sábado, 20 de febrero de 2021

"",... HAY QUE HACER MUNCHA FILOSOFÍA DIALÉCTICA Y ESCUCHAR Y ESCRIBIR CANCIONES DE TU VIDA PUÑETERA,...ASÍN, ARGO HAREMOS DE MARXISMO/ENGELSIANISMO/LENINISMO,...ETC,...¡¡¡.

 

"" ¡¡ Y TENGO UNA SALIDA,...SI ESTO NO ES MARXISMO PROLET DEL SIGLO XXI,...POS TENGO COMO MÍNIMO UNA SALIDA : ES LUKYSMO PROLET DER-REBALAE BUSCASELA, SÍ, LA  VIDA, DESDE MÚ-PEQUEÑITUS, ZO COBARDE DER LUKY DE LOS COYONS,...¡¡¡¡. "".


HAY QUE HACER MUNCHA FILOSOFÍA DIALÉCTICA Y ESCUCHAR Y ESCRIBIR CANCIONES DE TU VIDA PUÑETERA,...ASÍN, ARGO HAREMOS DE MARXISMO/ENGELSIANISMO/LENINISMO,...ETC,...¡¡¡.


EL MARXISMO, NO ES SABER MUNCHO MARXISMO,...EL MARXISMO ES CREAR LÍNEA POLÍTICA DE ACCIÓN ( PRINCIPALMENTE,...Y LITERATURA FILOSÓFICA SOCIAL ECONOMICA DE LA LUCHA DE CLASES HISTÓRICA, DE COYUNTURA, DER MOMENTO Y DEL FUTURO,...DE LAS TENDENCIAS DE LA SOCIEDAD,....POR DONDE VA A CAMINAR EN DÉCADAS Y COMO AFECTARÁN A LAS DISTINTAS CLASES SOCIALES, AL PLANETA, SISTEMA SOLAR,....Y COMO SE COMPRENDE EL PASADO,...ES COSA IMNATA Y QUE DEBE FLUIR,....EL PASADO SE SABE SI SE REFLEXIONA, VIAJANDO AL FUTURO,....LA LEY DEL ACORDEÓN,...PENSAMIENTO COMPLEJO,...Y LA FILOSOFÍA DIALÉCTICA PROLET-DER-REBALAE,...Y DEL ESPACIO EXTERIOR HASTA LLEGAR AL MENOS A LA SEPTIMA U OCTABA GALAXIA,....¡¡¡¡. CON TUS ACOMPAÑANTES SIDERALES,...¡¡¡¡. ),...¡¡¡¡.


----------------------------------------------                                               ---------------------------------------: REPRODUZCO, TAL CUAL, ME/NOS HA LLEGADO,...¡¡¡¡¡. YA LOS LEERÉ, CON MÁS TEMPOXTEMPO,...¡¡¡¡.   Lmm/LukyMÁ. 29006. 


¿¿¿ QUE PENA,...QUIEN NO LLORA, NO MAMA,... ???¡¡¡¡. 

TW, MANDADO A REVCOM.US ¡¡: [[ 
luciano medianero morales
Respondiendo a
https: // twitter.com/i/events/13628 75446329806850 remitido por Lmm / lukyrh.blogspot.com. ¿Para ustedes sólo existe usa / ee. del http: // n.am érica ??? ¡¡. os estáis equivocando gravemente ¡¡. EN EL INFIERNO NOS VEREMOS, NO HAY MÁS CERA QUE ARDA. ¡¡. LukyMÁ. ESPAÑA-EURACA-¡¡. ]]. ))).

((( HOLA,...DE Lmm/lukymá.


Luciano Medianero Morales 

20:14 (hace 0 minutos)
para info
HOLA Lmm/LukyMÁ.

Luciano Medianero Morales 

20:11 (hace 0 minutos)
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MOVIMIENTO HASÉL,...EN SPAIN,...ETC,...Y MUCHOS OTROS PAÍSES ¡¡¡¡. GRACIAS, POR SU SOLIDARIDAD DE CLASE,...¡¡¡. LMM/LUKYMÁ.

Luciano Medianero Morales 

20:06 (hace 2 minutos)
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TW, MANDADO A REVCOM.US ¡¡: [[ 
luciano medianero morales
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https: // twitter.com/i/events/13628 75446329806850 remitido por Lmm / lukyrh.blogspot.com. ¿Para ustedes sólo existe usa / ee. del http: // n.am érica ??? ¡¡. os estáis equivocando gravemente ¡¡. EN EL INFIERNO NOS VEREMOS, NO HAY MÁS CERA QUE ARDA. ¡¡. LukyMÁ. ESPAÑA-EURACA-¡¡. ]]. ))).


