OPINIONES SOBRE LA DICTADURA DEL PROLETARIADO, la dictadura de la plutocracia financiera global,...notas expuestas variadas para decidir formalidad en la estrategia y tarea de revolución proletaria-popular, de la humanidad,...el poder mundial, tarea pendiente para la sostenibilidad de la humanidad, su sustentabilidad,...y su futuro en paz,...en armonía social y con la naturaleza,...pero repetimos, previa derrota del poder plutocratico global. Lean y saquen sus conclusiones y tareas,...¡¡.
SOBRE EL COMUNISMO, DEBATES: así se archivó el documento que sigue. Hemos destacado dándole a ciertos párrafos fondo verde.
[[ "" 31 de marzo de 2014
Por Tatiana
Vasílieva. Publicado en comstol. info. Traducido por Igor T.
Un miembro permanente de nuestro foro sobre problemas
del comunismo, nuevamente planteó una cuestión interesante, teniendo por objeto aclarar
unas cuestiones interesante de la ideología del comunismo. En su última pregunta ha dado lugar
a la publicación de este material en nuestra publicación.
Hoy me propongo
comentar o añadir un texto relativo a la dictadura del proletariado.
Así, el miembro permanente del foro preguntó sobre la manera de integrar
la dictadura del proletariado con la democracia, como Engels escribió en "Los Principios del Comunismo". Además, el miembro permanente
pregunta que quería decir Engels cuando habla de gobierno directo e indirecto del
proletariado.
***
Estamos hablando de
una dictadura política. Y esta dictadura debe ... garantizar la
democracia. Cuando la burguesía está en el poder, sólo declara
libertades democráticas, utilizando algunos de los síntomas de estas libertades
(como el derecho de voto), a su favor. La dictadura
del proletariado debe garantizar concretamente el ejercicio de la democracia.
El Estado
Proletario debe conseguir tal objetivo, pues todo se hace en interés de la
mayoría, y esa mayoría debe comenzar inmediatamente a aprender a manejar la
sociedad, que nunca antes había hecho. Sí, debe aprender. La burguesía no está
interesada en esto, y así también suprime cualquier impulso interno de las
masas trabajadoras para influir en la política. El Proletariado está
interesado en ello porque tiende a su autoeliminación también como clase, lo
que sucede cuando desaparecen las demás clases sociales.
En la sociedad burguesa, una de las funciones del
proletariado es depender de la burguesía, quedando bajo el dominio de las
condiciones materiales que le impone el poder burgués. La labor
del Proletariado es emanciparse, no intercambiar el poder con la
burguesía. El Proletariado sigue siendo la más importante fuerza económica
de la sociedad, tras el derrocamiento de la burguesía. Pero la burguesía
expropiada, no queda al margen del proceso de producción, pues ya no es dueña
de los medios de producción, así es un miembro de los productores. No hay duda
de que la burguesía derrocada, se resiste a renunciar a su dictadura, tratando
de recuperar su dominio. Cuenta con la baza que la división de clase está
también a nivel consciente. Suprimirla en esta esfera, es una de las
mayores resistencias, que necesita también una dictadura del proletariado. Y esta supresión de los
derechos de una minoría, también se efectúa en interés de la mayoría y de la
voluntad de la mayoría. En cualquier caso, la elección de los métodos y otras
funciones en el proceso de esta limitación, tienen que participar, en lo posible,
todos los miembros de la sociedad. Solamente con el apoyo de la mayoría se
vencerá la resistencia de la burguesía, de forma más rápida, con menos pérdidas
y mayores beneficios para la sociedad.
Son tareas difíciles, pero tareas
importantes. Pueden ser resueltas sólo cuando se desarrollen todas las
condiciones, tanto económicas como políticas. La burguesía no quiere
cambiar y nunca querrá, así lo propaga a través de los medios de comunicación y
otros métodos, para la aceptación de su dictadura por el proletariado, y las
personas cercanas a él, poniendo a su favor a las clases para que ejecuten sus
órdenes, mediante concesiones que no discutan su poder en la sociedad. El
resto de las clases no son capaces de romper con su dominio, y esta dictadura
necesita de toda su fuerza para continuar creando la bases materiales de su
riqueza, para ello la burguesía utiliza todo el aparato del Estado,
distribuyendo las ganancias según su criterio y neutralizando otros
supuestos. Según esta imposición, el proletariado también permitir este
buen "consenso", pero no debe rebelarse, ni resistirse, para ayudar a
la burguesía a conseguir sus ganancias.
¿Qué es un gobierno
indirecto del proletariado, como dijo Engels? Tal vez en Rusia después de
la Revolución de Octubre hubo un gobierno indirecto del proletariado, en
relación con el hecho de que en la Rusia pre-revolucionaria, pues el
proletariado era muy débil, debido a la falta de desarrollo de la producción
industrial. En la Rusia soviética comenzó a formarse la clase obrera, a
estrenarse en su contenido de clase, algo que en el mundo no existía
antes. Esta clase es, por diversas razones (no lo expresaban ellos, ya que
la evaluación de estas razones, hoy en día, son muy diversas y hasta
contradictorias, pero eso no significa abandonar el análisis de estas razones)
la más interesada clase por acabar con él la dominación de
clase de la burguesía, para garantizar una verdadera democracia.
Así fue el caso de la primera experiencia, de la
revolucionaria transformación socialista de la sociedad, y esta fue la más
acertada.
Подробнее: http://comstol.info/2014/03/tribuna/8830
Publicado por Amistad
Hispano-Soviética en 11:56
Etiquetas: Actualidad
soviética, Construcción del socialismo, Cultura
soviética, Economía en la URSS "".]]
El
Presidente de Uruguay, señor Mujica, hablaba y venía a decir de que realmente el
poder estaba en manos del estado, de la oligarquía y de la burocracia de
estado,...o sea, decimos nosotros, la burguesía de estado. REALMENTE AUNQUE ES
EL PRESIDENTE DEL ESTADO, Y SU PODER DE ORGANIZACIÓN ES EL FRENTE
AMPLIO,...DECÍA MUJICA QUE SI HACIA CIERTAS POLÍTICAS, CIERTAS REFORMAS A ÉL LO
MATABAN,...LOS PODEROSOS DE SIEMPRE,...¡¡
Aunque se han tomado algunas medidas sociales, sobre
todo para los más pauperados,...el poder político-económico es de los de
siempre, de la Oligarquía de estado, privada y estatal,...incluso de los
sindicatos oficiales daba a entender,...
Así, el miembro
permanente del foro preguntó sobre la manera de integrar
la dictadura del proletariado con la democracia, como Engels escribió en "Los Principios del Comunismo". Además, el miembro permanente
pregunta que quería decir Engels cuando habla de gobierno directo e indirecto del
proletariado.
EN
EL DEBATE QUE SE FORMULA, TENEMOS QUE ESTÁ CENTRADO EN LA TEORÍA MARXISTA CLÁSICA,...Y EN EXPERIENCIA SOVIÉTICA,...FUNDAMENTALMENTE. UNAS REALIDADES ALGO
YA PASADAS, CADUCAS,...YA QUE HOY EN 2.014 LAS ESTRUCTURAS ECONÓMICAS Y DE
PODER DE LA BURGUESÍA SON OTRAS, CON IGUALES RELACIONES DE PRODUCCIÓN,...E
INCLUSO ÉSTAS HAN CAMBIADO YA QUE VALORAMOS QUE DICHAS RELACIONES DE PRODUCCIÓN
SON IMPERIALISTAS EN TODO EL PLANETA,...Y QUE LA SOCIEDAD ACTUAL GLOBAL ES LA
SOCIEDAD IMPERIALISTA, CON UN SISTEMA IMPERICAPITALISTA CON PERSPECTIVAS DE COLONIZACIÓN
EXTERIOR A NUESTRO PLANETA,...
A.
LA DICTADURA DEL PROLETARIADO SEGÚN EL MARXISMO DE ENGELS Y C. MARX.
Brevemente sobre esta cuestión,
porque el marco es hoy en día bastante distinto. Los marxistas decían poder del
proletariado para la inmensa mayoría social de obreros, jornaleros,...de la
clase obrera y popular,...situándose en países como Francia, Alemania,
Inglaterra, EE.UU. de Norteamérica, en los que se daban situaciones adelantadas
en la clase obrera,...las cuales tenían muchas organizaciones de distintos tipos
y tareas, desde intelectuales políticas, económicas, filosóficas, deportivas,
sindicales,...e incluso fracciones preparadas para el asalto al poder,...derrota
de la burguesía,...Planteando la extinción de la maquinaria estatal, incluso de
la proletaria,...en un contexto de revolución mundial, y comunismo entendido en
todas las comunidades del Planeta. Porque hablar de comunismo es sinónimo de construcción
del mismo en todo el Planeta, de otra manera se está en realización,...EL
COMUNISMO POR DEFINICIÓN ES MUNDIAL. TIENE QUE SER EN TODA LA HUMANIDAD.
B.
LA DICTADURA SOVIÉTICA-BOLCHEVIQUE,...APLICACIÓN TEÓRICA DE LA TEORÍA MARXISTA
CLÁSICA
LA REVOLUCIÓN PROLETARIA EN RUSIA,
tienen como protagonistas a dos clases, la obrera y la campesina. Sus órganos
de poder eran los soviets de obreros, de campesinos y de soldados,...mas el
partido bolchevique y otros,...La clase obrera y campesina toman el poder del
estado,...lo transforman a su objetivo,...la democracia es soviética,...la
parlamentarista se aplico,...pero se interrumpió, se aborto, ya que la misma
hacia obtener el poder de gestión y gubernamental a la burguesía y clases
explotadoras diversas,...POR ELLO EL PODER DE LA CLASE OBRERA CAMPESINA Y DE
SOLDADOS CREADO Y EJERCIENDO POR MEDIO DEL SOVIET DE COMISARIOS,...LENIN FUE
DECLARADO-ELEGIDO PRESIDENTE DEL GOBIERNO OBRERO-CAMPESINO,...EL PARTIDO
BOLCHEVIQUE CON ORGANIZACIONES SOVIÉTICAS, DEL CONGRESO PANRUSO DE SOVIETS, DE
LA MAYORÍA DEL MISMO,...ES LA FORMA DEL PODER PROLETARIO-POPULAR. EN REALIDAD
HAY COMO DOS PODERES, EL SOVIET Y EL BOLCHEVIQUE,...PERO A LA VEZ EL SOVIET
CENTRAL ESTABA EN MAYORÍA MIEMBROS DEL PARTIDO BOLCHEVIQUE,...
ASÍ
QUE LA DICTADURA ERA LLEVADA DE FORMA CENTRALIZADA POR EL PARTIDO BOLCHEVIQUE,
EN LA PRACTICA,...ESTE PARTIDO JUNTO A LOS SOVIETS DE SOLDADOS TENÍAN SUS
PODERES E INSTRUMENTOS MILITARES-POLICIALES QUE HACÍAN ASEGURAR EL PODER
PROLETARIO-POPULAR; OBRERO Y CAMPESINO.
LAS
TEORÍAS MARXISTAS SOBRE EL ASUNTO DE LA DICTADURA DEL PROLETARIADO, DIGAMOS QUE
PROVIENEN DE LAS DIVERSAS EXPERIENCIAS DE LUCHAS REVOLUCIONARIAS EN EUROPA,
EE.UU. DE N.A.,...Y EN ESPECIAL DEL PODER DE LA COMUNA DE PARÍS, ALLÁ POR 1.871.
Autor
|
Mensaje
|
|||||||||||
Duarte
|
|
|||||||||||
Registrado: Mar Ago 22, 2006 11:36 am
|
|
NOTA: RECORDAMOS A REBELDE MULE QUE LE ENVIAMOS ALGUNA DOCUMENTACIÓN, NOS COMENTARON QUE LA ESTABAN LEYENDO Y QUE NOS DARÍAN SUS VALORACIONES,...DESPUÉS DE CASI UN AÑO,...AÚN ESTAMOS ESPERANDO,...ALGUNA CONTESTACIÓN, ALGUNA LLAMADA ELECTRÓNICA, UN ALGO, COMO SE DICE POR AQUÍ EN ANDALUCÍA,...¡¡ -LUKYRH.
C. INCLUSO SE PODRÍA HABLAR ALGO DE LA DICTADURA PROLETARIA-POPULAR, CAMPESINA EN LA URSS, EN R.P. CHINA, EN PAÍSES DE EUROPA DEL ESTE, VIETNAM, CAMBOYA, COREA DEL NORTE, CAMBOYA,...
PERO LA BÁSICA, PARA NOSOTROS, es que valoramos que la revolución es de la humanidad proletaria-popular=( en este sentido de millones de campesinos que aún viven en países de continentes como India, en África, América Latina,...en países asiáticos como los de antes mencionados,...a la vez Afganistán, Paquistán, Nepal,...Indonesia, Filipinas,...). Basado este asunto y propuesta de estrategia,...en el poder mundial actual de la burguesía, donde la fracción dominante, la Oligarquía plutocrática o financiera, ejerce la dirigencia y gestiona mundialmente,...sus poderes están bien establecidos, la ONU-OTAN y otros organismos y entidades, algunas más encubiertas o secretas que otras.
[[ 25-A: Quince detenidos tras una batalla entre 3.000
manifestantes y 1.400 policías
Un manifestante, ayer, frente a la Policía, en la
Plaza de Neptuno, durante la protesta 'Asedia el Congreso' convocada por la la
Plataforma ¡En Pié! y apoyada por la Coorndinadora 25S. / Juanjo Martín (Efe)
La marea revolucionaria de la Plataforma ¡En Pie! no ha conseguido, como pretendía, que el gobierno haya
dimitido y que se hayan disuelto las Cortes y la Jefatura del Estado este 25 de
abril. Apenas dos o tres millares de personas rodearon el Congreso de los
Diputados ayer para intentarlo. Enfrente, 1.400 agentes de las Unidades de
Intervención Policial, cuerpo de elite muy preparado y que ha ido a Madrid
desde muchos puntos de España costando un dinero al contribuyente y a 6.202.700
parados. Un agente de élite por cada dos manifestantes. Ridículo espantoso por
parte de convocantes y Ministerio de Interior.
