato administrativo casi no cambEl mismo Karl Liebknecht, quien después se convertiría en símbolo del movimiento antibelicista, cedió en un principio a las justificaciones del partido: se abstuvo de la votación para no tener que votar contra su propia facción. Sin embargo, el 5 de agosto de 1914 fundó, junto a Rosa Luxemburg, Franz Mehring y otros miembros de la izquierda del partido, el Grupo Internacional (Internationale Gruppe), que mantenía las resoluciones del SPD previas a la guerra. De este grupo salió la mayor parte de la “Liga Espartaquista” el 1 de enero de 1916. El 2 de diciembre de 1914, Liebknecht, y en un principio únicamente él, votó en contra de más créditos para la guerra. Por este motivo fue detenido por los militares en 1915 a instigación de la dirección del partido. Debido a sus intentos de organizar a quienes se oponían a la guerra, fue expulsado del SPD y condenado en julio de 1916 a cuatro años de prisión.
Marineros revolucionarios desfilando por Wilhelmshaven en 1918
La Revolución abarca todo el Kaiserreich
Reacciones en Berlín
A las 8 de la tarde, un grupo de cien cabecillas revolucionarios (Revolutionären Obleuten) de las grandes industrias de Berlín ocuparon el Reichstag y formaron un parlamento revolucionario. Eran mayormente las mismas personas que ya en enero habían participado como líderes de la huelga, desconfiaban de la dirección del SPD y habían planificado independientemente de los marineros un asalto para el 11 de noviembre, pero habían sido sorprendidos por los acontecimientos revolucionarios ocurridos en Kiel. Para despojar a Ebert de la iniciativa, decidieron convocar entonces elecciones para el día siguiente: toda empresa de Berlín y todo regimiento deberían elegir ese domingo consejos de obreros y de soldados que luego elegirían entre ambos gobiernos revolucionarios existentes de los partidos obreros. Este Consejo de los Representantes del Pueblo (Rat der Volksbeauftragten) debería efectuar las resoluciones del parlamento revolucionario y reemplazar a Ebert en el cargo de canciller del Imperio.
También Rosa Luxemburgo, tras ser liberada temporalmente, fue encarcelada hasta el fin de la guerra.
La división del SPD
Karl Liebknecht, político y revolucionario, fue el primer diputado del SPD en votar contra los bonos de guerra y la participación alemana en esta (como ya hiciera su padre anteriormente). Miembro del ala más izquierdista del partido, sería expulsado de este en 1916.
Cuanto más duraba la guerra y cuantas más víctimas causaba, menos miembros del SPD estaban dispuestos a mantener la “paz ciudadana” de 1914. Aún menos desde que, en 1916, el Emperador y el gobierno ya no dictaban las directrices de la política del Kaiserreich, sino el Mando Supremo del Ejército, en alemán Oberste Heeresleitung (OHL), al mando de los generales Paul von Hindenburg y Erich Ludendorff. Este último tomaba las decisiones importantes. En la práctica, ellos gobernaban Alemania como dictadores militares, persiguiendo los objetivos fijados al inicio de la guerra y determinando la vida civil también en función a las necesidades de la guerra. Para los obreros, esto significaba, entre otras cosas, jornadas de 12 horas con salarios mínimos y provisiones insuficientes debido al bloqueo marítimo impuesto por Gran Bretaña.
A medida que la guerra se recrudecía tanto para los soldados en el frente como para los civiles, fueron surgiendo más voces en la izquierda que pedían la finalización inmediata del conflicto.
Desde el inicio de la revolución rusa de febrero de 1917, también en Alemania se produjeron grandes huelgas organizadas. En marzo y abril de 1917 participaron en ellas 300.000 trabajadores de la industria bélica de Berlín, Leipzig y más tarde de Düsseldorf. Acontecimientos similares se producirían de nuevo en Berlín (250.000 huelguistas), Bremen, Hamburgo y Essen en enero de 1918 que desatarían una violenta represión y que constituirían por parte de las masa obreras el ensayo de la revolución.
Dado que la situación probablemente empeoraría por la entrada de los EE. UU. en la guerra, el emperador Guillermo II intentó apaciguar las protestas en su Mensaje de Semana Santa. Prometió que, una vez acabada la guerra, habría elecciones generales iguales (gleiche Wahlen) incluso en Prusia, donde hasta entonces se aplicaba el derecho al voto en tres clases (Dreiklassenwahlrecht).
Pero el SPD reaccionó al creciente descontento de los obreros siguiendo a los izquierdistas y entonces también revisionistas como Haase y Eduard Bernstein. El 9 de abril de 1917, el SPD se dividió respecto a su posición frente a la guerra en los socialdemócratas de la mayoría (MSPD), con Friedrich Ebert a la cabeza, y los socialdemócratas independientes (USPD) encabezados por Hugo Haase. Estos últimos demandaban el inmediato fin de la guerra y mayor democratización en Alemania, pero no tenían un programa social-político unido. La Liga Espartaquista, que había rechazado hasta entonces la separación del partido, formó entonces un ala izquierdista del USPD.
Paz de vencedores o paz concertada
Desde la entrada en la guerra de los EE.UU., la situación del Frente Occidental se había hecho cada vez más precaria. Por esto, y para quitar fuerzas al USPD, el SPD formó un comité interpartidario en el Reichstag junto al Partido de Centro (Zentrumspartei), de orientación conservadora-católica, y el Partido Popular Progresista (Fortschrittliche Volkspartei), de orientación liberal. El verano de 1917, el comité propuso una resolución que preveía una paz concertada sin anexiones ni reparaciones de guerra.
Sin embargo, el OHL también rechazó esta resolución, como en marzo de 1918 había rechazado el programa de paz de 14 puntos del presidente de los EE.UU. Woodrow Wilson de enero del mismo año. La resolución estadounidense preveía una paz a partir de la “autodeterminación de los pueblos, sin vencedores ni vencidos” pero a costa de trastocar el orden político de las naciones "enemigas". Hindenburg y Ludendorff rechazaron esta propuesta porque se había conseguido la victoria sobre Rusia y creían tener la suficiente ventaja para, primero, inclinarse por una "paz de vencedores" con anexiones a costa del adversario y después, inclinarse por volver al statu quo ante bellum sin intervenciones externas de ningún tipo.
Repercusiones de la Revolución de Octubre
El éxito de la Revolución Rusa de 1917 marcó la actuación del SPD y sembró el miedo en las clases medias y altas alemanas durante la revolución de noviembre. En la imagen, miembros del 1º Regimiento de la Guardia Roja frente al Palacio de Invierno
Después de la Revolución de Febrero en el Imperio Ruso y la caída del último zar Nicolás II el 15 de marzo de 1917, el nuevo gobierno ruso, que había sido establecido desde el verano por los mencheviques a la cabeza de Alexander Kerensky, continuó la guerra del lado de las fuerzas de la Triple Entente. Sin embargo, el gobierno del Imperio alemán vio la oportunidad de una victoria militar. Para avivar el sentimiento antibélico en Rusia, permitió que el líder de los bolcheviques rusos, Vladirmir Ilich Lenin, viajara a escondidas de su exilio en Suiza a Petrogrado en un vagón sellado a través de Suecia y Finlandia.
( SE SUBRAYA LO ANTERIOR PORQUE QUIERO REDOBLAR LA ATENCIÓN Y DESDE LAS POSICIONES QUE SE DEBE ABORDAR LOS ANÁLISIS DE LA LUCHA DE CLASES,...NO SOLO DESDE EL PUNTO DE VISTA DE CLASE CONTRA CLASE SINO DESDE EL NIVEL Y LINEA DE LA GEOESTRATEGIA,...YA QUE PARECE QUE LAS CLASES EXPLOTADAS Y OPRIMIDAS SON SOLO CARNES DE CAÑÓN, FUERZAS SOCIALES A MANIPULAR, MULAS DE CARGA Y DE FUERZA DE CHOQUE AMORTIGUADOR DE LAS CLASES Y SECTORES ORGANIZADOS DOMINANTES,...O FORMADOS PARA ASUMIR LOS PODERES DE ESTADO PARA SER O CONVERTIRSE EN CLASE-FRACCIÓN DOMINANTE,...COMO TAL EXPLOTADORA Y OPRESORA,...De estos asuntos no se hablaba en ningún partido comunista a sus militantes,...se ocultaba a los jóvenes comunistas obreros,...lo digo por experiencia propia,...de estas y muchas otras cuestiones básicas me enteré porque estudié por mi cuenta,...)
En la Revolución de Octubre, los bolcheviques, quienes propugnaban el inmediato fin de la guerra, conquistaron el poder en Rusia. La victoria de Lenin reforzó el miedo de la clase media alemana a una revolución similar a la rusa. Los líderes del SPD también mostraron su incomodidad, porque los bolcheviques, decididamente un partido político de cuadros, pudieron imponerse contra la mayoría parlamentaria de socialistas moderados y la clase media. Sus esfuerzos por impedir un desarrollo similar en Alemania marcaron su actuación en la Revolución de Noviembre.
En enero de 1918 se produjeron nuevamente en todo el Imperio huelgas generales con más de un millón de participantes. Entonces entraron en acción por primera vez los cabecillas revolucionarios (Revolutionären Obleute), quienes tendrían posteriormente un papel importante. Se denominaron «consejos» (Räte), como los «sóviets» rusos. Para debilitar su influencia, Ebert se incorporó a la dirección de los huelguistas y consiguió adelantar el final de la huelga.
En marzo de 1918, el nuevo gobierno soviético de Lenin aceptó la negociación con Alemania que condujo a la Paz de Brest-Litovsk. Ésta imponía condiciones de paz más duras para Rusia que las del posterior Tratado de Versalles impondría a Alemania. El OHL pudo entonces usar parte de las tropas desocupadas del Frente Oriental en el Frente Occidental. La mayoría en Alemania creía que pronto se lograría también una victoria en el occidente.
Búsqueda del armisticio y cambio constitucional
Tras la victoria en el Frente Oriental, el OHL ordenó al comenzar el año una nueva ofensiva en el oeste, para forzar el viraje decisivo en la guerra. Pero cuando en julio se habían usado las últimas reservas, la última posibilidad alemana de victoria estaba perdida. El 8 de agosto de 1918, conocido como "viernes negro", los tanques ingleses cruzaron el Frente Occidental y el OHL se encontró con que ya no disponía de reservas para rehacer este frente; a mediados de septiembre cayó asimismo el frente de los Balcanes. El 27 de septiembre capituló Bulgaria, que estaba aliada a las Potencias Centrales. También el Imperio austrohúngaro estaba a punto de caer.
El 29 de septiembre, el OHL informó al Emperador y al Canciller del Reich Georg von Hertling, en la ciudad belga de Spa, sobre la desesperada situación militar. Ludendorff solicitó vehementemente un armisticio con la Entente porque no podía garantizar que el frente pudiera resistir más de 24 horas. Más aún, aconsejó cumplir con una de las solicitudes centrales de Wilson, que exigía la supresión de la Monarquía constitucional (a la que se culpaba del estallido de la guerra) para poder aceptar la rendición de Alemania. Toda la responsabilidad de esta inminente capitulación y sus consecuencias sería de los partidos integrantes del Reichstag. El 1 de octubre explicó a oficiales de su Estado Mayor (Stäbe): “Ahora ellos deben comerse la sopa que han venido preparando.” Este es el origen de la posterior “leyenda de la puñalada” (Dolchstosslegende).
El informe de Ludendorff impactó al gobierno imperial, así como posteriormente a los parlamentarios. Sin embargo, los partidos mayoritarios, especialmente los líderes del SPD, estaban dispuestos a asumir el gobierno a última hora. Dado que el monárquico Hertling rechazó el viraje al parlamentarismo, Guillermo II nombró el 3 de octubre al príncipe Max von Baden, considerado un liberal, como nuevo Canciller Imperial. En su gabinete también ingresó por primera vez un socialdemócrata, Philipp Scheidemann. Al día siguiente, el nuevo gobierno ofreció a los Aliados el armisticio en las condiciones que exigían.
La población del Imperio alemán conoció estos hechos el 5 de octubre. En la conmoción general sobre la derrota manifiesta, los cambios constitucionales pasaron casi inadvertidos. Estos cambios fueron formalmente aceptados en el Reichstag el 28 de octubre. De allí en adelante el Canciller y sus ministros estaban subordinados a la mayoría del Reichstag. El mando militar se transfirió del Emperador al gobierno imperial. Con esto, el Imperio alemán había pasado de una monarquía constitucional a una parlamentaria. Desde el punto de vista de la dirección del SPD, la llamada “Constitución de Octubre” colmaba los objetivos de derecho constitucional del partido. Ebert consideraba el 5 de octubre como el nacimiento de la nueva democracia alemana. Tras la abdicación de Emperador, también exigida por los aliados para aceptar la capitulación, resultaba superflua una revolución.
La tercera nota de Wilson y la destitución de Ludendorff
En las tres semanas siguientes, el presidente de los EE.UU. Wilson respondió a la petición alemana de un armisticio con tres notas diplomáticas. Como requisito para las negociaciones pidió en ellas la retirada alemana de las zonas ocupadas, el fin de la guerra submarina y, aunque formulada de manera difícil de entender, la abdicación del Emperador, para hacer irreversible el cambio político alemán.
Tras la tercera nota de Wilson del 24 de octubre, Ludendorff consideró de pronto inaceptables las condiciones de los Aliados. Ahora era partidario de reanudar la guerra, que sólo un mes antes había declarado perdida. La solicitud emitida en demanda suya reveló entonces a los oponentes toda la debilidad militar del Imperio. Las tropas alemanas se habían hecho a la idea del fin de la guerra y se impacientaban por volver a casa. Su predisposición a luchar era ya casi nula y ya se hacían más frecuentes las deserciones.
El gobierno siguió por esto la sugerencia del mismo Ludendorff y lo remplazó en su cargo de Adjunto al Jefe de Estado Mayor, Generalquartiermeister, por el general Wilhelm Groener. Ludendorff huyó con un pasaporte falso a Suecia, que era un país neutral. El 5 de noviembre los Aliados aceptaron el armisticio. Pero la tercera nota de Wilson había dejado la impresión en los mandos militares y jefes de los partidos políticos de que el Emperador debía abdicar para conseguir la paz.
La Revolución
Levantamiento marinero en Kiel
Artículo principal: Levantamiento marinero en Kiel.
En el puerto de Kiel, el Mando de la Marina alemana (Marineleitung), a cuya cabeza estaba el almirante Reinhard Scheer, planeaba enviar un último ataque contra la Royal Navy en el Canal de la Mancha. Los preparativos para hacerse a la mar causaron enseguida un motín entre los marineros, que únicamente querían evitar ser sacrificados innecesariamente en el último instante de la guerra; motín que se transformó en una revolución general que acabó en pocos días por derrocar a la monarquía.
Manifestación en Kiel en apoyo a los marineros y obreros sublevados, iniciadores de la revolución, en noviembre de 1918
El levantamiento de los marineros comenzó en Schilling, frente a Wilhelmshaven, donde la flota alemana de alta mar había ido a anclar en espera del ataque. El 29 de octubre las tripulaciones de los buques Thüringen y Helgoland desobedecieron la orden de hacerse a la mar. Las otras tripulaciones no se adhirieron de inmediato pero los jefes navales no tenían asegurada la obediencia de las tripulaciones. La tercera escuadra, que no había tomado parte en el motín, recibió la orden de volver a Kiel con unos mil amotinados aprehendidos, que debían ser procesados en la corte marcial.
Los marineros restantes querían evitarlo, porque los amotinados también habían actuado en su interés. Una delegación solicitó su liberación pero ésta fue rechazada por el comando de marina. Al día siguiente, en la casa sindical (Gewerkschaftshaus) de Kiel, los marineros discutían por primera vez las futuras acciones junto a los trabajadores de los astilleros. Al cerrarse posteriormente la casa sindical, el 3 de noviembre se realizaron concentraciones conjuntas al aire libre. Cuando el teniente Steinhäuser ordenó disparar contra los manifestantes, causando la muerte de nueve personas, un marino respondió al fuego y mató al oficial. La manifestación se había convertido entonces en una revuelta general.
La mañana del 4 de noviembre, los marineros de la tercera escuadra eligieron un consejo de soldados presidido por el jefe de fogoneros11 Kart Artelt. Adicionalmente desarmaron a sus oficiales, ocuparon los barcos, liberaron a los presos amotinados y tomaron el control de las instalaciones públicas y militares en Kiel. Por la tarde se les unieron soldados del ejército que el comando local había hecho traer de Altona para sofocar la revuelta. De este modo Kiel estaba firmemente en manos de 40.000 marineros, soldados y trabajadores insurrectos.
La noche del 4 de noviembre, el diputado del SPD Gustav Noske llegó a Kiel. En representación del nuevo gobierno nacional y de la dirección del SPD, debía controlar la revuelta para evitar una revolución. El consejo de trabajadores y soldados de Kiel creía estar de parte del nuevo gobierno y contar con su apoyo. Por esto nombró a Noske “gobernador” esa misma noche y éste efectivamente terminó la revolución en Kiel al día siguiente. Pero mientras tanto los acontecimientos ya habían trascendido lejos de la ciudad.
La Revolución abarca todo el Kaiserreich
Luis III de Baviera.
Desde el 4 de noviembre, las delegaciones de marineros se esparcieron por todas las grandes ciudades de Alemania. Ya el 7 de noviembre, la revolución abarcaba todas las ciudades costeras, así como Hannover, Brunswick, Fráncfort del Meno y Múnich. El 9 de noviembre el trono imperial quedó vacante y en Múnich un consejo de trabajadores y soldados forzó al último rey de Baviera, Luis III, a renunciar al trono. Kurt Eisner del USPD proclamó en Baviera la república por primera vez en el Imperio. En los días siguientes abdicaron todos los príncipes gobernantes en los demás Estados alemanes, siendo el último Günther von Schwarzburg-Rudolstadt el 23 de noviembre.
Los consejos de trabajadores y soldados (Räte) estaban formados mayoritariamente por partidarios del SPD y del USPD. Su dirección era democrática, pacifista y antimilitarista. Junto al poder de los Fürsten (príncipes), los consejos quitaron el poder al hasta entonces todopoderoso mando general militar. No fueron tocadas las instituciones civiles y oficiales públicas del Imperio – policía, municipios, tribunales –. Casi no hubo confiscaciones de propiedades o industrias porque se esperaban medidas de un nuevo gobierno del Reich. Para contar con ejecutivos comprometidos con la revolución y el futuro gobierno, los consejos pidieron enseguida sólo la supervisión de las instituciones que antes habían estado en manos del mando general militar.
El SPD obtuvo de este modo una verdadera plataforma de poder a nivel local. Sin embargo, mientras que los consejos creían actuar a favor del nuevo orden, los líderes del SPD vieron pronto en ellos elementos molestos para una transición de poder pacífica, que ya consideraban completada. Al igual que los partidos burgueses, exigían que se realizaran cuanto antes las elecciones para un congreso nacional que decidiera sobre la forma de Estado definitiva. Esto los puso rápidamente en contra de gran parte de los revolucionarios. Sobre todo el USPD intentaba captar las demandas de estos últimos. También propugnaba elecciones para un congreso nacional lo más tarde posible, a fin de conseguir antes de su inicio logros que reflejaran las aspiraciones de gran parte de los trabajadores.
Manifestantes por las calles de Berlín durante la huelga general revolucionaria del 9 de noviembre de 1918
Friedrich Ebert estaba de acuerdo con Max von Baden en que debía evitarse una revolución social y mantenerse ante todo el orden del Estado. Él quería conquistar a los partidos burgueses, que ya habían colaborado con el SPD en el Reichstag en 1917, así como a las viejas élites aristocráticas del Imperio para reestructurar el Estado y evitar una temida radicalización de la revolución que siguiera el ejemplo de Rusia. A esto se sumó su temor a que la aún precaria situación de suministros pudiera colapsar si la administración actual fuera reemplazada por revolucionarios sin experiencia administrativa. Ebert creía que el SPD conseguiría inevitablemente la mayoría parlamentaria que les permitiese ejecutar sus planes de reforma. Por este motivo se arriesgó a actuar lo más de acuerdo posible con los viejos poderes. Para poder mostrar una victoria a sus partidarios, pero también para rescatar al mismo tiempo a la monarquía, Ebert exigió desde el 6 de noviembre la renuncia al trono del Emperador. Pero Guillermo II, quien aún seguía en el centro de operaciones del Mando Supremo (OHL) en la ciudad belga de Spa, no conocía debidamente la situación en la capital. El mismo día, después de que el Entente prometiera negociar un armisticio, tenía la esperanza de volver al Kaiserreich al frente de las tropas licenciadas del frente y ejercer después como monarca parlamentario.
Max von Baden escribió posteriormente que Ebert declaró el 7 de noviembre:
Si el emperador no abdica, la revolución social es inevitable. Pero yo no la quiero, la odio con toda el alma.
El canciller planeó viajar a Spa para convencer personalmente al Emperador de la necesidad de que abdicase. Pero no llegó a hacerlo, porque la situación en Berlín escaló rápidamente.
El 9 de noviembre de 1918: El fin de la monarquía
Edición del 9 de noviembre del periódicoVorwärts
La noche del 8 de noviembre, el USPD había convocado concentraciones en Berlín para el día 26, en las cuales anunciaría una huelga general y manifestaciones masivas para el día siguiente. Para entonces Ebert había vuelto a exigir vehementemente la abdicación del Emperador, con el fin de poder anunciar este paso en las concentraciones como una victoria del SPD. Para poder contener posibles disturbios, el gobierno de Max von Baden hizo desplegar en Berlín al 4º regimiento de tiradores de Naumburgo, que se consideraba particularmente leal.
Pero los soldados de este regimiento no estaban dispuestos a disparar a conciudadanos. Cuando sus oficiales les entregaron granadas de mano, temprano en la mañana del sábado 9 de noviembre, enviaron una delegación a la redacción del órgano del partido socialdemocrático “Vorwärts” para pedir que se clarificara la situación. Allí encontraron al diputado del Reichstag Otto Wels, quien logró convencer a los soldados que apoyaran a los líderes del SPD y su política. Después convenció a más regimientos de que obedecieran a Ebert.
De este modo, el control militar de la capital pasó a manos de los socialdemócratas. Pero Ebert temía que éste podía quedar rápidamente fuera de control si las fuerzas políticas a la izquierda del SPD conseguían arrastrar tras sí a los obreros en las manifestaciones anunciadas. Esta posibilidad se dio cuando, a instancias del USPD, varias manifestaciones con cien mil personas se dirigieron por la mañana al centro de Berlín. En sus pancartas y carteles aparecían consignas como “Unidad”, “Derecho y Libertad” y “Hermanos, no disparéis”.
Aproximadamente a esa misma hora el Emperador tuvo conocimiento del resultado de una encuesta de 39 comandantes: los soldados del frente tampoco estaban dispuestos a cumplir sus órdenes. La noche anterior incluso un regimiento de guardia había rehusado obedecer por primera vez. Telegramas de Berlín le habían pedido urgentemente que abdicara de inmediato, a fin de que su anuncio pudiera apaciguar la situación. A pesar de esto, consideró sólo renunciar al título de Emperador Alemán, pero no al de Rey de Prusia.
Finalmente, Max von Baden, sin esperar la decisión de Spa, escribió un telegrama ese mismo mediodía indicando:
Su Majestad el Emperador y Rey ha decidido abdicar al Trono. El Canciller Imperial quedará en el cargo sólo mientras duren las diligencias correspondientes a la abdicación de Su Majestad, la renuncia al Trono del Imperio Alemán y de Prusia de Su Alteza Imperial y Real y el establecimiento de una Regencia.
