EMPEZAREMOS POR EL PRINCIPIO : MIREN BUSCANDO LOS ARCHIVOS CONSOPORTE DE PAPEL, HE ENCONTRADO EL BOCETO, BIEN TERMINADO, TEXTO DE FOTOS DE UN ESPECIAL DE NUEVA SOCIEDAD, N.-1, REVISTA POLÍTICA PARA MÁLAGA, EDITADA POR EL GRUPO PROLETARIO DE MÁLAGA, INTERN. COMUNISTA. :G.C.P. INTERN. MÁ.
CREO, QUE NO LO TENEMOS ARCHIVADO EN LA MÁQUINA, POR ELLO LO VOY A PASAR AL ARCHIVO QUE ESTÁS LEYENDO ¡¡.
LLEVA UN TITULAR : HUELGA GENERAL Y CONTRCUMBRE ENSEVILLA, JUNIO 2.002
( UN TRIUNFO PARA LA HUMANIDAD ).
" TODOS HEMOS PARTICIPADO; GRAN HUELGA CONTRA ELSR. AZNAR Y GRAN PARTICIPACIÓN POPULAR EN LAS MANIFESTACIONES TANTO EN DE LA HUELGA COMO EN LA DE DE ANTIGLOBALIZACIÓN DE LOS FOROS SOCIALES.
Europa -- Euraca -- y el Mundo entero se ha enterado de que en el Estado español, se resiste y se combate y tienen proyectos sociales distintos y más avanzados de los que presenta los Gobiernos de la EURACA, -- Unión europea --. El sr. Aznar-ansar, y el Partido Popular actualmente representan el sentir mayoritario de la Plutocracia europea, que se ha aliado a la yanquee y a la Rusa, por medio del nuevo pacto de la OTAN, firmado hace unos días en Roma.,...¡¡¡ :
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Revista de la OTAN / INVIERNO 2001/2002
La lucha contra las nuevas amenazas
organización del tratado del atlántico norte : alemania bélgica canadá dinamarca españa estados unidos francia grecia hungría islandia italia luxemburgo noruega países bajos polonia portugal reino unido república checa turquía DICIEMBRE/ENERO/FEBRERO 2
Revista de la OTAN Invierno 2001/2002 PORTADA Manhattan el día 12 de septiembre . ACTUALIDAD OTAN 4
Noticias breves sobre la Alianza
LO S N U EVO S RETOS A LA S E G U RI DA D 6
Ayudar a América Christopher Bennett estudia la ayuda de la Alianza a los Estados Unidos, desde el 11 de septiembre, y su contribución a la campaña antiterrorista. 8
Nuevas estrategias de seguridad en el siglo XXI Robert Hall y Carl Fox abogan por la adopción de nuevas estrategias para hacer frente a los retos de seguridad del siglo XXI. 12
Combatir al terrorismo Frank J. Cilluffo y Daniel Rankin pro p onen la adopción de una estrategia flexible, global y coordinada. 16 Frente a la ciberguerra Timothy Shimeall, Phil Williams y Casey Dunlevy estudian la incorporación del mundo virtual a la planificación de la defensa.
ESPECIAL 19 Hacia una nueva asociación estratégica Wi llem Matser analiza las re l a c i on e s entre la OTAN y Rusia a raíz del 11 de septiembre. ENTREVISTA 22 Ted Whiteside: Director del Centro WMD de la OTAN O TA N El objetivo de esta revista, publicada bajo la autoridad del Secretario General, es contribuir a una discusión constructiva de los problemas atlánticos. Los artículos que aquí se publican no re p re s e n t a n necesariamente la opinión o la política de los gobiernos miembros de la OTAN .
DIRECTOR: Christopher Bennett
ASISTENTE DEL DIRECTOR: Vicki Nielsen ASISTENTE DE PRODUCCIÓN: Felicity Breeze MAQUETA: NATO Graphics Studio
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La Revista de la OTAN se publica periódicamente en español, al igual que en Checo, Inglés (NATO Review), Danes (NATO Nyt.), Holandés (NAVO Kroniek), Francés (Revue de l’OTAN), Alemán (NATO Brief), Griego (Deltio NATO), Húngaro (NATO Tükor), Italiano (Rivista della NATO), Noruego (NATO Nytt), Polaco (Przeglad NATO), Portugués (Noticias da OTAN), y Turco (NATO Dergisi).
Una vez al año se publica en Islandés ( NATO Fréttir) y ocasionalmente en ucraniano y ruso. La Revista de la OTAN está también disponible en la página web de la OTAN en la dirección www.nato.int/docu/review.htm
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Cada mención hecha en esta publicación a la antigua República Yugoslava de Macedonia está marcada por un asterisco (*), con la siguiente nota a pie de página: Turquía reconoce a la República de Macedonia por su nombre constitucional.
O TA N revista de la s u m a ri o Invierno 2001/2002 Revista de la OTAN 3 Los acontecimientos del 11 de septiembre, cuando los t e r ro ristas secuestra ron aviones com e rciales y los estre ll a ron c on t ra el Pe n t á gono y el Wo rld Trade Center, f u e ron de tal magnitud que la fe cha ha arraigado ya en la con c i e n c i a colectiva de la humanidad. Pocas de las personas vivas en la actualidad podrán olvidar dónde estaban o qué hacían cuando oye ron la noticia. Como re a c c i ó n , este número de la R evista de la OTAN se centra en las nuevas amenazas cont ra la seguridad y los modos de com b a t i rl a s . En el pri m e ro de los cuatro artículos sobre el tema, a n a l i zo cómo ay u d ó la Alianza a los Estados Unidos a raíz de los ataques del 11 de septiembre .
A con t i n u a c i ó n , R o b e rt Hall y Carl Fox sostienen la necesidad de estrategias nuev a s , globales y t ra n s n a c i onales para ocuparse de los retos de seguridad del siglo XX I . Frank J. C i lluffo y Daniel Ra n k i n , del Centro de Estudios Estratégicos e Intern a c i on a l e s , instan a adoptar una estrategia flexible, global y coordinada para combatir el t e r ro ri s m o.
Ti m o t hy Sh i m e a ll , Phil Wi lliams y Casey Du n l ev y, del Centro de Análisis CERT de la Unive r s i d a d C a rnegie Mell on de Pittsburg (Pe n s i lv a n i a ) , sostienen que los planes de defensa deben incorp o rar el mundo virt u a l , a fin de reducir los daños materiales en el mundo re a l .
Por su p a rt e, Wilen Master, de la Oficina del Asesor Especial de la O TAN para Europa Central y Ori e n t a l ,a n a l i za la ev o l u c i ó n de las re l a c i ones OTA N - Rusia desde el 11 de septiembre, y Osman Ya v a za l p, de la División de Asuntos Políticos de la O TA N , estudia las re l a c i ones de la organización con sus Socios del Asia Centra l . En la entrev i s t a ,Ted Wh i t e s i d e, d e l C e n t ro WMD de la OTA N , d e s c ribe el trabajo de su C e n t ro. En el debate, Keith Payn e, del Instituto Na c i on a l p a ra la Po l í t i ca Pública , y Joseph Ciri n c i on e, de la Fundación Carnegie para la Paz Intern a c i on a l , d i s c u t e n s o b re cómo encaja la defensa con t ra misiles en las pri o ri d ades del gasto en defensa a raíz del 11 de septiembre .
En el re p o rt a j e, Petr Lu n a k , redactor de re l a c i ones externas en la Oficina de Información y Prensa de la OTA N ,a n a l i za cómo los documentos descubiertos en los archivos del Pacto de Va r s ovia están influyendo y cuestionando las interp re t a c i ones conve n c i onales sobre las alianzas de la guerra fría. C ompletan este número unas estadísticas sobre terro ri s m o i n t e rn a c i onal y un mapa con las dife rentes nacionalidades de los fallecidos el 11 de septiembre .
Christopher Bennett Invierno 2001/2002 Vacantes en la OTAN Los ciudadanos de los países de la OTAN pueden optar a cualquiera de los puestos de la plantilla internacional de la OTAN. Los detalles sobre las vacantes, los procedimientos a seguir y los formularios de solicitud pueden obtenerse en la página web de la OTAN en la dirección: http://www.nato.int/structur/recruit/index.htm
REPORTAJE 24 En primera línea Osman Yavuzalp analiza las relaciones de la OTAN con sus Socios del Asia Central. DEBATE 26 A raíz de los ataques terroristas del 11 de septiembre,¿qué prioridad tiene la defensa antimisiles en los presupuestos de seguridad? KEITH B. PAYNE “versus” JOSEPH CIRINCIONE ¿Cuáles son las mayores amenazas actuales contra la seguridad? ¿Qué recursos deben dedicarse a la defensa antimisiles?
RESEÑA DE PUBLICACIONES 31 Nu evos análisis sobre las alianza s en la guerra fría Petr Lunak estudia las nuevas interpretaciones sobre la OTAN y el Pacto de Varsovia
ESTADÍSTICAS 34 Terrorismo internacional KAZAJSTÁN Mar Caspio UZBEKISTAN REPÚBLICA DE KIRGUIZIA TAYIKISTAN AFGANISTÁN IRAN TURKMENISTAN CHINA PAKISTAN Mar de Aral
Robertson en Rusia :
Durante un viaje a Rusia, del 21 al 23 de noviembre, el Secretario General de la OTAN, Lord Robertson, se reunió en Moscú con el Presidente Ruso V l adimir Putin, el Ministro de Asuntos Exteriores, Igor Ivanov, el Ministro de Defensa, Sergey Ivanov y el Presidente del Consejo de Seguridad Nacional, Vladimir Rushaito. Las conversaciones se centraron en un conjunto de propuestas para lograr una cooperación más eficaz, especialmente en la lucha contra el terrorismo.
Durante los días 20 y 21 de noviembre se celebró en la O TAN la reunión anual de Jefes de Estado Mayor de la Def e n s a (CHODs). Al acabar las sesiones, los CHODs se reunieron, por separado, con sus homólogos de los países de la Asociación Euroatlántica, Rusia y U c r a n i a . El General Harald Kujat, de la Fuerz a Aérea Alemana, fue designado para sustituir en junio de 2002, por un periodo de tres años, en la Presidencia del Comité Militar al Almirante G u i d o Ve n t u r o n i .
Hacia la normalidad Lord Robertson expresó su satisfacción por el desarrollo pacífico de las elecciones celebradas en Kosovo p a r a una Asamblea Provisional, el 17 de noviembre, "como un paso importante hacia la normalidad", que daría a todas las comunidades "la oportunidad de formar una sociedad verdaderamente democrática, multiétnica y próspera".
Lord Robertson elogió al Parlamento de la antigua República Yugoslava de Macedonia* por haber aprobado, el 16 de noviembre, un total de 15 enmiendas constitucionales que garantizan un trato más equitativo a las minorías.
El 12 de noviembre, como parte de su visita a países candidatos a la integración en la OTAN, Lord Robertson v i s i t ó Ljubijana (Eslovenia), donde discutió con el Presidente Milan Kucan, el Primer Ministro Janez Drnovsek, el Ministro de Defensa Antón Grizold y algunos miembros del Parlamento los progresos realizados por su país en el cumplimiento de los requisitos para el ingreso. Viaje a los Balcanes Como consecuencia de la reanudación de las revueltas populares en la antigua República Yugoslava de Macedonia*, Lord Robertson se reunió el 7 de noviembre en la capital, Skopje, c o n líderes del gobierno para apoyar la implementación de las reformas internas prometidas. Al día siguiente viajó a Prístina, Kosovo, para reunirse con el Representante de las Naciones Unidas, Hans Haekkerup, y el Comandante General de la KFOR, General Marcel Valentin, para discutir los preparativos de las elecciones a una nueva asamblea, previstas para el 17 de n o v i e m b r e .
Los días 5 y 6 de noviembre tuvo lugar en la OTAN la Conferencia Anual de Directores Nacionales de Armamento en la que se discutió el reforzamiento de las capacidades de defensa de la OTAN, las futuras oportunidades para la cooperación defensiva con países Socios, y el desarrollo del programa de defensa contra misiles de teatro de la OTAN y la Vigilancia Terrestre de la Alianza. Por primera vez se invitó a los países Socios a asistir a algunas sesiones.
Visitas a capitales El 5 de noviembre, Lord Robertson inició su viaje a los nueve países que aspiran a la integración, con una visita a Bratislava (Eslovaquia). Se reunió con el Presidente Rudolf Schuster, con el Primer Ministro Mikulas Dzur i n d a , con el Ministro de Asuntos Exteriores Eduard Kukan, con el Ministro de Defensa Jozef Stank y con parlamentarios eslovacos. Del 5 al 20 de noviembre, unas 2.500 personas, de los 14 países OTAN y 13 países Socios, participaron en el ejerc icio Allied Effort 2001, en W r o c l a w, Polonia. La finalidad de este ejerc i c i o , organizado por las F u e rzas Aliadas del Norte, fue entrenar a los cuarteles generales y mandos integrantes de unas F u e rzas Operativas Combinadas y Conjuntas en el planeamiento y ejecución de una operación de apoyo a la paz.
Durante los días 29 y 30 de noviembre, fuerzas de la SFOR d e s c u b r i e r o n dos depósitos ilegales de armas e n Han Pijesak, una ciudad de Bosnia-Herzegovina bajo control serbio, que s i rvió como cuartel general serbiobosnio durante la guerra de Bosnia. En una reunión celebrada en T b i l i s i , Georgia, el 29 de octubre, el C o m i t é Científico de la OTAN aprobó el p r oyecto de Autopista Virtual de la Seda para proporcionar acceso a Internet, vía satélite, a las comunidades científicas y académicas de ocho países de Asia Central y del Cáucaso Meridional.
Nueve países OTAN y 11 países Socios participaron en el ejercicio C o o p e r a t i ve Determination 2001 en Baku ( A z e rbaiyán) entre los días 5 y 16 de noviembre. Este ejercicio de puestos de mando asistido por ordenador y organizado por las F u e rzas Aliadas del Sur de Europa, tenía como finalidad mejorar la interoperatividad militar en las operaciones de respuesta ante crisis.
Parlamentarios de países de la OTAN y países Socios se reunieron en Bucarest, Rumania, del 25 al 27 de octubre, en un seminario sobre El papel de la OTAN en la seguridad de la región del mar Negro, organizado por la Asamblea Parlamentaria de la OT A N en colaboración con el Congreso de los Diputados Rumano. El 26 de octubre se celebró en la s e d e de la OTAN la conferencia Diez años de Socios y Cooperación, para celebrar el décimo aniversario de la creación del Consejo de Cooperación del Atlántico Norte. Información actualizada sobre defensa antimisiles El 25 de octubre, los Embajadores en la O TA N fueron puestos al corriente de los últimos planes de los EE.UU. sobre el escudo de defensa antimisiles por diplomáticos norteamericanos de alto rango, que informaron sobre las discusiones que el fin de semana anterior mantuvieron los Presidentes de Rusia y EE.UU. en Shanghai (China) sobre el Tratado de Misiles antibalísticos de 1972.
El 24 de octubre, el Almirante de los EE.UU. G r e g o ry G. Jonson relevó al también Almirante norteamericano J ames Ellis en el mando de las F u e rz a s Aliadas del Sur de Europa, con base en Nápoles (Italia) y responsable de las operaciones de apoyo a la paz llevadas a cabo por la OTAN en los Balcanes. Lord Robertson visitó Lisboa, Portugal, durante los días 24 y 25 de octubre, reuniéndose con el Presidente portugués Jorge Sampaio y con el Primer Ministro Antonio Guterres, así como con el Ministro de Asuntos Exteriores Jaime Gama y el Ministro de Defensa Rui Pena. También pronunció una conferencia sobre el futuro de las relaciones transatlánticas. El octavo encuentro entre el C o n s e j o del Atlántico Norte y el Comité Político y de Seguridad de la Unión Europea, celebrado en la O TAN el 23 de octubre de 2001, estuvo dedicado a las contribuciones de la coalición internacional contra el terrorismo, el proceso de paz en la antigua República Yugoslava de Macedonia* y los progresos alcanzados en los acuerdos de cooperación entre la OTAN y la Unión Europea.
El primer ministro y antiguo Rey de Bulgaria, Simeon Saxe-Coburg Gotha, se reunió el 22 de octubre con L o r d R o b e r t s o n en la sede de la O TA N . 4 Revista de la OTAN Invierno 2001/2002 ACTUALIDAD OTAN
Entre los días 17 y 23 de octubre se realizó en Borovets, Bulgaria, el ejercicio Cooperative Support 2001, p a r a adiestrar a las fuerzas de la OTAN y los países Socios en los aspectos logísticos de las operaciones de apoyo a paz, incluyendo fuerzas marítimas, terrestres, aéreas, anfibias y sanitarias. El 22 de octubre, la F u e rza Naval Permanente del Atlántico abandonó la base naval de Zeebrugge, Bélgica, para reunirse en el Mediterráneo Oriental con la F u e rza Naval Permanente del Mediterráneo, para apoyar las operaciones antiterroristas según el Artículo 5.
El 18 de octubre de 2001, Lord Rob e r t s o n y el Comandante Supremo Aliado en Europa, General J o s e p h Ralston, se unieron a una delegación de alto nivel de representantes de la Unión Europea y la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), en la exigencia a los líderes del gobierno y la oposición de la antigua República Yugoslava de Macedonia* de que reanudasen el proceso de reformas internas. Despliegue de elementos de la OTAN Por primera vez en la historia de la O TAN, equipos de la Alianza se desplegaron, el 9 de octubre, en apoyo de las operaciones contempladas en el Artículo 5. Cinco aviones portando sistemas aerotransportados de control y detección avanzada ( AWACS) f u e r o n enviados a los EE.UU. para liberar a los aviones de dicho país que operan en Afganistán.
A la F u e rza Naval Permanente del Mediterráneo se le encomendó garantizar la presencia de la O TAN en el Mediterráneo Meridional, acortando la duración de un ejerc i c i o anual marítimo, aéreo y anfibio, D e s t ined Glory 2001 programado inicialmente del 5 al 23 de octubre. Del 8 al 10 de octubre, Lord Roberts o n se reunió con el Primer Ministro Canadiense Jean Chrétien, con el Presidente de Estados Unidos G e o r g e B u s h y otras personalidades, durante un viaje a Norteamérica.
Las discusiones se centraron en las actividades antiterroristas y la colaboración con la Operación Libertad Duradera. Medidas del Artículo 5
El 4 de octubre, los Aliados de la O T A N acordaron —a petición de Estados Unidos— adoptar, individual y colectivamente, ocho medidas para aumentar las opciones disponibles en la campaña contra el terrorismo, entre ellas el despliegue de buques de la Fuerzas Navales Permanentes de la Alianza en el Mediterráneo Meridional, y el desplazamiento de aviones AWACS a los EE.UU. Durante los días 4 y 5 de octubre, Lord Robertson se reunió en S o f í a , Bulgaria, con los Jefes de Estado d e los países del "Grupo de Vilna" — Albania, Bulgaria, Croacia, Estonia, Letonia, Lituania, Rumania, Eslovaquia, Eslovenia y la antigua república Yugoslava de Macedonia*— las discusiones se centraron en las nuevas amenazas para la seguridad global surgidas tras los atentados terroristas contra los Estados Unidos. Reunión con Putin Cuando el Presidente ruso V l a d i m i r Putin se reunió, el 3 de octubre, en Bruselas con Lord Robertson, r e i t e - ró el deseo de su país de contribuir a la campaña general contra el terrorismo. También analizaron la situación en Chechenia, las defensa antimisiles, la situación de las relaciones OTAN - Rusia, y cómo la cooperación actual podía extenderse a otros aspectos. El 3 de octubre, el General francés Marcel Valentin, sustituyó al General noruego Thorstein Skiaker en el mando de la KFOR. Ocupará el puesto durante un año ya que el periodo de rotación de seis meses se ha prolongado como consecuencia de la reorganización de esta fuerz a . El Consejo Atlántico de Eslovenia fue el anfitrión de la Asamblea anual de la Asociación del Tratado Atlántico, c elebrada en Bled (Eslovenia) entre los días 3 y 6 de octubre, donde se debatieron Las nuevas tendencias, retos, esperanzas y oportunidades de la O TA N .
Confirmación del Artículo 5 El 2 de octubre, Lord Robertson confirmó la invocación del Artículo 5 d e spués de que los enviados norteamericanos informaran a los E m b a j a d o r e s en la OTAN de los resultados de las investigaciones sobre los ataques terror i s t a s del 11 de septiembre. Los enviados norteamericanos confirmaron que los ataques habían sido dirigidos desde el exterior por la red terrorista A l - Qaeda, dirigida por Osama ben Laden. El Presidente polaco Alexander Kwasn i e w s k i se reunió con Lord Robertson en la O TAN, el 2 de octubre. Allí expresó la disposición de su país a contribuir en la lucha antiterrorista y a incrementar su presencia en la fuerza de paz en los Balcanes. Las conversaciones versaron, también, sobre la reforma de la defensa y el plan a seis años, iniciado en 1999, para modernizar las fuerzas armadas polacas. El 1 de octubre, Lord Robertson s e reunió en Berlín, Alemania, con el Ministro de Defensa Rudolf Scharping, el Ministro de Asuntos Exteriores Joschka Fischer, y la Presidenta del partido de la oposición CDU, A n g e l a Merkel. Discutieron el apoyo alemán a la campaña contra el terrorismo y el p apel de su país en la F u e r za Operativa Amber Fox en la antigua república Yugoslava de Macedonia*, que se encarga de dar seguridad a los representantes de la UE y la OSCE. Unos 2000 soldados de 14 países OTA N participaron, del 1 al 25 de octubre, en el e j e rcicio Exchange Adventure 2001, e n el noroeste de Turquía, destinado a entrenar a las fuerzas de acción rápida en operaciones del Artículo 5.
El 28 de septiembre, Lord Robertson asistió a una ceremonia celebrada en la Escuela de Defensa de la OTAN, e n Roma para conmemorar su 50 anivers a r i o . Durante los días 28 y 29 de septiembre, en el primer seminario patrocinado por la OTAN en Belgrado, se analizó la posibilidad de que la R e p ú b l i c a Federal de Yugoslavia se una a la Asociación para la Paz y a la comunidad de seguridad Euro-Atlántica.