Eso sí, los convocantes de ¡En Pie! y
los adheridos de la Coordinadora
25-S reconocieron, antes del canto del gallo, a la hora de
la cena, que hubo “insuficiente apoyo social” al asedio y que se disuelve la
revolución. Quizá tampoco estaría de más que los responsables del Ministerio de
Interior reconocieran que no tienen mejor ojo que los revolucionarios a la hora
de calibrar el peso de las revoluciones, y que se excedieron con un dispositivo
que sale muy caro y algebraicamente se demuestra represivo. La revolución
española del 25-A tuvo poco peso. Los 3.000 manifestantes pesaban menos kilos
que los 1.400 musculados policías de elite. Pocos servicios de inteligencia del
mundo hacen previsiones tan excesivas como para que al final haya un policía
para vigilar a cada dos manifestantes. Hay que hacérselo espiar. Quizá puedan
seguir llamándose servicios, pero no de inteligencia. El cálculo es tonto de
hacer: poner a un policía para cada dos personas es como poner a un maestro
para cada dos alumnos. Excesivo.
Ya por la mañana, la jornada empezó a calentarse. En
la Facultad de Políticas de la Universidad Complutense, la policía detuvo a
once personas que participaban en una huelga estudiantil contra los recortes en
educación. Fueron acusados como agitadores del 25-A. Sin embargo, todos
pertenecen al grupo “Toma la
Facultad”, vinculado al 15-M,
que no estaba adherido ni simpatizaba con la manifestación de ayer y negó que
los detenidos tuvieran nada que ver con elAsedia
el Congreso, a través de un
comunicado difundido desde su página web. Un profesor de Ciencias Económicas de dicho centro, Jorge Fonseca, declaró ayer en El
País que los detenidos solo “estaban difundiendo
información sobre la huelga de estudiantes que lucha contra los recortes”. Nada
que ver con el 25-A.
La marcha convocada para este 25-A por la Plataforma
¡En Pie! nacía a las 17 horas de ayer desde la Puerta del Sol, Atocha y Alcalá.
Su pretensión era asediar el Congreso hasta derrocar al gobierno y a la
jefatura de Estado, que es el rey. Antes de las cinco, perros policías habían
rastreado la zona minuciosamente en busca de artefactos explosivos y de bombas.
Los agentes registraban mochilas de adolescentes. Muchos periodistas empezaban
a tomar notas por allí. Y a las cinco y media, había en Neptuno más reporteros
que manifestantes. Y una sola bandera republicana ondeaba al viento del mal
tiempo. Hacía frío.
Imagen de la
concentración convocada ayer junto al Congreso de los Diputados. / Juanjo
Martín (Efe)
A las ocho apenas había 3.000 personas “asediando” el
Congreso. A las ocho y media, en punto, seis u ocho hombres fuertes se
acercaron hacia la primera de las seis vallas que protegen el Congreso y la
derribaron. Empezaron las cargas policiales. Rápidas y contundentes. La gente
corría Castellana arriba y Prado abajo. Muy dispersos. Alguna escena de
violencia. Algún adoquín arrancado y lanzado contra la policía. Pero después
empezaron a lanzarse petardos, y el sonido de un petardo es inquietante cuando
estás ante un policía armado, o cuando eres un policía que está ante un pueblo
solo presuntamente desarmado. Suena parecido a una pistola. Todo el mundo se
puso nervioso. Más carreras. Más golpes.
Los últimos datos de la policía señalan que ha habido
15 detenidos, 14 agentes heridos y 29 personas atendidas por el Samur, que
había desplegado un amplio dispositivo, con tiendas de campaña, en la aledaña
calle Montalbán.
Entre los detenidos, un joven al que se presta
especial atención. Se trata del quinto detenido del día. Son las nueve de la
noche. La Policía Nacional anuncia vía tuit que ha detenido a un chaval con
antecedentes. Del resto de detenidos no se sabe nada. De este se especifica que
tiene antecedentes por estupefacientes. Pero no se añade cuántos
estupefacientes. Si gramos, toneladas o kilos.
Pocas horas antes, en la madrugada del 25-A y con gran
difusión mediática, se había detenido a varios miembros del grupo anarquista
Bloque Negro con un pasamontañas, un par de garrafas mediadas de gasolina,
guantes de látex, cuatro petardos y una bolsa de bengalas All Stars, que en
algunos quioscos te regalan si compras muchas golosinas. Interior apuntó que
estaban preparando alguna quema de bancos para animar el 25-A. El Bloque Negro
es una organización tan bien organizada que apenas se encuentra su rastro en
internet. Bloque Negro es una estrategia anarquista o antisistema. Si existía
antes ese peligroso grupo organizado, la primera noticia de dicha existencia la
ha tenido la opinión pública prácticamente ayer.
De todos los grupos ciudadanos, indignados, mareas
profesionales y estudiantiles, solo la Coordinadora 25-S había secundado el
asedio al Congreso de ayer. El 25 de septiembre del 2012 quizá se alcanzó el
millón de personas rodeando el Congreso. Ayer fueron apenas 3.000 los que lo
asediaron. Rodear o asediar. El número de policías, sin embargo, fue
exactamente el mismo.
COMENTARIOS:
Having read this I thought it was really informative. I appreciate you
taking the time and energy to put this information together. I once again find
myself personally spending way too much time both reading and leaving comments.
But so what, it was still worth it!
La Marea Ciudadana contra la Troika y sus cómplices, 1 Junio | Sureste
Press | Lunes, 27 de mayo de
2013 |11:47 AM| puntuación:0
[...] y relativo de las dos últimas
grandes convocatorias: la de la Plataforma ¡En Pie!, para asediar el
Congreso hasta la caída del sistema, y la del segundo aniversario del
15-M. “No tienen nada que ver”, [...]
homecoming dress in uk | Domingo, 19 de mayo de 2013
|4:57 AM| puntuación:0
It is the best
time to make some plans for the future and it’s time to be happy. I’ve read
this post and if I could I want to suggest you some interesting things or tips.
Maybe you can write next articles referring to this article. I want to read
more things about it! homecoming dress in uk http://www.nexopia.com/users/dino7knot/blog/4-any-marriage-emergency-system-something-you-might-just-need-to-have
Enrique | Sábado, 27 de abril de 2013 |1:47 PM|
puntuación:0
No entendí quien montó esto así que me
quedé en Galicia, no hay miedo, faltó información. Creo que siempre es el
momento, la situación es terrible desde hace años.
pinger | Viernes, 26 de abril de 2013 |4:23 PM|
puntuación:2
Estamos en medio de una guerra
económica, y la única arma que tenemos es Bitcoin y nuestro poder de compra.
juan gaviota | Viernes, 26 de abril de 2013 |9:46 AM|
puntuación:2
Es evidente, que este tipo de acciones
no benefician al pueblo Español, porque meten más miedo en el cuerpo, y porque
no sabemos a quién beneficia, (El camino hacia el infierno está empedrado con
las buenas intenciones de las personas), Todavía no ha llegado el tiempo, los
estómagos todavía están llenos y eso desmotiva mucho para la rebelión.
Hace falta una re-evolución, hay que saber esperar , el cambio vendrá cuando el pueblo desesperado se ponga en marcha; En ese justo momento , harán falta lideres para dirigirlo, Antes NO.//.
Hace falta una re-evolución, hay que saber esperar , el cambio vendrá cuando el pueblo desesperado se ponga en marcha; En ese justo momento , harán falta lideres para dirigirlo, Antes NO.//.
Estrategia y Partido
PUBLICADO: 01 AGOSTO 2013
por Daniel Bensaïd
Transcripción del curso de formación impartido por Daniel Bensaïd en el Campo de Jóvenes de la IVº Internacional en julio de 2007 en Barbaste (Francia). Los subtítulos son de la redacción de Inprecor.
La palabra y la cuestión de la estrategia vuelven de nuevo en nuestros días.
Ello puede parecer banal, pero éste no era el caso en los años ochenta y en los principios de los años noventa: entonces se hablaba, sobre todo, de resistencia y los debates sobre la cuestión estratégica prácticamente habían desaparecido. Se trataba de aguantar, sin necesariamente saber cómo se iba a salir de esa situación defensiva.
Transcripción del curso de formación impartido por Daniel Bensaïd en el Campo de Jóvenes de la IVº Internacional en julio de 2007 en Barbaste (Francia). Los subtítulos son de la redacción de Inprecor.
La palabra y la cuestión de la estrategia vuelven de nuevo en nuestros días.
Ello puede parecer banal, pero éste no era el caso en los años ochenta y en los principios de los años noventa: entonces se hablaba, sobre todo, de resistencia y los debates sobre la cuestión estratégica prácticamente habían desaparecido. Se trataba de aguantar, sin necesariamente saber cómo se iba a salir de esa situación defensiva.
Si se reinicia hoy un debate sobre los problemas estratégicos -ya se dirá
de qué tratan éstos- es que la propia situación evolucionó. Para decirlo de
manera simple: a partir de los Foros Sociales, la consigna de “otro mundo es
posible” se convirtió en un slogan de masas o, en todo caso, una consigna
extensamente difundida.
Las cuestiones que se plantean ahora son: ¿qué otro mundo es posible?, o: ¿qué otro mundo queremos? Y sobre todo: ¿cómo llegar a ese otro mundo posible y necesario?
La cuestión de la estrategia es ésta: no se trata solamente de la necesidad de cambiar el mundo sino de encontrar la respuesta a la cuestión de cómo cambiarlo: ¿cómo llegar a cambiarlo?
Observaciones preliminares
Una primera observación: el vocabulario que trata de ‘estrategia’, ‘táctica’ e incluso, en la tradición de los camaradas italianos familiarizados con la obra de Gramsci, los conceptos de ‘guerra de desgaste’, de ‘guerra de movimiento’, etc., todo este vocabulario que se volvió parte del movimiento obrero a principios del siglo XX, se tomó prestado del lenguaje de los militares y, en particular, de los manuales de historia militar.
Dicho esto, no debemos equivocarnos: desde el punto de vista de los revolucionarios, hablar de estrategia no es solamente hablar de confrontaciones violentas o confrontaciones militares con el aparato de Estado, etc., sino referir una serie de consignas, de formas de organización política, de una política que trata de transformar el mundo.
Una segunda observación: la cuestión estratégica tiene dos dimensiones complementarias en la historia del movimiento obrero.
Trata, de entrada, de la cuestión de cómo tomar el poder en un país.
La idea de que la revolución comienza por la conquista del poder en un país, o en varios, pero en cualquier caso en naciones en las cuales se organizaron las relaciones de clases, las relaciones de fuerzas, a partir de una historia dada, a partir de conquistas sociales, a partir de relaciones jurídicas. Esa cuestión -la conquista del poder en un país, Bolivia, Venezuela, esperemos que el día de mañana sea un país europeo- sigue siendo una cuestión a la orden del día y una cuestión fundamental.
Contrariamente a lo que pretenden algunas corrientes, como las inspiradas por Tony Negri en América Latina o en Italia, que piensan que la cuestión de la conquista del poder en un país es una cuestión pasada e incluso eventualmente reaccionaria, ya que mantiene las luchas en los cuadros nacionales, pensamos que la cuestión de la lucha por el poder comienza sobre el terreno de las relaciones de fuerzas nacionales, aunque cada vez más estrechamente combinada con la segunda dimensión de la cuestión estratégica: la de una estrategia a escala internacional, continental y hoy mundial.
Éste ya era el caso a principios del siglo XX -y era el sentido de la idea de la revolución permanente: comenzar a solucionar la cuestión de la revolución en uno o en varios países, aunque la cuestión del socialismo se planteaba inmediatamente por la extensión de la revolución a un continente y al mundo entero. Esa idea era fundamental para los revolucionarios de la generación de Lenin, Trotsky, Rosa Luxemburgo y lo es más aún para nosotros. Y es posible comprobar su vigencia: en Venezuela se puede nacionalizar el petróleo, tener una determinada independencia con relación al imperialismo, pero esta posibilidad tiene límites si no se extiende el proceso revolucionario a Bolivia, a Ecuador, y con un proyecto para toda América Latina de lo que es la revolución bolivariana.
Tenemos pues este doble problema: tomar el poder en algunos países con el fin de que sirvan como trampolín para una extensión internacional de la revolución social.
Una última observación introductoria: el problema de la estrategia revolucionaria responde a un verdadero reto, que no se soluciona en Marx.
Si se considera que los trabajadores en general, la clase obrera, son mutilados física y también moral e intelectualmente por las condiciones de la explotación -y Marx describe esto en páginas y páginas de El Capital, que tratan de la degradación por el trabajo, de la ausencia de tiempos de ocio, de la imposibilidad de tener tiempo para vivir, leer, cultivarse…-, entonces se plantea la cuestión de cómo una clase que sufre una opresión total podría, al mismo tiempo, ser capaz de concebir y construir una nueva sociedad.
Había en Marx la idea de que el problema se solucionaría de manera casi natural, que la industrialización de finales del siglo XIX crearía una clase obrera cada vez más concentrada, por lo tanto cada vez más organizada, cada vez más consciente, y que esta contradicción entre las condiciones de vida, donde es explotada, y la necesidad de construir un nuevo mundo sería regulada por una suerte de dinámica casi espontánea de la historia.
Ahora bien, toda la experiencia del último siglo es que el Capital reproduce permanentemente las divisiones entre los explotados, que la ideología -dominante- domina también a los dominados, que no es solamente porque hay manipulación de la opinión por los medios de comunicación -que desempeñan un papel cada vez más importante, es verdad- sino que las condiciones de dominación y compromiso ideológico de los explotados encuentran sus raíces en las relaciones del propio trabajo, por el hecho de no ser propietarios de sus herramientas de trabajo, por no ser quienes deciden los objetivos de la producción, por ser -como lo decía Marx- instrumentos de las máquinas, más que sus amos. Todo eso hace que muchos fenómenos del mundo moderno se nos presenten, a los seres humanos que somos, como potencias extrañas y misteriosas. Se nos dice: no es necesario hacer eso porque los mercados van a enfadarse, como si los mercados fueran personajes omnipotentes, como si el propio dinero fuera un personaje omnipotente, etc. No puedo desarrollar esta idea más, pero es importante decir que las relaciones sociales capitalistas crean un mundo de ilusiones, un mundo fantástico, que sufren también los dominados y del que deben liberarse.
