Presentación del Boletín
El texto
central de esta semana es la crónica de la reunión de debate en Madrid
sobre el documento que presentó en diciembre el grupo de trabajo de
Organización. Tenemos pendiente de redactaros también la del grupo de
trabajo de Género que, como ya os informamos, tuvo lugar el pasado
domingo; la recibiréis en el próximo Boletín. Por último, recordaros que
este domingo tendrá lugar la última sesión, en la cual se van a debatir
los textos de dos grupos de trabajo:
- Domingo 21 de febrero. Grupos de trabajo de Movimiento Obrero y
de Formación.
Si quieres acudir, nos vemos a las 10:30 de la mañana en la
sede del sindicato co.bas, que está en la calle
Moratines 22, escalera 1, 1ºB, en Madrid. Si estás en Madrid, nos
encantaría verte por allí.
Pero
antes de pasar con la crónica, tenemos una convocatoria importante que
transmitiros.
Propuesta para el desarrollo de la III Asamblea del EEC
La III Asamblea del Espacio de Encuentro Comunista se celebrará en
Madrid los días 12 y 13 de marzo de 2016 en la sede
del sindicato Co.Bas en la calle Moratines 22, esc. 1º, 1º B,
28005 Madrid. Metro Acacias (línea 5).
La
Asamblea se desarrollará en sesiones de mañana y tarde el día 12 y en
sesión de mañana el día 13.
Orden del día:
·
10-10.30
HORAS: Acreditación de Asistentes
·
10.30-11.30
HORAS: Presentación de balance de gestión de la
Comisión Gestora elegida en la II Asamblea del EEC
·
11.30-14.30
HORAS: Trabajo en las Comisiones
·
14.30-16.30
HORAS: Comida
·
16.30-20.30
HORAS: Presentación y debate en plenario del
trabajo de las distintas comisiones
·
10.30-11
HORAS: Explicación de los criterios organizativos
para ser miembro del Órgano de Coordinación del EEC. Presentación y
propuestas para la elección del Órgano de Coordinación del EEC.
(Supeditado a lo que se decida en la III Asamblea)
·
11-12
HORAS: Presentación de candidaturas
·
12-12.30
HORAS: Votación
·
12.30
HORAS: Propuesta de líneas básicas de trabajo
político tras la III Asamblea del EEC. Clausura de la III Asamblea
Espacio de Encuentro Comunista
Boletín Rojo. 20 febrero 2016. https://t.co/v8B2nQQUNIhttps://t.co/YQEYOO9WV7
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Espacio de Encuentro Comunista
Boletín de información del EEC. 20 de Febrero de 2016. Boletín Rojo del Espacio de Encuentro Comunista No os lamentéis, organizaos Presentación del Boletín El texto central de esta semana es la crónica de la reunión de debate en Madrid sobre el documento que presentó en diciembre el grupo de trabajo de Organización. Tenemos pendiente de redactaros también la del grupo de trabajo de Género que, como ya os informamos, tuvo lugar el pasado domingo; la recibiréis en el próximo Boletín. [ 11116 more words. ]
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Boletín de información del EEC. 20 de Febrero de 2016. Boletín Rojo del Espacio de Encuentro Comunista No os lamentéis, organizaos Presentación del Boletín El texto central de esta semana es la cró...
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Criterios organizativos para el desarrollo de la III Asamblea de EEC
La
participación en la III Asamblea del EEC se regirá con los siguientes
criterios:
Serán
miembros de dicha Asamblea cualquier persona que esté inscrita en el EEC.
Se toma como fecha límite para la inscripción en el EEC el día de la
comunicación oficial de la Convocatoria de la III Asamblea.
Con el fin de adecuar el local que permita el desarrollo de dicha
Asamblea, los asistentes en la misma deberán comunicar al EEC su
asistencia como participantes. La fecha límite para inscribirse como
participante en la III Asamblea será el día 26 de febrero de 2016. Ello
se hará a través del correo electrónico del EEC: encuentrocomunista@yahoo.es
La Comisión
Gestora confeccionará la lista de participantes que deberán acreditarse
al inicio de la III Asamblea.
Podrán
asistir como invitados todas las personas que lo deseen, previa solicitud
a la Comisión Gestora del EEC. El máximo de invitaciones vendrá determinado
por las capacidades físicas del local donde se celebre la III Asamblea.
Los
asistentes a la III Asamblea que residan fuera de la Comunidad de Madrid
y que precisen de alojamiento para la noche del 12 de marzo, deberán
comunicarlo a la Comisión Gestora.
Aviso. Nos han comunicado que en el anterior boletín aparecía una
dirección de correo incorrecta. Si intentaste enviar el correo de
confirmación y te llegó un error, vuelve a enviarlo con la dirección de
arriba, que es la correcta. Disculpad las molestias.
Crónica de la reunión de debate del documento de organización
Introducción del acto
En el
tercer domingo de reuniones de los grupos de trabajo, el 7 de febrero le
toca el turno al grupo de Organización. Es una nueva sesión de debate
sobre los documento que presentaron en diciembre, abierta a cualquiera
que pase por Madrid y previa a la discusión general que tendrá lugar el
12 y 13 de marzo en la tercera Asamblea del EEC. Como se ha hecho en
anteriores ocasiones, un miembro del grupo abre la reunión haciendo una
introducción al trabajo que realizaron.
El
compañero nos cuenta que el grupo celebró siete reuniones para preparar
el documento, con una asistencia media de cinco personas. El trabajo fue
complicado pues se intentaba dar respuesta a los problemas de
organización propios de un colectivo que arranca su andadura y que tiene
una gran dispersión geográfica. Va a intentar aprovechar su intervención
para explicar alguna de las discusiones más interesantes que se vivieron
en aquellas reuniones y, o bien no han quedado reflejadas en el texto, o
bien pueden no resultar evidentes.
Lo
primero que nos explica es que desde la primera reunión plantearon que el
cometido del grupo de trabajo era técnico. Entendieron que su labor era
la definición de una herramienta organizativa con la que el EEC pudiera
comenzar a trabajar a partir de marzo. Partieron de la base de que la
definición del qué hacer estaba en manos de los demás grupos de trabajo.
Acerca de este último punto, recuerda cómo en una de las reuniones de los
grupos de trabajo anteriores algún compañero hizo el comentario de que
determinada sección él la encontraba más propia del documento de
organización; sin embargo, la renuncia a incluir contenido teórico no era
una carencia fortuita, sino una decisión consciente.
La
segunda base de partida de su trabajo es que el cómo hacerlo estaba
acordado de antemano. Desde la primera reunión de septiembre quedó claro
que la base del EEC era el respeto a la diversidad. Siendo los comunistas
un colectivo con una base ideológica común muy fuerte, la diversidad de
sensibilidades y de modos de militancia hace necesario el que sepamos
facilitarnos el trabajo común.
Así pues,
desde esa perspectiva técnica, pero con la intención de no romper la
regla de respeto, se impusieron ciertos límites en su trabajo. El primero
que pensaron es que la petición de la asamblea de octubre era que se
hiciera un modelo de organización, no unos estatutos. Así pues, no se
debe leer el documento de organización como unos estatutos.
La
segunda limitación autoimpuesta es que, asumiendo la elaboración de un
modelo organizativo, no era necesario llegar a desarrollar las reglas de
detalle de funcionamiento del espacio. Esas reglas de detalle son las que
en realidad regulan la convivencia, ya sea en esta propuesta organizativa
o en cualquier otra, y se consideró que esa elaboración debía
corresponder a todo el EEC en conjunto.