Reunión de los Ministros de Defensa A raíz de los ataques terroristas del 11 de septiembre,
los Ministros de Defensa de la OTAN se reunieron en sesión formal en la OTAN, el 26 de septiembre, y reiteraron su solidaridad con los Estados Unidos y su compromiso con los principios contenidos en el Artículo 5. El Subsecretario de Defensa de EE.UU., Paul Wolfowitz, i nformó sobr los planes, de amplio alc a nce y a largo plazo, para la lucha contra el terrorismo. También se debatió sobre el impacto de los ataques terroristas en la futura estructura y misiones de la OTAN, y los compromisos de la OTAN en los Balcanes. El 25 de septiembre, el día antes de que acabara Cosecha Esencial, se inició la misión de 30 días para el desarme de los rebeldes de etnia albanesa en la antigua República Yugoslava de M a c e d o n i a * Lord Robertson v i s i t ó Skopje, en donde se reunió con dirigentes gubernamentales para discutir sobre los acuerdos para proporcionar una seguridad adicional a los supervisores internacionales. Invierno 2001/2002 Revista de la OTAN 5 Para más informaci ó n , consultar NATO Update at www. n a t o . i n t / d o c u / u p d a t e / i n d ex . h t m .
ACTUALIDAD OTAN 6 Revista de la OTAN Invierno 2001/2002 terrorismo internacional.
A su vez, el 14 de septiembre la Comisión OTAN-Ucrania condenó los ataques contra los Estados Unidos y, en una declaración emitida tras la reunión, Ucrania anunció que estaba dispuesta a prestar todo su apoyo para asegurar que los responsables de los ataques fueran conducidos ante la justicia. Tras haber invocado el Artículo 5, los Aliados, a petición de Estados Unidos acordaron la adopción de ocho medidas para implementarlo y para incrementar las capacidades disponibles en la campaña antiterrorista. En concreto, acordaron reforzar la puesta en común de información y la cooperación, tanto bilateral como con los organismos de la OTAN sobre las amenazas que plantea el terrorismo y a las acciones a tomar contra él: proporcionar, de forma individual o colectiva, y conforme a la capacidad de cada uno, ayuda a los Aliados y a otros Estados que estén o puedan estar sujetos a un aumento de las amenazas terroristas por su apoyo a la campaña antiterrorista y adoptar las medidas necesarias para aumentar la seguridad de las instalaciones de los Estados Unidos y de otros Aliados en sus territorios. Los Aliados decidieron también reemplazar los equipamientos de la Alianza necesarios para apoyar operaciones antiterroristas, proporcionar autorizaciones de vuelo de carácter general para lo aviones de los EE.UU.N. y de otros Aliados en acciones antiterroristas y facilitar a los Estados Unidos y a los otros Aliados el acceso a los puertos y aeródromos del territorio propio para operaciones antiterroristas. Además, el Consejo decidió que la Alianza se preparase para desplegar parte de sus fuerzas navales permanentes en el Mediterráneo Oriental y cinco aviones AWACS en los EEUU para apoyar este tipo de operaciones. El 8 de octubre, cinco aviones AWACS de la OTAN y sus respectivas tripulaciones – con personal de Alemania, Bélgica, Canadá, Dinamarca, España, Estados Unidos, Grecia, Holanda, Italia, Noruega, Portugal, Reino Unido y Turquía – volaron hasta Estados Unidos para prestar apoyo en operaciones antiterroristas. El despliegue está inicialmente previsto para seis meses, con una primera rotación a las seis semanas. Durante este periodo, aviones AWACS franceses han asumido la responsabilidad de las tareas que en circunstancias normales hubieran realizado estos aviones, especialmente en Bosnia-Herzegovina. La Fuerza Naval Permanente de la OTAN en el Mediterráneo, compuesta por ocho fragatas y un navío de apoyo logístico, partió el 9 de octubre hacia el Mediterráneo Oriental. Estas fuerzas bajo mando británico no se han visto implicadas en combates, pero han demostrado la resolución e implicación Christopher Bennett es el Director de la Revista de la OTAN. E n los meses trascurridos desde que los terroristas estrellaron los aviones secuestrados contra el Pentágono y el World Trade Center, los Aliados y Socios de la OTAN se han alineado tras los EEUU en una demostración sin precedentes de apoyo y solidaridad. Las acciones de la Alianza, desde la invocación del Artículo 5 inmediatamente después de los ataques hasta el préstamo a los EEUU de los aviones equipados con Sistemas Aerotransportados de Detección y Control (AWACS) y los preparativos preventivos por si fuera necesario operaciones humanitarias en Afganistán, han demostrado, de forma mucho más elocuente que cualquier discurso, la unidad entre Europa y América ante los retos de seguridad comunes. La decisión tomada el 12 de septiembre de invocar el Artículo 5 del Tratado de Washington, la cláusula principal de la carta fundacional de la OTAN, que establece que un ataque armado contra uno de los Aliados en Europa o Norteamérica será considerado como un ataque contra todos ellos, sigue siendo la más profunda muestra de solidaridad de la Alianza. Si al principio se invocó de forma provisional, esperando a que se determinase si los ataques contra los Estados Unidos habían sido dirigidos desde el exterior, la decisión se vio confirmada el 2 de octubre por el Secretario General de la OTAN, Lord Robertson, cuando los enviados estadounidenses informaron al Consejo del Atlántico Norte (NAC) de los resultados de las investigaciones sobre los ataques. Muy pocos de los padres fundadores de la Alianza habrían llegado a imaginar que la primera vez que se invocase el A rtículo 5 sería a raíz de un ataque contra los Estados Unidos, y no contra algún Aliado europeo. Pero seguramente todos ellos se habrían sentido impresionados por la rapidez de la respuesta y el gr a d o de unidad que reflejó. Además, la histórica decisión del Consejo del Atlántico Norte fue sólo una de las muchas demostraciones de apoyo a los EEUU y de condena contra los ataques que se realizaron en la sede de la OTAN tras el 11 de septiembre. El 12 de septiembre, los 46 miembros del Consejo de Asociación Euroatlántico – 19 Aliados y 27 Socios – condenaron sin paliativos los atentados, calificándolos de atrocidades brutales y sin sentido, y de un ataque contra sus valores comunes. Acordaron, también, que no permitirían que los que siguen el camino de la violencia pusieran en peligro esos valores, y prometieron llevar a cabo toda clase de esfuerzos para combatir la lacra terrorista. El Consejo Conjunto Permanente OTAN-Rusia condenó el 13 de septiembre los ataques, y coincidió en la necesidad de la cooperación OTAN-Rusia en la lucha contra el Ayudar a América Christopher Bennett analiza la ayuda de la Alianza a los Estados Unidos, desde el 11 de septiembre, y su contribución a la campaña antiterrorista. de la Alianza en la campaña antiterrorista, le encuentran además disponibles para otras misiones, entre ellas la participación en iniciativas diplomáticas como las realizadas dentro del Diálogo Mediterráneo de la Alianza, el foro de la OTAN para el debate y la cooperación con países en toda la región mediterránea. A estas unidades se les unió posteriormente la Fuerza Naval Permanente en el Atlántico. Los Estados Unidos y el Reino Unido emprendieron el 7 de octubre las operaciones militares contra la red terrorista Al Qaeda y contra el régimen talibán, que la acogía en Afganistán. Aunque ésta no sea una operación de la OTAN, todos los miembros de la Alianza la apoyan, y muchos de ellos han prometido tropas de tierra y apoyo logístico para sostener la campaña y prestar ayuda humanitaria a la población afgana. También han contribuido a la lucha antiterrorista las fuerzas de la OTAN en los Balcanes, arrestando a varios presuntos terroristas que mantenían vínculos con la red Al Qaeda, y prosiguiendo las investigaciones sobre las actividades de ciudadanos extranjeros llegados a la región para luchar como voluntarios y que se establecieron allí. Como reacción ante una posible catástrofe humanitaria, el Consejo del Atlántico Norte encargó el 13 de noviembre a las autoridades militares de la OTAN que preparasen planes de contingencia para posibles operaciones humanitarias en A fganistán y su entorno. La Alianza tiene ex p e r i e ncia y conocimientos técnicos en este campo, además de una gran capacidad logística, como quedó demostrado en 1999 durante la crisis de Kosovo. Cualquier hipotética participación de la OTAN en la crisis actual se produciría a solicitud de las Naciones Unidas, y en estrecha coordinación con las agencias de las NU y con otras organizaciones humanitarias. La extraordinaria cooperación ente los ejércitos de la OTAN, que contribuyó al éxito de la coalición contra Irak hace una década y las operaciones en curso de apoyo a la paz en Bosnia, podría resultar sumamente beneficiosa en condiciones difíciles. A raíz del 11 de septiembre, la Alianza ha aumentado considerablemente sus esfuerzos en todos los campos —político, militar y sanitario— contra la amenaza del terrorismo con Armas de Destrucción Masiva (WMD). Los Aliados están intercambiando información sobre cuestiones relacionadas con este tipo de terrorismo cada vez con más frecuencia y amplitud, y el Centro WMD (ver la entrevista con el Director del Centro WMD, Ted Whiteside, en páginas 22 y 23) está a su vez contribuyendo a mejorar la coordinación de todas las actividades relacionadas con las WMD en la Sede de la OTAN. Los días 25 y 26 de octubre, los directores de planes de emergencia civil de la Alianza y los países Socios se reunieron en la sede de la OTAN para debatir las implicaciones de los ataques del 11 de septiembre y acordaron preparar un inventario de capacidades nacionales, como transportes y equipamientos médicos y científicos disponibles para proteger a la población civil en caso de un ataque biológico, químico o radioactivo. Si fuese necesario, el Centro Euroatlántico de Coordinación de Respuestas ante Desastres, con base en la sede de la OTAN y el personal procedente de varios países de la OTAN y Socios, podría actuar como una especie de cámara de compensación de la ayuda internacional, tal y como lo ha hecho ante diversos desastres naturales en los últimos años. Desde el 11 de septiembre, la OTAN ha estado estrechando sus relaciones con la Unión Europea para ayudarle a afrontar la amenaza terrorista. En una reunión entre el NAC y el Comité Político y de Seguridad de la UE, celebrada el 24 de septiembre, los embajadores coincidieron en la importancia de estrechas consultas y cooperación entre las dos organizaciones.
El 12 de octubre, Lord Rob e rt s o n i n f o rmó a los Ministros de Defensa de la UE sobre las medidas que había tomado la OTA N ante las solicitudes de los EEUU o las recomendaciones de las autoridades militares de la OTA N. La campaña antiterrorista fue también uno de los primeros puntos de la agenda de la reunión conjunta de Ministros de Asuntos Exteriores de la OTAN y la UE, que se celebró el 3 de diciembre en B ru s e l a s . Los sucesos del 11 de septiembre han dado también un nuevo impulso a las relaciones entre la OTAN y Rusia (ver el artículo de las página 19). Las respuestas ante los ataques terroristas se han convertido en tema habitual en las reuniones del Consejo Conjunto Permanente OTAN-Rusia. Además, Lord Robertson se reunió con el presidente ruso Vladimir Putin, el 3 de octubre en Bruselas y el 22 de noviembre en Moscú, para debatir cómo podían ambas partes aunar sus esfuerzos para combatir el terrorismo y desarrollar unas relaciones más estrechas que reflejen la cooperación tanto en esta como en muchas otras áreas.
■ LOS NUEVOS RETOS A LA SEGURIDAD Invierno 2001/2002 Revista de la OTAN 7 Despegue: Se han desplegado en los EEUU cinco aviones AWACS de la OTAN como ayuda en las operaciones antiterroristas. 8 Revista de la OTAN Invierno 2001/2002 cunstancias que plantean las nuevas amenazas contra la seguridad. A medida que esta incapacidad se va haciendo evidente, crece el pesimismo con respecto a los antiguos sistemas. Y el círculo vicioso se perpetúa. Hasta ahora, el remedio prescrito normalmente se basaba en la mejora en las actividades de inteligencia, realizadas por organizaciones oficiales especializadas además de una mayor cooperación y asociación entre los sectores implicados. Los recientes acontecimientos han dado un nuevo impulso a este planteamiento que, a pesar de los cambios positivos producidos en estas áreas, no ha ido lo bastante lejos o rápido para estar a la altura. Por ejemplo, las agencias policiales y judiciales llevan, por lo menos, una década de retraso en la adquisición y uso de la tecnología punta de que disponen los criminales de nueva hornada; la actividad policial, por otra parte, no parece ser capaz de capturar más del diez por ciento del tráfico total de drogas o de emigrantes ilegales que llegan a un país. Como consecuencia de estas deficiencias, el poder está trasladándose fuera de los límites de los Estados y de instituciones como el G8 (el grupo de los siete países más industrializados y Rusia) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos. La magnitud de tales desafíos provoca que esas organizaciones se sientan cada vez más abrumadas, e incluso impotentes. Un planteamiento estratégico Mientras que la actividad política, y el éxito empresarial se basen en la capacidad de reacción rápida ante los cambios del mercado, a menudo se pasará por alto la situación estratégica global. Y esto debe cambiar por dos motivos: primer o, la naturaleza nociva y global de los nuevos retos de seguridad tiene efectos globales; segundo, muchas cuestiones están interconectadas, por lo que ya no se puede seguir separando el terrorismo del blanqueo de dinero, o el crimen organizado del tráfico de drogas. Igualmente, es imposible hacer la guerra a sólo una de estas actividades, ex c l u yendo a las o t r a s . La emigración es otro ejemplo en la interrelación de problemas. Los refugiados y solicitantes de asilo no solamente plantean cuestiones de seguridad interna, sino que, cuando parecen amenazados los puestos de trabajo tradicionales, pueden alentar la xenofobia y los conflictos. Al mismo tiempo, los desplazamientos masivos pueden ocasionar enfermedades infecciosas para la población o el ganado. La emigración se ve también impulsada por la inestabilidad medioambiental debida al cambio climático. Un aumento de un metro del nivel del mar —durante el último siglo aumentó treinta centímetros— provocaría el desplazamiento de 300 millones de personas en Robert Hall, actual director de proyectos del Foro Global LE&NS, fue anteriormente analista en el Servicio de Inteligencia Criminal Nacional (NCIS). Carl Fox fue analista senior del NCIS. E l mismo día en el que los terroristas golpearon el corazón de los Estados Unidos, se inauguraba en el Reino Unido una exhibición de material militar modern o . O bviamente se trató de una casualidad, pero ambos acontecimientos parecen simbolizar los cambios esenciales que se han producido en el campo de la seguridad internacional. En primer luga r, las amenazas actuales tienen un volumen y una naturaleza completamente diferentes a las anteriores; y, en segundo lugar, las respuestas actuales cada vez parecen menos adecuadas. El armamento diseñado para combatir los peligros de finales del último milenio no va a ser suficiente para los de éste. Más que tecnologías específicas, se necesita una nueva forma de pensar. H oy por hoy, resultan imprescindibles nuevos planteamientos, pues el terrorismo es apenas un desafio más a la seg u r i d a d, al igual que los conflictos étnicos y religiosos, el t r á fico de drogas, la emigración masiva, la inestabilidad medioambiental, la corrupción, el blanqueo de dinero, o la piratería informática. Estas amenazas – en las que a menudo se funden conflictos y actividades criminales – no respetan las fronteras. Con demasiada frecuencia resulta que no ex i sten líderes o ejércitos a los que vigilar o contra los que lanzar represalias. Además, el volumen de estas activ i d a d e s , tanto por el número de personas afectadas como de dinero empleado, es tan grande que supera a muchas economías nacionales. Estas amenazas pueden minar las instituciones nacionales e internacionales, y arruinar tanto a los trabajadores como a los patronos. Al mismo tiempo, también las organizaciones legales que trabajan sin fronteras están aumentado su poder e influencia, y poseen la capacidad técnica necesaria para adaptarse al nuevo escenario. Los especuladores de divisas, los comerciantes en materias primas, las multinacionales y los proveedores de servicios de Internet tienen, actualmente, un enorme efecto en nuestra vida diaria. La globalización, junto a la revolución informática, ha permitido a estas instituciones privadas tomar la delantera. Los mecanismos de control los manejan los mercados financieros, más que unas estructuras geopolíticas concretas, y las crisis se originan del mismo modo. Por eso probablemente no resulta sorprendente que los mecanismos estatales tradicionales se vean amenazados. Y, lo que es más importante, parecen incapaces de ponerse a la altura de las circunstancias,...¡¡. Cómo replantear la seguridad Robert Hall y Carl Fox sostienen que, para superar los retos de seguridad en el siglo XXI, se necesitan nuevas estrategias globales y transnacionales. todo el mundo, y en países como Bangla Desh dejaría la mitad de las tierras fértiles bajo el nivel del mar. Paradójicamente, la mayoría de los países gastan mucho más dinero en barreras materiales contra la inmigración que en fondos para erradicar las causas de las emigraciones o para combatir la contaminación medioambiental. Sin embargo, mientras mantengamos esta mentalidad, nuestras respuestas seguirán siendo reactivas y a remolque —no activas y poco imaginativas— y nos limitaremos a levantar barreras y aplicar parches para intentar solucionar los problemas. La mentalidad estratégica necesaria para vencer a estos desafíos conexos a la seguridad tiene que ser mucho más imaginativa, comenzando por una cooperación aún más estrecha entre las organizaciones de seguridad nacional y las policiales y judiciales. También precisa de una cooperación total por parte de diversos departamentos gubernamentales, entre ellos los militares, actuando de f o rma coordinada con el mundo empresarial. Los ataques contra los Estados Unidos refuerzan la exigencia de un planteamiento integral, que aglutine elementos diplomáticos, militares y económicos. Este enfoque i n t egrado es un reflejo de la naturaleza y c o m p l e j idad de los problemas; las otras cuestiones intern acionales de seguridad no son diferentes. Aunque la cooperación entre organizaciones puede obtener buenos resultados en casos concretos, por sí sola no puede conseguir demasiado dado el tamaño y la bu r o c r a t ización de los organismos implicados, además de sus costumbres y sus intereses particulares. Cuando se pretende crear un marco estratégico eficaz, debe abordarse la cuestión de una dirección política global, que no parece muy popular en muchos estamentos. Cuanto más tarden en abordar este asunto los políticos, mayor será su pérdida de autoridad y la inestabilidad resultantes, y más dolorosa la transición final. Aunque es normal que cualquier tipo de organismo supranacional provoque ciertas reticencias, especialmente si no ha sido elegido, es difícil obviar la conclusión de que una estrategia global necesita en última instancia algún tipo de supervisión, lo que no es lo mismo que un gobierno global. En la práctica, la cuestión estriba en darle los recursos, las estructuras y, sobre todo, la autoridad para que se pueda enfrentar con eficacia los nuevos problemas. Cualquiera que sea el nivel de autoridad o el grado de cooperación, todo planteamiento estratégico necesita un proye cto orga n i z a t ivo descendente, basado en una buena aceptación y subordinación por parte de los niveles inferiores. Se precisa una gran perspectiva y un plan único, diseñado para alcanzar un objetivo común con recursos limitados. La implementación detallada de dicho plan puede adaptarse a las circunstancias e instituciones, pero dentro de una sola línea; y su e f e c t ividad dependerá de que tenga la autoridad y la superv isión debidas. Un enfoque de estas características no significa que sean i rr e l evantes las contribuciones de los niveles inferiores. La inf o rmación desde la base resulta esencial para no planificar en el vacío. Pero los que trabajan sobre el terreno no pueden ve r la perspectiva completa, y pueden desconocer factores decisivos. La estrategia debe plasmarse en una directiva que describa lo que está ocurr i e ndo y lo que probabl emente ocurrirá. A d e m á s , dada la limitación de recursos, esta directiva debe dar también indicar claramente el orden de prioridades a seguir por todos. Desgr a c i a d a m e nte, lo que a menudo vemos en los planes estratégicos son proye c t o s generales y ambiciosos que extrapolan la situación actual y marcan objetivos un tanto inalc a n z a bles. Los nive l e s inferiores asumen estos objetivos sin la más mínima comprensión del cuadro global. Uno de los mayo r e s retos a la hora de implementar una estrateg i a e ficaz es el cambio desde un enfoque centrado en las crisis a corto plazo y en criterios de rendimiento anual, a una mentalidad a más larg o plazo, a un nivel superior y con una perspectiva más abiert a . Las pérdidas a corto plazo pueden ser aceptables para obtener b e n e ficios a largo plazo. Aunque esto es difícil de aceptar para unos accionistas, no resulta imposible para los gobiernos, aun cuando tengan un mandato de tan solo cinco años. Como ocurre con la buena conducción, la clave reside en mantener el ojo en la carretera, sin mirar los pedales. También se trata de saber anticiparse a los acontecimientos, pero conservando la capacidad de maniobrar rápidamente ante una sorpresa. En política, la anticipación se basa en el conocimiento y la planifi c a c i ó n estratégicas, y todo esto depende de un buen sistema de intelig e n c i a .
LOS NUEVOS RETOS A LA SEGURIDAD Invierno 2001/2002 Revista de la OTAN 9 Los ro s t ros del terrorismo. Ya no se puede seguir separando el terrorismo del blanqueo de dinero, o el crimen organizado del tráfico de drogas. Estructuras de inteligencia Los buenos resultados dependen también de tener sobre el t e rreno los servicios de inteligencia adecuados. Hasta ahora, ha existido una cierta tendencia a perpetuar organismos de inteligencia creados y desarrollados para enfrentarse a los enemigos tradicionales. Las fronteras oficiales entre potencias bien asentadas continúan en vigor con toda su fuerza. Los s e rvicios de aduanas, policía, e incluso los mismos de inteligencia, los principales departamentos gubernamentales y el ejército, tienen todos sus propias divisiones de inteligencia o de análisis, y confían en gran medida en los acuerdos bilaterales, o a nivel de organizaciones, para intercambiar cierto tipo de información además de creer que un gran número de reuniones y comités demuestran que existe coordinación y consenso. Esto quizás funcione la mayor parte de las ve c e s , pero no es una respuesta adecuada ante los desafios de seg uridad actual. La mejor forma de conseguir una solución sería ir más allá de la coordinación y el consenso e imponer un organismo que centralice y controle la toma de decisiones. Dicho de otro modo, quizás debamos dar poder ejecutivo a una autoridad conjunta que podría recibir la información colectiva, determinar la respuesta conjunta y, después, dirigir a los diferentes departamentos para actuar de una de forma específica y coordinada. La forma de reaccionar de cada departamento subordinado se determinaría individualmente, dentro de un planteamiento estratégico previamente acordado. Se han propuesto diferentes modelos para apoyar este proceso, pero no han tenido ni la base bastante amplia como para recibir la aprobación universal, ni una demanda que garantizase su pert i n e n c i a . El concepto de centralización ni se ha utilizado tradicionalmente ni resulta popular para unas instituciones rabiosamente independientes. El temor al centralismo provocó el rechazo de una propuesta presentada por la anterior administración de EEUU para combinar al FBI, a la DEA (Agencia Federal Antidrogas) y a la Agencia para el control del alcohol, tabaco y armas de fuego (BATF) en un solo organismo, para enfrentar al crimen actual. También la idea de una agencia de inteligencia de la UE, propuesta en 1999 por Alemania y Francia, fue rechazada rápidamente por los demás países. Al mismo tiempo, se reconoce que tanto la Europol como la Interpol aportan una valiosa contribución a la lucha contra el crimen, y de ahí los recientes esfuerzos para reforzar la Europol a fin de que participe en la lucha antiterrorista. Pero, actualmente, este cuerpo se ve hipotecado por la cantidad y calidad de las participaciones nacionales, por la dispersión de los parámetros legales y por la escasez de recursos.