Esta es la razón por la cual las luchas espontáneas contra la explotación, contra la opresión, contra las discriminaciones, son necesarias. Ellas son, si se quiere, el combustible de la revolución. Pero las luchas espontáneas no bastan para romper el círculo vicioso de las relaciones entre el Capital y el trabajo. Es necesaria que intervenga una parte de conciencia, una parte de voluntad, un elemento consciente -la parte de la acción política, de la decisión política que es llevada por un partido. Pero un partido no es extranjero a la sociedad en la cual está inserto. Incluso en la organización más revolucionaria se padecen los efectos de la división del trabajo, se sufren los efectos de la enajenación -de la enajenación deportiva, por ejemplo, porque está a la orden del día este verano- pero al menos una organización revolucionaria se da los medios para resistir colectivamente y para romper el hechizo, el encanto, de la ideología burguesa.
¿"Tomar" el poder?
A partir de lo anterior, es necesario decir algunas cosas simples. Se nos pregunta: ¿Qué quiere decir ser revolucionario en el siglo XXI? ¿Están a favor de la violencia?
En primer lugar, como decía el Presidente Mao, la revolución no es una cena de gala. El adversario es feroz, es poderoso, por lo tanto, la lucha de clases es una lucha y una lucha en muchos aspectos despiadada y no somos nosotros quienes así lo decidieron. Por ello existe una legítima violencia revolucionaria, a la que no es necesario rendir culto, porque no es lo que caracteriza para nosotros principalmente la revolución.
Hasta se desearía ser pacífico y que se amaran los unos a los otros. Pero para ello es necesario, en primer lugar, crear las condiciones que lo permitan.
Por eso, lo que define para nosotros una revolución es transformar el mundo, que, justamente, cada vez más, resulta más injusto y más violento. Y para cambiar el mundo es preciso pasar por la conquista del poder.
¿Pero qué quiere decir “tomar el poder”? No es apoderarse de una herramienta, no es alcanzar puestos, no es ocupar los aparatos del Estado.
Tomar el poder es: transformar las relaciones de poder y las relaciones de propiedad. Es hacer que el poder sea cada vez menos el de los unos sobre los otros para que sea, cada vez más, una acción colectiva y compartida. Y por eso es necesario cambiar las relaciones de propiedad -la propiedad privada de los medios de producción, de los medios de intercambio y, hoy cada vez más, la propiedad de los saberes (porque por medio de las patentes o la propiedad intelectual hay una privatización de los conocimientos que son un producto colectivo de la humanidad… llegando pronto a patentar genes, mañana las fórmulas matemáticas o las lenguas), privatización del espacio (hay cada vez menos espacio público: los camaradas mexicanos les contarán que en la ciudad de México las calles son privatizadas, y esto comienza a desarrollarse también en Europa), privatización de los medios de información, etc.
Entonces, para nosotros, tomar el poder es cambiar el poder y para cambiar el poder es necesario cambiar radicalmente las relaciones de propiedad e invertir la tendencia actual a la privatización del mundo.
¿Cómo superar este dominio del Capital, que se reproduce casi naturalmente a través de la organización del trabajo, a través de la división del trabajo, a través de la mercantilización de los ocios, etc.? ¿Cómo salir de este círculo vicioso que hace finalmente adherirse a los oprimidos al sistema que los oprime? Durante la última campaña electoral oí a un obrero decir en la televisión en Francia: ¿“Cómo puede ser que los burgueses saben votar en función de sus intereses y que a menudo los trabajadores, o incluso una mayoría de ellos, votan por intereses que les son contrarios?” Es que, precisamente, están bajo la dominación de la ideología dominante. Entonces, ¿cómo salir de ese dominio?
La respuesta de los reformistas fue apostar por la erosión de ese poder: con un poco más de organización sindical, un poco más de votos electorales, etc. Obviamente, todo eso es importante. El nivel de la organización sindical e incluso los resultados electorales son índices de las relaciones de fuerzas. En los países capitalistas desarrollados, que tienen ahora cerca de un siglo o más de un siglo de vida parlamentaria, no se pasará de un grupo de algunos centenares o millares de militantes al asalto del poder si no se construyen relaciones de fuerzas en el terreno sindical, social y también, incluso si está muy deformado, en el terreno electoral.
Entonces, hay cambios. Pero la ilusión reformista es que, para retomar una fórmula que ya ha sido utilizada, la mayoría electoral terminará por incorporarse a la mayoría social y, en consecuencia, el cambio de la sociedad puede ser el resultado de un simple proceso electoral.
Todas las experiencias del siglo XIX y del siglo XX muestran lo contrario. Sólo hay posibilidades revolucionarias en ciertas condiciones relativamente excepcionales. Hay condiciones de crisis revolucionaria, de situación revolucionaria, donde se produce una verdadera metamorfosis, no simplemente un pequeño progreso sino una transformación súbita en la conciencia de centenares de millares y millones de gentes. Los últimos ejemplos en Europa fueron Mayo de 68 en Francia, el Mayo rampante italiano, 1974-1975 en Portugal… Se puede discutir si la situación era verdaderamente revolucionaria o en qué medida, etc. Se trata, en todo caso, de experiencias donde se ve que la gente, como se dice, aprende más en algunos días que en años y años de discusiones, de escuelas de formación, etc. Hay una aceleración en la toma de conciencia.
Ritmos, auto-organización, conquista de la mayoría, internacionalismo
En primer lugar: toda concepción de estrategia revolucionaria debe partir de la idea de que hay ritmos en la lucha de clases, hay aceleraciones, hay reflujos, pero, sobre todo, existen períodos de crisis en los cuales las relaciones de fuerzas pueden transformarse radicalmente y poner realmente en la orden del día la posibilidad de cambiar el mundo, o, en todo caso, de cambiar la sociedad.
En segundo lugar: examinamos ideas muy generales, como la de que en todas las experiencias revolucionarias, victoriosas o vencidas, que se puede examinar del siglo XIX o del siglo XX, desde la Comuna de París hasta la Revolución de los claveles (de Portugal), o a la experiencia de la Unidad Popular en Chile, en todas las situaciones de crisis más o menos revolucionaria, surgen formas de doble poder, es decir, órganos de poder exteriores a las instituciones existentes. Tales son los consejos de fábrica en Italia en 1920-1921, los soviets en Rusia, los consejos obreros en Alemania en 1923, los cordones industriales y los comandos comunales -es decir, las asociaciones de vecinos- en Chile en 1971-1973, las comisiones de moradores que ocupan las fábricas hasta la asamblea de Setubal en Portugal en 1975.
Por lo tanto, en toda situación intensa de lucha de clase hacen su aparición órganos que llamamos de auto-organización, de organización democrática propia de la población y de los trabajadores, que opone su legitimidad a las instituciones existentes.
Eso no quiere decir que es una oposición absoluta. Los bolcheviques combinaron durante todo el año de 1917 la reivindicación de una Asamblea Constituyente por sufragio universal con el desarrollo de los soviets. Hay una transferencia de legitimidad de un órgano a otro que no tiene nada de automático, es necesario hacer la demostración práctica de que los órganos de poder popular son más eficaces en una crisis, son más democráticos, son más legítimas que las instituciones burguesas.
Pero no hay situación revolucionaria real sin que aparezcan al menos elementos de lo que llamamos la dualidad del poder o un doble poder.
En tercer lugar: resulta central la idea de la conquista de la mayoría como condición de la revolución. Lo que distingue a la revolución de un putsch o golpe de Estado es que la primera es un movimiento mayoritario de la población.
Es necesario tomar al pie de la letra la idea de que la emancipación de los trabajadores es la obra de los propios trabajadores y que pese a lo determinados y valiente que sean los militantes revolucionarios, éstos no hacen la revolución en lugar de la mayoría de la población.
En esto radica todo el debate de los primeros congresos de la Internacional Comunista, en particular del tercero y del cuarto, después del desastre de lo que se llamó la “acción de marzo” de 1921 en Alemania, una acción efectivamente golpista, minoritaria (a escala de la Alemania de la época, es decir, a pesar de que participaron cientos de millares de personas). Esto abrió un debate en la Internacional Comunista respecto a los que creían poder copiar de manera simplista a la Revolución rusa; se afirmó entonces que era necesario conquistar a la mayoría, no en el sentido electoral -no se trataba de ser legalistas diciendo que mientras no se tenga la mayoría en el Parlamento, no se puede hacer nada- pero sí como una legitimidad mayoritaria en las masas, lo que es una concepción diferente.
Aquellos entre ustedes que puedan leer -siempre es útil leerla- la Historia de la Revolución rusa de Trotsky, verán cómo está atento incluso al menor movimiento en los municipios, en las elecciones locales, etc., en tanto que índices de lo que madura como posibilidad en las masas. La conquista de la mayoría se convirtió en el problema en la Internacional Comunista a partir del tercer congreso de 1921 e hizo aparecer los conceptos de frente único, demandas transitorias y más tarde, con Gramsci en particular, de hegemonía. Es decir, se trata de conquistar la hegemonía: la revolución no es simplemente la confrontación capital-trabajo en la empresa, es también la capacidad del proletariado de demostrar que otra sociedad es posible y que es éste la fuerza principal para construirla. Esta demostración se hace, en parte, antes de la toma del poder, porque si no es así es un mero salto en el vacío, es un salto de pértiga sin impulso o un golpe de mano, un putsch. Es por eso que las ideas de demandas transitorias y de frente único son herramientas para la conquista de la mayoría.
Las demandas transitorias pueden parecer elementales. En Francia estamos muy contentos de la campaña de Olivar Besancenot, pero, francamente, “SMIC a 1500 euros y una mejor distribución de las riquezas”, no son consignas muy revolucionarias; hace algunos años incluso habrían parecido muy reformistas. Parecen radicales hoy porque los reformistas ni siquiera hacen ya ese trabajo. Las consignas no tienen un poder mágico, no valen en sí mismas sino en una situación dada, como inicio de una toma de conciencia. Cuando se dice hoy que no se puede vivir decentemente en un país como Francia con menos de 1500 euros al mes, se ve a responder que eso no es realista: si se elevan los salarios, los capitales se van a ir. Eso plantea un nuevo problema: ¿cómo impedir que los capitales se vayan?
Es necesario entonces atacar la especulación financiera, es necesario atacar la propiedad… El derecho al alojamiento plantea el problema de la propiedad de la tierra e inmobiliaria… Pues se trata de consignas que, en un momento dado, cristalizan los problemas que pueden ser comprendidos y que pueden ser una palanca de movilizaciones para millares o cientos de millares de personas, a partir de las cuales se pueden hacer demostraciones pedagógicas, progresivas, en la acción y no solamente en el discurso, de lo que es la lógica del sistema capitalista y por qué incluso demandas tan elementales y tan legítimas chocan de frente con la lógica del sistema.
Esta discusión puede parecer elemental hoy. Pero en los debates de la Internacional Comunista aquellos que querían copiar a la Revolución rusa avanzaban la consigna de armar al proletariado… Sí, por supuesto, si se quiere resistir al enemigo, es necesario llegar a eso. Pero antes de llegar allí, es necesario, en primer lugar, que esté operando toda una toma de conciencia que parta de demandas más elementales, como la escala móvil de salarios, de la división del tiempo de trabajo, etc., etc.
Estas cosas que son banales para nosotros distaban mucho de ser compartidas, y fueron objeto de debates muy violentos y muy duraderos en la Internacional Comunista. Y en torno a estas demandas, que se sienten como necesarias y vitales por la mayoría de las personas, se propone la unidad más amplia a todos los que están dispuestos a luchar seriamente por ellas. Es esta la razón por lo que las demandas transitorias están vinculadas al problema del frente único. Se sabe muy bien que los reformistas no irán hasta el final. Se sabe muy bien que cederán al chantaje y que si el Capital lanza un ultimátum, capitularán. Sin embargo, el camino que se habrá hecho tendrá un valor de demostración pedagógica a los ojos de los que quieren realmente luchar hasta el final por las necesidades vitales, las necesidades culturales, los derechos a la vida, a la salud, a la educación, al alojamiento, etc., y a partir de allí se puede avanzar.
En cuarto lugar, porque no pensamos que la revolución pueda conseguir una sociedad más igualitaria en un solo país, cercado por el mercado mundial, desde el principio tenemos la preocupación de construir relaciones de fuerzas internacionales favorables. El hecho de construir un movimiento internacional -una Internacional de ser posible, y también redes, una izquierda anti-capitalista europea, los encuentros de la izquierda revolucionaria en América Latina, etc.-es parte del programa, no es un mero instrumento técnico, es la traducción práctica de una visión política sobre la dimensión internacional de la revolución.
Dos hipótesis estratégicas y no un modelo
En lo que resta abordaré los últimos puntos.
En primer lugar, se nos pregunta si acaso tenemos un modelo de sociedad. No tenemos un modelo de sociedad. No se puede decir al mismo tiempo que la emancipación de los trabajadores será la obra de los propios trabajadores y pretender tener en nuestro equipaje los planes con las dimensiones de la ciudad futura, etc.
Tenemos, en cambio, la memoria de una serie de experiencias de luchas, revoluciones, victorias y derrotas, que podemos llevar, transmitir y no dejar que se borren. Lo que tenemos no es un modelo de sociedad pero sí las hipótesis de una estrategia revolucionaria.
Para los países capitalistas desarrollados, en donde los asalariados constituyen la gran mayoría de la población activa, se trabaja con la idea estratégica de una huelga general insurreccional.
