viernes, 4 de diciembre de 2020

https://www.researchgate.net/publication/336280945_Los_proyectos_revolucionarios_en_la_Transición_española_cuestiones_teóricas_e_historiografia

 



















































Hola, salud,....soy luciano medianero morales,...editor de lukyrh.blogspot.com,...fui militante de la UCCO,...DESDE LA OC-BR,....PASANDO POR PC-UR,....HASTA UCCO,...""TERMINANDO"" EN OTOÑO + -- DE 1.981,...CASI SIEMPRE MLITÉ EN AGI-PRÓ, EN MÁLAGA,...DESDE EL 73 + --,...BIEN, EN DEFINITIVA,...EN MI BLOG,....HE CONTINUADO EL DESARROLLO DE LA LÍNEA POLÍTICA DE LA UNION COMUNISTA COMITÉS OBREROS,.....HE SACADO UNA  CUASI CULMINACIÓN DE TEORÍA,....a la cual, le llamo el lukysmo,...YA QUE ES UN DESARROLLO DEL MARXISMO-ENGELSIANISMO Y EL LENINISMO,......¡¡¡¡.  HAY UNOS 2.600 ARCHIVOS EN EL BLOG,...PERO , TE DIGO UNOS POCOS : SOBRE TEORÍA DE  LA PLUSVALIA IMPERIALISTA,....-- PERSPECTIVAS SOCIALES PARA EL SIGLO XXI,....--Y ""A 32 AÑOS del 5 congreso DE LA ,...DE LA UCCO,...Y A 35 AÑOS,....DEL PC-UR,....""; DE LUKYRH.COM     //// SI QUIERES CONECTAR CONMIGO,....luky------------;... Un saludo,....y estoy estudiando tus trabajos,......soy yayo-jubilado de 67-68 años,.....y militante en varias formas-maneras del proletariado y la lucha de clases,...desde muy-muy-, jovencito ¡¡¡¡.       LUKY DE MÁLAGA,.....SI QUIERES PUEDES CONECTAR CON JOSE MANUEL ROCA VIDAL,....MANU HERRANZ,....ETC,......Y RECABAR DATOS SOBRE MÍ,...¡¡¡¡???¡¡¡¡.   LOS EMAIL DE  LOS MISMOS NO TE LO DOY, SIN SUS PERMISOS,.....PERO ES FÁCIL CONECTAR CON ELLOS,....ROCA,...ES DE ELOBRERO.ES,....Y MANU TIENE UN BLOG,....Y FUE PROMOTOR, DE LAS CONFERENCIAS DE LA IZQUIERDA RADICAL,.....ETC,....EN LA TRANSICIÓN,...ETC,.... Y SE CREO OCTUBRE-UCCO.BLOGSPOT.COM,...////...)))....

ARCHIVO DEL BLOG



DOMINGO, 31 DE MAYO DE 2020 // REVOLUCIÓN DE LA HUMANIDAD.

¡¡¿¿ EL PARTIDO U ORGANIZACIÓN, UNIÓN COMUNISTA COMITÉS OBREROS, SE HIZO SINDICALISTA, DESMENUZÓ TANTO QUE ACABÓ PRONTO, Y ALGUNOS MOTIVOS MÁS,...¡¡

EL SINDICALISMO, COMO SINDICALISMO, ES UN DESASTRE,...NO DECIMOS DE TORPEDEARLO, PERO SÍ, DE NO SER SÚBDITO DEL MISMO,...(( DE TODAS FORMAS TENGO QUE TRABAJAR MÁS ESTE ASUNTO,...¡¡)). VER BLOG OCTUBRE-UCCO.BLOGSPOT.COM            Lmm.


EL SINDICALISMO ES DEFENDIDO FUERTEMENTE POR G.C.I., DE BÉLGICA,...TIENEN GRANDES ARGUMENTACIONES, DICEN QUE ES PARTE DE LA LUCHA DE CLASE-SOCIAL, DEL PROLETARIADO,...


VAMOS A RETOMAR ESCRITOS Y POSICIONES DE ESTAS ENTIDADES MENCIONADAS Y DE ALGUNAS OTRAS MÁS,...U.C.C.O., G.C.I., C.C.I.,...EL MILITANTE, ODIODECLASE, KAOSENLARED,...


LA U.C.C.O., MONTÓ-CREÓ HASTA UN SINDICATO: LAS PLATAFORMAS DE LUCHA OBRERA - P.L.O. -,...TODO EL PERSONAL, DESDE EL COMITÉ CENTRAL, EN LOS CONGRESOS Y CONFERENCIAS,... HASTA EL MILITANTE O AFILIADO A LAS P.L.O., PASANDO POR LOS COMITÉS OBREROS, NOS DEDICAMOS A HACER SINDICALISMO,...CUANDO EN ESA ETAPA ESTABA TODO AMASADO-CONTROLADO Y MÁS QUE AMASADO CON LA TRANSICIÓN, EL PACTO DE LA MONCLOA, LAS ELECCIONES GENERALES DEL 82, Y EL PREVIO GOLPE DE ESTADO DEL 23F-1.981,...( TODAVÍA A ESTUDIAR MÁS ¡¡ ) ERA RESISTIR PARA MORIRNOS, A LA PRIMERA DE CAMBIO,...QUE DESASTRE,...TODAVÍA NO HE ENCONTRADO DOCUMENTOS DE DISOLUCIÓN DE LA U.C.C.O.,...( YA DESDE 2.017, SE SABE DE ESTOS DOCUMENTOS, EXMILITANTES DE LA IZQUIERDA RADICAL HAN ORGANIZADO DOS CONFERENCIAS,...HAN CREADO BLOG OCTUBRE-U.C.C.O., DONDE ESTÁ PUBLICADO; A LA VEZ ESTÁ ARCHIVADOS EN UNA FUNDACIÓN DE UN PAÍS EUROPEO,...¡¡ en dicho blog y en blog Octubre-UCCO, aparece dicha Fundación. ) NO SE DONDE FUERON A PARAR LAS MÁQUINAS, EL APARATO TÉCNICO DE REPRODUCCIÓN Y OTROS MEDIOS,...MIRA QUE MANDAR LOS ARCHIVOS AL EXTRANJERO, A LA FUNDACIÓN DEL P. IGLESIAS DEL P.S.O.E. DE MADRID,...- casi siempre son de Barcelona o de Madrid ¡¡ --ESAS TENEMOS,...VAYA JEFES COMUNISTAS, DE LA TAL GLORIA, DEL TAL SIERRA, DEL TAL TENIENTE,...Y OTROS CUANTOS LISTOS,...DE MÁLAGA NO HABLARÉ CASI NADA,...LOS POPES SABIONDOS ERAN DE MADRID, -- SIEMPRE LA SUPREMACÍA DE MADRID,...PARA QUÉ,...ES EL CENTRALISMO CHAVAL,...IGUAL QUE CON EL FORO SOCIAL,...DESPUÉS NADA DE NADA, LAS MARCHAS DIGNIDAD, LAS MAREAS Y EL P. IGLESIAS QUE POR LA NARIZ MEA,...NO MEA CULPA,...ORINA,...--PERO YO SIMPATIZABA CON LAS P.L.O., CON LOS COMITÉS OBREROS,....ÉRAMOS TODOS A UNA,...HABÍA IDEALISMO, GANAS, COMERNOS EL MUNDO,...ENTUSIASMO,...ESTÁBAMOS SOLOS, EL PODER NOS DOMINABA, NOS AGOTABA,...NO RECULAMOS, DIRECTAMENTE NOS DEJAMOS, NOS DESINFLAMOS,...( Es de comentar, de que yo como militante no estaba afiliado, ni en general participaba en tareas de calle,...estaba en otras tareas-responsabilidades,...¡¡ ).

ESA LUCHA ENREDÓ A MUCHA GENTE OBRERA,...NO SUPIMOS MANTENERLA, NI A NOSOTROS MISMOS,...ESTÁBAMOS QUEMADOS, CANSADOS,..."JARTOS" DE NO CONSEGUIR NADA,...NO SE DABA LA REVOLUCIÓN SOCIALISTA-PROLETARIA,...DESILUSIÓN, NO TENÍAMOS PREPARACIÓN, IDEALISMO PURO Y DURO,...VINO EL GOLPE 23f-81, EL P.C.E. A QUEMARROPA CONTRA NOSOTROS, LOS FASCISTAS, EL P.S.A.,...TODOS CONTRA NOSOTROS,...NO QUERÍAMOS VOTAR,....TODO EL PERSONAL ENCANDILADO CON LAS CANDIDATURAS, CON LAS ELECCIONES, CON TOMAR LOS AYUNTAMIENTOS,...QUE ESPAVIENTO,...QUE TONTERÍA DE NOCHE Y DE DÍA,...Y AHORA DE NUEVO EL P.T.E.-O.R.T., A LA CARGA,...DESPUÉS DE AÑOS, CASI TODOS EN EL P.S.O.E.,...AHORA ESTÁN TRAS LA REPÚBLICA,...CUANDO LA MISMA ES CUESTIÓN DE DÍA, Y LA DARÁ LA COMISIÓN EUROPEA,...YA VERÉIS,...TIEMPO AL TIEMPO.


EL SINDICALISMO EN SITUACIÓN APOLÍTICA ES LLENAR LAS BARRIGAS EN GENERAL,...DA IDEOLOGÍA DE ARISTOCRACIA OBRERA,...¡¡. SE PERDIÓ EL NORTE MAGNÉTICO DE LA LUCHA DE CLASES, DE LAS POSICIONES COMUNISTAS CONTEMPORÁNEAS Y PENSANDO EN EL FUTURO,...¡¡. HOY LA MAYORÍA ESTÁN EN EL P.C.E., CC.OO.,...O EN TINGLADOS SIMILARES,...


HAY QUE ESTAR CON LOS OBREROS, EN LAS FÁBRICAS,...PARA QUÉ,...PARA HACER SINDICALISMO, EL MINUTO, LA PRIMA,...LAS HORAS EXTRAS,...EL CAMBIO DE TURNO,...MILES DE COSAS QUE SE DAN EN UNA EMPRESA,...EL DESPIDO, EL CONVENIO,...SÍ, COSAS QUE ESTÁN,...PERO PARA LLEVARLOS LOS SINDICALISTAS,...NO UN PARTIDO U ORGANIZACIÓN COMUNISTA,...ÉSTA DEBE PREPARARSE POLÍTICA Y MILITARMENTE LOCAL Y GLOBALMENTE PARA  DIRIGIR LA REVOLUCIÓN PROLETARIA MUNDIAL O DE LA REVOLUCIÓN DE LA HUMANIDAD,...