A.- ) : BREVE HISTORIA DEL INTERNACIONALISMO (II de X) por Iñaki Gil de San Vicente

Por Iñaki Gil de San Vicente, 19 de febrero de 2021

Lea la primera parte aquí

*

El I Congreso de la Asociación Internacional de los Trabajadores (AIT) se celebró en septiembre de 1866 en Ginebra, culminación de un largo proceso, años antes de que la palabra ‘internacionalismo’ fuera recogida por primera vez en un diccionario en 1879, lo que confirma el principio materialista de la primacía de la acción sobre el verbo. En efecto, la solidaridad entre explotados y explotadas surgió con la misma explotación y todo indica que su primera expresión proletaria fue una carta de obreros de Lyon a obreros ingleses de mayo de 1832. El internacionalismo estaba muy arraigado: en 1852 se disolvió la Liga Comunista debido a los golpes represivos, pero se recibió ayuda económica desde los EE.UU. y de inmediato se creó la Liga Mundial de Revolucionarios Comunistas, cuyo primer artículo decía:

«Esta Asociación se propone por finalidad el derrocamiento de todas las clases privilegiadas y su sujeción a la dictadura de los proletarios en que la revolución se mantendrá permanentemente hasta la implantación del comunismo, que será la última forma de vida de la comunidad humana.»

Si en los Congresos posteriores de la AIT no se plantea la necesidad de la dictadura del proletariado, es debido a la táctica del sector seguidor de Marx y Engels para no crear debates políticos y teóricos de largo alcance estratégico, para no crear tensiones que pudieran romper la unidad entre fuerzas muy diversas. Bajo este ideario, una serie de reuniones facilitaron que en septiembre de 1864 se creara en Londres lo que sería la AIT. En estas reuniones preparatorias también se organizaron luchas contra los esquiroles europeos que la burguesía inglesa contrataba con bajos salarios para aplastar las huelgas, actos de solidaridad con Polonia y la Italia de Garibaldi, etc. Las luchas de liberación nacional fueron uno de los acicates directos en la formación de la AIT, y aunque aquí hemos citado a Polonia e Italia, la insistencia en Irlanda y otras naciones oprimidas por parte del sector nucleado alrededor de Marx y Engels fue constante, sobre todo teniendo en cuanta que, además de sus artículos denunciando la brutalidad de la opresión colonial, también estaban redactando los borradores de El Capital en donde la opresión nacional aparece múltiples veces.

En septiembre de 1864, Marx redactó el célebre Manifiesto Inaugural donde se lee: «La conquista del poder político ha venido a ser, por lo tanto, el gran deber de la clase obrera.». Y en la Resolución se lee este ataque a la raíz de la democracia burguesa:

«El capital es una potencia social concentrada, mientras el obrero dispone sólo de su fuerza de trabajo. Por ello el contrato entre el capital y el trabajo nunca puede descansar en condiciones justas, ni hasta ser justo en el sentido de una sociedad que pone a un lado la posesión de los medios materiales de existencia y de producción y al lado opuesto las fuerzas productivas vivas.»

Y en octubre del mismo año los Estatutos Generales que se publicaron en 1871 y a los que en 1872 se les añadió el apartado 7-a:

«En su lucha contra el poder unido de las clases poseedoras, el proletariado no puede actuar como clase más que constituyéndose él mismo en partido político distinto y opuesto a todos los antiguos partidos políticos creados por las clases poseedoras. Esta constitución del proletariado en partido político es indispensable para asegurar el triunfo de la Revolución social y de su fin supremo: la abolición de clases. La coalición de las fuerzas de la clase obrera, lograda ya por la lucha económica debe servirle asimismo de palanca en su lucha contra el Poder político de sus explotadores. Puesto que los señores de la tierra y del capital se sirven siempre de sus privilegios políticos para defender y perpetuar sus monopolios económicos y para sojuzgar al trabajo, la conquista del Poder político se ha convertido en el gran deber del proletariado.»

La AIT tuvo al principio dificultades para crecer a pesar de que en esos años se vivía una oleada de luchas en Europa y de que ya en noviembre de 1864 se empezó a integrar a trade-uniones inglesas en creciente pugna con la corriente reformista en aumento que optaba por integrarse en la democracia burguesa. Los desniveles organizativos eran grandes, por ejemplo, en 1865 se logró una solidaridad a tres bandas: Berlín-Londres-Leipzig para ayudar a una huelga, sin embargo, no pudo celebrarse un Congreso en Bruselas y tuvo que esperarse al de Ginebra de 1866. Un éxito fue la campaña europea para impedir que la burguesía británica trasladase a la Isla a sastres del continente como esquiroles para romper la huelga de marzo y abril de 1866 en Londres, facilitando la victoria de los sastres ingleses.

