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30 de marzo 2015 | Revolución Periódico | revcom.us
En el mes de febrero de 2015, la gente de 166 países y posesiones coloniales de todo el mundo visitaron revcom.us-up de 65 países en enero de 2013. Lo que esto significa es que miles y miles de personas de países tan diversos como Vietnam, México, Alemania y Turquía [ haga clic aquí para ver la lista completa ] vino a este sitio en busca de respuestas y una especie de forma de salir de la opresión y la locura que enfrentan las personas en todo el mundo. Se encontraron en el análisis Español e Inglés-revolucionario de los acontecimientos mundiales clave y lo más importante el radical La nueva concepción de la revolución comunista, que se concentra en los escritos y discursos de Bob Avakian y que muestra el camino a seguir para emancipar a la humanidad de la dominación de el capitalismo-imperialismo.
WWW.REVCOM.US/ REVOLUCIÓNPERIÓDICO da vida a un análisis científico de los acontecimientos más importantes en la sociedad y el por qué están sucediendo en todo el mundo, cómo los diferentes eventos y desarrollos se relacionan entre sí, cómo todo esto se relaciona con el sistema en que vivimos, ¿dónde está la gente intereses están en relación con todo esto, cómo la revolución es de hecho la solución a todo esto y cuáles son los objetivos de la revolución son, cómo los diferentes puntos de vista y programas se relacionan, positiva o negativamente, a la revolución que se necesita, y cómo la gente puede moverse y se están moviendo, para construir hacia esa revolución. Revcom.us/Revolución es la guía, el pivote, la herramienta fundamental en la elaboración adelante, orientación, capacitación y organización de miles, e influir en millones de lucha contra el poder, y transformar al pueblo, para la revolución, aceleración y prepararse para el momento en que podemos ir por toda la cosa, con posibilidades reales de ganar.
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Una declaración del Partido Comunista Revolucionario: SOBRE LA ESTRATEGIA PARA LA REVOLUCIÓN
La gente en los países alimentaban y saqueadas por el imperialismo, las personas atrapadas en un mundo que está cada vez más desgarrada por la Combatientes de dos formas de dominación reaccionaria y regla-imperialismo y religiosa fundamentalista teocracia encontrado este sitio y todo lo que da a luz de lo que se llevará a plasmar en la realidad hacia adelante de una manera diferente en el mundo y romper el curso de la historia de la tenaza de ser atrapado entre estas dos fuerzas reaccionarias con todo el sufrimiento y la miseria que se amontonaban en las masas como resultado de su interacción Conflicto y regla.
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El Diálogo entre Cornel West y Bob Avakian sobre Revolución y Religión
" ¿Qué es una situación revolucionaria? ", de Bob Avakian
" 12 años después de los EE.UU. La invasión de Irak-legado de muerte, la tortura, el desplazamiento, y de Terror "
Entrevistas con, videos de y artículos sobre los luchadores valientes que están de pie en los Estados Unidos contra la epidemia de asesinato policial y el encarcelamiento en masa
Una declaración: Por la liberación de la mujer y por la emancipación de toda la humanidad
COMUNISMO: EL COMIENZO DE UNA NUEVA ETAPA Un manifiesto del Partido Comunista Revolucionario, EE.UU. -disponible en Inglés, español, persa, turco, alemán, árabe y portugués
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BASE TEÓRICA, JUSTIFICACIONES DE SU LÍNEA POLÍTICA:
EL COMUNISMO:
EL COMIENZO DE UNA NUEVA ETAPA
Un manifiesto del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos
SEPTIEMBRE DE 2008
A pesar de lo que se nos predica constantemente, este sistema capitalista bajo el cual vivimos, este modo de vida que constantemente agota —o en un instante destruye— la vida para la gran mayoría de la humanidad, no representa el mejor mundo posible — ni el único mundo posible. Las formas en que la vida cotidiana, por siglos y milenios, ha hecho que la gran mayoría de la humanidad estuviera abrumada, quebrada en cuerpo y espíritu, por la opresión, agonía, degradación, violencia y destrucción y el oscuro velo de la ignorancia y la superstición, no es la culpa de esta humanidad sufrida — ni es la “voluntad” de algún dios o dioses que no existen, ni el resultado de alguna “naturaleza humana” que no se cambia y no se puede cambiar. Todo eso es la expresión, y el resultado, de cómo la sociedad humana se ha desarrollado hasta este momento bajo la dominación de explotadores y opresores... pero ese mismo desarrollo ha traído a la humanidad a un momento en que lo que por miles de años ha existido, ya no tiene que ser así — en que un modo de vida completamente diferente es posible, en que los seres humanos, como individuos y sobre todo en su interacción mutua entre sí, en todas partes del mundo, pueden quitarse las cadenas pesadas de la tradición y ponerse a su máxima altura y florecer de formas nunca antes vividas o siquiera imaginadas en toda su extensión.