SÍ, CON TODO SE APRENDE,...PERO CADA COSA EN SU SITIO,...CON POCAS FUERZAS Y DEDICACIÓN SE HACEN COSAS SINDICALISTAS,...COMO SE VIO, TODO SE PERDIÓ DE VISTA,...¡¡¡.

CREO QUE P.L.O., SE DEBERÍA DE HABER CONVERTIDO EN UNA ASOCIACIÓN PROLETARIA-POPULAR, CON TAREAS DE FORMACIÓN, SOLIDARIDAD,...Y LA U.C.C.O., QUE CREO QUE TENÍA SIMPATÍA AL MENOS EN MÁLAGA ACTUABA CON FUERZA Y RECONOCIMIENTO SOCIAL,...ACTUÁBAMOS TODOS JUNTO, LA UML-PC.UR, LOS COMITÉS OBREROS, LAS P.L.O.,...ERA COMO UN FRENTE PROLETARIO DE LUCHA, Y QUE LA DIRECCIÓN SALIDA DE LA UNIFICACIÓN UM-L-PC-UR, HUBIERA SEGUIDO DE DIRIGENCIA DE TODO ESE FRENTE,...¡¡. LA ORGANIZACIÓN DE MUJERES EN LA PRACTICA DIVIDIÓ AL PARTIDO, PRACTICÓ LA LUCHA DE CLASES CONTRA LOS HOMBRES Y MUJERES QUE CREÍAN MACHISTAS, POCO FEMINISTA,...AUNQUE CREO QUE LAS RELACIONES MUJERES HOMBRE ES UNA RELACIÓN SOCIAL Y COMO TAL FORMA O ES PARTE DE LA LUCHA DE CLASES,...¡¡.



luciano medianero morales en 27 febrero, 2013 en 12:54 dijo:


Habláis en abstracto. En purismo intelectual. Ni U.C.C.P. ni P.C.R.-MAY. Ninguno habláis de experiencias, de derrotas, de actitudes que habéis tenido a lo largo de vuestra experiencia militante. Así no se corrige nada, no se avanza nada.Todos queremos aparentar los que más sabemos, los que mejor y casi único queremos dirigir al proletariado. El grupo x quiere absorber al y, esa es la historia que yo conozco sobre las fusiones y construcciones de organizaciones y partidos comunistas. !! DE VERDAD EL QUE QUIERA SER HOY REVOLUCIONARIO ANTES DE MORIRSE DEBE DE IRSE A PAÍSES O ZONAS DONDE EL PROLETARIADO Y SECTORES POPULARES HACEN RESISTENCIA Y POSIBLE REVOLUCIÓN, POR EJEMPLO EN SIRIA !!. Yo milité en U.C.C.O., durante muchos años, antes en PC-UR, antes en OCE Bandera Roja,…y casi siempre vi cierto mercantilismo ante las relaciones con otras organizaciones. Conozco y he conocido a militantes de MAY, de UCCO, etc…Nadie está por debatir, aprender y avanzar. Con los mencionados he intentado debatir y nada de nada. A UCCP les di varias revistas elaboradas por el GCPinternacionalista de Málaga y no me han contestado, me han marginado, uno de ellos me dijo que no se fiaba de mí, (luciano medianero morales); les planteé hace unos 8 años si habían elaborado alguna teoría y me dijeron que no, sinceramente. Parece que desde hace unos dos años, están elaborando algo. Yo y el GCPi. desde el 1.998 hasta 2005 hemos elaborado unas 15 revistas y alguna que otra teoría,- que ya las pasaré, si me la piden,-. Primero creamos Vamos a Debatir y después Nueva Sociedad.




EN WEB DEL RINCONDELVAGO APARECE ESTE TRABAJO:

Movimiento obrero, Ludismo y Sindicalismo

 CIENCIAS SOCIALES. INDUSTRIALIZACIÓN. SINDICALISMO. MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO. SOCIALISMO. ANARQUISMO. OIT (ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL DEL TRABAJO)

  •  Enviado por: Federicoii
  • Idioma: castellano
  • País:  España
  • 20 páginas


EL MOVIMIENTO OBRERO.
EL NACIMIENTO DEL MOVIMIENTO OBRERO: LUDISMO Y SINDICALISMO.
     El ludismo es un movimiento que surgió en Gran Bretaña a comienzos de la industrialización, formado por grupos organizados de artesanos ingleses que durante 1811 y 1812 se amotinaron y destrozaron la maquinaria de la nueva industria textil que, consideraban, estaba acabando con su tradicional medio de vida. Los disturbios comenzaron en Nottingham a finales de 1811 y se extendieron rápidamente a Lancashire, Yorkshire, Derbyshire y Leicestershire. Los luditas actuaban de noche y ocultaban su rostro con máscaras; su nombre deriva de un hipotético líder fundador del movimiento, Ned Lud (o Ludd). No ejercían ninguna violencia contra las personas por lo que recibieron un fuerte apoyo de la población de estas comarcas. En 1812 un grupo de luditas fue tiroteado por orden de un empresario llamado Horsfell, que fue asesinado más tarde como represalia.,...////.... seguir en el blog,...mencionado ¡¡.












































































































