jueves, 6 de mayo de 2021

EL PODER OTANONUISTA Y ASOCIADOS HACEN LA GAMBA,... ¡¡ // CONTACTO CON UNIÓN DE LUCHA PROLETARIA -- MANDAN DOCUMENTO,...¡¡ //;... "" EL CAPITALISMO INTERPLANETARIO : NUEVA FASE ...

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ARCHIVO DEL BLOG -- LUKYRH.B/S.COM - REVOLUCIÓN DE LA HUMANIDAD " COMUNISMO PROLETARIO AUTOGESTIONADO,....Y GUERRA CIVIL MUNDIAL,...POR GOLPE DE ESTADO OTANONUISTA Y ASOCIADOS, RUSIA, CHINA R.P.,...ETC,....¡¡¡.  -- UN PORFA ¡¡ : --- SI TIENEN DATOS DE LAS POSICIONES DE LAS ORGAS COMUNISTAS,...ETC,....EN ELECCIONES COMUNIDAD MADRIZ,...¿¿ NOS LO PUEDEN PASAR,....CON LOS TITULARES, NOS ES SUFICIENTES,...DE SUS ARTÍCULOS,...¡¡¡ LMM,...PORTAVOZ DEL [[ GRUPO PROLETARIO DE MÁLAGA. -2.000.- ]]


Luciano Medianero Morales 

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NISMO PROLATERIO AUTOGESTIONADO,....Y GUERRA CIVIL MUNDIAL,...POR GOLPE

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JUEVES, 6 DE MAYO DE 2021 // " comunismo planetario autogestionado"

"" EL IMPERIALISMO ASOCIADO GLOBAL SIGLO XXI,...Y LA EXPLOTACIÓN LUCRATIVA SISTEMA SOLAR/ESPACIO EXTERIOR : ! ANIQUILACIÓN MITAD HUMANIDAD>>>

INTRODUCCIÓN ¡¡ : POR RESPETO Y POR ""DEFERENCIA"",...REPRODUCIMOS PRIMERO, EN ESTE TRABAJO, LO QUE HEMOS RECIBIDO POR EMAIL, HACE UNAS 5 HORAS,...O SEA, SOBRE LAS 4 DE LA MADRUGA

DA DEL DÍA 6/5/21,.... >>> : 

[[ ENTRADA NUEVA EN UNIÓN DE LUCHA PROLETARIA

LA VANGUARDIA MARXISTA-LENINISTA EN EL ESTADO MEXICANO, POR COMITÉ POR LA RECONSTITUCIÓN

por Unión de Lucha Proletaria ]].

  • (( Dictionary

    Look it up
    deferencia-[deferencia]NOMBRE FEMENINO
    1. Adhesión con la opinión o el comportamiento de una persona por respeto hacia ella o por excesiva moderación.
    2. Muestra de respeto y cortesía.
    3. Comportamiento condescendiente.
  • deferencia. (Derivado del lat. deferre, llevar ante una jurisdicción.) 1. s. f. Modo especial de tratar a una persona por respeto o cortesía debes tratar a los mayores con deferencia; tuvo muchas deferencias con la prensa. consideración, miramiento. 2. )).¡¡¡.


  • [Nueva entrada] LA VANGUARDIA MARXISTA-LENINISTA EN EL ESTADO MEXICANO, por Comité por la Reconstitución


    ENTRADA NUEVA EN UNIÓN DE LUCHA PROLETARIA

    LA VANGUARDIA MARXISTA-LENINISTA EN EL ESTADO MEXICANO, POR COMITÉ POR LA RECONSTITUCIÓN

    por Unión de Lucha Proletaria

    «A lo largo de los últimos meses, varios destacamentos que enarbolan la reconstitución del comunismo se presentaban públicamente en el Estado mexicano. A los camaradas del Colectivo Bandera Roja (BR), Colectivo Nuevo Mundo (NM) y Unión de Lucha Proletaria (ULP) les corresponde el indudable mérito de pugnar por abrir, por primera vez fuera del cascarón del Estado español, un espacio dedicado a las tareas sustantivas de la vanguardia, y tomando como ejemplo la ─todavía modesta─ senda ya recorrida por la LR, hoy encaminada hacia la construcción del referente de vanguardia marxista-leninista. Naturalmente, nos llena de orgullo internacionalista comprobar que, efectivamente, lo que ésta plantea es universal y capaz de hacer que los proletarios conscientes de otro rincón del mundo se sientan interpelados, por lo que no podemos sino saludar pública y entusiastamente la iniciativa tomada por los camaradas».

    Fragmento de la Editorial de Línea Proletaria No. 5

    Comité por la Reconstitución

    Diciembre de 2020

    LA VANGUARDIA MARXISTA-LENINISTA EN EL ESTADO MEXICANO. PRESENTACIÓN

    Comité por la Reconstitución
    (Publicado en Línea Proletaria No. 5, diciembre 2020. pp. 77-89 y 94-100)

    La reconstitución, tarea estratégica de la vanguardia proletaria internacional

    Si en sus momentos de mayor éxtasis la Revolución Proletaria Mundial (RPM) ha profundizado en la “unidad e indivisibilidad de la lucha de clases” (Stalin), en su período de máximo repliegue este principio no deja de presentársenos, aun en su más descarnado sentido, como absolutamente racional, como el contenido necesario de la época de guerras y revoluciones en que estamos inmersos. Es por ello que la decimonónica fórmula que entroniza nuestra cabecera, “¡Proletarios de todos los países, uníos!”, está más vigente que nunca, siempre claro, que nos sometamos a su verdadero espíritu materialista, es decir, que la apliquemos en función de un Mundo que se estremeció con el emerger del proletariado como clase revolucionaria y que actualmente padece, en todos sus extremos, a cuenta de su letargo.


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    Unión de Lucha Proletaria | 1 de diciembre, 2020 a las 8:15 pm | Etiquetas: Comité por la ReconstituciónLínea ProletariaReconstitución del Comunismo | Categorías: Documentos 

    Línea Proletaria, Nº 5. Diciembre de 2020 77 

    La reconstitución, tarea estratégica de la vanguardia proletaria internacional Si en sus momentos de mayor éxtasis la Revolución Proletaria Mundial (RPM) ha profundizado en la “unidad e indivisibilidad de la lucha de clases” (Stalin), en su período de máximo repliegue este principio no deja de presentársenos, aun en su más descarnado sentido, como absolutamente racional, como el contenido necesario de la época de guerras y revoluciones en que estamos inmersos. Es por ello que la decimonónica fórmula que entroniza nuestra cabecera, “¡Proletarios de todos los países, uníos!”, está más vigente que nunca, siempre claro, que nos sometamos a su verdadero espíritu materialista, es decir, que la apliquemos en función de un Mundo que se estremeció con el emerger del proletariado como clase revolucionaria y que actualmente padece, en todos sus extremos, a cuenta de su letargo. La crisis sin precedentes por la que atraviesa el Movimiento Comunista Internacional (MCI) expresa el corte que se ha producido en el proceso de la RPM, la quiebra objetiva del modo en que pudo desplegarse el sujeto revolucionario durante el pasado siglo. La Línea de Reconstitución (LR) pone el acento en el reconocimiento de esta ruptura global a la vez que reclama ser momento necesario de su continuidad histórico-universal. Por ello, la táctica-Plan de la vanguardia marxista-leninista sitúa a la orden del día la reconstitución ideológica y política del comunismo, que parte de las manifestaciones más avanzadas de la praxis revolucionaria desempeñada por nuestra clase a lo largo y ancho del mundo y que constituye el contenido principal de todo un período de la lucha de clases internacional, el de preparación de las condiciones para iniciar un nuevo Ciclo de la RPM. En contra del revisionismo dominante en el MCI, podrido de empirismo nacionalista, la LR se caracteriza por destacar el vínculo orgánico y sustantivo entre las tareas que enfrentamos los comunistas de los diferentes países como destacamentos de una misma clase revolucionaria. Por esto resulta especialmente significativo y alentador el camino emprendido por varios colectivos comunistas del Estado mexicano que durante este 2020 han salido a la palestra enarbolando la bandera de la reconstitución. Hasta ahora no nos era desconocido el creciente interés que nuestros postulados han suscitado entre un sector de izquierda de la vanguardia1. Las publicaciones de los camaradas pueden consultarse en sus respectivas páginas web:

    Bandera Roja: https://banderarojaorg.files.wordpress.com/; Nuevo Mundo: https://colectivonuevomundo.wordpress.com/; Unión de Lucha Proletaria: https:// unionluchaproletaria.wordpress.com/  

    ,... proletaria internacional, especialmente en América Latina, como tampoco nos resulta del todo ajena la aproximación hacia la LR que, en diferentes grados, ello está provocando. Sin embargo, el feliz atrevimiento de los camaradas mexicanos, que han proclamado abiertamente como propios los objetivos y medios de lucha de la vanguardia marxista-leninista, supone un antes y un después en la trayectoria de la LR, pues por primera vez ésta adquiere una dimensión organizativa y pública fuera del Estado español. Desde aquí saludamos con entusiasmo a los colectivos de Bandera Roja (BR), Nuevo Mundo (NM) y la Unión de Lucha Proletaria (ULP) pues su nacimiento supone un espaldarazo a las posiciones de la LR, que ahora se sitúa ante la posibilidad de ir tomando tierra en una forma, internacional, más adecuada a su contenido universal. 

    Acorde con nuestro innegociable compromiso con el internacionalismo proletario, damos desde ya difusión al trabajo de vanguardia que los camaradas están desarrollando, incluyendo en este número de Línea Proletaria varias de sus publicaciones. No obstante, nada es unilateral y nuestro soporte internacionalista de la actividad de los camaradas, que es apoyo al asentamiento y extensión de la línea proletaria en el MCI, estaría incompleto sin el estudio crítico de sus posicionamientos. Y es que apoyo fraternal y vigilancia revolucionaria son los dos respectos dialécticos del internacionalismo proletario. Es por esto que acompañamos esta Presentación de unos comentarios críticos, suscitados al abrigo del estudio de la propaganda de los camaradas. Hemos de decir que dentro de la generosa producción literaria acumulada ya por los camaradas1 , nuestros comentarios van a centrarse esencial, aunque no exclusivamente, en el documento de BR “La derrota del Partido Comunista de México ante la condición de la mujer”. Ello se debe a la multitud de cuestiones relacionadas con el Balance del Ciclo de Octubre que se abordan en un escrito que, además, ha encontrado eco entre los otros destacamentos. Esto no quiere decir, por otro lado, que perdamos de vista la actual autonomía existente entre los diferentes colectivos de la LR en el Estado mexicano, independencia a la cual nos atendremos, como es lógico, en nuestras valoraciones. 

     Antes de entrar en materia, insistiremos en un par de aspectos que son imprescindibles para encuadrar justamente la crítica. En primer lugar, y parafraseando a La vanguardia marxista-leninista en el Estado mexicano. 

    Presentación.

    Línea Proletaria, Nº 5. Diciembre de 2020 78 Lenin, la LR está lejos de haber ajustado cuentas con las corrientes teóricas hoy hegemónicas en el movimiento comunista. Nuestra lucha sigue desenvolviéndose en el contexto de la fase política de la revolución y, más específicamente, en la etapa de defensiva política estratégica, de formulación de la Línea General de la RPM a través del Balance del Ciclo de Octubre y la lucha de dos líneas. Estamos pues en un período en que la consolidación de tal o cual matiz definirá el porvenir del movimiento. En segundo lugar, y derivado de lo anterior, el dominio mayoritario del revisionismo en toda la línea de batalla del MCI ha trocado la lucha de dos líneas por el liberalismo en todos los planos. En este sentido, situar la ideología proletaria al mando exige cultivar una cultura de vanguardia que privilegie el tratamiento claro y sin circunloquios de las problemáticas teóricas y políticas que afectan al movimiento. La preferencia por exponer nuestras críticas a los camaradas forma parte de esta lucha por un estilo de trabajo que permita retornar al marxismo a su posición como teoría de vanguardia. Balance y Ciclo de Octubre Como sucede con la praxis de la RPM, el contenido del Balance del Ciclo de Octubre es internacional (atiende a la experiencia de una clase revolucionaria universal y a su estado de derrota global), mas la forma de su despliegue debe responder a las circunstancias de la lucha de clases a nivel de cada Estado, lo que significa tener en cuenta las relaciones objetivas entre todas las clases del país, la correlación de fuerzas en el seno de la vanguardia, las problemáticas teóricas y políticas sobre las que pivota el interés del movimiento comunista local, el peso de la tradición revolucionaria de vanguaria, etc. 

    Y es que el Balance, como vector principal de la reconstitución ideológica del comunismo, debe articularse en función de la línea de masas de la vanguardia marxista-leninista, de modo que su implementación sedimente en independencia teórica y política del proletariado, en construcción de movimiento revolucionario pre-partidario de vanguardia. Esta es la orientación que debemos imprimir los comunistas de todos los países a nuestro trabajo, en el camino para la reconstitución de partidos comunistas cuya práctica social de vanguardia (lo que hoy sólo puede significar fusión de conciencia y ser social para la dirección de Guerra Popular y construcción de Nuevo Poder) permita la reconstitución efectiva del MCI y el comienzo de una nueva ola de la RPM. En esta época de transición entre dos ciclos revolucionarios, el Balance del Ciclo de Octubre es la media,...

    2. Presentación del colectivo Nuevo Mundo; julio de 2020, p. 1 (la negrita es nuestra –N. de la R.). 3. Como ejemplo de balance sustentado en el análisis concreto de las dos líneas enfrentadas en la vanguardia del MCI durante la revolución soviética, ver: Del Gran Debate al Gran Viraje: Trotsky, Stalin y el Partido del proletariado en 1924-29; en LÍNEA PROLETARIA, nº 2, diciembre de 2017, pp. 72-96. 

