domingo, 6 de diciembre de 2020

El rechazo de lo inerte: Álvaro García Linera // RACISMO REP. EN EE.UU.N.-USA; Y LA RENTA BÁSICA,...DE LXS CUENTISTAS; Y SOCIALMENTE, DESPUÉS QUÉ,...¿¿¿¿¡¡¡¡?? facebook polemica con cristina,....lopez fernandez ¡¡¡¡.??.

GENOCIDIO, MÁS ECOCIDIO, QUE TÉRMINO Y CONCEPTO SERÍA,...??¡¡. : DARÍA ENTRADA A LA TEORÍA DEL LASTRE PROLET-POP. Y SECTORES DE PEQ. Y MED. BURGUESÍA VENIDA A MENOS,......ALGO ASÍN, COMO ELIMINARMÁS DE LA MITAD DE LA POBLACIÓN ACTUAL UNIVERSAL,....¡¡¡¡?????¡¡¡¡. : ECOGENOCIDIO,...LA ELIMINACIÓN DE LA HUMANIDAD Y SU MEDIO NATURAL DESTRUÍDO, ESQUILMADO Y DEGENERADO-ENVENENADO,....SUS TIERAS, SUS AGUAS,SUS AÍRES, SUS YERVAS, SUS FLORAS Y ANIMALES,.....¡¡¡¡. ESTO SE LEVA REALIZANDO GRAN PARTE DEL TIEMPO QUE LLEVA LA HUMANIDAD ORGANIZADA SOCAILMENTE,....Y POTENCIADO POR EL COLONIALISMO EURACA HACIA OTROS CONTINENTES,....CASI TODAS LAS POTENCIAS EURPOPEAS, ESPAÑA, REINO UNIDO, ALEMANIA, HOLANDA, FRANCIA, BÉLGICA, AUSTRIA, RUSIA, ITALIA,....ANTES EL IMPERIO ROMANO,......¡¡¡¡.,... --- Y LO MÁS GRAVE ES QUE ÉSTAS Y OTRAS MUCHAS LITERATURAS DE MILES DE PERSONAS, ENTIDADES,....DESGRACIADAMENTE NO SIRVEN PÁ-NÁ-DE-NÁ,......¡¡¡¡. ---.  Y,...ER´ CHUTE Y ENGANCHADOS EN SUS PUERCAS PESTILENTES IDEOLOGÍAS Y OSCURANTÍSMOS,...SUS CORSÉS ANALÍTICOS, LES LLEVAN AL MÁS PURO ARRIBISMO Y CONSIDERACIÓN HACIA LA RED SISTÉMICA GLOBAL ESTATAL,...EL ESTADO MUNDIAL MULTI-IMPERICAPITALISTA,....ES-MU-GUENO-CHABAL-,...UF, PAPI-MAMI,....¡¡¡¡¡.                                                                                              Lukydemálaga.


CASI LA MITAD DE LA HUMANIDAD,...MURIÉNDOSE DE HAMBRE,...Y LOS CAPITALES ACUMULADOS DEL ORDEN DE 2.900 BIILL/ DÓL,...-- EN MEDIDA EURACA --, EN MANOS DE UNAS MINORÍAS CAPITALISTAS Y TECNOPLUTOCRÁTICAS-OLIGOPOLISTAS,...Y LOS ESTADOS-GOBIERNOS DE LA TELARAÑA ESTATÍSTA GLOBAL OTANUNOISTA,....MUERTAS DE LAS RISAS,...¡¡¡??¡¡¡; VERGUENZA JODER,...¡¡.  --   VENGANZA MULTIPOPULAR PROLET-POP. UNIVERSAL,...QUE NO DECAÍGAN,.... -- . : 


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Tipo de artículo: Reflexión Página inicial: 457 Página final: 470 El rechazo de lo inerte: Álvaro García Linera y sus primeras lecturas de Marx The rejection of the inert: Álvaro García Linera and his first readings of Marx Por: Jaime Ortega Reyna1 & Tomás Torres2 Recibido: octubre de 2017 Revisado: noviembre de 2017 Aceptado diciembre de 2017 Resumen El presente artículo realiza una lectura de las primeras obras del actual vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera. Se coloca la atención en tres puntos clave en la obra del autor estudiado, resaltando los elementos más productivos de cada uno de ellos. El primero es una crítica a un marxismo centrado en una filosofía de la historia como un desarrollo ascendente y continuo; el segundo es la interpretación que se hace de Marx sobre la crítica de la economía política; finalmente realizamos una relación entre la forma valor y lo que denominamos la “forma política”. Palabras Clave. Marx; marxismo; Álvaro García Linera; forma valor; economía política. 

Abstract This article makes a reading of the first works of the current Bolivian Vice President, Álvaro García Linera. The attention is placed on three key points in the work of the author studied, highlighting the most productive elements of each of them. The first is a critique of a Marxism centered on a philosophy of history as an ascending and continuous development; the second is the interpretation that is made of Marx on the critique of political economy; finally we make a relation between the value form and what we call the "political form". Key Words. Marx; Marxism; Álvaro García Linera; value form; political economy. 


1Investigador, Departamento de Política y Cultura de la Universidad Autónoma Metropolitana – Xochimilco. (México) Contacto: jaime_ortega83@hotmail.co m 2Magister © Universidad Alberto Hurtado de Chile. (Chile) Contacto: tom.torres.lopez@gmail.co m V9 Nº 2 l jun-dic 2017 l pp 321-574 l ISSN: 2027-2391 l DVD: 2344-7125 l Med - Col 458 


Resulta complejo avanzar a propósito de un autor que aún se encuentra con vida, en medio no sólo de amplias posibilidades de seguir produciendo, sino también en el centro de los debates político-estratégicos de la izquierda en América Latina. Así pues, pronunciarse a propósito de Álvaro García Linera es una tarea complicada, los ánimos de debate o los intentos de justificación de ciertas prácticas políticas pueden inclinar equivocadamente la balanza de los juicios. Sin embargo, los autores de este texto estamos convencidos que una parte significativa de su producción ha alcanzado ya el estatuto suficiente para ser considerada en una dimensión productiva, es decir, en tanto que aporte teórico, más allá de las coyunturas actuales. Nos referimos con ello a que la producción de García Linera aparecida al finalizar la década de los ochenta y durante los primeros noventa hacen parte ya de la acumulación teórica del marxismo latinoamericano. De ella es de la que pretendemos abrevar para mostrar el sinuoso camino de un marxismo no inerte, es decir, productivo y vivo. Su producción temprana aparecía en momentos de suma agitación política en un país al que desafortunadamente no es cotidiano voltear a buscar referencias teóricas. Ello sorprende pues Bolivia es el lugar donde aconteció la única revolución obrera de la región y junto a ella emergiera el exponente más original del marxismo producido en América Latina durante la segunda mitad del siglo XX: René Zavaleta Mercado. En gran medida el esfuerzo por reconstruir este segmento de la obra de García Linera es también restituir el vacío que existe en torno a la producción realizada en Bolivia durante las últimas décadas del siglo XX. 

Avanzaremos por dos sendas, por un lado, la distancia que García Linera marca con el marxismo progresista en su lectura de Marx y por el otro la novedosa lectura que entrega a propósito de la “forma comunidad” y su relación con “la forma valor” como dispositivos teóricos necesarios y obligados. Desde estas coordenadas teóricas iniciaremos nuestro asedio a la obra de uno de los intelectuales más productivos que al mismo tiempo es uno de los políticos más importantes en nuestra época. El acercamiento a su obra es parte de un esfuerzo más grande por reconstruir las múltiples veredas que el marxismo tuvo en América Latina tras el triunfo de la revolución cubana o en el caso boliviano, tras el declive de las políticas establecidas en 1952. El día de hoy ya contamos con algunas referencias que permiten examinar las múltiples facetas de García Linera. Ellas incluyen trabajos como los de Bruno Bosteels (2013), Danilla Aguiar (S/F), ¿Ramiro Parodi (2016), así como los dossiers sobre su obra en las revistas Culture, Theory and Critique?: Democracy in Latin America: Álvaro García Linera, así como el de la revista Viewpoint titulado Álvaro García Linera: A Bolivian Marxist Seduced. 

,...Estos trabajos han comenzado a reflexionar sobre los impactos, posibilidades y límites del trabajo de García Linera. Igualmente han posibilitado ciertas “claves” de lectura. Nosotros sugeriremos una: la que avanza por la crítica del marxismo “progresista” y continúa su ruta por la “crítica de la economía política” como fundamento de la crítica al capitalismo y al Estado. R V9 Nº 2 l jun-dic 2017 l pp 321-574 l ISSN: 2027-2391 l DVD: 2344-7125 l Med - Col 459 Un marxismo para superar el progreso Comencemos por la obra que marcará el primer rumbo de nuestra investigación: Demonios escondidos y momentos de revolución. Es esta obra el primer lugar del itinerario que visitaremos, para posteriormente abrevar en la noción de “forma valor” y la deriva política. En dicha obra se expresa la radicalidad de la relectura que se hace de Marx. Podemos decir que en su búsqueda por encontrar el problema de la “nación” en Marx, García Linera tuvo que enfrentar los demonios escondidos del mito del progreso que aún persistían en el pensador alemán. Por su parte los momentos de revolución son sólo posibles en las extremidades del cuerpo capitalista, cuando se superan los demonios del progreso: este tránsito es clave para entender el itinerario de la obra de García Linera. Nos interesa operar sobre el texto señalando que en él la búsqueda del autor se da explícitamente sobre el problema de la “nación”, sin embargo, en el transcurso de la escritura, el ritmo va cambiando, hasta conformarse un texto que tensa los principales presupuestos ya no del marxismo progresista, sino en la propia obra de Marx. Para sustentar nuestros dichos podemos avanzar por tres vías, cabe destacar que el texto en cuestión permite muchas más posibilidades de lectura que por ahora no exploraremos. La primera de ellas versa sobre el derribamiento de los mitos progresistas del marxismo en su carácter político; el segundo trata sobre la forma en que la crítica a la sociedad moderna se realiza por medio de la crítica de la economía política y finalmente concluirá con la disposición de la “forma valor” como dispositivo crítico del mundo capitalista. Elaborando el trazado que ocurre en la conformación del marxismo, García Linera se percata de la persistencia de ciertas concepciones de la historia, como la que se suele asociar a Hegel. El despliegue u originalidad de Marx no sería otra cosa que el hecho de desprenderse de esa matriz: “aunque se puede entrever el acercamiento a una crítica concepción del desarrollo progresivo de la historia, de neta influencia hegeliana” (García Linera, 1991, p. 37) . Si bien esto es notorio en los escritos juveniles de Marx, el autor elabora repetidas críticas a Federico Engels, en quien ve el responsable de muchos de los juicios a propósito del sentido unilateral de la historia. Sugerimos aquí la lectura de un fragmento amplio que condensa con potencia las distancias que García Linera tiene con el marxismo progresista y con sus efectos en el campo de la teoría y de la política: 

Ciertamente detrás de toda esta forma de partido incondicional de Engels por la sociedad moderna respecto a todo lo no capitalista (patriarcal, bárbaro, etc). Está un objetivo que rebasa a la propia sociedad burguesa: la conquista del poder político del proletariado […] No escapa a esta concepción un cierto esquematismo mecánico del desarrollo social. Esquematismo mecánico porque en primer lugar, presupone un desarrollo lineal de la sociedad que coloca al capitalismo como coronación necesaria e inevitable del progreso social; lo cual es cierto respecto al feudalismo, del cual el capitalismo es su “progreso”; pero no respecto a otras sociedades a otras sociedades no capitalistas […] En tercer lugar, porque se presupone que el simple desarrollo económico capitalista, por sus propias leyes económicas, ha de generar la V9 Nº 2 l jun-dic 2017 l pp 321-574 l ISSN: 2027-2391 l DVD: 2344-7125 l Med - Col 460 actitud política revolucionaria del proletariado frente a la burguesía cuando en realidad no existe ningún isomorfismo entre expansión capitalista y proletariado revolucionario, sino tan solo un campo de posibilidades (García Linera, 1991, p. 97). Un conjunto de líneas de demarcación entre el marxismo atrapado en las fauces del progreso y una concepción distinta que atienda a las condiciones histórico-sociales puede ser leído aquí. Lo primero a resaltar es el desmarque que hace García Linera del marxismo en tanto que filosofía de la historia: la precisión del lenguaje no remite a una exquisitez teórica, sino a una necesidad de la práctica política. Así, el sólo hecho de distinguir entre el prescriptivo “precapitalismo” y el descriptivo “no capitalismo”, nos coloca en un terreno en donde la obra de Marx no es leída en clave de filosofía de la historia, es decir como el devenir de un conjunto de leyes necesarias que se cumplen de manera indistinta a lo largo y ancho del mundo, situación analizada en repetidas ocasiones tras la emergencia de la “crisis del marxismo” (Cortés, 2016). Romper la linealidad de la historia resulta entonces en ensanchar nuestra consideración sobre el mundo, abrevar los desarrollos divergentes, las posibilidades de sobrevivencia de relaciones no capitalista y la existencia de contingentes humanos anclados en una dimensión material y simbólica no mediada por la lógica abstracta del valor. 

La cita que hicimos arriba, sin embargo, también opera en un registro inesperado. Reconoce que el propósito de Engels en gran medida debe dimensionarse a partir del objetivo político de la superación del régimen capitalista a partir de la intervención activa del proletariado, sin embargo, al romper la linealidad de la concepción histórica operante bajo el mito del progreso, García Linera tiene que desmovilizar toda dicotomía en donde “burguesía y proletariado” aparezcan como referentes únicos y últimos de la política. Y no porque no existan planos de la existencia en donde “burgueses y proletarios” entren en disputa, sino porque aceptar la persistencia de lo no-capitalista como un elemento determinante y poner en duda las férreas leyes de la necesidad desprendidas de la filosofía de la historia, convocan también a cuestionar el lugar a-priori del proletariado como clase revolucionaria. Ello podría parecer paradójico, pues fue en Bolivia en el año de 1952 cuando aconteció la única revolución obrera de la región (Zavaleta, 2009, p. 147). Sin embargo, el señalamiento de García Linera parte de otro nivel de análisis, en el que es posible colocar en primer lugar el problema de la politización, antes que el de un a-priori. Recuerda esto mucho a lo que escribiera Carlos Pereyra desde México quien al cuestionar a Bolívar Echeverría sobre el supuesto colapso de la identidad revolucionaria de la clase trabajadora afirmara: “la clase obrera no ha dejado de ser portadora de tal proyecto [el de la revolución] sino que nunca lo fue, es decir, en ninguna circunstancia la clase obrera constituye de por sí un sujeto revolucionario” (Pereyra, 2017). En segundo lugar, lo que opera es un trabajo teórico al seno de la obra de Marx que permite salirse de la estrecha dicotomía “burguesía y proletariado”, señalando más bien que: Marx rechaza la identificación de “progreso capitalista” = fuerza proletaria. 