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2019
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iSBn : 978-2-84016-339-8
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presses.parisnanterre
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Collection
Regards sur l’Espagne contemporaine
dirigée par Zoraida Carandell
567
Los proyectos revolucionarios en la Transición española:
cuestiones teóricas e historiografía
La eCloSión de la historia del presente ha iluminado de forma desigual
y selectiva las realidades y los problemas del pasado reciente de
España. La mayor parte de las investigaciones se han centrado en el
reinado de Juan Carlos I, en detrimento de otros periodos más controver-
tidos, como el franquismo, la Guerra Civil o la Segunda República, cuyo
análisis se ha visto a menudo condicionado por los espinosos debates de la
«memoria histórica». Pero la literatura referida a este reinado, siendo abun-
dante, por lo general rigurosa y cada vez más plural, evidencia también
omisiones palmarias, así como tópicos y simplificaciones, que afectan a las
cuestiones más polémicas y a los actores disidentes. Este tratamiento selec-
tivo del pasado ha permitido dar coherencia a un cierto relato canónico de
la Transición, articulado en torno a los logros alcanzados y centrado en los
actores individuales y colectivos que los han hecho posibles.
El tránsito entre la dictadura de Franco y el reinado de Juan Carlos I,
afianzado por la forma gradual, «consensuada» y relativamente pacífica
que adquirió en España el cambio de régimen, ha introducido también un
sesgo presentista en la interpretación del franquismo. De nuevo en aras de
la coherencia del relato, la historiografía actual ha proyectado hacia el
pasado una visión amplificada y benéfica de actores y problemas que alcan-
zaron relevancia en el periodo democrático, aunque antes no la hubieran
tenido, mientras que ha empequeñecido y deformado la imagen de otros
que fueron cardinales en la lucha antifranquista, pero que a la postre que-
daron marginados. Existe una larga lista tanto de unos como de otros.
Hay, pues, un ingente trabajo por hacer. No se trataría, por supuesto, de
demoler el conocimiento adquirido, que es mucho y en su mayor parte de
calidad, sino de integrar las piezas que faltan en el puzle y de iluminar los
espacios de sombra que los relatos más difundidos han ido soslayando.
También se trataría, aunque ése no es el objetivo de este texto, de reevaluar
críticamente, ensamblando estos aportes, el paradigma de la Transición en
su conjunto. Y ello no solo como cesura, sino también como nexo entre la
568
Julio Pérez Serrano
dictadura y la democracia, lo que permitiría introducir los necesarios mati-
ces que explicarían el proceder de unos y de otros, dejando a un lado los
estereotipos y conformando una interpretación más compleja, equilibrada
y veraz del proceso. Obviamente ésta no es tarea de un solo investigador, ni
siquiera quizá de una generación de historiadores, por lo que nos limitare-
mos aquí solo a argumentar la inclusión de la izquierda radical, en sus dis-
tintas expresiones y dimensiones, en la historia de España en el periodo que
va de 1960 a la actualidad, en su triple vertiente de sujeto histórico, refe-
rente simbólico y comunidad proveedora de memoria colectiva.
Por otra parte, dado que, por la cercanía en el tiempo, muchos de sus
integrantes continúan vivos y dispuestos a transferir sus experiencias, con-
sideramos que el tema posee también un gran potencial desde el punto de
vista de la memoria, entendida ésta como fuente histórica y no como una
forma autónoma de conocimiento. Es cierto que la fragmentación orgá-
nica, política e ideológica que caracterizó a toda la izquierda radical, y muy
especialmente a la disidencia comunista, ha dado lugar también a memo-
rias grupales en ocasiones irreconciliables, pero ello no disminuye un ápice
el valor de esta fuente. Es más, a diferencia de las opciones mayoritarias,
cohesionadas en torno a grandes partidos con discursos y culturas políticas
homogéneos, la extraordinaria heterogeneidad de los grupos radicales
izquierdistas permite un análisis mucho más rico y matizado.
aCoTando el uniVerSo de la izquierda radiCal
El modo en que nos referimos a los actores revolucionarios que se
gestaron en el segundo franquismo no es un asunto que debamos
menospreciar. Es frecuente encontrarlos asociados a términos que poseen
una connotación negativa, como «extrema-izquierda», incluso en autores
no especialmente críticos con estas organizaciones
1
. Pero esta denominación
no resulta del todo satisfactoria, ya que favorece la asociación de estos
grupos con el «extremismo», induciendo analogías demasiado abstractas, y
quizá interesadas, con la «extrema-derecha». La simple referencia a la
posición extrema en una supuesta escala de izquierdismo no es un
1. Pina, Christine, L’Extrême gauche en Europe, (Paris: Documentation française,
2005); Raynaud, Philippe, L’extrême gauche plurielle: entre démocratie radicale et
révolution, (Paris: Autrement, 2006); Bourseiller, Christophe, Extrêmes Gauches, la
tentation de la réforme, (Paris: Éditions Textuel, 2006); Cosseron, Serge (dir.), Dic-
tionnaire de l’extrême gauche, (Paris: Larousse, 2007); Piot, Olivier, L’extrême
gauche, (Paris: Le Cavalier bleu, 2008); Charpier, Frédéric, Histoire de l’extrême
gauche trotskiste. De 1929 à nos jours, (Paris: Éditions 1, 2002).
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Los proyectos revoLucionarios en La transición españoLa: cuestiones teóricas e
historiografía
argumento riguroso que pueda ser empleado para justificar el uso de este
término. Sucedería lo mismo, dándole la vuelta, cuando desde posiciones
radicales se cuestiona la inclusión de la socialdemocracia en la izquierda,
basándose en la misma escala, al situarla en el extremo en que supuestamente
los rasgos de ésta se dan con menor intensidad e incluso se confunden con
los de la derecha. Los proyectos políticos, contra todo esto, no pueden
ordenarse en una línea continua, como si se tratara de una paleta de colores.
El uso del término «ultraizquierda», también usado frecuentemente con
una connotación peyorativa, tiene aún menos justificación, ya que este
vocablo, acuñado en los años posteriores a la Revolución de Octubre, define
a los grupos comunistas que, como la izquierda germano-holandesa y los
consejistas, rechazaron el leninismo y el modelo que se impone en Rusia
después de 1917, al que consideraban un capitalismo de Estado. Más ade-
lante incorporó también al situacionismo, como una de sus derivadas a
finales de los cincuenta
2
. Es, por ello, del todo inadecuado utilizarlo para
definir al conjunto de corrientes de la izquierda radical, ya que ésta está
formada en su mayoría por organizaciones trotskistas, estalinistas, maoís-
tas y prosoviéticas que defienden la Revolución de Octubre y hacen suyo,
aunque con diferentes interpretaciones, el ideario leninista. Nada que ver
con la ultraizquierda.
Otro tanto cabe decir del término «izquierda comunista», usado en ocasio-
nes en sentido lato, como «ala izquierda del comunismo», para definir a la
izquierda radical. Sin embargo, este término posee un contenido preciso que
abarcaría históricamente tanto a los grupos antileninistas de la ultraizquierda
como a la izquierda comunista italiana inspirada por Amadeo Bordiga, que
sí incorpora el leninismo3. Empleada con rigor, esta denominación sería
igualmente inadecuada, ya que dejaría fuera a los grupos trotskistas y a todos
los marxistas-leninistas, en cualquiera de sus variantes, ya sean proalbaneses,
prochinos o prosoviéticos.
La expresión «comunismo revolucionario» se ha empleado también en
ocasiones para identificar el espacio que pretendemos definir, deslindán-
dolo del comunismo «oficial», que habría dejado de ser revolucionario. Sin
embargo, este concepto, como sucede con la «ultraizquierda», tiene raíces
2. Bourseiller, Christophe, Histoire générale de l’ultra-gauche, (Paris: Denoël,
2003).
3. También hay izquierda comunista en Inglaterra y México. Todos los grupos de
esta corriente coinciden en oponerse a las alianzas interclasistas y al parlamenta-
rismo, y rechazaban toda forma de nacionalismo, oponiéndose al derecho de auto-
determinación y a los movimientos de liberación nacional.
570
Julio Pérez Serrano
históricas y, en rigor, es aplicable solo a una parte de la izquierda radical,
concretamente a los grupos trotskistas y a las corrientes antiestalinistas ins-
piradas por el comunismo de los consejos y el luxemburguismo. Por su
propia definición, el comunismo revolucionario se opone al estalinismo, al
que considera «contrarrevolucionario», y por extensión al maoísmo en la
medida en que éste asume el legado marxista-leninista. Es decir, esta deno-
minación, que vendría a ser un sinónimo de marxismo revolucionario, se
quedaría también corta.
La expresión «izquierda anticapitalista» sería ideológicamente más pre-
cisa, ya que todos estos grupos comparten el rechazo al capitalismo como
régimen social y sistema de explotación. Pero quedaría invalidada por su
uso habitual, ya que apareció tardíamente para definir a los grupos surgi-
dos de la implosión del trotskismo en España, Francia y otros países des-
pués de 1990
4
. Igualmente, si se pretendiera aplicar a las primeras décadas
del siglo XX –momento en que no se utilizó–, presentaría problemas, ya
que los partidos socialistas y socialdemócratas también eran en esa época
anticapitalistas y aspiraban a superar este sistema, aunque por medios pací-
ficos y mediante reformas políticas que impulsaran su evolución.
Quedaría finalmente referirnos a los términos «izquierda radical» e
«izquierda revolucionaria». Ambos están justificados históricamente y
cuentan con el aval de ser los más utilizados en la literatura referida a estas
organizaciones. No obstante, para el periodo de la dictadura y los primeros
años de la Transición la denominación más precisa sería «izquierda revolu-
cionaria», la más incluyente y la que los propios grupos empleaban, ya que
da cabida a todas las tendencias revolucionarias de la izquierda y al mismo
tiempo pone el énfasis en el rasgo común que las identifica: la doble preten-
sión de derrocar la dictadura y alcanzar el socialismo por medios revolu-
cionarios. Los significados de socialismo y revolución son, por supuesto,