Proclamación de la República alemana el 10 de noviembre frente al Reichstag
. Dado que firmó su Certificado de Abdicación formal semanas más tarde, su cruce de la frontera vino a ser como una deserción. Esto le costó también la simpatía de sus militares.
A fin de conservar el control de la situación, Friedrich Ebert exigió para sí el cargo de Canciller del Reich el 9 de noviembre a mediodía. Max von Baden accedió a esta demanda, pero se excusó a pesar de la solicitud de Ebert a tomar el cargo de administrador imperial. Al considerarse Ebert en lo posterior Canciller del Imperio, creyó haber encontrado un arreglo transitorio hasta que se designara a un nuevo monarca.
La noticia de la renuncia al trono llegó demasiado tarde para causar impresión en los manifestantes. Nadie hizo caso a los llamamientos de volver a casa o a los cuarteles publicados en ediciones especiales del “Vorwärts”. Cada vez más manifestantes exigían el final de la monarquía. Karl Liebknecht, que había fundado el día anterior la Liga Espartaquista, se trasladó inmediatamente a Berlín nada más salir de la cárcel. Ahora planeaba la declaración de la república socialista. A la hora del almuerzo en el Reichstag, el representante de la presidencia del SPD, Philipp Scheidemann, se enteró de esta noticia. No quería dejar la iniciativa a los espartaquistas y decidió rápidamente salir a un balcón del edificio del Reichstag. Desde allí proclamó la república por su cuenta, contra la voluntad expresa de Ebert, ante una concentración de manifestantes, con las palabras siguientes:
El Emperador ha abdicado. Él y sus amigos han huido; el pueblo los ha vencido en todas las líneas. El príncipe Max von Baden ha cedido su cargo de canciller al diputado Ebert. Nuestro amigo formará un gobierno de los obreros, con participación de todos los partidos socialistas. No se debe molestar al nuevo gobierno en su tarea por la paz y por obtener trabajo y comida. Obreros y soldados, sed conscientes del significado histórico de este día: lo inaudito ha ocurrido. Ante nosotros está una tarea grande e imprevisible. Todo por el pueblo. Todo a través del pueblo. Nada debe suceder que deshonre al movimiento obrero. Permaneced unidos, leales y conscientes de la responsabilidad. Lo viejo y decadente, la monarquía está destruida. Viva lo nuevo. ¡Viva la República Alemana!
Pocas horas después, el Berliner Zeitung publicó que Liebknecht había proclamado en el Zoológico de Berlín, probablemente casi de manera simultánea, la República Socialista Libre Alemana (Freie Sozialistische Republik Deutschland), a la que juró nuevamente a las 4 de la tarde ante una multitud reunida en el Palacio Municipal de Berlín (Berliner Stadtschloss):
Los miembros del partido proclamamos la República Socialista Libre de Alemania; en la que no habrá más esclavos y en la que cada trabajador honrado recibirá la recompensa justa por su honesto trabajo. Las reglas del Capitalismo, que han convertido a Europa en un caos, han muerto.
Karl Liebknecht
Todavía no era claro qué objetivos perseguía con esto. Las exigencias de la liga espartaquista del 7 de octubre, de extensas reformas económicas, militares y legales —entre otras, la abolición de la pena de muerte—, no se habían dado a conocer públicamente hasta entonces.
Karl Liebknecht pronunciando un discurso en Berlín en diciembre.
Para quitar intensidad al sentimiento revolucionario y satisfacer las exigencias de los manifestantes de unidad de los partidos obreros, Ebert invitó al USPD en este momento a entrar al gobierno y expresó su disposición a aceptar a Liebknecht inclusive como ministro. Éste exigió el control de los consejos de trabajadores (Arbeiterräte) y sobre los soldados y condicionó su participación en el gobierno a esta medida. Debido al debate sobre este tema y a que el presidente del partido Hugo Haase se encontraba en Kiel, el representante del USPD no pudo decidir ese día acerca de la oferta de Ebert. Ni el previo anuncio de Max von Baden sobre la renuncia al trono imperial, ni la transmisión de la Cancillería a Ebert, ni la proclamación de la República de Scheidemann estaban constitucionalmente reconocidos. Todos eran en realidad actos de personajes que la revolución no quería, pero que consiguieron hechos duraderos. Por el contrario, esa misma noche tuvo lugar un suceso realmente revolucionario, que al final resultaría en vano.
El 10 de noviembre: Directiva del SPD contra los cabecillas revolucionarios
La directiva del SPD se enteró la misma noche del sábado de estos planes. Dado que las elecciones y subsiguientes reuniones del consejo ya no se podían cancelar, Ebert envió esa noche y la mañana siguiente oradores a todos los regimientos de Berlín y a las empresas para que influyeran a su favor las elecciones y consintieran la participación ya planeada del USPD en el gobierno.
Philipp Scheidemann habla a la multitud desde el Reichstag el día de proclamación de la República
Estas actividades no pasaron inadvertidas a los cabecillas. Como era previsible que Ebert marcaría también el tenor del nuevo gobierno, planearon —además de elegir un nuevo gobierno— instalar una comisión ejecutiva, que debería coordinar las actividades de los consejos de soldados y trabajadores. Para esto tenían ya preparada una lista en la que el SPD no estaba representado. De esta manera esperaban poder instalar una instancia de control sobre el nuevo gobierno.
En la reunión, que tuvo lugar la tarde del 10 de noviembre en el Circo Busch (Zirkusbusch), la mayoría se inclinó a favor del SPD: casi todos los consejos de soldados y gran parte de los representantes obreros. Repitieron entonces su exigencia de “unidad de la clase obrera”, que el día anterior había sido presentada por los revolucionarios y ahora usaban la consigna para imponer la posición de Ebert. En el “Consejo de Representantes del Pueblo” formado por seis personas, el USPD envió a tres de sus representantes como habían planeado: su presidente, Haase, el diputado Wilhelm Dittmann y Emil Barth por los Cabecillas Revolucionarios. Los tres representantes del SPD eran Ebert, Scheidemann y Otto Landsberg, el diputado de Magdeburgo.
El Kaiser Guillermo II camino del exilio
La sugerencia de los cabecillas de elegir también un comité ejecutivo como órgano de control, que sorprendió a la dirección del SPD, ocasionó encendidas discusiones. Ebert consiguió finalmente que también el Consejo Ejecutivo de Consejos de Obreros y Soldados (Vollzugsrat der Arbeiter- und Soldatenräte) de 20 miembros estuviera formado paritariamente por miembros del SPD y del USPD. El Consejo General decidió convocar un Congreso Nacional de Consejos (Reichsrätekongress) en Berlín en diciembre.
Aunque Ebert se había impuesto en todas las posiciones, estaba descontento con los resultados. Veía al Parlamento de Consejos (Räteparlament) y al Consejo Ejecutivo (Vollzugsrat) como impedimentos en el camino a un orden estatal que encajara sin sobresaltos al Imperio. Toda la dirección del SPD consideraba ahora una amenaza a los Consejos y no las viejas élites de militares y la administración. Se sobreestimaba completamente su lealtad a la nueva república. A Ebert le incomodaba especialmente que ahora no pudiera dirigirlas en calidad de Canciller, sino sólo en calidad de presidente de un gobierno revolucionario. De hecho, los conservadores lo consideraban como un traidor, aunque él se había puesto a la cabeza de la revolución únicamente para frenarla.
Durante las ocho semanas de doble mando de los Consejos y el gobierno del Reich, este último era siempre dominante. Los funcionarios más elevados sólo trabajaban para Ebert, aunque Haase era formalmente presidente con la misma autoridad en el Consejo. El golpe de poder lo dio una conversación telefónica de Ebert con el general Wilhelm Groener, el nuevo Primer Comandante General en la ciudad belga de Spa. Éste le aseguró a Ebert el apoyo del ejército y pidió a cambio la promesa de Ebert de restablecer los rangos del ejército y oponerse a los consejos.
Tras el pacto secreto Ebert-Groener se manifestaba la preocupación de la directiva del SPD de que la revolución podía desembocar en una república de consejos (Räterepublik) como en Rusia. Sin embargo, la expectativa de poder conquistar así a los cuerpos de oficiales imperiales no se haría realidad. Simultáneamente, la actitud de Ebert con los trabajadores y soldados revolucionarios y sus representantes se hizo cada vez más incomprensible. Por esto el SPD fue perdiendo la confianza de sus partidarios, sin ir ganando simpatía de los enemigos de la revolución.
En la turbulencia de esos días casi pasó inadvertido que el gobierno de Ebert había aceptado por la mañana, tras una nueva demanda del OHL, las duras condiciones de la Entente para un armisticio. El 11 de noviembre Matthias Erzberger, diputado centrista, firmó en Compiègne, en representación de Berlín, el acuerdo de cese al fuego. Con esto terminaron las hostilidades de laPrimera Guerra Mundial.
El acuerdo Stinnes-Legien
Friedrich Ebert, presidente de la nueva república y dirigente del SPD, reprimió de forma sangrienta la revolución.
Al igual que en lo relativo a la organización del Estado, los revolucionarios tenían también ideas dispares sobre el futuro orden de la economía. Tanto en el SPD como en el USPD era muy difundida la exigencia de poner por lo menos la industria pesada, de importancia en la guerra, bajo control democrático. El ala izquierdista de ambos partidos y los cabecillas revolucionarios querían ir más allá y establecer una democracia directa en el campo de la producción. Los delegados allí electos deberían controlar también el poder político. Impedir esta democracia de consejos no sólo era del interés del SPD, sino también de los sindicatos, que amenazaban hacerse superfluos con los consejos.
Por esto, paralelamente a los acontecimientos revolucionarios, los líderes de los sindicatos alemanes encabezados por Carl Legien se reunieron con representantes de las grandes industrias encabezadas por Hugo Stinnes y Carl Friedrich von Siemens del 9 al 12 de noviembre en Berlín. El 15 de noviembre firmaron un “Acuerdo de Comunidades de Trabajo” (Arbeitsgemeinschaftsabkommen) con ventajas para ambos sectores: los representantes sindicales aseguraban garantizar una producción ordenada, terminar las huelgas salvajes, hacer retroceder a la influencia de los consejos e impedir la socialización de la propiedad productiva. Los empresarios garantizaban a cambio la introducción del día laboral de ocho horas, que los trabajadores habían pedido inútilmente ya hace años. Aseguraron a los sindicatos el título de interlocutores únicos (Alleinvertretungsanspruch) y permanente reconocimiento sobre los consejos. Ambos sectores formaron una “Comisión Central para el Mantenimiento del Orden en la Economía” (Zentralausschuss zur Aufrechterhaltung der Wirtschaft). Una “Comisión de Arbitraje” debería mediar en futuros conflictos. Comisiones de todas las industrias con más de cincuenta trabajadores deberían supervisar en adelante la observancia de los acuerdos salariales junto con la dirección de las empresas.
Los sindicatos habían socavado así todos los intentos de socialización de los medios de producción y habían hecho a los consejos superfluos de inicio.ió. A
los representantes del SPD y del USPD sólo se les asignaban funcionarios del
Imperio. Estos conservaron asimismo todos sus cargos y continuaron con su
trabajo como si nada hubiera sucedido.
El Consejo de Representantes del Pueblo presentó el 12 de noviembre su programa de gobierno. Este levantaba el estado de sitio y la censura,
abolía la ordenanza de servidumbre (Gesindeordnung) y establecía el
derecho al voto desde los veinte años de edad, por primera vez también para las
mujeres. Todos los prisioneros políticos recibieron amnistía. Se promulgaron
las libertades de asociación, reunión y de prensa. Partiendo del Acuerdo de
Comunidades de Trabajo (Arbeitsgemeinschaftabkommen) se estipuló la
jornada laboral de ocho horas, ayuda a los desempleados y se amplió el seguro
social y de accidentes.
Tropas alemanas
prodecentes del frente son recibidas por la multitud en diciembre de 1918
Bajo presión de los representantes del USPD, el
consejo de los representantes del pueblo nombró el 21 de noviembre una "Comisión de Socialización". En ella estaban entre otros Karl Kautsky, Rudolf Hilferding y Otto Hue, quienes debían
verificar qué industrias eran "socializables" y debían preparar la
estatalización de la industria de acero y del carbón. Esta comisión se reunió
hasta el 7 de abril de 1919 sin ningún resultado concreto. Solamente en la minería de carbón y potasa,
así como en la industria del acero, se formaron "Cuerpos de
autoadministración" (Selbstverwaltungskörperschaften), de los
cuales proceden los actuales “Consejos empresariales” (Betriebsräte).
Pero estos tampoco intentaron una confiscación socialista.
El coronel Grautoff,
jefe de las fuerzas de seguridad compareciendo ante el nuevo parlamento
republicano
La dirección del SPD prefirió colaborar con la antigua
administración en vez de con los nuevos consejos de trabajadores y soldados,
puesto que no confiaba que estos lograran un avituallamiento ordenado de la
población. Esto llevó a constantes conflictos con el comité ejecutivo desde
mediados de noviembre. Éste cambiaba su posición en carrera a menudo según los
intereses de quién representaba de momento. Por esto, Ebert le fue quitando
cada vez más competencias con el objetivo de acabar definitivamente con el
“gobierno de ir y venir de los consejos en Alemania”. De cualquier manera, él y
la dirección del SPD sobreestimaban en mucho no solamente el poder del
movimiento de consejos (Rätebewegung), sino también el de la Liga
Espartaquista. Esta era considerada erróneamente como la que controlaba este
movimiento en todo el Reich.
Aun así, los consejos de obreros y soldados
disolvieron la administración municipal en Leipzig, Hamburgo, Bremen, Chemnitz y Gotha, entre otras
poblaciones, y las pusieron bajo su control. En Brunswick, Düsseldorf, Mülheim an der Ruhr y Zwickau también se apresó a todos los funcionarios
leales al Emperador. En Hamburgo y Bremen se formaron "Guardias Rojas", que debían proteger la revolución.
En las industrias de Leuna cerca de Merseburg, los consejos destituyeron a la dirección de la corporación. Pero a menudo
los nuevos consejos eran dirigidos espontánea y arbitrariamente y no contaban
con experiencia directiva. En la escasez general, muchos actuaban con avaricia
y egoísmo. En cambio, una gran mayoría de los consejos eran moderados; se
habían puesto de acuerdo inmediatamente con la vieja administración y
conjuntamente se ocuparon de restaurar la tranquilidad en las ciudades e
industrias. Se hicieron cargo del reparto de alimentos, el poder policial y el
cuidado y atención de los soldados del frente que regresaban al hogar poco a
poco.
La administración y los consejos eran mutuamente
dependientes: los unos tenían el conocimiento y la experiencia, los otros la
influencia para ponerlos en práctica. Especialmente se había elegido a miembros
del SPD en los consejos, que se consideraban ahora solamente como solución
transitoria. Con todo, no se traía a discusión la república de consejos en la
Alemania de 1918-1919. Se quería apoyar al gobierno que llegó al poder con la
revolución y se esperaba que éste eliminara el militarismo y el Estado
autoritario. El cansancio de la guerra y las privaciones hicieron mayor el
autoengaño respecto a lo que se había conseguido.
Congreso de los consejos del Reich
Como había decidido el Comité Ejecutivo, los Consejos
de Obreros y Soldados de todo el Imperio enviaron diputados a Berlín, quienes
debían reunirse el 16 de diciembre en el Circo Busch en el “Primer Congreso
General de Consejos de Obreros y Soldados”. Para evitar esto, Ebert y Groener planearon recuperar el control de la capital el 15 de diciembre con ayuda
de las tropas enviadas del frente. Uno de los regimientos empleados para este
fin actuó demasiado temprano el 6 de diciembre. En el intento de apresar al
Comité Ejecutivo, la tropa disparó a una manifestación sin armas de “Guardias
Rojos”, los Consejos de Soldados más afines a los espartaquistas, y mataron a
dieciséis personas.
Rosa Luxemburg, fue asesinada tras el fracaso del levantamiento espartaquista en Berlín.
Ya aquí se hizo visible la violencia potencial y el
peligro de golpe de Estado de la derecha. Por esta experiencia, Rosa Luxemburg exigió el 12 de diciembre en Banderas Rojas, el periódico
espartaquista, el desarme pacífico por los obreros de Berlín de las unidades
militares que retornaban del frente, la subordinación de los Consejos de
Soldados al Parlamento Revolucionario y la re-educación de los soldados.
El 10 de diciembre Ebert recibió a diez de las
divisiones que regresaban del frente, con la esperanza de poder emplearlas en
contra de los consejos. Sin embargo, se hizo claro que tampoco estas tropas
tenían voluntad de seguir luchando. La guerra había terminado, la Navidad
estaba a la vuelta de la esquina y la mayor parte de los soldados solamente
querían regresar a sus casas. Así que poco después de su repliegue a Berlín se
dispersaron. El planeado golpe contra el Congreso de consejos del Imperio no
tuvo lugar.
Tampoco hubiera hecho falta, porque el congreso que
comenzó a reunirse el 16 de diciembre en la Casa de Representantes de Prusia,
estaba también compuesto mayoritariamente de partidarios del SPD. Karl
Liebknecht no logró una resolución ni siquiera en una ocasión. No se permitió
ejercer ninguna influencia a su Liga Espartaquista. El 19 de diciembre,
los consejos votaron por 344 votos contra 98 en contra de la creación de un
sistema de consejos como base de una nueva constitución. Más aún, apoyaron la
resolución del gobierno de convocar lo más pronto posible a elecciones para una
Asamblea Constituyente que decidiría sobre la forma definitiva del Estado. El
único punto en disputa entre Ebert y el congreso estaba en la cuestión del
control del ejército.
El congreso pidió entre otras cosas participación del
consejo central, que éste elegía, en el Mando de las fuerzas, libre elección de
oficiales y autoridad disciplinaria para los consejos de soldados. Pero esto
iba en contra del acuerdo secreto entre Ebert y Groener. Ambos arriesgaron todo
para revertir la decisión. El Mando Supremo militar, que entretanto se había
trasladado a Kassel, comenzó el despliegue
de sus leales Freikorps, que planeaban usar contra la supuesta amenaza bolchevique. Estas tropas,
a diferencia de los soldados revolucionarios de noviembre, eran oficiales y
hombres afines a la monarquía que no deseaban el retorno a la vida civil.
La crisis de Navidad
Después del 9 de noviembre, el gobierno había ordenado para su protección que la recién formada
División de Marina del Pueblo (Volksmarinedivision) viniera de Kiel a
Berlín y se estacionara en el palacio berlinés Stadtschloss. Esta división era
considerada absolutamente leal y rehusó por esto tomar parte en el intento de Putsch del 6 de diciembre. Los marinos depusieron incluso a su comandante, porque lo creyeron
involucrado en el asunto. Pero precisamente esta lealtad trajo a la tropa la
reputación de estar a las órdenes de los espartaquistas. Ebert solicitó su
disolución y su retirada del palacio, y Otto Wels, comandante de la ciudad de
Berlín desde el 9 de noviembre, rehusó desembolsar a los marinos un pago
pendiente.
Soldados amotinados en
Berlín durante lacrisis de Navidad de 1918
El problema creció el 23 de diciembre. Después de que
se les hubiera hecho esperar todo el día, los marinos tomaron la cancillería
del Reich, cortaron las líneas de teléfono, pusieron al Consejo de los
Representantes del Pueblo bajo arresto y apresaron a Otto Wels. Pero a
diferencia de lo que se hubiera esperado de revolucionarios espartaquistas, no utilizaron
la situación para terminar con el gobierno de Ebert, sino que entonces sólo
exigieron su salario. Pero Ebert, quien se mantenía en contacto por una línea
telefónica secreta con el Mando Supremo en Kassel, y aun cuando Wels
había sido puesto en libertad mientras tanto, el 24 de diciembre por la mañana dio la orden de atacar el
palacio con tropas leales al gobierno. Los marinos resistieron exitosamente
este ataque al mando de su comandante Heinrich Dorrenbach. En el enfrentamiento
perdieron la vida treinta soldados y civiles. Las tropas del gobierno debieron
evacuar el centro de la ciudad. Estas tropas fueron disueltas entonces o se
integraron a los recién creados Freikorps. Para conservar las apariencias, tomaron temporalmente la redacción del
periódico Banderas Rojas. Pero el poder militar
en Berlín estaba nuevamente en manos de la Volksmarinedivision, y ésta nuevamente no
lo aprovechó.
Esto muestra, por una parte, que los marineros no eran espartaquistas y que, por otra parte, nadie dirigía la revolución. Aun cuando Liebknecht hubiera sido un líder
revolucionario como Lenin, como la leyenda hizo
de él posteriormente, los marinos y el consejo no lo habrían aceptado como tal.
La crisis de Navidad, que los espartaquistas denominaron la “Navidad sangrienta
de Ebert”, tuvo como única consecuencia que los cabecillas revolucionarios (Revolutionäre
Obleute) convocaran a una manifestación el primer día de Navidad y que el
USPD abandonara el gobierno en protesta el 29 de diciembre. Esto le convenía al
presidente del SPD, que incorporó a los independientes (USPD) solamente bajo la
presión de los acontecimientos revolucionarios. En pocos días, la derrota
militar del gobierno de Ebert se convirtió en una victoria política.
La fundación del KPD y el Levantamiento de Enero
Artículo principal: Levantamiento Espartaquista.
Fuerzas
contrarrevolucionarias entrando en Berlín bajo las órdenes del coronel Wilhelm
Reinhard en enero de 1919
Combates callejeros
entre tropas gubernamentales y revolucionarios
Militares sobre la
Puerta de Brandenburgo durante el levantamiento
Alzados espartaquistas
en una calle berlinesa
Con la experiencia con el SPD y el USPD, los
espartaquistas empezaron a hacerse a la idea de la necesidad de fundar un nuevo
partido. Por esto y para abrazar la insatisfacción de muchos obreros con el
curso de la revolución hasta entonces, junto con grupos como los Comunistas Internacionales de Alemania (IKD), fundaron el KPD (Partido Comunista de Alemania). En realidad, la iniciativa para formar el
KPD partía del IKD, aunque la mayoría de los delegados en el congreso de
fundación no pertenecía ni a ellos ni a los espartaquistas. Representaban a
grupos locales formados espontáneamente durante y después de la guerra. La
mayor parte eran obreros jóvenes que entraban en la política revolucionaria sin
una experiencia previa.
Rosa Luxemburg redactó su programa de fundación y lo
presentó el 31 de diciembre de 1918. Este programa fue
aceptado por la mayoría y la dirección del partido se forma casi en
exclusividad por espartaquistas. En él decía firmemente que una toma del poder
de los comunistas nunca podría suceder sin una clara voluntad de la mayoría del
pueblo. Sin embargo, la mayoría del congreso se opuso violentamente en
cuestiones tácticas inmediatas, como la participación en la Asamblea Constituyente y en el "parlamentarismo revolucionario".
El 1 de enero de 1919 exigió nuevamente la participación del KPD en las elecciones parlamentarias
planeadas, pero su moción fracasó en una votación. La mayoría del partido era
antiparlamentaria y tenía aún la esperanza de poder tomar el poder mediante la continua
agitación en las industrias y la presión de las calles. Los cabecillas
revolucionarios decidieron permanecer en el USPD tras negociaciones con los
espartaquistas.
La derrota decisiva de los revolucionarios de
noviembre ocurrió en los primeros días de 1919. Como en noviembre, se formó
casi espontáneamente una segunda ola de la revolución, que esta vez fue
sofocada violentamente. La chispa que inició esta nueva ola fue la destitución
el 4 de enero del miembro del USPD Emil Eichhorn del
cargo de presidente de la policía por parte del gobierno, porque él se había
opuesto a actuar contra obreros manifestantes durante la Crisis de Navidad.
