EL SISTEMA CAPIIMPERIALISTA Y LOS SECTORES SOCIALES QUE LOS ESTÁN POTENCIANDO-CONSTRUYENDO.*
* Estos documentos entre 1.999-2.005, ya analizan las perspectivas de actitudes de las distintas fracciones de clases; el sistema global capitalista imperialista consolidado y la lucha de clases a escala internacional; en estas nuevas fechas, sobre todo en 2.013, se ve con más claridad; el proletariado ya asume una actitud de lucha social, casi en todo el Planeta, de forma más o menos consciente.
- Considero necesario estudiar los nuevos textos, de 2.013, con los editados en años anteriores, en Nueva Sociedad,...
Decíamos en otros documentos de que los institusociales
capitalistas es una clase fundamentalmente Occidental que actúa como soporte del
imperialismo global mundial imperialista. Las guerras e intervenciones en Los Balcanes,
Afganistán, Irak, en África,... así lo está poniendo claramente de manifiesto.
El Sistema Capiimperialista, de las grandes potencias occidentales está basado
en una unión de intereses de distintos sectores sociales, y sus actuaciones políticas
y relaciones sociales, de clases, aparece y es de hecho una alianza estratégica,
tienen digamos los mismos objetivos; esto es UNA ALIANZA SOCIAL, HAY UN PACTO SOCIAL, MÁS O MENOS ABIERTO, O MÁS O
MENOS ENCUBIERTO, PARA OPRIMIR Y EXPLOTAR A LAS POBLACIONES DE LAS PERIFERIAS y
aniquilar ( cada clase y sector en su papel, tareas y en sus responsabilidades
con la cuestión ). Pero la lucha de clases continúa, la lucha entre fracciones
de clases también está presente en el Sistema Mundial actual.
GERENCIA Y DIRIGE LA CLASE IMPERIALISTA
EN EL MUNDO
Esta
clase social ha albergado un poder económico y político tal que dirige al
conjunto social mundial. Podemos decir que el capital imperialista actual
dirige a la sociedad global, les regula sus actividades sociales generales,:
trabajo, formación, ocio, consumo, psicología, modos y formas de vida,
comportamientos,... Llega a tener más persuasión incluso que las instituciones
estatales. Como tal los estados, en general, están a su servicio. Los estados,
como instrumento, prácticamente se están dedicando a mantener el dominio de esa
clase imperialista global; a la vez estos aparatos estatales también se
encargan de " aplatanar " ( adormilar conscientemente ) y adormecer a
las poblaciones; en Occidente de una manera, en las periferias de otras, y a la
vez en muchas ocasiones se combinan las formas de dominio.
Esta
clase está formada por colectivos, partidos y sindicatos de lo que se denomina
izquierda institucional y de la izquierda social o alternativa. En general está
formada por sectores sociales pequeñoburgueses privados o estatales; de
sectores de aristocracia obrera y profesional y algunos de sectores de medias y
pequeñas burguesías más o menos estabilizadas. Forma sobre todo en Occidente
una gran parte de la población que actúa como fuerza social, con proyecto y
tareas políticas comunes, nada antágónicas entre sus componentes. Al ser de
variadas procedencias, actividades, territorios,... no son monolíticos, tienen
fisuras, pero en lo principal están de acuerdo, y esto es, en su posición
antiproletaria, anticomunista en el sentido revolucionario; son demócratas
imperialistas, algo snobistas, listillos sabihondos, algunos más radicalizados
que otros según momentos, coyunturas o problemáticas. En general son
arribistas, algo o bastante demagogos, según el caso y la persona en cuestión,
en general manipuladores y utilizadores de las voluntades y problemáticas
sociales. Están bloqueados en el Movimiento Antiglobalización, antiliberal, de
resistencia global, con sus periódicos Molotov, Desobediencia
Global,...Presionan y negocian tanto con las izquierdas institucionales como
las derechas y los imperialistas, y las oligarquías subalternas.
CON REPARTOS DE TAREAS, COMPETENCIA ENTRE LAS MISMAS
Y CIERTAS DESAVENIENCIAS, ESTAS CLASES SOCIALES OCCIDENTALES PARTICIPAN DE LA DOMINACIÓN A LAS 5/ 6
PARTES DE LA POBLACIÓN
DEL PLANETA.
La clase imperialista mundial no es homogénea ni
monolítica, es evidente, es su forma y naturaleza. Sus instituciones
internacionales, como la ONU ,
la OTAN ,... Son
las herramientas donde intentan ponerse de acuerdo, donde se " resuelven
" sus rencillas. Al no existir un estado global imperialista, que les
regule sus escaramuzas y devaneos, y que les lleve la gestión global, se
produce las desaveniencias y las malas maneras; el conflicto de Irak, parece
que lo ha puesto al descubierto.
Como decíamos en este sistema capiimperialista se
dan distintas fracciones sociales burguesas, aristocráticas, pequeñas burguesías,...
sobre todo en Occidente que están en la tarea de la dominación a esas 5/6
partes de la población global. Estas fracciones tambien desean entendimientos sociales,
de clases, en Occidente.
Está en proyecto el estado global imperialista ?.
Esta cuestión es tema de análisis y confrontación dialéctica en el seno de las
izquierdas desde hace bastantes años. Actualmente nosotros decimos que hay un
sistema imperialista, que hay una sociedad imperialista, pero no hemos dicho
nada de que exista un estado mundial imperialista. Pero por deducción parece
que sí existe ese tal estado mundial imperialista, ¿ pero donde está, que es lo
que es ?. Parece que la realidad es difícil de definir, de captar, de
describirla.
Por
un lado, parece que se da como bueno de que existe un gobierno en la sombra que
es la Trilateral.
También de que existe un poder imperialista militar, que es la OTAN y los ejércitos y
coaliciones diversas periféricas, que tienen acuerdos con la OTAN , con la ONU , con los USA,... Parece
que el estado como tal está, lo que no está es de forma y manera homegénea, y no
solamente porque existan unos 200 estados en el Planeta. No, es que no puede
ser homogéneo ni monolítico; al igual que no lo es el Estado español, no lo es la Unión Paneuropea ;
pero miren por donde sí lo es los Estados Unidos de Norteamérica. Éste se
homogeneizó a cuenta de la guerra civil entre el norte y el sur. ¿ Estamos en
una fase algo similar de lucha interimperialista para construir un estado
global mundial imperialista ?; pues a lo mejor se está en esta cuestión.
Decíamos en un documento de hace unos meses, que el
imperialismo global no podría salir adelante cada bloque a su manera y a su
bolsa, que eso era un gran peligro para el capitalismo y para la clase
imperialista global. La cuestión es que las ideas de crear un estado global
imperialista vienen desde muchos lugares del Planeta, de muchos sectores
imperialistas, tanto de Asia, como de las Américas, como de Europa; sí, esta
idea ronda en gran parte de la clase imperialista mundial; lo que ocurre, es
evidente, que no se ponen de acuerdo, la cuestión no es excesivamente fácil, se
tiende a barrer para casa,... pero parece que dando puñetazos en la mesa,
algunos se ponen firmes; esto parece que le pasa a Rusia, Francia, Italia,
Francia, Alemania,... No olvidamos que tres paíeses europeos quieren hacer un
proyecto de defensa " independiente " de USA-GB. Hace casi un año,
por lo visto Bush les dijo a Europa que invirtieran más en defensa, que
organizara fuerzas militares europeas,... que esto era bueno para todos. Hace
tres o cuatro días lo volvieron a repetir, quieren una Europa fuerte militarmente,
ya que esa cuestión les viene bien al Todocapitalismo.
Seguimos, lo fundamental es que la burguesía mundial
quiere unformidad para controlar y oprimir a la mayor parte de la Humanidad. Por ello
necesita políticas estatales globales-mundiales, uniformidad de criterios y
actuaciones,...después vendrán y están las divisiones de tareas y
responsabilidades y los repartos alícuotas de plusvalías.
Con estas aportaciones y reflexiones, si no hay un
estado imperialista y capitalista mundial poco les falta; o sea, que está casi
al 80 por ciento, al menos las funciones fundamentales están en marcha.
Bien, se nos dirá, esta es la teoría del
Superimperialismo; que algunos - y menos los leninistas clásicos - se lo creen,
y es que además es una tontería, ya que siempre están de peleas. Bien, ¿ pero
qué tipo de peleas, llevan desarrollando desde que " terminó " la segunda
guerra interimperialista ?; pues es una pelea, efectivamente, pero no una pelea
directa, las desarrollan en las periferias, unos se quitan al otro territorios,
negocios,... pero no llegan a las manos, en el sentido como se entiende este
asunto. La cuestión sería ¿ " habrá una tercera guerra mundial " ?;
decimos, empezó cuando terminó la segunda, digamos que todavía estamos en las
tareas de la tercera guerra; en el caso de Irak lo hemos visto claramente.
Decimos a la vez que para crear un bloque que le hable y se atreva hacerle un
choque directo al bloque USA, hace falta mucho tiempo, hoy no hay condiciones
para ello. Quizás nunca se desarrolle ese proyecto. No hay superimperialismo en
el sentido, contenido y contexto en que fue formulado, hay imperialismo digamos
concertado, nosotros lo definimos como COMECON IMPERIALISTA. De todas formas
queremos buscar otro término, con este no estamos muy contento, no define bien
el asunto.
La verdad es que es complejo definir si existe
estado mundial del imperialismo, ya que también esa cuestión como tal es una
relación social, y las relaciones sociales no las define cualquiera; estas son
nuestras limitaciones; pero creemos que no estamos muy lejos de conocer la
cuestión y por lo tanto la posibilidad de definirlo.
LOS SINDICATOS Y LA FABRICACIÓN DE
ARMAMENTOS PARA LAS POTENCIAS OCCIDENTALES.
Este apartado es para dos cosas: la banagloria y la
prepotencia del personal y sus organizaciones que trabajan en las empresas y
fábricas de armamentos, y segundo, qué hacemos nosotros, los trabajadores esas
armas para los ejércitos Otanistas para el dominio de los pueblos periféricos,
y son empleadas y empleados también contra nosotros, los trabajadores occcidentales,
por parte de los ejércitos Otanistas, policías, mafias, ejércitos
privados,...Los sindicatos UGT y CC:OO:, y quizás también los demás se quejan
de lo poco eficientes que son los gerentes de la Bazan ( CONSTRUCCIONES DE
BUQUES MERCANTILES, DE GUERRA,...), de CASA, (( EMPRESA UNIDA A OTRAS EUROPEAS
con producción de aviones de guerra, de transporte de tropas - instalada en
Sevilla ( España )),-,... y de lo poco que se cobra en las bases militares del
Estado español,...Uf, que barbaridad. Quizás algún día esas armas u otras las
cojan o las tomen sectores de poblaciones para derrotar militarmente a las
clases capitalistas, imperialistas y las burguesías estatales, sindicales, políticas
y partidistas,...En fin, ahí queda eso. ( Actualmente estas empresas tienen
otros nombres ).
LAS ELECCIONES, LA DEMOCRACIA IMPERIALISTA ,
SUS EFECTOS REACCIONARIOS Y CONTRARREVOLUCIONARIOS, LA PARALIZACIÓN DE LA MOVILIZACIÓN CONTRA
LA GUERRA A
CAUSA DE LAS ELECCIONES EN DIVERSOS PAÍSES EUROPEOS.
Se movilizó, se moviliza, para los resultados
electorales y las negociaciones con los imperialistas y sus aparatos estatales.
Con las mentes y las campañas pre y electorales, las movilizaciones caen, la
situación se hace más reaccionaria. O sea, en estas situaciones las elecciones
son contrarrevolucionarias, se desmoviliza, se hace creer que las elecciones,
que estén ellos en los aparatos de estado es lo fundamental. Se utiliza a la
población como grupo de presión; esto es histórico, no nos extendemos más. Sin
fuerza real organizada hacen creer que las entradas de ellos en sitios claves
es lo principal, después hacen lo que dicta las limitaciones del Sistema.