muy variados según sea el ideario de cada organización, pero la terminolo-
gía es compartida por todos.
Avanzada la Transición y una vez consolidada la democracia, serán los
propios partidos de la izquierda revolucionaria los que irán incorporando el
término «izquierda radical», abandonando así la idea de una revolución
stricto sensu, aunque no siempre el objetivo de superar el capitalismo. Esta
4. La Gauche Anticapitaliste nació en 2011, como escisión del Nuevo Partido
Anticapitalista (NPA) creado en 2009 tras la disolución de la LCR francesa. En
España se produce también el mismo proceso con la Izquierda Anticapitalista, que
reagrupó a sectores procedentes de la LCR tras la disolución de la Izquierda Alter-
nativa en 1993.
571
Los proyectos revoLucionarios en La transición españoLa: cuestiones teóricas e
historiografía
nueva denominación englobaría tanto a los que evolucionaron al posibi-
lismo, desapareciendo ya en 1980, como a los que se reorientaron, haciendo
autocrítica de su pasado e incorporando discursos y reivindicaciones de los
nuevos movimientos sociales, lo que les concederá una década más de vida.
También, por supuesto, a los que se mantuvieron más o menos apegados al
proyecto originario, adoptando estrategias de resistencia, a la espera de que,
de acuerdo con la teoría, se agudizaran las «contradicciones del sistema».
Dado que pretendemos abarcar todo el periodo y que la identidad revo-
lucionaria es la primigenia, aunque progresivamente irá desapareciendo en
beneficio de la radical, que ha acabado imponiéndose por extensión incluso
en los estudios referidos al periodo de la dictadura, hemos optado por uti-
lizar aquel término en el título del capítulo. No merecen mucho comenta-
rio otras denominaciones, claramente peyorativas, como «grupúsculos» o
«sectas», que se usan a menudo de forma genérica e imprecisa, para presen-
tar a la izquierda radical como un totum revolutum o una sopa de siglas.
Otra cuestión controvertida sería la inclusión o no del movimiento liber-
tario, o del anarcosindicalismo exclusivamente, en el seno de la izquierda
radical. La literatura al respecto no es unánime. Mientras que algunos
autores, como Gonzalo Wilhelmi, lo incluyen sin manifestar dudas, José
Manuel Roca o Consuelo Laiz no ven siquiera la necesidad de justificar su
exclusión. A nuestro juicio la decisión debería tomarse en función de dos
cuestiones. La primera, de contenido, sería: ¿qué entendemos por
«izquierda»? Si la respuesta hace referencia a opciones políticas vehiculadas
a través de partidos, con una clara separación entre la esfera política (par-
tido) y la laboral (sindicato), es obvio que ni movimiento libertario en
general ni el anarcosindicalismo en particular tendrían cabida en ella. Ade-
más, si con el término radical nos referimos a una izquierda que es necesa-
riamente de tradición marxista y/o nacionalista, ideologías ambas muy
distantes del anarquismo, la decisión parece clara.
La segunda cuestión es de orden operativo, y abunda en el mismo sen-
tido. Ya que el universo libertario es tan amplio y variado, con corrientes
que van del anarco-terrorismo al anarcosindicalismo, pasando por la acra-
cia, el colectivismo o el anarco-comunismo, por solo citar algunas, parece
razonable situarlo, con sus diferentes tendencias y ramificaciones, en pie de
igualdad con la izquierda radical, y no considerarlo una mera corriente de
ésta. Ambas son, eso sí, expresiones de un mismo impulso anticapitalista y
antiliberal, crítico con la democracia representativa y con el Estado bur-
gués, por lo que poseen con raíces y referencias comunes que explicarían
cuán difuminada es la transición entre ellos. Los grupos anarco-marxistas
572
Julio Pérez Serrano
y los autónomos, situados en los márgenes de nuestra conceptualización,
dan buena prueba de ello.
Resuelta en la medida de lo posible la cuestión de las denominaciones,
pasaremos a describir analíticamente el objeto de estudio, centrándonos ya
en el caso de España.
laS CorrienTeS reVoluCionariaS en eSPaña
Como es sabido, tras la muerte de Franco la oposición antifranquista y
muy especialmente el sector comunista, que había sido el más activo en la
lucha contra la dictadura, se dividió entre los defensores de la «reforma
pactada», mayoritarios en el PCE liderado por Santiago Carrillo, y los que,
dentro y fuera del partido, consideraban que la transición política había
frustrado el cambio revolucionario (político, social y económico) por el
que habían luchado.
La división de los comunistas no era nueva, tenía profundas raíces que se
remontan a los años de la III Internacional, cuando se desgajaron, entre
otros grupos menores, los comunistas de los consejos
5
y los trotskistas
6
, y
más tardíamente, ya en el periodo que nos ocupa, a las disensiones que
fragmentan la corriente durante la Guerra Fría, de las que surgen maoístas,
hoxhistas y prosoviéticos.
En España, la grieta en el seno del PCE había aparecido en 1956, por la
discrepancia en torno a la Política de Reconciliación Nacional, y no había
hecho sino agrandarse en la década de 1960, provocando un drenaje
continuado de militantes y cuadros hacia nuevas organizaciones que
rechazaban el «revisionismo» carrillista. No había unanimidad entre los que
rechazaban la política de Santiago Carrillo, ya que, si bien todos la consideraban
reformista y oportunista, había una clara división entre los maoístas, que
consideraban a la URSS el foco del revisionismo, y los comunistas «ortodoxos»
5. De inspiración luxemburguista, aunque no ésta su única influencia), los llama-
dos consejistas se separaron de la III Internacional en 1920, tras sus dos primeros
congresos (1919-1920), argumentando que los bolcheviques habían hurtado la
revolución a los trabajadores, imponiendo el control del partido leninista sobre los
soviets.
6. Los trotskistas rompen con la III Internacional (IC) en 1924, como consecuen-
cia de la campaña de «bolchevización» impuesta por Stalin en el V Congreso de la
IC, que consideraban contrarrevolucionaria, denunciando el estalinismo como un
régimen burocrático. Ya en el exilio, Trotsky creará en 1930 la oposición de izquier-
das y en 1938 da el paso de crear con sus partidarios una IV Internacional.
573
Los proyectos revoLucionarios en La transición españoLa: cuestiones teóricas e
historiografía
o prosoviéticos, que seguían viéndola como el principal baluarte de una
revolución que los dirigentes del PCE habían traicionado.
A partir de 1975, en los estertores de la dictadura, había expresiones de
todas las corrientes que se habían ido desgajando del tronco originario del
comunismo. La divisoria de aguas estaba en la figura de Stalin y la valora-
ción del legado de la III Internacional. Los críticos engrosaban las filas del
marxismo revolucionario, que englobaba a grupos de inspiración conse-
jista (luxemburguistas, anarco-marxistas y otros) y a trotskistas, separados
por la distinta valoración que una y otra corriente hacían de la obra de
Lenin: los consejistas rechazaban el leninismo y los trotskistas lo reivindi-
caban en la lectura que había hecho Trotsky de él.
Corrientes de la izquierda revolucionaria en España, 1964-1990.
Partidos Corrientes Familias
AC, POUM, OICE Luxemburguistas, anarco-marxistas, consejistas
Marxistas
revolucionarios
LCR Mandel Secretariado
Unificado
Cuarta
Internacional Trotskistas
LC Minoría
PORE Varga
Comité
Internacional
LOC Healy
PST Moreno
POSI Lambert
JPS The Militant Independientes
PCE (m-1)-FRAP Hoxhistas
Lucha armada
Marxistas-
leninistas
OMLE-PCE(r)-
GRAPO
Maoístas
PTE, ORT,
OCE(BR), MC,
UCE, UCCO
Políticos
PCE(VIII-IX),
PCOE, OPI-PCT,
CC, PCPE
Prosoviéticos
ETA, EGPGC, TLL Lucha armada
Nacionalistas
HASI, UPG,
PSAN Políticos
Fuente: Elaboración propia.
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Julio Pérez Serrano
En el otro extremo se situaban los marxistas-leninistas, defensores del
legado íntegro de la III Internacional en sus siete congresos, pero divididos
en tres corrientes que reflejarían las divisiones del mundo socialista en la
segunda mitad de los años setenta. Los estalinistas u hoxhistas (proalbane-
ses), autodenominados «marxistas-leninistas» a secas, se oponían tanto el
revisionismo soviético como al maoísmo, al que consideraban un nuevo
revisionismo; los maoístas (que todavía entonces, y hasta 1978, serían tam-
bién prochinos) defendían el marxismo-leninismo con las aportaciones de
Mao, el llamado pensamiento Mao Tse-tung, y, finalmente, los comunistas
«ortodoxos» (prosoviéticos), defendían el marxismo leninismo en la inter-
pretación que de éste hacía el PCUS en la época brezneviana, marcando
distancias con Stalin y con el «revisionismo» de Kruschov.
Por último, habría que mencionar a la izquierda radical nacionalista, un
fenómeno singular que se explica por las características históricas del
Estado español. Estos grupos, aunque estaban en mayor o menor medida
influidos por las grandes familias ideológicas que se han presentado, con-
cedían la primacía a sus proyectos de «liberación nacional», emulando la
experiencia de las luchas anticoloniales en el Tercer Mundo, por lo que
correspondería dotarlos de una entidad propia y diferenciada de los pro-
yectos de ámbito estatal.
Aunque en otro lugar puede encontrarse una descripción mucho más
detallada de ellas
7
, presentaremos aquí el cuadro de las principales corrien-
tes y organizaciones. Los grupos más o menos influidos por el luxembur-
guismo o el consejismo eran Acción Comunista (AC), un renacido Partido
Obrero de Unificación Marxista (POUM) y la Organización de Izquierda
Comunista de España (OICE). El troskismo estaba representado por una
pléyade de organizaciones que reflejaban la fragmentación de esta corriente
a nivel internacional. La IV internacional era la referencia más común, pero
estaba dividida en dos grandes estructuras: el Secretariado Unificado
(SUCI) y el Comité Internacional (CICI). La mayoritaria se alineaba con el
SUCI, y dentro de éste con el sector liderado por su secretario general,
Ernest Mandel. Su referente en España era la Liga Comunista Revoluciona-
ria (LCR). Una escisión de ésta, la Liga Comunista (LC), se adscribió
durante su corta existencia, a la minoría del SUCI, la Tendencia Lenin
Trotsky (TLT), liderada entonces por el argentino Nahuel Moreno.