Para algunos eso puede parecer una idea del siglo XX, incluso del siglo XIX, pero eso no quiere decir que la revolución tomará forzamiento la forma de una huelga general perfecta, de una huelga general con piquetes armados y que será insurreccional. Eso quiere decir, más bien, que nuestro trabajo se organiza en esa perspectiva, que a través de luchas y huelgas locales, huelgas regionales y huelgas de ramas, se intenta familiarizar a los trabajadores con la idea de la huelga general. Esto es muy importante, porque en una situación de crisis es eso lo que puede permitir que espontáneamente haya una reacción de masa en ese sentido.
En Chile, en el momento del golpe de Estado de Pinochet en septiembre de 1973, el Presidente Allende, que disponía aún de la radio, no llamó a la huelga general. Si hubiera existido un trabajo metódico, sistemático, en esta dirección, habría estallado una huelga general espontánea con ocupación de las fábricas, que quizá no habría impedido el golpe de Estado pero en cualquier caso lo hubiera vuelto mucho más difícil. Y una lucha que se pierde en la batalla, se recupera siempre más rápidamente que una lucha que se pierde sin dar batalla. Es una norma casi general de todas las experiencias del siglo XX. Trabajar con la idea de una huelga general no es proclamarla permanentemente sino hacer madurar la idea, para que se convierta casi en un reflejo de respuesta del mundo asalariado ante una agresión patronal, ante un golpe de Estado, ante una represión antidemocrática.
El levantamiento de julio de 1936 en Cataluña y en España contra el golpe de Estado, habría sido difícilmente concebible sin el trabajo previo, sin la experiencia de Asturias en 1934, sin el trabajo del POUM y los anarquistas, etc. Trabajar con una perspectiva de huelga general no quiere decir que se le proclama estúpida y abstractamente en todo momento, sino que se le intenta unir con todas las experiencias de lucha que ya son habituales, se familiariza con la idea, se cultiva como reflejo en el movimiento obrero. Una insurrección no es forzosamente la insurrección de Octubre vista de manera lírica por la película de Eisenstein -no lo es, incluso si es magnífica; la insurrección puede consistir en cosas muy simples: formar un piquete de autodefensa en una huelga, el trabajo en el ejército, formar Comités de soldados cuando había reclutamiento en Francia o Portugal, etc., es decir: todo lo que desorganiza las fuerzas de represión de la burguesía.
Tales son, pues, los hilos conductores que nos permiten vincular las luchas diarias, incluso más modestas, y el objetivo que perseguimos.
Actualmente muchos camaradas en Italia, en Francia y yo creo un poco por todas partes, insisten en la necesidad de organizaciones independientes de los partidos sociales liberales, socialdemócratas, etc. Pero, ¿por qué se quieren organizaciones independientes? Porque perseguimos otro objetivo, porque tenemos una idea de hacia dónde queremos ir.
Sabemos que con participar en un gobierno burgués junto con los socialdemócratas se podría quizá ganar una pequeña reforma pero nos alejaríamos de nuestro objetivo en vez de acercarnos a él, y con eso aumentaría la confusión y la falta de claridad.
Evidentemente, si no tenemos el criterio para determinar qué objetivo queremos avanzar y si no se tiene al menos, si no la respuesta definitiva, sí una idea sobre la manera de avanzar, entonces vamos a ser sacudidos por el menor cambio en la situación táctica, por la menor decepción electoral, por cualquier derrota, etc. Para construir de manera duradera es necesario tener una idea precisa de los objetivos, de las estrategias y las tácticas.
Probablemente la revolución nos sorprenderá. Las revoluciones futuras nunca serán la simple repetición de las últimas revoluciones, simplemente porque las sociedades no son ya las mismas.
Repito a menudo que estamos un poco en la situación de los militares: ellos aprenden en las escuelas de guerra a partir de las batallas del pasado, pero las nuevas batallas nunca serán las mismas; es por eso que se dice que los militares están siempre retrasados en la guerra. Pero nosotros corremos siempre el riesgo de estar retrasados con respecto a la revolución. Incluso los más revolucionarios son sorprendidos por ella. Los bolcheviques, a pesar de su reputación, se dividieron en el momento de pasar a la insurrección en Octubre.
Ninguna organización revolucionaria es un partido de acero, monolítico… La prueba última será cuando la ocasión se presente.
La cuestión del partido
El último punto que quiero abordar es el de la cuestión del partido. Esta no es una mera cuestión técnica: si se tiene una estrategia, se va a construir una herramienta para llevarla a cabo.
La cuestión del partido forma parte de la cuestión estratégica. Intentar imaginar una estrategia sin partido, es como un militar que tiene en sus manos las cartas del estado mayor y los planes de guerra, pero sin tener tropas ni ejército. Sólo hay estrategia realmente si hay, al mismo tiempo, la fuerza que la lleva a cabo, que la encarna, que la traduce día a día en la práctica, etc. Aquí radica toda la diferencia entre la idea del partido en los grandes partidos socialdemócratas antes de 1914 y la de Lenin (hoy día Lenin no es muy popular, incluso en la izquierda y en la propia izquierda radical, pues aparece como autoritario, etc., y creo que hay allí una gran injusticia, pero no es el tema hoy).
¿En qué cambió Lenin, de manera revolucionaria, la idea del partido?
Para los grandes partidos socialdemócratas su tarea era esencialmente pedagógica, una tarea de educador, fundada sobre la concepción de una suerte de lógica espontánea del movimiento de masa en la que el partido aportaba ideas, con escuelas muy interesantes, etc. Para retomar la fórmula de un famoso dirigente socialdemócrata de antes de 1914, el partido no tenía que preparar una revolución.
La idea de Lenin es lo contrario: el partido no debe limitarse a acompañar y esclarecer la experiencia de las masas, sino que debe tomar iniciativas, proponer objetivos de luchas, lanzar consignas que correspondan a una determinada situación y, en un momento dado, ser capaces de orientar la acción.
Para resumirlo en una fórmula: la idea que dominaba en la Segunda Internacional, en su gran época, era la de un partido pedagogo o educador; a partir de Lenin y la Tercera Internacional, la idea es la de un partido estratega, un partido que organiza las luchas proponiendo sus objetivos y que puede, por otra parte, organizar y limitar las derrotas, preparando la retirada cuando fuera necesario.
Hay un episodio famoso: una derrota, porque era una derrota la sufrida por los trabajadores de Petrogrado y Moscú en julio de 1917, habría podido ser definitiva si no hubiera habido el partido para organizar la retirada y reanudar luego las iniciativas. Por ello, el partido no es una herramienta cualquiera. Es indisociable del programa y del objetivo que nos fijamos.
En fin, y quizá sea la última palabra en lo que concierne al partido, tenemos otra cosa que decir al respecto.
No se trata simplemente, para nosotros, de un partido de lucha, combate, acción, etc., se trata de un partido democrático, pluralista. A veces entre nosotros es un defecto, hay excesos, manías de formar tendencias, etc. A veces es útil, a veces lo es menos… Sin embargo, y a pesar de los inconvenientes, ganamos mucho porque el pluralismo en la organización significa que no tenemos una verdad definitiva y que hay un intercambio permanente entre el partido que queremos construir y las experiencias del movimiento de masas. Y como estas experiencias son diversas, esta diversidad puede traducirse en tal o cual momento también en forma de corrientes en nuestras propias filas.
Pero existe otra razón a su favor: si se está por una sociedad pluralista, si se considera que existe la posibilidad de una pluralidad de partidos, incluida una pluralidad de partidos que se reclaman del socialismo, si ésta es una de las consecuencias sacada de la experiencia del estalinismo, entonces es necesario que de una determinada manera desarrollemos la democracia en nuestras propias organizaciones, en nuestras organizaciones de juventud, en nuestras secciones de la Internacional y también en la práctica que intentamos aplicar en los sindicatos y en las organizaciones.
La democracia es necesaria desde ya, porque es eficaz para las luchas, porque la unidad no va sin la democracia, porque si queremos construir frentes amplios contra Sarkozy o contra cualquier otro, es necesaria también para que las distintas visiones del mundo puedan reconocerse. Pues la democracia es una condición y no un obstáculo para la unidad. Y es también una cultura democrática que servirá para el futuro, porque la burocracia y la burocratización no es solamente el estalinismo.
Algunos se imaginan que el asunto de la burocracia ha terminado con el fin del estalinismo.
¡No!
Lo que produce la burocracia no es el partido o, como algunos dicen hoy, “la forma partido”, sino la división social del trabajo, la desigualdad. Las organizaciones sindicales, las organizaciones asociativas no son menos burocráticas que los partidos, a menudo lo son aún más, porque hay intereses materiales. Las organizaciones no gubernamentales en el Tercer mundo, que viven de subvenciones de la Fundación Ford o de la Friedrich Ebertschiftung, en gran parte también se burocratizan y a veces se corrompen. No es la forma de organización la que crea la burocracia. Las raíces de la burocracia están en la división del trabajo entre trabajo intelectual y manual, en la desigualdad ante el tiempo libre, etc., etc.
Por tanto, la democracia tanto en la sociedad como en nuestras organizaciones es la única arma que tenemos contra ella.
Hoy esto es muy importante, y quiero terminar estas reflexiones con ello. La gente tiene una visión de que un partido es un alistamiento, es militar, es la disciplina, es la autoridad, es la pérdida de su individualidad, etc. Yo pienso exactamente lo contrario. Hoy no se es libre solo, no se es brillante de manera asilada, no se despliega la individualidad sino en una organización de lucha colectiva. Y si se toman las recientes experiencias políticas, los partidos, con todos sus inconvenientes, con sus riesgos de burocratización -incluidos nuestros pequeños partidos- son, a pesar de todo, la mejor forma para resistir a formas todavía peores de burocratización, de corrupción por el dinero. Porque se está en una sociedad donde el dinero está por todas partes y corrompe todo.
¿Cómo resistir en una sociedad así? No por la mera moral, sino por una resistencia colectiva a la potencia del dinero.
Además, se tiene también frente a nosotros, y a veces es el mismo poder, el poder de los medios de comunicación. Los medios de comunicación tienden a quitar a las organizaciones sociales y a las organizaciones revolucionarias de sus propias palabras y de sus propios portavoces. Hay un mecanismo de cooptación del personal político por los medios de comunicación. Son las cadenas de televisión las que deciden: aquél tiene una buena cabeza, éste refleja bien la luz, aquélla es más bien simpática, etc. Los fabrican.
Nosotros queremos conservar el control de nuestra palabra y de nuestros portavoces. No creemos en el salvador supremo ni en los individuos milagrosos. Sabemos que lo que hacemos es el resultado de una experiencia y de un pensamiento colectivo. Ésta es una lección de responsabilidad y de humildad. El peso de los medios de comunicación en nuestras sociedades sólo des-responsabiliza a la gente. Cuánto gente defiende en la televisión una idea completamente excéntrica y una semana más tarde pasan a otra cosa, sin nunca tener que explicarse, o tener que rendir cuentas sobre lo que dijeron.
Lo que dicen nuestros portavoces, como Francisco Louça en Portugal, Olivar Besancenot en Francia o Franco Turigliatto en Italia, lo hacen siendo responsables frente a centenares y millares de militantes. No son individuos que hablan según sus caprichos o lo que sienten en el momento; ellos hablan en nombre de una colectividad y tienen responsabilidades frente a los militantes que los eligieron. Eso es para nosotros una prueba de democracia.
Contrariamente a lo que se dice, los partidos políticos tal como los concebimos -sin tomar en cuenta a los grandes aparatos electorales- constituimos la mejor resistencia justamente democrática en un mundo que los es muy poco y es uno de los eslabones, una de las partes de lo que entendemos por estrategia revolucionaria. ¦
Traducción: Andrés Lund Medina ///.
Las cuestiones que se plantean ahora son: ¿qué otro mundo es posible?, o: ¿qué otro mundo queremos? Y sobre todo: ¿cómo llegar a ese otro mundo posible y necesario?
La cuestión de la estrategia es ésta: no se trata solamente de la necesidad de cambiar el mundo sino de encontrar la respuesta a la cuestión de cómo cambiarlo: ¿cómo llegar a cambiarlo?
Observaciones preliminares
Una primera observación: el vocabulario que trata de ‘estrategia’, ‘táctica’ e incluso, en la tradición de los camaradas italianos familiarizados con la obra de Gramsci, los conceptos de ‘guerra de desgaste’, de ‘guerra de movimiento’, etc., todo este vocabulario que se volvió parte del movimiento obrero a principios del siglo XX, se tomó prestado del lenguaje de los militares y, en particular, de los manuales de historia militar.
Dicho esto, no debemos equivocarnos: desde el punto de vista de los revolucionarios, hablar de estrategia no es solamente hablar de confrontaciones violentas o confrontaciones militares con el aparato de Estado, etc., sino referir una serie de consignas, de formas de organización política, de una política que trata de transformar el mundo.
Una segunda observación: la cuestión estratégica tiene dos dimensiones complementarias en la historia del movimiento obrero.
Trata, de entrada, de la cuestión de cómo tomar el poder en un país.
La idea de que la revolución comienza por la conquista del poder en un país, o en varios, pero en cualquier caso en naciones en las cuales se organizaron las relaciones de clases, las relaciones de fuerzas, a partir de una historia dada, a partir de conquistas sociales, a partir de relaciones jurídicas. Esa cuestión -la conquista del poder en un país, Bolivia, Venezuela, esperemos que el día de mañana sea un país europeo- sigue siendo una cuestión a la orden del día y una cuestión fundamental.
Contrariamente a lo que pretenden algunas corrientes, como las inspiradas por Tony Negri en América Latina o en Italia, que piensan que la cuestión de la conquista del poder en un país es una cuestión pasada e incluso eventualmente reaccionaria, ya que mantiene las luchas en los cuadros nacionales, pensamos que la cuestión de la lucha por el poder comienza sobre el terreno de las relaciones de fuerzas nacionales, aunque cada vez más estrechamente combinada con la segunda dimensión de la cuestión estratégica: la de una estrategia a escala internacional, continental y hoy mundial.