I.
Los largos años de tinieblas — y el avance histórico
Las relaciones económicas y sociales explotadoras, incluidas la sistemática dominación de las mujeres por los hombres y la división de la sociedad en clases distintas con intereses en conflicto, no siempre han existido entre los seres humanos. Una situación en que un grupo pequeño monopoliza no solo la riqueza sino los mismos medios para vivir, y así obliga a cantidades mucho más grandes de personas a trabajar como burros bajo su mando, de una forma u otra, mientras ese pequeño grupo también monopoliza el poder político y los medios de imponer esa explotación y domina la vida intelectual y cultural de la sociedad, condenando a la abrumadora mayoría a la ignorancia y la sumisión — todo eso no siempre ha sido parte de la sociedad humana. Ni tendrá que continuar como la forma en que los seres humanos se relacionan entre sí, mientras estos sigan existiendo. Estas divisiones opresivas surgieron hace miles de años, reemplazando a las primeras formas de sociedad comunal, las que en sí habían existido por miles de años, y que se conformaban de grupos relativamente pequeños de personas que tenían en común sus pertenencias más importantes y trabajaban en común para satisfacer sus necesidades y procrear nuevas generaciones.
Cuando estas primeras sociedades comunales se desintegraron, no se debía a alguna “propensión natural” a buscar una posición superior y a “superarse” a expensas de otros, ni a una supuesta “predisposición genética” de los hombres a subyugar a las mujeres o de una “raza” de personas a conquistar y saquear a otras “razas”. Sin duda a veces había conflictos cuando los miembros de las primeras sociedades comunales se encontraran y no pudieran fácilmente conciliar las diferencias entre sí, pero estas sociedades no se caracterizaban por las divisiones opresivas institucionalizadas que conocemos tan bien hoy. La idea de que algunas personas de esas sociedades se establecieran como amos de otras y que buscaran adquirir riqueza y poder obligando a otras personas a trabajar por ellas les hubiera parecido bien rara, y atroz, a los miembros de esas sociedades comunales. Más bien, el surgimiento de divisiones de clase y de relaciones sociales opresivas entre las personas se debió a cambios en la manera en que los seres humanos se compenetraban con el ambiente natural “externo” y en particular los cambios en la manera en que estos seres humanos llevaban a cabo la producción de los artículos materiales necesarios para la vida y la reproducción y formación de nuevas generaciones.
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IV.
Los nuevos retos, y la nueva síntesis
Cuando los revisionistas tomaron el poder en China en 1976 y se pusieron a restaurar el capitalismo, por cierto tiempo no sólo se hacían pasar por comunistas en un sentido general sino en particular se decían continuadores de la línea y el legado revolucionarios de Mao. En esa situación, lo que los comunistas del mundo necesitaban hacer fue mantener un espíritu y una orientación críticos, hacer un análisis científico y objetivo de lo que pasó en los hechos y por qué, y distinguir claramente entre el comunismo y el capitalismo, entre el marxismo y el revisionismo, tal como todo eso se manifestaba de manera concentrada en esas circunstancias concretas y complejas. No fue fácil hacerlo en ese entonces, y la mayoría de los comunistas del mundo que habían considerado a la China de Mao un modelo y faro revolucionarios no lo lograron y por ende o siguieron a ciegas a la cola de los nuevos gobernantes revisionistas de China y tomaron el camino al cenagal, o de otra manera abandonaron el punto de vista y los objetivos de la revolución comunista. Respondiendo a esa gran necesidad, rechazando el camino de aceptar lo que había pasado en China meramente porque se hacía a nombre del comunismo y apropiándose del gran prestigio con que la China revolucionaria y Mao con razón contaban entre los revolucionarios y comunistas del mundo —y al costo de una importante escisión en nuestro propio Partido—, Bob Avakian emprendió la tarea de hacer un análisis científico de lo que pasó en China y por qué, y luchó por el análisis de que efectivamente se habían dado un golpe de estado revisionista y la restauración del capitalismo. Además, desarrolló una presentación sistemática de cómo Mao había desarrollado la ciencia y la estrategia de la revolución comunista9. En esos tiempos de gran desorientación, desmoralización y confusión en las filas de los “maoístas” del mundo, la obra de Avakian tuvo un papel crucial en el establecimiento de la base ideológica y política para el reagrupamiento de los comunistas que quedaban tras la pérdida de China y sus efectos devastadores sobre el movimiento comunista y revolucionario en todo el mundo. Pero en aquel momento se presentaban necesidades aún mayores. En el proceso de dirigir en general a nuestro Partido, en los últimos 30 años Bob Avakian ha seguido profundizando un análisis científico de la experiencia del movimiento comunista internacional y la orientación estratégica para la revolución comunista. De ese trabajo ha salido una nueva síntesis, un mayor avance del marco teórico para hacer avanzar esta revolución.