A pesar de todos los intentos emprendidos en muchas áreas, los progresos obtenidos en la centralización de la información y de las operaciones han sido o muy lentos o inexistentes. La inteligencia frente a la evidencia legal Según se va haciendo más variado y universal el carácter de las amenazas contra la seguridad, al requerirse la implicación de todas las organizaciones acabará planteándose el dilema de la inteligencia frente al desafio de la realidad. Algunas amenazas tienden a incrementar los problemas entre las agencias
LOS NUEVOS RETOS A LA SEGURIDAD 10 Revista de la OTAN Invierno 2001/2002 policiales, que tratan de conseguir y preservar pruebas, y las de seguridad nacional, que persiguen la recogida y análisis de datos de inteligencia.
Como consecuencia de ello, las agencias policiales tienden a ser más abiertas y estar más atentas respecto las libertades individuales que sus homólogas de seguridad nacional. Todas estas divisiones y sutilezas jurisdiccionales dificultan la reacción ante determinados ataques, en especial si se desconoce quien los perpetró. Para un policía, un criminal que introduce un virus informático es alguien a quien arrestar, y los datos recuperados deben utilizarse ante el tribunal. Pero para el experto antiterrorista la primera preocupación consiste en detener el ataque o atenuar sus efectos, mientras que las detenciones ocupan un segundo lugar. Desgraciadamente, en casos como el del mundo virtual, no se sabe a qué tipo de situación nos enfrentamos hasta después de haber empezado la investigación. Y sin embargo, la rapidez de reacción puede ser decisiva para evitar el desastre. Estas dos prioridades, a veces mutuamente exclusivas, solamente pueden resolverse de dos maneras diferentes: una de ellas consiste en crear una organización con la autoridad de una agencia policial pero con la capacidad combinada de una agencia de seguridad nacional; la otra, es una revisión clara, que permita eliminar las barreras funcionales. Los fallos de inteligencia que permitieron los ataques contra los Estados Unidos provocarán con toda seguridad una i m p o rtante reorganización de los departamentos policiales y de seguridad nacional de aquel país. Con unos presupuestos anuales en inteligencia de 30 billones de dólares y que el sólo coste del fracaso del 11 de septiembre multiplique va r i a s veces esa cantidad, supone un enorme acicate para futuras mejoras. La necesidad de una mejor inteligencia humana será uno de los puntos destacados de cualquier análisis, pero existe también un filón de inteligencia a explotar entre los periodistas y el sector privado.
Tanto los periodistas como los empresarios trabajan en muchas de las áreas susceptibles y tienen gran abundancia de información que aport a r, ya que, a diario, se ocupan de cuestiones de seguridad.
Al enfrentarse a un problema global, compartir las cargas en el campo de la inteligencia es igual de válido que en otras actividades leg í t i m a s . El sector privado Está claro que los gobiernos cuando combaten las crecientes amenazas contra la seguridad, se dan cuenta de que la implicación del sector privado constituye un factor trascendental. En su nivel más simple, puede verse en los puertos en los que las compañías de transportes pueden ser multadas si no realizan un control adecuado de los movimientos del personal. Otro ejemplo sería la propuesta de que los proveedores de servicios de Internet guarden los históricos de los datos como posibles pruebas. Estos avances hacia la colaboración son comprensibles, pero hasta ahora el impulso ha venido de la visión gubernamental del mundo empresarial como un colaborador prescindible. Hasta la fecha ha habido muy poca comprensión de las necesidades de las empresas, pero esto está empezando a cambiar debido al rápido desarrollo del comercio electrónico, a la ne- cesidad cierta de seguridad informática y, desde el 11 de septiembre, a la evidencia de que el fracaso puede tener graves consecuencias para muchas economías. Las grandes empresas tienen mucho que ofrecer puesto que operan mas allá de las fronteras nacionales, son comparativamente eficaces en la protección de su propiedad intelectual y, normalmente, utilizan las últimas tecnologías. Además, cuentan con recursos. Pero deben tener una participación real en un flujo de información bidireccional y en el proceso de planificación estratégica. Las exigencias automáticas de información, que en algunos casos puede ser sensible para la empresa, no animan precisamente a la participación. La desconfianza que provoca el compartir información con un organismo policial, que considera su deber perseguir los incumplimientos de la ley en cualquier circunstancia, impedirá que exista transparencia cuando realmente haga falta. Cuando las grandes empresas y el gobierno se reúnen para debatir cuestiones que afectan a la seguridad nacional y al ordenamiento jurídico, sus intenciones pueden ser malinterpretadas, especialmente por los sectores más críticos. Po r ello, es muy importante dar a conocer los fines de esta colaboración, y demostrar la vinculación de este intercambio estratégico con los beneficios que obtienen las pequeñas comunidades. A fin de cuentas, las acciones contra los cultivadores de coca en Colombia o contra las mafias de inmigr a n t e s en Albania pueden tener más efecto en la seguridad de las calles de una ciudad de provincias que el aumento del nú m e r o de policías locales; defender esta causa es responsabilidad de los políticos. Para estar a la altura del creciente número de retos de seguridad del nuevo milenio, no será suficiente la simple continuidad de antiguas políticas y viejas prácticas. Los problemas son ya demasiado difíciles de resolver políticamente, están demasiado interrelacionados y resultan demasiado costosos. Las buenas intenciones basadas en una mayor cooperación común – especialmente ante una gran tragedia – no serán suficientes ni sostenibles a largo plazo. Se necesita una estrategia sin limitaciones, global y transnacional, que oriente su visión más allá de lo inmediato y hacia el futuro. Predecir el futuro será siempre una actividad que enfrentan, pero eso no es motivo para ignorar las tendencias y evoluciones perceptibles de un mundo que cambia con rapidez, ni se puede seguir intentando adoptar políticas aislacionistas, esperando que los hechos pasen de largo.
Resulta una doble tragedia que hayan tenido que ocurrir los sucesos del 11 de septiembre para movilizar todos los esfuerzos y hacer frente a un problema que no es nuevo. Todo esto resulta muy demostrativo de los peligros que enfrentan las organizaciones no estatales en la escena actual y de la incapacidad de los Estados para defenderse adecuadamente. Cada vez se irá dando más importancia a la vigilancia y la toma de precauciones, en vez de a los tanques y los clarines; esto tendrá importantes implicaciones, y no sólo para el sector tradicional del armamento. La seguridad internacional ha entrado en una nueva era.
■ LOS NUEVOS RETOS A LA SEGURIDAD Invierno 2001/2002 Revista de la OTAN 11 El Secretario General de la OTAN, Lord Robertson, fue el principal orador en la primera edición anual del Foro Global sobre Seguridad Pública y Seg u r i d a d Nacional (LE&NS), que tuvo lugar en junio de 2001 en E d i m bu rgo (Escocia). En un discurso pregra b a d o , Lord Robertson describió cómo cada vez se difuminan más los límites entre la acción policial y la seg u r i d a d militar, e instó a la adopción de planteamientos innovadores ante los retos de seguridad, y a un aumento de los gastos gubernamentales para su financiación. El Foro Global LE&NS fue fundado con un triple propósito: convertirse en un instrumento para el análisis y debate de las principales cuestiones relativas a la s eguridad en los próximos veinte años; actuar como nexo de unión entre los organismos policiales y judiciales y los responsables de la seguridad nacional de todo el mundo, a fin de perseguir unos objetivos comunes contra unas amenazas que cada vez son más transnacionales; y ofrecer una oportunidad para que los sectores p ú blico y privado puedan compartir ideas y proponer soluciones conjuntas para afrontar los desafíos en cuestiones de seg u r i d a d . De esta primera edición del Foro Global LE&NS salieron cuatro recomendaciones principales: aumentar el conocimiento de las amenazas actuales; resaltar la r e l evancia del análisis estratégico; inve rtir en instituciones globales; y desarrollar la cooperación entre los sectores público y privado, en especial para la puesta en común de inteligencia. El segundo Foro Global LE&NS se celebrará en junio de 2002 en Londres, y versará sobre la el tema " Política de seguridad para afrontar los nue - vos desafíos: crear asociaciones, encontrar soluciones". Para más detalles pueden consultarse www.lensforum.com
El Foro Global LE&NS 12 Revista de la OTAN Invierno 2001/2002 estas nuevas amenazas son cambiantes, dinámicas y amorfas, los esfuerzos para combatirlas deben ser flex i bles, globales y coordinados. El terrorismo no proviene de un país o de una religión, ni siquiera de un grupo, sino de redes que se extienden por todo el globo, de Este a Oeste y de Norte a Sur, sin respetar las fronteras nacionales. Se trata de una amenaza transnacional, y requiere una respuesta transnacional. Los ataques contra el Pe n t á g o n o y el World Trade Center tuvieron lugar en suelo estadounidense, pero sus efectos sigue recorriendo el mundo. ¿Cómo va m o s a responder ahora? ¿Cómo deben actuar los EEUU para protegerse a sí mismos, a sus intereses y a sus aliados? ¿Cuáles deben ser nuestros objetivos a corto plazo? ¿Y a largo plazo? La organización, la cooperación y la coordinación constituyen las claves para abordar con éxito este problema. En primer lugar, debemos estudiar cómo queremos articular nuestras respuestas, y centrar nuestros esfuerzos en organizar los recursos comunes para impulsar una reacción global y unitaria. De hecho, muchos de estos esfuerzos para poder ser eficaces deben Frank J. Cilluffo ha presidido re c i e n te m e n te dos Comités sobre d efensa del terri t o rio y contra terro rismo en el Centro de Estu d i o s E s tratégicos e Intern acionales (CSIS). Con posteri o ri d ad a la re d acción de este artículo ha sido nombrado ayudante especial del Pre s i d e n te Bush para la seg u ri d ad terri t o ri a l .D a n i el Rankin es a n a l i s ta de defensa y seg u ri d ad en el CSIS. L os acontecimientos del 11 de septiembre han transformado Norteamérica, su forma de pensar y el mundo en el que vivimos. Los Estados Unidos no pueden seg u i r c o n fiando en la seguridad que le prestaban los dos océanos que en el pasado protegieron al país y a su población. Los ataques terroristas evidenciaron el hecho de que a partir del final de la guerra fría, las amenazas son más complejas y de mayor alcance. En vez de enfrentarnos a una amenaza, predominantemente militar, capaz de destruir todo el país (e incluso el mundo entero), nos hallamos ante una miríada de amenazas, menores y más difíciles de localizar y combatir. Dado que Combatir al terrorismo Frank J. Cilluffo y Daniel Rankin instan a la adopción de una estrategia flexible, global y coordinada para combatir el terrorismo. Alerta frente al ántrax. Los sucesos del 11 de septiembre y los posteriores ataques con ántrax han demostrado que debe prestarse una mayor atención a la amenaza terrorista. implicar a otras naciones y organizaciones.
El compromiso con otras naciones resulta imprescindible para combatir y prevenir el terrorismo puesto que la cooperación y el entendimiento mutuos proporcionan la clave del éxito. En los momentos críticos, esta cooperación funciona. Por ejemplo, durante las celebraciones del milenio las autoridades jordanas ayudaron a salvar a un gran número de vidas americanas, al impedir los ataques que estaban planeados contra turistas norteamericanos y de otros países en Oriente Medio. A pesar del énfasis que actualmente se pone sobre las organizaciones no estatales, es importante seguir prestando atención a los agentes estatales o patrocinados por Estados, puesto que todavía suponen una amenaza y pueden compartir información, tecnología y potencial con agentes no estatales. De hecho, un informe reciente del Consejo Nacional de Inteligencia sobre armas biológicas establecía que se sabe de una docena de Estados que poseen o intentan conseguir activamente capacidad ofensiva de tipo biológico. Quizás no resulte sorprendente que la mayoría de los denominados "Estados delincuentes" estén incluidos en esta lista. Resulta difícil generalizar sobre las intenciones, el desarrollo y el posible uso o distribución de las Armas de Destrucción Masiva (WMD) por parte de los Estados, puesto que difieren en cada caso. Aunque es cierto que los agentes estatales tienen más recursos que los no estatales para desarrollar estas armas, su uso por los primeros se ve bastante limitado por la posibilidad de represalias, lo que no suele resultar aplicable para los segundos. El terrorismo ha sido tradicionalmente una táctica política, utilizado por quienes lo practican como recurso intimidatorio en la mesa de negociaciones. Ha sido también un método de bajo coste y grandes resultados, que ha permitido a pequeños países y grupos nacionales e incluso a particulares burlar las manifestaciones convencionales del poder estatal. Sin embargo, actualmente algunos de esos grupos, movidos por creencias radicales, religiosas o nacionalistas, no buscan ya un sitio en la mesa de negociaciones, sino que prefieren hacerla saltar por los aires y construir en su lugar algo distinto. El mejor ejemplo lo constituye Osama Ben Laden y su organización Al Qaeda. En realidad, Ben Laden es el director general y responsable financiero de un conjunto de grupos terroristas radicales más o menos subsidiarios, que comparten recursos, material y experiencia, y que pueden reunirse para una operación concreta y dispersarse a continuación. Al Qaeda es solamente la cabeza visible de una hidra.
Con el paso de los años, los terroristas han llegado a ser expertos en hacer uso de armamentos convencionales, como explosivos y armas de fuego, con la máxima eficacia. Éstas han sido y seguirán siendo sus armas preferidas, pues son baratas y fáciles de obtener y usar, no precisan de una gran capacidad científica para fabricarlas o emplearlas, pueden pasar inadvertidas y es difícil defenderse contra ellas. Además, los terroristas cada vez son más innovadores en sus métodos para el empleo de estos armamentos, métodos que se han ido haciendo cada vez más letales. Los terroristas han demostrado además un creciente interés en conseguir y usar A rmas de Destrucción Masiva (WMD). De hecho, Ben Laden ha manifestado públicamente que considera un deber religioso personal obtenerlas. Las armas químicas serían devastadoras, pero de efectos limitados, pues aun siendo sus efectos inmediatos se puede salvar al menos la vida si se administran antídotos rápidamente. El uso de armas nucleares por parte de terroristas es más improbable, ya que el proceso de investigación, desarrollo y distribución al que se verían obligados es tremendamente complejo. La infraestructura necesaria resulta difícil de esconder y desplazar y hay muchas formas de detectar su fabricación con los métodos y tecnologías ya existentes. El peligro en este caso sería que los terroristas puedan o bien recibir materiales y armas de un Estado que les apoye, o robarlas de unas instalaciones mal protegidas, o incluso comprárselas a un funcionario o científico descontentos o mal pagados. Las armas biológicas provocan mayor preocupación, puesto que presentan una importante diferencia frente a las demás: ante un ataque biológico puede resultar imposible averiguar cuándo, dónde o cómo fue iniciado hasta algún tiempo después de haber sucedido. La complejidad añadida de la amenaza biológica reside en la naturaleza altamente contagiosa de muchos de sus agentes —como las enfermedades del tipo de la viruela o la peste— que multiplica exponencialmente el efecto inicial si se deja que se propague entre la población. Estos asesinos silenciosos no se pueden ver, no se anuncian hasta que se detectan los síntomas, y su aparición muchas veces se produce mucho después de la infección inicial. Tal incertidumbre, frente a lo visible y definido de la explosión de una bomba, puede causar además de las víctimas un pánico considerable. Son estos agentes infecciosos los que mejor demuestran la importancia de un sistema que no sólo proporcione opciones ante una amenaza única, sino también instrumentos para afrontar una amplia gama de posibilidades.
Dado que la amenaza es polifacética también deben serlo las defensas. Un escenario de pesadilla sería el de una organización terrorista que utilizase una combinación de estas armas. Así podría ocurrir con la difusión de una toxina en un centro comercial, unida a la voladura de una central eléctrica para privar de energía a la zona y un ataque informático contra el sistema telefónico para bloquear las comunicaciones. Una combinación de baja y alta tecnología constituye una posibilidad temible, pues al tiempo que Ben Laden pone el dedo en el gatillo de un AK-47, su sobrino podría tener el suyo en el ratón de un ordenador. Este ejemplo, sencillo pero aterrador, muestra la necesidad de asumir un planteamiento integrado y global, en vez de tratar de aislar y hacer frente a una sola amenaza. Los sucesos del 11 de septiembre y los posteriores ataques con ántrax han demostrado que, además de seguir vigilando los frentes tradicionales, debe prestarse una mayor atención y más recursos a la amenaza terrorista. Antes del 11 de septiembre no existía consenso sobre cuál era la principal amenaza para los Estados Unidos: algunos pensaban en los ataques terroristas contra las instalaciones militares de los EEUU en el extranjero, otros creían que lo era el auge de China, otro grupo que sería un ataque norcoreano contra Corea del Sur y, por último, para otros era la posibilidad de que un Estado disparase un misil contra los EEUU. Incluso ahora que existe consenso
LOS NUEVOS RETOS A LA SEGURIDAD Invierno 2001/2002 Revista de la OTAN 13 en que la principal amenaza la constituye el terrorismo, sigue habiendo diferencias sobre la forma que podría adoptar. La opinión pública muestra una enorme preocupación respecto a las armas biológicas, especialmente al ántrax. Precisamente a consecuencia de esta preocupación pública, y al hecho de que sus empleados fueron objetivo de ataques con ántrax, el Congreso se ha centrado en los agentes biológicos, mientras que el Pentágono está preocupado sobre todo por la protección de su personal en el extranjero y por un posible ataque con misiles balísticos intercontinentales. A pesar de estas percepciones divergentes, lo importante es no concentrarse solamente en un aspecto del problema en detrimento de los recursos aplicados a otros, favoreciendo así los ataques en aquellas áreas en las que estemos menos preparados. Según vamos avanzando, es importante encontrar las respuestas a una serie de difíciles preguntas.
¿Son suficientes nuestras actuales instituciones, estructuras y políticas?
¿Qué se ha hecho bien, y qué debe mejorarse?
Es el momento de llevar a cabo una detallada evaluación de los planteamientos actuales, para examinar y valorar lo que se ha realizado, lo que queda por hacer y lo que no se ha abordado de forma adecuada. Después de haber hecho esto es cuando se podrá dar el siguiente paso, diseñando una estrategia antiterrorista eficaz. Mientras que el terrorismo con WMD es un fenómeno horizontal, la orga n i z a c i ó n del Estado es ve rtical. Está claro que el gob i e rno debe adaptarse para poder hacer frente y controlar la ingente cantidad de cuestiones que plantea el terrorismo con W M D. Un sistema lineal no va a funcionar. El concepto de organización eficaz no solamente se encuentra en el meollo de una e s t r a t egia antiterrorista nacional y de conjunto, sino que también la sustenta desde el comienzo (es decir, con la anticipación de los hechos, y con medidas de preve n c i ó n y preparación) hasta el final (con la gestión de la crisis y sus c o n s e c u e ncias, y la reacción ante ellas). Hoy en día se tiende a trazar una frontera art i ficial entre la gestión de las crisis y la de sus secuelas, una distinción que ha demostrado ser inmanejabl e en la práctica. La gestión de crisis —la reacción inmediata y la detención de los autores— y la gestión de sus consecuencias —dar tratamiento a las víctimas y restaurar el funcionamiento de los servicios esenciales— se producen simultáneamente y deben ser abordadas también simultáneamente. Nuestro concepto de la planificación de la seguridad nacional debe ampliarse hasta abarcar el antiterrorismo WMD, y la protección de infraestructuras esenciales, como telecomunicaciones, red eléctrica, distribución de combustibles y gas, bancos y servicios financieros, transporte, red de agua potable y servicios gubernamentales y de urgencias. Tenemos que darnos cuenta de que ninguna agencia federal puede adueñarse en solitario de esta misión estratégica, y de que la seguridad nacional no puede seguir siendo la responsabilidad exclusiva de las agencias que tradicionalmente se han ocupado de ella. Deben participar los nuevos actores, lo que incluye a los servicios ,...
LOS NUEVOS RETOS A LA SEGURIDAD 14 Revista de la OTAN Invierno 2001/2002
,...sanitarios y asistenciales, las autoridades estatales y locales, y el sector privado. Todos los recursos deben estar integrados y disponibles. Pero en la actualidad, muchas agencias actúan de forma independiente, lo que provoca solapamientos, confusión sobre quién tiene la autoridad, duplicación de funciones, sistemas incompatibles, gastos inútiles, y un innecesario aumento de los riesgos. Muchos gobiernos estatales y locales así como agencias federales han realizado progresos en su preparativos para hacer frente a ataques terroristas, pero les falta cohesión. Tenemos que apoyarnos en los excelentes centros existentes, e incluirlos en una estrategia nacional que sea unitaria y global. A este respecto, el encargo del Presidente George Bush al Vicepresidente Dick Cheney, anterior a los acontecimientos del 11 de septiembre, de que elaborara un plan nacional y creara un Oficina de Previsión Nacional, resulta verdaderamente ejemplar. Además, este impulso inicial se ha visto apoyado por la fundación de la Oficina de Seguridad del Territorio Nacional, bajo la dirección del ex Gobernador de Pennsylvania, Tom Ridge. El nuevo proyecto debe incorporar todas las capacidades; las colectivos sanitarios, de salud pública y de servicios asistenciales resultan especialmente importantes para la prevención y reacción ante los ataques bioterroristas. Los síntomas que provocan los agentes biológicos pueden tardar días, e incluso semanas, en manifestarse. En este caso, el primero en actuar, la verdadera punta de lanza, probablemente sea un médico de urgencias, un ayudante técnico sanitario, un veterinario, un inspector agrícola, un patólogo o incluso un entomólogo. De nuevo nos encontramos con el contraste entre la necesidad de una organización eficaz y el actual estado de cosas. Dicho esto, añadamos que la respuesta ante los prolongados ataques con ántrax ha sido admirable, además de demostrar la necesidad de incluir nuevos interlocutores en la mesa de discusiones, y haber proporcionado unas lecciones muy oportunas sobre cómo se pueden mejorar las reacciones.