EL SISTEMA DE PARTIDOS BURGUESES EN LA DEMOCRACIA IMPERIALISTA
OCCIDENTAL; CÓMO SE COMPLEMENTAN Y CÓMO REPRODUCEN EL SISTEMA IMPERANTE. LOS
INSTITUSOCIALES CAPITALISTAS ES UNA
PARTE DE ESTE SISTEMA DE PARTIDOS BURGUESES OCCIDENTALES.
Solo algunas palabras; entre los partidos
institucionales, y casi todos de los que no lo son, se reparten tareas,
programas, medidas,... lo que a uno se le pase, el otro lo recoge; pero al
final el conjunto de lo que plantean es para perfeccionar al Sistema, ampliar
la base social estatal y para reproducir en óptimas condiciones la sociedad
imperialista.
. LA DEMOCRACIA CRISTIANA IMPERIALISTA Y LA ALTERNATIVA U
OPOSICIÓN SOCIALDEMÓCRATA Y " COMUNISTA ".
Entre otros está el señor Bush, con su variante
específica, el señor Aznar, su yerno, y muchos otros y otras. Pero lo que
queremos decir es que decidieron a nivel global con su organización
internacional el proyecto que se lleva aplicando en estos últimos años.
Debatieron qué hacer con la socialdemocracia internacional, estilo Blair,
Zapatero, Schroder,... y decidieron de darles un " cuartelillo " de
vez en cuando, cuando fuera estrictamente necesario.
Con las fuerzas radicales, como la de Izquierda
Unida, a nivel del Planeta, decidieron palo y zanahoria, arribismo, un "
cuartelillo " de vez en cuando siempre que estuvieran en la onda y dentro
del juego e intereses capiimperialistas.
Con el personal antiglobalizador, mano dura, pero
excediéndose sólo de vez en cuando; eso es lo que hacen, decidieron y harán.
Cuando hay algunos desbordamientos, porque quizás participen gentes más
decididas, pues emplean a más agentes policiales, militares, como se ha visto
han empleado a cuerpos militares de la
OTAN ,...Con una parte de esos antiglobalizadores negocian
todo el tiempo, a los más radicales les viene bien esas negociaciones, algo
sacan, en algo conquistan, pero no les dura demasiado; es más lo que consiguen
a otros sectores sociales el capital se los arrebata.
. LAS IZQUIERDAS IMPERIALISTAS Y EL ARRIBISMO DE LA IZQUIERDA SOCIAL ,
ANTIGLOBALIZADORA Y " LIBERTARIA ".
En el año 1.981 se debatía en el Estado español,
dentro de las fuerzas revolucionarias, sobre el carácter y contenido político e
ideológico de aquél PSOE. Algunos lo definimos como partido proimperialista, y
que por ello habría que combatirlo; planteamos la consigna de " PSOE de
cambio nada "; este partido decía en su campaña electoral para 1.982, " Por el
cambio ". Además decíamos que era uno de los soportes del estado
imperialista y monárquico español, y además que era un partido de la
internacional socialdemócrata imperialista, comandada en aquél entonces por
Billy Brandt, político del PSDAlemán.
Muchos izquierdistas apoyaron electoralmente a este
partido y muchos otros ingresaron en el mismo. Con el tiempo, siguieron pactando
con el PCE, despues con Izquierda Unida, con los partidos de derechas, con la
patronal, con los otros imperialistas, con los yanquis,...
Y con el tiempo dieron ciertas coberturas a sectores
de la izquierda social, los verdes, los ecologistas, los antimilitaristas, los
objetores, el clero,... las ONGs,..., los sindicatos, con las mafias y especuladores,
los maleteros, como el señor Roldan; en fin se produjo la política del nuevo
arribismo; el arribismo de la izquierda social, de la pequeña burguesía venida
a menos,...Esta política hoy en día sigue su curso, incluso el Partido Popular,
aplica esa línea corrupta de arribismo, con cuatros proyectitos, miles de
euritos, para tener contento a parte del personal; con sus proyectitos
Onegetistas en el exterior crean las imágenes y abren los caminos a las inversiones
y saqueos de las grandes Multinacionales Imperialistas, sean españolas,
europeas, árabes, asiáticas,... En fin solo decimos que hay que saber muy bien
con quienes se juega uno los cuartos. La izquierda oficial le da arribismo y
cobertura a la izquierda social, y ésta tan contenta, lo aplica, lo disfruta, y
Dios dirá.
. LAS FUERZAS COMUNISTAS, ANARCO-COMUNISTAS Y LAS FUERZAS
REVOLUCIONARIAS.
Estamos los revolucionarios en el Planeta intentando
organizarnos con línea política revolucionaria, estructura firme y con proyecto
de implantación. Lo que estamos viendo es dónde actuamos, qué hacemos, con
quiénes colaboramos, con quiénes nos hacemos camaradas.
Las fuerzas revolucionarias actualmente en el
Planeta tiene o son de diversas corrientes y objetivos. Unas están
militarizadas, otras están en acciones de masas, otras de vanguardias, otras de
teorizaciones, otras con sindicalismo-social,...
a ) Hay comunistas revolucionados, como pueden ser
los grupos comunistas internacionalistas.
b ) Existe el MRI, que se definen
marxistas-lenistas, maoistas, con su comité o comando internacional. Pero cada
grupo es independiente y autónomo, son camaradas y como tal se apoyan; plantean
hacer o construir una nueva internacional comunista, donde dicen que el MRI es
parte de esa internacional.
c ) Las diversas corrientes y organizaciones más o
menos internacionales anarquistas y libertarias, en general continúan con sus
políticas sindicales-sociales y antirrepresivas; aún no tienen proyecto estratégico;
tal como es su naturaleza. Participan en las acciones antiglobalización, pero
de forma independiente; no participan en estructuras ajenas a los que ellos
crean en general.
Hemos incluido en este apartado la cuestión de los
revolucionarios. Pero para nosotros es importante definir lo que es
revolucionario. En cada coyuntura o época, no tiene el mismo significado ni las
mismas tareas,... Hoy revolucionario es proyectar un cambio de rol tanto en lo
teórico, en lo organizativo, en lo practico, y en el proyecto y modo y manera
social en su complejidad y de forma integral.
Para nosotros lo teórico es fundamental, porque sin
teoría revolucionaria, no hay transformación social. Nos explicamos. Si los
revolucionarios actuales no tienen su propia teoría y línea política
revolucionaria, sacada de su práctica y de las prácticas anteriores, no es útil
ni rentable su trabajo político. Esto, la teoría actual, la que enmarca y
define el tipo de revolución pendiente, las formas y las estrategias y tareas y
tácticas para desarrollarla y aplicarla; sin esto casi no se va a ningún sitio.
OCCIDENTE, EL MUNDO ISLÁMICO, EL MUNDO ASIÁTICO Y EL
MUNDO LATINOAMERICANO. EL OCCIDENTE COINCIDE CON EL IMPERIALISMO; LAS
PERIFERIAS SON SOMETIDAS, SOBRE TODO EL PROLETARIADO Y LOS CAMPESINOS, LAS
MUJERES, LOS JÓVENES Y OTROS SECTORES PRECARIOS Y MARGINADOS.
LOS SENTIMIENTOS HUMANOS, LA BUENA VOLUNTAD ,
CUENTA PARA POCO. LA
CUESTIÓN ES LA DETERMINACIÓN POR PARTE DE LA HUMANIDAD EN TERMINAR
CON ESTE ROL DE VIDA Y DE RELACIONES SOCIALES CAPIIMPERIALISTAS.
EL DESARME Y LA CREACIÓN DE GRUPOS
ACTIVOS Y CONSCIENTES ANTIMILITARISTAS Y COMUNISTAS CON CONOCIMIENTOS DE LA TEORÍA DE LA REVOLUCIÓN DE LA HUMANIDAD.
OCCIDENTE MUERE POR DEGENERACIÓN SOCIAL DE LAS
CLASES DOMINANTES Y DE SECTORES ARISTOCRATIZADOS, ESTOS SON LOS DEMÓCRATAS
RADICALIZADOS, autollamados, " NOSOTROS LOS LIBERTARIOS " Y PEQUEÑO
BURGUESES.
. IDEOLOGÍA DEL PROLETARIADO, DEL CAMPESINADO Y
SECTORES PEQUEÑOBURGUESES PRIVADOS O ESTATALIZADOS OCCIDENTALES. ÉSTOS ESTÁN
ORGANIZADOS EN LOS PARTIDOS Y SINDICATOS INSTITUCIONALIZADOS SEAN DE DERECHAS O
DE IZQUIERDAS.
Una vez consumada la ocupación, parece que todo el
personal respira con cierto alivio. La prepotencia occidental, de casi todos
los sectores sociales lleva a que no se plantee nada de la dictadura que el
imperialismo está ejerciendo en ese país. Ya se ve todo como normal; solo hace
falta orden, reconstrucción y que el petróleo siga llegando, que Hussein no
aparezca y no de más por saco y que todo se tranquilice. La izquierda
institusocial se queda prendada de la movilización que han desarrollado, se han
justificado y ya no se sigue con acciones antiimperialistas y anticapitalistas;
normal es que no lo son, son prooccidentales demócratas imperialistas, del
capitalismo de estado liberal,
benefactor, y unas cuantas cosas más. Lo de sangre por petróleo y no a la
guerra y no en nuestro nombre, es y era puro snobismo, quedaron bastante bien e
hicieron y hacen como el avestruz, esconden la cabeza, no sobre las alas, sino
debajo de las aguas. Mucho marquetin con la sangre iraquí, eso es lo que hay.
¿ NUEVA INTERNACIONAL COMUNISTA, O CREACIÓN DE UNA
ORGANIZACIÓN REVOLUCIONARIA, PROLETARIA Y COMUNISTA MUNDIAL ?. PAPEL DE LA MISMA. MÉTODOS DE
ORGANIZACIÓN.
Consideramos que creando una organización de lucha
internacional con carácter proletario y comunista revolucionado, se darían
condiciones de lucha contra el Capiimperialismo, con contenido realmente
revolucionario, efectivo y positivo. El imperialismo capitalista está organizado
a nivel mundial y dirige su poder de clase a nivel global. Por tanto el
proletariado revolucionario y los pueblos revolucionarios deben actuar de la
misma forma, a nivel global y mundial con una organización mundial con un
comando central. Esto a la vez que es una necesidad y no hay otra posibilidad
que tenga resultados,...el proletariado a nivel global, también ve así las
cosas. Se sabe que todo es planetario; las acciones estatales con objetivos
estatales, están llamados al fracaso, y no hoy, sino que se demuestra desde
hace ya casi un siglo, mejor dicho un siglo y medio, desde la Comuna de París, los
levantamientos alemanes, rusos,...En este sentido los antiglobalizadores hace
unos años que se dieron cuenta de la necesidad de la acción global; otra cuestión
es el carácter y contenido de su proyecto que no tienen nada que ver con el espíritu
que aquí se está planteando.
. NACIONALCOMUNISMO.
Al final el Sistema de este planteamiento, es Capitalismo
de Estado burocrático y contra los sectores proletarios y de trabajadores,...
Hay que combatirlo. Este asunto es como una idea nueva, en el aspecto de su análisis
y en el aspecto de que se haya descubierto este concepto. El Nacionalcomunismo.
En general, las fuerzas maoistas actuales son los
portadores de la política de este sistema. No sabemos valorar al cien por cien
el carácter de la política e ideología del actual maoismo, sobre todo el
organizado en el MRI y algún que otro partido maoista latinoamericano, como
puede ser el PCR argentino.
El trotskismo, en general, aunque no son maoistas,
tienen digamos el mismo sistema social, que como decimos no compartimos. Aunque
a ellos les llega esta posición política por otra vía, en esencia es lo mismo.
SE CONSIDERAN QUE SON IMPRESCINDIBLES PARA EL CAMBIO Y TRANSFORMACIÓN SOCIAL,
pero someten de muchas maneras, unas más sutiles que otras, a la población,
donde a la misma la utilizan como grupo de presión y agentes a desarrollar por
cojones sus proyectos, ilusiones y objetivos, aunque dicen que lo hacen en nombre
del socialismo, el proletariado,...
Anotamos estas ideas y valoraciones, sabiendo que
deberíamos argumentarlas totalmente; pero en otros documentos tenemos algo, y
en este específicamente, no tratamos de explayarnos, es sólo enumerar la cuestión
dentro del contexto que enunciamos, sobre la Sociedad Capiimperialista
y los sectores sociales que están en la cuestión.
De la especie de internacional de grupos comunistas,
como PCPE, PCE, IU,... que elaboraron un manifiesto repecto a la guerra contra
Irak, decimos algo similar a lo anterior. Parece que pretendemos ir decantando
a los buenos y a los malos; no es esa la cuestión, es sólo como dato, como referencias.
Como la cuestión de este documento es cómo organizamos una organización
revolucionaria internacional proletaria y popular, pues nos vemos en la
necesidad de ir hablando sobre lo que está organizado de forma más o menos
seria a niveles mundiales.
. LA UCE ,
Y LA CONSIGNA DE
LA TEORÍA DE
LOS TRES MUNDOS COMO LÍNEA PRINCIPAL PARA HOY EN DÍA.
LOS DIVERSOS BLOQUES IMPERIALISTAS, SUS RELACIONES, DESACUERDOS
Y SUS ANDADURAS.
. EL BLOQUE USA. EL BLOQUE GERMANOFRANCÉS.
. Nosotros decimos que el sistema imperialista tiene
casi todo el poder organizado y la economía mundial. El Capital financiero que
se mueve de un lado hacia otro, sin trabas y casi a su libre albedrío en el
Planeta, es una fase superior del imperialismo; uno de los factores o roles del
imperialismo es la movilidad del capital financiero a escala mundial; por tanto
la globalización económica, es la globalización imperialista; nosotros llamamos
a esto, y precisamos más, decimos que estamos en la sociedad imperialista
global, mundial; no solamente estamos en la sociedad capitalista con potencias
imperialistas, en el capitalismo, sino que estamos en una fase imperialista
mundial. En este sentido las clases fundamentales son la clase imperialista
mundial y la clase proletaria-campesina mundial; éstas están principalmente en
las periferias. Las poblaciones proletarias-campesinas en Occidente o en las
Metrópolis, es bastante menor, de proporción de 10 a 1 aproximadamente. Por
anotar algo importante, este Proletariado Occidental está digamos que
aristocratizado; los sectores campesinos están en convulsión con la fracción
imperialista pero no está en actitud antagonista; es una clase capitalista,
pero que se están convirtiendo en parias pequeñoburgueses, o sea, muchos se están
proletarizando, y quedando en pésima situación socioeconómica. Esta realidad última
se está dando en gran parte del Planeta. LA PROLETARIZACIÓN GLOBAL
ES UN HECHO, pero el imperialismo intenta tener a sectores laborales, sobre
todo en las Metrópolis, en ciertas condiciones económicas y sociales mínimas,
como forma y manera de que sean soporte social a su dominio global
imperialista.
G.C. PROLETARIO INT.
MÁLAGA
Por la revolución y
el futuro de la Humanidad
16 de Mayo de 2.003.
A continuación se expone documento del Nuevo Partido Comunista de Italia, sobre la unidad comunista internacional:
A continuación se expone documento del Nuevo Partido Comunista de Italia, sobre la unidad comunista internacional:
" ¡Que los
comunistas de los países imperialistas unan sus fuerzas en pro del renacimiento
del movimiento comunista!
lunedì 3 luglio 2006.
·
El Nuevo Partido
Comunista, Italia.
¡Que los
comunistas de los países imperialistas
unan sus fuerzas
en pro del renacimiento
del movimiento
comunista!
¡Proletarios de
todo el mundo, uníos! Este llamamiento fue hecho hace poco más de 150 años en
el Manifiesto del partido
comunista por Marx y Engels,
fundadores del movimiento comunista como movimiento consciente y organizado. A
pesar de todos los cambios habidos desde entonces hasta hoy, el llamamiento
sigue estando plenamente vigente como condición de la victoria de la clase
obrera y de las masas populares sobre la burguesía imperialista. Lenin,
dirigente de la primera revolución proletaria victoriosa, señaló en su obra ¿Qué hacer?, hace exactamente
100 años, las características generales de los partidos comunistas que la clase
obrera necesitaba para dar comienzo a la época socialista. Basándonos en estos
precedentes, la Comisión Preparatoria (CP) del congreso fundacional del (nuevo)
Partido Comunista italiano se dirige a los partidos y organizaciones
comunistas, a los comunistas todavía no organizados y a las organizaciones que
luchan por implantar el socialismo (es decir, a todas las Fuerzas Subjetivas de
la Revolución Socialista - FSRS) de los países imperialistas para movilizarnos
todos juntos a fin de que la clase obrera y las masas populares de cada uno de
los países imperialistas se doten lo más pronto posible de un partido comunista
que tenga en cuenta plenamente la experiencia de la primera oleada de la
revolución proletaria y esté a la altura de la tarea que el desarrollo de la
segunda crisis general del capitalismo y la consiguiente situación
revolucionaria en desarrollo plantean a los comunistas. Con este fin expone y
explica sumariamente sus propias concepciones y propósitos con respecto a
esta tarea internacionalista. El objetivo para el que la CP se ha constituido y
que se empeña en lograr es la convocatoria del congreso fundacional del (nuevo)
Partido Comunista italiano. Precisamente la labor que se está realizando con
vistas a este objetivo muestra a cada paso, cada vez más claramente, que
el renacimiento del movimiento comunista en nuestro país está unido por miles
de hilos al renacimiento del movimiento comunista mundial: en particular a su
renacimiento en otros países imperialistas y de modo especial al renacimiento
del movimiento comunista en los países imperialistas europeos a los que nuestro
país está tan estrechamente ligado. Pensar que el renacimiento del movimiento
comunista puede realizarse ilimitada y aisladamente en un solo país aunque no
se desarrolle, al menos en cierta medida, en otros países, es, en nuestra
opinión, una concepción errónea, nacionalista. No nos dirigimos a los
comunistas de otros países por presunción o falta de respeto y consideración
hacia su experiencia y hacia la labor que están realizando, sino para darles a
conocer nuestras concepciones y nuestros propósitos y establecer con ellos vínculos
basados en la crítica y la autocrítica que nos ayuden a realizar mejor y más
rápidamente nuestros objetivos. El avance de cada uno de nosotros está
condicionado por el avance de los demás. Esto configura y delimita un campo de
trabajo común, que confirma el carácter internacional del objetivo que
perseguimos: la victoria de la revolución proletaria, la instauración del
socialismo y la marcha hacia el comunismo.
La crisis del capitalismo y la
resistencia de las masas populares
Día tras día se
agudizan cada vez más las contradicciones entre la burguesía imperialista y las
masas populares de los países oprimidos y de los mismos países imperialistas.
Al mismo tiempo se agravan las contradicciones entre los grupos imperialistas y
sus Estados. La contradicción entre el carácter colectivo alcanzado por las
fuerzas productivas materiales y espirituales de los hombres, por una parte, y
la supervivencia de las relaciones de producción capitalistas, por otra, se
hace cada vez más antagónica y se manifiesta en campos cada vez más numerosos y
de forma cada vez más fuerte (la devastación del medio ambiente y el
cuestionamiento de la integridad de la misma especie humana son algunos
ejemplos). La supervivencia de las relaciones de producción capitalistas,
además de hundir a las masas populares de los países oprimidos y de los ex
países socialistas en un abismo sin fondo, provoca cada vez más víctimas entre
las masas populares de los propios países imperialistas. A principios de los
años 70 del siglo pasado, acabado el período de reanudación de la acumulación
de capital y desarrollo de la actividad económica que sucedió a la Segunda
Guerra Mundial, dio inició la segunda crisis general del capitalismo. La crisis
provocada en el movimiento comunista por el predominio del revisionismo moderno
ha llegado hasta el derrumbamiento del campo socialista, a la liquidación de
gran parte de los partidos creados en el marco de la primera Internacional
Comunista y a la desaparición de gran parte de las instituciones (Estados,
partidos, organizaciones de masas) creadas por la primera oleada de la
revolución proletaria mundial. La crisis del viejo movimiento comunista ha
permitido al capitalismo mostrar abiertamente de nuevo con toda libertad, a
todos los niveles y en todos los rincones del mundo, su verdadera naturaleza.
Se ha vuelto a poner en un primer plano el carácter reaccionario, antipopular y
destructivo del capitalismo en su fase imperialista. El resultado es que desde
principios de los años 90 la crisis general del capitalismo se desarrolla más
rápidamente a gran escala y a nivel mundial, confirmando que el
capitalismo ha sido superado históricamente.
La crisis
impulsa a la burguesía imperialista a intensificar la guerra de exterminio que
lleva a cabo de hecho contra las masas populares de los países imperialistas y
de los países oprimidos para crear condiciones de explotación adecuadas a la
valorización de la masa de capital acumulada. Al mismo tiempo los grupos y
Estados imperialistas se ven empujados por las necesidades de valorización del
capital a una nueva guerra interimperialista. En particular, los grupos
imperialistas europeos sólo pueden defender sus intereses económicos y
políticos contra la rapiña y arrogancia de los grupos imperialistas yanquis
constituyéndose como potencia política y militar enfrentada a los EE.UU. Para
cada uno de los grupos imperialistas ajustar las cuentas entre ellos se
convierte en una cuestión de vida o muerte cada vez más apremiante: en el
capitalismo no existe otra forma de imponerse. Sólo encaminándose por esta vía,
la UE puede sobrevivir y desarrollarse. Éste es el camino que la burguesía
imperialista sigue ineluctable y espontáneamente. Y para seguirlo debe inducir
por las buenas o por las malas a las masas populares y también a la clase obrera
a marchar con ella.
El desarrollo de
la revolución socialista en los países imperialistas consiste en transformar la
guerra de exterminio que sufren hoy las masas populares, en una guerra en la
que combatan de forma organizada, tomando la iniciativa en sus manos y
adoptando una estrategia y tácticas adecuadas para llevarla a la victoria. Sólo
el desarrollo de la revolución socialista en los países imperialistas puede
impedir una nueva guerra interimperialista, previniéndola, o bien transformarla
en guerra revolucionaria. El renacimiento del movimiento comunista es por tanto
una necesidad.
La resistencia
que las masas populares oponen desde hace años a la progresiva agravación de la
crisis general del capitalismo se desarrolla no sólo en los países oprimidos y
en los países ex socialistas, sino también en los países imperialistas. Pero
hasta ahora esta resistencia, sobre todo en los países imperialistas, no actúa
más que marginalmente como escuela de comunismo ya que no está orientada ni
dirigida por la clase obrera mediante sus partidos comunistas. Por el contrario
se desarrolla de una forma espontánea y en orden disperso.
Por una parte,
obreros y otros elementos de las masas populares "combaten aisladamente a
la burguesía". Su resistencia desemboca y se malgasta en actos de rebeldía
individual, en embrutecimiento individual, en intentos de salvarse y abrirse
camino individualmente, en comportamientos generalmente antisociales de
individuos y pequeños grupos, en agresiones y actos vandálicos sin distinción de
clase, en delincuencia que imita el comportamiento individualista de los
capitalistas, en actividades subversivas de individuos y pequeños grupos
desligados entre sí.
Por otra parte,
trabajadores "de una misma categoría en un determinado lugar luchan contra
el burgués que los explota directamente", su resistencia queda relegada a
las luchas sindicales y reivindicativas, plagada de ilusiones reformistas y de
desviaciones espontaneístas y aventureristas; en muchos casos la resistencia se
desarrolla bajo la dirección de organizaciones dependientes de la burguesía
imperialista, de los sindicatos oficialistas y de las organizaciones residuales
de masas del viejo movimiento socialista y comunista dependientes de la
burguesía o manejadas por ella.
En otros casos
los trabajadores, en vez de luchar contra las relaciones burguesas de
producción y la clase que impone su conservación a la fuerza, luchan contra
otros trabajadores. De hecho sucede que la burguesía imperialista transforma la
contradicción entre ella y las masas populares en mil contradicciones entre
unos y otros sectores de las masas populares, al tiempo que la resistencia de
las masas populares contra la agravación de la crisis capitalista se desarrolla
abiertamente bajo la dirección de fuerzas reaccionarias, fascistas y racistas.
Todas estas
manifestaciones de la resistencia no son cosas nuevas: los fundadores del
movimiento comunista ya las han descrito en el Manifiesto del partido comunista de 1848 (cap. 1), porque son típicas
de los períodos en los que el movimiento comunista, como movimiento consciente
y organizado, es débil. Con la diferencia de que hoy se presentan a un nivel
más alto y bajo un nuevo aspecto que hace que muchos de nosotros no las
reconozcamos. Movilización revolucionaria y movilización reaccionaria se
confunden y en la confusión se impone la burguesía imperialista que tiene el poder, la
experiencia, la organización y experimentadas instituciones y prácticas de
contrarrevolución preventiva.
Es justo y
necesario que los comunistas, en particular los comunistas de los países
imperialistas, nos preguntemos porqué en los países imperialistas el
renacimiento del movimiento comunista, que se considera libre del tumor del
revisionismo moderno, avanza tan lentamente; porqué el movimiento comunista
tiene todavía una influencia tan limitada sobre la clase obrera y las masas
populares, aunque la resistencia de las masas populares a la progresiva
agravación de la crisis general del capitalismo se desarrolle a gran escala. En
muchos países imperialistas ni siquiera existen todavía partidos comunistas.
Incluso en aquéllos en los que desde hace años existen partidos que se
proclaman marxista-leninistas y hasta marxistas-leninistas-maoístas, los
progresos realizados en la acumulación de las fuerzas revolucionarias son
escasos o casi nulos. Hasta el punto de que algunos compañeros, sobre todo de
partidos de países oprimidos pero también de partidos de países imperialistas,
llegan a sustentar que es hoy imposible acumular fuerzas revolucionarias en los
países imperialistas, que la revolución proletaria debe desarrollarse antes a
gran escala en los países oprimidos, que los comunistas de los países
imperialistas no pueden hacer otra cosa que resistir como pequeños grupos a la
espera de que el desarrollo de la revolución en los países oprimidos y la
agravación de las contradicciones entre los grupos y Estados
imperialistas y entre éstos y las masas populares, cree antes o después
condiciones más favorables. Pero se trata de concepciones erróneas: de una concepción
que traspasa la responsabilidad al movimiento provocado en las masas populares
por los acontecimientos y de una sobreestimación del papel de sus movimientos
espontáneos (en definitiva, se trata de un error de espontaneísmo); de una
justificación del atraso del movimiento comunista de los países imperialistas
cuyas verdaderas causas no se reconocen y de la resignación ante ese atraso. La
experiencia no sólo nos enseña que el socialismo solamente puede consolidarse a
nivel mundial si triunfa la revolución socialista también en los países
imperialistas más importantes, aunque en el contexto de una situación
revolucionaria mundial la revolución socialista pueda empezar por cualquier
país. También nos enseña que sin un fuerte movimiento comunista en los países imperialistas,
y, por lo tanto, sin la existencia en ellos de fuertes partidos comunistas, el
movimiento comunista no avanza a nivel mundial más allá de ciertos límites. Ni
siquiera la Revolución Cultural Proletaria lanzada, en 1966, por el Partido
Comunista chino bajo la dirección de Mao Tse-tung consiguió invertir el declive
del movimiento comunista. Tampoco lo lograron las notables victorias alcanzadas
todavía por la revolución proletaria en los años 70 en algunos países oprimidos
(Vietnam, Laos, Camboya, Yemen del Sur, Nicaragua, Angola, Mozambique,
Etiopía). En los países oprimidos en los que la resistencia de las masas
populares al imperialismo es más amplia y fuerte, la lucha es dirigida cada vez
más por fuerzas reaccionarias, replanteándose de nuevo como en el pasado,
cuando la influencia del movimiento comunista mundial como movimiento
consciente y organizado era más débil, el singular contraste entre el
heroísmo con el que las masas populares combaten y el carácter reaccionario de
las fuerzas políticas que las dirigen. La debilidad del movimiento comunista en
los países imperialistas frena y también limita el desarrollo del movimiento
comunista en los países oprimidos por el imperialismo. Ella se debe a causas
internas al movimiento comunista de los mismos países imperialistas y no será
superada automáticamente ni por la agudización de las contradicciones y ni
siquiera por un eventual mayor desarrollo del movimiento comunista en los
países oprimidos. Este ciertamente está haciendo una contribución importante al
renacimiento del movimiento comunista en los países imperialistas, basta
considerar el papel desarrollado por el Partido Comunista del Perú en un pasado
reciente, pero no es la fuerza decisiva. Corresponde a los comunistas de los
países imperialistas eliminar las causas que nos impiden estar en ellos a la
cabeza de la resistencia de las masas populares al desarrollo de la crisis del
capitalismo.
¿De dónde
proceden las dificultades que los comunistas de los países imperialistas
encontramos en la acumulación de las fuerzas revolucionarias?
Errores de dialéctica
Algunos
responden que estas dificultades provienen de la fuerza económica, política y
cultural de la burguesía imperialista y de la ferocidad y falta de escrúpulos
de los sistemas de contrarrevolución preventiva que ha elaborado y
perfeccionado antes, durante y después de la primera oleada de la revolución
proletaria (1900-1950). Pero es evidente que estos factores existen y seguirán
existiendo en tanto no se impongan las fuerzas revolucionarias. Por
consiguiente, dichos factores no son el obstáculo que impide el desarrollo de
las fuerzas revolucionarias, sino el blanco que las fuerzas revolucionarias
tienen que abatir. ¿Cuándo y dónde los comunistas han logrado acumular fuerzas
revolucionarias porque la clase dominante les haya cedido fácilmente el
terreno? ¿Cuál sería la tarea de los comunistas si la clase dominante no
opusiera la más encarnizada, descarada y feroz resistencia al avance del
socialismo? El fundador del movimiento comunista nos ha enseñado por el
contrario que la revolución se abre paso engendrando una contrarrevolución
cerrada y potente que sólo en lucha contra la cual el partido de la subversión
alcanza la madurez de un verdadero partido revolucionario (K. Marx, Las luchas de clase en Francia
desde 1848 a
1850). Algunas décadas después Stalin indicará que la experiencia confirma
la enseñanza de Marx: la lucha de clase se hace cada vez más aguda a medida que
la revolución proletaria avanza. La fuerza, el cinismo y la ferocidad de la
contrarrevolución son una muestra de que la burguesía imperialista tiene cada
vez más dificultad para mantener su poder, siendo por tanto una señal que
confirma las grandes potencialidades de desarrollo y éxito del movimiento
comunista.
Otros responden
que las dificultades que el movimiento comunista encuentra actualmente en los
países imperialistas provienen de la difusión del oportunismo. El
oportunismo es resignación ante el dominio de la burguesía, conciliación con la
burguesía y sometimiento a ella para que satisfaga las necesidades inmediatas
individuales o de pequeños grupos o de algunas categorías, llegar a arreglos
con la burguesía para preservar su poder, nutrir ilusiones en la burguesía,
vacilar y titubear en la lucha contra ella. Pero nosotros sólo podremos
eliminar el oportunismo en el curso del desarrollo de la revolución, no como
premisa de la revolución. En efecto el oportunismo se
alimenta principalmente de dos fuentes. Una fuente es la influencia (la
influencia ideológica, los chantajes y la corrupción) que la burguesía
imperialista ejerce en las filas revolucionarias: una influencia que podemos
contener pero no eliminar completamente hasta que no hayamos eliminado a la
misma burguesía. La otra es la influencia que la burguesía tiene
estructuralmente, como antigua clase dominante, sobre las masas populares que
todavía no se han movilizado o sólo se han movilizado en pequeña medida para la
lucha revolucionaria: influencia que eliminamos a medida que el movimiento
comunista implica en la lucha a las masas populares. Es por tanto evidente que
la difusión del oportunismo no es la fuente de nuestras dificultades, sino la
manifestación de nuestras dificultades, un aspecto de ellas.
El obstáculo
principal del renacimiento del movimiento comunista en los países imperialistas
es interno al mismo, estando, por tanto, su eliminación completamente en manos
de los comunistas de los países imperialistas. El obstáculo principal es el
dogmatismo de los que se declaran comunistas y que sinceramente tratan de
actuar como tales, es la concepción poco dialéctica que les guía y el método
poco dialéctico con el que conocen el mundo y tratan de transformarlo. El
dogmatismo obstaculiza no sólo la construcción de los partidos comunistas sino
también su reforzamiento. Los comunistas no nos atenemos suficientemente a las
leyes propias del movimiento práctico que transforma el estado presente de las
cosas, es decir, a las leyes del comunismo, como ya lo definían Marx y Engels
en La ideología alemana (1846). Por eso no logramos dirigirlo.
Algunos niegan hasta que exista un movimiento práctico que transforma el estado
presente de las cosas y lo reducen a lo que ellos determinan, es decir, reducen
el movimiento práctico al movimiento consciente y organizado. Es una posición
idealista según la cual el movimiento consciente y organizado crea el
movimiento práctico. Desarrollada con coherencia lleva a la conclusión ya no
hay un movimiento práctico que debamos conocer para ser comunistas y esto
corrobora la indiferencia hacia la investigación y la elaboración de la
experiencia, cosa que efectivamente afecta a muchos comunistas. En realidad
existe un movimiento práctico que transforma el estado presente de las cosas:
nuestra tarea como comunistas es comprender sus leyes para dirigirlo. ¿Acaso es
espontaneísmo atenerse a las leyes propias del movimiento práctico que
transforma el mundo? ¡No! Espontaneísmo es ir a remolque de las masas populares
todavía influenciadas por la burguesía, es decir, sufrir indirectamente la
influencia de la burguesía. El movimiento práctico transforma la sociedad
actual, la empuja hacia el comunismo. Los comunistas tenemos que comprender las
leyes de esta transformación, ser conscientes de la necesidad insita en las
cosas y convertirnos en promotores activos y conscientes de la transformación.
La transformación de la sociedad capitalista en sociedad comunista supone por
su naturaleza el tránsito de un movimiento que los hombres realizan
necesariamente, sin ser conscientes de ello, a un movimiento consciente y
planificado. Ya Marx y Engels nos enseñan en el Manifiesto del partido comunista de 1848 que el papel de los comunistas
con respecto al resto de la masa trabajadora consiste en tener una visión
clara de las condiciones, de la marcha y de los resultados generales del
movimiento proletario y en ser la parte más resuelta del proletariado, la que
empuja siempre hacia adelante (cap. 2). La transformación de la sociedad
capitalista en sociedad comunista es un movimiento objetivo y necesario que
sólo puede alcanzarse transformándose en movimiento subjetivo y consciente. Sin
conciencia y dirección el movimiento de transformación se dispersa en mil
direcciones, se estanca e incluso algunas veces y por cierto tiempo se
transforma en su contrario. Sin teoría revolucionaria el movimiento
revolucionario no puede desarrollarse más allá de un nivel elemental y
espontáneo, estando expuesto de mil formas a las maniobras de la experimentada
clase dominante que lo influencia, lo infiltra, lo desvía, lo aparta de su camino,
lo envuelve en contradicciones inextricables, lo extenúa, lo fragmenta, lo
dispersa y contrapone una parte del movimiento práctico a otra. La burguesía
imperialista en particular transforma sistemáticamente, incluso de forma
espontánea además de conscientemente, las contradicciones entre ella misma y
las masas populares en contradicciones entre una parte y otra de las masas
populares. De este modo prolonga su existencia, condena a la miseria a las
masas populares y las embrutece moral e intelectualmente. Así la movilización
de las masas populares contra el desarrollo de la crisis general del
capitalismo no se convierte en movilización revolucionaria, sino en
movilización reaccionaria, dirigida por grupos de la burguesía imperialista.
El obstáculo
principal para el renacimiento del movimiento comunista estriba en el hecho que
los comunistas sinceramente entregados a la causa de la revolución tienen una
concepción del mundo y un método de trabajo que no tienen en cuenta
suficientemente ni las transformaciones que se han producido en la sociedad
burguesa ni la experiencia de la primera oleada de la revolución proletaria.
Cuando la mayor parte de los partidos y grupos comunistas de los países
imperialistas analizan en sus programas el movimiento económico, político y
cultural de la sociedad actual, es como si la primera oleada de la revolución
proletaria, que ha puesto patas arriba al mundo entero, hubiese pasado sin
dejar rastro, sólo por el hecho de que se han venido abajo los Estados,
partidos y organizaciones de masas que ella creó. ¡También en estos programas
el comunismo está verdaderamente muerto y ha desaparecido de la historia, nunca
ha existido! En esto se manifiesta todavía la influencia ideológica de la
burguesía, de sus ilusiones y conjuros. La realidad es bien distinta.
Romper con el
dogmatismo que esteriliza nuestros esfuerzos, elaborar una teoría
revolucionaria que refleje la realidad de la transformación hacia el comunismo
que tenemos que dirigir y aportar en base a ella soluciones revolucionarias a
las tareas de la revolución proletaria: todo esto se resume en la tesis de que
los nuevos partidos comunistas tienen que estar basados en el
marxismo-leninismo-maoísmo. Esta tesis nuestra la ilustramos más detalladamente
en los siete puntos siguientes.
1. Las formaciones
económico-sociales imperialistas
* En cuanto al
movimiento económico y político de las sociedades imperialistas, la concepción
que hoy tienen del mismo gran parte de los comunistas es una combinación 1. de
fórmulas del marxismo-leninismo repetidas sin el enriquecimiento y sin la
especificación que los desarrollos de la realidad requieren, transformadas, por
tanto, en fórmulas vacías y 2. de análisis hechos por los revisionistas
soviéticos que, enfeudados a la burguesía imperialista en el campo de la
política, de la gestión de la sociedad y la cultura, han dejado sobrevivir por
largo tiempo un sector momificado de la ideología que ha repetido y adaptado de
modo oportunista el marxismo-leninismo y que le ha servido tan bien de cobertura:
los más veteranos se acordarán bien de Suslov y de sus vacuos discursos. Para
convencerse que esta afirmación es cierta basta estudiar los programas actuales
de los partidos comunistas de los países imperialistas o bien estudiar la
concepción del mundo que se desprende de sus análisis políticos.
* Las sociedades
imperialistas presentan importantes características como consecuencia 1. de la
acentuación del carácter colectivo de las fuerzas productivas, 2. de la
creación por parte de la misma burguesía imperialista de una serie de Formas
Antitéticas de la Unidad Social (FAUS), 3. de la primera oleada de la
revolución proletaria (en la que se han combinado revoluciones socialistas y
revoluciones de nueva democracia), es decir, de la constitución de los primeros
países socialistas y de la formación en todo el mundo de un fuerte movimiento
comunista, entendido como movimiento consciente y organizado.
En la sociedad
burguesa se han creado una serie de FAUS: ordenamientos, procedimientos e
instituciones con las que la burguesía trata de hacer frente al carácter
colectivo asumido por las fuerzas productivas, manteniéndose sin embargo en el
marco de relaciones de producción y sociales capitalistas que lo niegan. A las
FAUS pertenece la moneda fiduciaria en la que se materializa gran parte del
"poder social" de cada individuo y de la que el movimiento económico
se sirve desde hace más de 50 años a nivel mundial. A las FAUS pertenecen
también las políticas económicas públicas, la contratación colectiva del
salario y de las condiciones de trabajo a nivel de categoría, de cada país y
mundial, los sistemas de seguridad social y los servicios públicos, las
políticas demográficas y de formación de la fuerza-trabajo, las redes de
comunicación unificadas a nivel mundial, la política de viviendas protegidas,
las políticas ambientales y de creación de infraestructuras. A esto
se añaden también los demás ordenamientos que se engloban bajo la
expresión de "Estado social", que están encaminados, por utilizar una
expresión de la publicística burguesa, a promover o mantener la "cohesión
social" y a evitar la parálisis y el caos a las que rápidamente
conducirían "el libre mercado y la desmedida búsqueda de ganancia",
es decir, el modo de producción capitalista. En suma, todos los ordenamientos,
procedimientos e instituciones con los que la burguesía trata incluso de
dirigir el movimiento económico de la sociedad y toda la vida social
manteniendo las relaciones de producción capitalistas. Ciertamente la burguesía
no consigue con las FAUS dirigir el movimiento económico ni dirigirlo según un
plan y hacia objetivos preestablecidos. Las relaciones entre los grupos
capitalistas y las relaciones entre la burguesía y la clase obrera y el resto
de las masas populares siguen siendo fundamentalmente antagónicas y excluyen
que el movimiento económico de la sociedad sea gobernable. Dado que la
burguesía imperialista no dirige el movimiento económico, tampoco puede dirigir
el movimiento político y cultural de la sociedad, "las cosas se le escapan
de las manos". Pero las formas en que se desarrolla el movimiento
económico, político y cultural tampoco se pueden comprender sin tener en cuenta
dichas transformaciones.
La esencia del
modo de producción capitalista, puesta a la luz por Marx y que se mantiene a lo
largo de toda la época capitalista, nunca ha existido en estado puro, sino
solamente en formaciones económico-sociales concretas que han cambiado
intensamente en el curso de la época capitalista, justamente porque la sociedad
capitalista tiene que desembocar en la sociedad comunista. Esta no surge de
golpe y de improviso, sino que se forma por descomposición de la sociedad
capitalista y se mantiene constreñida en su envoltura hasta que la rompe. La
esencia del capitalismo se expresa de forma distinta según el grado de
capitalización de la sociedad, según el nivel al que han llegado
la absorción formal y la absorción real de las actividades humanas por el
capitalismo, según la supervivencia en cada país concreto de formas e
instituciones de la sociedad precapitalista precedente con las que el modo de
producción capitalista se ha combinado, transformándolas, según las formas e
instituciones en las que se ha expresado el movimiento comunista en cada país
concreto, según las FAUS que concretamente la clase dirigente ha creado. Las
formaciones económico-sociales de la época imperialista, y en particular las de
la época imperialista posterior a la primera oleada de la revolución
proletaria, tienen características específicas que tenemos que tener en cuenta para
dirigir su transformación.
En los últimos
decenios el capitalismo ha ampliado el radio de acción de su dominio, ha
asumido actividades que no había absorbido en el siglo XIX: actividades
que cada individuo o grupo familiar ha desarrollado como actividades
"naturales", espontáneas, que todo el mundo hacía por sí mismo,
transformándolas en actividades mercantiles: la preparación de la comida, la
confección y manutención de la vestimenta, el cuidado del propio cuerpo y de la
mente, las relaciones sexuales, la procreación, la educación y la custodia de
los niños, la instrucción, la cura de enfermedades, la asistencia a los
ancianos, la sepultura de los muertos, las actividades recreativas, etc.
En segundo
lugar, el capitalismo ha absorbido éstas y otras actividades,
reestructurándolas en función de su propia naturaleza y ha dividido viejas
actividades en distintas actividades de producción de mercancías, erigiendo
cada una de ellas en nuevos sectores productivos. Ha separado claramente de la
ejecución el conocimiento, la proyección, la previsión, la organización y la
dirección, haciendo de hecho de cada una de estas actividades un sector
distinto de la producción de mercancías, transformándolas y enriqueciéndolas
claramente.
En tercer lugar,
el desarrollo del urbanismo, de las relaciones sociales y de la civilización ha
comportado nuevas actividades. El mismo funcionamiento del capitalismo con sus
actividades financieras, comerciales, de seguros y publicitarias ha engendrado
actividades de producción de mercancías y sectores productivos separados de los
otros.
Estas tres
transformaciones han hecho surgir una numerosa clase obrera, pero con
características a las que no están acostumbrados los dogmáticos, cuyos análisis
de clase han pasado al baúl de los recuerdos. Marx nos ha mostrado claramente
desde las primeras páginas de El
Capital que una mercancía
puede ser un bien cedido o un servicio prestado, que la naturaleza de su valor
de uso es secundaria, aunque en su exposición Marx se haya referido como
ejemplos sobre todo a mercancías-bienes, de acuerdo con las características de
la sociedad de su tiempo, de hace 150 años. Pero los dogmáticos se mantienen
aferrados a los ejemplos históricos ya superados y cierran los ojos ante el
hecho, sin embargo evidente, de que hoy la mayoría de las mercancías producidas
por los capitalistas, cuya producción es vehículo y soporte del proceso de
valorización del capital (sobre todo en las sociedades imperialistas) están
constituidas por servicios y así será cada vez más. De esa forma ignoran a gran
parte de la clase obrera real de nuestros respectivos países. Exactamente lo
que han enseñado los revisionistas soviéticos que todavía a finales de los
años 80 contabilizaban como producción solamente la "producción de bienes
materiales".
* Sólo
estudiando y comprendiendo suficientemente los mecanismos de las formaciones
económico-sociales imperialistas tal y como son hoy, lograremos abrirnos camino
hacia la revolución socialista. Se ha realizado una combinación entre
movimiento económico y movimiento político de la sociedad que es, por una
parte, como dijo Lenin, la antecámara del socialismo y, por otra, imprime tanto
al movimiento económico como al movimiento político, y en general al movimiento
de la sociedad en cada campo específico, características que los comunistas
debemos tener en cuenta so pena de fracasar en nuestro empeño de acumular
fuerzas revolucionarias, movilizar a la clase obrera para tomar la dirección de
la sociedad eliminando la dirección de la burguesía imperialista y conducir a
la sociedad lo más consciente y directamente posible hacia el comunismo. Si
consideramos los escritos programáticos de la mayor parte de los partidos y
grupos comunistas de los países imperialistas, vemos que los comunistas oscilan
entre 1. la caricatura del marxismo que pretende hacer depender directamente
del interés económico inmediato e individual de sus promotores cualquier
iniciativa política y cultural y 2. el abandono de hecho del marxismo que se
manifiesta en una descripción estereotipada y, por lo tanto, irreal del
movimiento económico y en una descripción del movimiento político y cultural en
la que pesa la influencia de las categorías de moda de la cultura burguesa.
2. Las crisis generales del
capitalismo
* Las crisis que
han perturbado y perturban la sociedad capitalista en la fase imperialista son
de diferente naturaleza de las crisis descritas por Marx con respecto a Europa
durante la primera mitad del siglo XIX. En la fase imperialista las crisis
cíclicas descritas por Marx, que caracterizaron la fase preimperialista, se
atenúan y acortan debido a las medidas anticíclicas entre las que se incluyen
las FAUS, se reducen a ciclos de expansión-recesión relativamente breves y a
oscilaciones pequeñas con relación a las graves perturbaciones efectivas de las
sociedades actuales. Las viejas crisis cíclicas mantienen las
características descritas por Marx solamente en los manuales de economía
política cocinados por los
revisionistas soviéticos hasta finales de los años 80 y por sus seguidores
dogmáticos. Los revisionistas soviéticos han seguido basando la descripción del
movimiento económico de las sociedades imperialistas en las crisis cíclicas.
Los partidos comunistas dependientes todavía ideológicamente de los
revisionistas soviéticos oscilan entre dos tesis. Por una parte, está la tesis
de que la sociedad burguesa ha logrado librarse de las crisis: hoy esta tesis
derechista es sustentada abiertamente por muy pocos, pero en un pasado reciente
alimentó muchas concepciones subjetivistas del movimiento revolucionario y es
hoy el fundamento lógico, aunque no declarado, de las concepciones que excluyen
que sea posible acumular fuerzas revolucionarias en los países imperialistas,
así como de las que sustentan sus esperanzas en el desarrollo del movimiento
revolucionario en los países oprimidos y, en general, en la "agravación de
las contradicciones" provocada por la "crisis histórica del
capitalismo". Esta tesis se convierte en una espera mesiánica,
en un "deus ex machina" para la solución de las contradicciones
lógicas a las que los dogmáticos se aferran. Por otra parte, se exageran los
efectos económicos y políticos de los ciclos de expansión-recesión que se
suceden uno tras otro a breve distancia (tesis de izquierda). A semejanza de
sus maestros, los revisionistas soviéticos, los dogmáticos tranquilizan su
conciencia hablando de una "crisis histórica del capitalismo" que se
mantendría omnipresente, inmutable, igual a sí misma, a lo largo de toda la
fase imperialista, que explica todo y es inmune a todas las contratendencias.
Dicha crisis englobaría en sí misma todas las manifestaciones de las sociedades
capitalistas. De esa forma no distinguen y aún menos explican el origen, el
proceso y el fin de los períodos reales de crisis por los que la sociedad ha
atravesado desde el comienzo de la fase imperialista, los períodos de
recuperación y desarrollo que los han interrumpido y su sucesión. Ni siquiera
se preocupan de explicar porqué esta crisis perenne que se habría iniciado hace
más de cien años no ha llegado todavía a la culminación de su obra: en
definitiva, no explican porqué nos encontramos todavía en la fase imperialista.
* En realidad en
la época imperialista la sociedad es perturbada por crisis generales que son
crisis de larga duración que se inician como crisis económicas causadas por la
superproducción absoluta de capital explicada teóricamente por Marx en el
capítulo 15 del tercer libro de El
Capital. Superproducción de capital quiere decir que el capital acumulado
no puede ser empleado totalmente en extraer plusvalía ampliando el proceso de
producción capitalista propiamente dicho hasta emplear en él a todo el
proletariado disponible, porque si la burguesía actuase así se produciría una
masa de plusvalía decreciente. En las condiciones creadas por la primera oleada
de la revolución proletaria y de las FAUS ya desarrolladas, si los
capitalistas, por ejemplo, hubieran seguido ampliando a partir de los años
70 el proceso de producción específicamente capitalista en la medida permitida
por el capital acumulado, habrían extraído una plusvalía igual o menor que la
que extraen empleando en el proceso productivo solamente una parte del capital
acumulado y del proletariado disponible.
Ahí se encuentra
la causa del renovado empeño con el que los grupos imperialistas se han lanzado
como lobos famélicos a apoderarse a fondo del mundo entero, de la fiebre de
innovaciones productivas, tecnológicas y financieras y de la creación de nuevos
sectores productivos y áreas de inversión, de las grandes burbujas financieras
y del rastrillaje y destrucción consiguientes de capitales y ahorros, de las
migraciones a gran escala y de muchos otros fenómenos de los últimos 30 años,
de las convulsiones políticas y culturales en curso desde hace algunas décadas
ante las que el imperialismo sigue sobreviviendo. Esto es lo que empuja a los
grupos y Estados imperialistas a la guerra entre ellos y a la guerra de
exterminio que de hecho la burguesía imperialista lleva a cabo contra las masas
populares en innumerables frentes. Es muy importante comprender la combinación
de estos dos tipos de guerras porque sólo transformando la segunda en
revolución socialista los comunistas podrán no sólo prevenir la guerra
interimperialista, sino también encauzar la resistencia de las masas populares
por el camino del socialismo.
Las crisis
generales de la época imperialista comienzan como crisis económicas, pero se
transforman en su desarrollo en crisis políticas y culturales, pues sólo pueden
encontrar solución en el plano político y cultural: o con las revoluciones
socialistas o con un nuevo orden impuesto por los grupos imperialistas más
fuertes que sólo mediante la guerra interimperialista podrán imponer su
supremacía. Una primera crisis de este tipo que tuvo lugar en el último tercio
del siglo XIX se solucionó con el reparto del mundo entre las potencias
imperialistas y la entrada del capitalismo en la fase imperialista. Pero la
primera crisis general real y propiamente dicha tuvo lugar en la primera mitad
del siglo XX y se concluyó con la formación del campo socialista y la
imposición de la hegemonía de los grupos imperialistas de EEUU sobre el resto
del mundo capitalista que sobrevivió a la primera oleada de la revolución
proletaria. Después de 30 años de recuperación de la acumulación capitalista,
se inició en los años 70 la segunda crisis general del capitalismo hoy en
curso. Es en este contexto general en el que se insertan y se hacen
comprensibles los grandes éxitos conseguidos por el movimiento comunista en la
primera parte del siglo XX y su consiguiente derrota para salir de la cual
estamos luchando actualmente.
* F. Engels
siguió estudiando hasta al final de su vida (1895) la evolución de la sociedad
capitalista en los países imperialistas y se dio cuenta de la creación de las
FAUS (ya apuntadas teóricamente por Marx en los Grundrisse) por parte de la
burguesía para enfrentarse en cierta medida a los efectos más
desestabilizadores resultantes de la anarquía en la producción capitalista
cuando ésta ha subsumido a gran escala las actividades económicas. Engels
señaló repetidamente que en cierta medida la burguesía había encontrado remedio
a la anarquía de su modo de producción. También se dio igualmente cuenta de la
aparición de un nuevo tipo de crisis, refiriéndose a ello explícitamente en el
prefacio de 1886 a
la edición inglesa del libro primero de El
Capital. Lenin con sus trabajos sobre el imperialismo ha hecho grandes
contribuciones a la comprensión de la más avanzada superestructura que el
capitalismo se construyó. Para dirigir el movimiento de transformación de las
sociedades imperialistas es indispensable que los comunistas nos basemos en
estas aportaciones, las desarrollemos y superemos los límites que el desarrollo
del movimiento comunista ha sacado a la luz durante la primera oleada de la
revolución proletaria hasta que tengamos una visión suficientemente clara del
movimiento de la sociedad actual que nos permita dirigirlo.
3. El balance del movimiento
comunista.
El mundo ha
avanzado y avanza hacia el comunismo en el sentido preciso de que está
elaborando, encontrando, descubriendo y poniendo a prueba relaciones y
ordenamientos sociales adecuados al carácter colectivo asumido por las fuerzas
productivas materiales y espirituales, al dominio conquistado por los hombres
sobre la naturaleza y su propia vida. El movimiento práctico de transformación
del estado presente de las cosas no se detiene porque no lo comprendamos. Pero
existen dos vías para ir hacia el comunismo. Una, la consciente, la más directa
y la menos tormentosa, que pasa por la instauración, al menos en los mayores
países imperialistas, del poder de la clase obrera que se lo arrebata a la
burguesía imperialista mediante la revolución, se guía a sí misma y a las otras
clases de las masas populares para tomar masivamente conciencia de sus
posibilidades y tareas y adecuar las relaciones entre los individuos, grupos
sociales, naciones y países al carácter colectivo de la actividad
económica y al conjunto de las actividades sociales aprendiendo a gobernarse a
sí mismos y dirigir sus actividades. La otra, la más tortuosa y tormentosa, se
abre paso mediante crisis generales, períodos de recuperación, guerras
interimperialistas, oleadas sucesivas de la revolución proletaria, construcción
de partidos comunistas, organizaciones de masas y Estados socialistas y su
consiguiente corrupción y demolición, desarrollo de FAUS cada vez más avanzadas
y su destrucción. Así hasta que a nivel mundial las condiciones subjetivas sean
más avanzadas y surjan por fin países socialistas que marchen
ininterrumpidamente hacia el comunismo abriendo también el camino a los demás.
Durante la
primera oleada de la revolución proletaria (1900-1950) el movimiento comunista
ha conquistado grandes éxitos como ningún otro movimiento conquistó hasta
entonces históricamente y menos aún en cien años de vida: un gran campo
socialista que englobó entonces a un tercio de la humanidad, influyentes
partidos comunistas prácticamente en cada país, el hundimiento del viejo
sistema colonial. Las masas populares conquistaron condiciones de vida y de
trabajo nunca antes imaginadas, la burguesía imperialista tuvo que crear las
FAUS que han impulsado la transformación de la sociedad a gran escala. Pero en
la segunda mitad del siglo pasado el movimiento comunista, como movimiento
consciente y organizado, se derrumbó en gran parte y perdió en cierta medida
numerosas conquistas. ¿Por qué este gran revés? Los ejércitos victoriosos son
los que aprenden de sus derrotas. La derrota es madre de la victoria para
quien, en lugar de dejarse desmoralizar, extrae de ella sus enseñanzas. ¿Cuál
ha sido la causa de nuestra derrota? Algunos comunistas pasan por alto esta
cuestión. Para ellos la derrota es una casualidad, fruto de causas misteriosas
e imponderables y adoptan la línea de intentarlo una y otra vez
hasta lograrlo. Otros atribuyen la derrota a la traición de algunos
dirigentes o bien a la maldad de la burguesía. Pero estas respuestas son
inconsistentes en cuanto las examinamos críticamente. Si fueran verdad
estaríamos condenados a que las derrotas se repitan. En efecto, ¿acaso podemos
asegurar que no habrá más dirigentes traidores? ¿Quién se puede procurar una
burguesía bonachona y dócil?
El revisionismo
moderno ha tomado la dirección del viejo movimiento comunista y lo ha llevado a
la ruina. Aunque para llegar a tal resultado los revisionistas modernos
tuvieron que erosionarlo, corroerlo y corromperlo durante algunas décadas. Tan
grande era, en general, su fuerza. El revisionismo moderno es el producto de la
influencia de la burguesía imperialista en el movimiento comunista y no podemos
en absoluto impedir esta influencia en tanto exista la burguesía: la burguesía
nos influencia (el revisionismo) y nosotros influenciamos a la burguesía (las
FAUS son un ejemplo). Pero el revisionismo ha logrado imponerse en el
movimiento comunista, tomar la dirección del mismo, consolidar su dirección y
erosionarlo y corromperlo como un cáncer hasta liquidarlo porque la izquierda
estaba convencida de que las conquistas del movimiento comunista eran irreversibles,
porque la izquierda no dio respuestas revolucionarias a los problemas nuevos
planteados por los éxitos alcanzados por el movimiento comunista, es decir,
porque la izquierda cometió errores dogmáticos, de falta de dialéctica: no vio
lo nuevo, no comprendió de forma justa las leyes de las formaciones
económico-sociales socialistas que creó ni las de las formaciones
económico-sociales imperialistas en las que debía dirigir la revolución. Son
los límites del viejo movimiento comunista los que han permitido el éxito del
revisionismo moderno. Este se impuso porque, a falta de respuestas
revolucionarias, dio viejas respuestas burguesas a las dificultades del nuevo
mundo. Estas llevaron al viejo movimiento comunista, paso a paso, de regresión
en regresión, en el curso de algunos decenios, a la liquidación.
Sólo
identificando y superando los límites del viejo movimiento comunista sentaremos
las bases para que el renacimiento del movimiento comunista pueda lograr
nuevos y más duraderos éxitos. Los límites del viejo movimiento comunista
concernían tanto a la revolución socialista en los países imperialistas que el
viejo movimiento comunista no supo llevar a buen puerto, como al desarrollo de
los nuevos países socialistas en los que el viejo movimiento comunista instauró
el socialismo, pero que no supo mantener ni hacer avanzar. Es a estos dos
campos a los que el nuevo movimiento comunista tiene que aportar soluciones,
elaborando la experiencia de la primera oleada de la revolución proletaria y
comprendiendo las leyes de las formaciones económico-sociales actuales.
4. La lucha entre las dos líneas
en el partido
El primer límite
del viejo movimiento comunista concierne justamente a los mismos partidos
comunistas, sujetos y promotores indispensables de la revolución y de la
transformación de la sociedad. El partido comunista es el partido de la clase
obrera revolucionaria, pero recibe también tanto la influencia directa de la
burguesía imperialista, como su influencia indirecta, a través de otras clases
sociales. De los partidos comunistas depende el curso de la guerra entre la
clase obrera y la burguesía imperialista. No sólo la experiencia nos enseña que
la clase obrera para lograr vencer a la burguesía imperialista tiene que tener
un partido comunista adecuado a su papel histórico, sino que también enseña que
la burguesía imperialista logra vencer a la clase obrera solamente cuando
consigue corromper al partido comunista. Debido al papel central que
desempeñan los partidos comunistas (que sólo los espontaneístas niegan),
es inevitable que en cada partido comunista se produzca la lucha entre la
influencia de las dos clases para determinar la línea del partido. No podemos
evitar que la burguesía ejerza su influencia en nuestras filas, pero
sí impedir que esa influencia sea predominante y decida nuestra línea. En
segundo lugar, el mundo cambia y nuestros conocimientos deben ser conformes a
esos cambios: la lucha entre las nuevas ideas y experiencias y las viejas ideas
y experiencias es inevitable para el desarrollo de cada partido. En tercer
lugar, la realidad no se refleja de inmediato en nuestra conciencia, la esencia
de las cosas no se revela directa e inmediatamente: la lucha entre lo verdadero
y lo falso es un proceso indispensable en cada partido para que se imponga la
línea justa. En conclusión, la experiencia de la primera oleada de la
revolución proletaria nos enseña que la lucha entre las dos líneas en el
partido comunista es permanente y que es la base del progreso del partido. Sin
lucha no hay vida. Centralismo democrático y lucha entre las dos líneas no son
incompatibles. La experiencia de los dos partidos comunistas que han dirigido
las más grandes revoluciones del siglo pasado, el Partido Comunista
(bolchevique) de Rusia y el Partido Comunista chino, aportan numerosos ejemplos
en condiciones diversas de aplicación ya sea del centralismo democrático ya sea
de la lucha entre dos líneas. Ambos partidos no tenían todavía una
conciencia clara de ello, pero para marchar hasta la victoria y llegar a buen
puerto las dos grandes revoluciones que han dirigido, han tenido que aplicar el
principio organizativo del centralismo democrático y llevar a cabo repetidas
veces la lucha ideológica entre las dos líneas. LaHistoria del Partido
Comunista (bolchevique) de la URSS (1938)
muestra algunas de las luchas protagonizadas por el primero. La Resolución sobre algunas cuestiones
de la historia de nuestro Partido (1945)
ilustra algunas de las luchas llevadas a cabo por el segundo. Negar que en el
partido comunista existe la lucha entre las dos líneas, no hace que esta lucha
como hecho objetivo desaparezca: eso quiere decir solamente que la izquierda
luchará a ciegas contra el oportunismo y que hará más que probable su derrota.
El dogmatismo ha sido el instrumento que ha facilitado que la izquierda de los
viejos partidos comunistas dejase el campo libre a los revisionistas modernos
para que éstos se apoderaran de ellos y los llevaran a su destrucción.
5. El balance de los países
socialistas.
Los primeros
países socialistas acumularon un valioso patrimonio de experiencias tanto
durante el período de su afirmación como durante el período de su decadencia
bajo la dirección de los revisionistas modernos hasta su hundimiento a finales
de los años 80. Las enseñanzas que podemos sacar de ello son enormes, pero no
han sido todavía extraídas en gran parte por los nuevos partidos
comunistas.
Dichas
enseñanzas muestran que las relaciones de producción presentan tres aspectos
distintos: 1. la propiedad de los medios y de las condiciones de la producción,
2. las divisiones entre los hombres en la actividad productiva (división entre
trabajo manual y trabajo intelectual, división entre dirigentes y dirigidos,
división entre hombres y mujeres, división entre la ciudad y el campo, división
entre zonas y sectores avanzados y zonas y sectores atrasados, etc.), 3. las
relaciones de distribución del producto. Sólo si consideramos estos tres aspectos es
posible saber con seguridad dónde se encontraba la burguesía en los países
socialistas. Esta estaba constituida por los dirigentes del partido, del Estado
y de las demás instituciones sociales que defendían soluciones burguesas a los
problemas del desarrollo de la nueva sociedad socialista. Si no
se tienen en cuenta estos tres aspectos de las relaciones de producción es
imposible comprender claramente en qué consiste la transición del capitalismo
al comunismo, la eliminación gradual y por saltos de las restantes relaciones
capitalistas y el desarrollo gradual y por saltos de las relaciones comunistas como tarea
histórica de la fase socialista. Si no se tienen en cuenta estos tres aspectos
de las relaciones de producción es imposible comprender claramente la lucha
entre 1. las relaciones capitalistas que siguen existiendo inevitablemente tras
la conquista del poder y la instauración de la dictadura del proletariado y 2.
los gérmenes de comunismo a los que la revolución socialista ha dado vigor
y que gradualmente se desarrollan buscando sus formas adecuadas. Si no se
consideran estos tres aspectos de las relaciones de producción es imposible
hacer un análisis de clase de las sociedades socialistas. Por consiguiente, se
hace imposible dirigir la lucha de las clases oprimidas en el contexto de las
nuevas condiciones políticas y culturales específicas de la sociedad
socialista. La Revolución Cultural Proletaria fue una manifestación práctica de
la fuerza que la lucha de clases podía aportar en favor del comunismo en la
sociedad socialista.
Los programas de los nuevos partidos comunistas identifican a la
burguesía en los países socialistas en unos casos con las viejas clases
explotadoras que aún sobrevivían, en otros con los intelectuales,
con el lumpen, con la burocracia, con los empleados del sector
cooperativo. Ninguno de estos análisis se resiste a la crítica, hace
comprensible el conjunto de la historia de los países socialistas, da armas a
los comunistas de los países socialistas para prevenir la restauración
capitalista ni aporta a los comunistas de los países ex-socialistas una
orientación justa para ponerse a la cabeza de la lucha de clases que se está
desarrollando en ellos.
Una consecuencia
de ello es la interpretación corriente que hacen algunos partidos comunistas
con respecto a la naturaleza de las sociedades de los países socialistas
dirigidas por los revisionistas: las consideran como sociedades de
"capitalismo monopolista de Estado" bien sea de "nuevo
tipo" o de "capitalismo burocrático". En particular está
ampliamente difundida la idea de que la sociedad soviética dirigida por los
revisionistas modernos (es decir, durante el período 1956-1991) era una
sociedad social-imperialista. También en este terreno, si bien esta vez en un
sentido negativo, el Partido Comunista del Perú ocupa una posición destacada.
Si está claro que la fase socialista es una fase de transición, en la que
gradualmente y por saltos se liquidan las relaciones sociales capitalistas y se
desarrollan los gérmenes de comunismo, es claro también que, una vez que la
dirección del partido y del Estado fue tomada por los revisionistas modernos,
representantes y portavoces de la burguesía típica y específica de la sociedad
socialista, la naturaleza de la Unión Soviética no podía cambiar de golpe. En
realidad, se produjo una inversión de la dirección de la marcha. En cada campo,
paso a paso, fueron ahogadas gradualmente las relaciones comunistas ya
construidas, reforzadas gradualmente las relaciones capitalistas que todavía
subsistían y reintroducidas las relaciones capitalistas donde existían
condiciones para ello. Una cosa era acusar a los revisionistas soviéticos de
ser socialimperialistas en el sentido de que en sus relaciones con los partidos
comunistas, bajo el manto del socialismo, seguían una línea de injerencias,
chantajes y presiones. Otra cosa muy distinta era sustentar que la Unión Soviética
se volvió repentinamente en un país imperialista. Los comunistas que
defienden que la Unión Soviética fue un país socialimperialista no han
explicado nunca en qué ha consistido en su opinión el salto de 1989-1991,
cuáles han sido sus causas y qué es lo que está sucediendo actualmente en los
países que constituyeron la Unión Soviética. ¿Por qué no lo intentan? Los
comunistas de los que fueron países socialistas podrán comprender la lucha de
clases que está teniendo lugar en ellos y cuáles son sus tareas si parten de
una concepción materialista y dialéctica de lo que han sido los países
socialistas antes y después de la llegada de los revisionistas al poder,
durante varios decenios.
6. La revolución socialista en
los países imperialistas
La revolución
proletaria mundial es la combinación de las revoluciones socialistas en los
países donde el capitalismo es el modo de producción predominante y de las
revoluciones de nueva democracia en los países en que los restos feudales (las
relaciones de dependencia personal y la cuestión agraria) y la sumisión
nacional a los países imperialistas desarrollan el papel predominante. La
distinción de los dos tipos de revolución es sobre todo hoy, en vista de la
próxima oleada de la revolución proletaria, una condición indispensable para su
justa combinación. Los movimientos revolucionarios de los países oprimidos se
pueden comprender en su desarrollo real, al igual que las leyes que lo
determinan, sólo si se tiene en cuenta que en ellos está en curso una revolución
democrática que sólo podrá culminar y triunfar si la dirige la clase
obrera mediante su partido comunista y, por consiguiente, como
revolución de nueva democracia. Esto hace todavía más claro cuán ilusorio es
esperar a que el desarrollo del movimiento revolucionario en los países
oprimidos pueda ser la causa principal del renacimiento del movimiento
comunista en los países imperialistas.
En cuanto a las
revoluciones socialistas en los países imperialistas, ya Engels puso en claro
(en la introducción de 1895 a Las
luchas de clases en Francia desde 1848 a 1850 de Marx) que era imposible instaurar
el socialismo mediante la conquista del poder por parte de los comunistas en el
curso de una insurrección popular en la que el partido comunista había
participado como uno más entre los diversos partidos populares. El curso de las
revoluciones de 1918 y 1919 en Europa central y oriental confirmó plenamente
esta tesis que Engels había sacado del balance de la experiencia de la Comuna
de 1871. La revolución socialista sólo podía vencer pasando por un proceso de
acumulación de las fuerzas revolucionarias que tambien en los países
imperialistas debía realizarse, debido a su propia naturaleza, mientras en ellos dominase todavía
la burguesía.
Los intentos
hechos por los partidos de la primera Internacional Comunista para desarrollar
la revolución socialista en los países imperialistas han enseñado y confirmado
que no es posible que dicha acumulación se lleve a cabo única y principalmente
mediante la participación del movimiento comunista consciente y organizado (el
partido comunista y sus organizaciones de masas) en la lucha que llevan a cabo
en la sociedad burguesa los partidos y organizaciones para hacerse con la
dirección política (aunque dicha participación sea indispensable).
El balance de la
experiencia de la primera oleada de la revolución proletaria y el análisis de
los regímenes de contrarrevolución preventiva (en la que la seguridad del
régimen pasa por encima del respeto a los derechos democráticos, políticos y
civiles) establecidos por la burguesía imperialista llevan a la conclusión de
que, en líneas generales, el período de acumulación de las fuerzas
revolucionarias en los países imperialistas se corresponde con la fase de
"defensiva estratégica" de la guerra popular revolucionaria de
carácter prolongado de la que habla Mao Tse-tung. La guerra popular
revolucionaria de carácter prolongado es también la forma de la revolución
proletaria en los países imperialistas. La teoría de la guerra popular
revolucionaria de carácter prolongado que Mao elaboró en líneas generales
también refleja el desarrollo del proceso revolucionario de los países
imperialistas. La revolución socialista en cada uno de los países imperialistas
consistirá con toda probabilidad en la transformación de la guerra de
exterminio (que la burguesía imperialista, empujada por la segunda crisis
general del capitalismo, está ya de hecho llevando a cabo contra las masas
populares de los países imperialistas), en una guerra que las masas populares
llevarán a cabo, poco a poco, de forma más sistemática y organizada, tomando en
sus manos la iniciativa y guiadas por la clase obrera bajo la dirección de su
partido comunista. La revolución socialista supondrá
el choque entre la movilización revolucionaria de las masas promovida por el
partido comunista y la movilización reaccionaria de las masas que la burguesía
tiene que promover para enfrentar la crisis política y cultural y la guerra
interimperialista. En el curso de ella se realizará la transformación de la movilización
reaccionaria de las masas en movilización revolucionaria.
La dirección de
esta labor sólo puede ser asumida y desarrollada por partidos comunistas que
aseguren su existencia y la continuidad de su trabajo cualesquiera que sean los
intentos de la burguesía imperialista de acabar con ellos, es decir, por
partidos comunistas clandestinos como lo fue el partido de Lenin y como lo
fueron ya los partidos comunistas de los países imperialistas, pero sólo en los
períodos en los que la burguesía imperialista prohibió a los comunistas
desplegar una actividad política abierta.
7. El método de la línea de masas
Los partidos
comunistas, aunque sean clandestinos, pueden promover y dirigir una amplia
movilización de las masas si adoptan como método principal de dirección la
línea de masas en el sentido ilustrado por Mao Tse-tung. Este método consiste
en delimitar en cualquier agregado social, en cualquier circunstancia y a todos
los niveles, la izquierda, la derecha y el centro, en movilizar y organizar la
izquierda para unir a ella el centro y aislar a la derecha. La izquierda se
corresponde en cada agregado social y en cada circunstancia con aquella parte
del mismo cuyas aspiraciones y objetivos, si se realizan, favorecen la causa de
la revolución proletaria y llevan a cada agregado social, desarrollándose de
fase en fase, a confluir, de acuerdo con su naturaleza, en el torrente de la
revolución proletaria. Visto desde otro punto de vista, este método consiste en
recoger las ideas y sentimientos que existen en las masas de forma
dispersa y confusa, elaborarlos y sacar de ellos líneas, métodos y
medidas, llevarlos a las masas de modo que los hagan suyos y los lleven a la
práctica. Recoger las nuevas ideas y sentimientos surgidos entre las masas en
base a la nueva práctica desarrollada por ellas, elaborarlos para sacar de
ellos nuevas líneas, métodos y medidas y llevarlos a su vez a las masas y así
sucesivamente. Los partidos comunistas que dirigieron exitosamente las
revoluciones del siglo pasado, aunque no tuvieron una conciencia clara de ello,
adoptaron la línea de masas como método principal de trabajo y dirección. Bajo
su dirección las masas populares han derrotado a la burguesía imperialista, han
rechazado todos los intentos de revancha y restauración y las agresiones de la
burguesía imperialista y han construido países socialistas invencibles (en el
sentido de que nunca ninguna agresión ha logrado salir victoriosa) y capaces de
realizar grandes progresos, cuya influencia se irradiaba a todo el mundo e
infundía fuerza, confianza y empuje a las masas populares de cada país: la
burguesía imperialista recurrió a todos los medios para defenderse de su
influencia sobre las masas populares. Los países socialistas se volvieron
inestables, tuvieron que protegerse con todo tipo de barreras y policía de la
influencia de la burguesía y se invirtieron las relaciones, sólo después de que
los revisionistas modernos se impusieron en los partidos comunistas con sus
soluciones burguesas a los problemas de la sociedad socialista y cuando los
partidos comunistas pretendieron dirigir las sociedades socialistas no ya como
los verdaderos comunistas las habían dirigido (partido comunista,
organizaciones de masas, línea de masas), sino como los burgueses dirigen a los
trabajadores que dependen de ellos (las relaciones industriales), a las masas populares (mediante las políticas
macroeconómicas y la política general) y a sí mismos (mediante la democracia
burguesa y las guerras interimperialistas).
La línea de
masas es la relación adecuada y necesaria del movimiento comunista entendido
como movimiento consciente y organizado con el movimiento comunista entendido
como movimiento práctico que transforma el estado presente de las cosas, del
que el primero es una parte y un aspecto del mismo.
Conclusión
Estas son, en
nuestra opinión, las siete principales cuestiones de carácter universal que los
nuevos partidos comunistas deben afrontar para elaborar un programa que los
lleve a superar la actual fase de estancamiento y a acumular fuerzas revolucionarias.
Nosotros estamos convencidos que los comunistas que traten de encontrar una
respuesta a estos siete problemas, si no capitulan hasta encontrar respuestas
satisfactorias, llegaran a nuestra misma conclusión: el maoísmo es la tercera
etapa superior del pensamiento comunista después del marxismo y el leninismo,
en el mismo sentido en que el leninismo fue la segunda etapa superior después
del marxismo, como Stalin puso de manifiesto en Principios del leninismo(1924).
Los nuevos partidos deben basarse en el marxismo-leninismo-maoísmo.
El renacimiento
del movimiento comunista es una necesidad histórica y se producirá
inevitablemente. Nosotros solamente somos sus portavoces y promotores.
Cumpliremos mucho mejor y más rápidamente nuestra labor si nos desprendemos de
los hábitos dogmáticos y unimos nuestras fuerzas para definir los rasgos
generales, universales, de la concepción y del método adecuados a las tareas
que tenemos ante nosotros; si sacamos experiencias del trabajo que los
comunistas realizan en distintos países y las elaboramos para definir el
programa y el método generales; si hacemos de este trabajo el campo en el que
experimentar la justeza (la verdad) de ambos mediante su aplicación concreta y
el descubrimiento de la verdad particular en la que se reflejan las
características específicas de cada país que tienen hasta hoy día un papel
imprescindible en la movilización y acción de las masas populares.
Es de cara a
este objetivo por lo que todos los partidos comunistas, las organizaciones
comunistas, los comunistas todavía no organizados y las FSRS, pero en
particular los de los países imperialistas, deben unir sus fuerzas creando
algún tipo de relación basada en tres factores: 1. el conocimiento recíproco y
el intercambio de experiencias, 2. el debate franco, basado en la crítica y la
autocrítica, en torno al análisis de la situación, al balance del movimiento
comunista, al programa, a los métodos y a las líneas políticas generales, 3. la
solidaridad frente a la contrarrevolución preventiva (política de seguridad
nacional) que caracteriza la actividad política de la burguesía imperialista.
Son tres aspectos totalmente indispensables, que deben desarrollarse al mismo
tiempo y que se refuerzan recíprocamente. La unidad organizativa sólo puede
reforzarse a medida que se fortalece la unidad ideológica y política. La unidad
ideológica y política, siempre relativa, sólo puede fortalecerse mediante la
lucha ideológica. Sin debate franco y abierto sobre las divergencias
ideológicas y políticas, sin afrontar francamente las cuestiones
controvertidas, incluso el intercambio de experiencias se convierte en gran
parte en una formalidad y es vaciado de gran parte de sus efectos positivos. Lo
que nos une y que ninguna divergencia destruye es la lucha común contra la
burguesía imperialista y por el comunismo y la solidaridad que nos liga en esta
lucha. No tenemos que temer la lucha ideológica ni la utilización que
ciertamente la burguesía imperialista tratará de hacer de nuestras
divergencias. La lucha ideológica es la vía a través de la cual trazaremos una
orientación y una línea más justas que nos permitirán convertirnos en la
parte organizada y de vanguardia de la clase obrera, en dirigentes de las masas
populares de nuestros respectivos países en lucha contra la burguesía
imperialista, en la parte consciente y organizada que el movimiento práctico
que transforma el estado presente de las cosas necesita absolutamente para
culminar su recorrido.
Es sobre esta
base que la Comisión Preparatoria del congreso fundacional del (nuevo)Partido
Comunista italiano tratará de establecer y desarrollar las relaciones
internacionales, valorizando en la medida que nos sea posible las
conferencias, seminarios y reuniones internacionales de partidos y
organizaciones comunistas que ya funcionan regularmente y todas las demás
iniciativas que ya otros organismos comunistas promueven. Es sobre esta base
que nos dirigimos a todos los partidos comunistas, a todas las organizaciones
comunistas, a todos los comunistas todavía no organizados y a todas las FSRS,
pero en particular a los de los países imperialistas europeos, pidiéndoles
reflexionar sobre nuestras posiciones y experiencias y criticarlas a la luz de
sus planteamientos y experiencias, así como a intensificar y mejorar las
relaciones de unidad y lucha entre todos nosotros. Quien es más audaz en la
autocrítica, quien está más dispuesto a aprender de la experiencia de los demás
avanzará mejor y más rápidamente y enseñará al resto. Todos nosotros debemos
transformarnos y convertirnos en la parte más consciente y decidida del gran
ejército de las clases y pueblos oprimidos que marchan hacia la victoria de la
revolución proletaria a nivel mundial.
Para este llamamiento la CP del Congreso
fundacional del (nuevo)Partido Comunista Italiano ha tenido en cuenta los
documentos programáticos de los siguientes partidos y organizaciones:
1. Partido Comunista Revolucionario
de EEUU (PCR-EEUU) www.rwor.org
2. Partido Comunista Revolucionario
(Comités de Organización) Canadá pcrco_rcpoc@hotmail.com
3. Partido Marxista Leninista de
Alemania (MLPD) www.mlpd.de
4. Partido del Trabajo de Bélgica
(PTB) www.ptb.be
5. Partido Comunista de España
(reconstituido) (PCE(r) www.antorcha.org
6. Organización Comunista
(marxista-leninista) Voie Proletarienne (Francia) vp.partisan@caramail.com
7. Comités de Apoyo a la
Resistencia - por el Comunismo (CARC - Italia) www.carc.it
8. Organización Comunista
Rossoperaio (RO - Italia) ro.red@libero.it
9. Conferencia Internacional de
Partidos y Organizaciones Marxista-Leninistas (ICML)
La relación no pretende excluir a otros
partidos y organizaciones del llamamiento ni indica una afinidad particular con
las organizaciones incluidas en ella. Se trata de organizaciones sobre las que
hemos podido estudiar sus escritos programáticos y con las que, dado el nivel
de nuestros conocimientos, consideramos útil mantener un debate abierto y
franco. "
" DECLARACIÓN
a los trabajadores y las masas populares de los países de Europa
por ICOR Europa, 2 ª Conferencia Continental,
23 de junio 2013
En toda Europa, la burguesía trata de cambiar
las consecuencias de la crisis económica y financiera capitalista profunda a la
clase obrera y las masas del pueblo y para salvar el sistema capitalista
degenerado en detrimento de la humanidad y el medio ambiente.
En todos los países europeos esto conduce
a la resistencia. Las luchas se llevan a cabo en todas partes, ya sea contra
los ataques de los capitalistas sobre las condiciones laborales y salariales,
contra los recortes sociales y el desmantelamiento de los derechos
democráticos, contra la opresión de las mujeres, contra el desarrollo de un
estado policial y la vigilancia, contra la reacción, la guerra y el fascismo,
contra la opresión nacional y por el derecho de autodeterminación de los
pueblos, contra la destrucción del medio ambiente y la puesta en peligro de los
fundamentos naturales de la vida, por mejores condiciones de vida, por la paz,
la libertad y el progreso.
Luchas correspondientes se llevaron a
cabo en todos los países y continúan: acciones de protesta, manifestaciones,
bloqueos, huelgas, boicots, huelgas generales, y la rebelión de la juventud...
Muchas luchas incluso se desarrollan a más allá de las fronteras.
La Conferencia Continental Europea de la
ICOR declara su solidaridad con todas las luchas y señala su relación, ya que
todos los problemas fundamentales sin excepción, tienen una base común: la
dictadura del capital financiero internacional y del imperialismo, la Europa
del capital.
A diferencia de los reformistas y
oportunistas de todo tipo, que transmiten la ilusión de una Europa social,
democrática, pacífica y ecológica, la Conferencia Continental Europea de la
ICOR tiene la opinión de que al final todas las luchas sólo pueden tener éxito
con una perspectiva revolucionaria que mire de superar el sistema de crisis con
fines lucrativos, la guerra, el fascismo y la destrucción del medio ambiente.
No hay capitalismo "light", nunca lo hubo y nunca lo habrá.
El 6 de octubre de 2010, la ICOR fue
fundada como una nueva organización mundial revolucionaria de la clase obrera
internacional y de los pueblos del mundo que luchan por la liberación nacional
y social. El 9-10 de abril de 2011, la Conferencia Continental Europea de la
ICOR fue fundada con éxito.
Más que nunca, es necesario desarrollar
un frente común internacional de la resistencia sobre la base de la
internacionalización de la lucha de clases. Para avanzar en esta lucha en todos
los países en Europa y en todo el mundo, esta es la tarea de la ICOR.
• Trabajadores de todos los países,
uníos!
• Trabajadores de todos los países y
pueblos oprimidos, uníos!
• Avanzar
hacia el socialismo! "
ICOR – International Coordination of
Revolutionary Parties and Organizations
- European Coordinating Committee -
Phone: +31-6-42728611
Email: coordinationeurope@yahoo.co.uk
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