Sabe que lo primero es la condición de la segunda, pero una condición no suficiente, más aún, una condición que puede V9 Nº 2 l jun-dic 2017 l pp 321-574 l ISSN: 2027-2391 l DVD: 2344-7125 l Med - Col 461 convertirse en su contrario, en el debilitamiento de la fuerza proletaria, en tanto el proletariado subordine sus intereses y su lucha a los del “progreso capitalista”. Hay pues un claro rechazo del determinismo económico, y saca a la luz la impostura de lo político (García Linera, 1991, p. 101). Es pertinente preguntarse entonces ¿Dónde se puede encontrar una salida acorde con el corpus marxista que afronte las condiciones existentes en las “extremidades del cuerpo capitalista”? García Linera lo hace, como dijimos, operando una lectura no progresista de Marx. Y aunque sabe que esto causa serias tensiones (particularmente cuando la pluma de Engels también comparte autoría en los textos), le resulta sugerente y productivo, en tanto que la lectura emplazada se deshace de los puntos ciegos del marxismo. Durante su exposición de los puntos más problemáticos del Manifiesto Comunista (del que destaca su limitada concepción de la historia), demuestra cómo el proletariado no actúa ya como un a priori universal contra el capital, sino que es en su constitución política en donde puede entenderse el concepto de revolución en Marx. No es entonces ya la imagen del obrero industrial, producto del poderoso y concentrado desarrollo capitalista el que echará abajo, por una enmienda histórica asignada desde la teoría, al régimen moderno burgués. Es el concepto de “punto de vista del proletariado” el que permite los momentos de revolución, pues se trata de la conformación de una opción política que es construida históricamente, incluso por quienes no son inmediatamente asalariados. 

Piensa García Linera, por ejemplo, en las resistencias campesinas al despojo, piensa también en el lumpen proletariado no subordinado al horario y la disciplina de la fábrica, piensa en las comunidades indígenas no del todo sometidas al imperio del valor en sus intercambios de valores de uso: ellas contribuyen a la constitución del concepto de revolución, más allá de la forma empírica del proletario imaginario. Aduce con ellas que: Marx nos muestra que estas lucha de estas masas no capitalistas pueden asumir un profundo carácter revolucionario al adoptar el “punto de vista del proletariado”, esto es, que las luchas de las masas trabajadoras no capitalistas contra el avance burgués en determinadas condiciones puede asumir el mismo carácter progresivo y revolucionario que el que pueden adoptar en un momento determinado las del proletariado (García Linera, 1991, p. 112). El aporte de García Linera continúa en esta dirección, que podríamos designar como la de operar una lectura de Marx desde las extremidades del cuerpo capitalista. Se trata de una lectura desde la periferia, desde los bordes o como él mismo señala “De las extremidades del cuerpo burgués” (García Linera, 1991, p.153). ¿De dónde parte esta intervención teórica? Lo hace desde la lectura del momento revolucionario. García Linera señala una profunda tensión alrededor de la obra de Marx: interpreta el desarrollo de las fuerzas productivas como el corazón del cuerpo burgués, es ahí en donde se encuentran desarrollados con mayor claridad los elementos que impiden o mediatizan la lucha proletaria. En cambio, en Francia, la extremidad europea del cuerpo burgués acontece la revolución. Y mejor aún, es desde la Alemania pre-industrial desde donde se genera el pensamiento que le da vueltas a la articulación entre corazón y V9 Nº 2 l jun-dic 2017 l pp 321-574 l ISSN: 2027-2391 l DVD: 2344-7125 l Med - Col 462 extremidades del cuerpo. 

Es decir, con Marx emerge que el secreto del acontecimiento revolucionario no está en el corazón, sino en sus extremidades. Ello no implica una renuncia a pensar el corazón: Ahí justamente radica la tarea fundamental de esa revolución en las extremidades: concentrar todas sus fuerzas para extender, para alcanzar con su movimiento al corazón estable. Entonces sí el corazón se mantiene estable frente a la convulsión revolucionaria, y ella es más fácil que estalle en las extremidades: la revolución en esas extremidades tiene que aprovechar su posición más favorable de inicio para crear condiciones y fuerzas que acorralen, cerquen y empujen al corazón capitalista al movimiento revolucionario, tal es el razonamiento de Marx (García Linera, 1991, p. 153). Todo ello lleva al deslinde de eso que son los momentos de revolución: ¿Si no es en el crecimiento industrial que genera un proletariado aparentemente más poderoso, en dónde surge? ¿Podría ser acaso que la “posición proletaria” se exprese de manera más prístina en aquellos espacios no colonizados totalmente por la lógica del valor? ¿Sugiere García Linera que son las masas “no capitalistas” las que pueden oponerse de manera más férrea al capital y por lo tanto no pueden ser consideradas como reaccionarias, aunque reivindiquen nociones ancladas en la tradición? Resulta muy productivo ver una posible salida que da el vicepresidente en este momento y que será el motivo de nuestro próximo apartado: el nacimiento y desarrollo de la crítica de la economía política. La crítica de la economía política como fundamento Fue en la segunda edición a Forma valor y forma comunidad en donde García Linera dejó la huella más importante para seguir el camino de su formación intelectual. Si la nación y la comunidad fueron exigencias de la práctica política impuesta desde el abigarrado horizonte boliviano, las señas de identidad del marxismo como crítica de la economía política en gran medida se debe a la experiencia mexicana. No es casual que en De demonios escondidos y momentos de revolución nos entregue una lectura de Marx en la clave de la crítica de la economía política, desde la juventud hasta la madurez temprana. El proyecto del boliviano se asemeja mucho a lo que hizo Bolívar Echeverría, a quien García Linera conoció cuando asistía a sus masivos cursos en la Facultad de Economía. Una reconstrucción de la trayectoria intelectual bien podría hilvanar las posiciones del boliviano con los trazos dibujados por Echeverría durante los años setenta y ochenta y continuados por intelectuales mexicanos como Jorge Veraza o Andrés Barreda (el introductor a la obra de Echeverría en la edición boliviana auspiciada por la Vicepresidencia). 

Los trayectos de estos intelectuales se cruzaron en los años ochenta, cuando aquel núcleo de jóvenes, recogían las hipótesis de Echeverría y le daban continuidad por distintas veredas. Igualmente, en el texto de Demonios escondidos… no faltan referencias a personajes como Jorge Juanes, también profesor del Seminario de El Capital. Con ello referimos a un modo de trabajar sobre la obra de Marx, alejada tanto de la concepción de la “filosofía de la praxis” que en América Latina tuvo sus exponentes en Adolfo Sánchez Vázquez, Osvaldo Fernández o Ludovico Silva, pero también de la potente crítica V9 Nº 2 l jun-dic 2017 l pp 321-574 l ISSN: 2027-2391 l DVD: 2344-7125 l Med - Col 463 althusseriana que emergió en los años setenta. Este conjunto de intelectuales operó al amparo de la crítica de la economía política como fundamento de toda crítica, es decir, echa mano de la crítica a la dimensión mercantil de la vida y la extiende al conjunto de la vida moderna. Así conceptos como trabajo abstracto, valor de uso, subsunción real y forma, entre otros, hace parte no ya de la dimensión exclusivamente económica, sino que parten de que dicha dimensión se ha totalizado, marcando el ritmo del despliegue del mundo moderno. El Capital es entonces un libro no de “economía marxista”, sino de crítica a la modernidad en su conjunto. García Linera abreva de esta forma del discurso crítico, pero también marca diferencias de ella. Quizás la más importantes de ellas sean dos. La primera es la de considerar su lectura como situada en las extremidades del cuerpo capitalista, algo que ni Echeverría ni Veraza realizan, pues asumen una cierta lógica universal del capital que haría innecesario situar el discurso. Por el otro y quizá más importante, es que García Linera no se pliega a las referencias políticas que más circularon por el Seminario de El Capital; en donde Lenin, por poner un ejemplo, no era muy bien visto. Veraza escribió un libro de fuerte crítica a Lenin y su teoría del imperialismo, en tanto que Echeverría siempre prefirió a Rosa Luxemburgo, de quien prologó sus obras. El resto de los autores con alguna teorización política que eran más reconocidos en ese campo tampoco entran en el discurso de García Linera, nos referimos sobre todo al consejismo en sus múltiples expresiones. En ello el boliviano se distancia de manera abismal, pues practica una teorización pensada en términos de hegemonía, en donde se acoge a Lenin primero y después a Gramsci y a Poulantzas, autores no visitados por la crítica de la economía política tal como se practicó en México. Dicho todo esto es factible leer el enunciado de Bolívar Echeverría en el “prólogo” a El Discurso crítico de Marx a propósito de la técnica como el proyecto de investigación que en gran medida García Linera recupera en esta época. Dice Echeverría: 

No hay ya esfuerzo capaz de mantener en pie la creencia en una "bondad" intrínseca de la técnica: resulta ilusoria la posibilidad de que un nuevo orden social desplace del lado negativo al lado positivo el mecanismo que regula el sentido del funcionamiento de una misma tecnología, la tecnología moderna. Tecnología ideada para potenciar la explotación de la fuerza de trabajo, impone ahora su destructividad desaforada; no puede ya mantenerse en su papel de benevolente correctivo realista para los sueños de una historia alternativa (Echeverría, 1985, p. 13). Esta misma idea acompaña gran parte del despliegue del proceso de trabajo teórico que el boliviano ejerce sobre Marx. La novedad es que a diferencia de Echeverría, quien la afianza con fuerza en El Capital, el boliviano lo hace desde algunos textos anteriores. García Linera, además de ello, aporta un documento para su fundamentación: la inclusión de un documento de Marx inconcluso y poco conocido. Así, el “Manuscrito sobre List” se vuelve un texto muy productivo para trabajar el nacimiento de la crítica de la economía política en tanto espacio teórico. A partir de él, dice García Linera “La crítica de Marx a List, su crítica del proteccionismo y del librecambio y en general la crítica de la economía política iniciada por él,...

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,...están fundadas en este proyecto práctica de una nueva civilización” (García Linera, p. 290). ¿Pero qué es lo que desprende a partir de ese manuscrito el teórico boliviano? La crítica de Marx a List le sirve para deslindar la forma en que se despliegan las fuerzas productivas realmente existentes y la “posición del proletariado”. Para García Linera en ese manuscrito se conjuga la crítica de la civilización a partir de la propia crítica de la noción de producción. El deslinde político que esto genera es crucial:

 “No es pues la industria ni la burguesía que la engendra, el fundamento de la superación del régimen capitalista, de la industria y de la propia burguesía” El objeto a ser expulsado “hasta el cielo” no puede ser a su vez el propulsor de su desdichada trayectoria” (García Linera, 1991, p. 47). Con ello emerge la idea de que el privilegio de la actividad debe centrarse en el desarrollo de la nación burguesa, la existente, para el desarrollo de las fuerzas productivas. Para Linera el estado actual de las fuerzas productivas debe ser valorado positivamente, en tanto que permite convocar al despliegue de capacidades universales, sin embargo “esta valoración no se confunde con una glorificación de la sociedad burguesa” (García Linera, 1991, p.49). Dicho todo esto podemos empezar a cerrar la noción particular de crítica de la economía política que el boliviano despliega. Si el “Manuscrito sobre List” es la puerta de entrada para la crítica de las fuerzas productivas, los Grundrisse y los materiales producidos a finales de los años cincuenta por Marx (sobre la India, sobre China e incluso sobre Argelia) le permiten afinar las herramientas teóricas. A diferencia de los autores señalados, que siguen una línea discursiva de la que García Linera abreva, él no ve las herramientas conceptuales de Marx en el plano de la universalización de las relaciones sociales dominadas por el capital. O para decirlo de otra manera: el proceso de universalización, siempre inconcluso, le permite observar las grietas, incompletudes, ausencias y vacíos. El capital no lo domina todo y una lectura situada de la crítica de la economía política le permite no capitular ante el universalismo abstracto. Acercándose a los Grundrisse escribe: Con nuevas herramientas y a la luz de la crítica de la economía política en marcha, el tratamiento del curso del desarrollo de la humanidad aparecerá en 1858 en los Grundrisse, pero no como sucesión progresiva de etapas históricas, sino en términos de la separación de la sociedad humana respecto a los lazos naturales heredados, en las relaciones de producción de la sociedad, del desarrollo de la individualidad en ellas, de las necesidades como riqueza y de la densidad en la actividad crecientemente social para satisfacerlas (García Linera 1991, p.201). 

Con este acercamiento se da ya un primer paso a considerar el potencial crítico que desmonta la filosofía de la historia y del eurocentrismo por parte de la crítica de la economía política. Según Linera, con el corpus conceptual construido por Marx para 1857 y con sus estudios sobre las sociedades no capitalistas, se dan pasos políticos relevantes. Todo ello, escribe: “devela la importancia decisiva del campesino en la revolucionarización de la sociedad” (García Linera, 1991, p. 208) asimismo le permite entender “el significado de la colonización capitalista en los países no capitalistas” (García Linera, 1991, p. 209). Sin embargo, también reafirma que aún no se han dado todos los pasos: “La destrucción de la V9 Nº 2 l jun-dic 2017 l pp 321-574 l ISSN: 2027-2391 l DVD: 2344-7125 l Med - Col 465 autosuficiencia de la comunidad o la autosuficiencia campesina que es en realidad donde radica la clave de la política colonial, no es abordada con profundidad” (García Linera, 1991, p. 209). En este primer asedio al problema de la comunidad, García Linera analiza como Marx vislumbra la importancia de su destrucción por parte de la política colonial, a fin de lograr una mayor concurrencia al mercado por parte de aquellos que han sido separados de sus medios de vida. Para el Marx que García Linera nos presenta: “La comunidad entonces, juega el papel en momentos determinados y en lugares determinados, de una poderosa fuerza productiva difícilmente superable en la satisfacción de las necesidades reales de la población” (García Linera, 1991, p. 211). Aquí el deslinde es más claro ya, la fuerza productiva que debe ser aumentada es la de la comunidad, es decir la del trabajo autodeterminado y cooperativo. La salida política no se encuentra en el despliegue de las “fuerzas productivas técnicas” (Veraza, 2012) del capital que coetáneamente desarrollarían la fuerza y capacidad del proletariado. La hipótesis de García Linera para desplegar la crítica de la economía política es la contraria: es en el desarrollo de la comunidad en donde “el punto de vista del proletariado” se desarrolla de una manera más prístina, pues permite un ejercicio de autodeterminación por parte de los productores, algo que desaparece con la emergencia totalizante del capital y las fuerzas productivas que él produce a partir de la explotación del trabajo humano. 