El instrumento más importante en la lucha antiterrorista quizás sea la información. Una información exacta y oport u n a , acompañada de los análisis adecuados, constituye el alma de la campaña antiterrorista. Cada faceta de la campaña, desde las operaciones diplomáticas, militares, financieras y políticas, hasta las adve rtencias ante futuros ataques, depende en gr a n medida de nuestros servicios de inteligencia. La amplitud, profundidad e imprevisibilidad del la amenaza terrorista exige imp o rtantes inversiones, coordinación y una reorganización de los procedimientos de inteligencia a todos los niveles, en las tres etapas: antes del ataque (adve rtencia), durante el ataque ( p r evención) y tras el ataque (inve s t i gación policial). La obtención de información multidisciplinar resulta esencial para proporcionar indicios sobre un posible ataque – como puede ser la i nve s t i gación de la cultura y mentalidad de las orga n i z a c i o n e s t e rroristas – y para señalar los principales puntos vulnerabl e s sobre los cuales actuar y ejercer presión para preve n i r, evitar y A la vez que Ben Laden pone el dedo en el gatillo de un AK-47, su sobrino podría tener el suyo en el ratón de un ordenador f rustrar las actividades terroristas. Hasta ahora, la mayor part e de la información antiterrorista operacional suministrada a los r e s p o n s a bles de tomar las decisiones procedía del análisis de las comunicaciones. Aunque es importante disponer de una inteligencia electrónica realmente poderosa, resulta todavía más i m p o rtante mejorar la inteligencia humana. En este punto, los Estados Unidos necesitan reforzar sus alianzas con los serv icios de inteligencia de otros países. Aunque es imposible negociar directamente con ex t r e m i s t a s como Ben Laden, la diplomacia desempeña un papel primordial en la lucha antiterrorista. La evolución desde un terr o r i smo político a otro de base ideológica ha significado que muchos más países se han transformado en objetivo directo de los crecientes actos terroristas, lo que provoca que ahora haya muchos más países con un interés propio en estudiar el terr o r i s m o . De hecho, muchos de ellos poseen ya un conocimiento y ex p eriencia profundos sobre este tema, de los cuales deberían servirse los Estados Unidos.
La defensa combinada de los intereses comunes es una demostración de buena diplomacia, y a menudo lleva a la cooperación posterior en otras materias. Una estrategia antiterrorista global debe incorporar toda una gama de actividades, desde la prevención y disuasión, pasando por la represalia y persecución, hasta la preparación para la respuesta a nivel nacional; son elementos que con demasiada frecuencia se tratan aisladamente. Una estrategia como ésta debe i n c o rporar tanto la organización de los recursos nacionales como la implicación de aliados y recursos internacionales, y requiere poder supervisar y medir objetivamente la eficacia de los muchos programas a través de los cuales se implementa, para así poder llegar a normas prácticas y procedimientos comunes. Una estrategia contra el terrorismo con WMD que sea completa implica tanto impedir que se produzca el ataque —mediante disuasión, no proliferación, contra-proliferación y prevención— como preparar las disponibilidades federales, estatales, locales, las del sector privado y las no gubern a m e n t a l e s para poder responder a un ataque real. En resumen, nuestras y o rganizaciones antiterroristas deben reforzarse, optimizarse y c o n s eguir sinergias, pues de este modo una prevención efi c a z facilitará la preparación a nivel nacional, y viceve r s a . Al llevar a cabo esta actividad de análisis y evaluación, y al c o n s t ruir una estrategia nacional, deben estudiarse todas las posibilidades. No podemos protegernos contra todo, en todas partes y todo el tiempo, ni contra cada enemigo y cada modalidad de ataque; tenemos que establecer prioridades, aceptando que s eguirá habiendo áreas vulnerables, que deberemos minimizar sin permitir que estorben nuestros esfuerzos. Lo que ocurr i r á , sin embargo, es que nos encontraremos con que esta inve r s i ó n tendrá efectos secundarios beneficiosos. La mayor parte de los cambios institucionales que hagamos para mejorar la orga n i z ación, la cooperación y la coordinación, serán beneficiosos a todos los niveles, y no sólo ante las W M D. Mejorar la capacidad de afrontar sucesos extraordinarios, y especialmente catastróficos, proporciona instrumentos y potenciales que son igualmente valiosos cuando se trata de situaciones "normales", como desastres naturales. Las medidas preve n t ivas diseñadas para afrontar escenarios de auténtica pesadilla, ofrecen también sus b e n e ficios y utilidades en el día a día.
La lucha antiterrorista exige, también, desarrollar dentro del gobierno federal unos canales directos de coordinación y cooperación, entre agencias y dentro de cada agencia. Muchas de estas agencias tienen poca experiencia en trabajo conjunto, como ocurre con los servicios de inteligencia y los servicios de defensa, justicia, salud y asistencia, los departamentos de agricultura y energía y la Agencia Federal de Gestión de Emergencias y el Instituto Nacional de Salud. Por supuesto, tenemos que planear cómo conseguir una buena asociación entre la Agencia Federal de Gestión de Emergencias y el Servicio de Salud y el de Asistencia Social, que sea capaz de galvanizar el sector sanitario y de salud pública ante el bioterrorismo. Además, en lo que respecta al sector privado, todavía tiene que aprovecharse de verdad toda la experiencia de los sectores farmacéutico y biotecnológico. Los Estados Unidos necesitan desarrollar de forma rápida y masiva capacidades integradas para todo su sistema de salud. Primero tenemos que identificar todos los efectivos existentes, y el modo en que pueden ser movilizados. A continuación, tenemos que trabajar en la elaboración de estrategias que permitan desplegar rápidamente los esfuerzos asistenciales, tanto a nivel regional como nacional. Además, necesitamos recurrir a la comunidad sanitaria internacional para coordinar esfuerzos y conseguir una capacidad global de supervisión y control epidemiológico con los recursos necesarios para responder inmediatamente ante una crisis. El control de las epidemias mundiales ayuda a acumular experiencia e investigación, y puede proporcionar una alerta temprana ante un ataque bioterrorista. Éste es, también, un ejemplo de cómo un aumento inmediato de recursos con la vista puesta en la seguridad nacional e internacional produciría, también efectos secundarios muy beneficiosos. Los agentes biológicos demuestran con gran claridad por qué la actividad política resulta de suma importancia. Muchos agentes biológicos y químicos se pueden desarrollar clandestinamente, haciendo que resulte muy difícil la detección de los progr amas de desarrollo o de adquisición de capacidades biológicas o químicas, como se vio en Irak. Además, dado que la mayor parte de la inve s t i gación y desarrollo biotecnológicos son de dobl e uso, es posible ocultar los esfuerzos para adquirir agentes ofens ivos biológicos bajo la cobertura de una inve s t i gación abiert a . Existe también un riesgo considerable de que sean robados algunos de estos agentes en Rusia, o de que algunos países comp a rtan con los terroristas información, tecnologías o materiales. La tarea es enorme, y precisa de esfuerzos en muchos frentes: legal, militar, servicios de inteligencia, financiero, diplomático, defensa del territorio y sistema de salud. La actividad diplomática debe reunir la coalición internacional lo más amplia posible, y organizar todos los recursos disponibles para hacer frente a este desafío, que no podemos esquivar por miedo a su magnitud y que podemos, y debemos, ser capaces de derrotarlo.
■ Los análisis del CSIS sobre la amenaza terroristas y las posibles respuestas, que incluyen los detalles de un ejercicio de simulación sobre los efectos de un ataque bi o t e rrorista contra los Estados Unidos, pueden consultarse en la dirección: http://www.csis.org LOS NUEVOS RETOS A LA SEGURIDAD Invierno 2001/2002 Revista de la OTAN 15 16 Revista de la OTAN Invierno 2001/2002 acabado por contemplarla, simultáneamente, como arma y como objetivo, al igual que ocurre con otros componentes de las fuerzas armadas. Lo más probable es que las ciber-fuerzas, al igual que otros elementos de los ejércitos modernos, se integren dentro de una estrategia bélica global, como parte de una campaña que combine diferentes armas. Pero, a diferencia de otros materiales militares, la informática de los ejércitos mod e rnos es un componente esencial de todos los demás equipos. Desde este punto de vista, es un componente clave del que dependen muchos ejércitos modernos, siendo ex t e n s iva esta dependencia a los posibles enemigos. Todos los países están desarrollando e implementando estrategias cibernéticas (ciberestrategias), diseñadas para atacar la estructura enemiga de mando y control, de su aparato logístico, de transporte y de alerta avanzada, y de otras funciones militares básicas. Además, las diferentes naciones van siendo conscientes de que el uso de ciberestrategias puede ser un importante factor multiplicador de fuerzas con efecto de compensación. Los países pequeños, incapaces de competir con sus vecinos en capacidad militar convencional, pueden desarrollar otras capacidades que adecuadamente utilizadas les proporcionen cierta ventaja estratégica. Como señala en un estudio de la RAND Corporation realizado en los 90, los costes Timothy Shimeall es analista del Centro de Análisis CERT de la Univer s i d ad Carn egie Mellon de Pittsburg (Pe n s i l va n i a ) , especialista en ciberguerra y ciberterrorismo. Phil Williams, antiguo becario de la OTAN, es profesor de la Universidad de Pittsburg, y científico visitante en el Centro de Análisis CERT. Casey Dunlevy es un antiguo analista de inteligencia, que dirige el Centro de Análisis CERT. A m uchas personas, el término ciberg u e rra les trae a la mente imágenes de programas malignos y letales, que p r ovocan la caída de sistemas informáticos y el fallo de los sistemas de armamento, destruyendo en una conquista i n c ruenta la supuesta capacidad tecnológica del adversario. Es una visión atractiva - una ciber-g u e rra que no forma parte de un conflicto más amplio, se mueve en un escenario totalmente diferente al de la guerra tradicional y representa una alternativa incruenta a los peligros y costes de la guerra moderna - pero, a la vez, muy poco realista. Aunque este cuadro no sea totalmente imaginario, resulta improbable. La ciber-guerra tendrá, casi con toda seg u r i d a d, unas secuelas materiales muy pesadas. Al estar cada vez más integrada la tecnología informática en las organizaciones militares modernas, los planificadores han Frente a la ciberguerra Timothy Shimeall, Phil Williams y Casey Du n l evy sostienen que la planificación de la defensa debe integrar el mundo virtual con el fin de limitar los daños físicos en el mundo real .
Virus informáticos: atacar las infraestructuras informáticas constituye una opción atractiva para países sin capacidad para disputar una guerra tradicional. iniciales asociados al desarrollo de una ciberguerra son tremendamente modestos por lo que no resulta sorprendente que países que no tienen esta dependencia tecnológica en su estamento militar, la consideren como un potencial "talón de Aquiles" para sus enemigos. Las sociedades y economías avanzadas pos-industriales dependen completamente de los sistemas informáticos y de comunicaciones; la sofisticación ha acabado convirtiéndose en un punto débil que pueden explotar los adversarios. Atacar las infraestructuras civiles constituye una opción atractiva para los países y organizaciones no estatales que se enfrentan a un conflicto desigual y que carecen de suficiente potencial para disputarlo mediante una guerra tradicional. De la importancia de las infraestructuras informáticas da fe el hecho de que cada vez son más los países que consideran que un ataque contra ellas equivaldría a un verdadero ataque armado. Las fronteras tradicionales entre la guerra y la paz se van difuminando en un proceso que ya se adivinaba en la guerra fría, pero que resulta mucho más evidente en la guerra antiterrorista a raíz de los ataques del 11 de septiembre contra el Word Trade Center y el Pentágono. Esto nos lleva a pensar que, probablemente, sean los sistemas informáticos de los Estados miembros de la OTAN el siguiente objetivo de un enemigo no tradicional, cuya finalidad principal será la destrucción física y la provocación de daños, y que intentará explotar cualquier punto vulnerable. A este respecto es conveniente destacar que la ciberguerra no consiste en pintarrajear las páginas web de los movimientos políticos, organizaciones o países rivales. Estos ataques contra páginas web, incluso cuando acompañan a otros conflictos —como lo hicieron en 1999 durante la campaña aérea de la OTAN en Kosovo— normalmente se consideran por sí solas, como una forma de acoso o gamberrismo, y no como una ciberguerra. Sin embargo, existen varios grados o niveles de ciberguerra, de los cuales sobresalen tres: la ciberguerra como un complemento de las operaciones militares, la ciberguerra restringida y la ciberguerra total. Cuando los mandos de los ejércitos modernos se ven envueltos en un conflicto militar, uno de sus objetivos esenciales consiste en obtener la superioridad o predominio informativo dentro del campo de batalla, lo que requiere suprimir las defensas aéreas enemigas, bloquear o destruir sus radares, y otras acciones similares. La meta, utilizando la terminología de Clausewitz, consiste en aumentar la "niebla de la guerra" para el enemigo, y reducirla para las fuerzas propias. Dicha meta puede alcanzarse mediante golpes militares directos, diseñados para inhabilitar los sistemas de comunicaciones y de procesamiento de la información del enemigo, o atacando estos sistemas internamente para conseguir, si no la destrucción del servicio, si al menos de una parte de sus posibilidades. En realidad, esta forma de ciberguerra se centra casi exclusivamente en objetivos militares virtuales. En una ciberguerra restringida, la infraestructura informática es a la vez el medio, el objetivo y el arma, en un ataque que incluye muy poca o ninguna acción en el mundo "material". En cuanto al medio para el ataque, la infraestructura informática constituye el camino por el que el ataque alcanza el objetivo – a menudo mediante las interconexiones entre el enemigo y sus aliados, a través de las líneas que usan para compartir datos o recursos, o mediante conexiones de redes de área global. Otra alternativa sería que un agente infiltrado introdujera directamente un software dañino en la red enemiga. Como objetivo de un ataque, la infraestructura constituye un medio mediante el cual puede reducirse la eficacia enemiga . Las redes de comunicaciones facilitan las misiones complejas, por lo que el deterioro de la capacidad de estas redes impide o d e s truye las operaciones que dependen de ellas. Deteriorar su nivel de servicio obl i garía al enemigo a recurrir a medios de reserva para ciertas operaciones, lo que podría dejar ex p u e s t o s otros puntos vulnerables. Dañar la capacidad de actualización de la información de una red podría incluso obl i gar al enemigo a dudar de la fiabilidad de los datos disponibles para la toma de decisiones. Como arma para el ataque, la infraestructura informática podría ser manipulada para atacarse a sí misma – sea mediante la implantación de varios programas informáticos, o mediante acciones tendentes a explotar las debilidades detectadas. Una ciberg u e rra restringida como la descrita podría serv i r para ralentizar los preparativos del adversario para una intervención militar, como parte de una campaña de guerra económica, o como una de las diversas maniobras que norm a l m e n t e acompañan una crisis o una confrontación entre Estados. Un asunto más serio, y posiblemente más factible que la ciberguerra restringida es lo que podría denominarse la ciberguerra total, una forma de guerra con tres características principales: primera, es global en su visión y cobertura de objetivos, sin distinguir entre blancos civiles y militares, o entre el frente y la retaguardia; segunda, provoca daños materiales y bajas, que pueden ser la consecuencia de ataques deliberados para provocar el caos y la destrucción, o el resultado de la degradación de lo que puede denominarse mando en materias como el control del tráfico aéreo, la gestión de los servicios de urgencias, de suministro de agua potable o de electricidad; tercera, el impacto social y económico que ocasiona —además de la pérdida de vidas humanas— puede llegar a ser importante.
Una campaña de ciberg u e rra total se dirigiría, casi con toda s eg u r i d a d, contra las infraestructuras fundamentales del país atacado: energía, transporte, finanzas, agua potable, comunicaciones, servicios de urgencia y la propia infraestructura informática. Seguramente no respetaría los límites entre el sector p r ivado y el público y, caso de ser lo bastante sofisticado y coordinado, tendría tanto un efecto inmediato como consecuencias a largo plazo. En última instancia, la ciberg u e rra total prob a blemente ocasionaría una gran pérdida de vidas, además del c o rrespondiente quebranto económico y social. Los ataques que dejasen fuera de funcionamiento a determ inados servicios tendrían una especial importancia si estos serv icios no son tan sólo proveedores de acceso a Internet sino que afectan a infraestructuras nacionales esenciales que no están diseñadas para soportar interrupciones prolongadas. Así, por ejemplo, una disminución permanente del potencial de generación y r e p a rto del suministro eléctrico tendría un enorme impacto sobre los servicios de urgencia y sanitarios, sobre las comunicaciones y la capacidad de gestión. Un fallo de los servicios de urg e n c i a,...
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,...de las grandes ciudades no sólo provocaría muertes entre los que precisan de dichos servicios, sino que además causaría una pérdida de la confianza en la capacidad gubernamental de ga r a n t izar la protección y los servicios básicos. Cuando se ev i d e n c i a r a que el ataque afectaba a otras infraestructuras de comunicaciones, transporte y suministro de agua potable, el temor y la fa l t a de confianza empezarían a afectar al tejido social básico. Los ataques contra las infraestructuras financieras socavarían la capacidad de funcionamiento normal de los negocios, y provo c a r ían dudas entre la población sobre la seguridad de sus fi n a n z a s p r ivadas, en especial sobre sus pensiones, inversiones y ahorr o s . También se verían afectadas las redes militares que siempre utilizan autopistas de comunicaciones comerciales, lo que perjudicaría sus sistemas tanto de mando y control como log í s t i c o s además de su nivel de preparación y operatividad. En una ciberg u e rra total, los ataques virtuales pueden llegar a tener consecuencias reales, gr aves y trascendentales. La gran ironía es que las naciones como los Estados Unidos y sus Aliados, que tienen la máxima capacidad para una ciberg u e rra como complemento de las operaciones militares —y que pueden obtener el dominio de la información sobre el terreno— son también las más vulnerables frente a la ciberg u erra total. Sin embargo, existen medidas para reducir esos puntos vulnerabl e s . La ciberguerra no es esencialmente distinta de la guerra convencional. Cuando se lleva a cabo por un Estado, se integra en una estrategia y doctrina definidas, pasa a formar parte de los planes militares y se implementa dentro de unos parámetros específicos. Por lo tanto está sujeta a análisis y prevención de forma muy similar a otras operaciones militares. De hecho, hay varias formas de reducir la vulnerabilidad ante una ciberguerra, entre ellas la anticipación y la evaluación, las medidas de prevención y disuasión, las defensivas y las de reducción y reparación de daños. La noción de Clausewitz de que la guerra es una continuación de la política por otros medios proporciona el fundamento para el desarrollo de un sistema fiable de alerta ante ciberataques. Antes de un ataque, informático o convencional, normalmente existe una confrontación política previa. La toma de conciencia ante la escalada de un conflicto político, el reconocimiento y análisis de capacidades para la ciberguerra, y la detección y evaluación de los prolegómenos de un ataque proporcionan en su conjunto advertencias suficientes sobre un ciberataque inminente. Mientras se desarrollan las metodologías para crear un sistema de alerta, aquellas pueden combinarse con sofisticadas estrategias coordinadas de supervivencia para aumentar la probabilidad de reconocimiento, respuesta y recuperación ante un ciberataque. Las metodologías de detección y alerta constituyen el punto principal, a causa de lo difícil que resulta identificar y eva l u a r un ciberataque sofisticado. Diferenciar un ataque contra la red como una saturación debida a la demanda de cierta inform a c i ó n o de fallos de implementación así como los errores en una parte del sistema operativo de un servidor que procesa el tráfico de la red no resulta ni fácil ni rápido. Además, incluso cuando parece evidente que se está produciendo un ataque, el defensor debe relacionar una gran cantidad de informaciones —cada una,...
LOS NUEVOS RETOS A LA SEGURIDAD 18 Revista de la OTAN Invierno 2001/2002
,...de ellas de dudosa fiabilidad— para conseguir un adecuada comprensión de las acciones implicadas en el ataque, antes de decidir cuál es la mejor respuesta. El deterioro del servicio de la red y de la calidad y capacidad de los datos hacen que esto sea difícil, sobre todo si no se puede confiar en la información ex i stente en dicha red. Es difícil establecer medidas de prevención y disuasión en el mundo virtual, en parte por las capacidad de los atacantes de mantenerse en el anonimato pero una ofensiva virtual total proporcionaría, casi con toda seguridad, suficientes pistas como para identificarla. Una de las cuestiones para que en el futuro se tomen decisiones en los países de la OTAN será si, ante estos ataques debe responderse con represalias virtuales o con represalias materiales, o con ambas. Los conceptos de escalada y disuasión, que tan familiares fueron durante la guerra fría, deben ser analizados de nuevo con respecto a estos nuevos tipos de contingencias. De hecho, podría ocurrir que esas estrategias de disuasión tuvieran efecto en el mundo virtual al menos en las ofensivas totales. También se pueden desarrollar defensas con cierta probabilidad de éxito. A corto plazo, los ataques en las redes modern a s favorecen siempre al agr e s o r, pero a largo plazo esta ve n t a j a puede desplazarse hacia los defensores, al identificar éstos los medios de ataque y bloquearlos, protegiendo los puntos vulner a bles y aislando las conexiones de la red. Además, las redes inf o rmáticas pueden fortalecerse: pueden aislarse los serv i c i o s esenciales para mantener el potencial, la formación del personal y la seguridad física pueden minimizar la amenaza de la infi ltración del enemigo. Y se pueden configurar "cort a f u egos" y sistemas de detección de intrusos que proporcionen capacidad de aviso y respuesta para infraestructuras públicas y priva d a s . Por último, resulta necesario desarrollar una capacidad de reducción y reparación de daños. El diseño de redes debe incorporar los conceptos de fortaleza y superv ivencia (basadas, en p a rte, en la existencia de medios altern a t ivos para las misiones c l aves), a la vez que resultan imprescindibles unos planes de contingencia para la implementación permanente de los sistemas y misiones esenciales, en condiciones de mucha menor con e c t ividad virtual. En este aspecto, las redes locales aisladas que pueden operar de forma segura y eficiente, sin conexiones exteriores, ofrecen un campo muy prometedor. Por supuesto, todo esto es más fácil de decir que de hacer. Son muchos y variados los obstáculos para conseguir una mejor capacidad de superv ivencia para la red. A menudo, la seg u r i d a d es un concepto nacido a posteriori y no una parte integral del diseño de la red. Los gobiernos y las empresas tienen planteamientos diferentes sobre la seguridad y sobre quién debe prop o r c i o n a r l a . Frecuentemente ni siquiera se cuestiona la dependencia respecto a los sistemas informáticos. Y, a menudo, la delimitación de responsabilidades resulta borrosa y confusa por la superposición y los conflictos de competencia de jurisdicciones. Pero todas estas dificultades pueden superarse con una combinación de voluntad política, compromiso organizativo, concienzuda planificación e implementación sistemática. La planificación de la defensa debe integrar el mundo virtual si queremos tener alguna oportunidad de limitar los daños materiales en el mundo real.