Lo que se había planeado como una manifestación se
convirtió en una movilización masiva, con la que ni los mismos organizadores
habían contado. Al igual que el 9 de noviembre de 1918, el domingo 5 de enero de 1919 cientos de miles de personas se dirigieron al centro de Berlín,
muchas de ellas armadas. Por la tarde se habían tomado las estaciones de trenes
de Berlín y el barrio de la prensa, así como el periódico Vorwärts. Algunos de los periódicos implicados habían pedido en los días previos no
solamente el despliegue de más Freikorps, sino que también
habían llamado a matar a los espartaquistas.
Los manifestantes eran en general los mismos que dos
meses antes. Exigían ahora lo que ya entonces habían esperado. En esto, los
espartaquistas no estaban de ninguna manera como líderes: las exigencias venían
de los obreros mismos y eran apoyadas por diversos grupos a la izquierda del
SPD. También el ahora llamado “levantamiento espartaquista” surgió sólo en
parte de los miembros del KPD. Estos eran incluso la minoría.
Los iniciadores reunidos en la Jefatura de la Policía
eligieron un “Comité Revolucionario Provisional” (Provisorischen
Revolutionsausschuss) de 53 miembros, pero que con su poder no consiguió
iniciar nada ni supo dar al levantamiento una dirección clara. Liebknecht
exigió el derrocamiento del gobierno y la mayoría del comité se le adhirió,
propagando la lucha armada. Rosa Luxemburg consideraba, como la mayoría de la
dirección del KPD, que un levantamiento en ese momento era una catástrofe y se
expresó claramente en contra.
El Comité Revolucionario convocó a nuevas
manifestaciones masivas para el 6 de enero. Aún más hombres se hicieron eco del llamamiento. Nuevamente llevaron
consigo pancartas con la frase “¡Hermanos, no disparen!” y permanecieron a la
espera en una concentración. Parte de los cabecillas revolucionarios comenzaron
a armarse y a llamar al derrocamiento del gobierno de Ebert. Pero los intentos
de los activistas del KPD de volcar las tropas a su favor continuaron sin tener
éxito. Aún más, la División de Marina del Pueblo no estaba dispuesta a apoyar a
los insurrectos. Se declaró neutral. Los demás regimientos estacionados en
Berlín se manifestaron en su mayoría a favor del gobierno.
Mientras más tropas retornaban a Berlín a petición de
Ebert, él aceptó la propuesta del USPD de mediar entre él y el Comité
Revolucionario. El Comité rompió las negociaciones el 8 de enero después de que se tuviera noticia de los movimientos de tropas y la
publicación de un boletín del SPD con el título “La hora de la verdad se
acerca” ("Die Stunde der Abrechnung naht"). Ebert aprovechó la
ocasión para utilizar las tropas estacionadas en Berlín contra los ocupantes.
Desde el 9 de enero las tropas sofocaron violentamente el
improvisado intento de levantamiento. El 12 de enero regresaron a la ciudad los
antirrepublicanos Freikorps, que habían estado destacados desde principios de diciembre. El comandante
de estas tropas, Gustav Noske, había aceptado el mando con las palabras:
Por mi parte, alguien
debe convertirse en el sabueso. Yo no rehúyo la responsabilidad.
Después de que los Freikorps evacuaran brutalmente varios edificios y hubieran
fusilado según la ley marcial a los ocupantes, los demás se rindieron
rápidamente. Parte de ellos fueron también fusilados del mismo modo. En estas
acciones perdieron la vida cientos de personas solamente en Berlín.
El asesinato de Karl Liebknecht y Rosa Luxemburg
Entierro de 32 féretros
con víctimas del alzamiento en Berlín el 25 de enero de 1919. En el centro se
encuentran los dos ataúdes de Karl Liebknecht y Rosa Luxemburg, este último
vacío al no haber sido hallado su cadáver.
Los supuestos instigadores del levantamiento de enero
tuvieron que esconderse, pero rehusaron salir de Berlín, a pesar de urgentes
pedidos de sus camaradas. La noche del 15 de enero de 1919, Rosa Luxemburg y Karl Liebknecht fueron descubiertos en una vivienda en
Wilmersdorf. Fueron apresados y entregados al más grande de los Freikorps, la fuertemente armada "División de tiradores de
Guardia-Caballería". Su líder, el capitán Waldemar Pabst, permitió que los
interrogaran y maltrataran gravemente. Esa misma noche, ambos prisioneros
fueron golpeados a culatazos hasta que perdieron el conocimiento y luego
asesinados disparándoles cuando dormían. El cadáver de Rosa Luxemburg fue
tirado al Landwehrkanal de Berlín, donde se lo encontró el 1 de
junio. Los autores permanecieron en gran parte sin condena. Algunos fueron
posteriormente indemnizados por el apresamiento y persecución por los
nacional-socialistas. La caballería de guardia se unió posteriormente al SA. Pabst declaró en los años 1960 que antes
del asesinato había conversado por teléfono con Noske en la cancillería del
Reich, y que éste había dado su consentimiento. Ebert también habría estado allí
presente. Notas de un diario encontrado en 1970 en la herencia de Pabst
confirman esto. Independientemente de las declaraciones de los asesinos, nunca
se pudo demostrar un consentimiento de Ebert y Noske, más aún cuando ni el
Parlamento ni la Justicia comenzaron una investigación.
Con los asesinatos del 15 de enero se sembró la
irreconciliable rivalidad entre el SPD y el KPD. Esta tuvo, entre otras, la
fatal consecuencia de que ambos partidos nunca pudieron acordar negociar
conjuntamente contra el NSDAP, que se hizo más fuerte desde 1930.
Otros levantamientos a consecuencia de la revolución
También en otras zonas de Alemania, por ejemplo en la
cuenca del Ruhr y en Sajonia, hubo levantamientos armados en los primeros meses
de 1919. En algunas regiones se declararon temporalmente Repúblicas de Consejos
(Räterepubliken). La que más tiempo se mantuvo fue la República de Consejos
de Múnich (también llamada República Soviética de Baviera), que fue terminada
violentamente recién el 2 de mayo de 1919 por tropas prusianas y de Würtemberg
y por los Freikorps.
Nunca hubo un peligro real de que en Alemania se
hubiera podido establecer un gobierno bolchevique siguiendo el ejemplo
soviético ruso. La alianza entre el gobierno de Ebert y el Mando del Ejército y
sus brutales acciones durante distintos levantamientos había enajenado, sin
embargo, a muchos demócratas de izquierda del SPD: Muchos de ellos consideraban
la actitud de Ebert, Noske y otros líderes del SPD durante la revolución como
una traición a sus propios partidarios.21
Congreso nacional y la nueva constitución del Reich
El Golpe de Estado de Kapp (en alemán, Kapp-Putsch) fue un intento de golpe de estado por parte de la derecha contra el gobierno socialdemócrata en marzo de
1920. La fuerza del Partido Comunista y la resistencia sindical lo hicieron fracasar. El 19 de enero de 1919
tuvieron lugar las elecciones para un Congreso Nacional Constituyente. Junto al
SPD y el USPD se presentaron el partido católico Centrista y varios partidos
burgueses, que se habían formado desde noviembre: el liberal de izquierda
Partido Democrático de Alemania (DDP), el nacionalista liberal Partido Popular
Alemán (DVP) y el conservador nacionalista Partido Popular Nacional Alemán (DNVP).
El KPD no participó en las elecciones, en contra de la sugerencia de Rosa
Luxemburg.
El SPD fue el partido más votado con el 37.4% de los
votos y designó 164 de 423 diputados. El USPD consiguió sólo 7.6% de los votos
y 22 diputados. El USPD se hizo más importante temporalmente después del golpe de Kapp, pero se disolvió en
1922. El Partido Centrista (Zentrumspartei) fue el segundo partido más
votado en el congreso nacional, con 91 diputados. El DDP logró 75, el DVP 19 y
el DNVP 44 escaños. El SPD formó una coalición de gobierno con el partido del
Centro y el DDP.
Para evitar posteriores disturbios revolucionarios en
Berlín, el Congreso se reunió el 6 de febrero en Weimar. Allí eligieron, el 11
de febrero, a Friedrich Ebert como presidente interino del Reich, y el 13 de
febrero eligieron a Philipp Scheidemann como Primer Ministro (Ministerpräsident)
de la recién formada coalición. El 21 de agosto Ebert fue finalmente investido
constitucionalmente como presidente del Reich.
Territorios de la
efímeraRepública Soviética de Baviera
La nueva constitución de Weimar, que convertía al
Reich alemán en una república democrática, fue aprobada el 11 de agosto de 1919
con votos del SPD, Zentrum y DDP. Estaba en la tradición liberal y democrática
del siglo XIX y tomaba textualmente, como la actual constitución alemana (Grundgesetz), muchos pasajes de la constitución de la
Paulskirche del año 1849. Sin embargo, debido a la distribución de mayorías en
el congreso nacional, las exigencias centrales de los revolucionarios de
noviembre quedaron insatisfechas: la socialización de la industria del hierro y
del carbón y la democratización de los cuerpos de oficiales (Offizierkorps),
que incluso el consejo de soldados y obreros de Kiel había exigido y que el
Congreso de Consejos del Reich había iniciado. Tampoco se incluyó la
expropiación de los grandes bancos, la industria pesada y los latifundios de
los nobles. Los cargos y las pensiones de los funcionarios imperiales y
soldados fueron explícitamente protegidos.
Por una parte, la Constitución de Weimar contenía más
posibilidades de democracia directa que la Grundgesetz, por ejemplo la
petición de referéndum (Volksbegehren) y el referéndum (Volksentscheid).
Por otra, el artículo 48 de poderes de emergencia daba al presidente del Reich
amplios poderes para gobernar, aun contra la mayoría en el Reichstag y, en caso
de necesidad, el uso del ejército en el interior. Este artículo resultó ser un
medio decisivo para destruir la democracia en 1932-1933.
Clasificación histórica
La Revolución de Noviembre es uno de los
acontecimientos más importantes de la historia alemana reciente, aunque esté
poco arraigada en la memoria histórica de los alemanes. El fracaso de la República de Weimar concebida de ella y la subsiguiente época del nacionalsocialismo han desviado la vista de
los acontecimientos de finales de 1918 e inicios de 1919 por mucho tiempo. Su interpretación se determina hoy más por leyendas que por hechos.
Tanto la extrema derecha como la izquierda extrema
alimentan ideas opuestas, indicando señales opuestas, con la idea que hubo
entonces de una insurrección comunista con el fin de transformar a Alemania en una república de consejos, siguiendo el ejemplo soviético. También los
partidos democráticos de centro, especialmente el SPD, tuvieron por mucho
tiempo poco interés en juzgar detenidamente los acontecimientos que
convirtieron a Alemania en una república. Porque una observación detenida
muestra una revolución realizada por socialdemócratas que fue detenida por los
líderes del partido socialdemócrata, lo que se califica como la
"revolución traicionada" (verratene Revolution). El hecho de
que la república de Weimar resultara ser una democracia débil y que durara sólo
14 años hasta su final también tiene que ver con estos y otros "defectos
de nacimiento" de la Revolución de Noviembre.
Un hecho de gran importancia es que el gobierno
imperial y el Mando Supremo del Ejército se deslindaran de la responsabilidad muy pronto y endilgaran la derrota en
la Primera Guerra Mundial a los partidos mayoritarios del Reichstag. Cuánto cálculo hizo
falta para que sucediera esto se puede apreciar en una cita de la autobiografía
de Groener, seguidor de Ludendorff:
A mí me convenía que en
estas lamentables negociaciones, de las que no se puede esperar nada bueno, el
ejército y el mando general permanecieran lo más tranquilos posible.
De tal modo se creó la "Leyenda de la
puñalada" (Dolchstosslegende), según la cual los
revolucionarios atacaron por la espalda a un ejército no vencido en el campo de batalla y sólo así tornaron una victoria casi segura en una derrota. Erich Ludendorff desempeñó un rol importante en divulgar esta falsificación de la historia,
queriendo con ello ocultar su propio fracaso. Los círculos nacionalistas y
populistas fueron un terreno fértil para esta leyenda. Los revolucionarios, e
inclusive políticos como Ebert, quien no quiso que la revolución ocurriese en
absoluto e hizo lo posible por canalizarla y detenerla, fueron rápidamente
difamados en estos círculos como "criminales de noviembre" (Novemberverbrecher).
Ni siquiera los asesinatos políticos, por ejemplo el de Matthias Erzberger,
atemorizaban a la derecha radical, y es conocido que Hitler y Ludendorff
realizaron su intento de golpe de Estado de 1923 también un 9 de noviembre.
La república tuvo desde su nacimiento el estigma de la
responsabilidad de la derrota en la guerra. Gran parte de la ciudadanía, las
viejas élites del ejército, la justicia y la administración nunca aceptaron la
nueva forma del Estado, sino que veían en la república democrática una
estructura que debía suprimirse a la primera oportunidad. Por el contrario, en
la izquierda, el comportamiento de la dirección del SPD durante la revolución
llevó a muchos de sus antiguos partidarios hacia los comunistas. La frenada
revolución de noviembre condujo a que la república de Weimar permaneciera como
una "democracia sin demócratas".
La revolución según los testigos
contemporáneos
Ya los contemporáneos juzgaron la revolución de
noviembre de la manera más diversa, cada quien según su inclinación política.
Esto lo dejan claro tres declaraciones de testigos que aparecieron el mismo 10
de noviembre, poco después, así como una observación retrospectiva diez años
después.
Sin entusiasmo y con algo de alivio, el teólogo
evangélico y filósofo Ernst Troeltsch escribió cómo el grueso de los berlineses
se fueron dando cuenta de lo que sucedía el 10 de noviembre:
El domingo por la
mañana, después de una noche de ansiedad, la imagen se aclaró con los
periódicos de la mañana: el Káiser en Holanda, la revolución triunfante en la
mayoría de los centros, los príncipes de los Bünde abdicando. ¡Nadie murió por
el Káiser y el Reich! ¡La futura obligación asegurada y ningún asalto a los
bancos!... Las vías de tranvía y las del metro continuaban como si nada,
indicando que los medios esenciales estaban en orden. En todas las caras estaba
escrito: Los salarios se van a pagar nuevamente.25
Un artículo del publicista liberal Theodor Wolf, que
apareció el mismo 10 de noviembre en el Berliner Tageblatt, daba por el contrario
ilusiones optimistas sobre el éxito de la revolución, como lo hubiera querido
la dirección del SPD:
La más grande de todas las revoluciones ha derrocado al régimen imperial,
con todo lo que incluía, como un viento tormentoso repentino.
Se la puede llamar la más grande de todas
las revoluciones, porque nunca una (…) Bastilla construida tan fuerte ha sido
tomada así en un intento.
Hace sólo una semana había un aparato militar y civil que (…) estaba tan arraigado, que parecía haber asegurado su duración hasta el fin de los tiempos. (…)
Ayer temprano, por lo menos en Berlín, todo ello estaba en su sitio.
Hace sólo una semana había un aparato militar y civil que (…) estaba tan arraigado, que parecía haber asegurado su duración hasta el fin de los tiempos. (…)
Ayer temprano, por lo menos en Berlín, todo ello estaba en su sitio.
Por la tarde no existía
nada más.
La extrema derecha, por el contrario, interpretó los
acontecimientos de manera totalmente opuesta. Por ignorancia o en un
completamente equivocado juicio de la actuación de Ludendorff, el periodista
Paul Baecker escribió en el periódico conservador Deutsche Tageszeitung el 10 de noviembre un artículo que ya contenía elementos esenciales de la
leyenda de la puñalada:
¡La obra que nuestros
padres obtuvieron al precio de su sangre, borrada a traición desde las filas de
su propio pueblo! ¡Alemania, que aún ayer estaba invicta, abandonada a sus
enemigos por hombres que llevan nombre alemán, por alta traición desde las
propias filas que han caído en culpa y deshonra! Los socialistas alemanes
sabían que la paz se estaba consiguiendo y que sólo hacía falta mostrar al
enemigo un frente cerrado y fijo por unas semanas, tal vez sólo días, para
arrancarles condiciones tolerables. En vez de esto han izado la bandera blanca.
Esta es una culpa que nunca se puede perdonar y nunca se olvidará. Es una
traición no sólo a la monarquía y a las fuerzas armadas, sino al mismo pueblo
alemán, que tendrá que cargar con sus consecuencias de la derrota y de la
miseria por siglos.
En un artículo por el décimo aniversario de la
Revolución, el publicista de izquierda Kurt Tucholsky observó que ni Wolf ni Baecker tuvieron
razón. Pero también acusó a Ebert y a Noske de traición, ya no a la monarquía,
sino a la Revolución. Aun cuando él quiso ver en ella sólo un “derrocamiento” (Umsturz),
Tucholsky analizó el curso real de los acontecimientos más claramente que la
mayoría de sus contemporáneos. En 1928 escribió en Novemberumsturz:
La revolución alemana del año 1918 tuvo lugar en salones.
Eso que entonces ocurrió, no ha sido
ninguna revolución: no hubo una preparación espiritual; ningún líder se puso en
pie dispuesto en la oscuridad; no existieron objetivos revolucionarios. La
madre de esta revolución fue el ansia de los soldados de ir a casa para Navidad.
Y en cansancio, repulsa y cansancio.
Las posibilidades que aun así estaban dadas en las calles, han sido traicionadas por Ebert y los suyos. Fritz Ebert, a quien no por llamarlo Friedrich se le eleva a una personalidad, estuvo en contra del establecimiento de una república mientras no se daba cuenta de que allí estaba disponible un cargo de Presidente; el compañero Scheidemann y tutti quantifueron consejos de gobierno paralíticos.
En cuanto apuntamos a esta traición a la propia clase, se nos asegura ininterrumpidamente que Ebert no ha robado ningún tesoro. Si se es tan incapaz, hay que ser honestos, ¡eso hubiera sido mejor!
Tampoco es correcto que entonces no hubo nada que hacer. El SPD no lo quiso, porque no tuvo ganas, no tuvo carácter, no tuvo más tradición. Quien tuvo que consentir créditos de guerra a lo largo de cuatro años, ya no puede tener más de eso disponible.
Las siguientes posibilidades fueron entonces ignoradas:
Las posibilidades que aun así estaban dadas en las calles, han sido traicionadas por Ebert y los suyos. Fritz Ebert, a quien no por llamarlo Friedrich se le eleva a una personalidad, estuvo en contra del establecimiento de una república mientras no se daba cuenta de que allí estaba disponible un cargo de Presidente; el compañero Scheidemann y tutti quantifueron consejos de gobierno paralíticos.
En cuanto apuntamos a esta traición a la propia clase, se nos asegura ininterrumpidamente que Ebert no ha robado ningún tesoro. Si se es tan incapaz, hay que ser honestos, ¡eso hubiera sido mejor!
Tampoco es correcto que entonces no hubo nada que hacer. El SPD no lo quiso, porque no tuvo ganas, no tuvo carácter, no tuvo más tradición. Quien tuvo que consentir créditos de guerra a lo largo de cuatro años, ya no puede tener más de eso disponible.
Las siguientes posibilidades fueron entonces ignoradas:
Desmantelamiento de los Estados federados
(Bundesstaaten);
repartición de la tierra de las grandes propiedades;
socialización revolucionaria de la industria;
reforma del personal de la administración y de la justicia.
Una constitución republicana que en cada frase cancela la siguiente, una revolución que nombra los bien habidos derechos de los funcionarios del antiguo régimen merece ser ridiculizada.
La revolución alemana está todavía en pie. Preparémosla contra todos aquellos partidos que tienen un interés económico o ideológico en impedirla. Los más peligrosos entre éstos son aquellos que fingen y que bajo viejas banderas venden mercancías nuevas, pero defectuosas: envejecidas, cobardes, falsas y moralmente corruptas.
repartición de la tierra de las grandes propiedades;
socialización revolucionaria de la industria;
reforma del personal de la administración y de la justicia.
Una constitución republicana que en cada frase cancela la siguiente, una revolución que nombra los bien habidos derechos de los funcionarios del antiguo régimen merece ser ridiculizada.
La revolución alemana está todavía en pie. Preparémosla contra todos aquellos partidos que tienen un interés económico o ideológico en impedirla. Los más peligrosos entre éstos son aquellos que fingen y que bajo viejas banderas venden mercancías nuevas, pero defectuosas: envejecidas, cobardes, falsas y moralmente corruptas.
Las leyes no caen del
cielo. Solamente cuando los alemanes tengan ideas revolucionarias sobre la ley,
sobre la determinación y sobre la propia importancia, vamos a vivir un 9 de
noviembre que no deje ningún Noske, ningún Ludendorff y ningún Otto Wels.
¡Abajo con los cadáveres vivientes! ¡Viva la Revolución! ]].
QUEREMOS EXPONER UNA POSICIÓN ANARQUISTA SOBRE LA CONSTRUCCIÓN DEL SOCIALISMO EN LA URSS. AUNQUE OBSERVO QUE HAY QUE TRABAJAR LA INVESTIGACIÓN EN LAS RELACIONES INTERNACIONALES, EN LA GEOESTRATEGIA DURANTE LA EXISTENCIA DE LA URSS; QUE CONCUERDA MÁS CON LAS NUEVAS VALORACIONES POLÍTICAS DESARROLLADAS EN ESTE BLOG, POR POR MI PARTE,...DENTRO DE LA LÍNEA DE LO GENERAL A LO PARTICULAR, DE LA LINEA DE LA PERSPECTIVA HISTÓRICA Y DENTRO O EN EL CONTEXTO DE LA REVOLUCIÓN DE LA HUMANIDAD Y EL COMUNISMO TOTAL E INTEGRAL,...: El debate, el rebatir, el confrontar es correcto, muy necesario,...debemos aprender haciendo y desarrollando estas tareas. Las tareas de la humanidad son muy amplios muy grandes y pesadas,...por ello hay que unir todo lo posible a las fuerzas que se llaman proletarias revolucionarias,...por ello hay que entrar en los detalles máximos posibles,...hay que abarcar todo lo posible, tenemos que descarnarnos en el estudio, preparación,...por ello es necesario esta dialéctica intelectual,..digo proletaria en el sentido del contenido ideológico,...pero la liberación es social, es global,...es para toda la humanidad, no solamente para el proletariado,...es condición de esta liberación proletaria el proyecto político e ideológica de la liberación social total,...
Algunos revolucionarios anarquistas y sus teorías, escritos, practicas:
[[ Víctor Serge
Víctor Lvóvich Kibálchich (Ви́ктор Льво́вич Киба́льчич) (Bruselas, 1890-México DF , 1947), conocido como Víctor Serge, fue un anarquista, revolucionario, fecundo escritor y activo participante del proceso
revolucionario ruso a partir de su llegada a Petrogrado, en febrero de 1919, trabajando en el
recién fundado Comintern como periodista, editor y traductor.
Crítico abierto del estalinismo, fue obligado a abandonar la Unión Soviética huyendo de la represión y, como tantos otros revolucionarios, falleció en
el exilio mexicano.
Primeros años y vida política
Nació en Bruselas, en el seno de una familia ruso-polaca de naródniks. El padre, Lev Kibálchich, oficial de la Guardia Imperial, fue miembro del
grupo Tierra y Libertad y estaba lejanamente emparentado con Nikolái Kibálchich, del grupo Voluntad del Pueblo. Luego del arresto de Nikolái Kibálchich tras el
atentado que acabó con la vida de Alejandro II en 1881, el padre de Serge
abandonó el país, tomando un empleo como profesor en el Instituto de Anatomía
de Bruselas.
La familia se desplazó a Francia, donde se involucraron con el colectivo de inmigrantes rusos más
politizados. Serge trabajó como aprendiz de fotógrafo en París y después como diseñador. En esa época
leyó mucho, siendo especialmente influenciado por las teorías políticas de
Peter Lavrov.