La
tercera y última limitación es que el documento sólo pretende abordar la
organización a partir del 13 de marzo. El compañero nos recuerda la
dificultad que se presenta el 12 y 13 de marzo, días de la tercera
asamblea, en los que se entra sin modelo organizativo y, en el curso de
las dos jornadas, hay que elegir uno (éste que se presenta o cualquier
otro), crear las estructuras acordes con él y elegir a los camaradas que
asuman alguna tarea dentro de esas estructuras. Todo este proceso
corresponde a la actual comisión gestora y a la propia asamblea, y no ha
sido tratado por el grupo de organización.
Cuando
entre comunistas asumimos retos y queremos trabajar para alcanzarlos,
parece natural el planteamiento de una lucha organizada. Sin embargo, el
compañero nos recuerda lo que pueden ser dos percepciones distintas según
unas franjas de edad. La primera franja de edad es el de una juventud
definida con un criterio amplio (hasta los cuarenta y tantos). Esta es
una gente que no ha llegado a conocer la lucha organizada, ya que ésta
fue desmantelada por la izquierda institucional antes de que se pudieran
incorporar ellos. Por supuesto no se refiere a los jóvenes comunistas,
sino al sector que pertenece a nuestra clase, aún no se piensa a sí mismo
como comunistas, pero pudiera estar predispuesto a conectar con nuestras
ideas. A este desconocimiento de la lucha organizada se une la
experiencia vital de unos últimos cinco años en los que cualquiera con
cierto espíritu contestatario ha pasado, muy probablemente, por la
nefasta escuela del 15M; para muchos, su única experiencia de lucha. El
mensaje que han escuchado insistentemente en ese tiempo, no sabemos con
qué éxito, es: organización es igual a coacción y libertad es igual a
individualismo. Hay un gran reto en hacer que esta gente acepte entrar a
formar parte de una estructura organizada.
Frente a
esa franja de edad tenemos otra de camaradas con mayor experiencia que, o
bien ha llegado a militar en una organización como la que describe un
documento como el que se discute, o bien la han conocido de primera mano.
Hemos visto a muchos de ellos en las asambleas que ya hemos celebrado,
cómo se han hecho quinientos kilómetros para ofrecerse a montar algo en
su pueblo o ciudad, a pedir ayuda por un lado, y a ofrecer su esfuerzo
por otro.
Otro reto
que se plantea el diseño de una estructura organizativa es el mantenimiento
permanente y automático de una proporción constante entre los camaradas
que asumen tareas de responsabilidad y el número total de miembros del
EEC. Esto se puede resumir en una serie de puntos:
- La estructura organizativa debe ser pequeña mientras el EEC es
poco numeroso
- Debe crecer de forma natural y automática. No debe hacer falta
convocar una asamblea extraordinaria porque, de pronto, se han
añadido X camaradas
- Debe existir una proporcionalidad entre los camaradas que asumen
responsabilidades y el número total de miembros; que no haya gente
que se quema ni gente que esté ociosa
- Sería deseable la máxima proximidad geográfica entre el que
asume una responsabilidad y aquellos a los que atiende
Con todo
este cuadro de requerimientos en mente, el camarada nos cuenta como, ya
en la primera reunión, llegaron a la conclusión de que el modelo de
organización más funcional podría ajustarse a la estructura del modelo
leninista. El camarada hace hincapié en que se refieren a la estructura.
Estimaron que ese modelo está asociado al partido por razones históricas,
pero que como estructura de trabajo cumple los requisitos de dinamismo
para solucionar los problemas que acabamos de plantear. Eran conscientes
de que esa asociación histórica podría generar un rechazo desde el
momento que el EEC no es ni pretende ser un partido, aunque confían en
que las ventajas del sistema y la explicación del alcance real harán
comprensible la propuesta.
El
documento se compone de dos partes. Esta división se explica desde las
autolimitaciones que se impusieron en el trabajo y que explicó con
anterioridad. La primera parte es la estructura más objetiva; la
estructura definida con las funciones o responsabilidades mínimas para
que funcione. En la segunda parte quisieron recoger varias cosas:
comentarios aclaratorios, sugerencias para esa regulación que delegaban
en el EEC en conjunto, orientaciones e ideas que salieron durante las
charlas del grupo y que creyeron que no debían perderse, etc. En
cualquier caso, esa segunda parte es más subjetiva y la declaran de
antemano por hacer.
Con todo
este preámbulo, el compañero nos explica que sólo va a entrar a comentar
dos niveles de la estructura. Primero porque muchas cosas de ellos se
pueden extender a los siguientes y segundo porque son quizás los más
complejos y quiere centrarse en ellos.
En cuanto
a la célula, la primera precisión ya es aplicable a toda la estructura.
Nos cuenta que cuando decidieron tomar como referencia la estructura del
modelo leninista, y discutieron sobre su asociación a partidos, optaron
por reflejar en el documento los nombres clásicos con los que dicha
estructura ha sido recordada. Su intención ha sido que no se les pudiera
acusar de hacer un documento con una estructura conocida a la que se
habían cambiado los nombres. Dicho esto, y una vez hecho este ejercicio
de claridad, el compañero aclara que los nombres son los de menos; lo que
importa es la estructura y lo que decida el EEC respecto a los nombres es
lo de menos. Lo mismo se puede aplicar a cualquier cifra que aparezca en
el documento. Cuando se mencionan datos como que la célula está compuesta
por entre 3 y 8 camaradas, que la cuota es de 2 euros o la reunión del
radio es cada 3 meses, esas cifras son orientativas; tras la discusión o
la experiencia, ya pondremos las cifras que hagan falta.
La célula
es el nivel de trabajo pegado al terreno. Ya sea el terreno geográfico
(por ejemplo, el barrio de Arganzuela) o sectorial (si varios camaradas
coinciden en Telefónica). Pero también podemos entenderla con un sentido más
amplio: si los camaradas que llevan el facebook, el twitter y la web se
pasan el día trabajando juntos y quieren ser más operativos, pues a lo
mejor tiene sentido que se organicen en célula. Es decir, pensémosla como
una unidad de trabajo con una visión más amplia que los usos inmediatos.
Se
hablaba antes de las responsabilidades. La célula como todos los niveles
asume unas responsabilidades por el hecho de quedar constituida. Pueden
ser de formación, de debate, de reparto de panfletos, etc. Esas
responsabilidades son parte de la tarea de regulación que el camarada
espera del EEC en su conjunto. Lo que es importante es que no se
considere como una reunión de colegas que se unen a charlar
informalmente; nos estamos reuniendo para algo.
Y dicho
esto, aclara que la célula sí que debe ser una reunión de colegas. Una
cosa es que tengamos responsabilidades y otra cosa es que pertenecer al
Espacio sea un infierno para compatibilizar tu vida personal, laboral o
tu pertenencia a otras organizaciones. Abogan por discutir unos límites
para que la gente no se queme o, directamente, se le haga imposible la
participación en el EEC.
La
formación de la célula también comparte con el nivel inmediatamente
superior, el radio, la característica de que debe ser supervisada por su
respectivo nivel superior: la célula por el radio y el radio por el
consejo. El nivel superior es el que tiene la visión global del ámbito en
el que se mueve el nivel inferior. Que el nivel superior pueda dirigir o
aconsejar la creación del nivel inferior permite evitar problemas muy
reales, como que no aparezcan dos células en el mismo barrio, que no se
creen células que nadie conoce, que cuando una célula se divide en dos se
les pueda aconsejar qué zona próxima esta libre para que puedan asentarse
en ella, etc. En ningún caso debe pensarse con esto que el nivel superior
pueda hacer un uso arbitrario o caprichoso de esa facultad. No hablan en
ningún caso de que los niveles superiores se dediquen a enviar a la gente
a la otra punta de su ciudad.