Tal como señala la Constitución de nuestro Partido, la situación en el mundo actual —incluida la derrota de la ola inicial de la revolución comunista— “presenta, de nuevo, la gran necesidad para el comunismo”. Y:
Si bien no existen países socialistas en el mundo, existen la experiencia de las revoluciones socialistas y el rico caudal de teoría científica revolucionaria que se desarrolló mediante la primera ola de revoluciones socialistas. Pero para hacer frente a los retos de la nueva situación, hay que hacer avances en la teoría y en la práctica de la revolución comunista, a fin de tratar de manera científica la experiencia general de la primera ola de revoluciones socialistas y las implicaciones estratégicas de los enormes cambios que se están operando en el mundo, y de sacarle las necesarias lecciones.
Bob Avakian ha asumido esta responsabilidad y ha desarrollado una obra, método y enfoque comunistas que responden a estas grandes necesidades y retos.
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V.
El comunismo en una encrucijada: ¿Vanguardia del futuro o residuo del pasado?
Ante los constantes retos y dificultades del momento actual, el reagrupamiento inicial de comunistas que se dio después de la derrota en China y del fin de la primera etapa de revolución comunista hace poco se ha abierto paso, en una medida importante, a divergencias fuertes: de un lado, nuestro Partido, cuya línea básica está sintetizada en nuestra nueva Constitución, junto con otras fuerzas que se están acercando a la nueva síntesis, y, de otro lado, dos tendencias opuestas: o bien de aferrarse de manera religiosa a toda la anterior experiencia y a la teoría y el método asociados con ella, o (en esencia, si no de palabra) de abandonarlo todo.
En cierto sentido, cuando hace casi tres décadas salió ¿Conquistar el mundo?, las reacciones a esta obra reflejaron con anticipación esta situación. Por una parte, en el movimiento comunista internacional algunos se molestaron muchísimo por lo que se decía en ¿Conquistar el mundo? — diciendo que reducía la experiencia del movimiento comunista a “una bandera andrajosa” (esta respuesta en sí reflejaba una manera dogmática y quebradiza de ver lo que es el comunismo, en lugar de considerarlo y esgrimirlo tal como es en verdad: una ciencia revolucionaria viva, en desarrollo y crítica, uno de cuyos distintivos es interrogarse a sí misma constantemente) y, por otra parte, además de aquellos que acogieron a ¿Conquistar el mundo? por razones correctas, había personas que lo acogieron pero lo hicieron desde el punto de vista y con la esperanza de que representara una cuña para hacer abrir la puerta al abandono y renuncia a la experiencia histórica global que examinaba críticamente ¿Conquistar el mundo? desde un punto de vista fundamentalmente diferente, de reconocer que objetivamente esa experiencia ha sido principalmente positiva y abarcó avances sin precedentes históricos para la humanidad que hay que defender firmemente, y también de reconocer que había problemas, deficiencias y errores reales, algunos de ellos bastante dolorosos y graves, que había que excavar más y examinar críticamente, y de los cuales aprender. En ese entonces, estas reacciones contrarias a ¿Conquistar el mundo? aún se manifestaban de forma embrionaria y se dieron en un marco general de unidad ampliamente definida. Únicamente con el mayor desenvolvimiento de la situación en las siguientes décadas y con la experiencia de mayores dificultades —entre ellas los retrocesos en las luchas que por un tiempo parecían estar desbrozando nuevo terreno y encarnando una revitalización del movimiento comunista en el mundo—, estos puntos de vista contrarios llegaron a ser más desarrollados y más claros.