A partir de estos antecedentes, podemos ahora aproximarnos a la obra más conocida y quizá la más compleja de su producción: Forma valor y forma comunidad; como en el caso de Demonios escondidos… buscaremos problematizar la dimensión política, que es en gran medida la que anima el trabajo teórico del boliviano. Existirá una diferencia en el proceder, pues aquí ya no es un trabajo sobre textos específicos de Marx, sino la producción de un discurso en torno a la forma valor. La forma valor y la “forma política” Uno de los puntos más atractivos de los textos de García Linera es la de encontrar puentes de conexión entre la realidad latinoamericana y una interpretación heterodoxa del marxismo con fuertes raíces comunitarias que apelarían a un sustrato complejo y profundo de las naciones. Además de lo antes dicho sobre la obra de Marx, el actual vicepresidente de Bolivia, nos entrega un arsenal teórico que es capaz de llevarnos a interpretaciones sobre el Estado en el propio Marx, pero también en Lenin y más actualmente a Poulantzas y Gramsci. Asimismo, su concepción del capitalismo como proceso interminable de valorización del valor (García Linera, 2015) nos aporta elementos suficientes para introducirnos en una dinámica poco desarrollada en América Latina y que se vincula directamente a comprender el problema del fetichismo de la mercancía, las formas de la enajenación y las derivas políticas de ambas situaciones. En este segmento del trabajo nos apoyaremos en estos conceptos para realizar una interpretación de cómo, nuestro autor, comprende los vínculos extensivos del capital a la política, es decir, buscamos realizar un ejercicio intelectual que permita desarrollar la conceptualización marxista de la forma valor con lo que denominaremos “forma política”.,...

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,...Para aproximarnos a los conceptos de García Linera nos parece pertinente realizar algunas aclaraciones hechas por el propio autor a lo largo del texto. Primero, la conceptualización de la forma valor que propone García Linera es definida de la siguiente manera: 

“(…) la asunción, la consagración históricamente limitada o elevación del valor a la forma específicamente social del producto” (García Linera 2015, p. 87). La forma valor sería entonces una característica histórica que surge a partir del modo capitalista de producción, la que tiene como contenido material fundamental la igualación del trabajo (de la que surgirá la noción de trabajo abstracto). Segundo, la medida del valor generaría el carácter individual del trabajo por sobre su materialidad lo que produciría que la relación entre los objetos primara sobre las relaciones sociales entre sujetos. Sobre esto es pertinente realizar la diferencia entre la forma valor y el valor en cuanto tal. Para García Linera esta segunda categoría se genera debido a que la forma: (…) es el contenido social abstracto del producto como expresión del trabajo humano en general.” “(…) el uso de este carácter como forma directamente social del producto del trabajo, su forma de relacionamiento específico con el resto de los productos y necesidades sociales; si se quiere, el código distributivo-consuntivo o forma de socialidad de los individuos a través de las cosas” (García Linera, 2015, p. 86). La forma valor no solo sería una objetividad concreta del capitalismo, sino también una forma de subjetividad materializada en una relación enajenada entre sujetos. Esta situación estaría presente de manera pretendidamente universal, es decir, afectaría al género humano en su conjunto, salvo en las extremidades nocapitalistas donde operaría una lógica diferente. Colocadas, así las cosas, podemos decir que la característica fundamental del proceso de trabajo en el capitalismo es la separación o escisión entre trabajo, medios de producción y medios de trabajo: 

la diferenciación de esta triada es la condición histórica fundamental para el surgimiento del modo de producción capitalista. Puesto que todas las formas previas de organización del trabajo se basaban en una conexión directa o semidirecta de los tres elementos mencionados con anterioridad. La escisión que se producía en otros momentos históricos obedecía a la “concentración bajo la forma de unidad efectiva” (García Linera, 2015, p. 122). La novedad histórica, radica en que no solo hay una efectiva separación, sino que un abierto antagonismo entre el objeto de trabajo, el medio de trabajo y el trabajo (la actividad) en cuanto tal. En definitiva, el trabajo se presenta al proceso de trabajo desprovisto de su naturaleza (relación directa con el objeto -como sucedía en la comunidad ancestral- o de propiedad social de la tierra - como era en la comunidad desarrollada-) objetiva. Observamos que en García Linera está operando una lectura que se base en una relación directa entre el problema del fetichismo de la mercancía y la interpretación sobre el proceso de trabajo como una dinámica enajenante y enajenada por el proceso de valorización. Ello está muy en sintonía con la lectura que del capítulo V de El Capital hizo Bolívar Echeverría. Para el boliviano lo central, en el despliegue de la forma valor, sería la relación que se establece entre los sujetos y entre los sujetos y las cosas. En otras palabras,...

  V9 Nº 2 l jun-dic 2017 l pp 321-574 l ISSN: 2027-2391 l DVD: 2344-7125 l Med - Col 467 

,...si situamos que el carácter fetichista no es una cualidad del trabajo en cuanto tal, sino una construcción histórica, es debido a que la forma valor ha metabolizado una subjetivación particular donde los productos del trabajo son ajenos al productor y en donde también los productores se relacionan a través de las cosas, donde estas son ajenas y se separan cada vez más de ellos es cuanto más aumenta una perversa división social del trabajo. Si concordamos que el texto de Forma valor y forma comunidad es “la matriz conceptual” (García Linera, 2015, p. 40) de los desarrollos posteriores de García Linera, debemos agregar también que es el punto de llegada de un trabajo teórico previo, aquel que reconstruimos en la primera parte del texto: es de hecho el momento más original, en donde su voz ya no necesita la legitimidad de la reconstrucción a partir de las obras de Marx, sino que asume el arsenal de la crítica de la economía política. Esto debido a la situación carcelaria, en donde los materiales no estaban a disposición inmediata, pero sí lo estaba la reflexión sobre la dinámica civilizatoria que el capital ha impuesto. Además de esa reflexión, deudora de un conocimiento profundo de la obra madura de Marx, el boliviano emplaza sus preocupaciones, que ya no son exclusivamente teóricas, sino que se entrelazan directamente con la práctica política. Es en este sentido, si consideramos que la categoría de forma valor es la llave conceptual para comprender las relaciones entre cosas y sujetos productores, ella es extensible a “lo” político. Sugerimos entonces pensar que la ganancia, la acumulación del capital y la extracción de plusvalía son los elementos fundamentales para entender el despliegue las estructuras, los desarrollos sociales, así como las expresiones enajenadas en el campo político. Pero también es la clave para asediar la modificación de las situaciones sociales, las condiciones de y la división del trabajo, la forma del progreso tecnológico, etcétera. “(…) esto significa que los seres humanos están sometidos a interrelaciones, a las cuales ni pueden elegir libremente ni modificar sin más mediante la acción individual directa” (Hirsch, 2015, pp. 165-175). A partir de esto podemos aventurar la hipótesis de que los planteamientos de García Linera mantienen un hilo de continuidad con la teoría de la derivación del Estado, pensando esta como: 

“(…) derivar sistemáticamente el Estado como una forma política a partir de la naturaleza de las relaciones de producción capitalistas, como un primer paso hacia la construcción de una teoría materialista del Estado burgués y su desarrollo” (Holloway, 1978, p.2). Cabe destacar que el concepto de forma que utiliza García Linera es similar a los teóricos ligados a esta corriente del marxismo, puesto que este sería considerado como una abstracción real o una ilusión objetiva que: 

“comparte su carácter abstracto con nuestras ideas pero que, a la vez, comparte su carácter objetivo con las demás cosas existentes por fuera de nuestras cabezas” (Bonnet, 2007, p. 273). Lo que en definitiva nos acercaría a comprender el concepto de forma como constitución propia de las categorías conceptuales producidas en el capitalismo: en ella se juega la manera de captar la determinación del contenido material de los procesos. Como hemos visto lo propuesto por García Linera es similar a lo que buscamos ejemplificar en la medida en que la forma valor es una característica histórica que tiene efectos a su vez en la modalidad específica de las,...

  V9 Nº 2 l jun-dic 2017 l pp 321-574 l ISSN: 2027-2391 l DVD: 2344-7125 l Med - Col 468 

,...relaciones entre sujetos y objetos de trabajo. En La cuestión judía Marx (1982) utiliza el concepto de “comunidad ilusoria” proponiendo un cuestionamiento al concepto de Estado moderno, como un mediador entre las diferencias antagónicas de las clases sociales. Previo a eso en la Crítica a la filosofía del Estado en Hegel, el alemán propone una pugna entre el Estado y la sociedad civil, donde el primero cumpliría el rol de expropiar el poder político de la segunda (Marx, 2002). Para García Linera, el Estado contemporáneo cumpliría la misma función, puesto que:

 “Como representante de la colectividad no de la particularidad, aunque en verdad no sea más que la materialidad del poder de esta última pero que para realizarse precisamente necesita de la apariencia de representar a todos” (García Linera, 1991, p. 4). Si esta representación opera como abstracción real, en el sentido de que objetivamente el Estado es una construcción histórica que media la relación entre clases, la política sería el lugar constitutivo de la lucha entre ambos. Esto es relevante, puesto que si consideramos que la “lógica del valor” se encuentra presente en la política es debido a las “formas” particulares que adquieren las relaciones sociales dentro del capitalismo, es decir, si la fetichización de las formas adquieren un carácter de proceso continuo donde los sujetos son imbuidos en relaciones que les son extrañas y sus productos se levantan contra ellos, el Estado -como locus privilegiado de la política- es una forma social enajenada. Aclaramos que existe también una distancia con respecto al derivacionismo, pues en García Linera el Estado es el lugar constitutivo de la política, pero esta última debe ser comprendida como una lucha constante de fuerzas sociales en disputa. Por ende, el carácter mediador de la maquinaria estatal sería el punto de condensación material de fuerzas en disputa. Por lo tanto, la crítica a la forma política estatal es a la vez una crítica a la política capitalista, con su correspondiente evaluación de la lucha de fuerzas sociales que se condensan. Encontramos un punto de encuentro que traslada la interpretación de la forma valor a la política cuando decimos que: Así Marx plantea la “emancipación humana” como “prolongación” más amplia de la emancipación política que había elevado los “asuntos del Estado a asuntos del pueblo. Si anteriormente dejaba en pie la ilusión (que resulta de la inversión de la realidad de la sociedad civil en el Estado) del Estado político burgués como “de todos” ahora nos muestra la base de esa ilusión (…) la emancipación humana es vista entonces por Marx como la disolución de la separación de lo político de la sociedad (García Linera, 1991, p. 7) Esto pone en relieve dos argumentos que son centrales, el primero es la adscripción a la tesis del Estado como “comunidad ilusoria” puesto que solo en términos ideales es capaz de representar la totalidad social y segundo, que éste se encuentra alejado, divorciado de la sociedad, en consecuencia, enajenado. 

De esta forma podemos afirmar que la política adquiere una “forma” (en el sentido de ilusión objetiva) cuando ésta es capaz de producir, por ejemplo, a la ciudadanía como categoría política, puesto que al igual que en la lógica del valor, este es un sujeto desprovisto de materialidad, arrojado a la arena política donde los medios de producción capaces de incidir en materias nacionales les son ajenos y esta se reproduce de manera continua en el tiempo. V9 Nº 2 l jun-dic 2017 l pp 321-574 l ISSN: 2027-2391 l DVD: 2344-7125 l Med - Col 469 La temporalidad reproductiva de la “forma política” y la “forma valor” van de la mano cuando uno es capaz de incidir en la otra, recalcando que éstas se encuentran interconectadas de manera concreta. Aproximaciones finales El espacio teórico que inaugura García Linera es sumamente productivo. Parte de un conocimiento profundo de Marx, al cual “glosa” detenidamente. Sin embargo, ya desde su primera obra subvierte la forma tradicional de lectura de Marx. En cuanto a la obra posterior, en donde el peso El Capital se hace presente de manera determinante, García Linera deja la forma del comentario y emplaza el desarrollo de su propio discurso. Como hemos dicho arriba, existen numerosas posibilidades de asediar la obra. Hemos hecho énfasis en la dimensión política. Ello incluyó en un primer momento desprenderse de la interpretación progresista del marxismo, aquella que aplaudía y glorificaba el despliegue de las fuerzas productivas por el capital, pues consideraba que así el proletariado también se fortalecía. Por el contrario, García Linera al desechar esa hipótesis construye la noción de “punto de vista del proletariado”, en donde lo relevante no es la existencia empírica del sector asalariado, sino la posibilidad de autodeterminación de los productores. Dicha situación no se encuentra de manera extendida en el capitalismo desarrollado, sino en las zonas no capitalistas. Por eso campesinos, lúmpenes y otros sectores pueden oponer una resistencia más feroz y son difícilmente integrables a la precisa maquinaria de la fábrica capitalista:

 “La posibilidad de revolucionarizar la sociedad no radica ni en la cantidad de esas fuerzas productivas, ni en el número de esos proletarios, sino, sobre la existencia más o menos generalizada de estos, sea cual sea su número, en la lucha radical del trabajo vivo por autodeterminarse por encima y en contra del ser impuesto de la burguesía” (García Linera, 1991, p. 289). Si eso era lo que dominaba en un primer momento, el segundo segmento que hemos analizado permite vislumbrar la complejización del discurso que García Linera despliega a partir del concepto de forma valor. 

Referencias Bibliográficas 

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Bonnet, A (2007). Estado y capital. Debates sobre la derivación y la reformulación del Estado. en Thwaites, M (Comp.) Estado y marxismo un siglo y medio de debates. Prometeo, Buenos Aires. 

Cortés, M (2015). Un nuevo marxismo para América Latina, Siglo XXI, Buenos Aires. 

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De Aguiar D (S/f). "Do "autonomismo" ao "Estatismo". Trajetória polìtica e intelectual de Álvaro García Linera". Disponible en: https://www.academia.edu/25897932/Do_autonomismo_ao_Estatismo_Trajet%C3%B3ria _pol%C3%ADtica_e_intelectual_de_%C3%81lvaro_Garc%C3%ADa_Linera [Revisado: julio de 2017] IV Encontro de Grupos de Estudos e Pesquisas Marxistas V9 Nº 2 l jun-dic 2017 l pp 321-574 l ISSN: 2027-2391 l DVD: 2344-7125 l Med - Col 470 García Linera, A (1991). 

De demonios escondidos y momentos de revolución, Ofensiva Roja: La Paz. García Linera, A (2015). Forma valor y forma comunidad, Traficantes de sueños, España. Hirsch, J (2005). ¿Qué significa Estado? Reflexiones acerca de la teoría del Estado capitalista. En Revista de Sociologia e política, No 24. 

Holloway, J & Picciotto, S (1978). State and capital a marxist debate. Edward Arnold, Inglaterra. Marx, K (1982). Escritos de Juventud, Fondo de Cultura Económica, México. Marx, K (2002). Crítica a la filosofía del Estado de Hegel, Biblioteca Nueva, España. 

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Zavaleta, R (2009). “El proletariado minero en Bolivia”. En Zavaleta, René. La autodeterminación de las masas (antología), CLACSO, Buenos Aires.,...)))...