La tendencia mayoritaria en el Congreso de Ginebra, el mutualismo de Prudhon, no pudo imponerse del todo, sino que tuvo que aceptar propuestas de la pequeña corriente que se estaba acercando a Marx: se reivindicó la jornada de 8 horas; limitación del trabajo infantil y de las mujeres; educación politécnica; impulsar el cooperativismo obrero en contra del burgués; rechazo de los impuestos indirectos; desaparición de los ejércitos, etc. La plataforma integraba reivindicaciones que exigían movilizaciones con otras que anunciaban choques duros con la burguesía. Pero aún no planteaba un ataque directo a la propiedad burguesa porque el grueso de movimiento obrero no estaba preparado para comprender esa consigna decisiva.

Mientras tanto, la burguesía inglesa no permanecía pasiva. Las grandes movilizaciones obreras de invierno de 1866-67 fueron desactivadas mediante la represión de su ala izquierda y también de la lucha irlandesa, y a la vez, sobornando e integrando con el derecho a voto al sector proletario con salarios para pagar un inquilinaje no menor a 10 libras esterlinas anuales. Surgía así la llamada «aristocracia obrera», que creía que había dejado de ser clase obrera. Perfeccionando este método, luego el laborismo llegaría a publicar en su prensa «obrera» consejos para que sus afiliados invirtieran sus acciones en bolsa.

A la vez, el proudhonismo empezó a debilitarse porque su reformismo de fondo fracasaba ante el endurecimiento del capital y ante el radicalismo obrero: las cooperativas proudhonianas fracasaron casi todas; las huelgas, rechazadas como método, van proliferando y empieza la represión contra la huelga de los sastres de Paris de 1867 que exigían tarifas únicas y aumento salarial. Además, se va conociendo la solidez teórica del grupo que crece alrededor de Marx y Engels y en septiembre de 1867 coinciden la publicación del Libro I de El Capital con el II Congreso de AIT celebrado en Lausana. Fue un Congreso de transición entre la fuerza aparente del mutualismo pacifista y el socialismo marxista al alza, como se aprecia leyendo esto:

«Que para llegar a suprimir la guerra no basta licenciar los ejércitos, sino que hace falta modificar la organización social en el sentido de establecer un reparto cada vez más equitativo de la producción».

Cuando en diciembre de 1867 Francia ilegaliza a la AIT por su apoyo total a la huelga de los sastres, la suerte del proudhonismo está echada. En el III Congreso de la AIT celebrado en Bruselas en 1868 se precipitó el choque entre «colectivistas», que exigían la propiedad colectiva de tierras, bosques, minas, ferrocarriles, carreteras, telégrafos, etc., y los restos proudhonianos y  trade-unionistas que pese a sus resistencias tuvieron que aceptar incluso las huelgas, aunque reglamentándolas. Fue un debate entre esta corriente y el socialismo que ya disponía de bases más sólidas y podía entrar a reivindicaciones con contenido político-práctico radical:

«El Congreso recomienda sobre todo que los trabajadores suspendan todo trabajo en el caso que una guerra estallase en sus respectivos países».

Era abrir la puerta a los futuros debates en la II Internacional sobre la Huelga General y a los llamados a la insurrección de la III Internacional.

La AIT se estaba acercando al centro del huracán, que estallaría con la Comuna de París de 1871, temporal ya anunciado en 1869 cuando el gobierno suizo sacó el ejército para derrotar las huelgas de Ginebra y Basilea; también ese año los gobiernos de Bélgica, Gales y Francia usaron sus ejércitos para aplastar huelgas obreras y populares. La radicalización era mayoritaria, y a su calor creció algo el grupo bakuninista que absorbía a proudhonianos y otros anarquistas. No sin debate, la AIT aceptó la afiliación de Bakunin en julio de 1869. Fue en este contexto de lucha de clases, represión policial y aburguesamiento de la nueva aristocracia obrera, en el que se dio la IV Conferencia de la AIT celebrada en Basilea en septiembre de1869, primero al que asiste un representante norteamericano.

La pelea sobre la colectivización de la tierra sostenida en el III Congreso es ganada en este:

«El Congreso declara que la sociedad tiene el derecho de abolir la propiedad individual de la tierra y devolverla a la colectividad…».

Y se avanza más en algo decisivo: «El Congreso es de la opinión que todos los trabajadores deben dedicarse activamente a crear sociedades de resistencia en los diferentes grupos de oficio». Los bakuninistas afirman que el III Congreso está controlado por el centralismo autoritario. Crean en Ginebra un centro coordinador de su tendencia y un grupo secreto dirigido por Bakunin. Se están concretando así algunas de las diferencias entre marxismo y anarquismo que ya venían del socialismo utópico y del proudhonismo: los primeros insisten en la acción política para aglutinar fuerzas y preparar la destrucción del Estado; los segundos niegan la acción política y exigen la destrucción inmediata del Estado. Los primeros insisten en la organización destinada a ese fin; los segundos, en la autonomía total de los grupos. Los primeros insisten en la necesidad de la teoría crítica; los segundos se acercan más a la utopía.