■ Invierno 2001/2002 Revista de la OTAN 19 ta. Además, la actividad diplomática, las cumbres y el frenesí de propuestas de los últimos meses han abierto nuevos horizontes para una cooperación más estrecha y una relación más profunda entre la OTAN y Rusia. Por supuesto que esta no es la primera vez que las relaciones OTAN-Rusia ofrecen grandes ex p e c t a t ivas. En 1997, cuando se fi rmaba el Acta Fundacional OTAN-Rusia sobre Relaciones Mutuas, Cooperación y Seg u r i d a d, los jefes de Estado y gob i e rno de la OTAN y Rusia se comprometieron con "el objetivo de superar los vestigios de las confrontación y competencia anteriores y de reforzar la confianza y cooperación mutuas, marcando así el comienzo de una relación esencialmente renovada entre la OTAN y Rusia, y con la intención de desarr o l l a r una asociación fuerte, estable y duradera". Además, el ConseWillem Matser trabaja en la Oficina del Asesor Especial de la OTAN para Europa Central y Oriental. P ocos acontecimientos unen más a la gente que una tragedia, y pocas tragedias han superado por su intensidad, o por su efecto, a la del 11 de septiembre. Además de los miles de americanos que perdieron la vida, cerca de 800 ciudadanos de otros países de la OTAN y casi 100 rusos murieron cuando se desintegraron las Torres Gemelas, como millones de personas pudieron ver en directo por televisión. Desde lo que fue una tragedia colectiva, la unidad de criterio de los Aliados y Rusia frente a la amenaza común ha sido una característica esencial de la coalición internacional en la guerra antiterrorisHacia una nueva asociación estra t é g i ca Willem Matser analiza las relaciones entre la OTAN y Rusia a raíz del 11 de septiembre y las perspectivas de una mejor cooperación. Reunión en Moscú: el acercamiento de los últimos meses ha permitido poner sobre la mesa propuestas ambiciosas. jo Conjunto Pe rmanente (PJC) OTAN-Rusia se creó para disponer de "un instrumento de consultas, coordinación y, siempre que sea posible y se considere adecuado, para la toma de decisiones y acciones conjuntas". Desde entonces, las relaciones entre la OTAN y Rusia han ido pasando por casi todos los estadios posibles, en un recorrido marcado por las diversas personalidades implicadas en él, además de por los cambios en los arquetipos políticos y los acontecimientos externos, como los conflictos balcánicos, la primera Guerra chechena, la campaña de la OTAN en Kosovo, la segunda Guerra chechena y la actual coalición internacional antiterrorista. Con periodos de optimismo seguidos habitualmente por otros de pesimismo, las relaciones OTAN-Rusia con frecuencia han tendido a empeorar. Para reconducirlas por el bu e n camino, conviene analizar dónde, cuándo y cómo empezaron a deteriorarse en el pasado, e intentar extraer enseñanzas para el futuro. Quizás este análisis debiera haberse realizado antes, pero hasta hace muy poco el lastre político que a rrastraban las relaciones OTA N - R u s i a en general, y el funcionamiento del Consejo Conjunto en part i c u l a r, tendían a ex c l u i r l o . Para comprender en su plenitud la situación actual y evaluar la naturaleza de las dificultades, la relación OTAN-Rusia debe contemplarse en su contexto histórico. Después de todo, hace poco más de un década que acabó la guerra fría, y las actitudes de ese periodo han seguido influyendo.
Aunque a principios de los 90 algunos miembros de las altas esferas rusas estaban deseosos de adoptar una agenda prooccidental, muchos altos funcionarios encontraban difícil aceptar la desaparición del Pacto de Varsovia y de la Unión Soviética, y la pérdida del papel de superpotencia que conllevaban. En muchos casos, encontraban humillante seguir tratando con la OTAN, para ellos "el enemigo victorioso de la Guerra Fría". Muchos rusos contemplaban la existencia de la OTAN como una traición. Si habían dejado de existir la Unión Soviética y el Pacto de Varsovia —las "amenazas" contra las que se fundó la OTAN— ¿por qué seguía siendo necesaria una alianza militar occidental? Mientras Rusia luchaba por integrarse en las instituciones occidentales, y las dificultades económicas cercenaban los sueños de prosperidad capitalista de los rusos, comenzó a cundir el desencanto. A su vez, la OTAN no encontró el tono adecuado para sus relaciones con Rusia, y no logró convencer a la burocracia rusa de sus buenas intenciones. Los funcionarios rusos de los ministerios de Asuntos Exteriores y Defensa se sintieron defraudados cuando se vieron tratados igual que sus homólogos de los países del antiguo Pacto de Varsovia y las otras ex repúblicas soviéticas dentro del Consejo de Cooperación del Atlántico Norte, el predecesor del actual Consejo de ESPECIAL 20 Revista de la OTAN Invierno 2001/2002 Asociación Euroatlántico (EAPC). El anuncio de la Alianza, en 1995, de que había encargado un Estudio sobre la ampliación de la OTAN aumentó el sentimiento de desconfianza. Para los rusos, la OTAN no sólo había sobrevivido a las amenazas que provocaron su nacimiento, sino que estaba ampliando su influencia política y militar cada vez más cerca de las fronteras rusas. El nombramiento de Primakov como Ministro de Asuntos Exteriores en 1998 significó un punto de inflexión y condujo en menos de un año a la firma del Acta Fundacional OTAN-Rusia. Desde que Primakov estuvo al cargo de este ministerio, la política exterior y de seguridad de Rusia se volvió más coherente y firme. De hecho, uno de los objetivos subyacentes del Acta Fundacional fue asegurar que Rusia tuviese voz en las principales instituciones de seguridad euroatlánticas e influencia en la toma de decisiones. Puesto que el Consejo debía incluir mecanismos para la toma de decisiones y acciones conjuntas, se contemplaba como el instrumento adecuado para poder ejercer dicha influencia. Pese al optimismo inicial, muy pronto fue evidente que el Consejo no funcionaba como se pretendía. Algunas de sus deficiencias pueden a t r i buirse a diferencias culturales; la OTAN funciona sobre la base del consenso, y por eso siempre ha trabajado de abajo a arriba y esto presupone un proceso continuado de consultas informales entre las Representaciones Pe rm a n e n t e s de los Aliados a fin de allanar el camino hacia el consenso, incluyendo en algunos casos acuerdos para evitar ciertos puntos de fricción. Pero, pese a su apoyo al Consejo, Primakov decidió no establecer una representación permanente en la sede de la OTA N. Esta decisión, resultó decisiva por cuanto limitó seriamente la posibl e p a rticipación de Moscú en el proceso de creación de consenso. Todavía resultó un mayor obstáculo la renuencia de ambas partes a abandonar los estereotipos de la guerra fría.
Rusia, dirigida por las aspiraciones de Primakov de restaurar su papel de gran potencia en un mundo ahora multipolar, se negó a abandonar este enfoque tan poco constru c t ivo, diseñado para romper la solidaridad aliada. Los Aliados respondieron con la exigencia de que nada se discutiría con Rusia sin haber aprobado previamente la OTAN una postura oficial. Para los rusos, privados de la posibilidad de influir en las políticas de la Alianza antes de la toma de decisiones, el formato "diecinueve más uno" se transformó en un "diecinueve contra uno", y los intercambios entre la OTAN y Rusia a menudo, fueron solamente una repetición de posturas ya conocidas. El Consejo dejó de reunirse a primeros de 1999 cuando Rusia se salió de él como protesta por la campaña aérea para detener la limpieza étnica en Ko s ovo. La congelación de relaciones fue sólo la plena confi rmación de las dificultades ya existentes en las relaciones y de los planteamientos dive rgentes respecto al Consejo Conjunto. Aunque los ataques t e r ro ristas con t ra los EEUU dieron un nuev o impulso a la re l a c i ó n O TA N - Ru s i a , la mejora en las re l a c i ones había c om e n zado antes del 11 de septiembre . Aunque los ataques terroristas contra los Estados Unidos y el proceso de construcción de una coalición internacional antiterrorista han dado un nuevo impulso a la relación OTANRusia e imbuido a las discusiones un sentimiento de urgencia, la mejora en las relaciones había comenzado antes del 11 de septiembre. Ya a principios de 2000, el nombramiento de Vladimir Putin como Presidente de Rusia allanó el camino para una nueva relación más constructiva, y en mayo de ese año se reanudaron las actividades del PJC. Desde entonces, pese a la incomodidad occidental por las operaciones antiterroristas en Chechenia, la OTAN y Rusia han ido aumentando el alcance y el número de actividades conjuntas. En la primavera de 2001, la agenda de trabajo del PJC se había ampliado para cubrir un amplio espectro de cuestiones de interés mutuo, como la cooperación y las consultas sobre el mantenimiento de la paz en los Balcanes, las discusiones sobre doctrina y estrategia, y la colaboración sobre control de armamentos, proliferación, infraestructura militar, cuestiones nucleares y defensa contra misiles de teatro, además del reciclaje profesional del personal militar desmovilizado y la búsqueda y rescate en el mar. El programa era casi tan extenso como el existente a finales de 1998 y, tras un año de negociaciones, el Secretario General de la OTAN Lord Robertson, pudo inaugurar en febrero de 2001 una Oficina de Información de la OTAN en Moscú. Dentro de esta atmósfera más amistosa, Lord Robertson y el Presidente ruso Putin acordaron reunirse de nuevo en octubre en Bruselas. Las reuniones Putin-Robertson en Bruselas (octubre) y Moscú (noviembre), y la Cumbre de noviembre entre Estados Unidos y Rusia en Crawford (Tejas), han reconducido las relaciones entre la OTAN y Rusia, y entre Estados Unidos y Rusia. De hecho, en su declaración conjunta el Presidente Putin y el Presidente George W. Bush prometieron que sus dos países "trabajarán, junto con la OTAN y otros países de la OTA N, para mejorar, reforzar y aumentar las relaciones entre la OTAN y Rusia, a fin de desarrollar nuevos mecanismos e ficaces para consultas, cooperación, toma conjunta de decisiones, y acción coordinada y/o conjunta". Además, a raíz de la reunión de Ministros de Asuntos Exteriores del PJC en diciembre en la sede de la OTA N, tanto Rusia como la A l i a n z a se comprometieron a "forjar una nueva relación" y encargaron a sus embajadores la tarea de buscar "mecanismos efi c aces para consultas, cooperación, y acción coordinada y/o conj u n t a " :
El acercamiento de los últimos meses ha permitido poner sobre la mesa propuestas ambiciosas, como la institucionalización de las reuniones OTAN-Rusia en un formato "a veinte", lo que ha generado grandes expectativas. A pesar de esto, es evidente que sigue habiendo áreas en las que pudieran aparecer o son de esperar problemas, y deben idearse políticas para contrarrestarlos. Establecer mecanismos de reuniones con Rusia en formato "a veinte", sin posiciones previamente coordinadas, no significa que Rusia se asegure un veto sobre las decisiones de la Alianza. La OTAN seguirá funcionando "con diecinueve", y manteniendo su libertad de acción y decisión en cualquier asunto incluido en sus responsabilidades según el Tratado de Washington. Pero allí donde pueda hallarse un terreno común en el que la OTAN y Rusia trabajen juntos, es importante construir los mecanismos que lo hagan posible. Muchos analistas occidentales creen que en la actualidad el Presidente Putin va muy por delante de otros miembros de la comunidad rusa de defensa y seguridad, y según algunos incluso se podría estar excediendo, haciéndose así más vulnerable. Cualquiera que sea su situación real, ya es bastante fuerte la presión sobre el Presidente Putin y sobre la OTAN para que obtengan un éxito, y la necesidad de obtener logros concretos se hará cada vez más acuciante según se aproxime la Cumbre de Praga y la cuestión de la ampliación de la OTAN comience a agrandarse en el horizonte. Un conjunto de avances visibles, cuidadosamente analizados y coordinados, podría ayudar al Presidente Putin a salvar la brecha que le separa de las altas jerarquías de seguridad rusas, bastante más conservadoras. Hace falta también una cuidadosa planificación informativa, pues las expectativas y especulaciones de los medios de comunicación podrían provocar una presión excesiva sobre lo que ya de por sí será un proceso político complejo. Las actitudes de muchos agentes institucionales en la relación OTAN-Rusia no han cambiado en lo esencial, con lo cual los "grandes avances" al más alto nivel, y los enfoques constructivos en las conversaciones informales no siempre se traducen en logros prácticos. Las propuestas y programas concretos siguen siendo implementados por los mismos canales burocráticos y, en algunos casos, a pesar de ellos. Aunque el escenario de cooperación parece apuntar el éxito final, éste no está asegurado, y las iniciativas de alto nivel pueden acabar resultando infructuosas. Quizás sería un planteamiento más realista el persistir en el lento proceso de implementar programas, tanto formales como informales, de menor tamaño y, sin embargo, fundamentales. El principal objetivo de Rusia no ha cambiado. Todavía quiere, sobre todo, que la traten como una potencia madura e influyente, tener voz en las principales instituciones de seguridad euroatlánticas y en la toma de decisiones sobre defensa y seguridad. Si los Aliados no quieren o no pueden satisfacer este propósito, la reacción será grave y duradera. Los nuevos mecanismos de cooperación pueden ayudar a vencer las desconfianzas del pasado y a mejorar nuestra capacidad de realizar acciones conjuntas cuando sea conveniente. Pero los nuevos mecanismos por sí solos no pueden ser la base de una asociación fuerte y duradera entre la OTAN y Rusia. Debe haber una nueva actitud, especialmente por parte de los rusos. Cuando los que diseñan las políticas y los líderes gobernantes quieren aprovechar una oportunidad histórica, deben comprender lo que está en juego. Por un lado, dar los pasos correctos ayudará a crear relación más fuerte y en gran parte diferente entre la OTAN y Rusia. Por otro, cada movimiento en falso puede socavar la buena voluntad mostrada en los últimos meses. Pero si a pesar de la complejidad y la sensibilidad de esta cuestión, la OTAN y Rusia pueden unirse y forjar una nu eva asociación estratégica, eso constituirá un apropiado tribu t o a las víctimas de tantos países que perdieron la vida el 11 de septiembre.
■ ESPECIAL Invierno 2001/2002 Revista de la OTAN 21 vel sobre Proliferación. Además, el Centro WMD apoya de forma activa al Comité Po l í t ico de Alto Nivel cuando éste se ocupa de la defensa contra misiles de teatro, de la cooperación con Rusia y de la respuesta de la A l i a n z a al terrorismo tras los ataques del 11 de septiembre de 2001 contra los Estados Unidos. RO: ¿De qué modo ha cambiado la agenda del Centro WMD desde el 11 de septiembre? T W: A raíz del 11 de septiembre, ha aumentado de forma clara la conciencia sobre el posible uso de armas de destrucción masiva por p a rte de organizaciones no estatales y, como consecuencia de ello, el Centro ha adaptado su programa de trabajo a las demandas de los Comités a los que presta su apoyo . Debo añadir que existe un enorme grado de continuidad en el trabajo de los Comités como ocurre con el Grupo de Defensa de Alto Nivel sobre Proliferación, en el sentido de que lo que ha estado haciendo los últimos años ha sido reforzar la preparación militar para operar en un entorno W M D. Muchos de los avances prácticos que han realizado los Aliados en lo relativo a la protección de fuerzas, detección, identificación y contramedidas sanitarias pueden adaptarse a los riesgos asociados a la posibilidad del uso de armas de destrucción masiva (WMD) por parte de organizaciones o grupos no estatales. Por tanto, pretendemos continuar avanzando a partir de las iniciativas y trabajos ya existentes. Aunque nuestra agenda no ha cambiado a p r e c i a blemente, está claro que ahora se pone un énfasis especial en los riesgos asociados a los agentes biológicos. De hecho, tendremos que aumentar nuestros conocimientos sobre el uso potencial de armas biológicas, químicas o radiológicas por p a rte de organizaciones no estatales, que debemos tener muy presente. Además, tenemos que analizar las mejores formas de colaboración para proteger a la población civil frente a estos r i e s g o s . RO: A raíz del envío de cartas con ántrax en los Estados Unidos los medios de comunicación parecen estar obsesionados con el bioterrorismo. ¿Hasta qué punto constituye una amenaza seria esta forma de ataque? 22 Revista de la OTAN Invierno 2001/2002 Revista de la OTAN: ¿Qué es el Centro WMD y para qué se creó? Ted Whiteside: El Centro WMD es un equipo interdisciplinar dentro de la División de Asuntos Políticos de la OTA N. Se fundó con el o b j e t ivo de ayudar a los Comités y grupos de trabajo relacionados con la proliferación. Su mandato quedó establecido en la Cumbre de Washington de 1999 y en la Iniciativa W M D. Tiene seis grandes objetivos básicos: intensificar el debate dentro de la OTAN en pos de un m ayor entendimiento entre los Aliados sobre los problemas de las WMD y la forma de enfrentarse a ellos; mejorar la cantidad y calidad de la información, tanto pública como clasificada, compartid a por los Aliados sobre asuntos relacionados con la proliferación; a p oyar el desarrollo de una estrategia de información pública para aumentar el conocimiento sobre los temas de proliferación y sobre el empeño de los Aliados en apoyar los esfuerzos de no proliferación; aumentar la preparación militar para actuar en un e n t o rno WMD y para combatir la amenaza que suponen dichas a rmas; intercambiar información relativa a los programas nacionales bilaterales para la colaboración en la destrucción de las WMD —en especial ayudar a Rusia a destruir sus arsenales de a rmas químicas— y aumentar la capacidad de ayuda mutua entre los Aliados para proteger a la población civil de los peligr o s de las W M D. Como se desprende de estos objetivos, la A l i a n z a tiene un programa de trabajo intenso en lo que se refiere a los riesgos y amenazas de las W M D, y este Centro es clave en dichos esfuerzos. RO:
¿Cómo funciona el Centro WMD?
¿Cuántos miembros del personal de la OTAN y expertos nacionales trabajan en él?
T W: En total hay tres miembros del Secretariado Internacional y siete ex p e rtos nacionales. Estos últimos aportan una amplia experiencia, dados sus conocimientos sobre armas químicas, agentes biológicos, misiles balísticos, protección de fuerzas, inteligencia, y aspectos políticos del control de armamentos y de los reg ímenes de no proliferación. Prestamos apoyo a varios comités de la OTA N, entre los cuales destacan el Grupo Político-Militar de Alto Nivel sobre Proliferación, y el Grupo de Defensa de Alto NiTed Wh i t e s i d e : Director del Centro WMD de la OTA N Ted Whiteside ha dirigido el Centro de Armas de Destrucción Masiva (WMD) de la OTAN desde su creación, en otoño de 2000. En septiembre de 1999 se incorporó a la División de Asuntos Políticos de la OTAN, como subdirector de la Sección de Desarme, Control de armamentos y Seguridad después de haber formado parte de la Delegación canadiense ante la OTAN y de la Embajada de Canadá en Bonn. Invierno 2001/2002 Revista de la OTAN 23 ENTREVISTA T W: La posibilidad de que grupos no estatales utilicen arm a s biológicas plantea una gr ave cuestión puesto que estos gru p o s han demostrado tener la capacidad de fabricar y usar algunas de esas armas cuyo mayor atractivo para ellos reside en su tox i c idad. El uso de estas armas por parte de elementos criminales o t e rroristas podría ser extremadamente peligroso al tratarse de material pernicioso, difícil de detectar y que obl i ga al uso de e n o rmes recursos, y hablo tanto de contramedidas sanitarias como legales. Las tecnologías de doble uso y la amplia difusión de los conocimientos técnicos sobre las modernas industrias biológicas no hace sino aumentar las dificultades de combatir este tipo de proliferación. Pese a que el uso y posesión de armas biológicas está prohibido desde la Convención de 1972 para la Prohibición, Desarrollo, Producción y Almacenamiento de A rmas Biológicas y Toxinas, sigue siendo tremendamente difícil implementar medidas de ve r i ficación adecuadas, pues si en los regímenes de control de armamentos convencionales se pueden contar objetos físicos, como tanques y cañones, y establecer normas de ve r i ficación, para los agentes biológicos no existe todavía nada parecido. Sigue siendo importante continuar los esfuerzos en curso a fin de garantizar que la Conve nción de 1972 sea un instrumento eficaz para combatir la amenaza creciente que suponen las armas biológicas. RO:
¿Qué otras amenazas le parecen más peligrosas en la actualidad?
T W: Están los riesgos procedentes de agentes biológicos y químicos, los productos químicos tóxicos de las industrias, y los aparatos dotados de tecnología nuclear. A p a rte de estos, la proliferación de misiles balísticos sigue constituyendo un motivo de seria preocupación para la Alianza. Dentro de este campo, la Alianza mantiene su firme compromiso con el Régimen de Control de Te c nología de Misiles, el Grupo Australiano y los G rupos Zangger y de Proveedores de Material Nuclear, que consideramos elementos importantes en nuestra lucha contra la proliferación de armas de destrucción masiva y sus medios de l a n z a m i e n t o . RO:
¿Existe una nueva visión de la Alianza sobre la proliferación?