¿Cómo son de racistas los republicanos norteamericanos? Mucho

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Entre los sondeos más respetados y reveladores se encuentra la encuesta anual de las opiniones de los norteamericanos realizada por el Public Religion Research Institute, que difundió el sondeo de este año a principios de esta semana. Contiene pocas sorpresas, pero su detallado interrogatorio de diferentes subgrupos confirma hasta qué punto estamos claramente divididos, sobre todo en cuestiones raciales.

En primer lugar, respecto a la cuestión más importante en la que está pensando todo el mundo, la encuesta concluyó que los norteamericanos preferían a Joe Biden por encima de  Donald Trump por un margen de un 56 % frente a un 42 %, cuando se tenían en cuenta quienes se "inclinaban" hacia uno u otro candidato.

La pregunta de actitud (a saber, no directamente relativa al candidato) que dio como resultado la respuesta con mayor divergencia respecto a la respuesta a la misma pregunta en una encuesta anterior (de 2016) preguntaba a los encuestados si "Dios otorgó a los Estados Unidos un papel especial en la historia humana". Anteriormente, cada vez que se planteaba la pregunta, la mayoría de los norteamericanos contestaba que Sí: en 2016, por un margen de un 57 % frente a un 40 %. Este año, estas cifras casi se invirtieron: el 58% dijo que No, mientras que sólo el 40 % dijo que Sí (el 64 % de los republicanos afirmó que Sí, pero sólo el 32 % de los demócratas). Sólo podemos conjeturar que los efectos acumulativos de la pandemia, los desastres naturales, la consciencia de la violencia policial contra los negros y la presidencia de Trump han hecho más difícil creer a la mayoría de los norteamericanos que conservamos el favor del Todopoderoso.

En cuestiones tanto de raza como de género, las diferencias partidistas son inmensas. Preguntados si la sociedad norteamericana "se ha vuelto demasiado blanda y femenina", el 39 % de los norteamericanos estaba de acuerdo, pero el 59 % discrepaba. Entre los republicanos, el 63% estaba de acuerdo; entre los demócratas, el 24%. Sospecho que es esta una cuestión sobre la que se basa el apoyo del que goza Trump entre los hombres de clase trabajadora de todas las razas.

El PRRI preguntó también a los encuestados si creían que "Siempre mejora el país cuando todos los norteamericanos alzan su voz y protestan por el injusto trato dado por el gobierno". Después, se hizo la misma pregunta, pero substituyendo "todos los norteamericanos" por "los norteamericanos negros". Los demócratas no establecían distinciones entre las dos preguntas: el 71 % contestó que Sí a ambas preguntas. Entre los republicanos, sin embargo, el 49 % creía que el país mejoraba cuando todos los norteamericanos alzaban la voz y protestaban contra el injusto trato del gobierno, pero sólo el 24 % lo creía cuando eran los norteamericanos negros los que alzaban la voz y protestaban. Entre los republicanos cuya fuente de información más fiable es Fox News, la brecha era de un 47 % de Síes en el caso de todos los norteamericanos, frente a sólo un 10 % cuando se trataba de los negros.

Ciertamente, el 57 % de los republicanos creía que los blancos se enfrentan "a mucha discriminación", mientras que sólo el 52 % cree que los negros la sufren. Entre los demócratas, el 13 % declaró que los blancos se enfrentan a mucha discriminación; el 92 % declaró que la sufren los negros.

La condensación eufemística de lo anterior es que los republicanos han consolidado el voto tradicionalista. Una síntesis más clara es que los republicanos se han convertido en un nido de ratas de sexistas y racistas.

 
Harold Meyerson ha sido columnista del diario The Washington Post y editor general de la revista The American Prospect. Considerado por la revista The Atlantic Monthly como uno de los cincuenta columnistas más influyentes de Norteamérica, Meyerson es además vicepresidente del Comité Político Nacional de los Democratic Socialists of America.
Fuente:
The American Prospect, 22 de octubre de 2020
Traducción:
Lucas Antón

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ER´ CHUTE Y ENGANCHADOS EN SUS PUERCAS PESTILENTES IDEOLOGÍAS Y OSCURANTÍSMOS,...SUS CORSÉS ANALÍTICOS, LES LLEVAN AL MÁS PURO ARRIBISMO Y CONSIDERACIÓN HACIA LA RED SISTÉMICA GLOBAL ESTATAL,...EL ESTADO MUNDIAL MULTI-IMPERICAPITALISTA,....ES-MU-GUENO-CHABAL-,...UF, PAPI-MAMI,....¡¡¡¡¡.                                                                                                                                                                              --      Lukydemálaga     --.

2 | 8º Monográfico RB Abhijit Banerjee | uno de los editores del digital Vox.com Alberto Tena | politólogo especialista en políticas públicas y sociales. Berta Lago Bornstein | dirigió la gestión de rentas mínimas para pobres y medidas de inserción en la Comunidad de Madrid entre 2003 y 2013. 
Bru Laín | profesor de sociología en la Universidad de Barcelona, secretario de la Red Renta Básica y miembro del Comité Redacción de SP. Carlos Alvarado Mendoza | instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI). Realizó estudios de Doctorado en Economía en la Pontificia Universidad Católica de Chile donde es Magister en Macroeconomía Aplicada. Carme Porta | madre, feminista, independentista, periodista en diversos medios y miembro de la RRB. Charlie Cockburn | escritor que vive en Londres Cristóbal Ramos Guerrero | abogado, estudiante de Magíster en Ciencia Política de la Universidad de Chile e integrante de la Red Chilena de Ingreso Básico. Daniel Raventós | editor de SP, presidente de la RRB y profesor de la Universidad de Barcelona. Miembro del comité científico de ATTAC. David Casassas | profesor de la Universidad de Barcelona. miembro del Comité de Redacción de SP, vicepresidente de la RRB y de la Junta Directiva del Observatorio de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales (DESC). Esther Duflo | premio nobel de economía (2019) por su trabajo en reducción de la pobreza con Abhijit Banerjee, autores de “Good Economics for Hard Times” Fernando Luengo | economista y activista social. 
Gustavo Buster | editor de SP. Gustavo Pereira | profesor Titular de Filosofía de la Práctica, Universidad de la República (Uruguay). Iñaki Uribarri | economista, miembro del sindicato ESK, la RRB y el consejo Editorial de SP. Iosu Balmaseda | miembro de ARGILAN-ESK y de ESK Jamie Cooke | director del Scotland Royal Society for the Encouragement of Arts, Manufactures and Commerce (RSA). Jonathan Menkos Zeissig | director del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales. Máster en Gobierno y Políticas Públicas en América Latina (UPFIDEC). Jordi Arcarons | catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Barcelona y miembro de la RRB. Julen Bollain | economista, investigador en RB y miembro de Red Renta Básica. Jurgen De Wispelaere | investigador del institute for Policy Research y profesor en la Universidad de Bath Laura Garcés | doctora en Ciencias Sociales. Directora Maestría en Políticas Sociales de la UNSJ. Miembro de la RIPPSO (Red Interuniversitaria de Posgrados en Políticas Sociales) y de REDAIC (Red Argentina de Ingreso Ciudadano). Autores y autoras sinpermiso | 
3 Leo Matilla | trabajadore social y edita el blog “rtsocial” sobre trabajo social. Lluís Torrens | economista, director de Innovación, Área de Derechos Sociales, Ayuntamiento de Barcelona y profesor de la Escuela Superior de Comercio Internacional-UPF, miembro de la RRB y la Asociación REVO prosperidad sostenible. Maciej Szlinder | doctor por el Instituto de Filosofía de la Universidad Adam Mickiewicz (Poznan), presidente de la Red Polaca de la Renta Básica, editor de la revista Theoretical Practice y miembro de la Ejecutiva del partido Razem. Manuel Delgado Cabeza | economista. Profesor de la Facultad de Económicas de la Universidad de Sevilla hasta 2018. María B. Varela | matemática. Miembro del Colectivo Renda Básica da Coruña y ATTAC Galicia. Nuria Alabao | periodista y doctora en Antropología Social y Cultural, miembro de la Fundación de los Comunes y editora de la sección de Feminismos de Ctxt. Pablo Yanes | ex Director General del Consejo de Evaluación del Desarrollo Social, Ciudad de México, coordinador de Investigaciones CEPAL-México. Pura Sánchez | conocida feminista y escritora andaluza. Paco Ramos | doctor en derecho, director Ejecutivo Estrategias de Empleo de Barcelona Activa del Ayuntamiento de Barcelona y miembro de la RRB. Philippe van Parijs | miembro del Consejo Editorial de SP, fundador de la BIEN, profesor de la Universidad de Lovaina, y director (1991-2017) de la Cátedra Hoover de Ética Social y Económica. Rafael Borràs Ensenyat | ex-secretario de la Fed. Comercio, Hostelería y Turismo y miembro de la Comisión Ejecutiva de CC.OO. (Illes Balears). Colabora con varios medios sobre asuntos sociolaborales y turismo. Miembro de la Red Renta Básica. Rodri Gil | activista y comunicador social, educador social (Universidad de A Coruña), miembro del Colectivo Renda Básica de A Coruña y de Cuac - FM (radio comunitaria de A Coruña). Rubén Lo Vuolo | director del Centro Interdisciplinario para el Estudio de Políticas Públicas, Buenos Aires, y presidente de la Red Argentina de Ingreso Ciudadano. Sergi Raventós | trabajador social, doctor en Sociología (UAB), miembro de la RRB y colaborador habitualmente de SP. Sarah Babiker | periodista madrileña, especializada en género que escribe en El Salto, CTXT, Tribuna Feminista. Tinixara Guanche | ex-parlamentaria vasca por Elkarrekin Podemos. Canaria de nacimiento, vasca de elección, es trabajadora social, militante de Argilan y defensora de la renta básica incondicional.
 4 | 8º Monográfico RB Situación social y renta básica universal en Andalucía Manuel Delgado Cabeza Los sindicatos, el trabajo asalariado y la existencia material garantizada Daniel Raventós Feminismo andaluz y renta básica: una alianza necesaria Pura Sánchez Desahucios a palos contra Derechos Humanos Rafael Borràs Ensenyat Recursos y autonomía para todas: Un manifiesto feminista por la renta básica AAVV Un calzoncillo no es un traje y cualquier cosa no es la renta básica Daniel Raventós Por una renta básica universal Charlie Cockburn Tom Paine y la Renta Básica ¿Un nuevo contexto? Alberto Tena Es el momento de la Renta Básica María B. Varela y Rodri Gil La renta de la supervivencia Carme Porta y Sergi Raventós Índice de artículos Crisis sanitaria y económica:
una oportunidad para los beneficios de la renta básica Gustavo Pereira Coronavirus, precariedad e Ingreso Básico de emergencia: algunas reflexiones desde Chile Cristóbal Ramos Guerrero Si el Gobierno es feminista que decrete una renta básica Sarah Babiker y Daniel Raventós Libertad incondicional y trabajo libre en sociedades pluriactivas: 
¿qué papel para la renta básica? David Casassas Renta básica, pandemia y recesión Rubén Lo Vuolo, Daniel Raventós y Pablo Yanes El coronavirus es una crisis para el mundo en vías de desarrollo, pero no tiene por qué ser una catástrofe Esther Duflo y Abhijit Banerjee Una renta básica en la actual situación y más allá. De momento, gana la banca Nuria Alabao, Bru Laín y Daniel Raventós “¿Quien no llora, no mama?”, o porque hay gente que no solicita prestaciones económicas Bru Laín Renta básica: el veredicto final de Finlandia Philippe van Parijs Contra los prejuicios: está de acuerdo con la RB el 56% de la ciudadanía Julen Bollain, Daniel Raventós y Lluís Torrens Se acerca una epidemia en salud mental y tal vez podríamos evitarla Sergi Raventós 9. 11. 15. 17. 21. 23. 25. 28. 33. 35. 37. 39. 41. 43. 50. 53. 56. 61. 67. 70. 72. sinpermiso | 5 No es un debate sencillo, pero el miedo y la contención no son el camino Tinixara Guanche y Julen Bollain Nuevos modelos para financiar una renta básica incondicional y universal Jordi Arcarons, Daniel Raventós y Lluís Torrens Argumentos socialistas en favor de la Renta Básica David Casassas, Daniel Raventós y Maciej Szlinder Un horizonte feminista: 
la renta básica Carme Porta y Sarah Babiker Preparando a la sociedad para enfrentar la pandemia: un argumento a favor de la Renta Básica Jamie Cooke y Jurgen De Wispelaere “Detrás de la asistencia social sigue existiendo una mirada franquista, de caridad”. Entrevista Berta Lago Bornstein IMV. No sé cómo poner un título formal para decir: “nos lo han colao” Leo Matilla El Ingreso Mínimo Vital visto desde el País Vasco: una ocasión perdida Iñaki Uribarri ...Y llegó también el Trabajo Social a favor de la Renta Básica Rodri Gil y Sergi Raventós La oportunidad de un ingreso ciudadano universal Laura Garcés Intervención de Daniel Raventós en la “Comisión de reconstrucción económica y social” Daniel Raventós Los Estados centroamericanos pueden y deben avanzar hacia la implementación de una renta básica universal Carlos Alvarado Mendoza y Jonathan Menkos Zeissig Manifiesto LGBTI por una Renta Básica Universal AAVV Renta básica universal o repensar la sociedad. 
Entrevista David Casassas Consideraciones a raíz del Ingreso Mínimo Vital: leer la letra pequeña, mantener la mirada larga Bru Laín Una renta básica universal para equilibrar la riqueza. Entrevista David Casassas El desastre del Ingreso Mínimo Vital y la estupidez: Cipolla tenía razón Jordi Arcarons, Paco Ramos, Daniel Raventós, Sergi Raventós y Lluís Torrens Los trabajadores y trabajadoras necesitan la renta básica Fernando Luengo En marcha por una renta básica incondicional europea Julen Bollain, Daniel Raventós y Sergi Raventós Una iniciativa ciudadana europea por la renta básica Gustavo Buster y Daniel Raventós Una Renta Básica que proteja la dignidad colectiva Sergi Raventós Hay que acabar con los experimentos sociales con los pobres Lluís Torrens 75. 78. 91. 104. 107. 111. 115. 119. 127. 130. 132. 141. 145. 147. 152. 158. 162. 167. 169. 172. 176. 180. 6 | 