La Comuna de París de 1871 somete a la AIT a una prueba decisiva porque la represión la había debilitado, su implantación era pequeña en París y las tensiones internas dificultaban la unidad… La AIT se volcó a muerte en la Comuna y la red clandestina que se mantenía a pesar del cierre de la Liga Comunista en 1852 prestó una ayuda que sería prolijo detallar aquí. La burguesía aprovecha la masacre de la Comuna para lanzar una represión generalizada en la mayor parte de Europa, mientras que la AIT se rompe en dos: la mayoría a favor de los Congresos, la minoría a favor del bakuninismo. Con muchas dificultades, la mayoría realiza la Conferencia de Londres de 1871 en el que la experiencia comunera reafirma que:

«En contra de este poder colectivo de las clases poseedoras, el proletariado no puede reaccionar como clase más que constituyendo su propio partido político, distinto, opuesto […] esta constitución del proletariado en partido político es indispensable para asegurar el triunfo de la revolución social y de su aspiración suprema: la abolición de las clases»

La corriente bakuninista rechaza la Conferencia y se escinde de facto, oficializándose ésta en el V Congreso de la AIT celebrado La Haya en 1872 con su expulsión y la publicación de sus documentos internos sobre las tácticas para hacerse con la dirección de la AIT sin respetar las vías aprobadas en los cuatro congresos anteriores. Este V Congreso marca un hito porque se produce en medio de la represión y de las nuevas formas de soborno e integración de la aristocracia obrera, que sin embargo no consiguen detener el ascenso de la lucha de clases y la formación de partidos y sindicatos estatales, y, sobre todo, se celebra antes del estallido de la primera Gran Depresión mundial en 1873 que, como se verá, determinó un salto en el internacionalismo. La necesidad de la independencia política del proletariado será validada por activa y por pasiva a lo largo de la nueva ‘Gran Depresión’.

La escisión en la AIT, los efectos de la represión, el crecimiento de las organizaciones estatales y las nuevas decisiones tomadas en el V Congreso aconsejaron tomar una medida drástica muy debatida desde entonces: trasladar el Consejo General a Nueva York, desde donde se organizó el VI Congreso celebrado en 1873 en Ginebra. La escisión supuso casi la ruina económica por lo que fue difícil organizar el Congreso en aquel contexto represivo agravado por el inicio de la ‘Gran Depresión’. Pudo acudir muy poca gente, faltando Marx y Engels, por ejemplo, pero el Congreso se reafirmó en la estrategia ya elaborada y sobre todo en la necesidad de la independencia política de la clase obrera, en la necesidad de que se organizase en partido contrario al capital.

Pero la rápida evolución social empezó a imponerse y se fue tomando conciencia de que la AIT había cumplido ya su tarea, y muy bien por cierto pese a la escisión bakuninista. En 1876 se celebró en Filadelfia el VI y último Congreso: el capitalismo cambiaba rápidamente y la forma organizativa ideada en 1864 estaba superada, se había convertido en un freno. Muchas de las organizaciones afiliadas a la AIT se iban asentado en sus pueblos y Estados aun sufriendo represión y bajo la dureza de la crisis socioeconómica. Si la AIT también había nacido por solidaridad internacionalista, ahora esa misma solidaridad le llevaba a echarse a un lado para que crecieran las organizaciones estatales, existiendo sin embargo una decidida conciencia de crear una nueva Internacional nada más darse las condiciones para ello, como así sería.

Los esfuerzos bakuninistas para perpetuar una AIT alternativa se estrellaban una y otra vez contra esos cambios desde 1873, año en el que realizaron un Congreso propio también en Ginebra. Luego realizaron tres seguidos anualmente en Berna, Bélgica y Londres hasta 1877, pero tuvieron que esperar a 1881 para hacer el siguiente en Londres, que sería el último. El esfuerzo postrero fueron las Conferencias 1896 y 1900, pero para entonces ya se había fundado la II Internacional en 1889 que avanzaba como una locomotora con nada menos que cinco Congresos entre ese 1889 y 1900. Mientras tanto, también se celebraron diversas conferencias y congresos de muy diversa índole, como la Conferencia de 1886 en la que el trade-unionismo británico en colaboración con la burguesía preparó el método para copar la dirección del Congreso Corporativo a celebrar en Londres en 1888. Si la reforma electoral de 1867 había integrado a la aristocracia obrera, como hemos visto, ahora, 20 años más tarde y en las condiciones de la ‘Gran Depresión’ la burguesía británica daba un paso más para romper cualquier unidad político-sindical internacionalista. Pero de esto hablaremos en la siguiente entrega.