7. Pérez Serrano, Julio, «Orto y ocaso de la izquierda revolucionaria en España
(1959-1994)», en Rafael Quirosa-Cheyrouze y Muñoz (ed.), Los partidos en la Tran-
sición: las organizaciones políticas en la construcción de la democracia española,
(Madrid: Biblioteca Nueva, 2013), pp. 249-289.
575
Los proyectos revoLucionarios en La transición españoLa: cuestiones teóricas e
historiografía
En el espacio del llamado trotskismo «ortodoxo», vinculado al CICI, las
cuatro ramas en que éste se subdividía tuvieron presencia en España: el
Partido de los Obreros Revolucionarios de España (PORE) se alineó con la
tendencia de Michel Varga; La Liga Obrera Comunista (LOC), lo hizo con
Gerry Healy; el Partido Socialista de los Trabajadores (PST) se adhirió a la
corriente morenista, una vez que Nahuel Moreno abandonó el SUCI, y el
Partido Obrero Socialista Internacionalista (POSI) se adhirió a la tendencia
de Pierre Lambert. Al margen de todos ellos, estaría Jóvenes por el Socia-
lismo (JPS), más conocidos por su periódico Nuevo Claridad, vinculados a
la tendencia The Militant no integrada en la IV Internacional.
En el campo de los marxistas-leninistas, la corriente hoxhista pro-albanesa
tuvo como referentes al Partido Comunista de España (marxista-leninista)
[PCE(m-l)] y a su brazo armado, el Frente Revolucionario Antifascista y
Patriota (FRAP). Los más numerosos eran los grupos maoístas, entre los que
destacaban el Partido del Trabajo de España (PTE), la Organización Revolu-
cionaria de Trabajadores (ORT), la Organización Comunista de España-
Bandera Roja (OCE-BR), el Movimiento Comunista de España (MCE),
Unificación Comunista de España (UCE), el Partido Comunista de España
(reconstituido) [PCE(r)] y su brazo armado, los Grupos de Resistencia Anti-
fascista Primero de Octubre (GRAPO), y la Unión Comunista Comités
Obreros (UCCO). La principal fractura entre ellos es la referida a la lucha
armada, que separaba claramente, aislándolo, al PCE(r)-GRAPO del resto.
La corriente pro-soviética, por su parte, tendría como referentes al Par-
tido Comunista de España (VIII-IX Congresos) [PCE(VIII-IX)], el Partido
Comunista Obrero Español (PCOE), el Partido Comunista de los Trabaja-
dores (PCT), las Células Comunistas (CC) y otros grupos menores. Todos
estos grupos, surgidos a partir de 1968, por discrepancias con la dirección
del PCE, que había condenado la intervención del Pacto de Varsovia en
Checoslovaquia, se unificaron en el Partido Comunista de los Pueblos de
España (PCPE), con la única excepción del PCOE.
Finalmente, en la izquierda radical nacionalista cabe situar a Herri Alderdi
Sozialista Iraultzailea [Partido Socialista Revolucionario Popular] (HASI),
soporte ideológico de Herri Batasuna (HB), en el País Vasco, al Partit Socia-
lista d’Alliberament Nacional dels Països Catalans (PSAN) y a la Unión do
Povo Galego (UPG), así como a los grupos armados Euskadi ta Askatasuna
(ETA), Exército Guerrilheiro do Povo Galego Ceive y el catalán Terra Lliure
8
.
8. Pérez Serrano, Julio, «Radical Left in Portugal and Spain (1960-2010)», en
Belrtrán Roca, Emma Martin-Diaz e Ibán Diaz-Parra(eds.), Challenging austerity.
576
Julio Pérez Serrano
la izquierda radiCal en la hiSTorioGraFía
Los estudios sobre la Transición a la democracia en España cuentan ya
con una sólida trayectoria. No obstante, pese a la proliferación de publica-
ciones, el estudio del proceso democratizador ha estado focalizado princi-
palmente en la acción de los líderes (el Rey, Adolfo Suárez) y de los partidos
políticos, como principales actores del cambio. En los últimos años esta
tendencia ha comenzado a ser corregida por un número creciente de traba-
jos que coinciden en la necesidad de afrontar el reto de incorporar también
a los agentes sociales y de extender la cronología hacia el segundo fran-
quismo, momento en que comienza a extenderse la protesta social. El
movimiento obrero y los grandes sindicatos de la oposición (CCOO y
UGT) cuentan hoy con una amplísima y bien integrada bibliografía que
cubre diferentes ámbitos de lucha y escalas territoriales. Aunque con un
cierto retraso, el estudio de los nuevos movimientos sociales se fue abriendo
paso también en las últimas dos décadas, con especial énfasis en el caso de
los dos mayoritarios, el movimiento estudiantil
9
y el feminista
10
, objeto ya
de relevantes trabajos referidos sobre todo al periodo franquista.
Radical left and social movements in the South of Europe, (Abingdon: Routledge,
2018), pp. 17-47.
9. Entre otros, la tesis doctoral de Valdelvira González, Gregorio, El movimiento
estudiantil en la crisis del franquismo: la Universidad Complutense (1973-1976),
(Madrid: Universidad Complutense, 1992); Memoria del Antifranquismo. La
Universidad de Valencia bajo el franquismo, 1939-1975, (Valencia: Universitat de
Valencia, 1999); Sanz Díaz, Benito, Rojos y demócratas. La oposición al franquismo
en la Universidad de Valencia, 1939-1975, (Valencia: CCOO del País Valenciano,
2002); Álvarez Cobelas, José, Envenenados de cuerpo y alma. La oposición
universitaria al franquismo en Madrid (1939-1970), (Madrid: Siglo XXI, 2004);
Hernández Sandoica, Elena; Ruiz Carnicer, Miguel Ángel y Baldó Lacomba, Marc ,
Estudiantes contra Franco (1939-1975). Oposición política y movilización juvenil,
(Madrid: La Esfera de los Libros, 2007); Carrillo-Linares, Alberto, Subversivos y
malditos en la Universidad de Sevilla (1965-1977), (Sevilla: Fundación Centro de
Estudios Andaluces, 2008); Rodríguez Tejada, Sergio, Zonas de libertad. Dictadura
franquista y movimiento estudiantil en la Universidad de Valencia, (Valencia:
Publicaciones de la Universidad de Valencia, 2009), 2 vols.
10. Vid., por ejemplo, Di Febo, Giuliana, Resistencia y movimientos de mujeres en
España, 1936-1976, (Barcelona: Icaria, 1979); Escario, Pilar; Alberdi, Inés y López-
Acotto, Ana Inés, Lo personal es político: el movimiento feminista em la transición,
(Madrid: Instituto de la Mujer, 1996); Larumbe, María Ángeles, Una inmensa
minoría. Influencia y feminismo en la transición, (Zaragoza: Prensas Universitarias
de Zaragoza, 2002); Augustín, Mercedes, Feminismo, identidad personal y lucha
colectiva (análisis del movimiento feminista español en los años 1975 a 1985,
(Granada: Universidad de Granada, 2003); Nash, Mary, Dones en transició. De la
resistència política a la legitimitat feminista: les dones en la Barcelona de la Transició,
577
Los proyectos revoLucionarios en La transición españoLa: cuestiones teóricas e
historiografía
Con estos aportes se ha avanzado en el conocimiento de las asociaciones
y la sociabilidad, así como la acción colectiva, fenómeno básico para enten-
der no solo la crisis de la dictadura sino la posterior evolución del modelo
social en las tres últimas décadas. Se ha podido así describir y explicar de
forma plausible la potenciación en la sociedad española de una «cultura
cívica», entendida como el conjunto de valores y prácticas sociales que sus-
tentan la convivencia democrática.
La consolidación y profundización de un sistema político democrático,
participativo, fue durante la Transición la meta de organizaciones de muy
distinta índole, cuya acción llegó a poner en cuestión el tradicional lide-
razgo de los sindicatos y el movimiento obrero en la lucha social. En este
proceso cobró especial importancia la cuestión identitaria y autonomista,
ya que vehiculó buena parte de las reivindicaciones y las dotó de un nexo
de unión general por encima de sus particularidades. Fruto de todo ello fue
el modelo de democracia que se prefigura en la Constitución de 1978 y que
se ha desarrollado en las últimas cuatro décadas: un sistema basado en el
equilibrio entre las elites, la sociedad civil y los grupos de interés
11
.
Sin embargo, valorando todos estos logros, cabe cuestionarse la idea,
muy extendida en el discurso político y también en la academia, de que en
la Transición no hubo vencedores ni vencidos. La primacía que normalmente
ostentan en el relato los actores, individuales y colectivos, que compartieron
el objetivo de la democracia definida en términos de representación y
participación política y Estado de derecho, de acuerdo con la praxis
reformista que se impuso desde 1976, permite dudarlo. Estos actores,
convertidos en únicas agencias democratizadoras, han proyectado una
sombra sobre cualquiera otros de los que en el pasado defendieron
propuestas alternativas. La existencia de un paradigma ideológico
unificador, la llamada cultura de la Transición, que englobaría también a la
historiografía, ha sido denunciada en los últimos años por distintos
(Barcelona: Ayuntamiento de Barcelona, 2007); García de León,María Ángeles,
Rebeldes ilustradas (la otra Transición), (Madrid: Anthropos, 2008); González,
Purificación; González, Pilar y Martínez, Carmen (eds.), El movimiento feminista
en España en los años setenta, (Madrid: Cátedra, 2009); Egido, Ángeles y Fernández
Asperilla, Ana (eds.), Ciudadanas, militantes, feministas. Mujer y compromiso
político en el siglo XX, (Madrid: Eneida, 2011); Chaput, Marie-Claude (ed.),
Masculin/féminin en transition. Espagne - 1970-1986, (Paris: Université Paris Ouest
Nanterre La Défense, 2011).
11. Dahl, Robert A., Polyarchy: participation and opposition, (New Haven: Yale
University Press, 1971).
578
Julio Pérez Serrano
autores
12
que han señalado las limitaciones del actual modelo cultural en lo
que se refiere a la integración de los enfoques disidentes
13
. En un sentido
más amplio, también político, otros autores han señalado igualmente las
contradicciones que el proceso de cambio de régimen ocasionaron en el
seno de una oposición de izquierdas que se fragmentó entre posibilistas,
comprometidos con la «reforma pactada», y pertinaces revolucionarios, a
la postre excluidos
14
.
Ciertamente, esta idea de que en el proceso de construcción del actual
sistema democrático existen unos espacios marginales tanto en la política
como en la cultura no es nueva. Ya en los noventa, Consuelo Laiz Castro
15
y
José Manuel Roca
16
dedicaron sendas tesis al estudio de las organizaciones
radicales desde el punto de vista de la ciencia política. Poco después apare-
ció la primera tesis realizada en un departamento de Historia, la de Julio
Antonio García Alcalá sobre el Frente de Liberación Popular (FLP), diri-
gida por Ángel Bahamonde, que, aunque no se ubica en el espacio de la