8º Monográfico RB La Renta Básica en la era de los proyectos piloto Julen Bollain “La neutralidad republicana significa intervención activa, no tolerancia pasiva y que gane el más poderoso.” Entrevista Daniel Raventós Iniciativa Legislativa Popular por una renta básica incondicional en la Comunidad Autónoma Vasca Iñaki Uribarri Manifiesto de las personas psiquiatrizadas por una Renta Básica Universal AAVV Renta Básica: año cero Sarah Babiker 183. 186. 192. 196. 198. sinpermiso | 
7 Lector, lectora: Muy complicada es la actual situación social, económica y política. Es cosa sabida:
 internacionalmente las perspectivas económicas y sociales son muy negativas para lo que queda de año y buena parte del 2021. En el caso del reino de España las perspectivas económicas son las peores: 
la previsión de un decrecimiento del PIB por encima del 11% al finalizar el 2020 es la peor de la Unión Europea. La constatación de un aumento del paro real y de la pobreza derivados de la situación económica superan también las expectativas más negras que se tenían al comienzo de las medidas derivadas de la pandemia del COVID-19. Se hace difícil encontrar una palabra más adecuada que describa la situación actual y la que se avecina: extraordinaria. Tan extraordinaria es la situación que muchas personas escépticas con la propuesta de la renta básica la defienden ahora ante la nueva situación. Personas que a la vez alertan de la completa insuficiencia de las medidas habituales en circunstancias normales. Pondremos dos ejemplos. 
De lo primero, David Trueba declaró en una entrevista reciente al Diario de Mallorca: Presentación “Antes de la pandemia, pensaba que tenían razón quienes decían que había una cierta insostenibilidad económica en expandir una renta básica universal. Los leía. Me parecían interesantes. Pero ahora pienso que podemos coger los libros de economía de los últimos 25 años y guardarlos en el trastero de casa. Porque ya no funciona nada de lo que propugnaban sus autores. Es papel mojado. Ahora hay un nuevo orden económico y creo que va a ser fundamente aplicar la renta básica universal. Ahora nos vamos a encontrar con un problema social que debe ser afrontado desde la economía. Pero enfocada ésta en el sentido de que la prioridad son los ciudadanos. Hay que protegerlos a ellos.” Ejemplo de lo segundo. 
Juan José Millás, en una entrevista del mes de julio, declaraba: “El paro estructural va a crecer una barbaridad, de manera que el Ingreso Mínimo Vital, que lo han vendido como un gran avance, ya es viejo. La única solución real para el mundo que viene es la renta básica universal, porque va a haber un ejército de gente que no va a trabajar en su vida, o sea, que va a nacer y a morir sin saber qué es ganarse la vida.” Son dos ejemplos, solamente dos, de un estado de opinión que es creciente: la renta básica es una medida que está llamando a la puerta. Este libro se publica cuando hace pocas semanas que empezó, exactamente el 25 de septiembre, la recogida de firmas de la iniciativa ciudadana europea por una renta básica. Desde aquella fecha ha empezado a contar el plazo de un año para conseguir un millón de firmas en toda Europa para esta iniciativa. Como puede leerse en uno de los artículos recogidos en este libro: 
8 | 8º Monográfico RB “No sabemos si se logrará el millón de firmas hasta finales de septiembre del año 2021 en favor de una renta básica europea. En el más modesto de los objetivos servirá para que miles de personas de toda Europa se impliquen activamente en la campaña y que centenares de miles de ciudadanos y ciudadanas conozcan las inmensas posibilidades de esta propuesta. Y, quien sabe, quizás pueda servir también para que la renta básica sea una propuesta de realización mucho más cercana de lo que algunos están dispuestos a admitir. En todo caso, valdrá la pena intentarlo.” En este nuevo libro electrónico sobre la renta básica que edita Sin Permiso, se ha seleccionado una parte de los artículos, entrevistas y otros materiales que se han publicado a lo largo de lo que llevamos transcurrido del año 2020, el año 1 de la pandemia del COVID-19. Es decir, están incluidos los materiales que se publicaron muy poco antes de declararse la pandemia, así como los publicados durante los primeros meses del confinamiento y las medidas sociales y económicas puestas en marcha por este motivo y, finalmente, artículos más recientes. Son escritos y entrevistas de docenas de autores y autoras que representan una muestra de las razones sobre la necesidad de que la renta básica sea tomada en cuenta de la forma más inmediata posible. Esperamos que sea un libro útil. Buena lectura. 
Noviembre 2020 sinpermiso | 9 Situación social y renta básica universal en Andalucía Manuel Delgado Cabeza | 21/11/2019 :
Que en Andalucía estamos en una situación de emergencia social no es nada nuevo. Así lo vuelve a poner de manifiesto el Informe sobre exclusión y desarrollo social elaborado para Cáritas por la Fundación Foessa, recientemente presentado. Según los datos contenidos en este Informe, nuestra capacidad para apropiarnos de valores monetarios (a los que el sistema confunde con la riqueza), que ya era muy pequeña, se ha hecho todavía menor desde 2008. El diferencial andaluz en renta por habitante con respecto a la media española se ha ampliado en este período y lo mismo ha ocurrido con las rentas salariales, en un camino que nos sumerge más en la marginalidad y la subalternidad. En parte como consecuencia de la caída de un “aquelarre” inmobiliario alimentado desde el sistema político que enriqueció a unos pocos con consecuencias lamentables para la gran mayoría. En la misma dirección, la trayectoria de la tasa de desempleo ha ampliado su diferencia con respecto a la media del estado en estos diez últimos años, con el desempleo de larga duración duplicando su peso dentro de los desempleados, afectando ahora casi a la mitad. Casi tres millones de personas están en Andalucía en situación de exclusión económica, (32,7%), habiendo tenido lugar una “cronificación y agravamiento de las situaciones de exclusión”, con dos connotaciones: 
“tendencia del aumento del espacio de la exclusión de los hogares sustentados por mujeres” y “una de cada tres personas sustentadoras trabajando se encuentra en exclusión social”, de modo que “cada vez son más importantes los mecanismos de protección de garantía de rentas ante la debilidad del ingreso por trabajo”. Hoy en Andalucía el trabajo dependiente, cada vez más precarizado y servil, es crecientemente un mecanismo de generación de pobreza y exclusión social. La gravedad de esta situación subraya en sí misma el fracaso sin paliativos de las políticas sociales al uso frente a la pobreza y la exclusión social. Para una parte cada vez más importante de la población andaluza se aleja crecientemente el derecho a disponer de recursos que le permitan una vida digna. En una realidad de estas características La Renta Básica Universal Incondicional (RBUI) puede ser una forma de garantizar la existencia material al conjunto de la población. Recordemos la definición que de la Renta Básica Universal Incondicional (RBUI) da la propia red de renta básica: “un ingreso pagado por el estado a cada miembro de pleno derecho o residente en la sociedad, incluso si no quiere trabajar de forma remunerada, sin tomar en consideración si es rico o pobre o independientemente de cuáles sean las posibles fuentes de renta y sin importar con quién conviva”. Quizás habría que aclarar que, aunque es universal, no todo el mundo sale ganando. Se trataría de que quienes están en la cúspide de la pirámide de ingresos paguen impuestos por una cantidad mayor que la que pagaban antes. Una cantidad adicional que esté por encima de la que perciben como RBUI. De manera que sale ganando la gran mayoría de la población (más del 80%) y paga más sólo la minoría más rica. Técnicamente, la viabilidad de la reforma del sistema de impuestos está sobradamente probada. Frente a los subsidios condicionados, la RBUI evita la complejidad burocrática que suponen los sistemas de control y también las estigmatizaciones. Aunque lo que más diferencia a la RBUI del resto de los subsidios no,...  
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,...es una cuestión técnica; es que supone tomar partido por una opción que tiene una potencialidad política claramente diferenciada y radical. Porque los demás subsidios están concebidos para mantener a las personas sujetas a la necesidad de aceptar cualquier empleo; diseñados para que continúe la dependencia de un trabajo cada vez más escaso y servil que nos hace esclavos, de modo que los subsidios son un pilar fundamental para el mantenimiento de este orden establecido en el que la vida de la mayoría está al servicio de los intereses de unos pocos. La RBUI facilita que podamos negarnos a vivir sometidos a las servidumbres que el sistema nos impone, ampliando nuestros grados de libertad y ensanchando nuestra capacidad de decisión, individual y colectiva, porque garantizar la existencia material es la primera premisa para hacer posible la libertad. Facilitaría que podamos rechazar trabajos dañinos para quien los hace o para la sociedad; haría posible que pudiéramos negarnos a trabajar “a cualquier precio”. Esta posibilidad es especialmente interesante en Andalucía, donde nos dedicamos a las tareas más penosas y peor valoradas en el sistema, asociadas a condiciones de extrema precariedad y salarios de miseria. La RBU nos permitiría negarnos a desempeñar esas tareas sobre las que recaen los mayores costes sociales y ecológicos y que sostienen nuestro papel de economía dependiente y ahondan nuestra subalternidad. La RBU podría así ayudarnos a ir separándonos de los espacios construidos y controlados por el capital en nuestra contra, favoreciendo la posibilidad de crear espacios que funcionen a favor de la mayoría, haciendo más fácil la transición hacia otras maneras de entender la vida y de vivir. Nuevas maneras de organizarnos que permitan el mantenimiento de la vida social y natural más allá del trabajo servil que nos deshumaniza, abriendo la puerta a formas de integración no sujetas al empleo, formas de trabajo cooperativas, comunitarias, regidas por principios de autogestión y autoorganización. Desde la protección de la libertad y la autonomía, y como uno de los ejes vertebradores de la garantía de la existencia material, la RBU podría también facilitar la igualdad entre hombres y mujeres, favoreciendo repartos equitativos de todos los tipos de trabajo: el remunerado, los de cuidados o el trabajo voluntario. La RBU podría así favorecer el camino para transitar hacia situaciones que aminoren el conflicto entre el capital y la vida reflejado en cuatro ámbitos: el trabajo dependiente, la consolidación y el ascenso del patriarcado como forma de dominación y explotación de la mujer, el extractivismo o explotación de los pueblos periféricos e inferiorizados y el deterioro de la naturaleza. Sin ser el remedio de todos los males, la RBUI sí puede ser una pieza clave dentro de una cada vez más necesaria estrategia emancipatoria colectiva construida de abajo a arriba. 
Conseguir la implicación y la participación de la mayoría para construir entre todas y todas esta estrategia es difícil; quizás lo más difícil en esta situación de desactivación social e incluso de “servidumbre voluntaria” que el sistema político y económico ha propiciado. Pero es también lo más necesario. Fuente: Este es un resumen de la intervención del autor en el XIX simposio de la Renta Básica celebrado los días 17, 18 y 19 de octubre en Sevilla. sinpermiso | 11 Los sindicatos, el trabajo asalariado y la existencia material garantizada Daniel Raventós | 12/11/2019 Me invitan a participar en este “debate abierto” de Público sobre “Repensar la economía con los trabajadores y trabajadoras”. 
Voy a apuntar una parte de lo que me parece más interesante de un debate con este título. Los tiempos cambian y algunos miran a otro lado. Es habitual el miedo a los cambios. Y los sindicatos, con los enormes méritos que tienen, no son precisamente la “vanguardia” del cambio intelectual. Quizás no les corresponda, pero sí sería deseable algo más de flexibilidad. 
Pertenezco a CC.OO. desde hace 40 años, he participado en estructuras de dirección en distintos momentos y creo que puedo decir que no hablo de oídas. Pondré y desarrollaré un ejemplo. La propuesta de la renta básica, una asignación monetaria pública a toda la población de forma incondicional, ha sido debatida por académicos, activistas sociales, políticos… y muy poco por los sindicatos en general, con evidentes y heroicas excepciones. Pero los sindicatos han tomado claramente posición contraria. ¿Por qué los sindicatos son tan reacios ante una propuesta que aborda directamente temas como la robotización, el papel del trabajo asalariado, la dignidad de la existencia material? Las objeciones del mundo sindical han estado basadas en argumentos que pueden resumirse de la siguiente manera. 
1) Se argumenta contra la renta básica que los sindicatos perderían fuerza porque debilitaría su potencial de acción colectiva, ya que la renta básica aumenta el poder de negociación individual de los trabajadores. Al aumentar el poder de negociación individual, la capacidad colectiva de la clase trabajadora quedaría debilitada y podría convertirse en un “sálvese quien pueda” insolidario. 
2) Como el grueso de la afiliación sindical está compuesta mayoritariamente por trabajadores con contratos de trabajo estables a tiempo completo y bien pagados en relación a la media (entiéndase, bien pagados “en relación a” quiere decir únicamente que los otros están peor pagados) algunos sindicalistas opinan que esta facción de la clase trabajadora podría salir perdiendo económicamente debido a las reformas fiscales que se requerirían para poder financiar una renta básica. 
3) Un tercer argumento asegura que la renta básica podría servir de pretexto para desmantelar el Estado del bienestar: educación y sanidad públicas, principalmente. Materia sensible al mundo sindical porque se ha luchado mucho para tener unas buenas sanidad y educación públicas y también se ha luchado contra el ataque a las mismas. La renta básica sería “un cheque” a cambio de la privatización y degradación de las que fueron en su momento buenas sanidad y educación públicas. 
4) Se ha aducido también que los empresarios harían presión para reducir los salarios ya que con la renta básica argumentarían que parte de los salarios estarían cubiertos. Argumento que a veces se acompaña con el de “los alquileres”. Si se ha dado en algún momento algún tipo de ayuda a jóvenes, por ejemplo, para conseguir menos difícilmente la vivienda, los propietarios han subido los alquileres.
 5) La renta básica se opone a la cultura del empleo que ha sido hegemónica, como no podía ser de otra manera, en el mundo sindical. El hecho de 12 | 8º Monográfico RB ser una propuesta que desvincula la existencia material del empleo y de los derechos a él vinculados, resulta otra de las objeciones fundamentales, sea formulada en estos o, en parecidos términos, de gran parte de los sindicatos. 
6) Una variante importante de esta objeción sindical es que lo importante es el pleno empleo. Dar trabajo remunerado a la gente es lo que da dignidad y lo demás son paliativos. 
7) La renta básica podría adormecer o apaciguar la capacidad de lucha de la clase trabajadora al asegurarle una mínima existencia y ello comportaría que los empresarios puedan hacer y deshacer sus proyectos con mayor tranquilidad. Esta situación acabaría redundando en una mayor explotación de la clase trabajadora porque la pasividad que comportaría la renta básica acabaría perjudicando sus condiciones salariales y de bienestar social. Las respuestas a estas 7 objeciones de los sindicatos pueden resumirse de la siguiente forma. 