A
continuación pasa a a comentar el radio. El radio es el nivel en el que más
problemas se encontraron. La situación que pretende solucionarse mediante
los radios es la más compleja en cuanto a organización de las que tiene
que afrontar el EEC.
El
presente del EEC es de un núcleo en Madrid en el que está quizás el 80%
de la gente que se ha apuntado. Tenemos núcleos relativamente densos en
Galicia y en Cordoba -por contraposición al resto-, y luego tenemos todo
el mapa de España salpicado de puntitos.
Y junto a
este presente tenemos un futuro inmediato que va a ser el azar. Dónde se
van a concentrar los nuevos militantes dispersos o dónde se van a empezar
a aparecer células es un misterio. Pueden aparecer dispersos por todo el
mapa o pueden concentrarse en sitios concretos.
En este
escenario, el grupo de trabajo cree que las demarcaciones geográficas
estándar no son útiles. Por poner un ejemplo inventado, puede pensar en
la posibilidad de que los tres camaradas de Galicia, una comunidad con 4
provincias, dijeran de hacerse cargo de esa zona, pero, siguiendo con
ejemplos inventados, podría ser que los camaradas de Córdoba no pudieran
asumir solos toda Andalucía. A dónde quiere llegar con el ejemplo es a
mostrar lo poco apropiado de aferrarse al modelo administrativo, porque puede
funcionar a veces y otras veces no.
Mientras
esto ocurre en casi todo el estado, en Madrid, sin embargo, muchos
camaradas pueden estar con una carga de trabajo ligera.
La
propuesta combinada del radio y el radio en construcción pretenden dar
respuesta a este problema.
Los
radios territoriales, en principio, no se crean sobre una demarcación
geográfica estándar, sino buscando un reparto del trabajo equitativo. Por
supuesto, no se pretende hacer un reparto caprichoso del mapa de España;
lo normal cuando el EEC crezca y vaya habiendo una uniformidad geográfica
en el reparto de camaradas, será que los radios acaben siendo iguales a
comunidades autónomas y, si somos muchísimos, incluso a provincias.
En cuanto
a los camaradas aislados, la propuesta apuesta por combinarlos a nivel de
coordinación dentro del radio en construcción. Ese difícil encaje entre
la concentración de camaradas en Madrid y la dispersión en el resto del
estado es lo que el radio en construcción quiere convertir de problema en
solución. Parten de la premisa de que un camarada aislado es más fácil de
perder que de convertirle en célula, y la manera de no perderle es
prestarle la atención que requiere. La intención es diseñar un modelo en
el que el camarada asilado tenga un contacto con unos camaradas de
referencia, que se comuniquen por correo o por teléfono o que, de vez en
cuando, cojan el coche y se vayan a un lugar que les venga bien a varios
camaradas de esa zona y monten una reunión allí. El radio en construcción
sería una estructura de gestión dependiente del secretario de
organización pero que, obviamente, no va a llevar él o ella directamente,
sino que debería ser delegada en un grupo de trabajo. Ese grupo de
trabajo sería el que tiene la visión global de dónde están todos los
camaradas aislados, debiendo intentar primero asignarles los camaradas de
referencia más cercanos geográficamente y, si no, la potestad de acudir a
células con menos carga de trabajo. Todo eso de una manera dinámica. Si
la distribución va cambiando y mañana aparecen células más cercanas al
camarada asilado, pues se detecta y se cambia su asignación.
En este
punto da por acabada la introducción, queriendo a modo de recapitulación
dejar constancia de tres puntos que quedan pendientes y a los que hay que
dar solución tarde o temprano:
- El primero es toda la parte de regulaciones y limitaciones que
debemos otorgarnos y que no están en este documento, que tiene que
decidir todo el EEC. Algunas serán urgentes porque tendrán que
entrar en vigor en la asamblea de marzo: tendremos que decidir cómo
votamos, qué responsabilidades asumen los camaradas que asumen
responsabilidades, etc, y en otras no hay prisa, la experiencia
demostrará cuáles tienen que ser.
- El segundo es diseñar cómo se articula la asamblea de marzo,
tarea que ahora está llevando la comisión gestora. Va a ser una
tarea compleja convertir en dos días una propuesta en un documento
acordado, y éste en unas estructuras con la elección de las personas
que ocupan sus puestos.
- Por último, nos recuerda que en la discusión de documentos
anteriores hemos partido de la ventaja de una ideología compartida,
lo que nos ha permitido repetir eso de “el documento como está me
vale, ya habrá tiempo más adelante de
ampliarlo-mejorarlo-comentarlo”. Este documento de organización no
tiene esa flexibilidad. Cualquier documento de organización tiene
que contar con una parte mínima que poner en vigor el día 13 y
tenemos que garantizar el proceso para que eso ocurra.
Bloque de discusión colectiva
Un
camarada quiere hacer unas preguntas aclaratorias sobre la intervención.
- Pregunta si hay mucha gente en Andalucía. Se le explica que en
comparación con otras comunidades, es de las que más hay. Mientras
se busca el documento de reparto geográfico se aclara que, en
cualquier caso, el número total no pasa de diez.
- Pregunta que a qué se refiere la palabra “regulaciones” que se
ha usado varias veces durante la introducción. Se le explica que el
documento de organización dibuja un marco genérico pero no entra en
detalles. Por ejemplo, hay gente que ha preguntado que cómo se vota,
cómo se cobra la cuota, si va a haber una cuenta bancaria, cómo se
dirime un conflicto, etc. Ese tipo de cosas es lo que se han
mencionado como regulaciones y límites, y eso está por hacer.
Se
plantea cómo seguir la reunión. Cómo también hay una enmienda a la
totalidad se plantea si hay que entrar con ella, discutir la anterior,
etc. Finalmente se opta porque haya una ronda de valoración sobre la
propuesta recién explicada.
Pide la
palabra un camarada. Quiere hacer dos valoraciones sobre el documento del
grupo de trabajo. Las quiere hacer de antemano extensivas a la enmienda a
la totalidad, ya que la considera, con matices, muy similar. El compañero
se identifica como perteneciente a una organización comunista. Desde su
organización dan la bienvenida y animan a cualquier persona que se quiera
organizar. El documento lo consideran como una apuesta clara de
construcción de una organización, sea partido o no. Piensa que los
camaradas que ya están organizados trabajan de una forma seguramente muy
parecida. Considera que para ellos esto presenta un problema de
duplicidad de estructuras. A nivel militante lo considera imantenible.
Pero sí que apuestan por las confluencias, por este tipo de encuentros,
por llegar a posiciones comunes, por hacer campañas, ver hasta qué punto
podemos trabajar todos y todas en común, etc. Pero para su grupo, entrar
en un proceso de organización paralelo de aquí a marzo es algo que escapa
de su planificación actual. Quieren ser muy prudentes, pues ya han
conocido varias experiencias.
Sobre la
introducción quiere hacer dos consideraciones sobre unas afirmaciones que
la han parecido subjetivas. Por un lado, las referencias a la edad. El
camarada considera que en todo el tiempo que lleva militando, no recuerda
un momento como el actual en el que haya más juventud organizada y de
carácter combativo. Eso le choca con la valoración que se ha hecho sobre
unos modos de organización más laxos, en los que el compromiso no existe,
donde se hace una delegación ideológica hacia la ideología dominante. Por
supuesto que él es consciente de que la juventud organizada de la que
habla supone una minoría social, pero cree que tienen las ideas muy
claras y están llegando a unos niveles de combatividad adonde otras
personas no llegan. En el otro extremo de edad considera que hablamos de
una generación que ha vivido una o dos derrotas importantes, han vivido
una desestructuración en diversas organizaciones tradicionales, hay gente
que se ha hecho el bunker en el movimiento sindical, o en el vecinal, o
que se han ido a su casa. En cualquier caso, que les es muy difícil ahora
la reincorporación a una dinámica de compromiso real.