Éste ya era el caso a principios del siglo XX -y era el sentido de la idea de la revolución permanente: comenzar a solucionar la cuestión de la revolución en uno o en varios países, aunque la cuestión del socialismo se planteaba inmediatamente por la extensión de la revolución a un continente y al mundo entero. Esa idea era fundamental para los revolucionarios de la generación de Lenin, Trotsky, Rosa Luxemburgo y lo es más aún para nosotros. Y es posible comprobar su vigencia: en Venezuela se puede nacionalizar el petróleo, tener una determinada independencia con relación al imperialismo, pero esta posibilidad tiene límites si no se extiende el proceso revolucionario a Bolivia, a Ecuador, y con un proyecto para toda América Latina de lo que es la revolución bolivariana.
Tenemos pues este doble problema: tomar el poder en algunos países con el fin de que sirvan como trampolín para una extensión internacional de la revolución social.
Una última observación introductoria: el problema de la estrategia revolucionaria responde a un verdadero reto, que no se soluciona en Marx.
Si se considera que los trabajadores en general, la clase obrera, son mutilados física y también moral e intelectualmente por las condiciones de la explotación -y Marx describe esto en páginas y páginas de El Capital, que tratan de la degradación por el trabajo, de la ausencia de tiempos de ocio, de la imposibilidad de tener tiempo para vivir, leer, cultivarse…-, entonces se plantea la cuestión de cómo una clase que sufre una opresión total podría, al mismo tiempo, ser capaz de concebir y construir una nueva sociedad.
Había en Marx la idea de que el problema se solucionaría de manera casi natural, que la industrialización de finales del siglo XIX crearía una clase obrera cada vez más concentrada, por lo tanto cada vez más organizada, cada vez más consciente, y que esta contradicción entre las condiciones de vida, donde es explotada, y la necesidad de construir un nuevo mundo sería regulada por una suerte de dinámica casi espontánea de la historia.
Ahora bien, toda la experiencia del último siglo es que el Capital reproduce permanentemente las divisiones entre los explotados, que la ideología -dominante- domina también a los dominados, que no es solamente porque hay manipulación de la opinión por los medios de comunicación -que desempeñan un papel cada vez más importante, es verdad- sino que las condiciones de dominación y compromiso ideológico de los explotados encuentran sus raíces en las relaciones del propio trabajo, por el hecho de no ser propietarios de sus herramientas de trabajo, por no ser quienes deciden los objetivos de la producción, por ser -como lo decía Marx- instrumentos de las máquinas, más que sus amos. Todo eso hace que muchos fenómenos del mundo moderno se nos presenten, a los seres humanos que somos, como potencias extrañas y misteriosas. Se nos dice: no es necesario hacer eso porque los mercados van a enfadarse, como si los mercados fueran personajes omnipotentes, como si el propio dinero fuera un personaje omnipotente, etc. No puedo desarrollar esta idea más, pero es importante decir que las relaciones sociales capitalistas crean un mundo de ilusiones, un mundo fantástico, que sufren también los dominados y del que deben liberarse.
Esta es la razón por la cual las luchas espontáneas contra la explotación, contra la opresión, contra las discriminaciones, son necesarias. Ellas son, si se quiere, el combustible de la revolución. Pero las luchas espontáneas no bastan para romper el círculo vicioso de las relaciones entre el Capital y el trabajo. Es necesaria que intervenga una parte de conciencia, una parte de voluntad, un elemento consciente -la parte de la acción política, de la decisión política que es llevada por un partido. Pero un partido no es extranjero a la sociedad en la cual está inserto. Incluso en la organización más revolucionaria se padecen los efectos de la división del trabajo, se sufren los efectos de la enajenación -de la enajenación deportiva, por ejemplo, porque está a la orden del día este verano- pero al menos una organización revolucionaria se da los medios para resistir colectivamente y para romper el hechizo, el encanto, de la ideología burguesa.
¿"Tomar" el poder?
A partir de lo anterior, es necesario decir algunas cosas simples. Se nos pregunta: ¿Qué quiere decir ser revolucionario en el siglo XXI? ¿Están a favor de la violencia?
En primer lugar, como decía el Presidente Mao, la revolución no es una cena de gala. El adversario es feroz, es poderoso, por lo tanto, la lucha de clases es una lucha y una lucha en muchos aspectos despiadada y no somos nosotros quienes así lo decidieron. Por ello existe una legítima violencia revolucionaria, a la que no es necesario rendir culto, porque no es lo que caracteriza para nosotros principalmente la revolución.
Hasta se desearía ser pacífico y que se amaran los unos a los otros. Pero para ello es necesario, en primer lugar, crear las condiciones que lo permitan.
Por eso, lo que define para nosotros una revolución es transformar el mundo, que, justamente, cada vez más, resulta más injusto y más violento. Y para cambiar el mundo es preciso pasar por la conquista del poder.
¿Pero qué quiere decir “tomar el poder”? No es apoderarse de una herramienta, no es alcanzar puestos, no es ocupar los aparatos del Estado.
Tomar el poder es: transformar las relaciones de poder y las relaciones de propiedad. Es hacer que el poder sea cada vez menos el de los unos sobre los otros para que sea, cada vez más, una acción colectiva y compartida. Y por eso es necesario cambiar las relaciones de propiedad -la propiedad privada de los medios de producción, de los medios de intercambio y, hoy cada vez más, la propiedad de los saberes (porque por medio de las patentes o la propiedad intelectual hay una privatización de los conocimientos que son un producto colectivo de la humanidad… llegando pronto a patentar genes, mañana las fórmulas matemáticas o las lenguas), privatización del espacio (hay cada vez menos espacio público: los camaradas mexicanos les contarán que en la ciudad de México las calles son privatizadas, y esto comienza a desarrollarse también en Europa), privatización de los medios de información, etc.
Entonces, para nosotros, tomar el poder es cambiar el poder y para cambiar el poder es necesario cambiar radicalmente las relaciones de propiedad e invertir la tendencia actual a la privatización del mundo.
¿Cómo superar este dominio del Capital, que se reproduce casi naturalmente a través de la organización del trabajo, a través de la división del trabajo, a través de la mercantilización de los ocios, etc.? ¿Cómo salir de este círculo vicioso que hace finalmente adherirse a los oprimidos al sistema que los oprime? Durante la última campaña electoral oí a un obrero decir en la televisión en Francia: ¿“Cómo puede ser que los burgueses saben votar en función de sus intereses y que a menudo los trabajadores, o incluso una mayoría de ellos, votan por intereses que les son contrarios?” Es que, precisamente, están bajo la dominación de la ideología dominante. Entonces, ¿cómo salir de ese dominio?
La respuesta de los reformistas fue apostar por la erosión de ese poder: con un poco más de organización sindical, un poco más de votos electorales, etc. Obviamente, todo eso es importante. El nivel de la organización sindical e incluso los resultados electorales son índices de las relaciones de fuerzas. En los países capitalistas desarrollados, que tienen ahora cerca de un siglo o más de un siglo de vida parlamentaria, no se pasará de un grupo de algunos centenares o millares de militantes al asalto del poder si no se construyen relaciones de fuerzas en el terreno sindical, social y también, incluso si está muy deformado, en el terreno electoral.
Entonces, hay cambios. Pero la ilusión reformista es que, para retomar una fórmula que ya ha sido utilizada, la mayoría electoral terminará por incorporarse a la mayoría social y, en consecuencia, el cambio de la sociedad puede ser el resultado de un simple proceso electoral.
Todas las experiencias del siglo XIX y del siglo XX muestran lo contrario. Sólo hay posibilidades revolucionarias en ciertas condiciones relativamente excepcionales. Hay condiciones de crisis revolucionaria, de situación revolucionaria, donde se produce una verdadera metamorfosis, no simplemente un pequeño progreso sino una transformación súbita en la conciencia de centenares de millares y millones de gentes. Los últimos ejemplos en Europa fueron Mayo de 68 en Francia, el Mayo rampante italiano, 1974-1975 en Portugal… Se puede discutir si la situación era verdaderamente revolucionaria o en qué medida, etc. Se trata, en todo caso, de experiencias donde se ve que la gente, como se dice, aprende más en algunos días que en años y años de discusiones, de escuelas de formación, etc. Hay una aceleración en la toma de conciencia.
Ritmos, auto-organización, conquista de la mayoría, internacionalismo
En primer lugar: toda concepción de estrategia revolucionaria debe partir de la idea de que hay ritmos en la lucha de clases, hay aceleraciones, hay reflujos, pero, sobre todo, existen períodos de crisis en los cuales las relaciones de fuerzas pueden transformarse radicalmente y poner realmente en la orden del día la posibilidad de cambiar el mundo, o, en todo caso, de cambiar la sociedad.
En segundo lugar: examinamos ideas muy generales, como la de que en todas las experiencias revolucionarias, victoriosas o vencidas, que se puede examinar del siglo XIX o del siglo XX, desde la Comuna de París hasta la Revolución de los claveles (de Portugal), o a la experiencia de la Unidad Popular en Chile, en todas las situaciones de crisis más o menos revolucionaria, surgen formas de doble poder, es decir, órganos de poder exteriores a las instituciones existentes. Tales son los consejos de fábrica en Italia en 1920-1921, los soviets en Rusia, los consejos obreros en Alemania en 1923, los cordones industriales y los comandos comunales -es decir, las asociaciones de vecinos- en Chile en 1971-1973, las comisiones de moradores que ocupan las fábricas hasta la asamblea de Setubal en Portugal en 1975.
Por lo tanto, en toda situación intensa de lucha de clase hacen su aparición órganos que llamamos de auto-organización, de organización democrática propia de la población y de los trabajadores, que opone su legitimidad a las instituciones existentes.
Eso no quiere decir que es una oposición absoluta. Los bolcheviques combinaron durante todo el año de 1917 la reivindicación de una Asamblea Constituyente por sufragio universal con el desarrollo de los soviets. Hay una transferencia de legitimidad de un órgano a otro que no tiene nada de automático, es necesario hacer la demostración práctica de que los órganos de poder popular son más eficaces en una crisis, son más democráticos, son más legítimas que las instituciones burguesas.
Pero no hay situación revolucionaria real sin que aparezcan al menos elementos de lo que llamamos la dualidad del poder o un doble poder.
En tercer lugar: resulta central la idea de la conquista de la mayoría como condición de la revolución. Lo que distingue a la revolución de un putsch o golpe de Estado es que la primera es un movimiento mayoritario de la población.
Es necesario tomar al pie de la letra la idea de que la emancipación de los trabajadores es la obra de los propios trabajadores y que pese a lo determinados y valiente que sean los militantes revolucionarios, éstos no hacen la revolución en lugar de la mayoría de la población.
En esto radica todo el debate de los primeros congresos de la Internacional Comunista, en particular del tercero y del cuarto, después del desastre de lo que se llamó la “acción de marzo” de 1921 en Alemania, una acción efectivamente golpista, minoritaria (a escala de la Alemania de la época, es decir, a pesar de que participaron cientos de millares de personas). Esto abrió un debate en la Internacional Comunista respecto a los que creían poder copiar de manera simplista a la Revolución rusa; se afirmó entonces que era necesario conquistar a la mayoría, no en el sentido electoral -no se trataba de ser legalistas diciendo que mientras no se tenga la mayoría en el Parlamento, no se puede hacer nada- pero sí como una legitimidad mayoritaria en las masas, lo que es una concepción diferente.
Aquellos entre ustedes que puedan leer -siempre es útil leerla- la Historia de la Revolución rusa de Trotsky, verán cómo está atento incluso al menor movimiento en los municipios, en las elecciones locales, etc., en tanto que índices de lo que madura como posibilidad en las masas. La conquista de la mayoría se convirtió en el problema en la Internacional Comunista a partir del tercer congreso de 1921 e hizo aparecer los conceptos de frente único, demandas transitorias y más tarde, con Gramsci en particular, de hegemonía. Es decir, se trata de conquistar la hegemonía: la revolución no es simplemente la confrontación capital-trabajo en la empresa, es también la capacidad del proletariado de demostrar que otra sociedad es posible y que es éste la fuerza principal para construirla. Esta demostración se hace, en parte, antes de la toma del poder, porque si no es así es un mero salto en el vacío, es un salto de pértiga sin impulso o un golpe de mano, un putsch. Es por eso que las ideas de demandas transitorias y de frente único son herramientas para la conquista de la mayoría.
Las demandas transitorias pueden parecer elementales. En Francia estamos muy contentos de la campaña de Olivar Besancenot, pero, francamente, “SMIC a 1500 euros y una mejor distribución de las riquezas”, no son consignas muy revolucionarias; hace algunos años incluso habrían parecido muy reformistas. Parecen radicales hoy porque los reformistas ni siquiera hacen ya ese trabajo. Las consignas no tienen un poder mágico, no valen en sí mismas sino en una situación dada, como inicio de una toma de conciencia. Cuando se dice hoy que no se puede vivir decentemente en un país como Francia con menos de 1500 euros al mes, se ve a responder que eso no es realista: si se elevan los salarios, los capitales se van a ir. Eso plantea un nuevo problema: ¿cómo impedir que los capitales se vayan?
Es necesario entonces atacar la especulación financiera, es necesario atacar la propiedad… El derecho al alojamiento plantea el problema de la propiedad de la tierra e inmobiliaria… Pues se trata de consignas que, en un momento dado, cristalizan los problemas que pueden ser comprendidos y que pueden ser una palanca de movilizaciones para millares o cientos de millares de personas, a partir de las cuales se pueden hacer demostraciones pedagógicas, progresivas, en la acción y no solamente en el discurso, de lo que es la lógica del sistema capitalista y por qué incluso demandas tan elementales y tan legítimas chocan de frente con la lógica del sistema.
Esta discusión puede parecer elemental hoy. Pero en los debates de la Internacional Comunista aquellos que querían copiar a la Revolución rusa avanzaban la consigna de armar al proletariado… Sí, por supuesto, si se quiere resistir al enemigo, es necesario llegar a eso. Pero antes de llegar allí, es necesario, en primer lugar, que esté operando toda una toma de conciencia que parta de demandas más elementales, como la escala móvil de salarios, de la división del tiempo de trabajo, etc., etc.