¿Y sobre la defensa antimisiles? T W:
Desde principios de los 90 la Alianza ha reconocido la importancia de aumentar los esfuerzos contra la proliferación. Su obj e t ivo principal sigue siendo evitar que se produzca la proliferación o, si se produce, oponerse a ella por medios diplomáticos. Estrechamente vinculada con este planteamiento está la importante tarea de asegurar una preparación defensiva apropiada frente al posible uso de armas de destrucción masiva. La disposición defensiva de la Alianza debe ser capaz de hacer frente de forma adecuada y eficaz a las amenazas que puedan plantear estas armas y sus medios de lanzamiento. Resulta crucial el mantener la flexibilidad y e ficacia de las fuerzas de la Alianza a pesar de la presencia, la amenaza o la utilización de armas nucleares, biológicas y químicas. Dentro de este contexto, la Alianza maneja una combinación de diferentes medios para enfrentarse a los retos de la proliferación, entre los cuales se encuentran la disuasión y los medios ofensivos y d e f e n s ivos, además de la mejora de la eficacia del control de armamentos, el desarme y la no-proliferación, así como las medidas diplomáticas y de lucha contra la proliferación RO: Rusia ha mostrado su interés en cooperar con la OTAN en cuestiones de defensa ante misiles tácticos. ¿Cómo podría desarrollarse esta cuestión? T W: Ya se han desarrollado, en varias ocasiones, consultas estrechas e intensas con Rusia sobre la defensa contra misiles. Estas consultas seguirán produciéndose en el futuro, y seg u r a m e nte se centrarán en dos o tres temas genéricos. En primer luga r, podemos debatir la naturaleza de la evolución global de los misiles balísticos, nuestra percepción del problema, su ámbito y la gama de esfuerzos para contrarrestarlos. En segundo luga r, podemos debatir conceptos como, por ejemplo, el significado de la defensa antimisiles, el modo en que puede integrarse en el concepto global de Defensa Aérea Avanzada, cómo funciona en lo referente a las comunicaciones y al mando y control, y qué se precisa en lo relativo al entrenamiento. Y podemos también analizar la posible cooperación industrial entre la OTAN y Rusia en lo rel a t ivo a los sistemas que se están desplegando en la actualidad.
RO: ¿Se tiene la intención de ampliar las actividades del Centro WMD para incluir a los países Socios? TW: Los países Socios ya han mantenido con la Alianza consultas sobre proliferación. Ha habido conversaciones bilaterales, específicas y en profundidad, con Rusia y Ucrania. También se han desarrollado debates genéricos dentro del Consejo de Asociación Euroatlántico y, al igual que ocurría antes, seguirán celebrándose reuniones de expertos en desarme con los países Socios. Esperamos que este esfuerzo se vea incrementado mediante el trabajo de Comités, de modo que podamos abordar cada vez mejor, junto a todos los países Socios, los retos asociados a la proliferación. También han comenzado los contactos y consultas con los países del Diálogo Mediterráneo. Están en marcha otros trabajos para reforzar y profundizar todas estas consultas.
■ P ROGRAMA CIENTIFICO DE LA OTAN “Uniendo a los científicos para el progreso y la paz” El Programa Científico de la OTAN apoya proyectos de colaboración entre científicos de países Aliados y los países Socios. El programa —que no está relacionado con la defensa— aspira a estimular la cooperación entre científicos de diferentes orígenes, para crear lazos duraderos entre investigadores y ayudar a las comunidades científicas en los países de la Asociación. Los detalles completos pueden consultarse en la página web de la OTA N : h t t p : / / w w w. n a t o . i n t / s c i e n c e 24 Revista de la OTAN Invierno 2001/2002 roatlántico (EAPC) en su condena incondicional de los ataques, comprometiéndose a realizar todos los esfuerzos necesarios para combatir la lacra terrorista. Desde entonces han hecho honor a sus promesas poniendo a disposición de la coalición internacional sus territorios e instalaciones. Así, el 24 de septiembre Kazajstán manifestó su disposición a apoyar a la coalición liderada por EEUU con todos los medios a su disposición. También Kirguizistán, Tayikistán y Turkmenistán han dejado claro su apoyo a la campaña contra los talibanes, y Uzbekistán se ha convertido en una pieza clave de la misma tras anunciar el día 5 de octubre que permitiría el uso de su espacio aéreo a los aviones de los EEUU y el aterrizaje en su territorio a misiones de rescate y humanitarias. El apoyo de estos países, que tienen una población mayoritariamente musulmana, demuestra que frente a las pretensiones de Ben Laden la campaña internacional antiterrorista no es ni una cruzada contra el Islam, ni un choque de civilizaciones. Los ataques del 11 de septiembre demostraron la indivisibilidad de la seguridad de la zona euroatlántica, puesto que hoy en día todos los países afrontan las mismas amenazas tanto si se hallan en Norteamérica como en Europa o Asia Central. Además, los ataques y la subsiguiente campaña antiterrorista han sacado a la luz la importancia de Asia Central para la seguridad euroatlántica y la necesidad de una mayor cooperación entre la OTAN y los países Socios de esta región, no sólo dentro del contexto de la crisis actual sino también pensando en el futuro. Asia Central y Europa han tenido una larga historia de relaciones. Durante el siglo XIX, la región atrajo la atención de los imperios británico y ruso debido a que pasaba por ella la Ruta de la Seda, la mayor ruta comercial que unía Europa con el Lejano Oriente. En la actualidad, las reservas energéticas de Asia Central ofrecen la posibilidad de grandes recursos para el desarrollo de la zona. Y sin embargo, el interés de la OTAN por la región durante la pasada década no se debió a su historia ni a su potencial económico, sino al deseo de la Alianza de fomentar la seguridad en Asia Central como parte de su estrategia de impulsar la cooperación con las nacientes democracias, enfrentándose a nuevos retos de seguridad y promoviendo la estabilidad en toda el área euroatlántica. Los esfuerzos para estrechar la asociación y la cooperación mediante el programa de la Asociación para la Paz y el EAPC han resultado ser beneficiosos para todos. La Asociación para la Paz (APP) ofrece un amplio menú de actividades relacionadas con la seguridad, que cubren aspectos como los planes de emergencia civil, la gestión de crisis, el Osman Yavuzalp trabaja en cuestiones relacionadas con la ampliación de la OTAN y las relaciones con los países Socios de la Alianza en Asia Central dentro de la División de Asuntos Políticos de la OTAN. Cuando se supo que los ataques terroristas del 11 de septiembre contra los Estados Unidos habían sido dirigidos por Osama Ben Laden y su organización Al Qaeda, con base en A fganistán, su audacia y crueldad no constituyeron una sorpresa para los países de Asia Central. Es cierto que la comunidad internacional era consciente de la deteriorada situación existente en Afganistán, y había mostrado su preocupación ante las violaciones de los derechos humanos, la salvaje destrucción de las estatuas de Buda y la detención de cooperantes internacionales acusados de predicar el cristianismo. Pero tanto Kirg u i z i s t á n , como Tayikistán, Uzbekistán y, en menor grado, Kazajstán, conocían de primera mano el peligro que representaba el régimen talibán, tras haber sufrido durante mucho tiempo las consecuencias del tráfico de drogas y haber sido víctimas, desde 1998, de las incursiones de terroristas vinculados a Al Qaeda. De hecho, los países centroasiáticos fueron de los primeros que reclamaron la atención mundial sobre la situación afgana, cada vez más deteriorada, y sobre el peligro que suponía para la seguridad internacional. Un año antes de los ataques, el 8 de septiembre de 2000, el Presidente uzbeco Islam Karimov advirtió ante la Asamblea General de las Naciones Unidas (NU) que "Afganistán se había convertido en campo de entrenamiento y vivero del terrorismo internacional", y que "la permanente guerra de Afganistán constituye una amenaza para la seguridad, no sólo de los Estados de la región de Asia Central, sino del mundo entero". Conscientes de la necesidad de restaurar la ley y el orden, y de atajar el sufrimiento del pueblo afgano, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán han estado trabajando desde 1997 para conseguir una solución pacífica de la crisis afgana dentro del denominado "grupo seis más dos", un conjunto de países que incluye a China, Irán y Pakistán, y que está apoyado por Rusia y las Naciones Unidas. Recientemente, el grupo se reunió el 12 de noviembre en el marco de la Asamblea General de Naciones Unidas con el Embajador Lakdar Brahimi, enviado especial de Naciones Unidas a la región, y mantuvieron conversaciones sobre un Afganistán pos-talibán. Los representantes de los seis países vecinos expresaron su apoyo a la formación de un gobiern o pos-talibán de amplia base, multiétnico y libremente elegid o . Tras el 11 de septiembre, los países de Asia Central se unieron de inmediato a sus socios del Consejo de Asociación EuAsia Central, en primera línea En un momento en el que los países de Asia Central Socios de la OTAN ocupan un puesto de primera línea en la coalición internacional contra el terrorismo, Osman Yavuzalp analiza las relaciones de la Alianza con dichos países. aprendizaje de idiomas, la cooperación científica y la interoperatividad de las fuerzas armadas, Cual cada país Socio puede escoger libremente, según sus propios requisitos y prioridades. Además, según las normas de la Asociación, los Aliados de la OTAN mantendrán consultas con cualquier país Socio que lo requiera, si ese país percibe una amenaza directa contra su integridad territorial, su independencia política o su seguridad. Hay dos principios claves que sostienen la Asociación para a Paz.
El primero es que no está dirigida contra los intereses de terceros, por lo que países neutrales como Austria, Irlanda, Moldavia y Suiza pueden también beneficiarse del amplio espectro de actividades ofrecidas. El segundo es que no pretende reemplazar o duplicar, sino complementar, otras iniciativas de cooperación puesto que la OTAN siempre ha respetado los intereses particulares y las circunstancias regionales de sus Socios. Así, por ejemplo, en Europa Suroriental los países participan en paralelo de varias iniciativas multinacionales, y mantienen entre sí relaciones bilaterales específicas, además de cooperar con la OTAN. Del mismo modo, la Alianza se muestra deseosa de apoyar las diversas actividades de cooperación en las que participan algunos de los Socios de Asia Central, como son la Organización de Cooperación de Shangai o la Conferencia sobre Medidas para el Fomento de la Interacción y la Confianza en Asia, además de respetar las relaciones ya existentes con Rusia por motivos históricos, geopolíticos y socioeconómicos. A partir de este entendimiento, la OTAN y los Socios de Asia Central han podido emprender actividades de cooperación en varias áreas. Dentro del marco del EAPC tiene lugar un diálogo planificado entre los países miembros de la Alianza y los 27 países Socios sobre prácticamente todos los temas de interés común. Gracias a este foro multilateral, los países Socios de Asia Central han podido mantener informados a los Aliados y a los restantes Socios sobre la evolución regional, desde la aparición del terrorismo patrocinado por los talibanes. También se han organizado, bajo los auspicios del EAPC, una serie de Seminarios regionales sobre cooperación en materia de seguridad, que abordaron temas relativos a la seguridad en Asia Central celebrados dentro de la región para permitir que los Aliados y los restantes Socios adquirieran sobre el terreno una mejor comprensión de la situación. El primero de estos Seminarios tuvo lugar en octubre de 1999 en Tashkent, Uzbekistán, y el éxito de la iniciativa condujo a celebrar un segundo en noviembre de 2000 en Bishkek, Kirguizistán, y un tercero en Almaty, Kazajstán, en septiembre de 2001, apenas unos días después de los ataques terroristas contra los Estados Unidos. Los planes de emergencia civil constituyen otro aspecto clave para la cooperación. Los países Socios de Asia Central sufren con frecuencia desastres naturales, como terremotos e inundaciones y de ahí su interés en investigar las posibilidades de protección de las ciudades y poblaciones situadas en zonas de alto riesgo. La planificación ante estas emergencias civiles y la preparación de la cooperación civil y militar en operaciones frente a desastres, se ve facilitada por la participación en Seminarios de trabajo y actividades organizados dentro del marco de la Asociación para la Paz. Con esta finalidad se han realizado cursos "a medida" en 1996 en Kirguizistán, en 1999 en Uzbekistán y en 2001 en Kazajstán. La OTAN y sus Socios centroasiáticos se benefician también de la posibilidad de trabajar conjuntamente en la investigación científica y tecnológica. Se han concedido unas 120 becas OTAN de ciencia y tecnología a los cinco países de Asia Central en los ocho años transcurridos desde que el Programa Científico de la OTAN se abrió a la participación de países Socios. En octubre del presente año, este Programa emprendió un gran proyecto, la "Autopista de la Seda Virtual", para proporcionar mediante una red de satélites el acceso a Internet a las comunidades científicas y académicas de ocho países del Asia Central y del Cáucaso Meridional. Otros proyectos científicos patrocinados por la OTAN en esta región son: un estudio piloto sobre toma de decisiones en asuntos medioambientales para un desarrollo sostenible, iniciado en febrero de 2001 y en el que participan Kazajstán, Kirguizistán, Tayikistán y Uzbekistán; varios proyectos que abordan los problemas de radioactividad en el antiguo campo de pruebas nucleares de Semipalatinsk, en la región de Sarzhal, en Kazajstán y las iniciativas para combatir la contaminación del mar de Aral. Asia Central, escenario en su día del "Gran Juego", sigue siendo a principios del siglo XXI una región de una decisiva importancia estratégica. Pero los juegos malabares del pasado son ya sólo historia. Los recientes acontecimientos han vuelto a demostrar la sabiduría que encierran los esfuerzos para el fomento de la cooperación, la estabilidad y la seguridad en toda la zona euroatlántica. Aunque la Alianza no pretende conocer la solución de todos los problemas, sea de esta zona o de cualquier otra, cada vez resulta más evidente que la inversión a largo plazo en el fomento de las relaciones mutuas, la mejora de la comprensión y el fortalecimiento de la cooperación acaban reforzando la seguridad de todos. ■ REPORTAJE Invierno 2001/2002 Revista de la OTAN 25 KAZAJSTÁN Mar Caspio Mar de Aral UZBEKISTAN REPÚBLICA DE KIRGUIZIA TAYIKISTAN IRAN AFGANISTÁN TURKMENISTAN CHINA PAKISTAN Debate A raíz del 11 de septiembre, ¿qué prioridad tiene la defensa antimisiles dentro del gasto en seguridad? Alta: Keith B. Payne es presidente del Instituto Nacional para la Política Pública, preside el Grupo Consultivo sobre Disuasión de la Oficina del Secretario de Defensa y es profesor adjunto de la Universidad de Georgetown. Baja: Joseph Cirincione es Director del Proyecto sobre No Proliferación en la Fundación Carnegie para la Paz Internacional. Querido Joseph, El consenso bipartidista en Wa shington está a favor de que la defensa antimisiles sea una prioridad en el gasto en defensa de los EEUU, y la opinión pública norteamericana apoya el despliegue de un sistema antimisiles, como lo ha estado en los últimos años. De hecho, dos tercios de los norteamericanos creen que están protegidos ya por una defensa antimisiles. Cuando se les dice la verdad, la mayoría no quedan muy contentos. La principal razón para conve rtir en una prioridad la defensa antimisiles es la amenaza, emergente y polifacética, de los misiles balísticos. El Informe públ ico de septiembre de 1999 del Consejo Nacional de Inteligencia, la evo l u c i ó n de los misiles extranjeros y la amenaza de misiles balísticos contra los Estados Unidos hasta 2015, predecía que "Durante los próximos 15 años los Estados Unidos prev i s i blemente afrontarán la amenaza de los ICBM [misiles balísticos intercontinentales] de Rusia, China y Corea del Norte, probablemente de Irán, y posiblemente de Irak". El Informe también apuntaba que la proliferación de misiles balísticos de alcance int e rmedio "ha creado una amenaza emergente, seria y creciente para los ejércitos, los intereses y los aliados de los Estados Unidos, y ha alterado de form a s i g n i fi c a t iva los equilibrios estratégicos en Oriente Medio y Asia". El que algunos de los países que intentan llevar a cabo programas de misiles estén desarrollando armamentos nucleares, biológicos y químicos (NBC) y apoyen o cobijen a grupos terroristas, da una nueva p e r s p e c t iva respecto a esta creciente a m e n a z a . En la proliferación actual generalmente están involucrados misiles de menor alcance que los ICBM, lo que no quiere decir que la defensa contra misiles de largo alcance deba ser menos prioritaria. Por el contrario, una Comisión bipartidista (la Comisión Rumsfeld) llegó en 1998 a la conclusión de que las nuevas potencias con misiles balísticos podrían conseguir sus propios ICBM a los cinco años de decidir desarrollarlos sin que fuéramos conscientes de ello durante buena parte de este tiempo. Ya hemos sido sufi c i e n t e m e n t e a d ve rtidos sobre la posibilidad de una rápida aparición de nuevas amenazas de ICBMs, y en algunos casos, como el de Corea del Norte, parece que ya ha empezado a correr el reloj y que resultaría i m p rudente dilatar la respuesta. Incluso si para una amenaza generalizada faltan entre 5 y 15 años, a menos que tengamos ahora un programa fuerte, es poco probable que dispongamos de una defensa desarrollada cuando la amenaza sea clara e inmediata. Esperar a que Corea del Norte, Iran o Irak dispongan de ICBMs con cabezas NBC (nucleares, biológicas y químicas) para convertir la defensa antimisiles en una prioridad, supone exponernos a un largo periodo de una vulnerabilidad sin precedentes. Además, el Secretario de Defensa Donald Rumsfeld ha declarado públicamente que al menos uno de los "Estados delincuentes" ha ensayado un misil balístico de alcance inferior al continental, disparado desde un navío. Por lo tanto, es un error pretender que la amenaza de misiles contra los Estados Unidos se limita a los ICBMs. No podemos consolarnos con el hecho de que los misiles de esos países puedan ser poco sofisticados, pues para atacar ciudades no hace falta una gr a n precisión, ni es creible la frecuente afi rmación de que las posibilidades de un ataque de misiles NBC son escasas, pues 26 Revista de la OTAN Invierno 2001/2002 nadie conoce la probabilidad real de que esto ocurra. Lo único que sabemos ahora es que un ataque de este tipo podría matar de una sola vez a cientos de miles, o incluso millones, de ciudadanos de EEUU o de sus Aliados. Aunque no conozcamos la probabilidad de un ataque de este tipo, sí sabemos que resultaría c a t a s t r ó fico, así que nuestra prioridad debe ser afrontar esta nueva amenaza antes de que sea tarde. Por supuesto la respuesta contra esta amenaza no se limita a la defensa antimisiles, pero ésta constituye su principal ingrediente. Los ataques terr o r i s t a s del 11 de septiembre ilustran la locura que supone la afi rmación, tranquilizadora y conveniente, de que "no se atreverán" a acciones de tan alto riesgo. La historia está plagada de intentos fracasados de disuasión porque a veces hay dirigentes que sí se atreven. Incluso durante la guerra fría, los Estados Unidos y la Unión Soviética sobrev ivieron sólo p o rque "tuvimos mucha suerte", seg ú n el Secretario de Defensa Robert S. McNamara y en el escenario actual es aún menos probable que se den los requisitos para una disuasión eficaz. Y no porque debamos considerar irracionales a los dirigentes de los "Estados delincuent e s", sino porque muchas de las condiciones previas necesarias para que la disuasión funcionasen según lo prev i s t o , y que se asumían durante la guerra fría, ya no pueden darse por sentadas. Los misiles y las Armas de Destrucción Masiva (WMD) son una amenaza real y creciente. Si la disuasión no resulta adecuada, sólo dándole prioridad tendremos una defensa antimisiles en un futuro previsible. Afortunadamente, el Presidente, el Congreso y la opinión pública lo consideran así. Atentamente, Keith Querido Keith, A f o rtunadamente, la feroz guerr a partidista que caracterizó la vida política de Washington a mediados de los 90 se terminó ya, y todos esperamos que el nuevo espíritu continuará después de la crisis actual. Pero perduran las diferencias de principio en asuntos clave, y en especial en la defensa antimisiles. No hay un consenso bipartidista sobre ella. El congresista John Spratt, un importante líder demócrata moderado de la Cámara de Representantes, dijo en la Fundación Carnegie que tras el 11 de septiembre los demócratas se contuvieron en la cuestión de la defensa contra misiles "porque no queríamos machacar a la Administración en un momento tan crítico". El Presidente del Comité del Senado para las Fuerzas Armadas, Carl Levin, escribe "Los que hemos sostenido que el despliegue unilateral de un sistema antimisiles podría empeorar, en vez de mejorar, la seguridad de los Estados Unidos, vemos en la admirable reacción multilateral de la Administración ante los recientes ataques terroristas una nueva prueba en nuestro apoyo" Existe aún una gran división de opiniones en cuanto a los peligros, factibilidad técnica, calendario, coste y consecuencias estratégicas del despliegue de la defensa antimisiles. Tú ya sabes que existe acuerdo para seguir adelante con el despliegue de una defensa antimisiles de corto alcance o de teatro, al haber una amenaza demostrable y mayores posibilidades de conseguir un sistema con cierta capacidad contra los Scud —de unos 180 Km. de alcance— y otras variantes de alcance ligeramente mayor. Los misiles Patriot no funcionaron en la Guerra del Golfo, pese a la errónea impresión inicial y a lo que se dijo luego, pero en 2002 estará operativa una versión mejorada que debería tener mayor éxito ante misiles simples y de corto alcance. Pero la división respecto a la defensa contra los de largo alcance persiste, incluso dentro de los partidos. Muchos funcionarios de los ministerios de Defensa y Exteriores mantienen puntos de vista divergentes sobre este programa, y sobre la conveniencia de mantener el Tratado ABM, mientras que los halcones republicanos de Defensa y de Hacienda en la Cámara que controlan están divididos en el tema de los costes Un ejemplo de esta división —y de los graves problemas tecnológicos que amenazan el programa— fue la decisión de noviembre del Comité de Asignaciones de la Cámara de Representantes de cancelar un sistema de satélites vital para los sistemas contra misiles de largo alcance. Según este Comité, el Sistema de Infrarrojos con Base en el Espacio lleva un retraso de años, y sus costes han pasado de 10 a 23 mil millones de dólares en el último año. Los responsables del Pentágono aseguran que la defensa antimisiles no puede funcionar sin estos satélites. Los líderes republicanos del Comité contestan que el programa está plagado de problemas técnicos y de diseño y que sencillamente se ha convertido en