B.- ) : Rolando Astarita [Blog]

Moneda en la Rusia soviética, 1917-1930 (3)

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La segunda parte de la nota, aquí.

La crítica de Bettelheim al respaldo oro

En La lucha de clases en la URSS Bettelheim critica la reforma monetaria de 1924. Sostiene que el respaldo oro exigía que el Gosbank interviniera en el mercado para mantener la paridad oficial con el oro y las divisas. Para lo cual se necesitaría un nivel de exportaciones que proveyera las reservas para sostener la paridad. Pero eso, sigue Bettelheim, reforzaría las posiciones de los campesinos ricos, ya que estos tenían la mayor capacidad de producir cereales con destino al mercado externo. Por otro lado, deberían reducirse los esfuerzos para el desarrollo industrial, ya que la industria soviética no era capaz de suministrar productos exportables y exigía, a cambio, importaciones de equipo (véase Bettelheim, 1978, p. 43). En definitiva, se favorecería a los campesinos ricos en detrimento de la clase obrera y los campesinos pobres. Y la Unión Soviética se limitaría al rol de proveedora de productos agrícolas en el mercado mundial (p. 44).

Por otra parte, sostiene Bettelheim, para sostener la paridad oficial habría que restringir el crédito y los gastos presupuestarios. En consecuencia la política financiera y crediticia no podría ser adaptada a las necesidades internas, definidas por el partido bolchevique. “[Con la reforma monetaria de 1924] la política económica, financiera y presupuestaria queda sometida en parte a la presión del mercado mundial, ejercida a través de las ‘exigencias’ del funcionamiento del patrón oro” (ibid.). De ahí que la caracterice como una orientación política propia de los expertos burgueses del Gosbank y del Narkomfin, cuyo sentido más profundo habría escapado a la conducción: “Evidentemente, los dirigentes bolcheviques no perciben todo el alcance de la orientación política. Algunos creen, incluso, que pueden felicitarse por la integración de la Unión Soviética en el mercado europeo. Tal es el caso de Sokólnikov, entonces comisario para las Finanzas…”. Bettelheim lo cita cuando afirma que, aunque la clase obrera tenía el poder, “estamos insertos en el mecanismo europeo de desarrollo económico y financiero” (ibid.).

El crecimiento del crédito y el abandono de la paridad con el oro

Los temores expresados por Bettelheim, sin embargo, no se concretaron porque el gobierno abandonó, de hecho, la paridad oficial muy poco después de establecida. Para entender por qué, recordemos que, junto a la estabilización monetaria, en 1924 el gobierno lanzó una ofensiva para reducir la influencia de los nepmen y los campesinos ricos. Así  bajó la participación de los intermediarios en la economía, pero paralelamente cayeron el comercio y los abastecimientos. Lo que indujo a un nuevo viraje: en abril de 1925 la 14° Conferencia del Partido alertó sobre el peligro de eliminar a los hombres de la NEP más rápido de lo que podían ser reemplazados por las operaciones del Estado y las cooperativas. Y condenó “las medidas administrativas” y “los remanentes del Comunismo de Guerra”. La conducción intentó entonces restablecer un clima de negocios amigable con los nepmen y los kulak. Era el triunfo de la línea de Bujarin.

Como resultado de este nuevo cambio, 1925 y 1926 fueron años de prosperidad para los kulaks y los intermediarios del comercio. En 1925 se amplió el derecho a arrendar tierra y se dio más libertad para relaciones asalariadas en el campo. Por otro lado, se redujeron los impuestos a los nepmen y se aumentó el crédito al sector privado. Los créditos otorgados por los bancos estatales a nepmen eran, en octubre de 1925, 250% superiores a los de octubre de 1924 (Ball). Si se incluyen los créditos de bancos estatales vía las Sociedades de Créditos Mutuos (una suerte de cooperativas de crédito que se fondeaban con depósitos privados y préstamos estatales, y  prestaban dinero a miembros involucrados en negocios varios), a fines de 1925, eran un 300%  superiores con respecto al año anterior (ibid).

Por otra parte, tomó cuerpo “la idea de que los planes de crédito permitirán establecer verdaderos planes económicos” (p. 50, Berttelheim). Un Comité Bancario, en el que participaba el Gosplan, elaboró planes de préstamos para expandir la producción. A comienzos de 1925 el presidente del Gosplan afirmaba que los mismos “permitirán establecer verdaderos planes económicos” (citado por Bettelheim). Se apuntaba a un sistema bancario estatal ligado a la industria estatal y a una red comercial estatal y de cooperativas que hicieran posible una verdadera planificación económica. Algunos proclamaron que el mercado ya no tenía el rol decisivo, y que el Estado era capaz de controlar el mercado de cereales.