En otro
orden de cosas, también considera que la valoración que se ha hecho de la
estructura tiene un componente muy idealista, ya que no se especifica qué
cantidad de gente hay en cada sitio y habría que tener claro de cuanta
gente se dispone antes de decidir cómo empezar a hacer algo. No sabe si
la estructura que se está planteando cuenta o no con el soporte
necesario. Sobre todo teniendo en cuenta que de la teoría a la práctica
hay un salto muy grande, ya que mucha gente que inicialmente se dice
implicada, luego se va quedando por el camino. Lo plantea como un
consejo, no como un impedimento, ya que consideran que el proceso puede
ser útil y no desearían entorpecerlo. Animan a que quién no esté
organizado dé el paso porque les parece importantísimo. Su organización
siempre se ha considerado una organización más entre muchas y su
predisposición a buscar puntos de confluencia siempre está ahí. En caso
de avanzar en una estructura de esta índole, propondrían la permanencia
con un carácter periódico, de mesas de este estilo en las que se pudiera analizar
en qué cuestiones se coincide y en las que se pueda hacer algún tipo de
trabajo conjunto.
Toma la
palabra de nuevo el camarada que hizo la presentación para intentar
aclarar las dudas planteadas.
Respecto
al tema de la práctica militante y la edad, recuerda que ya puntualizó
que cuando hablaba de jóvenes lo hacía en un sentido muy amplio,
incluyendo ahí hasta la gente de cuarenta años. También intentó dejar
claro que no se estaba refiriendo a la juventud organizada, de la que
todos conocemos su nivel de conciencia. La referencia hacía alusión a un
gran colectivo que comparte con nosotros la misma clase, que pueden estar
cercanos en sus ideas aunque quizás no lo saben o no saben decantarlo.
Son gente que deberíamos intentar atraer a las ideas comunistas. Sin
embargo, tienen muy poca experiencia de lucha y, lo que es peor, vienen
de un pasado inmediato en el que lo que han vivido es precisamente la
lucha contra la organización. A poco que tuvieran algo de contestatarios
seguramente han estado en el 15M, donde han aprendido prácticas
espontaneístas y contrarias a la organización.
En cuanto
a la crítica al supuesto idealismo de la estructura organizativa, se
aclara que el grupo de trabajo sí que hizo el trabajo de análisis de los
datos de dispersión geográfica. Está elaborado con datos del mes de
noviembre, que fue cuando se realizó. No se ha querido adjuntar a la
propuesta ya que la propuesta se hizo con intención de perdurar, y no se
quiso que incluyera unos datos que, por su propia naturaleza, iban a quedar
anticuados enseguida. Dos trabajos que se hicieron, éste del que estamos
hablando y otro sobre la sostenibilidad económica están a disposición de
la asamblea de marzo y pueden ser de utilidad para los camaradas que
comiencen a trabajar desde esa fecha. [Nota del acta: se imprime sobre la
marcha el documento de distribución geográfica (sin datos personales) y
se reparte entre los asistentes]
Toma la
palabra otro camarada que participó en el grupo de trabajo. Según su
opinión, la intención fue realizar un documento práctico que reflejara la
realidad del EEC. Haciendo referencia al documento de distribución
geográfica repasa que hay 81 personas en Madrid capital, 11 en el resto
de la provincia: 3 en Alcalá, 3 en el Oeste, 5 en el extremo sur.
Hablamos de gente que nos sigue, que está participando. La intención fue
hacer una estructura para trabajar, y para ello pensamos que la mejor
estructura es la celular. Esa es para él la base de la organización, los
otros niveles no son más que niveles de coordinación. La estructura
celular es la más cómoda para la labor política, para la labor de
propaganda, agitación e información. El camarada hace hincapié en que la
labor de información suele ser olvidada por las organizaciones
comunistas. La estructura celular también es la más eficaz en los centros
de trabajo. Es el tipo de organización más sencillo y, aún así, permite
analizar el trabajo de cada uno de los camaradas.
Para él,
desgraciadamente partimos de una realidad muy dolorosa en España. Los
comunistas estamos divididos en múltiples organizaciones, en algunos
casos enfrentadas, enfrentamientos a veces con una base más cuestionable
y otras veces con más fundamento. La idea del EEC es permitir el trabajo
conjunto. Para facilitar eso, la estructura propuesta facilita el
trabajo, facilita la formación, facilita la comunicación rápida e incluso
facilita la seguridad. Ese es el motivo de apostar por la célula como
elemento básico de la organización. En cualquier caso, el camarada vuelve
a expresar que el nombre es lo de menos. Todos los niveles a partir de la
célula es coordinar trabajos, no es elaborar. También vigilar que toda la
organización va al mismo paso en función del interés de clase que se
quiere conseguir.
El
camarada nos cuenta que, por su edad, ya ha pasado por cuatro o cinco
experiencias de intentar crear organización, y le parece kafkiana la
fragmentación de los comunistas en nuestro país. No es tanta la
diferencia como la formación; muchas veces hay mucho de subjetivismo
cuando discutimos con camaradas. El trabajo celular puede facilitar que
se creen los hábitos para discutir temas en conjunto y decantar las ideas
centrales para despejar conflictos basados en las interpretaciones
aisladas.
Toma la
palabra otro camarada. Cuenta que cuando llegó a sus manos el documento
organizativo elaborado por el grupo de trabajo, a él le vino a la mente
el documento organizativo preparado en 1937 por Pedro Checa, Secretario
de Organización del PCE. No hablaba de Consejo, pero el Comité Central
parece algo similar, y el Secretariado se podría asimilar con un
ejecutivo. La diferencia es que en ese año el PCE tenía trescientos mil
afiliados muy activos. Por supuesto que no hace falta tener ese número de
militantes, por ejemplo el Partido Comunista de Rusia tenía cuando hace la
revolución treinta mil. Aún así, el camarada está convencido de que en
aquel entonces, en determinadas zonas se organizaban como podían. Debían
tener una flexibilidad entre el modelo que necesitaban y hacia el que
iban, debían tener una idea práctica del presente. Con esto quiere decir
que conviene tener muy en cuenta que la estructura de personas que hoy
están inscritas en el EEC han sido contactadas básicamente mediante
correos electrónicos. Tenemos que distinguir lo que es un militante y
alguien que asiste a dos encuentros. Si lo medimos por asistencia sale un
resultado, si lo medimos por asistencia práctica-activa a otros
llamamientos sale otro. Cree que debemos invertir el planteamiento:
cambiar el foco en el modelo teórico por el foco en la realidad de la
situación. El camarada, que es el autor de la enmienda a la totalidad que
se ha presentado al documento de organización, hace la reflexión de que
incluso, si tuviera que discutir su propio texto, cree que le metería
varios cambios.
Para él,
cuando se habla del modelo leninista no se ha mencionado que contiene dos
elementos básicos: la disciplina y el centralismo democrático. El
problema es que ambos elementos nos remiten a un concepto de partido.
Cuando el EEC es una reunión de camaradas, muchos de ellos pertenecientes
a partidos, es difícil actuar como un partido de partidos: les estamos
enfrentando a lealtades contrapuestas. Pone otro ejemplo: la mención que
se ha hecho en un par de ocasiones a una posible situación de voto.