    ,... ción necesaria y concreta que da sentido a la consigna de unidad de los proletarios de todos los países. Y los colectivos mexicanos se han situado en el campo de la LR en la medida en que han reconocido el carácter de primer orden de esta tarea, su lugar sustantivo dentro del Plan de Reconstitución. Así, los camaradas de NM parten del agotamiento de las premisas del Ciclo de Octubre y proclaman la necesidad del balance, aunque ofrecen diferentes caracterizaciones de esta tarea. Aquí nos detendremos en aquella en que NM detalla con más precisión eso del “Balance Crítico”, que consistiría en: “...detectar la línea burguesa presente en el Ciclo de Octubre que llevó a la derrota de la línea revolucionaria restableciendo de nuevo la hegemonía de las relaciones capitalistas al interior de la construcción socialista...”2 La enunciación de los camaradas se basa en dos elementos, la detección de “la línea burguesa presente en el Ciclo de Octubre” y su acotamiento a los procesos de “construcción socialista”. En cuanto al primero, es primordial diferenciar entre la línea burguesa (la vía de liquidación de la revolución) y la línea proletaria (la vía de continuidad de la RPM), tal como éstas se manifestaron históricamente durante el Primer Ciclo de la RPM. No obstante, “detectar la línea burguesa” no implica más que identificación de las posiciones teóricas y políticas en que se atrincheró el revisionismo en un determinado contexto de la historia del MCI. Pero si partimos del marxismo como unidad de contrarios, en donde la línea burguesa es el negativo dialéctico, necesario e inseparable de la línea proletaria; y a su vez reconocemos que las premisas del marxismo como producto histórico, tal como pudieron articularse en el Ciclo de Octubre, han sido consumadas por la praxis revolucionaria del proletariado, ¿no nos deja la simple “detección” encerrados en las lógicas de un Ciclo clausurado? La fórmula de NM termina pasando por alto el agotamiento del paradigma revolucionario de Octubre (a pesar de que lo señalen de forma concienzuda) y no resuelve la cuestión fundamental del Balance, que pasa por comprender las transformaciones objetivas que la actividad del sujeto revolucionario ha provocado en la revolución misma, esto es, la revolucionarización de las leyes de la revolución por el proletariado autoconsciente3 . Avanzando sobre la segunda parte de la definición, ésta se centra en los procesos de “construcción socialista”. Es de reseñar que los camaradas acentúen la relevancia de estos procesos, por cuanto expresan las formas más elevadas de la lucha de clases proletaria y en ellas 

    Línea Proletaria, Nº 5. Diciembre de 2020 79 

    ,... anida el nuevo punto de partida universal del próximo Ciclo de la RPM. Sin embargo, esta óptica sigue dejando fuera del Balance experiencias de primer orden que no podemos pasar por alto. Por ejemplo, sólo a voluntad podemos deducir que el planteamiento de NM incluye el período de constitución del Partido Bolchevique o la experiencia de la Internacional Comunista. Y se hace imposible encajar en ella al Partido Comunista del Perú, que reconstituido como partido proletario de nuevo tipo pasó a aplicar la línea de Guerra Popular siguiendo un esquema de construcción concéntrica de los instrumentos de la revolución, en lo que supone una lección de carácter universal para la reconstitución del sujeto revolucionario. En resumen, la definición más específica4 de NM contiene verdades, pero es globalmente incorrecta por cuanto ofrece una imagen deformada del marxismo y tiende a vaciar de contenido la tarea estratégica de la reconstitución. Enfilar el Balance del Ciclo de Octubre implica atender a Mao, quien decía que “para el proletariado el arma más afilada no es otra que una seria y combativa actitud científica”. El mentado escrito de BR “La derrota del Partido Comunista de México ante la condición de la mujer”5 , hace un extenso repaso de la experiencia de la RPM. Fijando su atención en la socialdemocracia de la II Internacional, los camaradas afirman que: 4. Como se ha indicado, en la obra de NM pueden advertirse diseminadas diferentes y contradictorias caracterizaciones del Balance. Por ejemplo, en referencia al Ciclo de Octubre señalan que representa “una fuente gigante de elementos para el balance crítico del ciclo pasado y la posibilidad del desarrollo de las bases para el lanzamiento del próximo ciclo revolucionario en la historia.” (A la cola de lo espontáneo: 

    La bancarrota del revisionismo en el Estado mexicano expresada en su carta conjunta al presidente; agosto de 2020, p. 8). Esta es una fórmula más correcta que la arriba descrita, pues interpela al ciclo pasado (y no sólo a algunas de sus partes) como premisa de desarrollo del próximo Ciclo Revolucionario. Pero es un apunte mucho más laxo y genérico, que da margen para incrustar en él la definición anterior, mucho más cerrada. Además, en otra parte se dice que el “problema de la guía ideológica no puede abordarse sin entender primero que Octubre es insuficiente, sencillamente, por encontrarnos en un momento histórico del desarrollo capitalista distinto, más avanzado” (Sobre la declaración de principios de Brigada Comunista. Crítica y autocrítica; julio de 2020, p. 2). Pero ¿Cuál es ese “momento histórico del desarrollo capitalista distinto”? Y, lo más importante, ¿no responden las tareas relacionadas con la guía ideológica, primero y sencillamente, a la necesidad de situar la teoría a la altura de la praxis revolucionaria condensada en el Ciclo de Octubre? 5. 

    Para facilitar la lectura, las referencias a este documento vendrán seguidas de un paréntesis con las siglas “BR” junto a la página que citamos. 6. El 18 Brumario de Luis Bonaparte; en MARX-ENGELS. Obras Escogidas. Progreso. Moscú, Tomo I, p. 409 (la negrita es nuestra –N. de la R.). “En ambos partidos [el Partido Socialista Francés y el Partido Socialdemócrata Alemán], aún con tareas democráticas que conquistar [en 1902-1904], dado el momento histórico en el que se encontraban...” [BR, pp. 53-54 (la negrita es nuestra –N. de la R.)] Esta apreciación resulta importante por cuanto refleja el modo en que los camaradas abordan el Ciclo de Octubre. En este breve fragmento BR se refiere a Francia y Alemania como países con “tareas democráticas que conquistar” a principios del siglo XX y ello se hace sin ofrecer un sólo argumento basado en el materialismo que obligue a reconsiderar la que hasta ahora pasa por ser la posición clásica del marxismo sobre este tema, y que la LR sostiene, a saber: que Francia y Alemania son los exponentes de las dos formas generales que adoptó la revolución burguesa en su ciclo maduro, durante la fase de ascenso del capitalismo concurrencial. Francia representa la vía revolucionaria, donde entre 1789 y 1814: “Los unos [los Desmoulins, Danton, Robespierre, Saint-Just] hicieron añicos las instituciones feudales y segaron las cabezas feudales que habían brotado en él. El otro [Napoleón] creó en el interior de Francia las condiciones bajo las cuales ya podía desarrollarse la libre concurrencia, explotarse la propiedad territorial parcelada, aplicarse las fuerzas productivas industriales de la nación, que habían sido liberadas...”6 La vía francesa tiene por base la alianza de la burguesía revolucionaria con las masas urbanas y campesinas y se caracteriza por el papel protagónico que las masas populares asumen en la liquidación del viejo orden, que tendrá como resultado mediato la construcción del Estado-nación francés y la explosiva progresión de las nuevas relaciones de clase capitalistas. Por el contrario, la vía prusiana de la revolución burguesa se sustenta en el compromiso entre burguesía liberal y nobleza terrateniente. El ascenso de las relaciones de clase capitalistas en el contexto prusiano-alemán se produce por la decisiva intervención del Estado, que bajo la dirección política de la vieja aristocracia impulsa un verdadero programa de transformación social capitalista. El largo proceso de la revolución burguesa alemana comienza en 1808-1813, se ve profundamente afectado por el movimiento revolucionario de 1848 y desemboca en los años 1870 en la monarquía bonapartista, el régimen que en palabras de Engels presuponía la liquidación del feudalismo y por tanto el triunfo, velado entre coronas, de la burguesía. El contenido fundamental de la revolución burguesa es el establecimiento de las relaciones de clase capitalistas, por lo que cualquier programa democrático consagrado a completarla había quedado históricamente amortizado en Francia y Alemania antes del siglo XX. Para ese entonces, en el 1904 del que hablan los camaradas, no había más programa de vanguardia para los proletarios franceses y alemanes que la Dictadura del Proletariado, cuyo luminoso sendero despejó la Comuna de París... en 1871. Los camaradas despachan rápidamente un asunto que ellos mismos han considerado necesario traer a colación, remitiéndose “al momento histórico”, seguramente sin advertir las resbaladizas consecuencias de su muy breve aserto. 

    La primera de ellas salta a la vista especialmente en el contexto de lucha dos líneas en los países imperialistas, donde la remisión a las “tareas democráticas pendientes” es un mantra inagotable bajo el que se oculta la liquidación de la Dictadura del Proletariado como instrumento de la revolución proletaria. Pero esta es una desviación oportunista de carácter universal, como bien señala BR criticando el frente anti-monopolista del PCM. En el caso del imperialista Estado español este discurso se concreta en la insufrible perorata de la reforma como vía al socialismo, a través de toda suerte de frentes interclasistas y etapas republicano-populares (sea bajo la consigna socialchovinista de “república popular, democrática... y española” o mediante el lema pequeño-burgués de “independencia y socialismo”), y que se opone a la vía revolucionaria de la Guerra Popular. En todo caso, cabe preguntarse qué tipo de tareas democráticas debían conquistarse en Francia y Alemania, y la relación que éstas tenían con las tareas del partido obrero, habida cuenta que, para ese entonces, en la III República francesa el oportunismo ya había tomado cuerpo en todo un Millerand, ese ejemplo de “bernsteinianismo práctico”. 

     La segunda consecuencia directa de este planteamiento tiene que ver con el enfoque marxista sobre la experiencia histórica de la lucha de clases. El proceso material que se encumbra como clave de bóveda para comprender el entero Ciclo de Octubre es el entrelazamiento histórico de la revolución burguesa y la revolución proletaria. Para tratar dialécticamente esta premisa general debemos atenernos a la diferencia que Lenin establecía entre historia y política que, en lo que nos ocupa, nos enseña que la manifestación política de la yuxtaposición histórica de revolución burguesa y proletaria durante el Ciclo está condicionada en cada país por el particular discurrir previo de la revolución burguesa, el grado de madurez alcanzado por el proletariado como clase independiente y la posición de ese país en el sistema imperialista mundial, es decir, por la lucha de clases observada a escala histórica y global. En este sentido, pocas similitudes pueden establecerse entre la Alemania de 1904, potencia imperialista con un movimiento obrero a la vanguardia del proletariado internacional y donde a la orden del día estaba el socialismo, y, por ejemplo, la China del mismo período, un país semi-feudal y dependiente del imperialismo, que aún no había experimentado la revolución democrática y donde la vanguardia apenas había entrado en contacto con el marxismo. Un país donde, efectivamente, sí quedaban tareas democráticas por conquistar. Nuestros camaradas toman una premisa histórica correcta, pero la simplifican encajonándola en el lecho de Procusto, como si los hechos ya tuviesen asignada una categoría independiente de su naturaleza concreta y de su vínculo objetivo con la experiencia histórica de la lucha de clases. Prosiguiendo con las consideraciones de BR sobre el Primer Ciclo de la RPM, en el epígrafe dedicado a “las condiciones de la mujer en la experiencia revolucionaria soviética” los camaradas muestran preocupación por la dialéctica relación de “unidad y lucha entre revolución democrático-burguesa y revolución socialista” (BR, p. 22), idea esencial para comprender la RPM en general y el Ciclo de Octubre en particular. Pero en sus conclusiones: “La revolución proletaria, en tanto que cumplió con las tareas pendientes de la revolución democrático-burguesa, significó un avance gigantesco para la vida de las mujeres soviéticas. (...) se alcanzaron derechos y condiciones para las mujeres nunca vistos en la historia de la humanidad (hasta la fecha muchos avances no se han vuelto a conseguir). Por primera vez fue posible ver a mujeres en altos puestos políticos Línea Proletaria, Nº 5. Diciembre de 2020 81 y militares, destacando en el ámbito de la ciencia y la técnica, sin embargo las limitaciones históricas propias de esa experiencia revolucionaria pionera imposibilitaron la plena emancipación femenina” [BR, pp. 29-30 (la negrita es nuestra –N. de la R.)] Los camaradas subliman el aspecto democrático-burgués de la Revolución de Octubre hasta el punto en que es la exclusiva consecución de sus “tareas pendientes” la que marca un avance para las mujeres soviéticas. Esta idea lleva a BR a buscar tales avances en la positividad del dato de la incorporación de la mujer a la vida pública, observable en su manifestación empírica como adquisición de derechos y promoción social hacia “altos puestos políticos y militares” (BR, p. 30). Avances que también tienen continuidad en una industrialización que no sería más que “otra tarea pendiente de la revolución democrático-burguesa” (BR, p. 28). Claro que ese proceso de incorporación de masas referenciado por los camaradas es impugnado en el mismo momento en que se defiende, pues se observa a través de las oscuras lentes del concepto burgués (feminista) de trabajo reproductivo, desde el que todos los gatos son pardos: tanto vale para hablar del trabajo doméstico privado como del trabajo productivo social, como demuestra BR, que bajo tal etiqueta acaba nominando no ya al trabajo no retribuido de las mujeres, sino hasta el trabajo asalariado de las proletarias soviéticas en la industria textil estatal (BR, pp. 28-29). 