Sin embargo, la expansión del crédito provocó un aumento del circulante. Los ingresos monetarios aumentan sin la correspondiente contrapartida de aumento de la producción; lo cual no era compatible con el mantenimiento de la paridad oficial. Observa Bettelheim: “Aunque no se diga, se rompe así con la reforma monetaria de 1924, que vinculaba prácticamente el rublo al oro” (p. 44). Por eso, ya en 1925 el Gosbank tuvo que vender parte de sus reservas en oro para sostener la paridad. Luego, entre 1926 y 1928, el gobierno prohibió la importación y exportación de oro. “Desde entonces el rublo (chervonetz) es una moneda puramente interior, cuyo curso es fijado por una comisión gubernamental” (ibid.). Hubo que admitir que, a pesar de las declaraciones triunfalistas, a partir de 1927 aumentaba la inflación (p. 55, ibid.). Los precios al por menor pasaron de un índice 100 en julio de 1927 a 150,7 en julio de 1929. Bettelheim atribuye esa pérdida de control del Estado sobre el sistema monetario y de precios, en última instancia, “a un dominio cada vez menor del desarrollo de la lucha de clases” (ibid.). La circulación fiduciaria vuelve a dispararse. Solo entre enero de 1928 y enero de 1930 crece más del 66%. Bettelheim sostiene que detrás de este nuevo aumento de la inflación hay “un abandono de hecho de la NEP”.

La crítica de la Oposición de Izquierda

En septiembre de 1927 la Oposición Conjunta, también conocida como la Oposición de Izquierda, presentó ante el Comité Central del partido una Plataforma política y programática con fuertes críticas, y alternativa, a la orientación de Bujarin (considerada la derecha del partido)  – Stalin (considerado el centro). Entre los principales dirigentes de la Oposición Conjunta estaban Trotsky, Zinoviev, Kamenev, Smilga, Rakovsky, Piatakov y Radek.

Este documento nos muestra un abordaje materialista en lo que concierne a la moneda, mercado y precios, y su relación con la situación económica y social. Como puntos centrales, la Plataforma señalaba el fortalecimiento de los nepmen, los kulaks (campesinos ricos) y la burocracia; con la contrapartida del debilitamiento de la clase obrera y los campesinos pobres. Planteaba que el desempleo industrial era elevado; y que los salarios estaban estancados. La clase obrera había perdido peso en el partido (dominaban los funcionarios); los soviets se habían vaciado de contenido y tendían a ser meros apéndices de los ejecutivos y presídiums; y los sindicatos cada vez más estaban controlados por el gobierno y la burocracia. Por lo tanto, aumentaba “la distorsión burocrática del Estado obrero”. En el plano internacional, la derrota de la huelga general inglesa y de la revolución china fortalecía los elementos capitalistas, e incrementaba la posibilidad de un termidor al interior del régimen soviético.

El fortalecimiento de los elementos capitalistas tomaba cuerpo en la creciente diferenciación de clases en el campo y en la multiplicación de los comerciantes privados en las ciudades. La intermediación comercial – estatal, cooperativa y privada – insumía enormes recursos. El capital privado, dedicado al comercio, se enriquecía. También lo hacía el capital privado que compraba bonos de la deuda estatal. Crecían pequeños emprendimientos capitalistas y formas encubiertas de explotación del trabajo. La tijera de los precios (caída de los agrícolas en relación a los industriales) seguía abriéndose, y afectaba principalmente a los campesinos pobres. Se intensificaba el conflicto agro – industria, y la diferenciación de clase en el campo.

La Oposición reconocía que con la NEP era inevitable un cierto crecimiento del kulak, el nepman y la burocracia. Y alertaba que no se podía acabar con esas fuerzas con órdenes administrativas o con simple presión económica. En un país predominantemente campesino (había 25 millones de pequeñas granjas), siempre habría una base para el capitalismo en Rusia. Esta constricción solo podría ser superada con una política de clase correcta, basada en los obreros y los campesinos pobres, y la alianza con los campesinos medios. Pero no bastaba con la voluntad política. Era necesaria la reorganización de la industria sobre la base de la producción colectiva en gran escala, y la incorporación de la técnica modera, para crear el incremento de la productividad de los trabajos rurales. De esa manera se podría convencer al pequeño campesino, por la fuerza del ejemplo y de sus propios intereses, a pasar a la agricultura en gran escala, colectivizada y mecanizada.