Hoy, de parte de aquellos que se niegan a examinar críticamente la experiencia histórica del movimiento comunista, se da con frecuencia el fenómeno de insistir en la “verdad de clase” y el fenómeno relacionado de la reificación del proletariado, y en general un método de aplicar la teoría y los principios comunistas como una especie de dogma, afín al catecismo religioso — en esencia: “ya sabemos todo lo que necesitamos saber, tenemos todos los elementos fundamentales que se requieren, solo se trata de aplicar el conocimiento heredado”.
Con el polo contrario están aquellos cuyo conocimiento de la experiencia histórica del movimiento comunista —y en particular de las causas de sus dificultades, retrocesos y derrotas— es también superficial y mal fundamentado, quienes ignoran o rechazan el análisis comunista científico de las profundas contradicciones que han generado el peligro de la restauración capitalista en la sociedad socialista y quienes tratan de reemplazar ese análisis con una orientación basada en los principios y los criterios democrático-burgueses y en las nociones democrático-burguesas de legitimidad — que va de la mano con el proceso formal de elecciones con partidos políticos contendientes, que es tan común en la sociedad capitalista y es tan compatible con el ejercicio del poder político por la clase capitalista y que favorece tanto ese ejercicio. Aquellos que sostienen estas posiciones, aunque siguen adjudicándose el manto del comunismo, tienen ganas de descartar y distanciarse del concepto y de la experiencia histórica de la dictadura del proletariado — y en muchos casos de la expresión en sí. En efecto, ¡tales personas buscan “librarse” de la experiencia más liberadora de la historia humana hasta ahora! Dicen que quieren ir rápidamente hacia adelante para hacer frente a las nuevas condiciones de los tiempos… pero tienen sus vehículos con la marcha equivocada, pues van rápidamente en reversa — hacia atrás, a un paso acelerado hacia la democracia burguesa y los estrechos horizontes del derecho burgués14, atravesando los siglos desde el siglo 21 hasta el 18. Aunque en las tendencias erróneas que hemos identificado hay verdaderas diferencias, en un sentido importante también son “reflejos opuestos” que comparten importantes características. Cabe mencionar que en los últimos años, ciertos grupos han “saltado” de un polo a otro — y en particular han saltado del dogmatismo y las tendencias afines a abrazar la democracia burguesa (aunque con una pantalla de comunismo). A continuación presentamos algunos rasgos importantes que estas tendencias comparten.
» Jamás emprender —ni tomar en cuenta de manera sistemática— un resumen científico de la anterior etapa del movimiento comunista, y en particular el pionero análisis de Mao Tsetung sobre el peligro y las raíces de la restauración capitalista en la sociedad socialista. Por ende, aunque defienden —o quizá en el pasado defendieron— la Revolución Cultural de China, no tienen ninguna concepción profunda o seria sobre por qué se necesitaba la Revolución Cultural y por qué y con cuáles principios y objetivos Mao la inició y la dirigió. En efecto reducen esta Revolución Cultural a otro episodio más del ejercicio de la dictadura del proletariado — o la reinterpretan como una especie de movimiento democrático-burgués “contra la burocracia” que en esencia representa una negación de la necesidad de una vanguardia comunista y su papel dirigente institucionalizado en la sociedad socialista a lo largo de la transición hacia el comunismo.
» La conocida tendencia a reducir el “maoísmo” a una mera receta para librar la guerra popular en un país del tercer mundo, mientras que una vez más pasan por alto o le restan importancia a la contribución más importante de Mao al comunismo: el desarrollo de la teoría y la línea de continuar la revolución bajo la dictadura del proletariado y todo el rico análisis y el método científico que fundamentaron e hicieron posible que se desarrollaran esa teoría y línea.