    Aquí debemos hacer un inciso, para remarcar que la utilización acrítica de términos propios de una concepción burguesa del mundo nada tiene que ver con la propuesta de Balance de la LR. Sólo mediante la lucha de dos líneas y una profunda y seria labor de investigación que demuestre su necesidad científica y su posición de vanguardia desde el punto de vista histórico podemos integrar, dialécticamente, un determinado concepto en el corpus teórico del marxismo. Pero esta tarea, de mediación a través de la lucha de clases en el plano teórico, está ausente en relación al concepto de trabajo reproductivo (¿no retribuido?) de las mujeres que, sin más explicaciones, sin un balance crítico de la cuestión, se superpone con la perspectiva marxista en este tema, perspectiva que fue nada menos que parte orgánica de la teoría de vanguardia sobre la que se levantó la praxis revolucionaria del entero Ciclo de Octubre. Aquí, y como adelantábamos en el Editorial, la principal reflexión a realizar, y de la que depende todo lo demás, 7. Cualquiera que se asome a la trayectoria de la LR puede comprobar que aquí nunca hemos comulgado con ruedas de molino, por más que los sacerdotes oficiales y la beatería parroquial de turno (economicista, republicana, independentista, socialchovinista, feminista...) hayan presionado en la dirección de ahogar al proletariado en reconstitución. Ir contra la corriente es una exigencia del marxismo-leninismo y esto implica ser intransigentes con todo aquello que se presenta como el sentido común de esta época de reacción. Por esto, frente a las tragaderas del revisionismo y para retomar la verdadera senda de la emancipación de la mujer, que es la del comunismo, publicamos en este mismo número “Oportunismo y feminismo: 

    breve historia de un matrimonio contrarrevolucionario”. 8. La nueva orientación en el camino de la reconstitución del Partido Comunista. Balance y rectificación; en LA FORJA, nº es esta: ¿contribuye a la lucha por la independencia ideológica y política del proletariado aceptar los planteamientos teóricos de la burguesía? ¿No hay espacio en esta esfera de la lucha de clases para aplicar el principio comunista de atreverse e ir contra la corriente?7 Dejando a un lado el trampantojo feminista del trabajo reproductivo (cuyo tratamiento excede el objeto de esta Presentación), BR intuye acertadamente la necesidad de desnudar el vínculo entre el devenir de la lucha por la emancipación de la mujer en la URSS y la contradicción entre “revolución democrático-burguesa y revolución socialista”. Pero al tratar la relación entre los dos elementos de esta unidad dialéctica, los camaradas fuerzan la descomposición analítica de los mismos hasta el punto en que éstos aparecen férreamente diferenciados, sustantivos en sí mismos y opuestos entre sí mecánicamente. La relación entre revolución democrático-burguesa y socialista pasa a regirse bajo el principio metafísico “dos hacen uno”, con la salvedad de que el aspecto proletario-socialista ni siquiera suma, pues perece ante el carácter absoluto de la revolución democrático-burguesa y sus tareas pendientes en Rusia, que agotan todo el contenido de Octubre por más que se le nomine formalmente como revolución proletaria. Hay que decir que, en última instancia, esta es la interpretación burguesa de la revolución soviética (ayer era punto de partida de la crítica menchevique-kautskiana a los bolcheviques y hoy es conclusión de buena parte de la historiografía burguesa), donde Octubre queda simplificado como un proceso de implantación del desarrollismo burgués-capitalista en las condiciones rusas. Esta es también la perspectiva hegemónica entre el revisionismo moderno, sólo que éste estampa en ese agregado positivo de avances socioeconómicos el vocablo socialista. Tal reduccionismo, de corte economicista-productivista, es el resultado lógico cuando se abordan las revoluciones proletarias del pasado, que terminaron en derrota y restauración de la dictadura de la burguesía, tomando unilateralmente los hechos, prescindiendo del sujeto revolucionario. 

    Frente a esta visión la Nueva Orientación nos dice que “plantear la cuestión de la emancipación significa poner en primer plano el problema del Partido Comunista, el de su naturaleza y todas las cuestiones relacionadas con los requisitos para su construcción”8 , lo que al afrontar el Balance del Ciclo de Octubre significa situar el foco en el sujeto revolucionario, en la morfología de sus elementos constituyentes y su relación Línea Proletaria, Nº 5. Diciembre de 2020 82 con el marco objetivo de la lucha de clases en unas condiciones históricas determinadas. Volvemos al entrelazamiento de revolución burguesa y proletaria como proceso histórico en que se enmarca el Primer Ciclo de la RPM, circunstancia que, no casualmente, define el contexto político de la primera experiencia revolucionaria del proletariado a gran escala (con permiso de la Comuna de París), la Revolución Socialista de Octubre. Remitiéndonos a nuestro balance de la experiencia soviética9 , si analizamos muy resumidamente las contradicciones entre revolución democrática y socialista desde la materialidad del sujeto revolucionario, tal y como aquellas se presentan en el amanecer del Ciclo de Octubre, vemos que la fusión dialéctica de la vanguardia revolucionaria y el movimiento de masas signa la forma del partido proletario de nuevo tipo, que a partir de aquí deviene en ley de la revolución. Esta dialéctica vanguardia-masas se basa en el conjunto de mediaciones ideológicas, políticas, culturales y organizativas que la vanguardia marxista crea para elevar a su posición a las masas de la clase. Observado desde nuestra época, lo original y característico de Octubre (y determinante para el conjunto del Primer Ciclo de la RPM) es que el movimiento de masas es histórica y políticamente ascendente, retiene en sí su virtualidad revolucionaria y se ha configurado previa e independientemente del factor revolucionario-consciente. 

    De este modo el contenido de la dialéctica vanguardia-masas estará condicionado para los bolcheviques por su capacidad para vincularse con un movimiento de masas que responde a la lógica desbordante propia de la revolución democrática, es decir, que en primer plano aparece ante la vanguardia marxista de Rusia la necesidad de dotar de dirección política a un proceso social en marcha. Desde otro plano, el de los jalones que va estableciendo la práctica bolchevique en ese multifacético concentrado de contradicciones que era la sociedad rusa, Lenin puede defender correctamente, tras febrero de 1917, la revolución socialista como tarea inmediata del proletariado para derribar al Estado feudal-imperialista en manos de la burguesía, sin por ello perder de vista que en el campo seguía disputándose el eje de gravedad de las relaciones entre todas las clases del país. He aquí otra muestra de la viva y fluida contradicción entre los elementos democráticos y socialistas de la revolución proletaria soviética. Igualmente, la racionalización que el intelectual colectivo bolchevique realiza del bagaje de los primeros años de dictadura revolucionaria y guerra civil permite al Partido reordenar sus fuerzas y ampliar la base de apoyo para la edificación socialista, de modo que con la NEP la alianza obrero-campesina se articula contando con la pervivencia del capitalista 31, marzo 2005, p. 17. 9. Ver: Había que tomar las armas: sobre los fundamentos materiales de Octubre; en LÍNEA PROLETARIA, nº 2, diciembre de 2017, especialmente las pp. 40-60. individual. 

    Posteriormente, la acumulación de fuerzas internas sobre la base del socialismo en un solo país permitirá al partido revolucionario desplegar en toda su radicalidad histórica las banderas de una transformación social (coronada por un programa de industrialización en el contexto de dictadura revolucionaria del proletariado) que tomada en su totalidad histórica sólo puede calificarse, algo que siempre ha reivindicado la LR, como revolución socialista. Sólo observados unilateralmente, desgajados del proceso histórico del que forman parte, pueden estos hechos archivarse bajo el rótulo de democrático-burgueses. E incluso así resulta difícil sostener tal dictamen. Por ejemplo, la perspectiva industrializadora inscrita en el paradigma de Octubre tenía el sello de la clase revolucionaria precedente, de cuya obra histórica de avanzada debía partir un proletariado inmaduro como clase de vanguardia. Pero ¿dónde estaba escrito que el “avance” de la incorporación de las masas a la vida pública debía realizarse mediante el Terror rojo? ¿En qué cláusula del decurso histórico se dice que la “industrialización pendiente y burguesa” debía encumbrarse con la expropiación del capitalista individual? ¿No es esto, impulsado por el primer partido de nuevo tipo en la historia desde la primera base de apoyo estable de la RPM, algo más que un cumplir las tareas pendientes de la revolución burguesa? Y con todo, la lección histórico-universal de Octubre no está en expropiaciones, colectivizaciones o conquistas de derechos. En este punto en que se cruzan histórica y políticamente revolución democrática y socialista, el hito universal que marca la vanguardia bolchevique reside en que su ligazón con el movimiento de la clase hace del Partido Comunista una magnitud histórica que por primera vez lleva a ese movimiento dado más allá, que lo eleva sobre sus condiciones inmediatas y lo transforma en el movimiento revolucionario autoconsciente de la clase hacia el Comunismo. Y esto también incluye, como no podía ser de otro modo, la emancipación de la mujer, pues mientras la revolución estuvo en curso la proletaria participó orgánicamente de esta lucha y se elevó junto con su hermano de armas a la posición de vanguardia del comunismo, tal como ésta podía articularse en las condiciones históricas determinadas de la revolución soviética. Sólo asegurando teóricamente este eslabón, de continuidad con la obra histórica del proletariado revolucionario, podemos afrontar dialécticamente la ruptura, la crítica radical del Ciclo de Octubre como plataforma necesaria de la siguiente gran ola de la RPM. Acerca del Partido Obrero de Nuevo Tipo Hemos dicho que BR prescinde del sujeto revolucionario en su análisis, de modo que la experiencia histórica del proletariado queda retratada de forma unilateral. 

    Los camaradas tienden a dar por supuestas las condiciones históricas en que se constituyó la vanguardia revolucionaria marxista del Ciclo de Octubre, así como los elementos materiales que determinaron su fusión con el movimiento obrero. De este modo el partido de nuevo tipo corre una irónica suerte en su estudio, pues aparece con mayor nitidez cuando más se desvanece en los entresijos de la revolución. Y es que BR concentra sus esfuerzos en denunciar los momentos en que en la URSS y China se acrecentó la escisión entre vanguardia y masas (BR, pp. 30, 34, 35, 36, 44, 47...), lo cual en sí mismo no es desacertado, siempre que se explique su fusión, cómo la unión dialéctica de vanguardia y masas se concretó y desarrolló en las experiencias protagonizadas por estos partidos comunistas, pues auge y caída son momentos diferentes del mismo proceso histórico. No obstante, al cerrar el epígrafe sobre la revolución china los camaradas sí hacen una aproximación en positivo al partido de nuevo tipo, en la que dicen que “el problema de la organización revolucionaria es el de la definición de los tres elementos constitutivos del Partido”, que vendrían a ser “la formación teórica, la definición de la línea política y la táctica-plan” (BR, p. 50). Sin embargo, el Partido Obrero de Nuevo Tipo es la fusión de la vanguardia con las masas de la clase, una relación social cuya dialéctica unidad se expresa a través de la línea de masas de la vanguardia, esto es, del conjunto de medios e instrumentos que desde la conciencia revolucionaria se articulan para elevar a las masas de la clase a la posición del comunismo. Esta es la fórmula leniniana clásica del partido revolucionario como fusión del socialismo científico y el movimiento obrero, confirmada por un siglo de revoluciones proletarias y que sintetizada en la Tesis de Reconstitución nos dice que la “línea de masas de la vanguardia es, en defi,...

    10. Tesis de Reconstitución del Partido Comunista; en LA FORJA, nº 10, abril de 1996, p. 10. 

    ,...nitiva, el elemento de unidad que configura al PC sobre los elementos constitutivos de la Clase -vanguardia y masas-.”10 La profundización de la praxis revolucionaria durante el Ciclo de Octubre nos enseña, además, que la culminación de la reconstitución del Partido Comunista (la fusión de la vanguardia teórica y la vanguardia práctica del proletariado) sitúa al movimiento revolucionario de la clase en disposición de iniciar inmediatamente la Guerra Popular, transformándose la línea de masas de política en militar. En resumen, y si somos consecuentes con la fórmula leniniana que la LR defiende, los elementos constitutivos del Partido Comunista son siempre la vanguardia y las masas. La definición de BR se sale por la tangente, revisando la concepción del partido comunista para disponer una serie de elementos que se encuentran en diferentes planos de la lucha de clases y cuya coincidencia da como resultado nada menos que la constitución del partido revolucionario. Pero si la formación teórica, la existencia de una línea política y de una táctica-plan valen para cumplimentar la reconstitución partidaria, ¿no estaría cualquier círculo de propagandistas con un mínimo de músculo político-organizativo en disposición de intitularse a sí mismo como partido comunista? BR no tiene tiempo para explicar su novedosa fórmula partidista e inmediatamente lanza los interrogantes sobre ¿quién decide y quién dirige?, enfocados a cuestionar la estructura revisionista del PCM, para lo cual los camaradas abren el melón del centralismo democrático, al que consagran un epígrafe. BR comienza la breve historia del centralismo democrático en la Comuna de París para pasar directamente a la II Internacional, donde sitúa el origen del asunto. Es aquí donde se introduce el tema de las tareas democráticas a conquistar en Francia y Alemania antes abordado. Los camaradas indican, resumidamente, que Kautsky sintetiza esta experiencia organizativa tal cual se le presenta a la socialdemocracia, de modo que el centralismo democrático serviría para hacer que el partido obrero avance combinando el movimiento económico y la lucha parlamentaria, lo que hará que éste quede codificado como un problema de coordinación, unidad de acción y dirección y así pasaría, en primera instancia, al MCI: 

    “Tras la escisión en dos alas del Movimiento Comunista esta táctica organizativa [el centralismo democrático] habría de ser reformulada cara a la Revolución Proletaria Mundial, haciendo surgir de ella las características propias de la lucha abierta del proletariado, de esa manera ha supuesto para el conjunto de la militancia la esencia del Partido de Nuevo Tipo leninista, lo cual posibilitó la constitución de organizaciones y partidos comunistas en diversas partes del Línea Proletaria, Nº 5. Diciembre de 2020 84 mundo, sobre todo durante el periodo de existencia de la Komintern” [BR, pp. 54-55 (la negrita es nuestra –N. de la R.)] Antes de nada, ¿a qué escisión en dos alas del Movimiento Comunista se refiere BR? Dado que hablan de una ruptura que posibilitó la formación de partidos comunistas durante el período de la Internacional Comunista (IC), la frase sólo tiene sentido si se refiere a la escisión del movimiento obrero socialdemócrata internacional... ¿La II Internacional ha devenido en comunista?11 Una vez más hemos de insistir, con Mao, en que la reconstitución de la ideología de vanguardia debe partir de una rigurosa actitud científica, que compruebe la veracidad de las afirmaciones en el proceso histórico de la lucha de clases, en la praxis revolucionaria del proletariado. ¿Considera BR que hoy carece de sentido la distinción cualitativa entre la época de la II Internacional, con sus partidos obreros de masas, y la época de la IC y los partidos de nuevo tipo? ¿La historia ha borrado aquel significativo cambio de denominación del Partido Bolchevique tras Octubre, que pasó conscientemente a denominarse comunista abandonando el viejo título de socialdemócrata? La LR está muy lejos de plantear tales cuestiones, y no consideramos que nuestros camaradas lo pretendan, pero es a donde conduce la lógica de sus fórmulas si se toman en serio, cosa que nosotros hacemos. Retomando el hilo del centralismo democrático, pero yendo más allá del vocablo, a principios del pasado siglo el centralismo se había convertido en parte del debate dentro del movimiento socialdemócrata internacional. Si en países como Francia, Alemania o Italia este debate estaba directamente vinculado con las divergencias de revolucionarios y oportunistas en torno a la táctica parlamentaria de los partidos obreros de masas, en Rusia la polémica se va a presentar como una batalla más de la guerra por hacer prevalecer el carácter de vanguardia del partido, como lucha por la preeminen,...