Su larga trayectoria militante empezó a los quince
años en la Joven Guardia Socialista de Ixelles, barrio obrero de la capital belga, y prosiguió en las filas libertarias
tras la lectura del folleto de Kropotkin A los jóvenes. Todavía adolescente,
viajó a París, donde entró en contacto con ilegalistas radicales que pregonaban la guerra a muerte contra
la sociedad. No compartía su estrategia, pero sí su indignación y quedó
atrapado en hechos sangrientos.
Su primer artículo fue escrito en septiembre de 1908. Bajo el pseudónimo de “Le Rétif” (“El Agitador”) escribió numerosos
artículos para Le Révolté y, a inicios de 1909, para L’Anarchie. Ejerció como sustentador teórico del anarquismo individualista y del ilegalismo, chocando
con las posiciones del editor de L'Anarchie, André Roulot
(“Lorulot”), favorable a una retórica menos inflamada. En 1910, tras una escisión en L'Anarchie, Lorulot abandonó la
publicación y Serge fue nombrado nuevo editor del periódico.
Más tarde sería juzgado por su implicación en los
actos delictivos de la Banda de Jules Bonnot, en calidad de instigador, bajo el pseudónimo de Valentín. Se niega a
declararse inocente y rehúsa denunciar a sus camaradas, siendo condenado a
cinco años de prisión en condiciones de aislamiento. Varios de sus camaradas
fueron ejecutados.
Liberado en 1917, se refugió en la Barcelona libertaria y revolucionaria de la CNT, el poderoso sindicato anarcosindicalista. Allí colaboró con el
periódico Tierra y Libertad, firmando sus artículos
con el seudónimo que le conocemos, Víctor Serge.
Viaje a Rusia y adhesión a la Revolución
Serge se hallaba en prisión cuando comenzó la Primera Guerra Mundial. Preveía que la guerra
podría llevar a Rusia por el camino de la revolución: “Los revolucionarios sabían de sobra que el
Imperio autocrático, con sus verdugos, sus pogromos, sus galas recargadas, sus hambrunas, sus prisiones siberianas y su
iniquidad ancestral, nunca podría sobrevivir a la guerra”.
En septiembre de 1914 se encontraba en la prisión de la isla del río Sena, a veinticinco millas de la Primera batalla del Marne. La población local,
sospechando una derrota francesa, comienza a huir, y durante algún tiempo Serge
y otros habitantes quedan prisioneros de los alemanes. Después de su
liberación, en 1915, se fue a vivir a Barcelona, volviendo
posteriormente a Francia hasta que, tras la caída de Nicolás II en febrero de 1917 en Rusia, intentó viajar a Rusia para adherirse a la Revolución en marcha. Sin embargo, fue detenido y mantenido preso sin cargos hasta que
en1918 la Cruz Roja Danesa intervino y organizó el cambio de
Serge y otros revolucionarios por Bruce Lockhart y otros anti-bolcheviques que
habían sido detenidos en Rusia.
Así, cuando Serge llegó a Rusia en 1919, se adhirió a
los Bolcheviques. Trabajó durante un tiempo con Máximo Gorki, en la editorial de la Literatura Universal. Luego fue empleado por
Gregory Zinoviev, que había sido elegido presidente ejecutivo de la Tercera Internacional. El conocimiento de
idiomas de Serge lo capacitaba para hacerse cargo de la edición de
publicaciones de la nueva organización.
A pesar de ser gran admirador de Lenin y de la revolución, Víctor Serge no ahorró
críticas a los aspectos que pensaba que debían ser criticados de la actuación
del Gobierno soviético. Junto a Emma Goldman y
Alexander Berkman, se quejó -aunque justificó la represión- por la forma como
el Ejército Rojo trató a los marineros implicados en la
rebelión de Kronstadt, dirigiendo sus quejas a Félix Dzerzhinsky como organizador de la Cheka.
En 1923, Serge se incorporó a
la Oposición de Izquierda, liderada por León Trotsky. Crítico abierto del
camino ditatorial marcado por José Stalin como nuevo gobernante del país, se le
considera el primer autor en describir el Gobierno soviético posterior a Lenin como “totalitario”.
En 1925 escribió Lo que todo revolucionario debe saber
sobre la represión, verdadero tratado sobre el funcionamiento de la Okhrana, policía política zarista, después de haber buceado en la documentación y estudiado los métodos de
la política contra-insurgente del Gobierno autocrático. El libro es considerado
un clásico en la historia de la teoría de Redes Sociales
Represión estalinista
En 1928, Serge fue expulsado
del Partido Comunista e inhabilitado para trabajar para el
Gobierno. En los años siguientes, escribió El Año I de la
Revolución rusa (1930), Hombres en prisión(1930) y El nacimiento de nuestro poder (1931), además de traducir al francés las Memorias de Vera Figner. Todas esas obras
fueron prohibidas en la Unión Soviética y publicadas en Francia y España.
Fue detenido y llevado a prisión en 1933. La mayor parte de la Oposición de Izquierda terminó siendo eliminada,
pero Serge consiguió abandonar el país gracias a las protestas de sectores
políticos en Francia, Bélgica y España. La policía secreta estalinista (GPU) obtuvo una confesión de su cuñada,
Anita Russakova, declarando que ella y Serge habían estado involucrados en una
conspiración bajo la dirección de Trotsky. Se organizaron protestas contra su encarcelamiento en diversas
Conferencias Internacionales. Las presiones llevaron a que en 1936 Stalin declarara estar considerando la puesta en libertad de Serge. Finalmente
Emile Vandervelde, veterano socialista belga integrado en el Gobierno de ese
país, consiguió que Serge obtuviera un visado para vivir en Bélgica. Sus parientes no
fueron tan afortunados: la hermana, la suegra, la cuñada y dos de sus cuñados,
morirían en prisión.
Exilio y muerte
A su llegada a Francia en 1936, Serge publicó dos
libros sobre la Revolución rusa y su degeneración: De Lenin a Stalin (1937), y Destino de una Revolución (1937). Publicó varias novelas y una obra poética, Resistencia (1938) sobre sus experiencias en Rusia.
Cuando Francia fue invadida por Alemania en 1940, Serge, junto a su hijo Vlady Kibálchich, consiguió huir a México. Su autobiografia, Memorias de un revolucionario, fue publicada en los Estados Unidos en 1945. En 1947, poco antes de morir, escribió Treinta años después de
la Revolución rusa, considerada como su testamento político. En él mantiene sus convicciones
revolucionarias y socialistas, al tiempo que reconoce errores cometidos por el Partido Bolchevique que, junto a las duras condiciones enfrentadas debido al asedio capitalista, la derrota de las
expectativas revolucionarias en Europa y los precedentes de revoluciones masacradas, pretenden explicar la deriva
totalitária estalinista. Serge exculpa explícitamente a Lenin y no duda en apoyar sus ideas y experiencias, así como al propio partido
bolchevique, aunque afirmaba que en el futuro las luchas anticapitalistas
deberían asumir nuevas formas.
La salud de Serge se fue deteriorando a consecuencia
de sus períodos en prisión en Francia y en Rusia. Continúó escribiendo hasta su
muerte en la ciudad de México el 17 de noviembre de1947, por un ataque
cardíaco.
Obras de Víctor Serge en español
·
Lo que todo revolucionario debe saber sobre la
represión (1925). Ver versión en Castellano en PDF
·
Los hombres en la cárcel. Madrid, 1930 Editorial Cenit, S.A. Traducción de
Manuel Pumeraga. Con prologo de Panait Istrat
·
La verdadera personalidad de Lenin (1937).
·
Memorias de mundos desaparecidos (1901-1941), Mexico, Siglo XXI,
2002 (traducción de Memoires d'un révolutionnaire, 1901-1941, de 1951)
·
El caso Tuláyev (1992) traductor: David
Huerta; México: Colección Las Islas Afortunadas. Dirigida por Álvaro Mutis.
Ediciones Equilibrista, 1992. ISBN: 968-6285-63-6; (2013) Madrid: Capitán
Swing.
Obra disponible en inglés
Ficción
·
The Long Dusk (1946) traductor: Ralph Manheim; New York : The
Dial Press. Traducción de Les dernier temps, Montreal 1946
·
The Case of Comrade Tulayev (1951) traductor: Willard R. Trask; Hamilton. Traducción de L'Affaire Toulaev. París 1949
·
Birth of our Power (1967) traductor:
Richard Greeman; New York : Doubleday. Traducción de Naissance de notre force, París 1931
·
Men in Prison (1969) Traductor:
Richard Greeman; Garden City, NY: Doubleday. Traducción de Les hommes dans le prison, París 1930
·
Conquered City (1975) Traductor:
Richard Greeman; Garden City, NY: Doubleday. Traducción de: Ville conquise, París 1932
·
Midnight in the Century (1982) Traductor: Richard Greeman; Londres : Readers and Writers.
Traducción de S'il est minuit dans le siècle, París 1939
·
The Unforgiving Years (2008) Traductor: Richard Greeman; New York : New York Review of Books
Classics. Traducción de Les Années sans pardon, París 1971
Poemas
·
Resistance (1989) Traductor: James
Brooks; San Francisco: City Lights. Traducción de Résistance, París 1938
No ficción: libros
·
From Lenin to Stalin (1937) Traductor: Ralph
Manheim; New York: Pioneer Publishers. Traducción de De Lénine à Staline, París 1937
·
Russia Twenty Years After (1937) Traductor: Max Shachtman; New York: Pioneer Publishers. Traducción de Destin d'une révolution, París 1937. También
publicado como Destiny of a Revolution
·
Memoirs of a Revolutionary (1963) Traductor: Peter Sedgwick; Oxford: Oxford
University. Traducción de Mémoires d'un révolutionnaire, 1901-1941, París 1951
·
Year One of the Russian Revolution (1972) Traductor: Peter Sedgwick; Londres: Allen Lane. Traducción de L'An 1 de la révolution russe, París 1930
·
The Life and Death of Leon Trotsky (1973) (con Natalia Sedova Trotsky) Traductor: Arnold S. Pomerans; Garden City, NY:
Doubleday. Traducción de: Vie et mort de Leon Trotsky, París 1951
·
What Everyone Should Know About State Repression (1979) Traductor: Judith White; Londres: New Park Publications. Traducción
de Les Coulisses d'une Sûreté générale. Ce
que tout révolutionnaire devrait savour sur la répression, París 1926
No ficción: colecciones de ensayos y artículos
·
The Century of the Unexpected – Essays on Revolution
and Counter-Revolution (1994) Editor: Al Richardson; capítulo especial de Revolutionary History, Vol.5 Nº 3
·
The Serge-Trotsky Papers (1994) Editor: D.J. Cotterill; Londres: Pluto
·
Revolution in Danger – Writings from Russia 1919-20 (1997) Traductor: Ian Birchall; Londres: Redwords
·
The Ideas of Victor Serge: A Life as a Work of Art (1997), Ed. Susan Weissman, Londres: Merlin Press
·
Witness to the German Revolution (2000) Traductor: Ian Birchall; Londres: Redwords
·
Collected Writings on Literature and Revolution (2004) Traductor y editor: Al Richardson; Londres: Francis Boutle
No ficción: panfletos
·
Kronstadt '21 (1975) Traductor: s/n;
London: Solidarity
Fuentes: British Library
Catalogue and Catalog of the Library of Congress.
Obras sobre Víctor Serge
·
O marxismo dissidente de Victor Serge. David Renton. Prefacio
a la obra O ano I da Revolução Russa, publicada en 2007 in Boitempo Editorial
Referencias
1. ↑ Jump up to:a b c Claudio Albertani (27 de mayo de
2013). «La evasión imposible de Victor Serge». Diagonal.
2. Jump up↑ Análisis de redes sociales: identificando agentes y vínculos (Indianopedia, consultado el 11/01/2010)
[[ Treinta años
después de la Revolución Rusa
Victor Serge
Escrito: En 1947.
Edición Digital: Fundación Andreu Nin.
Esta edición: Marxists Internet Archive.
Edición Digital: Fundación Andreu Nin.
Esta edición: Marxists Internet Archive.
Escrito en el exilio, en el año 1947, este texto es comunmente considerado como el "testamento político" de Serge.
Los años 1938-1939 han marcado un nuevo rumbo decisivo. Se ha concluido la
transformación de las instituciones y de los hábitos de los cuadros del Estado,
llamado todavía soviético aunque no lo sea para nada, gracias a las
"depuraciones" implacables, dando lugar a un sistema perfectamente
totalitario, pues sus dirigentes son los dueños absolutos de la vida social,
económica, política y espiritual del país; el individuo y las masas no poseen
ningún derecho. La condición material de las ocho o nueve décimas partes de la
población se mantiene en un nivel muy bajo. El conflicto abierto con los
campesinos se prolonga bajo formas atenuadas. Se hace evidente que, poco a
poco, una contrarrevolución ha triunfado. La URSS, al intervenir en la guerra
civil española, ha intentando controlar al gobierno de la república y se ha
opuesto, con los peores medios -corrupción, chantaje, represión, asesinato-, al
movimiento obrero que se inspiraba en los ideales un día compartidos. Una vez
consumada la derrota de la República española, no sin que Stalin tenga parte de
responsabilidad, la URSS pactó pronto, al principio en secreto, con el Tercer
Reich. En el punto más álgido de la crisis europea pueden verse a las dos
potencias, la fascista y la antifascista, la bolchevique y la antibolchevique,
abandonar sus máscaras y unirse en el reparto de Polonia,.../.
("ESTA IDEA ES UNA A LA QUE MENCIONO EN LA INTRODUCCIÓN DEL TRABAJO,...HAY QUE ESTAR ENTRADO CON GRAN PREPARACIÓN EN LA CUESTIÓN GEOESTRATÉGICA, EN LA VERDAD DE LAS ACCIONES GUBERNAMENTALES, EN LOS ESTADOS,...COMO SE COMPORTAN, SI COMO AUTÉNTICOS PROLETARIOS REVOLUCIONARIOS O COMO VULGARES ESTADOS CAPITALISTAS, RANCIOS Y OPRESORES-IMPOSITORES").
./. La URSS extiende, con el consentimiento de la Alemania nazi, su hegemonía sobre los países bálticos que se separaron de Rusia durante las luchas de 1917-1919. Este cambio de la política internacional rusa se explica por los intereses de una casta dirigente ávida e inquieta, reducida a una capitulación moral frente al Tercer Reich al que teme por su superioridad técnica. Las similitudes internas de las dos dictaduras lo han facilitado.
("ESTA IDEA ES UNA A LA QUE MENCIONO EN LA INTRODUCCIÓN DEL TRABAJO,...HAY QUE ESTAR ENTRADO CON GRAN PREPARACIÓN EN LA CUESTIÓN GEOESTRATÉGICA, EN LA VERDAD DE LAS ACCIONES GUBERNAMENTALES, EN LOS ESTADOS,...COMO SE COMPORTAN, SI COMO AUTÉNTICOS PROLETARIOS REVOLUCIONARIOS O COMO VULGARES ESTADOS CAPITALISTAS, RANCIOS Y OPRESORES-IMPOSITORES").
./. La URSS extiende, con el consentimiento de la Alemania nazi, su hegemonía sobre los países bálticos que se separaron de Rusia durante las luchas de 1917-1919. Este cambio de la política internacional rusa se explica por los intereses de una casta dirigente ávida e inquieta, reducida a una capitulación moral frente al Tercer Reich al que teme por su superioridad técnica. Las similitudes internas de las dos dictaduras lo han facilitado.
¡Qué espantoso camino hemos recorrido en estos treinta años! El
acontecimiento más esperanzador, más grandioso de nuestro tiempo, parece
volverse contra nosotros. ¿Qué nos queda del entusiasmo inolvidable de 1917?
Muchos hombres de mi generación, que fueron comunistas desde el primer momento,
no guardan otro sentimiento que el rencor hacia la revolución rusa. Quedan muy
pocos testigos y participantes. El partido de Lenin y Trotsky ha sido fusilado.
Los documentos han sido destruidos, escondidos o falsificados. Sobreviven sólo
y en gran número los emigrados que estuvieron siempre en contra de la
revolución. Escriben libros, son enseñantes, cuentan con el apoyo del conservadurismo,
todavía poderoso y, por otra parte, incapaz, en esta época de convulsión
mundial, de desarmarse o de demostrar objetividad.... Una pobre lógica,
mostrándonos el negro espectáculo de la URSS estalinista, afirma la debacle del
bolchevismo, la del marxismo, la del socialismo... Escamoteo fácil, en
apariencia, de los problemas mundiales que aquejan al mundo y que no dejarán de
lastrarle de inmediato. ¿Olvidan las otras debacles? ¿Qué ha hecho el
cristianismo durante las catástrofes sociales? ¿Qué ha pasado con el
liberalismo? ¿Qué ha producido el conservadurismo ilustrado o reaccionario? ¿No
han engendrado a Mussolini, a Hitler, a Salazar o a Franco? Si se tratara de
plantear con honestidad las debacles de las ideologías, tendríamos trabajo para
largo. Y nada ha acabado aún...
Todo acontecimiento es a la vez definitivo y transitorio. Se prolonga en el
tiempo bajo aspectos, a veces, imprevisibles. Antes de esbozar un juicio sobre
la revolución rusa, recordemos los cambios de rumbo y de perspectivas de la revolución
francesa. El entusiasmo de Kant ante la toma de la Bastilla... El Terror,
Termidor, el Directorio, Napoleón. Entre 1789 y 1802, la república libertaria,
igualitaria y fraternal fue absolutamente negada. Las conquistas napoleónicas,
creadoras de un orden nuevo, sólo en el nombre, chocan por su similitud con las
de Hitler. El emperador se convirtió en "el Ogro". El mundo
civilizado se unió contra él, la Santa Alianza pretendía restablecer y
estabilizar en toda Europa el antiguo régimen… Sin embargo, vemos que la
revolución francesa, con la irrupción de la burguesía, del espíritu científico
y de la industria, alimentó al siglo XIX. Pero treinta años después, en 1819,
en el tiempo de Luis XVIII y del zar Alejandro I, ¿no parece como uno de los
más costosos fracasos históricos? ¡Cuántas cabezas cortadas, cuántas guerras,
para llegar a una mezquina restauración monárquica!
Es natural que la falsificación de la historia esté hoy al orden del día.
Entre las ciencias inexactas, la historia es aquella que lesiona más intereses
materiales y psicológicos. Sobre la revolución rusa pululan leyendas, errores,
interpretaciones tendenciosas, aunque sea fácil informarse sobre los hechos…
Pero, evidentemente, es más cómodo escribir y hablar sin informarse.
A menudo se afirma que "el golpe de mano bolchevique de
octubre-noviembre de 1917 derribó una democracia naciente..." Nada más
falso. En Rusia, la República no había sido proclamada, no existía ninguna
institución democrática fuera de los Sóviets o de los Consejos obreros, de
campesinos y de soldados... El gobierno provisional, presidido por Kerenski, se
había negado a llevar a cabo la reforma agraria, a abrir las negociaciones de
paz reclamadas por la voluntad popular, a tomar medidas efectivas contra la
reacción. Vivía una transición entre dos complots permanentes: el de los generales y el de las masas revolucionarias. Nada
hacía pensar en el establecimiento pacífico de una democracia socializante, la
única que hubiera sido hipotéticamente viable. A partir de septiembre de 1917
la alternativa se daba entre la dictadura de los generales reaccionarios o en
la de los Sóviets. En ésto coinciden dos historiadores desde posiciones
opuestas: Trotsky y el hombre de Estado liberal de derechas, Miliukov. La
revolución soviética o bolchevique fue el resultado de la incapacidad de la
revolución democrática, moderada, inestable e inoperante que la burguesía
liberal y los partidos socialistas contemporizadores dirigieron después de la
caída de la autocracia.
Se continúa afirmando que la insurrección del 7 de noviembre (25 de octubre
al viejo estilo) de 1917 fue la obra de una minoría de conspiradores: el
Partido bolchevique. Nada se opone más a los hechos verificables. 1917 fue un
año de acción de masas asombroso por la multiplicidad, la variedad, la
potencia, la perseverancia de las iniciativas populares que empujaron a
levantarse a los bolcheviques. Las demandas agrarias se extendían por toda
Rusia. En el ejército, la insubordinación aniquilaba la vieja disciplina.
Cronstadt y la flota del Báltico habían rechazado categóricamente obedecer al
gobierno provisional y sólo la intervención de Trotsky en el Sóviet de la base
naval evitó un conflicto armado. El Sóviet de Tachkent, en Turkestán, había
tomado el poder por su propia cuenta.... Kerenski amenazaba al Sóviet de Kaluga
con la artillería...Un ejército de 40.000 hombres en el Volga se negaba a
obedecer. En las afueras de Petrogrado y de Moscú se formaban guardias rojos
obreros. La guarnición de Petrogrado se ponía a las órdenes del Sóviet. En los
Sóviets, la mayoría de los socialistas moderados se pasaban pacíficamente a los
bolcheviques, sorprendiéndoles a ellos mismos este cambio. Los socialistas
moderados abandonaban a Kerenski, que no podía contar más que con los militares
que llegaron a ser tremendamente impopulares. Estas son las razones por las
cuales la insurrección venció en Petrogrado, casi sin derramamiento de sangre,
con entusiasmo. Hay que volver a leer, sobre estos acontecimientos, las
formidables páginas de John Reed y de Jacques Sadoul, testigos presenciales. El
complot bolchevique fue literalmente conducido por una colosal ola ascendente.
Conviene recordar que el imperio se había hundido en febrero-marzo de 1917
bajo el empuje del pueblo desarmado de las afueras de Petrogrado. La
confraternización espontánea de la guarnición con las manifestaciones obreras
decidió la suerte de la autocracia. Más tarde, se buscaría a los desconocidos
que tomaron la iniciativa de esta confraternización; se encontró a muchos, la
mayoría de ellos ha quedado en el anonimato... Los dirigentes y militantes más
cualificados de todos los partidos revolucionarios estaban en esos momentos en
el extranjero o presos. Los pequeños grupos que existían en Petrogrado estaban
tan sorprendidos y sobrepasados por los acontecimientos ¡que los bolcheviques
se proponían publicar un llamamiento a la vuelta al trabajo en las fábricas!
Cuatro meses más tarde, la experiencia del gobierno de coalición de los
socialistas moderados y de la burguesía liberal suscitó una cólera tal que a
principios de julio la guarnición y los barrios obreros organizaron, ellos
mismos, una gran manifestación armada bajo la consigna de todo el poder a los
Sóviets. Los bolcheviques desaprobaron esta iniciativa tomada por desconocidos,
uniéndose de mala gana al movimiento para conducirle a una liquidación tan
dolorosa como peligrosa. Estimaban, probablemente con razón, que el país no
seguiría a la capital. Se convirtieron, naturalmente, en la cabeza de turco. La
persecución y la calumnia ("agentes de Alemania") cayó inmediatamente
sobre ellos. A partir de ese momento supieron que si no se ponían a la cabeza
del movimiento de masas ganarían la impopularidad y los generales cumplirían su
objetivo.
El general Kornilov se mete en la aventura en septiembre de 1917, con la
complicidad manifiesta de una parte del gobierno Kerenski. Lenin y Zinoviev
escondidos, Trotsky en prisión, los bolcheviques están acosados. Las tropas de
Kornilov se disgregan al contacto con los ferroviarios y los agitadores
obreros.
Los funcionarios de la autocracia vieron venir la revolución; no supieron
impedirla. Los partidos revolucionarios la esperaban; no supieron, no pudieron
provocarla. Una vez desencadenados los acontecimientos, no les quedaba más que
participar con más o menos clarividencia y voluntad.