izquierda radical, sino en el de la nueva izquierda, sí permite comprender
los antecedentes de una buena parte de estos grupos, principalmente los de
carácter marxista revolucionario, dado que algunos de ellos tuvieron su
origen en las llamadas organizaciones frente (FLP, FOC y ESBA)
17
.
12. Martínez, Guillem (ed.), CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de
cultura española, (Barcelona: Random House, 2012).
13. Cabe destacar en este sentido la obra de Morán, Gregorio, El cura y los man-
darines. Historia no oficial del Bosque de los Letrados. Cultura y política en España,
1962-1996, (Madrid: Akal, 2014).
14.Bosch, Aurora; Carnero, Teresa y Valero, Sergio (eds.), Entre la reforma y la
revolución: La construcción de la democracia desde la izquierda,(Granada: Comares,
2013).
15. Laiz Castro, Consuelo,La izquierda radical en España durante la Transición a
la democracia, (Madrid: Universidad Complutense, 1993). Tesis doctoral. La tesis se
publicó poco después, casi sin cambios, como La lucha final. Los partidos de la
izquierda radical durante la transición española, (Madrid: Los Libros de la Catarata,
1995).
16. Roca, José Manuel, Poder y pueblo. Un análisis del discurso de la prensa de la
izquierda radical sobre la Constitución española de 1978, (Madrid: Universidad
Complutense, 1995). Tesis doctoral inédita.
17. García Alcalá, Julio Antonio,Un modelo en la oposición al franquismo: Las
organizaciones frente (FLP-FOC-ESBA), (Madrid: Universidad Complutense,
1997). Tesis doctoral. La Tesis fue publicada como Historia del «Felipe» (FLP, FOC
y ESBA): de Julio Cerón a la Liga Comunista Revolucionaria, (Madrid: Centro de
Estudios Políticos y Constitucionales, 2001), con prólogo de José Ramón Recalde.
579
Los proyectos revoLucionarios en La transición españoLa: cuestiones teóricas e
historiografía
Posteriormente los historiadores se han ocupado con cada vez más interés
de este espacio político, en un lento pero continuo goteo de publicaciones
que se han beneficiado de la apertura de archivos digitales de los partidos y
sindicatos de la izquierda radical y de la creación de repositorios especializa-
dos en entidades públicas y privadas. En este nuevo marco, cabe destacar la
inclusión dada vez más frecuente de la referencia a los proyectos radicales en
obras de carácter general sobre la Transición, como sucede con el libro coor-
dinado por Rafael Quirosa-Cheyrouze sobre las organizaciones políticas en
el cambio de régimen
18
, donde se incluye un extenso capítulo referido a las
izquierdas revolucionarias. Lo mismo sucede en el libro coordinado por
Marie-Claude Chaput y Julio Pérez Serrano sobre la Transición española,
que incorpora un capítulo sobre las estrategias de este heterogéneo colec-
tivo
19
. Más frecuente es que la izquierda radical tenga un lugar destacado en
obras que tratan específicamente sobre el antifranquismo, como la editada
por Javier Tébar sobre el TOP
20
, aunque en otras ocasiones es la propia
izquierda radical la que se ha constituido en objeto de obras colectivas,
como sucede, por ejemplo, con el dosier de Viento Sur sobre la izquierda
antifranquista, coordinado por Miguel Romero
21
, o con el dosier coordi-
nado por Emanuele Treglia sobre las izquierdas radicales en la revista Ayer
22
.
Con mayor profundidad y base empírica se aborda la cuestión en dos tesis
doctorales recientes que se centran en los dos grandes núcleos, junto al País
Vasco, del radicalismo político durante la Transición: la de Gonzalo Wilhelmi
sobre la izquierda revolucionaria en Madrid
23
, dirigida por Álvaro Soto, y la
18. Pérez Serrano, Julio, «Orto y ocaso de la izquierda revolucionaria en España
(1959-1994)», en Rafael Quirosa-Cheyrouze y Muñoz (ed.), Los partidos en la Tran-
sición: las organizaciones políticas en la construcción de la democracia española
(Madrid: Biblioteca Nueva, 2013), pp. 249-289.
19. Pérez Serrano, Julio, «Estrategias de la izquierda radical en el segundo
franquismo y la Transición (1956-1982)», en Marie-Claude Chaput y Julio Pérez
Serrano (eds.), La transición española. Nuevos enfoques para un viejo debate
(Madrid: Biblioteca Nueva, 2015), pp. 95-125.
20. Tébar Hurtado, Javier (ed.), «Resistencia ordinaria». La militancia y el anti-
franquismo catalán ante el Tribunal de Orden Público (1963-1977), (Valencia: PUV,
2012).
21. Romero, Miguel (coord.), Dosier «La izquierda contra el franquismo», Viento
Sur, 115, marzo (2011), pp. 47-104.
22.Emanuele, Treglia (ed.), «Las izquierdas radicales más allá de 1968» [dosier],
Ayer, 92, 4 (2013).
23. Wilhelmi Casanova,Gonzalo, Izquierda revolucionaria y movimientos sociales
en la Transición. Madrid, 1975-1982, (Madrid: Universidad Autónoma de Madrid,
2014). Tesis doctoral.
580
Julio Pérez Serrano
de Albert Planas i Serra sobre la izquierda marxista radical en Barcelona,
dirigida por Antoni Segura
24
. Estas dos tesis evidencian la madurez que han
alcanzado ya en España los estudios sobre los proyectos radicales, que ya no
se ven solo como anécdotas o accidentes en un proceso exitoso de construc-
ción modélica de la democracia, sino como experiencias complejas y con-
tradictorias susceptibles de ser analizadas históricamente.
La crisis del paradigma de la «modélica transición» está estrechamente
vinculada al auge de los trabajos sobre los márgenes del proceso. La tesis
doctoral de Sophie Baby, plasmada en un excelente libro que cuestiona el
mito de la transición pacífica, muestra con qué dureza fueron reprimidas
las protestas por las autoridades durante la Transición
25
. En el mismo sen-
tido cabe citar el libro de Mariano Sánchez Soler
26
, en el que se pone de
manifiesto que el recurso a la violencia –práctica que la historiografía más
tradicional había asociado solo al terrorismo izquierdista
27
–, fue un rasgo
intrínseco del periodo, que afectó indiscriminadamente a sectores muy dis-
tintos del espectro ideológico, político y social. La «violencia revoluciona-
ria» ocupa, por supuesto, un lugar destacado en este contexto, como han
puesto de manifiesto Pau Casanellas
28
, para las organizaciones marxistas, y
Ángel Herrerín, para el caso del movimiento libertario
29
, pero no es la única
forma de violencia presente en la sociedad.
24. Planas, Albert, L’esquerra marxista radical a la Transició, 1967-1980, (Barce-
lona: Universidad de Barcelona, 2014). Tesis doctoral.
25. Baby, Sophie, Violence et politique dans la transition démocratique espagnole
1975-1982, (Paris, Universtié Paris 1 Panthéon, 2006). Tesis doctoral. La obra fue
publicada en 2012 como Le mythe de la transition pacifique : violence et politique en
Espagne, 1975-1982, (Madrid: Casa de Velázquez, 2012.
26. Sánchez Soler, Mariano, La transición sangrienta. Una historia violenta del
proceso democrático en España (1975-1983), (Barcelona: Península, 2010).
27. Reinares-Nestares, Fernando (ed.), Violencia y política en Euskadi, (Bilbao:
Desclée de Brouwer, 1984); Piñuel, José Luis, El terrorismo en la Transición española
(1972-1982), (Madrid: Fundamentos, 1986; Sánchez-Cuenca, Ignacio, ETA contra
el Estado: las estrategias del terrorismo, (Barcelona: Tusquets, 2001).
28. Casanellas, Pau, «Los espejismos de 1968. Teorización de la violencia en la
izquierda radical española», en Nicolás Marín, María Encarna y González Martínez,
Carmen (coords.), Ayeres en discusión [Recurso electrónico]: temas clave de Historia
Contemporánea hoy, (Murcia: Universidad de Murcia, 2008), p. 139; Casanellas, Pau,
«‘Hasta el fin’: cultura revolucionaria y práctica armada en la crisis del franquismo», en
Emanuele Treglia (ed.), «Las izquierdas radicales más allá de 1968» [dosier], Ayer, 92, 4
(2013), pp. 21-46; Muñoz Soro, Javier; Ledesma, José Luis y Rodrigo, Javier (coords.),
Culturas y políticas de la violencia. España siglo XX, (Madrid: Siete Mares, 2005).
29. Herrerín López, Ángel, «El recurso a la violencia en el movimiento libertario»,
en Javier Muñoz Soro; José Luis Ledesma y Javier Rodrigo (coords.), Culturas y
581
Los proyectos revoLucionarios en La transición españoLa: cuestiones teóricas e
historiografía
La estrecha relación de la izquierda radical con los nuevos movimientos
sociales durante la Transición constituye otro de los ejes de la más reciente
investigación sobre esta corriente. Ocupa aquí un lugar destacado la tesis doc-
toral de Gonzalo Wilhelmi, ya citada, sobre Madrid, que sirvió de base al libro
Romper el consenso, en el que extiende el análisis al conjunto del Estado30. Tam -
bién son reseñables los trabajos que se han centrado en movimientos específi-
cos, principalmente el estudiantil, entre los que podemos señalar los de Ernesto
Portuondo, Benito Sanz Díaz y Alberto Carrillo-Linares31, y el feminista, sobre
el que han escrito entre otros Paloma Uría, Mónica Moreno Seco y Julio Pérez
Serrano32. En todos ellos quedan patentes los lazos estrechos y complejos entre
la izquierda radical y los nuevos movimientos sociales, si bien no cabe hablar,
salvo en las llamadas organizaciones «sucursales» (creadas como «frentes de
masas» por los propios partidos), de meras correas de transmisión, dado que
ambos agentes conservaron en todo momento su autonomía.
Otra línea, de especial relevancia, en la que se ha avanzado mucho es la
referida a la historia de las organizaciones. La investigación empírica ha
permitido delimitar las distintas las corrientes ideológicas y, en su seno, los
diferentes partidos que conforman la izquierda radical, sus estrategias y
tácticas, sus programas y sus formas específicas de organización. Hoy
conocemos también, en muchos casos, los perfiles de los militantes, sus
motivaciones y el recuerdo que conservan de sus experiencias. No obstante,
todavía la producción es desigual. Se ha trabajado especialmente sobre los
políticas de la violencia. España siglo XX, (Madrid: Siete Mares, 2005), pp. 231-250.
30. Wilhelmi, Gonzalo, Romper el consenso. La izquierda radical en la transición
española (1975-1982), (Madrid: Siglo XXI, 2016).
31. Portuondo, Ernesto, «Forja de rebeldes: Una aproximación a los orígenes de
las vanguardias militantes del radicalismo de izquierdas en la segunda mitad de los
sesenta: el movimiento estudiantil (1964-1970)», en José Manuel Roca (coord.), El
proyecto radical. Auge y declive de la izquierda revolucionaria en España (1964-1992),
(Madrid: Los Libros de la Catarata, 1994), pp. 91-122; Sanz Díaz, Benito, «La radi-