La Plataforma pedía el restablecimiento de la democracia en el Partido y los sindicatos, y que se reactivaran los soviets. Proponía un aumento de los salarios industriales (e igual paga para las mujeres obreras) y la extensión del seguro por desempleo; una reforma impositiva que aliviara las cargas sobre los campesinos pobres y las aumentara a los kulaks y nepmen; que se intensificara la industrialización (aumento de la inversión) y se avanzara en la planificación; y que se alentara la entrada voluntaria de los campesinos a las cooperativas o a granjas colectivas. El presupuesto, los impuestos, la industria, la agricultura y el comercio exterior deberían ordenarse según estas necesidades. Debía procurarse la baja de los precios, y el achicamiento entre los precios mayoristas y minoristas, pero esos objetivos se lograrían por aumento de la productividad, y el fortalecimiento de las fuerzas socialistas, no con medidas administrativas.

Por otro lado, la economía soviética no podría abstraerse del mercado mundial. El monopolio del comercio exterior era necesario, pero no para construir una economía exclusivamente nacional. Si este fuera el caso, la economía soviética avanzaría a paso de tortuga. Un desarrollo aislado de socialismo y según una tasa de desarrollo económico independiente de la economía mundial distorsionaría la planificación y no ofrecería una guía para una correcta relación con la economía mundial. Pero para insertarse en el mercado mundial, e importar equipos y tecnología, debían fomentarse las exportaciones. Obsérvese la distancia que media entre este programa y lo planteado por Bettelheim.

Presentadas así las cosas, la cuestión monetaria y de los precios debería resolverse con el mismo criterio. Los problemas y contradicciones que enfrentaba la economía soviética no podían superarse por fuera o al margen de la orientación política de conjunto. Era necesario garantizar “la incondicional estabilidad de la unidad monetaria”. Y, agregaba el documento, la estabilización del chervonetz exigía la baja de los precios, por un lado, y un presupuesto equilibrado, por el otro. Por lo tanto no debía permitirse la emisión de papel moneda para cubrir el déficit fiscal. “Debemos tener un presupuesto estrictamente racionalizado, sin déficits, duro, intolerante con todo lo que sea superfluo o accidental”. También pedía poner en orden las finanzas de la industria y el transporte ferroviario. Son propuestas muy distintas de las planteadas por Bettelheim.

Decir la verdad a las masas trabajadoras

Para cerrar esta tercera parte de la nota, destaco un criterio que recorre la Plataforma de 1927: decir la verdad a las masas trabajadoras. No ocultar las dificultades ni engañar con falsas promesas. Si la economía soviética no podía abstraerse de la presión del mercado mundial, esto había que decirlo, y asumir que el socialismo no se podría construir como una isla en el territorio soviético. En el mismo sentido, si los bolcheviques habían tenido que apelar a mecanismos de mercado para restablecer las relaciones con el campesinado, no cabía ocultar las potencialidades de generar capitalismo que ello entrañaba.

De la misma manera, si en los 1920 las hojas de la tijera de precios seguían abriéndose, había que reconocer que el problema no se superaba a fuerza de decretos y represión. Estaban en juego fuerzas sociales, asentadas en relaciones de producción, y en última instancia, en una determinada productividad del trabajo, que no podían desconocerse o eliminarse con voluntarismo. Los decretos solo podían tener efectos limitados. De hecho, incluso empresas nacionalizadas tenían dificultades para cumplir con las medidas dispuestas por la dirección en lo referente a precios y producción. Pero el problema era infinitamente más grave tratándose de millones de artesanos y campesinos que presionaban sobre los mercados -grises” o negros. Y esto había que reconocerlo. No engañar a la población con fraseología triunfalista. Ni pretender superar el problema a base de represión. Por eso, la Oposición planteaba (igual que lo había hecho Lenin) que la incorporación de los campesinos a las cooperativas soviéticas debería ser voluntaria.

Naturalmente, las cuestiones referidas a la moneda, y los precios, debían abordarse con los mismos criterios. Por caso, la relación del chervonetz con las monedas de los países capitalistas, o el oro, no podía ser fijada de manera arbitraria; ni desconocerse indefinidamente. Una vez más, recordemos la advertencia de Engels (en el Anti-Dühring) sobre que las leyes sociales no se pueden modificar a voluntad. Esto sigue rigiendo para un Estado y régimen en el que la clase obrera, o una parte de ella, ejercen el poder. Es la base para una política revolucionaria.

Textos citados:

Ball, A. M. (1990): “Russia’s Last Capitalists: The Nepmen, 1921 1929”, Berkeley:  University of California Press. http://ark.cdlib.org/ark:/13030/ft2199n7h5/

Bettelheim, C. (1978): La lucha de clases en la URSS. Segundo período (1923 – 1930), México, Siglo XXI.