4 El positivismo, el pragmatismo y el empirismo. Si bien, para repetir, estos pueden asumir distintas expresiones de acuerdo con los diferentes puntos de vista y enfoques erróneos, lo que tienen en común es vulgarizar y degradar la teoría, reducirla a una exclusiva “guía para la práctica” en el sentido más estrecho e inmediato, tratarla en esencia como un producto directo de la práctica específica y tratar de poner en pie de igualdad la práctica avanzada (que en sí, sobre todo de parte de estas personas, encierra un elemento de valoración arbitraria y subjetiva) y la teoría supuestamente avanzada. Un punto de vista dialéctico materialista y comunista científico lleva a entender que la práctica es el punto de origen y de corroboración fundamental de la teoría; pero, a diferencia de estas distorsiones empíricas y estrechas, es importante ver que se trata de la práctica en el sentido amplio, que abarca la amplia experiencia histórica y social y no simplemente la experiencia directa de un individuo, grupo, partido o país específico. Eso lo demuestran de manera poderosa el propio nacimiento y el posterior desarrollo de la teoría comunista en sí: desde los tiempos de Marx, se ha forjado y enriquecido esta teoría a partir de una amplia gama de experiencias, en una amplia gama de campos y a lo largo de una larga trayectoria del desarrollo histórico, en la sociedad y la naturaleza. Lo de la práctica como fuente de la teoría y la máxima “la práctica es el criterio de la verdad” se pueden convertir y se convertirán en una profunda falsedad si se interpretan y se aplican de manera subjetiva, empírica y estrecha.
» De manera muy importante, lo que estas tendencias “contrapuestas” erróneas tienen en común es que están enmarañadas en una u otra clase de modelo del pasado (aunque varíen los modelos específicos) y se guarecen en estos: o se aferran de manera dogmática a la anterior experiencia de la primera etapa de revolución comunista —o, más bien, a un análisis incompleto, parcial y fundamentalmente erróneo de ella— o se guarecen en la anterior época de las revoluciones burguesas y sus principios: vuelven a lo que son en esencia teorías de democracia (burguesa) del siglo 18, disfrazadas o a nombre del “comunismo del siglo 21”, lo que en efecto equipara este “comunismo del siglo 21” con una democracia que es supuestamente “pura” o está “por encima de las clases” — una democracia que en realidad, mientras que existan las clases, solo puede ser la democracia burguesa y la dictaduraburguesa15. Sostienen todo eso mientras que ignoran, tildan de obsoleto o descartan por dogma (o consignan a la categoría sin sentido del “abecé del comunismo” que se acepta como abstracción y que en seguida dejan a un lado por no ser pertinente a la lucha práctica) la concepción comunista científica fundamental, pagada en los hechos y repetidamente con la sangre de millones de oprimidos, desde los tiempos de la Comuna de París, de que hay que destrozar y desmantelar el viejo estado reaccionario y forjar un estado radicalmente nuevo que represente los intereses revolucionarios de los anteriormente explotados de transformar toda la sociedad y emancipar a toda la humanidad, o si no, se echarán a perder y se destruirán los logros de la lucha revolucionaria y las fuerzas revolucionarias quedarán diezmadas16. Únicamente haciendo una ruptura con estas tendencias erróneas, y abordando profundamente y fundamentándose firmemente en el punto de vista, los métodos y los principios del comunismo, tal como se han desarrollado hasta ahora (y que hay que seguir desarrollando constantemente), es posible que los comunistas se pongan a la altura de la gran responsabilidad y reto de ser una vanguardia del futuro, y no relegarse a seguir siendo un residuo del pasado o degenerarse en eso, y al hacerlo, traicionar a las masas populares en todo el mundo para las cuales la revolución comunista representa la única salida de la locura y el horror del mundo actual y hacia un mundo verdaderamente digno de habitar.
VI.
Una revolución cultural al interior del PCR
La influencia de líneas incorrectas e incluso abiertamente revisionistas no es algo a que nuestro propio Partido ha sido inmune. De hecho, las líneas y las tendencias que hemos criticado aquí no solo han existido en nuestro Partido sino que durante varios años y hasta hace muy poco, han tenido una poderosa influencia y han representado un peligro real de que nuestro Partido dejara de ser una vanguardia comunista revolucionaria y, al contrario, que se degenerara en otra colección abigarrada más de reformistas, aunque conservara, al menos por un tiempo, el nombre de comunista.