    11. BR tiende a usar indiscriminadamente el término “comunista”. Amén del ejemplo mencionado, se habla del marxismo dominante en los tiempos en que se forma el bolchevismo indicando que aquel permitió articular la “práctica del comunismo de las dos internacionales” (BR, p. 24). Igualmente, en referencia a la lucha de dos líneas en el POSDR, se refieren al “enfrentamiento entre el bolchevismo y menchevismo, sobre la base comunista de la II Internacional” (BR, p. 61). Los camaradas deben ser conscientes de que la propaganda marxista exige precisión. Pasajes de este tipo están lejos de arrojar luz sobre la experiencia histórica de la revolución proletaria y ensombrecen el posicionamiento de BR. 12. Un paso adelante, dos pasos atrás; en LENIN, V. I. O.C. Progreso. Moscú, 1982, t. VIII, p. 393. 13. Ibídem, p. 407 (la negrita es nuestra –N. de la R.). 14. CARR, E. H. Historia de la Rusia Soviética. La Revolución Bolchevique (1917-1923). Alianza Editorial. Madrid, 1972, vol. 1, pp.46-52. 15. “... los mencheviques liquidadores apostaban, primero, por la legalización del partido y, segundo, por la legalización de sus corrientes internas, siguiendo el modelo del partido obrero alemán. (...) El nuevo contenido que Lenin había dado al proceso de reconstitución del partido ruso (...) Organizar en función de la política y, a la vez, en función de la aplicación de esa política, y no al revés, en función de intereses dispares previamente definidos; consolidar la unidad de los obreros conscientes en el cumplimiento de las tareas, y no consolidar el fraccionalismo, que no termina de definir las tareas y confunde y divide a la clase proletaria.” Entre dos orillas; en LA FORJA, nº 16, febrero de 1998, p. 5. Aprovechamos para recomendar el estudio de este artículo de los camaradas del Partido Comunista Revolucionario, pues hace un seguimiento exhaustivo de la relación entre ideología, política y organización en el contexto de forja del Partido Bolchevique. 

    ,... cia de la ideología proletaria como verdadera guía del movimiento revolucionario. En “Un paso adelante, dos pasos atrás” Lenin sale al cruce de quienes le motejan de jacobino por su plan de organización, elevando la apuesta de sus críticos: “El jacobino, indisolublemente ligado a la organización del proletariado consciente de sus intereses de clase, es precisamente el socialdemócrata revolucionario”12. Además, el bolchevique añade a esta correlación histórica la conexión entre el girondismo y el anarquismo señorial ruso, señalando “la tendencia indiscutible a defender el autonomismo contra el centralismo como rasgo esencial del oportunismo en las cuestiones de organización.”13 Anótese que las críticas a las posiciones de Lenin en materia de organización pronto se extienden en el ámbito internacional y sus planteamientos serán censurados incluso por el ala izquierda del SPD, pues tanto Kautsky (defensor del centralismo organizativo) como Luxemburgo se posicionan repetidamente del lado del menchevismo, en la medida en que presionan para que las dos tendencias del POSDR vuelvan a unificarse14. El debate sobre centralismo tenía una dimensión internacional y su enfoque debía necesariamente conectar con la concepción del partido proletario: a medida que los bolcheviques forjan su propio camino, se distancian del viejo partido obrero y, consecuentemente, del modelo alemán de centralismo, dirigido a garantizar la unidad de las corrientes socialdemócratas cobijadas en su seno.15 Por esto no asiste la razón a BR cuando afirma que la idea de centralismo democrático de signo kautskiano es reformulada tras la escisión del “movimiento comunista” y el comienzo de la RPM, pues los problemas relacionados con el centralismo ya están integrados en la perspectiva del movimiento proletario de los marxistas revolucionarios de Rusia antes de 1903. Al calor de los debates del II Congreso del POSDR Lenin defiende que el centralismo es un principio organizativo del partido revolucionario que implica la construcción partidaria desde arriba, frente al planteamiento oportunista Línea Proletaria, Nº 5. Diciembre de 2020 85 de la autonomía que presupone la estructuración del partido obrero desde abajo16. El Partido Obrero de Nuevo Tipo se despliega concéntricamente, desde su núcleo central (los organismos superiores) hacia la periferia (los organismos inferiores), formando un sistema único de organizaciones conectado por la línea de masas que la vanguardia articula políticamente en torno a la conciencia revolucionaria. La unidad sobre los principios de la ideología proletaria y la línea de masas de la vanguardia son el hilo conductor de la perspectiva leninista de la organización revolucionaria y del principio organizativo del centralismo. 

    El centralismo sólo tiene sentido, desde el punto de vista del marxismo, si seguimos la cadena dialéctica de eslabones ideología-política-organización, si observamos que construir desde arriba es construir desde la conciencia revolucionaria. La relación vanguardia-masas expresada desde el punto de vista de la organización es la dialéctica entre trabajo ilegal y trabajo legal. Y aquí sitúa Lenin la clave en materia de organización cuando los bolcheviques ya se han constituido de forma efectiva como Partido Obrero de Nuevo Tipo, en torno a la VI Conferencia del POSDR (1912), basando la estructura organizativa en 16. “La idea fundamental del camarada Mártov –lo de incluirse uno mismo en el Partido– es en rigor la falsa «democracia», la idea de estructurar el Partido de abajo arriba. Mi idea, por el contrario, es «burocrática» en el sentido de que el Partido se estructura de arriba abajo, empezando por el congreso y siguiendo por las diversas organizaciones del Partido.” LENIN: Op. cit., p. 418. (la negrita es nuestra –N. de la R.). 17. Comunicado y resoluciones de la reunión de Cracovia del Comité Central del POSDR con funcionarios del Partido; en LENIN, V. I. O.C. Progreso. Moscú, 1984, t. XXII, p. 272. 18. NM: 

    Sobre la declaración de principios de Brigada Comunista..., p. 4. 19. “En la época de la dispersión y del esparcimiento en círculos, la cima de donde quería partir la socialdemocracia revolucionaria en su organización era inevitablemente uno de los círculos, el más influyente por su actividad y consecuencia revolucionaria (en nuestro caso, la organización de Iskra). En una época de restablecimiento de la unidad efectiva del Partido y de disolución de los círculos anticuados en esa unidad, esa cima es inevitablemente el congreso del Partido, órgano supremo del mismo.” LENIN: Un paso adelante, dos pasos atrás...; p. 408. He aquí una muestra más de la ductilidad operativa del principio organizativo del centralismo, determinado siempre por la unidad contradictoria entre vanguardia y masas. Y es que el carácter relacional del Partido Obrero de Nuevo Tipo penetra en todos los aspectos del movimiento revolucionario, incluyendo las cuestiones de organización (máxima extensible, claro está, a la fase pre-partidaria de la revolución en que hoy nos encontramos). 20. Resulta aleccionador que el problema del centralismo esté tempranamente presente en el partido revolucionario ruso, pero que el grueso de formalismos propios del “centralismo democrático” apenas sean desarrollados por los dirigentes bolcheviques hasta tiempo después de que el Partido Comunista se transforme en un partido de masas tras la Revolución de Octubre. Ver: un “partido ilegal como suma de células del mismo rodeadas por una red de asociaciones obreras legales y semilegales.”17 Este modelo organizativo presupone el principio del centralismo como base para ordenar el entramado de relaciones sociales fundadas en la ideología proletaria que es el partido revolucionario, cuyo orden de batalla se define por las tareas políticas que deben resolverse en el curso de la revolución. Por tanto, no puede decirse que la cuestión del centralismo sea un asunto de táctica organizativa como BR colige de su estudio y NM suscribe18. 

    Otra cosa es que este principio deba traducirse a la situación concreta por la que atraviesa el movimiento revolucionario en cada momento, en función de ese conjunto de relaciones sociales objetivas que van cristalizando en torno a los principios marxistas y la política de la vanguardia. Precisamente por ser un principio general, carece de sentido hablar en forma abstracta de la relación entre organismos completamente delimitados, que sólo pueden formarse en el cumplimiento de una serie de tareas políticas que no pueden estar completamente definidas por cuanto dependen, primero, de una determinada relación entre vanguardia y masas y segundo, de la correlación de fuerzas entre el proletariado revolucionario y el resto de las clases19. Este es el caso cuando BR acota “las formas democráticas que asume el CD” mencionando “la elección general de los miembros del CC y del BP...” (BR, p. 56). Más allá de ese supuesto criterio de elección general, sólo atendiendo a la situación efectiva del movimiento revolucionario puede hablarse de este Comité Central o de aquel Buró Político. Presuponer la existencia general de esos organismos, otorgarles un lugar predefinido en una inexistente red de lazos ideológico-políticos entre vanguardia y masas, es caer en lo que los camaradas pretenden denunciar: hacer del centralismo democrático20 un principio cerrado e independiente de la ideología revolucionaria, convirtiendo la estructura organizativa en el punto de arranque del partido revolucionario. De hecho, los camaradas Línea Proletaria, Nº 5. Diciembre de 2020 86 terminan otorgando, entendemos que involuntariamente, legitimidad revolucionaria al aparataje revisionista del PCM, por cuanto “la imposibilidad del deslinde de campos respecto a la reacción agazapada en el entramado burocrático del PCM” (BR, p. 58) se debe a su articulación “monolítica”. 

    Pero el partido obrero revisionista no es un espacio en donde se agazapa la reacción: es la reacción misma, expresión de los intereses de la fracción arribista de la clase obrera. No dudamos de que BR comparta esta afirmación, pero al centrarse unilateralmente en el aparato, la estructura, la burocracia, etc. la han perdido de vista (por más que reclamen la sujeción de la organización a la política), dejando margen a la posibilidad de deslindar campos dentro del aparato revisionista si éste, tal vez, no tuviera una estructura monolítica. Sobre el centralismo democrático BR también afirma que esta “táctica organizativa” devino en “esencia” del partido de nuevo tipo posibilitando la constitución de partidos comunistas por el mundo, especialmente en los tiempos de la IC. Nuevamente BR toma un aspecto de un complejo proceso histórico-político para elevarlo nada menos que a la “esencia” de ese proceso. Como tantas veces hemos defendido, la IC se constituye sobre la práctica social de vanguardia de la revolución soviética. El Partido Bolchevique, efectiva expresión de la praxis revolucionaria del proletariado, dirige el primer Estado de dictadura del proletariado capaz de sostenerse en el tiempo. En torno a esta posición de vanguardia el ala izquierda de la socialdemocracia internacional rompe con el oportunismo derechista y el revisionismo centrista. Emergen así una serie de partidos revolucionarios que a nivel estatal van a mediar entre las nuevas conquistas universales del proletariado internacional y la lucha por la dirección del movimiento de masas en cada país. 

    El confuso análisis de los camaradas de BR sobre el partido de nuevo tipo arraiga en el mentado trastocamiento de sus elementos constitutivos. A pesar de empezar afirmando que el debate sobre la organización central del partido proletario empieza en Francia y Alemania en 1902-1904 (BR, p. 53), posteriormente se nos remite a la “contradicción del centralismo democrático expresado por Lenin en el ¿Qué hacer?” (BR, p. 59), asegurando que: 