Plattform of the Joint Opposition, 1927https://marxists.architexturez.net/archive/trotsky/1927/opposition/opposition.pdf

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C.- ) : 

El Presidente Gonzalo sobre el régimen castrista de Cuba

Nota V.O. : Cuba tiene éxitos y luces en su lucha contra el imperialismo y por la revolución, pero también muchas sombras. El Presidente Gonzalo hace hincapié sobre este tema, en el libro titulado Guerra Popular en el Perú, Pensamiento Gonzalo, de Luis Arce Borja hallamos un fragmento que lo describe con mucha claridad:

“…De Cuba tenemos bastante que decir, pero esto se puede sintetizar en pocas palabras. Es la principal ficha e instrumento de los planes del social-imperialismo soviético en América latina. El castrismo surgido de un importante acontecimiento histórico de Cuba, en su lucha contra la dominación imperialista, ha devenido en punta de lanza de los negros planes geopolíticos de la dirección revisionista de Ia Unión Soviética. La carencia de un partido de la clase obrera marxista-leninista-maoísta, la negación del papel dirigente del proletariado, la oposición a instaurar la dictadura del proletariado y la negación de la alianza obrero-campesina facilitaron que esta revolución quedara inconclusa, en un remedo de socialismo, convertida en un apéndice político del social-imperialismo. Fidel Castro, por mandato de los nuevos amos de la isla del Caribe se inmiscuye abiertamente en la política de los países latinoamericanos. En el caso concreto del Perú ha intervenido desvergonzadamente a favor de regímenes reaccionarios, civiles y militares. Al inicio de la década del 70 afirmó con descaro que “si él fuera peruano apoyaría y defendería al gobierno militar del general Juan Velasco Alvarado”. Gobierno tiránico que empleó la represión y eI crimen para aplicar sus planes de fortalecer a la burguesía burocrática y detener la creciente protesta popular. La misma conducta mantiene frente al régimen genocida y violento del aprista Alan García Pérez. Un  hecho anecdótico pero de claro contenido político sucedió cuando el  mandatario cubano envió al Perú a sus mejores poetas y cantantes a  participar en el Festival del Consejo de Integración Cultural Latinoamericana (CICLA) organizado en la ciudad de Lima por el antipopular gobierno peruano. El objetivo de este festival fue “levantar” la caída imagen de Alan García Pérez, desprestigiado a nivel internacional a raíz del asesinato masivo de 300 prisioneros de guerra.

Allí, la delegación de Castro elogió y avaló explícitamente al “demócrata” García, a quien el gobierno cubano sigue considerando un personaje “demócrata y hasta antimperialista”. Los viajes de “amistad” y de “buena vecindad” de los funcionarios y líderes del régimen fascista y corporativo aprista a la isla caribeña son hechos frecuentes. Fidel Castro, se dice internacionalista pero guarda silencio cómplice sobre los miles dc crímenes y genocidios que comete cl régimen peruano en contra de las masas oprimidas del Perú. La posición del gobierno cubano responde a los intereses económicos, políticos y militares del social-imperialismo soviético en el Perú, de ahí su estrecha relación con los partidos y personajes revisionistas y traidores de nuestro país.

El Presidente Gonzalo, en el Reportaje del Siglo es enfático y contundente cuando se refiere a Cuba: “De Cuba sólo podría decir en concreto esto, juega un papel al servicio de la Unión Soviética lo cual no sólo es en América Latina, lo cumple en Angola por ejemplo y en otros puntos del orbe. Pasó de una mano a otra, de un amo a otro amo, es un caso excepcional, que debe ser seriamente recordado “…” Cuba tiene una alta responsabilidad en América Latina porque fue una esperanza, pero hay que recordar muy bien. ¿Qué pasó el año 70?. Fidel Castro dijo que había fallado la estrategia de la lucha armada, buscando abandonarla, dejar lo que había incentivado y apoyado”.



LUKYDEMÁLAGA ¡¡ : ¿¿¿ QUE PENA,...QUIEN NO LLORA, NO MAMA,... ???¡¡¡¡. 

Luciano Medianero Morales 

20:27 (hace 0 minutos)
para revcom.esub

¿¿¿ QUE PENA,...QUIEN NO LLORA, NO MAMA,... ???¡¡¡¡. 

TW, MANDADO A REVCOM.US ¡¡: [[ 
luciano medianero morales
Respondiendo a
https: // twitter.com/i/events/13628 75446329806850 remitido por Lmm / lukyrh.blogspot.com. ¿Para ustedes sólo existe usa / ee. del http: // n.am érica ??? ¡¡. os estáis equivocando gravemente ¡¡. EN EL INFIERNO NOS VEREMOS, NO HAY MÁS CERA QUE ARDA. ¡¡. LukyMÁ. ESPAÑA-EURACA-¡¡. ]]. ))).

((( HOLA,...DE Lmm/lukymá.

Criao, Publicado-editado,... por Lmm/

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