Durante los años 80 y 90, se había desarrollado una situación en nuestro Partido en que, en efecto, había dos partidos que representaban dos caminos fundamentalmente opuestos. Por una parte, estaban la línea “oficial” del Partido, y el desarrollo a continuo de esta línea, tal como se expresaba en particular en la nueva síntesis que Bob Avakian había estado forjando y, en lo principal, tal como se expresaba en el periódico del Partido (Obrero Revolucionario, ahora Revolución) y otros documentos y publicaciones del Partido. Pero, al mismo tiempo, en mayor oposición a la nueva síntesis y la línea comunista revolucionaria en general, había puntos de vista y orientaciones revisionistas que, si bien no se expresaban y no se planteaban en general de manera sistemática, se iban volviendo predominantes en todos los niveles del Partido — algunos de cuyos pormenores variaban pero lo que tenían en común, objetivamente, era que representaban el abandono del punto de vista y los objetivos de la revolución comunista, acomodándose al sistema del imperialismo y contentándose, como máximo, con las reformas en el marco de este horroroso sistema.
¿Cuáles eran algunos elementos importantes de estas líneas revisionistas, y los factores principales que llevaron a su surgimiento y creciente influencia en el Partido?
» La derrota en China y el fin de la primera etapa de revolución comunista —en combinación con décadas de relativa “estabilidad” en el país imperialista más poderoso del mundo, después de esa derrota y el reflujo concomitante del gran auge de lucha de los años 60 y comienzos de los 70, en Estados Unidos así como a nivel mundial— no solo tuvieron un efecto desmoralizador y desorientador en grandes cantidades de personas que buscaban, y luchaban, enérgicamente por un cambio radical en el mundo, así como en la población en general, sino que también en las filas de los comunistas y en nuestro Partido. Los partidos comunistas se componen de individuos que se unen sobre la base de un análisis científico y avanzado de la necesidad y la posibilidad de la revolución, apuntando a un futuro fundamentalmente diferente y mucho mejor para la humanidad; pero viven y llevan a cabo su trabajo en el actual sistema — no están separados, no pueden estar separados y no deben estar separados, mucho menos aislados del resto del mundo y las condiciones que este impone y a las influencias que ejerce.
Al mismo tiempo, durante las últimas décadas los defensores y apologistas del viejo orden han aprovechado las derrotas y los reveses de la revolución comunista para lanzar un implacable embate ideológico contra el comunismo, y eso ha hecho aún más poderosa la presión a acomodarse al imperialismo, sobre todo en un país como Estados Unidos.
Ante una importante reunión del Partido hace unos años —en que hizo frente directamente a las líneas revisionistas en el Partido y las criticó fuertemente—, Bob Avakian hizo las siguientes observaciones:
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Todo lo que hemos mencionado aquí, y todo lo que hemos puesto al descubierto, en términos directos y sin adornos, debe darle aún mayor importancia y mayor énfasis al llamamiento a que aquellos que comparten, o respetan, nuestra determinación de hacer surgir un mundo nuevo, sin explotación y opresión, acudan en apoyo y ayuda a este Partido.
A los revolucionarios y a los comunistas de todas partes, a todos aquellos que anhelan otro mundo radicalmente diferente y mucho mejor: no demos marcha atrás ni volvamos a atrincherarnos en el pasado en la forma que sea — al contrario, avancemos con osadía hacia la meta del comunismo y hacia la emancipación de la humanidad de las milenarias cadenas de la tradición.