¿Hasta qué punto todas estas cosas son coherentes con la filosofía de lo
que es el EEC?
Lee un
fragmento del llamamiento inicial del EEC que dice “Tenemos la necesidad
de un espacio de encuentro común, en el que se puedan sentir cómodos
todos los comunistas, tanto los que provienen de organizaciones como los
que no. Será necesaria una buena dosis de generosidad, actitud y mente
abiertas y voluntad unitaria para echar abajo los muros que aparentemente
nos separan; unos obstáculos que muchas veces han sido erigidos por
nosotros mismos. Debemos dejar respirar al marxismo como teoría viva y
transformadora para que refuerce su condición de terreno fértil en el que
se promueve el debate, la reflexión y la práctica, sin llaves secretas
que dan la razón a unos elegidos. Un lugar donde analizar entre camaradas
la nueva realidad, en el que la teoría dé respuesta a la lucha y sus
formas y en el que construir la unidad de acción necesaria para alcanzar
el éxito. Un espacio que, desde su nacimiento, se sepa parte de la lucha
internacional contra el capital.” ¿Dónde está la contradicción?, se
pregunta. Pues que partiendo de que venimos de familias comunistas, el
elemento de flexibilidad es clave, el elemento de que los debates se
avancen pero que no se cierren, el elemento de que no funcionemos a base
de disciplina inicial, sino que a la disciplina lleguemos un día porque
en algún momento habrán madurado las condiciones y todos nos encontremos
con la necesidad de crear el partido comunista que necesita este país,
pues está muy bien, pero eso va a requerir mucho tiempo. Si partimos de
un planteamiento previo de votar le da la impresión de que estamos
construyendo un partido sin llamarlo partido.
Por otro
lado, también tiene dudas con respecto al método. Tenemos ya la
experiencia para ser muy prudentes al contabilizar a los camaradas que
están inscritos en el EEC; en cuanto comenzaron los correos con sesiones
de trabajo, etc, ya hubo gente que se borró. También tenemos la
experiencia con la gente que participó en el núcleo inicial, que siguen
atentos al desarrollo del espacio pero que no se implican en sus
sesiones. Esto puede estar indicando algún factor de tipo psicológico, de
madurez del proceso, que nos esté señalando que hay que replantearse
cosas con más flexibilidad. Habrá que ponerse después del encuentro a
hacer cuentas, ponernos en contacto con camaradas, ver la potencialidad
de qué tipo de agrupamientos se pueden hacer en los territorios
concretos, en los barrios o en los pueblos.
Cree que
habría que ir a un tipo de estructura muy distinta. ¿Qué ha sido el EEC
hasta el momento? Básicamente han sido dos citas de encuentro en las que
nos mandatábamos para los siguientes pasos y, por tanto, donde nos
encontrábamos comunistas de toda España y nos íbamos dando avances sobre
siguientes pasos. Es verdad que hay que concretar eso, pero a lo mejor lo
que tenemos que hacer es descender esas reuniones que se están
produciendo a nivel nacional, bajándolas territorialmente. Pero de una
manera con menos escalones.
Lo
fundamental para él es que el planteamiento de organización que hagamos
no se parezca a un partido. Los pasos muy despacio, la construcción muy
pegada al terreno, donde lo consensuemos mucho sin votar, porque el votar
presupone mayorías y minorías y no quiere dejar a compañeros en minoría,
quiere que avancemos juntos. Fracciones lleva a fraccionar. Si cambiamos
el nombre pero el concepto sigue siendo grupo donde se vota y en función
de lo que sale hacemos y actuamos, no estamos construyendo el espacio de
encuentro, ni por espacio ni por encuentro.
Por
último, quiere plantear la situación de determinados camaradas que, o son
cuadros o pueden llegar a ser cuadros, que han sido en la práctica el
equipo que se ha encargado de llevarnos hasta el tercer encuentro, que
posiblemente tengamos que plantearnos algún tipo de coordinación -en el
sentido que él le da según la filosofía del encuentro-, de coordinación
política, donde se incorporen áreas de trabajo como Movimiento Obrero,
Internacional, Mujer, Coordinación Territorial, Finanzas, etc, y eso se
relacione con los núcleos comunistas que podamos formar en los
territorios; todo ello sin mediaciones. Deberemos salir con un estudio de
dónde hay comunistas y cómo podemos tener encuentros con ellos y
dirigirnos allí, pedirles, si es posible, que nos organicen un encuentro
con otras personas interesadas, explicarles el concepto y desarrollar la
organización.
Toma la
palabra otro camarada. Se presenta como miembro de otra organización
comunista y, aunque no trae una postura acordada, tratará de hablar desde
un sentir compartido. Cree que el texto, desde la mejor intención, pues
trata de recoger lo mejor de la tradición marxista, es un intento fallido
para la situación en la que se aplica. El modelo está demasiado apegado
al partido comunista clásico. Desde su punto de vista los que se
encuentran integrados en un partido no van a poder acompañarnos en este
viaje. Sería muy complicado seguir dos disciplinas o dos líneas
políticas. Sí que entendería el hablar de coordinación y sobre todo del
intento de buscar posiciones unitarias en lo concreto. Es decir, que allí
donde los y las camaradas tengan un ámbito de actuación, el encuentro
pueda ser útil. Primero para saber que otros compañeros están en los
mismos ámbitos y, segundo, si hay, por ejemplo, un documento político o
unas pautas organizativas, pues que nos puedan servir en la acción
política del día a día.
Interviene
uno de los camaradas autores del texto. Quiere recordar que en la
introducción han mostrado su deuda con la estructura del modelo
leninista, pero que conceptos como disciplina o centralismo democrático
no son parte de la estructura. La regulación que da vida a esa estructura
en el ámbito de un partido es el centralismo democrático, pero la
propuesta del documento no va en esa línea. Han aprovechado la estructura
porque creen que es útil para solucionar los problemas prácticos que se
han estado discutiendo de dispersión, etc, pero habría que dotarla de un
conjunto de regulaciones propias que no serían el centralismo
democrático, ya que éste sería incompatible con que hubiera camaradas que
comparten su pertenencia al EEC con su militancia en otras organizaciones.
E hilando
desde este último punto, el compañero pregunta al primer interviniente
que se identificó como miembro de una organización que había discutido el
texto, si habían llegado a discutir propuestas alternativas.
Por
interpelación directa, se le cede la palabra al camarada al que se ha
hecho la pregunta. Lo primero que indica es que no es su intención ser un
palo en las ruedas. Acudieron desde la primera reunión del EEC, y han
seguido viniendo con la intención de explorar hasta qué punto de convergencia,
ya sea menor o mayor, se puede trabajar. Si hay determinadas situaciones
políticas -pone como ejemplo un ataque a Siria- hay que ver si podemos
hacer algo conjuntamente, si hay una problemática -pone como ejemplo un
conflicto obrero importante- pues van a proponer sentarse para explorar
qué se puede hacer en común con una gente que piensan que tienen una
ideología afín. El camarada no está de acuerdo con la idea de que los
conflictos entre organizaciones comunistas sean meramente subjetivos, piensa
que eso sería un planteamiento idealista. Ellos no quieren interrumpir el
proceso de unos camaradas que quieren organizarse, les parece muy
legítimo, y estarán encantados de acudir a un espacio periódico donde se
puedan sentar a discutir cuestiones concretas.