calización del movimiento universitario, 1968-1975. La proliferación de partidos
políticos», en Memoria del Antifranquismo... op. cit., pp. 276-345; Carrillo-Linares,
Alberto, Subversivos y malditos... op. cit.
32. Uría, Paloma, El feminismo que no llegó al poder. Trayectoria de un feminismo
crítico, (Madrid: Talasa, 2009); Moreno Seco, Mónica, «Con nuestras camaradas:
mujeres y revolución internacional en la extrema izquierda de los años setenta», en
Claves del mundo contemporáneo. Actas del XI Congreso de la Asociación de Historia
Contemporánea, (Granada: AHC, 2013) (CD); Pérez Serrano, Julio, «Democracia y
feminismos. La lucha por la liberación de la mujer en la Transición española, 1975-
1983», en Marie-Claude Chaput, (ed.), Masculin/féminin en transition. Espagne –
1970-1986, (Paris: Université Paris Nanterre, 2011), pp. 11-24.
582
Julio Pérez Serrano
grupos maoístas
33
, quizá porque fue la tendencia más extendida, aunque
también hay aportes destacados sobre el trotskismo, como los de Jaime
Pastor o Rafael Iniesta
34
.
Interés especial merecen los trabajos, de distinta calidad, calado e interés,
que se han centrado en el análisis de las organizaciones concretas que inte-
gran el universo de la izquierda radical durante la Transición. Mencionare-
mos solo las aportaciones que consideramos más útiles. Sobre los marxistas
revolucionarios, contamos con un conocido texto de Pelai Pagés, que
reconstruye la breve experiencia del POUM entre 1974 y 1981
35
y la tesis
doctoral de Joel Sans Molas, recientemente defendida, sobre la OICE
36
.
Asimismo, la trayectoria del más influente de los grupos trotskistas, la
LCR, ha sido reseñada en una obra colectiva aparecida en 2014, coordinada
por Martí Caussa y Ricard Martínez i Muntada, cuyo gran valor añadido es
la incorporación de un importante elenco de fuentes originales
37
.
En el ámbito de los grupos marxista-leninistas es el MC el que ha
generado una literatura más abundante, en la que destacan los trabajos de
Josepa Cucó y Gustavo Hervella
38
, aunque el partido carece todavía de una
obra de conjunto. Con la ORT sucede algo similar, pese a que cuenta con
aproximaciones parciales de Consuelo Laiz, Gaudencio Remón, Emanuele
33. Roldán Barbero, Horacio, El maoísmo en España y el Tribunal de Orden Público
(1964-1976), (Córdoba: Servicio de Publicaciones de la Universidad de Córdoba),
2010.
34. Pastor,Jaime y Luis Miguel,Sáinz de Jubera, «El resurgimiento de una
izquierda antiestalinista durante el franquismo», en Javier Tusell; Alicia Alted Vigil
y Abdón Mateos (coords.), La oposición al régimen de Franco: estado de la cuestión y
metodología de la investigación, (Madrid: UNED, 1990), pp. 24-39; Iniesta de Man-
resa, Rafael, La premsa trotskista (1939-2000): Catàleg de les publicacions troskistes a
les biblioteques catalanes, (Barcelona: Servei de Publicacions UAB), 2003.
35. Pagés, Pelai, El Partit Obrer d’Unificació Marxista durant la transició democrà-
tica (1974-1981), (Barcelona: Institut de Ciènces Potitiques i Socials, 1998), Wor-
king Paper n. 156.
36. Sans Molas, Joel, Militància, vida i revolució en els anys 70: l’experiència de
l’Organització d’Esquerra Comunista (OIC), (Barcelona: Universitat Autónoma de
Barcelona, 2017). Tesis doctoral.
37. Caussa,Martí; y Martínez i Muntada, Ricard (eds.), Historia de la Liga Comu-
nista Revolucionaria (1970-1991), (Madrid: La Oveja Roja, 2014).
38. Cucó i Giner, Josepa, «De jóvenes radicales a alternativos maduros. Apuntes
antropológicos sobre la evolución del Movimiento Comunista en España», en
Manuela Cunha y Luis Cunha (org.), Intersecçôes Ibéricas. Margens, passagens e
583
Los proyectos revoLucionarios en La transición españoLa: cuestiones teóricas e
historiografía
Treglia y José Molina
39
. Sobre el PTE cabe mencionar la obra colectiva
dirigida por José Luis Martín Ramos
40
, entre otras contribuciones
41
que
incluyen la obra de Luis Ocaña sobre el Sindicato de Obreros del Campo
(SOC), asociado originariamente al proyecto sindical del PTE
42
. Por último,
los grupos prosoviéticos, siempre minoritarios en el campo de la izquierda
radical, cuentan todavía con una escasa literatura referida específicamente
a ellos, salvo contadas excepciones, como el trabajo de Fernando Vera
Jiménez
43
y los aportes de doctorandos como Víctor Peña y Eduardo Abad
en distintos congresos
44
.
Por lo que se refiere a los grupos que optaron por la lucha armada, nues-
tro conocimiento del PCE (m-l) se ha beneficiado de los diferentes aportes
fronteiras, (Lisboa, 90 Graus Editora, 2007), pp. 313-336; Cucó i Giner, Josepa,
«Recuperando una memoria en la penumbra. El Movimiento Comunista y las
transformaciones de la extrema izquierda española», Historia y Política, 20, julio-
diciembre (2008), pp. 73-96; Hervella García, Gustavo, «La izquierda marxista-
leninista: el Movimento Comunista, M.C y el nacionalismo, 1972-1982», en Actes
del Congrés La Transició de la dictadura franquista a la democracia, (Barcelona:
Centre d’Estudis sobre les Èpoques Franquista i Democràtica - Universitat Autò-
noma de Barcelona, 2005), pp. 165-175.
39. Laiz, Consuelo, «Aproximación al estudio de la Organización Revolucionaria
de Trabajadores». Cuadernos de Ciencia Política y Sociología, 19, julio (1987),
pp. 61-71; Remón Berrade, Gaudencio, «La Organización Revolucionaria de Traba-
jadores ante la Junta Democrática y la Plataforma de Convergencia», Estudios de
Ciencias Sociales, VIII (1995), pp. 259-280; Treglia, Emanuele, «Izquierda comu-
nista y cambio político: el caso de la ORT», en Emanuele Treglia (ed.), «Las izquier-
das radicales más allá de 1968» [dosier], Ayer, 92 (2013), pp. 47-71; Treglia,
Emanuele, «Apuntes sobre la ORT: de las Comisiones Obreras al Sindicato Unita-
rio», en Manuel Aroca y Rubén Vega (eds.), Análisis históricos del sindicalismo en
España, (Madrid: Fundación Francisco Largo Caballero, 2013), pp. 248-270.
40. Martín Ramos, José Luis (coord.), Pan, trabajo y libertad. Historia del Partido
del Trabajo de España, (Barcelona: El Viejo Topo, 2011).
41. VV.AA., La lucha por la ruptura democrática en la Transición, (Madrid: Aso-
ciación por la Memoria Histórica del PTE y de la JGRE, 2010).
42. Ocaña Escolar, Luis, Los orígenes del SOC (1975-1977): de las comisiones de
jornaleros al I Congreso del Sindicato de Obreros del Campo de Andalucía, (Sevilla:
Atrapasueños/Autonomía Sur/SOC, 2006).
43. Vera Jiménez, Fernando, «La diáspora comunista en España», Historia Actual
Online, 20, otoño (2009), pp. 35-48.
44. Víctor Peña trabaja sobre la Oposición de Izquierda (OPI) y el Partido Comu-
nista de los Trabajadores (PCT) y Eduardo Abad sobre el Partido Comunista de
España (VIII-IX Congresos) [PCE(VIII-IX)].
584
Julio Pérez Serrano
de Carlos Hermida Revillas
45
, Jordi Terrés
46
y Ana Domínguez Rama
47
. Las
vivencias del FRAP, estrechamente vinculadas al proyecto del PCE(m-l),
han sido recreadas por distintos autores que formaron parte de la organiza-
ción, entre los que cabe destacar al grupo Edelvec
48
, Alejandro Diz
49
,
Riccardo Gualino
50
y José Catalán Deus, autor de una voluminosa obra en
dieciséis tomos
51
. A éstos hay que sumar los trabajos de Ana Domínguez
Rama
52
y el de Lorenzo Castro Moral, que analiza conjuntamente a los dos
grupos armados maoístas, FRAP y GRAPO
53
. Por su parte, los trabajos sobre
el PCE(r) y los GRAPO están inscritos en el marco de los estudios sobre
violencia y terrorismo. Destaca aquí la tesis doctoral de Lorenzo Castro
45. Hermida Revillas, Carlos, «La oposición revolucionaria al franquismo: el Par-
tido Comunista de España (marxista-leninista) y el Frente Revolucionario Antifas-
cista y Patriota», Historia y comunicación social, 2 (1997), pp. 297-312.
46. Terrés, Jordi, «La izquierda radical española y los modelos del Este: el refe-
rente albanés en la lucha antifranquista», Ayer, 67 (2007), pp. 159-176.
47. Domínguez Rama, Ana, «¿Revolución o reconciliación? Orígenes y conforma-
ción del Partido Comunista de España (marxista-leninista)», en Manuel Bueno
(coord.), Comunicaciones del II Congreso de Historia del PCE: de la resistencia antifran-
quista a la creación de Izquierda Unida. Un enfoque social, (Madrid: FIM, 2007) (CD).
48. Grupo Edelvec, FRAP. 27 de septiembre de 1975, (Madrid: Ediciones Vanguar-
dia Obrera, 1985).
49. Diz, Alejandro, La sombra del FRAP. Génesis y mito de un partido, (Barcelona:
Ediciones Actuales, 1977).
50. Gualino, Riccardo, FRAP: una temporada en España, (Madrid: Amargord,
2010).
51. Catalán Deus, José, Del FRAP a Podemos. Crónica de medio siglo: un viaje por
la reciente historia española con Ricardo Acero y sus compañeros, (Madrid: Muñoz
Moya, 2009-2019, 16 tomos).
52. Domínguez Rama, Ana, «Una introducción metodológica para el estudio
histórico del Frente Revolucionario Antifascista y Patriota (FRAP)», en Álvaro
Ribagorda y Rubén Pallol (eds.), Historia en marcha. Nuevas líneas de investigación
sobre la España contemporánea, (Madrid: Universidad Complutense de Madrid,
2008), pp. 63-90; Domínguez Rama, Ana, «La “violencia revolucionaria” del FRAP
durante el tardofranquismo», en Carlos Navajas Zubeldia y Diego Iturriaga Barco
(eds.), Novísima. Actas del II Congreso Internacional de Historia de Nuestro Tiempo,
(Logroño, Universidad de La Rioja, 2010), pp. 393-410.
53. Castro Moral, Lorenzo, «La izquierda armada: FRAP y GRAPO», en Eduardo
González Calleja (ed.), Políticas del miedo. Un balance del terrorismo en Europa,
(Madrid: Biblioteca Nueva, 2002), pp. 321-344.
585
Los proyectos revoLucionarios en La transición españoLa: cuestiones teóricas e
historiografía
Moral
54
, junto a otros trabajos a medio camino entre la historia
55
y el perio-
dismo de investigación
56
.
Entre los grupos nacionalistas, ETA concentra lógicamente el mayor
número de publícaciones. Destacan las obras pioneras, aparecidas ya en los
ochenta, de José Mari Garmendia, Gurutz Jáuregui, Pedro Ibarra y John
Sullivan
57
, las de José María Irujo y Francisco Letamendia, publicadas en los
noventa
58
, y la más reciente de Gaizka Fernández y Raúl López Romo,
editada ya en un nuevo contexto y con mayor perspectiva
59
. Sobre el
nacionalismo radical en Cataluña cabe citar el libro de Roger Buch sobre el
PSAN, fruto de su tesis doctoral
60
, los de David Bassa, Jaume Fernández
Calvet, Carles Sastre y otros sobre Terra Lliure
61
, el de Jordi Vera sobre el