NOTAS
la forma en que las relaciones de mercancías y las disparidades que aún quedan del capitalismo, justamente en la sociedad socialista, se refuerzan mutuamente y se reflejan en la superestructura —en las instituciones políticas y los modos de pensar, la cultura y demás— y la manera en que todo eso presenta obstáculos a que continúe el avance revolucionario en el socialismo, y lo cual hay que restringir y a la larga superar como parte fundamental de la lucha por impedir la restauración capitalista y alcanzar el objetivo final del comunismo. [regresa]
En un mundo de profundas divisiones de clase y grandes desigualdades sociales, hablar de la “democracia” sin señalar su carácter de clase y a qué clase beneficia no tiene sentido o tiene implicaciones peores. Mientras exista la sociedad dividida en clases no puede haber “democracia para todos”: dominará una clase u otra, y la clase que gobierna defenderá y promoverá el tipo de democracia que concuerde con sus intereses y metas. Por eso, debemos preguntar: ¿qué clase dominará y si su gobierno, y sistema de democracia, sirve para continuar las divisiones de clase, y las relaciones de explotación, opresión y desigualdad que corresponden a ellas, o lleva a abolirlas? (citado en la Constitución del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos, cursivas en el original, en revcom.us). [regresa]
Es lógico, sobre todo en un país imperialista altamente parásito —un imperialismo que literalmente se ceba del mundo y de miles de millones de sus habitantes—, que surjan tal orientación y enfoque escolásticos, relativistas y agnósticos, aun cuando tengan una coloración más o menos comunista y que tengan cierta acogida, en particular en las capas más privilegiadas y específicamente en la intelectualidad. Pues, mientras que uno puede seguir diciendo que hace falta un marco teórico adecuado, puede seguir convenciéndose a sí mismo que no tiene nada de malo negarse a comprometerse con la verdadera lucha por el comunismo, un compromiso y lucha que podrían hacer que uno se salga de lo que es, después de todo, la vida no tan desagradable de un académico en la ciudadela imperialista más poderosa y más rica del mundo. Lo que se objeta aquí no es, desde luego, el papel que juega el intelectual académico en sí, ni se objeta lo de bregar en la esfera de la abstracción teórica, que puede constituir un área importante de trabajo y de hecho puede constar de valiosas contribuciones, de diversas maneras, a la causa del comunismo, aunque no trate directamente la esfera de la política y la filosofía política. Al contrario, lo que se identifica y se critica fuertemente es el fenómeno de convertir en un principio lo de abordar la teoría en abstracto, separada de la práctica revolucionaria y en oposición a una concepción y enfoque materialistas y dialécticos, comunistas científicos de la relación entre la teoría y la práctica, tal como se ha señalado arriba. Nos parece necesario expresar nuestra impaciencia con cierta clase de ideas huecas francamente ininteligibles y conscientemente confusas que se hacen pasar y con demasiada frecuencia pasan por pensamiento radical en círculos académicos y que en ocasiones hasta se hacen pasar por el marxismo. [regresa]
Primero, las posiciones y los puntos de vista que esta gente está defendiendo ahora tienen la virtud (si así se le puede llamar) de presentar de una manera relativamente desarrollada, precisamente la clase de líneas revisionistas identificadas, desenterradas, desacreditadas y derrotadas en el curso de la Revolución Cultural en nuestro Partido — unas líneas cuyos rasgos hemos descrito arriba en la discusión del “paquete revisionista” que surgió en oposición a la línea revolucionaria en nuestro Partido.
Segundo, los hoy ex miembros del Partido quienes renunciaron y formaron esta mezquina camarilla han representado un ejemplo clásico de la naturaleza del oportunismo ideológico y político, tal como el hecho de que se negaron a llevar a cabo una lucha de principios sobre sus diferencias mientras que estaban en el Partido. Tal comportamiento contradice y viola lo que es un principio básico de organización comunista, y que desde el principio ha sido un claro principio de nuestro Partido, que dice que los miembros del Partido no solo tienen el derecho sino la responsabilidad de expresar sus diferencias con la línea y las políticas del Partido, de manera franca y honrada, por medio de los canales indicados del Partido. Además, durante la Revolución Cultural en nuestro Partido, en cierto momento se pidió que todos los miembros meditaran seriamente su compromiso al Partido, a sus principios y metas comunistas, y al contenido y los objetivos de la Revolución Cultural en el Partido, y si tuvieran —pero únicamente si tuvieran— un compromiso firme, se dedicaran de nuevo a él. Cabe mencionar que un tal Mike Ely, quien ahora trata de hacerse pasar por una especie de “pez gordo” en este pequeño charco estancado de “críticos parásitos”, efectivamente se dedicó de nuevo al Partido en ese momento — una vez más sin siquiera plantear ninguna objeción ni diferencia acerca de la línea del Partido y los objetivos y el rumbo de la Revolución Cultural en el Partido.