    “La vanguardia teórica, escindida de la vanguardia práctica, implicó la preeminencia de los obreros ideológicamente más avanzados, pues los cuadros altamente formados ocupan la dirección del movimiento, mientras la militancia menos formada necesariamente era fuerza ejecutora de las ordenes de los órganos partidarios” [BR, p. 59 (la negrita es nuestra –N. de la R.)] A este análisis BR incorpora la solución para evitar la degeneración burocrática, la profundización de la división social del trabajo y la escisión entre vanguardia y masas: la lucha de dos líneas y la formación teórica (BR, p. 60). Desafortunadamente aquella es una imagen tan fija como emborronada del partido revolucionario en Rusia. Puede asegurarse con certeza que, efectivamente, la vanguardia teórica y la vanguardia práctica no habían llegado a fusionarse a nivel social como movimiento revolucionario de masas en los tiempos del ¿Qué hacer? Pero ¿nunca llegó el bolchevismo a constituirse en Partido Comunista? La fusión de la vanguardia teórica y la vanguardia práctica debía (¡y debe!) implicar necesariamente la preeminencia de los obreros ideológicamente más avanzados, pues de otro modo el partido proletario no será más que una caja de resonancia de las posiciones de los obreros ideológicamente menos avanzados, es decir, lo que el viejo economicismo y el menchevismo defendían contra la línea proletaria en tiempos de Lenin. Pero esta preeminencia del factor consciente no supone esa infranqueable separación del partido de nuevo tipo entre individuos que dirigen e individuos que ejecutan y ni mucho menos, tal división social del trabajo se corresponde con el criterio general seguido por los bolcheviques. Muy al contrario, los revolucionarios de Rusia siempre tuvieron presente el principio de que Línea Proletaria, Nº 5. Diciembre de 2020 87 “la emancipación de la clase obrera debe ser obra de los obreros mismos”. Precisamente la idea del Partido Obrero de Nuevo Tipo como fusión del socialismo científico y el movimiento obrero bebe de este principio tan fuertemente arraigado en la tradición marxista rusa. Ante la división social del trabajo y su posible reproducción en el partido revolucionario BR propone la lucha de dos líneas y la formación teórica, lo que supone una disposición inequívocamente revolucionaria frente al estado en que se encuentra el MCI, pero que sin embargo resulta incompleta, pues pierde de vista la experiencia histórica del Ciclo de Octubre. Y es que ya la izquierda del SPD exaltaba, en tiempos de la II Internacional, la importancia de vincular a los obreros con los problemas teóricos y la lucha ideológica contra la derecha revisionista. Tal era la posición de Rosa Luxemburgo, particularmente preocupada por el dualismo entre dirigentes y dirigidos tal como se manifestaba en el partido obrero de masas. Pero aquellas proposiciones del ala revolucionaria de la socialdemocracia alemana no podían dejar de ser un resorte para la defensa de ese momento histórico de auto-reconocimiento de la 21. Cfr. Entre dos orillas... p. 12 (la negrita es nuestra –N. de la R.). 22. Apuntes sobre la universalidad del comunismo; en LÍNEA PROLETARIA, nº 1, julio de 2017, pp. 48-56. 23. Que la sola mención de un sistema único, centralizado y estable capaz de forjar esos teóricos obreros irrita a la burguesía es un hecho. Basta ver las declamaciones de sus lugartenientes en el movimiento obrero contra el Plan de Reconstitución y la construcción de un referente de la vanguardia marxista-leninista. Aunque, en verdad, en sus querellas contra la LR (las cuales ya han padecido nuestros camaradas del Estado mexicano, lo que debe ser motivo de orgullo) no van desencaminados, ni los aspirantes a capataces de industria ni la ampulosa casta de anarquistas señoriales: protestan contra quienes reconstituimos las condiciones subjetivas para la destrucción consciente de su orden social, pues ¡qué será de ellos, fuera del agradecido nicho que hoy les proporciona la división social del trabajo! clase obrera que, en Occidente, encontraba su estabilidad política en el partido obrero de masas. Por su parte, el ¿Qué hacer? de Lenin es síntesis de la experiencia socialdemócrata internacional, a la vez que sistematización de la organización revolucionaria de la vanguardia, que permite proyectar un plan positivo de acción partidista para la fusión de vanguardia y masas en un sistema único de organizaciones. Este sistema orgánico pone ante todo la conciencia revolucionaria y necesita, para enraizar entre lo profundo de la clase, del ascenso de los proletarios a la posición de vanguardia, proceso conscientemente desatado por la vanguardia revolucionaria y que, tan pronto como en 1908, permite a Lenin afirmar que “... en lugar del revolucionario profesional intelectual –o, mejor dicho, en su ayuda– está surgiendo el revolucionario profesional socialdemócrata obrero (eso es un hecho, por mucho que enfurezca a los mencheviques)...”21. La formación de estos cuadros marxistas de extracción obrera resultó fundamental para reconstituir los vínculos de la vanguardia marxista con la vanguardia práctica del movimiento obrero ruso, es decir, para el desarrollo de la lucha de dos líneas contra el revisionismo y la conquista de la hegemonía bolchevique entre los sectores de avanzada de la clase obrera rusa. El ejemplo de ese modelo de militante revolucionario se erige ante nosotros señalándonos la necesidad de forjar cuadros comunistas, con la novedad histórica añadida de que el proletario militante de nuestra época debe abordar todas las vicisitudes relacionadas con la formulación de la teoría revolucionaria, pues hoy la (re)constitución de la ideología proletaria depende de los proletarios mismos, de su vanguardia. Una novedad que hemos dado en llamar teóricos obreros22 y cuya mera enunciación ya implica la radical puesta en cuestión de la división social del trabajo23. Pero como nos previene la Nueva Orientación, “construir cuadros no es construir vanguardia”, de modo que la formación de los cuadros obreros de nuevo tipo debe conectar con las necesidades prácticas de la revolución, lo que exige establecer un vínculo concreto entre vanguardia y masas (actualmente entre vanguardia marxista-leninista y vanguardia teórica), es decir, una línea de masas creadora de las relaciones políticas y orgánicas necesarias para resolver la principal contradicción actual del proceso de reconstitución. Y es este conjunto de relaciones sociales de nuevo tipo que van constituyendo movimiento Línea Proletaria, Nº 5. Diciembre de 2020 88 pre-partidario de vanguardia, forjador de teóricos obreros, en donde se concreta la supresión de la división social del trabajo en el movimiento revolucionario, ya desde la primera etapa de la revolución proletaria. Cerrando este apartado hemos de hacer un último comentario, que nos obliga a cambiar de registro para situarnos en el plano organizativo. Los camaradas de BR, ULP y NM coinciden en el objetivo de crear un Comité. Esta es una magnífica noticia, que habla de la preocupación de los camaradas por dotarse de un plan estratégico para la construcción de un movimiento revolucionario de vanguardia. Los camaradas de ULP vinculan la creación de ese Comité a la lucha de dos líneas y la coordinación de los grupos que en el Estado mexicano se han adherido a la LR. Esto lo consideramos perfectamente justo, pues una vez que se garantice la identidad ideológica esencial (es decir, la unidad de principios en torno a los elementos de la Línea General de la RPM que va articulándose en base a los resultados de la implementación del Balance del Ciclo de Octubre), la tarea objetiva de la vanguardia revolucionaria pasa por su compactación política. Aquí solamente apuntamos, en la medida en que aquí estamos inmersos en el proceso de construcción de un referente de vanguardia marxista-leninista, que la clave de la compactación de la vanguardia proletaria no reside en la proyección a futuro de un determinado organismo (véase un Comité), sino en el conjunto de tareas ideológicas y políticas en torno a las que se concreta la unidad de acción de la vanguardia. En nuestra experiencia, en tanto puedan rescatarse elementos universales útiles a los camaradas, el Comité por la Reconstitución es solamente la cristalización organizativa pública (no definitiva) de eso que hemos denominado Movimiento por la Reconstitución (en el ámbito del Estado español), entendido como el conjunto de relaciones sociales objetivas que venimos generando sobre la lucha de dos líneas y el Balance del Ciclo de Octubre y que apunta a su fusión en un sistema único de organizaciones24. Si tuviésemos que resumir desde el plano político-organizativo la experiencia reciente de la LR en el Estado español, a la dispersión de la vanguardia en círculos de propagandistas no le ha seguido un salto organizativo hacia el Comité, sino la cimentación ideológica y política del movimiento de la vanguardia marxista-leninista. Este es el horizonte que más se ajusta a la cadena leninista ideología-política-organización, que nos previene contra la tendencia a anticipar los resultados organizativos del trabajo ideológico-político y acentúa el carácter dialéctico y transformador de la política revolucionaria de la vanguardia. 24. Al atender a la sensible dialéctica organizativa del movimiento proletario independiente, y huyendo del empirismo mecanicista, baste recordar aquel aserto de Marx contra los representantes de la economía vulgar: “...toda ciencia sería superflua si la forma de manifestarse y la esencia de las cosas coincidiesen directamente...” MARX, K. El Capital, Libro III. Akal. Madrid, 2014, t. III, p. 269. Fragmentos de la lucha por la reconstitución en el Estado mexicano Plasmadas algunas de nuestras principales impresiones críticas sobre el trabajo de los camaradas, podemos resumirlas, esquemáticamente, en dos puntos. El primero es la tendencia hacia el análisis de corte positivista, la propensión a reducir la compleja dialéctica de la RPM a alguno de sus elementos, perdiendo de vista el conjunto del proceso histórico y político de la revolución proletaria. Este déficit ideológico es relativamente comprensible, en la medida en que nos encontramos en reconstitución ideológica, en una fase de la revolución en que la vanguardia comunista debe pugnar por la independencia del proletariado en el plano teórico, lo que quiere decir que entre la vanguardia de la clase sigue dominando el pensamiento formalista, analítico y empirista propio de la burguesía. El segundo punto tiene que ver con el estilo de trabajo. BR abre multitud de frentes, operando con novedosas formulaciones teóricas sin hacerse cargo de sus implicaciones ideológicas y políticas. Y en no pocas fases del escrito el análisis concreto es sustituido por frases generales y afirmaciones poco rigurosas que no pueden sostenerse sobre ninguna labor teórica de vanguardia previa. Este estilo cliché no sólo no sutura el déficit dialéctico descrito, sino que esparce y consolida sus errores, apuntalando ese marxismo prefabricado, esquemático y de retaguardia dominante en el MCI y que para estar al día en su pugna por incidir inmediatamente entre las masas se ve obligado a introducir de contrabando conceptos burgueses en el discurso comunista. Esto se manifiesta preocupantemente en el texto de BR, como ejemplifica el asunto del “trabajo reproductivo”, en donde el análisis marxista es sustituido inadvertidamente por la ideología burguesa (feminista). Y consideramos que tal perspectiva impregna, en gran medida, el enfoque global de un escrito que, a pesar de la buena voluntad de los camaradas, reproduce la lógica corporativista de la victimización como instrumento político. El documento se presenta como causa general en pro de unas “sobrevivientes” (BR, p. 1) que han sido parte de la vanguardia teórica no marxista-leninista. Tales “sobrevivientes” (categoría plenamente funcional a la burguesía, pues oblitera las relaciones de clase y, sobre todo, la posibilidad de transformarlas revolucionariamente) se mantienen en un imperturbable estatus de “denunciantes” (BR, p. 7 y Anexo) celebrado por su supuesto valor para la “ética de la militancia comunista” (BR, p. 7), que parece brotar espontáneamente desligada del proletariado comunista militante. Para cerrar el cír-Línea Proletaria, Nº 5. Diciembre de 2020 89 culo, la conquista de esa posición de “denunciantes” se realiza por estas masas independientemente de la intervención de la vanguardia (en este caso los camaradas de BR), que sólo puede reaccionar externamente mostrando su solidaridad y agradecimiento por la colaboración, lo que no es sino el ilustrativo reconocimiento de la incapacidad para desplegar una línea de masas que eleve a este sector de la clase a la posición del comunismo. Este es un caso que contiene todos los elementos propios de la prosternación ante el espontaneísmo, con la salvedad de que aquí se nos presenta, dado el compromiso de los camaradas de BR para con la teoría, como una suerte de espontaneísmo teórico. Y es que si cambiamos a los protagonistas ¿cómo calificarían los camaradas del Estado mexicano una campaña (pongamos del PCM) basada en la promoción externa de las denuncias políticas a las que por sí mismo llega el movimiento económico de resistencia de la clase? ¿Qué dirían nuestros camaradas si el PCM exaltase la conciencia espontánea de esos obreros, que legítimamente luchan por su pan, intentando presentar ese grado de conciencia como un valor de compromiso con la ética comunista? No dudamos de que, ante tales despropósitos economicistas-obreristas, los camaradas los denunciarían, correctamente, como espontaneísmo. Somos conscientes de que la aproximación a una línea ideológica (especialmente cuando es minoritaria, plantea problemas teóricos nuevos y marcha contra la corriente) no puede estar exenta de cierta aceptación formal de sus lineamientos generales. Este es un primer momento necesario, cuya superación exige voluntad comunista para emprender una muy ardua labor de estudio y trabajo colectivo e individual. Sin embargo, y a pesar del ímpetu revolucionario de los camaradas, esto nunca justificará el estilo cliché, la ligereza con que se tratan temas de profundo calado, la falta de rigor en la propaganda o la aceptación acrítica de elementos nodales del discurso (feminista) en torno al cual hoy se cohesiona la burguesía imperialista. Con toda seguridad podemos afirmar que ese no ha sido, no es ni será el estilo de trabajo en que se forja la reconstitución del comunismo. Hasta aquí hemos dado preferencia a la caracterización crítica del trabajo de los camaradas, partiendo del criterio de la lucha de dos líneas como motor de desarrollo de la vanguardia revolucionaria. Como ya hemos dicho, aunque merece la pena insistir en ello, exponemos nuestra crítica movidos por el más sincero y fraternal internacionalismo proletario, esperando poder contribuir a la clarificación ideológica y al deslindamiento de posiciones en torno a la línea proletaria. Tales discrepancias con nuestros camaradas, que no ocultamos, no restan un sólo ápice de importancia al hito que para la LR significa el surgimiento de estos destacamentos, que son producto de la lucha de la izquierda anti-revisionista del movimiento comunista en el Estado mexicano. Pasando ya a los escritos de los camaradas incluidos en este número de Línea Proletaria, el primer texto que publicamos es la “Presentación del colectivo Bandera Roja”. Este sucinto documento, en que BR suscribe la Tesis de Reconstitución y la Nueva Orientación, pasa por ser el primer registro público de la LR fuera del Estado español, siendo en sí mismo un valioso documento del que consideramos necesario hacernos eco. En segundo lugar hemos escogido un pasaje del documento “A la cola de lo espontáneo: La bancarrota del revisionismo en el Estado mexicano expresada en su carta conjunta al presidente” de los camaradas de NM. Este escrito denuncia el estado del comunismo mexicano, incapaz de buscar una salida revolucionaria a su crisis. Finalmente, presentamos un par de epígrafes de “Entre los despojos putrefactos del revisionismo y la forja de un nuevo momento revolucionario”, de ULP. El texto se centra en la crítica al revisionismo, pero los camaradas también hacen un interesante repaso de su andadura política anterior como Frente Oriente, ofreciéndonos un magnífico ejemplo sobre lo que significa la autocrítica comunista. Aunque delimitados por motivos de espacio, estos fragmentos dan buena cuenta de la lucha por la reconstitución al otro lado del Atlántico. Una lucha del proletariado internacionalista que exige atreverse a enarbolar la bandera roja de la reconstitución para forjar las bases de un nuevo mundo, pues como dice ULP: “No nos amedrenta el enemigo ni la enorme tarea que hemos emprendido, pues somos conscientes de la necesidad de ésta y de la justeza de los auténticos principios del marxismo-leninismo. La Línea de Reconstitución representa la recuperación de la universalidad del comunismo.” ¡Viva la vanguardia marxista-leninista en el Estado mexicano! ¡Viva el internacionalismo proletario! ¡Por la reconstitución ideológica y política del comunismo! Comité por la Reconstitución Diciembre de 2020Línea Proletaria, Nº 5. Diciembre de 2020 94 “Hoy la revolución proletaria mundial está en repliegue político general, pero en él ya está gestándose una nueva etapa que en futuras olas sucesivas con fusiles asaltarán los cielos y conquistarán el poder; asimismo, la guerra popular ha entrado a terminar concluyendo el más grande movimiento revolucionario de nuestra historia, pero a su vez está forjándose en su seno un nuevo momento revolucionario que en las próximas décadas del siglo XXI superará y rematará la epopeya actual. No ver esta realidad y temer el fracaso, partiendo así de posiciones no proletarias, burguesas, está llevando, por responsabilidad de quienes dirigen, a la derrota de la guerra popular por acción del enemigo o desintegración de las fuerzas y, más grave aún, a la destrucción del Partido”. Partido Comunista del Perú (PCP) ............................................... V. La crítica al FNLS está construida desde la autocrítica: el revisionismo del Frente Oriente, oscilando entre el reformismo y el oportunismo Consideramos que el carácter dual de la política del FNLS –entre marxismo teórico y reformismo práctico– parte de premisas históricas rebasadas. Aunque creemos que hay una actuación política de buena fe, ésta no es suficiente para el desarrollo correcto de la praxis revolucionaria. Y es que estas mismas prácticas nosotros las impulsamos cotidianamente durante nuestra práctica política anterior, lo que nos llevó a desarrollar un balance serio de cara a entender qué éramos realmente como colectividad. Así, iniciamos un proceso de reflexión autocrítica sobre nuestra acción política a la luz de las premisas de la LdR desde las que pudimos observar que muchas de las prácticas que hoy sometemos a crítica en el FNLS eran similares a las que nosotros impulsamos en diferentes momentos durante la etapa en que nos organizamos en el extinto Frente Oriente y que consideramos 

    La formación teórica es fundamental para poder aplicar el marxismo al marxismo mismo y analizar de manera crítica los diversos procesos revolucionarios que el proletariado internacional ha emprendido hasta el día de hoy para, de esta forma, deslindar claramente el campo revolucionario del que no lo es y dejarlos al descubierto, a la luz del agotado ciclo revolucionario, haciendo patente cuáles han sido las prácticas erróneas que han arrojado la lucha comunista a la derrota momentánea en la que se encuentra sumergida hasta hoy. Tenemos certeza de que en tanto este balance no se desarrolle de manera basta, los fundamentos revisionistas que ahogan al Movimiento Comunista Internacional continuarán dañando cualquier proceso revolucionario que pueda ser emprendido y lo llevarán, irremediablemente, a su derrota. Decididos pues a emprender este arduo y sinuoso camino, abrazamos las premisas desarrolladas en los documentos fundamentales de la Línea de Reconstitución con los que tenemos amplia coincidencia y de los cuales hemos recibido una serie de elementos teóricos, ideológicos y metodológicos que nos orientan de manera adecuada para desarrollar las tareas que la Revolución Proletaria Mundial requiere. 