1) El poder de negociación individual de los trabajadores, con una renta básica, aumentaría sin ninguna duda, posibilitando la salida del llamado mercado de trabajo cuando las condiciones se consideran inaceptables. Pero que el poder de negociación individual aumente no significa que deba salir perjudicado el poder de negociación colectivo sindical. Como algunos pocos sindicatos y muchos más sindicalistas han visto, muy al contrario, en caso de huelga de larga duración una renta básica podría actuar como una caja de resistencia. Una huelga de larga duración es muy difícil de sostener por la pérdida grandiosa de salario en proporción a los días de la misma. 
2) Cada vez es mayor el número de personas asalariadas que no tiene contratos estables a tiempo completo. Es más, el contrato estable, lo que hace pocas décadas se llamaba “contrato fijo”, es algo que no existe. Excepto los funcionarios públicos, nadie tiene el puesto de trabajo “fijo” como equivalente de “asegurado”. El posible conservadurismo de algunos trabajadores con contratos relativamente bien pagados contrarios a la renta básica (“es una vergüenza que haya gente que cobre ‘sin hacer nada’ mientras yo tengo que levantarme a las 6 de la mañana para ganarme el pan”), no debe hacer perder de vista el inmenso número de personas en situación contractual peor que saldrían ganando. Además, hay un error técnico con esta prevención sindical: la inmensa mayoría de afiliados a los sindicatos saldrían ganando con la financiación de una renta básica como la que hemos propuesto desde hace ya algún tiempo. Véase por ejemplo aquí. 
3) Sobre la “destrucción” del Estado de bienestar. Se ha escrito y mostrado muchas veces, pero no importa repetirlo: los defensores de derechas pretenden desmantelar el Estado del bienestar “a cambio” de la renta básica. Cierto. Pero también lo es que los defensores de izquierdas de la renta básica pretenden una redistribución de la renta de los más ricos al resto de la población y el mantenimiento, e incluso el fortalecimiento, del Estado del bienestar. Una retorcida, pero quizás propagandísticamente efectiva forma de embrutecer la discusión o de confundirla es meterlos a todos en el mismo saco. Hay quien incluso niega que la renta básica sea de derechas o de izquierdas. Pero esto pertenece más al museo de las curiosidades estrambóticas que a cualquier campo de mínimo interés. 
4) Que los empresarios pujarán para intentar reducir los salarios con una renta básica es el mismo argumento que se ha llegado a dar por parte sinpermiso | 13 de los sindicatos en Italia, por ejemplo, para impedir que se instaure un salario mínimo interprofesional. Opinión que los sindicatos de los Estados en donde existe un salario mínimo interprofesional no solamente no comparten sino de la que discrepan ferozmente. Parece como si el mismo argumento sirviese para justificar la situación “x” y su contraria. Ello no es lógicamente posible. 
5) Sin entrar en este punto a las perspectivas del empleo por robotización que deben ser consideradas racionalmente en cualquier análisis que se haga sobre el futuro del trabajo remunerado, la renta básica, aunque efectivamente desvincula la existencia material del empleo y de los derechos a él vinculados, no es incompatible ni se opone al empleo. Proporciona una forma flexible de compartirlo. A quien trabaja remuneradamente muchas horas, tiene con la renta básica más fácil reducir su horario de trabajo. En palabras de Van Parijs: “Permite a quienes no tienen trabajo escoger el trabajo así liberado, tanto más fácilmente en la medida en que pueden hacerlo sobre la base de un tiempo parcial. Y el suelo firme que proporciona la renta básica permite un tránsito más fluido entre empleo, formación y familia, lo que debería reducir la aparición del agotamiento y la jubilación temprana, permitiendo que la gente extienda el empleo a una parte más prolongada de su vida”. El reparto del tiempo de trabajo se vería incentivado porque personas que en algún momento de su vida precisasen de mayor tiempo por distintas razones (cuidado de alguna persona, estudios, descanso…) tendrían mayores posibilidades de elegir con una renta básica que sin ella. 
6) En esta variante de la objeción disponemos al menos de una respuesta fáctica y otra normativa. Empecemos por la primera. Desde 1978 hasta hoy, para Estados de la OCDE, el campeón mundial es el Reino de España, lugar donde la tasa de desempleo ha superado el 15% en 30 años distintos en un periodo de 39 años, de 1978 a 2019. El segundo Estado en tan triste competición está en el cómputo de años ¡a poco más de un tercio! Ser partidario del pleno empleo es admirable, casi heroico (en el caso del Reino de España, propio de mentes ciclópeas cargadas de buenos deseos), pero además hay que especificar si se habla de un pleno empleo en condiciones semiesclavas o en condiciones dignas. Los sindicatos seguro que apuestan por las segundas, la pregunta es: ¿no es la renta básica una medida interesante mientras no se llegase a esta situación de pleno empleo en condiciones dignas? Para algunos incluso entre los que me incluyo sería una buena medida con pleno empleo, pero para los supporters incondicionales del mismo sería al menos aconsejable el apoyo momentáneo. La respuesta normativa se dirige a las aseveraciones frecuentes más sentimentales que racionales del tipo “el trabajo dignifica”. Hay muchas más razones normativas para asegurar que lo que dignifica es tener la existencia material garantizada. Muchos autores, tan distintos en tiempo y formación como Aristóteles y Marx, no tenían la menor duda de que el trabajo asalariado es “esclavitud a tiempo parcial”. Y esclavitud es la palabra contraria a cualquier consideración interesante de libertad. 
7) Sobre la pasividad de la clase trabajadora que comportaría una renta básica: lo que indudablemente puede constatarse es que la situación provocada por la crisis económica y las políticas económicas que se han puesto en funcionamiento a partir de entonces, ha provocado una situación de miedo a perder el puesto de trabajo y a aceptar cada vez condiciones de trabajo peores. Como los propios sindicatos constatan. Miedo que constatan y que a menudo sirve para justificar la no convocatoria de movilizaciones. El efecto disciplinador que supone una cantidad muy elevada de trabajadores en paro, que ya fue estudiado por 14 | 8º Monográfico RB economistas como Michal Kalecki, actúa de forma implacable. Efecto disciplinador que se traduce en aceptación casi acelerada de condiciones salariales y de trabajo más precarias ante el miedo a la “pérdida principal”: la del puesto de trabajo. Es una parte, pero una parte importante, de la historia de los años transcurridos después del estallido de la crisis y de las políticas económicas austeritarias. Una renta básica rompería este efecto disciplinador que dispone el capital contra la población trabajadora. Algo que los sindicatos deberían valorar muy seriamente. Finalmente, otra confusión que en algún intercambio de opiniones con sindicalistas he observado. Se aduce que la renta básica no es suficiente para abordar algunos de los problemas importantes de tipo económico y social que hoy tenemos planteados. Cierto, pero la confusión es juzgar a la renta básica como una política económica completa. La renta básica sería una medida sin duda importantísima de política económica. Pero no toda una política económica. Otras medidas de política económica que deberían tomarse serían la imposición de una renta máxima, un control público de la política monetaria y una reducción de la jornada laboral. Por citar solamente tres. Toda política económica es una opción social: a quién se favorece y a quién se perjudica. No hay una política económica que favorezca a “toda la población”. Una renta básica es una opción de política económica que, junto con las apuntadas entre otras, apuesta por garantizar la existencia material de toda la población, condición republicana para ser libres. 
Fuente: http://espacio-publico.com/repensar-la-economia-con-las-trabajadoras-y-trabajadores/comment-page-1#comment-6718 sinpermiso | 
15 Feminismo andaluz y renta básica: una alianza necesaria Pura Sánchez | 03/11/2019 
Qué pasaría si recibiera una renta básica suficiente e individual una jubilada, con pensión no contributiva de 392 euros; una joven estudiante, con una pensión de orfandad de 195 euros; una madre de dos hijos, que se dedica a la prostitución; una mujer divorciada con una pensión compensatoria de 500 euros mensuales y dos hijos a su cargo; una mujer de mediana edad, con un largo currículo de hormiga laboriosa, que debe hacer frente a su sustento y a su vejez; una inmigrante que realiza un trabajo no cualificado, que es tanto como decir esclavo… Qué pasaría si recibiera una renta básica suficiente una empleada doméstica, que cobra a 10 euros la hora, una kelly, a quien se paga 3 euros por arreglar una habitación de hotel, una chica con diversidad funcional, que está tratando de independizarse, con una pensión que no alcanza los 400 euros mensuales, una mujer gitana, vendedora ambulante, una jornalera del campo, que tiene que mendigar jornales para alcanzar un subsidio de miseria… Precisamente por la situación real que padecen las mujeres en Andalucía, ratificada una y otra vez por la tozudez de los informes micro y macro económicos, es urgente plantear la conveniencia de la renta básica desde una perspectiva encarnada, que explicite lo que queremos decir cuando afirmamos que la pobreza tiene rostro de mujer. Porque este ejercicio de concreción tendría la virtud de poner en su sitio muchos argumentarios y estudios de salón, que en poco se acercan a la realidad de las personas. 
El feminismo también debe sentirse interpelado por esta cuestión y pensar en las mujeres de carne y hueso. Es comprensible que, desde los feminismos se tema que la implantación de la renta básica refuerce los estereotipos y el lugar de “no poder” que actualmente ocupan mayoritariamente las mujeres, ahondando la división sexual del trabajo existente. Es comprensible que se piense si la implantación de la renta básica pueda provocar una caída de la participación femenina en el ámbito mercantil y un incremento de su presencia en el ámbito doméstico, aumentando de este modo la situación de desprotección y vulnerabilidad de las mujeres. Pero sospecho también estas y otras reticencias están lastradas por algunos planteamientos que es urgente superar. En primer lugar, los feminismos al menos en Andalucía, no acaban de superar una cierta sacralización de la idea del trabajo remunerado; en el fondo, se piensa que si el trabajo remunerado aliena es porque se hace en malas condiciones. Sin embargo, hace mucho que el trabajo remunerado dejó de ser el billete para que las mujeres abandonaran la domesticidad. El trabajo asalariado ha empoderado a los hombres trabajadores, pero no a las mujeres trabajadoras, que siguen siendo pobres, salarialmente y en recursos. Es más, se sigue pensando en el trabajo asalariado y en la familia como cuestiones alternativas, cuando ambos ámbitos son instrumentos disciplinarios para el mantenimiento de la división sexual del trabajo. En segundo lugar, se sigue invocando una idea poco crítica de la igualdad, sin preguntarse con quiénes queremos igualarnos y en qué. En el fondo, sobre algunas de estas reticencias planea la vieja y patriarcal desconfianza en las mujeres, que no es otra cosa que su no consideración como sujetas políticas, con derecho y capacidad de decidir como sujetas soberanas. 
16 | 8º Monográfico RB De manera general, la propuesta de una renta básica universal, incondicional, suficiente e individual, en principio quizás no tenga en sí misma potencialidad género-transformativa suficiente, sin embargo, sería un punto de partida para un cambio estructural, teniendo en cuenta que sería necesario abordar la eliminación de la división sexual del trabajo y los mecanismos y estructuras que sostienen la desigualdad de género. Una redistribución radical de la renta, como es esta renta básica de la que hablamos (y no cualquiera de los subsidios ya implantados con mayor o menos extensión), tiene que ir acompañada también de una redistribución de los tiempos de trabajo reproductivo y de cuidados, así como de una redistribución de las oportunidades. También es necesario, particularmente en el caso de las mujeres, que entendamos el concepto de pobreza no solo en términos monetarios, sino de tiempo y de emociones (el desánimo ante el presente, el miedo y la incertidumbre ante el futuro). Hablamos, por tanto, de un cambio de paradigma, que requeriría cambios en lo cultural, pero también en ideológico, afectando a los estereotipos patriarcales. Necesitamos entender, como dice Federici, que “la violencia contra las mujeres es un sabotaje de la lucha anticapitalista”, para comprender las posibilidades de la implantación de la renta básica en esta lucha contra la violencia, que es patriarcal y capitalista. Una de las señas de identidad del feminismo andaluz debería ser precisamente la reivindicación de la renta básica, tanto porque las mujeres andaluzas padecen un alto grado de pobreza de todo tipo, como por el hecho de que su implantación sería un instrumento para que lxs sobrantes, mayoritariamente mujeres, se articularan como sujetas soberanas, con un mayor grado de autonomía, de capacidad de decidir sobre la vida, el tiempo y los deseos, individuales y colectivos. En definitiva, el feminismo andaluz, que pensamos y necesitamos como una potente herramienta transformadora, debe aspirar a construir el sujeto político que reclame la renta básica como el derecho a tener garantizada la supervivencia. Urge que el feminismo andaluz dé un paso más: 
si en estos años de crisis empujadas por la necesidad de sobrevivir, nos hemos hecho expertas en la creación de redes de resistencia y solidaridad, ahora es el momento de pasar a la ofensiva, sin idealizar estos espacios a los que nos ha empujado la miseria capitalista para sobrevivir. Hay que pensar un sujeto político reclamante de la renta básica construido como un sujeto soberano, en lo individual y en lo colectivo. Avancemos en la construcción del feminismo andaluz construyéndonos como sujetas soberanas, con capacidad de decisión para hacernos con el timón de la propia vida. La renta básica no es la renta mágica, pero representa una oportunidad de desatar el nudo que liga nuestros deseos a nuestras necesidades. Fuente: https://portaldeandalucia.org/opinion/columnas/feminismo-andaluz-y-renta-basica-una-alianza-necesaria/ sinpermiso | 17 Desahucios a palos contra Derechos Humanos Rafael Borràs Ensenyat | 13/12/2019 En la ciudad de Palma -la capital de la comunidad autónoma de las Islas Baleares- este 10 de diciembre de 2019 se vivió de forma un tanto peculiar el Día de los Derechos Humanos. Mientras las instituciones hacían actos institucionales llenos de retórica, un grupo de activistas de la Plataforma STOP Desahucios, se concentraba frente el número 3 de la calle Parc, cerca del barrio palmesano de Santa Catalina, que es una de las zonas que sufrió tempranamente la gentrificación por la llegada de vecinos del norte de Europa y convirtieron la vivienda en pura especulación, y el derecho a ella en una quimera para las personas no muy ricas. El lugar de la concentración de los y las activistas no está lejos del barrio de Son Espanyolet, donde el movimiento vecinal está en pie de guerra contra la invasión del turismo vacacional que los quiere gentrificar. 
En la proximidad de estos dos escenarios de luchas, más o menos explicitas, por el Derecho a la Ciudad, y mientras en los solemnes salones institucionales se hacían discursos (quizás alguien citó retóricamente el artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH), que afirma que “toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y, en especial, la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez y otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad”), se iba concentrando gente con el objetivo de impedir el desahucio de una familia que acumulaba una deuda de 2.500 euros por varias mensualidades de alquiler. El goteo de desahucios es, en la actual fase de negación del derecho a una vivienda digna, muy mayoritariamente por el encarecimiento especulativo de los alquileres, en un contexto en el que las Reformas Laborales de 2010 y 2012 impiden que los salarios ganen capacidad adquisitiva. 