Vuelve a
pedir la palabra uno de los integrantes del grupo de trabajo. Nos propone
el escenario de después del 12 y 13 de marzo, cuando vayamos a poner en
marcha cualquier tipo de organización. En su barrio son, por ejemplo, 5
personas que no pertenecen a ningún partido y 2 que pertenecen a un
partido. En la práctica tendrán que reunirse en el barrio para hablar de
qué pueden hacer. Otras cosas aparte son la coordinadora contra la
guerra, etc. Pero ellos tienen que ver qué hacen el día a día como comunistas.
Él cree que ese día a día tiene que discutirlo con los camaradas con los
que habitualmente se reúne, asignarse tareas cada semana en función de la
disponibilidad y capacidades, a la siguiente semana dar cuenta de ello,
etc. Él no lo ve en contradicción con que dos camaradas estén
organizados, pero cree que lo óptimo sería que fueran para trabajar, para
asumir tareas y ponerlas en práctica, no solo para debatir o escuchar. Él
ve eso como lo que debería ser la práctica diaria aunque, por desgracia, se
teme que no es la práctica que en general -recalca lo de en general-
tienen los partidos comunistas actualmente.
Afirma
que hay que hacer trabajo de captación, de propaganda, entendiendo
propaganda no como tirar papeles. Pone como ejemplo que, cuando vas al
trabajo, puedes valorar tu contexto para intervenir con los compañeros
uno a uno.
Lamenta
que desde la llegada de la democracia los dirigentes de los partidos
dijeron a los militantes que ellos asumían toda la labor. Los militantes
asisten a alguna reunión o, los más activos, asisten a una plataforma de
vecinos, etc. No se analiza el trabajo de cada militante cada día. Eso es
algo que los que queremos llegar a ser comunistas tenemos que cambiar.
Estamos pagando este estado de cosas y lo vamos a pagar más.
Se teme
que se repita una experiencia que él ya ha vivido en otras iniciativas.
Se adopta un modo de funcionamiento improvisado, que algunos saben que no
va a funcionar, y, más adelante, cuando ya se hace evidente para todos,
se parchea apresuradamente sin éxito. Él prefiere hacer una discusión
rigurosa en el momento actual.
Insiste
en que él solo concibe la célula como la reunión periódica y frecuente
con todos los camaradas, los organizados y los que no, en la que se
analiza el propio trabajo y se marcan hitos. No lo puede entender como
una reunión de vez en cuando para hablar puntos concretos. Nos muestra el
resumen que ha hecho de todo el documento en una sola hoja, en el que el
papel fundamental lo juega la célula.
Nos
critica como contrapunto el sistema asambleario, en el que también ha
participado. Según su opinión en las asambleas la gente va a hablar y, al
terminar, se pregunta que quién hace el trabajo. Según el camarada, el
trabajo lo asume quien tiene un interés particular y, al cabo de una semana,
vuelve con el trabajo que él ha hecho, que a veces puede estar bien y
otras veces estará mal.
Nos ve en
un momento clave. Tenemos la oportunidad de montar algo efectivo,
respetando todas las sensibilidades y todos los requisitos que nos
pusimos, pero en un momento clave que no debemos desaprovechar.
Interviene
de nuevo el compañero autor de la enmienda a la totalidad. Entiende la
necesidad de organización porque cree en la organización. Pero él cree
que la organización se va adoptando. Primero va tomando formas flexibles,
va evolucionando y adaptándose a las circunstancias reales de las
personas con las que cuenta, de dónde tiene a esas personas, de cuáles
son sus voluntades de trabajo y de qué necesidades tiene la propia
organización. La organización no es un concepto neutro, es un concepto
político y, por tanto, el concepto de necesidades políticas de la
organización es un elemento clave. Sin haber participado en el 15M, teme
que demos un salto al lado opuesto y que, desde el asambleísmo total
pasemos a una organización forzada. Cuando habla de ir experimentando, es
de ir trabajando creando organización. Tenemos que ir bajando el EEC que
tenemos creado a nivel nacional a realidades concretas, que se asienten
en el territorio, y que se pueden asentar en realidades que no son el
territorio, pueden ser sectoriales. Es muy importante el día a día y las
acciones concretas, que ahí nos podemos entender. Sin el elemento de
debate y formación, al menos así figura en el EEC, la relación
teoría-praxis está coja. Para entender por qué tenemos que acordar una
acción concreta probablemente tendremos que entender qué supuestos
teóricos tienen las posiciones en las que nos podemos encontrar juntos y
en las que podemos coincidir para hacer esa acción concreta. El elemento de
debate es importante. Y eso no significa que no haya que superar el mero
debate.
Si él
pensara que sólo tenemos que entendernos para el día a día, pues se iría
a una plataforma, que es como han funcionado todas las plataformas. Es
una experiencia que no nos sirve si lo que queremos es ir a un proceso
con el tiempo de unidad.
Volviendo
a su razonamiento inicial, pasar del nivel nacional a espacios comunistas
de base que operen sobre la realidad, donde pueda haber comunistas
organizados o no organizados. Bajarse a lo territorial significa para él
que debemos salir del tercer encuentro con un mandato concreto: ponernos
en contacto con todos los camaradas y, en función de esos contactos, ver
qué soluciones damos, que ahora no sabe si son dos, cinco o siete. Con
esa filosofía inicial con la que nacimos y ponernos a trabajar. Las
gentes viven en sitios reales donde hay trabajos reales, conflictos
laborales reales. Ponernos a trabajar pero que. la formación previa
incida también en esas organizaciones de base. De una manera flexible,
sin diseño a cartabón. Desde una estructura nacional que trate cuestiones
que son fundamentales para actuar en función de frentes de lucha; en la línea
de las áreas de estudio abordadas por los grupos de trabajo. Ponerse en
contacto a partir del día 13 con los camaradas, saber si en un sitio hay
varios camaradas que puedan hacer una reunión, convocar a otra gente que
pueda estar interesada y ver cómo se pueden organizar.
Simplificar
las estructuras para que todo el mundo tenga la sensación de que es un
espacio de debate y de trabajo político para la calle donde no hay ni
delegaciones, ni obediencias, ni votamos. Trabajar en términos de
fracción no funciona si lo que queremos es crear una estructura de
unidad.
Toma la
palabra uno de los camaradas que intervino en la redacción del documento
del grupo de trabajo. Él ve el documento como eminentemente práctico. Lo
ve flexible, y cree que hay que adaptarlo a la realidad de los que han
mostrado su interés en él participando en el debate. En este sentido, y
como nota al margen, le llama la atención la caída de asistencia a esta
reunión de debate con respecto a las de anteriores documentos. Piensa que
hay que contar con la valoración de los camaradas organizados, con los
que se contaba desde el primer momento en el EEC. Está menos seguro de
que la lectura de los números, de la distribución geográfica o de los
correos de los camaradas pueda ser interpretada de una manera concreta,
pues no sabemos ninguno de antemano qué es lo que van a demandar. Tenemos
números de personas, pero no sabemos lo que esperan. Lo que es seguro que
esperan, porque nos hemos comprometido a ello, es que el día 13 de marzo
habrá una discusión de documentos y uno de ellos será el de organización.
Y a diferencia de otros documentos, el debate sobre organización sí que
necesitará materializarse en una estructura concreta al acabar el día 13.
En ese
sentido, no ve cómo de la propuesta del interviniente anterior, que es
indefinida, se puede hacer una manera de trabajar. El documento que ha
presentado el grupo sí que plantea una estructura, una manera de
trabajar; y puede ser modificada, por supuesto, pero tiene que seguir
quedando con la forma de una estructura, de unas formas de uso, tenemos
que saber a qué atenernos, tiene que haber un reparto del trabajo
equitativo y un reparto de tareas, y eso no se hace desde el
voluntarismo. Una cosa es que rebajemos las pretensiones organizativas y
otra cosa es que carezcamos de ellas, que es adonde estamos yendo ahora.