    * Este texto se corresponde con un fragmento del documento "Entre los despojos putrefactos del revisionismo y la forja de un nuevo momento revolucionario" publicado por los camaradas de Unión de Lucha Proletaria. El documento al completo puede consultarse en el siguiente enlace: https://unionluchaproletaria.wordpress.com/2020/09/09/entre-los-despojos-putrefactos-del-revisionismo-y-la-forja-de-un-nuevo-momento-revolucionario/ 1. Frente Oriente, Programa general de construcción asamblearia, 14 de marzo de 2013. 2. Ibídem. necesario señalar de manera objetiva, pues sólo así podremos superarlas. Una vez constituido el Frente Oriente como organización, nuestra actividad política se centró en el impulso, creación y organización de Asambleas Populares en la zona oriental del Valle de México. Las premisas que guiaban nuestra actividad organizativa fueron las siguientes: «Impulsar la construcción, reactivación y/o coordinación, y su posterior consolidación, de asambleas populares por barrio, por fábrica, por ejido, por escuela, etc., dotándolas de un contenido revolucionario de nuevo poder y de insurrección, bajo la consigna de la unidad de acción»1 En los hechos, estas asambleas fueron creadas únicamente en colonias populares donde aglutinábamos a colonos a partir de demandas y reivindicaciones inmediatas, economicistas, pues fue ese el planteamiento metodológico que implementamos para su desarrollo: «Instalar mesas de información en torno a la demanda inmediata y en función a la generación de organización».2 Es decir, pretendíamos desde una perspectiva etapista y economicista, arribar aparentemente a un nivel de conciencia tal que se pudiese, desde esos espacios y sin la participación de una estructura propiamente revolucionaria –pues no se plantea en este momento la conformación del Partido Comunista como una necesidad inmediata– “dotarles de contenido revolucionario”, además de prepararlas para una lucha insurreccional y, a pesar de los planteamientos que reivindican un contenido revolucionario de nuevo poder, la finalidad de éstas era puramente reformista, tal como se indica en el planteamiento metodológico: «La idea de la propuesta es la unificación de todas las El pasado 28 de agosto, el Frente Nacional de Lucha por el Socialismo publicó un documento en el cual vierte una serie de señalamientos en contra de la Línea de Reconstitución y contra quienes reivindicamos y nos organizamos en torno a sus planteamientos. El presente texto es una respuesta a esos señalamientos. Entre los despojos putrefactos del revisionismo y la forja de un nuevo momento revolucionario: Respuesta a los señalamientos del Frente Nacional de Lucha por el Socialismo contra la Línea de Reconstitución* 

    ,... asambleas populares y que éstas se constituyan como gérmenes de nuevo poder político e insurreccional de cara a una futura constituyente». Evidentemente se obviaba el contenido de clase de estas estructuras y contrario a lo que se pretendía en el papel, lo cierto fue que, debido a sus intereses inmediatistas, las estructuras asamblearias funcionaron como grupos reaccionarios que se confrontaban constantemente con la clase obrera, debido, justamente, a su demanda inmediata3 . ¡Vaya contenido revolucionario! Durante dos años implementamos este trabajo político el cual, ante nuestra incomprensión del marxismo, ante nuestra inoperancia política y ante nuestro evidente fracaso en el intento de elevar la “consciencia revolucionaria” de los colonos –no proletarios–, lo sometimos un balance autocrítico por quienes en ese momento conformábamos el Frente Oriente y, al encontrarnos con una política abiertamente reaccionaria, decidimos conscientemente dejarlo y entrar en un proceso de rectificación, situación que hizo que algunos militantes en desacuerdo abandonaran la organización. Sin embargo, y a pesar del fracaso, no dejaríamos de insistir en este tipo de organización por algún tiempo más, particularmente cuando emprendimos nuestra siguiente etapa de trabajo organizativo. Pero antes de esto, el Frente Oriente atravesó un fuerte momento de represión debido también a nuestro incorrecto actuar político de acción directa contra los cuerpos policiales. Acción directa de un pequeño grupo desvinculado de las masas y sin objetivos políticos definidos, totalmente provocado por nuestros impulsos espontáneos; acciones más cercanas a las prácticas anarquistas que en nada abonaban a la construcción de un instrumento verdaderamente revolucionario. Así, por esta práctica aventurera, cinco de nuestros compañeros fueron aprehendidos durante una manifestación y después encarcelados en el Reclusorio Oriente de la Ciudad de México. 3. En la mayoría de los casos las asambleas populares fueron articuladas mediante la demanda economicista del “no pago del servicio eléctrico por sus excesivas tarifas”; situación que en la mayoría de las acciones de evitar el corte del servicio eléctrico, los colonos se confrontaron abiertamente con los obreros electricistas de la Comisión Federal de Electricidad. 4. Frente Oriente, Relatoria de hechos represivos del 10JMX, Preaudiencia del Tribunal Permanente de los Pueblos, agosto de 2013. Pero nuestras aberraciones políticas pseudo-revolucionarias no terminaron con ese episodio represivo, sino que continuaron exhibiendo lo incorrecto de nuestra práctica que cada vez más se alejaba de una auténtica política marxista-leninista: una vez liberados los militantes encarcelados –aunque continuaron sometidos a proceso penal durante los siguientes cinco años– la organización acudió a espacios de denuncia y defensa de los derechos humanos –a pesar de que sosteníamos una política de aparente ruptura con el Estado, sus instituciones y los mecanismos que lo legitiman– apelando así a posiciones legaloides tales como las siguientes: «Responsabilidad del Estado. Impunidad: Hasta el momento no ha habido justicia, no se ha realizado recomendación por la represión política, criminalización por parte del Estado y de medios hacia la protesta social, así como también por las detenciones arbitrarias que el Gobierno del Distrito Federal ha realizado. Reparación del daño: Que se derogue el artículo 362 del Código Penal en el Distrito Federal, que se retire el Protocolo de Seguridad para el control de multitudes, y que se realice un acto público en el que las autoridades del Gobierno del Distrito Federal se comprometan a dejar de reprimir y criminalizar a los ciudadanos que ejercen sus derechos por medio de la protesta social, y que con ello se ofrezcan garantías de no repetición. Derechos violados: 

    Derecho a la Protesta Social, Derecho a la Integridad Personal, Derecho al Honor, Derecho a la Justicia, Derecho a la Verdad, Derecho a la Libertad de Expresión y Manifestación, Derecho al Debido Proceso. Legislación y/o Normatividad Aplicable: 

    • Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos • Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos 

    • Convención Americana sobre Derechos Humanos • Manual de las Naciones Unidas sobre la Prevención e Investigación Eficaces de las Ejecuciones Extralegales, Arbitrarias o Sumarias Hoy, solicitamos a este Tribunal Permanente de los Pueblos, en el cual confiamos plenamente, una declaración en contra de la criminalización y represión de las expresiones de inconformidad del pueblo organizado, y de todos y todas los y las activistas y luchadores sociales».

     Como se puede observar, la crítica que vertemos al FNLS sobre su fetichismo jurídico es igualmente aplicable al otrora Frente Oriente: posiciones legalistas y de invocación a los derechos humanos, respeto a la Constitución y demás peticiones siempre bajo los márgenes de acción del Estado burgués y a su sistema jurídico. Nos decantamos hacia el culto al legalismo en su expresión más ridícula y aberrante. Empero, esta experiencia concreta nos mostró con claridad el papel del derecho penal y del Estado, gracias a ello logramos prontamente desterrar estas posiciones legalistas y atacarlas con fuerza, aún sometidos al proceso penal que se siguió a los camaradas y que traía restricciones en su libertad; de allí que después atacamos y luchamos firmemente contra el ofrecimiento de amnistía y rechazamos terminantemente las “propuestas de negociación” que nos hizo el Estado con la finalidad de “acordar” los términos de la libertad absoluta de nuestros compañeros. Pero a pesar de que estas posiciones legalistas fueron finalmente desterradas de la organización, en lo que respecta a la solidaridad que manifestamos con los presos políticos de otras organizaciones, fueron mantenidas en cierto grado exigiendo al Estado, igualmente, la solución jurídica de sus casos. Nuestra siguiente etapa de trabajo político lo desarrollamos buscando el acercamiento con organizaciones oportunistas. Iniciamos con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), a quienes considerábamos un referente fundamental para el desarrollo de la lucha de clases. Nuestra falta de claridad e incomprensión de la lucha de clases no nos permitía caracterizarlos debidamente: como segmento de la burocracia sindical y componente la aristocracia obrera. Y es que, al estar la CNTE inserta en los procesos organizativos de mayor relevancia mediática en el país durante las últimas décadas, creímos cándidamente y bajo una absurda perspectiva romantizada de las organizaciones sociales que podían ser, en efecto, el motor para el desarrollo de un proceso revolucionario de largo alcance, evidenciando con ello nuestra incorrecta caracterización de los intereses de clase que en cada organización corporativa impera; así lo demuestran algunos de los documentos del Frente Oriente en aquel momento: «(...) el papel que históricamente ha desarrollado el magisterio ha sido fundamental en el desarrollo del país. Hoy el Estado busca aniquilar este papel (...) pues, aún en los momentos más complicados, el maestro se ha comprometido con su papel de mentor en las condiciones más adversas, constituyéndose como un auténtico líder social. (…) el problema de la educación pública no se reduce 5. Frente Oriente, Llamado al magisterio democrático de la CNTE, a las organizaciones sindicales, sociales y populares, septiembre 2013. 6. Ibídem a demandas gremiales, es de interés nacional y necesita el concurso de todos los sectores sociales. En torno a la lucha del MAGISTERIO DEMOCRÁTICO: 

    Las tareas que ahora se nos presentan implican a mediano plazo, y mediante la lucha de dos líneas, iniciar de manera correcta un proceso de coordinación con otros colectivos que en el estado mexicano también se adhieren a los planteamientos vertidos por la LdR –un proceso dialéctico que nos permita un avance cualitativo real– para lograr conformarnos en Comité por la Reconstitución del Comunismo y al que deberán integrarse los elementos más avanzados del proletariado para que sea éste quien participe de manera activa en la elaboración programática y, desde luego, en la construcción del verdadero Partido Comunista Reconstituido, pues la historia nos ha enseñado que no pueden ser ya los elementos de la pequeña burguesía desclasada quienes dirijan dicho proceso revolucionario. Es momento de que el proletariado revolucionario encabece la forja de la Revolución Proletaria para llevarla a buen puerto, situación de por sí compleja pero sin la cual el camino hacia la revolución será nuevamente derrotado por el revisionismo hasta ahora hegemónico. La conformación de la Unión de Lucha Proletaria implica un paso fundamental para quienes lo integramos pues representa el inicio de la lucha abierta contra el revisionismo imperante en el Movimiento Comunista Internacional, primer gran bastión de la burguesía en su lucha contra el proletariado revolucionario. La LdR es un arma teórica y metodológica poderosa en manos del proletariado que nos permitirá arribar a los objetivos que nos hemos planteado. La abierta lucha por la Reconstitución del Comunismo ha iniciado y debemos prepararnos para una larga batalla en la que la crítica y la autocrítica deben ser parte fundamental para el desarrollo correcto de esta ardua tarea. No nos amedrenta el enemigo ni la enorme tarea que hemos emprendido, pues somos conscientes de la necesidad de ésta y de la justeza de los auténticos principios del marxismo-leninismo. La Línea de Reconstitución representa la recuperación de la universalidad del comunismo. “En tiempos de locura chovinista, obrerista, sindicalista, ecologista, etc. estar en minoría significa ser comunista”. Nos preparamos en la derrota para arribar a la victoria y trabajaremos decididamente para llegar a ella… “De novatos que somos devendremos en experimentados”. 

    • Reconocerse en la coyuntura actual como la dirección general del movimiento de lucha popular. En este sentido, asumirse como tal y convocar de manera abierta a todos los sectores de la sociedad, en particular a toda la clase trabajadora, a generalizar la lucha en torno a la defensa de la educación popular y, desde cada trinchera, incluir sus demandas clasistas y sectoriales al impulso general de la lucha desplegada por la CNTE. 

    • Profundizar el despliegue de la lucha general para derrotar al corporativismo expresado en el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). 

    • Exigir al Estado, y luchar por ello en las escuelas y en las calles, un trato político de representación mayoritaria a la CNTE por sobre el SNTE. Asestando con ello un golpe al corporativismo magisterial. 