algo demasiado caro. Este es sólo uno de los numerosos problemas técnicos que los fervientes partidarios de la defensa antimisiles rechazan con perogrulladas sobre el potencial tecnológico de los EEUU. Pero nos llevará años saber si algún sistema llegará a funcionar. Como dijo en julio el Secretario de Defensa Rumsfeld: "No tenemos un sistema, ni una arquitectura, ni una propuesta de arquitectura. Todo lo que tenemos es un puñado de interesentes programas de investigación, desarrollo y ensayos." El punto de vista de partidarios y oponentes aparentemente no ha cambiado desde el 11 de septiembre —tú y yo somos un buen ejemplo— pero sí lo ha hecho, y profundamente, el escenario diplomático, político y financiero. En este Nuevo Mundo, estos programas van a verse afectados. "Nunca más podrán argumentar los partidarios de la defensa antimisiles, como hizo el Presidente Bush en mayo, que los misiles balísticos en poder de “Estados delincuentes” constituyen la amenaza más urgente en la actualidad" dice el Senador Levin. "Los misiles balísticos no son un instrumento terrorista ... no es Invierno 2001/2002 Revista de la OTAN 27 KEITH B. PAYNE frente aJOSEPH CIRINCIONE probable que los terroristas obtengan misiles balísticos para futuros ataques. Cuando el debate sobre defensa antimisiles se reanude, debe tenerse en consideración que cada dólar gastado en la improbable amenaza de los misiles balísticos supone un dólar menos para la amenaza real: el terrorismo." Las facturas para la nueva guerra antiterrorista se acumulan: Correos necesita miles de millones sólo en descontaminación de sus instalaciones; la defensa contra el bioterrorismo tendrá un coste similar, así como la seguridad de los aeropuertos, y la campaña militar por sí sola se llevará ya la mitad de los 40.000 millones de la asignación extraordinaria que el Congreso aprobó en septiembre. La defensa antimisiles tendrá que competir ahora con nuevas demandas, muchas relativas a amenazas que el pueblo americano considera más urgentes, pues no son hipotéticos, sino algo real, que ya ocurrió una vez y puede repetirse. La defensa del territorio implica aumentar la seguridad de las infraestru c t uras esenciales como pantanos, centrales nucleares, plantas químicas, puentes, túneles y estadios. No consiste sólo en crear reservas de vacunas, como quiere el Presidente, sino financiar los serv icios de urgencias para que aumenten el personal, el adiestramiento y el material, como quiere el Congreso. En esta guerra los EEUU están luchando en dos frentes – en Afganistán y en las oficinas postales de América – y la defensa antimisiles resulta irrelevante en ambos. Se trata un juego completamente nuevo. Atentamente, Joseph Querido Joseph, Pones en duda mi afirmación de que existe un consenso político para dar prioridad al gasto en defensa antimisiles, citando declaraciones del Congresista John Spratt y el Senador Carl Levin. Las citas fuera de contexto a menudo muestran un cuadro parcial, pero si lo que quieres es ese tipo de pruebas, tengo que recordarte los siguientes comentarios de estos mismos líderes del Congreso. Contra tu sugerencia de que no hay una amenaza "demostrable" de misiles de largo alcance, el Congresista Spratt declaró: "Creo que la amenaza de un ataque con misiles accidental, no autorizado o criminal, existe y está creciendo, y pienso que lo inteligente sería tener un sistema antimisiles para hacerle frente". Y, pese a tu argumento de que solamente existe un apoyo generalizado a la defensa contra misiles de corto alcance, el Congresista Spratt dijo a favor de la de largo alcance: "Tengo la firme convicción de que una defensa terrestre, desplegada en dos lugares, es el mejor comienzo posible": El Senador Levin declaró: "Comp a rto el objetivo de darle al puebl o americano una protección eficaz frente a la creciente amenaza de los misiles de largo alcance provenientes de Estados delincuentes". Y en favor de mi tesis citaré las palabras de último candidato demócrata a la vicepresidencia, el Senador Joseph Lieberm a n : "Necesitamos la defensa nacional antimisiles. Afrontamos una amenaza real y en aumento, que no la podemos combatir con nuestras fuerzas conve n c i onales, ni impedirla con amenaza de rep r e s a l i a s " . Además, aseguras que los ataques del 11 de septiembre crearon un clima político muy poco favorable a la defensa antimisiles, pero la prueba más reciente y definitiva de lo contrario la constituyen los documentos legislativos recientes. El Informe del Comité de la Cámara de Representantes para las Fuerzas Armadas, declaraba justo antes de ese día: "El Comité apoya el enfoque del Presidente sobre la defensa contra misiles balísticos, y se congratula de que el programa propuesto incluya la planificación de un sistema de defensa gradual, unas pruebas realistas y sopese toda la gama completa de tecnologías. Por tanto, este Comité apoya, con pequeños ajustes, el programa de defensa antimisiles de la Administración, y recomienda un presupuesto de 8.200 millones de dólares, 2.900 millones más que en año fiscal de 2001, para la continuidad de una defensa contra misiles balísticos." El 25 de septiembre de 2001, el pleno del Congreso aprobó por la abrumadora diferencia de 398 a 17, la Ley de Autorización de la Defensa Nacional para 2002, que asigna 7.900 millones de dólares, 2.500 más que en 2001 y 1.000 millones más de lo inicialmente pedido para el 2002, a la defensa antimisiles. El presupuesto final asignado dependerá de los resultados de la reunión conjunta Senado-Cámara de Representantes, pues el Senado propuso una rebaja en la financiación. Pero ya está claro que el nivel de gasto aprobado para la defensa antimisiles será bastante mayor que el de 2001. El consenso descrito se ha mantenido, y por una buena razón. El 11 de septiembre no rompió el consenso popular y político sobre la financiación de la defensa antimisiles, sino que demostró la arrogancia y ceguera de pensar que "ellos no se atreverán a atacarnos", y la creciente amenaza de los misiles balísticos. Los Estados Unidos no tienen que abandonar la defensa antimisiles para financiar otros programas, pues no se trata de la elección excluyente que pretendes. Como muestran el creciente presupuesto de la defensa antimisiles, y los últimos 40 mil millones de asignación extraordinaria contra el terrorismo, los EEUU podrán financiar capacidades defensivas contra un amplio espectro de amenazas, incluyendo los ataques con misiles. Atentamente, Keith 28 Revista de la OTAN Invierno 2001/2002 KEITH B. PAY N E Las nuevas potencias con misiles balísticos podrían tener sus propios ICBMs a los cinco años de decidir desarrollarlos. KEITH B. PAYNE frente aJOSEPH CIRINCIONE Querido Keith, Tú y yo, el Congreso de EEUU, la OTAN y Rusia, todos apoyamos la defensa antimisiles, en un consenso sólo aparente pues todo depende de cómo definas la "defensa antimisiles". La mayoría apoyamos la investigación, las defensas contra misiles de corto alcance y el que se examinen todas las opciones de defensa. Pero existe una amplia oposición a denunciar el Tratado ABM y emprender una programa de choque para desplegar interceptores ineficaces. Es verdad que el presupuesto para la defensa antimisiles se ha disparado este año, pero este puede ser su máximo histórico. Las opiniones políticas y editoriales en EEUU y Europa se inclinan a b rumadoramente por mantener el Tr a - tado que ha ayudado a mantener la seguridad de nuestras naciones durante más de 50 años y por unos presupuestos r e s p o n s a bles. Así, el diario con más tirada del país, “USA To d ay”, sostenía en su editorial de 22 de octubre que "el p r ograma de defensa antimisiles sigue representando el embarazoso reconocimiento de que los EEUU gastaron durante la pasada década una gran cantidad de tiempo y dinero tratando de combatir la menos probable de las amenazas: un Estado delincuente queriendo suicidarse disparando un misil con cabeza nuclear. Se desechó la mucho más u rgente amenaza de terroristas con poco presupuesto y mucha imaginación": Para el año fiscal de 2002, el gobierno federal ha presupuestado 1.700 millones de dólares para combatir el terrorismo con armas de destrucción mas iva (WMD), dentro de los 9.700 millones para actividades antiterroristas en general. Pero vamos a gastar 7.900 millones en defensa antimisiles. Tenemos que restablecer el equilibrio. Si Osama Ben Laden tuviera el arma nuclear, es indudable que la usaría. Pero ¿dónde la conseguiría? Lo más probable es que de los enormes y poco vigilados arsenales de Rusia y otras repúblicas ex soviéticas – algunas a menos de 800 kilómetros de Afganistán. Por eso es tan importante asegurar y eliminar las 20.000 cabezas nucleares rusas, y sus 1.100 toneladas de material fisible, y dar trabajo a los miles de científicos nucleares y especialistas en guerra biológica en paro. Debemos triplicar los 700 millones de dólares anuales que el gobierno de los EEUU gasta en programas de cooperación con Rusia para la reducción de armamentos y convencer a la Unión Europea para que empiece también a financiarlos en serio. Si lo hiciéramos así, podríamos eliminar la mayoría de las amenazas en menos de ocho años. Esta es la tragedia de la reunión en Crawford entre Bush y Putin. Pese a todo el buen humor y la buena comida, el nuevo marco estratégico quedó convertido en un cascarón vacío. Se perdió la oportunidad de fijar reducciones vinculantes de armamentos por culpa de las posturas que tú y otros habéis apoyado. Los desacuerdos sobre un sistema de defensa antimisiles que solamente existe sobre el papel han impedido los avances para reducir la verdadera amenaza nuclear. Incluso cuando la coalición internacional haya destrozado Al Qaeda y extirpado sus células americanas y europeas, perdurarán otras amenazas terroristas. Siempre habrá demanda de WMD por parte de los terroristas, y nuestra mejor defensa es impedir su suministro. En eso es en lo que nos diferenciamos. La defensa antimisiles tiene un papel que desempeñar en la defensa global. Para ti, es el papel protagonista, para mí tiene sólo un pequeño papel dentro de un escenario mayor y más urgente. Atentamente, Joseph Querido Joseph, Agradezco tu apoyo a la defensa antimisiles, y que compartas mi punto de partida de que hay un consenso político en los EEUU para dar prioridad presupuestaria a la defensa antimisiles. No existe ninguna prueba de que se esté rompiendo ese consenso. Por ejemplo, las recientes encuestas del Centro de Investigaciones Pew revelan que desde el 11 de septiembre había aumentado el ya de por sí fuerte apoyo al gasto en defensa y en sistemas antimisiles. Estoy de acuerdo contigo en que la defensa antimisiles es sólo uno de los diversos requisitos de seguridad de los EEUU y sus aliados, pero esta defensa es esencial y no se trata de elegir entre ella y otras demandas de seguridad, ni financiera ni operativamente. El Congreso, como es lógico y correcto, financiará la defensa antimisiles y otras necesidades. Así, la reciente asignación extraordinaria de 40.000 millones de dólares para actividades antiterroristas se apoyará en las contramedidas civiles y militares ya existentes. También coincidimos en la necesidad de equilibrio, pero el "desequilibrio" actual se debe a la inexistencia de una defensa antimisiles, y la total vulnerabilidad de los EEUU y sus aliados ante una ataque. Ninguna otra vulnerabilidad se ha aceptado con tanta tranquilidad. Queremos rectificar ese desequilibrio, para que un futuro misil con cabeza biológica o nuclear no encuentre una América tan poco preparada como lo estuvo el 11 de septiembre. Desechar la defensa antimisiles ahora, frente una amenaza emergente tan obvia, resultaría tan negligente como no proseguir las medidas antiterroristas y de no proliferación que con mucha razón sostienes. Tu descripción de la Cumbre de Crawford resulta curiosa. Está claro Invierno 2001/2002 Revista de la OTAN 29 JOSEPH CIRINCIONE La defensa antimisiles tendrá que competir ahora con nuevas demandas, muchas relativas a amenazas consideradas más urgentes por el pueblo americano KEITH B. PAYNE frente aJOSEPH CIRINCIONE que las viejas animosidades se disolvieron en una atmósfera de plena cordialidad: al tiempo que mantenían en vigor los límites del START y las medidas de ve r i ficación, el Presidente Bush anunció reducciones sin precedentes de las fuerzas nucleares de los EEUU, y el Presidente ruso Vladimir Putin siguió su ejemplo. Este enorme avance sólo podría llevarse a cabo superando el estilo ya arcaico de las negociaciones de la guerra fría. Algunos lamentaron el final de los planteamientos de la guerra fría, pero éstos se habían convertido en un obstáculo para unas relaciones políticas más amistosas y su correspondientes reducciones nucleares. Además, tanto en Crawford como antes de ella, el Presidente Bush ha buscado una solución cooperativa para la cuestión del Tratado ABM, y el Presidente Putin mostró una gran flexibilidad. Esta solución cooperativa parece ser la razón del disgusto de algunos críticos de la defensa antimisiles. La Cumbre de Crawford fue un reflejo de la nueva etapa en las relaciones entre EEUU y Rusia para el bien de todos. Atentamente, Keith Querido Keith, No fue el "arcaico" proceso de control de armas lo que bloqueó las reducciones nucleares, sino el Congreso con m ayoría republicana, que aprobó leye s que impedían al Presidente Clinton hacer lo que luego hizo Bush. Los republ icanos bloquearon los esfuerzos de los presidentes Clintom y Boris Yeltsin de reducir cada uno entre 2.000 y 2.5000 cabezas nucleares. Los EEUU y Rusia estaban de acuerdo, solo que no consiguieron que el Congreso les siguiera. El Presidente Bush adoptó en lo esencial el objetivo de Clinton y Yeltsin en el 97, pero sin las medidas de verificación que proporciona un Tratado. Su cifra de entre 1.700 y 2.200 es inferior solamente porque no va a seguir incluyendo entre las "desplegadas", las cabezas nucleares en submarinos y bombarderos. Al estar siempre en revisión uno o dos submarinos, con 192 cabezas nucleares cada uno, esta forma de contar reduce las cifras sin cambiar el nivel de las fuerzas. Hay menos "enorme avance" de lo que parece a primera vista. Los mismo ocurre con la defensa antimisiles. Intentas incluir ese progr ama en una especie de consenso unive rsal y un anhelo público abru m a d o r, que no existen. Superemos este debate de decenios, pues aquí podemos llega r a un acuerdo tú, yo y el resto de la Alianza. Emprendamos un progr a m a de pruebas para defensa antimisiles que no con-sista en simples lanzamientos de demostración sino en condiciones reales de combate contra blancos múltiples con señuelos y ve l ocidades de descenso reales. Si esa defensa funciona, podemos elaborar planes para un despliegue cooperativo para aumentar la seguridad de los EEUU, no para reducirla mediante nuevo s c o n f l i c t o s . Lo que hace falta son pequeñas modificaciones del Tratado ABM. Los rusos están dispuestos a permitir pruebas en Alaska, y pruebas de radares en navíos equipados con Aegis – los dos puntos en los que las pruebas actuales colisionan con el Tratado. Como acaba de decir el Secretario de Estado Colin Powell el diario “The New York Times”: "No podemos hacer esto a partir de relaciones personales, sino sobre la base de nuestro interés nacional a lo largo del tiempo". Lo que significa, según Powell: "Hay que oficializarlo de alguna manera". Si superamos la disputa sobre el Tratado ABM, la defensa antimisiles se convierte en otro programa más que compite por financiación y que sobrevivirá en base a sus propios méritos. Mantendremos la coalición internacional y la unidad nacional gracias a los objetivos que mantenemos ahora. Eso nos permitirá trabajar conjuntamente para reducir la amenazas que ambos consideramos como la prioridad internacional más urgente. Atentamente, Joseph S i n o p s i s : Los dos ex p e rtos estuvieron de acuerdo en que los acontecimientos del 11 de septiembre habían resaltado la vulnerabilidad de los EEUU y sus aliados frente un amplio espectro de amenazas de seg u r i d a d, que reclaman atención urgente y aumento del gasto. Ambos se congr a t ulan por la aprobación en septiembre por el Congreso de 40.000 millones de dólares de asignación extraordinaria, y por el enfoque bipartidista ante la crisis actual. Pero se mostraron en desacuerdo sobre si destinar 7.900 millones a la defensa antimisiles en 2002 suponía darles el mejor uso posibl e . Para Keith B. Payne, resulta clave inve rtir ahora para neutralizar, la amenaza de los ICBMs, ya identificada por la Comisión Rumsfeld en 1998. A d e m á s , para él no existe la disyuntiva de financiar la defensa antimisiles u otras áreas prioritarias. Por el contrario, para Joseph el coste, la factibilidad técnica, la amenaza y las consecuencias estratégicas de la defensa antimisiles la c o nv i e rten en una prioridad menor frente a áreas como la defensa contra el bioterrorismo, la seguridad aeroportuaria, los programas de cooperación para la reducción de amenazas y disuasión, que necesitan ser abordados i n m e d i a t a m e n t e . 30 Revista de la OTAN Invierno 2001/2002 KEITH B. PAY N E La defensa antimisiles es esencial, y no se trata de elegir entre ella y otras demandas de seguridad KEITH B. PAYNE frente aJOSEPH CIRINCIONE JOSEPH CIRINCIONE La defensa antimisiles tiene sólo un pequeño papel d e n t ro de un escenario mayo r Invierno 2001/2002 Revista de la OTAN 31 G u e r ra Fría y la inseg u r i d a d s oviética: los años de Stalin" (Cambridge University Press, 1996) llegó a la conclusión de que era Stalin quien temía un ataque inminente de Occidente en Europa, que en su opinión se produciría a raíz de una serie de derrotas occidentales en Corea. En consecuencia, Mastny sostenía que lo que algunos contemplaban como un llamamiento para preparar el ataque contra Occidente se podría interp r e t a r, en realidad, como un llamamiento para preparar la defensa de Europa Oriental. Las nuevas pruebas descubiertas en los archivos del antiguo bloque oriental parecen reforzar los argumentos de Mastny; sobre todo la trascripción descubierta hace poco de la reunión de enero de 1951, que redactó el Ministro rumano de Defensa Emil Bodnaras, que parece confi rmar el carácter defensivo de las intenciones de Stalin, en una interpretación apoyada en el hecho de que no se realizó en aquella época ningún preparativo para la invasión de Europa Occidental. En realidad, hasta bien entrados los años 50 los ejércitos de la Europa comunista se concentraron en la defensa operativa del territorio. Ahora se ha sabido por los archivos checoslovacos que aunque las maniobras militares incluían a veces operaciones ofensivas casi nunca tuvieron lugar fuera de Checoslovaquia. En las pocas ocasiones en que se plantearon incursiones en territorio ex t r a njero, fue sólo dentro del marco de un contraataque. Aunque la evidencia extraída de los archivos checoslovacos es circunstancial, los documentos hallados recientemente en Po l onia aportan pruebas más concluyentes sobre el pensamiento def e n s ivo del bloque oriental en aquella época. El plan de guerr a de 1951 del ejército polaco, redactado siendo Ministro de Defensa el mariscal soviético Konstantin Roko s s ovskij, se basaba claramente en la presunción de que era inev i t a ble una inva s i ó n occidental y se centraba en las acciones defensivas a llevar a cabo en el territorio polaco. Obsesionados por el recuerdo de la invasión por sorpresa de la Alemania nazi en 1941, los estratega s militares orientales no podían imaginar en la siguiente guerra, un comienzo diferente al de un ataque iniciado por Occidente. Paradójicamente, cuando los responsables de la toma de decisiones en Occidente se obsesionaban por la amenaza soviética, los est r a t egas militares orientales sólo pensaban en contener lo que creían que iba a ser una inminente invasión de Occidente. Si las intenciones soviéticas a principios de los 50 parecen ahora menos ambiciosas de lo que se creía, ¿da esto la razón a Pe tr Lunak es un inve s t i gador checo que tra baja como re d ac t o r de rel aciones ex ternas en la Oficina de Inform ación y Prensa de la OTA N , y participa en el proyecto "Hi s t o ria para l ela de la OTAN y el Pacto de Va r s o v i a " . E l periodo transcurrido desde el final de la guerra fría ha resultado especialmente atractivo para los historiadores contemporáneos. Mientras que n o rmalmente los inve s t i gadores tienen que esperar décadas hasta que se publican los documentos clasificados, la caída del bloque oriental se ha visto seguida por la apertura de los archivos de algunos de los países del antiguo Pacto de Varsovia, proporcionando así oportunidades de estudio hasta ahora inimaginables. En 1999 se creó un proyecto internacional titulado Historia paralela de la OTAN y el Pacto de Varsovia, que reunía a investigadores del Este y del Oeste para evaluar el historial de las dos alianzas durante la guerra fría. Actualmente se están reexaminando los principales temas de controversia —como la verdadera naturaleza de la amenaza que suponía el Pacto de Varsovia, la importancia real de la disuasión nuclear y las causas del derrumbamiento del bloque oriental— a la luz de nuevas pruebas que cuestionan las opiniones convencionales. Tradicionalmente se consideraba que el punto álgido de la guerra fría se produjo a principios de los 50, a raíz de la invasión de Corea del Sur por los norcoreanos. Como dijo Konrad Adenauer en sus memorias: "Stalin planeaba utilizar en Alemania Occidental el mismo procedimiento que había usado en Corea". La idea de un inminente avance soviético sobre Europa Occidental, en los años 50, fue adelantada por muchos historiadores, como el emigrado checo Karel Kaplan en "Dans les Archives du Comité Central: Trente ans de secrets du Bloc Sov i e t i q u e " (Albin Michel, París 1978). A partir de una entrev i sta con el ex Ministro de Defensa checo A l exej Cepicka, Kaplan a s eguraba que Stalin pidió a los líderes de la Europa comunista, en una reunión celebrada en Moscú en enero de 1951, que se preparasen para una invasión de Europa Occidental. Esta interpretación de los hechos ha sido discutida por muchos inve s t i gadores, convencidos de que la Unión Soviética no fue nunca un enemigo tan fuerte. Por ejemplo, el historiador americano de origen checo Vojtech Mastny en su libro " L a Nuevos análisis sobre las alianzas en la guerra fría Petr Lunak analiza la forma en que los documentos descubiertos en los archivos del Pacto de Varsovia afectan y cuestionan las interpretaciones convencionales sobre las alianzas en la guerra fría. Los combatientes de la guerra fría: el proyecto Historia paralela de la OTAN y el Pacto de Varsovia ha reunido a investigadores del Este y del Oeste. los que cuestionaron la necesidad de los esfuerzos occidentales para prevenir mediante la OTAN lo que se creía iba a ser un inminente ataque soviético? Para poder juzgar este asunto es importante tener en cuenta varios factores adicionales. En primer lugar, lo que hoy sabemos no es lo que los líderes occidentales sabían entonces. En segundo lugar, aunque sabemos que Stalin no quería repetir en Europa la experiencia de Corea, no está claro si hubiera mantenido la misma actitud si no hubiese existido la OTAN. En realidad, su decisión de dar luz verde al ataque contra Corea del Sur, en 1950, se basó, seguramente, en una interpretación errónea de la probable