Estas cosas que son banales para nosotros distaban mucho de ser compartidas, y fueron objeto de debates muy violentos y muy duraderos en la Internacional Comunista. Y en torno a estas demandas, que se sienten como necesarias y vitales por la mayoría de las personas, se propone la unidad más amplia a todos los que están dispuestos a luchar seriamente por ellas. Es esta la razón por lo que las demandas transitorias están vinculadas al problema del frente único. Se sabe muy bien que los reformistas no irán hasta el final. Se sabe muy bien que cederán al chantaje y que si el Capital lanza un ultimátum, capitularán. Sin embargo, el camino que se habrá hecho tendrá un valor de demostración pedagógica a los ojos de los que quieren realmente luchar hasta el final por las necesidades vitales, las necesidades culturales, los derechos a la vida, a la salud, a la educación, al alojamiento, etc., y a partir de allí se puede avanzar.
En cuarto lugar, porque no pensamos que la revolución pueda conseguir una sociedad más igualitaria en un solo país, cercado por el mercado mundial, desde el principio tenemos la preocupación de construir relaciones de fuerzas internacionales favorables. El hecho de construir un movimiento internacional -una Internacional de ser posible, y también redes, una izquierda anti-capitalista europea, los encuentros de la izquierda revolucionaria en América Latina, etc.-es parte del programa, no es un mero instrumento técnico, es la traducción práctica de una visión política sobre la dimensión internacional de la revolución.
Dos hipótesis estratégicas y no un modelo
En lo que resta abordaré los últimos puntos.
En primer lugar, se nos pregunta si acaso tenemos un modelo de sociedad. No tenemos un modelo de sociedad. No se puede decir al mismo tiempo que la emancipación de los trabajadores será la obra de los propios trabajadores y pretender tener en nuestro equipaje los planes con las dimensiones de la ciudad futura, etc.
Tenemos, en cambio, la memoria de una serie de experiencias de luchas, revoluciones, victorias y derrotas, que podemos llevar, transmitir y no dejar que se borren. Lo que tenemos no es un modelo de sociedad pero sí las hipótesis de una estrategia revolucionaria.
Para los países capitalistas desarrollados, en donde los asalariados constituyen la gran mayoría de la población activa, se trabaja con la idea estratégica de una huelga general insurreccional.
Para algunos eso puede parecer una idea del siglo XX, incluso del siglo XIX, pero eso no quiere decir que la revolución tomará forzamiento la forma de una huelga general perfecta, de una huelga general con piquetes armados y que será insurreccional. Eso quiere decir, más bien, que nuestro trabajo se organiza en esa perspectiva, que a través de luchas y huelgas locales, huelgas regionales y huelgas de ramas, se intenta familiarizar a los trabajadores con la idea de la huelga general. Esto es muy importante, porque en una situación de crisis es eso lo que puede permitir que espontáneamente haya una reacción de masa en ese sentido.
En Chile, en el momento del golpe de Estado de Pinochet en septiembre de 1973, el Presidente Allende, que disponía aún de la radio, no llamó a la huelga general. Si hubiera existido un trabajo metódico, sistemático, en esta dirección, habría estallado una huelga general espontánea con ocupación de las fábricas, que quizá no habría impedido el golpe de Estado pero en cualquier caso lo hubiera vuelto mucho más difícil. Y una lucha que se pierde en la batalla, se recupera siempre más rápidamente que una lucha que se pierde sin dar batalla. Es una norma casi general de todas las experiencias del siglo XX. Trabajar con la idea de una huelga general no es proclamarla permanentemente sino hacer madurar la idea, para que se convierta casi en un reflejo de respuesta del mundo asalariado ante una agresión patronal, ante un golpe de Estado, ante una represión antidemocrática.
El levantamiento de julio de 1936 en Cataluña y en España contra el golpe de Estado, habría sido difícilmente concebible sin el trabajo previo, sin la experiencia de Asturias en 1934, sin el trabajo del POUM y los anarquistas, etc. Trabajar con una perspectiva de huelga general no quiere decir que se le proclama estúpida y abstractamente en todo momento, sino que se le intenta unir con todas las experiencias de lucha que ya son habituales, se familiariza con la idea, se cultiva como reflejo en el movimiento obrero. Una insurrección no es forzosamente la insurrección de Octubre vista de manera lírica por la película de Eisenstein -no lo es, incluso si es magnífica; la insurrección puede consistir en cosas muy simples: formar un piquete de autodefensa en una huelga, el trabajo en el ejército, formar Comités de soldados cuando había reclutamiento en Francia o Portugal, etc., es decir: todo lo que desorganiza las fuerzas de represión de la burguesía.
Tales son, pues, los hilos conductores que nos permiten vincular las luchas diarias, incluso más modestas, y el objetivo que perseguimos.
Actualmente muchos camaradas en Italia, en Francia y yo creo un poco por todas partes, insisten en la necesidad de organizaciones independientes de los partidos sociales liberales, socialdemócratas, etc. Pero, ¿por qué se quieren organizaciones independientes? Porque perseguimos otro objetivo, porque tenemos una idea de hacia dónde queremos ir.
Sabemos que con participar en un gobierno burgués junto con los socialdemócratas se podría quizá ganar una pequeña reforma pero nos alejaríamos de nuestro objetivo en vez de acercarnos a él, y con eso aumentaría la confusión y la falta de claridad.
Evidentemente, si no tenemos el criterio para determinar qué objetivo queremos avanzar y si no se tiene al menos, si no la respuesta definitiva, sí una idea sobre la manera de avanzar, entonces vamos a ser sacudidos por el menor cambio en la situación táctica, por la menor decepción electoral, por cualquier derrota, etc. Para construir de manera duradera es necesario tener una idea precisa de los objetivos, de las estrategias y las tácticas.
Probablemente la revolución nos sorprenderá. Las revoluciones futuras nunca serán la simple repetición de las últimas revoluciones, simplemente porque las sociedades no son ya las mismas.
Repito a menudo que estamos un poco en la situación de los militares: ellos aprenden en las escuelas de guerra a partir de las batallas del pasado, pero las nuevas batallas nunca serán las mismas; es por eso que se dice que los militares están siempre retrasados en la guerra. Pero nosotros corremos siempre el riesgo de estar retrasados con respecto a la revolución. Incluso los más revolucionarios son sorprendidos por ella. Los bolcheviques, a pesar de su reputación, se dividieron en el momento de pasar a la insurrección en Octubre.
Ninguna organización revolucionaria es un partido de acero, monolítico… La prueba última será cuando la ocasión se presente.
La cuestión del partido
El último punto que quiero abordar es el de la cuestión del partido. Esta no es una mera cuestión técnica: si se tiene una estrategia, se va a construir una herramienta para llevarla a cabo.
La cuestión del partido forma parte de la cuestión estratégica. Intentar imaginar una estrategia sin partido, es como un militar que tiene en sus manos las cartas del estado mayor y los planes de guerra, pero sin tener tropas ni ejército. Sólo hay estrategia realmente si hay, al mismo tiempo, la fuerza que la lleva a cabo, que la encarna, que la traduce día a día en la práctica, etc. Aquí radica toda la diferencia entre la idea del partido en los grandes partidos socialdemócratas antes de 1914 y la de Lenin (hoy día Lenin no es muy popular, incluso en la izquierda y en la propia izquierda radical, pues aparece como autoritario, etc., y creo que hay allí una gran injusticia, pero no es el tema hoy).
¿En qué cambió Lenin, de manera revolucionaria, la idea del partido?
Para los grandes partidos socialdemócratas su tarea era esencialmente pedagógica, una tarea de educador, fundada sobre la concepción de una suerte de lógica espontánea del movimiento de masa en la que el partido aportaba ideas, con escuelas muy interesantes, etc. Para retomar la fórmula de un famoso dirigente socialdemócrata de antes de 1914, el partido no tenía que preparar una revolución.
La idea de Lenin es lo contrario: el partido no debe limitarse a acompañar y esclarecer la experiencia de las masas, sino que debe tomar iniciativas, proponer objetivos de luchas, lanzar consignas que correspondan a una determinada situación y, en un momento dado, ser capaces de orientar la acción.
Para resumirlo en una fórmula: la idea que dominaba en la Segunda Internacional, en su gran época, era la de un partido pedagogo o educador; a partir de Lenin y la Tercera Internacional, la idea es la de un partido estratega, un partido que organiza las luchas proponiendo sus objetivos y que puede, por otra parte, organizar y limitar las derrotas, preparando la retirada cuando fuera necesario.
Hay un episodio famoso: una derrota, porque era una derrota la sufrida por los trabajadores de Petrogrado y Moscú en julio de 1917, habría podido ser definitiva si no hubiera habido el partido para organizar la retirada y reanudar luego las iniciativas. Por ello, el partido no es una herramienta cualquiera. Es indisociable del programa y del objetivo que nos fijamos.
En fin, y quizá sea la última palabra en lo que concierne al partido, tenemos otra cosa que decir al respecto.
No se trata simplemente, para nosotros, de un partido de lucha, combate, acción, etc., se trata de un partido democrático, pluralista. A veces entre nosotros es un defecto, hay excesos, manías de formar tendencias, etc. A veces es útil, a veces lo es menos… Sin embargo, y a pesar de los inconvenientes, ganamos mucho porque el pluralismo en la organización significa que no tenemos una verdad definitiva y que hay un intercambio permanente entre el partido que queremos construir y las experiencias del movimiento de masas. Y como estas experiencias son diversas, esta diversidad puede traducirse en tal o cual momento también en forma de corrientes en nuestras propias filas.
Pero existe otra razón a su favor: si se está por una sociedad pluralista, si se considera que existe la posibilidad de una pluralidad de partidos, incluida una pluralidad de partidos que se reclaman del socialismo, si ésta es una de las consecuencias sacada de la experiencia del estalinismo, entonces es necesario que de una determinada manera desarrollemos la democracia en nuestras propias organizaciones, en nuestras organizaciones de juventud, en nuestras secciones de la Internacional y también en la práctica que intentamos aplicar en los sindicatos y en las organizaciones.
La democracia es necesaria desde ya, porque es eficaz para las luchas, porque la unidad no va sin la democracia, porque si queremos construir frentes amplios contra Sarkozy o contra cualquier otro, es necesaria también para que las distintas visiones del mundo puedan reconocerse. Pues la democracia es una condición y no un obstáculo para la unidad. Y es también una cultura democrática que servirá para el futuro, porque la burocracia y la burocratización no es solamente el estalinismo.
Algunos se imaginan que el asunto de la burocracia ha terminado con el fin del estalinismo.
¡No!
Lo que produce la burocracia no es el partido o, como algunos dicen hoy, “la forma partido”, sino la división social del trabajo, la desigualdad. Las organizaciones sindicales, las organizaciones asociativas no son menos burocráticas que los partidos, a menudo lo son aún más, porque hay intereses materiales. Las organizaciones no gubernamentales en el Tercer mundo, que viven de subvenciones de la Fundación Ford o de la Friedrich Ebertschiftung, en gran parte también se burocratizan y a veces se corrompen. No es la forma de organización la que crea la burocracia. Las raíces de la burocracia están en la división del trabajo entre trabajo intelectual y manual, en la desigualdad ante el tiempo libre, etc., etc.
Por tanto, la democracia tanto en la sociedad como en nuestras organizaciones es la única arma que tenemos contra ella.
Hoy esto es muy importante, y quiero terminar estas reflexiones con ello. La gente tiene una visión de que un partido es un alistamiento, es militar, es la disciplina, es la autoridad, es la pérdida de su individualidad, etc. Yo pienso exactamente lo contrario. Hoy no se es libre solo, no se es brillante de manera asilada, no se despliega la individualidad sino en una organización de lucha colectiva. Y si se toman las recientes experiencias políticas, los partidos, con todos sus inconvenientes, con sus riesgos de burocratización -incluidos nuestros pequeños partidos- son, a pesar de todo, la mejor forma para resistir a formas todavía peores de burocratización, de corrupción por el dinero. Porque se está en una sociedad donde el dinero está por todas partes y corrompe todo.
¿Cómo resistir en una sociedad así? No por la mera moral, sino por una resistencia colectiva a la potencia del dinero.
Además, se tiene también frente a nosotros, y a veces es el mismo poder, el poder de los medios de comunicación. Los medios de comunicación tienden a quitar a las organizaciones sociales y a las organizaciones revolucionarias de sus propias palabras y de sus propios portavoces. Hay un mecanismo de cooptación del personal político por los medios de comunicación. Son las cadenas de televisión las que deciden: aquél tiene una buena cabeza, éste refleja bien la luz, aquélla es más bien simpática, etc. Los fabrican.
Nosotros queremos conservar el control de nuestra palabra y de nuestros portavoces. No creemos en el salvador supremo ni en los individuos milagrosos. Sabemos que lo que hacemos es el resultado de una experiencia y de un pensamiento colectivo. Ésta es una lección de responsabilidad y de humildad. El peso de los medios de comunicación en nuestras sociedades sólo des-responsabiliza a la gente. Cuánto gente defiende en la televisión una idea completamente excéntrica y una semana más tarde pasan a otra cosa, sin nunca tener que explicarse, o tener que rendir cuentas sobre lo que dijeron.
Lo que dicen nuestros portavoces, como Francisco Louça en Portugal, Olivar Besancenot en Francia o Franco Turigliatto en Italia, lo hacen siendo responsables frente a centenares y millares de militantes. No son individuos que hablan según sus caprichos o lo que sienten en el momento; ellos hablan en nombre de una colectividad y tienen responsabilidades frente a los militantes que los eligieron. Eso es para nosotros una prueba de democracia.
Contrariamente a lo que se dice, los partidos políticos tal como los concebimos -sin tomar en cuenta a los grandes aparatos electorales- constituimos la mejor resistencia justamente democrática en un mundo que los es muy poco y es uno de los eslabones, una de las partes de lo que entendemos por estrategia revolucionaria. ¦
Traducción: Andrés Lund Medina ///.