Supongo que la burocracia del aparato de justicia no atiende a conmemoraciones como la del Día de los Derechos Humanos, pero la coincidencia con uno de los desahucios más crueles de los que últimamente se han producido en Palma no deja de ser una buena ocasión para insistir en la imposible convivencia de neoliberalismo y derechos humanos, que Julie Wark explica en su “Manifiesto de derechos humanos”. Un texto que, por cierto, conviene releer tanto en tanto. El caso es que, en torno a este levantamiento se pueden hacer varias reflexiones interesantes, que van más allá del caso concreto. Pero, primero, contextualicemos en caso: Oscar Kacper Szczesniak Kalinowski (Palma, 2002) es un joven que se mueve en silla de ruedas, y que, con solo 17 años, ha sido operado 26 veces como consecuencia de la docena de enfermedades crónicas que padece. Todo ello no le impide tener, al menos en apariencia, una energía resistente envidiable. Lo demostró protestando contra el anunciado desahucio frente el Parlamento de las Islas Baleares, en el Pleno del Ayuntamiento de Palma, u organizando una huelga estudiantil en el colegio concertado Virgen del Carmen, donde cursa primero de bachillerato. Su padre trabaja todas las horas que puede, y a su madre, desde hace años, no tiene tiempo para dedicarlo a un empleo remunerado pues tiene que estar pendiente de las necesidades, dado su estado de salud, de su hijo Oscar. El contexto es pues: 
Un hogar con sustentador único (el padre) que participa del llamado mercado de trabajo (con las precariedades que nos han dejado las reformas neoliberales); un miembro 18 | 8º Monográfico RB adulto (la madre) imposibilitada de participar en el sustento del hogar pues trabaja (sin retribución, claro está) en las imprescindibles labores de cuidados que requiere la situación de Oscar. El tercer miembro del hogar es, como ya se ha dicho, un joven con discapacidad, con dificultades de movilidad y múltiples enfermedades ¡Las dificultades para llegar a fin de mes son imaginables… pero, oficialmente, no es un hogar pobre! E, insisto, la expulsión (la extracción propia del actual capitalismo extractivista global y local) de la familia Kacper de la vivienda en la que vivían desde hacía algo más de 14 años estaba más que anunciada, y era conocida por las administraciones públicas. Vayamos ahora a una media docena de reflexiones que, a colación del caso concreto, dan pie al debate más general: I. El peligro de “normalizar” el autoritarismo: La delegación del gobierno (en funciones) del PSOE menosprecia cualquier cosa parecida a mecanismos de mediación en las protestas anti desahucios, o en cualquier otro ámbito de protesta que cuestione el establishment “neoliberal conservador” o “neoliberal progre”, como por ejemplo el de la anti masificación turística. Por parte de la policía se práctica una desproporcionada contundencia ante la resistencia y desobediencia pacífica 
¿Alguien dará explicaciones por las contusiones que sufrió Oscar en el desahucio del día de los Derechos Humanos? Es más, el portavoz de Stop Desahucios es detenido, y puesto en libertad, después de muchas horas y con cargos. La aplicación de la “Ley Mordaza” en manos progresistas no es muy diferente a la que hacían sus mentores del PP. 
Suma y sigue: La dirección del colegio de Oscar boicotea la huelga estudiantil prevista para el día del desahucio, sin que, de momento, se sepa que la administración educativa haya abierto expediente para averiguar si se conculcaron derechos fundamentales de los chavales y las chavalas ¡El de huelga de solidaridad, en defensa del derecho a la vivienda, y de unas condiciones óptimas de estudio para Oscar, sin duda lo son! 
II. El fracaso de los “subsidios” (monetarios, en especies, o en servicios) condicionados: Las administraciones de las Islas Balares (autonómica, insulares y locales) no dejan pasar ocasión para enorgullecerse de, al menos, dos realizaciones de los y las progresistas que gobiernan desde 2015: La puesta en marcha de la Renta Social Garantizada (RESOGA) como gran -y casi única- política contra la pobreza, y la aprobación de la primera Ley de Vivienda de las Illes Balears. Pero la realidad es tozuda, y el fracaso de la RESOGA para la erradicación de la pobreza fue expresamente reconocido por la “máxima autoridad autonómica” en materia de Servicios Sociales. Por lo que hace referencia a la Ley de Vivienda, enunciados como el reconocimiento del derecho subjetivo de la ciudadanía a una vivienda, o “el derecho al acceso a la vivienda en situaciones de especial vulnerabilidad, y, por lo tanto, la obligatoriedad de la Administración de garantizarlo”, devienen en un sarcasmo cuando se confrontan con la geografía y contabilidad de los desahucios, o cuando la administración –en este caso municipal- afirma que “no ha constatado que la familia de Óscar esté en insolvencia sostenida”. Igual que en el caso de Carmen –la protagonista del relato de Sara Mesa titulado Silencio administrativo. La pobreza en el laberinto burocrático–, la pobreza se confunde con el hambre. 
III. La estigmatización de las personas empobrecidas y/o con carencias materiales: 
El caso que motiva estas líneas, ha hecho emerger la, más o menos intensa, sinpermiso | 19 estigmatización de las clases más subalternas y necesitadas. Detrás de la letanía de alguna persona con responsabilidades políticas en el ámbito de los servicios sociales, consistente en alardear en los medios de comunicación de propuestas que no pasaban por garantizar el mantenimiento del hogar, y de pregonar, literalmente, que “a esta familia la hemos atendido desde el año 2015”, subyace (intencionadamente o no) el mensaje de que las personas empobrecidas no tienen por qué tener garantía de vivir vidas queridas, y, en lugar de reconocer el fracaso del sistema, se lanza el mensaje de “si desde el 2015 les hemos atendido, ya está bien. Hasta aquí hemos llegado”. Cuidado con los mensajes que, aunque sean involuntarios o construidos en función del burocratismo, tengan la más mínima apariencia de aporofobia. ¡Hay demasiado “vox” para que las voces no sean nítidamente anti aporofóbicas! 
IV. La pérdida de capacidad integradora del empleo remunerado: En el caso concreto que nos ocupa –pero seguro que es generalizable-, ayudó mucho a extender el mensaje de estigmatización-culpabilización el hecho de que en el hogar desahuciado había miembros con empleo remunerado. No creo que sea una casualidad. Más bien es una consecuencia de los reiterados mensajes sobre una mejora sustancial del “mercado de trabajo”. A la situación del empleo remunerado se le aplica la lógica de mercado, haciendo, dicho sea de paso, caso omiso a la histórica Declaración de Filadelfia (1944) de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en la que se estableció el principio según el cual “el trabajo no es una mercancía”. Esta lógica de mercado se aplica exclusivamente con criterios cuantitativos. Incluso cuando se habla de “trabajo de calidad”, se sigue la lógica mercantil de prestar atención únicamente a la etiqueta. Así nos venden, por ejemplo, como empleos estables los que responden a un contrato fijo, con bajísima protección frente al despido arbitrario, contratos nuevos a jornada completa con una retribución salarial inferior a los de tiempo parcial con mayor antigüedad en la empresa, etc. Después de las Reformas Laborales del austericidio (la del PSOE en 2010, y la del PP en 2012), y mientras no se deroguen y se reviertan sus efectos, lo fundamental es evaluar si el trabajo remunerado mejora o no el grado de integración social, es decir, si remite o no el fenómeno de la pobreza laboral. La realidad –el caso de la familia de Oscar es un ejemplo evidente- es que en la actualidad tener una ocupación remunerada no garantiza en absoluto dejar de ser pobre. V. La no valorización de los trabajos de cuidados: Es sabida la feminización de los trabajos de cuidados, y que, en este caso, no aplica la lógica de mercado. Es decir, los trabajos esenciales para la vida de la especie humana no tienen valor económico. 
Es sabido también que esto ocurre por una construcción social basada en los valores y normas del patriarcado que, entre otras cosas, establece una división discriminatoria del trabajo, que recluye a las mujeres en el espacio de las tareas domésticas, y el servicio de los demás miembros del hogar. Si todo es sabido, ¿Qué hay en este tema que lo asocie con el desahucio de los Szczesniak Kalinowski? Pues que sospecho que Victoria Kalinonski -la madre de Oscar- suscribiría el manifiesto “Recursos y autonomía para todas: Un manifiesto feminista por la Renta Básica”, recientemente hecho público, en el que se afirman cosas como esta: “Vivimos asfixiadas y con la angustia de no llegar a todo, de que nuestras vidas no sean sostenibles. Del mismo modo que tememos vernos expulsadas del mundo del empleo, y convertidas en cuidadoras sin independencia económica, nos preocupa tener que descuidar a las,...
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,...personas que queremos para entregar todo nuestro tiempo a un trabajo cada vez más precario. Y no queremos, no debemos ser las únicas que cuidan, necesitamos liberar tiempo para todos y todas, necesitamos las condiciones materiales para que nuestra lucha por el reparto del trabajo de cuidados pueda avanzar. Sí, necesitamos recursos, tenemos derecho a nuestro tiempo, no queremos más trabajo, queremos una Renta Básica”. VI. La necesidad imperiosa de la Renta Básica (y de otros derechos incondicionales) para socializar en contextos libres de fascismos. Digámoslo sin tapujos: Políticas de izquierdas, o -para ser más precisos en la denominación en la modernidad neoliberal- progresistas sin RB son algo parecido a encargar la organización de una fiesta infantil al mismísimo Herodes, y confiar en que todo acabe bien. Este es un delirante imaginario, que garantiza un fin de fiesta nefasto. La cuestión es que no es menos delirante el empecinamiento de no poner la RB en el centro del debate político, económico, y social. No es pues inimaginable que, sin RB y con palos y desahucios contra Derechos Humanos, no se provoque la extensión del, en palabras de Boaventura de Sousa Santos, “fascismo social”, que, no se olvide, ya tiene más de medio centenar de voces en el Congreso de los Diputados. sinpermiso | 21 Recursos y autonomía para todas: 
Un manifiesto feminista por la Renta Básica AAVV | 2/12/2019 Más de cien feministas presentaron el 11 de diciembre este manifiesto a favor de la Renta Básica. El manifiesto, al que puede adherirse aún quien lo desee, ha sumado activistas, académicas, periodistas, escritoras y mujeres de diversos espacios, trayectorias y profesiones. Cuenta también con el apoyo de los principales defensores de la Renta Básica en el Estado. El movimiento feminista tiene una capacidad valiente, incontestable para hacer avanzar la historia, por más que ahora y siempre haya tenido que enfrentar la reacción de quienes no quieren que nada cambie. Los feminismos impugnan la desigualdad y la opresión y cuestionan cada una de las estructuras que condenan a las mayorías sociales a una vida devaluada para sostener los privilegios de unos pocos. Algunas de nosotras llevamos un tiempo pensando que es inaplazable empujar con la fuerza del movimiento feminista apuestas que apunten a garantizar lo necesario para el sostenimiento de la vida. La vida de todas y de todos. Y en esa reflexión, la posibilidad de luchar por una Renta Básica como derecho, va tomando fuerza. Luchar ya, sin dejar de lado ninguna de nuestras otras batallas importantes. Por todo ello, creemos que ha llegado el momento de poner en el centro de la agenda la Renta Básica desde una perspectiva feminista. Con Renta Básica nos referimos a aquella individual, universal e incondicional mediante la que se le proporciona a toda la ciudadanía (mujeres, hombres de cualquier edad, y también niños y niñas) el mínimo necesario para vivir. ¿Por qué una perspectiva feminista? Porque entendemos que esta Renta Básica debe ir vinculada a la defensa y ampliación de los derechos y servicios públicos: sanidad, educación, aquellos relacionados con los cuidados y aquellos que están por desarrollar como el de la vivienda. Sabemos que cuando estos servicios se contraen o empeoran, la consecuencia es más trabajo sobre nuestros hombros y más incertidumbre en nuestras existencias. 
Vivimos asfixiadas y con la angustia de no llegar a todo, de que nuestras vidas no sean sostenibles. Del mismo modo que tememos vernos expulsadas del mundo del empleo y convertidas en cuidadoras sin independencia económica, nos preocupa tener que descuidar a las personas que queremos para entregar todo nuestro tiempo a un trabajo cada vez más precario. Y no queremos, no debemos ser las únicas que cuidan, necesitamos liberar tiempo para todos y todas, necesitamos las condiciones materiales para que nuestra lucha por el reparto del trabajo de cuidados pueda avanzar. Sí, necesitamos recursos, tenemos derecho a nuestro tiempo, no queremos más trabajo, queremos una Renta Básica. Ya no hay empleo, ni empleo en condiciones Sabemos que el trabajo remunerado nos chupa la vida, y cuando no lo tenemos nos come la miseria. El empleo no puede ser la única forma de acceder a recursos para las mayorías sociales, porque eso nos mercantiliza y somete. Sabemos, además, que el “pleno empleo” –que nunca existió realmente – hoy simplemente se muestra como una quimera, o quizás tan solo una mentira que permite ir tirando entre trabajo de mierda y trabajo de mierda. En el capitalismo, el trabajo no es un ámbito de emancipación, sino de explotación, y no hay placer, orgullo o creatividad alguna en ser explotada. 
Y, ¿ser explotadas para qué? ¿Para jugar nuestro rol en la espiral productivista que amenaza el planeta? En medio de una crisis ecosocial, trabajar todas y todos menos implica un enorme ahorro de recursos y menos emisiones. 
¿Es la Renta Básica una medida feminista? Una propuesta es feminista o no en la medida en que aporta mayor autonomía a las mujeres, a la mayoría de nosotras. Y, ¿acaso no hace eso el dinero en nuestro mundo? Quizás en un futuro seamos capaces de crear otro tipo de sociedad, pero, de momento, renta es autonomía. En el caso de las mujeres, además, disponer de recursos también implica menor dependencia respecto de los hombres: más posibilidades de salir de una situación de violencia machista en la relación de pareja, por ejemplo, o de no tener que soportar condiciones laborales insultantes o abusos sexuales en el ámbito laboral por miedo a ser despedida. Disponer de recursos de manera incondicional nos liberaría de tener que exponernos al paternalismo burocrático, a la violencia institucional para obtener lo básico para la vida cuando el mercado de trabajo nos excluye o maltrata. La renta básica sería, en fin, una herramienta real, tangible ante las violencias. La renta básica no es ni una concesión ni un regalo. Es una forma radical de redistribuir toda la riqueza que producimos colectivamente, que no es solo la que tiene que ver con el empleo, es también el valor que generamos en los hogares donde se garantizan los cuidados, es también la contribución social que todas y todos generamos en forma de información, saberes, cultura que no por no ser monetizados dejan de ser riqueza colectiva. Por eso, la Renta Básica es un mecanismo esencial que, sumado a la defensa y ampliación de los servicios públicos, contribuirá a darnos más poder, más tiempo y más libertad. Las condiciones No nos valen rentas básicas que estén por debajo del umbral de la pobreza, porque, en ese caso, siempre tendremos que complementarlo con algo, para lo que nos ofrecerán miserias. No nos valen rentas básicas si un solo euro abandona los servicios sociales, sin estado de bienestar la renta básica universal es un chiste, un paraguas ínfimo bajo el que apenas guarecerse de las tormentas capitalistas. No nos valen rentas básicas universales si la universalidad se cultiva dentro de muros cada vez más altos que separan a quienes son ciudadanos de quienes no lo son. Sabemos que ninguna estrategia es la definitiva, ninguna va a acabar con el capital o el patriarcado, pero creemos que garantizar que nadie quede atrás es un objetivo inaplazable. Por todo esto, hoy aquí estamos peleando por una Renta Básica y te invitamos a unirte a nuestra lucha. 