Puesto que hoy ha quedado muy claro que él ha tenido desacuerdos con la línea básica del Partido —no solamente en los últimos años durante el tiempo en que se llevaba a cabo una Revolución Cultural en el Partido, sino desde hace mucho antes—, es lógico preguntar: ¿por qué tal persona seguía en el Partido todo ese tiempo, pero se negaba a expresar desacuerdos de peso con importantes aspectos de la línea del Partido o librar una lucha franca y honrada en torno a los mismos aspectos con que claramente tenía diferencias básicas durante un buen tiempo? La obvia respuesta es que permaneció en el Partido y a su vez ocultó importantes diferencias, a fin de utilizar al Partido como vehículo para promover su propia línea oportunista. Al parecer, como resultado de la fuerte influencia del revisionismo en nuestras filas, durante muchos años le fue posible andar en su “estilo de vida alternativo” al interior del Partido, fingiendo tener unidad y haciendo más o menos lo que le diera la gana, dado el liberalismo generalizado que formaba parte de la línea revisionista y la cultura que esta alentaba en nuestro Partido. Únicamente a medida que se desarrollaba la Revolución Cultural y se iba eliminando el terreno en que prosperaba el revisionismo, le costaba más y más trabajo seguir llevando a cabo una línea opuesta y a la vez fingir estar de acuerdo con el Partido. Así que, ¿qué hizo? Renunció abruptamente, buscó otros caminos para expresar su oportunismo y lanzó ataques inescrupulosos contra el Partido y su dirección. Antes de renunciar, ¿agotó —o trató de utilizar— los cauces que existen en el Partido para expresar y luchar sobre diferencias de acuerdo a los principios? Antes de renunciar, ¿escribió un texto que expresara sus diferencias e hizo que se entregara, mediante los canales del Partido, a la dirección del Partido? ¿Pidió reunirse con la dirección del Partido para expresar y debatir estas diferencias? No. Al contrario, emprendió acciones que violaron completamente los principios del comunismo, y de hecho lo hizo de una manera opuesta a aquella de una persona con un sentido básico de integridad.
No sorprende esta clase de comportamiento de parte de tal persona, porque debido a su línea política e ideológica oportunista en general así como porque, sobre todo una vez que la Revolución Cultural arrancaba y cobraba impulso en nuestro Partido y los miembros del Partido se elevaban las miras a las cuestiones fundamentales de línea política e ideológica y luchaban con ciencia y fundamento por distinguir estas líneas, si él, aún estando en el Partido, hubiera intentado utilizar la clase de métodos “sensacionalistas” que ha aplicado desde que renunció —insinuaciones, chismes, “revelaciones de información interna” y demás—, pues, todo eso, no solo se hubiera reconocido de inmediato, al interior del Partido, como una tergiversación burda y absurda y una violación descarada de principios comunistas, sino que se hubiera identificado como una parte de un oportunismo mayor, y él hubiera tenido que abandonar esa clase de métodos inescrupulosos y debatir, en serio, las cuestiones decisivas de línea que han estado en juego en esta Revolución Cultural y defender, sobre la base de principios y argumentos de peso, las líneas que obviamente sostenía en oposición a la línea revolucionaria del Partido. Y él hubiera fracasado estrepitosamente, porque una vez más se hubiera reconocido claramente que esas líneas representaban el mismo “paquete” que el Partido, y sus miembros, iban identificando como revisionista y contra el cual libraban lucha ideológica como tal.
Como hemos dicho, en el curso de una importante lucha de clases —y eso es lo que ha sido esta Revolución Cultural en nuestro Partido: una lucha de clases crítica en la esfera ideológica—, se deslindarán la situación y las personas. Nuestro Partido, al haber llevado a cabo esta lucha sobre una base de principios, al concentrar en los asuntos de línea política e ideológica y al buscar ganarse a todos los que fuera posible a la línea revolucionaria, sin ceder al revisionismo, ha fortalecido muchísimo su posición y orientación comunistas y su capacidad de cumplir su deber revolucionario; y sobre esa base, nos hemos liberado bien de los oportunistas como esta mezquina camarilla de “críticos parásitos”. Si bien la línea de tales oportunistas está totalmente carente de sustento científico, nuestro Partido, y el movimiento revolucionario a que nos estamos dedicados a construir y dirigir, se fortalecerán a medida que se comparen y contrasten la línea objetivamente contrarrevolucionaria de estos oportunistas y el papel que están jugando, con la línea y el trabajo revolucionarios comunistas de nuestro Partido.
(En esta conexión, ver, en inglés, “¿Atascado en el ‘horrible presente capitalista’ o forjar un camino al futuro comunista? Una respuesta a las Nueve cartas de Mike Ely”, de un grupo de escritores del PCR, en revcom.us.) [regresa]
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