Los bolcheviques asumieron el poder porque, en la selección natural que se
produjo entre los partidos revolucionarios, ellos fueron los más aptos para
expresar de una forma coherente, clarividente y voluntariosa, las aspiraciones
de las masas movilizadas. Conservaron el poder, vencieron en la guerra civil
porque las masas populares finalmente les apoyaron, a pesar de las vacilaciones
y los conflictos, del Báltico al Pacífico. Este gran hecho histórico ha sido
reconocido por la mayoría de los enemigos rusos del bolchevismo. Hélène
Kousskova, propagandista liberal en la emigración, escribía recientemente que
es "incontestable que el pueblo no apoyaba ni al movimiento de los Blancos
(...) ni la lucha por la Asamblea Constituyente (...)". Los Blancos
representaban la contrarrevolución monárquica, los Constituyentes, el
antibolchevismo democrático. Por eso, hasta el final de la guerra civil, en
1920-1921, la revolución rusa aparece ante nosotros como un inmenso movimiento
popular al que el Partido bolchevique dota de un cerebro y un sistema nervioso,
así como de dirigentes y cuadros.
Se afirma que los bolcheviques quisieron inmediatamente el monopolio del
poder. ¡Otra leyenda!. Al contrario, temían el aislamiento en el poder. Muchos
de ellos fueron partidarios, al principio, de un gobierno de coalición
socialista. Lenin y Trotsky rechazaron la coalición con los partidos
socialistas moderados que habían conducido la revolución de marzo al fracaso y
que se negaban a reconocer al régimen de los Sóviets. Pero el Partido
bolchevique solicitó y obtuvo la colaboración del Partido socialista
revolucionario de izquierdas, partido campesino dirigido por intelectuales
idealistas hostiles al marxismo. A partir de noviembre de 1917 hasta el 6 de
julio de 1918, los socialistas-revolucionarios de izquierda participaron en el
gobierno. Rechazaron, junto a un tercio de conocidos bolcheviques, admitir la
paz de Brest-Litovsky y, el 6 de julio de 1918, dieron una batalla insurreccional
en Moscú en la que proclamaban su intención de "gobernar solos" y de
"recomenzar la guerra contra el imperialismo alemán". Su mensaje
radiado ese día fue la primera proclamación de un gobierno de partido único.
Fueron vencidos y los bolcheviques tuvieron que gobernar solos. A partir de ese
momento, su responsabilidad aumentó, su mentalidad cambió.
¿Constituían antes o después de la escisión del Partido obrero
socialdemócrata ruso en mayoría (bolcheviques) y minoría (mencheviques), un
partido profundamente diferente a otros partidos revolucionarios rusos? Se les
imputa un carácter autoritario, intolerante, amoral en la elección de los
medios; una organización centralizada y disciplinada que contenía el germen del
estatismo burocrático; un carácter dictatorial e inhumano. Tanto autores
eruditos como ignorantes coinciden en señalar la "amoralidad" de
Lenin, su "jacobinismo proletario", su "revolucionarismo
profesional". Una mención a la novela-panfleto de Dostoievski, Los Poseídos, y el ensayista cree haber esclarecido los problemas
por él creados.
Todos los partidos revolucionarios rusos, ya desde 1870-1880, fueron
autoritarios, fuertemente centralizados y disciplinados en la ilegalidad, para
la ilegalidad; todos formaron "revolucionarios profesionales", es
decir, hombres que vivían exclusivamente para la lucha; todos podrían,
ocasionalmente, ser acusados de una cierta amoralidad práctica, aunque sea
justo reconocerles un idealismo ardiente y desinteresado. Casi todos estaban
imbuidos de una mentalidad jacobina, proletaria o no. Todos crearon héroes y
fanáticos. Todos, con excepción de los mencheviques, aspiraban a una dictadura,
y los mencheviques georgianos recurrieron a procedimientos dictatoriales. Todos
los grandes partidos eran estatalistas, tanto por su estructura como por la
finalidad que se asignaban. En realidad, había, más allá de las divergencias
doctrinales importantes, una única mentalidad revolucionaria.
Recordemos el temperamento autoritario del anarquista Bakunin y sus métodos
de organización clandestina en el seno de la primera Internacional. En su Confesión Bakunin preconiza una dictadura ilustrada,
pero sin piedad, ejercida por el pueblo… El Partido socialista-revolucionario,
imbuido de un ideal republicano, más radical que socialista, formó, para
combatir la autocracia por el terrorismo, un "aparato" rigurosamente
centralizado, disciplinado, autoritario, presa fácil de la provocación
policial. La socialdemocracia rusa, de conjunto, ambicionaba la conquista del
Estado. Nadie tuvo un lenguaje más jacobino en relación a la futura revolución
rusa que su dirigente Plejánov. El gobierno Kerenski, donde los
socialistas-revolucionarios y los mencheviques tenían bastante fuerza,
utilizaba, sin cesar, un lenguaje dictatorial, totalmente veleidoso. Los mismos
anarquistas, en las regiones ocupadas por el Ejército Negro de Nestor Makhno,
ejercían una auténtica dictadura, acompañada de confiscaciones, requerimientos,
arrestos y ejecuciones. Y Makhno fue "batko", padrecito, jefe...
Los socialdemócratas mencheviques de derecha, como Dan y Tseretelli,
deseaban un poder fuerte. Tseretelli recomendó la represión del bolchevismo
antes de que fuera tarde... Los mencheviques de izquierda, de la tendencia de
Martov, parecen haber sido el único grupo político profundamente interesado en
una concepción democrática de la revolución, lo que constituye, desde un punto
de vista filosófico, una honrosa excepción.
Las características propias del bolchevismo que le confieren una innegable
superioridad sobre los partidos rivales con los que compartía una amplia
mentalidad común son: a) la convicción marxista; b) la doctrina de la hegemonía
del proletariado en la revolución; c) el internacionalismo intransigente; d) la
unidad de pensamiento y acción. Entre muchos hombres, la unidad de pensamiento
y acción condujo a la fe en su propia voluntad.
El realismo marxista de 1917 nos parece hoy un poco esquemático. El mundo
ha cambiado, las luchas sociales son mucho más complejas de lo que eran
entonces. Durante la revolución rusa, este realismo, apoyado por importantes
conocimientos económicos e históricos, estuvo a la altura de las
circunstancias. Contenía eficaces antídotos contra la fraseología liberal, el
doble juego, la dilación interesada, la abdicación honorable e hipócrita. Los socialistas
moderados estimaban que Rusia llevaba a cabo una "revolución
burguesa", destinada a abrir al capitalismo una era de desarrollo,
dotándose del estatuto político de democracia burguesa... Los bolcheviques
creían que sólo el proletariado podía hacer la revolución "burguesa",
pero sin ir más allá; que el socialismo no podía triunfar en un país tan
atrasado, pero que correspondería a una Rusia socializante dar el impulso al
movimiento obrero europeo. Lenin no preveía, en 1917, la nacionalización completa
de la producción, sino sólo el control obrero sobre ella; más tarde pensó en un
régimen mixto, de capitalismo y estatalismo; sin embargo, en 1918, el estallido
de la guerra civil impuso la nacionalización completa como medida inmediata de
defensa... La intransigencia internacionalista de los bolcheviques descansaba
en la fe en una próxima revolución europea, más madura y más fecunda que la
revolución rusa... Esta visión de futuro no les era exclusiva. Era compartida,
también, por la ideología socialista europea, aunque, de hecho, los grandes
partidos no creían en la revolución. El continuador alemán de Marx, Karl
Kautsky, había teorizado hasta 1908 la próxima revolución socialista; Rosa
Luxemburgo, Franz Mehring, Karl Liebknecht profesaban la misma convicción. La
diferencia esencial entre los bolcheviques y los otros socialistas parece haber
sido de naturaleza psicológica, debido a la formación particular de la intelligentsia revolucionaria y del proletariado ruso. No
había lugar en el Imperio de los zares ni para el oportunismo parlamentario, ni
para los compromisos cotidianos; una realidad social tan simple como brutal
engendró una fe completa y activa. En este sentido, los bolcheviques fueron más
rusos y estuvieron más al unísono con las masas rusas que los
socialistas-revolucionarios y los mencheviques, cuyos cuadros estaban empapados
de una mentalidad occidental, evolucionista, democrática, según las tradiciones
de los países capitalistas avanzados.
Abramos el difícil capítulo de los errores y las responsabilidades. No sin
lamentar que en un estudio tan breve no nos sea posible considerar los errores,
las responsabilidades y los crímenes de las potencias y de los partidos que
combatieron la revolución soviética-bolchevique. A falta de este contexto decisivo,
estamos obligados a contentarnos con una visión unilateral.
Yo escribía, en 1929, en mi libro Retrato de
Stalin, publicado en París (Grasset): "(...) el error más incomprensible
-porque fue deliberado- que estos socialistas (los bolcheviques), dotados de
grandes conocimientos históricos, cometieron, fue el de crear la Comisión
extraordinaria de Represión de la Contra-Revolución, de la Especulación, del
Espionaje, de la Deserción, llamada abreviadamente Checa, que juzgaba a los
acusados y a los simples sospechosos sin ni siquiera escucharlos o verlos, sin
permitirles, en consecuencia, ninguna posibilidad de defensa (...), deteniendo
en secreto y ejecutando. ¿Qué era sino una Inquisición? Sin duda, un estado de
sitio o una dura guerra civil necesitan medidas extraordinarias; pero, ¿les
está permitido a los socialistas olvidar que la publicidad de los procesos es
la única garantía contra la arbitrariedad y la corrupción para no retroceder
más allá de los procedimientos expeditivos de Fouquier-Tinville? El error y la
responsabilidad son patentes, las consecuencias han sido espantosas ya que la
GPU, es decir, la Checa, ampliada bajo nuevo nombre, acabó por exterminar toda
la generación revolucionaria bolchevique (...)". No queda más que remarcar,
en favor del Comité central de Lenin, algunas circunstancias atenuantes,
importantes a los ojos de la sociología. La joven república vivía expuesta a
mortales peligros. Su indulgencia hacia generales como Krasnov y Kornilov les
costó sangre a raudales. El antiguo régimen había utilizado ampliamente el
terror. La iniciativa del terror fue tomada por los Blancos, ya en noviembre de
1917, para masacrar a los obreros del arsenal del Kremlin; vuelta a tomar por
los reaccionarios finlandeses en los primeros meses de 1918, a mayor escala,
antes de que el "terror rojo" fuera proclamado en Rusia. Las guerras
sociales del siglo XIX, después de las jornadas de junio de 1848 y de la Comuna
de París en 1871, estuvieron caracterizadas por el exterminio en masa de los
proletarios vencidos. Los revolucionarios rusos sabían lo que les esperaba en
caso de derrota. Sin embargo, la Checa fue benigna en sus comienzos, justo
hasta el verano de 1918. Y cuando el "terror rojo" fue proclamado,
después de los alzamientos contrarrevolucionarios, después del asesinato de los
bolcheviques Volodarski y Ouritski, después de los dos atentados contra Lenin,
la Checa empezó a fusilar a los rehenes, a los sospechosos y a los enemigos,
sólo para canalizar, para controlar el furor popular. Dzerjinski temía mucho
los excesos de las Checas locales; la estadística de los chequistas fusilados
es, en este sentido, edificante.
Releyendo últimamente un pequeño libro, deplorablemente traducido al
francés, los Recuerdos de un comisario del
pueblo, del socialista-revolucionario de izquierdas Steinberg, he vuelto a
encontrarme con esos dos significativos episodios. Habiendo sido disparados dos
tiros contra Lenin a finales de 1917, una delegación obrera vino a decirle que
si la contrarrevolución hacía derramar una sola gota de su sangre, el
proletariado de Petrogrado le vengaría con creces... Steinberg, que colaboraba
entonces con Lenin, hace notar el embarazo de éste. El episodio no fue
difundido, justamente para evitar consecuencias trágicas. Por otro lado, los
dos socialistas-revolucionarios que dispararon fueron arrestados, perdonados y,
más tarde, pertenecieron al Partido bolchevique... Dos ex-ministros liberales,
Chingariov y Kokochkine, al encontrarse enfermos en la cárcel, fueron
trasladados al hospital. Fueron asesinados en sus lechos; cuando informaron a
Lenin, éste, absolutamente trastornado, ordenó al gobierno abrir una
investigación y descubrieron que los autores de los crímenes eran marineros
revolucionarios, apoyados y protegidos por el conjunto de sus camaradas.
Rechazando la "mansedumbre" de los que estaban en el poder, los
marineros la habían suplido mediante una iniciativa terrorista. De hecho, la
tripulación de la flota rehusó entregar a los culpables. Los comisarios del
pueblo decidieron "dejar pasar" el asunto. ¿Podían, en el momento en
el que el sacrificio de los marineros era cada día más necesario para el bien
de la revolución, abrir un conflicto con el terrorismo espontáneo? En 1920, la
pena de muerte fue abolida en Rusia. Se creía próximo el final de la guerra
civil. Yo creía que todo el Partido deseaba una normalización del régimen, el
fin del estado de sitio, una vuelta a la democracia soviética, la limitación de
los poderes de la Checa o, mejor, su supresión. Todo esto era posible, lo que
equivale a decir que la salud de la revolución era posible. El país, agotado,
quería comenzar la reconstrucción. Sus reservas de entusiasmo y de fe
continuaban siendo grandes.
El verano de 1920 marca una fecha fatal. Hay que tener muy mala fe, por
parte de los historiadores, para no señalarlo. Rusia entera vivía con la
esperanza de la pacificación en el momento en que Pilsudski lanzó los ejércitos
polacos contra Ucrania. Esta agresión, claramente inspirada por ánimos de
conquista, coincidió con el reconocimiento acordado por Francia e Inglaterra al
general barón Wrangel que ocupaba por entonces Crimea. La resistencia de la
revolución fue instantánea. Polonia vencida, el Comité central pensó en
provocar una revolución soviética. El fracaso del Ejército Rojo ante Varsovia
hizo cambiar los propósitos de Lenin, pero lo peor fue que, a resultas de esta
penosa guerra, en un país desangrado y empobrecido, ya no entró en
consideración abolir la pena de muerte ni comenzar la reconstrucción sobre las
bases de una democracia soviética... La miseria y el peligro esclerotizaron al
Estado-Partido inmerso en ese régimen económico, intolerable para la población e inviable en sí, que se ha dado en llamar el "comunismo de guerra".
A principios de 1921 la sublevación de los marineros de Cronstadt fue,
precisamente, una respuesta contra ese régimen económico y contra la dictadura
del Partido. Sean cuales sean sus intenciones, un partido que gobierna a un
país hambriento no podrá mantener su popularidad. La espontaneidad de las masas
se había apagado; los sacrificios y las privaciones habían agotado a la minoría
activa de la revolución. Los inviernos helados, las raciones insuficientes, las
epidemias, los requerimientos en el campo extendían el rencor, la desesperanza,
la ideología confusa de la contrarrevolución por el pan blanco. Si el Partido
bolchevique hubiera aflojado las riendas del poder, ¿quién lo habría sucedido?
¿No era su deber mantenerlo? Hizo bien en hacerlo.
Se equivocó, sin embargo, al enloquecer ante la sublevación de Cronstad, ya
que le era posible hacerlo de otra forma, como sabemos los que estábamos allí,
en Petrogrado. Los errores y las responsabilidades del poder se funden en lo
que respecta a Cronstadt en 1921. Los marineros se sublevaron porque Kalinin
rehusó escucharles. Donde era necesaria la persuasión y la comprensión, el
presidente del Comité ejecutivo de los Sóviets empleó la amenaza y el insulto.
La delegación de Cronstadt al Sóviet de Petrogrado, en lugar de ser recibida
fraternalmente, fue arrestada por la Checa. La verdad sobre el conflicto fue
hurtada al país y al Partido por la prensa, que, por vez primera mintió,
publicando que un general blanco, Kozlovski, ejercía la autoridad en Cronstadt.
La mediación propuesta por los influyentes y bienintencionados anarquistas
americanos, Emma Goldman y Alexandre Berkman, fue rechazada. Sonaron los
cañones en una batalla fraticida y la Checa, después, fusiló a los prisioneros.
Si, como indica Trotsky, los marineros habían cambiado después de 1918 y
expresaban las aspiraciones del campesinado atrasado, hay que reconocer que el
poder también había cambiado.
Lenin, al proclamar el fin del "comunismo de guerra" y la
"nueva política económica", satisfizo las reivindicaciones económicas
de Cronstadt después de la batalla y de la masacre. Reconocía así que el
Partido y él mismo se habían aferrado a un régimen insostenible que ya Trotsky
había alertado sobre sus peligros y propuesto un cambio un año atrás. La nueva
política económica abolía las requisiciones en el campo, reemplazándolas por un
impuesto en especie, restablecía la libertad de comercio y de la pequeña
empresa, desterraba, en una palabra, la armazón mortal de la estatalización
completa de la producción y del intercambio. Hubiera sido natural aflojar, al
mismo tiempo, la armadura del gobierno por una política de tolerancia y
reconciliación hacia los elementos socialistas y libertarios dispuesto a
situarse sobre el terreno de la constitución soviética. Rafael Abramovitch
reprocha a los bolcheviques, con razón, no haber entrado en 1921 en esta vía.
Por el contrario, el Comité central puso fuera de la ley a los mencheviques y
anarquistas. Un gobierno de coalición socialista, si se hubiera formado en esa
época, habría implicado algunos peligros internos, menores, sin embargo -a las
pruebas me remito- que los del monopolio del poder... En efecto, el descontento
del Partido y de la clase obrera obligó al Comité central a establecer, en lo
sucesivo, el estado de sitio; un estado de sitio clemente, es cierto, en el
interior del Partido. La oposición obrera fue condenada, y una depuración
acarreó exclusiones.
¿Qué profundas razones motivaron la decisión del Comité central para
mantener y fortalecer el monopolio del poder? En primer lugar, en estas crisis
los bolcheviques no tenían confianza más que en ellos mismos. Acarreando solos
las pesadas responsabilidades, singularmente agravadas por el drama de
Cronstadt, temían abrir la competición política a los socialdemócratas
mencheviques y al partido "campesino" de los socialistas-revolucionarios
de izquierda. Finalmente, y sobre todo, creían en la revolución mundial, es
decir, en la inminente revolución europea, sobre todo en Europa central. Un
gobierno de coalición socialista y democrático hubiera debilitado a la
Internacional comunista llamada a dirigir las próximas revoluciones. Quizá
estamos tratando el error más grande y grave del Partido de Lenin-Trotsky. Como
ocurre siempre en el pensamiento creativo, el error se mezcla con la verdad,
con el sentimiento voluntarioso, con la intuición subjetiva. No se emprende
nada sin creer en la empresa, sin medir los datos tangibles, sin perseguir el
éxito, sin entrar en lo problemático y lo incierto. Toda acción se proyecta en
el presente real hacia el futuro desconocido. La acción justificada por la
inteligencia es aquella que se proyecta a sabiendas. La doctrina de la
revolución europea ¿estaba, bajo éste ángulo, justificada?
No creo que seamos capaces de responder a esta cuestión de forma
satisfactoria, solamente me propongo delimitarla. No queda ninguna duda de que
el capitalismo estable, creciente, relativamente pacífico, del siglo XIX, acabó
en la primera guerra mundial. Tenían razón los marxistas revolucionarios que
preconizaban que se abría una era de revoluciones que abarcaría al planeta entero
y que si el socialismo no lograba imponerse en los principales países de Europa
la barbarie y otro ciclo de "guerras y revoluciones", según lo
definía Lenin citando a su vez a Engels, se impondrían. Los conservadores, los
evolucionistas y los reformistas que creyeron en el futuro de la Europa
burguesa, sabiamente recortada por el Tratado de Versalles, apañada en Locarno,
empapada de frases huecas por la Sociedad de Naciones, aparecen hoy como
políticos sin visión. ¿Qué estamos viviendo sino una transformación mundial de
las relaciones sociales, de los regímenes de producción, de las relaciones
intercontinentales, de los equilibrios de fuerzas, de las ideas y las
costumbres, es decir, una revolución mundial tan viva en Indonesia como
incierta y titubeante en Europa? América, con sus formidables progresos
técnicos, sus abrumadoras responsabilidades a escala mundial, sus impulsos
sociales contradictorios, mantiene un lugar privilegiado, como corresponde al
país industrial más rico y mejor organizado; pero nada de lo que pase en
Grecia, en Japón, en las más remotas zonas árticas de la URSS; nada de lo que
se haga o trame en Trieste o Madrid puede serle ajeno...
Los marxistas revolucionarios de la escuela bolchevique deseaban, querían,
la transformación social de Europa y del mundo mediante la toma de conciencia
de las masas trabajadoras, mediante la organización racional y justa de una
sociedad nueva; se proponían trabajar para que el hombre dominara, por fin, su
propio destino. Y es aquí donde se equivocaron, pues fueron vencidos. La
transformación del mundo se desarrolla en medio de la confusión de las
instituciones, de los movimientos y de las creencias, sin la aparición de una
clara consciencia o de un humanismo renovado e, incluso, poniendo en peligro
todos los valores, todas las esperanzas de los hombres. La tendencia general
sigue siendo, sin embargo, la que el socialismo de acción ya indicaba desde
1917-1920: hacia la colectivización y la planificación de la economía, hacia la
internacionalización del mundo, hacia la emancipación de los pueblos y las
colonias, hacia la formación de democracias de masas de un nuevo tipo. La
alternativa continúa siendo la que el socialismo preveía: la barbarie y la
guerra, la guerra y la barbarie, el monstruo con dos cabezas.
Los bolcheviques creían, con razón, que la salud de la revolución rusa
dependía de la posible victoria de una revolución en Alemania. La Rusia
agrícola y la Alemania industrial hubieran sufrido, bajo el socialismo, un
desarrollo extraordinario y pacífico. Con esta hipótesis cumplida, la república
de los Sóviets no hubiera padecido la asfixia burocrática interna... Alemania
hubiera escapado de las tinieblas del nazismo y de la catástrofe. El mundo
hubiera podido conocer otras luchas, pero nada nos autoriza a pensar que esas
luchas hubieran producido maquinarias infernales como el hitlerismo y el
estalinismo. Por el contrario, todo nos induce a pensar que una revolución
triunfante en Alemania después de la primera guerra mundial hubiera sido
infinitamente fecunda para el desarrollo social de la humanidad. Tales
especulaciones sobre las posibles variantes de la historia son legítimas e
incluso necesarias, si se quiere comprender el pasado y orientarse en el
presente; para condenarlas, habría que considerar la historia como un
encadenamiento de fatalidades mecánicas y no como el desarrollo de la vida
humana en el tiempo.
Luchando por la revolución, los espartakistas alemanes, los bolcheviques
rusos y sus camaradas de todos los países, luchaban para impedir el cataclismo
mundial que acabamos de sobrevivir. Ellos lo sabían. Maduraron con una generosa
voluntad de liberación. Quien quiera que haya estado con ellos no los olvidará
nunca. Pocos hombres fueron tan devotos de la causa de los hombres. Ahora está
de moda imputar a los revolucionarios de los años 1917-1927 una intención de
hegemonía y de conquista mundial, pero conocemos muy bien los rencores y los
intereses que trabajan por desnaturalizar la verdad histórica. En lo inmediato,
el error del bolchevismo fue, no obstante, patente. La inestabilidad reinaba en
Europa, la revolución socialista parecía teóricamente posible, racionalmente
necesaria, pero no se hizo. La inmensa mayoría de la clase obrera de los países
occidentales rechazó impulsar o sostener el combate; creyó en la vuelta del
progreso social de antes de la guerra; se encontraba lo suficientemente bien
como para temer los riesgos; se dejó alimentar por las ilusiones. La
socialdemocracia alemana, conducida por dirigentes mediocres y moderados, temía
los esfuerzos generales de una revolución fácilmente iniciada en noviembre de
1918 y siguieron las vías democráticas de la república de Weimar...