    • La CNTE debe continuar impulsando y desarrollando el Paro Nacional Magisterial y convocar firmemente, a partir de su relación política con las organizaciones sindicales y sociales, a la Huelga General».5 De manera infausta veíamos en el corporativismo y en la aristocracia obrera un actor sustancial para la lucha revolucionaria, situación que evidenciaba nuestras posiciones antimarxistas y de total incomprensión en la caracterización de la formación social mexicana y del papel del Estado, al que definíamos como aparato de dominación de clase en el papel, pero de forma reaccionaria aún le otorgamos cierto papel como “mediador”:

    «La obligación del Estado es garantizar la educación a toda la sociedad con condiciones adecuadas para su impulso y desarrollo. La inestabilidad en el empleo, que pretende imponer el Estado, no resuelve, bajo ninguna circunstancia el reto que enfrenta la educación pública. Al contrario lo complica pues margina a los maestros de una discusión en donde ellos son protagonistas. Por ello, resulta inaceptable para toda la población que el futuro de la educación pública se pretenda resolver despidiendo a medio millón de docentes del sistema educativo».6 Además de elementos que abonan a la mistificación nacionalista-chovinista: 

    «a) La entrega absoluta de los recursos naturales y Línea Proletaria, Nº 5. Diciembre de 2020 97 estratégicos de nuestro pueblo a los intereses de la burguesía extranjera, despojando fundamentalmente a las comunidades indígenas quienes históricamente han sido golpeadas y marginadas por un Estado rapaz. 

    b) El despojo de la posesión y generación de energía eléctrica en favor de empresas privadas quienes intensifican la precarización económica del pueblo quien no puede satisfacer sus mínimas necesidades materiales de sustento. Tal como se implementa en la reforma energética. 

    d) Entregar el espectro radioeléctrico, patrimonio de nuestro pueblo, a una burguesía cínica que actúa como criminalizadora de los movimientos sociales y como aparato de dominación ideológica que adormece y desmoviliza a toda la sociedad; y que adopta una política de represión y linchamiento permanente a los medios libres con la finalidad de anularlos como medios de difusión e información popular. 

    g) Trastocar el derecho a la educación agrediendo, fundamentalmente, a los sujetos del proceso educativo, maestros y estudiantes, privatizándola y despojando su carácter crítico, científico, laico, gratuito y popular. Asimismo, destruyendo su infraestructura mediante la corrupción y el abandono paulatino hasta llegar a su pauperación absoluta y a la agresión sistemática a los maestros en quiénes descansa el proceso cognitivo. Justo como lo impulsa la reforma educativa».7 Todo esto bajo la absurda lógica, como indicamos antes, de que la CNTE era una estructura de organización proletaria que podía conducir el proceso de lucha de clases hasta un punto de inflexión definitivo y no como un aparato corporativo que forma parte de la aristocracia obrera mexicana a la que sus intereses de clase identificados así pues, con la burguesía, le lleva a convertirse en correa de transmisión de la ideología burguesa hacia todas las capas de la sociedad con las que tiene relación, incluyendo, evidentemente, las bases magisteriales. Y así, desde nuestra aberrante lógica revisionista iniciamos el “trabajo de coordinación” con organizaciones autonombradas “independientes”, pero en realidad corporativas y clientelares, autoreferenciadas como marxistas, leninistas o maoístas, ejemplos vivos del oportunismo mexicano más recalcitrante. Organizaciones deleznables que tienen una influencia real en el denominado “movimiento social” –en realidad espontáneo–. Este “trabajo de coordinación” en realidad nos llevó a impulsar una política frentista que, por muy buenas intenciones y propuestas revolucionarias que tuviéramos, sin la dirección revolucionaria real del Partido Comunista Reconstituido no podía hacer algo más que 7. Ibídem. 8. Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos “Hasta Encontrarlos”, Frente Nacional de Lucha por el Socialismo, Frente Oriente y Frente Popular Francisco Villa Independiente. Manifiesto al pueblo de México, junio de 2014. fortalecer al revisionismo y al oportunismo en el movimiento comunista mexicano, nosotros incluidos, desde luego; lo que hizo evidente que los análisis incorrectos desde los que partíamos, recubiertos siempre de una lisonja marxista, se estrellaban una y otra vez con la realidad y nos situaba como exponentes de planteamientos abiertamente economicistas y reformistas: «En nuestro país estas contradicciones [de clase] han quedado manifiestas en las recién impuestas reformas neoliberales; en ninguna de ellas se encuentra reflejado el interés popular y una a una han desfilado por el protocolo legislativo para afianzar la explotación, el saqueo, la rapiña y la pauperización de las grandes masas trabajadoras. La instrumentación de dichas reformas se ha dado con el contubernio de diputados y senadores, quienes afirman representar los intereses del pueblo y que con una firma terminaron con conquistas históricas obtenidas a través de la lucha social de los pobres y despojados. Estas reformas han trastocado el acceso a la educación atentando contra su carácter público; han acrecentado más el ejército de desempleados y pulverizado derechos conquistados durante décadas por los trabajadores mexicanos a través de la reforma laboral que facilita la entrega de los medios de producción, propiedad de la nación, a las grandes trasnacionales y al capital privado generando con ello que los productos de la canasta básica sean inaccesibles para la mayoría de nuestro pueblo; los servicios de salud son insuficientes y de mala calidad, los medicamentos gravados con IVA es otro golpe al bolsillo del trabajador. Existe un nulo acceso a una vivienda digna y de buena calidad. La reforma energética incrementa de manera considerable los precios de combustibles propiedad de la nación como el gas y la gasolina. Se consuma la entrega de las industrias petrolera y eléctrica a emporios trasnacionales controlados, entre otros capitalistas, por los reyes de España y las gigantes inglesas y norteamericanas petroleras. Todo este saqueo deja como resultado pobreza e inestabilidad que genera altos índices de delincuencia que desarrollan una profunda descomposición en el seno de nuestra sociedad8 ». Por su puesto, de la interpretación de la realidad debe desprenderse de manera, más o menos coherente, una definición táctica que responda al análisis realizado: «El avance de la crisis y la agudización de la lucha de clases ha conducido a cada organización, esfuerzo e Línea Proletaria, Nº 5. Diciembre de 2020 98 individuo, defina su papel histórico ante la presente etapa de lucha, de estar con el pueblo oprimido o contra él; y por supuesto, nos obliga como organizaciones populares que desarrollamos nuestro trabajo en las masas, a definir tareas a corto plazo. De lo anterior se desprende que la tarea inmediata es mantener coordinación con esfuerzos organizativos independientes que de manera honesta y consecuente desarrollan la lucha del pueblo desde amplios sectores, así como aquellos que se han apropiado del marxismo- leninismo como arma teórico-filosófica para poder enfrentar la embestida neoliberal e imperialista que se avecina. Establecer mediante la práctica política la discusión política y la homogeneización de criterios para definir la realidad objetiva y las necesidades de la presente etapa de lucha. La tarea inmediata es concretar frentes de masas regionales para hacer frente a la violencia y terrorismo de Estado; encaminemos nuestro esfuerzo en construir un frente nacional de lucha anticapitalista y antineoliberal con la participación de todo el pueblo en lucha. En conclusión, no basta con las luchas democráticas dentro del marco jurídico burgués, entre ellas la electoral y parlamentaria; la actual etapa exige la unidad y con ella la crítica de las masas organizadas de manera independiente con conciencia de clase, determinación y voluntad política para enfrentar en mejores condiciones la embestida imperialista y desarrollar la lucha popular en todas sus formas».9 El camino por la construcción frentista que recorrimos en el Frente Oriente –con una multiplicidad de organizaciones, cada una con una composición de clase diversa, ninguna de ellas verdaderamente proletaria– apenas iniciaba y nos tomó otros tres años, aproximadamente. Durante este tiempo entablamos relación con la mayor parte de las organizaciones que, como decíamos, representan lo más representativo del oportunismo en el estado mexicano. Tanto de manera regional como nacional, trabajamos de la mano y reivindicamos al oportunismo más nefasto, desarrollando nosotros mismos una política revisionista, oportunista e incluso arribista – siempre haciéndonos presentes en las luchas espontáneas pretendiendo absurdamente, de esta forma, “darles dirección”–, imitando las prácticas de las organizaciones más atrasadas y execrables con quienes en ese momento nos encontrábamos relacionados. Evidentemente el “culto a la espontaneidad” de las masas fue una cons9. Ibídem 10. Frente Oriente, Manifiesto del Plantón Nacional por los 43 de Ayotzinapa, los detenidos-desaparecidos, presos y procesados políticos y de conciencia en el país, diciembre de 2014. 11. Frente Oriente, Las “reformas estructurales”: forma fundamental del saqueo imperialista, octubre de 2015 12. Ibídem. 

    ,... tante de nuestra práctica política durante ese tiempo. Las perspectivas fueron en cada momento más o menos las mismas, crear un frente nacional amplio, que recogiese las demandas inmediatas pero que pudiese “dar pasos” hacia la construcción de un proceso revolucionario, pero de carácter democrático-popular: «(…) la tarea ineludible es proteger y luchar por los acosados, hostigados, reprimidos pero fundamentalmente por alcanzar, a través de la solución a las demandas legítimas de nuestro pueblo, un gobierno popular y verdaderamente democrático».10 Este planteamiento se deriva, de manera definitiva de la caracterización que en ese momento aún sosteníamos con respecto al desarrollo del capitalismo en el estado mexicano: “país económicamente atrasado con estructuras semicoloniales y terratenientes”11. Una vez que iniciamos un trabajo mucho más estrecho con las organizaciones que en Frente Oriente consideramos “honestas, combativas y revolucionarias” –entre ellas el FNLS– el planteamiento se centró en la conformación de lo que denominamos un Polo Revolucionario que pudiese dar una “dirección proletaria” a las luchas de las masas, aglutinadas éstas, en un frente nacional. Es decir, buscamos la creación de un órgano partidario entre el revisionismo, el oportunismo y hasta con organizaciones de corte caciquil.

    La IC, Partido Mundial de la Revolución, sigue así la ley de la revolución instituida por el Partido Obrero de Nuevo Tipo, expresando a escala mundial la fusión de vanguardia (el Partido Bolchevique) y masas (las secciones de izquierda escindidas del viejo partido obrero). El MCI nace en torno a una ideología de vanguardia (el marxismo que articula el paradigma revolucionario de Octubre), con una línea política concretada en un Programa (Dictadura del Proletariado encabezada por el Partido Comunista) cuya aplicación práctica sirve de referente para el ala izquierda de la vanguardia proletaria y como espoleta para las masas en los países imperialistas y oprimidos. Teniendo esto en cuenta, sólo adoptando un punto de vista organicista puede deducirse que el centralismo democrático es la “esencia” que posibilitó la “constitución y permanencia de organizaciones y partidos comunistas”. Pero es que la batalla inmediata contra los revisionistas del PCM lleva a BR un paso más allá, hasta PROCACCI, G. El Partido en la URSS (1917-1945). Laia. Barcelona, 1977, pp. 27-33. Esto nos habla una vez más de que la clave del Partido Comunista es su comprensión como relación social entre vanguardia y masas. defender que el centralismo democrático, “sustentado en la unidad mediante la lucha y Balance Crítico” pasa a ser “una forma superior y revolucionaria de organización” (BR, p. 60). De inevitable necesidad táctica a inescrutable mutación en forma superior, el centralismo democrático suplanta al Partido Comunista como forma superior de organización revolucionaria del proletariado. 

     «Consideramos que la amplia unidad de las capas más explotadas y depauperadas de nuestro pueblo, unificadas mediante una estructura organizativa colectiva, un programa general de lucha y la más permanente movilización y lucha callejera debe ser una herramienta fundamental en contra de estas políticas. (…) será necesario consolidar una estructura de lucha unitaria que despliegue la batalla sin cuartel contra el imperialismo en su conjunto y que tenga la claridad política que le permita avanzar en la estructuración de una coordinación o un frente nacional de lucha popular que sea un instrumento de lucha de la clase trabajadora y la nación mexicana. Es un deber fundamental enfrentar decididamente al imperialismo, aniquilar al oportunismo y construir un polo revolucionario que genere un bloque marxista y proletario en la lucha de clases en curso; esa es una necesidad fundamental e histórica en la decidida lucha por el socialismo (…)».12 No obstante de que nos encontramos a la cola del revisionismo y del oportunismo, nuestra praxis cotidina-Línea Proletaria, Nº 5. Diciembre de 2020 99 na nos llevó a reconocer y rechazar las prácticas deleznables de estas organizaciones y sus intereses de clase así como la colaboración de la mayoría de ellas, de manera abierta y franca, en la política conciliacionista con el Estado para someter a las masas a la total influencia de la burguesía, convirtiéndose en correas de transmisión y no en “instrumentos de lucha” como se auto-afirman falsamente. A pesar de nuestras incomprensiones, incongruencias y actitudes revisionistas, nuestra permanente autocrítica nos llevó, después de un largo recorrido, a darnos cuenta que el camino frentista que seguía el Frente Oriente significaba postrar la lucha de las masas a la influencia del revisionismo y del oportunismo, en los hechos, a la influencia de la ideología burguesa como expresamos anteriormente. De esta forma, en el Frente Oriente rompimos –aunque no públicamente, ni con los debidos deslindes– con estas organizaciones oportunistas, con sus facciosas prácticas clientelares, caciquiles, oportunistas y arribistas y también con la táctica frentista. Así, decidimos emprender un nuevo momento en la praxis política de la organización: el trabajo entre la clase obrera. 

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    VII. La Línea de Reconstitución, el nuevo camino que hemos elegido Presentación del Colectivo Unión de Lucha Proletaria El inicio de la autocrítica y los deslindes correspondientes nos han llevado también a la necesidad de elevar nuestro proceso organizativo para conformarnos como una nueva estructura colectiva. Las prácticas que marcaron el desarrollo del Frente Oriente dejaron una huella en sus prácticas internas que le impedían convertirse en la estructura necesaria para enfrentar las necesidades que la reconstitución del comunismo requiere. Es por ello que, además de su necesaria disolución, se hace indispensable la conformación de una organización mínima que nos permita estructurar de manera correcta nuestras fuerzas para hacer frente a la complejidad que las tareas de la LdR implican. Es por esto que quienes hasta hoy nos asumimos como “Ex militantes del Frente Oriente en Lucha por la Reconstitución del Comunismo” hemos decidido conformarnos como Colectivo Unión de Lucha Proletaria, desde el cual habremos de continuar desarrollando la autocrítica que nuestra práctica anterior requiere y, en la misma medida, realizando los deslindes necesarios que parten de ella. Evidentemente, la necesidad de la Reconstitución Política e Ideológica del Comunismo requiere que redoblemos esfuerzos en nuestro proceso de formación teórica para el correcto procesamiento y desarrollo del Balance del Ciclo de Octubre, balance en el que tendremos que someter nuevamente a crítica nuestra praxis en el extinto Frente Oriente y en el movimiento revolucionario mexicano a través de la Lucha de Dos Líneas, elementos indispensables para iniciar un nuevo ciclo revolucionario cualitativamente superior por la experiencia histórica que el proletariado revolucionario ha acumulado hasta ahora. 