LA
ESTRATEGIA, EL DOGMATISMO, ANÁLISIS DE LA REALIDAD CONCRETA,...Y EL CONCHAVEO O
LOS INTERESES DE DOBLE BANDERA
UNA LÍNEA POLÍTICA COMUNISTA GLOBAL,..."NO SE DARÁ, CASI
JAMÁS,...". AL FINAL, Y DESDE EL PRINCIPIO CADA UNO QUIERE SU CHIRINGUITO,
SU JUSTIFICACIÓN, REALMENTE PARA NO HACER REVOLUCIÓN NI EN SU ESTADO NI EN UN CONTINENTE NI MENOS A NIVEL GLOBAL-UNIVERSAL.
LA IRRESPONSABILIDAD ES TAL,...EN FUNCIÓN DE LOS POSTULADOS "Y MARKETING" QUE SE UTILIZAN,...QUE NEUTRALIZAN Y COMBATEN IDEAS, LÍNEAS, E
INCLUSO PRACTICAS PARCIALES QUE SE REALIZAN,...ESTO SE LO APLICAMOS A LOS
GRUPOS MAOISTAS,...QUE POR EJEMPLO EN EL ESTADO ESPAÑOL -E.E.- ESTÁN DE MODA
CON LAS REVOLUCIONES POPULARES, MAOISTAS, EN REGIONES-NACIONALIDADES, COMO EN
CANTABRIA, GALICIA, CASTILLA,...Y TAMBIÉN EN ANDALUCÍA,...
DICEN VENIR TODAS ESTAS TENDENCIAS DEL MARXISMO-LENINISMO,
MAOISMO, Y EN CIERTAS REALIDADES DEL MAOISMO PRESIDENTE GONZALO, O DE OTROS
VARIOS,...NOS QUEDAMOS PERPLEJO,...DE VARIAS COSAS Y LA PRINCIPAL ES QUE SE
DIGAN MARXISTAS, Y QUE DEFIENDEN Y SE DEFINEN M-L-M,...
LAS LÍNEAS Y ARGUMENTACIONES NO TIENEN NADA DE MARXISMO, EN
SUS ASPECTOS FUNDAMENTALES,...Y NO TIENEN NADA DE INTERNACIONALISMO PROLETARIO,...Y
MENOS AÚN DE MATERIALISMO CIENTÍFICO Y DIALÉCTICO,...
CASI VAMOS A IR POR PARTE.
A- LAS
LÍNEAS POLÍTICAS, LAS TÁCTICAS Y LAS ESTRATEGIAS DE LOS PARTIDOS COMUNISTAS
VAN EN FUNCIÓN DE LOS ANÁLISIS CONCRETOS A LAS REALIDADES CONCRETAS,...PUES BIEN,
QUÉ SIGNIFICA ESTE ASUNTO?. PARA ACORTAR TENEMOS QUE SI EN UN ESTADO
CAPITALISTA SE OBSERVA Y VALORA QUE ESTÁN LAS CONDICIONES PARA LA REVOLUCIÓN
SOCIALISTA POR VARIOS FACTORES OBJETIVOS, SUBJETIVOS,....DESARROLLO ALCANZADO
DE LAS FUERZAS PRODUCTIVAS, CARACTERÍSTICAS Y CONTRADICCIONES SOCIALES,...PUES
SE APLICABAN UNAS U OTRAS ESTRATEGIAS,...COMO REVOLUCIÓN BURGUESA, O BIEN
SOCIALISTA O BIEN DEMOCRÁTICA-POPULAR,...CON PERSPECTIVAS DE CONSTRUIR EL
SOCIALISMO,... EN EL PROCESO RUSO, SE PASO SEGÚN LAS CONDICIONES DE DESARROLLO Y
ANTAGONISMOS, POR VARIAS FASES, DEMOCRATA BURGUESA,...HASTA QUE EN OCTUBRE DE
1.917, SE PLANTEA REVOLUCIÓN SOCIALISTA,...Y AÚN NO ESTABAN CREADAS EN SU TOTALIDAD
ESAS CONDICIONES OBJETIVAS-SUBJETIVAS,...PROLETARIADO PEQUEÑO EN COMPARACIÓN CON
LOS CAMPESINOS,...Y LA ECONOMÍA ERA POCO CAPITALISTA,...SOLO CIERTOS
SECTORES,...LA ECONOMÍA, LA BASE ECONÓMICA ERA CAMPESINA Y ATRASADA,...PERO SE
PLANTEA ESE TIPO DE REVOLUCIÓN, PODER OBRERO-CAMPESINO,...
EN LA R.P. CHINA, SE PLANTEAN FASES,...UNA REVOLUCIÓN O PROCESO
DE MÁS DE UN SIGLO, DESDE FINALES DEL SIGLO XIX, HASTA MITAD SIGLO XX, Y AÚN EN
ESAS CONDICIONES MATERIALES, LA BASE ECONÓMICA Y SOCIAL ERA LA AGRICULTURA Y EL
CAMPESINADO,...SE PLANTEA DEMOCRACIA DE NUEVO TIPO,...ALIANZA OBRERA CAMPESINA
Y SECTORES BURGUESES,...CON PODER PROLETARIO EN VÍA A CONSTRUIR EL SOCIALISMO
EN UNA LARGA ETAPA,...ALIANZA INTERCLASISTA, DESARROLLO DE LA ECONOMÍA DE
ESTADO, CON PODER INTERCLASISTA,...Y TRABAJANDO PARA LAS COMUNAS AGRARIAS-CAMPESINAS,...PARA
LA CREACIÓN DE COMUNAS INTEGRALES,...EN GRANDES Y PEQUEÑAS CIUDADES,...CON EL
PROYECTO DE UNA ECONOMÍA PLANIFICADA EN PODER DE TODA LA SOCIEDAD -DE TODO EL
PUEBLO-.
B. ESTAMOS EN UNAS CONDICIONES ACTUALES DETERMINADAS POR LAS MEGACORPORACIONES
GLOBALES,...COMO ESTRUCTURA ECONÓMICA DE PODER DE LA PLUTOCRACIA Y OLIGARQUÍA-ÉLITE, FINANCIERA; TODO A NIVEL GLOBAL,...CON CLARO PODER DE CLASE A
NIVELES UNIVERSALES,...POR MEDIO DE LA ONU-OTAN, Y EN LOS TRES PODERES
FUNDAMENTALES: EE.UU. de N.A.-CANADÁ, LA UNIÓN PANEUROPEA, JAPÓN,...AUSTRALIA Y OTROS - SEMIPOTENCIAS COMO BRASIL, ISRAEL, SUDÁFRICA, EGIPTO, INDIA,...-.
ESTAS ESTRUCTURAS MEGARCORPORACIONALES, TIENEN EL 40 POR
CIENTO, AL MENOS, DEL CAPITAL TOTAL MUNDIAL,...Y ELLO LES LLEVA A TENER
SUBORDINADO A CASI EL RESTO DE LA ECONOMÍA MUNDIAL, DEL CAPITAL MUNDIAL, PARA
SER MÁS PRECISOS.
SE PUEDE PENSAR QUE QUEDA AL MARGEN EL PODER ORIENTAL: RUSIA
Y SUS ALIADOS EUROASIATICOS, R.P. CHINA, Y ALGO MÁS COMO PODRÍA SER IRÁN,
SIRIA,... ESTA FUERZA-BLOQUE CAPITALISTA E IMPERIALISTA, A LA VEZ ESTÁ
ENTRELAZADA, Y SON EN REALIDAD INTERDEPENDIENTES DE LA OTRA PARTE,...AUNQUE SE
DEPENDEN MUTUAMENTE.
EL BLOQUE OCCIDENTAL, ONU-OTAN, ESTÁ QUE QUIERE COMÉRSELO TODO,...QUIERE UNIFORMIDAD,...UNIVERSAL, POR LAS BUENAS O POR LAS
MALAS,...SIENDO ELLOS LOS MANDAMANES,...
EL BLOQUE, LLAMADO ORIENTAL, R.F. RUSIA-R.P. CHINA,...ESTÁ DIGAMOS
EN ASCENSO DE TAREAS IMPERIALISTAS MÁS POTENTE,...ES DE NECESIDAD VITAL EN SU
LÓGICA LUCRATIVA, EXPANSIONISTA,...ARREBATADORA-AGRESIVA,...ACTUANDO CON LAS
MISMAS POLÍTICAS GANSTERILES QUE LOS OCCIDENTALES DE LA OTAN-ONU.
C. SEGÚN ESTAS REALIDADES QUÉ ESTRATEGIA SEGUIR POR EL
PROLETARIADO REVOLUCIONARIO,..."Y LOS COMUNISTAS,..."¡¡.
ENTRECOMILLAMOS LO DE COMUNISTAS PORQUE AÚN NO HEMOS VALORADO SI EXISTEN O NO EN
LA ACTUALIDAD EN EL PLANETA,...¡¡.
DEMOSTRADO ESTÁ ES QUE EL PODER DE LOS MULTIIMPERIALISMOS,
DE LOS BLOQUES IMPERICAPITALISTAS, NO PERMITEN REVOLUCIONES SOCIALISTAS,...ES
MÁS ELLOS CREAN REVOLUCIONES ATÍPICAS, PODRÍAMOS DECIR, DE DOBLE BANDERA,...DESDE
LAS ÁRABES, EN GENERAL, HASTA LAS EUROPEAS,...Y TAMBIÉN LAS AFRO-ASIÁTICAS,...A
LAS AUTÉNTICAS,...SI SON DE POCA ENVERGADURA LAS DEJA ALGO DE EXISTIR,...AL POCO TIEMPO LA ACOGOTA,...REMARCAMOS, TANTO UN BLOQUE COMO EL OTRO,...AUNQUE EL MÁS AGRESIVO
ES EL OCCIDENTAL,...PUEDE DESARROLLAR LAS JUGADAS CON MÁS MEDIOS, POLÍTICOS, IDEOLÓGICOS,...EL BLOQUE ORIENTAL NO TIENEN TANTA CINTURA, ESTÁN APRENDIENDO A
HACER O POTENCIAR MOVIMIENTOS QUE AL FINAL LES BENEFICIA,...COMO EN ZONAS
LATINAS, VENEZUELA PODRÍA SER UN EJEMPLO,...EN SU MOMENTO EN ÁFRICA,
ASIA,...PERO UNA PARTE ACTUABA COMO URSS,...HOY EN DÍA ACTÚA COMO R.F. RUSIA.
PERO LA ORIENTAL VA DE POPULISTA,...UNA DE SOCIALISTA DE
MERCADO,...OTRA DE EXSOVIETICA Y ANTI-EE.UU. ÉSTA RUSIA, SE HA DESTACADO ABIERTAMENTE
EN CASOS COMO SIRIA, IRÁN, AHORA CON UCRANIA,...CON LA BANDERA DEL ANTI-OTAN, Y
ANTI EURO/USA,...SE LES ACOPLAN PODERES DE BURGUESÍA DE ESTADO, TAN CAPITALISTAS
E IMPERIALISTAS COMO R.F. RUSIA Y CHINA R.P.,...¡¡.
TODO EL PLANETA ES UN SISTEMA CAPIIMPERIALISTA,...CON
DIVERSAS TONALIDADES,...REVOLUCIÓN PROLETARIA EN UN ESTADO, O EN UNA
NACIONALIDAD OPRIMIDA ES INVIABLE, HOY EN DÍA,...NO LO DEJAN POR PARTE Y
PARTE,...LOS BLOQUES SON INTERDEPENDIENTES Y LOS DOS SON ANTIPROLETARIOS Y
ANTICOMUNISTAS. LA R.P. CHINA, AÚN HOY EN DÍA DA ALGO EL PEGO,...PERO MÁS A
NIVEL DE PROPAGANDA QUE OTRA COSA,...PERO SON TOZUDOS, DICEN QUE SON
COMUNISTAS, SOCIALISTAS,...¡¡. NECESITAN, SEGÚN PARECE, MANTENER ESA AUREOLA
PARA AMILANAR A LOS PROLETARIOS DE ASIA,...DE CONFUNDIRLOS,...A LA VEZ A LOS DEL
RESTO DE OTROS CONTINENTES,...Y TENER UN CIERTO APOYO DE GRUPOS
PRO-MAOISTAS,...E INCLUSO M-L,...QUE SON PRETENDIENTES A BURGUESÍA DE
ESTADO,...Y LABORAN POR ACUERDOS Y APOYOS Y COLABORACIONES CON EL CAMPO
"SOCIALISTA Y EXSOVIETICO",...QUE BARBARIDAD,...
PERO LA AUTONOMÍA PROLETARIA COMUNISTA E INTERNACIONALISTA
DE HOY EN DÍA,...NO SE PEGA A ESAS POLÍTICAS Y PODERES Y POSICIONES ANTIPROLETARIAS,...AUNQUE ESA FUERZA AUTÓNOMA PROLETARIA, ES MUY Y BASTANTE
PEQUEÑA,...CASI SE PUEDE DECIR QUE NOSOTROS Y ALGO MÁS EN ALGUNOS PAÍSES, QUE
POR LO QUE LEEMOS ESTÁN INTENTANDO DESARROLLAR UNA ACCIÓN GLOBAL
REVOLUCIONARIA,...AUTÓNOMA E INDEPENDIENTE DE LO ORGANIZADO ACTUALMENTE, TANTO
DEL CAMPO MAOISTA, COMO DEL MARXISTA-LENINISTA,...COMO DE LOS
INTERNACIONALISTAS TROTSKISTAS,...
C. LA ESTRATEGIA SEGÚN LAS CONDICIONES MATERIALES, QUE ES LA REALIDAD
MUNDIAL DEL CAPITAL FINANCIERO,...QUE ESTÁ ORGANIZADO A NIVEL GLOBAL,...ES
CAPITALISMO MONOPOLISTA MUNDIAL,...ENREDADO EN LOS CINCO CONTINENTES,...ES EL
CAPITAL FINANCIERO DE LAS ÉLITES PLUTOCRÁTICAS ENTRELAZADAS DESDE USA, UE, JAPÓN, ÁFRICA, ASIA, AMÉRICA LATINA,...DESDE EL INSTITUTO FINANCIERO
INTERNACIONAL (IFI), Y ESA UNIÓN DE MEGACORPORACIONES, DONDE SON 147, CON 660
PERSONALIDADES PLUTOCRATICAS,...LOS QUE GOBIERNAN, GESTIONAN,...EN DEFINITIVA
TIENEN EL PODER DE CLASE BURGUÉS MUNDIAL,...ES LA ÉLITE DE PODER, AUNQUE
EXISTAN MÚLTIPLES ENTIDADES UNAS MÁS OCULTAS QUE OTRAS,...