Cuando se reprocha al bolchevismo haber llevado a cabo una revolución por
la violencia y la dictadura del proletariado, no sería justo dejar de
considerar la experiencia contraria, la del socialismo moderado, reformista,
que intentó agotar las posibilidades de la democracia burguesa hasta la llegada
de Hitler. Los bolcheviques se equivocaron al valorar la capacidad política y
la energía de las clases obreras de Occidente y, en principio, de la clase
obrera alemana. Este error, deudor de su idealismo militante, arrastró graves
consecuencias. Perdieron el contacto con las masas de Occidente. La
Internacional comunista pasó a ser un anexo del Estado-partido soviético. La
doctrina del "socialismo en un solo país" nació de la decepción. En
su momento, las tácticas estúpidas e incluso perversas de la Internacional
estalinista facilitaron el triunfo del nazismo en Alemania...
Un primer balance de la revolución rusa hay que hacerlo sobre el año 1927.
Han pasado ya diez años. La dictadura del proletariado se ha convertido,
después de 1920-1921, -datos aproximados y discutibles- en la dictadura del
Partido comunista, sometido éste, a su vez, a la dictadura de la "vieja
guardia bolchevique". Esta "vieja guardia" constituye, en
general, una élite notable, inteligente, desinteresada, activa, tenaz. Los
resultados obtenidos son grandiosos. En el extranjero, la URSS es respetada,
reconocida, y, a menudo, admirada. En el interior, la reconstrucción económica
ha llegado a su fin, sobre las ruinas dejadas por las guerras, con los únicos
recursos del país y de la energía popular. Un nuevo sistema de producción
colectivista ha sustituido al capitalismo y funciona bastante bien. Las masas
trabajadoras de las Rusias han demostrado su capacidad de victoria, de
organización y de producción. Se han instalado nuevas costumbres así como un
nuevo sentimiento de dignidad en el trabajador. El sentimiento de la propiedad
privada, que los filósofos de la burguesía consideraban como innato, está en
vías de extinción natural. La agricultura se ha reconstruido a un nivel que
alcanza e incluso sobrepasa al de 1913. El salario real de los trabajadores
está sensiblemente por encima del de 1913, es decir, del de antes de la guerra.
Ha surgido una nueva literatura llena de vigor. El balance de la revolución
proletaria es netamente positivo. Pero ya no se trata sólo de reconstruir, sino
de construir: de ampliar la producción, de crear nuevas industrias (automóvil,
aviación, química, aluminio...); se trata de remediar la desproporción entre
una agricultura restablecida y una industria débil.
La URSS está aislada y amenazada. Se trata de asegurar su defensa. Los
marxistas no tienen mucha ilusión en el pacto Briand-Kellog que pone a la
guerra "fuera de la ley"... El régimen está en una encrucijada, el
Partido desgarrado por la lucha por el poder, y por el programa del poder,
disponiendo a los viejos bolcheviques los unos contra los otros. Los
continuadores más lúcidos de los tiempos heroicos se han agrupado en torno a
Trotsky. Pueden cometer errores tácticos, formular tesis insuficientes, vacilar,
pero su mérito y su coraje no serán puestos en duda. Preconizan la
industrialización planificada, la lucha contra las fuerzas reaccionarias y,
sobre todo, contra la burocracia, por el internacionalismo militante, la
democratización del régimen, empezando por el Partido.
Han sido vencidos por la jerarquía de los secretarios, que se confunde con la jerarquía de los comisarios de la GPU, bajo la égida del secretario general, el obscuro georgiano de hace poco, Stalin. Los miles de fundadores de la URSS que habían dado ejemplo de su devoción al pensamiento socialista, se encuentran ahora en prisión o deportados. Lo que les imputan es contradictorio, pero poco importa. El hecho esencial es que en 1927-1928, gracias a un golpe de mano dado en el Partido, el Estado-Partido revolucionario ha pasado a ser un Estado-policial-burocrático, reaccionario, sobre el terreno creado por la revolución. El cambio de ideología se acentúa brutalmente. El marxismo de fórmulas planas elaborado por los verdugos sustituye al marxismo crítico de los hombres con ideas. Se establece el culto al Jefe. El "socialismo en un solo país" ha pasado a ser el cliché válido para todos los advenedizos que tienen, como único interés, conservar sus privilegios. Los opositores observan, con angustia, cómo se perfila un nuevo régimen, un régimen autoritario. Cuando los viejos bolcheviques que acabaron con la oposición trotskista, los Bujarin, Rykov, Tomski, Rioutine, se den cuenta, espantados, pasarán ellos mismos a la resistencia. Demasiado tarde. La lucha de la generación revolucionaria contra el totalitarismo duró diez años, de 1927 a 1937.
Han sido vencidos por la jerarquía de los secretarios, que se confunde con la jerarquía de los comisarios de la GPU, bajo la égida del secretario general, el obscuro georgiano de hace poco, Stalin. Los miles de fundadores de la URSS que habían dado ejemplo de su devoción al pensamiento socialista, se encuentran ahora en prisión o deportados. Lo que les imputan es contradictorio, pero poco importa. El hecho esencial es que en 1927-1928, gracias a un golpe de mano dado en el Partido, el Estado-Partido revolucionario ha pasado a ser un Estado-policial-burocrático, reaccionario, sobre el terreno creado por la revolución. El cambio de ideología se acentúa brutalmente. El marxismo de fórmulas planas elaborado por los verdugos sustituye al marxismo crítico de los hombres con ideas. Se establece el culto al Jefe. El "socialismo en un solo país" ha pasado a ser el cliché válido para todos los advenedizos que tienen, como único interés, conservar sus privilegios. Los opositores observan, con angustia, cómo se perfila un nuevo régimen, un régimen autoritario. Cuando los viejos bolcheviques que acabaron con la oposición trotskista, los Bujarin, Rykov, Tomski, Rioutine, se den cuenta, espantados, pasarán ellos mismos a la resistencia. Demasiado tarde. La lucha de la generación revolucionaria contra el totalitarismo duró diez años, de 1927 a 1937.
Las peripecias confusas y a veces desconcertantes de esta lucha no nos
deben oscurecer su significado. Las personalidades han podido enfrentarse las
unas a las otras, combatirse, reconciliarse, incluso traicionarse; han podido
perderse, humillarse ante la tiranía, intentar ser astutos ante los verdugos,
dejarse utilizar, alzarse desesperadamente. El Estado totalitario utilizó a
unos contra otros eficazmente, ya que había aprisionado sus almas. El
patriotismo del Partido y de la revolución, cimentado por el sacrificio, los
servicios, los resultados obtenidos, el apego a prodigiosas visiones de futuro,
el sentimiento del peligro común, borró el sentido de la realidad en las mentes
más claras. La resistencia de la generación revolucionaria, a la cabeza de la
cual se encontraban la mayor parte de los viejos socialistas bolcheviques, fue
tan tenaz que en 1936-1938, durante los procesos de Moscú, debió ser
exterminada para que el nuevo régimen se estabilizara. Fue el golpe de mano más
sangrante de la historia. Los bolcheviques perecieron por decenas de miles, los
combatientes de la guerra civil por centenares de miles, los ciudadanos
soviéticos, portadores de un idealismo condenado, por millones. Algunas decenas
de compañeros de Lenin y Trotsky consintieron en deshonrarse, en un supremo
acto de abnegación hacia el Partido, antes de ser fusilados. Miles más fueron
fusilados en los sótanos. Los campos de concentración más grandes del mundo se
encargaron de la aniquilación física de masas de condenados. La sangrienta
ruptura fue llevada a cabo entre el bolchevismo, forma rusa ardiente y creadora
del socialismo, y el estalinismo, forma igualmente rusa, es decir, condicionada
por todo el pasado y el presente de Rusia, del totalitarismo. A fin de que este
último término tenga su sentido preciso, definámosle: el totalitarismo, tal y
como se estableció en la URSS, en el Tercer Reich, y esbozado en la Italia
fascista y en otras partes, es un régimen caracterizado por la explotación
despótica del trabajo, la colectivización y la producción, el monopolio
burocrático y policial (mejor valdría decir terrorista) del poder, el
pensamiento sojuzgado, el mito del jefe-símbolo. Un régimen de esta naturaleza
tiende, por fuerza, a la expansión, es decir, a la guerra de conquista, ya que
es incompatible con la existencia de vecinos diferentes y más humanos; ya que
sufre, inevitablemente, de sus propias psicosis de inquietud; ya que vive sobre
la represión permanente de las fuerzas explosivas de su interior.
Un autor americano, James Burnham, sostiene que Stalin es el verdadero
continuador de Lenin. La paradoja, llevada a la hipérbole, no carece de un
cierto atractivo estimulante en los medios de pensamiento perezoso e
ignorante... Es evidente que un parricida es el continuador biológico de su
padre. Y es, asimismo, evidente, que no se continúa un movimiento masacrándole,
una ideología renegando de ella, una revolución de trabajadores mediante la más
cruda explotación de esos mismos trabajadores, la obra de Trotsky asesinando a
Trotsky y quemando sus libros... O las palabras continuación, ruptura,
negación, renegar, destrucción, no tendrían sentido inteligible, lo que podría
interesar, por otra parte, a los intelectuales brillantemente oscurantistas. Yo
no sueño con meter a James Burnham en esta categoría. La paradoja que ha
desarrollado, sin duda por amor a la teoría irritante, es tan falsa como
peligrosa. Bajo miles de formas planas se encuentra hoy en la prensa y en los
libros, justo antes de la preparación de la tercera guerra mundial. Los
reaccionarios tienen un interés evidente en confundir el totalitarismo
estalinista, exterminador de los bolcheviques, con el bolchevismo, a fin de
perjudicar a la clase obrera, al socialismo, al marxismo e, incluso, al
liberalismo...
El caso personal de Stalin, ex viejo bolchevique, así como el de Mussolini,
ex viejo socialista de Avanti, es totalmente
secundario a efectos sociológicos. Que el autoritarismo, la intolerancia y
ciertos errores del bolchevismo hayan labrado un terreno favorable al
totalitarismo estalinista, no se puede negar. Una sociedad contiene, como un
organismo, gérmenes de muerte. Pero hace falta que las circunstancias
históricas les faciliten su eclosión. Ni la intolerancia ni el autoritarismo de
los bolcheviques (y de la mayor parte de sus adversarios) permiten poner en
cuestión su mentalidad socialista o las conquistas de los diez primeros años de
la revolución. Y estas conquistas son tan reales que dos sabios americanos,
estudiosos del desarrollo cíclico de los organismos y de las sociedades,
constatan que "en 1917-1918, Rusia entró en un nuevo ciclo de crecimiento,
de suerte que hoy podemos situarla como la más joven de las grandes naciones
del mundo (...) (1)".
En el momento del estallido de la revolución rusa, los efectivos
organizados de todos los partidos revolucionarios eran inferiores al 1% de la
población del Imperio. Los bolcheviques constituían una fracción de ese menos
del uno por ciento. La ínfima levadura creció pero rápidamente se agotó. La
revolución de octubre-noviembre de 1917 fue dirigida por un partido de hombres
jóvenes. El mayor de entre ellos, Lenin, tenía 47 años, Trotsky 38; Bujarin,
29; Kamenev y Zinoviev, 34. Diez a veinte años más tarde, la resistencia al
totalitarismo fue llevada a cabo por una generación envejecida. Y esta
generación no sucumbió solamente bajo el peso de una joven burocracia policial
ávidamente agarrada a los privilegios del poder, sino además por la pasividad
política de las masas agotadas, subalimentadas, paralizadas por el sistema
terrorista y la intoxicación de la propaganda. Por otra parte, se encontraron
sin el más mínimo apoyo eficaz en el exterior. Durante su resistencia en la
URSS la escalada de las fuerzas reaccionarias en el mundo fue casi
ininterrumpida. Las potencias democráticas trataban con miramientos o alentaban
a Mussolini y Hitler. El impulso de los frentes populares, ese combate de
retaguardia de las masas trabajadoras de Occidente, quebrado en España por la
coalición del nazismo, del fascismo y de Franco, en el momento preciso en que
los verdugos de Stalin procedían, en Rusia, a la liquidación del bolchevismo...
VII. ¿Podemos defender algo de la revolución rusa después de esos diez
primeros años exaltantes y de los veinte negros años que les siguieron? Sí, y
no poco: una inmensa experiencia histórica, recuerdos llenos de orgullo,
ejemplos inapreciables... La doctrina y las tácticas del bolchevismo necesitan,
sin embargo, un estudio crítico. Se han producido tantos cambios en este mundo
caótico que ninguna concepción marxista -o socialista- válida en 1920 tendría
aplicación práctica sin una revisión esencial. No creo que en un sistema de
producción en donde el laboratorio ha adquirido, en relación al taller, una
creciente preponderancia, la hegemonía del proletariado pueda imponerse si no
es bajo formas morales y políticas que impliquen, en realidad, la renuncia a la
hegemonía. No creo que la "dictadura del proletariado" pueda revivir
en las luchas del futuro. Habrá, sin duda, dictaduras más o menos
revolucionarias; la tarea del movimiento obrero será siempre, estoy convencido,
mantener un carácter democrático, no sólo en beneficio del proletariado, sino
también para el conjunto de los trabajadores y de las naciones. En este
sentido, la revolución proletaria no es, según creo, nuestro fin; la revolución
que nos proponemos debe ser socialista, en el sentido humanista de la palabra;
más exactamente, socializante, democrática, libertariamente realizada... Fuera
de Rusia, la teoría bolchevique del Partido ha fracasado. La variedad de los
intereses y de las formaciones psicológicas no ha permitido constituir la
cohorte homogénea de militantes dedicados a una obra común tan noblemente loada
por el pobre Bujarin... La centralización, la disciplina, la ideología dirigida
nos deben inspirar una justa desconfianza, por más que necesitemos
organizaciones serias...
¿Y que le queda al pueblo ruso? Por ironía de la historia, sólo perder sus
cadenas. Espero que pronto se traduzca al francés el libro objetivamente
implacable de David J. Dallin y Boris l. Nicolaevski sobre El trabajo forzado en la Rusia soviética. En él se nos habla que
en 1928, en la época del Termidor soviético, en los campos de concentración de
la GPU se hallaban unos treinta mil condenados. Nos es imposible saber, sin
embargo, cuántos millones de esclavos encerrados hay hoy en los campos de
Stalin. Las cifras más modestas los sitúan entre diez o doce millones que,
según estos autores, constituyen el 16% de la población adulta masculina,
siendo sensiblemente inferior el de las mujeres. Reciente he subrayado en Masses la importancia decisiva de estos datos. Admitiendo la
cifra del 15% de privilegiados del régimen, que gozan en la URSS de una condición
comparable a la de europeos civilizados, cifra probablemente optimista en este
momento y que habría que dividir por dos para obtener el porcentaje de
trabajadores adultos privilegiados, yo escribía: "Desde entonces: 7% de
trabajadores adultos privilegiados, 15% de parias, 78% de explotados en
condiciones pobres o miserables (...)" ¿Cómo quieren calificar a esta
estructura social? ¿Es defendible?
En el exterior, la influencia de este "universo
concentracionario" ha sido capaz de impedir la andadura del socialismo y
la reorganización de Europa. La tragedia no es específicamente rusa, es
universal. La tercera guerra mundial parece ser la salida lógica. No nos
resignamos, sin embargo, a las soluciones catastrofistas siempre y cuando haya
otras posibilidades. La agresividad del régimen estalinista en el exterior está
condicionada por la gravedad de su situación interna. La rebelión latente de
las masas rusas y no rusas contra este régimen ha sido demostrada por el
derrotismo de las poblaciones que, al principio de la invasión, acogieron a los
invasores como a liberadores; probada por los disturbios del día siguiente de
la victoria; por el movimiento mucho más complejo de lo que se creía del
ejército Vlassov que se batía alternativamente por los nazis y contra ellos;
por los dos o trescientos mil refugiados rusos en Alemania; por la población de
los campos de concentración. Opino que los regímenes totalitarios constituyen
colosales fábricas de rebeliones. Aquel más que otro en razón de su tradición
revolucionaria.
La documentación sobre el estado de espíritu de las masas rusas crece día a
día. Cualquiera que conozca Rusia sabe que, bajo el caparazón de bronce del
régimen, existe una profunda vitalidad. Las nueve décimas partes de los hombres
que trabajan, construyen, inventan o administran, podrían, si rompieran sus
cadenas, convertirse rápidamente en ciudadanos de una democracia del trabajo...
¿Podrán librarse a tiempo de sus cadenas para que una Rusia socialista pueda
prevenir el desencadenamiento de la guerra?.
Lo que ha hecho el estalinismo por inculcar a sus oprimidos el horror y la
repugnancia por el socialismo es inimaginable, siendo previsible que se
produzcan reacciones tanto en Rusia como, y sobre todo, entre los pueblos no
rusos, como los musulmanes de Asia central, recorridos por aspiraciones
pan-islámicas. Estimo, no obstante, fundándome sobre muchas observaciones
hechas en la URSS en años particularmente crueles para las masas, que la gran
mayoría del pueblo ruso se da perfectamente cuenta de la impostura del
socialismo oficial. No es posible la vuelta al antiguo régimen o, incluso, a un
capitalismo desarrollado, en razón del alto grado de desarrollo conseguido por
la producción estatalizada, en el momento en el que Europa entera camina hacia
las nacionalizaciones y la planificación. La democracia rusa tendría que
sanear, limpiar de mugre, reorganizar, en interés de los productores, la
producción socializada. El interés técnico de la producción, el sentido de la
justicia social, la libertad recobrada, se conjugarían, por la fuerza de las
cosas, en volver a poner a la economía al servicio de la comunidad... No está
todo perdido ya que nos queda esta esperanza racional, fuertemente motivada.]].
México, julio-agosto de 1947
Marx y anarquismo
[[ Rudolf Rocker
Marx y anarquismo
Notas: Extdraído el compilado «Más sobre marxismo y anarquismo. Digitalización KCL.
Fuente: Recuperado el 12 de diciembre de 2012 desde Kolectivo Conciencia Libertaria
Hace
algunos años, poco después de la muerte de Federico Engels, el señor Eduardo
Bernstein, uno de los miembros más conspicuos de la comunidad marxista, asombró
a sus compañeros con unos descubrimientos notables. Bernstein manifestó
públicamente sus dudas con respecto a la exactitud de la interpretación
materialista de la historia, de la teoría marxista de la plus-valía y de la
concentración del capital; hasta atacó el método dialéctico, llegando a la
conclusión de que no era posible hablar de un socialismo científico; a lo sumo
cabía admitir un socialismo crítico. Hombre prudente, Bernstein reservó para sí
sus descubrimientos hasta tanto muriera el viejo Engels, y sólo entonces los hizo
públicos ante el espanto consiguiente de los sacerdotes marxistas. Pero ni
siquiera esa prudencia pudo salvarlo, pues se le atacó por todos lados. Kautsky
escribió un libro contra el hereje y el pobre Eduardo se vio obligado a
declarar en el congreso de Hannover que era un débil pecador mortal y que se
sometía a la decisión de la mayoría científica.
Con
todo, Bernstein no había revelado nada nuevo. Las razones que oponía contra los
fundamentos de la doctrina marxista ya existían cuando él todavía seguía siendo
apóstol fiel de la iglesia marxista. Esos argumentos habían sido entresacados
de la literatura anarquista y lo único importante era el hecho de que uno de
los social-demócratas más conocidos se valiera de ellos por primera vez.
Ninguna persona sensata negará que la crítica de Bernstein haya dejado de
producir una impresión inolvidable en el campo marxista; Bernstein había tocado
los cimientos más importantes de la economía metafísica de Carlos Marx y no es
extraño que los respetables representantes del marxismo ortodoxo se hayan
alborotado.
No
hubiera sido tan grave todo eso si no mediara otro inconveniente pero que el
exterior. Desde hace más de medio siglo los marxistas no cesan de predicar que
Marx y Engels fueron los descubridores del llamado socialismo científico; se
inventó una distinción artificial entre los socialistas titulados utópicos y el
socialismo científico de los marxistas, diferencia que existe tan sólo en la
imaginación de estos últimos. En los países germánicos la literatura socialista
ha sido monopolizada por las teorías marxistas y todo social-demócrata las
considera como productos puros y absolutamente originales de los
descubrimientos científicos de Marx y Engels.
Pero
también este ensueño se ha desvanecido; las investigaciones históricas modernas
han establecido, de una manera incontrovertible, que el socialismo científico
no es más que una consecuencia de los antiguos socialistas ingleses y franceses
y que Marx y Engels han conocido perfectamente el arte de revestirse con plumas
ajenas. Después de las revoluciones de 1848, se inició en Europa una reacción
terrible; la Santa Alianza volvió a tender sus redes en todos los países con el
propósito de ahogar el pensamiento socialista, que tan riquísima literatura
produjera en Francia, Bélgica, Inglaterra, Alemania, España e Italia. Dicha
literatura fue casi totalmente relegada al olvido durante esa época de
oscurantismo que comenzó después de 1848. Muchas de las obras más importantes
fueron destruidas hasta reducirse su número a pocos ejemplares que hallaron
albergue en algún sitio tranquilo de ciertas grandes bibliotecas públicas o de
algunas personas privadas. Sólo en el espacio de los últimos veinticinco o
treinta años esa literatura ha sido nuevamente descubierta y hoy causan admiración
las ideas fecundas que se encuentran en los viejos escritos de las escuelas
posteriores a Fourier y Saint-Simon, en las obras de Considerant, Desami, Mey y
muchos otros. Y en esa literatura se ha hallado asimismo el origen del llamado
socialismo científico. Nuestro viejo amigo W. Tcherkesoff fue el primero en
ofrecer un conjunto sistemáticos de todos esos hechos; demostró que Marx y
Engels no son los inventores de esas teorías que durante tanto tiempo han sido
consideradas como su patrimonio intelectual; hasta llegó a probar que algunos
de los más famosos trabajos marxistas, como por ejemplo el Manifiesto
Comunista, no son en realidad otra cosa que traducciones libres del francés,
hechas por Marx y Engels. Y Tcherkesoff ha obtenido el triunfo de que sus
afirmaciones con respecto al Manifiesto Comunista fueran reconocidas por el
«Avanti», el órgano central de la social-democracia italiana, después de haber
tenido el autor la oportunidad de comparar el Manifiesto Comunista con el
Manifiesto de la Democracia de Víctor Considerant, que apareció cinco años
antes que el opúsculo de Marx y Engels.
El
Manifiesto Comunista es considerado como una de las primeras obras del
socialismo científico, y el contenido de ese trabajo ha sido sacado de los
escritos de un «utopista», pues el marxismo incluye a Fourier entre los
socialistas utópicos. Es esta una de las ironías más crueles que imaginar se
pueda y no constituye, seguramente, una recomendación favorable para el valor,
científico del marxismo. Víctor Considerant fue uno de los primeros escritores
socialistas que Marx conoció; ya lo menciona en la época en que todavía no era
socialista. En 1842, la «Allgemeine Zeitung» atacó a la «Rheinische Zeitung»,
de la que era redactor en jefe Marx, reprochándole que simpatizaba con el
comunismo. Marx contestó entonces con un editorial en que declaraba lo
siguiente:
«Obras
como las de Leroux, Considerant y especialmente el libro perspicaz de Proudhon
no pueden ser criticadas con algunas observaciones superficiales y es preciso
estudiarlas detenidamente antes de entrar a criticarlas».
El
socialismo francés ha ejercido la mayor influencia sobre el desarrollo
intelectual de Marx, pero de todos los escritores socialistas de Francia es P.
J. Proudhon quien más poderosamente influyó en su espíritu. Hasta es evidente
que el libro de Proudhon ¿Qué es la propiedad? indujo a Marx a abrazar el
socialismo. Las observaciones críticas de Proudhon sobre la economía nacional y
las diversas tendencias socialistas descorrieron ante Marx un mundo nuevo y fue
principalmente la teoría de la plus-valía, tal como ha sido desarrollada por el
genial socialista francés, lo que mayor impresión causó en la mente de Marx. El
origen de la doctrina del plus-valor, ese grandioso «descubrimiento científico»
de que tanto se enorgullecen nuestros marxistas, lo hallamos en los escritos de
Proudhon. Gracias a éste Marx llegó a conocer esa teoría, que modificó más
tarde mediante el estudio de los socialistas ingleses Bray y Thompson.
Marx
hasta reconoció públicamente la gran significación científica de Proudhon y en
un libro especial, hoy completamente desaparecido de la venta, llama a la obra
de aquel ¿Qué es la propiedad? «el primer manifiesto científico del
proletariado francés». Esa obra no volvió a ser editada por los marxistas, no
ha sido traducida a otro idioma, a pesar de que los representantes oficiales
del marxismo han hecho los mayores esfuerzos para difundir en todas las lenguas
los escritos de su maestro. Ese libro ha sido olvidado, se sabe por qué: su
reimpresión descubriría al mundo el colosal contrasentido y la insignificancia
de todo lo escrito por Marx más tarde acerca del eminente teórico del
anarquismo.
Marx
no solamente había sido influenciado por las ideas económicas de Proudhon, sino
que también se sintió influido por las teorías anárquicas del gran socialista
francés y en uno de sus trabajos de aquel período combate al Estado en la misma
forma que lo hiciera Proudhon.
II
Todos
aquellos que hayan estudiado atentamente la evolución socialista de Marx deberán
reconocer que la obra de Proudhon ¿Qué es la propiedad? fue la que lo convirtió
al socialismo. Los que no conocen de cerca los detalles de esa evolución y
aquellos que no han tenido oportunidad de leer los primeros trabajos
socialistas de Marx y Engels juzgarán extraña e inverosímil esta afirmación.
Porque en sus trabajos posteriores Marx habla de Proudhon con burla y
desprecio, y son precisamente estos escritos los que la Social-democracia ha
vuelto a publicar y reimprimir constantemente.
De
este modo tomó cuerpo poco a poco la opinión de que Marx fue desde un principio
el adversario teórico de Proudhon y que jamás ha existido entre ambos punto de
contacto alguno. Y verdaderamente, cuando se lee lo que el primero de ellos ha
escrito respecto del segundo en su conocido libro Miseria de la Filosofía, en
el Manifiesto Comunista y en la necrología que publicó en el «Sozialdemokrat»
de Berlín poco después de la muerte de Proudhon, no es posible tener otra
opinión.
En
Miseria de la Filosofía ataca a Proudhon de la peor manera, valiéndose de todos
los recursos para demostrar que las ideas de aquél carecen de valor y que no
tiene ninguna importancia ni como socialista ni como crítico de la economía
política.
«El
señor Proudhon ─dice─ tiene la desgracia de ser comprendido de un modo extraño:
en Francia tiene el derecho de ser un mal economista, porque allí se le
considera buen filósofo alemán; en Alemania puede ser un mal filósofo, puesto
que se le considera allí el mejor economista francés. En mi calidad de alemán y
de economista me veo obligado a protestar contra este doble error».
Y
Marx va más lejos aún: acusa a Proudhon, sin ofrecer ninguna prueba, de haber
plagiado sus ideas del economista inglés Bray. Escribe:
«Creemos
haber hallado en el libro de Bray la llave de todos los trabajos pasados,
presentes y futuros del señor Proudhon».
Es
interesante observar cómo Marx, que tantas veces utilizaba ideas ajenas y cuyo
Manifiesto Comunista no es en realidad sino una copia del Manifiesto de la
Democracia de Víctor Considerant, denuncia a otros como plagiarios.
Pero
prosigamos. En el Manifiesto Comunista Marx presenta a Proudhon como
representante burgués y conservador. Y en la necrología que escribió en el
«Sozialdemokrat» (1865) leemos las siguientes palabras:
«En
una historia rigurosamente científica de la economía política ese libro (se
refiere a ¿Qué es la propiedad?) apenas merecería ser mencionado. Porque
semejantes obras sensacionales desempeñan en las ciencias exactamente el mismo
papel que en la literatura novelesca».
Y
en ese mismo artículo necrológico reitera Marx su afirmación de que Proudhon
carece de todo valor como socialista y como economista, opinión que ya emitiera
en Miseria de la Filosofía.
Fácil
es comprender que semejantes asertos, que Marx lanzaba contra Proudhon, tenían
que divulgar la creencia, mejor dicho la convicción, que entre él y el gran
escritor francés no ha existido nunca el menor parentesco. En Alemania Proudhon
es casi totalmente desconocido. Las ediciones germanas de sus obras, hechas
alrededor del año 1840, están agotadas. El único libro suyo que volvió a ser
publicado en alemán es ¿Qué es la propiedad? y aun esta edición se ha difundido
en un círculo restringido. Esta circunstancia explica el hecho de que Marx haya
logrado borrar los rastros de su primera evolución como socialista. Que su
concepto de Proudhon era bien distinto al principio hemos tenido ya oportunidad
de verlo más arriba y las conclusiones que siguen corroborarán nuestra
aseveración.
Siendo
redactor en jefe de la «Rheinische Zeitung», uno de los periódicos principales
de la democracia alemana, Marx llegó a conocer a los escritores socialistas más
importantes de Francia, aunque él mismo no era todavía socialista. Ya hemos
mencionado una cita suya en que alude a Víctor Considerant, Pierre Leroux y
Proudhon y no cabe duda que Considerant y especialmente Proudhon han sido los
maestros que lo atrajeron al socialismo. ¿Qué es la propiedad? ha ejercido, sin
duda alguna, la mayor influencia en el desarrollo socialista de Marx; así, en
el periódico mencionado, llama al genial Proudhon «el más consecuente y sagaz
de los escritores socialistas». En 1843 la «Rheinische Zeitung» fue suprimida
por la censura prusiana; Marx partió para el extranjero y durante ese período
evolucionó hacia el socialismo. Dicha evolución se nota muy bien en sus cartas
al conocido escritor Arnoldo Ruge y mejor aun en su obra La sagrada familia, o
crítica de la crítica crítica, que se publicó conjuntamente con Federico
Engels. El libro apareció en 1845 y tenía por objeto polemizar contra la nueva
tendencia del pensador alemán Bruno Bauer. Además de cuestiones filosóficas,
esa obra se ocupa también de economía política y de socialismo y son
precisamente esas partes las que nos interesan aquí.
De
todos los trabajos que publicaron Marx y Engels es La sagrada familia el único
que no ha sido traducido a otros idiomas y del cual los socialistas alemanes no
hicieron otra edición. Es verdad que Franz Mehring, heredero literario de Marx
y Engels, ha publicado, por encargo del Partido Socialista alemán, La sagrada
familia junto con otros escritos correspondientes al primer período de
actuación socialista de los autores, pero esto se hizo sesenta años después de
haber salido la primera edición y, por otra parte, la reedición estaba
destinada a los especialistas, pues su costo era excesivo para un trabajador.
Fuera de eso, Proudhon es tan escasamente conocido en Alemania que muy pocos
habrán sido los que se hayan dado cuenta de la honda discrepancia que hay entre
los primeros juicios que Marx emitió sobre él y los que sostuvieron más tarde.
Y
sin embargo este libro demuestra claramente el proceso evolutivo del socialismo
en Marx y el influjo poderoso que en él ha ejercido Proudhon. Todo lo que los
marxistas han atribuido después a su maestro Marx lo reconocía, en La sagrada
familia, como méritos de Proudhon.
Veamos
lo que dice a este respecto en pág. 36:
«Todo
desarrollo de la economía nacional considera la propiedad privada como
hipótesis inevitable; esta hipótesis constituye para ella un factor
incontestable que ni siquiera trata de investigar y al cual sólo se refiere
accidentalmente, según la ingenua expresión de Say. Proudhon se ha propuesto
analizar de un modo crítico la base de la economía nacional, la propiedad privada,
y ha sido la suya la primera investigación enérgica, considerable y científica
al propio tiempo. En eso consiste el notable progreso científico que ha
realizado, progreso que revolucionó la economía nacional, creando la
posibilidad de hacer de ella una verdadera ciencia. ¿Qué es la propiedad? de
Proudhon tiene para la economía la misma importancia que la obra de Say ¿Qué es
el tercer estado? ha tenido para la política moderna».
Es
interesante comparar estas palabras de Marx con las que han escrito después
acerca del gran teórico anarquista. En La sagrada familia dice que ¿Qué es la
propiedad? ha sido el primer análisis científico de la propiedad privada y que
ha dado la posibilidad de hacer de la economía nacional una verdadera ciencia;
pero en su conocida necrología, publicada en el «Sozialdemokrat», el mismo Marx
asegura que en una historia rigurosamente científica de la economía esa obra
apenas merece ser mencionada.
¿Dónde
está la causa de semejante contradicción? Pregunta es ésta que los
representantes del llamado socialismo científico no han aclarado aún. En
realidad, no hay sino una respuesta: Marx quería ocultar la fuente en que había
bebido. Todos los que hayan estudiado la cuestión y no se sientan arrastrados
por el fanatismo partidista tendrán que reconocer que esta explicación no es
caprichosa.
Sigamos
oyendo lo que manifiesta Marx sobre la importancia histórica de Proudhon. En la
página 52 del mismo libro leemos:
«Proudhon
no solamente escribe en favor de los proletarios, sino que él es también un
proletario, un obrero; su obra es un manifiesto científico del proletariado
francés».
Aquí,
como se ve, Marx expresa en términos precisos que Proudhon es un exponente del
socialismo proletario y que su obra constituye un manifiesto científico del proletariado
francés. En cambio, en el Manifiesto Comunista asegura que Proudhon encarna el
socialismo burgués y conservador. ¿Cabe mayor contradicción? ¿A quién hemos de
creer, al Marx de La sagrada familia o al autor del Manifiesto Comunista? ¿Y a
qué se debe esa divergencia? Es una pregunta que nos planteamos nuevamente y,
como es natural, la respuesta es también la misma: Marx quería ocultar al mundo
todo lo que debía a Proudhon y para ello cualquier medio le era viable. No
puede haber otra explicación para ese fenómeno; los medios que Marx empleó más
tarde en su lucha contra Bakunin evidencian que no era muy delicado en la
elección de ellos.
III
De
cómo Marx había sido influido por las ideas de Proudhon y hasta por sus ideas
anarquistas, lo demuestran sus escritos políticos de aquel período; por ejemplo
el artículo que publicó en el «Vorwaerts» de París.
El
«Vorwaerts» era un periódico que aparecía en la capital francesa durante
1844-1845, bajo la dirección de Enrique Bernstein. Su tendencia era, al principio,
liberal solamente. Pero más tarde, después de la desaparición de los Anales
Germano-Franceses, Bernstein trabó relación con los antiguos colaboradores de
esta última publicación, quienes lo conquistaron para la causa socialista.
Desde entonces el «Vorwaerts» se convirtió en un órgano oficial del socialismo
y numerosos colaboradores de la extinguida publicación de A. Ruge, entre ellos
Bakunin, Marx, Engels, Enrique Heine, Georg Herwegh, etc., contribuyeron a él
con sus trabajos.
En
el número 63 de ese periódico (7 de Agosto de 1844) Marx publicó un trabajo de
polémica, «Acotaciones críticas al artículo El rey de Prusia y la reforma
social». En él estudia la naturaleza del Estado y demuestra la incapacidad
absoluta de ese organismo para aminorar la miseria social y para suprimir el
pauperismo. Las ideas que el autor desenvuelve en ese artículo son ideas
puramente anarquistas y están en perfecta concordancia con los conceptos que
Proudhon, Bakunin y otros teóricos del anarquismo han establecido a ese respecto.
Por el siguiente extracto del estudio de Marx podrán juzgar los lectores:
««El
Estado es incapaz de suprimir la miseria social y anular el pauperismo. Y aun
cuando se preocupa de este problema, si es que se decide a hacer algo, no
dispone de otros recursos que la beneficencia pública y las medidas de carácter
administrativo y frecuentemente ni siquiera eso».
«Ningún
Estado puede proceder en otra forma: porque para suprimir la miseria debería
suprimirse a sí mismo, puesto que la causa del mal reside en la esencia, en la
naturaleza misma del Estado, y no en una forma determinada de él como supone
mucha gente radical y revolucionaria que aspira a modificar esa forma por otra
mejor».
«Es
un gravísimo error creer que la miseria y los terribles males del pauperismo
pueden ser curados mediante una forma cualquiera del Estado. Si el Estado
reconoce la existencia de ciertos males sociales trata de explicarlos, ya sea
como leyes naturales contra las que nada puede hacer el hombre, o bien como
resultados de la vida privada, en la cual no puede inmiscuirse, o, también,
como defectos de la administración pública. Por eso en Inglaterra la miseria es
considerada como consecuencia de una ley natural, según la cual los hombres
aumentan en proporción mayor a los medios de vida. Otros afirman que la mala
voluntad de los pobres es la causa de su pobreza; el rey de Prusia, Federico
Guillermo I, ve la causa de ello en los corazones poco cristianos de los ricos;
y la Convención, el parlamento revolucionario francés, sostiene que los males
sociales son la consecuencia del ánimo contrarrevolucionario que demuestran los
propietarios. Por consiguiente en Inglaterra se castiga a los pobres, el rey de
Prusia recuerda a los ricos sus deberes cristianos y la Convención francesa
corta las cabezas de los propietarios».
«Además,
todos los Estados buscan la causa de la miseria en los defectos fortuitos o
intencionales de la Administración y por lo tanto creen posible reducir el mal
mediante reformas administrativas. Pero el Estado no posee el poder de salvar
la contradicción existente entre la buena voluntad de la administración y su
capacidad real; porque si así fuera, tendría que anularse a sí mismo ya que él
se basa en esa contradicción que reina entre la vida pública y la privada,
entre los intereses generales y los particulares. Por eso la Administración se
halla limitada por una función exclusivamente formal y negativa, pues donde
principia la vida civil termina el poder de la Administración. El Estado no
puede impedir jamás las consecuencias que se desarrollan lógicamente a causa
del carácter antisocial de la vida civil, de la propiedad privada, del
comercio, de la industria y del despojo mutuo de los distintos grupos sociales.
La bajeza y la esclavitud de la sociedad burguesa constituyen el fundamento
natural del Estado moderno. La existencia del Estado y la de la esclavitud no
pueden ser separadas. Del mismo modo como el antiguo Estado y la esclavitud
antigua ─contradicciones clásicas y francas─ están íntimamente vinculados entre
sí, así también el Estado moderno y el actual mundo de mercaderes
─contradicción cristiana e hipócrita─ están fuertemente aferrados uno al otro».
Esta
interpretación esencialmente anarquista de la naturaleza del Estado, que parece
tan extraña si se recuerdan las doctrinas posteriores de Marx, es una prueba
evidente del origen anárquico de su primera evolución socialista. En el
mencionado artículo se reflejan los conceptos de la crítica del Estado hecha
por Proudhon, crítica que tuvo su primera expresión en su famoso libro ¿Qué es
la propiedad? Esta obra inmortal ha ejercido la influencia más decisiva en la
evolución del comunista alemán, a pesar de lo cual él se esforzó por todos los
medios ─y no fueron éstos los más nobles─ en negar las primeras fases de su actuación
como socialista. Naturalmente, los marxistas apoyaron en esto a su maestro y de
esta manera se desarrolló poco a poco el falso concepto histórico acerca del
carácter de las primeras relaciones entre Marx y Proudhon.
En
Alemania principalmente, siendo este último casi desconocido, pudieron circular
las más extrañas afirmaciones en ese sentido. Pero cuanto más se logra conocer
las importantes obras de la vieja literatura socialista, tanto más se nota todo
lo que el llamado socialismo científico debe a aquellos «utopistas» que durante
largo tiempo fueron olvidados a causa de la reclame gigantesca que la escuela
marxista y de otros factores que relegaron al olvido la literatura socialista
del primer período. Y uno de los maestros más importantes de Marx y el que
sentó las bases de toda su evolución posterior fue precisamente Proudhon, el
anarquista tan calumniado y mal comprendido por los socialistas legalitarios.
IV
El
20 de Julio de 1870, Carlos Marx escribía a Federico Engels: «Francia debe ser
golpeada rudamente, pues si Prusia consigue salir victoriosa, el poder estatal
llegará a estar más centralizado y lo mismo ocurrirá con todo el movimiento
obrero de Alemania. La potencia alemana trasladará el centro del movimiento
obrero de Francia a Alemania. Sólo es necesario comparar el movimiento en estos
dos países, desde 1866 a nuestros días, para convencerse de la superioridad de
la clase obrera alemana sobre la francesa, tanto en la teoría como en la
organización y su potencia mayor en los acontecimientos internacionales
significa un triunfo para nuestra doctrina sobre la de Proudhon...»
Marx
tenía razón: el triunfo de Alemania sobre Francia significó una nueva ruta en
la historia del movimiento obrero europeo.
El
socialismo revolucionario y liberal de los países latinos fue hecho a un lado,
dejando el campo a las teorías estatales y anti-anarquistas del marxismo. La
evolución de aquel socialismo vivificante y creador se vio turbada por el nuevo
dogmatismo férreo que pretendía poseer un pleno conocimiento de la realidad
social, cuando era apenas un conjunto de fraseologías teológicas y de sofismos
fatalistas, y resultó ser luego el sepulcro de todo verdadero pensamiento
socialista.
Con
las ideas, cambiaron también los métodos de lucha del movimiento socialista. En
vez de los grupos revolucionarios para la propaganda y para la organización de
las luchas económicas, en los cuales los internacionalistas habían visto la
semilla de la sociedad futura y los órganos aptos para la socialización de los
medios de producción e intercambio, comenzó entonces la era de los partidos
socialistas y de la representación parlamentaria del proletariado. Poco a poco
se olvidó la antigua educación socialista que llevaba a los obreros a la
conquista de la tierra y de las fábricas, poniendo en su lugar la nueva
disciplina de partido que consideraba la conquista del poder político como su
más supremo Ideal.
Miguel
Bakunin, el gran contrincante de Marx, observó con clarividencia el cambio de
la situación y con el corazón amargado predijo que, con el triunfo de Alemania
y la caída de la Comuna de París, comenzaba un nuevo capítulo en la historia de
Europa. Físicamente agotado y mirando de frente a la muerte, escribió, el 11 de
Noviembre de 1874, estas importantes palabras a Ogaref: «El bismarkismo ─que
viene a ser militarismo, régimen policial y monopolio financiero fusionados en
un sistema que se titula el Nuevo Estado─ está triunfando en todas partes. Pero
quizás dentro de diez o quince años la inestable evolución de la especie humana
alumbrará nuevamente los senderos de triunfo». Bakunin se equivocó en esa
ocasión, no calculando que habría de pasar medio siglo hasta que, en medio de
una terrible catástrofe mundial, fuera derrotado el bismarkismo.
V
Así
como el triunfo de Alemania en 1871 y la caída de la Comuna de Paris fueron los
signos de la desaparición de la vieja Internacional, así la gran guerra de 1914
fue el punto de arranque de la bancarrota del socialismo político.
Y
aquí ocurre un extraño suceso que resulta a veces verdaderamente grotesco y que
sólo encuentra su explicación en la falta de todo conocimiento sobre la
historia del viejo movimiento socialista. Bolcheviques, independientes,
comunistas, etc., no dejaron de acusar a los herederos de la vieja
Social-democracia de una vergonzosa claudicación de los principios del
marxismo. Los acusaron de haber ahogado al movimiento socialista en el pantano
del parlamentarismo burgués, de haber interpretado mal la actitud de Marx y
Engels sobre el Estado, etc.
El
director espiritual de los bolcheviques, Nicolás Lenin, trató de fundamentar su
acusación sobre bases sólidas en su conocido libro «El Estado y la Revolución»,
que es reputado por sus discípulos como la verdadera y pura interpretación del
marxismo. Por medio de una colección de citas perfectamente arregladas pretende
demostrar Lenin que «los fundadores del socialismo científico» fueron siempre
enemigos declarados de la democracia y del pantano parlamentario y que todas
sus aspiraciones iban encaminadas a la desaparición del Estado.
No hay
que olvidar que Lenin hizo recién descubrimiento cuando su partido, contra
todas las esperanzas, se vio en minoría después de las elecciones para la
Asamblea Constituyente. Hasta entonces los bolcheviques habían participado a la
par de los demás partidos en las elecciones y se cuidaban de no ponerse en
conflicto con los principios de la democracia. En las últimas elecciones para
la Asamblea Constituyente de 1918, tomaron parte con un programa grandioso,
esperando obtener una mayoría importante. Pero al ver que, a pesar de todo,
quedaban en minoría, declararon la guerra a la democracia y disolvieron la
Asamblea constituyente, publicando entonces Lenin su obra «El Estado y la
Revolución» como justificativo personal.
VI
La
tarea de Lenin no era sencilla por cierto: de un lado se veía obligado a hacer
concesiones avanzadas a las tendencias anti-estatales de los anarquistas y del
otro a demostrar que su actitud no era en modo alguno anarquista, sino marxista
únicamente. Como inevitable consecuencia de todo esto su obra está llena de
errores contra la lógica del sano pensamiento en el hombre. Un ejemplo probará
esta afirmación: queriendo Lenin acentuar lo más posible una supuesta tendencia
anti-estatal de Marx, cita el conocido párrafo de «Guerra civil en Francia»,
donde Marx da su aprobación a la Comuna por haber comenzado desterrando el
Estado parasitario. Pero Lenin no se toma el trabajo de recordar que Marx se
veía obligado con estas palabras ─que están en abierta contradicción con toda
su actitud anterior─ a hacer una concesión a los partidarios de Bakunin, con
los cuales mantenía, por aquel entonces, una lucha muy enconada.
Hasta
el mismo Franz Mehring ─a quien no se le puede sospechar de simpatía hacia los
socialistas mayoritarios─ ha debido reconocer esa contradicción en su último
libro «Karl Marx», donde dice: «No obstante todo lo verídico que sean los
detalles de esa obra, esta fuera de duda que el pensamiento allí expresado
contradice todas las opiniones que Marx y Engels habían venido proclamando desde
el «Manifiesto Comunista» un cuarto de siglo antes».
Bakunin
estaba en lo cierto al decir por aquel entonces: «La impresión de la Comuna
levantada en armas fue tan imponente que hasta los marxistas, cuyas ideas
habían sido completamente desalojadas por la revolución de París, tuvieron que
doblar la cabeza ante los hechos de la Comuna. Hicieron más aun: en
contradicción con toda lógica y con sus convicciones conocidas tuvieron que
relacionarse con la Comuna e identificarse con sus principios y aspiraciones.
Fue un carnavalesco juego cómico... pero necesario. Pues el entusiasmo
provocado por la Revolución era tan grande que habrían sido rechazados y
arrojados de todas partes si hubieran intentado encastillarse en sus
dogmatismos.
VII
Algo
más aun olvida Lenin y algo que es, por cierto, de capital importancia en esta
cuestión. Es lo siguiente: que fueron precisamente Marx y Engels quienes
trataron obligar a las organizaciones de la vieja Internacional a desarrollar
una acción parlamentaria, haciéndose, de este modo, responsables directos del
empantanamiento colectivo del movimiento obrero socialista en el
parlamentarismo burgués. La internacional fue la primera tentativa para unir a
los trabajadores organizados de todos los países en una gran unión, cuya aspiración
final seria la liberación económica de los trabajadores. Diferenciándose entre
si las ideas y los métodos de las diferentes secciones, era de capital
importancia establecer los puntos de contacto para la obra común y reconocer la
amplia autonomía y la autoridad independiente de las diversas secciones.
Mientras esto se hizo la internacional creció poderosamente y floreció en todos
los países. Pero todo cambió por completo desde el momento en que Marx y Engels
se empeñaron en empujar a las diferentes federaciones nacionales hacia la
acción parlamentaria. Esto ocurrió por primera vez en la desgraciada
conferencia de Londres de 1871, donde lograron hacer probar una resolución que
terminaba con las siguientes palabras:
«Considerando:
que el proletariado sólo puede permanecer como clase constituyéndose en partido
político aparte, en oposición a todos los viejos partidos de las clases
dominantes; que esta constitución del proletariado en partido político es
necesaria para llegar al triunfo de la Revolución Social y a su finalidad, la
desaparición de las clases; que la unión de las fuerzas proletarias que se
viene consiguiendo por las luchas económicas es también un medio de que se
valen las masas en la acción contra las fuerzas políticas del Capitalismo; la
Conferencia recuerda a los miembros de la Internacional la necesidad de
mantener en las luchas obreras indisolublemente unidas sus actividades
económicas y políticas».
Que
una sola sección o federación de la Internacional adoptara tal resolución era
cosa bien posible, pues sólo a sus componentes envolvería el cumplimiento de
ella; pero que el Consejo Ejecutivo la impusiera a todos los componentes de la
Internacional, y máxime tratándose de un asunto que no fue presentado al
Congreso General, constituía un proceder arbitrario, en abierta contradicción
con el espíritu de la Internacional y que tenia necesariamente que levantar la
protesta enérgica de todos los elementos individualistas y revolucionarios.
El
Congreso vergonzoso de La Haya, en 1872, concluyó la obra emprendida por Marx y
Engels para transformar a la Internacional en una maquinaria de elecciones,
incluyendo a este efecto una cláusula que obligaba a las diferentes secciones a
luchar por la conquista del poder político. Fueron, pues, Marx y Engels los culpables
del divisionismo de la Internacional, con todas sus consecuencias funestas para
el movimiento obrero, y los que por la acción política trajeron el
empantanamiento y la degeneración del Socialismo.
VIII
Cuando
estalló la revolución de España en 1873, los miembros de la Internacional ─casi
todos anarquistas─ desconocieron las peticiones de los partidos burgueses y
siguieron su propio camino hacia la expropiación de la tierra y de los medios
de producción, con un espíritu socialmente revolucionario. Estallaron huelgas
generales y revueltas en Alcoy, San Lúcar de Barrameda, Sevilla, Cartagena y
otros lugares, que tuvieron que ser sofocadas en sangre. Más tiempo resistió la
ciudad portuaria de Cartagena, la cual se mantuvo en manos de los
revolucionarios por espacio de varios meses hasta que finalmente cayó debido al
fuego de los buques de guerra prusianos e ingleses. En aquel entonces Engels
atacó duramente en el «Fol-Stat» a los bakuninianos españoles y los apostrofó
por no querer adherirse a los ciudadanos republicanos. ¡Cómo hubiera el mismo
Engels, si viviera aun, criticado a sus discípulos comunistas de Rusia y
Alemania!
Después
del célebre Congreso de 1891, cuando los dirigentes de los llamados «Jóvenes»
fueron expulsados del Partido Socialdemócrata, por levantar la misma acusación
que Lenin dirigía a los «oportunistas» y «kautzkianos», fundaron éstos un
partido aparte con un órgano propio: «Der Socialist» en Berlín. Al principio,
este movimiento fue extremadamente dogmático y representó ideas casi idénticas
a las del actual Partido Comunista. Si se lee, por ejemplo, el libro de
Teistler «El Parlamentarismo y la clase obrera», se encontrarán idénticos
conceptos que en «El Estado y la Revolución» de Lenin. Al igual de los
bolcheviques rusos y de los miembros del Partido comunista alemán, los
socialistas independientes de aquel entonces rechazaban los principios de la
Democracia y se negaban a participar en los parlamentos burgueses sobre la base
de los principios reformistas del marxismo.
Y
¿cómo hablaba Engels de esos «Jóvenes» que se complacían, al igual de los
comunistas, en acusar a los dirigentes del Partido Socialdemócrata de traición
al marxismo? En una carta a Sorge en octubre de 1891, hace el viejo Engels los
siguientes amables comentarios: «Los asquerosos berlineses se han convertido en
acusados en vez de seguir siendo acusadores y habiendo obrado como cobardes
infelices han sido obligados a trabajar fuera del Partido, si es que desean
hacer algo. Sin duda hay entre ellos espías policiales y anarquistas
disfrazados que desean trabajar secretamente entre nuestra gente. Junto a ellos
hay una cantidad de asnos, de estudiantes ilusos y de payasos insolentes de
todo surtido. En total son unas doscientas personas».
Seria
verdaderamente curioso saber con qué adjetivos simpáticos hubiera hoy honrado
Engels a nuestros «comunistas», que se dicen ser «los guardadores de los
principios marxistas».
IX
No
es posible caracterizar los métodos de la vieja Social-democracia. Respecto a
tal punto Lenin no dice una sola palabra y menos aun sus amigos alemanes. Los
socialistas mayoritarios deben recordar este detalle sugerente para demostrar
que son ellos los verdaderos representantes del marxismo; cualquiera que conoce
algo de historia debe darles la razón. El marxismo fue quien impuso la acción
parlamentaria a la clase obrera y marcó la ruta de la evolución operada en el
Partido Social-demócrata alemán. Solo cuando esto se comprenda, se entenderá
que la ruta de liberación social nos lleva a la tierra feliz del anarquismo
pasando por encima del marxismo.
COYUNTURA POLÍTICA INTERNACIONAL DURANTE 1918-19-0-21,...EN EUROPA Y EN LOS PAÍSES EN GUERRA CIVIL O REVOLUCIÓN. LA CLASE OBRERA Y LOS PARTIDOS OBREROS,...DONDE ESTABA EL INTERNACIONALISMO PROLETARIO.
es.wikipedia.org/wiki/Revolución_de_Noviembre
o
o
o
La revolución de
noviembre de 1918 en Alemania llevó, hacia el final de la .... De
este grupo salió la mayor parte de la “Liga Espartaquista” el 1 de
enero de 1916. .... En laRevolución de
Octubre, los bolcheviques, quienes propugnaban el ...
Has visitado esta
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2.
Rosa Luxemburgo -
Wikipedia, la enciclopedia libre
es.wikipedia.org/wiki/Rosa_Luxemburgo
o
o Militó activamente en
el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), hasta que ....«La Revolución rusa»,
en el cual criticaba ampliamente a los bolcheviques y
con ...UU. intervinieron en el conflicto, la
Liga Espartaquista se afilió al Partido ...
3.
La revolución
alemana de 1918-19 - Lucha de Clases
www.luchadeclases.org
› ... › Historia del
movimiento obrero
o
o
o
16/01/2012 - Jan
Valtin, miembro de la Liga Espartaquista de la Juventud,
relata lo que ocurrió .... La ola revolucionaria que
estaba barriendo Alemania era similar a los ....En
Rusia, en la lucha contra el zarismo, los bolcheviques habían
puesto ..... que, al contrario, intervinieron a
la cabeza de las manifestaciones para ...
4.
La
Revuelta Espartaquista - Foro Comunista
www.forocomunista.com/t10176-la-revuelta-espartaquista
o
o 19/04/2011 - EN
LA MAYORÍA DE LAS REVOLUCIONES, cuando los sucesos se calman, ... que,
al contrario, intervinieron a la cabeza de las manifestaciones
para ... a la cabeza de Karl Radek, el representante bolchevique en Alemania, ...
5.
Una
critica trotskista de Alemania 1923 y la Comintern
www.icl-fi.org/print/espanol/spe/31/alemania1923.html
o
o La Revolución
Alemana abortada de 1923 marcó un punto decisivo en la ...bolchevique,
empezando con el mismo Lenin, intervino ampliamente en el
KPD. ...inicialmente al Grupo Espartaquista de
Rosa Luxemburg y Karl Liebknecht.
6. [PDF]
Rosa
Luxemburgo - La revolución rusa
www.marxists.org/espanol/luxem/11Larevolucionrusa_0.pdf
o
o
[En octubre los
bolcheviques tomaron el poder y procedieron a satisfacer las
exigencias de tierra ... enseñanzas de la Revolución Rusa
y movilizar a los obrerosalemanes; los instaba a ..... Ebert,
aplastó la insurrección espartaquista. 377 ...
Has visitado esta
página 2 veces. Fecha de la última visita: 8/09/13.
7.
Marxists Internet
Archive - Sección en Español - Archivo General de ...
www.marxists.org/espanol/indice.htm
o
Separose del
Social-Democracia alemana para fundar la Liga Espartaquista y ... En
1917 los bolcheviques participaron en las revoluciones que
derrocarían ...
8.
La revolución
alemana de 1918-1919 - Kaos en la Red
kaosenlared.net/.../k2/.../4435-la-revolución-alemana-de-1918-1919.htm...
o
o 18/01/2012 - Jan
Valtin, miembro de la Liga Espartaquista de la Juventud,
relata lo que ocurrió .... La ola revolucionaria que
estaba barriendo Alemania era similar a los ....En
Rusia, en la lucha contra el zarismo, los bolcheviques habían
puesto ..... que, al contrario, intervinieron a
la cabeza de las manifestaciones para ...
9.
La Revolución
alemana II - 1918-1919
es.internationalism.org/book/export/html/2488
o
o
A principios de
Noviembre de 1918 la clase obrera en Alemania, con su lucha masiva,... una
alianza para combatir la revolución en la lucha contra
el bolchevismo. ... En nombre de los Espartaquistas,
Liebknecht, escribía en la Rote Fahne ...
10. Autoorganización
| Colectivo Revolucionario Espartaquista Estudiantil
espartaquismoestudiantil.wordpress.com/category/autoorganizacion/
o
o
Colectivo Revolucionario
Espartaquista Estudiantil .... particularmente, en
todos los países europeos, sean Francia, Grecia, Alemania o
Italia). ..... Cuando en 1926 el Partido bolchevique adopta
definitivamente la tesis del Socialismo en un ...
[[Reforma o Revolución
en
los “orbes” nacionales. De Manuel Bermúdez Trujillo / 7 mayo, 2013 / Activismo Cívico /
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Uno se queda mirando hacia el PSOE y no le queda
otra, desde la perspectiva de la izquierda social y política, que echarse a
llorar junto con buena parte de su base. Una y otra vez vuelven, erre que erre,
con su discurso centrista, contradictorio, ecléctico y nada edificante.
Es cierto, para mí al menos, que PP y PSOE no son la misma cosa. No diré
que dejo de corear en las manifas la consigna escatológica que inventaron las
gentes del 15M va ya para dos años, pero, sin buscar ninguna
justificación, debo aclarar que mi grito de coro no es más que una expresión
caricaturesca. En esto al menos muchos y muchas estaremos de acuerdo: No son la
misma cosa, pero proceden del mismo lugar, por consiguiente, que diría el gurú que
susurra a los bonsáis, es la izquierda del
PP. Capitalistas ambos hasta las corvas. Muñidores de Maastricht y temerosos de
la diosa Merkel y su cohorte del Banco Central, etc.
Acostumbrados
a una dialéctica de gestos vacuos, la transgresora y radical Carme Chacón se enfrenta cual paladín del
progresismo a su propio partido, el PSC, que dispuesto a secundar el derecho a
la autodeterminación marcha a los infiernos. Desde el graderío nacional
español,que es a quien va dirigido el gesto, se la aplaude generosamente, al
mismo tiempo que se aplaude a Talegón la reciente declaración del error que
supuso abandonar el marxismo y bailarle el agua al capital. Nada nuevo bajo el
cielo en este partido descompuesto, que comienza a oler a cadáver de hace ya
semanas.
El marxismo por definición es internacionalista porque describe no la lucha
de clases ni el capitalismo de un país o una región, sino al capitalismo como
explotador de las clases medias y proletarias en cualquier lugar del mundo
conocido. Pero como ideología de izquierda defiende sin ambages los derechos
humanos y entre ellos el de autodeterminación, por más que haya quien entienda por autodeterminación soberanía y como soberanía independencia. La izquierda real tiene agallas para defender
libertades que van en contra de sus principios, cosa que la renovadora e
impulsora del nuevo socialismo patrio parece no compartir. Ya te digo que
huele.
Pero es más, entre las declaraciones de la marxista Talegón, nos
encontramos con la lindeza de la generalización según la cual el movimiento 15M es un movimiento de derechas, el por qué:
apoyaron el voto blanco o nulo, gracias a este apoyo bajó considerablemente el
sustento electoral del PSOE y el PP lo rentabilizó, ergo 15M es un movimiento
de derechas. Y se queda tan pancha y marxista la joven revolucionaria.
La chica que inteligentísimamente nos proporciona semejantes silogismos no descarta presentarse a primarias -¡La virgen!
¡Cómo huele! – La futurología que utiliza, con sabiduría sin par, no cuenta con
que en las fechas en que se iniciaron los movimientos sociales del 2011 la indignación y
la catarsis eran el programa y el
método de todo un pueblo
echado a esas calles y plazas precisamente ante el hartazgo del gobierno del
que la revolucionaria Chacón ejercía como ministra de todos los ejércitos de las
Españas, y de paso de los ecos vanos del y tú más de los agrestes peperos, socios eternos de gobierno alternante. En semanas
el movimiento 15M se vio infiltrado por policías, servicios secretos nacionales
e internacionales y, cómo no, de toda clase de políticos de tercera fila,
correas de transmisión de información fresca. Se olvida la señora talegón del
desapego partidista del que nació el 15M como consolación para la catarsis y
luego como estrategia para elaborar un listado de necesidades mínimas y comunes.
Este como
otros movimientos sociales nacieron al desamparo de la política del capital
imperialista y recortero de ZP y Rajoy, a la sombra de la traidora reforma
constitucional que nos dejaba bajo los cascos de los caballos del apocalipsis
de la Troika, que como todo buen trío, una vez más, son cuatro los caballos.
El
desarrollo de los acontecimientos ha impedido, junto, qué duda cabe, al
desarrollo de los intereses partidistas hegemónicos – ávidos de contar entre
los integrantes del 15M líderes y lidersas, como poco de voluntades a las que
la alquimia del capital “bueno” conviertan en votos – que los movimientos
sociales sigan la lógica de un desarrollo programático alternativo puro y
operativo. ¡E pur si muove!
Hace ya
mucho que dejé de creer en la verdad para hacerlo en la autenticidad, así que
en contra de lo que piensa Talegón, no acepto la adscripción pepera, ni la
pesebrera del 15M, ni de Democracia Real Ya, o de Constituyentes, menos aún
pienso eso sobre el Frente Cívico Somos Mayoría, Confluyentes, etc. etc. etc.
Contra viento y marea creo que se está gestando una mayoría no partidista de
izquierdas que va rumiando, convergiendo y madurando una sociedad distinta, que
desde luego tiene más que ver con el socialismo marxista que con lo que representan,
según el léxico zapateril, ambas señoras faro y mascaron del socialismo
burgués, vestido de seda, que monísimas las deja.]].
Manuel Bermúdez Trujillo.
G
Etiquetas: 15M, Autodeterminación, Beatriz Talegón, Carme Chacón, Confluyentes, Constituyentes, Democracia Real Ya, Frente Cívico Somos
Mayoría, independencia, Movimientos sociales, PP y PSOE, relanzamiento del
PSOE, Soberanía
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1.
Larisa
Reisner, escritora y profesional de la revolución. Una ...
www.anticapitalistas.org/spip.php?article29043
o
o
hace 4 días - ... una
trayecto que comienza en las juventudes espartaquistas y que
acabó con ... Esta Pallas de la revolución, salida
indemne de las pruebas del fuego y del ... Transcurrió su
infancia en Alemania y allí fue a la escuela primaria
(en ....Mañana el alba se elevará y el camarada G., un bolchevique checo, ...
2.
América
Latina - Socialismo o Barbarie
www.socialismo-o-barbarie.org/.../040516_rocamonet_rluxemburgo.ht...
o
o ... el
máximo dirigente del partido bolchevique y de la Gran
Revolución Rusa de ... de la revolución alemana,
incitando a matar a los dirigentes espartaquistas y ..... y
en la que interviene el gran aparato político-cultural y
económico que tenía ...
3.
Luxemburgo,
Rosa (1871-1919). » MCNBiografias.com
www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=luxemburgo-rosa
o
o Su militancia en el
partido revolucionario Proletarialt (fundado en 1882) la ... intervinoen
representación de los partidos socialdemócratas ruso y polaco. ... la
LigaEspartaquista se convirtió en el Partido Comunista de Alemania (KPD), ... Pese
a considerar la insurrección prematura y oponerse a las tácticas bolcheviques, ...
4.
Rosa
Luxemburgo y la Revolución Alemana de 1918-19 - 45-RPM
www.45-rpm.net/antiguo/palante/luxemburgo.htm
o
El partido revolucionario llamado
"Proletarialt", fundado en 1882, la contó entre sus filas. ... en
Stuttgardt, en el que interviene en nombre del partido ruso y
polaco. ...Entre 1915 y 1918 los dirigentes espartaquistas mantenían
posiciones ... en contacto con el Estado Mayor para preparar
la lucha contra el "bolchevismo".
5.
Rosa
Luxemburgo, La Rosa Roja 2 - Mujeres Riot
mujeres-riot.webcindario.com/Rosa_Luxemburgo_2.htm
o
o
Con ellos van a
prisión también numerosos militantes espartaquistas. ... En
esta polémica con Kautsky, aunque indirectamente, intervino también
Lenin que, ... los bolcheviques desde Alemania y
defendió a los presos políticos rusos en el famoso ...Reintegrada a
la lucha revolucionaria, los espartaquistas convocan
una ...
6.
En la Agonía de
la Revolución (III) - Por: Rob Sewell* - Aporrea
www.aporrea.org/trabajadores/a17667.html
o
o
03/11/2005 - Los
bolcheviques, sin embargo, no se apartaron de los ... al
contrario,intervinieron a la cabeza de las manifestaciones para
asegurar su carácter tranquilo y organizado. ... la campaña de
la ultraderecha contra los Espartaquistas estaba en ...Después
de su formación, el Partido Comunista de Alemania ...
7.
De
noviembre a enero, la Revolución Alemana de 1918 - El
Militante
www.elmilitante.net/index.php?...revolucion-alemana...
o
o
15/01/2009
- Para los bolcheviques la perspectiva internacional de
la Revolución Rusa no era ... La revolución alemana se
desarrolla de una forma mucho más rápida y .....La popularidad de
los dirigentes espartaquistas es enorme; sin ...
8. [PDF]
de
la organizacion: notas sobre rosa luxemburg - joseluisdelamata ...
www.joseluisdelamata.com/.../07.%20De%20la%20Organizacion.%20No...
o
o Es sabido que la
derrota de aquella revolución alemana. (1918-1919), una de ... Lenin
y los bolcheviques, la han querido utilizar para justificar una
política .... espartaquistaexamina un aspecto, el de
las alianzas de la clase obrera, todavía muy ..... de los
acontecimientos y que interviene como factor causal de
explicación.
9. [PDF]
La revolución en Alemania -
Germinal | en defensa del marxismo
grupgerminal.org/?q=system/files/revolucion_en_alemania.pdf
o
artículos sobre
la revolución alemana, que se estaba aproximando: ... Lenin
y sus compañeros del partido bolchevique han dirigido en Rusia
una revolución ...... temido por los espartaquistas. ...... la
autoridad militar interviene, militarizando.
10. [PDF]
JEAN
SALEM Y LA MEMORIA HISTÓRICA - cdam-che guevara
cdamcheguevara.files.wordpress.com/.../jean-salem-y-la-memoria-histc3...
o
o
Eso aconteció con
Lenin y la revolución, de Jean Salem. ... respondió
que la URSS había sido aliada de Alemania durante la II Guerra
Mundial. .... Salem, invocando a Lenin, adopta la posición
correcta cuando interviene en la polémica ... Luego
de la derrota de la revolución espartaquista en Alemania,
Lenin advirtió que ...
CASI SIEMPRE SE HABLA DE LIDER, DE DIRIGENTE,...ALGUNA VEZ DE GOBIERNO Y DE ESTADO,...EL MARXISMO, EL PROLETARIADO DEBE HABLAR DE CLASES, DE PODERES Y LUCHA DE CLASES
Por ello elaboro y divulgamos la idea y politica de estudio, organización, participación general obrera-popular,...revolución humanidad,...humana y universal. Estamos contra el culto a la personalidad de antes y de ahora,...y del mañana si es que se diera. ( El siguente artículo que se editará en este blog, habla con más argumentación este asunto,...).
Por ello elaboro y divulgamos la idea y politica de estudio, organización, participación general obrera-popular,...revolución humanidad,...humana y universal. Estamos contra el culto a la personalidad de antes y de ahora,...y del mañana si es que se diera. ( El siguente artículo que se editará en este blog, habla con más argumentación este asunto,...).
1.
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El anarquismo en
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nacional del país. A mediados del siglo XIX, cuando Alemania no se ...
2.
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puertoreal.cnt.es/.../2503-la-resistencia-anarquista-en-la-alemania-nazi.ht...
Durante años los
investigadores académicos mantuvieron que nunca hubo un movimiento anarquista
en Alemania, aparte de literalmente uno o dos nombres.
3.
El
Aullido: Historia del anarquismo en Alemania
grupostirner.blogspot.com/.../historia-del-anarquismo-en-alemania.html
29/12/2010 - El
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paralelo al desarrollo nacional del país. En los años cuarenta del ...
4.
Los anarquistas
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www.vice.com/.../los-anarquistas-alemanes-estan-hasta-las-narices-de-las-...
29/01/2013 - Así
que las arrancan o se las cargan utilizando extintores.
5.
El
anarquismo alemán no ha muerto - Eldiario.es
www.eldiario.es/Kafka/.../anarquismo-aleman-muerto_0_96590420.htmlo
01/02/2013
- Para finales de febrero, el teatro de La Abadía de Madrid y el Goethe
Institut pondrán en marcha el ciclo Lieber Fassbinder. El anarquista ...
6. [PDF]
Anarquismo y
organización - Rudolf Rocker - KCL
www.kclibertaria.comyr.com/lpdf/l005.pdf
“Anarquismo y
organización” de Rudolf Rocker. 6. Resumiendo, según Rocker, la responsabilidad
de que el anarquismo en Alemania no haya progresado
en ...
7.
Traducción
de anarquista en Alemán - Vocabulix
www.vocabulix.com/traduccion/aleman/anarquista.html
Traducir la
palabra anarquista en Alemán. Los idiomas del dictionario son
Español-Alemán:
8.
A.4
¿Cuáles son los principales pensadores anarquistas? - Ateneo ...
www.alasbarricadas.org/ateneovirtual/index.php?...anarquistas%3F
14/04/2012
- Nacido en la atmosfera de la filosofía romántica alemana el
anarquismode Stirner (expuesto en Der Einzige und sein Eigentum) fue una
forma ...
9.
CBA
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www.circulobellasartes.com/evento.php?s=ciclos_cine&id=386
21/03/2013
- Walter, un poeta anarquista que atraviesa dificultades
económicas ...Alemania en otoño (Deutschland im herbst) R.W.
Fassbinder, R.F.A., ...
10. [PDF]
El
anarquismo según sus más ilustres representantes / traducción ...
fama2.us.es/fde/.../elAnarquismoSegunSusMasIlustresRepresentantes.pdf
TRADUCCIÓN DEL ALEMÁN.
POR ... (1) per Anarchismus unds reine Trüger ( El
anarquismo y ... (9) Silid, El anarquismo y
la defensa social, en La España.