Menos aún con la experiencia de lo que nos está costando ahora sacar el
trabajo adelante cuando aún no tenemos organización -no por nada, sino
porque todavía no hemos cumplido los pasos para tenerla-.
Para el
camarada no basta con decir “rebajo las pretensiones”, hay que decir cómo;
hay que escribirlo en un documento; y hay que hacerlo antes del día 12 de
marzo.
Vuelve a
intervenir el camarada anterior para concretar su propuesta. Piensa que
la tercera asamblea puede facultar a la creación de una Comisión de
Coordinación Estatal. Esa Comisión tiene que entrar en contacto con todos
los comunistas que hay en cada zona y que se establezcan las viabilidades
con ellos, sea por teléfono, skype, como sea, tener una reunión que vaya
más allá del correo electrónico y ver la posibilidad de crear Espacios
Comunistas de Base de un tamaño flexible pero pequeño. Y, de momento, y
mientras no tengamos realidades regionales, no pensar todavía en crear
coordinadoras o comisiones de nivel intermedio.
En el
órgano de coordinación estatal sí que puede ser necesario un reparto del
trabajo y es posible que hagan falta hasta quince personas. Menciona
organización, propaganda (redes, web, etc), formación, movimiento obrero,
internacional, mujer. También debe haber un grupo dedicado a coordinación
territorial, lo cual no quiere decir que sea un nuevo órgano de nivel
intermedio. A nivel de cada Espacio Comunista de Base le valen el
responsable de organización y el de formación, con la responsabilidad
política colegiada entre todos los miembros de la Base.
La Comisión
de Coordinación Estatal debería tener cada X semanas, por ejemplo seis,
un encuentro físico, y cada diez días un encuentro virtual. Hay que
llevar el día a día, y eso parece razonable hacerlo con reuniones
telemáticas cada diez días. No se puede estar haciendo viajar a los
camaradas que estén en la Comisión y sean de fuera de Madrid todas las
semanas.
Si cuando
empecemos a andar se comprueba que hace falta algo más que esto, hágase,
pero no se cree por adelantado.
Toma la
palabra un integrante del grupo de trabajo. Cree que la organización se
va haciendo poco a poco. No sabe si todas las tareas que ha enunciado el
compañero son necesarias desde el principio. Debemos ir creando las cosas
que nos permitan ir avanzando, y también las cosas que nos permitan ir
modificando. Eso aplica incluso a la estructura que defendía el documento
del grupo de trabajo. Él ha trabajado con un modelo parecido en la
clandestinidad y fuera de ella y en todas las ocasiones ha aplicado ese
modelo de una manera distinta, según fuera necesario para adaptarlo a las
circunstancias.
Las
organizaciones tienen que evolucionar, tienen que hacer evaluación de su
trabajo y de su influencia y, si pasado el tiempo, no se ve que dicha
organización consiga cambiar su entorno hacia los objetivos propuesto,
pues hay que deshacerlas para intentar con otro modelo.
Si él
pudiera contar con algunos de los camaradas que salieron con él de la
clandestinidad, él formaría una organización más o menos rígida, pero es
consciente de que ese material no existe ahora; ahora falta una formación
muy grande. Eso crea un impedimento. Pero vamos a trabajar con el
material que tenemos, vamos a tener toda la flexibilidad necesaria, y
vamos a crear el EEC.
Toma la
palabra otro camarada que actualmente está organizado. Tomando como base
el documento inicial, uno de los aspectos que más le incomodaban era la
existencia del secretario político y el secretario de organización. Si él
pertenece a un partido y al EEC, tiene dos secretarios políticos. En ese
sentido, los Encuentros Comunistas de Base deben partir de un principio
que todos compartan: la independencia política de todos los camaradas que
allí van. No se les puede decir qué línea política deben seguir. No sabe
si el que se cree una organización a nivel estatal (un responsable de
movimiento obrero, un responsable de mujer, etc) implica ya la creación
de un Comité Central estatal.
Sin
embargo, sí que no encuentra ningún impedimento en lo local. Ahí sí que
se pueden encontrar camaradas de partido o no y trabajar en lo local.
Interviene
otro compañero del grupo de trabajo. Según su opinión no podemos pensar
sólo en lo local, no podemos reducir tanto el ámbito de actuación que nos
quedemos sólo en lo local. Tampoco puede asustarnos tener un ámbito de
trabajo estatal. El espacio ha nacido en Madrid, pero desde el primer
momento se unieron camaradas de otras zonas que se habían enterado y, en
cuanto se hizo un llamamiento general, apareció gente de todos lados.
Sería absurdo renunciar a esa fuerza. Para hacer un trabajo efectivo en
lo local, cuando estamos utilizando unos modos de trabajo y unos recursos
comunes, es absolutamente normal que pensemos en un ámbito de todo el
estado. Y en ningún caso ve la lista de responsabilidades que enumeró el
camarada como un Comité Central, tal y como afirmó el compañero anterior.
Esos puestos en una Coordinadora Estatal son necesarios en lo funcional:
desde mantener una web hasta mantener en contacto a todo ese montón de
gente que está separada por cientos de kilómetros. Cree que la propuesta
que hizo el camarada de tener una responsabilidad política colegiada en
todos los niveles corrige el problema real que expuso el camarada
anterior de tener dos responsables políticos. Sin embargo, sí que ve
necesario un responsable de organización por el mero hecho de que vamos a
tener una organización extensa y dispersa, sin que por ello deba ser
asimilado al puesto del mismo nombre en un partido político.
En cuanto
al resto de puestos de sectores especializados (movimiento obrero,
internacional, género, etc) no ve el motivo de que tengan ya una
presencia dada de antemano. No porque no los considere áreas importantes,
sino porque se puede prever la existencia de áreas de especialización sin
mencionar ninguna. Si la organización demanda esas áreas y aparece gente
dispuesta a implicarse en ellas, pues sería lo ideal y debe haber un tipo
de estructura que les dé cabida. Pero si no vamos a encontrar a nadie con
la disponibilidad y el conocimiento para dar contenido a alguno de esos
espacio, pues dejémoslo ausente por ahora hasta que aparezcan esas
fuerzas.
De esta
manera se podría dejar constancia sólo de la estructura de gestión
mínima, la que hacen una aportación global, como puede ser la
comunicación, la formación, etc. Cosas que el día a día requieren de una
estructura de trabajo.
Toma la
palabra el camarada que reformuló la propuesta para explicar porqué
reserva un sitio de antemano a áreas como movimiento obrero,
internacional o mujer. Según su punto de vista, son tres sectores de
especialización tan imbricados con los intereses de la clase trabajadora
que hay que reservar un espacio para su presencia en la organización para
que nunca se abandone su estudio, transversalicen al resto de iniciativas
y mantengan vivo el análisis, la agenda y la acción en sus respectivos
campos. Tampoco puede ser que reproduzcamos eso en todos los ámbitos y lo
sectorialicemos todo; sólo lo esencial. Lo que nunca debemos hacer es ver
estas responsabilidades como un modo de verticalidad dentro del EEC. Los
debates sobre estos y otros temas se tienen que dar en el nivel local y
en el nivel global, y la responsabilidad de estos coordinadores es
asegurar que la información y los materiales llegan a todos sitios, tener
visiones generales coordinadas, empujar a todos los espacios en la misma
dirección, etc. En ningún caso piensa que esto pueda ser comparado con un
Comité Central.