Banco de Pagos
Internacionales
El Banco de Pagos Internacionales (BPI; en inglés Bank for International Settlements o BIS) es el banco central de bancos centrales con sede en Basilea (Suiza). Es
una organización internacional que fomenta la cooperación financiera y monetaria
internacional y sirve de banco para los bancos centrales.1 No rinde cuentas ante ningún gobierno. El BPI
lleva a cabo su trabajo a través de los comités, de las secretarías que alberga
y a través de la Asamblea General de todos sus miembros. También presta
servicios bancarios, pero solamente a bancos centrales o a organizaciones
internacionales. Tiene su sede en Basilea, Suiza. Fue
fundado por los Acuerdos de La Haya de 1930. Su nombre oficial en alemán es Bank für Internationalen Zahlungsausgleich
(BIZ), en francés
es Banque
des Reglements Internationaux (BRI) y en italiano es Banca dei Regolamenti Internazionali (BRI). Tiene dos oficinas de representación, una
en Hong-Kong y otra en Ciudad de
México.
Christian
Noyer, Gobernador del Banco de Francia, es el Presidente del Consejo de
Administración del BPI desde marzo de 2010.
Estados miembros del
BPI.
Sede del BPI en Basilea.
Edificio del BPI en Basilea, del arquitectoMario Botta.
Índice
[ocultar]
·
1 Historia. 2 Organización de bancos centrales. 2.1 Regulación de la
adecuación de capital. 2.2 Mantenimiento de
la transparencia de las reservas. 3 Consejo de
Administración. 4 Composición del
capital
Historia
El BPI fue
fundado en 1930. Los principales actores en la constitución
del BPI fueron el Gobernador del Banco
de Inglaterra, Montagu Norman y su colega alemán Hjalmar Schacht, último
ministro de finanzas de Adolf Hitler. El banco fue inicialmente creado con la
intención de facilitar transferencias pecuniarias que pudieran surgir en el
marco de las obligaciones de compensación que aparecieran a raíz de los
tratados de paz. Después de la Primera
Guerra Mundial, la
necesidad de tener un banco especializado en estos temas fue sugerida por el Comité Young del Plan Young, como un medio de transferir los pagos de las
reparaciones alemanas (vid. Tratado de Versalles). El plan fue acordado en agosto de aquel
año en una conferencia en La Haya. Asimismo, se hizo un borrador de estatutos para el
banco en la Conferencia de Banqueros Internacional de Baden Baden en noviembre. Los estatutos fueron aprobados
en la Segunda Conferencia de La Haya, de 20 de junio de 1930. El Consejo de Administración
original del BPI incluía a varios representantes de la Alemania nazi: el
Ministro de Economía Walther
Funk, un oficial de las SS llamado Oswald Pohl, Herman Schmitz, consejero de IG Farben y el Barón Von Schröder, el propietario del
banco J.H.Stein Bank, en el que se depositaban los fondos de la Gestapo.
Después de
la Segunda
Guerra Mundial, en 1944, en
la Conferencia
de Bretton Woods, el
BPI llegó a ser la clave en una lucha entre la delegación estadounidense,
formada por Harry
Dexter White y por Henry Morgenthau, y la delegación británica, encabezada porJohn
Maynard Keynes y Dean Atchison, representante de Chase Bank. Estos
últimos intentaron vetar la disolución del banco.
Como
resultado de las alegaciones acerca de que el BPI había ayudado a los alemanes
a expoliar los activos de los países ocupados durante la Segunda Guerra
Mundial, la Conferencia Monetaria y Financiera de Naciones Unidas recomendó la
liquidación del BPI tan pronto como fuera posible.2 Esta tarea, que fue originalmente propuesta
por Noruega y apoyada por otros delegados europeos y por Morgenthau y White nunca fue adoptada.3
En julio de
1944, Archison interrumpió a Keynes en una reunión porque temía que el BPI
fuera disuelto por el Presidente estadounidense Franklin
Delano Roosevelt.
Keynes acudió a Henry Morgenthau para evitar la disolución del BIS o, al
menos, posponerla. Sin embargo, al día siguiente se aprobó dicha disolución. La
delegación británica no se rindió y la disolución del banco fue suspendida
hasta después de la muerte de Rooselvelt. En abril de 1945, los
británicos y el nuevo presidente estadounidense,Harry S. Truman, pararon la disolución del BPI.
Organización
de bancos centrales
Como
organización de los bancos centrales, el BPI busca hacer que la política
monetaria sea
más predecible y transparente para los 60 bancos centrales que son miembros.
Mientras que la política monetaria queda determinada por cada Estado soberano,
está a su vez sujeta a la actividad de los bancos centrales y privados, y
potencialmente a la especulación que pudiera afectar a la tasa de cambio, así como al destino de las exportaciones. Cualquier fallo que impida mantener la
política monetaria en línea con la realidad y llevar a cabo las reformas monetarias a tiempo, preferiblemente de forma simultánea
en los 55 Estados miembros, ha conducido tradicionalmente a pérdidas
billonarias en la medida en que los bancos tratan de mantener sus políticas
llevando a cabo métodos de mercado abierto que, a la postre, han demostrado ser poco
realistas. Los bancos centrales no "establecen" unilateralmente
tipos, sino que determinan sus objetivos e intervienen empleando masivamente
recursos financieros, así como poderes regulatorios para poder lograr los
objetivos que se marcan. Una razón para coordinar la política de forma más
cercana es el objetivo de asegurarse que ello no se convierte en una herramienta
demasiado cara y que las oportunidades para el arbitraje privado que puedan conducir a diferencias en
las políticas son extrañas y rápidamente eliminadas.
Dos aspectos
de la política monetaria han mostrado que son especialmente sensibles y han
creado dos objetivos específicos para el BPI: la regulación de la adecuación de capital y fomentar la transparencia de los requisitos de reservas.
Regulación de la adecuación de capital
Las
políticas de adecuación de capital se aplican al capital y a los activos de capital. Ambos pueden estar sobrevalorados en varias
circunstancias. De acuerdo con ello, el BPI requiere a los bancos que tengan un
cociente entre capital y activos que se sitúe por encima de un estándar
internacional mínimo establecido, a los efectos de proteger a todos los bancos
centrales que participan en el BPI. El principal papel del BPI es establecer
los requisitos mínimos de capital. Desde un punto de vista internacional,
asegurarse el ratio de capital es el problema más importante para los bancos
centrales, debido a que los préstamos especulativos basados en un capital
subyacente inadecuado y en unas normas de responsabilidad ampliamente
cambiantes puede originar crisis económicas en la medida en que el dinero malo conduce a buen puerto (Ley de Gresham).
Mantenimiento de la transparencia de las reservas
La política
de reservas es de gran relevancia, especialmente para los consumidores de las
economías integrantes. Para asegurarse frente a la liquidez y limitar la responsabilidad de la economía en su conjunto, los bancos no
pueden crear dinero en industrias o regiones específicas sin límite alguno.
Para realizar depósitos bancarios, permitir que los clientes tomen dinero a
préstamo de forma más segura y para reducir el riesgo que el banco asume, se
requiere a los bancos que sean capaces de establecerreservas.
La política
de reservas es más complicada de unificar en la medida en que depende de las
condiciones locales y a menudo está enfocada a llevar a cabo cambios centrados
en industrias o regiones comcretas, especialmente dentro de los países
en vías de desarrollo de gran tamaño. Por ejemplo, el Banco Popular de China requiere a los bancos urbanos que mantengan
un 7% de reservas mientras que permite a los bancos situados en medios rurales
que mantengan un 6% de reservas y, simultáneamente, indica a los bancos que los
requisitos de reservas o ciertas industrias sobrecalentadas podrían aumentar de
forma aguda o que las penalizaciones podrían establecerse si las inversiones en
dichas industrias no cesaran completamente. Es muy inusual esta forma de actuar
del Banco Central de China como banco central, debido a que se enfoca en el país y no en
la divisa, pero su deseo de controlar la inflación de los activos ha sido
crecientemente compartido por los miembros del BPI, que tienen un gran temor
hacia las burbujas en la economía, así como por los países
exportadores, que encuentran muy ´complicada la gestión de los requisitos
impuestos a las economías internas de cada país.
Por varias
razones, ha llegado a ser muy difícil la evaluación correcta de las reservas,
aparte de establecerlas como simples instrumentos de préstamos. Esto ha tendido
a penalizar la unificación de la normativa en materia de reservas dentro de la
escala global del BPI. Históricamente, el BPI estableció normas que favorecían
el préstamo de dinero a terratenientes privados (alrededor de cinco a uno) y a
entidades sin ánimo de lucro (alrededor de dos a uno) sobre los préstamos a
personas físicas. Estas distinciones, que reflejaban la economía
clásica, fueron
remplazadas por políticas que confiaban en valores de mercado indiferenciados,
más en línea con la economía
neoclásica.
Consejo
de Administración
El Consejo
de Administración del BPI, que se compone de un máximo de 21 miembros, elige un
Presidente entre sus miembros. Hay tres tipos de miembros del Consejo de Administración: ex officio (natos), nombrados y elegidos.4
Los miembros ex officio son los Gobernadores de los bancos centrales
de Alemania, Bélgica, Estados Unidos, Francia, Italia y el Reino Unido; EEUU;
cada uno de ellos puede nombrar a otro miembro de su misma nacionalidad. Los
consejeros nombrados, que son de esos seis países, permanecen en el cargo
durante tres años y pueden ser elegidos de nuevo por el mismo periodo. Los
consejeros elegidos son un máximo de nueve Gobernadores de otros bancos
centrales miembros.
Composición
del capital
El capital
del BPI está compuesto por acciones pertenecientes a diversos bancos centrales.
Las instituciones y personas privadas quedaron excluidas como accionistas a
partir de 2000. Los bancos centrales tienen un solo derecho de voto.
El capital
está dividido en 600.000 acciones, de las que la mayoría pertenecen a los
bancos centrales de Alemania, Bélgica, Francia, Italia, Estados
Unidos de América y Reino Unido. Son los seis países que se reparten la gestión del BPI.
En
2013, el BPI tenía 60 bancos centrales accionistas de todo el mundo. A 31 de
marzo de 2013, el balance total del BPI se situó en 212.000 millones de DEG
(Derecho Especial de Giro). El pasivo total del Banco está constituido fundamentalmente
por depósitos de clientes, de los que aproximadamente un 90% se denominan en
monedas y el resto, en oro. En dicha fecha, las posiciones de los clientes
(excluidos contratos con pacto de recompra, repos) valían 183 700 millones de
DEG. el activo del BPI se compone en su mayoría de títulos de deuda pública o
semipública e inversiones (incluidos repos a la inversa) en bancos comerciales
internacionales con elevada calificación. Además, a 31 de marzo de 2013, el
Banco contabilizaba 115 toneladas de oro fino en su cartera de inversión. CONVERSOR
DE DIVISAS XE
Conversor
1.00 EUR
|
=
|
0.887245 XDR
|
↔
|
Derechos especiales de giro del FMI
|
|
1 EUR = 0.887245 XDR
|
1 XDR = 1.12708 EUR
|
Volver a convertirConsultar tablaTipos de cambio intermedio: 2014-05-19 12:59
UTC
En un
principio, las acciones del BPI estaban admitidas a negociación en mercados
secundarios, lo que convirtió al BPI en una entidad única: una organización
internacional, en el sentido del derecho
internacional público que, sin embargo, tenía accionistas privados. Muchos
bancos centrales habían comenzado también como instituciones divididas en
acciones, como el Banco
de Inglaterra, que fue de
propiedad privada hasta 1946, o
el Banco de España.5
·
Banca Universal
Referencias Volver arriba↑ www.bis.org
1.
Volver arriba↑ Conferencia
Monetaria y Financiera de Naciones Unidas, Ley Final'
(Londres et al., 1944), Artículo IV.
2.
Volver arriba↑ R.F. Mikesell, The Bretton Woods
Debates: A Memoir, Essays in
International Finance 192 (Princeton: International Finance Section, Dept. of
Economics, Princeton University, 1994), p. 42 . ISBN 0881650994. Falta el
|título=
(ayuda)
3.
Volver arriba↑ http://www.newyorkfed.org/aboutthefed/fedpoint/fed22.html.
4.
Volver arriba↑ http://www.bde.es/infoinst/historia/historia.htm.
C-1. LA ESTRATEGIA
DE LA REVOLUCION DE LA HUMANIDAD PROLETARIA-POPULAR,...Y LA CONSIGNA DE REVOLUCIÓN PROLETARIA MUNDIAL, DEL FRENTE MAOISTA GLOBAL,...DEL NUEVO Y ANTIGUO
MRI.
LOS ANALISTAS,...LIBRES, OFICIALES,...Y
OTROS ALTERNATIVOS, HABLAN DEL PODER GLOBAL DE LOS FINANCIEROS, DE LAS MEGACORPORACIONES,...DE
LA UE-EE.UU-JAPON,...DICEN QUE SON LOS QUE MANDAN Y LLEVAN LAS RIENDAS DE LA ECONOMÍA, DEL PODER EN LAS INSTITCIONES GLOBALES,DEL BM, DEL FMI, DE LA
OMC,...EN LA ONU Y OTROS ORGANISMOS DE CUESTIONES INTERNACIONALES,...EN EL
CONSEJO DE SEGURIDAD DE LA ONU ESTÁN LAS POTENCIAS Y PRO-POTENCIAS, DESDE RUSIA,
CHINA R.P. FRANCIA,...Y EN EL AMPLIADO CONSEJO ESTÁ HASTA, Argentina, Australia,.../...
Bienvenidos
a las Naciones Unidas. Son su mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario