Ana Mulet
La urgente necesidad de soberanía, también desde un punto de vista social y económico
Por Joseba Permach
La economía se “recupera”. Como si de una persona enferma se tratara, nos dijeron que la economía había entrado en “crisis”, que estaba débil y que era necesario aplicarle unas “recetas” económicas de tipo neoliberal. Los bancos alemanes ordenaron, Bruselas dispuso y Madrid, con la colaboración de los gobiernos autonómicos, ejecutó. Las políticas de austeridad […]
La economía se “recupera”. Como si de una persona enferma se tratara, nos dijeron que la economía había entrado en “crisis”, que estaba débil y que era necesario aplicarle unas “recetas” económicas de tipo neoliberal. Los bancos alemanes ordenaron, Bruselas dispuso y Madrid, con la colaboración de los gobiernos autonómicos, ejecutó. Las políticas de austeridad condujeron a la economía a un verdadero agujero negro, y hoy es el día en que las dramáticas consecuencias de ellos las padecen miles y miles de personas entre nosotros. Unos pocos datos como botón de muestra: En Hego Euskal Herria, hay hoy en día 290.800 personas en situación de pobreza y de ellas, 49.142 lo están en situación de pobreza severa. Por otra parte, 219.000 personas se encuentran en paro y de ellos 124.000 personas ya no cobra ningún tipo de prestación por desempleo. Si, la situación es grave, socialmente muy grave y lo peor de todo es que si no somos capaces de invertir las políticas económicas que se están tomando, no tiene ninguna pinta de que ello vaya a remitir o a mejorar.
Zapatero nos habló de “brotes verdes”. Hoy nos hablan de que la economía se está “recuperando”, que el mercado está cogiendo “confianza” y que vamos a empezar a “crecer”. Utilizan metáforas y palabrería para ocultar las consecuencias sociales de la crisis y de sus políticas de recortes, privatización y desregularización.
El caso de la CAV, es un caso aparte. El gobierno de Urkullu, la radio y televisión pública reconvertida en una herramienta de adoctrinamiento, y el grupo Vocento, animado por la deriva del partido nacionalista, no hace otra cosa que repetirnos la recuperación económica y lo bien que van las cosas. No hay día en que no hagan público una noticia positiva de alguna empresa o dato que entiendan puede servir para avalar su tesis. Lo importante es legitimar el marco, el establishment y decir que todo va fenomenal y que todo va ir mucho mejor.
Pues bien, lo cierto es que la realidad es “testaruda”, por utilizar una metáfora como harían ellos, y los datos verdaderamente significativos que se han publicado durante este verano no nos hacen presagiar nada bueno.
Según datos publicados en el informe laboral de la UPV, la CAV es la única comunidad que ha destruido empleo neto durante este último año. Luego, por favor, no nos digan que disminuye el número de desempleados cuando verdaderamente lo que está disminuyendo son el conjunto de puestos de trabajo.
Alguien podrá decir que a futuro las cosas van a ir a mejor y que nos basamos en datos del pasado. Nadie tiene datos del futuro pero si datos que son auténticos indicadores de lo que puede ocurrir a futuro.
En la CAV, teniendo en cuenta los datos de los últimos meses, podemos constatar que se ha reducido la creación de empresas o sociedades ( – 8,75% hasta el mes de junio), ha disminuido la producción industrial ( – 2,3% hasta mayo) y han bajado las exportaciones ( – 4,3% de enero a mayo). Si sumamos a todo ello que los últimos datos sobre la inversión en I+D+I no son nada buenos, podemos decir, sin lugar a dudas y sin temor a equivocarnos desgraciadamente, que todos estos datos no hacen presagiar nada bueno, sino todo lo contrario. Y fijaros que hemos utilizado los datos macroeconómicos más significativos y utilizados normalmente por el propio establishment para hablarnos del “estado de salud” de cualquier economía. Pintan tiempos difíciles y lo saben, nos vendan lo que nos vendan.
¿Y cual es la solución? La solución pasa, entre otras cosas, por invertir unas políticas económicas neoliberales que están saqueando, malvendiendo o destrozando el sector público y desregulando el mercado en su conjunto para que vengan fondos buitres que no buscan otra cosa que el rendimiento especulativo a costa de las clases populares. Se necesita apostar por la economía real, la productiva y la reproductiva, por una industria ecológica potente, por servicios sociales públicos y de calidad, abogar por el reparto del trabajo y de la riqueza, por la soberanía alimentaria, por otros valores sociales, económicos y medioambientales y por poner la creación de puestos de trabajo dignos en el centro y objetivo prioritario de nuestra política económica. Lo demás es engañarnos, dar vueltas en una rotonda que no tiene salida y que nos conduce a la pobreza y la dualización social. Unos cada vez más ricos y una mayoría cada vez más pobre.
No podemos terminar este artículo sin mencionar la pieza clave que nos impide poner en marcha otra política económica. Euskal Herria no ha votado la reforma laboral, la ley de sostenibilidad financiera o cualquiera de las reformas centralizadoras y neoliberales que se nos han impuesto desde Bruselas y Madrid. Necesitamos soberanía para decidir libremente nuestro futuro. Pero cuando decimos esto, lo decimos porque necesitamos soberanía económica para poder decidir nuestras propias políticas económicas, claro está, otras y muy diferentes políticas económicas. La soberanía no es un capricho nacionalista, es ya una verdadera y urgente necesidad también desde un punto de vista social y económico.
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