54. Castro Moral, Lorenzo, Terrorismo y afirmación revolucionaria: el caso del
PCE(r)-GRAPO, (Madrid: UNED, 2000), Tesis doctoral inédita.
55. Roldán Barbero, Horacio, Los GRAPO: un estudio criminológico, (Granada:
Comares, 2008).
56. Gómez Parra, Rafael, GRAPO, los hijos de Mao, (Madrid: Fundamentos,
1991).
57. Garmendia, José Mari, Historia de ETA,(San Sebastián: Haranburu, 1980),
2 vols.; Jáuregui Bereciartu,Gurutz, Ideología y estrategia política de ETA. Análisis de
su evolución entre 1959 y 1968, (Madrid: Siglo XXI, 1981); Ibarra Güell, Pedro, La
evolución estratégica de ETA: De la guerra revolucionaria (1963) a la negociación
(1987), (San Sebastián: Kriselu, 1987); Sullivan, John, El nacionalismo vasco radical,
1959-1986, (Madrid: Alianza, 1988).
58. Irujo, José María y Arques,Ricardo, ETA: La derrota de las armas, (Barcelona:
Plaza & Janés y Cambio 16, 1993); Letamendía, Francisco, Historia del nacionalismo
vasco y de ETA, vol. 1, Introducción a la historia del País Vasco. ETA en el franquismo
(1951-1976), (San Sebastián: R&B, 1994), 3 vols.
59. Fernández Soldevilla, Gaizka y López Romo, Raúl, Sangre, votos, manifesta-
ciones. ETA y el nacionalismo vasco radical, 1958-2012, (Madrid: Tecnos, 2012).
60. Buch i Ros, Roger, El Partit Socialista d’Alliberament Nacional dels Països
Catalans (1974-1980), (Barcelona: ICPS, 1995).
61. Bassa, David et al., L’independentisme català, 1979-1984, (Barcelona: Llibres
del’Index, 1985); Bassa, David, Terra Lliure. Punt final, (Barcelona: Ara, 2007);
Fernández Calvet, Jaume, Terra Lliure, 1979-1985, (Barcelona: Llamp, 1986); Sastre,
Carles et al., Terra Lliure. Punto de partida 1979-1995. Una biografia autorizada,
(Barcelona: Txalaparta, 2012).
586
Julio Pérez Serrano
Front d’Alliberament Català (FAC)
62
, el de Ferran Dalmau y Pau Juvilla
sobre el Exércit Popular Català (EPOCA)
63
y el de Fermí Rubiralta sobre el
independentismo político en Cataluña hasta nuestros días
64
. Finalmente, el
propio Fermí Rubiralta nos acerca al nacionalismo radical en Galicia en su
trabajo sobre la UPG
65
.
En los aledaños de este mapa, el Movimiento Ibérico de Liberación (MIL),
colectivo anarco-comunista de corta existencia y dilata memoria asociada a
la figura de Salvador Puig Antich, ha sido objeto de la tesis doctoral de
Canela Llecha
66
, codirigida en cotutela por Marie-Claude Chaput y Julio
Pérez Serrano. También sobre este grupo cabe mencionar otros trabajos de
menor calado y enfoque más convencional que sitúan al MIL en el abanico
de organizaciones anarco-marxistas, como el de Sergi Rosés Codovila
67
y el
firmado conjuntamente por Antoni Segura y Jordi Solé
68
, o los textos de
Antonio Téllez
69
y Francesc Escribano
70
, a los que habría que añadir los de
Gutmaro Gómez Bravo
71
y Ana Domínguez Rama
72
referidos a la figura de
Salvador Puig Antich. Esta última autora coordinó también una obra de
62. Vera, Jordi, La lluita armada als Països Catalans (Historia del FAC), (Barce-
lona: Lluita, 1985).
63. Dalmau, Ferran y Juvilla,Pau, EPOCA, l’exèrcit a l’ombra, (Lleida: El Jonc,
2010).
64. Rubiralta, Fermí, Una història del’independentisme politic català. De Francesc
Macià a Josep Lluís Carod-Rovira, (Lleida: Pagès Editors, 2004).
65. Rubiralta, Fermí, De Castelao a Mao. O novo nacionalismo radical galego
(1959-1974): orixes, configuración e desenvolvemento inicial da UPG, (Santiago de
Compostela, Laiovento, 1998).
66. Llecha Llop, Canela, Le Movimiento Ibérico de Liberación (MIL) et ses repré-
sentations dans la presse: mythes et mystifications. (Paris: Université Paris Nanterre,
2014). Tesis doctoral inédita.
67. Rosés Cordovilla, Sergi, El MIL: una historia política, (Barcelona: Alikornio,
2002).
68. Segura, Antoni y Solé, Jordi (eds.), El fons MIL. Entre el record i la història,
(Barcelona: Afers; Centre d’Estudis Històrics Internacionals, 2006).
69. Téllez Solá, Antonio. El MIL y Puig Antich, (Barcelona: Virus, 1994).
70. Escribano, Francesc, La historia de Salvador Puig Antich, (Barcelona: Penín-
sula, 2001).
71. Gómez Bravo, Gutmaro, Puig Antich. La Transición inacabada, (Madrid: Tau-
rus, 2014).
72. Domínguez Rama, Ana, «‘Salvador (Puig Antich)’ en el Viejo Mundo. Algu-
nas reflexiones históricas respecto a su recuperación mediática», en Hispania Nova.
Revista de Historia Contemporánea, 7 (2007, recurso electrónico).
587
Los proyectos revoLucionarios en La transición españoLa: cuestiones teóricas e
historiografía
carácter memorial dedicado al estudiante Enrique Ruano, otra icónica víc-
tima del franquismo
73
.
El movimiento libertario, por último, aunque caería fuera de nuestro
radio de estudio, cuenta asimismo con su propia literatura referida al
periodo de la Transición, entre la que cabría destacar el libro de Xavier
Cañadas sobre el caso Scala
74
y las obras de conjunto de Ángel Herrerín
75
y
Gonzalo Wilhelmi
76
, útiles todas ellas para analizar las relaciones entre la
izquierda radical y el movimiento libertario. Y lo mismo sucede con la
corriente de la autonomía obrera, sobre la que hay dos excelentes trabajos
77
,
un territorio que se sitúa en los márgenes externos de la izquierda radical.
Para finalizar este repaso quisiéramos dedicar unas líneas a la disidencia
cultural, un fenómeno que estuvo estrechamente asociado a la izquierda
revolucionaria, ya fuera como caldo de cultivo, como elemento cohesiona-
dor o como expresión más elaborada y compleja de algunas de sus pro-
puestas. En este sentido cobraron especial relevancia revistas como El Viejo
Topo , difusamente influida por el troskismo y el anarco-marxismo, sobre la
que contamos con las distintas contribuciones de Jordi Mir, una de ellas
con epílogo de su actual director, Miguel Riera
78
. Para Ajoblanco existe una
publicación, de corte autobiográfico, de su fundador, José Ribas
79
, a la que
se suman los aportes académicos de Mónica Granell y Aránzazu Sarría
80
,
73. Domínguez Rama, Ana (ed.), Enrique Ruano. Memoria viva de la impunidad
del franquismo, (Madrid: Editorial Complutense, 2011).
74. Cañadas, Xavier, El caso Scala. Terrorismo de Estado y algo más, (Barcelona:
Virus, 2008).
75. Herrerín López, Ángel, La CNT durante el franquismo. Clandestinidad y exilio
(1939-1975), (Madrid: Siglo XXI, 2004).
76. Gonzalo, Wilhelmi, El movimiento libertario en la Transición. Madrid, 1975-
1982, (Madrid: Fundación Salvador Seguí, 2012).
77. Colectivo de Estudios por la Autonomía Obrera, Luchas autónomas en la
Transición democrática, (Bilbao: Zero ZYX, 1977), 2 vols.; Espai en blanc (coord.),
Luchas autónomas en los años setenta. Del antagonismo obrero al malestar social,
(Madrid: Traficantes de Sueños, 2008).
78. Mir García, Jordi (ed.), El Viejo Topo. Treinta años después, Prólogo de
Francisco Fernández Buey. Epílogo de Miguel Riera, (Barcelona: Ediciones de
Intervención Cultural/El Viejo Topo, 2007); Mir García, Jordi, «Salir de los
márgenes sin cambiar de ideas. Pensamiento radical, contracultural y libertario en
la Transición española», en Javier Muñoz (ed.), «Los intelectuales en la Transición»
[dosier], en Ayer, 81 (2011), pp. 83-108.
79. Ribas, José, Los 70 a destajo. «Ajoblanco» y libertad, (Barcelona: RBA, 2007).
80. Granell Toledo, Mónica, «Papeles de contracultura. La prensa alternativa en la
transición española: Ajoblanco (1974-1980)», en Gonzalo Capellán de Miguel y Julio
588,...)))....
Julio Pérez Serrano
quien dedicó su tesis doctoral a otro de los grandes referentes culturales de
la izquierda radical, los Cuadernos de Ruedo Ibérico
81
. Sobre el proyecto de
Ruedo Ibérico contamos también con la biografía que Albert Forment hizo
de su fundador, José Martínez
82
.
Paralelamente, algunos intelectuales «malditos», críticos con la Transi-
ción, comienzan a ser también objeto de la investigación académica. Iván
López Cabello realizó su tesis doctoral sobre la disidencia radical de José
Bergamín, incómodo compañero de viaje de los comunistas, en la España
de la Transición
83
. Y actualmente están en curso otras tesis, como la de Elise
Martos, sobre Isabel Álvarez de Toledo, la Duquesa Roja
84
. Otros iconos de
la contracultura, como Eduardo Haro Ibars, muy alejado de las filas comu-
nistas, pero igualmente «proscrito» por su radical heterodoxia, ha sido
también objeto de sendas aproximaciones realizadas por Aránzazu Sarría
85
.
En suma, parece evidente que hay un ambiente favorable para avanzar
en la investigación sobre esta temática. Asistimos a una nueva ampliación
del ámbito de los estudios sobre la Transición que puede aportar luz a los
espacios oscuros de la disidencia política y cultural donde habitaron los
«derrotados» del proceso de reformas y pactos que acabaron configu-
rando la democracia «realmente existente»86. Aunque el creciente número
Pérez Serrano (coord.), Sociedad de masas, medios de comunicación y opinión pública,
2, (Logroño: Instituto de Estudios Riojanos, 2008), pp. 261-296; Sarría Buil, Aránzazu,
«Ajoblanco (1974-1980), cuando la forma quiere ser fondo», en Nathalie Ludec y
Aránzazu Sarría Buil (eds.): La morfología de la prensa y del impreso: la función expre-
siva de las formas. Homenaje a Jean-Michel Desvois,(Paris: Presse, Imprimés, Lecture
dans l’Aire Romane (PILAR), Presses Universitaires de Bordeaux, 2010), pp. 149-175.
81. Sarría Buil, Aránzazu, Cuadernos de Ruedo Ibérico (1965-1979). Exilio, cultura
de oposición y memoria histórica, (Zaragoza: Universidad de Zaragoza, 2001). Tesis
doctoral inédita.
82. Forment,Albert , José Martínez: la epopeya de Ruedo Ibérico, (Barcelona: Ana-
grama, 2000).
83. López Cabello, Iván, José Bergamín, una voz republicana y disidente en la
España de la Transición, (Cádiz: Universidad de Cádiz, 2012). Tesis doctoral codiri-
gida por Marie-Claude Chaput y Julio Pérez Serrano.
84. Realizada en la Université de Pau et des Pays de l’Adour, bajo la dirección de
Nadia Mekouar y Julio Pérez Serrano.
85. Sarría Buil, Aránzazu (ed.): Eduardo Haro Ibars, Cultura y memoria «a la
contra». Artículos en las revistas Triunfo y Tiempo de Historia (1975-1982), (Madrid:
Posmetropolis Editorial, 2015).
86. Sobre los límites del proceso democratizador resulta interesante la reflexión
que se hace en: Rodríguez López, Emmanuel, Por qué fracasó la democracia en
España. La Transición y el régimen del ‘78, (Madrid: Traficantes de Sueños, 2015).

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