Toma la
palabra una compañera. Considera que el documento del grupo de trabajo de
organización refleja demasiado la estructura de un partido, y eso explica
que los compañeros que están organizados vean incompatible su presencia
en su organización y en esta nueva estructura. Si lo que estamos montando
es un espacio de encuentro, lo ve contradictorio. Debería haber una mera
coordinación para ir avanzando de una forma conjunta en lo que se
coincida y lo que veamos viable para caminar juntos. Lo centraría en la
coordinación y en la formación.
En el
tema de la mujer, que ha salido, hay que tener en cuenta que las mujeres
son la mitad de la clase trabajadora, y ese debía ser un tema que
estuviera presente siempre, no un tema segregado. Quiere, además,
recordar que en entre las mujeres propiamente obreras, la mayoría son inmigrantes.
Y no se ha hablado nada de la inmigración.
Toma la
palabra uno de los compañeros de partido. Considera que el análisis
antipatriarcal y el análisis de la participación de las mujeres obreras
dentro de la organización deben ser un pilar de cualquier organización
que se diga revolucionaria. Ya no solo porque un análisis estructural
demuestra que las mujeres obreras tienen una estructura que las oprime de
forma económica y de forma social, sino por la propia dificultad que han
encontrado históricamente en militar con sus compañeros varones, porque
eso es una realidad que hemos vivido en las organizaciones y que ha
supuesto que la mitad de la clase trabajadora no se encuentre cómoda para
militar, aportar a la revolución. Eso es una cuestión que cualquier
organización debe abordar aunque, lógicamente, hay otras tantas.
Es verdad
que nos encanta debatir de esto, de internacional, etc. Pero, por otro
lado, vamos a ceñirnos a lo concreto, vamos a ceñirnos a qué herramientas
tenemos, y que es lo que se puede construir de forma efectiva, más allá
de construir marcos bonitos en papel pero que luego son complicados.
Toma la
palabra el compañero que inició la charla de hoy. Piensa que en lo que
queda de reunión se debería intentar concretar una propuesta de acción.
Hay dos documentos, uno del grupo de trabajo y otro una enmienda a la
totalidad que parece que no reflejan ninguno una realidad asumible, pero
la fecha del 12 de marzo es inamovible y tiene que haber una propuesta de
organización para esa fecha. No es un tema que se pueda posponer para el
futuro.
El mismo
camarada, después de plantear este reto, lanza una propuesta a
consideración. En el acta quedan recogidas ideas y la manera de pensar de
los asistentes, hay una propuesta que, basándose en la enmienda a la
totalidad, la simplifica aún más. El camarada propone que se reúnan los
asistentes que así lo deseen e intenten dar forma a un documento de
propuesta tomando como punto de partida el acta de la presente reunión e
intentar hacer una propuesta común.
Toma la
palabra el camarada que presentó la enmienda a la totalidad. Está de
acuerdo en trabajar en un documento que refleje una propuesta común.
Espera que todos los camaradas presentes se impliquen, pues piensa que es
el modo de conseguir el mejor documento.
En
cualquier caso, quiere puntualizar dos temas más. Por un lado, sobre el
tiempo de militancia para entrar en un órgano de coordinación cree que
debía tomarse de un modo flexible. Es evidente que conviene conocer a un
camarada que se incorpora a un órgano de coordinación y también parece
evidente que nadie se eternice en un puesto, pero si hace falta un plazo
para buscar un sustituto a un camarada y en vez de dos años acaba estando
dos años y medio, pues no debería pasar nada.
En cuanto
a la incorporación al EEC, opina que la responsabilidad debe recaer en el
propio territorio donde se presenta el candidato, donde le pueden conocer
mejor. Salvo que hubiera una impugnación por parte de alguien de la base
o que detectásemos por cualquier vía que es un infiltrado extraño, pues
nadie mejor la gente de su territorio para darle el aval, que es como
siempre los comunistas hemos entrado en organizaciones cuando no eran de
masas.
Uno de
los compañeros organizados interviene para apoyar también el plasmar toda
la discusión en un documento. Quiere recalcar que según su opinión es
central la unidad de acción en el día a día, y no se refiere a fechas
especiales y esporádicas, sino en el día a día cotidiano.
Aún
mantiene dudas frente al modelo estatal. No quiere presentar una
oposición bloqueante, pero sí le gustaría que se explicitaran posturas
para aclarar de qué estamos hablando. En concreto, le gustaría que se le
explicara en qué se diferencia esta estructura estatal de un Comité
Central.
Un
camarada del grupo de trabajo toma la palabra. Sobre la propuesta de que
los avales de un nuevo miembro del EEC sean locales, le parece evidente.
Sin embargo, sobre la flexibilidad en los tiempos de militancia para
tomar responsabilidades se muestra crítico. La palabra flexibilidad no le
parece apropiada: o hay un tiempo exigible o no lo hay. Si hay que poner
una regla, pues o aplica a todo el mundo o no aplica para nadie. No sabe
con qué criterio se pueden considerar flexibles las reglas.
Pide la
palabra el camarada autor de la enmienda para explicar la diferencia
entre el órgano de coordinación estatal y un Comité Central. La primera
es que un Comité Central suele tener otros órganos posteriores que
reducen el grupo de poder y, por tanto, tiene una estructura más de
dirección política. Un órgano de coordinación político, aunque parezca
que sólo el nombre es distinto, no tiene cerrados los debates. De
congreso a congreso el Comité Central hace debates, pero en lo ideológico
te encuentras con una organización definida con una ideología concreta y
con unas disciplinas a la hora del voto. Cree que nosotros no debemos
funcionar con el concepto de voto, debemos funcionar con un concepto de
buscar los elementos comunes y debatir los elementos que nos separan. Es
decir, que en un momento determinado no es una parte contra la otra. Si
un camarada está en un órgano de coordinación y siente que su posición va
a provocar una ruptura, retira la posición, no trata de imponer.
Pero
además, ideológicamente esto es algo mucho más plural que un partido, en
el que el Comité Central tiene una definición concreta. Aquí nos hemos
definido como marxistas. Eso significa que caben los maoistas, que caben
los marxistas-leninistas, los espartaquistas, etc. Eso no ocurre en un
Comité Central, que es mucho más homogéneo. Y luego hay un concepto de
centralismo democrático y de disciplina que aquí no existe. Aquí estamos
en un proceso de voluntad de encuentro en un proceso.
Otro
camarada del grupo de trabajo retoma el tema de las excepciones. Piensa
que unos criterios de actuación en los que todo quedara recogido sería
materia de unos estatutos. En los documentos tan genéricos que estamos
manejando no cabe. Todos debemos ver que somos iguales.
No cree
que el tipo de organización que es el EEC requiera de unos estatutos. A
partir del 13 de marzo tenemos que estar teorizando desde la base de la
práctica. Lo que no podemos hacer es prolongar más esta situación porque
podemos dar lugar a perder camaradas.
El
camarada que hizo la pregunta sobre el Comité Central pide intervenir
para señalar que no quería expresar ninguna desconfianza, que asegura que
no la hay. Lo que quería es dejar constancia de la situación de los
militantes de partidos, para que no sientan que lo que se está
construyendo les pide un traslado de militancia hacia el EEC.
El
compañero que ya le respondió antes, para intentar aclarar más sobre esta
última intervención, presenta la analogía con el PAME en Grecia, que es
un sindicato de sindicatos y no plantea exclusión en la militancia.
Antes de
cerrar la reunión, se toman los contactos de los asistentes que quieran
participar en un texto basado en los puntos de visto expresados durante
la sesión.
Se cierra
el acto recordando que el día 12 de marzo las reuniones de todas las
comisiones van a ser paralelas e invitando a los camaradas interesados en
este documento a inscribirse en su sesión.
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