    ¡¡POR LA RECONSTITUCIÓN POLÍTICA E IDEOLÓGICA DEL COMUNISMO!! UNIÓN DE LUCHA PROLETARIA 9 de septiembre de 2020,...¡¡¡¡.,...¡¡¡.---


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    El EEC ante las elecciones en la Comunidad de Madrid del 4 de mayo de 2021 - Tercera Información -Tercera Información (tercerainformacion.es) 


    Todo apunta a que en 2021 se ha recompuesto suficientemente el sistema de representación política en el Estado español. Como ya hemos expuesto en textos anteriores, la esencia económica y de clase de ese sistema nunca estuvo en entredicho, asumiéndose el desgaste de la crisis de 2007 al nivel de los partidos y las personalidades que habían jugado papeles protagonistas en la ilusión democrática (“son unos corruptos”, “no nos representan”, etc.). En la última década fue necesario crear varios partidos políticos para que recondujeran el desencanto con la “clase política” de vuelta al mismo sistema de representación que había llegado a no representar a nadie, y para que actuaran como granero de votos para las mismas corrientes ideológicas que la democracia española importó de Europa.

    Una vez remozadas las cúpulas -incluida la de la jefatura del Estado- y dejados atrás -que no superados- los efectos de las crisis de décadas pasadas, parece que el bipartidismo tradicional PSOE-PP deja de necesitar muletas. El primero de los comparsas en caer ha sido Ciudadanos, y la recomposición necesaria de todo el tinglado ha hecho necesario convocar elecciones en Madrid. En los diez años transcurridos desde el 15 de mayo de 2011 se han apañado para arreglar la fachada sin que nadie haya cuestionado la validez de lo que ésta escondía detrás.

    El EEC ha expresado en varias ocasiones -y no es vano repetirlo- que no hay una esfera política que funcione de manera autónoma respecto a la esfera económica, pues el Estado capitalista es un Estado de clase, y no un instrumento neutral. La necesidad de obtención de beneficios por parte del capital privado es lo que marca a medio plazo las políticas viables, tanto a nivel del Estado central como de las Comunidades Autónomas, así como la intensidad con la que tienen que apretarnos las clavijas a nosotros, trabajadores y trabajadoras.

    Lo estamos viendo meridianamente claro en más de un año que llevamos de pandemia de COVID-19. El gobierno central, autodenominado «el más progresista y de izquierdas de la historia de España», no sólo ha incumplido las promesas electorales de derogar “los aspectos más lesivos de la reforma laboral de Rajoy” y de continuar subiendo el salario mínimo, sino que la máxima de “salvar la economía” ha pasado por encima de la propia salud de las familias trabajadoras. Esto ha sido especialmente grave en la Comunidad de Madrid, donde su gobierno dejó morir a multitud de ancianos en las residencias, donde los centros de atención primaria y los centros de mayores siguen cerrados y los hospitales infradotados, mientras la presidenta, Isabel Díaz Ayuso, se ha dedicado a construir macro-hospitales con dinero público, que han supuesto una lluvia de millones para el sector privado.

    En todo el Estado, los ERTE (Expedientes de Regulación Temporal del Empleo) no cubrieron más que a un porcentaje de la clase trabajadora. Ello no evitó que algunas empresas que se acogieron a esta medida hicieran fraude obligando a ir al trabajo, incluso a hacer horas extras, a sus trabajadores. Ello ha forzado a muchos de estos trabajadores a hacer la declaración de la renta y pagar más, no porque sus ingresos lo justifiquen, sino por la situación -no buscada por ellos- de tener dos pagadores.

    Pero lo peor es que ahora estamos pasando de los ERTEs a los EREs, es decir, a los despidos masivos. La banca ha declarado ya que tiene previsto prescindir de miles de empleados. El BBVA, por ejemplo, pondrá a más de 3.000 trabajadores en la calle, y Caixabank prepara más del doble de despidos tras su absorción de Bankia. Pero es toda la economía la que se está viendo afectada, desde El Corte Inglés y H&M hasta Tubacex. De los trabajadores temporales o subcontratados de estas y otras empresas que no vean su contrato renovado, ni siquiera sabremos nunca su número. Mientras tanto, el Banco de España y la propia patronal comienzan a avisar sobre la “necesidad” de dejar despedir libremente a las empresas con problemas e incluso de dejar caer a las llamadas “empresas zombis” -empresas que viven solo a base de ayudas y préstamos-. Para los empresarios es tan solo el mecanismo con el que salen de las crisis capitalistas, pero para los trabajadores están hablando de su despido.

    En un país de empleo temporal e informal, para cientos de miles de asalariados, desempleados y falsos autónomos la solución de los ERTES fue inviable. Tan solo quedó la promesa del Ingreso Mínimo Vital, una forma de caridad laica -no prestación derivada del trabajo-, que en ningún caso pretende complementar más allá de los 461 euros, y eso sin cotizar para una pensión futura. El IMV ilustra perfectamente cómo la política comunicativa de un gobierno puede inducir a un engaño masivo, pues sólo está llegando a una mínima parte de los 5,1 millones de personas que viven en España por debajo del umbral de la pobreza. Y los desahucios ascendieron a casi 60.000 durante el pasado año. No puede sorprender que el reparto de alimentos en las llamadas “colas del hambre” siga siendo una realidad en aumento en los barrios donde se concentra la población trabajadora con menos recursos.

    A todo ello se añade el aumento del paro, especialmente entre las mujeres y los jóvenes. El de estos últimos asciende a más del 40%, y los salarios de los que tienen empleo -generalmente en trabajos precarios- son hoy un 50% más bajos que hace 40 años. Sin embargo, en el extremo opuesto del espectro de edad, el de los mayores de 65, el plan de reforma de las pensiones contempla una  subida de la edad efectiva de jubilación -ya establecida en 66 años en condiciones normales-, a la par que se amplían también los años de cotización para poder cobrarla íntegra y se dan incentivos a los planes privados. La gran mayoría de pensionistas cobran pensiones inferiores a 1.000 euros, y en muchos casos muy inferiores, especialmente entre las mujeres. Sin embargo, tanto a éstos como a la multitud de trabajadores y trabajadoras con bajos salarios, los bancos les cobran comisiones abusivas. La política bancaria es claramente regresiva: cuanto menos tienes en la cuenta, más dinero te detraen anualmente y más altos son los intereses que te aplican por pequeños préstamos que son tu única posibilidad de salvar un imprevisto.

    En la Comunidad de Madrid, donde el Partido Popular aspira a revalidar su mandato el próximo 4 de mayo, la dejación en la gestión de la sanidad y su acelerado proceso de privatización han provocado que, a día de hoy, la región esté a la cabeza en número de contagios y mortandad por COVID-19 en todo el país, y entre las grandes ciudades europeas con los índices más elevados. Tanto el gobierno central como el autonómico de Madrid han asumido los contagios y las muertes diarias como algo normal, rechazando tomar medidas que puedan perjudicar una economía basada en la pequeña y mediana empresa y la hostelería, sectores que requieren la máxima explotación para mantener la rentabilidad.

    Pero se engañará quien piense que el sector de la hostelería, que parece el niño mimado del gobierno de Díaz Ayuso, ha sufrido un trato distinto, y ello a pesar de que los propios negocios hosteleros familiares no alcanzan a darse cuenta. La Comunidad de Madrid no ha dado ninguna ayuda a las empresas de hostelería y casi el 20% de sus trabajadores perdieron el empleo. Lo único que hizo la Comunidad fue dejar la máxima “libertad” que podía al mercado para que el sector se apañara con los pocos clientes más o menos sensatos que no pudieran pasar sin tomar unas cervezas. Mientras tanto los pequeños negocios hosteleros que cierran dejan el espacio libre para cadenas más grandes que pueden invertir enormes sumas en nuevos modelos de negocio. No deja de ser el mismo proceso de irrupción de grandes capitales en ámbitos anteriormente en manos de autónomos que habíamos conocido en sectores como el del taxi

    Es el mismo criterio liberal con el que se marcan los objetivos del reparto del presupuesto regional. A pesar de que la tasa de pobreza severa en la Comunidad de Madrid se ha duplicado en la última década, pasando del 3% de 2008 al 7,8% en 2017, su sistema de Renta Mínima de Inserción es el más escaso de todo el país y las viviendas sociales son entregadas a fondos buitre. Y es que el trabajador tiene la libertad de morirse de hambre antes que entregarle la más mínima ayuda, no vaya a ser que rechace alguna oferta de empleo en condiciones infrahumanas. Sin embargo, Isabel Díaz Ayuso ha entregado más de 800 millones de euros a los empresarios.

    El plan de vacunación en la Comunidad de Madrid está siendo desastroso, como han denunciado ya asociaciones de científicos y sanitarios. Pero solo si somos tan inocentes como para medirlo en base al interés social, porque si lo medimos según los intereses económicos privados el plan supone un avance en la conversión de la improductiva sanidad pública en un terreno de beneficio empresarial. En vez de abrir los centros de atención primaria u otras instalaciones de cercanía, se ha dado un paso más en la privatización de un servicio público fundamental al obligar a la población de toda la región a acudir a unos pocos espacios en la capital: el estadio Wanda Metropolitano, el hospital Isabel Zendal y el WiZink Center.

    De cara a las elecciones autonómicas del 4 de mayo, el PP de Isabel Díaz Ayuso, con la ayuda de las empresas mediáticas, presenta su gestión como un gran logro, que lo es, sin duda, para el capital; pero no para una clase trabajadora que sufre los recortes en servicios básicos, el aumento de los alquileres, los desahucios, el desempleo y los empleos precarios. Madrid es la Comunidad Autónoma con mayor PIB, pero también la que presenta mayor desigualdad social.

    Los principales partidos llamados de izquierdas que concurren a las elecciones -PSOE, Más Madrid, Unidas Podemos- presentan programas en la línea ya conocida de imprecisión y efectismo con que se presentaron a las Elecciones Generales. Las campañas electorales se han convertido en un espectáculo y los políticos en productos de marketing preparados para su consumo, dando prioridad a los discursos y propuestas basadas en lo emocional sobre lo racional. Bombardeados por encuestas, ruedas de prensa, apariciones en diferentes medios, la clase obrera hemos pasado a ser tan solo una estadística, una variable en su cálculo de probabilidades.

    Si en los aspectos económicos y sociales su gestión gubernamental no puede ser clasificada más allá de lo social-liberal -frente al liberalismo abierto del PP de Ayuso-, ni siquiera la gestión sanitaria de la pandemia puede presumir de haber seguido caminos distintos. Más allá de las puyas permanentes entre el Gobierno estatal y el de la comunidad, la realidad es que el tratamiento sanitario tras la primera ola se ha regido en la práctica por las mismas pautas.

    No hay margen para esperar un cambio de rumbo. No solo porque la prolongación de la pandemia va minando los empleos y la capacidad productiva. También debemos tener presente que la propia profundidad de la caída y la recuperación de la crisis económica provocada por la gestión del COVID-19 va a depender en buena medida de los fondos que lleguen de Bruselas. Unos fondos que sólo se harán efectivos si los gobiernos de turno aplican las “reformas” exigidas y estas pasan por desproteger aún más a los trabajadores en las relaciones laborales, seguir privatizando los servicios públicos, acabar con las pensiones, despedir a empleados de la administración pública y dar carpetazo, en definitiva, a los derechos asociados al trabajo.

    Pero el viaje de abandono y regreso al bipartidismo llevado a cabo en los últimos diez años no nos ha devuelto a la posición de partida. Por el camino han conseguido hacer tabla rasa con los vestigios de la izquierda que mantenía un tímido análisis de clase. Lo que hoy llaman izquierda no es más que un progresismo posmoderno que resulta óptimo para el capital. Por un lado porque divide a la clase trabajadora en un millar de identidades que parecen tener intereses divergentes o incluso contrapuestos. Y por otro lado porque precisamente se esfuerza en eliminar la única contradicción que molesta al capital, la que le contrapone el trabajo: así, todos somos “ciudadanos”, y en el “diálogo social” podemos encontrar un punto en el que “todos” salgamos beneficiados.

    Este abandono de las posiciones de clase por parte de la izquierda deja a la clase trabajadora carente de ningún referente que explique cuál es el problema y que no sea ella misma cómplice del problema. Conforme los ajustes laborales y sociales comiencen a cercarnos, muchos trabajadores y trabajadoras comenzarán a preguntarse por qué los que ellos suponían sus representantes usan esa palabrería vacía y no hacen más que tomar medidas que les perjudican. El problema se agudiza cuando nos damos cuenta de que la derecha más autoritaria, retrógrada y liberal intenta posicionarse para ocupar ese hueco como falsos aliados de los trabajadores. Si triunfara su engaño en un país de capitales poco productivos como es el nuestro, llevaría a la clase trabajadora por la senda de la sobre-explotación y la represión más descarnada, al nivel de lo que ocurre actualmente en Polonia y Hungría. Como hemos explicado, no parece que el capital precise llegar a activar este resorte, pues tiene a todo el arco parlamentario trabajando satisfactoriamente a su servicio, pero no deja de ser una amenaza que hará aceptable cualquier solución “menos mala” que se nos ofrezca en los próximos años.

    Como ya dijimos hace dos años, como comunistas debemos tener claro que lo prioritario es la organización de la clase. No podemos hacer hoy más incidencia en este punto. Si eres de Madrid, pensar en un voto táctico en función de las dificultades del momento está bien; si un camarada piensa con ese criterio, adelante. Pero no podemos caer en la ilusión de que por ahí vaya a venir ni siquiera el alivio a nuestros problemas. Si queremos actuar con coherencia entre el análisis y la praxis marxista, lo importante es que, votemos o no, estemos a continuación trabajando en la calle por la organización de los trabajadores y por un proyecto de sociedad socialista.

    Nativa o extranjera, joven o adulta, hombre o mujer, somos la misma clase obrera porque nos une el hecho de tener que vender nuestra única propiedad, la fuerza de trabajo, al capitalista que nos explota y se apropia de la riqueza que generamos. Convertir esta realidad material dada en organización política de clase -que no necesariamente parlamentaria- es el primer paso que tenemos que efectuar de forma consciente para optar a la verdadera libertad de poder satisfacer nuestras necesidades, terminar con la explotación, las desigualdades y las opresiones y establecer una relación equilibrada con el medio.

     

    Espacio de Encuentro Comunista, abril de 2021,...)))...



    Organización Comunista Revolución. ¡Construyamos el Partido de la Clase Obrera!
    Raised fist
    ¡Reparto en el centro de trabajo de Indalva por el 1M!
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  • [[ GRUPO PROLETARIO DE MÁLAGA - 2.000 - ]].


  • PUBLICADO, EDITADO, Y CURRADO POR Lmm/LukuMÁ. 29006 ¡¡¡.






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