Fuente: https://rentabasicafeminista.home.blog/ sinpermiso | 23 Un calzoncillo no es un traje y cualquier cosa no es la renta básica Daniel Raventós | 11/01/2020 Hay quien puede pensar que es perfectamente lícito referirse a un huevo como castaña y a un calzoncillo como traje. Pero, como todo lenguaje privado, es de poca utilidad y de mucha confusión. Fácil es conseguir un amplio acuerdo sobre estas aseveraciones. La propuesta de la renta básica (RB) parece que no goza de la misma suerte. Es frecuente constatar que algunos autores o autoras llaman a un calzoncillo traje y a cualquier subsidio condicionado lo llaman RB. Expresiones como “rentas básicas”, “RB condicionadas a…”, “RB no universal ni incondicional…” y similares pueden encontrarse en artículos, libros, documentos académicos y periodísticos incluso muy recientes. Así que en este artículo no será redundante apuntar que cuando me refiera a la RB será única y exclusivamente con la acepción de la Basic Income Earth Network y de su sección Red Renta Básica: asignación pública monetaria incondicional y universal a toda la población. No se trata de ningún purismo, es un llamamiento prudente a evitar la confusión que nubla cualquier debate racional. La característica distintiva de la RB respecto a los subsidios de muchos tipos que conocemos en el reino de España o en distintos lugares del mundo es la condicionalidad. Son condicionales las rentas mínimas de inserción, las rentas garantizadas, las propuestas programáticas de rentas para pobres de los partidos parlamentarios. También son timorata y extremadamente condicionales las propuestas correspondientes del programa de gobierno PSOE-UP. En claro contraste, la RB es incondicional. La lógica de los subsidios condicionados no es otra que la ayuda ex-post a quienes han fracasado, a quienes han caído y pueden demostrarlo ante la burocracia estatal. Sea porque se han quedado en el paro; sea porque, pese a trabajar remuneradamente, no alcanzan el umbral de la pobreza —en el reino de España, esta es la realidad creciente en los últimos años de los trabajadores asalariados, en la actualidad de un 15%. Los subsidios condicionados se han mostrado muy limitados como medidas paliativas de la pobreza y de la exclusión y, todavía más, como mecanismos para el fomento de la libertad efectiva de las personas que los reciben. Con la RB se defiende la lógica incondicional de las medidas que entran en vigor ex-ante, como derechos de ciudadanía. Y garantizar la existencia material de entrada, “desde el principio”, equivale a hacer posible la negociación de los términos de la interacción social de un modo más libre. La incondicionalidad significa poder de negociación, y poder de negociación supone mayores niveles de libertad efectiva para el conjunto de la población. Y estas son también algunas de las consideraciones que conducen a llamar la atención ante el candor de algunos que suponen que el gradualismo forma parte del camino que nos conduce firmemente a la adopción de la RB. Permítaseme ser claro: una prestación focalizada de condicionalidad algo más relajada no supone, por definición, el acceso “por la puerta trasera” a una RB plena que, supuestamente, debería llegar no se sabe muy bien cuándo. La lógica de la incondicionalidad de la RB es una característica que la hace completamente muy diferente –opuesta sería quizás demasiado duro– a la condicionalidad de los subsidios que conocemos. Otra confusión es la que embarga a no pocos interesados en la propuesta de la RB: si alguna izquierda y alguna derecha defienden la RB, ¿cuál es el misterio de semejante prodigio? No hay tal prodigio. Una atenta lectura de las propuestas de RB provenientes de la derecha liberal y de la izquierda republicana puede fácilmente constatar al menos las siguientes diferencias. 24 | 8º Monográfico RB 1) La forma de financiar la RB. Lo que equivale a especificar detalladamente qué parte de la población sale beneficiada con una RB y qué parte no. Para la izquierda, al menos la partidaria de la libertad republicana en la que me incluyo, la financiación de la RB significa una reforma fiscal que suponga una redistribución de la renta de las decilas más altas al resto de la población. La derecha pretende otros objetivos, no precisamente una redistribución de la renta de los más ricos al resto. Lo contrario sería más próximo a la verdad. 2) Las medidas de política económica que adicionalmente se proponen junto a la RB. La izquierda asume la defensa de la sanidad y la educación públicas, y en general, del Estado de bienestar. La derecha no. Los defensores de derechas pretenden desmantelar el Estado de bienestar (o lo que queda en algunos lugares del mismo) “a cambio” de la RB –sería el caso por ejemplo de Charles Murray, el economista que defiende la RB en las páginas del Wall Street Journal: el título de uno de sus últimos libros, de 2016, es suficientemente explícito In Our Hands: A Plan to Replace Welfare State–, persiguiendo sus clásicos objetivos liberales de “adelgazamiento” del Estado –excepto la policía, el ejército y los tribunales de justicia, significativamente– y de reducción de la presión fiscal a los ricos. La izquierda (al menos la republicana) no concibe la libertad de forma independiente de las condiciones materiales de existencia. 3) La concepción de la neutralidad del Estado. Para la derecha la neutralidad significa que el Estado no intervenga en las negociaciones y disputas de los distintos agentes y sectores sociales. Para la izquierda republicana significa que debe intervenir activamente para impedir que los grandes poderes privados, como las multinacionales gigantes, impongan su voluntad privada a los Estados, con el ataque a la libertad de la mayoría no rica que eso supone. Con una defensa de una renta máxima, por ejemplo. Un Estado republicano debe intervenir activamente para que la neutralidad sea un hecho, y no una superficial consigna de “equidistancia entre los distintos proyectos de buena vida”. Republicanamente, esto último se presupone, pero, cuando grandes poderes privados disponen de la capacidad de imponer a la ciudadanía su concepción privada del bien como bien público, cuando la constitución oligopólica de los mercados permite el secuestro del Estado por parte de los inmensos imperios privados, la neutralidad significa intervención activa, no tolerancia pasiva y que gane el más fuerte. De ahí que la RB sea una propuesta, para la izquierda, republicanamente neutral. En un artículo de hace mucho años (5-10-2007) en este mismo periódico escrito con Antoni Domènech acabábamos de esta manera: [La RB]… resulta al parecer amedrentante. Las luchas por el sufragio universal para todos los hombres, ricos y pobres, y después para todas las mujeres, también parecieron locura “diabólica” a muchos que consideraban el sufragio censitario el no va más del orden social. No es imposible que en unas décadas todos se escandalicen de los “argumentos” de quienes hoy se rasgan las vestiduras ante una medida que promovería “diabólicamente” la “vagancia”. Como ahora nos escandalizan los “argumentos” de quienes no hace tanto -el Vaticano no levantó para los católicos el non expedit, la prohibición de votar, ¡hasta 1919!- se rasgaban las vestiduras ante la sola idea de que pudieran votar todos, también los pobres, también las mujeres, también, ¿por qué no?, los “vagos”, y aun los (pobres) “diablos”. A principios de 2020 sigo pensando que no hay más que añadir. Fuente: elpais.com/elpais/2020/01/10/opinion/1578678940_825027.html sinpermiso | 25 Por una renta básica universal Charlie Cockburn | 22/12/2019 En una campaña electoral británica eclipsada por el Brexit, una importante iniciativa de los laboristas ha atraído nada o casi nada de atención. Enterrada en la página 60 del programa del partido, se trataba de una propuesta para introducir una prueba piloto para explorar la renta básica universal (RBU), normalmente definida como una transferencia de dinero incondicional para todos los miembros de una comunidad política, como un derecho, sin comprobaciones de renta o requisitos de empleo. Dando algunos detalles, el programa describía la iniciativa como una forma innovadora de responder a los bajos salarios y a la inseguridad laboral. Es la primera vez que un gran partido del Reino Unido expresa su interés en la RBU: aunque el compromiso también estuvo presente en el Partido Verde, que prometió implementar la política para todos los residentes del país para 2025. En mayo, el responsable de la oposición del ministerio de hacienda, John McDonnell, reveló que el partido estaba considerando pruebas piloto en Liverpool y Sheffield, ambas ciudades habían buscado apoyo. Pero tras la reciente derrota electoral del laborismo, el futuro renqueante de la RBU solo pervive en Escocia, donde los partidos locales han estado poniendo en práctica programas piloto en Fife, North Ayrshire, Edimburgo y Glasgow desde 2017. Sus comités de dirección informarán a los ministros del Gobierno escocés sobre su plan en marzo de 2020. Sin demasiada sorpresa, la RBU ha atraído denuncias histéricas del establishment periodístico, lleno de pronunciamientos convencidos de que tal programa sería ruinosamente caro y que desincentivaría el trabajo. Un columnista del Daily Telegraph dijo que puede que los beneficiarios más pobres pasen “su tiempo emborrachándose, viendo pornografía o drogándose”. El Financial Times afirmó que “recompensar a la gente por quedarse en casa es lo que hay tras la decadencia social”. Estas escabrosas fantasías están decisivamente refutadas por la evidencia empírica de programas de transferencia de dinero condicional que han surgido por todo el mundo desde la década de los 2000. El éxito de estos programas demuestra que, al contrario que las transferencias en especie o los subsidios de combustible y grano, “simplemente dar dinero a los pobres” tiene un impacto positivo sobre la pobreza y resultados sobre el capital humano. Un informe del Banco Mundial de 2019, La naturaleza cambiante del trabajo, concluyó que “la evidencia disponible confirma que tanto la RBU como otras formas de asistencia social tienen un impacto limitado sobre los incentivos a trabajar”. El Banco publicó un libro sobre la RBU esta semana. Ha habido 22 pruebas piloto de RBU o similares por todo el mundo, y hay más planeadas. El modelo más cercano a una RBU sostenida es el dividendo permanente de Alaska, una programa de pagos derivado del Alaska Permanent Fund, poseído y administrado por el estado. El fondo es una inversión en derechos de explotación de petróleo y gas establecido por el gobernador republicano Jay Hammond en 1976 y pagado por compañías mineras. Los dividendos del fondo -valorados ahora en 65 mil millones de dólares- se distribuyen entre prácticamente todos los ciudadanos de Alaska y varían de 1000 y 2000 dólares al año. Sorprendentemente, Alaska tenía las tasas de pobreza y desigualdad más altas de todos los estados de EE.UU. cuando se instituyó el fondo. Veinte años después tenía las tasas más bajas. El programa del Partido Verde era más específico sobre sus planes de RBU 26 | 8º Monográfico RB que los laboristas. En la versión de los verdes de la RBU, las transferencias se establecerían para asegurar que los beneficiarios cubren sus necesidades de subsistencia. Cada adulto en Reino Unido recibiría 89 libras por semana y cada pensionista 178. Pensionistas que están solos, padres o madres solteros y discapacitados recibirían un pago suplementario. El coste de la RBU del Partido Verde sería de 86,2 mil millones de libras. Su programa reemplazaría el actual sistema de crédito universal, con la excepción de los actuales programas de vivienda, y sería financiado mediante un impuesto al carbono y depósitos de ahorro. Un informe sobre renta básica comisionado por el partido laborista expuso sus motivos. De acuerdo a su autor, el profesor de la SOAS Guy Standing, la renta básica aumentaría la capacidad para actuar de quienes la reciban, su salud y su seguridad básica, también reduciría sustancialmente la pobreza y la desigualdad. “Vivimos en una era de incertidumbre económica”, escribe, “para la cual los sistemas de seguridad social basados en las cotizaciones son inapropiados o insuficientes”. El informe sugiere que una renta básica no requeriría un gran aumento de impuestos directos, sino que podría ser financiado mediante el reemplazamiento de los caros subsidios basados en el nivel de recursos de los beneficiarios, aboliendo desgravaciones fiscales, convirtiendo la actual exención fiscal en un pago a cada ciudadano, instituyendo un fondo (como en Alaska), y gravando bienes que actualmente no lo están, como los datos. Finalmente, los receptores de la RBU, libres de la precariedad y la incertidumbre, podrían usar los servicios de salud menos a menudo y ser más productivos. Que el Reino Unido se encuentra en la urgente necesidad de un programa de este tipo queda claro por cómo Standing destripa el sistema de crédito universal instituido por el gobierno de coalición conservador-liberal-demócrata en 2010. Entre sus múltiples crueldades, el sistema recuerda a la Ley de pobres de 1834 al concentrarse en presionar a los pobres por ser pobres. Tal y como concluye, la dependencia de controles de recursos, comportamientos y actitudes que determinan idoneidad de los candidatos es intrusiva, arbitraria, cara, tiende a errar y excluye a una gran proporción de aquellos que tienen derecho a los subsidios. Aunque promocionado como un medio para estimular a los solicitantes, de otro modo vagos, a que encuentren trabajo, claramente les disuade, ya que la tasa impositiva marginal efectiva para los que ganan menos en el Reino Unido es un asombroso 80 por ciento. Como ejemplo de las humillaciones infligidas por los controles de recursos y “pruebas de comportamiento” a quienes buscan ayuda, Standing cita a una mujer que le dijo a su médico: “Usted quiere demostrarle al estado que está tan enfermo, discapacitado e incapaz como sea posible; de lo contrario, sus hijos podrían morir de hambre”. Una nota de prensa reciente del Trussell Trust, la red de bancos de alimentos más grande de Reino Unido, apoya las críticas de Standing al actual régimen de bienestar. El sesenta y cinco por ciento de las personas que acudieron a sus instalaciones para obtener alimentos entre abril y septiembre de este año lo hicieron porque sus subsidios del sistema de crédito universal se retrasaron. Más que nunca, las personas, incluidas las que tienen trabajo, dependen de los bancos de alimentos para alimentarse y alimentar a sus familias. La demanda ha aumentado un 73 por ciento en los últimos cinco años. Mientras que en 2012 Belfast tenía solo un banco de alimentos, en 2018 había 17. Aproximadamente durante el mismo período, de 2010-11 a 2015-16, un análisis de Observer revela que el ingreso promedio del 10% más rico de sinpermiso | 27 los británicos proveniente de propiedades, intereses, dividendos y otras inversiones, a veces llamado ingreso no derivado del trabajo, ya que no se deriva de trabajo, se ha duplicado a 38.000 libras. Dadas las consecuencias de los diez años de poder de los conservadores, parece probable que sus próximos cinco garanticen aún más bancos de alimentos, desigualdad y programas de bienestar mezquinos. Uno se imagina que el empeoramiento de la pobreza y la precariedad podrían dominar las próximas elecciones tanto como lo hizo el Brexit este año. En ese debate, la RBU continuará siendo una de las pocas soluciones serias. Fuente: www.counterpunch.org/2019/12/17/the-case-for-a-universal-basic-income/ Traducción: Iovana Naddim


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Cristina Fernández López
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Cristina Fernández López

Estudiante, Fotografía, IEFC. Institut d'Estudis Fotogràfics de Catalunya

Barcelona, España

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