reacción de los EEUU al haber excluido, el entonces Secretario de Estado norteamericano Dean Acheson, la península de Corea de la esfera de seguridad de los EEUU. Cuando los estadounidenses intervinieron en Corea, Stalin debió quedar casi completamente convencido de que este país cumpliría con el compromiso asumido con Europa en el Tratado de Washington. Por tanto, si la existencia de la OTAN no impidió un ataque comunista contra Corea de todas formas a partir de dicho ataque resultó indispensable como instrumento de la seguridad occidental. Irónicamente, el cambio de mentalidad defensiva a ofensiva dentro del Pacto de Varsovia parece ser que se produjo en el periodo tradicionalmente considerado como de mejora en las relaciones Este-Oeste, tras la muerte de Stalin. Esta trasformación está estrechamente vinculada al replanteamiento del papel del armamento nuclear. Aunque Stalin quería obtener armas nucleares, no las consideraba un factor estratégico esencial, entre otras razones por la reducida cantidad de que disponía. A partir de la muerte de Stalin, los estrategas soviéticos empezaron a debatir las implicaciones que tendría una guerra nuclear en una época en la que las armas nucleares constituían ya la piedra angular de la doctrina de represalia masiva de la OTAN. Por ello, las armas nucleares no se vieron incluidas en los planes estratégicos de los ejércitos de Europa del Este hasta mediados los años 50. Este debate y sus conclusiones están descritos con brillantez por Herbert Dinerstein en su libro "La guerra y la Unión Soviética: las armas nucle - ares y la revolución en el pensamiento militar y político so - viético" (Praeger, 1959), y por Raymond Garthoff en "La es - trategia soviética en la era nuclear" (Praeger, 1958). Como han señalado estos y otros autores, existían diferencias esenciales entre la forma de entender el conflicto nuclear y sus posibles consecuencias por parte del Este y del Oeste. RESEÑA DE PUBLICACIONES 32 Revista de la OTAN Invierno 2001/2002 Según los estrategas militares soviéticos de aquella época, las armas nucleares determinarían el ritmo de la guerra, pero no su carácter y naturaleza. Según ellos, al acortar considerablemente el armamento nuclear las etapas bélicas, resultaría necesario lograr la iniciativa con un potente ataque preventivo, tanto nuclear como convencional. A diferencia de los planificadores occidentales, que nunca previeron ninguna acción posterior al masivo choque nuclear inicial —como puede verse en la obra de Gregory Pedlow, "Documentos estratégicos de la OTAN: 1949-1969" (NATO, 1997)— los estrategas soviéticos pensaban que su ataque masivo allanaría el camino para una ofensiva terrestre. Al estar persuadidos de la posibilidad de victoria en una guerra nuclear, sus planes de operaciones contemplaban dicho conflicto como un escenario perfectamente posible, con lo que menospreciaban el efecto disuasorio de Occidente y convertían la guerra en una perspectiva peligrosamente realista. Este pensamiento militar casi b rutal es similar al de un plan que descubrí en los archivos militares de Praga, cuyos detalles pueden consultarse en la página web de la Historia paralela de la OTAN y el Pacto de Va rs ov i a y que se analizarán en un próximo número del Boletín Intern a c i o n a l de la Historia de la Guerra Fr í a . S egún este documento, de 1964, los planificadores militares chec o s l ovacos y soviéticos de aquel entonces preveían avanzar a través de Francia a los pocos días del comienzo de las hostilidades, capturando Lyón al noveno día y c o nv i rtiendo Europa Occidental en un infi e rno nuclear. El plan de guerra checoslovaco de 1964 no consideraba la posibilidad de una guerra estrictamente convencional en Europa, asumiendo que el conflicto empezaría con un ataque nuclear masivo desde Occidente. Redactado en el periodo de distensión, tras la conclusión del primer acuerdo de control de armamentos, el Tratado de Prohibición de Pruebas Nucleares de 1963 demuestra que los líderes s oviéticos de aquella época seguían aferrados a la idea leninista de un bloque occidental agr e s ivo, un punto de vista que mantuvieron junto a sus aliados de Europa Oriental hasta bien entrados los 80. El plan resulta reve l a d o r, puesto que, al parecer, la doctrina de respuesta flex i ble de la OTA N, que pretendía dotar de más credibilidad a la disuasión al limitar el conflicto a un f o rmato supuestamente manejable, no consiguió desaconsejar a los soviéticos de perseverar en su idea de que se podía ga n a r una guerra nuclear. Además, este plan indica que los sov i é t i c o s no se hacían ilusiones sobre que se pudiera llegar a combatir en una guerra nuclear limitada o puramente conve n c i o n a l . El plan de guerra checoslovaco de 1964 Aunque la superioridad nuclear de los EEUU no desanimó a los gobernantes soviéticos a acercarse hasta el borde del abismo nuclear durante las dos crisis mayores de la Guerra Fría —la de Berlín en 1961 y la de Cuba en 1962— normalmente se ha dado por sentado el efecto disuasorio del armamento nuclear occidental. Sin embargo, según sugiere John Mueller en su libro "La retirada desde el Apocalipsis: la ob - solescencia de la gran guerra (Basic Books, 1989), la confianza occidental en la disuasión nuclear pudiera no haber sido ni la única forma, y quizás ni siquiera la más segura, de evitar el estallido de una Tercera Guerra Mundial. En realidad, según los documentos descubiertos en el curso del proyecto de la Historia paralela, parece ser que durante la última década de la guerra fría los soviéticos estaban cada vez menos interesados por el número exacto de armas nucleares de cada bando, y cada vez más preocupados por estar quedándose atrás en el armamento convencional —sobre todo en lo que respecta a armamento de última tecnología y alta precisión—, en el que hubo un tiempo en el que habían tenido una ventaja indiscutible. Aunque prosigue todavía el debate sobre el efecto que la disuasión occidental tuvo sobre los soviéticos, parece que las armas convencionales del Oeste y su clara voluntad de usarlas fueron, por lo menos, igual de efectivas para la disuasión que la amenaza del Apocalipsis nuclear. ¿Sería justo decir que el bloque oriental se desplomó bajo el peso de sus propios fallos, y que Occidente únicamente tuvo un papel marginal en su caída? ¿O fue Occidente, y en especial la OTAN, un agente esencial para que ocurriese? La respuesta tal vez sea más sutil. Como sostiene Mastny en su soberbio trabajo de inve s t i gación " A p rendiendo del enemigo: la OTA N como modelo para el Pacto de Va rs ovia" (Zürcher Beiträge zur Sicherheits politik und Konfliktforschung, Nr. 58, 2001), la OTAN no fue solamente un adversario sino, en muchos aspectos, un modelo de cómo abordar la perpetua crisis del Pa cto de Va r s ovia. Y sin embargo, según demuestra Mastny, los d iversos intentos de emular a la OTAN acabaron agudizando la crisis. La diferencia principal entre la OTAN y el Pacto de Varsovia era tan obvia como esencial. La OTAN nació a petición de los gobiernos de Europa Occidental y, a pesar del indiscutido liderazgo de los Estados Unidos, era una comunidad de iguales. Por el contrario, el Pacto de Varsovia fue una creación de la Unión Soviética en la que los demás miembros tenían, en principio, una influencia mínima. Cuando en 1955 Nikita Kruschev creó el Pacto de Varsovia, supuestamente en respuesta a la entrada de la República Federal Alemana en la OTAN, su decisión fue, ante todo, una jugada táctica. Al proponer la disolución simultánea de las dos alianzas, Kruschev creía que podía librarse de la OTAN, mientras que él mantendría un sistema de acuerdos de defensa bilaterales con las naciones de Europa Oriental. No obstante, una vez creado el Pacto de Varsovia, los líderes soviéticos encontraron cada vez más difícil resistirse a los intentos de los aliados de Europa del Este de convertirlo en una verdadera alianza, no muy diferente de la OTAN. Cuando los intentos de reforma iniciales no consiguieron obtener resultados tangibles, la incapacidad de los soviéticos para conceder a sus aliados un estatuto más igualitario socavaron el entusiasmo de éstos hacia la recién creada Alianza. Estos aliados se sintieron cada vez más encerrados en una situación en la que se les forzaba a compartir los riesgos derivados de las empresas soviéticas sin que pudieran intervenir en su desarrollo. Ahora se ha sabido que, a raíz de la crisis de los misiles cubanos en 1962, Bucarest hizo saber secretamente a Washington que Rumania tenía la intención de permanecer neutral en el caso de un conflicto nuclear. Según cuenta Mastny, al mismo tiempo que los soviéticos se resistían a conceder a sus aliados de Europa del Este más voz que la puramente imprescindible, se daban cuenta de la necesidad de dotarles de un sentimiento de pertenencia y participación, en vista de la creciente disidencia rumana y después de la invasión de Checoslovaquia en el 68. Los resultados de esta ref o rma fueron dive r s o s . Aunque intentaba satisfacer la demanda de sus aliados de conseguir una alianza más equilibrada, se hizo pronto evidente que los soviéticos no podrían darles lo que de verdad querían: un sistema de consulta similar al que las naciones de la Europa Occidental habían conseguido con la OTAN. Por otra parte, los soviéticos obtuvieron buenos resultados en la educación de una oficialidad leal a Moscú, al forjar una relación de mayor igualdad entre los estamentos militares de varios países orientales. Esto les evitó, por ejemplo, el tener que invadir Polonia a principios de los 80, al resolver provisionalmente la crisis más acuciante con el golpe militar del general Wojciech Jaruzelski. Pero cuando el último dirigente soviético, Mijail Gorb a c h ov, trató de insuflar un nuevo aliento al bloque oriental, su intento de formar una alianza entre iguales, al estilo occidental, con un renovado sistema soviético, solamente consiguió agudizar la crisis del Pacto de Va r s ovia y acelerar su fi n a l . ■ Los detalles sobre el proyecto Historia paralela de la OTA N y el Pacto de Varsovia, así como todos los documentos principales y los resultados de la investigación histórica están disponibles en Internet en la dirección: www.isn.ethz.ch/php RESEÑA DE PUBLICACIONES Invierno 2001/2002 Revista de la OTAN 33 Lecturas reveladoras. 34 Revista de la OTAN Invierno 2001/2002 ESTADÍSTICAS Terrorismo internacional Países que tuvieron víctimas mortales el 11 de septiembre de 2001 Víctimas internacionales por zonas, 1995-2000 En azul los países con víctimas mortales Africa Asia Eurasia Latino- Oriente Norte- Europa américa Medio américa Occidental Ataques internacionales por zonas, 1995-2000 Africa Asia Eurasia Latino- Oriente Norte- Europa américa Medio américa Occidental 1995 1996 1997 1998 1999 2000 El mapa y las estadísticas aquí representados provienen de la página web del Departamento de Estado de los EE. UU.: www.state.gov AVISO IMPORTANTE PARA LOS LECTORES La R ev i s ta de la OTA N pasa a formato electr ó n i c o : última edición publicada en papel La Revista de la OTAN cambia con los tiempos y se va a convertir en una publicación exclusivamente en formato electrónico, así que ésta será la última edición en papel impreso. La decisión de pasar a publicar en Internet refleja tanto la revolución en las comunicaciones de los últimos años como el aumento en el interés por las actividades de la Alianza. El crecimiento masivo del uso de Internet —el número de visitas al portal de la OTAN se duplica anualmente— ha puesto a la Revista de la OTAN a disposición de un número de personas mucho mayor que cuando aparecía solamente en papel impreso. Al mismo tiempo, los costes de impresión de la revista en 17 idiomas han llegado a ser tan altos que los países miembros de la OTAN han tenido que reconsiderar las prioridades en los gastos de la alianza. La Revista de la OTAN se publicará trimestralmente en los 15 idiomas de OTAN, además del ruso y del ucraniano, y seguirá contribuyendo a un diálogo constructivo sobre las cuestiones atlánticas. De ahora en adelante, los lectores podrán leerla en el portal de la OTAN, en www.nato.int. La edición exclusivamente en Internet de la Revista de la OTAN será una publicación para el siglo XXI, mejor y con un nuevo diseño. Los lectores que quieran descargar la nueva edición tan pronto estén disponibles las futuras ediciones pueden enviar un correo electrónico a N I D S 4 @ h q . n a t o . i n t precisando en qué idioma la desean, y sus direcciones se incluirán automáticamente en una lista de distribución de correo electrónico para informarles de su publicación. Entrevista con Ted Whiteside páginas 22-23 Nuevos análisis sobre las alianzas de la Guerra Fría páginas 31-33 La lucha contra las nuevas amenazas OTAN revista de la INVIERNO 2001/2002 La lucha contra las nuevas amenazas organización del tratado del atlántico norte alemania bélgica canadá dinamarca españa estados unidos francia grecia hungría islandia italia luxemburgo noruega países bajos polonia portugal reino unido república checa turquía
EL PACTO PARA CONSEJO RUSIA R.F.-OTAN ¡¡ : ;...
Nuevas protestas contra la ley de seguridad integral en Francia
INTERNACIONAL
( https://www.lavanguardia.com/internacional/20201206/6100358/francia-nuevas-protestas-contra-ley-seguridad-integral-video-seo-ext.html ).
Las calles de París volvieron a llenarse de manifestantes contrarios a las medidas del gobierno de Macron
Macron promete que seguirá siendo posible filmar a la policía y divulgarlo
Macron reprende a su Gobierno y obliga a enmendar la ley de Seguridad.
06/12/2020 13:27.
Ciudadanos franceses volvieron a salir a las calles este fin de semana para protestar contra la ley de seguridad integral anunciada por el gobierno de Emmanuel Macron. En París, unas 5.000 personas se manifestaron y declararon su oposición a unas medidas "absolutamente injustificadas", pero no todo fue pacífico.
A medida que avanzó la tarde, y ya por la noche, varios encapuchados aprovecharon las concentraciones para iniciar enfrentamientos contra la policía, que se vio obligada a cargar contra las multitudes. Algunos agentes también usaron gases lacrimógenos y otros instrumentos antidisturbios.,...)))...
Piquetes y policías, en las cocheras de la Empresa Municipal de Transportes. PLANO GENERAL - ESCENA
* Este artículo apareció en la edición impresa del 0021, 21 de junio de 2002.
El sr. Aznar-ansar, como se sabe, a la vez, es presidente de una Internacional de partidos ca-pitalistas e imperialistas, según dicen cristianos y de centro. Él es prepotente, igual que Bush, Blair, Belusconi, en su momento también lo fue Felipe González, el sr. Guerra, y otros políticos imperialistas; también aunque en-con, otros tonos, lo fueron dirigentes de izquierdas como el sr. Anguita, Jospín, Mario Soares, Clinton, Putin, y otros de otras potencias y países también ejercen de prepotentes y de imperialistas o de aliados. Queremos decir de que el Todocapitalismo, el entrelazamiento entre grandes potencias imperialistas y oligarquías periféricas, están que trinan, ya que hacen aguas por todas partes. En Europa, se está en huelgas laborales y políticas, y eso no les interesa porque se queda sin base de apoyo los imperios, que son los que el Capitalismo mundial siga dominándolas sociedades de la humanidad.
La Huelga salió, hacia adelante, bien, bastante bien; en el País Vasco entre una cosa y otras fueron dos días. Los piquetes actuaron, cada tendencia con sus métodos, pero tuvo su importancia, sobre todo para decirle a muchos pequeños burgueses que son reaccionarios, de que se dejen de rollo y de que el futuro no está con los Aznar y sus compañías, sino con los trabajadores y el pueblo trabajador, tanto de Europa como de otros continentes. Así que se les dice de que sean neutrales o se pequen a la revolución pendiente que está en marcha.
La huelga salió, la clase obrera en general, unos más otros menos participó en la cuestión. Por ejemplo, Málaga por la tarde, estaba completamente cerrada y pocas gentes por las calles, parecía un Domingo a eso de las cuatro de la tarde.
Los que hace unos pocos años despotricaban de la clase obrera y de las poblaciones trabajadoras, se han quedado de piedra, han visto la huelga, y han participado en ella; algunos en piquetes, otros en las manifestaciones. Parece que se han estimulado. El Corte Inglés, en Málaga sufrió presión de mucha gente obrera, jóvenes, y no tan jóvenes, trabajadores, parados-desempleados, estudiantes; SÍ, Y MUCHAS MUJERES, estaban allí, en las puertas y en los alrededores, -- desde antes de las nueve de la mañana, ya se estaban acercando los y las luchadores a dar la batalla del Corte Inglés, era una buena ocasión. Allí había gentes con sus banderas tanto de UGT, como de CC.OO. y de otras tendencias. Allí estaba una gran representación del pueblo intentando manifestar nuestra repulsa y presión al corazón político y simbólico del capitalismo español, franquista y postfranquista. No se pudeo crerar, algunos decíamos de resistir toda la tarde si hacía falta, pero los que no confían en la clase obrera, eran los que más asusaban a a que se tirasen piedras; ¿ y eso para qué ?, para nada;ya se vio,unaspiedras, una desbandada, pelotas de goma y unos cuantos detenidos. Queremos decir, que eso lo hagan si quieren, cuando vayan solos, en sus actos antiglobalizadores, o en sus actos contra la Europa del capital y la guerra. Como mucho eso lo tenían que haber hecho el día anterior, cuando salieron en manifestación desde la Estación de RENFE.
EN SEVILLA, EL 22, FUIMOS MUCHAS GENTES, EN GENERAL SE VIO EL CALOR HUMANO, DE UNIDAD DEL PUEBLO CON SUS DIVERSAS INQUIETUDES Y SUS DIVERSAS FORMULACIONES. Quedó claro la lucha contra el capital y por otra sociedad, quedó claro la presencia obrera y juvenil. También se vieron a los nerviosos pequeñoburgueses, liantes y conlíneas sin ton ni son. También se vieron posiciones reformistas, con anhelos de cambio y medidas dentro del Sistema; lo malo es que el Sistema, las clases dominantes actualmente no están por ninguna concesión a las inquietudes sociales, sean las qie sean; hay que seguir luchando por ellas. Pero allí estaba una buena representación del pueblo europeo, africano, latinoamericano. Allí había muchas mujeres exigiendo cosas, uniéndose y dándose cuenta de lo importantes que son y el protagonismo que van a conseguir el día de mañana; ya lo tienen; pensamos de que las jovenes mujeres de los barrriospopulares son el futuro de la punta de lanza de la revolución de la humanidad. Las de más edad, también están enesa onda, y están observando a esas jóvenes luchadoras, que son por derecho poniendo realmenteen cuestión al sistema capiatlista ya los soportes políticos que lo aúpa.
Los "mirones", los que están en las aceras, también participan, están allí, con los manifestantes; hay que escucharlos; sí, muchos de los que despotrican a los trabajadores y al pueblo trabajador escucharan a esas personas que miran y también a muchos luchadores y organizaciones que tienen discursos y prácticas por el socialiismo, y quisieran actuar de buena fe, la lucha contra el capital sería realmente más potente y más efectiva; por ahoraa no escucha. Pero las verdades que nosotros y el pueblo luchador y creador delas riquezas estamos en nuestro tajo, en nuestra tarea de transformación social; sí, y lo gracioso es que lo enfocamos para el conjunto social; sí,ellos incluídos.
La mayoría que se ponen nerviosos, en realidad pasan del pueblo trabajador; nos creen medicres e ignorantes; ellos como son universitarios e ilustrados; pues van de listillos, pero no saben hacer la o ni con un canuto, en todos los asuntos que se les quiran abordar. ¡¡.
Pero al final, sí, titulados, porla cara, generalmente, actuando en lo social para sus intereses rpivados, eso se da en la mayoría de los casos. Pero se le ha dado una lección también a ellos y no solo a lsr. Aznar; el Llamazares o el R. Zapatero. En Sevilla el día 9 de Junio/2.002, en la gran manifestación andaluza contra el decretazo, fuimos miles de trabajadores, jóvenes sin empleo, jornaleros y otros, también de los colectivos Antiglobalización. Se dio ua gran bofetada otra vez a los que despotrican de los trabajadores. Gran parte de los manifestantes decían cosas muy bonitas como " esta manifestación y la Huelga general es contra Aznar, pero también para que se enterenlos que van a la cabeza de la manifestación; estamos hartos, nos tienen aburridos, y todos tienen que cambiar, todos tienen que servir al pueblo, ala humanidad; nosotros luchamos y trabajamos, tenemos poco, pero como se tuerzan más, ellos también van a cobrar; y ya están cobrando, no saben que van a decir para seguir con sus mentiras y apoyosal sistema capitalista para recibir y conseguir sus intereses y prevendas personales. Sí, parece que todos hemos aprendido una lección, con los pueblos trabajadores no se juega, ni con los del campo, ni con los industriales, y con la juventud tampoco.
A las 7 de la mañana, ETA, atentó en Fuengirola, sí, el jueves de la HUELGA GENERAL, NO SE DESCARTA DE QUE HAYA GENTES DENTRO DEL PUEBLO TRABAJADOR QUE VEA BIEN,...¡¡; y en estos momentos los atentados; pero lo que vamos a decir tiene varios asuntos :
primero, no queremos lostranajadores revolucionasrios de que ETA ponga ninguna bomba a nuestra salud o por nuestro bien. Si ETA, quiere combatir a la Burguesía Estatal Dominante que se enfrente a ella, a su estado o a lo que sea,...pero no en nuestro nombre o e de la clase obrera; como mucho que se combata en su territorio, ya que dicen que quieren su marco de relaciones sociales e independencia.
Segundo, tres bombas en Andalucía es una guarrada; nos están jodiendo a todos y están jodiendo el proyecto de la revolución de la humanidad, y está dando cancha al enemigo, o sea, a la Plutocracia europea e internacional.
A pesar de lasbombas y la presencia policial en todo el Estado, la huelga, los piquetes, las manifestaciones, la pegada de carteles y otros tipos de actos se han desarrollado; no tenemos miedo a los bombazos de ETA, solo decimos de que se dejen de tantos bombazos y si son revolucionarios de verdad que se tiren a la plaza a torear de verdad este toro miura que es el capitalismo, sí, en unión con los obreros y otros revolucionarios. Cinco bombas en estos días, no soluciona nada, ni sus inquietudes ni las de los demás; ya decimos, toda la población que se hamovilizado ene stos días ha pasado de los despotricadores y de los negativos, también de muchos parlanchines, que no tienen dos dedos de luces, ya que solo hacen risitas y vejaciones orales a la clase obrera,que no confían y se ponen como por encima de los que trabajamos, y de los que queremos transformar la sociedad capitalista en sociedad socialista y comunal en todo el Planeta.
No es cuestión decifras nide anécdotas, es cuestión de que estamos proyectando otros valores, que estamos cansados del poder capitalista, de los que los sustentan, y de los que nada más ponen impedimentos; sí, le decimos a lxs listillxs que se autoreflexioneny sean más hponrados, moostos y estén conel pueblo trabajador, a su nivel, a su lado, y no chuleando y dándoselas de revolucionarios, de visionariosyde listillxs alitistas sociales.
(( ES INTERESANTE OBSERVAR POSICIONES Y LITERATURA DE HACE UNOS 20 AÑOS,....Y COMPARARLAS CON LO QUE SE PLANTEA EN ESTE AÑO DE 2.020,...¡¡. :
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